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Drogas (página 2)




Enviado por arturo_cuevas



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5. Estimulantes

Tradicionalmente usados para combatir la fatiga, el
hambre y el desánimo, los estimulantes provocan una mayor
resistencia
física
transitoria gracias a la activación directa del sistema nervioso
central.

Estimulantes vegetales
El café,
el té, el mate, la cola, el cacao, el betel y la coca son
plantas que
crecen en muchas partes del mundo. A pesar de que algunas de
estas plantas suelen
consumirse repetidas veces al día durante buena parte de
la vida, son sustancias tóxicas que poseen efectos
secundarios.
Los efectos de la intoxicación crónica se pueden
observar en los catadores de té. Tanto los catadores
británicos como los hindúes padecen cirrosis,
agitación, angustia, temblores, insomnio, náuseas y
mito.
El cacao era consumido por los aztecas debido a
su contenido de cafeína
y de teobromina. Sin embargo, los chocolates actuales no suelen
contener estos alcaloides.
El consumo
abusivo de café
puede causar hipertensión y gastritis, sin contar con que
también contiene alquitranes cancerígenos.
Aunque los estimulantes vegetales son considerados inocuos,
conviene moderar su consumo ya que
se trata de sustancias tóxicas susceptibles de producir
efectos secundarios nocivos.

Coca
La coca, hoja del arbusto indígena americano
«Erythroxylon coca», pertenece al grupo de los
estimulantes. Su consumo es ancestral en ciertas partes de
Latinoamérica, donde es una práctica
habitual mascar las hojas, siendo una gran mayoría de los
consumidores de las zonas donde se cultiva. Su efecto sobre el
sistema
nervioso central es menor que los de la cocaína, dado
que para extraer un gramo de esta sustancia se necesitan 160
hojas de coca. La coca es consumida mascándola con
algún polvo alcalino como cenizas de vegetales o cal.
También es fumada tanto sola como mezclada con tabaco y marihuana. La
masticación de coca fue objeto de estudio por determinados
facultativos, como CHOPRA (1958), comprobando síntomas de
abstinencia, depresión,
fatiga, toxicidad y alucinaciones, seguidos por NEGRETE (1967),
BRUCK (1968) quienes recogían lesiones cerebrales
también en masticadores que la consumían
frecuentemente.

Estimulantes químicos
La cocaína
En los casos de intoxicación aguda, sus efectos, que
consisten en la hiperestimulación, el aumento de la
presión
sanguínea y la aceleración del ritmo
cardíaco, seguidos de una subestimulación, con
parálisis muscular y dificultades respiratorias, puede
terminar en un colapso cardiocirculatorio.
La pasta base de la coca mezclada con bicarbonato sódico
es conocida con el nombre de crack, que es mucho más
tóxico que el clorhidrato de cocaína. Aunque no se
dispone todavía de estudios sobre su uso, efectos
secundarios y contraindicaciones, se sabe que existen numerosas
víctimas mortales por sobredosis de esta sustancia.
La cocaína es un alcaloide contenido en las hojas del
arbusto «Erythroxylon coca» siendo
químicamente un derivado de la latropina. Es un
estimulante cerebral extremadamente potente, de efectos similares
a las anfetaminas. Además, es un enérgico
vasoconstrictor y anestésico local, siendo absorbido por
las mucosas nasales cuando se la aspira, se metaboliza en el
hígado y se elimina por la orina. Fue usada inicialmente
para el tratamiento de trastornos respiratorios y depresivos. Por
su efecto analgésico, se usó en intervenciones
quirúrgicas. Posteriormente se empleó con fines
militares por su efecto vigorizante y el componente de
agresividad que otorga. A comienzos del Siglo XX comienza a
consumirse por aspiración nasal. En esta época,
eran prácticamente desconocidos sus efectos perjudiciales
por lo que estaba presente en las fórmulas de bebidas,
jarabe contra la tos, lociones capilares, y hasta cigarrillos. En
1909 existían en EE.UU. más de 70 bebidas
registradas con componentes de cocaína, lo que
incrementó la producción en los países donde se
cultivaba coca, fundamentalmente Perú. Los estudios del
uso de cocaína comenzaron, con FREUD, al que
siguieron HEMMOND (1887) y BOSE (1902), los cuales encontraron
sintomatología aguda y crónica en el consumo.
Recientemente, en la década de 1980, los experimentos
sobre patrones de consumo y cantidades certificaron sus efectos
sobre la adrenalina, muy relacionada con la agresividad. En las
dos últimas décadas hubo un enorme incremento en la
cantidad de personas adictas a la cocaína,
resaltándose como dato significativo la adicción
simultánea a otras sustancias. Las consecuencias de su
consumo son complejas, involucrando daños de muy diversa
índole: cerebrales, sociales, familiares,
medioambientales, etc.
La cocaína estimula el sistema nervioso
central, actuando directamente sobre el cerebro. Sus
efectos fisiológicos inmediatos son: sudoración,
aumento en la potencia
muscular, midriasis, incremento de actividad cardíaca y
presión
sanguínea, dilatación de los vasos
sanguíneos periféricos, convulsiones, aumento en el
ritmo respiratorio y de la temperatura
corporal. Estos síntomas pueden provocar la muerte por
paro cardíaco o fallas respiratorias. Además se
presentan irritaciones y úlceras en la mucosa nasal.
Comúnmente causa congestión nasal, que puede
presentarse o no con secreción liquida. El uso por
vía inyectable expone al adicto a infecciones de SIDA, hepatitis B y C,
y otras enfermedades
infectocontagiosas. La infección con el HIV puede
producirse por la transmisión directa de virus al
compartir agujas y otros dispositivos contaminados.
Además, puede producirse indirectamente por
transmisión prenatal a un niño cuya madre
está infectada con el HIV. El uso y abuso de drogas
ilícitas, incluyendo el crack y la cocaína, se han
convertido en el principal factor de riesgo de
contagio con el virus HIV. Sumado
a ello, la hepatitis C se
está difundiendo rápidamente entre los adictos que
se inyectan; el índice de infección varía
entre el 65 y el 90 por ciento en este grupo de
personas, de acuerdo al país. Hasta hoy, no se ha
descubierto una vacuna contra el virus de la hepatitis C, y el
único tratamiento disponible es caro, muchas veces
infructuoso, y con serios efectos colaterales.
La cocaína es una droga
extremadamente adictiva, cuyos efectos se perciben en un lapso de
10 segundos y duran alrededor de 20 minutos. Actúa
directamente sobre los centros cerebrales encargados de las
sensaciones del placer. Dada su alta capacidad de producir
daños y hasta destrucción celular, las sensaciones
que eran placenteras en sujetos recién iniciados se
convierten en efectos desagradables como agitación,
llanto, irritabilidad, alucinaciones visuales auditivas y
táctiles, delirio paranoide, amnesia, confusión,
fobias o terror desmedido, ansiedad, estupor, depresión
grave y tendencias suicidas. Los efectos psíquicos
reconocidos por la mayoría de los autores y recogidos en
publicaciones recientes incluyen euforia, inestabilidad, aumento
de la
comunicación verbal y de la seguridad en uno
mismo, inquietud, anorexia,
insomnio e hipomanía. El adicto experimenta pérdida
de interés
e imposibilidad de sentir placer ante la falta de la sustancia.
Así, la cocaína se convierte en el único
objetivo y
motivo en la vida del adicto, desplazando todo tipo de
sentimientos. La relación con los fenómenos
criminales son expresamente citados por los autores,
asociándose su consumo a la predisposición al
delito.
La cocaína es consumida por muy variados tipos de sujetos
y motivos. Existe un patrón de consumo recreativo, al
estilo del alcohol,
presentando una ingesta controlada de la sustancia: es el caso de
quienes ingieren la droga
ocasionalmente cuando se les ofrece. Se diferencian radicalmente
de adictos habituales, quienes desarrollan tolerancia y
necesitan de mayores dosis para alcanzar iguales resultados. A
esta situación puede llegarse por causas diversas pero
siempre relacionadas con factores sociales y ambientales
determinantes. La adicción a la cocaína posee
condicionantes que la desencadenan, que pueden ser el
reforzamiento de una personalidad
insegura, que recibe un apoyo en el estímulo del
tóxico. En lugar de tratar este déficit
patológico con antidepresivos o fármacos
estabilizadores del estado de
ánimo se recurre a una vía aparentemente
rápida. Dado que los efectos de la cocaína
sobrepasan su punto álgido a los treinta minutos, el
individuo precisa varias dosis durante el día para
alcanzar cierta estabilidad emocional y evitar el efecto
disfórico que la propia droga ocasiona luego de varias
horas desde la ingesta.

Cocaína y desarrollo
embrio-fetal
El uso de cocaína es altamente susceptible de producir
daños irreparables en recién nacidos, cuyas madres
mantuvieron su adicción durante el embarazo. Esto
último hizo que algunos Estados de los Estados Unidos de
América
obliguen a las adictas embarazadas a realizarse tratamientos
forzosos con privación de libertad
mientras dura el embarazo.
Aún se desconoce la total extensión de los efectos
de la exposición
prenatal a la cocaína, pero los estudios
científicos indican que estos bebés nacen
prematuramente e insuficientemente desarrollados: con menor peso,
diámetro craneal inferior y menor longitud. La
determinación exacta de las consecuencias para el
recién nacido es compleja, y varía de acuerdo a la
droga que fue consumida por la madre. Sumado a ello, se sabe
estadísticamente que las madres adictas a la
cocaína abusan de otra u otras sustancias. El cuadro se
complica al considerar la cantidad y variedad de drogas
consumidas, la falta de cuidados prenatales, el status
socioeconómico, la exposición
a enfermedades
infectocontagiosas, otros problemas de
salud, pobre
alimentación, y muchos otros factores que
intervienen directamente sobre la salud del feto y el
recién nacido. Se ha descubierto que la exposición
a la cocaína durante el desarrollo
fetal puede provocar retrasos y otras deficiencias mentales, como
así también imposibilidad de mantener la atención y la concentración por
períodos de tiempo
mínimos como para permitir el aprendizaje. A
pesar de la gravedad de las lesiones y trastornos sufridos por
estos niños,
las modernas técnicas
de tratamiento permiten una recuperación significativa. De
cualquier forma, es un hecho que estos datos y avances
son sólo paliativos, y no pueden tomarse como 100%
eficaces.

La cocaína estimula el sistema nervioso
central. Sus efectos inmediatos incluyen:

  • dilatación de las pupilas
  • aumento de la presión
    sanguínea,
  • del ritmo cardiaco y respiratorio
  • aumento en la temperatura del cuerpo
  • Su uso ocasional puede producir…
  • congestión o drenaje de la nariz
  • ulceración de la membrana mucosa de la
    nariz
  • La inyección de cocaína con equipo
    contaminado puede producir SIDA,
    hepatitis y otras enfermedades.

El uso crónico de esta droga causa los siguientes
síntomas en el organismo en adición a los efectos
arriba mencionados:

  • dolor abdominal
  • nauseas
  • vómitos
  • respiración irregular
  • convulsiones
  • paro cardiaco

La mezcla de cocaína con heroína, conocida
como "speedball", puede causar la muerte.
La cocaína es una de las drogas
más adictivas que hay, ya que su efecto, aunque fuerte, es
de corta duración. El Crack es extremadamente
adictivo.

Crack
También denominado "cocaína del pobre", acarrea un
grave riesgo social y
sanitario, por la dependencia que provoca y los efectos nocivos
que ocasiona en el organismo. Se obtiene de la maceración
de hojas de coca con kerosene y compuestos sulfurados, que lavada
posteriormente con ciertos elementos volátiles, se
convierte en el clorhidrato de cocaína. La denominada base
es un tóxico de mayor potencial nocivo que la
cocaína, posee impurezas que impiden su administración endovenosa. Se ingiere por
inhalación, lo que conlleva lesiones en la mucosa nasal y
en el aparato
digestivo. También se consume fumada en cigarrillos o
pipas diseñadas al efecto.
La intoxicación por esta sustancia implica cuadros
delirantes seguidos de procesos
depresivos intensos. Sus consecuencias nocivas sobre el organismo
son equiparables a las de las anfetaminas administradas por
vía endovenosa, desestructurando la
personalidad, y colocándola en una adicción
compulsiva. Las lesiones orgánicas son evidentes e
irreversibles. Usualmente, los adictos crónicos o aquellos
que llevan varios meses con ingestas de relevante cantidad y de
forma continuada, sufren patologías mentales graves y
crónicas como demencia o paranoia. Las lesiones en el
cerebro son
irreversibles.

Las anfetaminas
Fueron sintetizadas por primera vez entre la última
década del siglo XIX y la primera del siglo XX. Los
primeros experimentos
clínicos se iniciaron hacia 1930, y desde 1935 se
comercializó con gran difusión en el Reino Unido,
Francia y
Alemania.
Durante la Segunda Guerra
Mundial fue utilizada indiscriminadamente por todos los
bandos, dado el carácter
euforizante que contiene la sustancia y la agresividad
otorga.
Las anfetaminas fueron utilizadas como estimulantes, luego en
forma de inhalaciones para el tratamiento de catarros y
congestiones nasales, más tarde como píldoras
contra el mareo y para disminuir el apetito en el tratamiento de
la obesidad y,
finalmente, como antidepresivos.
Presentan una elevada tolerancia, que
produce habituación y necesidad de dosis progresivamente
más elevadas.
El consumo de este excitante está ampliamente extendido y
distribuido por todas las clase sociales. A diferencia de lo que
sucede con la cocaína que la consumen preferentemente los
sectores medios y
altos, las anfetaminas son consumidas tanto por ejecutivos que
pretenden sobreexcitación como por amas de casa que buscan
un anoréxico para sus dietas o por estudiantes que
preparan exámenes. Al incidir en el sistema
ortosimpático causan hipertensión, taquicardia,
hiperglucemia, midriasis, vasodilatación
periférica, hiperpnea, hiporexia, etc. El estado de
ánimo del adicto oscila entre la distrofia y la
hipomanía, así como ansiedad, insomnio, cefalea,
temblores y vértigo. Pueden aparecer cuadros depresivos y
síndromes paranoides anfetamínicos. A dosis
normales, sus efectos varían de acuerdo al individuo y las
condiciones de ingesta. Pueden producir efectos placenteros,
hiperactividad y sensación desbordante de energía,
pero también causan temblor, ansiedad irritabilidad, ira
inmotivada y repentina y trastornos amnésicos e
incoherentes. En la última fase se describen
depresión, cuadros paranoides y delirios paranoides,
alucinaciones y trastornos de conducta. El
consumo de anfetaminas puede conducir a actuaciones agresivas, al
igual que los barbitúricos y el alcohol, por
su gran efecto euforizante, unido a un descontrol en los
instintos inhibitorios. Tales situaciones se producen cuando las
dosis suministradas, generalmente por vía endovenosa,
superan los 2 gr. Está demostrado un mayor potencial en
las anfetaminas que en la cocaína, tanto en su punto
más álgido como en la duración de los
efectos. Reacciones muy graves se producen al consumirlas con
barbitúricos en el conocido fenómeno de la
pluritoxicomanía. Tomadas en dosis importantes son
causantes de confusión, tensión, ansiedad aguda y
miedo. También pueden precipitar psicosis
paranoide en sujetos no psicóticos. La psicosis
anfetamínica desarrollada por el sujeto se asemeja a la
psicosis paranoica y a la esquizofrenia
paranoica.

El consumo de anfetaminas produce en el cuerpo los
siguientes síntomas:

  • acelera el ritmo cardiaco y pulmonar
  • dilata las pupilas
  • reduce el apetito
  • produce sequedad en la boca
  • sudores
  • dolores de cabeza
  • pérdida de visión
  • mareos
  • insomnio
  • ansiedad
  • A largo plazo y/o usadas en dosis elevadas,
    ocasionan:
  • temblores
  • pérdida de coordinación
  • colapso físico
  • daño a riñones y tejidos
  • depresión
  • malnutrición
  • aumento repentino de presión
    sanguínea que puede producir la muerte
    por ataque, fiebre muy alta o insuficiencia
    cardiaca.

Es adictiva porque el organismo la asimila y crea
tolerancia a la droga, lo que ocasiona que el usuario necesite
cada vez mayor cantidad para lograr la misma nota
estimulante.

Café, té, colas
Son estimulantes del Sistema Nervioso
Central , cuya sustancia activa es la cafeína. Los efectos buscados por el
consumidor es el
aumento de la agudeza mental. Sus efectos a largo plazo pueden
ser el agravamiento de problemas
orgánicos. No son adictivas físicamente, pero
sí psicológicamente.

6. Consecuencias
sociales, legales y económicas del uso de
drogas

El consumo de drogas, legales e ilegales, constituye un
problema de salud
pública muy importante. Los riesgos y
daños asociados al consumo varían para cada
sustancia.
Además, es necesario tener en cuenta las variables
personales como el grado de conocimiento o
experiencia del usuario, su motivación, etc. y las propiedades
específicas de cada droga así como la influencia de
los elementos adulterantes.

Estas consecuencias son muy diversas y pueden
subdividirse en:
Sociales
Los adictos a drogas, con frecuencia se ven envueltos en
agresiones, desorden público, conflictos
raciales, marginación,…
Cuando se comienza a necesitar más a las drogas que a
las otras personas pueden arruinarse o destruirse las relaciones
íntimas y perderse las amistades. Se puede dejar de
participar en el mundo, abandonar metas y planes, dejar de crecer
como persona, no
intentar resolver constructivamente los problemas y recurrir a
más drogas como "solución".
El abuso de las drogas puede también perjudicar a otros,
por ejemplo: el dinero con
que son pagadas las drogas puede privar a la familia de
satisfacciones vitales como comida o ropa. El discutir los
problemas y situaciones de la adicción puede generar
conflictos
familiares. Las reacciones violentas a las drogas pueden llevar
al usuario a cometer asaltos e incluso asesinatos. Si una
mujer
embarazada toma drogas sin control
médico puede ocasionar malformaciones genéticas en
el nuevo ser que está en gestión.

Legales
Abusar de las drogas es contra la ley. Los
ofensores (tanto los que experimentan como los que se dedican al
consumo de drogas) corren el riesgo de tener que pagar multas y/o
ser encarcelados. Un arresto puede significar vergüenza,
interrupción de los planes de vida, antecedentes penales.
Ciertas drogas pueden desencadenar una violencia
incontrolable y conducir al usuario a crímenes que son
severamente punibles por la ley.

Económicas
Dado el ingente volumen de
dinero que
mueve el mercado de las
drogas y el narcotráfico, tanto los consumidores como
los países contraen importantes deudas; se crean bandas
organizadas; se produce desestabilización económica
nacional, etc. El uso continuo de drogas puede ser muy caro, ya
que sus costos se elevan
a cientos y, en ocasiones, a miles de dólares por
año. Para sostener su hábito muchos usuarios
recurren al crimen.

Prevención del abuso de drogas
La prevención del abuso de drogas significa tomar una
actitud
positiva para oponerse al abuso de drogas, de modo que nunca se
convertirá en un problema. Para eso se
requiere:

  • Entender el por qué del abuso de las
    drogas.
  • Animar el desarrollo de las cualidades individuales
    que llevan a la satisfacción personal.
  • Identificar las condiciones bajo las cuales haya
    más probabilidad de
    que comience el abuso de drogas.
  • Apoyar el esfuerzo continuo de comunicación entre padres, niños
    del mismo grupo, la comunidad y las
    escuelas.
  • Crear alternativas que ayuden a satisfacer las
    necesidades de las personas.
  • Comprometerse a ayudar permanentemente porque no
    basta asistir a una conferencia de
    vez en cuando.
  • Para ayudar a prevenir el abuso de las drogas hay que
    animar el desarrollo de las cualidades positivas, esto es:
    ayudar a gente joven a desarrollar actitudes,
    valores y
    comportamiento que conduzcan a la fortaleza
    interna, la satisfacción y el alcance de metas. Entre
    las cualidades importantes se encuentran:
  • El amor propio,
    los que se estiman a si mismos y creen en sus propias
    habilidades tienen menos riesgo de abusar de las
    drogas.
  • El asistir a la escuela con
    confianza, el frecuentar cursos pueden
    ser una experiencia placentera para los que se
    desempeñan bien. Hay que animar a los estudiantes a que
    desarrollen hábitos de estudio que lleven al éxito
    en las aulas y a tener confianza en ellos mismos.
  • Responsabilidad, los que acostumbran a tomar
    decisiones desarrollan un mayor sentido de responsabilidad y aprender a tomar decisiones
    prudentes acerca de muchas cosas, incluyendo el abusar de las
    drogas.
  • Ambición, los que quieren alcanzar el éxito
    con frecuencia rechazan las drogas porque se dan cuenta que
    ellas pueden interponerse a sus metas.
  • El bastarse a uno mismo, cuando las personas aprenden
    a entretenerse ellas solas y a satisfacer su propia curiosidad,
    quedan mejor preparadas para actuar
    independientemente.
  • Simpatía, la sociabilidad puede ayudar a las
    personas a hacer amistades y a mantenerlas. Los que
    experimentan la aprobación social corren menos riesgo de
    abusar de las drogas para ganarse la aprobación de sus
    iguales.
  • Optimismo, las personas alegres, que se interesan en
    la vida y que esperan las cosas buenas que la vida trae, pueden
    corren menos riesgo de abusar de las drogas.
  • Asiduidad, el establecer metas razonables y el
    esforzarse por alcanzarlas puede dar satisfacción
    personal y
    evitar el aburrimiento.

Educar es prevenir
No hay una fórmula mágica para derrotar el auge de
las drogas en nuestro país y en el mundo. La
prevención es la medida más efectiva que podemos
tomar como padres y representantes responsables. Esta
prevención exige un trabajo duro y constante que permita
desarrollar en nuestros hijos y representados sus capacidades y
destrezas para defenderse de las drogas. Para lograrlo, debemos
seguir pasos muy concretos.

  • Sembrar en nuestra familia
    los valores
    de responsabilidad, disciplina,
    solidaridad y
    compromiso social.
  • Respetar al joven y al niño como individuos
    capaces de opinar, decidir y participar en la vida familiar y
    escolar.
  • Orientar al joven y al niño sobre el uso de su
    tiempo
    libre.
  • Educar al joven y al niño para que se estimen
    y se respeten a sí mismos.
  • Enseñar con el ejemplo propio.
  • Conversar frecuentemente con niños y
    jóvenes sobre este tema.
  • Hablar sobre los mensajes que transmiten los medios de
    comunicación.
  • Compartir actividades para estrechar los lazos
    familiares.
  • Relacionarse con los amigos de los hijos para conocer
    sus intereses y los lugares que frecuentan.
  • Comunicarse con los hijos, alumnos y jóvenes
    para discutir las dificultades que puedan surgir en su
    entorno.
  • Asumir posiciones claras y firmes al hablar de las
    drogas.

La responsabilidad en el núcleo familiar
Muchos padres responsabilizan a "las malas
compañías" de conducir a sus hijos por el camino,
pero la realidad es que a veces, la familia,
sin darse cuenta, puede propiciar en el niño o el joven,
el uso de drogas por varias razones:

  • Ausencia física de los
    padres u otros miembros de la familia.
  • Falta de apoyo emocional.
  • No establecer normas y
    límites.
  • No construir auténticas relaciones de afecto y
    limitarse a dar alimento, objetos y dinero.
  • Sobreproteger a los hijos, ignorar sus capacidades y
    no permitir su independencia.
  • Exceso de autoridad,
    que se manifiesta en frecuentes maltratos y
    castigos.
  • Permanente clima de
    discusión, tensión e
    incomunicación.
  • Despreocupación total por satisfacer las
    necesidades básicas de alimento, vestido, educación, recreación y afecto, creyendo que cuanto
    más trabajo pasen nuestros hijos, más
    aprenderán.
  • Poseer antecedentes familiares de consumo de
    drogas.
  • Predicar conductas que no se practican.

Ayuda al adicto
Dejar el hábito de la droga sin ayuda externa puede
resultar peligroso (debido a los síntomas de abandono) y
difícil (debido a la necesidad psicológica).
Puede obtenerse ayuda y/o información a través de muchas
agencias, dependencias y personas privadas y públicas. Por
ejemplo:

  • Centros y clínicas de tratamiento de drogadicción, que se especializan en
    tratar a personas con problemas de drogas.
  • Hospitales que tratan a pacientes internados o
    externos.
  • Centros de salud mental
    y de orientación, que pueden tratar a personas con
    problemas de drogas analizando los problemas
    subyacentes.
  • Agencias de salud
    pública y de servicio
    social, pueden proporcionar consejos prácticos, derivar
    profesionales, etc.
  • Residencias intermedias, que brindan tratamientos en
    residencias para personas con problemas de Drogas.
  • Centros de desintoxicación, que se ocupan
    específicamente de los problemas de alcoholismo
    y otros relacionados a éste.

Todos los anteriores nos ofrecen diversos programas de
tratamientos. Cada persona, de
acuerdo a su caso, puede recibir uno o más clases de
tratamiento, incluyendo:

  • Supervisión médica, para ayudar con los
    síntomas de abandono de la droga (como vómito,
    temblores, calambres, depresión severa,
    etc.)
  • Mantenimiento de la metadona, para los adictos a la
    heroína. Ésta bloquea la necesidad física
    de la heroína y deja que la persona vuelva a tener un
    estilo de vida más normal.
  • Orientación, psicoterápia, grupos de
    encuentro, etc. brindan un apoyo moral y
    contribuyen a tratar las causas de abuso de drogas.
  • Rehabilitación, incluyendo orientación vocacional puede ayudar a la
    persona a retomar una vida comunitaria más
    productiva.
  • Empleo de drogas, para eliminar los efectos de los
    narcóticos.
  • Comunidades terapéuticas, ayudan las personas
    que abusan de las drogas a mantenerse alejados de ellas y
    superar los problemas.

Tratamientos para adictos
En los programas de
tratamiento se utilizan varios métodos
para ayudar al paciente a encarar las ansias por la droga y, tal
vez, a evitar una recaída. La investigación muestran que la
adicción es tratable. El tratamiento que se ajusta a las
necesidades individuales permite al paciente aprender a controlar
su condición y vivir una vida relativamente normal.
El tratamiento puede tener un efecto profundo no solo sobre las
personas que abusan de las drogas, sino también sobre toda
la sociedad, al
mejorar significativamente el funcionamiento social y
sicológico, disminuir la delincuencia y
la violencia
relacionadas con las drogas. También puede aminorar
espectacularmente los costos del abuso
de droga para la sociedad.

Las fases básicas del tratamiento
El tratamiento se puede resumir en términos de un proceso
dinámico secuencial o como un programa
sistemático de tres fases relacionadas: .

Aceptar la impotencia de las drogas.
La
primera meta del tratamiento, una vez pasada la
desintoxicación y el proceso de
evaluación diagnóstica, es ayudar al
paciente a admitir y aceptar que es impotente ante las drogas que
alteran el estado de
ánimo. En esta fase se le ayuda a aceptar el hecho que su
vida se ha vuelto incontrolable (ingobernable) a causa de la
adicción.

Reconocer la necesidad de cambio
La segunda meta del tratamiento es ayudar al paciente a reconocer
que es crucial para su sobrevivencia cambiar su conducta. En este
momento crítico, el equipo profesional necesita transmitir
al paciente la convicción de que el tiene la capacidad
para hacer cambios. Otro aspecto importante es ayudar al paciente
a ver y entender que la estructura del
programa, la
rutina básica para llevarlo a cabo, es el vehículo
para posteriormente lograr los cambios. El período de
internamiento es de tratamiento, la recuperación se
logrará después, poniendo en práctica lo que
se aprendió en el programa. Se introduce al paciente al
grupo de autoayuda (Narcóticos Anónimos [NA]) como
una herramienta esencial para poder realizar
el trabajo de
su recuperación.

Planear para actuar
La tercera meta del tratamiento es ayudar al paciente a actuar,
tomar decisiones y cambiar las conductas que necesitan ser
cambiadas. La meta es apoyar
al paciente a empezar a visualizar que podrá y
necesitará realizar cambios en su estilo de
vida.

Tráfico de drogas
Delito
consistente en facilitar o promocionar el consumo ilícito
ajeno de determinadas sustancias estupefacientes y adictivas que
atentan contra la salud pública con fines lucrativos,
aunque esta definición puede variar según las
distintas legislaciones penales de cada Estado.
Con el nombre de droga se designa en sentido genérico a
toda sustancia mineral, vegetal o animal que se utiliza en la
industria o en
la medicina y que
posee efectos estimulantes, depresores o narcóticos o,
como establece la
Organización Mundial de la Salud (OMS), a cualquier
sustancia que, introducida en un organismo vivo, puede modificar
una o varias de sus funciones. A
efectos penales, el concepto de droga
(a pesar de las diferentes formas de actuación en el
organismo) engloba también las sustancias estupefacientes
y psicotrópicas, naturales o sintéticas, cuyo
consumo reiterado provoca la dependencia física u
orgánica, así como el deseo irrefrenable de seguir
consumiéndolas en mayores dosis a fin de evitar el
síndrome de abstinencia.
Por tráfico de drogas se entiende no sólo cualquier
acto aislado de transmisión del producto
estupefaciente, sino también el transporte e
incluso toda tenencia que, aun no implicando transmisión,
suponga una cantidad que exceda de forma considerable las
necesidades del propio consumo, ya que entonces se entiende que
la tenencia tiene como finalidad promover, favorecer o facilitar
el consumo ilícito (entendiéndose como
ilícito todo consumo ajeno). En algunas legislaciones se
considera delito solamente el tráfico, pero no la tenencia
de drogas en cantidades reducidas a las necesidades personales
del consumidor,
mientras que otras tipifican como conductas delictivas tanto el
tráfico como la tenencia. Unas y otras legislaciones han
de integrarse en los convenios internacionales y, en concreto, en
la Convención de las Naciones Unidas
sobre el tráfico ilícito de estupefacientes y
sustancias psicotrópicas, suscrito el 20 de diciembre de
1988 en Viena.
Venezuela no
es un país productor de drogas, pero su condición
socioeconómica y su situación geográfica, lo
hacen un territorio clave en el actual mercado
latinoamericano de las drogas.

Legitimación de Capitales

Es el proceso mediante el cual las organizaciones
criminales logran darle apariencia de legalidad a todos aquellos
capitales y bienes
provenientes de la actividad ilícita, logrando a
través de dicho proceso el ocultamiento del origen
ilícito de los referidos capitales y bienes.

7.
Conclusión

Las drogas son agentes naturales o químicos que
afectan las funciones y la
estructura del
cuerpo de los seres vivientes. Cambian la manera de actuar,
pensar o sentir de quienes las consumen. Los tipos más
comúnmente utilizados son:
La
drogadicción es en realidad un fenómeno muy
antiguo que en nuestros días se ha manifestado intensa y
masivamente. Se observa en todas las edades y en todos lo
grupos
socioeconómicos; pero, según hemos visto el abuso
de los fármacos perjudica enormemente la economía y la salud
de los adictos, orillándolos a cometer delitos por la
necesidad de obtener la sustancia a la que es adicto, ya sea
robando o vendiendo la droga o induciendo a otros que no la han
probado.

8.
Bibliografía

Alianza para una Venezuela sin
Drogas. Tomado del URL:
www.alianzasindrogas.org.ve
Comité Nacional contra el Consumo Ílicito de Drogas
CONACUID.
Tomado del URL : www.conacuid.com
MONOGRAFÍAS.COM: Tomado del URL: www.monografias.com

 

 

 

 

Autor:

Arturo Cuevas

Neyla Rodríguez
Almir Peraza
Raúl Pérez
Alberto Valdivieso

Partes: 1, 2
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