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El método de Sherlock Holmes




Enviado por zeolites



     

    Indice
    1.
    Prólogo

    2.
    Introducción.

    3. Donde se incursiona en las memorias de
    john watson, doctor en medicina.

    4. Donde se deducen algunos principios de
    utilidad pedagógica.

    5. Conclusión.
    6. Referencias.

    1.
    Prólogo.

    Al autor de este trabajo lo conozco desde hace
    más de una década y con el decursar del tiempo hemos
    establecido una fructífera colaboración
    científica y una estrecha amistad. Ha sido
    de por vida un apasionado amante de la geología,
    a cuyo estudio constante y perseverante ha dedicado más de
    veinte años. Profundo conocedor de la geología de
    la Sierra de los Órganos y de Cuba Central,
    Humberto Álvarez Sánchez, graduado de Ingeniero
    Geólogo en esta Universidad, nos
    entrega un trabajo impregnado de su extraordinario amor hacia la
    enseñanza de la Geología, demostrado
    ya desde épocas tempranas como estudiante aventajado y con
    un haber entonces, de casi diez años como Técnico
    Geólogo.
    Humberto perteneció a la ultima generación de
    geólogos graduados en Matahambre, distinguida por su
    reconocida calidad en todo
    el País, en cada Expedición, Brigada, Laboratorio o
    Empresa
    él lleva en sí, al igual que muchos de sus
    compañeros de esa época, una permanente carta de
    presentación.
    Desde su voluminoso y polémico trabajo "Síntesis
    de la Evolución Geotectónica de la Sierra
    de los Órganos apoyada en el Estudio de la Geología
    del Valle de Pons", hasta este encantador artículo de
    analogía entre el método geológico de
    investigación y el método
    detectivesco, pasando por la copiosa correspondencia que me ha
    dirigido en un decenio y sus opiniones fundamentadas sobre los
    Planes de Estudio de la Carrera de Geología, el autor no
    ha cejado en su empeño de mejorar y perfeccionar la
    enseñanza universitaria de esta ciencia. Sus
    críticas siempre han estado
    acompañadas de sus propuestas de solución y sus
    recomendaciones. El lleva consigo el germen de la necesidad de
    enseñar creativamente y su pensamiento y
    experiencia, cultivadas durante tantos años son, sin lugar
    a dudas, útiles para alumnos y profesores de
    Geología.
    Estoy convencido que, al igual que otros trabajos del mismo
    autor, el presente despertará interés y
    tendrá defensores y detractores. Una obra que pasa
    indiferente por nuestras manos no tiene valor. Aquella
    que nos motiva a estudiarla, criticarla, aceptarla o, incluso
    rechazarla, tiene un gran valor cognoscitivo y crea en nosotros
    un nuevo nivel de conocimientos. Este ha sido el camino de la
    Geología como ciencia, al igual que en otras
    muchas; contrastes, contradicciones, polémica y
    desarrollo.
    Al leer el manuscrito me identifiqué con él. Me
    pareció que yo mismo lo había escrito y que las
    ideas que en él se expresan me eran afines. Humberto ha
    sabido plasmar, con su estilo característico, la esencia del pensamiento
    del geólogo, la forma de actuar y pensar del
    geólogo y por ello me ha parecido conveniente su reproducción y distribución a todos los estudiantes y
    profesores de Geología de nuestro País. La
    meditación y discusión de lo aquí planteado
    será el saldo positivo que la obra dejará en todo
    aquel que la estudie.

    2. Introducción.

    Querido Watson, cuando haya acabado con ese cuarto
    huevo
    estaré en condiciones de ponerle al corriente de toda la
    situación….
    "El Valle del Terror".

    Comúnmente, al menos en nuestro medio, los
    geólogos no se destacan por su inclinación a
    reflexionar filosóficamente sobre su propio trabajo y
    hacerlo, a mi juicio, podría muy bien servir para evitar
    cierta clase de errores que demasiado a menudo se cometen en
    nuestra práctica profesional.
    Por otra parte; no estoy lejos de pensar que, deficiencias
    existentes en nuestra enseñanza universitaria de las
    ciencias
    geológicas, desinteresan al estudiante sobre
    específicas cuestiones de la doctrina del pensamiento que,
    muy al contrario de lo que se creé, resultan materias
    posteriormente esenciales en el ejercicio profesional.
    Movido por estas inquietudes, sentí la necesidad de
    dedicar un breve estudio al razonamiento geológico; su
    lógica
    y estilo, así como a los mecanismos mediante los cuales,
    los geólogos pueden llegar a conclusiones correctas
    mediante la observación de los hechos naturales.
    Por supuesto, el tema no es nuevo aunque dista de encontrarse
    agotado. Muchos geólogos, entre los que se cuentan a
    grandes maestros de la profesión, dedicaron esfuerzos para
    iluminar aspectos confusos o polémicos de la trama
    compleja de métodos y
    esquemas de interpretación que constituyen el edificio de
    nuestra ciencia. Bradley (1) fue autor de un párrafo
    que me sedujo por su capacidad para expresar claramente una de
    las cuestiones que deseo tocar….. "los geólogos siempre
    se están enfrentando a la tarea de reconstruir los
    acontecimientos que se han sucedido en gran escala y del
    remoto pasado sirviéndose para ello de los restos
    parciales de los productos de
    aquellos acontecimientos. Este problema combinado es como un
    premio a la capacidad de razonar analógica, inductiva e
    imaginativamente….". Y más adelante expresa Bradley…..
    "Puesto que el geólogo utiliza datos
    fragmentarios- que son resultados incompletos de experimentos cuya
    terminación es a largo plazo- debe emplearse el
    razonamiento inductivo para reconstruir el todo a partir de sus
    partes".
    Que los geólogos tomen como punto de partida de sus
    razonamientos, un resultado póstumo de una larga cadena de
    acontecimientos, no solo expresa la esencia de los
    fenómenos que se estudian, sino también una
    característica específica del pensamiento
    geológico propiamente dicho; es decir, su carácter
    histórico. El pensamiento de nuestra ciencia está
    determinado precisamente por su lógica retrospectiva. Esta
    determinación, en un sentido Kantiano de la palabra, es
    explicada por Simpson (2) cuando examina las alternativas
    metodológicas entre las ciencias históricas y no
    históricas:
    La descripción de acontecimientos futuros como
    resultado de causas de las cuales ellos son consecuentes ( como
    en el caso de la Física Mecánica, de la Química
    Estequiométrica, etc. ), es decir, la predicción o,
    de lo contrario; la deducción de las causas a partir de
    los resultados observables o interpretables ( como en el caso de
    la Geología, de la Sociología, etc. ); es decir, la
    postdicción.
    Con la operación de la postdicción, que confiere a
    nuestro pensamiento un estilo, y la técnica retrospectiva
    de nuestra lógica; los geólogos han sido capaces de
    encontrar explicación e identificar causas de
    fenómenos de tal complejidad que llegaron a significar
    retos supremos a la inteligencia
    humana; y supieron hacerlo valiéndose para ello de
    instrumentos mentales, más bien que de grandes
    equipamientos y laboratorios, en un grado sensiblemente superior
    al de otras ciencias, de modo que recuerdan mucho aquellos
    "experimentos mentales" del arsenal mental de A. Einstein.
    Hoy por hoy, cuando aún permanecemos distantes de profesar
    una ciencia cuantitativa y nuestros laboratorios principales
    continúan siendo los paisajes naturales y los
    afloramientos de las rocas, los
    geólogos precisamos continuar desarrollando nuestro
    sentido de observación, percepción
    peculiar de la naturaleza e
    instrumentos mentales; cuyo modo de aplicación difiere en
    más de un aspecto de aquellos propios de otras
    ciencias.

    3. Donde se incursiona en
    las memorias de
    john watson, doctor en medicina.

    Son muchas las personas que, si Ud. les describe una
    serie de hechos, le anunciarán cual va a ser el resultado.
    Sin embargo, son pocas las personas que, diciéndole Ud. el
    resultado, son capaces de extraer de lo más hondo de su
    propia conciencia los
    pasos que condujeron a ese resultado. A esta facultad me refiero
    cuando hablo de razonar hacia atrás………..

    "Estudio en Escarlata".
    Evoquemos algunos pasajes del inolvidable Estudio en Escarlata y
    consideremos la forma de proceder del magistral detective. Holmes
    se pasea, de forma aparentemente distraída por los accesos
    del número 3 de los Jardines de Lauriston, donde se ha
    cometido el misterioso crimen. En verdad se dedica a observar las
    huellas impresas en la calle de acceso y en el húmedo
    sendero que conduce hacia la casa. A continuación penetra
    en su interior y llega a la estancia donde yace el cadáver
    de Enoch Drebber, sometiéndolo a un examen minucioso. El
    inspector Lestrade descubre la inscripción sangrienta
    impresa por el asesino en la pared sobre la cual ensaya una
    explicación que provoca la sarcástica
    reacción de Holmes.
    La escena ha sido disfrutada por millones de lectores desde
    1886. Holmes, armado de su lupa y su cinta de medir,
    recorre la habitación palmo a palmo, recoge muestras de
    las cenizas, mide y observa los indicios y las huellas que son
    imperceptibles para los restantes protagonistas. Al final de su
    examen, volviéndose hacia Gregson y Lestrade, concluye con
    una sentencia categórica:
    « Aquí se ha cometido un asesinato y el asesino fue
    un hombre. Ese
    hombre tenía más de seis pies de estatura, es joven
    de pies pequeños…….calzaba botas toscas de puntera
    cuadrada y fumaba un cigarro de Trichinopoly. Llegó….con
    su víctima en un coche de cuatro ruedas del que tiraba un
    caballo calzado con tres herraduras viejas y una herradura nueva
    en su pata derecha delantera.
    Hay grandes probabilidades de que el asesino fuese un hombre de
    cara rubicunda y de que tenía notablemente largas las
    uñas de los dedos de su mano derecha…..»
    ¿Mixtificación?. ¿Recursos
    literarios sin conexión con la realidad y la
    práctica?. En lo absoluto. Se trata de un proceso mental
    multilateral perfectamente estructurado en el que combinan
    armónicamente las facultades de observación,
    analogía, deducción y síntesis.
    También ¿porque no decirlo?, una dosis considerable
    de arte intuitivo;
    es decir, ciencia rigurosa. Cuando más tarde Holmes
    explica a Watson la trama interna de su metodología, lo coloca ante un acabado
    ejemplo de un proceso deductivo, donde cada razonamiento riguroso
    se apoya en una observación enlazada estrechamente a otra
    anterior, mediante una relación causal de estricta
    antecedencia. La inducción también está
    presente, por cuanto la operación mental es eminentemente
    reconstructiva y partiendo de los indicios percibidos, más
    o menos inconexos, llega a la formulación de la
    generalización; desde las partes al todo. La estolidez de
    Gregson no le permite percibir la importancia de la
    alusión de Holmes al caso de Van Jansen de Utrecht; como
    una muestra de la
    aplicación del principio de analogía para cuya
    aplicación el Maestro se encontraba magníficamente
    preparado por su profundo estudio de la literatura criminalística.

    Holmes alecciona a McDonald en la aventura de El Valle
    del Terror:
    « Señor Mc, la cosa más
    practica que Ud. podría hacer en toda su vida sería
    encerrarse por espacio de tres meses para leer, durante doce
    horas al día, los anales del crimen….»

    4. Donde se deducen algunos
    principios de
    utilidad
    pedagógica.

    El anterior vistazo de la obra literaria me conduce a
    sustentar la evidente similitud, prácticamente identidad, que
    existe entre el estilo y la estructura del
    razonamiento detectivesco y el que se practica durante el estudio
    de los objetos geológicos. Un geólogo frente a unos
    afloramientos de roca se encuentra con una índole de
    problema sumamente semejante al de una indagación
    policiaca en la escena del crimen. Él observa el resultado
    final de un proceso de compleja naturaleza y de carácter
    multifactorial. Los procedimientos
    usuales para aproximarse a la solución requieren la
    compilación de poblaciones de datos que precisan una
    valoración multidisciplinaria y la adjudicación a
    ellos de un determinado peso que los califica o descalifica como
    parámetros de más o menos importancia en la
    determinación de la situación dada. Los datos son
    evaluados finalmente como cadenas causales de
    antecedente-consecuente, en un esquema todo lo libre de
    contradicciones que pueda conseguirse y donde ciertos eslabones
    de la cadena de razonamiento están ocupados por
    "inferencias lógicas" que; en otras ciencias más
    cuantitativas, serían sin duda clasificadas de operaciones
    subjetivas. La intuición, como instrumento del conocimiento,
    juega aquí un papel
    fundamental y se aleja considerablemente del conocido apotegma
    del Lord de Kelvin.
    Las dificultades peculiares del razonamiento geológico se
    ponen de manifiesto por el hecho de la participación del
    factor "tiempo", que se dilata hasta dimensiones inconmensurables
    y que exige una difícil reacomodación mental y
    además; que tanto los factores concomitantes como los
    elementos del proceso geológico carecen de una "motivación", humanamente entendida, a cuya
    existencia y conocimiento se deben frecuentemente las soluciones de
    los análogos acontecimientos antropológicos.
    Ahora bien; es en gran medida cierto que, un número
    crecido de razonadores geológicos no se encuentran
    educados en el arte de la deducción rigurosa ni en la
    práctica de la imaginación disciplinada y no pocas
    veces exteriorizan un cierto desdén hacia tales
    facultades, privándose así de instrumentos
    fundamentales de su trabajo. La identidad entre lo que llamo el
    "método de Sherlock Holmes" y un modelo
    metodológico deseable en nuestro trabajo sería tan
    obvia que no valdría la pena enfatizarla si no fuera por
    las consecuencias indeseables que su ausencia comporta.
    Estimo con Gilbert ( fide 3) que cada geólogo puede
    preguntarse cotidianamente si le es posible mejorar sus
    condiciones naturales o adquiridas de razonador geológico
    eficaz.
    Los conocimientos geológicos propiamente dichos, como son
    las noticias adquiridas en los textos y manuales y en las
    conferencias universitarias, por muy abundantes y diversas que
    puedan ser, no son suficientes por si mismas para garantizar un
    conocimiento de la verdad. Si los conocimientos
    específicos no son acompañados por la
    adquisición de los métodos del pensamiento, los
    cuales son afinados y perfeccionados hasta la sutileza por la
    práctica, ellos se convierten en solo saber libresco, casi
    siempre estéril o conducente al error o en el apoyo de una
    ejecutoria profesional mediocre y limitada. Entonces el
    observador se cierra a sí mismo el único camino que
    podría conducirle a la genuina maestría
    profesional.
    La observación y estudio de
    los objetos geológicos presupone un reto continuo a la
    mente. Este reto solo puede ser asumido adecuadamente cuando no
    se omiten los factores del éxito,
    que en nuestra ciencia tienen estricta sujeción a la
    estructura peculiar de nuestros métodos de pensamiento.
    Lahee (4) relata una anécdota sobre un geólogo que
    solía conducir su vehículo durante el trabajo de
    campo; tan alerta que fue capaz de notar que las ruedas se
    atascaban de una forma no característica del barro de la
    localidad. Esto lo condujo a investigar la causa de este
    incidente, aparentemente trivial, de modo que llegó a
    descubrir un pequeño afloramiento de unas capas antiguas
    levantadas por un domo salino con las ulteriores consecuencias
    para las posibilidades petrolíferas de esa región.
    Apunta Lahee que, centenares de geólogos habían
    transitado por allí sin percatarse de esa
    situación.

    Holmes le declara a Watson en "Estudio en
    Escarlata":
    « Ya le tengo dicho que todo aquello
    que se sale de lo vulgar no resulta un obstáculo sino que
    es, más bien, una guía. El gran factor, cuando se
    trata de resolver un problema de esa clase es la capacidad de
    razonar hacia atrás……….Por cada persona que sabe
    analizar hay cincuenta que saben razonar por
    síntesis..»
    Los problemas que
    señalo y que me empeño en destacar, por supuesto no
    carecen de solución y sería conveniente discutir el
    como:
    Hay dos vias por las cuales los geólogos
    parecen adquirir las cualidades apropiadas para solucionar
    problemas geológicos. En primer lugar, se supone que las
    Facultades Universitarias sean capaces de proporcionar, no
    solamente una cierta formación teórica, sino
    también cierta educación
    metodológica. En segundo lugar, cabe aceptar que durante
    la practica profesional, cierta capa de geólogos se ven
    colocados ante fenómenos geológicos que los inducen
    a tratar de adquirir conocimientos extrageológicos
    autodidácticos, con el fin de colocarse en más
    ventajosa situación para encontrar explicaciones
    plausibles para los mismos.. La segunda vía es la menos
    empleada, porque la sensibilidad para percibir las propias
    insuficiencias ya presupone la posesión de ciertas
    cualidades no comunes.
    Quiero sostener el punto de vista de que la enseñanza
    sistemática de la geología en nuestro medio no
    está aun, suficientemente perfeccionada como para
    proporcionar un conocimiento operativo de los métodos y
    principios del razonamiento geológico, por cuya
    razón solo una minoría de los egresados llegan a
    procurarse la preparación necesaria, casi siempre
    transitando por la segunda vía indicada.
    Un comienzo de solución de esta situación puede
    obtenerse con la introducción de disciplinas propias de
    las llamadas "humanidades". Un estudio de la Lógica
    Formal, previamente adaptada mediante un enfoque
    geológico, no estaría en lo absoluto fuera de lugar
    en el curriculum
    universitario. A duras penas se puede comprender como le es
    posible a un geólogo ser plenamente eficaz si no posee un
    conocimiento aceptable de la definición y
    aplicación de las figuras más comunes del
    pensamiento, en una ciencia donde la deducción, la
    inducción, el razonamiento analógico y el arte del
    pensamiento analítico juegan un papel simultáneo
    tan fundamental. Tanto más resulta poco
    comprensible como podrá razonar en buenas condiciones,
    careciendo de una educación cuidadosa en la historia de la ciencia
    geológica, pues como señala Kitts (5) ..«la
    formulación de los enunciados históricos requiere
    procedimientos deductivos que indudablemente van más
    allá de una simple descripción..".
    La
    Geología, ciencia eminentemente histórica, necesita
    en su práctica, no solamente el
    conocimiento de sus tempranos orígenes, sino la
    historia sistematizada, es decir, la llamada "historia de casos"
    que forma un impresionante archivo de
    conocimientos ilustrativos de la solución de problemas de
    la naturaleza más diversa, desde las aparentemente
    ingenuas elucubraciones de Agrícola sobre el origen de los
    criaderos metálicos, pasando por la fascinante
    polémica entre Neptunistas y Plutonistas, hasta la moderna
    revolución
    geodinámica con su extremo refinamiento y elegancia
    hipotética. Estos y otros innumerables capítulos de
    la historia de la ciencia, imposibles de citar aquí,
    contienen, no solamente el simple enunciado del escalón de
    conocimiento que fue alcanzado, sino los detalles de las
    conquistas intelectuales que posibilitaron su solución,
    los métodos empleados para conseguirlo, la forma en que
    las hipótesis fueron verificadas, las maneras
    en que tales hazañas fueron convertidas en ciencia
    cotidiana y consolidada.
    Un esfuerzo pedagógico reformador de esta clase
    podría conducir al fomento en los principiantes, de las
    cualidades de imaginación creadora e intuición
    sistematizada, como instrumentos poderosos del conocimiento
    geológico.
    En la actualidad, con frecuencia se incurre en el olvido de que,
    el pensamiento geológico, además de sus aspectos
    técnicos, reviste un valor filosófico concretamente
    epistemológico; pues el acto de observación e
    interpretación de la realidad geológica contribuye
    continuamente con nueva información al caudal general de la ciencia
    humana. La geología es, por si misma, una de las
    plataformas intelectuales más sólidas en que se
    apoya la indagación del universo y el
    posible sentido de la existencia del Hombre. De todas las
    ciencias, es la Geología la que más estrechamente
    mantiene unido al Hombre con su cuna natal; su planeta. El Hombre vive
    inmerso en sus tierras y bosques. Sus paisajes, sus recursos
    minerales, su
    atmósfera
    respirable son su propia vida, la base de su cultura y el
    destino directo o indirecto de todos sus anhelos.
    Por estas razones, la educación
    geológica debe estar pertrechada de numerosos y variados
    instrumentos técnicos, pedagógicos y culturales que
    lograrían mantenernos en el camino del progreso de nuestra
    ciencia, sirviéndola con honor y
    devoción.

    5.
    Conclusión.

    La técnica del pensamiento detectivesco, tal como
    fue presentada en la obra de Conan Doyle, tiene su fiel reflejo
    en la técnica del pensamiento geológico empleada
    durante la indagación y solución de problemas
    geológicos, sobre todo en los campos de la Geología
    Estructural, Estratigrafía y otras ramas de la
    Geología clásica y aplicada.
    Las estructuras
    lógicas y el procedimiento de
    arribar a conclusiones correctas se basa en ambas sobre los
    mismos principios. En otras muchas ciencias, el investigador se
    ve ante los elementos "iniciales" de un proceso, cuyo curso
    él puede observar y controlar con resultados predecibles o
    verificables con arreglo a determinadas "leyes" y
    relaciones cuantitativas conocidas.
    Al contrario; tanto un geólogo como un detective se ven
    enfrentados a un "producto
    final"; a un resultado. El objetivo del
    conocimiento entonces consiste en "predecir las causas", es
    decir, la postdicción. Como pueden ser varias las causas
    imaginables y hasta cadenas causales que produzcan un resultado
    final; mientras que realmente fue solo una causa o una cadena
    específica de causas las determinantes del fenómeno
    observado (en verdad, los restos de dicho fenómeno), las
    soluciones encontradas frecuentemente no son más que
    soluciones aparentes. Este peligro, siempre latente, exige que el
    razonador adquiera y posea una preparación especial y
    habilidades que, a un lado de las cualidades innatas, pueden
    adquirirse mediante el estudio y la practica reiterada.
    Del mismo modo que la inmortal figura literaria, modelo del
    razonador agudo y riguroso; los geólogos – detectives de
    la naturaleza- pueden concentrarse, ya sea por propia iniciativa
    o bajo la guía de maestros competentes, en la
    adquisición, ejercicio y desarrollo del arte del
    razonamiento y la deducción.
    En el escenario geológico existen muchos problemas
    abstrusos y complicadas y misteriosas cuestiones que resolver.
    Allí nos ha tocado actuar y ello constituye la gloria de
    nuestra profesión. En ella ningún geólogo
    encontrará que ha perdido su tiempo y esfuerzo si; dentro
    de su mochila, junto a las cosas necesarias para su austera vida,
    se hace acompañar por una buena edición de la
    simpática pareja de Holmes y Watson. Puede derivar mucho
    provecho y sólida doctrina de su lectura y en
    el futuro aspirar a poder
    declarar; como Holmes a Watson:
    « Watson, yo creo
    que puedo llegar hasta ufanarme de que mi vida no ha sido por
    completo vana……Si esta noche llegase a su fin la historia de
    la mía, podría yo contemplarla con
    ecuanimidad»

    Agradecimientos.
    Debo una expresión de gracias, por la gentileza de leer
    críticamente el manuscrito, a los estimados colegas; Dr.
    José A. Días Duque del Centro Universitario de
    Pinar del Río, a quién debo además el
    estimulante prólogo con que me honró. A la Ing.
    Idalia Alemán; Dr. Pavel Zimmerhakl y Dr. Martin
    Kleinwächter de la Expedición Geológica
    Cubano-Checoslovaca del CAME y, al Ing. Rafael Lavandero Illera,
    del Instituto de Geología y Paleontología. Sus
    observaciones me fueron útiles más,las opiniones
    vertidas aquí son de mi entera responsabilidad.

    6.
    Referencias.

    1-Bradley, W. H.,1963, Leyes Geológicas; en
    Filosofía de la Geología.1970 .Co. Edit.
    Continental, S.A. Mexico. pp.25-38.
    2-Simpson, G.G., 1963, La Ciencia Histórica; en
    Filosofía de la Geología.1970. Co. Edit.
    Continental, S.A.México.
    pp.39-69.
    3-Gilluly, J.,1963, La Filosofía Científica de G.
    K. Gilbert; en Filosofía de la Geología. 1970.
    Co.Edit. Continental, S.A. México.pp.275-283.
    4-Lahee,F.H.,1962,Geología Práctica; Edit.Omega.
    Barcelona.España.
    5- Kitts, D. B., 1963, Teoría
    de la Geología;en Filosofía de la Geología
    1970. Co. Edit. Continental,S.A. Mexico. pp.71-94.
    6-Conan Doyle, A.,1886, Aventuras de Sherlock Holmes; ( Un
    Estudio en Escarlata; El Valle del Terror,El Problema Final).
    1964. Edit. Consejo Nac. de Cultura,La Habana.

     

     

     

    Autor:

    Ing. Humberto Álvarez
    Chairman & CEO
    Aurora Advisors & I.H., Co.

    Expedición Checoslovaco-Cubana.
    Empresa Geologo-Minera de Santa Clara. Cuba.
    Dr. José Antonio Días Duque.
    Vice-Rector de Investigaciones y
    Post-Grado.
    Centro Universitario "Hnos Saiz".
    Presidente de la Sociedad
    Geológica de Cuba.

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