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Los “nuevos” pobres, de los países ricos II (un relato trágico de la crisis) (página 9)




Enviado por Ricardo Lomoro



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12

Este debate sobre la pobreza tras la jubilación
se enmarca en uno más amplio sobre los minijobs y los
empleos precarios en Alemania. La Federación Alemana de
Sindicatos DGB ha pedido que se reforme el sistema actual de
contratos, que permite a las empresas evitar casi todas las
cotizaciones sociales cuando cubren sus empleos menos
cualificados. Los empleados en minijobs no pueden cobrar
más de 400 euros por trabajos a tiempo parcial. El
Gobierno y la patronal hablan de "puerta de entrada al mercado de
trabajo", pero los sindicatos y buen número de analistas
denuncian el abuso de muchas empresas que usan los contratos de
400 euros para empleos a tiempo completo: pagan las horas extra
en negro y se evitan desembolsar la seguridad social y las
demás cotizaciones obligatorias en los contratos
regulares.

Dos terceras partes de los empleados en minijobs son
mujeres. No es de extrañar, por tanto, que el primer
Informe de Igualdad encargado por el ministerio de Familia el
verano pasado recomendara al Gobierno "la abolición de los
minijobs".

¿Alemania próspera?: uno de cada siete
niños menores de 15 años vive de las ayudas
sociales; en la Antigua RDA, es uno de cada cuatro; en
Berlín, uno de cada tres

"A primera vista Alemania parece un país
superlativo. En el ámbito económico apenas hay otra
nación industrializada a la que le vaya mejor que a la
República Federal. En el extranjero cunde el asombro ante
un "milagro laboral" que no conoce el paro juvenil masivo que
padecen los Estados en crisis del sur de Europa. Las
máquinas y automóviles "Made in Germany"
están muy solicitados en todo el mundo. En relación
con el tamaño de su población, Alemania es la
nación exportadora número uno a escala mundial.
Pero a la hora de hacer balance social, queda poco de todo ese
brillo"…
Alemania es próspera, pero crece la brecha
entre ricos y pobres (El País –
17/10/12)

La República Federal es también un
país de contrastes donde los más ricos son cada vez
más ricos y los pobres, muy a menudo, jamás dejan
de ser pobres.

Ahora se habla mucho de este asunto en los programas de
debate. La ministra de trabajo Ursula von der Leyen, la mujer
más importante del panorama político alemán
después de la canciller, Angela Merkel, ha proporcionado
tema para la discusión. Esta cristianodemócrata ha
presentado el cuarto informe sobre pobreza y riqueza del Gobierno
federal, que deja bien claro que las diferencias
crecen.

Este mosaico de cifras de más de 500
páginas se lamenta de la existencia de "una
distribución muy desigual del patrimonio privado".
Así, "el 10% de los hogares con mayor riqueza reúne
más de la mitad de la totalidad del patrimonio neto". Es
más, el porcentaje que corresponde a esa décima
parte superior al resto "no ha dejado de aumentar con el
transcurrir del tiempo". Al mismo tiempo, el informe registra
grandes diferencias en lo que respecta a la evolución de
los salarios. "En Alemania han experimentado una evolución
positiva al alza en el ámbito de los ingresos más
altos". Sin embargo, el 40% de los empleados a tiempo completo
situado al final de la escala ha tenido que soportar
pérdidas en su salario como resultado de la
inflación. "Semejante evolución de los salarios
ofende al sentido de la justicia de la población", comenta
al respecto el informe.

Por el momento, esto no ha provocado agitación en
el país. Casi nadie sale a la calle a manifestarse.
Ciertamente, en la franja central de la sociedad cunde el miedo a
verse obligado dentro de poco a vivir del subsidio público
básico (Hartz IV) en estos tiempos de paro. Pero la clase
media no se desmorona; desde la reunificación, ha
demostrado ser asombrosamente estable. El politólogo
berlinés Klaus Schroeder señala que en la Europa
del sur, del centro o del este la situación es "mucho
más desigual". A pesar de los contrastes crecientes,
Alemania todavía ocupa una posición relativamente
buena. "Estamos justo detrás de los países
escandinavos".

Sin embargo, se oyen muchas voces críticas. "La
enfermedad de la pobreza se ha hecho resistente al remedio
básico del crecimiento económico", critica Ulrich
Schneider, director de la Asociación de Beneficencia
paritaria.

Con ello alude a un problema sobre el que ha llamado
reiteradamente la atención la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE): en
Alemania, el ascenso social resulta extraordinariamente
difícil. Si uno lleva varios años sin trabajo,
tiene muy pocas posibilidades de volver a integrarse en el
mercado laboral. El sistema de enseñanza desatiende a los
niños procedentes de familias en las que los padres tienen
poca o ninguna formación ya que existen muy pocos colegios
de jornada completa.

Todos los años, el Instituto Federal de
Estadística establece cuántas personas corren el
peligro de caer en la pobreza, es decir, cuántas personas
disponen de menos dinero que la media de la sociedad. A pesar del
auge económico, su número ha experimentado un
ligero aumento en 2011. El 15,1% de la población se
enfrenta al problema de la pobreza. De acuerdo con la
definición de los expertos en estadística, en el
caso de un hogar unipersonal este problema comienza a partir de
unos ingresos netos de menos de 848 euros al mes. En Alemania,
uno de cada siete niños menores de 15 años vive de
las ayudas sociales. En la Antigua RDA, es uno de cada cuatro; en
la capital, Berlín, uno de cada tres.

En Alemania, la pobreza y la riqueza se heredan; en eso
están de acuerdo los economistas y los expertos en
educación. Por eso, el investigador del mercado de laboral
más conocido del país, Joachim Möller, lanza
el siguiente aviso: "Cuando la frustración de los
más pobres se transforma en letargia, alcohol y
criminalidad, toda la sociedad lo padece. Eso es algo podemos ver
en América". Pero el país del "milagro laboral"
parece estar todavía muy lejos de llegar a una
situación así.

El gobierno alemán maquilla las cifras sobre la
desigualdad social (Angies" botox)

"El Gobierno alemán ha maquillado el borrador
del informe oficial que alertaba sobre el aumento de la
desigualdad social en el país. Por fuera, la
versión del informe fechada el 21 de noviembre es igual
que la conocida hace dos meses, pero al segundo borrador le
faltan puntos particularmente críticos con la
situación social en Alemania. En las alrededor de
quinientas páginas de noviembre no se encuentran frases
como "la riqueza privada está repartida de forma muy
desigual" y faltan, además, informaciones completas sobre
la evolución de los salarios en el país"…

Merkel maquilla el informe sobre la desigualdad social en
Alemania (El País – 28/11/12)

En septiembre (2012) aún se leía que "el
desarrollo en el tramo más alto de los salarios es
positivo" mientras que "en el tramo más bajo, el poder
adquisitivo ha retrocedido" si se tiene en cuenta la
inflación de la última década. La
Federación Alemana de Sindicatos (DGB) criticó
duramente las tachaduras en el texto: "el Gobierno quiere aguar,
maquillar y disimular pasajes críticos de su propio
informe".

Steffen Seibert, portavoz de la canciller Angela Merkel,
dijo el miércoles que "es normal que un informe sea
modificado en el proceso de coordinación entre
Ministerios. Seibert defendió al Gobierno recordando que
"el mercado laboral se ha recuperado" desde la redacción
del informe anterior, presentado en 2007. Después
aseveró que "la estampa [que ofrece el informe] sobre la
pobreza y la riqueza en Alemania es realista y tiene en cuenta
los problemas".

Sin embargo, otras "fuentes del Gobierno" citadas por la
agencia Reuters reconocen que el embellecimiento del informe
partió de presiones del ministro de Economía, el
líder liberal Philipp Rösler (FDP). El diario
muniqués Süddeutsche Zeitung, el primero en llamar la
atención sobre "el botox" inyectado al informe, explica
que en el FDP molestaron "sobre todo las advertencias de que
está creciendo la desigualdad social en
Alemania".

El Informe sobre pobreza y riqueza se redacta en el
Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, cuya cartera lleva la
democristiana Ursula von der Leyen (CDU). Allí destacan
ahora que este segundo borrador tampoco será la
versión definitiva. El Gobierno quiere terminarlo antes de
que termine el año.

En septiembre (2012), el informe aún
señalaba que se está abriendo más la
horquilla entre ricos y pobres y que esto "lesiona el sentimiento
de justicia de la población". Todo lo cual "ponen en
peligro la cohesión de la sociedad" alemana. La
versión edulcorada de noviembre dice en lugar de esto que
la reducción del poder adquisitivo de los sueldos
más bajos "se debe a que se han creado muchos puesto de
trabajo de jornada completa". El primer borrador advertía
del crecimiento del número de trabajadores de jornada
completa a quienes los sueldos no alcanzan para vivir.

Hace una semana, la democristiana Merkel sostuvo en su
discurso sobre los presupuestos de que "las diferencias sociales
han disminuido" en el país. El borrador de septiembre
criticaba justo lo contrario. La nueva versión ya es mucho
más acorde con el discurso preelectoral de la
canciller.

UK: "God save the Queen"… ¿del tercer
mundo?

"Las alarmas se encienden en el Reino Unido. La
falta de inversión de la poderosa City londinense en su
propio país, la dependencia del empleo barato para
mantener la economía a flote, la creciente desigualdad
social y la ausencia de una industria potente para lograr un
crecimiento económico sostenido a largo plazo hacen que el
Reino Unido se parezca más y más a un país
del tercer mundo"…
Alarma en el Reino Unido: cada
día se parece más a una economía del tercer
mundo (Vozpópuli – 5/12/12)

Crece la preocupación en el Reino Unido por el
rumbo que está tomando la economía. El país
tiene uno de los principales centros financieros del mundo.
Canaliza miles de millones de inversión por todo el globo
pero ignora su propio país, un síntoma de
desconfianza hacia lo británico.

En 2011 el Reino Unido se convirtió en el
principal inversor extranjero directo (detrás de los
110.000 millones de Luxemburgo) fuera de la Unión Europea
al gastar 89.000 millones de euros. Una apuesta que contrasta con
la escasa inversión del sector público, las
empresas y los hogares británicos en su propio
país. De hecho, esta partida se ha reducido un 24% desde
que empezó la crisis en 2007, según reflejan los
datos de Eurostat.

"Estamos en una situación en la que el Reino
Unido parece un país del tercer mundo a la antigua usanza.
Al contrario que otros países como Alemania, Francia o
Suecia que han invertido intensamente para salir de la crisis y
lograr crecimiento a largo plazo, el Reino Unido ha dependido de
mano de obra barata y no ha invertido lo suficiente", comenta
Robin Chater, secretario general de la Federación Europea
de Empleadores. "El Reino Unido parece un país
tercermundista porque los ingresos medios son relativamente
bajos, en 2012 ocupaban la posición 14 en el ranking
europeo, las diferencias entre ricos y pobres están
aumentando, la industria manufacturera es pequeña en
términos relativos tras reducirse un 60% en los
últimos 30 años, la inversión en capital es
pobre y tiene pocos recursos naturales", añade con
preocupación Chater.

El Reino Unido ha logrado salir de la recesión y
crear empleo este ejercicio pero los datos, pese a parecer
positivos, esconden los problemas de fondo a los que se enfrenta
la economía a largo plazo. "Aunque el empleo ha aumentado
de forma significativa en 2012, está previsto que el
desempleo aumente algo en 2013 debido a que la tímida
recuperación y las incertidumbres pueden llevar a las
empresas a mostrarse reticentes antes de contratar", avisó
la semana pasada la OCDE en su último informe de
previsiones económicas sobre el Reino Unido. Organismo que
espera que la tasa de desempleo aumente al 8,3% en 2013 desde el
8% actual para caer después al 8% en 2014.

El crecimiento del empleo pese a la debilidad de la
economía es una paradoja que la OCDE achaca a varios
factores que ponen el dedo en los problemas que afronta el
país. El PIB del Reino Unido, de hecho, está un
3,1% por debajo del nivel al que se encontraba en 2008, mientras
que el empleo ha recuperado los niveles de hace cuatro
año. "Una explicación de la caída de la
productividad laboral es que la recesión ha llevado a la
pérdida de muchos empleos productivos y a su
sustitución por otros menos productivos. El empleo a
tiempo completo ha caído sustancialmente desde 2008,
mientras que el empleo a tiempo parcial ha aumentado
modestamente", comenta la OCDE. Otra explicación la achaca
al uso de empleo barato en vez de inversión en capital
como consecuencia de la caída de los salarios.

"Es otra paradoja que pese a las cantidades de dinero
que entran y salen de los mercados en Londres, el resto de la
economía es un basurero hambriento y muy necesitado de
inversiones de capital. Mucha culpa la tienen las empresas que
prefieren tomar una visión a corto plazo y mantener
maquinaria, equipos y sistemas que deberían haber
sustituido hace tiempo", añade Chater.

La falta de inversión del Reino Unido en su
propio país se mira con mucha preocupación en las
islas, especialmente por el contraste con otros países
europeos. Así, mientras que en el Reino Unido la
inversión bruta de capital fijo ha caído un 24%
desde 2007; en Suecia ha aumentado el 14%, en Alemania, un 5% y
en Francia, otro 5%.

El Reino Unido afronta, además, otros retos desde
el estallido de la crisis, entre ellos el aumento de la deuda
pública y la caída de la renta de los hogares desde
2008, cifrada en más del 13%, y el elevado desempleo
juvenil, una característica de los países en
vías de desarrollo.

"La industria británica tiene problemas terribles
que requieren una cirugía radical", explican Larry Elliot
y Dan Atkinson en su libro titulado, Hacia el sur: Por qué
el Reino Unido tendrá una economía del tercer mundo
para 2014. En concreto, argumentan que la base industrial del
país es demasiado estrecha para convertirse en el
verdadero motor de la generación de empleo y crecimiento e
inciden en la necesidad de mejorar la educación, las
infraestructuras y el sistema financiero para
lograrlo.

"Hemos tenido una balanza de pagos deficitaria desde
1983. El Gobierno y el pueblo están agobiados por la
deuda. El apoyo del Estado al sector bancario es cercano al 100%
del PIB. Los remedios rápidos ya se han usado todos. En el
corto plazo, tememos que pasemos de una recesión a una
depresión con elevadas tasas de desempleo crónicas,
una caída del nivel de vida y eventualmente interrupciones
en el suministro energético", avisan Elliot y
Atkinson.

De momento, la economía británica ha
salido de la recesión. En el tercer trimestre el PIB
aumentó un 0,8%, lo que supuso el mayor aumento en cinco
años. Una cifra, pese a todo, que tampoco debe generar
demasiadas alegrías. El ministro de economía,
George Osborne, reconoció ayer mismo que la
economía se contraerá un 0,1% este año. La
debilidad de la economía global y la consolidación
fiscal seguirán presionando el crecimiento a la baja. El
Gobierno británico también avisó ayer que
mantendrá las medidas de austeridad hasta 2018 tras
admitir que no podrá cumplir los objetivos de
déficit en el calendario previsto y retrasó la
fecha límite para lograrlo a 2018.

Sin anestesia:
minijobs, una condena a la pobreza

"Los llamados minjobs -empleos de pocas horas
remunerados con un máximo de 450 euros mensuales libres de
impuestos y de cotizaciones- están destruyendo puestos de
trabajo regulares en Alemania, según un estudio difundido
este lunes por el Instituto de Investigaciones sobre el Mercado
Laboral (IAB)"…
Los "minijobs" destruyen el empleo regular
en Alemania, según un estudio (El País –
10/12/12)

El estudio destaca que actualmente hay en Alemania 7,4
millones de miniempleos y aproximadamente un tercio de ellos son
una segunda fuente de ingresos para quienes los ocupan. Este tipo
de trabajo, creado en 2003, es frecuente en algunos sectores como
el comercio y la hostelería en los que los empresarios han
impuesto una mayor flexibilidad ante los largos horarios y la
volatilidad de la demanda, mientras que en empresas de más
de 100 trabajadores, los distintos tipos de contratos suelen
complementarse y tener un crecimiento paralelo.

El IAB, adscrito a la Agencia Federal de Empleo, asegura
que los miniempleos debilitan la seguridad social por la falta
del pago de cotizaciones y denuncia que los que viven
exclusivamente de un trabajo de este tipo están condenados
a la pobreza en la vejez. Otros estudios, sin embargo, han
destacado como aspecto positivo este tipo de contrato al
considerar que a menudo ayudan a los parados de larga
duración a regresar al mercado laboral.

Según el informe, el 70% de los establecimientos
de comida emplea por lo menos un trabajador con minijob, lo que
ha llevado a esta modalidad a suponer el 34% del total de
empleados en este sector. En el del comercio minorista un 63% de
las empresas tiene miniempleos y suponen el 23% de los contratos
del sector. Por tamaño de empresas, bajo estos empleos
reducidos están enmarcados el 20% de los trabajadores de
compañías de entre 1 y 9 personas, el 15% en las
compañías de 10 a 99 empleados y solo el 5% en
aquellas con más de 100 empleados.

España, directo al tercer mundo

– "Chabolas con wifi": así será
España en apenas un par de años (El Confidencial –
12/12/12)

(Por Esteban Hernández) Lectura
recomendada

Estamos en el centro de una debacle que resituará
a nuestro país en la división de los
desfavorecidos. El paréntesis de prosperidad del que hemos
disfrutado se ha desvanecido, dejándonos en un escenario,
lleno de incertidumbre y de tristeza, del que ya no saldremos.
Así lo explica el periodista Ramón Muñoz
(Madrid, 1964) en "España, destino Tercer Mundo" (Ed.
Deusto) un libro inmisericorde en el que describe con
precisión nuestro "No futuro". Muñoz habló
con "El Confidencial", y condensó sus tesis en cinco
crudos puntos:

1. Esto no es un paréntesis. Es un cambio para
siempre

"Los mercenarios del optimismo (políticos y
banqueros, con la complicidad de los periodistas) nos han estado
vendiendo desde 2008 que esto es un paréntesis y que
volverán los buenos tiempos. Pero eso no es así, no
estamos ante una crisis cíclica". La tesis de Ramón
Muñoz emparenta esta situación con la
depresión de 1929, una época que encontró su
solución a través de una guerra mundial y que, por
tanto, no nos puede ofrecer referencia alguna acerca de
cómo salir de esta. Lo que sí es definitivo, es que
"vamos a vivir un retroceso brutal en lo que pensábamos
que era un estado del bienestar para siempre".

2. Afectará a todo el mundo y caeremos en la
marginalidad

Hasta ahora, la crisis ha tenido varias caras, ya que se
mezclaban colectivos que estaban sufriendo las consecuencias de
la recesión en toda su intensidad (en general, los ligados
a sectores en declive y el trabajo de baja cualificación),
con otros, como las capas más formadas y con mayores
recursos de la sociedad, que no estaban notando ningún
cambio respecto a los años anteriores a 2008. Pero,
asegura Ramón Muñoz, eso no va a durar porque "de
esta no se va a librar nadie. Ya estamos viendo cómo toda
clase de colectivos, incluidos trabajadores, funcionarios y
pensionistas, han de pagar el precio de esta crisis". Para
Muñoz, estas previsiones negras no pertenecen un
hipotético futuro a lo "Blade Runner", sino a una realidad
que ya está aconteciendo. "La etapa de bienestar nos ha
inmunizado, y nos ha hecho pensar que nosotros no podíamos
caer en el pozo de la marginalidad. Y no es así". El
ejemplo más claro lo encuentra en los pensionistas, un
colectivo que habitualmente suele salir beneficiado en lo
económico ("Son el grupo más leal y siempre votan
al partido en el poder, con lo que, a la hora de hacer recortes,
suelen dejarlos para lo último") pero que van a vivir
tiempos muy duros. "Hoy les dicen que no les van a revalorizar
las pensiones y eso les parece mal, pero en un par de años
se van a dar con un canto en los dientes. Porque no va a haber
dinero para pagar las pensiones, con lo que muchas de ellas
tendrán un carácter meramente asistencial. Y esto
ocurrirá en un plazo máximo de tres o cuatro
años". Esta pérdida de empleos y prestaciones
llevará a caer en situaciones de marginalidad a mucha
clase media que pensó que su trayectoria vital iba a estar
económicamente asegurada. Pero no será así:
"Vamos a vivir un deterioro continuo. Nos adentramos en una
época muy difícil".

3. Será como hace 60 años, pero
peor

En ese declive, alcanzaremos escenarios que
pensábamos estarían del todo olvidados, como fueron
los vividos en España en las décadas posteriores a
la guerra. "Estamos volviendo a niveles de los años 50 o
60. Por ejemplo, vuelven a convivir familias enteras en el mismo
piso, sólo que antes pagaba el padre de familia y ahora lo
hace la pensión del abuelo". La sociedad española
del futuro volverá a ser pobre, asegura Muñoz, y
volveremos a ver chabolas, aunque "no serán de
cartón y adobe, como las de antes, y tendrán wifi,
pero continuarán siendo infraviviendas". Muchos
españoles se verán obligados a emigrar, pero ya no
será como en los 60, cuando salieron de aquí dos
millones de personas con escasa formación. Ahora es la
mano de obra más preparada, como pasó hace diez
años en Argentina, la única que podrá salir
de España, porque en Europa ya no hay oferta para gente
sin preparación. También será una sociedad
con más violencia, en la que los pocos ricos existentes,
que serán mucho más ricos, "tendrán que
construirse sus búnkeres, como en Latinoamérica.
Los servicios de seguridad son el gran yacimiento de empleo del
futuro".

4. No esperes nada de la política. Es una
pantomima

Todos los partidos con opción de gobierno han
renunciado a su ideología, sean de derechas, de izquierdas
o nacionalistas, afirma Muñoz. "El PSOE hizo el mayor
recorte social de la historia, se negó a bajar los sueldos
de los directivos y consejeros de cajas de ahorros que estaban
siendo salvados con ayudas públicas, e indultó a
Sáenz, que es un banquero; el PP, lo primero que hace al
subir al poder es la mayor subida fiscal de la historia y lo
segundo es incumplir su ideario conservador". Y esto es una
constante, ya que todos quienes llegan al poder carecen de
ideología, y por eso pueden pasar por alto desde el
principio su programa electoral. Estamos cayendo, asegura
Muñoz, en un escenario muy similar al de
Hispanoamérica. "No sé en qué se diferencia
el PRI mexicano del PSOE o del PP. La clase política
española está ya formada por castas, como la de
esos países".

5. No hay alternativa

Si nada podemos esperar de la política
institucional, tampoco podemos poner grandes expectativas en esos
movimientos sociales que se venden como la solución a las
rigideces organizativas de la gran política. Según
Muñoz, los medios de comunicación fomentan un
espíritu revolucionario latente, que fue puesto de
manifiesto en el 15 M. Pero al contrario de la creencia
común, que afirma que en un contexto de deterioro del
bienestar la conflictividad social aumentará, Muñoz
asegura que no habrá levantamiento alguno. "Lo que estamos
comenzando a vivir en España es lo que llevan años
viviendo en Latinoamérica, una sociedad de ricos y pobres,
sin apenas clase media. Y allí llevan años
gobernando los mismos, desde México a Argentina. Nada ha
cambiado a pesar de la pobreza". Y aquí pasará
igual, afirma, porque "el estado de bienestar nos ha vacunado
contra la revolución. Siento simpatía absoluta por
el 15 M pero hay que reconocer que su efectividad es nula. Si
piensas que por agitar las manitas blancas los señores de
los consejos de administración, que están al margen
de cualquier crisis, van a cambiar de parecer… Los
derechos se conquistan a base de sangre y lucha, pero vivimos una
epidemia de buenismo que nos hacer creer que haciendo actos
simbólicos vamos a conservar el trabajo". A pesar de esa
contestación callejera, apostilla Muñoz, "se
continúa desahuciando a la gente y se sigue mandando a la
pata negra de la clase media a la marginalidad, aun cuando sea
una marginalidad aplazada. Porque cuando te echan de tu trabajo
con 40 años, lo único que vas a encontrar es
trabajo temporal por 600 euros". Y ese mundo marginal, de pobreza
extendida será una constante habitual en la España
de las próximas décadas…

Una "nueva" realidad: dos ejemplos representativos, a
pie de calle

"La zona euro se encamina hacia su cuarto año
de crisis mientras se zambulle de lleno en la recesión
económica. A pie de calle, la realidad
macroeconómica y las políticas puestas en marcha
por Bruselas para tratar de paliarla se traducen en un cambio de
mentalidad y de horizontes económicos que afectan, de una
forma o de otra, a todos los ciudadanos comunitarios"…

Así es la nueva normalidad en la zona euro: del parado
español al jubilado alemán (El Economista –
14/12/12)

En 2009, el cofundador y director de inversiones de
Pimco, el mayor fondo de bonos privado del mundo, Bill Gross,
acuñó el término "nueva normalidad" para
referirse a un nuevo escenario global caracterizado por un bajo
crecimiento económico, un desempleo elevado y unos menores
rendimientos sobre los activos.

Años después, el escenario que
dibujó el gurú de la renta fija está de
plena vigencia en Europa. Esta nueva normalidad la sufren a
diario los millones de europeos que han visto modificadas sus
condiciones de vida. Tanto en los llamados periféricos,
donde la exigencia de austeridad y la recesión han
impactado con más fuerza, como en las naciones más
ricas, las reglas del juego han cambiado de forma
radical.

Así lo explica otra de las vacas sagradas de
PIMCO, su consejero delegado, Mohammed El-Erian: "Después
de haber ido demasiado lejos durante la "gran época" del
apalancamiento y el crédito, los países
occidentales se enfrentan ahora al reto de superar la resistencia
conjunta del escaso crecimiento, el paro excesivo y la deuda
elevada en lugares equivocados".

Para ilustrar la imagen, Bloomberg se fija en dos
perfiles completamente opuestos pero con un punto en
común: el punto de inflexión que la crisis ha
supuesto en sus perspectivas laborales y financieras. Jubilados
alemanes y parados españoles representan las dos caras de
la misma moneda, un euro a dos velocidades que trata de encontrar
la fórmula para la recuperación
económica.

Para empezar, recoge el caso de un español de 26
años en paro, divorciado y con una hija. Fran López
trabajaba como electricista en Madrid y llegó a cobrar un
sueldo mensual de 4.000 euros. El estallido de la burbuja
inmobiliaria le dejó sin trabajo y, a día de hoy,
se ha visto forzado a volver a casa de sus padres y a terminar
los estudios básicos para poder acceder de nuevo al
mercado laboral.

En paralelo, Daniel Just se encuentra ante un reto
laboral que nunca antes había encarado. Es jefe de
inversiones del mayor fondo de pensiones público
alemán y tiene que hacer frente a la caída sin
precedentes de la rentabilidad de los productos que gestiona: las
pensiones de los jubilados germanos. Según explica, los
fondos de pensiones en Alemania son tradicionalmente
conservadores a la hora de invertir.

A diferencia de los que existen en otros países
como Reino Unido o EEUU, en Alemania se invierte una gran parte
del dinero en renta fija, ya que la ley alemana establece que
deben mover el dinero hacia activos que garanticen "la mayor
seguridad posible". Esto implica que normalmente apuesten por la
deuda pública alemana que, considerada como refugio frente
al riesgo del resto de la zona euro, lleva meses presentando
bajos rendimientos que incluso han llegado a ser negativos en
algunos casos.

¿Y en qué se traduce? Para los jubilados
alemanes implica asumir que contarán con un retiro menos
dorado, ya que las rentas de su trabajo dan menores frutos que
antaño. Para el electricista español, supone
renunciar a su antigua vida de gastos y completar su
formación, una carencia que en su día no le
impidió encontrar un trabajo bien remunerado.

Es una transformación profunda que durará
tiempo. "Si vives un largo período en el que los
desequilibrios crecen, luego llega el largo periodo durante el
que relajarse", apunta el economista jefe para la zona euro de
BNP Paribas, Ken Wattret. "Primero tienes la fiesta y luego la
hambruna", concluye.

Vente para Alemania, Pepe (los africanos del Club
Med)

"Los trabajadores extranjeros en Alemania ganan al
comienzo un 64 por ciento del sueldo promedio alemán y en
el curso de ocho años logran aumentar su
remuneración al 72 por ciento de la de los alemanes,
según un estudio del Instituto de Estudios sobre el
Mercado Laboral (IAB)"…
Los trabajadores extranjeros en
Alemania empiezan con un 64% del sueldo promedio (Cinco
Días – 9/1/13)

El estudio del IAB, presentado hoy, sostiene que la
diferencia de remuneración se debe a problemas de idioma y
a que muchas veces la formación y la experiencia que han
tenido los trabajadores en su país no responde a las
necesidades del mercado laboral alemán.

Tal es el caso de trabajadores provenientes de
países en los que se trabaja con máquinas
diferentes a las que se utilizan en Alemania en algunos
sectores.

Por otra parte, muchas veces los inmigrantes, por
información deficiente, presentan solicitudes para puestos
de trabajo que no son adecuados para su perfil.

Con la experiencia y el paso de los años, los
inmigrantes pueden ascender en la escala de ingresos pero en
promedio siguen ganando menos que los alemanes, según el
IAB.

Una excepción la conforman especialistas
procedentes en su mayoría de Holanda, el Reino Unido,
Austria y Estados Unidos, que con frecuencia ganan desde el
comienzo más que el sueldo promedio de los
alemanes.

El drama silencioso de los que viven "del lado malo de
las vías del tren"

"El drama del desempleo esconde la realidad
silenciada de la explotación laboral y el abuso,
fenómenos que se recrudecen en tiempos de
crisis"…
Trabajadores de usar y tirar (El País
13/1/13)

Hay un drama silencioso y silenciado que convive con el
drama del desempleo. Se llama explotación laboral. En
muchos centros de trabajo, la gente se ha acostumbrado a tenerlo
sentado a su lado. La crisis hace que prolifere una casta de
empleadores sin escrúpulos que aprovechan la coyuntura
para exprimir y explotar a las personas a su cargo. De cada 100
inspecciones llevadas a cabo por Trabajo a lo largo de 2012
(datos a 30 de noviembre), en un 23,9% de los casos se detectaron
irregularidades (las situaciones de explotación laboral
son simplemente una parte del largo catálogo de
irregularidades). En el sector de la hostelería, el
registro se acerca al 30%.

"En España hay un serio problema de
concienciación social", dice en su despacho del Ministerio
de Empleo Juan José Camino Frías, subdirector
general para la Inspección en materia de Seguridad Social,
Economía Irregular e Inmigración. "Hay una excesiva
tolerancia que es de extrema gravedad", dice en referencia a las
múltiples irregularidades que se producen. Se queja tanto
por el atentado que suponen contra los derechos de los
trabajadores, como por la cantidad de cotizaciones sociales que
no son abonadas y que servirían, entre otras cosas, para
poder hacer frente a los crecientes pagos en materia de
prestaciones de desempleo.

La crisis alumbra una era de trabajadores cada vez
más indefensos, utilizados como kleenex de usar y tirar.
El drama de la explotación laboral sucede en silencio. Los
trabajadores no quieren denunciar por miedo a perder esa preciada
conquista, cada día más valiosa: el empleo. Casi
todos los empleados entrevistados para este reportaje (menos dos)
declinaron aparecer en fotografías y pidieron figurar con
las iniciales. No quieren presentarse como díscolos. Por
miedo a perder su trabajo. Por miedo a que en el futuro no les
quieran emplear. Por miedo a estos tiempos de empleadores con la
sartén por el mango.

-Niñera en La Moraleja por 400 euros

J. es dominicana y lleva 24 años en
España. Vive en una casa sin luz ni gas por falta de pago.
Gracias al apoyo de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca,
consiguió paralizar su desahucio el pasado mes de octubre.
Poco antes de navidades, un día, al salir de la iglesia,
una mujer le dijo que sabía de una oferta de trabajo y le
facilitó un número de teléfono. La
empleadora era una habitante de la exclusiva urbanización
de La Moraleja, a las afueras de Madrid.

J. llamó. La oferta consistía en cuidar a
un niño de siete años, desde las 15.00 a las 00.30
(el último autobús de La Moraleja al centro de
Madrid, cuenta J., sale a las 23.30), seis días a la
semana. La empleadora le ofrecía librar un día por
semana; pero aleatoriamente; no un día fijo, cada semana,
uno distinto. La retribución: 400 euros al mes. "Esa mujer
se estaba aprovechando de la situación de
desesperación en que nos encontramos muchas personas
extranjeras sin papeles", cuenta J. bajo la carpa instalada
frente a las oficinas centrales de Bankia en Madrid. "Si vive en
La Moraleja, es porque gana bien".

Tal es la necesidad de ingresos de J. que, a pesar de
aceptar que el trabajo le suponía no poder cuidar por las
tardes a su hija de 13 años, le dijo que le parecía
muy poco dinero y que debería pagarle al menos 500 euros.
"La mujer, enfadada, me colgó".

-Las 14 horas del cocinero

Jesús Portillo lleva 30 años trabajando en
la hostelería, desde los 16. Le han hecho perrerías
de todos los colores. De entre las recientes, la más
sangrante que recuerda fue la oferta que le hicieron en la
franquicia de una conocida cadena de bares de tapas. El
dueño estaba a punto de abrir un nuevo establecimiento de
esta franquicia y necesitaba cocinero. Portillo, extremeño
afincado en Barcelona de 46 años, se presentó a la
entrevista de trabajo. Le ofrecían 600 euros al mes por
una jornada de entre 12 y 14 horas. Le harían un contrato
de media jornada, cuatro horas al día. Más
adelante, si la cosa iba bien, renegociarían condiciones,
le dijeron.

Para incorporarse a la cadena tenía que seguir un
cursillo en uno de los establecimientos de la cadena sito en
Cornellà de Llobregat. Allí vivió uno de los
procesos de selección más abusivos que
recuerda.

"El curso era, básicamente, trabajar gratis tres
días en el establecimiento", recuerda. Quince personas se
presentaron al presunto curso de formación. La jefa no
paraba de chillar a los candidatos que empezaban a empanar y
freír tapas. Cinco candidatos se fueron a la media hora,
hartos de recibir gritos. A la hora empezaron a llegar clientes.
"Más deprisa, más deprisa", apremiaba la capataz.
Tres chicas con poca experiencia abandonaron, hartas de recibir
insultos. Para cuando el bar estaba lleno, de los 15 ya solo
quedaban cuatro. De ellos, tres, entre los que se encontraba
Jesús Portillo, abandonaron antes de acabar el día.
"Pero esta vez fuimos nosotros los que insultamos a la
dueña".

Al día siguiente, el propietario de la nueva
franquicia se disculpó ante Portillo y le dijo que las
cosas no funcionarían así en su local. El primer
día trabajó 14 horas. Al final de la jornada, el
propietario le pagó 20 euros, la parte proporcional
correspondiente a su contrato de 600 euros: 20 euros por 14 horas
de trabajo.

Por jornadas como las que le proponían, dice, se
deberían pagar entre 1.200 y 1.300 euros; no 600. "Eso no
es explotación, eso se llama esclavismo", manifiesta,
indignado, por teléfono.

Jesús Portillo lleva siete meses sin cobrar un
euro y dos años en paro. Su mujer, que trabajaba en un
ambulatorio, también está desempleada. La semana
pasada le ofrecieron un trabajo en el que le pagaban 1.300 euros
al mes, sí; pero por 18 horas de trabajo; de siete de la
mañana a una de la madrugada; seis días a la
semana, de lunes a sábado. Conoce a un chico ecuatoriano
de su barrio, Nou Barris (Barcelona), que acepta cobrar 300 euros
al mes por trabajar como camarero la jornada laboral entera.
"Esta es la realidad laboral que vivimos: explotación,
humillación, mafia, extorsión".

-El guardia de seguridad que no ha cobrado en seis
meses

Manuel Chicharro tiene 50 años y ya no aguanta
más. Es guarda de seguridad desde 1988 y ha visto de todo:
compañeros en empresas de seguridad que recibían
cuatro euros por hora; gente trabajando sin contrato… En el
puesto que ocupó hace unos años en un conocido
museo de Madrid, recuerda, se tenía que llevar a su hijo
durante su turno porque no le permitían librar el fin de
semana (algo a lo que tenía derecho por ley; está
separado). Pero nada comparado con quedarse sin cobrar durante
seis meses consecutivos.

Manuel está hundido. Va camino de siete meses sin
ingresar un euro, sin poder pasar la pensión de 400 euros
a su exmujer, siete meses viviendo de lo que ingresa su
compañera. "El drama es que no hay cobertura para el
obrero", dice cerca de una oficina del INEM en Alcorcón, a
las afueras de Madrid. "Y las instituciones colaboran en este
proceso que no hace otra cosa que hundir a las personas". Su caso
es extremo, refleja la indefensión de un trabajador cuando
su empresa quiebra. Refleja esa era del trabajador de usar y
tirar.

Manuel Chicharro trabajaba como guarda en el Centro de
Formación Primero de Mayo de Leganés. El 1 de enero
de 2012, hace ahora algo más de un año, la empresa
para la que llevaba trabajando 12 años (Ariete) le
subrogó (como ocurre muy a menudo en el sector de
seguridad, explica). Pasó a estar en nómina de otra
empresa, ESABE, cuya cúpula directiva fue detenida el
pasado 20 de diciembre, acusada, entre otros delitos, de un
fraude de 30 millones de euros a la Seguridad Social.

Numerosos empleados de ESABE vivieron una
auténtica pesadilla los últimos seis meses de 2012:
"Imagina lo que es no cobrar, mes a mes, durante cinco meses,
pero tener que ir a trabajar cada día porque si no te
despiden". Manuel aguantaba, esperando a ser nuevamente subrogado
a otra empresa.

Pero no fue así, a diferencia de lo que
ocurrió con el resto de sus compañeros, que fueron
integrados en Prosegur. A pesar de tener 12 años de
antigüedad en la anterior empresa, necesitaba haber
trabajado siete meses en ESABE para poder ser subrogado de nuevo,
explica. Le faltaban 25 días para llegar a esos siete
meses. Ahora, ni cobra lo que le deben ni trabaja, ni tiene
opción. Por ahora, a cobrar el paro.

"Las Administraciones públicas recurren a
empresas que les salen baratas, pero lo barato sale caro", dice,
indignado. Cita su caso, y el de Madrid Arena. "Ya no se contrata
a profesionales de la seguridad, se va a lo barato y luego pasa
lo que pasa". Dice que en las Administraciones públicas
contratan a empresas de seguridad para que hagan el trabajo que
los policías municipales o los fijos de plantilla no
quieren hacer: "Nos tienen de porteros, de conserjes, y todo para
que la gente, que muchas veces nos pide que fichemos por ellos,
pueda escaquearse de sus puestos".

-Pagar por un proceso de selección

El caso de R., mujer de 34 años, no es de
explotación laboral. Más bien, ilustra de lo que
son capaces algunos a la hora de aprovecharse de la necesidad de
tener un trabajo.

El año pasado, en mayo, vio una oferta en la
página de la web Infojobs. Se inscribió. La empresa
pedía que entregara el currículo en mano en unas
oficinas. Para allá que se fue.

Al llegar a las dependencias de la empresa, situadas en
un polígono entre Aldaia y Torrent (Valencia), vio que a
la entrada no había ningún cartel. "Me
pareció raro". Entró en la nave y vio a seis chicas
esperando. De un pequeño despacho salió una mujer
que le entregó un formulario. En él se
señalaba la fecha de inicio del proceso de
selección: el 25 de junio. Para poder participar
había que abonar 50 euros. "¡Pagar por un proceso de
selección! Salí muy enfadada, era una tomadura de
pelo".

Como R. no es de quedarse de brazos cruzados,
habló con la policía, con organizaciones de
consumidores, con la Consejería de Empleo de la
Generalitat valenciana, y con Infojobs, que no tardó en
retirar el anuncio. "No hubo proceso de selección el 25 de
junio", concluye.

En julio recibió una carta de la empresa: le
comunicaban que había sido descartada en el proceso de
selección.

-Repartiendo pizzas a la hora que toque

L. no se queja. En realidad, lo de cobrar 210 euros al
mes repartiendo pizzas no le parece tan mal. Le incomoda no saber
a qué hora le tocará repartir al día
siguiente, puede ser en cualquier momento, pero se adapta.
Él solo sabe que trabajará dos horas cada
día repartiendo pizzas; su empresa sabe que tiene un
ejército de trabajadores volantes a los que usar a su
antojo en el momento que quiera.

Para conseguir que le den más horas de trabajo,
tiene que subir la media de repartos del día. En las
oficinas hay una lista con el ranking de repartidores. "Hay
competencia entre nosotros. Si yo gano horas, se las quito a
algún compañero", dice este dominicano de 25
años en una cafetería del centro de
Madrid.

Prefiere esto a aquella empresa de perritos calientes a
domicilio en la que trabajó y en la que le pagaban
según el dinero que iba entrando en caja. Con jornadas de
13 horas. "Cogía el pedido por teléfono, lo
cocinaba y lo llevaba a domicilio". Un día le pagaban 100
euros; tres días más tarde, 150. Así hasta
completar los 800 euros que representaba su paga. La mitad, en
negro.

-El eterno becario

J. le echa la culpa a las Universidades. Dice que son
cómplices de la situación de toda una
generación. "Tenemos que pagar para poder ser becarios y
cobrar 200 euros", se lamenta este licenciado en Periodismo de 23
años. Y explica cómo muchos medios de
comunicación hacen entender a los estudiantes
recién salidos del horno que es bueno que mantengan alguna
relación con la Universidad para poder acceder a unas
prácticas. "Hay alumnos que se dejan una asignatura
pendiente a propósito para poder así optar a
prácticas", explica en una cafetería de
Leganés. "Luego trabajas como uno más en la
redacción y te das cuenta de que, en realidad,
estás ahí sustituyendo a alguien. Produces como uno
más, pero sin remuneración, sin derechos. Te
regalan los oídos, técnicamente te pueden conceder
dos becas, y cuando vuelves a la calle, te das cuenta de que no
tienes un solo día cotizado en la Seguridad
Social".

Las empresas (y no solo las periodísticas, pues,
según él, ocurre con compañeros suyos que
son físicos o químicos) ya no buscan licenciados,
buscan estudiantes. "La Universidad es el principal motor de todo
esto. Las empresas se aprovechan, pero es la Universidad la que
debería salir en defensa de sus alumnos".

-El inmigrante que mira a Ecuador

R. es un ecuatoriano de 42 años que lleva 14 en
España. Está pensando en hacer las maletas y
regresar a su país. Lo cuenta bajo una lluvia fina a la
salida de la oficina de empleo del INEM del paseo de la
Esperanza, Madrid.

Trabajó durante nueve años en una empresa
de la construcción. Al principio todo iba bien. Hace dos
años, le redujeron el sueldo de 1.300 a 1.100 euros.
Después le dijeron que siguiera trabajando, pero que le
despedían para que pudiera cobrar el paro y se lo
complementaban con 600 euros al mes en negro. El año
pasado le recontrataron: aunque trabajaba a jornada completa, le
hicieron contrato de media jornada. "Me he sentido explotado.
Pero si no aceptaba el trabajo, alguna otra persona lo iba a
aceptar. Con tal de no estar en casa, uno acepta lo que sea: algo
es mejor que nada".

Ofertas sorprendentes

Las páginas de ofertas de empleo son todo un
mundo. En ellas se puede encontrar todo tipo de propuestas,
algunas en el límite de lo legal o, directamente, que
plantean condiciones abusivas.

Marina Calvo, responsable de la sección de
desempleados de la Federación Regional de Servicios de UGT
de Madrid, recibe muchas todos los días. "En algunas, te
preguntas cómo no se les cae la cara de vergüenza",
dice.

Eduardo González, de la organización
Juventud sin Futuro, también ve ofertas constantemente.
Hace un año, esta organización puso en marcha la
Oficina Precaria, donde la gente puede denunciar abusos, buscar
asesoría legal y colgar los anuncios abusivos que
encuentren en la red. "Día sí, día
también, vemos ofertas que vulneran derechos de los
trabajadores", declara González.

De vez en cuando aparecen algunas que, directamente,
proponen empleo sin salario.

La página Infojobs publicaba hace tres meses una
oferta que hizo un ruido considerable en las redes sociales.
Decía así:

-Voluntario director de Comunicación.
Descripción. Fundación Alia2 tiene como
misión proteger al menor en Internet. Este puesto es para
un voluntario en el departamento de Prensa para cubrir el puesto
de director de Comunicación. Este puesto no tiene
retribución. Una fundación en constante crecimiento
requiere de un gran capital humano para su correcto
funcionamiento, por ello estamos en constante búsqueda de
personal (…).

Funciones. Newsletter quincenal (de acuerdo con un
timing de tareas. Newsletter patronos (de acuerdo con un timing
de tareas). Mantenimiento de la red de contactos (agenda de
medios abierta). Analizar la actualidad y llamar a todos los
periodistas que escriban sobre temas Alia2 (utilizar alertas de
Google). Preparar las intervenciones del director de la
fundación (…) Elaboración de notas de
prensa. Seguimiento de noticias: Clipping (…) Ruedas de
prensa (de acuerdo con timing de tareas). Estará al tanto
de las noticias que salgan relacionadas con el tema en que se
basa nuestra fundación.

Se precisa. Persona con disponibilidad inmediata.
Horario a definir en la entrevista. Se valorará
positivamente que posea conocimientos de las nuevas
tecnologías relacionado con el funcionamiento de las redes
sociales (…).

Estudios. Licenciado.

Experiencia. Al menos dos años. Licenciatura o
grado de periodismo. Creatividad y dinamismo. Gran capacidad
escrita y oral. Alto nivel de inglés escrito (…).
Ganas.

En conversación telefónica, el director de
la fundación que puso el anuncio, Miguel Comín,
dice que sabe que la oferta no cayó bien, que fue muy
protestada, pero recuerda que se trata de algo legal, un trabajo
de voluntario para una fundación.

La Federación de Servicios madrileña del
sindicato UGT cuenta con una web para desempleados a la que
determinadas empresas remiten ofertas. Hace unos meses,
llegó una que decía:

-Necesito, en principio, 2 personas que conozcan/hayan
trabajado en el sector de seguros para trabajar como agente
exclusivo en una compañía de seguros.

Es un contrato mercantil, sin salario y a
comisión.

Preferentemente que su localidad sea Alcobendas o San
Sebastián de los Reyes.

Marina Calvo, que supervisa esa web y está atenta
a las ofertas que salen, cuenta que prolifera, sobre todo en el
sector de los comerciales, la oferta de contratos mercantiles a
comisión en los que, si no se consiguen los objetivos
marcados por la empresa, el trabajador no cobra nada. No solo
eso: además, se gasta dinero en transporte, en visitas. Es
decir, paga por trabajar.

Los jubilados alemanes y la "progresión
fría" (la impostura de Merkel)

"El poder adquisitivo de los más de veinte
millones de jubilados alemanes cayó casi un 10 % en los
últimos diez años, informa en su edición de
hoy el popular diario "Bild", que se remite a un estudio de la
Universidad de Friburgo (sur del país)"…
El
poder adquisitivo de los jubilados alemanes cayó 10% en
diez años (El Economista – 19/1/13)

De acuerdo con esa información, pese al
incremento de las pensiones aprobado en julio de 2012, el poder
adquisitivo real de los 20,5 millones de jubilados alemanes
bajó estos años un 0,4 %, en los ciudadanos del
oeste, y un 0,3 %, en sus compatriotas del este.

El retraso es efecto de la inflación y, teniendo
en cuenta las sucesivas congelaciones de las rentas en los
años pasados, acumula una caída real del 9,2 %
desde 2004.

El director del Instituto de Estudios Financieros de
Friburgo, Bernd Raffelhüschen, apunta sin embargo a ese
rotativo que tal caída es similar a la sufrida en los
ingresos de la población activa.

En ese caso, el efecto se deriva de la denominada
progresión fría, que hace que los aumentos
salariales anuales terminen engullidos por la inflación,
sumada a un cambio de tarifa fiscal.

El Gobierno de Angela Merkel aprobó en 2012 un
incremento de las jubilaciones del 2,26%, en el este, y del
2,18%, en el oeste, después de estar tres años
prácticamente congeladas.

Entre 2004 y 2006, las pensiones habían tenido un
incremento nulo por razones presupuestarias.

Con el desnivel a favor de los jubilados del antiguo
territorio germano-oriental se pretende compensar gradualmente el
desequilibrio persistente entre las pensiones de una y otra mitad
del país.

Más de veinte años después de la
reunificación (en 1990), las jubilaciones del este del
país se sitúan aproximadamente en el 87 % de las
que se perciben en el oeste.

La jubilación media en Alemania es de 1.049 euros
en el caso de los hombres, mientras que la de las mujeres se
sitúa en 525 euros, según cifras de
2011.

Miles de españoles aceptan condiciones ilegales
impuestas por las compañías para conservar un
puesto de trabajo

"Las circunstancias desesperadas, como la crisis
económica, pueden llevar a aceptar situaciones que de otra
forma no toleraríamos. En España, donde el
desempleo alcanza el 25% y una de la cada tres empresas ha
desaparecido durante la crisis, un puesto de trabajo debe ser
tratado como oro puro"…
Obligados por la empresa a pasarse
a la economía sumergida (ABC.es –
20/1/13)

Muchas empresas luchan para reducir costes, incluso a
costa de los derechos sociales de sus trabajadores y
ellos…aceptan. A mediados de enero (2013) un estudio de
RRHHpress descubría que un 14% de desempleados
trabajaría sin cobrar.

Se cocina el caldo de cultivo perfecto para que crezca
la economía sumergida en todas sus variantes. Desde el
simple sobre con dinero negro una vez al mes, hasta la
obligación de hacerse autónomo y asumir "el riesgo
de ser pillado".

El presidente de la Federación de Trabajadores
Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, advertía de que
desde el inicio de la crisis se han duplicado este tipo de
actividades económicas. Algo que debe "alertar" al
Gobierno porque hay casi un millón de actividades
"fantasma" que "cuelgan de farolas y buzones".

Una de las formas más habituales y a la vez la
más simple. Un sobre lleno de billetes se pone en la mano
del trabajador, no hay contrato, ni huellas que permitan seguirle
el rastro a ese dinero. Funcas estima que la actividad oculta al
fisco supone el 24% del PIB, es decir, unos 240.000 millones. Y
aunque en muchos casos el trabajador puede parecer igual de
culpable que el empresario por no regularizar su
situación, lo cierto es que carece de muchos de los
privilegios de cualquier asalariado. No está cotizando a
la Seguridad Social, carece de pagas extras, vacaciones y sobre
todo no tiene contrato, ni desempleo.

Una de las situaciones más embarazosas en las que
puede encontrarse un trabajador, es aquella en la que la empresa
le obliga a hacerse autónomo para conservar su puesto de
trabajo. Bajo la figura del autónomo dependiente (que
trabaja para la misma empresa en un 75%), se encubren en muchos
casos verdaderos trabajadores asalariados. Mediante esta
fórmula la empresa se ahorra los costes de la
contratación y el trabajador debe asumir el pago de las
cuotas correspondientes o, en su caso, el riesgo de que Hacienda
le descubra.

La cuestión no es baladí. Con un sueldo de
por ejemplo de 1.000 euros u 800 euros, ese trabajador puede
quedarse con un salario irrisorio. Tras la última reforma
del Gobierno, debe satisfacer un 21% en concepto de IRPF,
además de eso, debe pagar la correspondiente cuota a la
seguridad social (unos 300 euros). Al final, le quedan unos 300
euros para pasar el mes.

"Para poder tener un salario mínimo
interprofesional, los mini autónomos prefieren salir del
sistema y recurrir a la economía sumergida",
advertía Amor.

Es cierto que existe una Sentencia del Tribunal Supremo
del año 1997, cuya jurisprudencia establece que aquel
autónomo con ingresos inferiores al Salario Mínimo
Interprofesional no tiene por qué satisfacer las cuotas a
la Seguridad Social, pero el Alto Tribunal también se ha
pronunciado en otras ocasiones en sentido opuesto. Ante la duda,
es probable que la solución preferida sea no pasar por la
caja del Estado.

"Que haya unas cotizaciones sociales muy altas tiene una
influencia directa en el aumento de la economía
sumergida", afirma Celia Ferrero, vicepresidenta de la
ATA.

Esta es una situación que afecta a cualquier
pequeño autónomo, con un salario bajo, y en
especial al "falso autónomo". El problema es que "no
están en la economía sumergida porque quieran, sino
porque no pueden hacer frente a los costes que supone ser
autónomo", recuerda Ferrero. La falta de progresividad que
padecen todos los pequeños autónomos se vuelve
especialmente grave en el caso del falso autónomo, ya que
carecen de muchas de las protecciones propias del
asalariado.

Es imposible calcular cuantas personas se encuentran en
esta situación, pero hay estimaciones. "Unos 300.000
autónomos dependientes en España en esta
situación de los cuales solo 8.000 están
registrados", explica Jordi Ribó, Secretario de
economía social y autoempleo de CC.OO.

"La gente tiene mucho miedo y por eso se ven obligados a
aceptar esta situación", reconoce Ribó. El
problema, a su juicio, son "las condiciones draconianas" en las
que el autónomo se ve obligado a trabajar. Condiciones que
"el empresariado utiliza para reducir o degradar condiciones
laborales de cualquier asalariado", añade.

La cuestión de las cuotas desproporcionadamente
altas que deben soportar los trabajadores por cuenta propia se
extiende también a los autónomos no fraudulentos.
Un estudio de Consumers International revelaba que "los
supermercados abusan de su poder de compra respecto a los
proveedores", obligándoles a bajar los precios a niveles
irrisorios.

Un problema cuya solución es adaptar la
regulación a la realidad social, a juicio de Ribó.
"Los poderes públicos tienen que intervenir para aflorar
estas situaciones. Detrás de cada pequeño
autónomo que pueda defraudar hay una gran empresa
defraudadora", concluye.

Seis rostros y sus respectivas historias que reflejan
los seis años de aumento del desempleo

"El paro ha aumentado de forma consecutiva durante
los últimos seis años en España, que es el
tiempo que ha transcurrido desde el estallido de la burbuja
inmobiliaria hasta la fecha. En este periodo, el país ha
superado todos los récords de la historia moderna. No
obstante, aunque la caída del empleo ha afectado a todos
los sectores y colectivos, la recesión se ha cebado entre
los jóvenes, los inmigrantes y los parados de larga
duración. También entre los empleados
públicos se ha registrado un repunte del desempleo sin
precedentes cercanos por los efectos de los ajustes contra el
déficit y los recortes de gasto. Aquí te recogemos
seis historias con nombres y apellidos por cada uno de los
años a la baja que arrastra el mercado laboral
español"…
Las caras del paro (El País –
24/1/13)

Antonio Salom tiene 30 años y es uno de los
2.789.900 españoles que lleva más de un año
en paro, un 46,7% del total. Mallorquín residente en
Madrid desde hace seis años, empezó a trabajar de
fontanero "oficialmente" cuando cumplió los 16, aunque
afirma que lleva trabajando "desde los 13 o 14 años". En
aquél entonces, la fontanería le pareció un
oficio más atractivo que lo que hacía su padre,
transportista. "Me gusta la profesión", afirma. "Trabajas
a tu aire, ves a tu familia cuando quieres, y en determinados
momentos es hasta creativo".

Pero la crisis le hizo volver al oficio familiar. Estuvo
trabajando para varias empresas de transportes hasta que, hace
año y medio, perdió su último trabajo. Desde
entonces, nada. "De hecho, buscar trabajo yo ya ni busco",
indica. "Creo que el 90% de los parados ya no están
detrás de un trabajo. Es perder tiempo y dinero ir echando
currículums en empresas que ya directamente ni los
quieren".

Hace dos meses, usó sus últimos ahorros
para probar suerte como transportista autónomo. "Fueron
1.500 euros de la furgoneta de segunda mano y 900 del carnet para
conducirla", recuerda. Pero hay más gastos que ahora mismo
Antonio no se puede permitir. "Tarjeta de transporte, el alta
como autónomo, en fin, un montón de papeles",
enumera. Y sin esos papeles, ninguna empresa puede contratarle.
"Como mucho, alguna mudanza hecha en negro".

A Antonio le quedan dos meses de paro. A su pareja, con
la que tiene un hijo de cinco años, también le
quedan dos pagas del plan Prepara. Con ambas prestaciones, pagan
los 700 euros del alquiler del piso en el que viven. Para lo
demás, lo que consigue de recoger cartones con la
furgoneta y venderlos, entre 150 y 200 euros al mes.

¿Y cuándo se acabe? "No lo sé.
Volver a Mallorca, donde las cosas también están
mal, donde mi padre también está en paro,
sería como salir de la sartén para caer en las
brasas", reflexiona Antonio. "Aquí, al menos, con lo de
los cartones vamos tirando. Si los del Gobierno no nos lo quitan,
siempre puedo irme a una habitación con mi mujer y mi
hijo".

Geovanny Chipes y Carola Andrade son de Guayaquil
(Ecuador) y llevan juntos 13 de sus 33 años. Los
últimos 12 años los han pasado en España,
lugar de nacimiento de su hija, de seis. El suyo es uno de los
1.833.700 hogares españoles donde ninguno de sus miembros
activos trabaja, un 10,53% del total. Los tres comparten una
habitación en el madrileño barrio de Pueblo
Nuevo.

La vida laboral de Geovanny y Carola en España ha
sido una sucesión de empleos de lo más variopinto
en los que ninguno de los dos ha pasado más de dos
años. Él ha trabajado de carpintero a camarero,
pasando por el reparto de publicidad. Carola, por su parte, ha
sido limpiadora, camarera y ha cuidado de ancianos. Muchas veces,
"en negro", afirma Geovanny.

Ninguno de los dos tiene derecho a prestación
alguna. El dinero para la habitación (280 euros al mes),
para su subsistencia y la de su hija lo facilita la madre de
él, que regenta un bar en el mismo barrio. Por mucho que
esta haya dicho que ayudará a sus hijos "mientras Dios me
salud", en palabras de Geovanny, ninguno de los dos
está feliz con esta situación. "No queremos ser una
carga", declara Carola.

La solución para ambos es regresar a Ecuador.
"Aquí las cosas están muy difíciles, y
parece que van cada vez peor", considera Geovanny. "En nuestro
país tenemos más familia, hermanos, primas",
respalda Carola. A pesar de eso, Geovanny aún cree que hay
motivos para quedarse en España: "La gente aquí te
ayuda más".

Pero a Geovanny le resultaría "doloroso" volver a
su país con las manos vacías. Ambos quieren
instalar un negocio en Ecuador, pero sin dinero ahorrado para el
pasaje siquiera, el sueño todavía les parece
difuso: ni siquiera tienen pensado qué clase de negocio
quieren instalar. Él quiere juntar como mínimo
10.000 dólares (7.500 euros) para volver a
Ecuador.

Un problema adicional es su hija. "No sé
cuán duro puede ser para ella volver", afirma Geovanny.
"Además tiene aquí a sus amigos de la escuela",
recuerda Carola. "Es una españolita
más".

Fue una de las periodistas fundadoras de Ràdio 9.
Y se convirtió en una de las más voces y de los
rostros más populares de la radiotelevisión
pública valenciana, gracias también a su paso por
Canal 9 como presentadora. Hoy, Amàlia Garrigós
(1965, Alcoi) está en el paro. Acaba de ser despedida de
la radio pública, junto con 85 compañeros, al ser
incluida en un expediente de regulación de empleo
(ERE).

Después de media vida contratada en la empresa,
la indemnización se ha limitado a 20 días por
año con el máximo de doce meses, como marca la
reforma laboral. Sin margen para negociar, la asfixia financiera
de Radio Televisión Valenciana (RTVV) y la Generalitat lo
estrecharon. Volvió de vacaciones y, por primera vez, la
habían quitado de la parrilla de programación. Ya
no estaba adscrita a un puesto de trabajo, el primer criterio
para su inclusión en el ERE por parte de la empresa. "La
reforma ha perjudicado mucho a los trabajadores", sostiene
Amàlia. Ha facilitado los despidos y aumentado la
arbitrariedad en las decisiones, lo que se ha traducido en
numerosas irregularidades que el juez dirimirá,
añade. En la radio se ha echado a la calle tanto a
trabajadores contratados como a los que han aprobado oposiciones.
Lo mismo sucederá en los 800 o 850 despidos de Canal 9 que
empezarán a finales de este mes.

Amàlia ha sido testigo de cómo RTVV se
convertía en una "agencia de colocación" al
servicio del PP en la Comunidad Valenciana, mientras la audiencia
caía a índices residuales. La Generalitat gobernada
por el PP desde 1995 incrementó en un millar los
trabajadores del ente autonómico hasta superar los 1.700 y
acumuló 1.200 millones de euros de deuda. Ahora, el mismo
gobierno que engordó la empresa quiere adelgazarla hasta
dejarla en 480 empleados para su refundación. Con ese
propósito, ha ido retrasando la presentación del
ERE, a la espera de la reforma laboral y de conseguir el dinero
suficiente para pagar las indemnizaciones. "Ha sido una espera
agotadora para los trabajadores… Dos años desde que nos
anunciaron el ERE", recuerda Amàlia. La presentadora y
guionista mantiene que RTVV es un reflejo de la política
valenciana de los últimos 15 años, salpicada de
numerosos escándalos de corrupción, de despilfarro,
de privatización de lo público… Recuerda que el
exdirector general de RTVV, Pedro García, está
imputado en el caso Gürtel…

La periodista, especializada en temas culturales, se
muestra muy crítica, pero no habla con acritud. Parece
más bien decepcionada con el devenir de los medios de
comunicación públicos valencianos en su lengua
autóctona. Ella entró en la profesión en una
época de entusiasmo, cuando nacían las
autonómicas y las televisiones privadas, cuando
proliferaban las radios municipales. Se licenció en
Ciencias de la Información por la Universitat
Autònoma de Barcelona y nunca dejó de trabajar
hasta ahora. Hoy está parada pero asegura que no para.
Está estudiando un máster, mejorando sus
conocimientos de las redes sociales – "Es el futuro del
periodismo, ¿no?", pregunta-. También presenta
libros y conciertos. "Ahora soy una parada muy estresada",
concluye.

"En los últimos dos años todo ha ido a
peor", Raúl Brazal González, madrileño de 35
años, trata de desarrollar su profesión como
realizador en un entorno de precariedad en el que nunca ha
logrado acceder a un empleo indefinido. Al carecer de estabilidad
laboral, su trayectoria profesional ha sido trabajosamente
construida a base de innumerables colaboraciones con productoras
que, en el mejor de los casos, han incluido contrataciones por un
máximo de tres meses. Durante este periplo las
políticas activas de empleo del Estado no han jugado papel
alguno.

Raúl es uno de los 1.116.667 desempleados que hay
en España que no están registrados en el Servicio
Público de Empleo Estatal (SEPE), antiguo Inem. En 2001
finalizó sus estudios como Técnico Superior en
Realización, una formación que prometía
abrirle las puertas de una carrera profesional en el amplio
sector de la producción audiovisual. No obstante,
Raúl nunca ha logrado la tan ansiada
estabilidad.

Ante esta situación la respuesta más
socorrida es darse de alta en el SEPE, pero Brazal ya no la
contempla. "Los cursos obligatorios que ofertaban no estaban
relacionados con mi campo. A través del Inem no te van a
llamar para trabajar en una productora", sostiene el realizador,
que explica que en su industria no cabe tomarse unos meses libres
para realizar un curso no relacionado con el mundillo
audiovisual. "Si no estás en activo te dejan de
llamar".

La grieta por la que cada vez se deslizan más
casos como el de Raúl empieza a hacerse demasiado grande.
Cada vez más desempleados, que no están obligados a
registrarse, perciben que el SEPE no les ofrece aquello que el
mercado laboral está demandando de ellos.

También existen otros factores. "Además de
que no creo que me solucione la búsqueda de trabajo, no
pienso en darme de alta porque no quiero gastar las prestaciones
a las que tengo derecho por lo que he cotizado", señala
Raúl, que no ve el futuro con optimismo. La
reducción del número de producciones ha disminuido
las posibilidades de trabajo. Varios compañeros han tenido
que dejar la profesión y dedicarse a otro tipo de
actividades para ganarse la vida. "Está todo en el
aire".

Si algo sabe Georgeta Prunean, de 42 años, es
qué es trabajar mucho. Llegó a España hace
once años y durante muchas temporadas ha trabajado siete
días a la semana, a veces día y noche. Empleada del
hogar de lunes a viernes, fregaba escaleras los sábados y
cocinaba en una residencia los domingos. Y entre semana,
dormía en casa de una abuela muy mayor, para hacerle
compañía. Emigró poco después de que
lo hiciera su marido, y dejó en una aldea de
Rumanía a sus dos hijos, al cuidado de la abuela.
Tenían 10 y 12 años.

"Los primeros años fueron difíciles por el
tema de los papeles", explica, pero logró un contrato a
petición de la familia para la que trabajaba. A partir de
ahí las cosas fueron a mejor, eran tiempos de trabajo en
abundancia. Y asegurado. Tantas horas como el cuerpo aguantara.
Prunean y marido, albañil, pudieron permitirse dejar de
compartir piso y alquilar uno ellos solos; ya no viajaban a
Rumanía en Navidad y en Verano -"eso es sagrado"- en tres
eternos días de autobús, sino en avión;
podían enviar dinero a casa sin problema; hasta les
llegaban sus ingresos para ir arreglándose la casa del
pueblo que dejaron atrás.

Pero en apenas dos años, todo se ha hundido. A
ella el trabajo le ha caído a la mitad. Sigue haciendo de
canguro y asistenta, aunque las familias españolas para
las que trabaja también son víctimas de la crisis.
Pero peor está el sector de su marido: la
construcción. Apenas tiene trabajo. "Y del último
que tuvo no cobró". Se acabó vivir
"razonablemente". Han vuelto a compartir piso. Y a viajar a
Rumanía en autobús.

Prunean y su marido han podido dar una buena
educación a sus hijos y arreglarse la casa en
Rumanía. Pero también se han perdido once
años de su vida. Hubo años en los que
compensó, pero ya no. "Es hora de volver, allí
tenemos casa y un huerto, hay trabajo, no tendremos que pagar
alquiler y tarjetas de metro, ganaremos menos pero se vive con
menos", dice Prunean. Aguantarán hasta verano. Tienen
deudas que saldar y son gente de palabra, pero a partir de agosto
esperan vivir más tranquilos.

Sergi Gómez, de 24 años, estudió
Turismo y Dirección Hotelera en la Universitat
Autònoma de Barcelona. Trabajó como camarero
durante años con contratos temporales, hasta que se
hartó de que sus estudios no le ayudaran a prosperar. Lo
vio claro en una entrevista de trabajo, en un hotel
barcelonés: "Les comenté que, por mi
titulación, en el futuro aspiraba a algo más que a
ser camarero. Ellos me dijeron que eso no podía
ser".

Así que decidió rechazar el empleo y
emigrar al extranjero. Dejar de ser un número más
que formará parte de ese dato odioso, un x,x % de
desempleo juvenil. Por mediación de una antigua profesora
consiguió una entrevista en el Hotel Hilton London
Metropole, en Londres, y desde entonces trabaja allí:
cobra unas 1.000 libras al mes y lo ahorra prácticamente
todo, ya que la empresa le paga la vivienda y los gastos de
alimentación. En cinco meses lo hicieron empleado del mes.
Ahora le han ofrecido un puesto como supervisor en un hotel de la
misma empresa en Dubái, pudiendo optar, más
adelante, a un ascenso. "Todo lo que no conseguí nunca en
Barcelona, después de trabajar tantísimo por
hacerme un hueco", sostiene, "lo obtengo en Londres en
sólo cinco meses".

Querría regresar y establecerse en Barcelona,
"donde tengo mi familia y mi vida", pero la capital
británica le brinda la oportunidad de "demostrar" su
valía como profesional: "Eso en España es
imposible". En el extranjero, asegura, la concepción que
se tiene del trabajo es muy distinta: "Se valora a la gente con
aspiraciones y con ganas. En cambio, aquí, después
de trabajar muchísimas horas, aún parece que te
están haciendo un favor".

No está siendo un camino de rosas. "Vivir fuera
es muy duro, pero tengo que hacer algo con mi vida. España
significa estancarse". En Londres, afirma, le han dado "la
oportunidad de aprender y de prosperar", algo que nunca le fue
posible en sus múltiples puestos de trabajo en el
país. "Para encontrar un buen trabajo tienes que ser
espectacular": por eso espera establecerse en Barcelona una vez
haya ganado experiencia profesional, y engrosado su
currículum en el extranjero, "como si fuera una especie de
inversión".

Sin mucha luz al
final del túnel (la fuga empresaria de la Europa de los
pobres)

"2013 empieza igual que 2012 para las
multinacionales en la Unión Europea (UE):
mal."…
Las multinacionales abandonan la Europa de la
austeridad (BBCMundo – 25/1/13)

En la primera quincena de enero (2013), la japonesa
Honda anunció una reducción de 800 empleos en Reino
Unido y la automotriz estadounidense Ford cerró su planta
en Genk, Bélgica.

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