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Los “nuevos” pobres, de los países ricos II (un relato trágico de la crisis) (página 8)




Enviado por Ricardo Lomoro



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Entre los que no estarán disponibles para
suministrar apoyo familiar están los padres de Giulia
Voci, una graduada de economía de 26 años de la
Universidad de Roma. Voci recibe ayuda de sus padres para pagar
la niñera de su hijo Tommaso de 18 meses, que asciende a
US$ 620 al mes y también acude a ellos cuando la
niñera no está disponible. La ayuda es primordial
porque Voci gasta su sueldo de US$ 900 al mes que gana en una
empresa de tarjetas de regalo en gastos de la casa que comparte
con su pareja.

Los padres de Voci, una psiquiatra y un funcionario del
Ministerio de Finanzas, los dos de 56 años, enfrentan
vidas laborales más largas. Hasta el año pasado, la
madre se habría podido retirar en cuatro años, pero
ahora es probable que tenga que esperar otra década.
"Tengo suerte porque están ahí para ayudarme
financieramente", dice Voci. "Pero van a estar ocupados
trabajando por muchos años más".

En última instancia, eliminar la dependencia de
los habitantes del sur de Europa de sus familias puede resultar
positivo, dice Alberto Alesina, un economista italiano de la
Universidad de Harvard. Alesina dice que la estrecha dependencia
de la familia es una de las razones del estancamiento del
crecimiento en Italia en la última década porque
siempre ha impedido que los trabajadores se muden a donde
están los mejores trabajos y salarios.

"La familia ha ayudado a los adultos jóvenes a
resistir la crisis, pero se ha convertido en un obstáculo
de cara al futuro a largo plazo", dice Andrea Ichino, profesor de
economía de la Universidad de Bolonia quien
coescribió un libro con Alesina titulado L'Italia fatta in
casa (La Italia hecha en casa).

Y fue una noche: la invisibilidad de los "nuevos
pobres"

""La nueva pobreza es invisible y puede cohabitar en
un mismo espacio con situaciones estables. No se trata tanto del
caso del señor que rebusca en los cubos de basura
después de haberse quedado sin trabajo, esa pobreza
espectacular y extrema que explota la televisión, sino un
proceso poco visible que está afectando a muchas familias
o al vecino de al lado aunque no nos demos cuenta". De esta forma
recuerda la profesora de sociología e investigadora de la
Universidad Complutense de Madrid Araceli Serrano Pascual
cómo está evolucionando la percepción de la
pobreza en el presente y desfavorable contexto económico,
y que se caracteriza por su escasa visibilidad"…
"Te
levantas un buen día y descubres que eres pobre" (El
Confidencial – 28/6/12)

José Félix Tezanos, director de la
Fundación Sistema y catedrático de
Sociología en la UNED señala que "en nuestros
estudios nos hemos dado cuenta cómo entre el 60 y el 70%
de las familias no están mentalizadas para pedir ayuda.
"Yo no soy un necesitado", es la percepción habitual.
Hemos visto a gente llorando mientras rellena la encuesta". Por
su parte, Luis Enrique Alonso Benito, catedrático de
Sociología de la Universidad Autónoma de Madrid,
recuerda que "antes la pobreza se encontraba localizada en bolsas
físicas, como podía ser un barrio determinado.
Ahora ya no, sino que se está desplazando hacia las clases
medias y se está diluyendo".

Según el Instituto Nacional de
Estadística, en 2011 el 21,8% de la población
española se encontraba por debajo del nivel de pobreza. Un
aumento del 1,1% respecto al año anterior y un dato que,
recuerda Tezanos, "es uno de los más altos de toda la
Unión Europea". Para Alonso Benito, la novedad de este
tipo de pobreza es "su velocidad e intensidad. Puede ocurrir de
la noche a la mañana, no es un proceso a largo plazo. Por
ejemplo, tenemos casos como el de una contratada de la
Administración que tenía dos empleos precarios y
que al perder uno, cayó en la pobreza. Algo que ni
podía imaginarse medio año
atrás".

"Se trata de un sector de población que
anteriormente tenía cierta estabilidad. Es decir, aunque
su trabajo era precario, podía acceder al consumo, y
disponía de un techo bajo el que vivir. Vivían en
una especie de "precariedad estable", a veces incluso con un
consumo alto", señala Araceli Serrano Pascual, explicando
que la mayor parte de este grupo está formado por la
franja más baja de la clase media. Luis Enrique Alonso
señala que el hecho de que esté afectando a un
sector que en el pasado reciente habían gozado de cierta
estabilidad es un problema a la hora de proporcionar ayuda: "Al
no ser colectivos minoritarios, la vergüenza que provoca
hace que se intente ocultar. Por ello, la intervención y
la asistencia son más complicadas. Es lo que ocurre con
tantos profesionales al perder sus trabajo, que pasan de la
normalidad a la dependencia".

Serrano señala que esto también ocurre
dentro de la familia, "a la que no se le dice nada para no
preocuparla, o por pura vergüenza". Tezanos añade que
el sentimiento más común es el de ""qué he
hecho yo para merecer esto", la sensación de haber
recibido un castigo y de no ser capaces de obtener los frutos
deseados a pesar de haber trabajado y haberse esforzado. Parece
que no llevamos las riendas de nuestra vida".

Una de las grandes dificultades que señala la
mayor parte de expertos es la que atañe al concepto de
"pobre" en sí, una imagen muy fijada en el imaginario
colectivo y conferido de ciertas características negativas
que impide que muchos de los que estadísticamente lo son
se consideren como tales. "La pobreza no es un "homeless"
radical, con todos los estigmas que tiene asociado, sino que se
trata de algo más relacional", señala Luis Enrique
Alonso. "No todos los pobres son excluidos. Parece que se traza
una barrera entre el "dentro" y "fuera" que no nos afecta. Lo que
la nueva pobreza sugiere es que dicha frontera es mucho
más borrosa de lo que parece y que un amplio porcentaje de
la población corre el riesgo de atravesarla".

Serrano Pascual coincide en que "a sí mismos no
se consideran pobres, no digamos ya excluidos. Los pobres son los
que rebuscan en la basura, los que recurren a los beneficios
sociales". Por ello, gran parte de esta pobreza permanece fuera
de la vista: "El concepto de pobreza se solía vincular a
minorías étnicas, inmigrantes, problemas de salud,
mentales y de adicción. Ahora ha cambiado mucho. La ropa
es normal y no hay detalles externos que la señalen. En
los barrios de las grandes ciudades o en sus periferias se
produce esta mezcla heterogénea de gente de muy distintos
niveles económicos que conviven juntos". Alonso
añade que "hay que olvidar esa idea del pobre relacionada
con la maldición divina, la indolencia o la falta de
esfuerzo, desdramatizarla para que se tome con mayor normalidad y
sea más fácil pedir ayuda".

Tezanos añade que frente al de pobreza, "el
concepto emergente es el de "precario"". Aunque matiza que la
percepción "ha cambiado en los dos últimos
años: la tendencia es que cada vez una mayor
proporción de nuestros encuestados se considera clase
baja". La profesora Serrano Pascual recuerda que "a un nivel
mundial, la gente sí se considera pobre. Entre ricos y
pobres, la mayor parte de la población se considera del
segundo grupo".

Entre algunos de los perfiles afectados por esta
situación se encuentran los profesionales que no
disponían de una situación laboral fija pero que
podían mantenerse gracias a una retribución
más o menos importante, y que ahora tienen más
difícil encontrar una regularidad en su trabajo. Araceli
Pascual Serrano señala que la coyuntura también
afecta a "las familias monoparentales. Por ejemplo, las mujeres
que se quedan solas después de la ruptura de su
matrimonio, que no se pueden incorporar al mercado laboral tras
la separación, y que dependen completamente de la
pensión de su marido, si es que llega, puesto que estos
también están teniendo dificultades".

"Por otro lado, se han roto las redes de solidaridad
familiar por la hipersaturación. Por ejemplo, hay muchos
pensionistas que pagan la hipoteca de sus hijos y los mantienen.
Algo relativamente fácil si el hijo es único, pero
más complicado si hay dos", prosigue la profesora
señalando una de las grandes dificultades de dicha
situación: que los ahorros que muchas familias
habían almacenado generación tras
generación, ese colchón familiar, está
desapareciendo, lo que empeorará la situación en el
medio plazo. "Los mecanismos de compensación están
fallando (la familia, el Estado de Bienestar)", recuerda
Tezanos.

Uno de los grandes afectados por la nueva pobreza son
los más jóvenes que, como apunta Serrano Pascual,
"por primera vez ya no tienen fe en el progreso y en que el
futuro sea cada vez mejor. Ese mito de las últimas
décadas ha desaparecido". Tezanos recuerda que "la edad
media de la pobreza se ha reducido año tras año,
hemos visto bastante gente menor de cuarenta años sin
techo".

Una de las razones se debe a que hace relativamente poco
tiempo "las clases estabilizadas podrían permitirse las
largas esperas de los jóvenes para entrar en el mercado
laboral. Si ahora se requiere que estos contribuyan, la
situación se dramatiza", señala Luis Enrique
Alonso. "Lo raro fue lo que ocurrió durante los
últimos veinte años. Se podía subvencionar a
los hijos, por así decirlo. Ahora, los niños de
estas familias pueden ver truncado su futuro". Tezanos recuerda
la última gran diferencia con esa pobreza tradicional es
que la antigua "estaba relacionada con sectores más
pasivos, como eran los drogadictos. Ahora, en cambio, los
afectados son más activos, como ocurre con estos
jóvenes. La perplejidad es el sentimiento común, y
por ello están apareciendo movimientos de
protesta".

La "competitividad" exige restructuraciones, despidos,
traslados y… ¿suicidios?

""¡El suicidio es la única
solución!", escribió un empleado de France
Télécom siete meses antes de quemarse vivo delante
de los locales de su oficina, sin que nadie pudiera evitarlo. En
una carta de seis páginas dirigida a la presidencia de la
empresa y al Estado accionista a finales de 2009, el trabajador
de 57 años de edad y padre de cuatro hijos explicaba las
razones que le impulsaron a tomar la trágica
decisión. En el texto, describió un ambiente
laboral "endémico" debido al plan de
reestructuración drástico que provocó 22.000
despidos y 10.000 traslados. La carta del empleado, publicada
tras su muerte y que conmocionó al país,
hacía referencia al "acoso" en el nuevo puesto que ocupaba
después de su traslado forzado. "Estoy de más",
concluía en una llamada desesperada. Pero su grito de
alarma nunca obtuvo respuesta y en abril de 2010 el empleado se
suicidó"…
"Estoy de más; el suicidio es mi
única solución" (Gaceta.es – 9/7/12)

Como él, otras 35 personas formaron parte de la
famosa ola de suicidios en menos de dos años. La
dirección de France Télécom y el
departamento de recursos humanos habían recibido varias
alertas de este tipo, las cuales se remitían a los
responsables de cada departamento. Sin embargo y pese a las
advertencias, nadie fue capaz o no pudo evitar los dramas. Muchas
familias de las víctimas y varios sindicatos decidieron
entonces recurrir a la vía judicial para denunciar los
métodos utilizados por la empresa.

Tres años después, la Justicia ha decidido
responder a esas denuncias y examinar la responsabilidad de los
que en su día dirigían la empresa telefónica
líder en Francia. Dos ex dirigentes y el ex consejero
delegado, Didier Lombard, están imputados por "acoso
psicológico" a los trabajadores y se exponen a una multa
de 15.000 euros y a una pena de hasta un año de
cárcel. La investigación que cuestiona la
organización y las técnicas de gestión
empresarial durante el periodo de recortes también
concierne a la propia empresa que representa la persona moral. El
proceso será largo. No se anunciará ninguna
sentencia hasta al menos dentro de 18 meses.

Patrick Ackermann, delegado del sindicato Sud Salud
Social, afirma que "el móvil del crimen fue privatizar una
empresa pública" al borde de la quiebra. "Se
recurrió a métodos de presión como los
traslados forzados o la obligación de cambiar de puesto de
trabajo". El fin de estas técnicas era "impulsar al
empleado a que abandonara el barco", explica el
sindicalista.

"Vértigo, fobia, violencia". Desde el año
2000, cientos de trabajadores de France Telecom han sido
atendidos en la consulta de la psicóloga Brigitte Font.
Todos presentan "trastornos ansiodepresivos", según el
diagnóstico de la doctora. "Padecen ansiedad aguda,
pierden todas sus capacidades y hasta los símbolos de su
empresa, los tickets restaurant o incluso el color naranja les
producen fobia". "Muchas personas no asimilan que se les cambie
de puesto al final de su carrera profesional", resume la
experta.

Yves se siente mejor pero todavía no se ha
recuperado del todo. Hace cuatro años sufrió las
consecuencias de lo que él denomina una "gestión
empresarial inhumana". De su oficio de ejecutivo le obligaron a
ocupar un puesto de teleoperador. "Tenía todas las
papeletas para que se me incluyera en el plan de recorte de
plantilla: más de 50 años, con un empleo
transversal… Y de la noche a la mañana me dijeron: dejas
todo y te pones a responder las llamadas telefónicas". La
presión se acentuó para que dimitiera. Yves
cayó en la depresión pero su familia evitó
que tomase una decisión radical que él no
descartaba: el suicidio.

Hoy sigue acudiendo al psicológico pero admite
que la mejor terapia es "ver a su ex jefe responder ante la
Justicia".

Desde el punto de vista jurídico, el abogado
Philippe Ravisy, autor del libro Le harcèlement moral au
travail (Acoso psicológico en el trabajo) explica que la
dirección de la compañía telefónica
"sabía perfectamente lo que hacía". Había
que suprimir miles de puestos de trabajo y para llevar a cabo tal
recorte de plantilla, se formó a 4.000 agentes, que
tenían que "ejecutar consignas precisas", explica el
jurista. La presidencia del grupo era consciente de que sus
técnicas estaban basadas en "la gestión mediante el
terror". Y este es el punto en común de aquellas empresas
que han sido procesadas por "acoso
psicológico".

Otras grandes sociedades como la aseguradora francesa
Axa ya habían sido objeto de un proceso similar en 1996,
aunque no hubo condena puesto que la ley sobre el acoso
psicológico no fue promulgada hasta el año 2002.
¿Qué podría pasar entonces con el
inédito caso de France Télécom? El experto
explica que la situación ha evolucionado. Desde 2008, el
Tribunal de Casación francés obliga a los jueces a
examinar con detenimiento las quejas de acoso psicológico.
Es por tanto "probable" que haya condena para France
Télécom.

"Hubo errores de gestión y de comunicación
en France Télécom", admite un director de recursos
humanos anónimo, "pero de ahí a enviar a los
dirigentes ante el tribunal penal, es un escándalo. Nos
hemos quedado de piedra. Esto podría significar que
¿todas las decisiones de reestructuración o
adaptación de las empresas pueden ser denunciadas?", se
interroga.

Los casos dramáticos de France
Télécom hay que enmarcarlos en un contexto global
en el que el suicidio afecta cada año a 10.000 personas en
Francia, según los datos del Instituto de la salud e
investigación médica, Inserm. Dentro de la
función pública, la educación nacional y la
Policía son los sectores más afectados. El
número de suicidios en la Policía es de una media
de 32,4 por cada 100.000 agentes. Lo que representa entre 40 y 55
suicidios al año. En el sector privado, empresas como
Renault o Correos pueden anticipar la alerta con el caso de
France Télécom.

¿Pragmatismo, piedad o cinismo europeo?: el
"abandonadero" de recién nacidos

"A la vera de una tranquila calle de un suburbio de
Berlín, un cartel con una flecha apunta hacia un sendero
que se abre paso entre los árboles. El cartel dice
"Babywiege", en español: cuna. Al final del camino hay una
caja de acero inoxidable con una manija. Dentro de la caja hay un
par de pequeñas mantas prolijamente dobladas para abrigar
al recién nacido. La cálida temperatura del
contenedor es tranquilizadora. En su interior también hay
una carta con indicaciones de qué hacer si uno cambia de
opinión"…
Polémica en Europa por cunas para
abandonar bebés (BBCMundo – 10/7/12)

Alrededor de dos veces al año, alguien
-posiblemente una mujer– camina por esta recluida senda que
conduce a la parte trasera del Hospital Waldfriede para dejar
allí a un bebé nacido tal vez en secreto y pocas
horas antes. Esta persona -posiblemente su madre- se marcha luego
de allí. Ya no volverá a ver al recién
nacido. Cuando éste crezca, no sabrá quién
fue su madre.

Uso la palabra "posiblemente" porque el proceso es
secreto y anónimo. Nadie sabe quién dejó
allí al bebé. El anonimato es precisamente el punto
que critican aquellos que están en contra de este sistema
que data del medioevo y que volvió a implementarse en los
últimos 10 años. Podrían ser padres
inescrupulosos o incluso proxenetas que presionan a las madres
para deshacerse del niño, dicen los
críticos.

Según le dijo a la BBC Kevin Browne,
psicólogo de la Universidad de Nottingham, en el Reino
Unido, "una serie de estudios en Hungría muestra que no
son necesariamente las madres las que abandonan a sus hijos en
estas cajas, pueden ser parientes, proxenetas, padrastros o los
padres". "Por eso, la gran pregunta es si estas cunas
están protegiendo los derechos de la mujer y si la madre
del bebé está de acuerdo en que se lo dejé
allí", dice Browne. "Este sistema es tan anónimo,
tan alejado de la posibilidad de dar ayuda psicológica,
que genera una situación dañina para la madre y
para el hijo", añade.

Al facilitarle a la madre el deshacerse de su hijo,
dicen los críticos de la iniciativa, éstas se
sienten menos inclinadas a buscar la ayuda que necesitan en ese
momento de trauma emocional e incluso de riesgo
físico.

Éste es un argumento que rechazan los impulsores
del proyecto. Según ellos, les están ofreciendo a
las madres desesperadas una manera segura de abandonar a sus
hijos no deseados. Si no existiese esta posibilidad, dicen,
muchas dejarían a sus bebés muertos de frío
a la intemperie. O peor aún. Recientemente se
resolvió un caso en una corte alemana en el que la madre
estaba acusada de tirar a su bebé desde el balcón
de un quinto piso.

Por casos como estos la iniciativa está ganando
impulso para extenderse por Europa Central y del Este, desde los
estados bálticos hasta Alemania, Austria, Polonia, la
República Checa y Rumania. En algunos países la ley
favorece este sistema. En Hungría, por ejemplo, la ley fue
modificada como para que dejar el niño en una de estas
cajas equivalga a entregarlo legalmente en adopción,
mientras que abandonar al niño en cualquier otra parte
continúa siendo un delito.

Browne cree que su difusión es mayor en los
países con un pasado comunista y en los países
católicos donde tener un hijo sin estar casado es visto
con muy malos ojos. El psicólogo estuvo a cargo de gran
parte de la investigación que el Comité de Naciones
Unidas sobre los Derechos de los Niños consultó
para evaluar el sistema. Este comité considera que el
niño tiene el derecho a saber quiénes son sus
padres, y este proyecto, dicen, les quita este
derecho.

Sus defensores están totalmente en desacuerdo.
Gabriele Stangl, del Hospital Waldfriede de Berlín, opina
que estas cunas salvan vidas, por lo tanto aumentan los derechos
del recién nacido. En la caja de Berlín, dice, hay
un sistema de seguridad proporcionado por la maternidad del
hospital. Una vez que el bebé es depositado en la cuna,
una alarma alerta inmediatamente al personal de su llegada. Al
comienzo el hospital se encarga de su cuidado, luego pasa a una
familia de acogida y, finalmente, puede ser adoptado
legalmente.

Al principio, la madre puede volver a buscarlo si
está arrepentida, pero luego, cuando el bebé
ingresa al sistema de adopción, ya pierde su derecho. Una
de las madres que regresó por su hijo le dijo a la BBC que
cuando dio a luz estaba desesperada. El padre no estaba, ella era
joven y se encontraba en estado de shock, por eso optó por
la caja. Pero una semana después volvió a buscar a
su hijo. Cuando notó que tenía su pelo, sus ojos,
se dio cuenta de que no podía abandonarlo. Todavía
hoy visita la maternidad del hospital para mostrar fotos del
niño que está criando. Este sistema le dio tiempo
parar pensar y aclarar su cabeza.

En una de las cunas instaladas en Hamburgo, han dejado
42 bebés en los últimos 10 años. De las 17
madres contactadas por los organizadores del sistema, 14
volvieron por sus niños. Steffani Wolpert, una de las
mujeres a cargo del sistema en Hamburgo, cree que esto es mejor
que nada. "En 1999 cinco bebés fueron abandonados. Tres de
ellos fueron hallados muertos". "Reflexionamos sobre esta
situación, por qué pasó y hallamos una nueva
manera para que estos niños sobrevivan",
explica.

Sin embargo, estos argumentos no convencen al
comité de la ONU ni a los críticos que siguen
pensando que las cajas para recién nacidos son un regreso
al pasado, cuando la iglesia contaba con un mecanismo similar
para que las madres entreguen a sus hijos no deseados. Maria
Herczong, psicóloga del comité de la ONU, le
aseguró a la BBC que tanto antes como ahora siempre hubo
una alternativa mejor: ofrecer más comprensión y
ayuda a las madres que atraviesan circunstancias
difíciles. "(Este sistema) envía a las mujeres
embarazadas un mensaje equivocado: que está bien esconder
su embarazo y dar a luz en circunstancias no controladas y
más tarde abandonar a sus hijos".

Se trata de dos puntos de vistas de dos grupos bien
intencionados. La voz que todavía nos hace falta escuchar
es la de la madre que tuvo su hijo en secreto hace algunas horas
y que, y que después de abandonar a su bebé vuelve
con las manos vacías.

Cunas por país

•Alemania: 99

•Polonia: 45

•República Checa: 44

•Hungría: 26

•Eslovaquia: 18

•Lituania: 8

•Italia: aprox. 8

•Bélgica: 1

•Países bajos: 1 planificada

•Suiza: 1

•Vaticano: 1

•Canadá: 1

•Malasia: 1

•También hay en Japón,
EEUU.

(España 2012)
El tobogán de la pobreza

"Una vez que los tenderos desarman sus puestos, los
mercadillos de Madrid muestran su realidad más cruda.
Basta con que los vendedores de frutas, verduras y ropa se suban
a sus coches para que aparezcan, entre los desechos, hombres y
mujeres con bolsas de plástico en busca de algún
alimento que todavía se pueda comer"…
"Tener que
apañarme en la calle me da vergüenza" (El País
12/7/12)

Como todos los jueves y sábados, Berta, una
boliviana de 48 años, fue ayer al mercadillo de la calle
de Santa Genoveva, en el barrio de La Elipa. Entre papeles y
cajas encontró manzanas, pimientos rojos, cebollas, peras,
melocotones y naranjas. Unos estaban más dañados
que otros, pero aun así los recogió.

Hasta hace dos meses Berta trabajaba cuidando a una
mujer mayor, cerca del parque del Retiro. Pero la anciana
murió y entonces ella se quedó sin los 900 euros
que ganaba mensualmente por cuidarla siete días a la
semana.

El marido de Berta, que se dedicaba a la
construcción, también perdió su empleo y
ahora ambos están buscando trabajo, aunque no tienen sus
papeles al día. Viven solos en Madrid y este mes
podrán pagar el piso que alquilan gracias a lo que ha
ganado una hija de él como cuidadora de niños en A
Coruña. "No sé cómo lo vamos a hacer el
próximo mes", confiesa Berta con angustia.

Ella y su esposo se alimentan principalmente con las
lentejas, las judías y el azúcar que les regala su
parroquia. Pero esa ayuda no es permanente y por eso Berta dice
que no tiene otra alternativa que recoger lo que queda tirado.
"Tener que apañarme en la calle me da vergüenza, pero
no queda otra".

Sus ojos se le llenan de lágrimas cuando relata
su situación. Lo que más le entristece es que
durante los últimos dos meses no ha podido enviarles
remesas a los cinco hijos que ha dejado en Bolivia. Por eso se
dedica a repartir sus datos entre parroquias y asistentes
sociales para encontrar algún trabajo. De lo contrario,
tendrá que volver a su país aunque no quiera
hacerlo.

Lo que ocurre en la calle de Santa Genoveva se repite en
otros mercadillos de Madrid. Los viernes, por ejemplo, un
puñado de personas llega pasadas las dos de la tarde hasta
la calle de Gandhi, para repetir la escena: esperar a que se
vayan los tenderos, buscar entre los desechos y llevarse algo de
comida a sus casas.

(España 2012) Cuesta abajo: la vergüenza de
haber sido y el dolor de ya no ser

"Cada vez son más. Una muchedumbre silenciosa
y a menudo inadvertida. Son las víctimas de la pobreza.
Crece en una crisis sin fondo y se instala en una normalidad
quebradiza. El paro, que ya lacera a 5,6 millones de personas, es
un filo que se estrecha. Las facturas siguen, los subsidios se
recortan; se agotan al igual que los ahorros, y el empleo no
aparece. El techo peligra. O desaparece"…
Pobre puede
ser cualquiera, o casi (El País –
13/7/12)

La casa de los familiares y los pisos compartidos -la
calle en el peor de los casos- cobijan las vidas en la estacada,
suspendidas en una precariedad que se extiende sin freno y que,
si faltan redes de apoyo, como la familia, conduce a la
exclusión social. La bajada es cada vez más
acelerada, dicen los expertos, un tobogán cuyo descenso
gana velocidad y al que se asoma un número creciente de
personas. Hay albergues con lista de espera.

España, julio de 2012. Más de 5,6 millones
de empleos y decenas de miles de techos arrasados por el
huracán de la crisis. Más de 300.000 ejecuciones
hipotecarias iniciadas en los últimos cinco años,
muchas de las cuales han derivado en desahucios -más de
100.000- a los que se suman los motivados por el impago de
alquiler. Como el de Juan, el de Carmen… Los números
tienen caras detrás y un detonante común: la
pérdida de ingresos, el comienzo del
tobogán.

"Las torres más altas pueden caer al piso". Esa
es una de las cosas que Carmen ha aprendido en los últimos
tiempos. Esta mujer de 40 años era hasta hace uno y medio
una empresaria de éxito. En 2005, recién llegada a
España desde Estados Unidos, creó con su marido una
firma de montajes eléctricos. Hasta 16 empleados llegaron
a tener, relata. Tan bien iban las cosas que lograron comprarse
un piso en un barrio caro de Madrid, Chamberí. Ahora la
mujer almuerza cada día en un comedor social a tiro de
piedra del piso que tuvo.

"Paró todo de la noche a la mañana",
reflexiona esta mujer que pide aparecer con otro nombre. La
crisis de la construcción se llevó por delante su
negocio. Dejó de haber cables que poner en casas o centros
comerciales flamantes. "Tuvimos que despedir a los empleados, que
eran como de la familia. Les dimos lo que les correspondía
y un poco más. Dejamos al día las cuentas con
Hacienda, con la Seguridad Social. Quedamos limpio con todos…".
Y sin un euro en el bolsillo.

Adiós a los tiempos boyantes, cuando amortizaban
la hipoteca con reembolsos anticipados y vertiginosos. "En cuatro
años habíamos logrado pagar 29 de los 30
años del préstamo", relata Carmen a la entrada del
comedor. Hasta que llegó el hachazo, en marzo pasado: "Nos
quedaba un año por pagar, pero el banco se quedó
con el piso", explica Carmen, de origen uruguayo.

La crisis se llevó la empresa, el piso, el
bienestar, pero el zarpazo no paró ahí. El hijo de
Carmen está ahora en un centro de menores: "Robó
para intentar ayudarnos". El marido sobrevive en una granja,
"ordeñando vacas". Y Carmen duerme en uno de los pocos
albergues que en Madrid admiten a mujeres -disponen de un cuarto
de las 1.200 plazas, según el Ayuntamiento-. "Al principio
crees que te vas a volver loca", dice esta mujer que sueña
con abandonar España para volver a empezar lejos con su
familia. "Lo más duro de perder el nivel de vida es no
tener un lugar propio, aunque fuera una habitación",
asegura. Así evitaría tener que pasar el día
en la calle: el albergue cierra desde las diez de la
mañana hasta las seis de la tarde. "En mi situación
se sufre mucho, pero se aprende mucho. La gente no debe olvidar
que, por muy arriba que esté, se puede caer muy abajo.
Todos somos seres humanos y esto le puede tocar a cualquiera",
recapitula.

Cualquiera puede ser Juan. Este madrileño de 38
años se ha instalado en un soportal de Chamberí. Su
título de Formación Profesional de segundo grado no
le sirve para encontrar un trabajo desde que lo perdió en
2008, cuando se encargaba de tareas técnicas en una
fábrica de ladrillos. Cobró el paro hasta que se
acabó. Luego fallaron las chapuzas. En 2010 perdió
el piso que pagaba al banco y se instaló en el asfalto.
"No hay albergues suficientes.

Me dicen que me vaya con mi hermano a su casa, pero
está hasta el cuello. Va a tener que vender el
camión y tiene dos hijos", explica. Así que
él sigue en la calle mientras "tres millones de pisos
están vacíos". Sí, pero la vivienda social
escasea, tal como denuncia desde Cáritas España la
experta Sonia Olea.

Juan comparte soportal con compañeros como
Yésica y Anastasio, ella española de origen
argentino, de 28 años; él, griego, de 38. Vinieron
en agosto pasado, cuando desesperaron de encontrar empleo en
tierras helenas. Traían una oferta de trabajo que
resultó no ser tal. Cuando acabaron los ahorros solo
quedó la intemperie. Cada día van por turnos -hay
que vigilar los enseres- a la biblioteca pública. En los
ordenadores, envían currículos y buscan trabajo.
"Mando 300 y, con suerte, recibo una respuesta", detalla
Yésica. También cargan allí el móvil:
hay que tenerlo listo por si, a través de la llamada,
llega la esperanza. Una esperanza que "cada día se pierde
más". Cada día es igual que el anterior, sin
futuro. Aunque muchos pobres lleven móvil y se manejen con
Internet incluso en los albergues.

Con esas dos armas se enfrenta también un
hispanoperuano que elige el alias de Bersix para hablar en el
albergue San Martín de Porres, en un barrio del
extrarradio madrileño. Desde que perdió el empleo
pone anuncios para hacer chapuzas, esas que le salvaron un
tiempo. "Cayeron las chapuzas y caí yo", dice este
universitario de 50 años que trata de aprender sueco para
emigrar. Como él, en este albergue -con "tres meses de
lista de espera" para poder pernoctar en él, según
su director, Francisco Rodríguez- el 12% de los acogidos
tienen estudios universitarios. Antes de la crisis eran "el 3% o
el 4%", recuerda el director. Y aumenta la proporción de
españoles; ya son la mitad. "La gente que viene no
está deteriorada. Son hombres de clase media y media baja,
preparados para trabajar y que se han quedado sin empleo",
describe Rodríguez. Pero el trabajo, el bálsamo de
Fierabrás, no llega. Y la pobreza crece y se
cronifica.

"Cada vez hay más gente pasándolas
moradas. Si esta crisis aguda dura mucho, las consecuencias
pueden ser irreversibles, sobre todo para la gente joven. Una
generación se queda fuera", advierte Pedro Cabrera,
experto en pobreza y estructura social en la Universidad de
Comillas. Hace un diagnóstico "terrible" de la
situación: "Tenemos una fiscalidad regresiva, por
austeridad se recortan los servicios sociales, que no estaban
medianamente dotados, y encima el mercado de trabajo no da
respuesta a millones de personas".

Así las cosas, los nuevos pobres se suman a los
veteranos, porque ni siquiera en los tiempos de bonanza
España erradicó la pobreza, que no es monopolio de
marginados, aunque genere una enorme exclusión social.
"Nunca llegó a bajar del 20% la proporción de
personas que viven por debajo del umbral de la pobreza [perciben
menos del 60% de la renta mediana]. Ahora estamos en el 23%",
afirma Cabrera. El paro no es la fuente única de esta
situación: también lo son los bajos salarios, que
crean trabajadores pobres, matiza. "De cada 100 empleados, 14 son
pobres. Es algo que ya ocurría antes de la crisis, pero el
fenómeno se ha expandido al sector servicios (el que
ofrece más empleo)". Además, el recorte de las
políticas sociales reduce la posibilidad de atenuar los
efectos del deterioro económico en los ciudadanos
desfavorecidos. "Se ha pasado del silencio de las
Administraciones ante las situaciones de vulnerabilidad social al
"no tenemos dinero", denuncia Sonia Olea, responsable del
programa de vivienda y personas sin hogar de Cáritas
España.

Lavinia Mingu y su vecina española en la cola
para recoger alimentos en Chamberí lo saben bien. A la
primera, que empuja el cochecito de su bebé y está
separada con dos niñas, le acaban de denegar la
guardería pública para la pequeña.
"¿Cómo podré tener trabajo si no tengo
dónde dejar a la cría?", se pregunta. La escasez de
servicios públicos es otra dificultad más para
salir de la pobreza para esta mujer que carece de subsidios pero
no de arrojo. En parecida situación está su
compañera, que pide anonimato y tiene tres hijos a su
cargo. Ha trabajado en supermercados, aunque desde hace dos
años no encuentra dónde. "Intento apañarme,
pero es imposible", dice. Las dos luchan por mantener sus casas,
pero sobre ellas pende la amenaza del desahucio por impago.
También sobre el de otra española igualmente
treintañera en esta fila abundante en carritos de la
compra para transportar la comida a casa y de cochecitos de
bebé. Tiene dos hijos a su cargo y un empleo de
limpiadora, tres horas diarias. "No me llega para el alquiler y
los gastos de casa. Estoy completamente sola y tan deprimida que
a veces no quiero subir a casa". Hay, también, quien evita
dar detalles en este lugar, sobre todo aquellos que acaban de
pisarlo por primera vez y son incapaces de superar el sentimiento
de vergüenza.

"El tobogán que lleva de ser alguien a no ser
nada, a sentirse mobiliario urbano, cada vez es más corto,
más rápido", afirma Olea, experta de
Cáritas. Con todo, en esta crisis, como en las anteriores,
el colchón familiar es la protección más
fuerte. "En muchos casos, quienes soportan la situación
son los abuelos", describe. Abuelos que acogen a hijos y nietos
en casa, que tratan de cubrir también las necesidades
ajenas con sus propios ingresos.

Como la madre de Gregorio, un ferrallista "en paro desde
hace tres años y sin cobrar desde hace uno". "Con los 270
euros de pensión de mi madre tenemos que vivir y ayudar a
mis sobrinos, de 16 y 11 años", relata antes de echar
cuentas. "Tengo 48 años y empecé a trabajar a los
14. Tenía mi coche, iba al gimnasio. Tenía una vida
normal, como cualquier ser humano. Quedarme sin empleo fue un
corte radical".

Gregorio tuvo que acabar por acudir a un comedor social
de su barrio de siempre, Vallecas, donde echa una mano a las
monjas de la Obra Social Santa María Josefa que lo
gestionan. Organiza el acceso y ve cómo se alinean las
bolsas con tarteras mientras sus dueños buscan la sombra.
Antes de abrir, ya hay más de 40. Las religiosas ofrecen
600 raciones diarias, el doble que hace un año.

Españoles e inmigrantes empobrecidos acuden en
masa a los servicios de atención de emergencia, como el
reparto de alimentos, los comedores o la ayuda puntual para el
pago de alguna factura. La red social y estas ayudas,
especialmente de Cáritas y Cruz Roja, registran una
demanda creciente. Son claves para intentar evitar la
caída definitiva por el tobogán que acaba en la
gran exclusión, un descenso impulsado por la
pérdida de vivienda. "O pagan el piso, o comen", describe
la hermana Josefina, que regenta el comedor donde echa una mano
Gregorio.

"No es que la gente pierda el empleo, deje de pagar la
hipoteca o el alquiler y se vea a continuación en la
calle, aunque hay casos, pero lo determinante para eso es que se
sumen otros factores añadidos, la mochila que tiene cada
uno", dice Olea. Enumera elementos de ese petate: escasa
formación, empleo previo poco cualificado, problemas de
adicciones o salud mental (en el 60% de los casos), baja
autoestima, pobreza o falta de red familiar y social. Este
último, el gran colchón, "es cada vez menos
mullido", sobre todo por el individualismo y la falta de
convivencia vecinal en las grandes ciudades, pero es aún
un gran colchón, apunta Olea.

Pero el perfil de pobre ha cambiado respecto a las
crisis anteriores. El título universitario ha dejado de
ser un gran escudo y en un país de hipotecados, los
ciudadanos tratan de mantener la vivienda a toda costa. Perderla
es el último peldaño en una caída para la
que muchos carecen red.

El (doble) "regreso al hogar": un final que nunca
imaginó Harold Pinter. Se unen las dos puntas del
camino… (hacia el abismo)

"Últimamente, los ancianos y los
jóvenes regresan al hogar familiar tras pasar años
en residencias o viviendo emancipados, respectivamente. Los
primeros, vuelven porque deben mantener a toda la familia con sus
pensiones; los segundos, porque no encuentran un trabajo"…

El 40% de los mayores ayuda económicamente a sus
familiares – La crisis invierte el término "dependencia":
los ancianos pasan a ser sostén de los jóvenes
(Vozpópuli – 18/8/12)

El núcleo familiar se ha convertido en la
última red de seguridad para muchos desempleados, que
apelan a la solidaridad de sus progenitores para poder salir
adelante en tiempos de crisis.

Si hace unos años era difícil encontrar
plaza en residencias de ancianos, ahora mismo la situación
es la contraria. La demanda baja y cada día se producen
nuevas vacantes, ya que las familias optan por sacar a sus
mayores de estos centros, para que sus pensiones contribuyan al
sustento familiar. Un fenómeno que se repite más en
el caso de las pensiones altas o de dependencia.

De esta forma, si en el año 2010 las personas
mayores que ayudaban económicamente a sus familiares
representaban un 15%, actualmente este porcentaje se ha disparado
hasta el 40%, según un estudio presentado por la
Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de
España (UDP).

Asimismo, el porcentaje de mayores que reciben alguna
ayuda económica de sus familiares ha descendido desde el
12,5% del año 2010 hasta el 7,5% de 2012, y es que, la
estabilidad laboral y salarial de hoy en día deja mucho
que desear frente a la que ofrecen las pensiones de
jubilación.

Los abuelos españoles se han volcado en la
familia dejando de lado sus propias necesidades debido a la
crisis económica, según explicaba a Europa Press el
coordinador del "Proyecto Madurez Vital" de la
Confederación Española de Organizaciones de Mayores
(CEOMA), José de las Heras Gayo, con motivo del Día
de los Abuelos (26 de julio).

"Hoy en día el abuelo ya no es algo amable sino
una necesidad para mantener el nivel socioeconómico de la
familia, sobre todo, entre las clases medias", afirmaba. "El
más débil ayuda al más fuerte cuando
tendría que ser al revés", concluye.

Los jóvenes emancipados también regresan a
casa de sus padres

La pauta de emancipación de los jóvenes
españoles siempre ha discurrido alejada a la del resto de
países europeos, y con la crisis esta tendencia se ha
distanciado aún más, según un estudio de la
Obra Social "La Caixa" sobre "La transición de los
jóvenes a la edad adulta".

La edad media para salir del hogar familiar se
sitúa en España en los 29 años, frente a
otros países como Finlandia, donde la media es de 23
años. Los motivos para que se produzca también son
distintos, ya que los españoles suelen asociar este cambio
con la vida en pareja o la llegada de hijos.

Este estudio también confirma el papel
protagonista de las familias a la hora de evitar la
exclusión social de sus miembros más
jóvenes: cuando por causas como el desempleo o la
precariedad laboral no pueden hacer frente al pago de hipotecas,
se ven obligados a volver con los padres.

Las cifras lo confirman. Si en 2007 el 44,8% de los
jóvenes españoles entre 16 y 34 años
vivían emancipados, en 2011 esta cifra bajó al
44,1%. Asimismo, los hogares encabezados por jóvenes han
pasado del 16,4% en el año 2008 al 14,5% en
2011.

Tanto en el caso de los ancianos como en el de los
jóvenes, la crisis económica parece poner a prueba
la solidez y armonía de los lazos familiares en muchos
hogares españoles, que tras años de bonanza en los
que han llevado vidas separadas, deben volver a convivir bajo un
mismo techo.

La "argentinización" de la economía
europea: de la "grandeur" consumista, a las "raciones" para
pobres. Un Cáritas en cada esquina (la hora de la
verdad)

""Si un español únicamente gasta una
media de 17 euros en cada compra, entonces no puedo venderle
detergente por la mitad de su presupuesto", dice la
compañía"…
Unilever revisa el modelo de
negocio porque "la pobreza vuelve a Europa" (Expansión –
27/8/12)

El impacto de la actual crisis en los hábitos de
los consumidores ha llevado a la compañía anglo
holandesa de alimentación y productos de consumo Unilever
ha replantarse su modelo de negocio aplicando en Europa
estrategias propias de mercados emergentes ante lo que
prevé que será una vuelta a la pobreza en el Viejo
Continente.

"La pobreza regresa a Europa", reconoce el responsable
para Europa de la tercera mayor compañía mundial de
productos de consumo, Jan Zijderveld, en declaraciones al diario
alemán "Financial Times Deutschland" (FTD). "Si un
español únicamente gasta una media de 17 euros en
cada compra, entonces no puedo venderle detergente por la mitad
de su presupuesto", añade.

De este modo, el consejero delegado en Europa de la
compañía propietaria de marcas como Knorr, Lipton,
Rexona o Pond's, apunta la intención de Unilever de
trasladar a Europa estrategias ya probadas en mercados
emergentes. "En Indonesia, vendemos dosis individuales de
champú a 2 o 3 céntimos y aun así obtenemos
un beneficio decente", dice Zijderveld. "Sabemos cómo
hacerlo, pero en Europa nos habíamos olvidado durante los
años anteriores a la crisis", añade Zijderveld,
quien antes de hacerse con las riendas de Unilever en Europa
dirigió durante tres años el negocio de la
multinacional en el sudeste asiático.

De hecho, el diario alemán señala que
Unilever ha comenzado a vender en España detergente bajo
la marca "Surf" en un formato con dosis para únicamente
cinco lavados, mientras que en Grecia la multinacional ya ofrece
mahonesa y puré de patatas en paquetes individuales,
mientras que vende productos básicos como aceite de oliva
o té bajó marcas baratas locales, una estrategia
también adoptada en Reino unido.

"Argentinización" total (cartoneros,
trueque…). Solo faltan los "paseadores" de
perros

"A pesar de que es una de los millones de
jóvenes españoles desempleados, Silvia
Martín, de 22 años, se consuela sabiendo que su
banco todavía la respalda. No se trata de una
institución de crédito, sino más bien de un
banco de tiempo cuyos cerca de 400 miembros intercambian sus
servicios por hora"…
Para los españoles sin
trabajo, el tiempo equivale a dinero (The Wall Street Journal –
27/8/12)

Martín, que no tiene automóvil ni se puede
dar el lujo de tomar taxis, se ha apoyado en miembros del banco
de tiempo para que la lleven por la ciudad para hacer sus
trabajos esporádicos y trámites, así como
también para hacer reparaciones en su casa. A cambio, ella
ha cuidado a familiares mayores de algunos miembros, organizado
fiestas infantiles, y ayudado con alguna mudanza.

El banco no sólo le ahorra dinero, dice, sino que
también le levanta el ánimo al permitir que se
sienta "parte de una comunidad que toma algún tipo de
acción positiva en tiempos difíciles".

En momentos en que los líderes de Europa luchan
con una crisis económica de cinco años que
cargó a España con la mayor tasa de desempleo del
mundo industrializado, los jóvenes españoles
están adoptando cada vez más este tipo de
iniciativas básicas para arreglárselas. Las
diversas medidas -algunas comúnmente asociadas con las
economías rurales o zonas de desastres- suplementan la red
de seguridad pública que se está viendo
corroída por los programas de austeridad del
gobierno.

Además de los bancos de tiempo, incluyen el
surgimiento de mercados de trueque en los barrios, monedas
locales diseñadas para estimular la abatida
economía minorista y redes benéficas que
reaprovechan bienes descartados. Un grupo ecologista lanzó
recientemente "Huertos Compartidos", que asocia a dueños
de terrenos baldíos con quienes están dispuestos a
cultivarlos y compartir la cosecha.

La expansión de los bancos de tiempo resucita un
concepto creado en Estados Unidos y Europa por los anarquistas y
socialistas del siglo XIX, que querían poner a prueba su
filosofía de que los precios de los bienes y servicios
deberían reflejar mejor la mano de obra necesaria para
producirlos.

El número de estos bancos en España
-algunos operados por asociaciones de barrio, otros por gobiernos
locales- casi se ha duplicado a 291 en los últimos dos
años, según una encuesta realizada por Julio
Gisbert, un banquero que dirige el sitio web Vivir Sin Empleo,
que analiza iniciativas de ayuda mutua. Algunos economistas temen
que el aumento de estos sistemas informales de intercambio
esté arrastrando aún más a España a
una economía sumergida, fuera del alcance de los
reguladores y recaudadores de impuestos, y haciendo que el
país regrese en el tiempo en términos de
desarrollo.

"No sólo es un paso atrás para un
país del euro, es un paso atrás para un país
desarrollado", dice José García Montalvo, profesor
de economía en la Universidad Pompeu Fabra de
Barcelona.

Los bancos y las monedas sociales, explica, pueden
perjudicar la economía en general ya que los ingresos
obtenidos de tales arreglos a menudo no son declarados, lo que
disminuye los ingresos fiscales del gobierno. Las monedas
sociales y los bancos de tiempo también suprimen el uso
del crédito, agrega García Montalvo, lo que en un
nivel moderado puede ayudar a las personas a abrir negocios y
acceder a bienes y servicios beneficiosos que no podrían
costearse sin incurrir en una deuda.

Monografias.com

Sin embargo, otros opinan que las iniciativas
representan una significativa fuerza estabilizadora en la
sociedad. "Las personas que tal vez no encuentren un trabajo
formal a través de estas posibilidades de intercambio y
apoyo mutuo pueden sostener una situación que de otra
manera sería insostenible", señaló
José Luis Álvarez Arce, director del departamento
de economía de la Universidad de Navarra.

Esfuerzos similares están apareciendo
también en otras economías atribuladas en el sur de
Europa. En Grecia, por ejemplo, cientos de personas en una ciudad
utilizan una moneda llamada "TEM", que representa una unidad
local alternativa. Los bancos de tiempo en Módena, Italia,
y otras partes del país se movilizaron para ayudar a las
personas afectadas por los terremotos de este
año.

La economía de España ha estado en serias
dificultades desde que en 2008 reventó la burbuja
inmobiliaria. El desempleo alcanzó un récord de 25%
en el segundo trimestre y el gobierno prevé que la
contracción de la economía persista hasta el
año que viene.

Entretanto, el sistema de prestaciones sociales de
España se ha visto golpeado por los recortes en los
presupuestos del gobierno central y de las comunidades
autónomas destinados a calmar los mercados financieros. A
medida que el seguro de desempleo se agota para quienes llevan
mucho tiempo cesante, el porcentaje de españoles sin
trabajo que recibe asistencia ha caído de 78% en 2010 a
65%. En julio, el gobierno nacional presentó el plan de
austeridad presupuestaria más riguroso en la historia
reciente del país.

La crisis está siendo especialmente dura para las
personas de entre 20 y 30 años, que se criaron en el
período de democracia y prosperidad que siguió a la
muerte del dictador español Francisco Franco, en 1975.
Estos españoles fueron los primeros en disfrutar de las
ventajas de un Estado de bienestar social fuerte, que
incluyó un sistema de salud universal, enseñanza
superior accesible y generosas protecciones para los
trabajadores, explica Rodolfo Gutiérrez, sociólogo
de la Universidad de Oviedo. Ellos vieron cómo sus padres
mejoraban drásticamente sus estándares de vida e
ingresaron al mercado laboral a finales de los 90 y principios de
2000, cuando abundaba el empleo y el crédito y los bienes
de consumo podían obtenerse con facilidad, añade
Gutiérrez.

Actualmente, los trabajadores de entre 16 y 24
años afrontan una astronómica tasa de desempleo, de
53,3%; para los de entre 25 y 34 años, es de 27%. La tasa
se reduce para los trabajadores con más edad, cuyo despido
puede resultar costoso en el marco de la legislación
laboral española.

La mitad de los jóvenes sin empleo han buscado
trabajo por al menos un año, según el Instituto
Nacional de Estadística, y los pocos puestos disponibles
son a menudo mal pagados o posiciones temporales. El
número de personas de entre 20 y 30 años que vive
con sus padres comenzó a aumentar en los últimos 12
meses tras un declive de varios años.

"No es una generación perdida, sino una
generación frustrada", dice José Ortuño,
guionista y director de cine de 35 años. Hace poco hizo
una serie animada para la web llamada Treintañeros, cuyo
protagonista, Pedro, trabaja en un restaurante de comida
rápida pese a tener cuatro títulos
universitarios.

Para los jubilados alemanes "low cost", Angie les tiene
reservado un "minijob plus"

"Hasta 761.000 jubilados alemanes trabajan en un
llamado "minijob", puesto de trabajo con un salario de hasta 400
euros libre de impuestos y Seguridad Social. Mantenerse activos o
la necesidad de mantener la pensión son los motivos para
seguir en el mercado laboral"…
Unos 800.000 jubilados
alemanes trabajan en un "minijob" (Cinco Días –
28/8/12)

Un total de 761.000 jubilados alemanes, 120.000 de ellos
mayores de 75 años, trabajan en un "minijob" por necesidad
o para mantenerse activos, con un incremento del 60 % desde el
año 2000, según datos recabados en 2011.

Ello se desprende de una respuesta del Gobierno federal
a una interpelación parlamentaria del partido de La
Izquierda que publica hoy el rotativo Süddeutsche
Zeitung.

Los "minijob" se han hecho atractivos para los
pensionistas desde su regulación en 2003 ya que permiten
tener ingresos suplementarios por un trabajo mínimo de
hasta 400 euros al mes que no son gravados fiscalmente ni deben
cotizar en las cajas sociales.

Sin embargo, el diario subraya que aumenta
también la cifra de pensionistas mayores de 65 años
que no se conforman con un mini-empleo de hasta 400 euros al
mes.

Según datos de la Agencia Federal de Empleo (BA)
a finales de 2012 había en Alemania 154.000 personas en
edad de jubilación que contaban con un empleo de plena
cotización, cifra que se ha duplicado desde
1999.

La citada agencia subraya que la mayoría de
ellos, unos 80.000 cuenta incluso con un puesto de trabajo de
horario completo y destaca que la estadística no incluye a
los trabajadores autónomos en edad de
jubilación.

"Muchos quieren trabajar porque se sienten en forma",
declara en el rotativo Holger Schäfer, experto en mercado
laboral del Instituto de la Economía Alemana (IW), quien
comenta que una gran parte de esas personas en edad de
jubilación cuentan con una elevada
cualificación.

Añade que "eso indica que las necesidades
financieras no son en muchos casos el motivo principal" para
seguir trabajando, pese a haber superado los 65 años de
edad.

Por el contrario, Ulrike Mascher, presidenta del
organismo social VdK, asegura que la mayoría de los
120.000 mayores de 75 años que practica un "minijob" "no
son precisamente profesores universitarios que quieren trabajar
más tiempo".

"Se trata más bien de jubilados que reparten
periódicos, llenan las estanterías de supermercados
y practican otros oficios poco atractivos para mejorar sus
pensiones", señala la experta, para quien aumenta el
número de personas a quienes no les alcanza su
pensión para vivir.

Las cifras del gobierno confirman además que las
pensiones se han ido reduciendo de manera continuada y quien en
2000 se convirtió en pensionista tras 35 años de
vida laboral sobraba una renta media de 1.035 euros, que se han
reducido a 953 en 2011.

ONG-RU: "Ayuda al Primer Mundo" – La riqueza nos
hará pobres (los "negros" rubios)

"La organización internacional Save the
Children, conocida por ayudar a algunas de las familias
más pobres del mundo, lanzó su primer llamado para
ayudar a los niños de Reino Unido"…
ONG que combate
el hambre en países pobres ahora se fija en Reino Unido
(BBCMundo – 5/9/12)

Save the Children dice que los niños más
pobres de Reino Unido están sufriendo por la
recesión, sin comidas calientes regulares o zapatos
nuevos. La entidad le pide al gobierno británico que haga
énfasis en las ayudas para las familias de bajos recursos
y les pida a los empleadores que paguen un salario mínimo.
El gobierno dijo que está comprometido con erradicar la
pobreza infantil.

Los investigadores de Save the Children hicieron un
sondeo de más de 1.500 niños entre los 8 y los 16
años y más de 5.000 padres, con énfasis en
los grupos de más bajos ingresos. El estudio se basa en
cifras del Instituto de Estudios Fiscales (IFS, según las
siglas en inglés) que estiman que hay 3,5 millones de
niños en la pobreza en Reino Unido y predicen un fuerte
incremento en ese número durante los próximos
años. Para Save the Children, quienes viven en la pobreza
tienen un ingreso familiar menor al equivalente de US$ 27.000 al
año.

El 61% de los padres pobres encuestados dice que ha
recortado en comida y el 26% reconoció haber omitido una
de las comidas diarias el año pasado. Un poco menos de un
quinto (19%) dijo que sus niños han salido a veces sin
zapatos nuevos cuando los necesitan. El 19% de los niños
pobres dijo que ha faltado a excursiones del colegio y el 14%
dijo que no tiene una chaqueta para usar en el
invierno.

El informe, llamado It Shouldn't Happen Here (No
debería pasar acá), también revela
qué tan conscientes son los niños de los problemas
financieros de sus padres. Más de la mitad de los
niños (58%) señaló que cree que a sus padres
les está quedando cada vez más difícil pagar
todo. El 52% de los niños más pobres estuvo de
acuerdo en que la ausencia de dinero estresa a sus padres o los
hace infelices, mientras el 43% estuvo "firmemente de acuerdo" en
que sus padres están recortando en cosas para ellos, como
ropa o comida.

El 23% de los padres en el rango más bajo de
ingresos indicó que es más probable que les hablen
bruscamente a los niños a raíz de la
preocupación por los problemas de dinero, comparado con el
10% de los padres con mejores ingresos.

El informe cita las cifras presentadas el mes pasado por
el departamento gubernamental de Trabajo y Pensiones de Reino
Unido, que revelaron que el 61% de los niños pobres tienen
padres trabajadores. Le pide por eso al gobierno que fomente que
más empleadores paguen más del salario
mínimo para que los trabajadores puedan suplir las
necesidades familiares. Además le pide al gobierno que
pague el 80% de los costos relacionados con el cuidado infantil
de las familias más pobres.

Un vocero del departamento de Trabajo y Pensiones dijo:
"A pesar de que se invirtieron 150 millones de libras esterlinas
(US$ 238 millones) en subsidios y beneficios impositivos en la
última década, el enfoque del gobierno anterior
para combatir la pobreza infantil falló, y Reino Unido no
alcanzó sus propias metas de pobreza infantil en 2010".
"El gobierno permanece comprometido a erradicar la pobreza
infantil, pero queremos tener un nuevo enfoque al combatir los
orígenes, que incluyen el desempleo, las fallas educativas
y la descomposición familiar". "Y nuestras reformas de
bienestar mejorarán las vidas de algunas de las familias
más pobres en nuestras comunidades".

Save the Children espera recoger fondos que ascienden a
US$ 800.000 para ayudar a mejorar la vida escolar de los
niños de bajos recursos y entregar a las familias objetos
elementales como estufas, muebles o juguetes.

La troika: Los europeos que no se quieran
"argentinizar", pueden "chinificarse" (O sea)

"Una semana laboral de seis días. Esa es
quizás la propuesta más llamativa del conjunto de
sugerencias que los acreedores internacionales de Grecia le
hicieron al gobierno griego para aumentar los ingresos del
estado, asfixiado por la deuda económica"…
Proponen
semana laboral de 6 días para "salvar" a Grecia (BBCMundo
5/9/12)

Las propuestas formaban parte de una carta filtrada a la
prensa que los acreedores, conocidos como "la troika", le
enviaron al ministro griego de Finanzas. En el documento se
sugerían otras medidas destinadas a hacer un ajuste
radical del mercado laboral griego. "El máximo de jornadas
laborales se extendería hasta seis a la semana en todos
los sectores", informó el corresponsal de la BBC en
Atenas, Mark Lowen. "El descanso diario mínimo se
limitaría a 11 horas y se eliminarían las
restricciones de tiempo mínimo entre los turnos de la
mañana y la tarde", añadió.

Todas estas son propuestas no oficiales, sugeridas al
gobierno griego por representantes de la Unión Europea, el
Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo, pero no
aprobadas. Según el corresponsal de la BBC lo interesante
es que "revelan hasta qué punto los acreedores
internacionales sienten que las reformas son
necesarias".

A principios de septiembre (2012) los inspectores de "la
troika" regresan a Atenas para evaluar si Grecia está
cumpliendo con los objetivos económicos definidos en el
rescate. Las sugerencias de los acreedores sin duda
formarán parte de las discusiones entre el gobierno griego
y los representantes de "la troika", que se espera tengan lugar
durante buena parte de este mes. La misión de los
inspectores culminará con la creación de un
informe, previsto para octubre, en base al cual se
decidirá si Grecia debe recibir o no la siguiente cuota
del rescate financiero, de US$ 31.000 millones.

Según le explicó a la BBC la Profesora
Ngaire Woods, antigua funcionaria del FMI y experta en
Gobernabilidad Económica Global en la Universidad de
Oxford, hay dos actitudes generales en Europa frente al
desempeño griego. "Hay un grupo de funcionarios europeos
que al final lo que quiere desesperadamente es demostrar que
Grecia sí está comprometida a cumplir con las
condiciones del rescate, lo cual es muy diferente a decir que ya
han cumplido esos objetivos". Según Woods, varios
funcionarios alemanes son absolutamente estrictos al respecto y
consideran que si Grecia no cumple los objetivos, no habrá
más dinero.

Pero la experta puntualiza que "los objetivos de Grecia
se determinaron sobre la presunción de que su
economía se contraería al 4,8%". Sin embargo,
declaró, "la actual proyección es de una
contracción económica del 7%". "El problema para
Grecia es que su economía se está contrayendo
demasiado rápido como para que pueda ponerse al día
consigo misma", sentenció la académica. Entre las
medidas exigidas por "la troika" se encuentran reformas
económicas pero también estructurales, incluidos
cambios en el mercado laboral y un renovado impulso a la
privatización.

Según Mark Lowen, de la BBC, para asegurar la
segunda cuota del rescate financiero el gobierno griego
tendrá que comprometerse a hacer nuevos recortes, "al
menos unos US$ 14.500 millones". "Es probable que las pensiones
se lleven el golpe más grande. Y esto pondrá
aún más presión sobre una nación que
ya se está viniendo abajo por el peso de la austeridad
económica", dice Lowen. "Y eso sin duda generará
malestar social en los próximos meses",
pronosticó.

Save the Children señala que ya hay niños
españoles que solo hacen una comida al
día

"La responsable de Incidencia Política de la
división española de Save The Children, Yolanda
Román, asegura que en España sería factible
una campaña similar a la que ha puesto en marcha la filial
británica de la organización, ya que los
índices de pobreza infantil son "altamente alarmantes" y
"viendo la situación actual, no pueden más que
empeorar""…
España, a un paso de una acción
contra la pobreza infantil como la de Reino Unido (ABC –
6/9/12)

Save The Children United Kingdom ha presentado a
principios de septiembre (2012) una campaña en la que por
primera vez, la ONG aborda la pobreza de los niños
británicos. Con el lema "Esto no debería pasar
aquí", denuncia que siendo uno de los países
más ricos del mundo, hay niños que van con hambre
al colegio porque sus padres no tienen recursos para
proporcionarles un desayuno adecuado, entre otras
carencias.

Román ha señalado que una campaña
como esta sería "necesaria", porque se requiere "del
esfuerzo de todos" para erradicar la pobreza entre los
niños, que va en escalada al ritmo de la crisis
económica y va a peor. "Es más, puede ser que
dentro de tres o cuatro meses veamos algo parecido en
España", ha señalado.

Román recuerda que el índice de pobreza
infantil en España se sitúa entre el 24 y el 26% y
está afectando seriamente tanto a la alimentación
como al rendimiento escolar de los menores. Sobre el primer
asunto, la organización ya está detectando
"problemas de nutrición" y advierte de que ya en junio
"había niños cuya única comida en el
día era la que hacían en el comedor del
colegio".

"Ya entonces nos preguntábamos qué
pasaría con estos niños durante el verano, cuando
no hay comedor escolar", ha planteado Román, quien ha
denunciado que la situación de las familias con
dificultades "no puede sino empeorar" si se añaden nuevas
tasas y pagos que realizar, como el que muchos comedores
escolares impondrán este curso a los niños que se
lleven la tartera de casa.

En cuanto al ámbito escolar, la responsable de
Incidencia señala que la pobreza ya está afectando
al rendimiento, tanto por la mala alimentación de los
menores como por los problemas económicos en sus familias,
y va a provocar un aumento del absentismo por las dificultades
para acceder a un transporte hasta el centro
educativo.

"Se han eliminado muchas rutas escolares y nos han
estado llegando denuncias de niños de algunos barrios que
estaban empezando a faltar a clase ya en el mes de junio por
dificultades para acceder al transporte", ha señalado
Román.

Otro asunto que preocupa a la organización es el
acceso a los medicamentos tras la reforma sanitaria. "Nos
están llegando muchas denuncias de gente que dice que no
puede comprar las medicinas que necesitan para sus hijos, como
las de la fiebre. Se han quitado recetas para ciertos
medicamentos y hay familias que no pueden hacer frente a los
pagos de esas medicinas para sus niños", ha
afirmado.

El colofón lo pone el hecho de que Save The
Children está convencida de que "hay todavía una
realidad de pobreza infantil oculta" que por una razón o
por otra, algunas familias no se atreven a mostrar. "Por nuestro
contacto con la realidad y nuestro trabajo diario en zonas
rurales y en zonas urbanas con alto índice de
exclusión, sabemos que la situación está
empeorando", ha apostillado.

Román ha explicado que al margen de las grandes
campañas de sensibilización que Save The Children
realiza a nivel internacional, cada delegación nacional
funciona de forma autónoma a la hora de realizar acciones
de concienciación. En España, la entidad "no lo ha
envuelto en una campaña", pero lleva ya muchos años
trabajando directamente contra la pobreza infantil.

En este momento, los esfuerzos están centrados en
la acción política, porque, conforme recuerda la
responsable de Incidencia, "la labor de las ONG es muy importante
pero en ningún caso puede suplir a la acción del
Estado".

"De momento estamos haciendo esfuerzos políticos
para aportar nuestro conocimiento en derechos de infancia para
solucionarlo. El principio de la Legislatura todavía
concede margen para medidas de carácter político,
sobre todo porque desde el primer momento, el Gobierno ha puesto
en la agenda la pobreza infantil, aunque hasta ahora hay muchas
declaraciones de intenciones, pero falta mucha acción
concreta", ha añadido.

La verdad del "frankfurter" alemán (el "muro"
social: los "working poor")

"Uno de cada cinco trabajadores de la rica Alemania
cobra menos de diez euros por hora trabajada, en muchos casos
apenas cinco euros, y esta modalidad laboral se está
enquistando con la proliferación de los minijobs, trabajos
a tiempo parcial, empleos secundarios y chapuzas varias que
realizan especialmente jubilados que necesitan complementar de
alguna manera sus magras pensiones"…
El 20% de los
alemanes cobra menos de 10 euros por hora trabajada (El
Confidencial – 11/9/12)

Es lo que se define aquí oficialmente como
"ocupaciones atípicas", aunque en este grupo de personas
con ingresos muy bajos figuran, por ejemplo, los taxistas, los
empleados de peluquerías y centros de belleza o
cosmética, quienes trabajan en el sector de la
restauración o la hostelería y en los servicios de
limpieza.

El Instituto Alemán de Investigaciones
Económicas (DIW) denuncia en un reciente informe que la
necesidad y la pobreza de estas personas les lleva a aceptar
más horas de las estipuladas, sobre todo cuando tienen
contratos a tiempo parcial. En muchos casos, las personas que
trabajan en este sector llegan a las 45 y hasta las 50 horas
semanales, en un intento por conseguir un salario algo más
generoso.

Según el DIW, el tiempo medio de trabajo en la
República Federal son 42,8 horas semanales. Sólo el
20% no se ve obligado a hacer horas extras, y ésta es la
regla, más que la excepción, en el caso de los peor
pagados. El único consuelo que pueden tener estos
últimos es que las personas con sueldos altos muy a menudo
también se ven obligadas a prolongar la
jornada.

La progresión en este sector de los asalariados
pobres, los "working poor", está creando un problema
añadido para este Estado que se vanagloria de un nivel
bajísimo de desempleo. Este colectivo es ya un sector
social concreto cuyo futuro vital se define bajo el concepto de
"Viejos pobres de solemnidad": aquellos que tendrán una
jubilación por debajo de los 680 euros, y que plantean un
enorme desafío a la Seguridad Social alemana.

La ministra de Trabajo, Ursula von der Leyen (CDU), ha
puesto ya el grito de alarma sobre este problema que se ve venir
a toda velocidad. En vísperas de la campaña
electoral para las elecciones de dentro de un año, Der
Leyen ha hablado de poner en marcha un sistema de pensiones
paralelo al ya existente para hacer frente a las necesidades de
estos ancianos pobres, que son hoy los subempleados de un
país que pasa por ser -todavía- el motor
económico de la Unión Europea y que se precia de no
haber introducido el salario mínimo legal "por temor a que
destruya puestos de trabajo".

Un informe del Gobierno alemán desvela que los
"minijobers" cobrarán el equivalente a unos 200 euros de
pensión

"Millones de trabajadores alemanes, en su
mayoría mujeres, podrían caer en la pobreza cuando
se jubilen. Se trata de los 7 millones y medio de empleados en
llamados minijobs, contratos precarios con un salario de 400
euros mensuales. 4,65 millones de estos precarios son mujeres, de
las que más de tres millones carecen de otra fuente de
ingresos. En el momento en que se jubilen, estas empleadas
cobrarán pensiones cuyo valor actual no llega a los 200
euros mensuales"…
Los "minijobs" abocarán a la
pobreza a 4,6 millones de alemanas tras su jubilación (El
País – 28/3/12)

Un informe del Ministerio de Trabajo publicado por el
diario muniqués Süddeutsche Zeitung desvela que las
cotizaciones a los fondos de pensiones públicos de los
empleados de "minijobs" solo les darán derecho a 3,11
euros de pensión al mes por cada año trabajado. La
edad de jubilación en Alemania son 67 años. Tras
pasarse 45 años limpiando casas o sirviendo mesas y
cotizando a la seguridad social, las precarias que carezcan de
otra fuente de ingresos tendrán derecho a una
pensión mensual de 139,95 euros.

El informe es la respuesta del Gobierno a una consulta
parlamentaria del partido La Izquierda (Die Linke). La
coalición de centro-derecha que preside Angela Merkel ha
reaccionado anunciando planes para subvencionar directamente las
pensiones más bajas a partir de 2013.

El mínimo de subsistencia para los ancianos
alemanes varía según la región. Los
jubilados cuyas pensiones no alcanzan el umbral de pobreza
reciben ayudas sociales por parte del Estado. Estas ayudas a los
jubilados alcanzan los 688 euros de media en todo el país.
Hoy cobran estas ayudas el 3% de los jubilados. Se calcula que en
2015 serán ya el 10%.

Para el presidente de la Asociación Social de
Alemania SOVD, Adolf Bauer, estas reglas no son más que un
"parche de emergencia" para la mala situación de los
jubilados: "La función de los fondos públicos no es
paliar los efectos tardíos de unas políticas
salariales antisociales". La vicepresidenta del sindicato
gastronómico NGG Michaela Rosenberger pide que se
introduzca un salario mínimo interprofesional de 8,5 euros
por hora en toda Alemania. Los empleos precarios, dice, "son la
vía directa hacia la pobreza" de los ancianos. Se puede
puntualizar: las ancianas.

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