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ÉMILIE DURKHEIM




Enviado por brunencio



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    Indice
    1.
    Introducción

    2. De la división du travail
    social

    3. Le Suicide (1897)
    4. Carlos
    Marx

    5. Max weber: protestantismo
    y capitalismo

    6. Los Orígenes Del
    Espíritu Capitalista

    7. La Influencia Del
    Protestantismo Ascético

    1. Introducción

    "…Las pasiones humanas solo se detienen ante un
    poder moral al que
    respetan…Mientras que las funciones
    económicas representaban otrora un papel
    secundario, hoy se encuentran en primer plano. Únicamente
    las funciones científicas pueden disputarle el lugar.
    Nuestras sociedades son
    o tienden a ser esencialmente industriales. Una forma de
    actividad que ha ocupado un lugar tan importante en el conjunto
    de la vida social, evidentemente no puede permanecer en ese punto
    sin sujetarse a reglas, porque de todo ello resultarán las
    más profundas perturbaciones. Sobre todo es una fuente de
    desmoralización general."

    2. De la división du
    travail social

    La tesis de
    doctorado de Durkheim es su
    primer gran libro.
    También es la obra que perfila claramente la influencia de
    Augusto Comte.
    El tema de este primer libro es el tema central del pensamiento de
    Durkheim, el de la relación de los individuos y la
    colectividad. ¿De qué modo una reunión de
    individuos puede formar una sociedad?
    ¿Cómo puede realizar esa condición de la
    existencia social que es un consenso?
    Durkheim responde a esta pregunta fundamental distinguiendo dos
    formas de solidaridad: la
    solidaridad denominada mecánica y la llamada orgánica.
    Solidaridad mecánica (por similitud): Cuando esta forma de
    solidaridad domina una sociedad, los individuos difieren poco
    entre sí. La sociedad es coherente porque los individuos
    aún no se han diferenciado.
    Solidaridad orgánica: es aquella en la cual el consenso,
    es decir la unidad coherente de la colectividad, resulta de la
    diferenciación o se expresa en ella. Los individuos ya no
    son semejantes, sino diferentes; y hasta cierto punto
    precisamente porque son distintos se obtiene el consenso.
    Durkheim denomina orgánica a una solidaridad fundada en la
    diferenciación de los individuos por analogía con
    los órganos del
    ser vivo, cada uno de los cuales cumple su propia función, y
    no se asemejan a los demás, pese a lo cual todos son
    igualmente indispensables para la vida.
    La toma de conciencia de la
    individualidad se desprende del propio desarrollo
    histórico. En las sociedades primitivas, cada uno es lo
    que son los otros; en la conciencia de cada uno dominan, tanto
    por el número como por la intensidad, los sentimientos
    comunes a todos, o sentimientos colectivos.
    La oposición de estas dos formas de solidaridad se combina
    con la oposición entre las sociedades segmentarias y las
    sociedades en que aparece la división moderna del trabajo.
    En el vocabulario de Durkheim, un segmento designa a un grupo social
    en que los individuos están integrados estrechamente. Pero
    el segmento es también un grupo situado localmente,
    relativamente aislado de los demás y que desarrolla su
    propia vida. Implica una solidaridad mecánica por
    similitud; pero supone también la separación con el
    mundo exterior.
    Ocurre que, en efecto, como la división del trabajo es un
    fenómeno derivado y secundario, según acabamos de
    verlo, se desarrolla en la superficie de la vida social, y esta
    afirmación es aplicable sobre todo a la división
    del trabajo económico. Esta última se desarrolla a
    flor de piel.
    No debemos juzgar el lugar que corresponde a una sociedad en la
    escala social de
    acuerdo con el estado de
    su civilización, y sobre todo de su civilización
    económica; pues ésta puede no ser más que
    una imitación, una copia y cubrir una estructura
    social de tipo inferior.
    Por consiguiente, la idea de estructura segmentaria no se
    confunde con la solidaridad por similitud.
    La división del trabajo que Durkheim procura aprehender y
    definir no se confunde con la que contemplan los economistas.
    Partiendo de ésos temas fundamentales podemos dilucidar
    algunas de las ideas que se desprenden de este análisis y forman parte de la teoría
    general de nuestro autor.
    La primera se relaciona con el concepto de
    conciencia colectiva, que desde esta época figura en el
    primer plano del pensamiento de Durkheim.
    La conciencia colectiva, es simplemente "el conjunto de creencias
    y sentimientos comunes el término medio de los miembros de
    una sociedad"
    De acuerdo con las diferentes sociedades, esta conciencia
    colectiva implica más o menos extensión o fuerza. En las
    sociedades en que domina la solidaridad mecánica, la
    conciencia colectiva engloba a la mayor parte de las conciencias
    individuales. En las sociedades arcaicas, la fracción de
    las existencias individuales sometidas a los sentimientos comunes
    es casi coextensiva de toda existencia.
    En cambio, donde
    reina la solidaridad orgánica, Durkheim cree observar
    simultáneamente una reducción de la esfera de
    existencia correspondiente a la conciencia colectiva, un
    debilitamiento de las reacciones colectivas contra la
    violación de las prohibiciones, y sobre todo un margen
    más amplio de interpretación individual de los
    imperativos sociales.
    De este análisis, Durkheim deduce una idea que ha
    mantenido toda su vida, y que por lo tanto se encuentra en el
    centro de su sociología, la que afirma que el individuo
    nace de la sociedad y no la sociedad de los individuos.
    Si intento reconstruir el pensamiento de Durkheim,
    afirmaré que la primacía de la sociedad con
    respecto al individuo tiene por lo menos dos sentidos, que en el
    fondo de ningún modo son paradójicos.
    El primer sentido es el de la prioridad histórica de las
    sociedades en que los individuos se asemejan unos a otros y por
    así decirlo están perdidos en el todo, sobre las
    sociedades cuyos miembros han adquirido al mismo tiempo conciencia
    de su responsabilidad y capacidad para expresarla. Las
    sociedades colectivistas, donde cada uno se asemejaba a todos,
    don históricamente las primeras.
    De esta prioridad histórica resulta una prioridad lógica
    en la explicación de los fenómenos sociales. Si la
    solidaridad mecánica ha precedido a la solidaridad
    orgánica, no es posible, en efecto, explicar los
    fenómenos de diferenciación social y de solidaridad
    orgánica partiendo de los individuos.
    Durkheim esboza aquí lo que será, durante toda su
    carrera, una de sus ideas fundamentales, la que le permite
    definir la sociología: es decir, la prioridad del todo
    sobre las partes, o aún la irreductibilidad del conjunto
    social a la suma de los elementos y la explicación de los
    elementos por el todo.
    El fenómeno de la división del trabajo, que el
    sociólogo quiere explicar, difiere por lo tanto de lo que
    los economistas entienden con el mismo concepto. La
    división del trabajo es cierta estructura de la sociedad
    toda, y la división técnica o económica del
    trabajo no es mas que la expresión de
    aquélla.

    Una vez definida científicamente la
    división del trabajo, es necesario estudiarla.
    Para estudiar un fenómeno social, es necesario estudiarlo
    objetivamente (desde el exterior), determinando los estados de
    conciencia. Éstas expresiones de los fenómenos de
    conciencia son, en la División du travail social, los
    fenómenos jurídicos.
    Durkheim distingue dos especies de derecho, cada una de ellas
    característica de uno de los tipos de
    solidaridad: el derecho represivo, que sanciona las faltas o los
    crímenes, y el derecho restitutivo o cooperativo, cuya
    esencia es reestablecer el estado de las
    cosas, cuando se ha cometido una falta, u organizar la
    cooperación entre los individuos.

    El derecho represivo es el revelador de la conciencia colectiva
    en las sociedades de solidaridad mecánica. Cuanto
    más extensa, vigorosa y particularizada sea la conciencia
    colectiva, mayor el número de actos considerados delitos .
    Esta definición del delito es
    típicamente sociológica. El delincuente es aquel
    que en una sociedad ha rehusado a obedecer a las leyes de la
    ciudad. En su opinión, la función y el sentido de
    la sanción no es intimidar a disuadir. La función
    del castigo es satisfacer la conciencia común. Pues
    ésta se ha visto lesionada por el acto cometido por uno de
    los miembros de la colectividad. Exige reparación, y el
    castigo del culpable es esta reparación ofrecida a los
    sentimientos generales.
    En el derecho restitutivo, ya no se trata de castigar, sino de
    devolver las cosas al Estado en que debería encontrarse de
    acuerdo con la justicia . Es
    necesario entender el derecho restitutivo en un sentido muy
    amplio, de acuerdo con el cual engloba todas las reglas
    jurídicas cuyo objetivo es
    organizar la cooperación entre los individuos.
    La idea de acuerdo con la cual una sociedad moderna está
    fundada esencialmente con el contrato , es
    decir en acuerdos concluidos libremente por los individuos. En
    este caso, la visión de Durkheim se ajustaría hasta
    cierto punto a la fórmula clásica "del estatuto al
    contrato", o aún "de una sociedad dominada por imperativos
    colectivos a una sociedad en la cual las libres desiciones de los
    individuos crean el orden común".
    Si la sociedad moderna fuera una sociedad "contractual", se
    explicaría a partir de las formas individuales de conducta . Pero
    el sociólogo quiere demostrar precisamente lo
    contrario.
    Al oponerse así a los "contractualistas" y a los
    economistas, Durkheim no niega que, efectivamente, en las
    sociedades modernas los contratos
    concertados libremente entre los individuos representan un papel
    cada vez más importante. Pero este elemento contractual es
    un derivado de la estructura de la sociedad, y aún un
    derivado del estado de la conciencia colectiva en la sociedad
    moderna.
    Se conciertan contratos entre los individuos, pero las
    condiciones en que se los concierta están determinadas por
    una legislación que expresa la concepción de la
    sociedad en general acerca de lo justo y lo injusto, lo tolerable
    y lo prohibido.
    Por vía de diferenciación la división del
    trabajo es la condición primordial de la existencia la
    existencia de una esfera contractual. Volvemos a hallar el
    principio de la prioridad de la estructura social sobre los
    individuos, o aún de la prioridad del tiempo social sobre
    los fenómenos individuales.
    Pero ¿cuál es la causa de la solidaridad
    orgánica o de la diferenciación social considerada
    como la característica esencial de las sociedades
    modernas?
    Pero Durkheim quiere determinar la causa del desarrollo de la
    división del trabajo en las sociedades modernas.
    Se trata de un fenómeno esencialmente social, y por
    homogeneidad, la causa también debe ser social. Así
    es necesario eliminar la explicación individualista.
    La diferenciación social no se explica por la
    búsqueda del placer o la persecución de la
    felicidad. Por consiguiente no es posible explicar la
    división del trabajo por el hastío, ni por la
    búsqueda de la felicidad, ni por le aumento de los
    placeres, ni por el deseo de aumentar el rendimiento del trabajo
    colectivo. La división del trabajo, que es un
    fenómeno social, solo puede explicarse por otro
    fenómeno social, y éste último es una
    combinación del volumen , la
    densidad
    material y la densidad moral de la sociedad. El volumen de la
    sociedad, es simplemente el número de individuos que
    pertenecen a una colectividad dada. Para que el volumen, se
    convierta en causa de la diferenciación es necesario
    agregar la densidad, en ambos sentidos, material y moral. La
    densidad moral es la intensidad de las comunicaciones
    y los intercambios de los individuos. Cuanto más elevado
    el número de relaciones de los individuos, más
    tienden a trabajar juntos. La diferenciación social
    resulta de la combinación de éstos dos
    fenómenos del volumen y la densidad material y moral.
    Para explicar este mecanismo Durkheim invoca el concepto de la
    lucha por la vida, puesto de moda pro
    Darwin en la
    segunda mitad del S XIX. Desde el momento que los individuos ya
    no son semejantes, sino diferentes, ya no es necesario eliminar a
    la mayoría, pues cada cual contribuye con su propio aporte
    a la vida de todos.
    Por consiguiente, a partir de este primer trabajo importante, ,el
    pensamiento de Durkheim se organiza alrededor de algunas
    ideas esenciales.
    La diferenciación social, fenómeno
    característico de las sociedades modernas, es la
    condición creadora de la libertad
    individual.
    El individuo es la expresión de la colectividad.
    Aún en esta sociedad que autoriza a cada uno a ser
    él mismo, hay una parte, más considerable de los
    que creemos, de conciencia colectiva presente en las conciencias
    individuales. La sociedad de diferenciación
    orgánica no podría mantenerse si, fuera o por
    encima del reino contractual, no existiesen imperativos y
    prohibiciones, valores y
    sacrocolectivos, que vinculan a las personas con el todo
    social.

    3. Le Suicide
    (1897)

    El libro que Durkheim consagró al problema del
    suicidio se
    vincula estrechamente con el estudio de la división del
    trabajo. Durkheim aprueba el fenómeno de la
    división orgánica del trabajo.
    Considera positiva la diferenciación de los oficios y los
    individuos, la regresión de la autoridad de
    la tradición, el dominio cada vez
    mas acentuado de la razón, sin embargo, observa
    también que no siempre el hombre se
    siente mas satisfecho de su suerte en las sociedades modernas,
    expresión y prueba de ciertos rasgos, quizás
    patológicos, de la
    organización actual de la vida en común.
    La última parte del libro consagrado a la división
    del trabajo incluye un análisis de éstos rasgos
    patológicos. Examina luego ciertos fenómenos: las
    crisis
    económicas, la mala adaptación de los trabajadores
    a sus respectivos empleos, la violencia de
    las reivindicaciones que los individuos formulan a la
    colectividad. Todos estos fenómenos son
    patológicos. En cambio, el individualismo es el principio
    constitutivo de las sociedades modernas. En él los hombres
    son y se sienten diferentes unos de otros, y cada uno quiere
    obtener lo que, según su propio juicio, es su derecho. El
    principio individualista de justicia se convierte en el principio
    colectivo, indispensable, del orden actual. Las sociedades
    modernas pueden ser estables solo si respetan la justicia.
    El problema fundamental de las sociedades modernas, es la
    relación de los individuos con el grupo. Ésta
    relación se transforma a causa de que el hombre ha
    adquirido excesiva conciencia de sí mismo para aceptar
    ciegamente los imperativos sociales. Es necesario tener una
    disciplina,
    que solo la sociedad puede imponer.
    Durkheim alude a la solución del problema, la
    curación del mal endémico de las sociedades
    modernas: la organización de los grupos
    profesionales que favorecerán la integración de los individuos en la
    colectividad. El quiere demostrar hasta que punto los individuos
    están determinados por la realidad colectiva. Si se
    descubre que este fenómeno está regido por la
    sociedad, Durkheim habrá demostrado la verdad de
    ésta última.
    El estudio del suicidio en Durkheim comienza con una
    definición del fenómeno; continúa con una
    refutación de las interpretaciones anteriores, luego,
    halamos una determinación de los tipos de suicidio-; y
    finalmente, sobre la base de esta tipología, se desarrolla
    una teoría general del fenómeno considerado.
    El suicidio es "todo caso de muerte que
    resulta directa o indirectamente de un caso positivo o negativo
    realizado por la víctima misma, y que, según ella
    sabía, debía producir este resultado".
    Acto positivo: dispararse un tiro en la sien. Acto negativo: no
    abandonar una casa en llama o rehusar todo alimento hasta dejarse
    morir. Una huelga de
    hambre llevada hasta la muerte es
    un ejemplo de suicidio.
    La expresión "directa o indirectamente" remite a una
    distinción comparable a la que existe entre los positivo o
    lo negativo.
    Las estadísticas demuestran inmediatamente que
    la tasa de suicidios es relativamente constante. No varía
    de modo arbitrario, sino en función de múltiples
    circunstancias.
    Después de definir el fenómeno, Durkheim desecha
    las explicaciones de tipo psicológico. Reconoce que hay
    una predisposición psicológica al suicidio, la
    fuerza que determina el suicidio no es psicológica sino
    social. La discusión científica está
    centrada alrededor de estos dos términos:
    predisposición psicológica y determinación
    social.
    Estudia las variaciones de la tasa de suicidios en las diferentes
    poblaciones y se esfuerza por demostrar que no hay
    correlación entre la frecuencia de los estados
    psicopatológicos y de la de los suicidios.
    Rechaza igualmente en éstos análisis preliminares,
    la interpretación del suicidio a partir del
    fenómeno de la imitación (Gabriel Tarde, que
    creía que la imitación es el fenómeno clave
    del orden social). Para Durkheim se confunden tres
    fenómenos bajo el título general de la
    imitación.
    El primero es que se denominaría hoy la fusión de
    las conciencias, el hecho de que un elevado número de
    hombre experimentan conjuntamente los mismos sentimientos (ej:
    una multitud revolucionaria).
    En el segundo fenómeno el individuo se adapta a la
    colectividad y se conduce con los demás, sin que haya
    fusión de las conciencias (la moda es una forma atenuada
    de imperativo social).
    Finalmente, el único que merece el nombre de
    imitación en el sentido preciso del término, es "un
    acto que tiene como antecedente inmediato la
    representación de un acto semejante, realizado
    anteriormente por otro, sin que entre esta representación
    y la ejecución se intercale ninguna operación
    intelectual implícita o explícita, referida a los
    caracteres intrínsecos del acto reproducido".
    Aún puede afirmarse que conviene distinguir dos
    fenómenos, el contagio y la epidemia. El fenómeno
    va de un individuo a otro como una piedra que rebota sobre
    el agua. En
    cambio, la epidemia que puede transmitirse por contagio es un
    fenómeno colectivo que se apoya en el conjunto de la
    sociedad.
    Después de éstos análisis formales, Durkheim
    refuta con la ayuda de estadísticas la idea de que la tasa
    de suicidios estaría determinada esencialmente por
    fenómenos de imitación (si los suicidios fuesen
    resultado del contagio, sería posible seguir en un mapa su
    difusión desde un centro). La distribución de las tasas es irregular,
    incompatible con la hipótesis de la imitación.
    Resta cumplir la etapa principal de la investigación, la constitución de los tipos. Con este fin,
    Durkheim examina las estadísticas incompletas y parciales
    basadas en números reducidos (la tasa de suicidios oscila
    entre 100 y 300 por millón de personas en un
    año).
    Los tres tipos de suicidios que Durkheim se cree autorizado a
    definir son: el suicidio egoísta, altruista y
    anómico.
    Este primer tipo social de suicidio, establecido mediante el
    estudio estadístico de las correlaciones, se define con el
    término egoísmo. Los hombres o las mujeres tienden
    mas a quitarse la vida cuando piensan esencialmente en sí
    mismos, cuando no están integrados.
    El segundo tipo de suicidio es el suicidio altruista – dos
    ejemplos principales: uno es el de la viuda que en la India acepta
    que la depositen sobre la pira donde arderá el cuerpo de
    su marido. Del mismo el comandante de una nave que no quiere
    sobrevivir a la pérdida de su embarcación se
    suicida por altruismo.
    Por consiguiente la corriente suicidógena puede elegir dos
    tipos de hombres, los que están excesivamente apartados
    del grupo
    social y los que no lo están bastante. Los egoístas
    se suicidan mas fácilmente que los otros, pero
    también lo hacen los que tiene exceso de altruismo, los
    que se confunden de tal modo con el grupo al que pertenecen que
    son incapaces de resistir los golpes de la suerte.
    Finalmente, hay un tercer tipo social de suicidio, el suicidio
    anómico. Este tipo es el que interesa particularmente a
    Durkheim porque es el mas característico de la sociedad
    moderna. Este suicidio anómico es el que refleja en la
    correlación estadística entre la frecuencia de los
    suicidios y las fases del ciclo económico. Éstos
    fenómenos, el aumento de la frecuencia en las fases de
    agitación social, la disminución de la frecuencia
    en ocasión de los grandes acontecimientos, sugieren al
    sociólogo la idea del suicidio anómico. Éste
    no es solo el que aumenta durante las crisis económicas.
    Es también el suicidio cuya frecuencia crece paralelamente
    con el número de divorcios, el suicidio anómico que
    afecta a los individuos a causa de las condiciones de existencia
    que caracterizan a las sociedades modernas. En estas sociedades,
    la existencia social ya no es regulada por la costumbre; los
    individuos compiten permanentemente unos con otros; por lo tanto
    están acechados perpetuamente por el sufrimiento que se
    origina en la desproporción entre sus aspiraciones y
    satisfacciones. Durkheim procura luego demostrar que los tipos
    sociales que ha elaborado corresponden aproximadamente a tipos
    psicológicos.
    El suicidio egoísta se manifestará por un estado de
    apatía y de ausencia de apego a la vida, el suicidio
    altruista por la energía y la pasión; y el suicidio
    anómico se caracterizará por un estado de
    irritación y de disgusto, que la existencia moderna
    ofrece, un disgusto que es resultado de que se ha cobrado
    conciencia de la desproporción entre las aspiraciones y
    las satisfacciones.
    Podemos resumir la teoría de Durkheim: los suicidios son
    fenómenos individuales, que responden a causas
    esencialmente sociales.
    Hallamos aquí una vez más el tema fundamental de la
    sociología de Durkheim, a saber que en sí mismas
    las sociedades son heterogéneas respecto de los
    individuos. Para extraer las consecuencias prácticas del
    estudio del suicidio, conviene examinar el carácter
    normal o patológico de éste fenómeno. A
    juicio de Durkheim el delito es un fenómeno socialmente
    normal, si consideramos lo que ocurre regularmente el delito no
    es un fenómeno patológico. A sí mismo,
    podemos considerar normal cierta tasa de suicidios pero Durkheim
    entiende que el aumento de la tasa de suicidios en la sociedad
    moderna es un fenómeno patológico.
    Como se sabe, ésta última se caracteriza por la
    diferenciación social, la solidaridad orgánica, la
    densidad de la población, la intensidad de las
    comunicaciones y de la lucha por la vida. Todos estaos hechos,
    vinculados con la esencia de la sociedad
    moderna, no deben ser considerados como anormales en sí
    mismos.
    "Hay motivos para creer que este agravamiento (de la tasa de
    suicidios) responde, no a la naturaleza
    intrínseca del progreso, sino a las condiciones
    particulares en que aquel se realiza contemporáneamente, y
    nada nos asegura que las mismas sean normales. Pero entonces si
    la causa es anormal debe afirmarse lo mismo del efecto. Por
    consiguiente, lo que la marea ascendente de muertes voluntarias
    demuestra, no es el brillo cada vez mas intenso de nuestra
    civilización, sino un estado de crisis y
    perturbación que no puede prolongarse sin peligro"
    ¿Cómo puede restablecerse la integración del
    individuo con la colectividad? Durkheim examina sucesivamente el
    grupo familiar, el grupo religioso y el grupo político
    (sobre todo el estado) y procura demostrar que ninguno de los
    tres ofrece el marco social cercano al individuo que puede
    ofrecerle seguridad al
    mismo tiempo que lo somete a las exigencias de la
    solidaridad.
    Desecha por dos razones la reintegración en el grupo
    familiar. Por una parte, la tasa de suicidios aómicos no
    aumenta menos en las personas casadas que en las célibes
    lo cual indica que el grupo familiar no ofrece una
    protección más eficaz contra la corriente
    suicidógena.
    Por otra parte, las funciones de la familia
    decaen en la sociedad moderna.
    El estado o agrupamiento político está demasiado
    lejos del individuo, es excesivamente abstracto tiende demasiado
    a lo autoritario para ofrecer el contexto necesario a la
    integración.
    Finalmente, tampoco la religión puede poner
    fin a la anomia eliminando las causas profundas del mal. En las
    sociedades modernas las religiones presentan un
    carácter cada vez más abstracto e intelectual. Ya
    no son escuelas de disciplina como antaño. Ahora bien, lo
    que Durkheim busca para curar los males de la sociedad moderna,
    no son ideas abstractas y teorías, sino formas morales en
    acción.
    Por lo tanto, el único grupo social que puede favorecer la
    integración de los individuos en la colectividad es la
    profesión; o para utilizar el término de Durkheim
    la corporación.
    Pero en esta discusión del carácter
    patológico de las tasas actuales de suicidios y de la
    búsqueda de una terapéutica aparece una idea
    fundamental de la filosofía de Durkheim. El hombre,
    abandonado a sí mismo, está animado de ilimitados
    deseos. El individuo quiere siempre más de lo que tiene, y
    se siente permanentemente decepcionado por la satisfacciones que
    encuentra en una existencia dura.
    El hombre individual es un ser formado de deseos, y desde luego
    la necesidad fundamental de la moral y la
    sociedad es la disciplina. El hombre necesita la disciplina de
    una fuerza superior, autoritaria y amable es decir, digna de ser
    amada, esta fuerza que al mismo tiempo se impone y atrae no puede
    ser sino la propia sociedad.
    Las discusiones en relación con la tesis de Durkheim
    acerca del suicidio se han referido a varios puntos. El primero
    tratado sobre todo por el doctor A. Delmas, se refiere al
    valor de las
    estadísticas. Las variaciones de las tasas de suicidios
    carecen de significación en la mayoría delos casos,
    como consecuencias de los errores implicados en las
    estadísticas.
    Dos fuentes de
    error son indudables: la primera, que generalmente se conoce un
    caso de suicidio solo por la declaración de la familia. Por
    consiguiente, de acuerdo con los medios
    sociales, las épocas y los casos puede variar la
    proporción de suicidios enmascarados.
    El segundo motivo de incertidumbre proviene de la frecuencia de
    los suicidios fracasados o tentativas de suicidios. El segundo
    punto de discusión se refiere a la validez de
    correlaciones establecidas por Durkheim.
    En general, el establecimiento de correlaciones entre la taza de
    suicidios y un factor como el religioso exige la
    demostración de que no hay otros factores diferenciales en
    los casos comparados. Ahora bien, a menudo no llegamos a un
    resultado indudable. Es difícil aislar el factor religioso
    en general, las poblaciones vecinas que tienen diferente
    religión poseen también distinto género de
    vida y de actividad profesional.
    El tercer punto de discusión es la relación entre
    la interpretación sociológica y la
    psicológica. Los psicólogos y los sociólogos
    coinciden en un hecho: la mayoría de los que se suicidan
    tiene una constitución nerviosa y psíquica no
    siempre anormales pero en todo caso vulnerable.
    En un texto de este
    orden el equívoco proviene de la expresión
    "corriente suicidógena". En este concepto parece sugerir
    que, en rigor, hay una fuerza social o colectiva,
    emanación del grupo total, que impulsa a los individuos a
    matarse. Ahora bien, ni los hechos individuales observados
    directamente ni los hechos estadísticos nos obligan a
    imaginar nada semejante.
    El riesgo de la
    interpretación o el vocabulario de Durkheim, consiste en
    sustituir la interpretación positiva, que combina sin
    dificultad los factores individuales y los factores colectivos,
    con una cristalización mítica de los factores
    sociales transfigurados en una fuerza supraindividual, nuevo
    Moloch que elige a sus víctimas entre los
    individuos.

    Partes: 1, 2

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