Indice
1.
Prólogo
2.
Introducción.
3. Donde se incursiona en las memorias de
john watson, doctor en medicina.
4. Donde se deducen algunos principios de
utilidad pedagógica.
5. Conclusión.
6. Referencias.
Al autor de este trabajo lo conozco desde hace
más de una década y con el decursar del tiempo hemos
establecido una fructífera colaboración
científica y una estrecha amistad. Ha sido
de por vida un apasionado amante de la geología,
a cuyo estudio constante y perseverante ha dedicado más de
veinte años. Profundo conocedor de la geología de
la Sierra de los Órganos y de Cuba Central,
Humberto Álvarez Sánchez, graduado de Ingeniero
Geólogo en esta Universidad, nos
entrega un trabajo impregnado de su extraordinario amor hacia la
enseñanza de la Geología, demostrado
ya desde épocas tempranas como estudiante aventajado y con
un haber entonces, de casi diez años como Técnico
Geólogo.
Humberto perteneció a la ultima generación de
geólogos graduados en Matahambre, distinguida por su
reconocida calidad en todo
el País, en cada Expedición, Brigada, Laboratorio o
Empresa
él lleva en sí, al igual que muchos de sus
compañeros de esa época, una permanente carta de
presentación.
Desde su voluminoso y polémico trabajo "Síntesis
de la Evolución Geotectónica de la Sierra
de los Órganos apoyada en el Estudio de la Geología
del Valle de Pons", hasta este encantador artículo de
analogía entre el método geológico de
investigación y el método
detectivesco, pasando por la copiosa correspondencia que me ha
dirigido en un decenio y sus opiniones fundamentadas sobre los
Planes de Estudio de la Carrera de Geología, el autor no
ha cejado en su empeño de mejorar y perfeccionar la
enseñanza universitaria de esta ciencia. Sus
críticas siempre han estado
acompañadas de sus propuestas de solución y sus
recomendaciones. El lleva consigo el germen de la necesidad de
enseñar creativamente y su pensamiento y
experiencia, cultivadas durante tantos años son, sin lugar
a dudas, útiles para alumnos y profesores de
Geología.
Estoy convencido que, al igual que otros trabajos del mismo
autor, el presente despertará interés y
tendrá defensores y detractores. Una obra que pasa
indiferente por nuestras manos no tiene valor. Aquella
que nos motiva a estudiarla, criticarla, aceptarla o, incluso
rechazarla, tiene un gran valor cognoscitivo y crea en nosotros
un nuevo nivel de conocimientos. Este ha sido el camino de la
Geología como ciencia, al igual que en otras
muchas; contrastes, contradicciones, polémica y
desarrollo.
Al leer el manuscrito me identifiqué con él. Me
pareció que yo mismo lo había escrito y que las
ideas que en él se expresan me eran afines. Humberto ha
sabido plasmar, con su estilo característico, la esencia del pensamiento
del geólogo, la forma de actuar y pensar del
geólogo y por ello me ha parecido conveniente su reproducción y distribución a todos los estudiantes y
profesores de Geología de nuestro País. La
meditación y discusión de lo aquí planteado
será el saldo positivo que la obra dejará en todo
aquel que la estudie.
2. Introducción.
Querido Watson, cuando haya acabado con ese cuarto
huevo
estaré en condiciones de ponerle al corriente de toda la
situación….
"El Valle del Terror".
Comúnmente, al menos en nuestro medio, los
geólogos no se destacan por su inclinación a
reflexionar filosóficamente sobre su propio trabajo y
hacerlo, a mi juicio, podría muy bien servir para evitar
cierta clase de errores que demasiado a menudo se cometen en
nuestra práctica profesional.
Por otra parte; no estoy lejos de pensar que, deficiencias
existentes en nuestra enseñanza universitaria de las
ciencias
geológicas, desinteresan al estudiante sobre
específicas cuestiones de la doctrina del pensamiento que,
muy al contrario de lo que se creé, resultan materias
posteriormente esenciales en el ejercicio profesional.
Movido por estas inquietudes, sentí la necesidad de
dedicar un breve estudio al razonamiento geológico; su
lógica
y estilo, así como a los mecanismos mediante los cuales,
los geólogos pueden llegar a conclusiones correctas
mediante la observación de los hechos naturales.
Por supuesto, el tema no es nuevo aunque dista de encontrarse
agotado. Muchos geólogos, entre los que se cuentan a
grandes maestros de la profesión, dedicaron esfuerzos para
iluminar aspectos confusos o polémicos de la trama
compleja de métodos y
esquemas de interpretación que constituyen el edificio de
nuestra ciencia. Bradley (1) fue autor de un párrafo
que me sedujo por su capacidad para expresar claramente una de
las cuestiones que deseo tocar….. "los geólogos siempre
se están enfrentando a la tarea de reconstruir los
acontecimientos que se han sucedido en gran escala y del
remoto pasado sirviéndose para ello de los restos
parciales de los productos de
aquellos acontecimientos. Este problema combinado es como un
premio a la capacidad de razonar analógica, inductiva e
imaginativamente….". Y más adelante expresa Bradley…..
"Puesto que el geólogo utiliza datos
fragmentarios- que son resultados incompletos de experimentos cuya
terminación es a largo plazo- debe emplearse el
razonamiento inductivo para reconstruir el todo a partir de sus
partes".
Que los geólogos tomen como punto de partida de sus
razonamientos, un resultado póstumo de una larga cadena de
acontecimientos, no solo expresa la esencia de los
fenómenos que se estudian, sino también una
característica específica del pensamiento
geológico propiamente dicho; es decir, su carácter
histórico. El pensamiento de nuestra ciencia está
determinado precisamente por su lógica retrospectiva. Esta
determinación, en un sentido Kantiano de la palabra, es
explicada por Simpson (2) cuando examina las alternativas
metodológicas entre las ciencias históricas y no
históricas:
La descripción de acontecimientos futuros como
resultado de causas de las cuales ellos son consecuentes ( como
en el caso de la Física Mecánica, de la Química
Estequiométrica, etc. ), es decir, la predicción o,
de lo contrario; la deducción de las causas a partir de
los resultados observables o interpretables ( como en el caso de
la Geología, de la Sociología, etc. ); es decir, la
postdicción.
Con la operación de la postdicción, que confiere a
nuestro pensamiento un estilo, y la técnica retrospectiva
de nuestra lógica; los geólogos han sido capaces de
encontrar explicación e identificar causas de
fenómenos de tal complejidad que llegaron a significar
retos supremos a la inteligencia
humana; y supieron hacerlo valiéndose para ello de
instrumentos mentales, más bien que de grandes
equipamientos y laboratorios, en un grado sensiblemente superior
al de otras ciencias, de modo que recuerdan mucho aquellos
"experimentos mentales" del arsenal mental de A. Einstein.
Hoy por hoy, cuando aún permanecemos distantes de profesar
una ciencia cuantitativa y nuestros laboratorios principales
continúan siendo los paisajes naturales y los
afloramientos de las rocas, los
geólogos precisamos continuar desarrollando nuestro
sentido de observación, percepción
peculiar de la naturaleza e
instrumentos mentales; cuyo modo de aplicación difiere en
más de un aspecto de aquellos propios de otras
ciencias.
3. Donde se incursiona en
las memorias de
john watson, doctor en medicina.
Son muchas las personas que, si Ud. les describe una
serie de hechos, le anunciarán cual va a ser el resultado.
Sin embargo, son pocas las personas que, diciéndole Ud. el
resultado, son capaces de extraer de lo más hondo de su
propia conciencia los
pasos que condujeron a ese resultado. A esta facultad me refiero
cuando hablo de razonar hacia atrás………..
"Estudio en Escarlata".
Evoquemos algunos pasajes del inolvidable Estudio en Escarlata y
consideremos la forma de proceder del magistral detective. Holmes
se pasea, de forma aparentemente distraída por los accesos
del número 3 de los Jardines de Lauriston, donde se ha
cometido el misterioso crimen. En verdad se dedica a observar las
huellas impresas en la calle de acceso y en el húmedo
sendero que conduce hacia la casa. A continuación penetra
en su interior y llega a la estancia donde yace el cadáver
de Enoch Drebber, sometiéndolo a un examen minucioso. El
inspector Lestrade descubre la inscripción sangrienta
impresa por el asesino en la pared sobre la cual ensaya una
explicación que provoca la sarcástica
reacción de Holmes.
La escena ha sido disfrutada por millones de lectores desde
1886. Holmes, armado de su lupa y su cinta de medir,
recorre la habitación palmo a palmo, recoge muestras de
las cenizas, mide y observa los indicios y las huellas que son
imperceptibles para los restantes protagonistas. Al final de su
examen, volviéndose hacia Gregson y Lestrade, concluye con
una sentencia categórica:
« Aquí se ha cometido un asesinato y el asesino fue
un hombre. Ese
hombre tenía más de seis pies de estatura, es joven
de pies pequeños…….calzaba botas toscas de puntera
cuadrada y fumaba un cigarro de Trichinopoly. Llegó….con
su víctima en un coche de cuatro ruedas del que tiraba un
caballo calzado con tres herraduras viejas y una herradura nueva
en su pata derecha delantera.
Hay grandes probabilidades de que el asesino fuese un hombre de
cara rubicunda y de que tenía notablemente largas las
uñas de los dedos de su mano derecha…..»
¿Mixtificación?. ¿Recursos
literarios sin conexión con la realidad y la
práctica?. En lo absoluto. Se trata de un proceso mental
multilateral perfectamente estructurado en el que combinan
armónicamente las facultades de observación,
analogía, deducción y síntesis.
También ¿porque no decirlo?, una dosis considerable
de arte intuitivo;
es decir, ciencia rigurosa. Cuando más tarde Holmes
explica a Watson la trama interna de su metodología, lo coloca ante un acabado
ejemplo de un proceso deductivo, donde cada razonamiento riguroso
se apoya en una observación enlazada estrechamente a otra
anterior, mediante una relación causal de estricta
antecedencia. La inducción también está
presente, por cuanto la operación mental es eminentemente
reconstructiva y partiendo de los indicios percibidos, más
o menos inconexos, llega a la formulación de la
generalización; desde las partes al todo. La estolidez de
Gregson no le permite percibir la importancia de la
alusión de Holmes al caso de Van Jansen de Utrecht; como
una muestra de la
aplicación del principio de analogía para cuya
aplicación el Maestro se encontraba magníficamente
preparado por su profundo estudio de la literatura criminalística.
Holmes alecciona a McDonald en la aventura de El Valle
del Terror:
« Señor Mc, la cosa más
practica que Ud. podría hacer en toda su vida sería
encerrarse por espacio de tres meses para leer, durante doce
horas al día, los anales del crimen….»
4. Donde se deducen algunos
principios de
utilidad
pedagógica.
El anterior vistazo de la obra literaria me conduce a
sustentar la evidente similitud, prácticamente identidad, que
existe entre el estilo y la estructura del
razonamiento detectivesco y el que se practica durante el estudio
de los objetos geológicos. Un geólogo frente a unos
afloramientos de roca se encuentra con una índole de
problema sumamente semejante al de una indagación
policiaca en la escena del crimen. Él observa el resultado
final de un proceso de compleja naturaleza y de carácter
multifactorial. Los procedimientos
usuales para aproximarse a la solución requieren la
compilación de poblaciones de datos que precisan una
valoración multidisciplinaria y la adjudicación a
ellos de un determinado peso que los califica o descalifica como
parámetros de más o menos importancia en la
determinación de la situación dada. Los datos son
evaluados finalmente como cadenas causales de
antecedente-consecuente, en un esquema todo lo libre de
contradicciones que pueda conseguirse y donde ciertos eslabones
de la cadena de razonamiento están ocupados por
"inferencias lógicas" que; en otras ciencias más
cuantitativas, serían sin duda clasificadas de operaciones
subjetivas. La intuición, como instrumento del conocimiento,
juega aquí un papel
fundamental y se aleja considerablemente del conocido apotegma
del Lord de Kelvin.
Las dificultades peculiares del razonamiento geológico se
ponen de manifiesto por el hecho de la participación del
factor "tiempo", que se dilata hasta dimensiones inconmensurables
y que exige una difícil reacomodación mental y
además; que tanto los factores concomitantes como los
elementos del proceso geológico carecen de una "motivación", humanamente entendida, a cuya
existencia y conocimiento se deben frecuentemente las soluciones de
los análogos acontecimientos antropológicos.
Ahora bien; es en gran medida cierto que, un número
crecido de razonadores geológicos no se encuentran
educados en el arte de la deducción rigurosa ni en la
práctica de la imaginación disciplinada y no pocas
veces exteriorizan un cierto desdén hacia tales
facultades, privándose así de instrumentos
fundamentales de su trabajo. La identidad entre lo que llamo el
"método de Sherlock Holmes" y un modelo
metodológico deseable en nuestro trabajo sería tan
obvia que no valdría la pena enfatizarla si no fuera por
las consecuencias indeseables que su ausencia comporta.
Estimo con Gilbert ( fide 3) que cada geólogo puede
preguntarse cotidianamente si le es posible mejorar sus
condiciones naturales o adquiridas de razonador geológico
eficaz.
Los conocimientos geológicos propiamente dichos, como son
las noticias adquiridas en los textos y manuales y en las
conferencias universitarias, por muy abundantes y diversas que
puedan ser, no son suficientes por si mismas para garantizar un
conocimiento de la verdad. Si los conocimientos
específicos no son acompañados por la
adquisición de los métodos del pensamiento, los
cuales son afinados y perfeccionados hasta la sutileza por la
práctica, ellos se convierten en solo saber libresco, casi
siempre estéril o conducente al error o en el apoyo de una
ejecutoria profesional mediocre y limitada. Entonces el
observador se cierra a sí mismo el único camino que
podría conducirle a la genuina maestría
profesional.
La observación y estudio de
los objetos geológicos presupone un reto continuo a la
mente. Este reto solo puede ser asumido adecuadamente cuando no
se omiten los factores del éxito,
que en nuestra ciencia tienen estricta sujeción a la
estructura peculiar de nuestros métodos de pensamiento.
Lahee (4) relata una anécdota sobre un geólogo que
solía conducir su vehículo durante el trabajo de
campo; tan alerta que fue capaz de notar que las ruedas se
atascaban de una forma no característica del barro de la
localidad. Esto lo condujo a investigar la causa de este
incidente, aparentemente trivial, de modo que llegó a
descubrir un pequeño afloramiento de unas capas antiguas
levantadas por un domo salino con las ulteriores consecuencias
para las posibilidades petrolíferas de esa región.
Apunta Lahee que, centenares de geólogos habían
transitado por allí sin percatarse de esa
situación.
Holmes le declara a Watson en "Estudio en
Escarlata":
« Ya le tengo dicho que todo aquello
que se sale de lo vulgar no resulta un obstáculo sino que
es, más bien, una guía. El gran factor, cuando se
trata de resolver un problema de esa clase es la capacidad de
razonar hacia atrás……….Por cada persona que sabe
analizar hay cincuenta que saben razonar por
síntesis..»
Los problemas que
señalo y que me empeño en destacar, por supuesto no
carecen de solución y sería conveniente discutir el
como:
Hay dos vias por las cuales los geólogos
parecen adquirir las cualidades apropiadas para solucionar
problemas geológicos. En primer lugar, se supone que las
Facultades Universitarias sean capaces de proporcionar, no
solamente una cierta formación teórica, sino
también cierta educación
metodológica. En segundo lugar, cabe aceptar que durante
la practica profesional, cierta capa de geólogos se ven
colocados ante fenómenos geológicos que los inducen
a tratar de adquirir conocimientos extrageológicos
autodidácticos, con el fin de colocarse en más
ventajosa situación para encontrar explicaciones
plausibles para los mismos.. La segunda vía es la menos
empleada, porque la sensibilidad para percibir las propias
insuficiencias ya presupone la posesión de ciertas
cualidades no comunes.
Quiero sostener el punto de vista de que la enseñanza
sistemática de la geología en nuestro medio no
está aun, suficientemente perfeccionada como para
proporcionar un conocimiento operativo de los métodos y
principios del razonamiento geológico, por cuya
razón solo una minoría de los egresados llegan a
procurarse la preparación necesaria, casi siempre
transitando por la segunda vía indicada.
Un comienzo de solución de esta situación puede
obtenerse con la introducción de disciplinas propias de
las llamadas "humanidades". Un estudio de la Lógica
Formal, previamente adaptada mediante un enfoque
geológico, no estaría en lo absoluto fuera de lugar
en el curriculum
universitario. A duras penas se puede comprender como le es
posible a un geólogo ser plenamente eficaz si no posee un
conocimiento aceptable de la definición y
aplicación de las figuras más comunes del
pensamiento, en una ciencia donde la deducción, la
inducción, el razonamiento analógico y el arte del
pensamiento analítico juegan un papel simultáneo
tan fundamental. Tanto más resulta poco
comprensible como podrá razonar en buenas condiciones,
careciendo de una educación cuidadosa en la historia de la ciencia
geológica, pues como señala Kitts (5) ..«la
formulación de los enunciados históricos requiere
procedimientos deductivos que indudablemente van más
allá de una simple descripción..".
La
Geología, ciencia eminentemente histórica, necesita
en su práctica, no solamente el
conocimiento de sus tempranos orígenes, sino la
historia sistematizada, es decir, la llamada "historia de casos"
que forma un impresionante archivo de
conocimientos ilustrativos de la solución de problemas de
la naturaleza más diversa, desde las aparentemente
ingenuas elucubraciones de Agrícola sobre el origen de los
criaderos metálicos, pasando por la fascinante
polémica entre Neptunistas y Plutonistas, hasta la moderna
revolución
geodinámica con su extremo refinamiento y elegancia
hipotética. Estos y otros innumerables capítulos de
la historia de la ciencia, imposibles de citar aquí,
contienen, no solamente el simple enunciado del escalón de
conocimiento que fue alcanzado, sino los detalles de las
conquistas intelectuales que posibilitaron su solución,
los métodos empleados para conseguirlo, la forma en que
las hipótesis fueron verificadas, las maneras
en que tales hazañas fueron convertidas en ciencia
cotidiana y consolidada.
Un esfuerzo pedagógico reformador de esta clase
podría conducir al fomento en los principiantes, de las
cualidades de imaginación creadora e intuición
sistematizada, como instrumentos poderosos del conocimiento
geológico.
En la actualidad, con frecuencia se incurre en el olvido de que,
el pensamiento geológico, además de sus aspectos
técnicos, reviste un valor filosófico concretamente
epistemológico; pues el acto de observación e
interpretación de la realidad geológica contribuye
continuamente con nueva información al caudal general de la ciencia
humana. La geología es, por si misma, una de las
plataformas intelectuales más sólidas en que se
apoya la indagación del universo y el
posible sentido de la existencia del Hombre. De todas las
ciencias, es la Geología la que más estrechamente
mantiene unido al Hombre con su cuna natal; su planeta. El Hombre vive
inmerso en sus tierras y bosques. Sus paisajes, sus recursos
minerales, su
atmósfera
respirable son su propia vida, la base de su cultura y el
destino directo o indirecto de todos sus anhelos.
Por estas razones, la educación
geológica debe estar pertrechada de numerosos y variados
instrumentos técnicos, pedagógicos y culturales que
lograrían mantenernos en el camino del progreso de nuestra
ciencia, sirviéndola con honor y
devoción.
La técnica del pensamiento detectivesco, tal como
fue presentada en la obra de Conan Doyle, tiene su fiel reflejo
en la técnica del pensamiento geológico empleada
durante la indagación y solución de problemas
geológicos, sobre todo en los campos de la Geología
Estructural, Estratigrafía y otras ramas de la
Geología clásica y aplicada.
Las estructuras
lógicas y el procedimiento de
arribar a conclusiones correctas se basa en ambas sobre los
mismos principios. En otras muchas ciencias, el investigador se
ve ante los elementos "iniciales" de un proceso, cuyo curso
él puede observar y controlar con resultados predecibles o
verificables con arreglo a determinadas "leyes" y
relaciones cuantitativas conocidas.
Al contrario; tanto un geólogo como un detective se ven
enfrentados a un "producto
final"; a un resultado. El objetivo del
conocimiento entonces consiste en "predecir las causas", es
decir, la postdicción. Como pueden ser varias las causas
imaginables y hasta cadenas causales que produzcan un resultado
final; mientras que realmente fue solo una causa o una cadena
específica de causas las determinantes del fenómeno
observado (en verdad, los restos de dicho fenómeno), las
soluciones encontradas frecuentemente no son más que
soluciones aparentes. Este peligro, siempre latente, exige que el
razonador adquiera y posea una preparación especial y
habilidades que, a un lado de las cualidades innatas, pueden
adquirirse mediante el estudio y la practica reiterada.
Del mismo modo que la inmortal figura literaria, modelo del
razonador agudo y riguroso; los geólogos – detectives de
la naturaleza- pueden concentrarse, ya sea por propia iniciativa
o bajo la guía de maestros competentes, en la
adquisición, ejercicio y desarrollo del arte del
razonamiento y la deducción.
En el escenario geológico existen muchos problemas
abstrusos y complicadas y misteriosas cuestiones que resolver.
Allí nos ha tocado actuar y ello constituye la gloria de
nuestra profesión. En ella ningún geólogo
encontrará que ha perdido su tiempo y esfuerzo si; dentro
de su mochila, junto a las cosas necesarias para su austera vida,
se hace acompañar por una buena edición de la
simpática pareja de Holmes y Watson. Puede derivar mucho
provecho y sólida doctrina de su lectura y en
el futuro aspirar a poder
declarar; como Holmes a Watson:
« Watson, yo creo
que puedo llegar hasta ufanarme de que mi vida no ha sido por
completo vana……Si esta noche llegase a su fin la historia de
la mía, podría yo contemplarla con
ecuanimidad»
Agradecimientos.
Debo una expresión de gracias, por la gentileza de leer
críticamente el manuscrito, a los estimados colegas; Dr.
José A. Días Duque del Centro Universitario de
Pinar del Río, a quién debo además el
estimulante prólogo con que me honró. A la Ing.
Idalia Alemán; Dr. Pavel Zimmerhakl y Dr. Martin
Kleinwächter de la Expedición Geológica
Cubano-Checoslovaca del CAME y, al Ing. Rafael Lavandero Illera,
del Instituto de Geología y Paleontología. Sus
observaciones me fueron útiles más,las opiniones
vertidas aquí son de mi entera responsabilidad.
1-Bradley, W. H.,1963, Leyes Geológicas; en
Filosofía de la Geología.1970 .Co. Edit.
Continental, S.A. Mexico. pp.25-38.
2-Simpson, G.G., 1963, La Ciencia Histórica; en
Filosofía de la Geología.1970. Co. Edit.
Continental, S.A.México.
pp.39-69.
3-Gilluly, J.,1963, La Filosofía Científica de G.
K. Gilbert; en Filosofía de la Geología. 1970.
Co.Edit. Continental, S.A. México.pp.275-283.
4-Lahee,F.H.,1962,Geología Práctica; Edit.Omega.
Barcelona.España.
5- Kitts, D. B., 1963, Teoría
de la Geología;en Filosofía de la Geología
1970. Co. Edit. Continental,S.A. Mexico. pp.71-94.
6-Conan Doyle, A.,1886, Aventuras de Sherlock Holmes; ( Un
Estudio en Escarlata; El Valle del Terror,El Problema Final).
1964. Edit. Consejo Nac. de Cultura,La Habana.
Autor:
Ing. Humberto Álvarez
Chairman & CEO
Aurora Advisors & I.H., Co.
Expedición Checoslovaco-Cubana.
Empresa Geologo-Minera de Santa Clara. Cuba.
Dr. José Antonio Días Duque.
Vice-Rector de Investigaciones y
Post-Grado.
Centro Universitario "Hnos Saiz".
Presidente de la Sociedad
Geológica de Cuba.