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Una alternativa metodológica para el diseño de las unidades didácticas de la matemática en la secundaria básica.




Enviado por jjfonsecacu



    Indice
    1.
    Introducción

    2. Desarrollo
    3. Validación de la alternativa
    propuesta

    4. Conclusiones
    5. Bibliografía

    1.
    Introducción

    Con el triunfo de la Revolución
    el Estado se
    dio a la tarea de crear nuevos enfoques que correspondieran a la
    filosofía de la Revolución.
    Durante este proceso los
    diseños curriculares de los distintos programas
    analíticos han sido dados a los diferentes centros,
    independientemente de las condiciones concretas de cada
    territorio y las características de los estudiantes,
    predominando el centralismo
    respecto al diseño curricular.
    Con el decursar de los años este proceso se fue
    perfeccionando y flexibilizando, donde el maestro cobra cada
    día mayor participación e implicación en el
    mismo.
    Se desarrollan modificaciones y transformaciones a partir de
    investigaciones cubanas del Instituto Central de
    Ciencias
    Pedagógicas (ICCP) hasta llegar a elaborar un modelo
    proyectivo de la escuela cubana
    del siglo XXI, se le plantean al docente nuevos retos que
    implican mayor independencia
    al tener que contextualizar los programas preescritos a las
    condiciones concretas del entorno donde desarrolla su labor
    pedagógica. Sin embargo, tampoco se le ofrece al docente
    la lógica
    de su actuación con todos los elementos estructurales que
    intervienen.
    Este proceso de transformación se intensifica con la
    tercera revolución educacional en la que se encuentra
    nuestro país por lograr una cultura
    general e integral en sus ciudadanos lo que implica transformar
    los estilos tradicionales del trabajo de los docentes.
    En un estudio realizado en algunas de las escuelas del nivel
    medio básico se corroboró el insuficiente conocimiento
    de la teoría
    del diseño curricular y la falta de autonomía de
    algunos docentes, los que plantean que no se sienten
    suficientemente preparados para emprender el diseño de
    unidades didácticas conformes con el nivel de exigencia
    que las modificaciones le plantean al tratamiento
    metodológico de las mismas.
    En el trabajo,
    por tanto, se presenta una alternativa metodológica para
    enfrentar el diseño de unidades didácticas,
    referentes a la Matemática; dicha alternativa es el
    resultado de una investigación realizada por los autores
    desde septiembre del año 1998, aplicada en una Secundaria
    Básica de la provincia, donde se implicó a
    profesores y estudiantes practicantes del ISP, lo que
    permitió comprobar su viabilidad.

    2. Desarrollo

    Alternativa metodológica para el diseño de
    unidades didácticas en la Secundaria Básica.
    La esencia de la alternativa está basada en el empleo de los
    organizadores del curriculum y
    su influencia en los diferentes componentes didácticos que
    hace el Dr. Luis Rico (1997, 1998), de España, al
    que se le realizan adecuaciones a nuestra concepción
    pedagógica de una manera dialéctica, de forma tal
    que respondan al contexto actual y a las exigencias planteadas
    por las transformaciones que se están aplicando en la
    Secundaria Básica.
    Se desarrolla siguiendo un modelo que refleja la lógica y
    dinámica que debe seguir el docente para
    enfrentar el diseño de unidades didácticas, modelo
    que se presenta al final del trabajo y que consiste en pasos que
    se han considerado relacionados entre sí. A
    continuación se realiza una explicación de cada uno
    de los elementos estructurales que lo conforman.

    • Curriculum general de la
      Matemática

    Lo primero que se debe tomar en consideración es
    todo lo referente al curriculum general de la Matemática
    (programas directores y de la asignatura, precisiones para el
    desarrollo de
    este programa, y otros
    documentos que
    aborden el curriculum general de la asignatura) con la finalidad
    de conocer qué exige este curriculum general para la
    enseñanza, el grado y la unidad visto a
    través del estudio y la reflexión de los objetivos
    formativos, su interrelación; así como los
    mínimos curriculares preescritos con sus sugerencias
    metodológicas, haciendo énfasis en la unidad objeto
    de estudio.
    Se entiende que no es suficiente el estudio de toda esta documentación, tanto individual como
    colectiva, y la profundización en otros materiales o
    textos, para emprender de manera directa el diseño de las
    unidades didácticas como un proceso de adecuación
    al contexto donde se desarrolla la práctica
    pedagógica, de ahí que se recomiende la
    utilización de los denominados organizadores del
    curriculum y lo que aporta cada uno de ellos. Aspecto de gran
    importancia tanto didáctica como
    metodológica.

    • Organizadores del curriculum

    "Se llamarán organizadores a aquellos
    conocimientos que se adoptan como componentes fundamentales para
    articular el diseño, desarrollo y evaluación
    de unidades didácticas." (Rico, 1997, 29)
    Un organizador debe ser objetivo y que
    genere una diversidad de opciones, debe ofrecer un marco
    conceptual para la enseñanza de la Matemática, un
    espacio de reflexión que muestre la complejidad de los
    procesos de
    transmisión y construcción del conocimiento
    matemático y criterios para abordar y controlar esa
    complejidad.
    Vista la necesidad de los organizadores del curriculum se
    pasaría entonces al análisis del aporte que hace cada uno de
    ellos al objeto de estudio de la unidad didáctica.
    Se hace la propuesta de cinco organizadores del curriculum de la
    Matemática.

    1. Los errores y dificultades usualmente detectados en
      el
      aprendizaje de la Matemática, que se presentan
      sobre cada objeto de estudio, y los problemas
      u obstáculos de aprendizaje
      que se detectan o plantean para cada concepto.
    2. La diversidad de representaciones utilizadas para
      cada sistema
      conceptual, junto con algunos de los modelos
      usuales de los correspondientes conceptos.
    3. La fenomenología de los conceptos
      implicados, y las aplicaciones prácticas de cada
      bloque de contenidos.
    4. La diversidad de materiales de tipo manipulativo y
      de recursos
      que se puedan emplear en la enseñanza de cada objeto
      de estudio.
    5. La evolución cultural, histórica y
      científica de cada campo, e incluso, de cada
      concepto.

    Cuando se opera con el primer organizador es necesario
    tener en cuenta que durante la realización de los
    ejercicios se precisa de un observador externo para evaluar la
    distancia entre la afirmación errónea y el
    conocimiento correcto, y conducir al alumno que comete el
    error hasta el conocimiento que se ha estipulado como
    correcto.
    Un ejemplo que podría ilustrar este procedimiento
    pudiera ser: Si se quiere sumar fracciones con diferentes
    denominadores se observa que no es suficiente con la
    determinación del mínimo común
    múltiplo (m. c. m.) entre éstos, sino que es
    necesario ampliar los numeradores con el factor conveniente de
    manera que se garanticen fracciones equivalentes. Un posible
    error por considerar sería:

    en este
    caso se extrae de forma correcta el m. c. m. de ambas fracciones
    pero el numerador no es ampliado con el factor conveniente,
    estaría correctamente planteado si el estudiante realiza
    el siguiente procedimiento:

    Este error, si no se trabaja adecuadamente se transfiere
    al trabajo con fracciones algebraicas.
    Este organizador permite garantizar el aseguramiento del nivel de
    partida que puede darse antes de comenzar la unidad o con clases
    especializadas dentro de ella para activar los conocimientos
    brindando mejor atención a las diferencias individuales con
    tareas específicas por desarrollar, aunque está
    claro que al error no debe temérsele, al contrario,
    bienvenido sea siempre que haga uso de presencia, es uno de los
    mejores pretextos para problematizar la enseñanza, para
    activar el aprendizaje, para atender las diferencias
    individuales; claro está, requiere para su tratamiento de
    maestría pedagógica, de ser competente
    profesionalmente.
    El segundo organizador proporciona la posibilidad de que el
    maestro indague y se autoprepare en el contenido
    específico, el objeto de estudio, así como tomar la
    decisión de cuál de estas representaciones es la
    que se va a utilizar, atendiendo a los conocimientos precedentes
    y subsecuentes. Un ejemplo que muestra
    cómo operar en esta situación es el siguiente.
    Cuando se habla de dominios numéricos, números
    racionales (Q) representan.
    Primero: números fraccionarios y sus opuestos.
    Segundo: una división entre dos números enteros
    donde el denominador es distinto de cero.
    Tercero: expresiones decimales cuyo desarrollo es finito o
    infinito periódico.
    El tercer organizador permite la búsqueda y
    determinación de las aplicaciones prácticas o
    utilidad del
    conocimiento matemático objeto de estudio con vista a ser
    presentado como situaciones problémicas para darle
    cumplimiento a los objetivos formativos y para la
    presentación del nuevo contenido.
    Para el tratamiento de los números racionales se puede
    tener en cuenta que hay situaciones cotidianas que se vinculan
    con éstos: temperaturas sobre o bajo cero, alturas o
    profundidades con relación al nivel del mar,
    artículos confeccionados con respecto a un plan de producción, años antes o
    después de Cristo, años antes o después del
    triunfo de la Revolución, posición de un elevador
    con respecto al primer piso.
    El cuatro organizador proporciona el sistema de medios que se
    pueden utilizar, desde hojas de
    cálculo y juegos
    didácticos hasta micro-ordenadores, las enciclopedias del
    programa "Libertad", los
    vídeos, entre otros. A partir de este organizador el
    maestro debe realizar reflexiones teniendo en cuenta las
    características psicológicas de los estudiantes, de
    cuáles son los medios y materiales más adecuados
    para trabajar en cada momento durante la unidad, de manera que
    permita activar y motivar el proceso, y que esto no signifique el
    uso de los medios usuales: libreta, libro,
    pizarra, entre otros.
    En el estudio que se realiza de este organizador es conveniente
    que se reflexione sobre cómo se implica al estudiante en
    la confección de los medios de trabajo que él va a
    utilizar.
    En el quinto organizador la intención es que los
    estudiantes "aprendan a valorar la Matemática" centrando
    la atención sobre la necesidad de que tomen conciencia de la
    interacción que se da entre ella y las situaciones
    históricas que la impulsan y del impacto que tiene en su
    cultura y en sus vidas. Aquí el docente debe valorar en
    qué momento utilizar estos elementos, introduciendo
    datos
    curiosos, haciendo el planteamiento de un calendario
    matemático en el que se hable de los grandes
    matemáticos y de sus aportes, es útil para motivar
    la introducción de un tema.
    En cada uno de los organizadores es necesario establecer
    prioridades y seleccionar la información aportada al objeto de estudio
    de la unidad didáctica, retroalimentándose con el
    diagnóstico integral que realiza el
    profesor: diagnóstico de la comunidad, de
    la familia,
    del grupo de
    alumnos, de la propia institución y de cada estudiante,
    entre otros aspectos, haciendo énfasis en lo cognitivo y
    afectivo del estudiante con dicho objeto de estudio, esta fase
    forma parte de la autopreparación del docente.

    • Diagnóstico integral

    No se puede garantizar una dirección efectiva del proceso de
    enseñanza-aprendizaje si en realidad el docente no hace
    ciencia en su
    labor, si no se convierte en constante investigador de su
    práctica, de manera que pueda atender a la diversidad,
    diseñar estrategias
    contextualizadas e innovar, y esto lo garantiza, entre otras
    cosas, la adecuada concepción del diagnóstico.
    Desde luego esto implica mayor preparación integral del
    docente, el trabajo en colectivo y dedicación sin límites a
    la
    educación. Además debe tener presente la
    retroalimentación que existe entre los
    organizadores del curriculum y el diagnóstico integral
    porque el trabajo de los profesores de Matemática no puede
    reducirse a planificar los estrictos conocimientos formales de la
    asignatura, también se debe diagnosticar el nivel de los
    conocimientos previos de los alumnos con respecto a cada uno de
    estos organizadores, que hacen referencia al objeto de estudio de
    la unidad didáctica.

    • Diseño de las unidades
      didácticas

    De la interacción del diagnóstico con lo
    aportado por los organizadores se obtienen informaciones
    concretas para establecer las diferentes categorías
    didácticas, tales como: objetivos, contenido, métodos,
    medios, formas de organización y evaluación, de las
    cuales los métodos, medios y formas de organización
    se agrupan en un solo componente que se ha denominado metodología, para facilitar la
    estructuración de la unidad didáctica y su
    dinámica, de forma tal que quedan sólo cuatro
    componentes del curriculum: objetivos, contenidos,
    metodología y evaluación de cada unidad, que son
    los cuatro componentes que caracterizan el curriculum como
    esquema de trabajo para los profesores.
    A continuación se valora cada uno de estos componentes,
    ofreciendo las indicaciones metodológicas de cómo
    concebirlos y estructurarlos en el proceso de
    diseño.

    • Objetivos formativos

    Los objetivos formativos constituyen una integración entre lo instructivo y lo
    educativo y ofrecen orientación al docente respecto a
    qué es lo que quiere conseguirse, qué deberá
    lograrse con los alumnos en cuanto al nivel de conocimientos y
    exigencias desarrolladoras y educativas. Deben contemplar los
    mecanismos de reformulación que permitan adaptarlos a las
    múltiples circunstancias concretas de cada grupo.
    La propuesta hace referencia a que en el momento de concebir los
    objetivos de la unidad la atención de los docentes debe
    dirigirse a:

    • Prioridades en el dominio
      conceptual, procedimental y actitudinal de cada unidad
      didáctica.
    • Conocimientos de los sistemas de
      representación y dominio de las tareas de
      conversión en los diferentes sistemas. Niveles
      convenientes de dominio en cada caso (niveles de
      profundidad).
    • Habilidades en la ejecución de procedimientos,
      con especial énfasis en las tareas de
      modelación.
    • Familiaridad con los contextos y situaciones
      (político-ideológico, económico-laboral,
      científico-ambiental) en las que los conceptos,
      procedimientos y actitudes
      tienen un uso y aplicación convenidos;
      comprensión de los principales significados de cada
      campo conceptual.
    • Control de los errores usuales y superación de
      las dificultades conceptuales de cada
      tópico.
    • Prioridades en los medios tecnológicos, en la
      selección de recursos específicos
      y en el dominio de tales medios y recursos.
    • Fomento de actitudes positivas respecto a la
      Matemática tales como: satisfacción por la tarea
      bien hecha, por la construcción coherente de argumentos,
      la resolución de problemas, búsqueda de la verdad
      y apreciación de la belleza en las realizaciones
      matemáticas.
    • Contenidos

    El contenido responde a las preguntas qué
    aspectos deberán ser aprendidos por el alumno para su
    formación y qué exigencias deberán tenerse
    en cuenta para estimular su desarrollo. Como puede apreciarse, el
    contenido abarcará exigencias para la instrucción,
    la educación
    y el desarrollo.
    Aquí se consideran los conocimientos, habilidades,
    valores,
    actitudes y normas que se
    quieren formar, haciendo referencia a:

    • Principios para organizar y estructurar cada campo
      conceptual, procedimental y actitudinal.
    • Organización y secuenciación de
      dificultades que se prevén en cada caso.
    • Selección de los sistemas de
      representación adecuados, de sus relaciones y
      limitaciones, de los procedimientos relacionados y los valores,
      actitudes y normas que estos potencian.
    • Delimitación de los campos de aplicaciones y
      de los fenómenos en cuya modelación se va a
      trabajar. Búsqueda de los problemas o situaciones
      problémicas que posibilitan la presentación de
      los nuevos contenidos.
    • Conceptos previos y errores previsibles, así
      como su conexión con la estructura
      del campo conceptual, procedimental y actitudinal.
    • Prioridades en los materiales y recursos mediante los
      que se va a tratar cada una de las unidades.
    • Conexión de cada campo conceptual,
      procedimental y actitudinal con algunos de los momentos
      relevantes de su evolución cultural, histórica y
      científica.
      • Metodología

    En este componente se tienen en cuenta los
    métodos y procedimientos que se van a utilizar, medios con
    los que se dispone y las formas de organización de la
    enseñanza que se emplearán, haciendo referencia a
    que cuando los docentes procedan a concebir esta
    metodología, deben hacerlo teniendo en cuenta:

    • Sugerencias y líneas directrices para
      seleccionar situaciones que permitan ejemplificar los
      principales conceptos de cada unidad
      didáctica.
    • Diseño de actividades para detectar
      conocimientos previos de los alumnos y plantearles conflictos
      cognitivos; diseño de estrategias para su
      superación.
    • Secuencias de actividades, problemas y ejercicios
      para presentar los diversos sistemas de representación y
      las conexiones entre ellos.
    • Principios establecidos para diseñar tareas
      que favorezcan el aprendizaje cooperativo y la discusión
      de los significados asociados a cada tópico.
    • Principios para la
      motivación, presentación, tratamiento de la
      unidad y modo de trabajo en el aula.
    • Selección de materiales y recursos para
      trabajar con los diversos conceptos, procedimientos y
      actitudes.
    • Indicaciones y propuestas para reforzar el interés
      de los alumnos por el tema en estudio.
    • Evaluación

    Respecto a la evaluación en el proceso de
    enseñanza – aprendizaje, es factible verla con una
    interrelación dialéctica entre la evaluación
    del proceso y la evaluación del resultado donde,
    además de aportar datos cuantitativos obtenidos a
    través de instrumentos, el juicio de la evaluación
    se sostenga aportando la valoración de estos datos y de la
    información que el docente va obteniendo sobre la
    adquisición y desarrollo del aprendizaje por parte de los
    alumnos durante todo el proceso, por lo que evaluar es algo
    más que recoger datos, es además un juicio que se
    va formando de manera continua y cualitativa.
    Se precisa de una evaluación que permita evaluar,
    además de conocimientos y procedimientos, modos de
    actuación, actitudes y valores. Se deben tener muy claro
    cuáles son los conceptos, procedimientos y actitudes que
    deben aprender los alumnos; no se evalúan del mismo modo
    unos que otros.
    Desde luego todo esto le imprime al proceso evaluativo la
    necesidad de emplear diferentes estrategias como son:

    • Establecer una comunicación asertiva con los estudiantes
      de manera que se posibilite el conocimiento entre los
      diferentes sujetos.
    • No separar los momentos de evaluación de los
      de enseñanza – aprendizaje.
    • Hacer énfasis, por diferentes vías, en
      aquellos aspectos que el alumno debe descubrir o
      comprender.
    • Dejarle claro al alumno las actividades por ejecutar
      de manera independiente.
    • Se sugiere que los alumnos realicen por sí
      solos producciones de conocimientos (mapas
      conceptuales, resúmenes, gráficos, etc.) permitiendo que el
      profesor se retroalimente constantemente de cómo marcha
      el aprendizaje del alumno y al alumno emplearse en su
      aprendizaje.
    • Negociar de manera afable con los estudiantes para
      que éstos se impliquen y acepten la evaluación
      como una necesidad de mejorar su aprendizaje.
    • Necesidad de aplicar variadas formas e instrumentos
      para adquirir la información del proceso de aprendizaje
      y sobre todo que la evaluación sea motivadora, de forma
      tal que hagan surgir tanto las potencialidades como
      limitaciones de los alumnos.

    La reflexión en la unidad didáctica debe
    llevar a decidir el qué, cómo y en qué
    momento evaluar y estas reflexiones contribuyen a la toma de
    decisiones para lograr un proceso evaluativo que arroje
    verdaderamente el estado del
    aprendizaje de los estudiantes.
    Para este último componente la propuesta se refiere
    a:

    • Diseño y selección de tareas dirigidas
      a valorar la comprensión y dominio alcanzados en
      conocimientos, procedimientos y actitudes
      concretos.
    • Diagnóstico y corrección de errores
      conceptuales, procedimentales y actitudinales.
    • Cuestiones relevantes que controlar, detección
      de carencias en el uso de las representaciones y en las tareas
      de traducción.
    • Tareas abiertas enfocadas a valorar la
      comprensión global y las estrategias de alto
      nivel.
    • Sistemas para obtener información sobre el
      conocimiento adquirido por los alumnos, seleccionarla y
      registrarla.
    • Métodos adecuados para la valoración
      del aprendizaje alcanzado y de las actitudes desarrolladas por
      los alumnos.
    • Elaboración de los sistemas de
      clases

    Todos estos aspectos de los cuatro componentes del
    curriculum se someterían al debate
    profesional del colectivo de docentes que trabajan en la
    asignatura para valorar acuerdos y posibles contradicciones, el
    cumplimiento de los principios
    pedagógicos, psicológicos, filosóficos,
    epistemológicos y sociológicos que se han tomado
    como bases y su correspondencia con los objetivos del grado, para
    de esta manera establecer las estrategias definitivas que
    permitan resolver los problemas.
    Con estas ideas previas ya se está en condiciones de pasar
    a la elaboración o diseño de los sistemas de clases
    acorde con lo que está normado en la Resolución
    Ministerial y otros documentos normativos, que rigen el trabajo
    metodológico en el Ministerio de Educación.
    Con el proceso realizado hasta este momento se podrán
    diseñar sistemas de clases mejor preparados, condicionando
    los contenidos, la metodología y la forma de
    evaluación a la consecución de los objetivos
    trazados y a las características de la comunidad, escuela,
    grupo y estudiantes que están implicados en el proceso;
    sistemas de clases más productivos y que tengan un impacto
    mayor.

    • Ejecución y validación

    En este momento es conveniente ampliar la
    acepción del concepto de evaluación, situando a
    ésta en la emisión de juicios de la calidad del
    servicio
    prestado, es decir, de las actividades que el docente ha
    diseñado y puesto en práctica, de los medios y
    materiales empleados, de los métodos y procedimientos, de
    las formas de organización adoptadas y de la propia
    enseñanza que el docente ha impartido a lo largo de la
    unidad didáctica.
    Se debe evaluar el curriculum que se desarrolla, la
    organización y distribución de las actividades escolares,
    el papel del
    docente y de los alumnos, la selección y
    utilización de materiales didácticos y las
    interrelaciones que se establecen en y durante el proceso.
    En la ejecución, se llevaría a la práctica
    definitiva todo lo que se ha estado adecuando a las condiciones
    concretas de los alumnos tanto grupales como individuales, se
    refiere al desarrollo de las actividades docentes, desde luego
    este proceso iría estrechamente vinculado con el proceso
    de validación el cual exige aplicar diferentes técnicas e
    instrumentos investigativos que permitan valorar el impacto de
    las actividades diseñadas, cuestión que se
    aprovecha al comenzar nuevamente el proceso para el
    rediseño de la unidad y el diseño de otras
    nuevas.
    Todo lo analizado anteriormente se puede sintetizar en el modelo
    que aparece en la gráfica 1 en el que se presenta la
    lógica y dinámica que debe seguir el docente cuando
    enfrenta el diseño de unidades
    didácticas.

    3. Validación de la
    alternativa propuesta

    Para constatar la viabilidad y la efectividad de la
    alternativa se diseñó una unidad didáctica
    que se desarrolla en el octavo grado de la Secundaria
    Básica, unidad que se presenta en el anexo 1de este propio
    trabajo.
    Al validar, a través de diferentes instrumentos, el
    impacto de las estrategias diseñadas se percibió un
    cambio notable
    en el estilo de aprendizaje de los estudiantes del grupo,
    además de que éstos consideraban a sus profesores
    de Matemática entre los mejor preparados y entre los que
    imparten mejores clases, algunos plantearon que les motivó
    la idea de conocer acerca de la vida de los grandes
    matemáticos y lo que aportaron a la Matemática de
    hoy. También se observaron diferencias importantes entre
    el carácter
    tradicional y reproductivo del proceso de enseñanza –
    aprendizaje de la Matemática en el estado inicial hacia un
    estado final típico del conocimiento productivo, que
    estimula la reflexión, el protagonismo y el indisoluble
    vínculo con la vida.
    Con respecto a los docentes, existió un movimiento
    evidente del insuficiente conocimiento de todo lo referente a la
    teoría del diseño curricular y de cómo
    presentar un tópico matemático con toda su riqueza
    y pluralidad de significados, considerado en conexión con
    diferentes fenómenos y aplicado a otros campos diferentes
    del conocimiento, vinculado a la evolución cultural,
    histórica y científica de lo que se enseña,
    todo esto en un estado inicial, hacia un estado final en el que
    aplican estos conocimientos de manera independiente y consciente.
    De un estado inicial de dependencia a lo tradicional en la
    organización de unidades didácticas a un estado de
    independencia típico de un mayor nivel de
    preparación profesional. De un estado inicial con clases y
    sistemas de clases concebidos de manera aislada y fraccionada,
    sin la adecuada contextualización y con ayuda
    imprescindible de profesores más experimentados, a un
    mayor nivel de integración de los elementos concurrentes
    que condicionan la obtención de resultados superiores, de
    forma independiente. De un estado inicial de falta de conciencia
    en el profesor para estructurar sobre bases verdaderamente
    científicas su actividad profesional hacia un estado final
    de dominio de los elementos que hacen sostenibles su
    actuación profesional.

    • GRÁFICA 1: Modelo de lógica y
      dinámica para el diseño de unidades
      didácticas

    4.
    Conclusiones

    Con el desarrollo de esta investigación se arriba
    a las siguientes conclusiones:
    Realizar el diseño de las unidades que se van a llevar al
    proceso de enseñanza – aprendizaje, siguiendo el
    modelo planteado, que muestra la lógica y dinámica
    a seguir, permite al docente conocer más a sus
    estudiantes, indagar más sobre su propia práctica,
    fortalecer aún más los conocimientos que posee
    sobre lo que va a impartir, trabajar de una manera coherente,
    dirigida al cumplimiento de fines, objetivos y por tanto, le
    permite al docente lograr un impacto mayor con los contenidos que
    imparte.
    La esencia de la alternativa propuesta permite elevar el
    desenvolvimiento del docente dentro de la flexibilidad del
    curriculum y la autonomía del profesor para
    contextualizar, acorde con sus posibilidades, recursos y
    condiciones de los estudiantes, los contenidos preescritos en el
    curriculum general, de manera que pueda cambiar estructura, modo
    de presentación, medios, etcétera, de cada unidad
    didáctica, siempre que no se altere el cumplimiento de los
    fines y objetivos propuestos para la enseñanza y el grado,
    logrando producir aprendizajes significativos y desarrolladores
    en los educandos.

    5.
    Bibliografía

    1. – ADDINE FERNÁNDEZ, FÁTIMA.
    Conferencias sobre diseño curricular. Colectivo de
    profesores del IPLAC.__ La Habana (s/n); 1997.
    2. – ÁLVAREZ DE ZAYAS, CARLOS. La Educación por la
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    3. – COLL, CÉSAR. Psicología y
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    4. – CUBA.
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    maestría).
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    Superior "Manuel F. Gran", Santiago de Cuba, 1997. __
    (Material en Disco).
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    metodológicas. __ La Habana: Ed. Pueblo y Eduación,
    1991.
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    11.- PEDAGOGÍA’2001. Educación,
    aprendizaje y desarrollo / Doris Castellanos Simons …[et al]
    .__ La Habana: [ s. n.], 2001.__ 19p.
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    Latinoamericana de Investigación en Matemática
    Educativa. __ No. 1. __ México,
    1998.
    13. – ZILBERSTEIN TORUNCHA, JOSÉ. ¿Cómo
    hacer más eficiente el aprendizaje? / Margarita Silvestre
    Oramas. __ México : CEIDE, 1999. __ 107p.

     

     

     

     

    Autor:

    MSc.Juan José Fonseca Pérez y Lic. Michel Enrique
    Gamboa Grau
    M. Sc.Juan José Fonseca Pérez

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