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Análisis microeconómico del mercado de bienes alimentarios en la region de Cienfuegos (página 2)




Enviado por oneliarosa



Partes: 1, 2

  1. Existe una ruptura entre la oferta y la
    demanda que, como desequilibrio, explica la presencia de
    irregularidades presentes en el funcionamiento del mercado
    agropecuario de la provincia de Cienfuegos.
  2. Los altos precios en
    el mercado no son un resultado explicable sólo por la
    competencia
    entre oferentes.
  3. El precio es el
    referente de la competencia y no el producto
    ampliado —servicio, calidad,
    etc.—, lo que expresa un hecho importante: que este
    mercado agropecuario en el espacio de los bienes alimentarios
    no se caracteriza aún como una relación estable,
    lo que presenta sus descargos contra los
    consumidores.
  4. La empresa
    estatal, más potente en capacidades y recursos entre
    los que se presentan a vender en el mercado agropecuario,
    encuentra en los precios una base para altos ingresos que le
    permiten obtener fuentes de
    cobertura para sus desequilibrios de gastos e
    ingresos.

El contenido del estudio se estructura de
la siguiente manera:

El primer capítulo presenta el resultado de la
revisión bibliográfica sobre el tema brindando el
marco
teórico sobre categorías como mercado, oferta,
demanda, elasticidad y
factores que influyen en su comportamiento, la elección en
el mercado, equilibrio del
mercado y otros aspectos esenciales. También se aborda el
papel que han
jugado como reguladores el mercado y la planificación en las diferentes
economías: centralizada, de mercado y de
transición.

En el segundo capítulo se abordan algunas
características, problemas y
desafíos a los que se ha enfrentado la economía
agropecuaria cubana, a partir de las estrategias trazadas en el
país, para así valorar los diferentes mecanismos a
los que ha estado
sometida la misma, lo que ofrece una visión necesaria de
los antecedentes del actual comportamiento.

En el tercer Capítulo se valoran los aspectos
relacionados con las características del mercado
agropecuario en la provincia de Cienfuegos. Se hace referencia a
las bases para su funcionamiento, los tipos de bienes que en
él pueden ofertarse, y la forma de hacerlo, las personas y
entidades que pueden concurrir a dichos establecimientos, los
impuestos a
los vendedores y su cuantía. Se enfrenta el
análisis de las ventas del
mercado desde su surgimiento hasta septiembre de 1997, de los
índices promedio de productos
seleccionados, el porcentaje de participación por agentes
económicos, etc. Se presenta el análisis
microeconómico a partir de los coeficientes que miden la
sensibilidad de la cantidad demandada ante la variación de
diferentes factores: precios, ingresos o renta, así como
del precio de los bienes relacionados.

Finalmente se relacionan las conclusiones propias del
trabajo y se brindan recomendaciones que se derivan del estudio y
cuya consideración puede contribuir a mejorar el
funcionamiento del mercado agropecuario en la provincia de
Cienfuegos.

EL MERCADO
AGROPECUARIO.BREVE RESEÑA

El mercado bienes de consumo, en particular,
alimentarios, entidad comercializadora y distribuidora, creada
por el Decreto Ley No. 191 del
20 de septiembre de 1995 del Comité Ejecutivo del Consejo
de Ministros es dictado en octubre de 1994 .

La finalidad declarada de la
organización oficial de este mercado es incorporar a
la oferta nuevas fuentes para la satisfacción de las
necesidades y para estimular incrementos de las producciones
agropecuarias con destino al consumo de la población. En este sentido se crea un
grupo de
trabajo en el Ministerio de la Agricultura
que aborda la tarea de diseñar un sistema integral,
flexible, dinámico y libre de mecanismos
burocráticos, que permitiera brindar a todos los
productores, con independencia
de la forma de producción a que se integre, la posibilidad
de concurrir a un Mercado Agropecuario más amplio y con
precios liberados, entre otros incentivos
económicos, a partir del cumplimiento de las obligaciones
contraidas con las entidades estatales encargadas de abastecer
las necesidades de consumo social.

Este mercado tiene los objetivos
siguientes:

– Estimular la producción
agropecuaria.

– Contrarrestar los efectos negativos del mercado
negro.

– Posibilitar el acceso a productos que de otra forma
no se acopiarían por el
Estado.

– Favorecer que los excedentes de renglones destinados
de autoabastecimiento sean comercializados por esta
vía.

– Convertir el mercado en una opción para la
población a partir de que pueda adquirir determinados
productos cuando los necesita.

Esto resultó una necesidad para asegurar el
desplazamiento de los bienes desde los productores hasta las
consumidores y para incentivar el crecimiento de la
producción agropecuaria orientada a la satisfacción
de las necesidades de la sociedad. El
funcionamiento del mercado oficializado, pero con libertad para
la realización de los excedentes de producción y
ordenado bajo la regulación del pago de un tributo al
presupuesto,
aparece como una vía, económicamente aplicable, de
garantizar el nexo indispensable entre los productores y los
consumidores, así como también de los diversos
agentes económicos que participan en la gestión
vinculada a la actividad agropecuaria, la que incluye al gobierno, a las
empresas
estatales, a los productores privados y a las
familias.

El Mercado de bienes de consumo, en particular,
alimentarios, se crea como la institución encargada de
facilitar la comercialización y permitir, oficialmente,
a privados la venta de los
productos mediante una red de establecimientos
a los que puedan concurrir, de forma organizada, los productores.
Funciona sobre la base de la autogestión económica
y financiera , organizada por las Direcciones de Comercio de
los Consejos de Administración del Poder Popular. Estas
estructuras
determinan el número y la ubicación de estos
establecimientos en cada municipio, los que son destinados a la
compra, venta y prestación de servicios para
que los productores o sus representantes puedan realizar los
productos agropecuarios, naturales o elaborados, a los
consumidores.

Para dirigir y controlar la actividad del Mercado
Agropecuario se designó un administrador que
se encarga de la organización del mismo, el que, junto a los
trabajadores, cobrarán el salario
básico correspondiente al cargo que ocupen a partir de las
utilidades que obtengan, además de una estimulación
adicional. La empresa a la
que se subordina el mercado no podrá disponer del fondo de
estímulo de los trabajadores.

Las regulaciones prevén los productos que pueden
ser vendidos en el Mercado Agropecuario, así como
quiénes pueden hacerlo y de qué forma. En el
Mercado Agropecuario podrán comercializarse los productos
agropecuarios que corresponden a:

– Los que excedan a la producción contratada. Se
entiende como producción contratada el surtido y los
volúmenes indispensables de productos que se determinen no
solo para el consumo de la población, hospitales, escuelas
y otros centros sociales o de trabajo a los precios establecidos,
sino también los que se destinen para la exportación, turismo, industria y
semillas.

– La producción no contratada. Ella está
constituida en lo esencial por otros productos que no constituyen
las producciones comerciales fundamentales de los productores, ni
se producen en detrimento de éstas y que habitualmente no
se suministran a las empresas de acopio. Los productos pueden ser
vendidos en su forma natural, elaborados o semielaborados,
cumpliendo las normas
higiénicas establecidas.

Podrán acudir al Mercado Agropecuario:

-Las Empresas y Granjas Estatales.

-Las Unidades Básicas de Producción
Cooperativa
(UBPC) no cañeras.

-Las Cooperativas
de Crédito
y Servicios (CCS) en representación de sus asociados o
parte de estos.

-Los Agricultores Pequeños.

-Las Empresas y Unidades Presupuestadas que produzcan en
sus áreas para el autoabastecimiento.

-Los productores de áreas entregadas para el
autoabastecimiento familiar.

– Los productores en patios y parcelas
pequeñas.

– Las Empresas acopiadoras de la Unión de
Empresas de Acopio y sus Dependencias.

Las Empresas y Granjas Estatales, las UBPC, las CPA, las
Granjas del EJT, las Cooperativas de Crédito y Servicios y
las Empresas que produzcan para el autoabastecimiento,
deberán designar sus representantes vendedores para
concurrir al mercado.

Los Agricultores Pequeños y los productores en
áreas entregadas para autoabastecimiento o patios y
pequeñas parcelas concurrirán
individualmente.

Todos ellos acudirán al mercado con su debida
acreditación. El contrato se
realiza sobre la base de un porciento, analizable en cada caso,
de posibilidades productivas iguales o superiores a las ya
existentes para los productos seleccionados en cada territorio
cuya relación es propuesta por los Delegados Territoriales
del Ministerio de la Agricultura y los Directores Provinciales de
Comercio, y aprobados por el Consejo de la
Administración Provincial, quedando el resto para ser
vendido en el Mercado Agropecuario.

Al productor que, teniendo los productos para cumplir
las entregas contratadas en el mes, los incumpla, se les
impondrá una multa cuya cuantía será el
equivalente de multiplicar el volumen
incumplido al mayor precio del Mercado Agropecuario en el momento
del incumplimiento. Esta medida pretende desestimular la venta en
el mercado de los bienes que debe comercializar el Estado de modo
centralizado.

Los precios de venta de los productos que se
comercializan en el Mercado son acordados libremente entre
vendedores y compradores. Los vendedores están obligados a
abonar al Estado un impuesto del 15 %
del valor por el
precio inicial de su producción, que se reduce a valores, del
10 % en las cabeceras de la provincia y del 5 % en la capital, de
modo que se incentive la afluencia a los puntos de mayor
concentración urbana y menor fuentes de abastecimientos,
además del pago por el uso del local y otros servicios que
se le ofrecen, los cuáles están en correspondencia
con el área utilizada y el tipo de servicio
recibido.

El vendedor informará la cantidad de productos a
vender con su precio de venta, solicitando además los
espacios, tarimas, medios de
alquiler, así como otros servicios que brinda el
mercado

Los Consejos de Administración ejercen la
supervisión y control del
funcionamiento del sistema del mercado, de conformidad con las
regulaciones dictadas, con independencia de las atribuciones y
funciones
específicas que les correspondan a los organismos de la
Administración Central del Estado

No puede ser objeto de venta en el mercado los
siguientes productos:

  • carne de bovino (vacuno y búfalo),
  • carne de equino (caballo, mulo y burro),
  • lecha fresca y sus derivados,
  • café,
  • tabaco,
  • arroz de los Complejos Arroceros.

En el funcionamiento de este mercado se ha establecido
que el vendedor o su representante tengan sus propios derechos y deberes conforme
a las regulaciones dictadas.

Los vendedores tienen el deber de presentar ante la
dirección del mercado agropecuario su
identificación para poder vender en el mismo; deben abonar
el impuesto correspondiente, cumplir las normas higiénicas
establecidas, ofertar los productos manteniendo el mejor trato a
la población, y entregar el peso que se haya acordado con
el comprador.

Además tiene el derecho de solicitar el
cumplimiento de los requisitos establecidos en el mercado y
efectuar las gestiones necesarias para poder vender sus
productos

La evolución de las ventas en el mercado en el
período analizado muestra que la
participación privada ha sido determinante en el total de
las ventas en los trimestres: octubre-diciembre /1994;
enero-marzo/1995; abril-junio/1995; julio-septiembre/1995;
octubre-diciembre/1995; enero-marzo/1996 (Ver anexo A)

A partir del II trimestre de 1996 hasta septiembre de
1997 se observa el desplazamiento de la participación
privada por la estatal siendo la excepción el municipio de
Cienfuegos que presentó el siguiente
comportamiento:

Trimestres

Total de ventas

(MP)

Participación Estatal(MP)

(MP)

Participación Privada

(MP)

Abril-junio/96

2943.9

1175.0

1629.4

Julio-septiembre/96

2835.8

971.0

1799.8

Octubre-diciembre/96

3300.6

1209.0

2031.2

Enero-Marzo/97

3558.7

1117.7

2360.5

Abril-Junio/97

3651.6

1955.6

Julio-Sepriembre/97

4159.4

2250.2

Los impuestos y cobros se presentan proporcionalmente
con la estructura de la participación en las ventas de los
diferentes sectores, siendo los sectores estatales y privado los
que ocupan indistintamente los dos primeros lugares en la cuota
de participación.

Peculiaridades para el análisis en los
supuestos microeconómicos

Los tradicionales supuestos del análisis del
mercado, que en el presente estudio se emplean, tienen sus
peculiaridades aplicados a las condiciones del mercado
funcionante en Cuba.
Así la maximización de la utilidad del consumidor
está restringida por la estrechez del círculo de
opciones de bienes alimentarios que le presenta el mercado, dado
por la prohibición expresa a la venta de algunos
renglones. También la presencia de un grupo de productos
alimentarios cuya distribución está centralmente
normada, aporta restricciones adicionales al mercado.

Las peculiaridades abarcan también a la
restricción presupuestaria que, dada por los ingresos
personales, su formación está sometida a
regulaciones centralizadas para la inmensa mayoría de los
trabajadores empleados en el sector estatal, donde a lo largo del
período de funcionamiento del mercado agropecuario, han
estado sometidos al efecto de la política de
congelación de salarios
nominales que, acompañado de un proceso
inflacionario, impulsado por los excedentes de liquidez y por el
déficit presupuestario, han llevado a la reducción
de los ingresos reales.

En el orden de los productores y comercializadores de
bienes alimentarios, los supuestos también muestran sus
peculiaridades. Estos agentes económicos son, a la vez,
consumidores sometidos a las condiciones de los demás, con
la excepción de que al no ser empleados del sector
estatal, sus ingresos personales no sufren de la
congelación de los salarios nominales, por lo que tienen
la posibilidad de expandir sus presupuestos a
partir de buscar la maximización del ingreso. Pero ello
también es peculiar: los bajos niveles de
producción de los que inicia el mercado agropecuario, la
avidez de los demandantes por esos bienes y la baja tecnología con que se
producen, condicionan la insatisfacción de la demanda que
provoca los elevados precios que aún se mantienen, a pesar
de una discreta tendencia al decrecimiento que se
observa.

No puede dejar de considerarse la parcialidad del
funcionamiento de este mercado en el sentido de que a él,
dadas las regulaciones vigentes, van los excedentes de
producción que quedan después de cumplir los
compromisos con el acopio contratado por el Estado; la
relación mercantil aquí se da en el proceso de
comercialización de los productos agropecuarios finales
prácticamente en dos mercados
distintos que tienen poco de común entre
sí.

Por otro lado, la relación en el mercado oficial
se da casi exclusivamente con referencia a los productos finales;
en lo tocante a la reposición de los insumos, de las
tecnologías, a los medios de trabajo, instrumentos y
aperos de labranza, etc., no se ha conformado una red de mercado que satisfaga
la demanda de los productores en estos bienes.

El entorno también aporta su efecto sobre las
peculiaridades: la segmentación de los mercados
—artesanal, normado, en divisas, de estímulos
materiales de
sectores o ramas, los autoconsumos, etc., etc.—, el
mantenimiento
de precios desproporcionadamente elevados en la red de bienes
industriales (tanto en divisas como en moneda nacional), la tasa
de cambio de la
moneda nacional con la libremente convertible, que es
desfavorable al tenedor de pesos para acceder a la
satisfacción de las necesidades de consumo de una canasta
en la que esos bienes compiten con los alimentarios, y cuyos
precios relativos se toman como referentes a los efectos de
reconocer el trabajo social
invertido en su creación, son junto a otros elementos a
tomar en cuenta por las singularidades que aportan al
funcionamiento del mercado y, por tanto, condicionan la
interpretación de los supuestos de partida para cualquier
análisis.

El conjunto de las peculiaridades anotadas puede estar
en el fundamento de la explicación al por qué la
producción y comercialización de bienes
alimentarios no ha dado el paso hacia niveles de oferta que se
aproximen a los de demanda y que los precios se ubiquen en
niveles de aceptabilidad que lleven a la reducción de la
carga presupuestaria que distingue a los alimentos.

En el análisis de la demanda de productos
agropecuarios se ha buscado caracterizar el grado de sensibilidad
de ésta a las variaciones de variables principales como
son el precio y los ingresos de la población. Para ello se
ha procedido al análisis de los renglones más
significativos, tanto por su importancia para el consumo como por
su peso específico en el volumen de productos
comercializados.

En la evaluación de la elasticidad de la demanda
se ha seguido la información trimestral y se correlacionan
los niveles de demanda, a partir de la cantidad vendida, con los
niveles de precio, comparando trimestre a trimestre los valores
obtenidos, así como con las variaciones de los ingresos
monetarios de la población. El tiempo en que se enmarca el
estudio va desde el cuatro trimestre de 1994, momento de
nacimiento del mercado agropecuario, hasta el tercero de
1997.

LA ELASTICIDAD
PRECIO DE LA DEMANDA

La elasticidad precio de la demanda es un coeficiente
que permite medir la sensibilidad relativa de la cantidad
consumida de un artículo ante los cambios en su precio,
este coeficiente va a medir los movimientos a lo largo de la
curva. Dado que la curva de demanda tiene pendiente negativa, las
variaciones del precio y la cantidad son en sentido inverso, por
ello la elasticidad precio es negativa. Las variaciones de la
demanda por variaciones del precio son expresadas como
correlaciones porcentuales, por lo que la unidad en que son
medidos los bienes no influye en la medida de la
elasticidad.

Hay factores importantes que son condicionantes de la
elasticidad precio y es necesario tenerlos en cuenta para nuestro
análisis:

  1. Naturaleza de las necesidades que satisfacen ese
    bien
    . Si es un bien de primera necesidad, los valores de la
    elasticidad será reducidos pues difícilmente se
    pueden dejar de consumir, las variaciones porcentuales de Q
    (cantidad demandada) ante el cambio en un porcentaje de P
    (precio) serán pequeñas. Los bienes de lujo se
    distinguen por una demanda bastante elástica, pues los
    compradores pueden abstenerse de adquirir porcentajes altos del
    bien por incrementos en una unidad porcentual de los
    precios.
  2. Disponibilidad de bienes que pueden sustituir el
    bien en cuestión.
    Los bienes de fácil
    sustitución tienen una demanda más
    elástica pues ante un incremento del precio los
    demandantes pueden sustituir la demanda del bien en
    cuestión por algunos de sus sustitutos, mientras que los
    que son inelásticos, por mucho que varíe el
    precio, los niveles de demanda prácticamente no se
    modifican, o si lo hacen es en magnitudes muy
    pequeñas.
  3. Proporción de la renta gastada en el
    bien.
    Los bienes que tienen una importancia considerable en
    el presupuesto de gastos tienden a tener una demanda más
    elástica.
  4. Período de tiempo considerado. Cuanto
    mayor es el período de tiempo más elástica
    será la demanda para la mayoría de los bienes, la
    adaptación en la conducta de
    los compradores a los cambios en los precios requiere de tiempo
    para que se ajuste a la nueva situación.

Cuando la Elasticidad precio es positiva —lo que
contradice la lógica
de la correlación precio cantidad—, como se da en el
análisis nuestro en muchos casos, es que la ley de la
demanda no se cumple. Esto en la literatura es conocido como
los bienes Giffen (sólo puede ser un bien Giffen en
un intervalo limitado por ello pudiera ser no valido para un bien
en toda la gama de precios).

Un bien Giffen, es aquél cuando a la baja
de su precio le corresponde la disminución de su demanda.
En estos casos se dice que la renta monetaria que antes era
destinada a este producto, ahora se comparte para comprar otros
bienes. Por lo tanto la variación del precio
actúa en este sentido como variación de la
renta
. Incluso aunque la renta monetaria permanezca
constante, una variación del precio de un bien altera el
poder adquisitivo, y por lo tanto, la demanda. No es
inverosímil desde el punto de vista puramente
lógico, aunque en un mercado expandido y saturado es muy
poco probable en el comportamiento del mundo real. Sin embargo
ello suele ser común en un mercado que está
afectado por una amplia avidez de demanda que no encuentra una
cobertura a niveles aceptables de consumo, y donde regulaciones
administrativas restringen al libre juego de la
demanda y la oferta, sobre todo, si se presentan sustitutos
alternativos. En fin, la presencia de bienes Giffen es una
expresión de distorsiones del mercado.

Por ejemplo: supongamos dos bienes que estamos
consumiendo X1 y X2 y que actualmente
consumimos 7 unidades de X1 y 7 unidades de
X2 a la semana. Ahora baja el precio de X1.
Si seguimos consumiendo 7 unidades de X1 a la semana,
nos quedará algún dinero
más para comprar más X2. De hecho, con
el dinero
adicional que hemos ahorrado gracias a la reducción del
precio de X1, decidimos consumir aún más
X2 y reducir el consumo de X1 y otros
bienes, de ello resulta que, la reducción del precio de un
bien puede verse acompañada de la reducción de la
cantidad demandada del mismo.

El producto que presentan valores de elasticidad precio
menor que la unidad clasifican como productos con demanda de
elasticidad inelástica, lo que significa que a las
variaciones del precio en un 1 % le corresponde afectaciones de
las cantidades demandadas en una proporción porcentual
menor. Este coeficiente es de importancia para quien lleve un
seguimiento de la oferta, o pretenda dominar cómo proceder
alrededor de una política de precios. Según sea la
elasticidad, la modificación en una dirección u
otra del precio en un determinado porciento, determinará
el porcentaje de incremento o reducción de las ventas,
pudiéndose de ese modo predecir el comportamiento del
ingreso total (si aumentará, disminuirá o
permanecerá inalterable). Ello puede ser una herramienta
importante también en manos del gobierno para conocer
hacia donde dirigir una política
fiscal (impositiva o de subvención, de
expansión o restrictiva), en correspondencia con los
objetivos macroeconómicos que se trace

Los productos que presentan elasticidad
inelástica (Ver Anexo H) son: en el primer trimestre de
1995 (I/95) con relación al cuarto de 1994 (IV/94) el
arroz de consumo; en el II/95 con relación a I/95:
hortalizas, frijoles, cítricos; en el III/95 con
relación a II/95, IV/95 con relación a III/95 y en
el I/96 con relación a IV/95 no hay ningún producto
que presenta este comportamiento; en el II/96 con relación
a I/96: hortalizas, arroz de consumo, frijoles, plátano,
cítricos y cerdo en piezas; en el III/96 con
relación a II/96: aves en pie;
en el IV/96 con relación a III/96: cítricos; en el
I/97 con relación a IV/96: arroz de consumo; en el II/97
con relación a I/97: hortalizas, arroz de consumo,
plátano, cítricos, aves en pie; y en el III/97 con
relación a II/97: ninguno presenta este
comportamiento.

En este caso, cuando la demanda es inelástica el
productor puede aumentar el ingreso total aumentando el precio
del artículo, aunque la elevación del precio
provoque la reducción de la demanda, con la consecuente
reducción del consumo de este artículo. El
resultado sería una producción menor y menores
costos totales de
producción. Con el ingreso total subiendo y el costo total
disminuyendo, la ganancia total que proporciona el producto
crece.

En este caso de productos agrícolas, cuando la
demanda es inelástica una mala cosecha se refleja en una
disminución de la oferta, es decir, un desplazamiento
hacia arriba y la izquierda de la curva de oferta del mercado de
productos agrícolas. Esta disminución de la oferta
provoca que suba el precio de equilibrio como la demanda es
inelástica el ingreso total de los agricultores como grupo
se incrementa.

Cuando existe este tipo de demanda los gastos totales de
los consumidores se mueven en sentido contrario a los precios, es
decir, una disminución en P, lleva a un incremento menor
que compensado en X: el gasto total (P*Q) disminuye.

Los productos que presentan valores de elasticidad
precio mayor que la unidad clasifican como productos con demanda
de elasticidad elástica ello significa que a las
variaciones del precio en un 1 % le corresponden afectaciones de
las cantidades demandadas en una proporción porcentual
mayor.

Los productos que presentan este tipo de elasticidad son
(Ver Anexo H): en el I/95 con relación al IV/94:
tubérculos y raíces, hortalizas, frijoles,
plátano, aves en pie, cítricos, cerdo en piezas; en
el II/95 con relación I/95: arroz de consumo,
plátano, cerdo en piezas, aves en pie, tubérculos y
raíces; en el III/95 con relación al II/95: aves en
pie; en el IV/95 con relación al III/95: tubérculos
y raíces, hortalizas, arroz de consumo, frijoles,
plátano, cítricos, cerdo en piezas, aves en pie; en
el I/96 con relación al IV/95: tubérculos y
raíces, hortalizas, arroz de consumo, frijoles,
plátano, cítricos, cerdo en piezas, aves en pie; en
el II/96 con relación al I/96: tubérculos y
raíces, hortalizas, aves en pie; en el III/96 con
relación al II/96: tubérculos y raíces,
hortalizas, arroz de consumo, frijoles, plátano,
cítricos, cerdo en piezas;

En el IV/96 con relación al III/96: hortalizas,
frijoles, plátano, cerdo en piezas , aves en pie,
tubérculos y raíces, arroz de consumo; en el I/97
con relación al IV/96: tubérculos y raíces,
frijoles, plátano, cítricos, aves en pie,
hortalizas, cerdo en piezas; en el II/97 con relación al
I/97: tubérculos y raíces, frijoles, cerdo en
piezas;. en el III/97 con relación al II/97:
tubérculos y raíces, hortalizas, arroz de consumo,
plátano, cítricos, aves en pie. frijoles, cerdo en
piezas.

ELASTICIDAD
INGRESO DE LA DEMANDA

Para este análisis se tuvo en cuenta los ingresos
de la población en la provincia desde octubre/1994 hasta
septiembre/1997 y a partir de aquí calculamos los ingresos
promedios para cada trimestre. (Ver Anexos I y J).

La Elasticidad Ingreso de la demanda mide el cambio
porcentual en la cantidad comprada de un artículo en la
unidad de tiempo debido a un cambio porcentual dado en el ingreso
de los consumidores, es decir, mide la sensibilidad de la
cantidad demandada ante los cambios en los ingresos
monetarios.

La elasticidad ingreso expresa los desplazamientos de la
curva de demanda.

Según el nivel de ingreso del consumidor la
Elasticidad renta para un bien es probable que varíe de
manera considerable. Así un bien puede ser un bien de lujo
a niveles "bajos" de ingresos, un bien básico a niveles
"intermedios" y bien inferior a niveles "altos". El hecho de que
un bien sea inferior o no depende del nivel de renta que estemos
examinando. Es de esperar la posibilidad de que las personas muy
pobres consuman más un producto determinado cuando aumenta
su renta. Sin embargo, traspasado un determinado punto
probablemente la variación de la renta pueda llevarle a
considerar como inferior aquél bien que antes le era
indispensable, y consumirá menos.

Los productos que presentan una elasticidad renta
superior a cero se consideran bienes normales. En el
comportamiento real del mercado agropecuario se presentan en esta
clasificación, por trimestres, los siguientes: II/95 con
relación al I/95, frijoles; en el II/96 con
relación al I/96, plátano; en el II/97 con
relación al I/97, cítricos.

Dentro de los bienes normales están aquellos cuya
elasticidad es superior a la unidad, los que clasifican como
bienes de lujo. Los básicos que son aquellos cuya
elasticidad renta se encuentra en valores entre cero y uno, de
los cuales —cosa que llama la atención—, en la información
evaluada en el presente estudio, no hay ninguno clasificado como
bien básico, como se puede apreciar en el Anexo
L.

Siendo los bienes del mercado agropecuario aquellos cuyo
destino natural es la satisfacción de las necesidades
alimentarias —las que clasifican en el orden de las
necesidades primarias—, dentro de ellos, si bien no
aparecen bienes "básicos", sí aparecen bienes de
lujo. Ellos son, por trimestres, en el I/95 con relación
al IV/94, hortalizas y frijoles, en el II/95 con relación
al I/95, aves en pie; en el III/95 con respecto al II/95,
hortalizas, frijoles, aves en pie; en el IV/95 con
relación al II/95, tubérculos y raíces,
hortalizas, arroz, frijoles, plátanos, cítricos,
cerdo en pieza y aves en pie; en el II/96 con respecto al I/96,
aves en pie; en el III/96 con relación al II/96,
hortalizas, frijoles, cítricos y aves en pie; en el IV/96
con relación al II/96, tubérculos y raíces,
cítricos y cerdo en piezas; en el I/97 con relación
al IV/96, tubérculos y raíces, plátanos y
cerdo en piezas; en el II/97 con relación al I/97,
hortalizas, plátanos y cerdo en piezas; en el II/97 con
respecto al II/97, tubérculos y raíces, arroz,
frijoles, plátanos, cerdo en piezas y aves en
pie.

La presencia de una elevada cantidad de los principales
bienes que se comercializan en el mercado agropecuario como
bienes de lujo es un síntoma que expresa la
distorsión que en ese mercado presentan las relaciones
económicas que le debieran ser "naturales", en tanto que
la lógica común se alarma con este comportamiento
en bienes que satisfacen necesidades primarias. No obstante, ello
es comprensible si consideramos que lo que nos muestra este hecho
es la importante carga que es para el consumidor la
adquisición de los bienes para la satisfacción de
las necesidades alimentarias, de tal modo que los elevados
precios que mantienen estos bienes, con la referencia antes
señalada de la inflación y los desproporcionados
altos precios de los bienes de consumo industriales, hacen que la
demanda sobre ellos pueda ser modificada sólo a
condición de una elevación de la renta real del
consumidor.

La elasticidad renta puede alcanzar valores negativos,
lo que evidencia que nos encontramos en presencia de bienes
inferiores, ya que la variación de su demanda es inversa
al movimiento de
la renta. Como tales se comportan los anteriormente no
relacionados como bienes de lujo, por trimestres ellos son: I/95
con relación al IV/94, tubérculos y raíces,
arroz de consumo, plátano, cítrico, cerdo en pieza
y aves en pie; II/95 con relación al I/95,
tubérculos y raíces, hortalizas, arroz,
plátano, cítrico y cerdo en piezas; III/95 con
relación al II/95, tubérculo y raíces, arroz
de consumo, plátano, cítrico y cerdo en piezas;
IV/95 con relación al III/95, no aparece ninguno; I/96 con
respecto al IV/95, tubérculos y raíces, hortalizas,
arroz, frijoles, plátanos, cítricos, cerdo en
piezas y aves n pie; II/96 con relación al I/96,
tubérculo y raíces, hortalizas, arroz de consumo,
frijoles, cítricos y cerdo en piezas; II/96 con
relación al II/96, tubérculos y raíces,
arroz, plátanos y cerdo en piezas; IV/96 con
relación al III/96, hortalizas, arroz, frijoles,
plátanos y aves en pie; I/97 con respecto al IV/96,
hortalizas, arroz, frijoles, cítricos y aves en pie; II/97
con relación al I/97, tubérculos y raíces,
arroz, frijoles y aves en pie; en el III/97 con respecto al
II/97, hortalizas y cítricos.

El comportamiento apreciado aquí nos evidencia
nuevamente el hecho de que la carga que representan los bienes
alimentarios en el presupuesto para el consumo personal es
elevada, ya que la presencia de un discreto incremento de la
renta —de la que en el período analizado no hay
cambios espectaculares, como puede apreciarse en el Anexo
J—, hace que sí se modifique la demanda de productos
del mercado agropecuario, lo más probable, por la
posibilidad de adquirir otros bienes alimentarios que pueden ser
sustitutivos de los que se comercializan en el mercado objeto de
análisis. Aquí comienza a evidenciarse la presencia
de nexos invisibles que se establecen entre los distintos
mercados, aun y cuando por el tratamiento oficial que se le pueda
dar, desde el punto de vista del mecanismo económico de la
gestión en la sociedad, estos mercados se hallen
disociados el uno del otro.

Dado que en la vida real el consumo de bienes puede
aumentar o disminuir cuando aumenta la renta es tranquilizador
saber que la teoría
económica prevé ambas probabilidades.

ELASTICIDAD
CRUZADA DE LA DEMANDA:

La elasticidad cruzada de la demanda nos expresa
cómo afectan al comportamiento de la demanda de un bien
las modificaciones de los precios en otros bienes relacionados.
En el análisis es preciso considerar no sólo los
números que ofrecen los cálculos acerca de la
correlación de los bienes, a partir de preceptos
dietéticos, sino también las costumbres y la
cultura
común que predomina en la sociedad. Cuando los valores de
la elasticidad cruzada resultan números positivos, los
bienes son sustitutos, y los negativos refieren bienes
complementarios. El valor de cero significa que no hay
vínculos que correlacione a los bienes examinados, que en
el análisis efectuado, ninguno se comporta de ese
modo.

En el análisis (Ver Anexo L) de la sensibilidad
de la demanda de arroz a las modificaciones del precio de los
tubérculos y raíces se aprecia que de los doce
trimestres analizados, en siete se comportan como un bien
complementario; y en el análisis inverso en ocho aparecen
como complementarios. Al comparar el arroz con los frijoles, en
nueve trimestres aparecen como sustitutos, y a la inversa en seis
trimestres aparecen como sustitutos y en los restantes seis como
complementarios. El análisis para cerdo en piezas con
respecto a aves en pie nos expresa que en siete trimestres se
comportan como sustitutos y en cuatro como complementarios,
mientras que a la inversa en nueve son sustitutos y en dos
complementarios.

Como se puede apreciar, no siempre la realidad se
desenvuelve según se presupone. El arroz pudiera parecer
como un bien que requiere del frijol como complemento, sin
embargo predomina su comportamiento como un bien
sustituto.

RESUMEN DEL
ANÁLISIS DE LA ELASTICIDAD

El análisis de la sensibilidad de la demanda a
los distintos factores es de gran significado, tanto para los
productores y comercializadores de los bienes y servicios, como
para el nivel jerárquico al que le corresponde dictaminar
sobre los términos de la política económica,
bien sea fiscal o
monetaria.

La elasticidad precio de la demanda aporta
información sobre lo conveniente o no de proceder a una
modificación de los precios, por el efecto que puede
acarrear sobre la demanda y, consecuentemente sobre los ingresos
que aportarán las ventas, según el desplazamiento
de la demanda.

La elasticidad renta nos informa sobre el papel de un
bien o grupo de bienes en el ingreso de la población; pero
también sobre cómo la demanda puede aportar ajustes
de precios según los niveles de ingresos de los
demandantes. Ello es significativo, sobre todo, en
términos de la proyección de la política
económica de gobierno, sobre todo en términos de
expansión o contracción fiscal y en términos
de oferta monetaria.

La presencia de una elasticidad precio
preponderantemente elástica hace evidente que cualquier
medida que propenda a la reducción del precio de los
bienes puede llevar a un incremento de la demanda de tal modo que
los niveles de ingreso de los productores y comercializadores se
incrementan. Lógicamente, que esa medida no puede ser de
tipo administrativa con una disposición que ponga techo a
los precios para que estos no se eleven, pues sus consecuencias
serían las inversas. Se trata de adoptar medidas que, al
provocar la reducción de los costos involucrados
—bien sea de los insumos, o de los bienes y servicios que
entran en la formación del costo—, lleven a que el
propio productor y comercializador de los bienes, esté
interesado en la reducción del precio. Ello
consecuentemente tributaría al incremento de la renta real
de los consumidores, sin la necesidad del lanzamiento de
más dinero a la circulación, y provocaría
una mejor satisfacción de las necesidades de los
consumidores, con un consecuente incremento del nivel de vida y
de bienestar material de la población.

CONCLUSIONES

El mercado agropecuario contribuye a la
satisfacción de las necesidades alimentarias
domésticas de la población en un monto que, aunque
no determinado en el presente estudio, no resulta nada
despreciable. Esta circunstancia hace necesario que se preste
especial atención al comportamiento que distingue a las
relaciones en esta sensible área del bienestar popular,
las cuales —dado el retraso que presenta la oferta con
relación a la demanda— exigen de rigor
técnico, lejos de cualquier empirismo por
muy voluntarioso que éste sea, para poder alcanzar en un
breve plazo los resultados que puede aportar en términos
de crecimientos productivos, de rendimientos, de eficiencia y de
incidencia en la elevación del nivel de vida en general y
alimentario en particular de la población.

En el seguimiento al mercado agropecuario es preciso
considerar que, dado el efecto que otras formas organizativas del
mercado tienen sobre el consumidor, éste es más
exigente y comienza a ser selectivo y, además, cuenta con
otras alternativas, estén estas o no a su alcance
inmediato. Esto hace que no sea posible considerar al consumidor
del mismo modo que como se le ha caracterizado tradicionalmente
en condición de "usuario" desde el mercado del comercio
estatal.

Aunque la aparición del mercado agropecuario
marca una
importante apertura a la cuestión de la elección a
partir de la restricción presupuestaria, todavía es
muy estrecha la diversidad del surtido, a pesar del discreto
crecimiento que se le observa.

Si bien la cantidad nominal de oferentes es bastante
extendida para el volumen de actividad que se ejerce, por lo que
son clasificables en pequeños productores o
intermediarios, estos se agrupan en dos polos distinguibles:
Estatal y Privado.

Dada la avidez de bienes de alimentación que
está presente en nuestra sociedad, conjugado con una
relativa ausencia de recursos para la producción, y sobre
todo de incentivos, los bienes de consumo alimenticio representen
un gran peso de la renta disponible para el consumo. Por esta
razón ello es un elemento importante a considerar en los
marcos de la definición de políticas
económicas, ya que una palanca fundamental, entre otras,
para provocar un crecimiento de la oferta de bienes
—orientado a la elevación del bienestar— en
este mercado, reside en el incremento de la renta al nivel de
toda la sociedad. A ello pueden tributar medidas de
expansión fiscal como puede ser la elevación de los
ingresos nominales de los empleados en el sector estatal dentro
de determinados límites,
contrariamente de lo que se presume en el sentido de que ello se
traduciría en la elevación del exceso de
liquidez.

El efecto de la diferenciación del sistema
impositivo sobre la oferta en el mercado ha producido un
resultado favorable para estimular el incremento de las ofertas
en la capital de provincia, que cuenta con menos posibilidades de
oferta por poseer menos productores próximos al mercado de
realización.

Se aprecia, por el estudio realizado que en las
épocas o temporadas cíclicas de cosechas, su
comienzo o terminación, marcan el comportamiento de la
oferta y la demanda. Sin embargo, ello no es la condicionante de
algunos fenómenos que se observan como son los cambios del
comportamiento del mercado en los finales de año, en
particular en 1995, cuando se manifiesta un nivel atípico
de las principales variables involucradas en el análisis,
en particular la cantidad y el precio. En esos momentos los
volúmenes realizados se han incrementado sensiblemente por
la presión
administrativa sobre empresas estatales para que, bien de su
producción fundamental, en el caso de las del sector
agropecuario, o de la producción complementaria como los
autoconsumos de otras, participaran aportando a la venta de
productos. Ello ha tenido un efecto, en términos
físicos de bienes realizados, nada despreciable; pero el
efecto económico que era de esperar —la
reducción del precio y con ello el incremento del ingreso
real de la población— no se ha presentado, como
daría la lógica del mercado. Mas bien se observa o
bien la conservación del precio o un ligero
incremento.

Lo antes apuntado hace ver que el mercado agropecuario
para la empresa estatal ha aparecido como un área donde se
puede lograr equilibrar su situación económico
financiera, lo que puede llegar a convertirse —y de hecho
lo ha sido— en un recurso para cubrir insuficiencias en la
eficiencia de su gestión económica.

El comportamiento de algunos bienes como de lujo,
así como la presencia de fenómenos como los bienes
Giffen y los valores negativos en la elasticidad renta son
expresión, en su conjunto, de la inmadurez que aún
caracteriza a esta relación de mercado casi recién
surgida, pero también evidencia el efecto de las
irregularidades de las demás áreas del mercado en
la sociedad. Si bien no constituyen disposiciones que
estén oficialmente normadas para el mercado agropecuario
—como la venta a un nivel de precios que duplique el costo
como el caso del mercado en moneda libremente convertible, o como
el cambio de monedas a un nivel que es más de 20 veces
superior a la tasa de cambio oficial o los precios
"diferenciados" de las "ventas liberadas", y otros—, ellos
si afectan al comportamiento de las categorías y variables
del mismo como son los precios y las cantidades
ofertadas.

RECOMENDACIONES

Resulta una necesidad para el funcionamiento del mercado
agropecuario en la dirección que tribute a la
elevación de bienestar material de la población que
se despliegue una política económica activa
orientada a favorecer el desarrollo de las inversiones en
la elevación de los niveles de producción y
rendimiento de la gestión económica y productiva en
el sector de la producción de alimentos. En esta
dirección un aspecto a considerar como criterio orientador
es el referido a la distancia que se presenta entre las
necesidades en bienes de este mercado y los niveles que hoy
están dispuestos a ofertar los productores e
intermediarios.

El completamiento de las relaciones del mercado en la
sociedad, con el aseguramiento de la comercialización de
los bienes de inversión que requiere la producción
de alimentos —insumos como semillas certificadas, abonos y
fertilizantes, instrumentos de trabajo, tecnologías,
créditos o préstamos financieros,
combustibles, bienes de capital, etc.—, pueden convertirse
en un importante incentivo para elevar los rendimientos y la
oferta que tribute al logro del equilibrio entre la oferta y la
demanda.

La presencia de los elevados precios sobre los bienes
ofertados, en relación con los niveles de renta
disponibles para el consumo de los demandantes hacen preciso
considerar la necesidad de que el mercado agropecuario eleve sus
niveles de eficiencia u reduzca los precios; pero ello
está vinculado al nivel de precios que poseen los bienes y
el propio dinero en los demás mercados de bienes,
servicios y de activos
financieros.

Tributar el desarrollo de una cultura de servicio dentro
del mercado agropecuario, en lo que las exigencias fiscales y
sanitarias pueden desempeñar un importante papel, son
factores que provocan que el mercado agropecuario pueda alcanzar
un nivel de desempeño más elevado brindando un
mejor servicio al consumidor y buscando otros referentes de la
competencia que no sea exclusivamente el precio.

El despliegue de una política gubernamental
tendente a la elevación de la eficiencia de la empresa
estatal, de modo que ello halle reflejo en el crecimiento de la
producción social y consecuentemente en los niveles de la
renta, es un factor de importancia para lograr el efecto
necesario en la reducción de los precios.

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Elasticidad demanda y resumen de elasticidades

 

 

Autores: Msc. Onelia Rosa Diez
Valladares

Dr. Jesús Rene Pino Alonso

EMAIL:

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Partes: 1, 2
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