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La pobreza (página 2)




Enviado por juninacio



Partes: 1, 2

4. La Demografía De La Pobreza En
América
Latina

Notas Sobre La Pobreza Y La
Agenda Social
En la actualidad, cuando la aplicación de medidas de
política
económica que afectan en el corto plazo el nivel de
vida de las mayorías y que en horizontes
cronológicos más amplios, llegarían a
deprimir aún más sus condiciones de existencia por
las características de la estructura y
dinámica de la población en América
Latina, se hace necesario reflexionar sobre la
relación entre población y desarrollo en
una etapa en la que todo gira alrededor de la búsqueda del
crecimiento por la vía del ajuste estructural.
La historia de la
sociedad en
este siglo puede ser caracterizada por una globalización en que las redes de intercambio
económico adquieren nuevas dimensiones, esto es, que
más allá de las transferencias físicas de
bienes
materiales,
los flujos de capital son la
parte más dinámica de los sistemas y la
tecnología
de comunicación a distancia hace innecesario
el movimiento
real del capital financiero.
Esta etapa de los negocios
virtuales constituye también la etapa de mayores
dificultades económicas para los países de la
región desde la gran depresión
de los años 30.
Para los países latinoamericanos los términos de
intercambio se deterioraron por dos situaciones: a) la
caída de los precios en los
productos de
exportación por la contracción de la
demanda y la
substitución por productos con elevado contenido
tecnológico y b) el incremento en el precio de los
energéticos. Este aumento de los precios, particularmente
el
petróleo en el caso de la mayoría de los
países productores no fue suficiente para equilibrar los
términos del intercambio. Las tasas de
interés se incrementaron considerablemente con el
consecuente crecimiento del pago de los servicios de
la deuda y el financiamiento
externo se redujo abruptamente en la medida en que el capital
externo se movilizó hacia espacios financieros que
garantizaran las mayores tasas de ganancia y esto en gran medida
a través de la especulación.
Es importante conocer las dimensiones de la pobreza, sin embargo,
su cuantificación ha sido objeto de innumerables
discusiones que, de acuerdo con el método
utilizado para hacer esta medición, han servido para fundamentar las
críticas al modelo
económico que genera cada vez más pobres o por el
contrario, para justificar su viabilidad al tratar de mostrar que
los pobres no son tantos como la inestabilidad política producto de la
manifestación de sus demandas hace evidente.
Por otra parte, la medición de la pobreza sirve en la
actualidad para identificar no sólo quiénes son
pobres, sino específicamente quienes se encuentran en
pobreza extrema, con el objetivo de
atender algunas de sus necesidades mediante programas
focales.
Los datos más
recientes provenientes de encuestas
especializadas permiten estimar que a mediados de la
década de los años 90, cerca del 40 por ciento de
los hogares latinoamericanos se encontraba en situación de
pobreza y si este porcentaje corresponde al conjunto de hogares,
el porcentaje correspondiente a la población total debe
ser mayor, en virtud de que los hogares más pobres tienen
mayor número de miembros.
La existencia de menores de la calle es el resultado de un
problema ligado de manera indisoluble a la pobreza pero
además a la marginación. Los niños de la
calle son los hijos de los pobres y marginados. Por lo tanto,
prestar atención sólo a la pobreza sin
reconocer los procesos de
exclusión limita los alcances de las acciones que
pretendan enfrentar problemas como
el de este grupo
social.
Según estimaciones recientes en la región de
América Latina y el Caribe, de 165 millones de pobres 58
millones tienen menos de 15 años y más
concretamente, el sesenta por ciento de todos los niños
de la región son pobres. Es en este contingente
poblacional en donde se ubican los marginados y del cual surgen
los niños de la calle.
En este marco general se insertan los procesos
demográficos que en la región latinoamericana se
caracterizan por una incorporación reciente a la tercera
etapa de la transición demográfica en la cual junto
con la disminución de la mortalidad se observan
reducciones importantes en el nivel de fecundidad que se
concretan en el hecho de que las mujeres en edad fértil
tienen en promedio cada vez menos hijos, mientras la esperanza de
vida, es decir, la sobrevivencia se incrementa.
En el caso de los incrementos en la esperanza de vida, las
posibilidades de llegar a vivir hasta los setenta años en
una sociedad que no está preparada para enfrentar las
necesidades de la población más vieja y en la cual
la seguridad
social sigue el camino de la privatización definen un escenario de
carencias que se inician desde la niñez.
Los hogares en que residen los niños pobres tienen como
principal activo su fuerza de
trabajo por lo que la respuesta a una disminución de su
ingreso es la participación de un mayor número de
miembros del hogar al trabajo.
Entre los hogares en condiciones extremas de pobreza
además del trabajo del padre y la madre, la
movilización de recursos incluye
a los hijos desde pequeños.
Cuando los hogares más pobres dependen del trabajo
infantil es imposible pensar que los niños
tendrán la posibilidad de estudiar.
Las presiones económicas y la carencia de alternativas que
también tienen que ver con las condiciones particulares de
cada hogar, en términos de las relaciones entre los
individuos y el número de éstos, termina por lanzar
a la calle a algunos de sus miembros.

Aumenta La Pobreza En Argentina
El 45% de los chicos argentinos es pobre. Son 4.500.000 chicos de
0 a 14 años. En sus hogares ingresa en promedio $355 por
mes. Y estas familias tienen 5 miembros en promedio, por lo que
cada uno dispone de $2,20 diarios.
Cuatro millones y medio de chicos argentinos menores de 14
años viven en los hogares más pobres, según
el informe del
Gobierno
Nacional. Esto implica que, la pobreza golpea con mayor fuerza en
los niños, lo que constituye un factor reproductor de la
propia pobreza y es condicionante del desarrollo del país.
Y si se incluyera a la población rural, el impacto de la
pobreza sobre los niños podría ser mayor
aún, debido a que en las zonas rurales hay una gran
proporción de viviendas con necesidades básicas
insatisfechas y un alto número de personas que viven en
condiciones de pobreza estructural.
Según UNICEF, la pobreza determina menores posibilidades
de supervivencia para el nacimiento y los primeros días
del niño. "La probabilidad que
tiene un niño pobre de morir antes de cumplir un
año es cuatro veces mayor que la de un pobre".
Las carencias de nutrición, los
mayores riesgos
ambientales y sanitarios por las condiciones de vivienda
condicionan el desarrollo educativo y laboral de esos
niños (hay una relación directa entre pobreza y
educación).
La niñez parece ocupar proporcionalmente un espacio de
mayores privaciones que el promedio de la sociedad. Y que esa
condición de pobreza entre los niños marca un alerta
sobre la potencialidad del desarrollo
humano en nuestro país.
El artículo 2 de la Convención sobre los Derechos de los Niños
afirma que los derechos deben ser respetados independientemente
de su raza, religión, sexo o
idioma.
Nos debe alertar la sociedad que no le da derechos iguales de
oportunidades y de opción a los niños. La falta de
opciones y oportunidades de los niños pobres frente a
otros que son ricos condicionan a aquéllos a tener que
trabajar en edad temprana, a tener que abandonar la escuela, de modo
que sus oportunidades para el futuro también se van
estrechando.
De lo que se trata, entonces es de asegurar la igualdad de
oportunidades. Los programas de asistencia a niños pobres
son sumamente importantes, pero más lo son las políticas
que se dirigen a terminar con las causas fundamentales de esa
pobreza.

Advertencia De La Iglesia Por El
Crecimiento De La Pobreza
El presidente de Cáritas, monseñor Rafael Rey,
trazó un crudo diagnóstico de la situación social
en base a diversos indicadores
propios y de organismos nacionales e internacionales, tales como
los índices de desnutrición y mortalidad infantil.
Monseñor Rey, un severo crítico del modelo
económico, mencionó un reciente dato del Banco Mundial
que revela que 13,4 millones de argentinos están bajo la
línea de pobreza.
También mencionó que en el conurbano bonaerense el
21% de los chicos entre 2 y 6 años está dentro de
los parámetros de desnutrición. Y
señaló que sólo en el Gran Buenos Aires hay
más de 100.000 adolescentes
que no estudian ni trabajan.
Además subrayó que el 85% de los jubilados cobra
haberes que no cubren el costo de una
canasta mínima de subsistencia para dos personas.
Pero hubo más. El presidente de Cáritas
añadió que todo este cuadro se completa con los
desocupados, los subempleados y los obreros mal renumerados como
consecuencia de los fríos cálculos
económicos. Y destacó que ello contrasta con la
ostentación de la riqueza de otros sectores, mientras
otros-pasan-hambre.

Informe exclusivo del banco mundial
Existen 13,4 millones de pobres en argentina
En el máximo secreto, el Banco Mundial guarda los
resultados de la primera evaluación
de la pobreza a nivel nacional, que planea difundir recién
después de las elecciones. Hay 3,2 millones de indigentes
en el país.
El nuevo estudio sobre pobreza del BM ya no abarca sólo el
área metropolitana sino todo el país.
"El 36,1 por ciento de los argentinos no puede comprar una
canasta básica de bienes y servicios".
Con la máxima reserva, el Banco Mundial realizó por
primera vez una estimación de la pobreza en Argentina a nivel
nacional, para mejorar así los cálculos oficiales,
que sólo contemplan el área metropolitana de
Capital y Gran Buenos Aires. Los datos son impresionantes:
más del 36 por ciento de la población, 13,4
millones de personas, se encuentra bajo la línea de
pobreza. En tanto que el 8,6 por ciento, 3,2 millones de
personas, viven en la indigencia. En las regiones del noroeste,
nordeste y Cuyo la pobreza supera al 50 por ciento de la
población y la indigencia roza el 20 por ciento. Para
salvar la imagen de
Menem en sus
últimos meses de gobierno y no influir en la
campaña electoral, el estudio se efectuó con la
condición de ser difundido después de las
elecciones de octubre.
No son los datos de una consultora privada, ni de ninguna
fundación vinculada a la oposición. El Banco
Mundial encaró el segundo estudio de la década
sobre la pobreza en Argentina ("Argentina Poverty Assessments").
El primero había relevado la situación hasta 1993.
La segunda evaluación, aún inédita, provee
un exhaustivo diagnóstico a 1998. También incluye
una innovación mayor respecto de las estadísticas que publica el Ministerio de
Economía
en base a las encuestas del IndEC: por primera vez,
efectúa una medición de la pobreza en todo el
país. "Uno de los más serios problemas con la
actual medición de la pobreza es que sólo
está disponible para el área metropolitana" de
Capital y Gran Buenos Aires, explica el estudio del Banco
Mundial. La nueva medición, de carácter
nacional, fue elaborada con información provista por organismos
oficiales. Y es más exacta que la existente hasta hoy, ya
que contempla los cambios de los últimos años en
las pautas de consumo de los
argentinos.
Su título es "Poverty and Income Distribution in
Argentina, Patterns and Changes", lleva la firma del economista
Haeduck Lee, miembro del equipo que trabaja en el tema, y
está fechado el 23 de marzo de 1999.
Los resultados para 1997/98 son los siguientes:

  • El 36,1 por ciento de los argentinos no alcanza a
    comprar a fin de mes una canasta básica de bienes y
    servicios, la llamada línea de pobreza. Ello significa
    que 13.357.000 argentinos son hoy pobres por ingresos. Esta
    canasta está valuada en alrededor de 140 pesos mensuales
    por persona adulta
    del hogar.
  • El 8,6 por ciento de la población vive en la
    indigencia. Así, diariamente, 3.180.000 argentinos no
    logran siquiera alimentarse con una dieta mínima en
    calorías.
  1. De cada 100 personas que habitan en la región
    nordeste del país 57 no llegan a comprar una canasta
    elemental de bienes y servicios. En el noroeste, la pobreza
    alcanza al 55,9 por ciento. En Cuyo al 47,7 por ciento. En
    Capital y Gran Buenos Aires al 29,3 por ciento. Y en la
    Patagonia al
    29,8 por ciento.
  • En la región del nordeste del país,
    casi 19 de cada 100 personas viven en la indigencia. En el
    noroeste, el 17,6 por ciento se halla en esa situación.
    En la región de Cuyo, el 10,7 por ciento. En el
    área metropolitana el 6 por ciento. Y en la Patagonia el
    5,9 por ciento.
  1. En los últimos años, cada vez que se
    difundían datos negativos de pobreza, la primera
    reacción del presidente Menem era desacreditar la
    fuente, aunque fuera el propio IndEC. La segunda actitud era
    afirmar que su gobierno había logrado bajar los
    índices, comparando siempre con el período de la
    hiperinflación de Alfonsín. Sin embargo, el Menem
    del segundo mandato, comparado con el Menem del primero,
    dejará un pesado legado de pobreza para el
    próximo gobierno.

Lo reconoce el propio Banco Mundial, al justificar esta
segunda evaluación de la situación. "Argentina
emergió de una experiencia hiperinflacionaria
traumática entre 1989-90, durante la cual casi la mitad de
la población del área metropolitana cayó
bajo la línea de pobreza", afirma. "La estabilidad lograda
por el Plan de
Convertibilidad produjo una significativa reducción en la
pobreza. Hacia abril de 1993, la tasa de pobreza cayó al
20 por ciento en Capital y Gran Buenos Aires, y las perspectivas
de que continuara la baja eran buenas".
Sin embargo, "han sucedido muchas cosas desde entonces", se
lamenta. Y explica: "Siguiendo la crisis del
peso mexicano en 1994, la tasa de desempleo
aumentó abruptamente y llegó a más del 18
por ciento en mayo del ’95. Pese a la vigorosa performance
de la economía durante 1996/97, la tasa de desempleo se
mantuvo por arriba del 13 por ciento y hay una percepción
generalizada de que la situación de los pobres y los
vulnerables no mejoraron incluso durante la breve
reactivación económica". Más recientemente,
deja en claro que la situación empeoró: "aunque el
contagio de la crisis internacional parece haberse controlado, ha
puesto un freno en la economía
argentina desde 1998". De otro modo: los índices de
pobreza del ’99, un año plenamente recesivo,
serán aún más altos que los relevados por el
Banco Mundial hasta el año pasado.

Una Medicion Innovadora
El método de la línea de pobreza compara una
canasta de bienes y servicios elementales (valuada en el orden de
los 140 pesos por adulto del hogar) con los ingresos de las
personas de menores recursos. La línea de indigencia, en
tanto, se estima en base a una canasta (valuada en unos 70 pesos)
que sólo contiene los alimentos
necesarios para que "una persona adulta pueda desarrollar una
actividad física
moderada".
Hasta ahora, tanto los informes
oficiales, como la evaluación previa que difundió
el propio Banco Mundial en 1995, "dependieron de los datos del
área metropolitana (Capital y Gran Buenos Aires). La
estimación de la pobreza en otras partes del país
fue bosquejada en base a datos parciales. Hogar del 33 por ciento
de los argentinos, el área metropolitana es la
región más próspera del país. Sin
embargo, la omisión de otras partes del país
comprometieron seriamente la validez y resultados de los informes
anteriores", explica el nuevo documento del organismo.
El IndEC releva los ingresos de las personas en 27 aglomerados
urbanos del interior del país. Pero la mayor dificultad
para calcular la pobreza, más allá del Gran Buenos
Aires, era que no se habían podido confeccionar canastas
alimentarias para las principales ciudades del interior
–que reflejaran las peculiaridades del consumo de esas
zonas– para compararlas con los ingresos de la gente. Los
técnicos del Banco Mundial aprovecharon la Encuesta
Nacional de Ingresos y Gastos de los
Hogares –relevada por el IndEC entre 1996 y 1997–
para construir las canastas con cantidades e ítems de
consumo típico en el interior del país.
También aprovecharon para actualizar la canasta utilizada
para medir la pobreza en el Gran Buenos Aires, que databa de
1986. Luego, compararon con los ingresos de cada región,
que surgen de la Encuesta Permanente de Hogares del IndEC.
Encuesta De Desarrollo Social
realizada por el IndEC (Instituto Nacional de Estadísticas
y Censos) y el Siempro (Sistema de
Información, Monitoreo y Evaluación de
Programas Sociales) sobre 26 mil hogares.

Las-principales-conclusiones-son:
Las cloacas y el gas son las
carencias más importantes de la población pobre
(ver cuadro). Y le siguen de cerca los hogares con ausencias de
veredas y desagües en el barrio de residencia. En tanto la
lejanía del hospital público, ubicado a más
de treinta cuadras de la vivienda, es la tercera privación
en importancia.
No obstante, existe una privación poco analizada pero muy
extendida: el 28 por ciento de los hogares pobres, constituido
por 3,7 millones de habitantes, sufre la profunda carencia
ambiental y sanitaria de estar en las cercanías de un
basural, mientras que otro 22,3 por ciento, está en zonas
inundables.
El 58,7 por ciento de la población pobre, unos 7.685.000
de habitantes, no poseen otra cobertura que el hospital
público, en tanto el 35,6 por ciento posee obra social.
Esta situación de carencia es congruente con el aumento
del desempleo y la creciente informalización del mercado de
trabajo, que registra un inédito nivel de empleo en
negro en el universo de
trabajadores y empleados pobres.
La estructura de consumo y los gastos efectivos por rubro
varían de acuerdo al nivel real de ingreso por hogar. Para
el caso de alimentos y bebidas, el rubro de mayor gasto, el hogar
pobre destina para cubrir a sus cinco miembros 6,47 pesos
diarios, lo que supone que para alimentos y bebidas una familia bajo la
línea de pobreza dispone de 1,29 pesos por persona y por
día.
Para esparcimiento y cultura, el
mismo hogar destina 0,13 pesos por miembro por día,
mientras que para transporte y
comunicación se dispone de 1,18 pesos diarios para el
conjunto familiar. Esta situación de profunda carencia
produce, entre otros efectos, que el 29,1 por ciento de
desempleados del Gran Buenos Aires integrantes de hogares pobres
se sientan limitados en sus chances de emplearse porque,
según refieren en la Encuesta Permanente de Hogares, "no
les-alcanza-el-dinero-para-viajar".

CA

COBERTURA DE SALUD

Tipo de cobertura

Población

Población (%)

Con cobertura obra social

4.700.000

35.6

Con cobertura mutual o prepaga

450.000

3.4

Con obra social y prepaga

210.000

1.6

Sólo emergencia

160.000

1.2

Sin cobertura (sólo hospital
público)

7.685.000

58.2

Villa de emergencia o
asentamiento

Población

Carencia %

Con calles de tierra
sin veredas ni desagües

4.750.000

35.9

Con vivienda precaria o muy
deteriorada

1.250.000

9.3

Sin cloacas

7.500.000

56.9

Sin gas natural

6.800.000

51.3

Sin agua
corriente

2.450.000

18.5

Sin alumbrado público

1.700.000

12.9

Sin electricidad

310.000

2.3

Con hospital público a más de 30
cuadras

4.100.000

31

Transporte a 10 cuadras o más

660.000

5

Teléfono público a más de
10 cuadras

1.060.000

8

Recolección de basura
cada tres días o más

1.780.000

13.5

Comisaría a más de 30
cuadras

1.380.000

10.5

En área inundable

2.950.000

22.3

Cerca de un basural

3.700.000

28.3

Total bajo la línea de la
pobreza

13.205.000

100

Signos De Pobreza En Buenos Aires
La persistencia de ocupación de viviendas en la Ciudad de
Buenos Aires es uno de los índices del empobrecimiento
sufrido en los últimos años, no sólo por la
Capital Federal, sino por la mayoría del país. En
este sentido, si bien las políticas locales para el
tratamiento del problema son imprescindibles, no permiten esperar
una solución del mismo.
Según las estadísticas oficiales, unas 150.000
personas viven en casas ocupadas ilegalmente. La ocupación
de viviendas ocasiona un serio daño a los propietarios
que, en muchos casos, pierden el uso de sus bienes por muchos
años. Una parte de los ocupantes son, indudablemente,
personas que eligen el camino de la sobrevivencia en base a la
apropiación de lo ajeno. También se da el caso de
quienes explotan ilegalmente casas que no les pertenecen cobrando
alquileres a quienes viven en ellas.
Pero la principal causa de ocupación de viviendas es la
imposibilidad de muchas personas de procurarse una vivienda por
medios
legales.
Por eso mismo, la ocupación de casas es parte de una serie
de síntomas de empobrecimiento que se reflejan en la
ciudad hacia la cual acuden personas de todo el país en
busca de albergue y oportunidades de ingresos. Tal es el caso de
la proliferación de puestos de venta irregulares
en la vía pública y la virtual invasión de
vendedores ambulantes y mendigos en medios de transporte y
lugares de esparcimiento. En muchas de estas actividades
también se verifica la actividad de explotadores de
mayores y menores carenciados.
Se forma así, un complejo panorama en el cual la necesidad
se encuentra con la ilegalidad y que constituye un semillero de
delito y, en
ocasiones, de violencia. Son
índices de retroceso que deben ser tenidos en cuenta por
las políticas sociales y económicas en
general.

El mayor mapa de la pobreza:
En La Matanza hay más de 360 mil pobres y no mandan a sus
hijos a la escuela por la inseguridad.
La Matanza es un país dentro de una provincia. Las
estadísticas dudosas (desde 1991 no se realiza censo)
registran 1.246.836 habitantes en un territorio apretado entre la
Capital Federal y el Gran Buenos Aires. Desde hace años se
sostiene por su valor
electoral. Pero ningún gobierno pudo alterar su
situación precaria: el 30 por ciento de la
población carece de elementos básicos para su
subsistencia.
Es el mayor mapa de la pobreza en la provincia de Buenos Aires.
Nada de ecología: tiene un registro de 3.847
personas por kilómetro cuadrado. En sus barrios, los pibes
aprenden supervivencia antes que la tabla del cuatro.
También, los códigos de la violencia callejera. De
allí, al delito temprano hay un paso. Todo, a pesar de las
852 escuelas que funcionan en el distrito. La mayoría
tiene comedores escolares que suelen tener más demanda que
las aulas.
Los psicólogos buscan explicaciones para los ataques a los
colegios, el lugar donde deberían estar contenidos los
conflictos
sociales. "Es un síntoma de desintegración social
sobre el que deberíamos estar alertas", es la advertencia.
Es cierto que antes existe el hogar. Pero, tampoco hay
garantías. El 40 por ciento de los hombres y mujeres con
capacidad laboral son desocupados o subempleados. Viven de la
ayuda social, con programas oficiales de trabajos precarios o
directamente abonados a los planes alimentarios.
Quinientas mil personas todavía no accedieron al servicio de
agua potable y 711 mil carecen de cloacas. El 10 por ciento de la
población está en riesgo sanitario.
Un dato: la mortalidad infantil es del 22 por mil. Un indicador
que no se mueve desde hace una década.
Demasiada carga para algunos jóvenes. Algunos deciden que
no es posible. Y destruyen. La mayoría todavía
resiste. Con mucho esfuerzo todavía creen en otro
país, distinto al que les tocó vivir hasta
ahora.

Los Costos De La
Pobreza Infantil
Un costado doloroso y alarmante de la situación social que
vive nuestro país es el aumento de la pobreza en
niños y jóvenes, puesto que en ellos está
cifrada, en definitiva, toda esperanza de un futuro mejor.
El diagnóstico trazado sobre datos del INDEC, el Banco
Mundial y la ONG "Salvemos
a los chicos" muestra un
empeoramiento significativo de los índices de pobreza
entre los menores de 18 años y un aumento de la misma en
la infancia a
medida que las condiciones de vida se hacen más duras.
También se pronuncia esta tendencia en las regiones del
país más afectadas por la depresión
económica o la falta de cobertura pública
asistencial.
En la Argentina, según este informe, más de la
mitad de los menores son pobres y casi la mitad de los pobres,
que son alrededor de un 36% de la población, es menor de
edad. Esto significa que hay más de 6 millones de menores
pobres, que viven en 1,7 millón de hogares sin ingresos
suficientes para cubrir las necesidades básicas. La falta
de ingresos se complementa con otros datos igualmente
impactantes, como las condiciones de hacinamiento crítico,
viviendas precarias y sin baños, en la mayoría de
los casos.
Todos estos niños y jóvenes deben comenzar a
moverse precozmente en la vida adulta y se ven empujados a
abandonar los estudios, o deben afrontarlos con desventajas que
retrasan o frustran el proceso de
aprendizaje y
su inserción educativa. Al mismo tiempo, en su
mayoría hijos de desocupados o subocupados, ellos salen a
buscar algún empleo probablemente de baja
calificación y mal remunerado, con lo que inician
así de manera temprana una cadena de crecientes
dificultades que terminará afectando de manera
irreversible sus capacidades y potencialidades.
Este círculo vicioso de la pobreza se continúa con
otros problemas que suceden sin previsión: paternidad o
maternidad tempranas, mayores conflictos familiares,
desatención sanitaria, anulación progresiva de las
perspectivas de cambio. Luego,
naturalmente, se está en las puertas de sus consecuencias
sociales, un incremento de las estrategias de
supervivencia en los sectores más vulnerables y un
ahondamiento de las fracturas internas entre sectores más
y menos protegidos.
No es sencillo medir cuánto le cuesta y le costará
al país semejante hipoteca sobre su futuro. Porque resulta
claro que, aun logrando mejorar el rumbo de nuestra
economía y alentando perspectivas de reactivación,
ella tendrá bases muy endebles sin un rescate de esta
franja de nuestra población joven sometida, desde el
vamos, a desigualdades tan manifiestas.

Un Tercio De Las Personas Mayores De 60 Años No
Tienen Jubilacion
Casi un tercio de los ancianos argentinos no posee
jubilación ni pensión, según reveló
un informe oficial sobre la situación de la Tercera Edad
elaborado por el Ministerio de Desarrollo Social. En
términos estadísticos representa el 13,3 por ciento
del total de la población.
El trabajo
realizado por el ministerio de Desarrollo social analiza tanto
las condiciones socioeconómicas de las personas mayores de
60 años como la tendencia en relación con la
evolución del sistema
previsional y los problemas relacionados con la salud y hasta sus
vínculos afectivos, entre otros puntos.
Entre algunos de los datos más significativos, se destaca
que pese a los estereotipos y prejuicios relacionados con la
tercera edad, la mayoría de las personas mayores
"están en buenas condiciones físicas y
psíquicas".
Uno de los aspectos más preocupante que se desprende del
informe revela que los ancianos pobres son menos pobres que los
adultos y los jóvenes. Esta tendencia que se remarca con
la prolongada baja de aportes patronales de la actual
población económicamente activa, podría
derivar en que, en el futuro, los problemas de cobertura sean muy
serios.
El informe fue elaborado sobre la base de los datos
estadísticos recabados por la Encuesta Permanente de
Hogares y la Encuesta de Desarrollo Social, además de
otros estudios oficiales. De ese grupo, además hay casi
500.000 mayores de 70 años que tampoco cuentan con
cobertura previsional alguna, de las cuales, la gran
mayoría son mujeres.

5.
Conclusión

Como pude ver la pobreza afecta cada vez con más
fuerza a la población mundial, especialmente a los
países subdesarrollados, aunque los de mayor poderío
económico también la sufren.
Los habitantes de los países que viven en la pobreza
tienen una mayor probabilidad de contraer enfermedades tales como
el SIDA,
desnutrición, malaria, etc. Debido a la una mala
asistencia medica y educación.
En la Argentina también existe la pobreza y aumenta
día a día con una rapidez notable.
Debido a la gran desocupación, entre otros factores,
constantemente crece el numero de familias que viven sin
satisfacer sus necesidades básicas. Estas son en su gran
mayoría numerosas por, entre otros motivos, la falta de
información que poseen; al no poder subsistir ya desde muy
chicos los hijos se dedican a recolectar dinero,
comida, o cualquier otra cosa que les sea útil. De esta
manera se les hace muy difícil poder terminar los estudios
y por lo general los abandonan.
Entonces cuando van en busca de algún trabajo saludable se
les hace muy difícil, casi imposible conseguirlo.
Otros que viven bajo la pobreza en la Argentina son muchas de las
personas mayores, que no poseen jubilación. Pero muchos de
los que tienen jubilación también son "pobres"
porque la jubilación es escasa y no les alcanza para
satisfacer sus necesidades.

Conclusión Final
Muchas de las personas que viven en la pobreza son discriminadas.
No tienen los derechos que se bebieran merecer por su sola
condición de ser humano.
Las personas con bajos recursos económicos son marginadas
y muchas no viven en las condiciones que toda persona se
merece.
Como por ejemplo: derecho a un trabajo digno, una buena
educación, buena asistencia médica, a una vivienda
y a muchos otros.
Hay muchas personas que ni siquiera tienen una vivienda, algo
indispensable, y tienen que vivir a la intemperie, en plazas,
estaciones ferroviarias.
Otras en cambio tienen la oportunidad de tener una casa pero
cuando buscan algún trabajo digno son rechazados por vivir
en alguna villa.
Aunque parezca mentira en algunos de los países africanos
todavía existe la comercialización de esclavos, en su gran
mayoría niños, que son separados de sus padres (que
ya no pueden mantenerlos) ofreciéndoles un mejor futuro,
pero en realidad los someten a todo tipo de trabajos,
pagándole, muchas veces, solo con un plato de comida.
Estos chicos no tienen ningún tipo de derecho y al que se
llegue a resistir lo matan.

6.
Bibliografía

  1. Martha de Gallo, Gabriela de Klein –
    filosofía – A-Z editora
  1. Revista Nuestra
  1. Enciclopedia Temática Visor
  1. Diarios: Clarín, El Diario, UNO

 

 

 

 

Autor:

Juan Ignacio Pontis

Partes: 1, 2
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