El Perú una nación
en desintegración
La nación peruana fue originada por sus pobladores
alrededor de ocho mil años a..de J.C.(Hay estudios y
descubrimientos que expanden estos límites)
Los primeros cazadores, recolectores y pescadores evolucionan
hacia culturas importantes pre-incaicas como Chavín,
Paracas, Nasca, Mochica, Tiahuanaco, Wari, Chincha, Chimú
y Chanca quienes fueron posteriormente centros de difusión
cultural cuando el Imperio Incaico se expande hasta Pasto y
Concepción por el Norte y Sur, y aún hoy no
conocemos con certeza la dimensión del Imperio hacia el
Oriente durante su apogeo.
El encuentro con la civilización occidental en su
versión ibérica, cuyo imperio militar ocupó
y conquistó el territorio nacional Peruano, crea un
estado que
basó su desarrollo y
expansión en la destrucción y la depredación
cultural y demográfica de los estados ocupados, y en el
carácter secundario que les otorga a sus
pueblos, cuya secuela subsiste en nuestra mente colonial
limitando nuestro progreso y desarrollo.
La desintegración es un factor constante, se encuentra en
todas las manifestaciones de la vida nacional desde hace poco
más de 500 años, este factor no permite la evolución consistente y armónica de
nuestras entidades nacionales, como tampoco faculta el
descubrimiento y fortalecimiento de sus propósitos
comunes. Cuando se analizan nuestros 9500 años anteriores,
se observan inmediata e inequívocamente los beneficios que
la integración nacional, y el rico universo cultural
peruano otorgaron al período más fructífero
de nuestra historia.
Desintegración Territorial: Los territorios pertenecientes
al imperio Incaico fueron repartidos durante la conquista,
virreinato, y república, primero como botín de
guerra y
posteriormente anexados a distintos estados a pesar de las
vocaciones intelectuales de integración durante los
periodos de independencia.
Durante la República, todos nuestros vecinos han expandido
sus fronteras a nuestro costo, y la
presión
adicional por expandirlas es permanente y continua. La
desintegración territorial, y sus propulsores de cualquier
procedencia son elementos que deben tomarse en cuenta formalmente
para el largo plazo y evitar su acción disociadora de la
paz y conciencia
nacionales y de sus efectos multiplicadores sobre las personas y
en todos los campos de acción.
Desintegración Individual: Nuestros niños,
no pueden aprovechar los sueños de la niñez, y
tienen que trocarlos por el trabajo,
para sustento propio y el de sus familias, nuestros niños
son sujetos fáciles de la explotación miserable.
Nuestros jóvenes no tienen la esperanza de concretar sus
vocaciones y desarrollar sus proyectos. La
discriminación como fuente decisoria, que
no considera las igualdades o similitudes. El desconocimiento de
que el hombre y
la mujer somos
iguales ante la sociedad, aunque
diferentes ante la naturaleza y
complementarios en nuestras familias. La carencia de lucha contra
la soledad, para que los individuos se integren en familias y
definan la familia
como la célula
básica nacional. La discriminación existente contra
los que no nacieron en la capital,
contra los que provienen de otras provincias, agravada con un
estado que no cuenta con elementos formales para la
erradicación de la discriminación en todas sus
formas.
La supervivencia, en general de la nación; al lado de la
violencia, la
desinformación generalizada, la intolerancia, el miedo, la
represión injustificada, brutal y sutil; la
creación de sujetos de chantaje, y la crueldad, afectan
nuestra vida diaria. Los planes y proyectos colonialistas han
pasado siempre por el desconocimiento de la nacionalidad y el
nacionalismo
de los que se oponen al status quo, su caracterización
como enemigos de la patria y su persecución, en muchos
casos hasta la muerte. Los
derechos
individuales básicos como el derecho a la vida, a la
libertad, a la
justicia, a la
paz, al libre tránsito, al libre pensamiento, a
la discrepancia, a contar con su patria irrestrictamente, y a la
igualdad de
servicios del
Estado no han logrado llegar a todos los nacionales por igual. La
tenue sensación de propiedad de
los peruanos sobre su futuro y su nación, no otorga la
seguridad, y el
dominio del
espacio necesarios para su desarrollo y libre
determinación. Nuestra gente ama el Perú de sus
ancestros, pero los entristece la realidad, los mismos individuos
cuando se integran a otras sociedades,
muestran alta calidad y
producción en todos sus campos de
acción. La falta de reconocimiento y planes para la enorme
cantera de liderazgo
individual nacional, que es estorbado, despreciado, y abandonado
a su suerte, sin aliento alguno. La falta de aliento a la
participación de los mas honrados y probos, especialmente
los que han estado expuestos al manejo de recursos e ideas
comunes. La falta sistemática de reconocimiento para los
que ponen su corazón al
servicio de
sus ideales. Se critica un estado de informalidad y corrupción
que ha sido fomentado y protegido a lo largo de muchos
años. En general nuestros nacionales no perciben su
papel en un
estado que tampoco lo conoce.
Desintegración Familiar: Nuestros adultos, no tienen
posibilidades de mantener y guiar a sus familias, mucho menos
cimentar las futuras generaciones familiares al tener que
abandonar sus regiones originales; muchos dejan el Perú
para poder
sobrevivir, dejando familias acéfalas. El respeto a la vida
está minimizado, y falta conciencia de que nada ni nadie
debe disponer de las vidas de los miembros de nuestras familias.
Los valores
familiares mantenidos con humildad y sencillez alrededor del
trabajo, la honradez, el respeto, la vergüenza son motivo de
la ironía, de la burla amarga y de la enfermiza creencia
que la humildad es hija del vicio o prima de la apariencia.
Nuestros ancianos son olvidados y no existe reconocimiento por
sus ideas, su energía y su trabajo otorgados a la
sociedad. Es común que los miembros de nuestras familias
vivan en lugares tan distantes que no pueden compartir
propósitos comunes ni confirmar y reafirmar que la
familia es la
Institución básica e integradora por excelencia de
cualquier sociedad y que deben existir planes para reunificarla.
Es prioritario el alentar la unión familiar y los planes
familiares generacionales desalentando la soledad.
Desintegración del Estado con su pueblo: Un estado que se
caracteriza por hablar pero no por escuchar, que lo vean pero no
ver, que lo ayuden pero no ayudar, que lo atiendan pero no
atender, son expresiones características de los grupos que lo
sostienen, esto es especialmente notable en las comunicaciones
entre estas dos entidades fundamentales de la nación, las
cuales carecen de un lenguaje
común, de procedimientos
comunes, y de canales de comunicación adecuados que permitan
entendimiento formal con las masas elementales de la
nación.
Tema fundamental, es la falta de un proyecto de
nación que con precisión represente, actúe,
mida, y evolucione; con una solución metódica,
persistente, adecuada a los requerimientos nacionales. Un
proyecto participatorio, de contenido representativo y de
acción. Donde la familia ocupe el papel prioritario que le
corresponde. Donde se establezca que el estado como
representante democrático del pueblo gestiona, administra,
protege, organiza, instruye, a su nombre, sin altanería y
para la obtención de la felicidad del pueblo, y de ninguna
forma, bajo ningún nombre, en ningún lugar o
momento, en contra de él.
La igualdad de los peruanos ante el estado debe ser claramente
definida, difundida, asumida y jurada por sus representantes,
implantada y defendida vigorosamente.
El estado no debe escoger a los representantes del pueblo ni
promoverlos, ésta costumbre feudal debe ser reemplazada
por métodos
democráticos de participación popular que
desaliente y castigue a los pícaros del poder y del
bolsillo así como su generación de turnos
conveniencieros Las posiciones de liderazgo deben de nutrirse con
elementos probados que han representado a sus grupos
idóneamente, que han administrado dineros públicos
con transparencia, que han desarrollado resistencia a la
presión como único medio de influencia, y cuya
trayectoria muestre claramente su coordinación de pensamiento y
acción.
Entendamos claramente, y actuemos acordemente, más
importante que la forma, personajes, y deseos de los gobernantes
es la actitud y
deseos de sus pueblos. Donde la sociedad de compromisos y
propósitos comunes, reemplace a la sociedad que gira
alrededor de individuos o grupos de interés.
Donde además entendamos que la eliminación de la
presencia de nuestra población no soluciona nuestros problemas sino
los agrava y acrecienta.
Desintegración Educativa: El proceso de
desintegración que afecta a los elementos de las distintas
entidades nacionales educativas (Alumnos, Sistema Nacional
de instrucción, Padres, familias, transporte,
salud..) afecta
directamente la preparación de cada uno, y de todos los
estudiantes nacionales, y su posterior integración a la
vida productiva nacional.
Una educación desvinculada de los avances
universales, apurada por el resultado efímero, sin
atención a los matices y a los detalles. El
sistema no es incluyente de los protagonistas, omite definir que
las profesiones y el servicio público no conllevan
enriquecimiento, que le pide a la ciencia la
solución de problemas que aún esta no ha resuelto.
El esfuerzo realizado por el magisterio nacional para el
desarrollo académico de nuestras futuras generaciones es
insuficiente para compensar la negación práctica
que representa la violencia generalizada, nuestra
desvinculación del mundo externo, el comportamiento
persistentemente negligente de nuestros representantes, la
comprobación de nuestros errores históricos, y la
necesidad de sobrevivir por inclusión en el ciclo
desintegrador.
Desintegración Económica: Nuestra economía
desarticulada y sin planeamiento
está basada en los precios magros
de nuestra mano de obra y de nuestros recursos
naturales, el valor agregado
de nuestros productos y
servicios carecen de apoyo tecnológico eficiente, en el
control y la
entrega de mercados
cautivos, que no toma en cuenta que un precio por
debajo de los costos condena
los productos y servicios a una vida muy corta, y que los precios
muy altos deben revertir en la calidad de los productos o
servicios para su supervivencia. El éxito
económico no premia la producción, la productividad, o
la persistencia. Sin definiciones con visión de nuestro
futuro y de cómo mantener mecanismos estabilizadores para
que los individuos y las familias prosperen. Donde los costos de
la corrupción encarecen los precios y servicios al
público. Desconocedora ella misma que la economía
es un medio y no una finalidad. Las inversiones y
reinversiones en el Perú son de naturaleza especulativa
donde las ganancias y ahorros generados no revierten al
Perú. La falta de competencia. La
factibilidad
financiera como base de cualquier proyecto carece de normatividad
efectiva y eficiente.
Desintegración Institucional: Nuestras Instituciones
son generalmente reproductoras de modelos y
procedimientos de fachada que finalmente resultan desintegradores
y no solidarios. Están basadas en fundamentos
retóricos que no cumplen, menos difunden y nunca aplican
pero convenientemente administran. Donde a la honradez, el
esfuerzo, el honor, la creatividad,
les falta aliento. Totalmente desorganizadas donde solamente los
que están envueltos en el desorden conocen su contexto de
provecho. Carente de sistemas
predecibles, una cualidad exclusiva de las entidades universales
mejor dotadas. Instituciones que actúan de espaldas a sus
mayorías asociadas o membresía. Un sistema
Institucional desarticulado de la nación al no existir
propósitos nacionales con metodología reproducible. Instituciones que
tienen un desprecio increíble e inimaginable por la
intelectualidad histórica nacional y que comparan su
acumulación material y su poder hedonista efímero
con la producción cultural nacional. Instituciones que
desconocen organizadamente el rol de las prioridades y su
significado nacional. Donde la visión de la nación
en el largo plazo requiere definiciones, estrategias,
tácticas y sistemas articulados, para que sus robustez y
consistencia prevalezca sobre el acoso o debilidad de sus
componentes.
La propuesta para la integración nacional exige un
proyecto de nación y de una Asamblea Constituyente sin
plazos, presiones o parámetros nacidos de la coyuntura
nacional. Con representantes válidos comprometidos con la
integración nacional, sin tacha contra la vida o contra el
erario nacional, con visión de largo plazo, y con
procedimientos de consulta públicos.
Dios bendiga al Perú y despierte a los
peruanos.
Autor:
Fernando Baltazar Muñiz
Incháustegui