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Doscientos años de enseñanza del francés en Colombia




Enviado por chareille



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    Indice
    1.
    Introducción.

    2. Origenes de la enseñanza del
    francés en
    Colombia.

    3. Situación del francés de la
    Independencia hasta la segunda
    República.

    4. Situation del francés de 1930 hasta
    hoy.


    6.
    Bibliografía.

    1. Introducción.

    La mayoría de los estudios sobre la historia del francés
    lengua
    extranjera (F.L.E.) se refiere a los países europeos pero
    más raros son los referentes a América
    latina. Porque precisamente hemos tenido que llevar a cabo
    una investigación similar sobre el estatuto del
    francés en Uruguay hace
    algunos años, fuimos especialmente interesados por la
    historia de la enseñanza de la lengua francesa en
    Colombia.
    Vamos pues a intentar mostrar cuáles fueron las
    circunstancias históricas del nacimiento del F.L.E. como
    disciplina
    escolar en el secundario estudiando, por supuesto, la evolución de las políticas
    educativas y lingüísticas colombianas y francesas.
    Haremos también alusión al concepto de
    lengua como elemento del capital
    humano.

    2. Origenes de la
    enseñanza del francés en Colombia.

    Francés, lingua franca en Europa.
    La historia de la enseñanza del francés en Colombia
    en el siglo XIX está estrechamente vinculada a la
    evolución de la situación de este idioma en Europa
    desde el siglo XVII, y sobre todo a su posición de primera
    lengua extranjera al final del siglo XVIII.
    Al final del siglo XVI, período de conflictos
    militares, la difusión del francés se encuentra
    reforzada. En 1539 el Rey François Iº firma la
    resolución de Villers–Cotterêts, edicto
    instaurando al francés como lengua
    administrativa:

    Ordonnance de Villers–Cotterêts, 1539.
    Article 110. Afin qu’il n’y ait cause de douter sur
    l’intelligence des arrêts de nos cours souveraines,
    nous voulons et ordonnons qu’ils soient faits et
    écrits si clairement, qu’il n’y ait ni
    puisse avoir ambiguïté ou incertitude, ni lieu
    à demander interprétation.
    Article 111. Nous voulons donc que tous arrêts, et toutes
    autres procédures, soient prononcés,
    enregistrés et délivrés aux parties en
    langage maternel français et non autrement.
    […]
    Impuesto por
    los soberanos de Francia, se
    considera en adelante al francés a igualdad con
    lo que se cree ser entonces las tres « lenguas de
    Dios »: hebreo, griego y latín. Los
    días de este último estan en peligro ya que que
    la imprenta, preocupada por sus beneficioss, publica cada vez
    más en francés.
    Bajo el reino de Louis XIII (1610–1643), el cardenal
    Richelieu crea la Academia francesa (1635) con el fin de dar a
    la unidad del reino, forjada por la política, una
    lengua y un estilo que lo simboliza y lo cementa. Así
    pues, el artículo XXIV de sus estatutos precisa que
    « la función
    principal de la Academia será trabajar con todo el
    cuidado y toda la diligencia posibles para dar claras normas a
    nuestra lengua y que volverla pura, elocuente y capaz de tratar
    las artes y las ciencias ».
    El resplandor y la potencia de
    la monarquía francesa, el refinamiento de la
    cultura, los
    perfeccionamientos aportados a la lengua por la Academia y los
    gramáticos, la influencia no desdeñable de las
    poblaciones protestantes emigradas, hacen que el francés
    desborda rápidamente del marco de la nación durante los siglos XVII y
    XVIII.
    Es la lengua de la aristocracia y las personas cultivadas en
    todo el Norte de Europa, en Alemania,
    Polonia, Rusia, etc. También es la lengua de la
    diplomacia. Todos los grandes tratados se
    redactan en francés. El imperio de la lengua francesa
    supera ampliamente (y es un constante) al imperio
    político y económico de Francia. Su
    extensión, ayudada por las conquistas reales y el
    éxodo de los protestantes (huguenots) fuera de Francia,
    es entonces especialmente importante en Inglaterra y
    los Países Bajos, y también en Alemania, Suiza,
    Italia, en los
    países escandinavos (Dinamarca y Noruega), en
    Hungría, Polonia, Rusia zarista y hasta en
    Américas. En realidad, no hay una corte alemana o
    italiana, donde no se encuentran Franceses con cargo de
    Ministros, ingenieros, funcionarios, chambelanes,
    académicos, pintores o arquitectos. Federico II,
    el
    Príncipe de Ligne, Casanova, Grimm, el abate
    Galiani, Walpole, Catalina II, María Teresa, José
    II escriben un francés excelente. París es la
    capital
    universal.
    C’est sur la cour que se règle la capitale,
    c’est sur celle–ci que se règle le pays
    […] le français devint partie essentielle
    d’un homme galant, on le fit apprendre aux enfants ;
    le posséder était la qualité primordiale
    d’une gouvernante. […] Il n’y a aucun prince
    qui n’ait plusieurs Français à sa
    Cour ; qui n’entretiennent des comédiens
    français ; qui n’ait au moins un valet de
    chambre français. Les autres grands Seigneurs et petits
    grands Seigneurs suivent ces exemples. (Ferdinand Brunot, 1979,
    p. 345).
    Según Louis Réau (1951), este afrancesamiento se
    extiende a España
    en el momento en que, paradójicamente, su imperio
    comienza a caer.

    El afrancesamiento de la corte española.
    Durante los grandes siglos de la literatura española
    (XVI y XVII), la lengua se desarrolla, se enriquece y se fija en
    parte. Es en esta época que palabras cogidas al
    francés comienzan a afluir:
    asamblea–assemblée, marchar–marcher,
    pilotaje–pilotage, servilleta–serviette, etc Este
    fenómeno se prosigue durante el siglo XVIII período
    del afrancesamiento de las costumbres y de la lengua.
    Los Españoles, quienes durante siglos desprecian el aprendizaje de
    las lenguas extranjeras, comienzan a sufrir la influencia del
    francés durante la ascensión de un príncipe
    Bourbon en el trono de España (Ferdinand Brunot, 1979).
    Además la Inquisición española contribuye,
    paradójicamente, a la difusión de la obra de los
    Enciclopedistas durante el siglo XVIII gracias a la negligencia
    de los Comisarios del Santo Oficio encargados del control en las
    fronteras (cf. Marcelin Defourneaux, 1963).
    Por último, la producción de los manuales de
    enseñanza para el público hispanohablante se
    enriquece. Lo más importante de ellos, por su ventas con los
    públicos españoles, es L’art de bien parler
    français ou grammaire complète de Pedro Nicolas
    Chantreau publicado en 1781 seguido de trece ediciones hasta 1859
    (cf. Gonzalo Suarez Gomez, 1961).

    La lengua francesa en el reino de la Nueva Granada.
    América
    latina participa también, a partir del final del siglo
    XVIII, en este movimiento de
    fascinación que la lengua, la cultura y la
    civilización francesas ejercen en Europa.
    Al principio del siglo XIX, la influencia francesa sobre la
    evolución política de las colonias españolas
    reviste distintos aspectos. La Revolución
    francesa, los Derechos humanos
    y la experiencia republicana inspiran los
    « libertadores » del continente. Bolivar,
    Miranda – quien será funcionario del ejército
    revolucionario francés – Sucre, San Martín
    residen en Europa, en Francia, y están muy vinculados a la
    francmasonería que difunde ideas liberales. In situ, en
    las colonias, inmigrantes franceses, aventureros corsarios, etc.
    combaten para distintas causas (Samantha Chareille, 1997, p.
    60).
    La extraordinaria difusión de la lengua y la literatura
    francesas en gran parte de Europa, gracias a la obra de los
    Enciclopedistas cuyos trabajos literarios y filosóficos
    estan leídos y estudiados por los espíritus de la
    época en su lengua original (cf. Jules Mancini, 1912, p.p.
    76–82), contribuye ampliamente a difundir al francés
    en las regiones más distantes del subcontinente. Otra vez,
    las medidas del Santo Oficio destinadas a impedir la
    penetración de estos libros en
    América hispánica resultan ser un fracaso
    clamoroso. En Santa Fé de Bogotá, esta
    difusión se efectúa principalmente entre los
    estudiantes de los colegios San Bartolomé y Nuestra
    Señora del Rosario.
    La élite criolla so sólo lee en francés sino
    que también lo habla. Varios testimonios de hombres
    políticos quienes vinieron a Europa para acabar su
    formación académica o para encontrar un asilo,
    permiten constatar que el uso del francés se difunde mucho
    por medio de los jóvenes Americanos.

    La educación
    colonial.
    Desde el siglo XVII, la enseñanza en el reino de la Nueva
    Granada está organizada por comunidades religiosas
    jesuitas, dominicanas y franciscanas – que se
    comparten la formación de los estudiantes americanos de
    origen español.
    Se estudian en esta época la gramática latina, la filosofía, la
    teología, la jurisprudencia
    y la medicina. El
    aprendizaje se
    hace en latín. Los futuros sacerdotes encargados de la
    evangelización de los indios estudian también el
    español y las lenguas indígenas y contribuyen
    ampliamente a la protección de algunas lenguas
    autóctonas (Samantha Chareille, 2001, p.p.
    86–87).
    Por lo que se refiere al resto de las lenguas extranjeras, se
    rechazan del plan de estudios.
    La corona española teme que su enseñanza permita la
    entrada de obras capaz de incitar los jóvenes a la
    rebelión. Ahora bien, para esta élite que lee
    secretamente Le contrat social de Jean Jacques Rousseau (Jean
    Camp y Jaime Diaz, 1967), el aprendizaje del francés
    constituye el complemento indispensable para la formación
    de todo joven del siglo XVIII. Para algunos de ellos, esta
    formación se hace en Europa, para otros, se hace en
    autodidactas gracias a los manuales de francés que no son
    prohíbidos por el Santo Oficio (cf. Marcelin Defourneaux,
    1963).
    En conclusión, se puede decir que la posición
    predominante del francés en Europa permite su
    difusión clandestina en América hispánica
    ejercendo una influencia determinante sobre los pioneros de la
    Independencia
    colombiana, no solamente en términos de elecciones
    sociales y económicas pero también en el
    ámbito de las políticas lingüísticas
    hasta la época de la Nueva República.

    3. Situación del
    francés de la Independencia hasta la segunda
    República.

    El establecimiento de relaciones diplomáticas y
    comerciales regulariza las relaciones de Francia y Colombia a lo
    largo del período de la Independencia. Ya, a partir del
    final del siglo XVIII, la circulación de los hombres, de
    las ideas y mercancías contribuye a la difusión de
    la cultura francesa en el reino de la Nueva Granada. Ciertamente,
    Francia toma su tiempo para
    reconocer la independencia de las colonias españolas,
    dividida entre la protección de sus intereses
    económicos y políticos y los compromisos que la
    unen a España. Los responsables de las misiones oficiales,
    encargadas de informarse sobre la situación de la nueva
    República, así como los testimonios de los
    científicos y militares franceses, ponen de manifiesto que
    nuestra lengua y nuestra cultura ocupan un lugar importante, a
    pesar de la ausencia de relaciones privilegiadas a nivel
    económico entre los dos países. El francés
    sigue beneficiándose de su situación de primera
    lengua extranjera.
    De la época de la independencia hasta el año 1880,
    la enseñanza del francés comienza a generalizarse.
    Aparece oficialmente en los textos relativos a la
    enseñanza secundaria en 1821. Se mantiene más
    tarde, igual que el inglés,
    a lo largo del siglo XIX, las instrucciones oficiales de 1826,
    1842, 1850 y 1870 no dejando de reforzar su posición
    (Diana Rodriguez, 1994, p. 78).
    Progresivamente, todas estas directivas ministeriales establecen
    los componentes del o de los métodos
    que los profesores deben utilizar. Citemos en
    particular:

    v A partir de 1826, la imposición de la
    gramática de Chantreau, dirigida hacia un público
    de estudiantes hispanohablantes, y que reemplaza al manual de
    Noël y Chapsal (1897), hecho para un público
    francófono.

    v La prioridad concedida a la traducción en la
    evaluación de su enseñanza en la
    ley de
    1842.

    v El paso de la « clase de
    gramática y traducción francesa » a la
    « clase de gramática, traducción y
    pronunciación francesa » en 1850.

    La aparición de la clase de gramática y
    traducción como materia que
    debe examinarse, a partir de 1828, así como la
    regularización de su presencia en los programas de los
    exámenes públicos, a lo largo de este
    período, dan prueba de la difusión de la
    enseñanza del francés en todo el país.
    Al final de los años 1880 y hasta el primer tercio del
    siglo XX, la conjunción de los factores internos y
    externos (nuevo cambio de
    dirección en la política colombiana
    y laicización de la educación en
    Francia) favorece un nuevo desarrollo del
    francés en Colombia. Esta prioridad del francés
    debida a la prioridad que las congregaciones de origen
    francés le conceden en sus programas de estudios, se
    acompaña de una renovación de los objetivos y
    prácticas de clase.
    Además del hecho de que sigan concediendo un lugar
    considerable a la formación de los « doctos
    cristianos » en francés, el Clero va a
    introducir una enseñanza centrada en la práctica
    del oral. La aparición de las ilustraciones en los
    manuales de los Hermanos de las escuelas cristianas da prueba de
    una cierta innovación.

    4. Situation del
    francés de 1930 hasta hoy.

    Las reformas educativas de la segunda República
    liberal.
    La segunda República liberal comienza en 1930 con la
    elección de Enrique Olaya Herrera a la Presidencia. Esta
    elección pone fin a la hegemonía conservadora que
    se mantuvo al poder durante
    casi un medio siglo. Hasta 1934, este liberal moderado sigue el
    proceso de
    reformas emprendidas bajo el Gobierno del
    último Presidente conservador. Estas reformas no modifican
    de manera fundamental la enseñanza secundaria.
    En cambio, durante el Gobierno del liberal Alfonso López
    Pumarejo (1934–1938), reformas ambiciosas se realizan.
    Señalan un cambio de dirección en la
    educación colombiana: oficialización de un programa para la
    enseñanza de las lenguas extranjeras, el primero que da
    orientaciones metodológicas relativas a la
    enseñanza del francés y el inglés en
    particular; creación de lugares de formación del
    cuerpo docente para la enseñanza primaria y el secundaria;
    unificación de un plan de estudios para el secundario.
    En 1935, la reforma educativa emprendida bajo el Gobierno de
    López Pumarejo introduce cambios en el bachillerato
    clásico que, desde 1932, se extendía sobre seis
    años y que, en adelante, se la proporciona un plan de
    estudios común a los colegios privados y públicos.
    Por primera vez en la historia de la enseñanza del
    francés en Colombia, el Ministerio de Educación
    nacional elabora un programa que determina las orientaciones
    metodológicas tanto al nivel secundario como normalista y
    que deja un amplio lugar a la competencia de
    lectura.
    La novedad de este programa se ubica también en su
    objetivo
    cultural puesto que sus redactores recomiendan:
    Une méthode qui permet l’enseignement direct des
    choses, l’usage de questions et de réponses, de
    conversation entre les élèves et le professeur
    ainsi qu’entre les élèves
    eux–mêmes, de représentations par les
    élèves des actions de la vie quotidienne tels que
    lire, marcher, s’asseoir, etc. (Ministère de
    l’Education nationale, 1935, p. 161)
    Sin insistir en el tema, señalemos que hasta en los
    años veinte, ninguna formación específica
    está prevista para los profesores de los colegios y
    escuelas normales. El cuerpo que enseña la lengua francesa
    está en gran parte constituido por religiosos inmigrantes.
    A partir de los años treinta, se encuentran formaciones en
    lenguas extranjeras en la Facultad de Ciencias de la
    Educación de la Universidad
    nacional de Bogotá, en el Instituto pedagógico
    femenino y en la Escuela normal de
    Profesores de Tunja. Estas tres instituciones
    dan a su vez nacimiento, en 1937, a la Escuela normal superior
    colombiana, creada sobre el modelo de la
    E.N.S. francesa (el conservador católico Rafael Urdaneta
    la cerrará en 1952). La Licencia de F.L.E. nace
    también el mismo año.
    Según el informe de 1947
    elaborado por la Embajada de Francia a Bogotá, hasta 1943,
    dos horas semanales estan dedicadas a la enseñanza del
    francés a lo largo de los seis años del secundario.
    En los años 1944–1945, esta enseñanza ya no
    se hace más que durante los cuatro últimos
    años del secundario. En 1946, un nuevo proyecto impone
    las cinco horas de francés en clase de primera y cuatro en
    terminal.
    Au long de ces changements, le français n’est pas
    sans avoir perdu, il faut bien le reconnaître, sa nature de
    langue indispensable, de véhicule essentiel de la culture,
    obligatoire dès le début des études
    secondaires, pour passer au rang de seconde langue
    étrangère. (Ambassade de France à
    Bogotá, 1947)
    Tengamos en cuenta que este paso de primera a segunda lengua
    extranjera sólo se concreta definitivamente a partir de
    los años cincuenta ya que, hasta esta época, a
    pesar de las instrucciones oficiales, los establecimientos
    religiosos dirigidos por Franceses siguen concediendo una
    prioridad al estudio del francés.

    Las reformas educativas de 1953 et 1955.
    El lugar del francés en la enseñanza secundaria
    después de la Segunda Guerra
    Mundial será determinado tanto por la situación
    internacional como por el contexto sociopolítico de
    Colombia. En esta época, los países europeos
    concentran sus esfuerzos en la reconstrucción de sus
    economías y descuidan por lo tanto sus relaciones con
    América latina que acude entonces a los Estados Unidos
    que aparecen en los ojos del mundo como los garantes del orden
    occidental.
    En Colombia, el año 1946 marca la vuelta
    de los conservadores al poder. Se asiste a la
    radicalización de las contradicciones entre liberales y
    conservadores y a la agravación de las condiciones de
    vida. Tras el asesinato del líder
    liberal Jorge Gaitán comienza una guerra civil.
    En 1953, Gustavo Rojas Pinilla toma el poder por medio de un
    golpe de
    Estado. Esta dictadura dura
    hasta 1957 (véase Antonio García, 1985,
    p.p.79–82 y Carleton Beals, 1966, p.p. 197–224).
    De 1946 a 1957, diecinueve Ministros de Educación nacional
    se suceden traduciendo la inestabilidad que Colombia conoce a
    todos los niveles durante este período.
    En 1951, por el Decreto 75 relativo a la adopción
    de un nuevo plan de estudios del secundario, la lengua francesa
    sigue siendo obligatoria en los primer, segundo y quinto
    años con cuatro horas semanales (Ministerio de
    Educación nacional, 1959, p.p. 545–548). En
    diciembre del mismo año, el Ministerio modifica otra vez
    el programa de estudios mediante el Decreto 2250 y la
    enseñanza del francés sólo se hace durante
    los tres últimos años del secundario, tres horas
    por semana en cuarto y quinto año y cuatro horas en
    terminal. El estudio del inglés, por su parte, se extiende
    a cuatro años.
    Bajo la dictadura, el bachillerato es de nuevo propenso a
    reformas. El Decreto 189 de 1953 propone un bachillerto nocturno
    extendido sobre ocho años, característica de la política
    populista del tiempo. En este programa el francés es
    obligatorio los tres últimos años.
    El Decreto 925 de 1955 establece por su parte un bachillerato
    elemental de cuatro años en que el inglés se
    enseña cinco horas a la semana los dos primeros
    años, cuatro joras en tercero y tres en cuarto. El
    francés cuenta tres horas en el cuarto y quinto año
    y cuatro en el sexto. El objetivo de esta reforma consiste en
    « democratizar el bachillerato, desviando al mismo
    tiempo parte de los alumnos de bachiller para dirigirlos hacia
    profesiones técnicas.
    […] Por lo tanto, no más latín, no
    más filosofía, ni francés, pero
    intensificación de la enseñanza del inglés y
    las ciencias » (Aline Helg, 1984, p. 235).
    Por primera vez en Colombia, se hace alusión a la utilidad
    profesional de las lenguas. Se hace hincapié en el
    antagonismo que existe entre la solidaridad
    occidental, en favor del inglés, y las afinidades
    « latinas », en favor del francés.
    En otros términos, el inglés personifica la
    superioridad económica y la eficacia, y el
    francés, por su parte, representa el orden espiritual y el
    desinterés. Por ello se acostumbra a la idea que hay por
    una parte una « lengua de trabaj » y por
    otra une « lengua de cultura ».
    En lo que es ciertamente uno de los más antiguos balances
    de la situación del francés en el mundo, F. L.
    Schoell (1973, p.p. 301–302 y p.p. 368–371) destaca
    las cualidades asociadas al francés –
    « gusto de la cultura general, aptitud a formular de
    manera universal verdades francesas, talento de exposición
    y vulgarización » – que, con la
    reputación de « alta
    intelectualidad », el « prestigio
    literario » y el « prestigio
    artístico » de Francia, se oponen entonces a
    los valores
    anglosajones que hicieron su camino en América latina
    – « ideal material y
    mecánico ». Es necesario recordar que por lo
    que se refiere al francés, su aprendizaje lleva
    generalmente al cargo de profesor. Los empleos de interpretariado
    y traducción, limitados como los otros empleos terciarios
    por la recesión económica, son afectados por la
    competencia internacional. En síntesis,
    el francés no constituye ni un capital
    lingüístico individual, ni un capital
    lingüístico para los empleadores potenciales
    (Samantha Chareille, 2001).
    Ciertamente, esta división de los papeles:
    « funcional » /
    « cultural », parece esquemático y
    artificial pero se sabe que las razones políticas tampoco
    son ajenas a la competencia entre las lenguas internacionales.
    Tanto a nivel institucional como a nivel personal, una
    lengua tiene una dimensión política; a medida que
    el estudio del inglés se extiende, el estudio del
    francés puede parecer no conformista. En general, se
    sospecha al francés de hegemonía en América.
    (Samantha Chareille, 1997, p.p. 66–68).
    Dicho esto la aplicación del Decreto 925 de 1955
    será de corta duración. En 1957, se vuelve al
    programa humanista de seis años en que se enseña el
    francés durante los tres últimos años. Por
    último, la reforma de 1962 diversifica el secundario y
    suprime, al mismo tiempo, el francés en el primer ciclo
    del bachillerato.

    El convenio para los intercambios culturales entre
    Francia y Colombia.
    El desarrollo del comercio
    internacional, el aumento rápido de la información y el desarrollo de los medios de
    comunicación en la época de la posguerra
    implican grandes cambios económicos y
    sociopolíticos. Además las relaciones
    internacionales favorecen el desarrollo de acuerdos
    culturales, científicos y técnicos entre Francia y
    de numerosos países. Así, un convenio para los
    intercambios culturales destinado « a favorecer y
    desarrollar las relaciones científicas, literarias,
    artísticas y escolares entre los dos
    países » (D.O., 1961, p. 3911) se firma entre
    Colombia y Francia el 31 de julio de 1952. Será ratificado
    el 13 de febrero de 1961 por una Comisión mixta que se
    reúne anualmente y que se encarga de concretar las
    líneas generales del convenio. Los dos Gobiernos se
    comprometen a favorecer la creación de instituciones
    culturales y de enseñanza así como a establecer
    intercambios de profesores y conferenciantes con el fin de
    acercar los dos países a nivel intelectual y cultural.
    A raíz de la firma de este convenio, el Gobierno
    colombiano crea en Bogotá en 1958 el Instituto
    electrónico de las lenguas que propone la enseñanza
    del francés y el inglés (Decreto 207, 1958).
    Constituye en realidad el primer centro oficial de
    enseñanza de lenguas con destino a los adultos que hasta
    entonces estaba garantizado por el sector privado, en particular,
    por la Alianza colombo francesa fundada en 1944 (Maurice
    Bruézière, 1983).
    En 1969 se crea el Centro lingüístico colombo
    francés de Bogotá, también resultado del
    convenio, y dedicado a la formación de los profesores de
    F.L.E. y a la adaptación local de los manuales concebidos
    en Francia.
    Por último, gracias a este convenio, el Gobierno
    francés se compromete a conceder una serie de becas a los
    estudiantes colombianos deseosos de proseguir sus estudios en
    Francia. El acceso a las universidades colombianas y francesas es
    facilitado por el reconocimiento mutuo de la equivalencia de sus
    títulos. Los objetivos y las líneas de
    acción definidos por este convenio se reanudarán
    más de veinte años después (en 1979) para la
    firma de un acuerdo marco de cooperación cultural entre
    los dos países.

    Los años sesenta.
    Los años sesenta se caracterizan por la subida del
    inglés en detrimento del francés.
    Durante esta década América latina asiste a la
    constitución de la Alianza por el progreso,
    asociación fundada en Punta del Este (Uruguay) en 1961, a
    la instigación del Presidente Kennedy, y agrupando a
    veinte Estados americanos (salvo Cuba). Obra
    para el desarrollo
    económico de América latina y uno de sus
    objetivos es la extensión de la educación. La
    conferencia de
    la U.N.E.S.C.O. en Chile en 1962,
    reuniendo por primera vez el conjunto de los Ministros de
    Educación de América latina, también hace
    hincapié en sus conclusiones en la necesidad de
    intensificar los esfuerzos en favor de la generalización
    de la enseñanza secundaria (José Blat Gimeno, 1984,
    p.p. 29–31). Se emprenden pues nuevas reformas
    educativas.
    El 27 de octubre de 1961, el Ministro de Educación, Jaime
    Posada, anuncia las nuevas reformas educativas que supuestamente
    deben reabsorber la violencia del
    pueblo colombiano y abrir las puertas del secundario a los
    « jóvenes desfavorecidos que podrían
    desencadenar la violencia » (Jaime Posada, 1962, p.
    2). A una formación enciclopédica se opone en
    adelante un horario menos apretado. Por lo tanto, después
    de los cinco años de enseñanza primaria, los
    alumnos siguen un primer ciclo de cuatro años y un segundo
    de dos años. Se elimina al francés del primer ciclo
    ya que no se considera más indispensable para la
    adquisición de un mínimo de cultura general. En el
    segundo ciclo, generalmente dirigidos hacia los que se preparan
    para los estudios universitarios, se dictan tres horas semanales
    de francés.
    Como lo destaca Patrick Charaudeau, en su artículo:
    « La politique linguistique en Amérique
    latine » (in Les cahiers de l’A.S.D.I.F.L.E.,
    1996), en esta época, del lado francés, las
    políticas lingüísticas orientan exclusivamente
    sus actividades hacia la formación de los profesores de
    francés tanto del superior que del secundario, con la
    ayuda de las asociaciones de profesores de F.L.E. Se puede decir
    que existe cierta armonía entre las oficinas de
    acción pedagógica y los distintos socios locales. A
    nivel económico, es un período fasto en personal de
    las oficinas de acción pedagógica, en becas
    concedidas a los estudiantes y a los profesores latinoamericanos
    y en misiones francesas.
    A nivel universitario, la presencia francesa está
    garantizada por una red de lectores bastante
    importante dado que en esta época apenas existe
    políticas de cooperación universitaria para las
    disciplinas literarias y lingüísticas. El resultado
    de este primer período de trabajo es una buena presencia
    francesa, una buena imagen, pero
    paradójicamente, hacia el final de estos años, el
    principio de una disminución del número de alumnos
    y estudiantes que eligen el francés que irá
    creciendo.

    La situación del francés a partir de
    1974.
    Los años setenta, marcados por la instauración de
    un nuevo orden económico internacional a raíz de la
    crisis del
    petróleo y
    a la consolidación de las sociedades
    multinacionales, se caracterizan en Colombia por la
    redefinición de los términos de su inserción
    en la economía mundial. El país inicia un
    proceso de modernización capitalista con referencia al
    modelo tecnológico norteamericano (Antonio García,
    1985, p.p. 85–109).
    La dependencia de Colombia con relación a los Estados
    Unidos no se define solamente al nivel económico sino que
    también se extiende a la educación. Se asiste a un
    nuevo desarrollo del secundario y el país conoce una nueva
    reforma del curso del bachillerato que afecta el lugar ocupado
    por el francés.
    En efecto, el Decreto 080 de 1974 establece la enseñanza
    de una lengua extranjera única a lo largo del secundario.
    La introducción de una segunda lengua se deja
    a elección de los colegios que favorecen el inglés.
    En 1974, Juan–Claude Mothe, director–suplente del
    Bureau pour l’enseignement de langue et de la civilisation
    françaises à l’étranger (B.E.L.C.),
    entonces en misión en
    Colombia escribe en su informe (p. 3):

    Les causes de ce déséquilibre sont
    évidentes :
    –La suprématie de l’anglais existait
    déjà dans l’enseignement depuis près
    de vingt ans ;
    –La proximité géographique et
    l’influence économique des Etats–Unis sur
    toute l’Amérique latine font que le choix
    d’une langue unique se porte tout naturellement sur
    l’anglais, plus utile individuellement (promotion
    professionnelle, possibilité d’obtenir des bourses
    d’étude aux Etats–Unis) et collectivement
    (accès à une connaissance scientifique et technique
    dont bénéficie la communauté) ;
    –Les difficultés financières et
    organisationnelles des collèges incitent de nombreux chefs
    d’établissement à généraliser
    les choix de la majorité et à supprimer purement et
    simplement l’enseignement du français, minoritaire,
    coûteux et peu rentable.
    La enseñanza del francés disminuye
    considerablemente incluso en los colegios y los seminarios de las
    congregaciones religiosas de origen francés (Diana
    Rodriguez, 1994, p. 249). Esta nueva directiva ministerial marca
    el principio de un itinerario dudoso para el francés a
    través de las distintas reformas educativas instauradas de
    1974 a 1986 y la contratación de los profesores de F.L.E.
    por las universidades baja a su vez. A pesar de la
    situación, el Centro lingüístico colombo
    francés sigue creando métodos de enseñanza
    del francés y organiza pasantías para los
    profesores.
    En 1979, el Presidente Julio César Turbay Alaya visita su
    homólogo francés, Valéry Giscard
    d’Estaing. Antes de viajar a Francia, firma el Decreto 1313
    de junio que restablece la enseñanza obligatoria del
    francés durante los dos últimos años del
    bachillerato general y nocturno. La enseñanza del
    inglés está por su parte obligatoria en primer y
    segundo año. En tercer y cuarto año, la
    elección de la lengua pertenece a los colegios lo que
    corresponde más o menos al programa de 1962.
    Muy por esta reforma, el Presidente firma un acuerdo de
    cooperación cultural con Francia el 13 de junio que
    compromete los dos países « a favorecer la
    enseñanza de la lengua, la literatura, la cultura y la
    civilización del otro país, en particular en la
    enseñanza secundaria y universitaria en el ámbito
    de la radio,
    la
    televisión y el cine » (DO, 1981, p. 642.).
    Los dos Gobiernos, reconociendo la importancia de la
    formación de los profesores, se comprometen a organizar
    pasantías de perfeccionamiento. A partir de 1981, la
    Embajada organiza en Francia formaciones de invierno de corta
    duración y dirigidos hacia los profesores colombianos de
    F.L.E. del secundario.
    Además la creación de un Comité especial
    encargado de establecer un programa recíproco de becas,
    permite a los profesores colombianos beneficiarse de una serie de
    becas. Así pues, entre 1981 y 1986, aproximadamente
    ochenta profesores viajan a Francia para seguir estudios
    orientados hacia la Maîtrise (maestría), el D.E.A.
    (año preparatorio al doctorado) y el Doctorado. La
    mayoría de estos becarios ocupa actualmente puestos de
    responsabilidad en la formación
    universitaria y en la formación de formadores.
    Del mismo modo, este acuerdo compromete Francia y Colombia a
    favorecer la creación y el buen funcionamiento de
    establecimientos culturales y educativos. En este contexto se
    crean el Instituto superior de francés de la Universidad
    Nuestra Señora del Rosario que ofrece el magister de
    didáctica de F.L.E. (1982) y, en los
    servicios
    culturales de las Embajadas de Francia, el Bureau d’Action
    linguistique et audiovisuelle (B.A.L.A.V., Oficina de
    acción lingüística y audiovisual), rebautizado
    Bureau de Coopération linguistique et éducative
    (B.C.L.E., Oficina de cooperación lingüística
    y educativa) a partir de 1993. Estas oficinas se encargan
    principalmente de la ayuda y la formación continua de los
    profesores del secundario. Sus objetivos, entre otras cosas,
    son:

    v Promover y organizar con los socios colombianos la
    formación lingüística y didáctica de
    los profesores colombianos de francés, tanto en el
    secundario como en el superior.

    v Hacer de la lengua francesa una lengua de comunicación con el mundo
    contemporáneo a través de todas sus formas de
    expresión: popular, literaria, científica y
    técnica.

    El esfuerzo esencial del B.A.L.A.V. se dirige hacia la
    formación de los profesores. El B.A.L.A.V. y su socio
    colombiano, el Instituto electrónico de Lenguas establecen
    nuevos programas de enseñanza del francés y
    formación de formadores en F.L.E. y organizan redes con el fin de
    establecer canales de multiplicación de la
    formación a nivel nacional. Dicho esto a nivel
    económico, se constata una primera fuerte
    disminución de los recursos y una
    nueva racionalización de los presupuestos:
    fuerte disminución de las becas y casi desaparición
    de los lectores.
    La formación continua de los profesores de F.L.E. (noventa
    pasantías anuales y gratuitas) comienza oficialmente en
    1980 en todo el país. Dirigida prioritariamente hacia los
    profesores del secundario público, esta formación
    se imparte en los centros de formación relacionados con el
    Ministerio de Educación nacional colombiano. En provincia,
    se crean tres centros compuestos de equipos colombo franceses en
    Barranquilla (sustituido en 1990 por Bucaramanga),
    Medellín y Cali. Para lograr los objetivos, se establece
    un primer programa de formación en 1983.
    A nivel universitario, es la era del francés
    « funcional » luego del
    « comunicativo » y en paralelo se organizan
    grandes encuentros francófonos en torno a la
    literatura con escritores y cineastas de primera categoria. Estas
    manifestaciones se organizan gracias a las asociaciones con ayuda
    de organismos francófonos o internacionales como el
    A.U.P.E.L.F. (Asociación de las Universidades parcialmente
    en Lengua Francesa.) y la F.I.P.F. (Federación
    Internacional de Profesores de Francés).
    El decreto de 24 de abril de 1984 impone de nuevo la
    enseñanza de una lengua extranjera única durante
    los seis años de preparación al bachillerato. Al
    igual que el de 1974, este decreto deja que los colegios decidan
    de la introducción de una segunda lengua extranjera
    precisando que ésta no debe afectar las otras materias ni
    hacerse en detrimento de la primera lengua extranjera
    (A.COL.PRO.F., 1985). Esta supresión del francés en
    la práctica – aunque las instrucciones oficiales no
    hablan en estos términos – en el momento en que el
    Ministerio de Educación legitima el programa de
    francés para el bachillerato y en que un nuevo programa de
    formación se establece subraya las profundas
    contradicciones de las políticas lingüísticas
    colombianas.
    En este contexto de oposición, dos hechos en favor de la
    vuelta del francés marcan el año 1985:
    Lilián Suárez de Melo, el Presidente de la
    Asociación de los antiguos becarios del Gobierno
    francés se convierte en Ministro de Educación
    nacional y el Presidente francés François
    Mitterrand visita el Presidente colombiano Belisario Betancur en
    octubre.
    Les amabilités vont jusqu’aux cadeaux. La veille de
    l’arrivée de M. Mitterrand, le gouvernement de
    Bogotá a rétabli par décret
    l’enseignement obligatoire du français dans les deux
    années terminales du secondaire. (in Le Monde, 22 octobre
    1985)
    En la actualidad, la Ley general de educación del 14 de
    diciembre de 1993 estipula los siguientes puntos:
    Ley general de la educación, 14.12.1993.
    Título II: Estructura del
    servicio
    educativo. Capítulo 1: Educación formal.
    Sección tercera: Educación básica.
    Artículo 21. Objetivos específicos de la
    educación básica en el ciclo de primaria. Los cinco
    (5) primeros grados de la educación básica que
    constituyen el ciclo de primaria, tendrán como objetivos
    específicos los siguientes: […] m. La
    adquisición de elementos de conversación y de
    lectura al menos en una lengua extranjera […]
    Artículo 22. Objetivos específicos de la
    educación básica en el ciclo de secundaria. Los
    cuatro (4) grados subsiguientes de la educación
    básica que constituyen el ciclo de secundaria,
    tendrán como objetivos específicos los siguientes:
    […] l. La comprensión y capacidad de expresarse en
    una lengua extranjera […].
    Artículo 23. Areas obligatorias y fundamentales. Para el
    logro de los objetivos de la educación básica se
    establecen áreas obligatorias y fundamentales del conocimiento y
    de la formación que necesariamente se tendrán que
    ofrecer de acuerdo con el currículo y el Proyecto Educativo
    Institucional. Los grupos de
    áreas obligatorias y fundamentales que comprenderán
    un mínimo del 80% del plan de estudios, son los
    siguientes: […] 7. Humanidades, lengua castellana e
    idiomas extranjeros […].
    Sección cuarta: Educación media.
    Artículo 31. Areas fundamentales de la educación
    media académica. Para el logro de los objetivos de la
    educación media académica serán obligatorias
    y fundamentales las mismas áreas de la educación
    básica en un nivel más avanzado, además de
    las ciencias económicas, políticas y la
    filosofía.
    Parágrafo: Aunque todas las áreas de la
    educación media académica son obligatorias y
    fundamentales, las instituciones educativas organizarán la
    programación de tal manera que los
    estudiantes puedan intensificar, entre otro, en ciencias
    naturales, ciencias
    sociales humanidades, arte o lenguas
    extranjeras, de acuerdo con su vocación e intereses, como
    orientación a la carrera que vayan a escoger en la
    educación
    superior.
    Título IV: Organización para la prestación del
    servicio educativo. Capítulo 2: Curriculo y
    plan de estudios.
    Artículo 77. Autonomia escolar. Dentro de los límites
    fijados por la presente ley y el proyecto educativo
    institucional
    las instituciones de educación formal gozan de
    autonomía para organizar las áreas fundamentales de
    conocimiento definidas para cada nivel, introducir asignaturas
    optativas dentro de las áreas establecidas en la ley,
    adaptar algunas áreas a las necesidades y
    características regionales, adoptar métodos de
    enseñanza y organizar actividades formativas, culturales y
    deportivas, dentro de los lineamientos que establezca el
    Ministerio de Educación Nacional. […]
    En otros términos, la enseñanza de, al menos, una
    lengua extranjera es obligatoria a partir de la primaria y su
    elección está a la total discreción de las
    instituciones educativas.
    Del lado francés, las restricciones presupuestarias siguen
    y las prestaciones
    francesas son menos aparentes. La política
    lingüística cambia una vez más de
    orientación. Se observa una ligera vuelta a las operaciones de
    formación pedagógica pero sobre todo la
    instauración de una política de cooperación
    educativa que tiende a ayudar al sistema educativo
    local a nivel del Ministerio de Educación para, en
    contraparte, obtener que la elección del francés en
    segunda lengua extranjera no desaparezca completamente, sea
    mantenido o restablecido. A nivel universitario se estima que es
    necesario ayudar la cooperación universitaria pero las
    acciones son
    muy esporádicas. Así no se nota ninguna mejora en
    cuanto a la situación global de la enseñanza de
    francés.

    Partes: 1, 2

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