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DIAGNÓSTICO MICOLÓGICO




Enviado por burkitt



     

    Indice
    1.
    Introducción

    2. Diversas Micosis
    3. Anatomía
    Patológica

    4. Técnicas de diagnóstico
    molecular de última generación para micosis
    sistémicas

    5. Referencias
    Bibliográficas

    6. Anexo

    1.
    Introducción

    La Micología es la ciencia que
    trata del estudio de los hongos.
    Éstos son vegetales inferiores carentes de clorofila, son
    eucariotes, aerobios, no forman tejidos y la
    pared celular de sus elementos contiene quitina. Son
    heterotróficos, pues no poseen la propiedad de
    fotosíntesis. El cuerpo de los hongos puede
    ser de dos tipos: thallo vegetativo y thallo de
    fructificación. El primero cumple las funciones de
    nutrición
    y crecimiento y, el segundo, las de conservación y
    diseminación de la especie, que se opera mediante la
    formación de células
    especiales llamadas esporos, siendo sexuados o asexuados,
    internos o externos. La producción de esporos caracteriza al
    micelio de fructificación. El thallo puede ser unicelular,
    y dividirse por brotación o gemación; o
    filamentoso, llamándose también micelio y pudiendo
    ser continuo o tabicado. Entre ambos tipos se encuentra el
    seudomicelio, siendo en realidad hongos de thallo unicelular
    (p.ej. Candida spp.). Los hongos parásitos del hombre son, en
    la mayoría de los casos, difásicos, con un aspecto
    micromorfológico cuando invaden tejidos, en fase
    parasitaria (o cuando son cultivados a 37º C), y en forma de
    micelio o seudomicelio cuando se hallan en fase
    saprofítica (a temperatura
    ambiente en un
    medio pobre).
    Las micosis pueden ser superficiales o profundas, según se
    localicen en la capa córnea de la piel o sus
    faneras (pelos y uñas), mucosas y semimucosas o,
    más profundamente, en la dermis, tejido celular
    subcutáneo y diversos sistemas de la
    economía
    (micosis sistémicas). Las micosis superficiales pueden ser
    epidémicas, están extendidas a todo el mundo, son
    benignas y curan más o menos rápidamente con el
    tratamiento adecuado, en tanto que las micosis profundas son
    endémicas, graves, frecuentemente mortales en su forma
    clínica evolutiva y no son contagiosas. La edad, sexo,
    profesión, vestimenta, condiciones higiénicas y
    sociales, y el estado de
    salud, influyen
    en la incidencia de las diversas micosis (1).

    2. Diversas
    Micosis

    Micosis Superficiales
    Los hongos de las micosis superficiales se propagan por
    infección y por extensión periférica de las
    lesiones primitivas. Cuando producen lesiones inflamatorias dejan
    pasar a la circulación antígenos que sensibilizan a
    todo el organismo. Concomitantemente al desarrollo de
    la hipersensibilidad comienzan a aparecer anticuerpos circulantes
    y fenómenos celulares de resistencia
    específica adquirida. De todos modos no es de rutina para
    arribar al diagnóstico, la búsqueda de
    respuesta serológica en estos casos.
    Luego de la anamnesis y la decisión de realizar el estudio
    micológico por parte del médico se procede a tomar
    la muestra, que en
    este caso serán pelos, escamas de piel o muestras
    ungueales, que se toman con pinzas o bisturí
    estéril del centro o borde de la lesión y se
    colocan en un portaobjetos. Se transportan entre dos portaobjetos
    limpios, y se observa directamente al microscopio, con
    una gota de hidróxido de potasio (KOH) al 20-40%, cubierto
    con un cubreobjeto. El KOH disuelve la queratina y permite
    visualizar los elementos fúngicos. Se flamea suavemente el
    portaobjeto hasta la aparición de burbujas y se observa
    con aumento de 400x. La luz de Wood (luz
    ultravioleta de 365 nm de longitud de onda) se utiliza para
    identificar hongos de los géneros Microsporum y
    Trichophyton, dando fluorescencia verdosa, y lesiones producidas
    por Malassezia furfur, siendo la coloración amarillenta en
    este caso. El cultivo se realiza en medios ricos
    en lípidos
    con agregado de antibióticos a 28 o 37ºC durante no
    menos de cuatro semanas. Finalmente se identifica por los
    caracteres morfológicos del hongo aislado.
    Este es el caso de los hongos responsables de la Pitiriasis
    versicolor, las Piedras, la Tiña Nigra, las diversas
    Dermatoficias (Epidermophyton, Trichophyton, Microsporum) y las
    formas superficiales de Candidiasis (2).

    Micosis Subcutáneas
    Las micosis subcutáneas son aquellas causadas por hongos
    saprófitos del suelo cuyos
    esporos o fragmentos penetran en el huésped por
    implantación traumática en la piel, dando lugar a
    lesiones que asientan en piel y tejido celular subcutáneo.
    La condición de poseer una temperatura inferior a la de
    los tejidos profundos, hace de éste un lugar ideal para el
    desarrollo de varias especies de hongos. Estos originan lesiones
    crónicas que evolucionan por meses o años, y
    están ampliamente distribuidos en la naturaleza,
    principalmente en el suelo, vegetales en descomposición,
    madera, etc.,
    en regiones tropicales y subtropicales.
    El diagnóstico comprende la anamnesis y la posterior
    realización del estudio micológico, que incluye:
    toma de muestra de abscesos y biopsia de lesiones, transporte en
    frasco con formol al 10% para estudio histopatológico y
    otro con penicilina para observación y cultivo (el pus va en frasco
    con penicilina), la observación directa del material de
    biopsia con hematoxilina – eosina y del pus con KOH al 20%,
    con 400 aumento. El cultivo se realiza en medios comunes
    (Sabouraud, Czapek, agar miel), con agregado de
    antibióticos a 28-37º C, por 3 a 4 semanas y se
    identifican las colonias aisladas por sus características macro y
    microscópicas. La serología no es de uso frecuente
    en estos casos pero se han demostrado anticuerpos circulantes en
    varias oportunidades, que pueden ser detectados por reacciones de
    fijación de complemento, inmunodifusión en gel e
    inmunofluorescencia indirecta, mientras que las
    intradermorreacciones tienen valor
    epidemiológico y pronóstico en ciertos casos.
    Es el caso de los hongos productores de Cromomicosis, Micetomas
    maduromicóticos, Rinosporidiosis y Esporotricosis
    (3).

    Micosis Profundas
    Son en general de infección exógena. Sus agentes
    etiológicos viven saprofíticamente en el suelo o
    sobre restos vegetales y se inoculan mediante un traumatismo o
    penetran por inhalación.
    Aquí es muy importante la anamnesis, dada la endemicidad
    de estas micosis. En Argentina existen
    áreas determinadas donde estas micosis son prevalentes.
    Las muestras remitidas son: esputo, pus de abscesos, sangre,
    hisopados, LCR. Se agregan antibióticos para
    transportarlas, luego se observan directamente al microscopio con
    aumento mediano, con el agregado de lactofenol, Gueguen o KOH al
    20%. Si es un corte histológico se observa con aumento de
    1000x. En muestras de biopsias (remitido en formol al 10%) se
    utiliza la técnica de Grocott (metenamina
    argéntica) para diferenciarlos de la tuberculosis. El
    cultivo se hace por cuatro semanas en medios comunes a 28º C
    y en medios enriquecidos a 37º C para comprobar el
    dimorfismo: micelio filamentoso en Sabouraud o Lactrimel, y forma
    levaduriforme en agar-sangre. Las pruebas
    serológicas más usadas para evaluar anticuerpos y
    antígenos son: Inmunodifusión en gel,
    Fijación de complemento, Contrainmunoelectroforesis, ELISA
    y RIA. Para arribar al diagnóstico se toman muestras de
    suero pareadas (una al inicio de la enfermedad y otra dos semanas
    más tarde ß un aumento al cuádruple o mayor
    del título en la segunda muestra indica enfermedad), y una
    tercera para evaluar el tratamiento. Las intradermorreacciones
    tienen valor epidemiológico (delimitando áreas
    endémicas), evaluando la "micosis infección", y
    pronóstico, estudiando la positivización de un
    individuo previamente negativo o viceversa, ya que la inmunidad
    celular es la que confiere defensa y protección en estas
    micosis.
    Aquí se incluyen la Histoplasmosis, Blastomicosis,
    Coccidioidomicosis y Paracoccidioidomicosis (4).

    Micosis Oportunistas
    Estas patologías se dan en huéspedes
    inmunodeprimidos (con trastornos endócrinos,
    inmunodeficiencias, enfermedades
    oncohematológicas, alteraciones metabólicas y
    anatómicas, drogadictos endovenosos, pacientes bajo
    tratamiento prolongado con corticoides o citostáticos,
    sometidos a cirugía, dializados, quemados, trasplantados y
    cateterizados) y son causadas por hongos saprófitos del
    ambiente o comensales de cuerpo
    humano.
    El término también se aplica a las micosis
    localizadas o a las disbacteriosis en las que, a pesar de que el
    sujeto es inmunológicamente competente, se producen
    condiciones locales que favorecen la instalación del
    hongo.
    El aislamiento de estos hongos debe ser repetido para hacerlos
    responsables de una determinada enfermedad en un huésped
    susceptible: por lo menos tres muestras en un huésped
    inmunodeprimido, tres o cuatro muestras diferentes, o la
    demostración de invasión de tejidos por examen
    microscópico directo de biopsia, acompañado de una
    serología positiva. En cultivos a diferentes temperaturas,
    en diversos medios de cultivo, crecen de igual forma, ya que no
    poseen dimorfismo térmico. La identificación es por
    las características morfológicas, y las pruebas de
    fermentación y asimilación de
    azúcares y productos
    nitrogenados se usan para diferenciar ciertas especies (es el
    caso de Candida spp). La muestra pareada es diagnóstica
    cuando revela un aumento del cuádruple o mayor del
    título de anticuerpos, y con un tratamiento
    específico el título debe descender. En la
    criptococosis se evalúa la presencia del antígeno
    capsular en LCR por coaglutinación o ELISA. La IDR tiene
    valor pronóstico, cuando se negativiza en un paciente con
    enfermedad, ya que implica el deterioro de la inmunidad
    celular.
    En este grupo se
    encuentran los microorganismos productores de Candidiasis,
    Aspergilosis, Criptococosis y Mucormicosis (5).

    Técnicas de diagnóstico de micosis
    profundas

    1. técnicas directas
    1. Exámenes microscópicos
    1. Materiales no fijados: examen al estado
      fresco, con tinta china o
      contraste de fase, coloración de Gram, Ziehl Neelsen,
      Kinyoun, o Giemsa.
    2. Materiales fijados en formol: hematoxilina-eosina,
      PAS, Grocott, Gram para tejidos,
      mucicarmín.
    1. Cultivos
    1. Medios simples con antibióticos: Sabouraud
      glucosado, Czapek, agar papa glucosado. A 28ºC. Para
      fase filamentosa de hongos difásicos.
    2. Medios enriquecidos con antibióticos: agar
      infusión cerebro y
      corazón solo o con sangre, agar
      sangre-cisteína. A 37ºC. Para fase
      levaduriforme.
    3. Sistemas especiales: células de carcinoma
      rectal y de Converse.
    4. Cultivo de Actinomycetales (microaerófilos y
      aerobios).
    5. Hemocultivos: en medios para bacterias
      y repique a la semana en Sabouraud glucosado, a
      37ºC.
    1. Inoculación a animales
      (3,6)
    1. Técnicas indirectas
    1. Intradermorreacciones
    2. Inmunodifusión en gel de agar
    3. Contrainmunoelectroforesis
    4. Prueba de fijación de complemento
    5. Aglutinación de partículas de
      látex sensibilizadas
    6. Precipitinas en tubo (3,7)
    1. Técnicas de estudio del sistema
      inmune
    1. Intradermorreacciones
    2. Rosetas E a 4º C
    3. Subpoblaciones de linfocitos T CD4 y CD8
    4. Ventana cutánea
    5. Fagocitosis de polimorfonucleares neutrófilos
      y monocitos
    6. Proteinograma electroforético
    7. Dosaje de inmunoglobulinas por inmunodifusión
      radial (3,7)

    Técnicas de diagnóstico de micosis
    superficiales

    1. Métodos directos
    1. Exámenes directos: al estado fresco,
      preparaciones con hidróxido de potasio (KOH)
    2. Cultivos: Medios simples con antibióticos
      (Sabouraud – Lactrimel), caldo glicerinado con furoxona,
      medios adicionados con vitaminas,
      medio de Sabouraud con aceite de oliva, agar
      glicerinado
    3. Coloraciones: azul de metileno, Giemsa, Kinyoun o
      Gram (previo KOH)
    1. Métodos indirectos
    1. Pruebas serológicas: de escaso
      valor
    2. Intradermorreacciones con tricofitina
      (3,6)

    3. Anatomía
    Patológica

    Para la demostración de hongos en los cortes
    histológicos se pueden usar dos técnicas
    de coloración: la reacción del ácido
    periódico de Schiff (PAS), que tiñe
    a los hongos de rojo intenso, y el método de
    metenamina de plata (Grocott), que los tiñe de negro. La
    reacción positiva con el PAS se debe a la presencia de
    celulosa y quitina en las paredes celulares, dos sustancias ricas
    en mucopolisacáridos (3).

    Recolección, envío y utilidad de los
    distintos materiales
    clínicos
    Los tests de laboratorio
    son esenciales para establecer el diagnóstico de una
    infección fúngica. Los métodos
    usados implican: la detección del patógeno por
    examen directo, su aislamiento e identificación en cultivo
    y la detección de una respuesta inmunológica al
    microorganismo.
    Es importante proveer al laboratorio con especímenes
    adecuados para investigación, junto con suficiente
    información clínica sobre la
    enfermedad subyacente, viajes
    recientes o previa residencia, contacto con animales, y la
    ocupación del paciente si se considera relevante. Con la
    excepción de las muestras de piel, uñas y pelos,
    todas deben ser recolectadas en recipientes estériles
    (6).

    I. Materiales de micosis superficiales

    1. Lesiones de piel lampiña: indicar al enfermo
      que no se coloque polvos o cremas sobre la lesión los
      días previos, y suspender los antimicóticos por
      vía general. Limpiar la piel con agua y
      jabón, luego raspar los bordes de la lesión con
      bisturí o cureta, recoger las escamas desprendidas sobre
      un portaobjetos limpio y flameado, colocar otro encima,
      envolver y rotular para estudio.
    2. Lesiones de uñas: para los casos de
      paquioniquia y onicólisis se debe raspar con un
      bisturí flameado la tabla interna, luego se colocan las
      escamas entre dos portaobjetos y se remite. En la perionixis
      deben rasparse los bordes laterales de las uñas y la
      zona de la matriz.
    3. Tiñas de cuero cabelludo y barba: lo
      más útil es la porción intrarradicular de
      los pelos y éstos se deben sacar con pinza de depilar o
      extraer las costras que los aglutinan.
    4. Lesiones de mucosas y semimucosas: son en su
      mayoría producidas por hongos del género
      Candida. Se obtiene con hisopo estéril, se deben
      levantar las pseudomembranas y colocarlas en un tubo con agua
      estéril. Para recolectar el exudado vaginal se utiliza
      un espéculo.
    5. Lesiones de oído
      externo: se deben generalmente a hongos del género
      Aspergillus. Bajo control
      otoscópico se obtienen las escamas, costras o
      pseudomembranas con un hisopo humedecido, y se lo coloca en un
      tubo para remitir al laboratorio (3,6).

    II. Materiales de micosis profundas

    1. Lesiones de piel y mucosas: las úlceras y
      pápulo-úlceras pueden ser escarificadas y
      colocadas en portaobjetos. Se pueden también obtener
      biopsias de piel y mucosas de la forma habitual. En los
      nódulos y gomas se punza con jeringa y aguja, y
      seguidamente se aspira.
    2. Estas muestras deben ser remitidas, al igual que
      la mayoría de las restantes, en tres tubos, para
      estudio micológico, microbiológico e
      histopatológico.

    3. Lesiones abscedadas: se obtienen por
      punción-aspiración y son de alto valor
      diagnóstico.
    4. Adenopatías: se obtienen
      quirúrgicamente.
    5. Micetomas: si tienen secreción se estudia el
      mismo, si no la tienen se obtiene biopsia
      quirúrgica.
    6. Lesiones del aparato
      respiratorio: se pueden obtener biopsias de laringe,
      tráquea y bronquios. También biopsias
      pulmonares a cielo abierto o por punción
      transparietal, así como la obtención de
      secreciones respiratorias (por expectoración
      espontánea, lavado bronquial y
      broncoalveolar).
    7. Orina: con previa higiene de la
      zona genital, tapón vaginal en mujeres y
      técnica del chorro medio. En pacientes con sonda
      vesical se realiza punción
      suprapúbica.
    8. LCR: se remiten 5 ml.
    9. Materia fecal: se debe recoger separada de orina,
      se descontamina de bacterias, se tamiza y luego se
      centrifuga. Se siembra en placa de Petri en medio de
      Sabouraud.
    10. Lesiones de córnea: se raspan los bordes de
      la misma y se coloca en portaobjetos.
    11. Materiales de cámara anterior y posterior:
      por punción-aspiración.
    12. Pus de saco lagrimal: por compresión de la
      lesión y excreción.
    13. Médula ósea: por
      punción-aspiración, se coloca sobre
      portaobjetos para observación y se cultiva otra
      porción del material. También se puede
      biopsiar.
    14. Hemocultivos: se coloca en medio con
      anticoagulantes. Se incuba 7 días y se repica a medio
      sólido. En pacientes inmunocomprometidos se realiza
      también un frotis y se tiñe con
      Giemsa.
    15. Punción biopsia hepática: por
      punción transparietal, de valor diagnóstico
      relativo.
    16. Materiales para estudio serológico: se
      extrae sangre venosa, se deja retraer el coágulo y se
      separa el suero por centrifugación (3,6).

    4. Técnicas de
    diagnóstico molecular de última generación
    para micosis sistémicas

    En las últimas dos décadas ha habido un
    notable incremento en la incidencia de infecciones
    fúngicas invasivas. Los métodos moleculares, tales
    como análisis de restricción, cariotipo y
    la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), han sido
    recientemente aplicados para mejorar nuestro actual conocimiento
    de la epidemiología de estas enfermedades. Por ejemplo,
    investigaciones en epidemias nosocomiales han sido
    facilitadas en gran medida por dichos métodos. Es
    más, la habilidad de diagnosticar e identificar micosis
    sistémicas podría ser mejorada con el uso de
    técnicas moleculares. En un futuro cercano, será
    posible que métodos basados en la PCR suplementen, o
    incluso reemplacen, a los métodos tradicionales para la
    detección de infecciones hematógenas por Candida
    spp, aspergilosis invasiva y neumonía por Pneumocystis
    carinii (8).
    Otro método utilizado recientemente para el
    diagnóstico de micosis invasivas ha sido la medición en plasma de (1à 3)-beta-D-glucano (un
    constituyente característico de la pared celular de los
    hongos) durante episodios febriles. El método consiste en
    utilizar el factor G, una enzima altamente sensible al
    polisacárido fúngico mencionado, arrojando una
    sensibilidad del 90% y una especificidad del 100% (9).
    Merecen mencionarse en este apartado final tres técnicas
    desarrolladas para el diagnóstico de Candidiasis
    diseminada: detección de mananos y anticuerpos antimananos
    por ELISA, con sensibilidad del 80% y especificidad del 93%,
    cuando son usados juntos (10); uso de PCR para detección
    del genoma del hongo, siendo esto más sensible que los
    hemocultivos (11), y la medida de la proporción entre
    D-arabinitol (fúngico) y L-arabinitol (humano) urinarios
    para el diagnóstico rápido y sensible, y el
    pronóstico de la enfermedad (12).

    Comentario
    El diagnóstico micológico de laboratorio puede ser
    difícil debido al reducido número de
    microorganismos presentes en algunas lesiones, el lento
    crecimiento de algunos de éstos, y la dificultad en
    distinguir la colonización de las superficies mucosas de
    la infección. Una biopsia tisular con elementos
    fúngicos, y el cultivo son los mejores métodos para
    diagnosticar enfermedad sistémica. Los hemocultivos pueden
    ser repetidamente negativos aún en presencia de
    infecciones intravasculares. Los tests para detectar anticuerpos
    y antígenos son actualmente poco sensibles para
    diagnosticar la mayoría de las infecciones
    sistémicas, pero la serología es útil en
    casos de coccidioidomicosis e histoplasmosis, y la
    detección de antígenos es útil en
    histoplasmosis y criptococosis (13).
    El riesgo de
    tratamiento empírico es mayor en las infecciones
    fúngicas que en las bacterianas, debido a la toxicidad de
    algunas drogas
    antifúngicas (especialmente anfotericina B), la frecuente
    necesidad de administración prolongada por vía
    parenteral, y los limitados datos disponibles
    para elegir la mejor dosis o régimen. La demora en tratar
    la enfermedad sistémica puede llegar a ser fatal. De esto
    se desprende la importancia de un diagnóstico precoz, y
    una terapéutica oportuna.
    Las infecciones fúngicas han asumido un rol cada vez
    más importante en la clínica infectológica
    actual, debido al incrementado uso de antimicrobianos de amplio
    espectro, y al número cada vez mayor de pacientes
    inmunodeprimidos.
    Las claves en el diagnóstico radican en una correcta
    anamnesis, incluyendo un buen examen físico y una acertada
    sospecha epidemiológica en casos de micosis
    endémicas, siendo el examen por métodos
    complementarios fundamental para arribar al diagnóstico,
    incluyendo una oportuna decisión de realizar el estudio,
    una correcta toma de la muestra, transporte, observación,
    cultivo e identificación (14).

    5. Referencias
    Bibliográficas

    1. Negroni P, Negroni R: Micología, cap. 1,
      pp1-26; Micosis superficiales y profundas, cap. 2, pp27-38. En
      Micosis cutáneas y viscerales, 9ª edición.
      López Libreros Editores, Buenos Aires,
      1990.
    2. Shellow WV: Management of Superficial Fungal
      Infections. En Primary Care Medicine, de Goroll A, May L,
      Mulley Jr. A, chap. 191. 3rd edition. Lippincott
      Williams & Wilkins, Philadelphia, 1998.
    3. Negroni R, Arechavala A: Generalidades. En Microbiología biomédica, de
      Basualdo JA, Coto CE, de Torres RA, cap. 40, pp441-453. 1ª
      edición. Editorial Atlante, Buenos Aires,
      1996.
    4. Patterson TF: Infections Caused by Dimorphic Fungi.
      En Textbook of Internal Medicine, de Kelley W, part 7:
      Infectious Diseases and AIDS, chap. 303. 3rd
      edition. Lippincott Williams & Wilkins, Philadelphia,
      1998.
    5. Edwards JE: Opportunistic Fungal Infections. En
      Textbook of Internal Medicine, de Kelley W, part 7: Infectious
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      albicans mannan and antimannan antibodies: useful combined
      test for
      diagnosis of systemic candidiasis. J Clin Microbiol
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    11. Wahyuningsih R, Freisleben HJ, Sonntag HG, et al.
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    12. Sigmundsdottir G, Christensson B, Bjorklund LJ, et
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    13. Weinberg A, Levin MJ: II. Infections: Mycotic. En
      CURRENT Pediatric Diagnosis & Treatment, de Hay WW, Hayward
      AR, Levin MJ, Sondheimer JM, chap. 37: Infections: Parasitic
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    14. Kaufman L. Laboratory methods for the diagnosis and
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      Papadakis MA, chap. 36. 39th edition. McGraw-Hill, New York,
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    16. Wallach J: Pneumocystis Pneumonia. En Interpretation
      of Diagnostic Tests, chap. 15: Infectious Diseases.
      6th edition. Lippincott Williams & Wilkins,
      Philadelphia, 1998.

    Nota: Los libros de
    texto citados
    en las referencias 2, 4, 5, 7, 13, 15 y 16 fueron consultados
    desde la WWW, en la base de datos
    OVID (gateway.ovid.com) y el formato de los mismos se encuentra
    en HTML. El
    acceso a los capítulos es a través de
    hipervínculos, no por número de
    página.

    6. Anexo

    Material Visual
    (15,16)
    Diagnóstico Micológico Esencial
    Candidiasis

    • Flora normal, patógeno oportunista
    • Enfermedad en mucosa gastrointestinal: la más
      común, especialmente esofagitis ß biopsia y cultivo, rx
      no específica
    • Fungemia asociada a catéter en pacientes
      hospitalizados
    • Diagnóstico de enfermedad invasiva
      sistémica requiere biopsia tisular o evidencia de
      enfermedad retinal (fo)
    • Cerebro, meninges, miocardio,
      hígado

    Histoplasmosis

    • Epidemiología: pampa húmeda,
      deyecciones de aves, valles
      de ríos
    • La mayoría asintomáticas, enfermedad
      respiratoria es la más común
    • Pacientes con función
      inmunológica normal no desarrollan
      diseminación
    • La enfermedad generalizada es común en
      pacientes inmunodeprimidos, con mal
      pronóstico
    • Pruebas cutáneas, serología (id, fc) y
      rx poco diagnósticas
    • Biopsia de órganos afectados con cultivo y
      antígeno polisacárido urinario más
      útil

    Coccidioidomicosis

    • Malestar, fiebre, dolor de espalda, cefalea y tos,
      artralgias y tumefacción articular en rodillas y
      tobillos, eritema nodoso
    • Zonas áridas de américa
    • Forma diseminada: meningitis, lesiones óseas,
      abscesos de piel y partes blandas
    • Rx variable, neumonitis a
      cavitación
    • Tests serológicos útiles (id, fc,
      cie)
    • Endosporas demostrables en esputo o tejidos,
      hemocultivos y lcr ß 30% (+)

    Neumocistosis (Pcp)

    • Fiebre, disnea, tos no productiva
    • Infiltrado intersticial difuso bilateral, rales
      bibasales a veces
    • Po2 reducida
    • Microorganismo hallado en esputo, lavado
      bronquioalveolar o biopsia pulmonar; GIEMSA, AC MO,
      PCR

    Criptococosis

    • Causa más común de meningitis
      fúngica
    • Predisponentes: hodgkin, hiv, cortic.
    • Antígeno capsular y cultivo en lcr
    • Tinción de cápsula con tinta
      china
    • 95% de hiv tienen antígeno sérico
      (+)

    Aspergilosis

    • Causante de enfermedad broncopulmonar
      alérgica, invade y se disemina en inmunocomprometidos,
      coloniza cavidades preexistentes
    • Enfermedad pulmonar, infartos
    • Examen directo, cultivo, serología (id, cie,
      fc), idr (+) en alérgicos

    Mucormicosis

    • Patógenos oportunistas en dbt, irc y
      tratamientos con drogas
    • Biopsia fundamental para
      diagnóstico
    • Lesiones necróticas en nariz y spn

    Blastomicosis

    • Endémica en usa y canadá
    • Infección pulmonar puede ser
      asintomática, disemina a piel, huesos
    • Observación directa y cultivo

    Paracoccidioidomicosis

    • Endémica: mesopotamia
      argentina
    • Ulceraciones en naso- y orofaringe
    • Directo: levaduras mutibrotantes
    • Cultivo a 28 y 37º c, serología (id, fc,
      cie), idr

    Esporotricosis

    • Micosis subcutánea, puede diseminarse en
      inmunocomprometidos
    • Directo: coloración o ifd
    • Cultivo, idr, serología para ac

    Penicillium marneffei

    • Endémica en se de asia
    • Infiltrados pulmonares, anemia
    • Directo y cultivo: pigmento rojo

    Cromomicosis

    • Pápulas o úlceras que
      evolucionan
    • Directo y cultivo: variados colores

    Micetomas

    • Secreción o biopsia de
      lesión
    • Directo y cultivo, identificación

    Micosis superficiales

    • Correcta anamnesis y toma de muestra: pelos,
      uñas, escamas de piel
    • Directo: koh y luz de wood, gram
    • Cultivo en sabouraud e identificación
      (candida ß
      pruebas para dif. Especies)

     

     

     

     

     

    Autor:

    Maximiliano Alda

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