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Los “nuevos” pobres, de los países ricos II (un relato trágico de la crisis) (página 4)




Enviado por Ricardo Lomoro



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12

Dos meses antes la mala gestión económica
desarrollada por el ex primer ministro, Silvio Berlusconi, y la
presión insoportable sobre la prima de riesgo
explotó hasta acabar forzando la dimisión de Il
Cavaliere. A partir de entonces, el Ejecutivo tecnócrata
de Monti pasó a ser el encargado de reconducir la
situación de un país que acumula una deuda
equivalente al 120% del PIB y que se ha asomado peligrosamente al
abismo del impago. Pero las expectativas levantadas por el cambio
de Gobierno no han servido para calmar la situación de un
país que en 2012 tendrá que hacer frente a unos
vencimientos de deuda pública de 202.000 millones de
euros, 53.000 millones solo en el primer trimestre. Reflejo de
este desafío es el nivel de la prima de riego italiana,
que cierra el año por encima de los 500 puntos
básicos, y del bono a 10 años, en el 7%.

La solución pasa de momento por un retraso de la
edad de jubilación, la reintroducción del impuesto
de bienes inmuebles sobre la primera vivienda, la subida del IVA,
la congelación de las pensiones y una tasa del 0,4% para
los capitales evadidos. El primer ministro italiano ha lamentado
el incremento impositivo, pero reconoce que "sin disciplina
fiscal no hay crecimiento".

Irlanda. Las ventajas de una economía
abierta

Irlanda es la excepción dentro del mapa de los
países rescatados. Un año después de ser
intervenida ha conseguido distanciarse del camino abierto por
Grecia y retorna a la senda del crecimiento. Se espera que cierre
el año (2011) con un aumento del PIB del 1% gracias a la
apertura al exterior y el atractivo que representa para muchas
empresas su exiguo impuesto de sociedades.

Pero este progreso no ha eximido ni mucho menos al
Ejecutivo de aprobar nuevos recortes. Además del exigido
por la UE y el FMI para la recepción de una ayuda por
85.000 millones de euros, a comienzos de diciembre Irlanda
anunció un nuevo plan de austeridad para recaudar 1.400
millones el próximo año.

La fórmula elegida pasa a ser la misma que las
emprendidas en otros casos, es decir, recortes sociales que se
añaden a la rebaja del gasto en
infraestructuras…

Francia. Austeridad presupuestaria para conservar la
triple A

Los problemas económicos y la elevada
exposición a la deuda italiana y griega pasan factura a la
economía francesa. La prueba más fehaciente son las
sucesivas advertencias recibidas por las agencias de
calificación. La última de ellas, Fitch, que
advirtió del peligro cada vez más inminente de la
pérdida de la triple A.

Pero Nicolas Sarkozy no se da por vencido. Tras anunciar
un plan de ajuste en agosto (2011) con el que recaudar 12.000
millones de euros en dos años, en noviembre, el ministro
de Finanzas, François Fillon, anunció una segunda
oleada de recortes. Esta vez el gasto se reduciría en
8.000 millones gracias a la subida del IVA, el impuesto de
sociedades y el paso de la tijera por el sistema de la seguridad
social. El año 2012 parece que seguirá la misma
tendencia, pues, según lo señalado por Fillon, los
presupuestos serán uno de los más austeros desde el
final de la Segunda Guerra Mundial. Y Bruselas estima un
crecimiento inferior al 1%.

El ajuste en la periferia de la UE suma ya 100.000
millones… y lo que queda

En el patio del euro, 2011 será recordado por ser
el año en que todos sus vecinos se pusieron a seguir una
dieta de austeridad, que en 2012 amenaza con hacerse
estrictamente frugal. Y es que los severos planes de ajuste de
los intervenidos Irlanda, Grecia y Portugal se han quedado
cortos, lo mismo que las medidas anunciadas por Italia y
España, que enfilan 2012 con la urgencia de meter la
tijera en todos los sectores si quieren embridar el desbocado
déficit público.

En total, los ajustes en estos cinco países suman
ya unos 100.000 millones de euros, entre recortes de gasto,
subidas de impuestos y otras medidas desesperadas,
inéditas en Europa, como los despidos de funcionarios
(Irlanda, Grecia y Portugal), la confiscación por el
Estado de pagas extraordinarias (Portugal), las fortísimas
subidas de IVA (Portugal, Irlanda) o el copago sanitario, que
implica que ir a urgencias en Portugal cueste 20 euros desde
enero, y 25 euros en Italia.

El FMI vuelve a reiterar: "no corran… que es
peor" (peligro, depresión económica)

"La dureza de la crisis empieza a agitar
conciencias. O dicho en términos económicos: la
ortodoxia presupuestaria se desinfla, y hasta el Fondo Monetario
Internacional (FMI) pidió ayer formalmente a los gobiernos
que suavicen sus planes de consolidación fiscal para no
alentar la recesión. En palabras del FMI, la
aplicación de una política "aún más
restrictiva podría exacerbar las tensiones en los mercados
a través de su impacto negativo en el crecimiento, en
lugar de aliviarlas""…
El FMI tira la toalla y pide a
los gobiernos que suavicen los recortes (El Confidencial –
25/1/12)

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El FMI llega a esta conclusión después de
constatar que la mayoría de los grandes países
-salvo Alemania e Italia- incumplirán su compromiso de
alcanzar un déficit del 3% a finales de 2013. Y entre
ellos está España, cuyo desequilibrio
representará nada menos que el 6,3% del PIB el año
que viene (un 6,8% este año), más del doble del
objetivo pactado. Pero también Francia (4,4% de
déficit) o Reino Unido (6,5%). Para el conjunto de la
eurozona, el FMI estima un desequilibrio del 2,9%, aunque esta
cifra está sesgada a la baja por el peso de Alemania: 0,1%
de déficit en 2013.

Es la primera vez que el FMI se inclina a favor de una
suavización de los calendarios, lo que contradice la
doctrina imperante. La Unión Europea, por el momento,
mantiene oficialmente los calendarios, pero la posibilidad de que
sean suavizados cobra cada día más fuerza.
Básicamente por el efecto devastador que va a tener la
recesión sobre las cuentas públicas. Por un lado,
menos recaudación por la caída del empleo y de las
bases imponibles, y, por otro, más gasto por el
crecimiento del paro y del endeudamiento, que conllevará
un aumento del servicio de la deuda.

Olivier Blanchard, el economista jefe del FMI, ya
venía advirtiendo desde hace meses que una política
fiscal tan dura acabaría por tener efectos
procíclicos, es decir, a favor de la recesión. Y de
ahí que algunos economistas consultados ayer por este
diario, no se vieron sorprendidos por el nuevo mensaje del FMI,
que puede sintetizarse en esta frase: "La aplicación de un
ajuste fiscal excesivo a corto plazo para compensar las
pérdidas cíclicas de ingresos socavará
aún más la actividad, reducirá el respaldo
con que cuenta el ajuste entre el público y minará
la confianza del mercado". Más claro no se puede
decir.

En palabras de uno de esos economistas -responsable de
un gran servicio de estudios- lo que quiere decir el FMI con esa
frase es que lo importante es el déficit público
que tiene carácter estructural, y no el meramente
coyuntural. Y existe un peligro real de que ajustes demasiado
severos estimulen la recesión.

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La receta que propone el Fondo Monetario para hacer
frente a este escenario no ofrece dudas: "Los gobiernos
deberían evitar la aplicación de políticas
aún más restrictivas en respuesta a una
desaceleración imprevista del crecimiento", asegura. El
Fondo Monetario, incluso, da argumentos técnicos para
explicar su cambio de posición.

En su opinión, se da la paradoja que la
política fiscal en muchos países "es ya más
restrictiva" que el propio ciclo económico, lo que
estimula la recesión al impedir que operen libremente los
estabilizadores automáticos. Es decir, los instrumentos de
política económica (principalmente el desempleo)
que sirven para contrarrestar el ciclo e impedir que la
economía caiga en una depresión.

En palabras del FMI, una reducción "adicional" de
los déficits ajustados en función del ciclo
podría ser desfavorable, no solo desde el punto de vista
del crecimiento, sino también posiblemente desde el punto
de vista del mercado. Es decir, que a los mercados les empieza a
preocupar el efecto que tendrá sobre la economía
los drásticos ajustes fiscales, lo que hace más
difícil devolver las deudas. Máxime cuando el
año próximo, y en un país como
España, el PIB nominal (con inflación)
tendrá un crecimiento cero, lo que empujará el
endeudamiento público hasta el 84% del Producto Interior
Bruto. Un nivel, incluso, superior al de Alemania (79%), y en
todo caso a años luz del 36% con que comenzó la
crisis.

El debate sobre el cumplimiento del objetivo de
déficit emerge cada día con más fuerza en la
Unión Europea, lo que puede explicar los titubeos del
Gobierno español. Pero la realidad es que hoy por hoy
Alemania y su núcleo duro (Holanda, Finlandia o Austria)
se niegan a alargar el calendario.

Temen que los países del sur de Europa aflojen
sus programas de estabilidad presupuestaria nada más
conocer que la UE suaviza los plazos. Y de ahí que al
menos formalmente no se quiera por el momento dar ningún
paso en esa dirección. Desde luego no antes de que se
firme el Pacto Fiscal impulsado Por Merkel y Sarkozy, que muy
probablemente no se aprobará en la cumbre del 30 de enero
(2012), sino en el Consejo Europeo de marzo. Mientras tanto, se
mantendrá el discurso dominante.

La
"consagración" de la austeridad (no comment)

– La UE consagra el principio de austeridad (El
País – 31/1/12) Lectura recomendada

25 Estados se sumarán al nuevo Tratado para
lograr el equilibrio presupuestario

República Checa se une al rechazo
británico al acuerdo económico de la
Unión

(Por Andreu Missé – Bruselas)

Veinticinco líderes europeos han
cerrado en la noche del lunes un acuerdo sobre el Tratado
Internacional que consagra la austeridad presupuestaria en la
zona euro. Checos y británicos se han quedado fuera. El
texto establece que "la posición presupuestaria de los
Gobiernos será equilibrada o de superávit". En la
práctica se traduce en que se permitirá a los
Estados un déficit máximo del 0,5% del producto
interior bruto (PIB). Esta norma, conocida como regla de
oro
, deberá integrarse obligatoriamente en las
Constituciones de los Estados firmantes, que serán los 17
del euro y el resto de la UE voluntariamente excepto Reino Unido,
que ya rechazó el acuerdo en diciembre y República
Checa, donde los partidos euroescépticos controlan el
Parlamento y la Presidencia.

La celebración de un Tratado Internacional entre
los países del euro y los otros ocho miembros de la UE que
lo suscribieron voluntariamente fue consecuencia de la negativa
del Reino Unido a modificar el Tratado de la Unión para
reforzar la disciplina fiscal y la coordinación
económica, para lo que se requiere unanimidad. La
impulsora de fondo de la austeridad ha sido la canciller alemana,
Ángela Merkel, que ha fijado estas exigencias como
condición previa para autorizar un papel más activo
del Banco Central Europeo (BCE) y aumentar la cuantía del
fondo de rescate para los países con
dificultades.

Los países no pertenecientes a la moneda
única que habían reclamado una mayor
participación en las cumbres del euro, como había
sido el caso de Polonia, lograron buena parte de sus exigencias.
El presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy,
señaló que se invitaría a estos
países en las reuniones de los líderes cuando "se
trataran cuestiones de competitividad, desarrollo de las
aplicaciones del Tratado y modificaciones de la arquitectura de
la zona euro". También precisó que "habrá
una reunión del Consejo Europeo antes de las cumbres del
euro, siempre que no haya una causa extraordinaria que lo
impida". Estas modificaciones no sirvieron para convencer a la
República Checa, que prefirió alinearse con el
Reino Unido, que hasta ahora se había quedado solo en el
rechazo al Tratado Internacional.

Van Rompuy ha manifestado su satisfacción porque
todos los líderes europeos pudieran llegar a la cumbre a
pesar de la huelga general. El presidente europeo ha expresado su
respaldo al contenido del Tratado aunque incluyendo ciertos
matices. "Debemos continuar reduciendo la deuda pública",
dijo, "estabilizar la eurozona y garantizar al mismo tiempo el
crecimiento y el empleo". Insistió en que hay que "reducir
el déficit, pero no nuestras inversiones de futuro como en
educación o en economía verde".

El recién nombrado presidente de la
Eurocámara, Martin Schulz, se mostró más
preciso al señalar que "reducir la deuda es una
cuestión de justicia intergeneracional", pero
advirtió de que "los presupuestos sostenibles son
esenciales, pero solo cuando van acompañados de
inversión". El socialista Schulz insistió en que
"Europa necesita inversión para estimular el crecimiento
económico y reforzar la demanda".

El Tribunal podrá imponer sanciones
económicas de hasta el 0,1% a los países que no
hayan incorporado en su legislación la regla de
oro

El texto del Tratado Internacional aprobado otorga
poderes a la Comisión Europea y a cualquiera de los
demás Estados firmantes para llevar al Tribunal de la
Unión Europea, con sede en Luxemburgo, al país que
no haya inscrito adecuadamente en su Constitución o norma
similar la exigencia del equilibrio presupuestario. El Tribunal
podrá imponer sanciones económicas de hasta el 0,1%
del PIB a los países que no hayan incorporado en su
legislación la regla de oro. El producto de las multas se
destinará al Mecanismo Europeo de Estabilización
(MEDE) en el caso de los países del euro y al presupuesto
comunitario, en el resto.

El tratado aprobado el lunes será firmado por los
líderes el próximo 1 de marzo. Está previsto
que entre en vigor a partir del 1 de enero de 2013, siempre que
lo hayan aprobado 12 Estados miembros cuya moneda sea el euro. En
principio, no se prevén demasiadas dificultades para su
ratificación. El primer ministro de Irlanda, Enda Kenny,
ha asegurado este lunes que no tiene ninguna preocupación
por la posibilidad de celebrar un referéndum. "He dejado
claro", dijo, "que, cuando el texto esté terminado,
pediré a la fiscal general que suministre al Gobierno su
valoración sobre si el texto acordado está de
acuerdo con nuestra Constitución".

Los líderes aprobaron también el adelanto
de la entrada en vigor del MEDE al 1 de julio de 2012, un
año antes de lo acordado el año pasado, confirmando
el acuerdo del Ecofin de la semana pasada. El debate de fondo
sobre la elevación de su capacidad de este fondo desde los
500.000 millones actuales a los 750.000 millones, se
decidirá en la próxima cumbre de primeros de
marzo.

El Tratado Intergubernamental dispone una precisa
condicionalidad entre su firma y la posibilidad de recibir
ayudas. Solo podrán ser receptores de la asistencia
financiera del MEDE, los Estados que hayan ratificado el Tratado
Intergubernamental.

El nuevo Tratado dispone también que en los
supuestos de los países que hayan registrado desviaciones
significativas de los objetivos de ajuste, "un mecanismo de
corrección se activará automáticamente".
Asimismo reitera una norma fijada ya en la legislación
secundaria que dispone que cuando un país haya superado el
límite del 60% de deuda, deberá reducir el
excedente a un ritmo de una veinteava parte cada
año.

Guía
rápida de la cumbre

(Por Claudi Pérez – Bruselas)

1. Crecimiento. Tras poner el énfasis en los
recortes, en las reglas de oro constitucionales para reducir el
déficit y en toda esa oleada de consolidación que
recorre Europa (una especie de ilegalización, de
estigmatización del keynesianismo
), la recesión
está cerca para todo el continente. Para combatirla,
Europa varía la dirección del tiro y empieza a
hablar de crecimiento. La duda es si eso es solamente pura
retórica: para Alemania, de momento solo se traduce en
flexibilidad salarial y en una ligera bajada de impuestos; las
instituciones europeas han avanzado que eso implicará
reprogramar los fondos estructurales. No hay dinero nuevo, pero
se trata de un cajón en el que hay unos 80.000 millones de
euros. Antes eran fondos de "competitividad y crecimiento".
Ahora, serán fondos de "empleo y crecimiento". Sobre el
papel, no parece un gran cambio.

2. Déficit. El presidente José Manuel
Barroso ha abierto el melón fundamental para
España: la velocidad con la que hay que recortar el
déficit. Muy probablemente, ese será el aspecto
clave de la cumbre, y de los próximos meses: si los
objetivos de déficit se suavizan, los tijeretazos no
serán tan duros en la periferia y puede que la
recesión sea algo más llevadera. España debe
rebajar al 4,4% del PIB el déficit este año: desde
más del 8% con el que se cerró el año
pasado, eso supondría en torno a 40.000 millones de euros,
un recorte draconiano que condenaría a España a
incumplir o a una recesión dura, profunda. Todo eso
cambiará el día que Bruselas publique las
previsiones de crecimiento para España, el 23 de febrero:
la senda de recorte del déficit será entonces
más suave, tal y como pedía el candidato socialista
Alfredo Pérez Rubalcaba durante la campaña, tal y
como ha reclamado el Gobierno de Rajoy, casi sotto voce para no
soliviantar a los mercados en los últimos días. El
20-N hubo cambio de Gobierno; el 23-F se conocerán las
previsiones de PIB, claves para el futuro inmediato de la
economía española, para los recortes. El
calendario, últimamente, tiene ese tipo de
caprichos.

3. Grecia. Alemania (y Holanda) han sugerido nombrar a
un comisario europeo para Grecia, lo que supone transferir de
facto la soberanía fiscal como precondición para
cualquier tipo de ayuda (vía créditos: la
solidaridad en Europa se concede vía préstamos con
intereses) adicional hacia Atenas. Se trataría de crear la
figura de un supervisor europeo con poder de veto sobre todo el
gasto. La reacción en Grecia ha sido visceral: "Es el
producto de una imaginación enferma", ha dicho la ministra
griega de Educación, Anna Diamantopoulos. Eso se mezcla
con la necesidad de elevar el montante de las ayudas a Grecia,
que se eleva ahora a 130.000 millones de euros pero podría
ir aún más lejos. La recesión se le va de
las manos al Ejecutivo griego, con una caída del PIB
superior al 5%. A todo ello se une la negociación con la
banca para que el sector financiero participe en la
reestructuración de la deuda de Grecia. El acuerdo
tenía que estar listo para este miércoles. Pero ese
plazo está cada vez más difícil: Europa
(Alemania) quiere que la banca se rasque un poco más el
bolsillo.

4. España. Primera cumbre para el presidente
Mariano Rajoy. Presenta unos datos pésimos: incumplimiento
en el objetivo de déficit de las Administraciones
Públicas, 5,3 millones de parados y una caída del
PIB del 0,3% en el primer trimestre. A cambio, una agenda de
reformas acelerada (reforma laboral antes del 15 de febrero y
rápida segunda oleada de reforma financiera, en principio
sin dinero público) y ese primer tijeretazo (recorte de
gasto y subidas de impuestos). España está a no
moverse en la foto: le beneficia que la Comisión haya
accedido, al final, a reconocer que si las previsiones del
próximo 23 de febrero son peores, los objetivos de recorte
del déficit serán menos ambiciosos para no hundir
la economía europea en una recesión profunda.
Paradójicamente, a España le conviene una fuerte
revisión a la baja del crecimiento para este año:
eso le permitiría un objetivo de déficit más
fácil de cumplir, obligaría a hacer menos
recortes.

5. Flecos. Los líderes tienen que seguir dando
pasos adelante en el tratado del euro (el pacto fiscal y
demás, a 26 si se confirma la espantada de Reino Unido de
la última cumbre, aunque eso aún no está
claro), aunque queda tiempo hasta marzo. Y sin embargo hay nuevas
señales de alarma: las últimas rebajas de
calificación crediticia (y la incertidumbre respecto a la
participación del sector financiero en la
reestructuración de Grecia) han castigado a Portugal, que
paga más del 14% por la deuda a 10 años.

– Es una tomadura de pelo o solo lo parece (El
País – 30/1/12) Lectura recomendada

(Por Xavier Vidal-Folch)

"Los líderes dedican gran parte del tiempo de sus
cumbres a discutir cómo sacan la patita que han metido en
la cumbre anterior", susurra un protagonista en la alta
política de la UE.

La inanidad de las circulares y recidivantes discusiones
sobre Grecia, Portugal o el tamaño del fondo de rescate
ratificó ayer lo difícil que es sacar la patita.
Hincada al menos desde que Merkel y Sarkozy liberaron de la
botella (Deauville, 19 de octubre de 2010) al duende de la
quiebra de un socio, oculto en la quita (merma del valor de los
bonos) a sus acreedores privados. El cónclave hizo dos
magnas contribuciones a la secuencia de empecinamientos: la luz
verde a un contrahecho Tratado de Estabilidad y el endoso de un
plan de crecimiento económico que no es un plan. Una
tomadura de pelo.

¿O solo lo parece?

Pongamos que el Tratado es necesario para asegurar la
disciplina de los socios del euro, y diseñar, o abrir
paso, a las consiguientes compensaciones a favor del crecimiento.
Que es mucho poner: el Parlamento Europeo "expresa sus dudas con
respecto a la necesidad" del acuerdo (resolución del 18 de
enero) y el bueno de Wolfgang Munchau (FT del lunes) las
multiplica: "es innecesario", porque sus disposiciones
podrían acordarse por la vía legislativa normal y
porque "incentivará" las políticas recesivas, por
demasiado restrictivas.

Pongamos que no tienen razón y que conviene un
Tratado que responda a su pomposo título: "de Estabilidad,
Coordinación y Gobernanza en la Unión
económica y monetaria". Pues bien, el texto sólo
responde a la idea de "estabilidad", de disciplina
presupuestaria. Sobra el resto del título.

Hay que repetir hasta la saciedad que solo el
artículo 9 (de los 16 existentes) manda "promover el
crecimiento económico". Y prescribe que los firmantes
"adoptarán las actuaciones y medidas necesarias" para
ello. Pero sigue sin concretar ninguna. Siguen sin tener
carácter obligatorio. Sigue sin prever multas a quien no
lo haga. Sigue sin amenazar con llevar al Tribunal de Luxemburgo
a quien incumpla ese mandato…

Y en cambio todo eso lo estipula al milímetro
contra quien incumpla el mandato de reducción del
déficit. En esa asimetría estriba la tomadura de
pelo. En que se vende el producto como herramienta para impulsar
los dos polos de la política económica y
sólo desarrolla uno.

Pero hay más. La quinta versión del texto,
la que llegó al cónclave, es aún más
retorcida que la anterior. Los enfebrecidos del punto y coma,
como este columnista, deténganse en las novedades: los
considerandos 8, 14 (enteramente nuevo) y 16, y los retoques de
los artículos 3.2; 8 (1 y 2) y 10. Son esenciales no
porque lo sean, sino porque su bizantinismo retrata cómo
los inspiradores y redactores del texto han enfermado: combaten
ilusorios molinos de viento (las más recónditas
vías de incurrir en déficit y de sortear las
sanciones) como quijotes desquiciados.

Para la buena gente no contaminada basta destacar que
una de las obsesiones de esos retoques es la de apoderar a
cualquier Gobierno para perseguir a un socio incumplidor, si la
Comisión se inhibe. A lo mejor el texto es necesario,
amigo Wolfgang, pero será inútil. Porque todas las
actuaciones históricas en este ámbito que han
marginado o minimizado el poder de las instituciones -desde la
agenda de Lisboa de 2000, hasta la rebelión de
París y Berlín para sortear las sanciones de
Bruselas por incumplir el Pacto de Estabilidad en 2003- han
desembocado en el lugar del que nadie quiere acordarse: la
irrelevancia.

El otro falso crecepelo es la "Declaración" para
relanzar el crecimiento económico. El asunto preocupa a la
pareja germanofrancesa -la última en enterarse de que si
el PIB baja no alcanza siquiera para pagar las deudas- desde su
bilateral del 9 de enero, primera ocasión en que han
propuesto combinar el cilicio con las vitaminas.

Berlín-París, Comisión y Consejo
han usado para ello dos técnicas de probada ineficiencia.
Una es vaciar los cajones (como en la Agenda de Lisboa) de bellos
propósitos y planes desechados: empleo juvenil,
financiación a las pymes. Es dudoso que se doten de
control efectivo cauciones como la de que "los supervisores
nacionales [los bancos centrales] deben asegurar que la
recapitalización de los bancos no les lleva a un
desapalancamiento excesivo": ¿quién pone ese
cascabel al gato? NS / NC.

Otra es pasar el rastrillo al presupuesto comunitario y
reasignar partidas. El dinero remanente, no gastado en el pasado
ni devuelto a los Gobiernos, es calderilla, unos 30 millones. Y
reorganizar los -quizá- cerca de 100.000 millones de
fondos estructurales y de cohesión aún no asignados
para los dos años (2012 y 2013) restantes de las actuales
Perspectivas financieras septenales quizá sea precipitado.
En todo caso, es engañoso: esos fondos están ya
orientados al crecimiento: carreteras, escuelas, depuradoras. Y
desde la "Estrategia de empleo de Luxemburgo" (1997) ni un duro
debe dedicarse a proyectos que no creen empleo. No hay pues un
sólo euro nuevo. Solo juegos malabares.

Krugman y la camarilla del dolor

– El desastre de la austeridad (El País –
31/1/12) Lectura recomendada

(Por Paul Krugman)

La semana pasada, el Instituto Nacional
de Investigación Económica y Social, una
fundación británica, publicó un
gráfico alarmante que comparaba la depresión actual
con recesiones y recuperaciones anteriores. Resulta que
según un indicador importante -los cambios en el Producto
Interior Bruto (PIB) desde que empezó la recesión-
a Reino Unido le está yendo peor esta vez de lo que le fue
durante la Gran Depresión. Tras cuatro años de
depresión, el PIB británico había vuelto a
alcanzar su máximo anterior; cuatro años
después de que empezara la Gran Recesión, Reino
Unido no está ni mucho menos cerca de recuperar el terreno
perdido.

Reino Unido tampoco es la única.
A Italia también le está yendo peor que durante la
década de 1930, y con España dirigiéndose
claramente hacia una doble recesión, tenemos a tres de las
cinco grandes economías europeas como miembros del club de
los "peores que". Sí, existen algunas salvedades y
complicaciones, pero esto constituye, no obstante, un asombroso
fracaso de la política.

Y es un fracaso, concretamente, de la
doctrina de austeridad que ha predominado en el debate
político de las élites tanto en Europa como, en
gran medida, en Estados Unidos durante los dos últimos
años.

Y bien, en cuanto a esas salvedades: por una parte, el
paro en Reino Unido era mucho más elevado en la
década de 1930 de lo que lo es ahora, porque la
economía británica estaba deprimida -principalmente
por culpa de un regreso desacertado al patrón oro- incluso
antes de que estallara la depresión. Y por otra parte,
Reino Unido sufrió una depresión muy llevadera en
comparación con la de Estados Unidos.

Incluso así, superar el historial de la
década de 1930 no debería ser un reto
difícil. ¿Acaso no hemos aprendido muchas cosas
sobra la gestión económica a lo largo de los 80
últimos años? Sí, así ha sido, pero
en Reino Unido y en otros lugares, la élite
política decidió tirar por la ventana los
conocimientos obtenidos a duras penas y confiar en cambio en
ilusiones que le convinieran desde un punto de vista
ideológico.

Se creía que Reino Unido, en
concreto, era un modelo de "austeridad expansionista", la
idea de que, en vez de aumentar el gasto del Gobierno para luchar
contra las recesiones, hay que recortarlo, y que esto
induciría un crecimiento económico más
rápido. "Los que sostienen que ocuparse de nuestro
déficit y fomentar el crecimiento son de alguna manera
alternativas se equivocan", declaraba David Cameron, el primer
ministro británico. "No puedes aplazar lo primero para
impulsar lo segundo".

¿Cómo podía prosperar la
economía cuando el desempleo ya era elevado y las
políticas del Gobierno estaban reduciendo directamente el
empleo más todavía? ¡La confianza! "Creo
firmemente", manifestaba Jean-Claude Trichet -que por aquel
entonces era el presidente del Banco Central Europeo y un firme
partidario de la doctrina de la austeridad expansionista- "que,
en la coyuntura actual, las políticas que impulsen la
confianza acelerarán la recuperación
económica en vez de obstaculizarla, porque la confianza es
el factor clave hoy en día".

Semejantes invocaciones al hada de la
confianza nunca fueron plausibles;
los investigadores del
Fondo Monetario Internacional y de otras instituciones
desacreditaron rápidamente la supuesta prueba de que los
recortes en el gasto crean empleo. Sin embargo, la gente
influyente a ambos lados del Atlántico colmó de
elogios a los profetas de la austeridad, y a Cameron en especial,
porque la doctrina de la austeridad expansionista encajaba con
sus programas ideológicos.

Por tanto, en octubre de 2010, David Broder, quien
prácticamente encarnaba la opinión común,
alabó a Cameron por su audacia, y en concreto por "no
hacer caso de las advertencias de los economistas de que una
medicina repentina y fuerte podría frenar en seco la
recuperación económica y volver a sumir al
país en la recesión". Más tarde,
instó al presidente Barack Obama a "hacer una cameronada"
y llevar a cabo "una reducción drástica del Estado
de bienestar ya mismo".

Sin embargo, por extraño que parezca, esas
advertencias de los economistas resultaron ser totalmente
acertadas. Y tenemos bastante suerte de que Obama no hiciera, de
hecho, una cameronada.

Lo que no quiere decir que todo vaya bien en la
política estadounidense. Es cierto que el Gobierno ha
evitado una austeridad total, pero los gobiernos estatales y
locales, que deben tener unos presupuestos más o menos
equilibrados, han recortado el gasto y el empleo a medida que se
acababa la ayuda federal, y eso ha sido un lastre importante para
el conjunto de la economía. Sin esos recortes del gasto,
ya podríamos haber estado en la senda del crecimiento
autosostenible; tal y como están las cosas, la
recuperación pende de un hilo.

Y puede que el continente europeo, donde las
políticas de austeridad están teniendo el mismo
efecto que en Reino Unido y donde muchos indicios apuntan a una
recesión este año, nos lleve por mal
camino.

Lo más exasperante de esta
tragedia es que era totalmente innecesaria. Hace un siglo,
cualquier economista -o, de hecho, cualquier estudiante
universitario que hubiese leído el libro de texto
Economía, de Paul Samuelson- les podría haber dicho
que la austeridad frente a una depresión era una idea muy
mala. Pero los que elaboran las políticas, los expertos y,
siento decirlo, muchos economistas decidieron, en gran parte por
razones políticas, olvidar lo que solían saber. Y
millones de trabajadores están pagando el precio de su
amnesia deliberada.

(Paul Krugman es profesor de Economía de
Princeton y premio Nobel de 2008. © 2012 New York Times News
Service)

– En Europa, la Gran Depresión fue mala, pero
esta es peor (El País – 16/2/12)

(Por: Paul Krugman) Lectura recomendada

Algo que todo el mundo dice siempre es
que, aunque esta Depresión Menor puede ser mala, no es
nada comparada con la Gran Depresión.

Pero se trata en parte de una opinión propia de
Estados Unidos: nosotros tuvimos una Gran Depresión muy
mala y esta vez nos ha ido mejor que a muchos otros
países. Como señala Jonathan Portes, el director
del Instituto Nacional de Investigación Económica y
Social (NIESR, por sus siglas en inglés), en su blog Not
the Treasury view (No es la opinión del Tesoro), la
depresión actual en Reino Unido es ahora más larga
y más profunda que la depresión en la década
de 1930 (un gráfico publicado en
notthetreasuryview.blogspot.com el 25 de enero muestra lo
realmente por debajo que está el producto interior bruto
respecto a su máximo anterior en distintas recesiones
británicas).

Creo que cuando empecé a criticar el esfuerzo del
Gobierno de Cameron por fomentar la austeridad, algunos
periódicos de tendencia conservadora exigieron que me
callara.

Pero mi primera crítica de la austeridad
está resistiendo bastante bien, a mi parecer. La actual
depresión británica ya es superior a la de la
depresión de la década de 1930. ¿Es Gran
Bretaña la única?

No, no lo es. El NIESR ha elaborado una
progresión mensual del PIB de Reino Unido, que permite el
uso de datos en tiempo real para la comparación. No puedo
repetir eso, pero puedo usar los datos históricos de
Maddison de la Universidad de Groningen en Holanda y los datos
del Fondo Monetario Internacional -incluidas las previsiones para
2012 y 2013- para hacer algunas comparaciones. Cuando lo hacemos
en el caso de Gran Bretaña, como se observa en el
gráfico de la izquierda, el "peor que" llama enseguida la
atención (uso datos anuales; el año cero es 1929 o
2007, y el PIB real se expresa como un porcentaje del
máximo pre-crisis en cada caso). Italia se encuentra a la
derecha.

Francia y Alemania tienen mejores resultados que a
principios de la década de 1930, pero por aquel entonces,
Francia y Alemania sufrieron unas políticas deflacionistas
terribles a principios de la década de 1930 (fue la
deflación de Brüning, y no la inflación de
Weimar, la que llevó al poder a quien ya saben ustedes).
Cuando dos de las cuatro grandes economías europeas tienen
peores resultados que en la Gran Depresión, al menos en lo
que se refiere al PIB, y son tres de cinco si cuentan a
España, ¿no creen que los defensores de la
austeridad deberían plantearse que, posiblemente, van por
mal camino?

© 2012 New York Times.

– Dolor sin nada a cambio (El País –
26/2/12) Lectura recomendada

Ayudaríamos a nuestras
economías si diéramos marcha atrás a la
destructiva austeridad

(Por Paul Krugman)

La semana pasada, la Comisión
Europea confirmó lo que todo el mundo sospechaba: las
economías que examina se están contrayendo, no
creciendo. Todavía no es una recesión oficial, pero
la única duda es lo profunda que será la
depresión.

Y esta depresión está afectando a
países que nunca llegaron a recuperarse de la
última recesión. A pesar de todos los problemas de
Estados Unidos, su producto interior bruto ha superado por fin su
máximo anterior a la crisis; el de Europa no lo ha hecho.
Y el grado de dolor que algunas naciones están
experimentando es similar al de la Gran Depresión: Grecia
e Irlanda han sufrido caídas de dos dígitos en la
producción, España registra un paro del 23%, y la
depresión de Reino Unido ya dura más tiempo que la
que vivió en la década de los treinta del siglo
pasado.

Y lo que es peor, los líderes -y
unos cuantos actores influyentes- europeos siguen casados con la
doctrina económica responsable de este
desastre.

Porque las cosas no tenían por qué estar
así de mal. Grecia habría tenido serios problemas
independientemente de las decisiones políticas que se
tomaran, y lo mismo es cierto, en menor grado, en el caso de
otros países de la periferia de Europa. Pero los problemas
han empeorado mucho más de lo necesario por la forma en
que los líderes europeos, y más en general la
élite política, sustituyeron los análisis
por los sermones, y las lecciones de la historia, por las
quimeras.

Más concretamente, a principios
de 2010, la economía de la austeridad -la insistencia en
que los Gobiernos debían recortar el gasto a pesar del
desempleo elevado- hizo furor en las capitales europeas. La
doctrina afirmaba que los efectos negativos directos que los
recortes del gasto tendrían para el desempleo se
verían contrarrestados por los cambios en la confianza,
que las reducciones salvajes del gasto llevarían a un
aumento repentino del gasto de los consumidores y de las
empresas, mientras que los países que no efectuaran los
recortes verían huidas de capital y unos tipos de
interés por las nubes. Si esto les parece algo que Herbert
Hoover podría haber dicho, están en lo cierto: lo
parece y lo dijo.

Ahora ya tenemos los resultados, y son exactamente lo
que tres generaciones de análisis económicos y
todas las lecciones de la historia nos deberían haber
dicho que pasaría. El hada de la confianza no ha hecho
acto de presencia: ninguno de los países que están
recortando el gasto ha visto el desarrollo del sector privado que
habían pronosticado. En vez de eso, los efectos depresivos
de la austeridad fiscal se han visto reforzados por la
caída del gasto privado.

Es más, los mercados de bonos siguen
negándose a cooperar. Hasta los pupilos aventajados de la
austeridad, países que, como Portugal e Irlanda, han hecho
todo lo que se les ha exigido, siguen enfrentándose a unos
costes de financiación por las nubes. ¿Por
qué? Porque las reducciones del gasto han deprimido
profundamente sus economías, debilitando sus bases
imponibles hasta tal punto que la relación deuda-PIB, el
indicador habitual de progreso fiscal, está empeorando en
lugar de mejorar.

Mientras tanto, los países que no
se subieron al tren de la austeridad –Japón y Estados
Unidos en particular- siguen teniendo unos costes de
financiación muy bajos, desafiando los nefastos
pronósticos de los halcones fiscales.

Claro que no todo ha salido mal. A finales del
año pasado, los costes de financiación
españoles e italianos se dispararon, amenazando con una
catástrofe financiera general. Ahora esos costes han
descendido, entre suspiros de alivio generales. Pero esta buena
noticia era de hecho un triunfo de la antiausteridad: Mario
Draghi, el nuevo presidente del Banco Central Europeo, hizo caso
omiso de los aprensivos de la inflación y urdió una
gran expansión del crédito, que es justo lo que
hacía falta.

Entonces, ¿qué será
necesario para convencer de su error a la camarilla del
dolor
, la gente que a ambos lados del Atlántico
insiste en que podemos volver a la prosperidad a base de
recortes?

Al fin y al cabo, los sospechosos de siempre se
apresuraron a declarar muerta para siempre la idea del
estímulo fiscal después de que los esfuerzos del
presidente Obama no tuvieran como resultado una rápida
caída del desempleo, a pesar de que muchos economistas
advirtieron de antemano que el estímulo era demasiado
pequeño. Pero, que yo sepa, la austeridad sigue
considerándose responsable y necesaria a pesar de su
estrepitoso fracaso en la práctica.

La cuestión es que verdaderamente
podríamos hacer mucho para ayudar a nuestras
economías si sencillamente diéramos marcha
atrás a la destructiva austeridad de los dos
últimos años. Esto es cierto incluso en Estados
Unidos, que ha evitado la austeridad a gran escala en el plano
federal, pero que ha visto grandes recortes en el gasto y el
empleo en los niveles estatal y local. ¿Recuerdan todo el
alboroto sobre si había suficientes proyectos listos para
arrancar para hacer viables los estímulos a gran escala?
Bueno, olvídenlo: todo lo que el Gobierno federal necesita
hacer para dar a la economía un buen empujón es
proporcionar ayuda a los Gobiernos de menor nivel, permitiendo
que esos Gobiernos vuelvan a contratar a los centenares de miles
de profesores que han despedido y reanuden los proyectos de
construcción y mantenimiento que han cancelado.

Verán: entiendo por qué la gente
influyente es reacia a reconocer que las ideas políticas
que creían que reflejaban una profunda sabiduría
son en la práctica un completo y destructivo disparate.
Pero es hora de dejar atrás las creencias imaginarias
sobre las virtudes de la austeridad en una economía
deprimida.

(Paul Krugman es profesor de Economía de
Princeton y premio Nobel 2008. © 2012 New York Times News
Service)

Cameron encabeza la manifestación en contra del
Estado de Bienestar ("a por todas")

"Cuando David Cameron no logró la
mayoría absoluta para mudarse a Downing Street,
sabía que las llaves del número 10 le
costarían la revolución social a la que aspiraba.
La Gran Sociedad, marca de ideología indeterminada que se
limitaba a propugnar "más ciudadanía, menos
Estado", quedaría archivada y las negociaciones con el
socio minoritario pasarían a dominar la gestión de
la primera coalición británica en más de 70
años. Pero dos años después de un bipartito
de reacción cuestionada, el primer ministro da un golpe
estratégico y muestra los planos de su armazón de
Bienestar ideal"…
Cameron reorienta su estrategia para
revolucionar el Estado de Bienestar (El Economista –
9/7/12)

Un sistema que acabe con lo que denuncia como la mal
entendida "cultura del derecho" y tan rompedor con el modelo
existente que obliga a esperar a un potencial Ejecutivo
monocolor.

El movimiento es arriesgado, no sólo
política, sino ideológicamente. Tras acuñar
un nuevo esquema conductual basado en el "conservadurismo
compasivo", Cameron rompe filas con el alumbramiento de un
ambicioso sistema que aspira a reducir el Estado del Bienestar
como ningún otro mandatario británico desde la II
Guerra Mundial.

En números, el plan concuerda con el objetivo de
la legislatura. Si el reto motor del Gobierno es reducir el
déficit, la batería de ideas, que no medidas,
planteadas para el debate, lograría reducir en 10.000
millones de libras (12.500 millones de euros) el presupuesto a
políticas sociales. Su trascendencia, por el contrario,
supera ampliamente los desafíos fijados hasta 2015. Se
trata de un giro ideológico para decidir de qué
contrato social Reino Unido aspira a dotarse.

Para Cameron, las reglas de juego existentes han
generado una brecha entre quienes disfrutan los "privilegios" de
un sistema abierto a cobertura integral sin contraprestaciones y
quienes trabajan para sustentarlo. En otras palabras, el premier
abre de nuevo la guerra de clases, pero esta vez una en la que el
"resentimiento" estaría del lado de los empleados. Una
apelación directa al corazón del
votante.

Tal es el calibre del planteamiento que hasta el primer
ministro admite que por la escala del cambio y los plazos que
implica materializarlos habla más como líder del
Partido Conservador que como jefe de una coalición que
incluye a los liberal-demócratas. En el Reino Unido de
Cameron, la dicotomía vigente ha tergiversado los
límites del bienestar hasta incentivar a aquellos en edad
laboral a tener hijos y no trabajar, en lugar de garantizar que
aquellos con un empleo pueden permitirse descendencia. En
definitiva, se estarían mandando "señales
equivocadas" a un sistema de prestaciones por el que más
de 150.000 británicos que han venido reclamando ayudas
para ingresos durante un año tienen más de tres o
más vástagos y hasta 57.000, más de cuatro.
Resultado: uno de cada seis menores habita en un hogar donde sus
padres no trabajan, uno de los índices más altos de
Europa.

En cualquier caso, en el esqueleto ideológico hay
mucho de coyuntural. Cameron admite que, en tiempos de
austeridad, "lo correcto es preguntar si quienes viven del
sistema de Bienestar no deberían afrontar las mismas
decisiones que aquellas clases trabajadoras que tienen que luchar
cuando tienen un hijo". Para Cameron, la compasión no se
mide por el tamaño de un cheque, por lo que su
revolución apunta a todos los estratos sociales, de edad,
con excepción de los pensionistas. El resto afronta
tiempos difíciles, empezando por los menores de hogares
que viven de beneficios y continuando con las generaciones
jóvenes, ya que entre las apuestas planteadas figura
retirar las prestaciones de vivienda para aquellos entre 16 y 24
años, lo que podría reportar 2.000 millones de
libras al año y que amenaza con afectar hasta 210.000
inquilinos. Sólo las víctimas de violencia
doméstica y quizá las parejas con hijos se
salvarían de la criba.

Todo ello se produciría más allá de
las ya severas restricciones establecidas a partir de la Ley de
Bienestar y los cambios que para el sistema supondrán la
introducción de la prestación universal.
Así, las propuestas incluirían desde una
redefinición del concepto sin casa, hasta el
endurecimiento de las medidas sobre búsqueda de
empleo.

La lista sigue hasta 17, con el límite a las
ayudas como mantra general. Para evitar el efecto alejamiento,
Cameron insiste en que el objetivo es promover el
debate.

Cameron (sicum dixit): y si no les gusta la
"austeridad", aquí tienen dos platos…

""La economía británica está
cicatrizando", dijo el canciller del Exchequer (ministro del
Tesoro), George Osborne, al arrancar en los Comunes la
presentación del tradicional ajuste presupuestario de
otoño. Sin embargo, luego explicó que las
previsiones para este año 2012 se han transformado de un
modesto crecimiento a una pequeña contracción del
0,1% y las de 2013 han caído del 2% al 1,2%"…

Londres prolonga la austeridad a 2018 (El País –
5/12/12)

Anunció mejores cifras de las cuentas
públicas de lo que esperaba la City y aseguró que
el déficit público caerá del 7,9% al 6,9%.
Además, mantendrá su descenso en los
próximos años hasta quedarse en el 1,6% del PIB
dentro de cinco años. Pero prolongó en un
año adicional la política de austeridad
presupuestaria, incluyendo el ejercicio de 2017-18.

Con un discurso menos político de lo que suele
ocurrir en estas ocasiones y con un énfasis
sorprendentemente optimista, Osborne se refugió en una
catarata de cifras para presentar un ajuste presupuestario que
definió como "fiscalmente neutro", quitando por un sitio
lo que daba por otro. Tan neutro, que provocó lecturas
políticas contradictorias. Mientras a juicio del Financial
Times las medidas favorecen a la clase media en perjuicio de los
más ricos y de los más pobres, el conservador The
Daily Telegraph concluye que el canciller del Exchequer castiga a
la clase media y a los pensionistas, que perderán 1.000
libras anuales (1.230 euros).

Las pymes ven buenas intenciones pero poco realismo y
muy poca valentía. Celebran que las desgravaciones
fiscales de las inversiones de capital se haya elevado a 250.000
libras (307.000 euros) pero ven con escepticismo el nuevo esquema
crediticio que pone a su disposición créditos por
1.000 millones de libras (2.460 millones de euros) porque la
experiencia les dice que a la hora de la verdad todo son
problemas para conseguir el dinero.

El canciller ha congelado una vez más el
tradicional aumento del impuesto sobre carburantes, que no
subirá los tres peniques anunciados. Ha subido un 2,5% la
pensión estatal básica hasta las 110,15 libras a la
semana (135,6 euros). El Impuesto de Sociedades se reduce del 22%
al 21%. El mínimo exento del IRPF ha subido 290 euros
más de lo esperado (11.625 euros). Y espera recaudar por
encima de 6.000 millones de euros en seis años por el
acuerdo firmado con Suiza para desvelar cuentas ocultas en ese
país.

Pero ha anunciado una serie de cambios en las ayudas
sociales que significarán un recorte de 4.500 millones de
euros en tres años; recorta de 1,85 a 1,54 millones de
euros desde 2014 las desgravaciones por la pensión
acumulada de por vida y eleva por debajo de la inflación
el techo del IRPF que está por debajo del tipo
máximo del 40%.

"Hipócritas unidos": el mismo FMI que pide pausa,
exige a Portugal mayores ajustes

Reducir las pensiones, despedir profesores y
funcionarios y subir los precios de la sanidad pública son
algunas de las recomendaciones del FMI a Portugal que desataron
hoy una gran polémica en este país, sujeto ya a
duras medidas de austeridad"…
El FMI a Portugal: recortar
pensiones, echar al 20% de funcionarios y rebajarles el sueldo
(El Economista – 10/1/13)

Los consejos del Fondo Monetario Internacional (FMI)
figuran en un informe divulgado hoy por el Gobierno conservador
luso sobre las propuestas del organismo para que Portugal reforme
el Estado y logre ahorrar 4.000 millones de euros.

En esa suma se cifran los recortes que debe sufrir el
gasto público luso para equilibrar los presupuestos del
Estado, como exige el rescate financiero de 78.000 millones de
euros que obtuvo.

El informe del FMI, elaborado a petición del
Gobierno luso, aconseja reducir el número de trabajadores
públicos y sus salarios en la educación, sanidad y
fuerzas de seguridad, así como bajar las pensiones y el
subsidio de desempleo, que ya han sufrido fuertes recortes en los
dos últimos años.

En ese sentido recomienda una reducción salarial
permanente a los funcionarios de entre el 3 y el 7% a partir de
2014, además de limitar el cobro de pluses y aumentar la
jornada laboral en el sector público de 35 a 40
horas.

"El ahorro por reducir entre un 10 y un 20% la plantilla
de trabajadores del sector público -que forman unas
600.000 personas, el 12% de la población activa-
sería de entre 795 y 2.700 millones de euros", cuantifica
el organismo.

También propone "limitar la duración e
introducir una mayor rebaja" en el subsidio de paro, que
todavía ve demasiado alto.

En materia de pensiones, el FMI considera como
opción más recomendable cortar en un 20% las
jubilaciones de empleados estatales, aunque también
plantea la posibilidad de elevar la edad de jubilación
doce meses, hasta los 66 años.

De cara al sector educativo, los técnicos del
organismo internacional insisten en que es necesario "reducir
costes" y proponen "limitar el papel del Estado como proveedor de
los servicios educativos" e incrementar las tasas que pagan los
universitarios.

En el área de la Sanidad, los técnicos del
FMI subrayan los "privilegios" de los médicos portugueses
y sugieren reducir el pago de horas extra y aumentar las
competencias del colectivo de enfermeros.

Además, consideran que el Ejecutivo tiene margen
para subir las tasas que se pagan ahora por la atención
médica y las urgencias sanitarias públicas (entre
cinco y veinte euros), de las que están exentos sobre un
50% de los ciudadanos.

El secretario adjunto al primer ministro, Carlos Moedas,
explicó en rueda de prensa que las propuestas del FMI son
tan sólo "una contribución entre muchas" al debate
público abierto por el Gobierno sobre la reforma del
Estado que debe acometer Portugal.

"Es un documento bien trabajado", señaló
Moedas, al recordar que el Ejecutivo luso todavía estudia
qué medidas aplicar para reducir el coste del Estado.
"Nuestra situación hoy no es sostenible, tenemos que ser
más eficientes", recalcó.

El texto final del FMI fue conocido horas después
de la publicación, en un diario luso, de una
versión preliminar que cuantificaba en un 20% la
reducción de funcionarios y aconsejaba el despido de unos
50.000 profesores y auxiliares, que no aparecen en el informe
definitivo.

La oposición, los mayores sindicatos del
país, la socialista UGT y la comunista CGTP, así
como asociaciones de militares, profesionales de la salud,
docentes y pensionistas criticaron con dureza las sugerencias del
FMI y emplazaron al Ejecutivo a desoírlas.

Desde el Partido Socialista, principal de la
oposición, su secretario general, Antonio José
Seguro, recalcó que "no están dispuestos a negociar
un corte de ese tipo" y atribuyó el documento a los
intentos del Ejecutivo por "tapar sus errores".

El declinar europeo:
el mundo que nos espera

"El cambio de orden mundial ha pisado el acelerador.
La crisis impulsa más rápido de lo esperado a los
países emergentes, mientras que Europa pierde peso
económico. China se convertirá en la primera
potencia en 2017, según las previsiones de PwC"…
La
crisis acelera el declive de Europa (Expansión –
7/3/13)

Este documento calcula la evolución de las
principales economías medidas en paridad de poder de
compra (PPP, que sirve para comparar el nivel de vida de
diferentes países).

De acuerdo con el Informe "El Mundo en el 2050:
oportunidades y desafíos", que elabora la consultora PwC,
China superará en 2017 a EEUU como la mayor
economía del mundo y, además, India se
consolidará como la tercera potencia mundial en
2050.

En ese ese mismo año, Brasil sustituirá a
Japón en la cuarta posición y países como
México o Indonesia podrían superar a
economías como las del Reino Unido o Francia.

En términos absolutos de PIB, es decir, medido a
precios de mercado, China se proclamará primera potencia
en 2027. De este modo, EEUU conservaría desde entonces su
segunda posición en el ránking mundial hasta
2050.

El país del dragón marcará esta
década tasas de crecimiento medio anual del 7%, pero este
ritmo se enfriará a partir de 2021. "El envejecimiento de
la población y el incremento de los costes laborales
reales provocarán una transición de una
economía enfocada a la exportación a una
economía basada en el consumo", asegura el
informe.

No obstante, el PIB chino seguirá un dinamismo
del 3-4% incluso en la década de 2040, aún muy por
encima de los niveles esperados para Estados Unidos o la
Unión Europea.

De acuerdo a este baremo, los países del E7
(colectivo de emergentes: China, India, Brasil, Rusia, Indonesia,
México y Turquía) superarán a los del
tradicional G7 (EEUU, Japón, Alemania, Reino Unido,
Francia, Italia y Canadá) debido a que "los desarrollados
han sido mucho más lentos en recuperarse de la reciente
recesión de 2008 y 2009".

Otros delfines

PwC destaca el estirón podría efectuar
Nigeria gracias a su población joven y su riqueza
petrolera que potencialmente puede usar con unas mejores
infraestructuras. También Vietnam tiene unas grandes
posibilidades de crecimiento, con un marco político
más sólido. Ambos países irrumpirán
por primera vez en 2050 en el "top 20" de la economía
mundial (puestos 13 y 19, respectivamente).

Asimismo, subraya el papel de Turquía, que
ascenderá hasta el número doce. Indonesia y Malasia
(que se quedará justo al límite de integrar el
grupo de las veinte mayores economías del planeta) se
verán impulsados por China.

Declive europeo

Si se analizan los diez primeros países del
ranking en 2011 se encuentran cinco europeos, pero el panorama
cambia bastante de cara a 2050. Alemania y Francia caerán
a los puestos noveno y décimo, respectivamente, mientras
Rusia seguirá en el sexto lugar. En concreto, Rusia
superará a Alemania como la principal economía
europea en 2020, si se mide en paridad de poder de compra, y en
2035 en términos absolutos.

¿Y España?

La recesión seguirá pasando factura, en
línea con el resto de países europeos. Así,
la economía española perderá tres puestos en
la clasificación y se quedará en el lugar
número 15, en paridad de poder de compra. PwC destaca que
España vivirá una crisis demográfica, con un
fuerte descenso de la población en edad de trabajar desde
ahora hasta 2050.

Si se mide en precios de mercado (volumen total de PIB),
España pasará del puesto 12 al 14 entre 2011 y
2050. Según estos cálculos, el PIB español
tendrá un ritmo de crecimiento superior al 2% en los
próximos 40 años, ligeramente por encima de
Francia, Alemania e Italia.

Monografias.com

Monografias.com

Monografias.com

Cameron sigue al frente de la manifestación de
los "manos tijera"

"El Gobierno de Reino Unido se replantea la
política asistencial a los inmigrantes para combatir el
mensaje antieuropeo del UKIP. El primer ministro
británico, David Cameron, dará a conocer este lunes
sus planes destinados a controlar la inmigración, como
restricciones en el acceso a la sanidad y las viviendas
subvencionadas por el Estado"…
Cameron restringirá
el acceso a las prestaciones sociales a los inmigrantes
(Gaceta.es – 25/3/13)

El jefe del Gobierno conservador tiene previsto dar
detalles de estos planes en un discurso que pronunciará en
la localidad de Ipswich, sureste de Inglaterra.

Según los medios británicos, Cameron
eliminará el acceso inmediato de inmigrantes con escasos
recursos a pisos subvencionados por el Estado, por lo que
deberán esperar al menos dos años antes de que los
ayuntamientos decidan sobre si conceden estas
viviendas.

Además, el político "tory" espera explicar
cuáles serán los cambios que pueden ser
introducidos sobre el acceso gratuito de los inmigrantes al
Servicio Nacional de Salud (NHS, siglas en
inglés).

Según la prensa, el objetivo del Gobierno es
imponer sobre todo restricciones a los ciudadanos rumanos y
búlgaros que puedan ingresar al Reino Unido a partir del
año próximo, pues las autoridades estiman que
pueden entrar unos 13.000.

Rumanía y Bulgaria ingresaron en la Unión
Europea (UE) en el año 2007 pero se acordó que su
población tendría restringido el acceso al mercado
laboral del Reino Unido hasta el año
próximo.

Los comentaristas han resaltado que estas fuertes
medidas están destinadas a contentar al ala derecha del
Partido Conservador, que achaca la falta de iniciativa de Cameron
en el área de inmigración y que es aprovechada por
los euroescépticos del Partido de la Independencia del
Reino Unido (UKIP, siglas en inglés).

El mes de febrero (2013) los conservadores sufrieron un
duro revés en la elección parcial celebrada en la
circunscripción de Eastleigh, al sur de Inglaterra, que el
Partido Liberal Demócrata retuvo pero los "tories"
quedaron en tercer lugar por detrás del UKIP.

Esto es lo que hay: la "Agenda 2010" debe ser la hoja de
ruta para toda Europa

"Hace diez años, en marzo de 2003, el
canciller alemán Gerhard Schroeder presentó su plan
de reformas bajo el título de "Agenda 2010". Para que
Alemania pudiese recuperar una posición de liderazgo en
Europa, había que recortar las prestaciones del Estado,
fomentar la responsabilidad propia y exigirle más a cada
ciudadano, según apunta un informe elaborado por el
Instituto de Estudios Económicos (IEE)"…
Las
reformas en Alemania 10 años después: las claves
del éxito (Negocios.com – 27/3/13)

En ese mismo documento se señala que "en 2003 el
número de parados en Alemania superaba los cuatro
millones, el PIB no crecía desde hacía más
de dos años, la inversión empresarial se
reducía al igual que el consumo privado, mientras que el
Estado se enfrentaba a unos gastos sociales desbocados", algo que
recuerda mucho la situación que padece ahora
España.

Para el IEE, diez años después, el
Instituto de la Economía Alemana certifica que las
valientes reformas estructurales han dado sus frutos y han
merecido la pena. La "Agenda 2010" se centraba en tres
ámbitos: mercado laboral, política social y
política financiera.

Las medidas claves

En el mercado de trabajo se han logrado importantes
mejoras con estímulos para que los empresarios creasen
empleo y, por otro lado, para que los parados buscasen y
aceptasen los puestos ofrecidos. Entre las medidas
destacan:

1.- La desregulación del trabajo temporal (ETTs).
En este sector ha surgido un verdadero boom, aumentando el
número de trabajadores temporales de 300.000 en 2002 a
unos 800.000 últimamente.

2.- La reforma de los mini-jobs. Esta actividad resulta
más atractiva desde la reforma. Entre 2002 y 2004 el
número de aquéllos que sólo tenían un
mini-empleo aumentó en 600.000 personas, pero se mantiene
constante desde entonces en torno a 4,8 millones de personas.
Sigue aumentando, en cambio, el número de personas que
además de su empleo tienen adicionalmente un
mini-job.

3.- El recorte en la duración del subsidio de
desempleo para trabajadores mayores de 55 años de 32 a 18
meses, a fin de fomentar una búsqueda activa de
empleo.

4.- La fusión de todas las ayudas sociales y al
desempleo en un sistema único de garantía social
básica. Esta reforma conocida como "Hartz IV" ha sido la
más controvertida, pero ha incrementado sin duda la
presión sobre la búsqueda activa de
empleo.

Desde el Instituto de Estudios Económicos se
señala que en 2012 Alemania había reducido su tasa
de desempleo a un 5,9%, la cuarta cifra más baja de la UE
después de Austria, los Países Bajos y Luxemburgo.
La disminución del paro ha beneficiado tanto a los
trabajadores mayores, como a las mujeres y a los jóvenes.
El número de personas ocupadas ha crecido por encima de
los 41,5 millones en 2011 y se han creado unos 2,6 millones de
nuevos puestos de trabajo desde 2005.

No obstante, aseguran desde el IEE, el Instituto de la
Economía Alemana señala que estos efectos positivos
no se deben únicamente a las reformas estructurales.
También han contribuido a ello la buena situación
coyuntural y el estancamiento de la oferta de mano de obra por
razones demográficas. Otro aspecto muy importante es que
en el año 2000 Alemania precisaba de un aumento del PIB
del 1,9% para mantener constante el nivel de paro, mientras que
en 2011 ya bastaba con un incremento del 1,4%.

El que quiera
entender que entienda: la doctrina del "alineamiento" con
Alemania

(En el siguiente gráfico se muestra la
posición fiscal de Alemania y el "desafío" de
algunos países europeos para alcanzar unos
parámetros de déficit y deuda,
equivalentes)

Monografias.com

Fuente: Vozpópuli (28/3/13)

Y llegó el gran día: Cameron presenta las
"súper rebajas" (el mejor alumno de Merkel)

"Los controvertidos recortes a las prestaciones
sociales impuestos por el Gobierno de David Cameron entran en
vigor a partir de este lunes en el Reino Unido. El rotativo
británico The Guardian hace un repaso del ahorro que
suponen los recortes que el Gobierno empezará a introducir
esta semana y del impacto de los cambios radicales en el
ámbito de la asistencia social, la justicia, la salud y
los impuestos"…
El día de los recortes de
Cameron: Reino Unido sacrifica su sistema social para controlar
el déficit (Vozpópuli – 2/4/13)

Los controvertidos recortes a las prestaciones sociales
impuestos por el Gobierno de David Cameron entran en vigor a
partir del 6/4/13 en el Reino Unido. Los ajustes enfocados a
reducir el déficit incluyen la rebaja de la ayuda de
vivienda y de discapacidad, por lo que ha enfurecido no solo a la
oposición y a las organizaciones de beneficencia, sino
también a la Iglesia anglicana de Escocia. El rotativo
británico The Guardian hace un repaso del ahorro que
suponen los recortes que el Gobierno empezará a introducir
en la primera semana de mayo y habla de "un nuevo mundo" a la
vista de los cambios radicales en el ámbito de la
asistencia social, la justicia, la salud y los impuestos.
Éstos son algunos de ellos:

Introducción del impuesto del
dormitorio

El impuesto del dormitorio es uno de las medidas que
vieron la luz el 1 de abril. El objetivo de esta tasa es abordar
el hacinamiento y fomentar un uso más eficiente de la
vivienda social. Los beneficiarios en edad de trabajar y los
demandantes desempleados que tengan una habitación libre
en una vivienda social perderán el 14% de su ayuda a la
vivienda y los que tienen dos o más dormitorios extra
perderán el 25%. Se estima que un millón de hogares
con dormitorios adicionales reciben ayudas a la vivienda.
Según el rotativo, las voces críticas apuntan que
es una política ineficiente como en el norte de
Inglaterra, las familias con habitaciones libres superan en
número a las familias hacinadas por tres a uno, por lo que
miles de ellas se verán afectadas con el impuesto cuando
no hay necesidad local para trasladarse. Dos tercios de las
personas afectadas por el impuesto dormitorio son discapacitadas.
El ahorro estimado con la medida ronda los 465 millones de libras
anuales. Las 660.000 personas que viven en viviendas sociales
perderán un promedio de 728 libras al
año.

Miles de personas pierden el acceso a la
asistencia jurídica

El límite de ingresos familiares para solicitar
ayuda legal se situará en 32.000 libras y los que ganan
entre £ 14.000 y £ 32.000 deberán realizar una
prueba para acreditar sus medios. Los casos de derecho de
familia, entre los que se encuentran los de divorcio o custodia
de los hijos, y los temas relacionados con la inmigración
y el empleo serán los que se verán muy afectados.
Según el diario, la fecha ha sido calificada por los
laboristas como "día de la vergüenza" para el sistema
de asistencia jurídica gratuita. El Gobierno de Cameron
prevé ahorrar un mínimo de 350 millones de los
2.200 que ahora le cuesta las ayudas a la asistencia
legal.

La prestación fiscal municipal
pasa a control local

La prestación fiscal municipal, que actualmente
es administrada por el Departamento de Trabajo y Pensiones y que
solicitan en 5,9 millones de familias de bajos ingresos en el
Reino Unido, está siendo transferido a los ayuntamientos
con una reducción de la financiación del 10%. La
modificación ha llegado en un momento en que la
financiación del gobierno local, según el Instituto
de Estudios Fiscales, ha caído un 26,8% en dos
años, en términos reales. Además, 2,4
millones de hogares sufrirán un aumento de los impuestos
municipales. Dependiendo de las decisiones de los consejos
locales, el ahorro podría llegar hasta los 480 millones al
año.

Cambios de por vida en el sistema
nacional de salud

Una comisión del NHS (National Health System) y
un total de 240 grupos locales -compuestos por médicos,
enfermeras y otros profesionales- serán los encargados de
poner en marcha el cambio y tomarán el control de los
presupuestos para comprar servicios a los pacientes. Los
adquirirán de cualquier proveedor de servicios, incluidos
los privados, siempre y cuando se ajusten a los estándares
del NHS y los costes. Autoridades sanitarias estratégicas
y consorcios de atención primaria desaparecen. El ahorro
inicial de 1.400 millones de libras que generará los
despidos puede llegar hasta los 5.000 en 2015 con la caída
del número de empleados.

Pero éste no es el único día en el
que se introducirán reformas, sino el primero. El
próximo sábado 6 de abril entrará en vigor
la rebaja del impuesto del 50% para personas con salarios altos,
que pasará al 45%. El ministro de Economía, George
Osborne, dijo que el impuesto del 50% a las rentas más
altas introducido en abril de 2010, provocó distorsiones
masivas en 2010-11 y creció sólo mil millones de
libras, frente a los 2.500 millones previstos en 2009. Osborne
dijo que mantener el tipo máximo tendría sentido si
se recaudara más dinero, algo que no ocurre en su
opinión. 13.000 millonarios recibirán un recorte de
impuestos de 100.000 libras.

Recorte de las prestaciones por
discapacidad

A partir del 8 de abril, el pago para la independencia
de las personas con discapacidad (PIP) sustituye al subsidio de
subsistencia para minusválidos, que no se basa en su
condición, sino en cómo le afecta su
condición. Contendrá dos elementos: un componente
de la vida diaria y un componente de la movilidad. Las
evaluaciones se realizarán cara a cara en lugar de basarse
en las observaciones por escrito, partiendo del centro Bootle,
que maneja las reclamaciones de todo el noroeste y noreste del
país.

Entrará en vigor también una medida que
limitará al 1% durante los tres próximos
años el incremento anual del valor de las prestaciones,
muy por debajo de la inflación.

El "Doctor Doom" reflexiona sobre fiscalidad, deuda y
crecimiento, en tiempos de crisis

– Roubini: ¿cuál es la política
fiscal adecuada durante la crisis? (El Economista –
22/7/13)

Los grandes déficits fiscales persisten en la
mayoría de economías desarrolladas y con cada vez
más cuantía de deuda pública en
relación al PIB. EEUU está todavía en un
punto muerto político en torno a los impuestos, el embargo
presupuestario, la reforma del Estado del bienestar y el techo de
deuda. Y Europa aún está debatiendo la austeridad y
sostenibilidad fiscal a corto plazo frente al medio plazo. Con
esta situación, los analistas y reguladores se han
centrado en el papel de la política fiscal durante la
crisis y durante sus secuelas.

Relación deuda-crecimiento. La teoría
económica indica que a partir de cierto momento, un
elevado endeudamiento público puede tener un efecto
negativo en el crecimiento económico, provocando tipos de
interés reales altos y excluyendo la inversión y el
consumo, o aumentando el riesgo de una crisis de deuda, con todo
el daño colateral de un impago de deuda.

Ciertamente, las investigaciones
recientes de varios académicos, especialmente Carmen
Reinhart y Ken Rogoff en un artículo de 2010 muy conocido
y citado, han indicado que de hecho podría haber una
relación empírica significativa. Reinhart y Rogoff
identificaron un umbral crítico en las economías
desarrolladas del 90% del PIB (más bajo en los mercados
emergentes).

Los resultados empíricos de
Reinhart y Rogoff plantean la cuestión de causalidad:
¿los índices elevados de endeudamiento provocan un
crecimiento económico más bajo, o son las
situaciones de choque que llevan a recesiones
importantes?

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