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La filosofía cristiana es una realidad histórica




Enviado por luisarmando12



    La filosofía cristiana es un elemento sustancial
    de nuestra realidad histórica, porque se ha presentado a
    través de la historia como factor
    importante fundamentación en la cultura sobre
    todo la occidental. Puede ser un problema, para algunos filósofos ya que se puede llegar a pensar
    que hay muy diversas respuestas, sin fundamento
    filosófico; ¿en qué sentido?, en confundir
    filosofía con teología, por el hecho de que los
    cristianos también filosofan, pero pensando desde el
    espíritu cristiano.

    Sin embargo, la época alrededor de 1800 significa
    una pausa histórica, no sólo en la historia europea
    en general –desde la Revolución
    Francesa, pasando por las guerras
    napoleónicas, hasta el Congreso de Viena y la
    Restauración-, sino en particular también en la
    historia de la cultura: es un fin y un nuevo comienzo. La
    filosofía cristiana en su forma tradicional parece
    superada y casi totalmente barrida -por el racionalismo y
    la
    Ilustración, por Kant y el
    Idealismo.
    Está como sumergida en un vacío intelectual y tiene
    que empezar de nuevo a encontrar su conexión con la vida
    cultural de la época. En esta situación se produce
    un nuevo despegue de orientaciones y enfoques
    metodológicos, adecuados a los hechos, en el pensamiento
    cristiano.

    En el espacio de tiempo de los
    últimos siglos aparece una pluralidad de filósofos
    cristianos, escuelas y movimientos intelectuales, que produjeron
    a su manera algo importante que no puede olvidarse ni perderse,
    sino que debe conservarse y hacerse fecundo. Muchos de estas
    propuestas, a pesar de que son poco conocidas, otras muchas,
    están totalmente olvidadas y la mayoría
    están imperdonablemente ignoradas. En las obras de la
    historia de la
    filosofía cristiana que están en curso apenas
    se menciona a la filosofía cristiana de esta época
    y nunca es valorarada como es debido.

    En la extensa variedad de material exige en la
    práctica delimitaciones claras, ya que, en muchos casos
    los filósofos cristianos son al mismo tiempo
    teólogos o al menos están cerca de la
    teología y se salen de su campo. Pero aquí no puede
    ni debe unirse la historia de la teología; nos limitamos
    al ámbito filosófico. Esto ocurre aquí
    porque se procede según una perspectiva teológica,
    es decir, con el deseo expreso de fundamentar la fe y eligiendo
    los temas y problemas que
    se orientan a este fin, y no de una manera propiamente
    filosófica, que sólo se deja guiar por la
    temática y la metodología del pensamiento
    especulativo.

    La filosofía cristiana se mantiene esencialmente
    en el horizonte de la revelación cristiana, la profesa y
    vive en ella. Pero más allá de replegarse la
    filosofía cristiana detrás de unas murallas, se
    enfrenta a una discusión abierta en un diálogo
    con nuestra época, se da a conocer la rica abundancia del
    pensamiento cristiano –católico desde luego- antes
    de que estos tesoros se olviden y se pierdan definitivamente. Por
    tanto, cuando nos limitamos a al filosofía cristiana en el
    pensamiento católico de los siglos XIX y XX, nos referimos
    a filósofos y no a teólogos; pero a
    filósofos que no sólo pertenecen a la Iglesia
    católica romana, sino para los que la confesión de
    su fe católica es elemento decisivo esencial de su
    pensamiento filosófico, es decir, que filosofan desde el
    espíritu de la fe católica. Tampoco ésta
    delimitación es siempre clara. Muchos pensadores
    están en la frontera, ya que hay ciertos limitantes por el
    dato revelado.

    Incluyo aquí también los filósofos
    que, aunque fueron católicos convertidos, sin embargo, por
    razones que sea, entraron en conflicto con
    la Iglesia y algunos filósofos que, en algún
    momento dieron su definición de filosofía
    cristiana. También ellos pueden representar a su manera el
    pensamiento católico (con todo y sus múltiples
    crisis y
    problemas).

    Veamos un poco el contexto histórico: Los
    filósofos católicos del siglo XIX por un lado
    – en buena parte en polémica con Kant y con el
    idealismo alemán- lucharon por dar un fundamento nuevo a
    la filosofía cristiana, pero, por otro lado, ya no siguen
    la tradición hasta entonces viva de la filosofía
    escolástica y todavía mas se adelantaron
    también al comienzo del pensamiento específicamente
    neoescolástico o incluso en parte se oponen a éste
    con una crítica despectiva. Posteriormente, la renovación de la
    filosofía escolástica desde sus orígenes,
    después fomentada y fortalecida especialmente por el Papa
    León XIII en la encíclica Aeterni Patris (1879) y
    por las escuelas que surgen de ella, que están en deuda
    con la tradición de la filosofía
    escolástica, aunque se abre -cada vez más a lo
    largo del siglo XX- a los problemas y métodos
    contemporáneos del pensamiento filosófico; por esta
    razón, la filosofía escolástica no puede ser
    delimitada de una forma rígida.

    El concepto de
    filosofía cristiana aparece con frecuencia especial en los
    círculos católicos del siglo XIX. Sin embargo, como
    ilustra el caso de Martin Deutingere, no siempre es definido
    explícitamente. A pesar de todo, se utiliza de manera
    consciente. Es útil como característica que diferencía a una
    filosofía de intención cristiana de una filosofía
    moderna emancipada. Esto no es claro en cada caso y en su
    misma base en la cual se manifiesta exactamente esta
    intencionalidad cristiana. Por eso surgen varias tendencias que
    revindican para sí respectivamente el "verdadero" cristianismo.
    Ejemplos de esto son los tradicionalistas, los fideistas y los
    neoescolásticos.

    Pero además de estas tendencias, hay
    también una serie de filósofos y teólogos
    que tratan de evitar esta reducción de la filosofía
    cristiana a una tendencia o escuela
    determinada. Como lo son: Antonio Rosmini Serbati, que denomina
    filosofía cristiana: sencillamente a toda
    "filosofía sana" iluminada por la fe. En Franz Bretano se
    encuentra la idea de una filosofía en la que los dogmas
    teológicos hacen el papel de
    "estrellas directrices". Maurice Blondel y Johann von Kuhn crean
    una definición de filosofía cristiana aseverando:
    "es una reflexión natural, que presupone la fe cristiana
    como "hipótesis" a la que trata de verificar y
    entender con los propios medios".

    En el siglo XX, la filosofía cristiana es objeto
    principalmente de controversias del lado de la filosofía
    como del lado de la teología. En los casos se encuentra un
    escepticismo respecto de la significación del concepto de
    filosofía cristiana. Así Ludwig Feuerbach, Max
    Scheler y Emil Bréhier subrayan la separación
    estricta entre filosofía y teología, con tal
    fuerza, que el
    concepto de nuestra filosofía lo denominan sin sentido
    como por ejemplo una "matemática
    cristiana" o una "medicina
    cristiana". Para Martín Heidegger es un "hierro de
    madera" y como
    un intento de una " cuadratura del círculo", afirma que se
    busca una síntesis
    de la filosofía griega y la buena noticia bíblica,
    que por principio no es factible. Karl Jaspers parte de que toda
    filosofía presupone una especie de fe y no puede llevar a
    cabo la meditación entre razón y existencia; pero
    admite que, hay una filosofía en esta unión
    inevitable de fe y saber, entonces con todo derecho puede
    mencionar como predicado el nombre de su fe especial.

    A Maurice de Wulf, Fernand van Steenberghen les parece
    justificado el concepto de filosofía cristiana solamente
    si el predicado "cristiana" se refiere a los diversos
    filósofos que ven en la fe una motivación
    psicológica para pensar de tal modo y no de otro (en
    síntesis es la filosofía cristiana una
    motivación psicológica). Ya más de lleno
    entre los católicos, los tomistas son los primeros en
    luchar por nuestra filosofía como: Etienne Wilson quien
    sostiene que, la filosofía no habría llegado nunca
    a la idea de la creación y libertad
    humana sino la hubiera recibido por la revelación. De esta
    opinión es también Régis Jolivet,
    Réginald Garrigou-Lagrange y Jaques Maritain. Este
    último va aun más lejos y subraya que el predicado
    "cristiana" indica no sólo la influencia de la fe en la
    filosofía, objetivamente constatable, sino sobre todo la
    condición subjetiva de los diversos filósofos, ya
    que ésta (la filosofía cristiana) recibe en la fe
    una fuerza espiritual especial y una orientación
    más pura para el destino original de la razón
    humana.

    Otros defensores de la posición tomista son G. M.
    Manser, Antoine D. Sertillanges, Josef Vries, Bernhard Jansen y
    Hans Meyer, defienden la filosofía cristiana
    basándose en la definición de la relación
    que hay entre el "intellectus" y la "fides", como se encuentra en
    Tomás de Aquino. Karl Rahner y B. Metz ven más bien
    en la expresión "cristiana" la explicitación de una
    determinación que le es siempre interna a la
    filosofía. Gabriel Marcel interviene diciendo: ésta
    filosofía se alimenta precisamente de la que cuestiona la
    filosofía y pasa por alto, es pues un pensamiento que
    está dispuesto a vivir a la sombra del misterio absoluto.
    Sobre salen también pensadores con tendencia aguistiniana
    Peter Wust y Maurice Blondel, estos autores ponen el acento
    más en la unidad de fe y razón. Finalmente los
    planteamientos actuales: 1.- Karl Ranher hace el intento de
    separa la filosofía cristiana de la teología
    fundamental. 2.- Richard Schwarz "fe y saber no tienen que ser
    reconciliados sólo con esfuerzos concientes, sino que
    están previamente reconciliados en la existencia humana.
    3.- Peter Henrici " no debe verse tanto en cada uno de los
    dogmas, cuanto más bien en el nuevo horizonte que se ha
    descubierto con el mensaje cristiano (un pensamiento iluminado
    por la fe). 4.-Walter Neidl, "la filosofía cristiana como
    la única posibilidad de afrontar la tragedia espiritual
    que aparece ya en los griegos ( a perdido autonomía del
    hombre y la
    relación con el absoluto). 5.- Xavier Tillitte, nuestra
    filosofía tiene un nuevo sujeto que la cultiva,
    éste no es ahora sólo el pensamiento que filosofa
    desde la fe, sino todo pensamiento que lleve a la fe.

    Ojala y este pequeño recuento de pensadores
    cristianos y sus doctrinas, nos ayude a valorar las posturas
    que van marcando el rumbo de nuestro pensamiento, y así,
    despierte en nosotros el interés
    de investigación en el campo de la historia
    de la filosofía cristiana y de la historia de nuestra
    Iglesia.

    Por Luis Armando González
    Torres

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