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Probioticos y salud




Enviado por mayvi77



     

    Indice
    1.
    Introducción

    2. Breve reseña histórica
    de los probióticos

    3. El Sistema Inmune
    4. Efectos beneficiosos de las leches
    fermentadas

    5. Conclusiones
    6. Bibliografía

    1.
    Introducción

    El intestino como un ecosistema
    Un ecosistema
    puede ser definido como un lugar geográfico donde
    coexisten los constituyentes vivos y los inertes. El tubo
    digestivo, responde bien a esta definición.
    El número de microorganismos presentes en la
    porción final del tracto gastrointestinal humano es de
    aproximadamente 1011 bacterias por
    gramo de contenido. Esta microflora es el resultado de
    interacciones entre bacterias, huésped y medio externo y
    tiene una importancia fundamental en el individuo sano así
    como en el enfermo. Su desarrollo se
    inicia en el momento del nacimiento y después continua un
    proceso lento
    y gradual que se completa en varios años.
    La microflora colónica de los niños
    alimentados con leche materna,
    contiene un alto porcentaje de bifidobacterias. Con el transcurso
    de los años después de interrumpir este tipo de
    alimentación, el número de
    bifidobacterias comienza a disminuir (1).
    Los componentes de la flora intestinal varían de una
    persona adulta
    a otra ya que dependen del medio en el que habita el ser humano,
    de su alimentación y del patrimonio
    genético del de cada individuo.
    El ácido gástrico y el flujo peristaltico normal
    del intestino delgado limita la población bacteriana del tracto
    gastrointestinal alto.
    El intestino delgado es una zona de transición entre el
    estomago y el colon, en el se produce una transición
    gradual de la flora Gram-positiva a una población
    Gram-negativa. Esta flora varia según el segmento
    intestinal, por si misma no produce alteraciones, constituyendo
    un verdadero cultivo autorregulable (2).
    Hay dos tipos de flora intestinal: la flora residente o
    autóctona y la pasajera o transitoria. La primera se
    adhiere a las células
    epiteliales de la mucosa, son microorganismos fijos que se
    multiplican con rapidez, que están bien adaptados y son
    estables e inocuos. La flora pasajera no se fija al epitelio ni
    se establece en el intestino y esta formada por los
    microorganismos no patógenos procedentes de la
    porción superior del tubo digestivo, los alimentos y el
    medio ambiente
    (3).
    Algunos de los efectos de la flora intestinal son (4):
    – La modificación cualitativa del intestino.
    – Su papel sobre la
    degradación de los nutrientes.
    – La síntesis
    de vitaminas
    – La producción de ácidos
    grasos volátiles y la reabsorción de metabolitos
    bacterianos.
    – Síntesis de aminas activas y poliaminas.
    – El papel sobre los productos de
    secreción endógena.
    – La producción de gases.
    – La acción sobre el metabolismo de
    los xenobioticos.

    Existen ciertas características propias de la microflora
    colónica en donde predominan las bifidobacterias entre las
    que encontramos la producción de ácidos grasos de
    cadena corta y de ácido láctico como producto de la
    fermentación de los carbohidratos,
    que disminuyen el pH en el colon
    creando un medio donde las bacterias potencialmente
    patógenas no pueden crecer y desarrollarse. También
    producen las llamadas bacterocinas, que actuan como
    antibióticos e inhiben a las bacterias patógenas.
    La estimulación del Sistema inmune,
    especialmente el intestinal y la capacidad de sintetizar algunas
    vitaminas del
    complejo B.
    Las infecciones persistentes en el tracto intestinal causan
    perdidas apreciables de Inmunoglobulinas, linfocitos y otras
    células y moléculas efectoras así como,
    nutrientes que conllevan al organismo a una inmunodeficiencia
    secundaria, esto desarrolla un ciclo que causa el deterioro
    severo del individuo. Las inmunodeficiencias secundarias son
    asociadas frecuentemente a enfermedades diarreicas,
    estas alteraciones desestabilizan de forma temporal o permanente
    algunos componentes de la inmunidad e incrementan la
    susceptibilidad a las infecciones.
    La malnutrición aumenta los procesos
    infecciosos y especificamente las diarreas infecciosas que
    aumentan la frecuencia de infecciones en la mucosa y una
    disminución de la motilidad intestinal que constituye la
    perdida de una de las características funcionales
    más importantes para el control de la
    proliferación bacteriana. El sobrecrecimiento de bacterias
    en el tracto intestinal produce una disminución de la
    formación de la micela, el aumento de ácidos
    biliares produce un incremento en la permeabilidad de la mucosa,
    permitiendo la absorción de macromoléculas
    incluyendo los antígenos foráneos y toxinas. La
    actividad mitotica de las células crípticas
    disminuye retardando la producción, migración
    y maduración de los enterocitos y se produce un mecanismo
    de reparación defectuoso en la mucosa intestinal (5)
    (6).
    La superficie de la mucosa intestinal tiene mecanismos de defensa
    que discriminan adecuadamente entre la flora comensal, la
    simbiótica y los patógenos exógenos
    (6).

    2. Breve reseña
    histórica de los probióticos

    El papel beneficioso de las leches fermentadas para la
    salud se
    conocía desde hace varios siglos, pero no fue hasta 1908
    cuando el científico ruso Ilya Metchnikoff enfatizó
    los beneficios que proporcionaba el consumo de
    yogur a los pobladores de los Balcánes, en los que
    asoció su gran longevidad y buena salud física al elevado
    consumo de yogur, por sus investigaciones
    recibió el premio novel de Medicina en ese
    año.
    En 1965 Lilly y Stillwell utilizaron por primera vez el
    término de Probiótico, para nombrar a los productos
    de la fermentación gástrica (7). Esta palabra se
    deriva de dos vocablos, del latín -pro- que significa por
    o en favor de, y del griego –bios– que
    quiere decir vida.
    Esta definición fue modificada y se redefinió el
    termino de Probióticos como microorganismos y compuestos
    que participan en el balance y desarrollo microbiano intestinal .
    En la actualidad la definición de Probióticos ha
    sido dada por R. Fuller en 1989 como "Aquellos microorganismos
    vivos, principalmente bacterias y levaduras, que son agregados
    como suplemento en la dieta y que afectan en forma beneficiosa al
    desarrollo de la flora microbiana en el intestino"(8).
    Los probioticos son microorganismos que estimulan las funciones
    protectoras del tracto digestivo, también son conocidos
    como bioterapeuticos, bioprotectores o bioprofilácticos,
    se utilizan para prevenir las infecciones entericas y
    gastrointestinales (9). Para que un microorganismo pueda cumplir
    con esta función de
    protección tiene que poseer características tales
    como: Ser habitante normal del intestino, tener un tiempo corto de
    reproducción, ser capaz de producir
    compuestos antimicrobianos y ser estable durante el proceso de
    producción, comercialización y distribución para que pueda estar vivo en
    el intestino (10).
    La protección de estos microorganismos se lleva a cabo
    mediante dos mecanismos: El antagonismo que impide la
    multiplicación de los patógenos y la
    producción de toxinas que impiden su acción
    patogénica. Este antagonismo esta dado por la competencia por
    los nutrientes o los sitios de adhesión. Mediante la
    inmunomodulación protegen al huesped de las infecciones
    induciendo a un aumento de la producción Inmunoglobulinas,
    aumento de la activación de las células
    mononucleares y de los linfocitos (9).
    Las bacterias ácido lácticas pueden colonizar
    transitoriamente el intestino y sobrevivir durante el
    tránsito intestinal además, por su adhesión
    al epitelio, modifican la respuesta inmune local del hospedero
    (11).
    Ha sido probado in vitro o in vivo el efecto de los
    probióticos en estados patológicos como diarreas,
    vaginitis, infecciones del tracto urinario, desordenes
    inmunológicos, intolerancia a la lactosa,
    hipercolesterolemia y alergia alimentaria (12) (13).

    3. El Sistema
    Inmune

    Es el sistema de defensa del organismo, encargado de
    poner en marcha una serie de mecanismos para hacer frente a la
    invasión masiva de sustancias extrañas
    (antígenos) al mismo. El tipo de respuesta inmune depende
    de la naturaleza del
    antígeno (virus, bacterias,
    parásitos, hongos,
    pólenes, determinadas proteínas
    alimentarias), así como de su vía de entrada al
    organismo (piel, sangre, mucosa
    del tracto respiratorio, epitelio del tracto
    gastrointestinal).
    La primera línea de defensa previene de la mayor parte de
    enfermedades infecciosas y está constituída por
    barreras físico-químicas como son la piel y la capa
    mucosa (ej. a nivel nasal e intestinal) (14).
    La inmunidad segretora de la mucosa es el mecanismo más
    conocido en la defensa contra enteropatógenos. La IgA
    secretora en el lumen intestinal reacciona con los
    Antígenos específicos previniendo su ataque a la
    superficie de la mucosa. Este efecto protector depende de la
    capacidad de unión al Antígeno y se ha llamado
    inmunoexclusión (15)
    La respuesta del sistema inmune implica una compleja
    interrelación entre sus componentes. Se dan principalmente
    tres fases en esta respuesta: identificación de la
    partícula extraña, destrucción de la misma y
    regulación de la respuesta inmune mediante diversos
    mecanismos de retroalimentación o "feedback" (16).
    El Sistema Inmune intestinal permanece "no reactivo" a la
    microflora residente lo cual es interpretado como una
    manifestación de tolerancia
    inmunológica. Este proceso es de vital importancia en la
    integridad del intestino, un fallo en este mecanismo puede
    conllevar a procesos inflamatorios patológicos . Los
    mecanismos mediante los cuales los microorganismos
    autóctonos contribuyen a la modulación
    de la reactividad en la defensa intestinal contra los
    patógenos para preservar la integridad del intestino, se
    ha llamado efecto barrera.

    Alimentos y Sistema Inmune
    El consumo de alimentos se relaciona con el sistema inmune en
    distintos aspectos. Toda ingesta de alimentos origina una
    respuesta inmune que generalmente desarrolla tolerancia a lo que
    en teoría
    podría ser una sustancia extraña al organismo. En
    efecto, las alergias alimentarias o reacciones de
    hipersensibilidad incluyen todas aquellas reacciones que implican
    la puesta en marcha de mecanismos inmunológicos; en este
    sentido, se distinguen de las intolerancias alimentarias donde no
    actúa el sistema inmune (17).
    Asímismo, hay que tener en cuenta la importancia de
    mantener un buen estado
    nutricional para conseguir un funcionamiento adecuado del sistema
    inmune, ya que los alimentos aportan los nutrientes esenciales
    para la síntesis de los elementos (sustancias y
    células inmunocompetentes) que constituyen dicho sistema
    (18).
    Sin embargo, no hay que olvidar que junto con los alimentos,
    ingerimos una gran cantidad de bacterias, la mayoría de
    las cuales mueren cuando atraviesan la pared gástrica,
    debido a su bajo pH. Precisamente, el interés
    reciente se centra en aquellas bacterias que son capaces de
    sobrevivir una vez han atravesado el tracto gastrointestinal.
    Teóricamente, estos microorganismos podrían
    interaccionar con las bacterias de la microflora y/o
    células de la mucosa intestinal, induciendo o modulando
    distintas actividades biológicas que pudieran ser
    beneficiosas (19) se trata pues de microorganismos capaces de
    sobrevivir a través del tracto digestivo, tienen un efecto
    beneficioso en la función intestinal y promueven la salud
    (20) (21). De hecho, las LAB constituyen una gran
    proporción de los cultivos probióticos que se
    utilizan en los países desarrollados (22).

    Probióticos y Sistema Inmune
    A principios de
    la década pasada se señaló la influencia de
    los Probióticos sobre la respuesta inmune. Es esencial que
    las LAB vivas sobrevivan después de atravesar el tracto
    gastrointestinal, para poder expresar
    así sus propiedades inmunomoduladoras (23). En este
    sentido, se ha observado que ciertas cepas de LAB actúan
    sobre las reacciones de hipersensibilidad retardada,
    producción de anticuerpos, activación funcional de
    macrófagos (24); se ha podido demostrar además que
    algunas son capaces de prevenir infecciones entéricas,
    así como de ejercer una acción antitumoral al
    inhibir agentes químicos carcinogénicos (25).
    Las propiedades inmunomoduladoras de las bacterias ácido
    lácticas en humanos han sido descritas por varios grupos de
    investigadores, recientemente se probó en un grupo de
    voluntarios sanos una leche fermentada suplementada con
    Lactobacillus acidophilus La1 o Bifidobacterium bifidum Bb12 y se
    midió la actividad fagocitica de leucocitos en sangre,
    esta se encontró aumentada en ambos grupos y
    coincidió con la colonización fecal por bacterias
    ácido lácticas que permanecieron en el intestino 6
    semanas después de la ingestión del producto (26).
    Los estudios más recientes aseguran que el mecanismo de
    fagocitosis se activa e incrementa en los tratamientos con
    bebidas lácteas enriquecidas con Lactobacillus y que esto
    va acompañado de la producción de varias citoquinas
    como el Interferon g
    , Interleuquina 12 y la Interleuquina 10 (27) (28).
    Con frecuencia se han citado en la bibliografía ciertas
    propiedades inmunomoduladoras de las LAB, aunque sigue sin
    comprenderse con exactitud cuales son los mecanismos implicados
    (29). Sin embargo, se ha descrito en modelos
    animales un
    efecto protector que ejercen las LAB frente a patógenos
    intracelulares, y que podría estar asociado con una
    activación del sistema reticuloendotelial (30).
    Los estudios más recientes tratan de conocer los
    mecanismos implicados y obtener un modelo en el
    que se pueda observar la relación causa-efecto entre la
    ingestión de los distintos tipos de leches fermentadas y
    la modulación del sistema inmune (30).

    4. Efectos beneficiosos de
    las leches fermentadas

    La leche fermentada es un producto lácteo
    preparado con leche en polvo o concentrada que ha sufrido
    pasteurización, esterilización ó
    ebullición, a la que se le inocula LAB que pertenecen a
    una ó varias especies, características para cada
    producto. Las LAB se caracterizan porque durante la
    fermentación transforman algunos azúcares,
    principalmente la lactosa, en ácidos orgánicos
    (láctico y acético). Son utilizadas en la
    elaboración de yogures y determinados productos de
    fermentación de la leche (31).
    Los estudios llevados a cabo en animales y en humanos se han
    centrado en los efectos de las leches fermentadas sobre tres
    funciones prioritarias del sistema inmune: reconocimiento del
    antígeno, destrucción del mismo y regulación
    del material destruído. Así, se ha podido observar
    que los macrófagos, inmunoglobulinas específicas y
    algunas citoquinas se modifican tras la ingesta de leche
    fermentada (32).
    Se ha indicado también que la ingesta regular de leches
    fermentadas puede resultar beneficiosa para prevenir enfermedades
    infecciosas comunes por ingestión de patógenos. En
    este sentido, se ha observado que la diarrea infantil mejora de
    forma significativa tras la ingestión de leches
    fermentadas, lo que se ha atribuído a su efecto
    inmunomodulador (33) (34) posiblemente ejercido a nivel de la
    mucosa intestinal. Saucier y colaboradores (35) observaron
    periodos de supervivencia más prolongados en ratones que
    ingerían leche fermentada con 8 tipos de LAB durante 13
    días antes de inducir un proceso de infección tras
    inoculación con Klebsiella pneumoniae; se cree que en este
    resultado intervienen los niveles elevados de IgG producidos por
    las LAB.

    Fagocitosis
    La fagocitosis es un mecanismo de los llamados no
    específicos de la Respuesta inmune. Este mecanismo es
    activado por ciertas moléculas que actuan como
    señales, varios autores han demostrado la
    activación de esta función cuando se administran
    leches fermentadas con Lactobacilos. Se observó un aumento
    en la capacidad fagocítica, en 28 voluntarios humanos
    después de consumir 7 x 10 10
    cfu/día de B. bifidum o de L. acidophilus contenidos en
    360 ml de leche fermentada. Dicho efecto ha sido observado
    inmediatamente después de concluidas 3 semanas de ingerir
    el producto fermentado. Sin embargo, curiosamente la actividad
    fagocítica se incrementa aún más cuando se
    mide 6 semanas después de interrumpir la ingesta de la
    leche fermentada (26)

    Inmunidad Humoral
    En un grupo de ancianos después de consumir B. bifidum y
    L. acidophilus.
    Se observó un aumento de las células B en sangre
    periférica junto con una reducción en la
    inflamación colónica (36)
    Yasui y Ohwaki (37) han puesto de manifiesto que la
    estimulación de la proliferación de linfocitos B en
    las placas de Peyer se puede inducir por Bifidobacterium
    breve.
    El consumo de yogur (38) o de leches fermentadas con L.
    acidophilus, L. casei (Perdigón, 1993), Bifidobacterium
    longum y mezclas de
    distintas LAB (34) conllevó un aumento significativo de
    distintos parámetros inmunológicos, como
    células productoras de inmunoglobulina A secretora,
    niveles de IgG y respuesta de anticuerpos específicos.
    Al aplicar una terapia de vacunación oral junto con
    la
    administración de Lactobacillus casei, en niños
    entre 2 y 5 meses de edad se ha comprobado el efecto
    inmunoestimulador de la vacuna contra rotavirus,
    produciéndose un aumento de células secretoras de
    IgM especifícas frente al citado agente infeccioso (39).
    En un estudio semejante de vacunación contra S.
    typhimurium y consumo previo de leches fermentadas con L
    acidophilus y bifidobacterias se ha comprobado un aumento de la
    IgA total y específica (40).
    Se ha demostrado en voluntarios humanos que la ingestión
    de leches fermentadas con L. acidophilus (5×109 cfu),
    consecutiva a una vacunación oral con una cepa atenuada de
    Salmonella typhi aumenta significativamente los niveles
    séricos de inmunoglubulina A contra el
    lipopolisacárido patógeno.

    Inmunidad Celular
    Schiffrin y colaboradores (26) no observaron modificaciones en
    las subpoblaciones linfocitarias de adultos tras la
    ingestión de B. bifidum o de L. acidophilus. Otros
    investigadores reportaron aumentos en la población de
    células T en general (24).

    Citoquinas
    En estudios "in vitro" se ha podido observar que al incubar
    células mononucleares de sangre periférica con L.
    casei, L. acidophilus o Bifidobacterium sp se favorece la
    producción de IL1-a , TNF-a y IFN-g . Tanto las bacterias intestinales como las
    lácticas inducen la secreción de citoquinas, por lo
    que podría existir una relación entre algunos
    alimentos, la flora intestinal y la regulación del sistema
    inmune (32).
    El L. acidophilus Ke-10 posee también un efecto
    inmunomodulador en experimentos
    tanto "in vivo" como "in vitro". Así, se ha comprobado su
    capacidad para restablecer la actividad proliferativa de
    linfocitos y para producir IL2 en ratas con inmunodeficiencia
    inducida por radiación
    (41).
    También se ha observado que el L. acidophilus, tanto en
    cepas activas como en producto termizado induce la
    producción de IFN-g por macrófagos (42).
    Otros investigadores han descubierto que, después de
    probar distintas bacterias lácticas, solo el Lactobacillus
    helveticus en un medio cuya fuente proteica es la
    b -caseína, es
    capaz de modular la proliferación de linfocitos, aunque no
    ejerce acción alguna sobre la actividad citotóxica
    de las células "natural killer". Cuando el sobrenadante
    del cultivo es activado por el mitógeno concavalina A se
    produce un incremento en la producción de IFN
    g y una
    disminución de los niveles de IL2, resultados que se
    correlacionan con un descenso en la proliferación de
    linfocitos. Los autores concluyen que la actividad del
    sobrenadante del cultivo podría estar relacionada con la
    interacción con monocitos-macrófagos y
    células T "helper", especialmente del tipo Th1 (43).
    Con el fin de estudiar los mecanismos de acción debidos a
    la fermentación de la leche con las bacterias
    lácticas, se han llevado a cabo diversos estudios para
    investigar qué componentes procedentes de las LAB
    podrían intervenir en el desarrollo de la actividad
    inmunomoduladora.
    En este sentido, se ha atribuido la producción de
    citoquinas al efecto que podría ejercer un componente de
    la pared celular de las bacterias lácticas (32),
    Por su parte, Rangavajhyala, (44) ha determinado que la
    producción de citoquinas proinflamatorias
    (IL1-a y
    TNF-a ) a partir
    de macrófagos por una determinada cepa de L. acidophilus
    (LA1) depende de un componente de naturaleza no
    lipopolisacárida procedente del LA1, ya que el LPS de E.
    coli a distintas concentraciones no consigue estimular la
    secreción de dichas citoquinas. Un estudio para conocer en
    que medida el yogur favorecía la recuperación de un
    grupo de anorexicas, se midió la sintesis de
    Interferon g
    (INF-g ),
    las Interleuquinas 2, 4, y 6 y el factor de necrosis
    tumoral a
    (TNFa ).
    Los resultados demostraron un aumento significativo de todas
    estas citoquinas en el período en que los pacientes
    tomaron el yogurt (45).
    En un reciente e innovador estudio de investigación llevado a cabo "in vitro"(46)
    se comparan los efectos inmunológicos de LAB y distintas
    enterobacterias sobre enterocitos humanos. Mientras que las
    enterobacterias son capaces de activar las células
    epiteliales del intestino por sí mismas, las LAB lo hacen
    mediante la inducción de la expresión de ciertos
    marcadores superficiales en las células epiteliales
    intestinales haciéndolas más sensibles a la
    exposición simultánea de
    IFN-g . Por otra
    parte, el mecanismo disparado por las enterobacterias da lugar a
    una respuesta inflamatoria local (con producción de IL-8,
    MCP-1, TNF-a y
    GM-CSF) que no ocurre con las LAB, característica
    interesante en relación con su papel protector de la
    mucosa intestinal.

    Alergias
    Es una patología en la que se empieza a estudiar los
    efectos de las LAB, sin embargo, hasta el momento, los resultados
    son controvertidos y no se conocen los mecanismos de
    acción.
    Se ha observado la remisión de síntomas
    alérgicos de tipo nasal en una población de 42
    jóvenes y 56 adultos, tras la ingestión de 200
    gramos al día de yogur durante 1 año (47), en
    comparación con un grupo control. Sin embargo, no se sabe
    cuales podrían ser los mecanismos implicados, puesto que
    los autores no han encontrado diferencias significativas en los
    parámetros inmunológicos estudiados.
    En otro estudio, con diseño
    de tipo cross-over, en el que individuos asmáticos son
    sometidos a una ingesta de 225g de yogur 2 veces al día
    con o sin L. acidophilus durante 1 mes, se ha encontrado en el
    grupo que consume el yogur con L. acidophilus que los niveles de
    IFN-g
    están más elevados y la eosinofilia es menor
    (48). No obstante, no aparecen diferencias significativas en la
    clínica de los pacientes, ni en su calidad de
    vida.
    Del mismo modo, cuando se ha estudiado en pacientes
    atópicos los efectos del yogur, conteniendo Lactobacillus
    bulgaricus y Streptococcus thermophilus, no se ha observado
    ninguna mejoría significativa en los parámetros
    inmunológicos estudiados (función fagocítica
    y respuestas inmunes humoral y celular) (49).

    Diarreas
    Se ha considerado que el concepto de
    probióticos para el tratamientyo de la diarrea aguda y
    crónica es muy importante, demostrandose que algunos son
    muy efectivos, aportando ventajas costo beneficio
    en los tratamientos.
    Se ha observado que cuando se ingiere leche fermentada con L.
    casei y L. acidophilus durante 8 días antes de la
    inoculación con Shigella sonei se produce un incremento en
    la supervivencia del animal de experimentación, así
    como un aumento de anticuerpos séricos contra la bacteria,
    lo que sugiere la protección del intestino frente al
    proceso infeccioso (50).
    El efecto de las Bifidobacterias en su paso por el intestino y
    los mecanismos por los que estimulan el sistema inmune han sido
    estudiados, pudiéndose comprobar que el consumo regular de
    leche fermentada puede prevenir la infección gracias a la
    acción de la IgA secretora que impide la absorción
    de antígenos por el epitelio de las mucosas, así
    como su entrada al interior del organismo y de este modo se evita
    el anclaje de microbios patógenos al epitelio intestinal
    (51).
    Los rotavirus son extremadamente contagiosos y atacan a los
    niños de corta edad, infectando las células del
    colon y provocando fortísimas diarreas, que cada
    año son las responsable de la muerte de
    unos 90 000 niños en el mundo.
    El índice de mortalidad por diarrea en niños
    malnutridos es mayor del 1 % y se ha observado que los alimentos
    probióticos pueden prevenir la colonización por
    algunas bacterias y virus que causan diarrea.
    En un estudio realizado en 39 niños entre 7-39 meses con
    gastroenteritis aguda por rotavirus se ha observado que la
    ingesta de L. casei aumenta los niveles de las células
    secretoras de inmunoglobulinas IgA, IgG e IgM, disminuyendo
    además la duración de la diarrea en
    comparación con un grupo control (1,1 días en el
    grupo con L. casei vs 2,5 días en el grupo con placebo)
    (51).

    Cáncer
    Aunque todavía no se ha podido comprobar el mecanismo
    exacto de la acción antitumoral de los probióticos
    existe la hipótesis de un incremento de la apoptosis
    o muerte celular
    programada de las células del intestino frente a un
    carcinógeno.
    Hirayama y Rafter (52) describieron las vías
    hipotéticas por las que las bacterias probióticas
    inducen su efecto en reacciones que tienen un papel determinante
    en las fases iniciales de la carcinogénesis de colon y el
    efecto de las enzimas fecales
    sobre el metabolismo de las sustancias carcinogénicas en
    el interior del intestino, la capacidad de las bacterias
    probióticas de evitar la absorción de
    mutágenos y carcinógenos en el intestino, y los
    efectos de los probióticos en la cinética de las
    células epiteliales del colon (53).
    Se demostró que en 48 pacientes con cáncer de
    vejiga, que después de ingerir L. casei durante un
    año, y tras haber sido sometidos a la resección del
    tumor, el intervalo de tiempo que transcurrió hasta la
    reaparición del mismo fue más prolongado que en el
    grupo control que ingirió un placebo, 350 días
    frente a 195 días del grupo estudio (54).
    También se han llevado a cabo estudios en ratones para
    observar la prevención y tratamiento del cáncer
    (55) observaron una importante disminución en el
    desarrollo de tumores secundarios cuando los animales fueron
    previamente alimentados con L. casei (33) observaron que el
    consumo de L. casei inhibia el crecimiento de un fibrosarcoma
    implantado subcutáneamente; estos autores enfatizaron la
    importancia de la concentración y frecuencia de la
    ingestión del L. casei en el desarrollo de estos
    efectos.
    Se estudió el efecto del yogur frente a distintos
    compuestos carcinogénicos experimentales a nivel del
    cólon. Para determinar si la actividad
    antimutagénica requiere la presencia de un crecimiento
    bacteriano, se compararon los resultados frente a los obtenidos
    con leches no fermentadas tratadas o no con ácido
    láctico. Los extractos de leche presentaron la misma baja
    actividad antimutagénica, aproximadamente 2,5 veces
    inferior, que la encontrada en el extracto de yogur, con lo que
    se demuestró la importancia de la presencia de las LAB.
    (25).
    El grupo de la Dra. Gabriela Perdigón desarrolló un
    estudio en ratones alimentados con yogur, a los que se le indujo
    un tumor intestinal, los aminales siguieron siendo alimentados
    con yogurt , dando como resultado una inhibición del
    carcinoma intestinal, com incremento de las células
    productoras de IgA y Linfocitos T (24).
    Al estudiar el efecto de leches fermentadas con distintas cepas
    de LAB (Bifidobacterium infantis, Bifidobacterium bifidum,
    Bifidobacterium animalis, Lactobacillus acidophilus y
    Lactobacillus paracasei) sobre el crecimiento de una línea
    celular de cáncer de
    mama, se ha observado una inhibición del mismo, siendo
    las cepas más efectivas Bifidobacterium infantis y
    Lactobacillus acidophilus. Es de destacar el hecho de que no se
    pueda relacionar el efecto antiproliferativo a la presencia de
    bacterias en la leche fermentada, ni a la leche entera o a alguna
    de sus principales fracciones (lactalbúmina o
    beta-lactoglobulina), ya que son incapaces de afectar el
    crecimiento celular. Por ello, se sugiere la presencia de un
    compuesto soluble producido "ex novo" por las LAB durante la
    fermentación de la leche, que posea actividad
    antiproliferativa y sea útil en la prevención y
    terapia de tumores graves, como el cáncer
    de mama (56).
    Resultados recientes han descrito las bases científicas
    por la cual el yogur ejerce su efecto antitumoral, planteando que
    podría ser : por la disminución de la
    respuesta inflamatoria a través del incremento de
    células IgA+, evitando la formación de
    radicales oxidantes, los cuales son mutagénicos y
    favorecerían el desarrollo tumoral y/o por
    disminución en el indice mitótico y aumento en la
    apoptosis celular, mediante la liberación de
    citoquinas.

    5.
    Conclusiones

    Dado que las leches fermentadas presentan un efecto
    modulador sobre la mucosa intestinal, podrían ejercer un
    mecanismo preventivo contra enfermedades infecciosas y un
    mantenimiento
    en la homeostasis
    del sistema inmune, sin la inducción de efectos
    perjudiciales, como alergias o reacciones autoinmunes.
    Se necesita profundizar mucho más en los estudios de
    investigación, tanto en experimentación
    básica como en la aplicación práctica, para
    comprender distintas cuestiones todavía sin resolver. Por
    ejemplo, la naturaleza de la interacción de las leches
    fermentadas a nivel de la mucosa intestinal y los mecanismos
    implicados. Será también importante establecer la
    relación entre la respuesta inmune y los efectos
    beneficiosos observados en la salud. El siguiente paso
    consistirá en la identificación de aquellas LAB
    (especie, cepas) más beneficiosas para los distintos
    propósitos; así como determinar la
    concentración y frecuencia de consumo de las diversas
    modalidades de leches fermentadas, para conseguir los efectos
    óptimos, así como la elaboración de nuevos
    productos con efectos positivos específicos para un
    determinado propósito.
    Será de interés también ahondar en la
    implicación de los productos fermentados y las distintas
    bacterias lácticas para evitar ciertos síntomas
    desagradables, permanentes y subliminales, producidos por
    alergias alimentarias subclínicas.
    Se deberá abordar el uso de preparaciones con
    probióticos en el tratamiento de las patologías
    asociadas a la infección por Helicobacter
    pylori.

    6.
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    INSTITUTO DE NUTRICIÓN E HIGIENE DE LOS
    ALIMENTOS

    Resumen
    Los probióticos son microorganismos que estimulan las
    funciones protectoras del tracto digestivo. Para ello es
    necesario que estas bacterias lleguen y permanezcan vivas en el
    tracto gastrointestinal.
    Existe una amplia literatura sobre los efectos
    beneficiosos de las bacterias ácido-lácticas (LAB)
    y los productos obtenidos a partir de su fermentación
    sobre la salud. Estos efectos son debidos no sólo a las
    propiedades nutricionales de estas bacterias sino también
    a su acción sobre el sistema inmune.
    En los últimos años numerosos estudios de
    investigación se han centrado en el papel inmunomodulador
    de las leches fermentadas y de las LAB. La modulación de
    la respuesta inmune por las LAB ha sido observada en modelos
    experimentales y en humanos. Así, se han llevado a cabo
    estudios tanto "in vivo" como "in vitro" con leches fermentadas o
    con distintos tipos de
    LAB, donde se han demostrado modificaciones en diversos
    parámetros inmunológicos, como la
    concentración de macrófagos, anticuerpos,
    interferon (IFN) y otras citoquinas, o en la activación de
    la fagocitosis.
    Los efectos beneficiosos de los probióticos han sido
    descritos en algunas patologías, especialmente en las
    diarreas, ciertos tumores, la sintomatología de
    alergias.
    Las grandes perspectivas de las bacterias probióticas
    contribuyen al diseño de tratamientos con microorganismos
    y adquieren gran importancia por las aplicaciones en el manejo
    médico, preventivo y terapeútico.

    Autores
    Lic. Ada Lydia de las Cagigas Reig. Dr. Troadio González
    Pérez y
    Dra. Ascensión Marcos (Instituto de Nutrición del
    CSIC, Madrid)

     

     

     

     

     

    Autor:

    Dr. Troadio Lino González Pérez

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