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Verbo




Enviado por didiercontreras



    1. concepto
    2. morfemas
      verbales.
    3. perífrases
      verbales.
    4. clases de
      verbos. 
    5. estilística de las formas
      verbales. 
    6. sintagma verbal.
       

    INTRODUCCION

    Debido a que la literatura es muy rica
    gramaticalmente, hemos tratado de acoplar y diseñar una
    estructura que
    permita al lector observar las diferentes formas del verbo, sus
    accidentes, la
    función
    tan importante que desempeña que desempeña el mismo
    en la oración, todo esto se encuentra en el contenido en
    este escrito.

    Aquí han de encontrarse consejos, demostraciones
    y ejemplos prácticos que le permita al lector la
    fácil compresión y análisis del tema. También se
    muestra lo
    fundamental que puede llegar a ser el verbo y su debido manejo en
    nuestro desarrollo
    lingüístico e integral como persona.

    1.
    CONCEPTO

    La palabra verbo no procede de la latina
    <<Verbum>>, que en esa lengua
    significaba <<Palabra>>, porque designa una clase de
    palabras que funciona como núcleo de la oración y
    es además la única palabra capaz de construir una
    oración por si sola. El verbo es, pues, <<la
    palabra por excelencia
    >>, y de ahí su nombre
    como categoría. Su forma es muy variable, ya que
    está constituida por un lexema y una desinencia que
    comprende seis morfemas verbales: Persona, Numero, Tiempo, Modo,
    Aspecto y Voz; Los Verbos Son Palabras Que Expresan
    Acción, estado o
    proceso.

    1.1 EL SISTEMA
    VERBAL.

    Se entiende por sistema el conjunto de formas que
    constituyen la conjugación, porque todas ellas se
    relacionan entre sí por oposición entre alguno de
    sus morfemas. Así, se puede hablar de oposición
    entre: formas personales / formas no personales (o verboides),
    entre presente / pasado / futuro, entre indicativo / subjuntivo,
    entre primera persona / segunda / tercera, etc.

    En el español el
    sistema verbal está integrado por tres modelos de
    conjugación. La primera corresponden los verbos a cuyo
    lexema el infinitivo añade la terminación "ar"; la
    segunda a los infinitivos que añaden la terminación
    "er"; y la tercera a los infinitivos en "ir". Por ello, la
    raíz o lexema, que aporta el significado fundamental de la
    acción, se obtiene suprimiendo la terminación ar /
    er / ir al infinitivo correspondiente. Por ejemplo: cantaste, de
    cantar, raíz / cant; comías, de comer, raíz
    / com; partirás, de partir, raíz / part. El lexema
    verbal puede presentar afijos (prefijos o sufijos) que maticen el
    significado del lexema: llov / er, llov / vizn / ar; re / marc /
    ar, etc. En cuanto la desinencia o terminación, contiene
    todos los morfemas verbales, aunque no siempre se puedan separar
    y a veces sólo son analizables por comparación de
    unas formas verbales con otras: cant-aba-mos se opone a cant-aba
    en persona y numero, a cant-are-mos en un tiempo y aspecto, y a
    cant-ara-mos, en modo.

    2. MORFEMAS
    VERBALES.

    Elemento de la lengua que expresa las categorías
    gramaticales. Los morfemas verbales pueden ser: De Persona,
    Número, Modo, Tiempo, Voz, Aspecto.

    2.1 PERSONAL.

    Las personas de las formas verbales pueden
    ser:

    • Primera Persona: Cuando la acción la
      realiza al hablante solo: "juego", y puede
      acompañar el pronombre personal "yo" ; o el
      hablante con otras personas: jugamos, con el pronombre
      "nosotros / nosotras".
    • Segunda persona: Realiza la acción el
      oyente solo: "juegas" (tu) o el oyente con otras
      personas distintas del hablante "juegaís"
      (vosotros o vosotras).
    • Tercera persona: Realiza la uno o varios
      seres: "juega" (el, ella, el niño, la
      niña). "juegan" (ellos, ellas, los niños, las niñas), o uno o varios
      objetos (el libro, los
      libros), que
      no sean oyentes ni hablantes de la
      comunicación.

    2.2 NUMERO.

    El número del verbo es una marca de
    concordancia impuesta por el sujeto. Las formas verbales pueden
    ir en singular: yo hablo o en plural: nosotros
    hablamos.
    No presentan variaciones de número las
    formas no personales o verboides del infinitivo y gerundio:
    hablar, hablando. Los verbos unipersonales sólo
    presentan formas verbales en singular, por su referencia nocional
    de la impersonalidad: nieva, nevaba. A veces, aparecen
    usos verbales que presentan una relación especial de
    concordancia con el sujeto, el verbo puede aparecer en plural con
    sujetos en singular: Eso son amores; este tipo de
    discordancia es aceptada porque responde a razones de
    significación o de sentido, porque, aunque el sujeto vaya
    en singular tiene significado de plural.

    2.3 MODO.  

    El morfema verbal de modo indica la actitud del
    hablante ante el enunciado y significación verbal: la
    actitud puede ser objetiva o subjetiva. Ésta puede
    presentarse como un hecho cierto, o bien, considerar que su
    realización será más o menos incierta,
    virtual, hipotética, deseable, deseada, dudosa… Es una
    categoría específica del verbo. Si el hablante
    expresa la realidad de forma objetiva, sin tomar parte de ella,
    utilizará el modo indicativo, el modo de la realidad:
    Sergio estudia mucho; Hace calor;
    Mañana iremos al cine.
    Si
    el hablante participa en el enunciado, expresa de una forma
    subjetiva deseo, duda, temor…, utilizará el modo
    subjuntivo de la no realidad, de la representación mental:
    Ojalá tenga suerte; Es posible que lo haga. La
    gramática tradicional distingue cuatro
    modos verbales: indicativo, subjuntivo, condicional e imperativo,
    en realidad son dos los modos verbales: indicativo y subjuntivo,
    que corresponden a la doble actitud posible del hablante ante el
    enunciado: objetiva y subjetiva.

    Los modos tradicionales imperativo y condicional no son
    más que variantes del modo subjuntivo y del modo
    indicativo: el imperativo del subjuntivo y el condicional del
    indicativo.

    El modo indicativo es el modo actualizador por
    excelencia. Sus formas sitúan el acontecer en un lugar y
    momento dados. Sus formas verbales expresan que el hablante
    considera la acción o proceso como algo perteneciente a la
    realidad, que posee existencia objetiva: El muchacho está
    aquí. Había acudido mucho público.
    Iré a tu casa hoy.

    El modo subjuntivo es el modo de lo virtual,
    ofrece la significación del verbo sin actualizar y a
    él pertenecen las formas verbales con las que el hablante
    considera la acción o proceso como algo irreal, como un
    hecho que existe en su pensamiento
    pero al que no puede atribuir fuera de éste, existencia
    real con seguridad:
    Espero que estés en casa; Ojalá lo hagas; Acaso
    vaya.

    El modo imperativo expresa mandato u orden,
    función apelativa, se utiliza exclusivamente en
    situación de discurso. El
    mandato es la subjetivación del enunciado con matiz
    significativo optativo en grado máximo, sólo se
    utiliza en la segunda persona. Así, el imperativo queda
    incluido por su significado verbal en el modo subjuntivo. En su
    uso se confunde o alterna con el subjuntivo. El imperativo
    sólo acepta forma afirmativa: Ven tú. Venid
    vosotros.
    La forma negativa de mandato se expresa en presente
    de subjuntivo: No lo hagáis. Para expresar mandatos
    indirectos u órdenes referidas a otras personas
    gramaticales, que no sea la segunda, se utiliza también el
    presente de subjuntivo: Lo digan ellos.

    El modo condicional es un tiempo verbal creado en
    las lenguas románicas, no existía en latín.
    Procede de la perífrasis latina del pretérito
    imperfecto de indicativo + infinitivo: Amaría de amare
    habebam. A lo largo de la historia de la lengua, el
    condicional ha presentado vacilaciones significativas de uso e
    incluso terminológicas. En principio, se denominó
    modo potencial, por su significación hipotética o
    posible: Me compraría un coche si pudiera; en la
    actualidad la Real Academia Española lo denomina
    condicional, por influjo de la gramática francesa y por
    ser el tiempo característico de las
    condicionales.

    Por su significado, es un futuro hipotético,
    indica siempre una acción futura respecto a otra. Se
    incluye como variante de modo indicativo, porque el hablante lo
    utiliza como expresión de una acción
    real.

    En el uso actual se sustituye o alterna con el
    pretérito imperfecto de indicativo en las oraciones
    condicionales: Si tuviera dinero, me
    compraría una casa o me compraba una casa.

    2.4 TIEMPO.  

    El tiempo es la categoría gramatical que ubica el
    acontecer del verbo en el imaginario eje del tiempo natural o
    real del hablante. Se trata de una categoría
    deíctica. El tiempo es un concepto de
    medida; el hablante necesita expresar la fecha de las acciones, o
    comportamientos que expresa con el verbo, y para ello utiliza un
    segmento imaginario, en el que el punto de partida es presente,
    todo lo anterior es pasado y lo que queda por venir,
    futuro.

    La oposición básica se establece entre el
    presente, el pasado y el futuro, acción simultánea,
    anterior y posterior respectivamente al ahora del hablante. El
    presente es puntual, pero en la conciencia del
    hablante abarca lo que acaba de ser presente y es pasado y lo que
    es todavía futuro, pero que va a ser presente de
    inmediato. El hablante, la realidad que mejor conoce es la que ha
    vivido, la que se ha dado en el pasado. La realidad del presente
    la conoce, pero no la ha asimilado, y la realidad del futuro la
    desconoce. Por eso, en la conjugación española hay
    más tiempos verbales en el pasado que en el presente y en
    el futuro.

    Los tiempos verbales del modo indicativo son:

    • Tiempos del presente: presente: amo,
      temo, parto;
      pretérito perfecto: he amado, he temido, he
      partido.
    • Tiempos de pasado: pretérito
      imperfecto: amaba, temía, partía;
      pretérito indefinido o pretérito perfecto simple:
      amé, temí, partí;
      condicional simple: amaría, temería,
      partiría;
      pretérito pluscuamperfecto:
      había amado, había temido, había
      partido;
      pretérito anterior o con pretérito:
      hube amado, hube temido, hube partido;
      condicional compuesto: habría amado, habría
      temido, habría partido.
    • Tiempo del futuro: futuro simple:
      amaré, temeré, partiré;
      futuro compuesto: habré amado, habré temido,
      habré partido.

    2.5 VOZ. 

    La voz es la categoría gramatical que indica si
    el sujeto realiza la acción, la recibe o la sufre. Hay dos
    voces, activa y pasiva. La voz activa indica que el sujeto
    gramatical coincide con el agente de la acción expresada
    por el verbo, acción que se ejerce sobre un objeto: Pedro
    compró una casa. En la voz pasiva, el sujeto no realiza la
    acción, sino que la recibe o padece, el sujeto coincide
    con el objeto. El agente puede estar especificado o no: La casa
    fue comprada por Pedro. El verbo español ha perdido las
    formas propias de la voz pasiva latina, para su expresión
    se utiliza el verbo ser más el participio del verbo
    conjugado, en concordancia con el sujeto: El león es
    temido; Los leones son temidos. No existen, en español,
    morfemas específicos de voz. Sólo admiten la voz
    pasiva aquellos verbos que pueden usarse como verbos
    transitivos.

    Otra forma de expresión de la voz pasiva es la
    pasiva refleja, que aparece en construcciones en voz activa con
    el pronombre se y significado pasivo: Se abren las puertas de la
    catedral a las diez. El sujeto gramatical las puertas recibe la
    acción del verbo (abren: son abiertas). Se, morfema
    indicativo de voz pasiva, indica que el sujeto gramatical debe
    interpretarse como objetivo.

    2.6 ASPECTO. 

    El aspecto es el morfema verbal que indica el tiempo
    interno de la acción expresada por el verbo: Luis
    amó, Luis amaba,
    nos indica si la acción verbal
    ha acabado ya (amó), o si está en proceso o
    desarrollo (amaba). El aspecto no supone, a diferencia de
    la categoría tiempo, ubicación alguna, pero
    sí tiene en cuenta, al considerar la acción
    aislada, el factor temporal que subyace a su realización,
    desarrollo y conclusión. Por ello, aunque no se confunden,
    existe una relación entre ambas categorías. No
    indica si la acción es presente, pasada o futura respecto
    al momento del hablante, sino que indica la medición interna del proceso verbal con
    referencia al término o transcurso del mismo proceso:
    amó, amaba indican acciones que ya se han dado en
    el pasado, pero amó indica que la acción ya
    se había acabado en ese momento del pasado, y amaba
    expresa que la acción seguía realizándose en
    el pasado.

    El aspecto verbal puede ser:

    • Aspecto perfectivo el que indica que la
      acción verbal se representa como acabada: Yo
      amé. He terminado mis estudios.
    • Aspecto imperfectivo indica que la
      acción se representa en un proceso sin indicar si
      éste ha acabado: Yo amo; Terminaré mis
      estudios.
      En español el aspecto se expresa mediante
      procedimientos
      gramaticales, terminaciones verbales o léxicas,
      perífrasis verbales: He estudiado (perfectivo) o
      yo he de estudiar (imperfectivo). En español,
      todos los tiempos simples, excepto el pretérito perfecto
      simple, indican el aspecto imperfectivo, y, todos los tiempos
      compuestos y el pretérito perfecto simple, el aspecto
      perfectivo.

    También las formas no personales o verboides
    expresan aspecto perfectivo o imperfectivo:

    Infinitivo simple: imperfectivo,
    cantar;

    Infinitivo compuesto: perfectivo, haber
    cantado;

    Gerundio simple: imperfectivo,
    cantando;

    Gerundio compuesto: perfectivo, habiendo
    cantado;

    Participio: perfectivo, cantado.

    Las formas del subjuntivo presentan en el uso
    lingüístico aspecto perfectivo e imperfectivo
    indistintamente: Cuando hayas cumplido treinta años te
    felicitaré
    (aspecto imperfectivo); Aunque hayas
    estudiado mucho, no has aprobado ninguna asignatura
    (aspecto
    perfectivo). Generalmente, las formas del subjuntivo expresan
    deseo, duda, temor, indican tiempo de lo desconocido o del
    futuro, y acciones imperfectivas: Ojalá vengas; Deseo
    que vengan mis amigos
    . Las perífrasis verbales
    indican el término o proceso de la acción expresada
    por el verbo perifrástico: Las perífrasis de
    infinitivo, indican aspecto imperfectivo: Tengo que trabajar;
    Debía de
    estudiar más; las
    perífrasis de gerundio, indican aspecto imperfectivo:
    Iba leyendo los temas; Voy estudiando ciencias.
    Las perífrasis de participio, indican aspecto perfectivo:
    Yo tengo realizados los ejercicios; Yo tengo estudiados los
    temas.

    3. PERÍFRASES
    VERBALES.

    Son construcciones verbales formadas por un verbo
    gramaticalizado o semigramaticalizado, conjugado en forma
    personal, al que le sigue otro verbo en infinitivo, gerundio o
    participio; entre estas formas verbales puede aparecer una
    preposición o una conjunción.

    3.1 FORMA.

    La forma de las perífrasis verbales consta de un
    verbo conjugado en forma personal, o gramaticalizado, más
    preposición, conjunción o nada, más
    infinitivo, participio o gerundio.

    La primera forma verbal está gramaticalizada
    porque en el contexto en el que aparece ha perdido su significado
    habitual, quedándose convertida en un mero auxiliar de la
    forma no personal o verboide que le sigue, a la que aporta un
    significado modal o aspectual; indica la persona, el tiempo y el
    modo. La forma no personal es la que tiene el contenido
    semántico de la construcción. Todo el conjunto puede ser
    sustituido por una forma conjugada del segundo verbo.

    Tengo que lograrlo = lo lograré Trato de
    consolarlo = lo consuelo

    Nos echamos a reír = nos reímos Sigue
    nevando = nieva

    Estaremos viéndote = te veremos Tengo sabida la
    lección = sé la lección.

    Son perífrasis verbales las formas compuestas de
    todos los verbos, las formas de la voz pasiva y las frases
    verbales.

    Entre la primera y la segunda forma verbal pueden
    aparecer intercaladas, en ocasiones, algunas palabras: Te hubiera
    rápidamente contestado si hubiera tenido un teléfono cerca; han sido efusivamente
    aclamados; estamos de nuevo intentándolo.

    3.2 FUNCIÓN.

    La función de una perífrasis verbal es ser
    núcleo del sintagma verbal de una oración o
    proposición.

    3.3 SIGNIFICACIÓN.  

    Para la significación de las perífrasis
    verbales se establece la siguiente
    clasificación:

    3.3.1 PERÍFRASIS MODALES.
     

    • De obligación: se concibe la acción
      verbal como obligatoria para el sujeto; presenta las siguientes
      formas:

    Haber de + infinitivo: He de salir; Hemos de
    ayudarlos.

    Haber que + infinitivo: Hay que decírselo; Hay
    que pensar antes de actuar.

    Tener que + infinitivo: Tienen que convencerlo; Tuve
    que ponerle suelas a los zapatos.

    Deber + infinitivo: Debéis hacerlo; Deben acordar
    las condiciones.

    • De probabilidad o
      duda: se concibe la acción verbal como suposición
      o posibilidad; presenta las siguientes formas:

    Deber de + infinitivo: Debe de ser médico o
    enfermero; Deben de vivir en la misma ciudad.

    Venir a + infinitivo: Vendrán a ser las seis de
    la tarde; ¿Con esto vienes a decir lo mismo que
    yo?

    Tener que + infinitivo: Tal vez tenga que hacer lo
    mismo; Quizá tuviera que tener más
    amigos.

    Poder + infinitivo: Podrían ser tres o cuatro
    chiquillos; Probablemente pueda sernos útil.

    Deber + infinitivo indica una obligación: debo
    estudiar, mientras que deber de + infinitivo señala una
    posibilidad o una suposición: debe de estar bueno cuando
    ya viene a trabajar.

    3.3.2 PERÍFRASIS ASPECTUALES.
     

    Muestran el desarrollo de la acción
    verbal:

    • Ingresivas: la acción verbal está a
      punto de ser realizada:

    Ir a + infinitivo: Iba a decirlo; Mañana voy a
    llamar a mis primos.

    Pasar a + infinitivo: Paso a exponer el siguiente
    tema; Ahora pase a explicar el proyecto.

    Estar a punto de + infinitivo: Estoy a punto de
    triunfar; Estás a punto de resolver el
    problema.

    • Incoactivas: se presenta la acción verbal en
      su inicio:

    Echarse a + infinitivo: Se echó a reír;
    Nos echamos a temblar.

    Ir a + infinitivo: No vayas a pensar esto.

    Ponerse a + infinitivo: Se puso a pintar; Se pusieron a
    imitar al jefe.

    Romper a + infinitivo: Rompió a llorar; Apaga el
    fuego cuando rompa a hervir.

    Comenzar a + infinitivo: Aunque con esfuerzo,
    comenzó a ascender en el trabajo;
    Comenzaron a llegar.

    • Durativas: la acción verbal se manifiesta en
      pleno desarrollo:

    Seguir + gerundio: Sigue pensándolo mismo;
    Seguimos escuchando la música
    que nos gusta.

    Estar + gerundio: Estamos viviendo en Perú;
    Está leyendo el mismo libro que yo.

    Andar + gerundio: Anda molestando todo el día;
    Siempre andáis danzando de un lado a otro.

    Venir + gerundio: La historia viene siendo la misma;
    Venimos observándolo desde hace un
    año.

    Llevar + gerundio: Lleva pensándolo desde ayer;
    Lleva llamándote mucho tiempo.

    • Resultativas: la acción se muestra ya
      finalizada por completo:

    Dejar + participio: Dejé dicho esto; Dejamos
    encargado el regalo.

    Estar + participio: Estoy asombrado por lo que oigo;
    Estoy apartado de la política.

    Llevar + participio: Llevamos cantadas cuatro
    canciones; Llevas hecho medio trabajo.

    Tener + participio: Tengo comprado el regalo; Tiene
    realizado todo el trabajo.

    Quedar + participio: Quedamos citados a las tres;
    Quedó satisfecho con sus disculpas.

    En algunas de estas construcciones, resulta
    difícil saber si el participio forma parte de una
    perífrasis verbal o si es un complemento predicativo;
    dependerá del mayor o menor grado de
    gramaticalización que presente la primera forma
    verbal.

    • Repetitivas: muestran el proceso de la acción
      verbal repetido:

    Volver a + infinitivo: Volvió a salir a la
    calle; Volvamos a revisar la ortografía.

    • Egresivas y terminativas: presentan la acción
      verbal interrumpida o nada más ser
      terminada.

    Dejar de + infinitivo: Dejamos de frecuentar ese
    ambiente;
    Dejó de hacerse falsas ilusiones.

    Acabar de + infinitivo: Acaban de llegar; Acabo de
    recibir el telegrama.

    Cesar de + infinitivo: Cesó de escribir al
    enfermar; Cesaron de molestarme.

    Terminar de + infinitivo: ¿Terminaste de
    estudiar?; Termino de leer esto y te
    acompaño.

    • Habituales o consuetudinarias: la acción
      verbal se realiza de forma reiterada:

    Acostumbrar + infinitivo: Acostumbra tomar té;
    Acostumbra salir pronto.

    Soler + infinitivo: Solía ganar a las cartas; Suelo acostarme
    pronto.

    4. CLASES DE
    VERBOS. 

    Desde un punto de vista formal los verbos pueden ser
    regulares, irregulares y defectivos. Según criterios
    morfosintácticos, los verbos se clasifican en verbos
    auxiliares, plenos, copulativos, predicativos, transitivos,
    intransitivos, pronominales, regulares, irregulares y defectivos,
    y según su significado léxico en verbos perfectivos
    e imperfectivos, incoativos, frecuentativos e
    iterativos.

    4.1 VERBOS REGULARES E IRREGULARES.
     

    Los verbos regulares son los verbos que en las distintas
    formas que pueden adoptar en su conjugación se ajustan
    siempre a las formas del verbo que se toma como modelo en la
    conjugación a la que pertenece. Saltar, partir,
    amar.

    Los verbos irregulares son aquellos que no siguen los
    modelos clásicos de la conjugación, ya que
    presentan alteraciones en la raíz o en el lexema: cuelo de
    colar, debía ser colo; en el morfema o terminación:
    anduve, de andar, debería ser andé, o en ambas
    partes a la vez: puso, de poner, debería ser ponió.
    Las irregularidades de las formas verbales están motivadas
    por transformaciones fonéticas que han sufrido estas
    formas a lo largo de la historia de la lengua, y que han llegado
    a soluciones
    múltiples, por lo que no es fácil agrupar las
    irregularidades de los verbos españoles ni reducirlas a
    reglas fijas. Se clasifican en verbos irregulares totales y
    verbos irregulares parciales.

    Los verbos irregulares totales son los que cambian
    totalmente de forma en su conjugación. Son los verbos ir:
    yo voy, tú ibas, él fue, y ser: nosotros somos,
    vosotros erais, ellos fueron. Los verbos irregulares parciales
    son los que cambian sólo en parte, en las distintas formas
    que presentan en su conjugación, son todos los verbos
    irregulares excepto ser e ir: anduvo, piensas, tuvo,
    tendríamos.

    4.1.1 IRREGULARIDADES MÁS
    FRECUENTES.
     

    Se suelen agrupar según tres modelos o grupos: modelo de
    presente, modelo de pretérito y modelo de
    futuro.

    • Modelo de presente: Las irregularidades que
      presenta un verbo en el presente de indicativo se dan,
      también, en el presente de subjuntivo y en el
      imperativo: apretar: aprieto, apriete y aprieta
      tú.

    Las irregularidades del modelo de presente consisten
    en:

    Diptongación de la vocal del lexema o
    raíz: apretar, yo aprieto; poder, yo
    puedo. Esta irregularidad es muy frecuente en los verbos
    españoles, así: acertar, calentar, fregar,
    comenzar, confesar, defender, encender, extender, gobernar,
    manifestar, merendar, almorzar, mostrar, mover, oler, probar,
    resolver, soñar, volar, volver…

    Adición de consonante (n, z, y): venir, yo vengo;
    producir, yo produzco. Otros verbos que presentan esta
    irregularidad son: agradecer, apetecer, compadecer, conocer,
    crecer, favorecer, merecer, nacer, perecer, tener, poner, valer,
    concluir, destruir, influir…

    Cierre de la vocal de la raíz, e pasa a i: Gemir,
    yo gimo; servir, yo sirvo. Otros verbos: vestir, competir,
    concebir, elegir, freír, medir, pedir, reír,
    rendir, seguir, teñir…

    • Modelo de pretérito: Las
      irregularidades que presenta un verbo en el pretérito
      indefinido se dan en el pretérito imperfecto y futuro
      imperfecto de subjuntivo: andar: anduve, anduviera o anduviese,
      anduviere.

    Las irregularidades del modelo de pretérito son
    cierre de la vocal de la raíz e que pasa a i, y o que pasa
    a u: gemir, él gimió; servir, el
    sirvió.

    Uso de pretéritos fuertes: todos los verbos
    regulares tienen sus pretéritos indefinidos acentuados en
    la sílaba final, son pretéritos débiles:
    canté, temí, partí. Los pretéritos
    fuertes son los que llevan su acentuación en la
    penúltima sílaba y son irregulares: tener, yo tuve;
    haber, yo hube, y otros verbos como: andar, anduve; estar,
    estuve; poder, pude; saber, supe; venir, vine; querer, quise;
    traer, traje; conducir, conduje; decir, dije; hacer,
    hice…

    • Modelo de futuro: Las irregularidades que
      presenta un verbo en el futuro imperfecto de indicativo se dan,
      también, en el condicional simple: tener: tendré,
      tendría. A continuación se señalan las
      irregularidades más frecuentes en lengua
      española.

    Las irregularidades del modelo de futuro consisten en la
    pérdida de la vocal pretónica: caber, yo
    cabré; poder, yo podré…

    Pérdida de vocal pretónica y aumento de
    consonante: valer, yo valdré; salir, yo saldré;
    venir, yo vendré; poner, yo pondré…

    Pérdida de vocal y de consonante: hacer, yo
    haré; decir, yo diré.

    Además de estas irregularidades, los verbos
    españoles presentan otras que suelen ser menos frecuentes:
    decir, yo digo; caber, yo quepo; saber, yo sé. Hay otra
    serie de verbos, los verbos irregulares aparentes, que presentan
    en alguna de las formas de su conjugación alteraciones
    gráficas que no responden a irregularidades
    verbales, sino que corresponden al cumplimiento de las normas
    ortográficas de nuestra lengua: toque, rece,
    cace…

    4.2 VERBOS DEFECTIVOS.  

    Los verbos defectivos no son verbos irregulares desde el
    punto de vista formal, sino que carecen de algún tiempo o
    persona; unas veces, por su especial significado, y otras, por
    dificultades de pronunciación. Así, son defectivos
    los verbos impersonales que, por su significación de
    fenómenos atmosféricos o de naturaleza
    sólo se utilizan en tercera persona de singular: amanecer,
    anochecer, llover, nevar, tronar, granizar… Hay otros verbos
    defectivos de uso frecuente: balbucir, balbucí; agredir,
    agredió; abolir, abolió; transgredir,
    transgredió; atañer, atañe; concernir,
    concierne; soler, suele, solía, solió.

    4.3 VERBOS AUXILIARES.  

    Los verbos auxiliares son los que han perdido o
    debilitado su significado verbal, y se utilizan para la
    conjugación de otros verbos como haber, que se
    utiliza para la formación de los tiempos compuestos: he
    comido, y ser, que se usa para la conjugación en voz
    pasiva: Él era admirado. Otros se emplean en combinaciones
    con formas no personales del verbo de significado pleno y forma
    una perífrasis verbal o frase verbal que pueden ser
    aspectuales: está durmiendo, volvió a
    hablar.

    4.4 VERBOS PLENOS.  

    Los verbos plenos son aquellos que poseen contenido
    semántico pleno: comer, golpear, llorar,
    dormir.

    4.5 VERBOS COPULATIVOS.  

    Los verbos copulativos tienen como función servir
    de nexo o unión entre el sujeto y un elemento nominal o
    adjetivo, que le es atribuido: Luis es listo. Pedro es
    arquitecto. Son los verbos ser y estar, aunque funcionan como
    copulativos otros verbos: quedar, permanecer, encontrarse: El
    niño se encuentra enfermo, La niña permanece
    tranquila.

    4.6 VERBOS PREDICATIVOS.  

    Los verbos predicativos son los que tienen significado
    pleno y constituyen el núcleo sintáctico y
    semántico del predicado: el perro duerme, el obrero
    trabajaba.

    4.7 VERBOS TRANSITIVOS E INTRANSITIVOS
    .

    Los verbos transitivos son aquellos que necesitan de un
    objeto o complemento directo para completar su
    significación: Juan come verduras.

    Los verbos intransitivos son los que no necesitan un
    complemento directo, tienen significado completo: Juan corre.
    Aunque en el uso lingüístico, los verbos no son en
    sí mismos transitivos o intransitivos, sino que se
    denominan así, según su uso: Juan come patatas, uso
    transitivo, y Juan come mucho, uso intransitivo. No obstante, hay
    verbos que se utilizan casi siempre como intransitivos: vivir,
    caminar, existir, nacer, morir. Y otros casi siempre
    acompañados del complemento directo: hacer, tener, comer:
    Yo hago secundaria. Hizo su trabajo; Él tiene calor;
    Él comió chocolate.

    4.8 VERBOS PRONOMINALES.  

    Los verbos pronominales son los que se construyen con
    pronombres reflexivos, de igual persona que el sujeto del verbo:
    marcharse, arrepentirse, avergonzarse, alegrarse, asombrarse… A
    este grupo
    pertenecen los verbos reflexivos, que los hay de dos tipos:
    reflexivos formales, los que tienen forma reflexiva pero no
    valor
    reflexivo; la acción no recae sobre el sujeto que la
    realiza: Juan se atreve; y reflexivos gramaticales, aquellos en
    los que el sujeto es a la vez objeto de la acción:
    lavarse, peinarse…: Sergio se lava. Daniel se peina. Verbos
    recíprocos son los que implican a varios sujetos que
    realizan la misma acción y la reciben mutuamente: Daniel y
    Sergio se pelean

    .4.9 VERBOS IMPERSONALES.

    Los verbos impersonales son aquellos que carecen de
    sujeto: Nieva, llueve, truena. Son los llamados verbos de
    la naturaleza y también unipersonales, pues sólo se
    utilizan en tercera persona de singular.

    Según el modo de la acción, que es una
    categoría semántica propia del verbo, que
    caracteriza el proceso verbal desde el punto de vista de su
    manera de acontecer los verbos se clasifican en: verbos
    perfectivos e imperfectivos, incoativos, frecuentativos e
    iterativos.

    4.10 VERBOS SEGÚN SU MODO DE
    ACCIÓN.
     

    Según el modo de acción, que es una
    categoría semántica propia del verbo y que
    caracteriza el proceso verbal desde el punto de vista de su
    manera de acontecer, los verbos se clasifican en perfectivos,
    imperfectivos, incoativos, frecuentativos e
    iterativos.

    4.11 VERBOS PERFECTIVOS.

    Los verbos perfectivos designan acciones o procesos que
    requieren alcanzar su culminación para producirse como
    tales: saltar, conducir, morir, nacer, abrir, cerrar; por
    ejemplo, el significado de cerrar no se alcanza hasta que la
    acción se completa.

    4.12 VERBOS IMPERFECTIVOS.

    Los verbos imperfectivos son aquellos que no necesitan
    alcanzar su culminación para que la acción o
    proceso tenga lugar o sea completa: andar, leer, nadar, dormir,
    oír, pintar, por ejemplo, el significado de leer, encierra
    un tránsito.

    4.13 VERBOS INCOATIVOS.

    Los verbos incoativos o ingresivos son los que marcan el
    comienzo de una acción o comportamiento: amanecer, envejecer, palidecer,
    iniciar. A veces, indican la duración de la acción
    o comportamiento y presentan forma reflexiva: enfriarse,
    calentarse, dormirse, enriquecerse…

    4.14 VERBOS FRECUENTATIVOS. 

    Los verbos frecuentativos son los que indican una
    acción frecuente o habitual: cortejar, merodear, tutear.
    Suelen ir acompañados de procedimientos léxicos o
    gramaticales que refuerzan el significado frecuente o habitual de
    la acción verbal: Luis ‘tutea’ a menudo a sus
    abuelos.

    4.15 VERBOS ITERATIVOS. 

    Los verbos iterativos o reiterativos expresan acciones
    compuestas de varios actos iguales y repetidos: golpear,
    manosear, vagabundear, patear, besuquear.

    5.
    ESTILÍSTICA DE LAS FORMAS VERBALES.
     

    Cada tiempo y modo del verbo tiene un valor
    estilístico del que se sirve el hablante para expresar su
    estado anímico, independiente del momento temporal real en
    que pase la acción, aunque siempre ligado a los
    significados de los tiempos y modos verbales.

    5.1 MODO INDICATIVO.

    El presente indica que la acción expresada
    por el verbo se da en la época misma en que se habla: Luis
    vive en Guadalajara; Sergio trabaja aquí. Puede presentar
    matices temporales específicos:

    • El presente puntual se refiere a nociones
      momentáneas que se desarrollan en el momento presente
      del hablante: dispara.
    • El presente histórico indica hechos
      pasados y que ya son historia, porque han ocurrido con
      anterioridad: Colón descubre América en 1492. Es una forma
      típica de los escritos de carácter
      histórico y narrativo. El hablante intenta acercar y
      revivir aquellos hechos ocurridos en el pasado.
    • El presente por futuro expresa acciones que
      van a ocurrir en un momento posterior: La semana próxima
      empiezo a trabajar. El hablante expresa una convicción o
      seguridad de que los hechos ocurrirán.
    • El presente ingresivo indica acciones que
      están a punto de realizarse: Ahora mismo
      voy.
    • El presente imperativo expresa obligatoriedad,
      tiene valor de futuro, y es utilizado para expresar un mandato:
      Tú te vas ahora de mi casa.
    • El presente actual indica una acción
      que se está realizando en el momento presente, y que se
      amplía tanto hacia el pasado como hacia el futuro: Vivo
      en Madrid.
    • El presente habitual indica una
      repetición de acciones o procesos que se dan en la
      época del hablante: Me levanto a las ocho.
    • El presente persistente no expresa
      limitación temporal alguna, y se refiere a nociones o
      valores
      universales y eternos: La justicia es
      necesaria.
    • El presente gnómico aparece en
      refranes, proverbios máximas…, que tienen valor no
      sólo en el momento actual sino en cualquier tiempo: A
      quien madruga, Dios le ayuda.
    • El pretérito imperfecto indica la
      duración en el pasado: Yo me iba cuando tú
      llegaste. Expresa una acción inacabada, es como un
      presente en el pasado. Se emplea en las narraciones y
      descripciones y puede emplearse con valores
      específicos.
    • El pretérito imperfecto de
      cortesía
      tiene valor de presente, y se utiliza para
      expresar un ruego o pregunta a una persona con quien no se
      tiene suficiente confianza: Quisiera pedirle su ayuda, en vez
      de quiero pedirle…
    • El pretérito imperfecto de
      opinión
      tiene valor de presente, se utiliza en
      enunciados de opinión: Yo creía que eso era otra
      historia, en vez de yo creo…
    • El pretérito imperfecto imaginativo
      tiene valor de presente y se refiere a hechos imaginados o
      soñados. Es muy utilizado en el lenguaje
      popular y en el lenguaje
      infantil: Yo me comía ahora mil pasteles.
    • El pretérito imperfecto hipotético o
      condicional
      se utiliza en las oraciones condicionales en
      lugar del condicional, expresa una acción posible de ser
      realizada: Si tuviera dinero, me compraba una casa.
    • El pretérito perfecto simple o
      pretérito indefinido
      indica una acción que ha
      ocurrido en el pasado: llegué, vi… No expresa matices
      significativos especiales, ya que expresa siempre hechos que
      han ocurrido en el pasado, indica una acción pasada sin
      ninguna conexión con el presente, la acción ha
      terminado totalmente: El verano pasado estuve en la playa. Pero
      en su uso lingüístico alterna y se confunde con el
      pretérito perfecto compuesto.
    • El futuro simple o imperfecto indica acciones
      que se van a realizar: Iré a tu casa. Su valor
      significativo indica imprecisión temporal y cierta
      eventualidad, su uso es muy escaso en el lenguaje coloquial,
      sobre todo en ciertas zonas de Latinoamérica, donde es desplazado con
      frecuencia por formas del presente de indicativo y por la
      perífrasis obligatoria de infinitivo: Pedro
      llegará el lunes, Pedro llega el lunes, Pedro ha de
      llegar el lunes. Entre los valores
      específicos del futuro se encuentran:
    • El futuro exhortativo expresa obligatoriedad o
      mandato: No matarás.
    • El futuro de cortesía lo utiliza el
      hablante para suavizar la brusquedad de una petición:
      Ustedes me dirán por díganme.
    • El futuro de probabilidad indica duda,
      incertidumbre: Serán las doce. ¿Quién
      llamará a estas horas?
    • El futuro de sorpresa tiene valor de presente,
      sirve para expresar el asombro que produce alguna acción
      o comportamiento: ¡Si será torpe este
      muchacho!
    • El futuro histórico tiene valor de
      pasado, y lo utiliza el hablante para hacer referencia a un
      hecho histórico anterior del que se va a informar, y
      quiere adelantarlo: Lope de Vega nos ofrecerá en su
      dramaturgia un gran avance histórico.
    • El condicional simple indica una acción
      futura e hipotética respecto a otra acción que
      expresa posibilidad: Si estudiara, aprobaría. Es el
      tiempo típico de las oraciones condicionales. Es
      frecuente el uso del condicional como expresión de
      cortesía y de opinión: Me gustaría
      decirle… Quería pedirle un favor, o como valor de
      probabilidad: Serían las diez.
    • Los tiempos compuestos guardan una
      relación significativa con los tiempos simples de los
      que se derivan, y además del valor significativo
      temporal que les es propio, suelen coincidir con los tiempos
      simples correspondientes en los usos especiales:
    • El pretérito perfecto expresa una
      acción pasada pero que dura en el presente del hablante:
      Hoy me he levantado temprano, se relaciona con el
      pretérito perfecto simple. Modernamente, se tiende a
      fundir los dos usos en uno, con predominio de una u otra
      función verbal, según los hábitos
      lingüísticos: en Madrid se prefiere el
      pretérito perfecto y se emplea para significaciones que
      antes correspondían al pretérito perfecto simple
      o indefinido: El mes pasado me he comprado un coche, en parte
      de Castilla y en gran parte de América, al contrario, se
      usa el pretérito perfecto simple: Me compré una
      casa el mes pasado. Aunque esta diferencia todavía se
      mantiene entre escritores y gramáticos y en gran parte
      en el norte de España.
    • El pretérito pluscuamperfecto expresa
      tiempo pasado, su acción se presenta como anterior a
      otra acción también pasada: Cuando llegaron, ya
      había hecho la comida. La acción había
      hecho es anterior a la acción, también pasada,
      llegaron.
    • El pretérito anterior se usa muy poco
      en la lengua escrita y ha dejado de usarse en la lengua
      hablada. Es un tiempo relativo (antepretérito) y expresa
      una acción inmediatamente anterior a otra pasada, por lo
      que su significación temporal no es apreciada en la
      conciencia del hablante. Ha sido sustituido por el
      pretérito indefinido o por el pretérito
      pluscuamperfecto en casi todos los usos y sólo quedan
      algunas formas en la lengua literaria: Apenas hubo amanecido,
      se fue.
    • El futuro perfecto expresa acción
      futura y acabada, anterior a otra acción futura: Cuando
      vengáis ya habré ordenado todo. Puede trasladarse
      al pasado, para indicar una conjetura, la probabilidad de que
      haya ocurrido la acción: Supongo que habrá
      llegado.
    • El condicional compuesto se emplea para
      indicar una acción futura respecto de un momento del
      pasado, pero anterior a otro momento que se señala en la
      oración: Me dijo que cuando yo llegara a casa, ya me
      habría enviado el paquete; la acción
      habría enviado es futuro con relación a dijo,
      pero anterior a llegara. Puede indicar también conjetura
      o probabilidad en el pasado: En aquel tiempo, él ya
      había cumplido treinta años.

    5.2 MODO SUBJUNTIVO.  

    El presente puede referirse indistintamente a un
    tiempo presente: Es preciso que te vayas, o futuro: Es necesario
    que vayas mañana a clase. Nunca se refiere al tiempo
    pasado.

    • El pretérito imperfecto puede indicar
      presente: Aquí estoy porque si no lo hiciera, te
      enfadarías; futuro: Me dijeron, que volviera el lunes, y
      pretérito o pasado: Quedó en llamarme, lo que
      hizo que me pasara todo el día esperando.
    • El pretérito perfecto expresa una
      acción perfecta realizada en una unidad de tiempo que
      incluye pasado o futuro, pero en la que se siente instalado el
      hablante: Espero que hayas escrito esa carta (pasado).
      Cuando la hayas escrito, dímelo (futuro).
    • El pretérito pluscuamperfecto indica
      una acción perfecta y pasada, realizada en una unidad de
      tiempo que ya ha concluido para el hablante: Raro sería
      que tú no hubieras protestado.
    • El futuro imperfecto y el perfecto expresan la
      eventualidad. Se diferencian porque el futuro imperfecto amare
      señala aspecto imperfectivo, en oposición al
      futuro perfecto hubiere amado, que implica el final de la
      acción. Ambas formas han sido desplazadas por otras, en
      el español actual, aunque se emplean en textos
      jurídicos y administrativos. Su uso actual está
      presente en ciertas zonas de América.

    6. SINTAGMA VERBAL.
     
    Es el segundo constituyente de la oración
    gramatical, su núcleo es el verbo en función de
    predicado y a él se refieren, directa o indirectamente,
    todos los complementos que forman el sintagma verbal.

    FORMA  
    El núcleo del predicado verbal es un verbo predicativo,
    que tiene contenido semántico pleno; si tiene otros
    elementos adyacentes, son los complementos del verbo. Estos
    complementos pueden ser sintagmas nominales, adjetivos,
    preposicionales o adverbiales.

    Los verbos que llevan un complemento directo que
    complementa su significación, son verbos transitivos, y
    son verbos intransitivos cuando poseen una significación
    completa, cerrada en sí misma, que no requiere de
    complemento directo: Sergio enseñó el traje
    (complemento directo). Luis duerme mucho; aunque ambos llevan o
    pueden llevar otros complementos verbales. Complemento indirecto
    indica a quién va dirigida la acción del verbo:
    Compré una casa a Carlos o para Carlos, el uso de las
    preposiciones a o para en este ejemplo varía el
    significado de la oración. Complemento de régimen o
    suplemento, su uso es imprescindible para la comprensión
    de algunos verbos: Creo en vosotros; Habla de ello. Complementos
    circunstanciales, formados por sintagmas preposicionales: Sergio
    juega en la calle, con sus amigos, por las tardes; o por
    sintagmas nominales: Todos los días, esta semana; o por
    sintagmas adverbiales: Lo hice ayer; Estoy aquí. Pueden
    indicar lugar: Vivimos en Madrid; tiempo: Iré el martes;
    modo: Escribe con cuidado; materia: El
    pan se hace con harina; instrumento: Corta el pan con cuchillo;
    compañía: Saldré con Sergio; cantidad: Te lo
    dije dos veces; finalidad: Estudié para
    médico.

    Predicado nominal, su núcleo sintáctico es
    un verbo, pero desde el punto de vista semántico, lo
    atribuido es una cualidad o característica expresada por
    un elemento nominal o adjetivo, que califica o clasifica al
    sujeto; el verbo sirve de enlace entre el sujeto y el atributo. A
    estos verbos se les llama copulativos, son verbos carentes de
    significado pleno: El perro es un animal; La casa estaba
    vacía; Sergio es agradable.

    El sintagma nominal precede siempre al sintagma verbal
    en la estructura profunda: Ese chico te está mirando, pero
    estos elementos pueden invertirse en la estructura superficial:
    Te está mirando ese chico. El orden de las palabras dentro
    del sintagma y el orden de los sintagmas dentro de la
    oración depende de cada hablante, de sus predilecciones.
    Una misma persona emplea diferente orden de palabras según
    el oyente a quien se dirija, su intención expresiva o la
    intensidad de los sentimientos expresados. La posición del
    sintagma nominal con respecto al sintagma verbal puede seguir
    varios órdenes. Orden lógico: el sintagma nominal
    va en primer lugar, seguido del sintagma verbal, corresponde a la
    estructura profunda: Ese chico te está mirando. Orden
    invertido: sintagma verbal antepuesto, interesa marcar
    anticipadamente la acción verbal: Te está mirando
    ese chico. Orden rítmico: muy frecuente en la poesía
    y con el fin de destacar unas palabras determinadas: Allí
    estaban, en la plazuela, los muchachos. Orden impulsivo, se
    coloca en primer lugar el sintagma verbal, porque lo que importa
    es recalcar la acción, como expresión de
    sentimientos: ¡Qué te mira ese chico!

    CONTRERAS

     

     

     

     

     

     

     

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