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Dermatomicosis Bovima




Enviado por antunez



    I.- Sinopsis
    Histórica

    Las infecciones por dermatofitos fueron las primeras
    enfermedades
    infecciosas reconocidas (Mitchell,1983).

    Desde el siglo pasado, se describían las
    dermatomicosis como enfermedades criptogámicas de los
    pelos y la piel del cuero
    cabelludo. En 1839, Remark observó los filamentos de un
    hongo en el favus; Gruby desde 1841 hasta 1844, descubrió
    muchos agentes productores de la Tiña; en 1846, Malmsten
    denominó Trichophyton tonsuran al hongo descubierto por el
    autor anterior (González 1990; Bofill y col.
    1996).

    En 1852, Megin consignaba el contagio entre caballos y
    cuidadadores de una misma cuadra en Francia (
    González, 1990). A partir de 1892, Sabouraud (1910)
    comenzó sus estudios descubriendo nuevos Trichophyton, los
    megasporos y los necendotrix y pudo establecer la relación
    entre el cuadro clínico y el parásito.

    En 1898, Matruchot y Dasonville, hacen una
    notificación, semejante a la de Megin años antes
    (González,1990).

    Posterior y más recientemente, Emmons en 1951 y
    Vanbreuseghem en 1952, corroboran la hipótesis de Sabouraud, en cuanto a que los
    hongos
    patógenos viven independientemente en el suelo,
    desarrollando parte de su ciclo vital en él; Georg (1956)
    y Kaplan y col. (1958) son los primeros en emplear la
    clasificación ecológica de los dermatofitos.
    Díaz, Salamanca y Piontelli (1984) consideraban que el
    suelo es el primer reservorio más importante de los hongos
    patógenos.

    Durante más de 100 años, se han aislado e
    identificado dermatofitos. Su especificación, distribución geográfica y
    manifestasciones clínicas han sido objeto de muchas
    investigaciones. La mayoría de los
    taxonomistas reconocen 3 géneros y 37 especies de
    dermatofitos: 21 especies de Trichopyton, 15 de Microsporum y 1
    de Epidermophyton (Mitchell, 1983). En Cuba, las
    primeras referencias de hongos en el campo de la micología
    médica las hace Finlay (1883) cuando describe un hongo
    párasito en las lancetas de un mosquito.

    II.- Concepto y
    sinonimias

    Las dermatomicosis son enfermedades que pueden alcanzar
    el grado de epizootias, producidas por dermatofitos, que provocan
    lesiones en la piel, pelos y tegumentos cornificados.

    Las denominaciones que las identifican entre otras son:
    Tricofitosis, Dermatofitosis, Herpes, Tiñas, Flavus y
    otras, nombres que pueden tener relación con una
    determinada especie susceptible u otros aspectos (Bofill y col.
    1996).

    III.- Importancia
    socio-económica
    .

    Las dermatomicosis son extremadamente molestas y en
    ellas se emplean millones de dólares anuales en su
    tratamiento; se producen pérdidas considerables por el
    retraso del crecimiento, se detiene el fluyo zootécnico,
    la devaluación de las pieles, etc.(Mitchell,
    1983; Proenca, 1990; Khosravi y col. 1994; Korstanje y Staats,
    1994; Lopes y col. 1994; Bofill y col. 1996).

    En el trabajo de
    Sarkisov y Koromyslov (1983) la Tricofitosis se ha notificado en
    más de100 países que abarcan varios continentes y
    algunos de los cuales la incidencia es elevada.

    La incidencia varía considerablemente. En
    Bélgica, Cotteler (1967) realizó un estudio en
    bovinos afectados por dermatofitosis; en un período de 5
    años la incidencia promedio fue de 9,7% para el T.
    verrucosum. Según Mitchell (1983) entre el personal militar
    de EUA y el Reino Unido, ciertos estudios indican una prevalencia
    de 17 – 24%, y la incidencia entre el personal de servicio en
    los trópicos aumenta a 60 – 80%. La tasa de ataque es
    mayor en institutos y lugares hacinados.

    En Cuba, Peraza y Roudenko (1976), notificaron
    prevalencias momentáneas oscilantes entre el 5,3 – 65% en
    los bovinos.

    Más recientemente, Ram írez y
    Antúnez (1999) en esta provincia de Granma, en un estudio
    realizado aparecen valores de
    prevalencia del último quinquenio (1993 – 1998) y su
    tendencia (gráfico No. 1).

    IV.-
    Etiología

    Como agentes de esta enfermedad se han notificado
    según Bofill y col. (1996), los siguientes:

    1. Microsporum canis (perros, gatos y
      conejos)
    2. " gypseum (perros, cerdos y conejos)
    3. " anduoini (niños)
    4. " nanum (cerdo y hombre)
    5. " distortum (patógeno ocasional de perros,
      hombres y primates)
    6. Trichophyton mentagrophytes (bovinos, cerdos,
      conejos, aves,
      ovinos, caprinos, felinos, equinos y el
      hombre)
    7. Trichophyton equinum (caballos, ocasional en
      perros)
    8. " verrucosum (bovinos, ovinos y caprinos; de forma
      ocasional otras especies)
    9. " gallinae ( aves, especialmente gallinas y rara vez
      el hombre)
    10. " tonsurans (equinos y el hombre)
    11. " simii (aves, perros y hombre)
    12. " violaceum (bovinos)
    13. " crateriforme (bovinos)
    14. " faviforme (bovinos)

    La etiología de la dermatomicosis es muy variada,
    ya sea en agentes etilógicos que la producen, así
    como por los animales
    susceptibles a ellos.

    Como se comprenderá existen enormes diferencias
    entre especies en cuanto a la patogenicidad, espectro de especies
    susceptibles a cada uno de ellos, tenacidad y otras características del habitat, los medios de
    nutrición
    y cultivo, etc., que le hacen un grupo de gran
    complejidad.

    En general, a estos hongos se les halla en el suelo y
    los vegetales, allí viven y se reproducen como cualquiera
    de las especies comunes; son saprófitos, no necesitan
    materias vivientes, su poder
    patógeno está en potencia, con
    facilidades extraordinarias de adaptación. El suelo y las
    plantas son el
    reservorio del hongo, allí están cumpliendo una
    etapa de su ciclo.

    La otra etapa de su evolución la logran cuando pasan al
    organismo animal o humano.

    Los animales que han enfermado de Tiña, de
    acuerdo con pruebas de
    inmunidad , se mantienen inmunes largo tiempo. Estudios
    del comportamiento
    de las inmunoglobulinas IgM e IgG en conejos inoculados con
    extractos de micelios de T. mentagrophytes demostraron que en la
    hemoaglutinación pasiva, la mayor actividad fue de
    superior potencialidad para la inducción a la formación de
    anticuerpos que otros. Por ejemplo, el T. mentagrophytes en los
    animales dá lugar a mayor formación de anticuerpos
    que agentes del mismo género
    humano.

    De acuerdo al criterio de los investigadores, los
    hongos, ( verbi gracia, el T. verrucosum) tienen tendencia
    específica por la epidermis y tejidos
    queratinizados, con tropismo positivos para el estrato
    córneo, porción queratinizada del pelo y
    folículos pilosos.

    La resistencia de
    los hongos depende de que forma sea sommetida a las determinadas
    condiciones, ya que las esporas resisten mucho más que las
    formas vegetativas. Las esporas son capaces de conservar su vida
    durante muchos años incluso en condiciones ambientales
    desfavorables. Las escamas y costras desprendidas en los establos
    o pastos resultan infecciosas hasta 2 años después
    (Bofill y col. 1996).

    El comportamiento ante las condiciones ambientales de
    los hongos de la dermatomicosis puede resumirse de la forma
    siguiente:

    Condiciones del Medio Tiempo de supervivencia

    Costras y pelajes 12 – 18 meses

    Por la acción de los rayos solares 18
    días

    En el agua 8
    "

    Temperatura

    28 (C Mucho tiempo (condiciones
    óptimas)

    50 " 1 hora

    80 " 5 minutos

    100 " (gran humedad) algunos minutos

    100 " (poca humeda) hasta 15 minutos

    0 " largo tiempo

    Estercoleros (autocalentamiento) 14
    días

    Sosa cáustica al 2% 10 minutos

    Formaldehido al 5% 20 "

    De las 80,000 especies de hongos descritas, solamente un
    centenar se consideran patógenas. Entre estas especies, el
    género Trichophyton tiene la capacidad mayor de provocar
    la enfermedad en la mayoría de los animales (Bofill y col.
    1996).

    V.-
    Epizootiología

    Se consideran susceptible a la tiña todas las
    especies de mamíferos, aves, e incluso reptiles. Debido
    al desarrollo,
    número y concentración de la masa ganadera bovina
    (especialmente los terneros), ovinos, porcinos y aves en todo el
    mundo y en particular en nuestro país, es que se hace
    más evidente la enfermedad en estas especies. No obstante,
    la padecen los equinos, caprinos, conejos, perros, gatos, e
    incluso se han notificado ofidios afectados por distintos hongos
    (Pugh y Evans, 1977; Domonkos, 1984; González y col. 1987;
    Viguié y col. 1992; González y col.
    1995).

    La tiña es más frecuente en meses
    fríos, de poca humedad y escasa precipitación
    pluvial (Hoerlin,1963; Jubb y Kennedy, 1974; Schulz, 1978;
    Ramírez y col. 1980; Beer, 1981; González, 1990 y
    Bofill y col. 1996). La estabulación en establos
    calientes, húmedos, sucios, con gruesas capas de
    estiércol favorecen la infección. De igual forma,
    el hacinamiento en explotaciones intensivas hace a los animales
    más receptivos.

    El hecho de que se haya encontrado mayor incidencia en
    terneros que en otras categorías de edad pudiera deberse a
    que aquellos bovinos que enferman a edades tempranas alcanzan un
    prolongado nivel de inmunidad y a que con el aumento del grosor
    de la piel, disminuye la receptividad al hongo( (Udall, 1962;
    Jubb y Kennedy, 1974; Schulz, 1978; Gourreau y Charmette, 1986;
    González, 1990; Bofill y col. 1996).

    No se han hallado referencias que indiquen que el
    sexo y la raza
    sean influyentes en la susceptibilidad a la infección
    (Ramírez y col. 1980; Bofill y col. 1996).

    En un estudio realizado en la provincia Granma,
    Ramírez y Antúnez (1999) lograron los resultados
    siguientes:

    En la tabla # 1, aparecen los resultados de las
    diferencias entre las épocas.

    Lluvia Seca Significación

    Precipitaciones Promedio 140.9666 48.2333

    * * *

    pluviales DS 53.2544 35.1407

    Humedad Promedio 81.6666 80.6666

    NS

    relativa DS 4.1167 3.5265

    Temperatura Promedio 27.8928 24.8400

    * * *

    ambiente DS 1,0649 1.7610

    En la tabla # 2, se consignan los valores
    referentes a la declaración de animales enfermos
    según las épocas.

    Tamaño Animales Significación

    de muestra Enfermos
    (%)

    Seca 545 0.1963

    ***

    Lluvia 592 0.1013

    En el origen y propagación de la Dermatomicosis
    influyen otros factores como las condiciones zoohiénicas,
    modo de manejo, capacidad de las instalaciones, hipovitaminosis A
    y E. Estos factores favorecen las condiciones para la
    actuación queratolítica y proteolítica de
    las enzimas de los
    hongos, así como también la actuación de la
    tensión, la resistencia inespecífica del animal y
    la elevada susceptibilidad frente a los hongos (Jubb y Kennedy,
    1974; Ramírez y col. 1980; González, 1990; Schrag,
    1991; Bofill y col. 1996).

    Según se consignó en la sinopsis
    histórica, fueron Georg en 1956 y Kaplan et al. en 1958,
    los primeros en utilizar la clasificación ecológica
    de los dermatofitos, corroborado posteriormente por otros,
    así como perfeccionado y completado en su
    concepción. En ella se establecen tres grupos de
    dermatofitos: geofílicos, zoofílicos y
    antropofílicos, según tengan el suelo como sustrato
    básico de heterotrofía; están
    básicamente adaptado al parasitismo de los animales
    (zoofílicos) o estén especializados
    (antropofílicos) al parasitar al hombre ( Georg, 1956;
    Kaplan y col. 1958; Dvorak y Otcenasek, 1964; Otcenasek y Dvorak,
    1975).

    De acuerdo a lo notificado, las especies
    geofílicas de este grupo de hongos, habitan en suelo
    saprofíticamente y colonizan con éxito
    los sustratos queratínicos, siendo algunos de ellos
    agentes ocasionales de dermatofitosis.

    El grupo zoofílico posee un elevado grado de
    especialización debido seguramente a extenso proceso de
    adaptación. En cuanto a los antropofílicos, poseen
    un habitat preferentemente humano.

    Por razones obvias solamente se hará referencia
    en este material al segundo grupo.

    Dermatofitos zoofílicos.- Según
    González y Bárcenas (1996) representan un grupo
    ecólógico con un alto grado de
    especialización debido sin duda a un largo proceso de
    adaptación. Se caracterizan por ser parásitos
    obligados, la mayoría de ellos, variando en cuanto al
    número de especies hospedadoras. Se encuadran en este
    grupo a aquellos dermatofitos que tienen como hospedador a alguna
    especie animal aunque en ocasiones pueden afectar al
    hombre.

    Las especies de dermatofitos zoofilicos son por
    consiguiente preferentemente patógenas de los animales,
    con una inexplicable especificidad de hospedadores.

    Se ha señalado que las especies de este grupo no
    han sido aisladas como formas saprofíticas del suelo,
    aunque su saprofitismo ha sido comprobado para alguna especie,
    como Microsporum nanum. Esta especie, no obstante, es considerada
    por este hecho como geófilo.

    Los dermatofitos zoofilicos, que parasitan de forma
    primaria a los animales, viven concomitantemente con otras
    especies fúngicas, que son comunes en el pelaje y piel de
    gran cantidad de especies animales, y que no suelen infectarlos.
    Esta alta competencia por
    el sustrato, limita en cierta medida la colonización
    exclusiva por ciertos dermatofitos, salvo si existe un deterioro
    de los mecanismos de defensa del hospedador.

    Algunas especies de dermatofitos zoofilicos son
    incapaces de metabolizar activamente la queratina del hospedador,
    lo cual es atribuido en parte, a la acción
    fungistática de los ácidos
    grasos presentes en la piel, pelo y plumas de los animales. Este
    hecho, juntamente con la temperatura
    corporal del hospedador y la ausencia de un grado permanente de
    humedad, por la acción hidrofóbica del estrato
    lipídico, pueden crear condiciones que inhiban el
    desarrollo fúngico.

    Los animales, con la pérdida constante de pelo y
    plumas, así como en el proceso de muda de la piel, aportan
    materiales
    queratínicos al suelo y sirven para la dispersión
    de pequeños microhabitats, donde los hongos pueden
    permanecer viables (sustratos protectivos).

    El incremento de la población humana y animal y su aporte de
    material queratínico enriquece el suelo, permitiendo el
    hallazgo ocasional de dermatofitos zoofilicos. Una
    superpoblación de aves mamíferos silvestres y
    domésticos, e incluso el hombre, favorece la
    formación de habitats adecuados para el crecimiento de
    hongos patógenos.

    Los conidios y el micelio de las especies zoofilicas
    pueden sobrevivir fuera de su biotipo natural, en el suelo,
    durante largo tiempo, pero a diferencia de los geófilos,
    no presentan una actividad proliferativa en dicho
    sustrato.

    Los mecanismos biológicos y fisiológicos
    de este grupo en su biotipo, de una serie de factores que
    actúan en conjunto, como factores climáticos,
    edáficos, interrelaciones entre microorganismos, habitat,
    hábitos, ciclo de vida
    de los animales y otras relaciones ecológicas.

    Se consideran a las condiciones climáticas como
    factores predisponentes, siendo la incidencia de tiñas muy
    altas después de las estaciones de lluvias y meses
    calurosos. Las infecciones por M. canis aumentan después
    de los períodos de lluvias, mientras en las regiones con
    clima seco
    solo se detecta esporádicamente.

    La competitividad
    con otro microorganismo por el sustrato queratínico en
    suelo, hace que descienda el periodo de supervivencia de estos
    hongos zoofílicos en dichos suelos,
    así como el T. verrucosum permanece viable después
    de ser inoculado en suelos no estériles durante unos 6
    meses, no siendo viables a los 9 meses. Sin embargo la
    supervivencia se cifró en dos años y medio en
    suelos estériles.

    Algunas especies zoofílicas como el T.
    mentagrophytes se aislan con frecuencia de varios tipos de
    suelos, desde montañosos a las arenas de playas, si a
    estos suelos no se les aporta material queratínico, tienen
    poco tiempo de supervivencia, pero si aporta dicho material, es
    muy posible encontrarlo compitiendo con un saprofítico en
    el suelo, siempre que encuentre condiciones favorables para su
    desarrollo. En suelos estériles se cifra su supervivencia
    sobre los 4 – 5 años.

    El M. canis se aisla con cierta frecuencia del suelo,
    agregando actidiona al suelo, se favorece el su
    crecimiento.

    Se concluye sobre los dermatofitos zoofílicos,
    señalándose que si la supervivencia de estos en los
    suelos está ligada al factor nutricional
    queratínico específico, los aislamientos
    esporádicos de estos microorganismos, hacen pensar que la
    fase saprofítica en el suelo, sólo puede prosperar
    en ciertas condiciones, no siempre presentes en el ambiente y que
    aún no se pueden valoraren estos momentos.

    Los animales desempeñan un importante papel en la
    ecología
    de los dermatofitos, sobre todo de los zoofílicos, ya que
    además de enriquecer el suelo con material
    queratínico, constituye la fuentes de
    infección directa de los dermatofitos al hombre y a otros
    animales.

    El hábitat de los dermatofitos zoofílicos
    según sus hospedadores más habituales se dividen en
    4 categorías prácticas:

    1. animales domésticos y ganado: perros, gatos,
      bovinos, equinos, ovinos, porcinos, aves de corral, entre
      otras;
    2. roedores de vida libre y animales de laboratorio;
    3. animales de cría para el comercio de
      su piel: zorros, nutrias, chinchillas, visón, conejos,
      entre otros.
    4. animales silvestres en
      cautiverio(zoológicos).

    La clasificación de los animales como fuente de
    infección al hombre se dividen en 6 grupo:

    1. Mamíferos salvajes exoantrópicos:
      habitantes de ecosistemas
      libres del hombre, así como ecosistemas asociados con
      áreas urbanas modificadas por éste, como son los
      ratones y ratas del bosque, ratones de campo y erizos, entre
      otros.
    2. Mamíferos sinantrópicos: especies que
      se encuentran por lo general en establecimientos habitados por
      el hombre de una permanente o intermitente, en poblaciones o
      independientemente, como ratas y ratones, entre
      otros.
    3. Animales de abastos: animales de carne como los
      rumiantes, cerdo y conejo.
    4. Animales de compañía: perros, gatos,
      caballos de monta y pequeños roedores como el cobayo,
      hamster y ratón blanco.
    5. Animales de peletería y laboratorio: ratones
      blancos, ratas, visones, zorros nutrias y conejos.
    6. Aves: tanto de jaula como de corral.

    La transmisión se efectúa fundamentalmente
    por contatacto directo, además es frecuente que se
    transmita por medio del contacto de animales enfermos y sanos con
    los comederos y bebederos, en los cepos, paredes, horcones, etc.,
    los que se contaminan con los enfermos y posteriormente, estos
    contaminan a los sanos.

    Richard y col.(1994) señalan que en las
    áreas rurales más del 80% de las afecciones
    fúngicas de los humanos pueden ser de origen animal en
    tanto que en el ambiente urbano un 20% tiene relación con
    los animales afectivos.

    Indirectamente se transmiten con las costras y pelos que
    caen y se desecan, las que quedan adheridas a paredes, postes,
    así como también mediante vectores como los
    roedores, perros y gatos, y según criterios no
    confirmados, algunos artrópodos( moscas domésticas,
    piojos y otros). La enfermedad tiene una presentación
    enzoótica y marcadamente estacional desapareciendo con el
    inicio de las lluvias del verano. (Jawetz y col. 1968; Pugh y
    Evans 1977; Viguié y col. 1992; Bofill y col.
    1996).

    VI.-
    Patogenia

    Según Bofill y col. (1996) las condiciones
    más favorables para la germinación, crecimiento y
    multiplicación de las esporas de dermatofitos, tienen
    lugar en el folículo piloso entre las dos vainas de la
    raiz del pelo.

    Las esporas del hongo se protegen en las grietas de la
    piel y en los folículos pilosos. Después de
    germinar las hifas del hongo crecen por el interior del pelo
    (endotrix).

    Las esporas llegadas a las escoriaciones de la piel
    germinan y se desarrollan en la superficie cutánea por
    debajo de la capa de células
    queratinizadas, desde la cual pueden alcanzar también los
    folículos pilosos, introduciéndose en
    ellos.

    Según trabajos de inoculación exprimental
    realizados con T. verrucosum, la patogenia de la enfermedad puede
    considerarse en 4 fases:

    1. incubación – durante este período, por
      lo general, entre 7 y 17 días posteriores a la
      inoculación, se produce una invasión
      rápida del estrato córneo y la porción
      proximal y superficial del folículo piloso,
      observándose hifas vetativas largas diseminadas en estos
      espacios.
    2. En los vasos sanguíneos de la dermis pueden
      apreciarse numerosas células mononucleares, cuya
      aparición obedece a mecanismos de respuestas ante la
      presencia del germen maduración – también
      denominada como fase de diseminación, comienza a
      partir de los 14 – 17 días posteriores a la
      inoculación. Durante esta etapa, el hongo invade
      progresivamente la porción queratinizada exterior de
      la vaina de la raiz del folículo piloso y se produce,
      además, la formación primaria de artrosporas
      (ectotrix) a nivel del conducto piloso – sebáceo. A
      los 21 días aproximadamente la proliferación de
      artrosporas es evidente en el lumen del folículo
      piloso y porción queratinizada más blanda de la
      vaina de la raiz del lecho de la maduración del pelo.
      A los 28 días penetra la cutícula, invade la
      corteza del crecimiento activo del pelo, en la cual puede
      apreciarse la formación endotrix de artrosporas. Ya en
      este período pueden observarse hifas en el conducto
      piloso – sebáceo. Entre 28 – 35 días, las hifas
      pueden verse en la zona queratohialina de los
      folículos en proceso de involución. La
      fragmentación del pelo en las porciones superiores es
      significativa en este momento.

      En los primeros, ocurre entre 28 – 49 días,
      mientras que en los terneros se produce alrededor de una
      semana más tarde. Por vasodilatación capilar de
      la dermis se produce un exudado seroso acompañado de
      numerosos LPMN que se infiltran en el estrado córneo
      de la epidermis.

      Las masas de células PMN junto con el exudado
      infiltrados en la epidermis con procesos
      de acantosis y paraqueratosis forman las costras
      típicas. El exudado invade los folículos
      pilosos, formando microabscesos cuya ruptura se produce en la
      dermis circundante. En el lecho capilar de la dermis media
      con frecuencia se observa un infiltrado perivascular
      linfocitario. Fragmentos de pelos rodeados por masas de
      artrosporas yacen en la región hiperqueratinizada de
      la corteza.

    3. climax de inflamación – la respuesta
      inflamatoria resulta más aguda en los animales adultos
      que en los jóvenes.
    4. regresión – se caracteriza por el nacimiento y
      desarrollo de nuevos pelos en el folículo que ha sanado.
      Este período comienza entre 49 – 63 días
      posteriores a la inoculación en animales de todas las
      edades, pero por lo común es más temprano en
      animales adultos. Durante esta fase es posible que aún
      puedan observarse los hongos en algunos cortes
      histológicos. Sin embargo, los cultivos de raspados de
      piel, resultan negativos. En los exudados se aprecian hifas en
      estado
      degenerativo. En las áreas de microabscesos
      pisifoliculares comienza el proceso de cicatrización,
      infiltrándose de tejido fibroso granular. En la zonas
      perivasculares de dermis puede observarse infiltración
      de linfocitos eosinófilos .

    VII.- Curso
    clínico y lesiones

    El período de incubación y las
    manifestaciones clínicas están en dependencia del
    número de células viables del inóculo en
    momento de la invasión, observándose los primeros
    signos clínicos de la infección entre 7 – 35
    días postinfección experimental en bovinos
    agrupados en distintos grupos de edades y con diferentes planos
    nutricionales.

    En bovinos las lesiones se localizan en la cabeza y
    cuello, y en ocasiones en miembros posteriores y anteriores y
    región escrotal. Dichas lesiones se presentan como placas
    de tendencia circular, de color
    blanco-grisáseo, secas y bien delimitadas.

    En los terneros es común la costra periocular,
    peribucal y en las orejas. Estas lesiones dificultan la
    succión de leche o la
    prehensión de los alimentos y les
    producen escozor.

    Las lesiones produce un aspecto quebradizo del pelo,
    seguido de la costra. En la descripción clínica se plantea que
    primero surge un nódulo oculto entre los pelos que a
    simple vista resulta imposible de diagnosticar, estos
    nódulos se cubren de escaras (exudados y células
    inflamatorias) y posteriormente se convierten en gruesas costras
    de color grisáceo, los pelos aparecen sin brillo,
    frágiles y las costras que son removibles dejan una
    superficie sangrante y húmeda. Esta sana lentamente,
    apareciendo un área depilada, seca sobre la crece
    nuevamente el pelo (Udall, 1962; Elze y col. 1974; Schulz, 1978;
    Schrag, 1991; Bofill y col. 1996; Chamizo, 1997).

    Lesiones anatomopatológicas.- La
    descripción macroscópica fueron expuestas en los
    síntomas.

    En esta enfermedad se observa un exudado seroso masivo
    producto de la
    dilatación de capilares dérmicos, masas PMN
    acompañadas de acantosis e hiperqueratosis en la
    epidermis, posteriormente con formación de costras, el
    folículo piloso es similarmente infiltrado con
    formación de microabscesos, los capilares de la dermis son
    redeados de masas de células mononucleares, siendo el pelo
    fragmentado rodeado de masa de artrosporas.

    Se presenta hipertrofia de epidermis que afecta a todas
    las capas, aunque principalmente al estrato córneo,
    afectando las porciones proximales de los folículos
    pilosos, apareciendo los pelos rodeados de escamas queratinizadas
    y hongos; estando los poros foliculares dilatados y
    cónicos, el epitelio de los folículos tiende ala
    hiperqueratosis (Bofill y col,1996).

    VIII.-
    Diagnóstico

    Según Bofill y col. (1996), el diagnóstico clínico se realiza de
    forma fácil en algunas especies, pero en todos los casos
    es necesario tener en cuenta el tipo de lesión, su
    localización, los antecedentes del caso, etc.

    EL diagnóstico de laboratorio consiste en:
    primero se realiza el examen directo, el que se realiza colocando
    material sospechoso entre dos cubre objetos (o porta y cubre) con
    hidróxido de sodio y potasio ligeramente calentado, con lo
    que se pueden observar hifas y artrosporas, la otra forma de
    diagnóstico más empleada en laboratorio se la
    siembra para el aislamiento del agente, en medios selectivos para
    hongos (Jawetz y col. 1968; Bofill y col. 1996).

    El método de
    fluorescencia se emplea para hacer diagnóstico del M.
    canis, ya que es el único zoofilico que fluorece (verde
    amarillento).

    Es preciso realizar el diagnóstico diferencial
    con otros procesos patológicos cutáneos como las
    forunculosis, las sarnas, los herpes de origen viral,
    etc.

    El herpes de etiología viral se diferencia por
    ser éste productor de una lesión lisa no
    pruriginosa.

    Las forunculosis bacterianas presentan el
    forúnculo y zonas de inflamación, es circunscrito y
    supurante.

    Las sarnas son mucho más pruriginosas y en zonas
    determinadas de la economía sobre todo
    en partes de piel fina.

    El diagnóstico epizoótico se basa en los
    conocimientos que sobre la enfermedad se tengan, como son los
    datos sobre la
    incubación, propagación lenta , la morbilidad, la
    edad de los animales afectados, la estación del
    año, así como el resultado de las investigaciones
    realizadas en el laboratorio (Bofill y col. 1996)

    IX.- Medidas
    Contraepizoóticas

    1. En nuestro país se ha utilizado la vacuna
      LTF-130 procedente de la extinta URSS que aportó
      buenos resultados; la especie utilizada para la producción de la vacuna es el T.
      verrucosum. La elección de la especie a partir de la
      cual se elaboró, se hizo mediante un pesquisaje en
      distintas regiones a fin de conocer la mayor incidencia. La
      vacuna tiene la propiedad
      de brindar inmunidad prolongada en los rebaños,
      protege a los sanos y acelera el período de
      recuperación de los hatos afectados (Peraza y
      Roudenko, 1980). Más recientemente Marisol
      González y col. (1997) lograron una vacuna contra la
      Dermatomicosis Bovina, mediante un muestreo en
      varias provincias del país utilizando una cepa
      atenuada del T. verrucosum.

      En Noruega, también se elaboró una
      vacuna, que según las escasas referencias, ha
      resultado satisfactoria ( Acha y Szyfres, 1987); según
      González y col. (1997), la vacuna Bioveta se ha
      empleado comercialmente en el mundo para el control de la
      enfermedad.

    2. Preventivas.- Es imposible una prevención de
      la Dermatomicosis, y menos la erradicación empleando
      solamente la terapia y la desinfección, sin el constante
      control de
      los rebaños y separación de los afectados,
      además de las restantes medidas (Bofill y col.
      1996).
    3. Recuperativas.- La primera medida que debe aplicarse
      en un brote es la separación inmediata de los animales
      enfermos de los sanos e instaurar el tratamiento. El personal
      que trabaja con los enfermos no debe tener contacto con los
      animales sanos. Es importante tener presente que las lesiones
      al principio son pequeñas y están ocultas entre
      el pelo, lo que a simple vista es difícil de
      observar.

    Tratamiento: El empleo de
    antibiótico ( especialmente la Griseofulvina) se ha
    recomendado en dosis variables,
    según las especies y categorías, en general para
    los bovinos es de 25 g/50 kg de peso corporal, por vía
    oral, mezclado con el pienso, diariamente por un período
    que puede fluctuar entre 2-4 semanas, añadiéndose
    que se hace muy costoso y prolongado, particularmente en animales
    mayores (Jawetz y col. 1968; Elze y col. 1974; Schulz, 1978;
    Ramírez y col. 1980; Mitchell, 1983; Carter, 1989; Schrag,
    1991; Baquero y col. 1994; Bofill y col. 1996).

    Según Wirth ( 1962), plantea que una pomada de
    lanolina anhidra y 10% de ácido nítrico fumante, se
    aplica tópicamente en los lugares donde se encuentra las
    manchas. La pomada de ácido nítrico al 5%, aplicada
    en tratamientos consecutivos, se obtienen buenos resultados.
    También señala que una pomada con 10% de
    ácido salicílico, igualmente preparada con
    lanolina. Se puede aconsejar la cloramina, aplicada en sustancia,
    humedecida ligeramente a los puntos enfermos, o se frotan estos
    bien con su solución al 7%; este tto. se repetirá
    dos veces a intervalos de varios días. También
    obran bien la tintura de yodo y la pomada de creolina al 10%.
    Algunos celebran los preparados de azufre o el dióxido de
    azufre, pero no se han notado resultados manifiestos con ellos en
    la tiña pelada.

    Udall (1962), plantea que la tricofitosis se combate por
    medio de antisépticos difusibles. Una fórmula muy
    útil es: yoduro de azufre, aceite fluído de
    algodón o aceite de oliva y solución de
    formaldehido al 10%. La tintura de yodo aplicada diariamente,
    también es efectiva.

    El alcohol
    sublimado (1 – 2%) es de acción eficaz. En los casos de
    escamas gruesas están indicados los antisépticos en
    solución aceitosa o en forma de ungüento, pues merced
    a su acción hemoliente, penetran con mayor facilidad.
    Muchos casos curan pronto con aplicaciones de unguentos de azufre
    o de éste mezclado con aceite. Otros antisépticos
    útiles son: el ungüento de Whitfield ( ácido
    salicílico, 1g; ác. Benzoico 2g; y petróleo
    30 g ) rotenona o ác. Pícrico ( 2% de alcohol ).
    Todas esta fórmulas se emplearan después del lavado
    con agua y
    jabón verde, previo esquileo.

    Hoerlin (1963), estableció que la gran variedad
    de ttos. recomendados para la dermatomicosis del ganado
    podría indicar que ninguno han sido prominentes. Las
    recomendaciones varían desde tinturas débiles de
    yodo (2%), hasta la solución de Churchill ( sol. de yodo
    al 16%). El yodo suavizado ha sido empleado exitosamente en 3 y 4
    aplicaciones con dos días de intervalos. Si las lesiones
    son pocas, un tto. local por dos ocasiones en siete días,
    durante 2 – 4 semanas, generalmente podrá interrunpir la
    infección. El sodio yodado intravenoso ( 10 – 15g en 100 –
    200 ml en agua) se ha empleado. Una solución de azufre
    apagado 1:20 – 1:40, es uno de los ttos. más antiguo. El
    yodo sulfurado ( 1 parte en 8 – 10 partes de aceite), ha sido
    empleado con éxito.

    Ducar (1966), señala que los unguentos son de un
    valor
    terapéutico muy escaso y deben utilizarse con
    precaución, aunque unas aplicaciones ligeras pueden ser de
    utilidad para
    controlar las infecciones secundarias.

    Sippel (1967) consigna que 3 – 4 de yodo con
    aplicaciones en dos días de intervalos fue suficiente para
    curar de 12 – 23 días los casos en caballos, bovinos,
    perros, gatos y monos. El Clorox al 10%, bien frotado con cepillo
    para dientes, ha sido recomendado por diversos autores para el
    tto. de la tiña en el ganado vacuno. También han
    sido recomendados el Captan y el Phemerol 1:500 (nombres
    comerciales).

    Peraza y Roudenko (1976), lograron buenos resultados al
    evaluar la eficacia
    terapéutica de la vacuna LTF – 130 en rebaños
    afectados de tricofitosis.

    Schulz (1978), recomendó aplicar tintura de yodo,
    pomadas antiherpes el liquído antimicótico Leuna,
    Afungin, Cloramida bruta, ác. Paracético, compuesto
    sintético de aceite de mostaza.

    Según Ramírez y Antúnez (1999),
    aplicando tópicamente la Acriflavina en solución
    alcohólica al 2%, resultó significativamente eficaz
    en 100% de los bovinos tratados frente
    al T. verrucosum, estableciéndose su recuperación
    total en un período de 15 – 17 días. Según
    las referencias que seposeen no se deja constancia de la
    efectividad en relación al tiempo ni a la
    proporción de recuperados, y por lo tanto, estos
    resultados llevan implicito un valor de uso práctico
    importante, debido a que la Acriflavina, se ha empleado
    externamente en heridas, Mal de la Cruz y quemaduras.

    Figura 1. Ternero de la raza Cebú,
    afectado por Tricofitosis.

     

    Figura 2. Ternero de la raza Cebú de 15 a 17
    días después del tratamiento con Acriflavina
    2%

    Se situarán cajuelas de desinfeccíon
    activadas en la entrada de la unidad y de cada nave.

    Conjuntamente con las anteriores medidas se
    llevará a cabo la desinfección con solución
    de formaldehido al 2% con adición de 1% de sosa
    cáustica. Como desinfectante para la desinfección
    con medios propios de la unidad, se puede utilizar la lechada de
    cal recién apagada al 20%, haciendo énfasis en los
    comederos y bebederos, así como en las paredes y horcones
    hasta la altura de los animales ( NC 55-06, 1986).

    Estas medidas deben completarse con la
    incineración de toda la basura y
    desperdicios que puedan existir en la unidad.

    Finalmente, luego de período de aproximadamente
    60 días de haber desaparecido el último caso se
    procede a cerrar el foco, para lo que debe realizarse una
    inspección y evaluación
    epizoótica , con una desinfección final profunda
    (Bofill y col. 1996).

    X.-
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    Guillermo Antúnez
    Sánchez

    Waldo Ramírez Sánchez

    Yolanda Soler Pellicer

    Manuel Linares Alvaro

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