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Recordando a Borges a más de 40 grados




Enviado por mgonzalo



     

    Indice
    1.
    Introducción

    2. El vértigo
    cibernético

    3. Un lector esencial
    4. Borges y la
    política

    5. Los periodistas y las
    preguntas

    6. Borges y la
    globalización

    1.
    Introducción

    "El tiempo es la
    sustancia de la que estoy hecho. El tiempo es un
    río que me arrebata, pero yo soy el río. Es un
    tigre que me destroza, pero yo soy el tigre. Es un fuego que me
    consume, pero yo soy el fuego. El mundo, desgraciadamente es
    real. Yo, desgraciadamente, soy Borges."
    Quiero comenzar afirmando que mi relación con Borges es
    fundamentalmente hedónica, placentera. No soy una acuciosa
    de su filosofía, ni de las teorías
    literarias que tratan de explicarlo, ni mucho menos de la
    metafísica que dicen, pregonan sus textos.
    Disfruto grandemente leyéndolo
    y comprendiéndolo, actividades que- debo confesar- no
    siempre van paralelas.
    Pertenezco a una generación donde Borges era mal visto por
    su rechazo a la izquierda, el peronismo y sus
    opiniones a favor de las dictaduras, en especial a la de
    Pinochet, de manera que durante muchos años estuvo
    "execrado" de nuestras bibliotecas y por
    supuesto de nuestras conversaciones literarias. Solamente se le
    nombraba para reiterar su condición de reaccionario,
    rechazado por toda la izquierda latinoamericana. Gracias a que
    alguna vez le oí decir a nuestro actual Ministro de la
    Defensa, José Vicente Rangel, que él lo
    leía, algunos- entre ellos yo- le levantamos el veto, pero
    diría que en silencio, sin mucha algarabía. De
    manera que buena parte de los 70 y 80, tuvimos acercamientos
    breves y limitados con Borges (traducción de "Hojas de
    Hierba" de Whitman y el prólogo del I Ching). Estoy segura
    que esta historia, es la historia de muchos.
    Será en los primeros años de la década del
    90, cuando viviendo en Maracay(Edo Aragua), compré en un
    remate de libros, dos
    ejemplares del primer tomo de las obras completas de Borges
    publicadas por EMECE y allí comencé- ahora si de
    verdad- a leerlo casi a diario, tratando de recuperar el tiempo
    perdido, cosa que sé imposible y lamentando tanta
    insensatez. La madurez(creo yo) me enseñó que la
    obra literaria de Borges estaba por encima de cualquier
    opinión política, sin que
    esto signifique que convalide alguna de ellas.
    Luego, gracias a una amiga, me inscribí en el 98 en
    Foro Borgesiano (y no
    borgiano, que viene de Borgia y no de Borges), donde participan
    más de 200 admiradores y estudiosos, tanto de Europa como de
    América, del personaje que nos convoca. El
    foro digital está
    localizado en Argentina
    (http://www.puebloblanco.edu.ar). Allí pude
    conocer mejor su obra y por supuesto su anecdotario, que es de lo
    que hoy queremos conversar en este diálogo
    colectivo, por cuanto ir más allá sería por
    demás un atrevimiento de mi parte.
    Este 24 de Agosto Borges cumpliría 102 años.
    ¡Que horror! diría él, pero bien pudo ocurrir
    si tomamos en cuenta que provenía de una familia longeva,
    por ejemplo su madre Leonor de Borges, murió a la edad de
    99 años, perfectamente lucida y lectora.

    2. El vértigo
    cibernético

    Si bien Borges se definía como un escritor del
    siglo XIX, (para muchos el mejor del siglo XX) no existe hasta
    ahora en el siglo XXI autor más citado en Internet, la biblioteca
    universal por definición.
    La primera aproximación que uno hace a Jorge Luis Borges
    en el ciberespacio nos da una inconmensurable suma de más
    de 30 mil páginas dedicadas a divulgarlo, esto sin contar
    los diversos sitios de discusión, las cátedras y
    estudios sobre su obra (por ejemplo entre 1990 y 1997 se
    localizaron 627 trabajos dedicados a él), que
    también existen el ciberespacio pero que no son ubicados
    por el multibuscador GOGLE.
    Una pequeña navegación, en tan extenso
    océano de páginas
    WEB, me señaló que el 50 % está en
    español,
    cosa que ayuda mucho a divulgar nuestro idioma (por cierto un
    tanto maltratado en la red). De manera que podemos
    afirmar que felizmente no se cumplió aquel deseo de Borges
    de morir sin que nadie lo recordará. Lamentablemente
    muchas de estas páginas, creadas en el vértigo del
    centenario en 1999, hoy están desactivadas, especial
    mención debemos hacer a la del diario Clarín de
    Argentina, sitio
    donde incluso se podía escuchar la voz del propio Borges
    recitando uno de sus poemas.
    De acuerdo a un trabajo publicado por Carlos Yusti, escritor
    valenciano, en la revista
    electrónica "Venezuela
    Analítica" en junio
    de 2000, Internet sólo es una
    metáfora soñada por Borges en el "Libro de
    Arena" y cita a Álex Barnet quien escribe: "…, Internet
    es la encarnación más próxima a esa
    visión sobre libros de
    infinitas páginas en constante cambio y
    bibliotecas sin
    principio ni fin que apuntó el genial Jorge Luis Borges
    en el libro
    señalado. Esta poderosa coincidencia entre las
    metáforas de Borges y la tecnología virtual y
    digital que sustenta Internet resulta sorprendente, pero es real
    y va mas allá de la pirueta retórica. Internet y la
    tecnología
    digital están cambiando el mundo de los libros y la manera
    en que estos se hacen, se distribuyen, se compran o se leen".
    En el referido cuento de
    Borges se relata la existencia de un libro extraordinario, de un
    libro que contiene todos los libros. El relato (narrado en
    primera persona) se
    inicia con una enumeración típica de Borges: "La
    línea consta de un número de puntos; el plano, de
    un número infinito de líneas; el volumen, de un
    número infinito de planos; el hipervolumen, de un
    número infinito de volúmenes…" Luego entra en
    materia y pasa
    a relatar una tarde cualquiera. Con un hombre de gris
    que trae una valija en la mano. Que toca a la puerta. Es un
    vendedor de Biblia. Pero además trae consigo un libro
    extraño. Adquirido en los confines de Bikanir. El
    común vendedor le entrega el raro ejemplar al narrador del
    relato. Este lo abre al azar. Las páginas le parecen
    gastadas y de pobre tipografía. Impreso a dos columnas a
    la manera de una Biblia. Le llama la atención que la página par tiene el
    número 40.514 y la impar 999. O como lo escribe Borges: Lo
    adquirí en un pueblo de la llanura, a cambio de unas
    rupias y de la Biblia. Su poseedor no sabía leer. Sospecho
    que en el Libro de los libros vio un amuleto. Era de la casta
    más baja; la gente no podía pisar su sombra, sin
    contaminación. Me dijo que su libro se
    llamaba el Libro de Arena, porque ni el libro ni la arena tienen
    principio ni fin".

    Me pidió que buscara la primera hoja.
    Apoyé la mano izquierda sobre la portada y abrí con
    el dedo pulgar casi pegado al índice. Todo fue
    inútil: siempre se interponían varias hojas entre
    la portada y la mano. Era como si brotaran hojas del libro.
    —Ahora busque el final.
    También fracasé; apenas logré balbucear con
    voz que no era la mía:
    —Esto no puede ser.
    Siempre en voz baja el vendedor de biblias me dijo:
    —No puede ser, pero es. El número de página
    de este libro es exactamente infinito. Ninguna es la primera;
    ninguna, la última. No sé porque están
    numeradas de ese modo arbitrario. Acaso para dar a entender que
    los términos de una serie infinita admiten cualquier
    número.
    Prosigue Yusti señalando que " En el Internet cada sitio,
    cada página
    web, tiene un número. Cuando se empieza a navegar
    parece no existir ni principio ni fin. A veces se encuentra un
    sitio determinado y luego no se consigue de nuevo, sino que
    aparecen otros sitios similares y mejores. En Internet hay una
    infinidad de temas y los literarios ocupan apenas un espacio no
    muy extenso. No obstante la literatura y los libros han
    encontrado su sitio por excelencia en Internet. Se especula que
    uno de los negocios
    más rentables es Amazon.com, una gran librería
    virtual. También las bibliotecas virtuales ponen en
    contacto al navegante con los autores más variados y con
    esos textos clásicos de siempre que adquieren un barniz
    renovado.
    Se determina que cada día se añaden a la red alrededor de veinte mil
    páginas web con los
    contenidos más disímiles. De forma paulatina
    Internet se ha ido convirtiendo en un verdadero libro de arena
    con escrituras en cualquier idioma. De un portal pasas a una
    página
    web y de allí puedes conectar con otra ventana y con
    otros muchos sitios. Cada vez que se navega por la red se
    descubren nuevos sites, nuevas webs. Una nueva incursión
    en la red es por lo general una aventura inesperada ya que esta
    cambia continuamente. Entrar en Internet es como abrir El libro
    de Arena imaginado por Borges. Las páginas se suceden de
    manera infinita y uno quiere navegar, explorar sin tomar pausa,
    sin darse un respiro.
    El informe titulado,
    "Virtual community on the electronic frontier", habla de
    "ciberadicción". Los "ciberadictos" se alejan del mundo
    cotidiano para abocarse a la pantalla de sus computadoras
    desde donde pueden hacer nuevos amigos, adquirir información, ciberjuegos, realizar comprar
    y una amplia gama de posibilidades con sólo navegar por
    Internet.
    Casualidad o no en el cuento citado
    de Borges, el protagonista cambia el monto de su
    jubilación y una Biblia de Wiclif, en letra gótica,
    herencia
    familiar, por el libro de Arena. Así narra Borges los
    pormenores del personaje y su singular y extraña
    posesión: "No mostré a nadie mi tesoro. A la dicha
    de poseerlo se agregó el temor de que lo robaran, y
    después el recelo de que no fuera verdaderamente infinito.
    Esas dos inquietudes agravaron mi ya vieja misantropía. Me
    quedaban unos amigos, dejé de verlos. Prisionero del
    Libro, casi no me asomaba a la calle. Examiné con una lupa
    el gastado lomo y las tapas, y rechacé la posibilidad de
    algún artificio".

    Algunos datos
    Hablemos ahora de algunos datos, sobre su
    vida, casi por no dejar. Jorge Luis Borges Acevedo -de acuerdo a
    una pequeña biografía elaborada
    por Emir Rodríguez Monegal y Francisco Arias, cibernauta
    español-
    nace en Buenos Aires el
    24 de Agosto de 1899. Desde muy niño quiso ser escritor.
    Fue educado de manera bilingüe. A los siete años
    escribe en inglés
    un resumen de la mitología
    griega, a los ocho, La Visera Fatal, inspirado en un episodio
    del Quijote. A los nueves traduce del inglés
    "El
    Príncipe Feliz" de Oscar Wilde.
    Al estallar la Primera Guerra
    Mundial, la familia
    Borges viaja por Europa, y
    según Borges, "quedamos encajonados en Ginebra".
    Allí Georgie- como es llamado en su casa- estudia
    bachillerato y descubre a los clásicos franceses e
    ingleses. Aprende el alemán, traduciendo a Heine. En 1919
    Borges viaja por primera vez a España.
    La familia se
    instala en Barcelona y después en Palma de Mallorca.
    Escribe dos libros que nunca se editaron: Ritmos rojos o Salmos
    rojos (poemas donde
    se exalta la revolución
    rusa de octubre) y Los naipes del Tahúr. Viaja a
    Sevilla, donde entabla contactos con el movimiento
    ultraísta. Publica su primer poema "Al mar" y colabora en
    las revistas literarias Cervantes, Grecia, Ultra,
    Cosmópolis…
    Borges funda en 1922 la revista Proa,
    en Buenos Aires.
    Al año siguiente publica su primer libro de poemas Fervor
    de Buenos Aires, al que seguirán muchos. "En los treinta
    años siguientes Georgie se transforma en BORGES; es decir
    en uno de lo más brillantes y polémicos escritores
    de nuestra América" (Monegal dixi).
    En 1942, la revista Sur, fundada por Victoria Ocampo, publica un
    número especial de desagravio a Borges por
    habérsele negado el Premio Nacional de Literatura.
    En 1945, su madre y su hermana son detenidas después de
    haber participado en manifestaciones antiperonistas. Al
    año siguiente, por haber firmado varias declaraciones de
    intelectuales antiperonistas, el gobierno lo
    transfiere de su labor de bibliotecario al puesto de inspector de
    uvas y conejos en los mercados y ferias
    públicas. Renuncia a su puesto y venciendo su timidez
    comienza a dar conferencias en Argentina y Uruguay. Se
    funda la revista Anales de Buenos Aires y es nombrado director.
    Es elegido presidente de la Sociedad
    Argentina de Escritores.
    En 1955, el nuevo gobierno
    argentino designa a Borges como director de la Biblioteca
    Nacional. Al año siguiente ocupa la cátedra de
    Literatura Inglesa de la Facultad de Filosofía y Letras de
    la Universidad de
    Buenos Aires. Obtiene, en 1957, el Premio Nacional de
    Literatura.
    En 1967 comparte con Samuel Beckett el premio Fomentor otorgado
    por el Congreso Internacional de Escritores, y que será el
    comienzo de su reputación en todo el mundo occidental.
    Recibirá luego otros premios del gobierno italiano, el
    fránces, el británico, incluyendo el Cervantes.
    En 1967 contrae matrimonio con
    Elsa Astete a la que había conocido en su juventud,
    posteriormente lo haría con María Kodama. Para
    muchos, estos matrimonios nunca llegaron a consumarse. En 1971 es
    nombrado doctor Honoris Causa de la Universidad de
    Oxford. Jorge Luis Borges muere
    en Ginebra el 14 de junio de 1986.

    3. Un lector
    esencial

    Si alguna definición gustaba dar de si mismo era
    la de lector más que la de escritor:
    Me considero esencialmente un lector. Como saben ustedes, me he
    atrevido a escribir; pero creo que lo que he leído es
    mucho más importante que lo que he escrito. Pues uno lee
    lo que quiere, pero no escribe lo que quisiera, sino lo que
    puede.

    El destino
    Una de las ideas recurrentes de Borges está ligada al
    destino y cómo el fin último de nuestra existencia
    está justificada si sabemos cual es nuestra misión:
    "Le doy vueltas a una idea: la idea de que, a pesar de que la
    vida de un hombre 
    se componga de miles y miles de momentos y días, esos
    muchos instantes y esos muchos días pueden ser reducidos a
    uno: el momento en que un hombre averigua quién es, cuando
    se ve cara a cara consigo mismo. Imagino que cuando Judas
    besó a Jesús (si es verdad que lo besó)
    sentiría en ese momento que era un traidor, que ser un
    traidor era su destino y que le era leal a ese destino aciago.. Y
    no he dejado de darme cuenta desde entonces. Y quizá desde
    aquel momento (debo exagerar por el bien de la conferencia) me
    consideré un "literato".
    Es decir, me han sucedido muchas cosas, como a todos los hombres.
    He encontrado placer en muchas cosas: nadar, escribir, contemplar
    un amanecer o un atardecer, estar enamorado. Pero el hecho
    central de mi vida ha sido la existencia de las palabras y la
    posibilidad de entretejer y transformar esas palabras en poesía".
    Readableness
    Hay una palabra (entre muchas) relacionada con Borges que me
    cautiva: readableness, de origen inglés. En español
    no existe una palabra parecida. La misma se refiere a aquellos
    textos que provoca leerlos más de una vez. Por
    oposición hay libros cuya readableness es cero, que no
    pueden leerse más de una vez porque en la primer lectura queman
    toda su magia.
    Los textos de Borges tienen capas, como la cebolla diría
    César Chirinos, cada relectura ofrece nuevas
    aristas…además sus textos se "enriquecen entre ellos,
    colaboran entre ellos, se reflejan, obran en equipo".
    Borges, para mi, es sinónimo de readableness.

    4. Borges y la
    política

    En "Situación del escritor en América
    Latina" de Benedetti, afirma:
    "No estoy proponiendo aquí que, tomando como base sus
    abyecciones políticas,
    proclamemos la invalidez de la obra de Borges. Semejante actitud
    sería de una estupidez irremediable. Creo, eso sí,
    que Borges tiene desde ya asegurados dos lugares de
    excepción: uno en la más exigente de las
    antologías, otro(para usar su propia terminología)
    en la historia
    universal de la infamia. Siempre haré lo posible por
    que la segunda consideración no invalide la primera; pero
    también aportaré mi esfuerzo para que la primera no
    invalide la segunda.
    Borges tuvo muchos enemigos, sobre todo en la izquierda menos
    inteligente. También el peronismo le
    aborrecía. Ahora parece que se le ha perdonado y, por fin,
    ya no es bandera ni a favor ni en contra de ninguna
    idea».
    No obstante "las posiciones" de Borges, "en 1982, durante esa
    guerra atroz
    en el Atlántico Sur, se pronunció claramente a
    favor de la paz. "Desde Uruguay yo
    observaba azorada a ese dictador delirante que un día
    invadió las islas y mandó a la muerte a
    miles de chiquilines de 18 años. Fue algo tan infame que
    yo no salía de mi asombro al ver a algunos argentinos que
    yo admiraba y no los creía tan nacionalistas, apoyar la
    invasión. Menos mal que estaba Borges" declaró una
    de las participantes en el foro Electrónico que les
    señale al comienzo y de donde he tomado gran parte de los
    materiales que
    estoy leyendo.
    Frente a la guerra de Las
    Malvinas es
    famosa la expresión de Borges cuando afirmó que la
    misma "era una pelea de dos
    calvos por un peine".
    No hay que olvidar que Borges rectificó en los años
    80 su posición respecto a las dictaduras sudamericanas en
    numerosas declaraciones públicas. En una entrevista
    manifestó no haber obrado bien al declararse partidario de
    la dictadura militar
    y "…`pero puedo aducir en mi descargo que me faltaba información. No se olvide que soy ciego y
    dependo de lo que los demás me dicen. Ahora sé
    muchas cosas más que entonces (…).
    Dicen que los desaparecidos se elevan a veinticinco mil, pero la
    cifra es lo de menos. Con un solo desaparecido sería
    más que suficiente."

    Diccionario Personal
    Si algo ha encantado de Borges es su original forma de enunciar y
    nombrar las cosas y las circunstancias, de allí que hayan
    diversos diccionarios
    de Borgerías, como este por ejemplo, editadas por Mario
    Paoletti y su mujer, Pilar
    Bravo; que por supuesto es apenas una pequeña muestra de su
    gran diccionario
    personal
    Amenaza (s): ¿de qué otra forma se puede amenazar
    que no sea de muerte? Lo
    interesante, lo original, sería que alguien lo amenace a
    uno con la inmortalidad.
    Artificios: yo creo que de todos los géneros quizá
    el policial sea el más artificial, porque en verdad los
    crímenes no se resuelven por razonamientos, sino por
    delaciones.
    Beatos: yo creo que es mejor pensar que Dios no acepta
    sobornos.
    Best sellers: en mi época no había best sellers y
    no podíamos prostituirnos. No había quien comprara
    nuestra prostitución.
    Biblioteca: ordenar una biblioteca es una manera silenciosa de
    ejercer el arte de la
    crítica.
    Borges: dicen que soy un gran escritor. Agradezco esa curiosa
    opinión, pero no la comparto. El día de
    mañana, algunos lúcidos la refutarán
    fácilmente y me tildarán de impostor o chapucero o
    de ambas cosas a la vez. No he cultivado mi fama, que será
    efímera.
    Buenos Aires: siempre he sentido que hay algo en Buenos Aires que
    me gusta. Me gusta tanto que no me gusta que le guste a otras
    personas. Es un amor
    así, celoso.
    Democracia: es
    una superstición muy difundida, un abuso de la estadística.
    Deporte: yo creo
    que habría que inventar un juego en el
    que nadie ganara.
    Distancias: antes las distancias eran mayores porque el espacio
    se mide por el tiempo.
    Elegidos: estuve dos días en Israel y,
    desgraciadamente, noté que son casi hitleristas. La
    diferencia es que ellos no insisten en la idea de la raza
    germánica sino en la del pueblo judío.
    Envidia: el tema de la envidia es muy español. Los
    españoles siempre están pensando en la envidia.
    Para decir que algo es bueno dicen: "Es envidiable".
    Fútbol: El fútbol es popular porque la estupidez es
    popular
    Kant: hice una
    tentativa con Crítica de la razón pura, pero fui
    derrotado por el libro, como la mayor parte de las personas.
    Incluso como la mayor parte de los alemanes.
    Más allá: el infierno y el paraíso me
    parecen desproporcionados. Los actos de los hombres no merecen
    tanto.
    Opiniones: quizá haya enemigos de mis opiniones, pero yo
    mismo, si espero un rato, puedo ser también enemigo de mis
    opiniones.
    Revoluciones: no sé hasta qué punto un escritor
    puede ser revolucionario. Por lo pronto, está trabajando
    con el idioma, que es una tradición.
    Suicidios: Hemingway, que fue medio compadre, terminó
    matándose porque se dio cuenta de que no era un gran
    escritor. Esto lo salva, en parte.
    Universidad: la Universidad debiera insistirnos en lo antiguo y
    en lo ajeno. Si insiste en lo propio y lo contemporáneo,
    la Universidad es inútil, porque está ampliando una
    función
    que ya cumple la prensa.
    Vicios: yo no bebo, no fumo, no escucho la radio, no me
    drogo, como poco. Yo diría que mis únicos vicios
    son El Quijote, La divina comedia y no incurrir en la lectura de
    Enrique Larreta ni de Benavente.

    5. Los periodistas y las
    preguntas

    Para Borges "El periodismo se
    basa en la falsa creencia de que todos los días sucede
    algo nuevo". Veía en la sucesión de las noticias
    un  amontonamiento inservible y vacuo, pero además -y
    sobre todo- se interesaba por los acontecimientos situados en el
    pasado, no en los del presente.  Para él,  era
    más importante o digno de atención aquello que ya estuviera trabajado
    por el tiempo, labrado por las cicatrices y el transcurso de las
    generaciones.
    "Generalmente siempre son las mismas preguntas. La primera es si
    soy argentino. Les digo que sí, que al fin y al cabo no es
    tan raro ser argentino, puesto que estamos en Buenos Aires y en
    esa ciudad habrá seis o siete millones de argentinos y que
    en el país habrá veinte o veinticinco millones.
    Raro sería ser argentino en Groelandia o en
    Pakistán. Otra pregunta repetida es si todo lo que escribo
    lo hago primero en inglés y luego lo traduzco al
    español. Yo les digo que sí, que, por ejemplo, los
    versos: "Siempre el coraje es mejor, / nunca la esperanza es
    vana, / vaya pues esta milonga, / para Jacinto Chiclana" se ve en
    seguida que han sido pensados en inglés; se notan,
    inclusive, las vacilaciones del traductor."

    El humor y la ironía
    El humor es fundamental en Borges y gran parte de su anecdotario
    está marcado por esta impronta y por supuesto, por la
    ironía. De acuerdo aun trabajo realizado por Alberto
    Melograno Lecuna, director del Foro Borgesiano Virtual, cuando
    Borges era presidente de la SADE (Sociedad
    Argentina de Escritores), un miembro angustiado le
    preguntó:
    -Borges,  qué podemos hacer por los jóvenes
    poetas?
    -Disuadirlos -contesto Borges.
    Otro desmesurado, en cierta ocasión, le estrechó la
    mano y, pleno de emoción, le dijo:
    – Usted sabe, Borges? Yo escribo.
    -Yo también.
    Hubo una señora que lo paró en la calle y le
    pregunto:
    – Usted es Borges, verdad?
    -Momentáneamente.
    Borges habla de una soledad central, prosigue Alberto Melograno,
    " esa soledad central es, a mi entender, la base de su humor. Yo
    creo que en Borges el humor era un sistema de
    salvación. Borges traslada las imposibilidades de su vida:
    el amor que
    nunca tuvo, el deseo de un hijo -el hijo que nunca tuvo-, el no
    haber peleado en los campos de batalla como sus mayores, toda esa
    serie de imposibilidades, ese corpus de imposibilidades, lo
    sublima, como se dice ahora, y lo convierte en una figura
    retórica, pacta secretamente en las raíces y
    desmorona la realidad cotidiana.
    Creo que eso tiene el humor de Borges: la capacidad de desmoronar
    la realidad cotidiana, pero no solo la realidad, sino
    también la seguridad. Esa
    seguridad
    cotidiana que nos da la aceptación de las convenciones.
    Borges solía hablar (mal) de cosas sagradas. Cosas tan
    sagradas como el fútbol, el tango,
    Gardel.
    En el libro "Borges, sus días y su tiempo", Maria Esther
    Vázquez cuenta que cuando Borges "era todavía
    profesor en la Facultad de Filosofía y Letras de la
    Universidad de Buenos Aires, una mañana irrumpió un
    muchacho en su aula y lo interpelo:
    -Profesor, tiene que interrumpir la clase.
    – Por qué? -preguntó Borges.
    -Porque una asamblea estudiantil ha decidido que no se dicten mas
    clases hoy para rendir homenaje a Fulano de Tal.
    -Ríndanle homenaje después de la clase -agrego
    Borges.
    -No. Tiene que ser ahora y usted se va.
    -Yo no me voy, y si usted es tan guapo, venga a sacarme del
    escritorio.
    -Vamos a cortar la luz
    -prosiguió el otro.
    -Yo he tomado la precaución de ser ciego. Corte la
    luz,
    nomás.
    Borges se quedó, hablo a oscuras, fue el único
    profesor que dicto su clase hasta el final, y sus alumnos,
    impresionados, no se movieron del aula."

    Gardel y el tango
    Gardel: Gardel y yo tenemos algo en común: a ninguno de
    los dos nos gusta el tango.
    Este fue uno de los temas que más escozor produjo, por
    cuanto afirmó: "Dudo de la virilidad de ese compadrito
    francés, Carlos Gardel:  acaso no se empolvaba la
    cara?".
    Las definiciones de Borges sobre el tango forman parte de la
    mejor tradición de sus declaraciones polémicas: su
    repudio a Gardel o al bandoneón le han valido criticas y
    cuestionamientos por parte de los tangueros. Pero en una entrevista con
    Antonio Carrizo realizada para la
    televisión argentina en 1981 y publicada en La Maga en
    1996 , Borges acepta que Gardel "sigue cantando en la memoria de
    los hombres" y admite que no importa su opinión personal sobre el
    cantor comparado con eso. También habla de Piazzolla,
    Pascual Contursi, Vicente Rossi y de los tangos de la vieja
    guardia, los que reconoce que le gustan tanto como las
    milongas.
    -Lo que me pasa a mí con los tangos de Piazzolla, que mi
    cuerpo no los oye como tangos. Creo que le pasa a todo el mundo,
    que los tangos que él ha hecho no se oyen como tales. El
    tango obliga al cuerpo a hacer cierto tipo de movimiento.
    -¿ Usted cree entonces que cuando el hombre
    escucha el tango es todo oreja?
    -Bueno, oreja es demasiado, pero me parece que hay una cadencia
    que se reconoce. Yo creo que el tango declina con Gardel, con La
    cumparsita.
    -Pero entonces vamos a ser positivos y no negativos.
    -Es que los tangos de la vieja guardia son de hecho milongas, si
    son buenos.
    -Por ejemplo..
    -Podría dar nombres, El apache argentino, Rodríguez
    Peña, El entrerriano, La morocha y Cuzquito. Esos
    los oigo como tangos, en cambio La cumparsita me la hizo
    oír un primo mío, eso no tiene nada que ver con el
    tango. Yo volví de Europa y él me hizo oír
    un tango llamado La cumparsita, creo que era "cumparsita".
    "¿Esto qué es?", le dije; "El mejor tango", me
    respondió; "Puede ser, pero yo no lo oigo como tango".
    -Bueno, ocurre otra cosa; yo estaba en el año sesenta y
    uno en Austin, Texas, un territorio que yo quiero mucho, y
    había, un señor paraguayo y me hizo oír unos
    tangos, yo estaba avergonzado, se llamaban A media luz, La
    cumparsita, no recuerdo los otros, y pensé, qué
    horror, voy a tener que simular que me gustan y a mí me
    parecen una vergüenza. Luego me di cuenta de que estaba
    llorando, es decir, que mi cuerpo lo sentía de otro
    modo.
    -Entonces, de Gardel se dice que cada día canta mejor.
    -Eso quiere decir que sigue cantando en la memoria de los
    hombres. Si cada día canta mejor, sigue cantando
    después de su muerte
    corporal.
    -Y ¿qué significa seguir cantando en la memoria de
    los hombres?
    -¡Caramba!, le parece poco, eso es más que la
    gloria. Qué importa mi opinión personal sobre
    Gardel comparado con eso; además, tengo la
    impresión de que no ha podido ser reemplazado, los que
    cantan tangos ahora no lo hacen como él. Creo que todos
    pensamos eso.

    Venezuela, LUZ y el Honoris Causa
    R.Rattia: Maestro, ¿cómo se sintió cuando se
    enteró que una Universidad venezolana se negó a
    otorgarle el Doctorado Honoris Causa aduciendo que usted era un
    "pensador de derecha", que sus ideas eran "reaccionarias",
    "fascistas?".
    J.L.Borges: Como dijo mi entrañable amigo Emil Cioran: "la
    lucidez es incompatible con la respiración". Después de todo estoy
    indeciblemente agradecido por el no otorgamiento de esa
    distinción académica. En el fondo los premios son,
    casi siempre, malos entendidos. Se trata de una anécdota
    sin importancia.
    Resulta que tengo… soy trece veces – una mala cifra pero claro,
    "Doctor Honoris Causa". Un falso doctor, ¿no? Debo eso a
    la generosidad y a la indulgencia.

    El poema "Instantes"
    En cuanto al éxito
    del poema "Instantes", es necesario dejar claro que aunque es uno
    de los más conocido atribuidos a Borges, esto es falso.
    Iván Almeida, investigador adscrito al Centro de Estudios
    de Borges, ubicado en Dinamarca,(http://www.hum.au.dk/romansk/borges/bsol/iainst.ht)
    ha realizado una minuciosa investigación para dar con la verdad sobre
    este espinoso tema.
    " En el prólogo del volumen Borges en
    la Revista Multicolor (1995) María Kodama, vuelve sobre un
    asunto que ya la había llevado a obtener condenas y
    retractaciones públicas:
    Lo más notable
    es comprobar que esa misma gente que no aprueba la
    publicación de las tres obras [El tamaño de mi
    esperanza, El idioma de los argentinos, Inquisiciones], frente al
    poema "Instantes" o "Momentos" de la escritora norteamericana
    Nadine Stair, atribuido falsamente —quiero creer que por
    ignorancia— a Borges, esa gente, repito, nada dijo ni del
    estilo ni del contenido de esos versos. Aunque resulte infantil
    el lenguaje
    empleado y totalmente contradictorio el mensaje transmitido por
    el poema, con respecto a los principios que
    Borges sustentó hasta el fin de su vida.
    Se llegó al horror de leer y enseñar en instituciones
    oficiales, y atribuyéndolo siempre a Borges, ese poema sin
    valor
    literario.
    En el diario El País del 9 de mayo de 1999, Francisco
    Peregil publica una nota intitulada "El poema que Borges nunca
    escribió", en la que, sin más argumentos que su
    justificada indignación, remacha la teoría
    de Kodama:
    Craso error, porque la verdadera autora del apócrifo es
    una desconocida poetisa norteamericana llamada Nadine Stair, que
    lo publicó en 1978, ocho años antes de que Borges
    muriera en Ginebra, a los 86 años.
    El problema es que la crítica literaria no obedece a la
    lógica
    binaria: poder afirmar
    que un texto no es de
    Borges no es haber probado que su autor es Nadine Stair.
    La conclusión que saca Benjamín Rossen de las
    docenas de versiones que compara, es que todas se sitúan
    en alguna parte de un inmenso recorrido de plagio de un autor
    único y con copyright, Don Herold. Desautorizar las
    versiones borgistas y stairistas me parece justificado.
    Atestiguar la originalidad del texto de
    Herold y la propiedad
    intelectual de su autor parece igualmente imponerse. Pero es
    metodológicamente difícil decidir que Herold no
    tiene predecesores. Desde el medioevo escolástico sabemos
    que es más fácil demostrar una existencia que una
    no-existencia. Por eso no podemos descartar del todo la hipótesis de que, a su vez, el texto del
    caricaturista hinque sus raíces en un locus
    común.
    El público, aun el más ingenuo, no necesitaba un
    texto más de esta índole. Con un Paulo Coelho joven
    y en buena salud, todos
    los países de mundo disponen de una reserva de
    espiritualidad barata por bastante tiempo.
    Tal vez el fenómeno resida en una íntima voluntad
    de ser engañados cuando el mundo no llega a acomodarse a
    los propios sueños. Y esto, independientemente de la
    capacidad de discernimiento de la persona en
    cuestión. Lo cierto es que muchos de los poemas personales
    de Alastair Reid evocan el mundo plasmado por "Instantes".
    Podría pensarse que de esa secreta e inconsciente voluntad
    de error esté por nacer un nuevo paradigma de
    lectura, al
    que Borges, ciertamente, no sería del todo ajeno.
    Sí, quizás la historia de la literatura es la
    historia de algunos grandes errores de lectura".

    6. Borges y la
    globalización

    " Lo unánime es enemigo de la individualidad, y
    sin individualidad no hay independencia
    critica" afirma un estudioso de la obra de Borges. "Borges se
    hubiera sentido aterrado ante tanta masificación borgeana:
    él, más que nadie, representó el
    individualismo y el capricho; la ajenidad a lo general; el
    desprecio al globalismo. Desdeñó por igual el
    fútbol, los encuentros populistas, los gustos obvios, las
    tendencias de mercado y
    los medios de
    comunicación, que paradójicamente ahora lo
    propagan como si se tratara de un producto de
    consumo
    masivo.
    Si Gardel canta cada día mejor y anula toda posible
    superación, y la camiseta número 10 de
    fútbol nunca más tendrá un portador como el
    que la enterró en su retiro, Borges, sin
    proponérselo, vendría a ser el sepulturero del
    futuro literario argentino. Su efecto devastador darwiniano,
    únicamente dejaría lugar para eternos aspirantes. Y
    tal vez sea cierto".
    En suma, Borges forma parte importante de otras lenguas, de otros
    universos, incluyendo " la historia intelectual de los Estados Unidos,
    hasta el punto de que Susan Sontag lo calificó de maestro
    indispensable para los escritores de lengua
    inglesa."
    Borges, Kodama y la Filosofía
    María Kodama declaró que, «de hecho
    más de la mitad de su biblioteca está formada por
    libros de filosofía. La filosofía es un conocimiento
    que él adquirió de pequeño, antes de saber
    qué era en sí, pues su padre le enseñaba
    conceptos, de forma que siempre los llevó dentro". Pero
    para su compañera Borges no era un filósofo,
    sólo se servía de la misma para sustentar su obra,
    la utilizaba para su creación.

    Borges y el Nóbel
    Nóbel: yo siempre seré el futuro Nóbel. Debe
    ser una tradición escandinava.
    En 1976 le otorgaron la Gran Cruz de la Orden al Mérito
    Bernardo O'Higgins, Chile por
    parte del dictador Augusto Pinochet.
    Dice María E. Vázquez en su biografía que esa fue
    una de las dos razones por las que le fue negado el Nóbel.
    La otra sería la burla que hizo a un joven poeta sueco, en
    una reunión de escritores, a propósito de un poema
    suyo sobre los movimientos de un iceberg. Ese joven era Artur
    Lundkvist que más tarde sería secretario de la
    Academia Sueca.
    Una encuesta
    mundial publicada en 1970 por el Corriere della Sera revela que
    Borges obtiene allí más votos como candidato al
    premio Nóbel que Solzhenitsyn, a quien la academia Sueca
    distinguiría ese año.

    La repatriación de los restos
    De acuerdo aun artículo escrito por Juan Gas parín
    el 20 de junio del 99 en Clarín, "El Venerado por las
    academias, los editores, los expertos, hasta el agotamiento de la
    energía, ilustre y ciego, incapaz de valerse por sí
    mismo y sabiéndose desahuciado, Borges partió a
    morir a Ginebra a fines de 1985. El día de su muerte, el
    14 de junio de 1986, siete meses no cumplidos después de
    su partida, todo se desencadenó con la fluidez de las
    últimas voluntades. No existe ninguna referencia de Borges
    que acredite su decisión de descansar lejos de su patria;
    por el contrario hay numerosas señales de que no se
    imaginó en otro lugar que no fuera la Recoleta, junto a
    sus antepasados. De hecho, apenas un año antes de partir
    de Buenos Aires pidió un presupuesto para
    la refacción de la bóveda familiar y sostuvo largos
    diálogos sinceros con el constructor encargado del
    trabajo, que revelaban la intención de Borges de que su
    cuerpo descansara en la Recoleta. Esta controversia dio lugar a
    una batalla legal que lleva y llevará seguramente
    años".
    Un grupo de
    amigos, sin embargo, parece decidido a hacer valer las voluntades
    que Borges expresó en su obra poética, en especial
    en los últimos versos de La recoleta, de Fervor de Buenos
    Aires, de 1923: "Estas cosas pensé en la Recoleta/ en el
    lugar de mi ceniza". Pero sobre todo argumentan el documento
    firmado por Borges en 1982, sobre su voluntad de ser cremado. En
    1988 elevaron un pedido de exhumación y cremación
    ante las autoridades municipales de Ginebra, con vistas a la
    repatriación, negado por Kodama en tanto "última
    compañera".
    En su libro Borges, esplendor y derrota, la escritora
    María Esther Vázquez dejó la más
    sincera opinión sobre las manipulaciones que
    enmarañaron los últimos años de su gran
    amigo. Pero de los muchos que coinciden con ella ninguno
    imitó su valentía de desafiar esa
    institución de la viudez encarnada en María
    Kodama-Borges.
    El proyecto de la
    repatriación de Borges encuentra el principal escollo en
    la decisión de Kodama, quien ya lo impidió en 1988.
    El casamiento con Borges está en el centro de toda la
    polémica. Tanto Efrom como Sara hacen hincapié en
    que, por no existir el divorcio ni en
    la Argentina ni en Paraguay, Borges
    hizo separaciones de bienes de su
    primera esposa, Elsa Astete, pero nunca pudo divorciarse. Esto
    motivó que Borges y Kodama tuvieran que recurrir a un
    casamiento por procuración en la ignota localidad de
    Colonia Rojas Silva, en Paraguay. Con
    mala suerte, además, porque el encargado del
    trámite habría sido un impostor tripartito, oriundo
    del Cono Sur: un tal Gustavo Gramont Berres, también
    conocido como Benjamín Levi Avzarradel, supuesto
    cónsul paraguayo en Ginebra y actualmente preso en esa
    ciudad por estafador. Un rufián con una trayectoria que
    empalidece la galería de la Historia
    Universal de la Infamia.
    "Ellos nunca se casaron -sostienen Kriner y Efrom-. ¿Con
    qué derecho se decidió el entierro en Ginebra?"
    Cuando se les argumenta que la convivencia da atribuciones,
    Kriner y Efrom aseguran que Borges y Kodama "nunca vivieron
    juntos".
    Es sabido que Kodama nunca vivió en el departamento de la
    calle Maipú y que la convivencia se limitaba a los
    viajes, a las
    estadías de hotel en las que, de todos modos, siempre
    usaban cuartos separados. Atosigado de premios, exhausto de
    conferencias y aterrado por la soledad inválida tras
    la muerte de
    su madre, se sometió con docilidad. "Borges sólo
    quería seguir escribiendo -dice una amiga, quien prefiere
    el anonimato- Tenía pánico de la violencia
    doméstica. Soportaba muchas cosas con tal de no hacer
    barullo." Debido a este problema de invalidez matrimonial, Kodama
    aparece en todos los documentos
    judiciales argentinos como soltera, y, en el certificado de
    defunción como "la última mujer con quien
    convivió", a pesar de haber incorporado el apellido Borges
    al suyo en sus giras por el exterior. Kodama no logró
    cosechar la simpatía de ninguno de los que amaron a
    Borges.
    Ciertamente, el escritor Adolfo Bioy Casares, el más
    íntimo y antiguo amigo de Borges, tuvo el tiempo y la
    disposición, antes de morir en marzo del 99, de contar a
    algunos allegados su visión de los hechos: no sólo
    a María Esther Vásquez le contó que Borges
    mismo no tenía interés en
    ir a Ginebra sino que era la insistencia de Kodama por emigrar a
    Suiza la que motivó la radicación en sus
    últimos meses de vida. "Es ella la que me lleva", cuenta
    Bioy que le oyó decir a Borges. Bioy y Borges dejaron de
    verse totalmente. La desconexión se volvió
    irrefutable en su última semana en la Argentina.
    Pero el hecho más contundente fue que modificara su primer
    testamento, del 28 de agosto de 1979, por uno nuevo, firmado seis
    días antes de dejar el país, donde designó
    "heredera universal de todos sus bienes,
    dinero,
    fondos(…) títulos y
    valores, derechos de
    autor, muebles, libros, objetos de arte,
    manuscritos(…) a la buena amiga María Kodama". A su
    hermana Norah le cedió su parte en propiedad de
    la bóveda familiar de Recoleta. A su sobrino Miguel le
    dejó los 16 tomos de Las mil y una noches en la
    traducción de Burton. Y legó 2.500 australes, una
    cifra insignificante, a "su fiel servidora" Epifania "Fanny"
    Uveda, que lo acompañó cuatro décadas.
    María Esther Vázquez observa que Borges
    imaginó para su tumba "las dos estrictas fechas y el
    olvido", en alusión a las de nacimiento y muerte. "La
    tumba actual de Borges es un cambalache de cosas, hay
    inscripciones en anglosajón, otra fantasiosa que dice "de
    Ulrica a Javier Otálora" (en referencia al cuento Ulrica,
    de El libro de arena). De lo que pidió Borges, nadie le
    llevó el apunte.
    En cuanto a ediciones, el deseo de Borges no fue respetado y
    obras expurgadas por él, como El tamaño de mi
    esperanza, volvieron a editarse. Pero aquí tallan otras
    consideraciones: no conoceríamos a Kafka si su amigo Max
    Brod hubiera respetado su deseo de quemar sus manuscritos.
    En la soñada Ginebra, Borges tendría una
    recaída en enero de 1986. El tumor maligno que se le
    detectó en Buenos Aires se verificó en un
    cáncer de hígado con metástasis.
    La alcaldía de la ciudad le reconoció validez al
    casamiento de María Kodama con Borges y aceptó su
    petición como "última cónyuge". El 15 de
    septiembre de 1988 Sara Kriner se presentó en las Pompas
    Fúnebres Cantonales con la disposición de Borges
    del 82 para ser cremado, con vistas a la repatriación. Las
    autoridades compartieron con Kodama la oposición a su
    exhumación. Como se puede ver aun después de muerto
    Borges sigue suscitando polémica.
    Morelis Gonzalo Vega (mgonzalo[arroba]cantv.net)
    Agosto 2001-08-20 Casa de Los Artesanos. Librería El
    Anaquel. Maracaibo-Venezuela.

    El oro de los tigres
    Es el amor.
    Tendré que ocultarme o que huir.
    Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño
    atroz.
    La hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la
    única. ¿De qué me servirán mis
    talismanes: el ejercicio de las letras, la vaga erudición,
    el aprendizaje
    de las palabras que usó el áspero norte para cantar
    sus mares sus espadas, la serena amistad, las
    galerías de la biblioteca, las cosas comunes, los
    hábitos, el joven amor de mi
    madre, la sombra militar de mis muertos, la noche intemporal, el
    sabor del sueño?
    Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo.
    Ya el cántaro se quiebra sobre
    la fuente, ya el hombre se
    levanta a la voz del ave, ya se han oscurecido los que miran por
    las ventanas, pero la sombra no ha traído la paz.
    Es, ya lo sé, el amor: la ansiedad y el alivio de
    oír tu voz, la espera y la memoria, el
    horror de vivir en lo sucesivo.
    Es el amor con sus mitologías, con sus pequeñas
    magias inútiles.
    Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar.
    ya los ejércitos me cercan, las hordas.
    (esta habitación es irreal; ella no la ha visto.
    El nombre de una mujer me delata.
    Me duele una mujer en todo el cuerpo.

    Los Justos
    Un hombre que cultiva su jardín, como quería
    Voltaire.
    El que agradece que en la tierra haya
    música.
    El que descubre con placer una etimología.
    Dos empleados que en un café
    del Sur juegan un silencioso ajedrez.
    El ceramista que premedita un color y una
    forma.
    El tipógrafo que compone bien esta página, que tal
    vez no le agrada.
    Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto
    canto.
    El que acaricia a un animal dormido.
    El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho.
    El que agradece que en la tierra haya
    Stevenson.
    El que prefiere que los otros tengan razón.
    Esas personas, que se ignoran, están salvando el
    mundo.

     

     

     

    Autor:

    Morelis Gonzalo

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