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Arquitectura doméstica y decoración de interiores en Argentina: 1860-1936 (página 5)



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10

3.4 – El Barroco en Inglaterra:

Aunque el periodo William & Mary es parangonable al
barroco francés, con el despegue económico de
Inglaterra los estilos ingleses irán adquiriendo poco a
poco una fuerte personalidad, destacando entre sus rasgos
principales el carácter práctico y la comodidad,
por encima del mero ornamento. Esto es consecuencia del estilo de
vida de las clases altas inglesas: por una parte, la aristocracia
prefería vivir en sus grandes mansiones en el campo,
disfrutando de un mobiliario mucho más distendido y
cómodo. Por otra parte, la boyante burguesía
londinense prefería muebles cómodos y
prácticos. Y todos ellos eran personas cultas, conocedoras
del arte europeo, muchas de las cuáles habían hecho
el llamado Grand Tour [162]

El siglo XVIII inglés asiste a una gran variedad
de estilos que tomarán el nombre de los soberanos y que,
además, se expandirá, con cierto desfase, a las
colonias.

3.4.1 – Guillermo y María
(1688-1702):

En este período, la morfología
básica de este mobiliario, sería introducida luego
por los colonizadores ingleses en América, dando lugar a
la aparición del mueble colonial americano
primitivo.

Morfológicamente las sillas, está
conformadas por patas en forma de balaustre (columna), el uso de
la copa invertida en las terminaciones. Las uniones entre las
patas, se dan con chambranas en "X" curvada. Los respaldos de
rejilla (no tan altos como los del Restauración del
Renacimiento Inglés), de donde venía esta
tradición, de los respaldo en rejilla.

3.4.2 – El estilo Reina Ana (Queen Anne) y
Georgiano:

El periodo Reina Ana (1702-1714) abandonó la
línea del William & Mary para dar lugar a un estilo
sobrio, sencillo, que ponía énfasis en el tapizado,
la línea depurada y la incrustación veteada
(veneering), y las incrustaciones sólo se reservaron a
orlas alrededor de cajones y paneles de las puertas. Sin embargo,
los muebles se harán elegantes, menos macizos, con
esbeltas patas en cabriolé (con la
característica talla de la concha en el arranque), de
sección cuadrada, tendiendo a la eliminación de
tirantes.

Reina Ana fue un estilo de la clase media, de gustos
sencillo, donde las sillas poseían el típico
respaldo de pala en forma de violín, siendo esta su
característica más sobresaliente. Las patas
delanteras, en forma cabriolé y con un motivo
tallado en la rodilla (una concha simil hoja de acanto),
terminaban con la pata con una garra de águila (el cual
estaba agarrando una bola aplanada). Otras patas, solo eran una
estilización de la cabriolé, o en el mejor
de los casos con una terminación en voluta
(confundiéndose con una garra de león). Con
barrotes tipo chambranas, en algunos casos. Las chambrana
más característica fue la de "H" y las patas
traseras, eran generalmente lisas.

De entre los muebles más representativos
destacan:

? Sillas de respaldo curvo, con cerco, con patas en
cabriolé acabadas en rodetes, volutas, cascos de
caballería, garras (de león o aferrando bolas),
pezuñas, etc. A veces presentaban el arranque tallado en
forma de concha.

? Los sillones son parecidos, aunque con los brazos
sobre soportes apoyados en los travesaños laterales del
asiento. Los brazos solían presentar formas curvas, de
sección circular y aplanándose en el reposacodos, a
veces rematados con cabezas de león o de águila. El
sillón de orejas también tendría el mismo
tipo de patas.

? Los tapizados presentan ricos bordados que alternan
motivos orientales con los locales (como rosas o
fresas).

? Los muebles de almacenamiento, con cajones y formas
rectangulares, adquieren gran protagonismo. Aparece el
buró con la parte superior inclinada y abatible (que
adopta a veces la forma de bureaubookcase, coronado a veces por
un armarito o una librería), y la doble
cómoda (o chifonier
[163]llamada también tallboy o
highboy
, sobre patas altas, con alguna versión de
ocho patas), una especie de cajonera alta en forma de armario.
Asistimos también a la aparición de las
librerías o bookcase, a veces con vidrieras. Como
remate se solía usar el frontón partido. Destaca el
Bachelor's Chest (una cómoda de soltero), de tablero
abatible y cuatro filas de cajones de altura decreciente (el
más alto, debajo). Las cómodas presentaban un
faldón curvo en forma de ballesta, de influencia
francesa.

? Los espejos y marcos tenían la
decoración más exuberante, a veces tallada en yeso
y dorada, coronados por un concha o el escudo de armas. A veces
se usa la técnica de verre eglomisé,
basada en la aplicación de vidrio de colores con motivos
en oro.

? Se hicieron mesas de tocador que presentaban un nicho
para las rodillas y espejos pivotantes sobre mesitas con cajones.
Sin embargo, las mesas más típicas serán las
extensibles y aquellas de café que se fabricaban junto a
juegos de escabeles diseñados para poder
encajarse unos dentro de los otros y éstos bajo la
mesa.

? La afición al juego produjo ingeniosas mesas
plegables, algunas con tableros semicirculares desplegables (que
servían, también, como consolas), otras con una o
dos patas batientes (llamadas concertinas),
etc.

El siguiente periodo, el Georgiano, llamado así
por los tres reyes de nombre Jorge, es un periodo complejo que
debe considerarse una continuación del Reina Ana y es
característico el uso masivo de la caoba, exenta de
impuestos, lo que reactivó la talla. Como novedad, destaca
la aparición de las mesas de té de tres patas bajas
con soporte central y tablero circular abatible, manejables y
versátiles (podían ser usadas como pantallas de
chimenea), aunque se hicieron algunas versiones para seis
comensales. El reinado de Jorge I se caracteriza por el
palladianismo, con la influyente figura de Kent. Bajo Jorge II se
da el apogeo de las influencias gótica, china y
rococó, destacando la obra de Chippendale. Y con Jorge III
se desarrolla el llamado estilo Adam, plenamente
neoclásico.

3.4.3 – Los grandes mueblistas y su
repercusión:

En el Reina Ana siguen trabajando los mismos
diseñadores de muebles que en el William & Mary
(Gerreit Jensen, Daniel Marot o Grinling Gibbons, y empiezan su
andadura otros como Thomas Roberts. Sin embargo, en el nuevo
periodo Georgiano aparecen algunos mueblistas excepcionales que
marcarán estilo:

? Uno de estos influyentes artistas del mueble es
William Kent (1685-1748). Kent, también pintor y
arquitecto, defensor de la arquitectura de Palladio, fue, sin
embargo, un diseñador de muebles y de interiores muy
barroco, italianizante y de decoración exuberante y
movida, mezclando los órdenes clásicos con el
repertorio del mueble Luis XIV, que contrastaba con el clasicismo
de los exteriores. A él se deben los primeros interiores
integrados de Inglaterra, inspirados en los de los palacios
venecianos, muy escenográficos, con muebles más de
exhibición que de uso. Destacan los espejos y las
consolas coronadas por losas de mármol dispuestas
sobre delfines o águilas con las alas extendidas. Toda su
obra tiene un carácter recargado, pero no excesivo, como
la cama de Houghton Hall, la cual es presidida por una talla que
representa una concha de enormes proporciones.

? James Moore (fallecido en 1726) acusa la influencia de
Kent y trabajó ornamentos tallados en yeso y
dorados.

? Benjamin Goodison (fallecido en 1770) es incluso
más barroco que Kent, de quien se inspira en la
ornamentación, compuesta por conchas, grecas, guirnaldas,
vegetales, etc.

? William Vile es quizás es mueblista más
palladiano de la época, y sus diseños los
más sobrios, sencillos y equilibrados.

? En el extremo opuesto se encuentran William y John
Linnell, John Mayhew y William Ince, que aceptaron plenamente la
ornamentación china y el lenguaje rococó
francés. Pese al carácter único del
mobiliario de Kent, tuvo una enorme influencia, de modo que los
muebles que se produjeron inauguraron una tendencia clasicista en
el mueble inglés, los llamados muebles palladianos, que
encontrarán su máximo esplendor en el
Neoclasicismo, de manos de mueblistas como Adam, como se
verá. El diseño de muebles inglés apenas
adoptó los postulados rococó más extremos
excepto en los ambientes más distinguidos, de modo que
hacia la mitad del siglo XVIII se puso de moda otro tipo de
decoración, tanto los ornamentos de inspiración
china como los de inspiración gótica, aunque usados
de una manera poco científica. Se incorporaban a los
muebles, a veces mezclados, ornamentos en forma de
tracerías, arcos ojivales, tejados en forma de pagoda,
etc., sobre todo en respaldos de sillas, en escritorios,
librerías, etc. Entre los mueblistas que trabajaron los
motivos orientales, de inspiración china fueron,
además de Thomas Chippendale, William Hallet y Thomas
Johnson. Esta moda de la decoración china fue un
fenómeno muy extendido y se desarrolló, como se
vio, desde el periodo William & Mary, por influencia
holandesa. Su mejor difusor fue William Chambers, que
llegó incluso a construir un palacete en forma de pagoda
en los jardines de Kew (una población cercana a Londres) y
publicó en 1757 la obra titulada Designs of Chinese
Buildings, furniture, Dresses, Machines and Utensils
, de
gran influencia en Inglaterra.

Hacia mediados de siglo se publicarían tres
influyentes obras:

? Los diseños de, sobre todo, espejos y
candelabros de Mathias Lock, publicados en la influyente obra
A New Book of Ornaments (1752), que mezclaba
motivos orientales con rocallas y escenas rústicas y de
fábulas de Esopo.

? Los fantasiosos y grotescos diseños de Thomas
Johnson de candelabros, torchères, consolas, espejos,
etc., compendiados en Twelve Girandoles (1755) y
en la publicación por entregas de One Hundred and
Fifty New Designs
(1761).

? The Gentleman and Cabinet Maker's
Director
(1754), colección de diseño de
muebles, obra de Chippendale (quizás en
colaboración con Mathias Lock), que tuvo una enorme
repercusión en todo occidente.

El mueble
rococó

4.1 – El estilo Luis XV en
Francia:

Este estilo se designó en francés
rocaille (y en España se le llamó
rocalla); pero ha prevalecido su designación por
la voz rococó, de tono más familiar. Un
análisis de esta palabra nos aclara, quizá,
cuál sea su verdadero concepto. Esta voz
rococó francesa es una composición (un
raccourci) de las voces rocaille y
coquille, porque en los primeros diseños en que
el nuevo estilo se manifestó en Francia, y que bien pronto
trascendieron a otros países, había como una
sugerencia de formas irregulares inspiradas en el aspecto de la
rocas marinas que llevan adheridas algas y conchas. Donde tales
formas se revelan más representativas en las cartelas
ornamentales.

Son formas que, puestas generalmente al sesgo,
prescindiendo de toda lógica geométrica, se basan
en la asimetría y en el perfil ondulado de ciertas conchas
de moluscos cuyo diseño remata una suerte de penacho en
voluta y que se combinan, alusivamente, con otras formas que son
propias del mundo vegetal, con sus ramificaciones, arborescencias
y nudosidades. Inmediatamente después de su
aparición, tales formas fueron aplicadas con ardor a los
objetos de platería o de cerámica, a las
boiseries [164]y a los
muebles.

El Luis XV fue un estilo refinado y elegante,
propiamente fue Rococó. La evolución de la
rocaille o rocalla, con gran variedad de doble "C" o
"S", fue la típica forma vegetal (de una rama de
árbol). La ornamentación escondía las
uniones. La pata cabriolé, estirada en forma de
"S" estilizada es el elemento más característico de
este estilo, representa el dinamismo y movimiento. Por eso
decimos que el Luis XV, fue morfológicamente liviano,
curvo-femenino. Aquí desaparecerá la chambrana, por
necesidad estética, como característica principal.
Todo es igual que el Luis XIV, pero asimismo, todo es más
delicado y fino; convirtiéndolo en uno de los logros
más rotundos de este período. En los respaldos es
frecuente la concavidad, para hacerlos más
cómodos.

Hubo una multiplicación de sofás, cuyas
variedades son originarias de las bergeres,
duchesses (reservadas únicamente a la nobleza) y
canapés; todos con pequeñas patas
cabriolé.

Las principales tipologías del
mueble rococó francés son:

? Muebles de asiento: Se solían tapizar
según la época del año con ricos tapices,
sedas, terciopelos, etc., lo que encarecía
considerablemente el mobiliario. Para facilitar los continuos
cambios las tapicerías se fijaban con un sistema de
tornillos o grapas. La silla fue perdiendo importancia ante los
más cómodos sillones, generalmente con brazos
almohadillados:

? El fauteuil en cabriolet tenía forma
cóncava y permitía el asiento de las mujeres con
sus ampulosos vestidos, aunque el preferido de éstas era
el bergère, ancho, bajo y confortable, con un
cojín suelto y laterales y respaldo bien tapizado bien de
caña. Los hombres preferían el cómodo
voltaire, con respaldo inclinado y asiento
profundo.

? Existieron asientos adaptados a ciertas
peculiaridades, como el sillón adaptado para que las
mujeres pudieran ser peinadas mientras reposaban, el fauteuil
a coiffer
, o el preparado para que los espectadores de las
cartas u otros juegos de mesa se apoyaran mientras miraban, los
bergère voyeuse, o aquellas otras para sentarse a
horcajadas, la voyelle.

? Entra la gran variedad de bergère
destacan el marquise, donde cabían dos personas
(llamado por ello, a veces, têteatête o
confidante
) y la chaise longue llamada
duchesse, compuesta por dos bergère (uno
con el respaldo más bajo a los pies) y un cuerpo
intermedio, los tres separables.

? Los sofás también proliferaron,
adoptando múltiples formas, en general parecidas al
fauteuil, con seis u ocho patas en
cabriolé. Destacan los ovales u
ottomanes (o canapé à corbeille)
y los paphose, en forma de riñón, muebles
de tocador por excelencia. También se da otra modalidad de
influjo oriental, la sultana, con los dos extremos
arrollados.

? Camas: Se abandonan los pesados cortinajes de los
doseles y éstos se aligeran, como en la lit a la
turque
, una especie de tumbona con los extremos arrollados y
un dosel encima, o la lit a la polonaise, adosada a la
pared por un lateral.

? Cómodas: Eran los muebles más
emblemáticos. Las formas serpenteantes de Cressent
derivaron a la forma bombé, donde la curvatura se
prolongaba a las patas, que se aligeraron y alargaron,
reforzándose con monturas de bronce dorado.
Apareció la rinconera (encoignure), que se
adquiría por parejas. Se decoraban con mosaicos,
marquetería o incrustación en formas
geométricas, como el jaqueado, triángulos, etc., y
a veces se pintaban con escenas inspiradas en la pintura
rococó de los pintores de moda, Boucher o Watteau,
llamadas fêtes galantes, y que utilizaban un barniz
especial llamado vernis Martin, que aplicaba superpuestas decenas
de capas (hasta cuarenta o más), produciendo efectos
análogos a las veladuras en las pinturas al óleo.
Sin duda la cómoda es el mueble por excelencia de
este estilo, y a la vez también es el que presenta una
decoración más rica, tanto por las
marqueterías como los adornos asimétricos de bronce
dorado, cuando aparecen.

El mueble
neoclásico

5.1 – El nuevo clasicismo y la pasión
arqueológica:

El siglo XVIII ha pasado a la Historia como el Siglo de
las luces, el siglo de la Ilustración. La
Ilustración, movimiento filosófico, cultural y
político, girará alrededor de la idea de la
Razón, en contraposición a la autoridad de la
tradición. Este movimiento será impulsado y apoyado
tanto por las monarquías absolutas europeas, que
darán lugar al Despotismo Ilustrado, como por la nueva
clase social en ascenso, la burguesía, que a la postre
dará lugar a una serie de revoluciones liberales que
culminarán en el siglo XIX con el establecimiento de
monarquías parlamentarias tras la convulsión
mundial ocasionada por la Revolución Francesa y por su
consecuencia más importante, Napoleón
Bonaparte.

Esta fe en la Razón tendrá importantes
consecuencias también en el arte y en la cultura. El
barroco y el rococó serán considerados a partir de
ahora como estilos frívolos y caprichosos, y se
volverá la vista al Clasicismo, de manera que Grecia y
Roma serán modelos a emular e imitar no sólo en
cuanto al arte sino también en la política, la
moda, la cultura, etc. La frivolidad rococó dará
paso a una nueva severidad, más acorde con los tiempos, en
los que se buscará la sobriedad, el equilibrio, el
servicio al Estado y la rectitud moral, de acuerdo con las nuevas
teorías políticas y filosóficas de
prohombres como Montesquieu, Voltaire o Rousseau, plasmadas en
los cuadros de los grandes pintores academicistas como David,
Mengs o Angélica Kauffmann, pintora amiga de Wincklemann
que decoraría muchos paneles de muebles del periodo y que
sería imitada hasta la saciedad en dicho campo.

Se volverán a usar los órdenes
arquitectónicos clásicos, la ornamentación
se hará discreta y geométrica, las líneas
curvas cederán su primacía a las rectas y la gracia
rococó dará lugar a la severidad del
Neoclasicismo.

Al mismo tiempo que se producen estos cambios
tendrá una serie de hallazgos arqueológicos que
marcarán de manera determinante a los círculos
ilustrados europeos. Los más importantes de ellos
serán potenciados por el futuro Carlos III de
España, el cual, siendo rey de Nápoles,
sufragó las excavaciones de Pompeya y Herculano y
favoreció a toda una pléyade de eruditos que puso
en valor los descubrimientos arqueológicos que fueron
surgiendo tanto en dichos yacimientos como en los de la Magna
Grecia (templos de Paestum) o en los etruscos de la
Toscana.

Dichos descubrimientos arqueológicos no fueron
fortuitos en cierto sentido, ya que entre los intelectuales de la
época se venía gestando desde principios de siglo
cierta pasión por la arqueología y por el arte
antiguo. En estas fechas también se estudiará la
Domus áurea de Nerón, por ejemplo, y artistas como
Piranesi difundirán a través de sus grabados la
riqueza arquitectónica de la Antigua Roma, de manera que
muchos jóvenes herederos de las principales familias
aristocráticas y burguesas adineradas se dirigirán
a la Ciudad Eterna para conocer in situ sus tesoros, en lo que se
conocía como el Grand Tour.

El Neoclasicismo se fue gestando en toda Europa, pero
cristalizará, sobre todo, en Inglaterra y en Francia. En
Inglaterra, por ejemplo, el palladianismo se fue haciendo
progresivamente más clasicista, y en Francia el movimiento
neoclásico será impulsado desde las mismas
entrañas de la corte por el propio hermano de la Marquesa
de Pompadour, el Marqués de Marigny, junto con el
arquitecto Jacques Soufflot o el grabador y escritor
Nicolás Couchin, autor de Antiquities of
Herculaneum
.

Esta obra, junto a otras emblemáticas como
Geschichte der Kunst del Altertums, de
Wincklemann, o Recueil d'antiquités Egyptiennes
Etrusques
, Grecques, Romaines et
Gauloises
, del Conde de Caylus, contribuyó al
arraigo del gusto neoclásico y proporcionó a los
artistas de su tiempo un importante repertorio de motivos
decorativos que alcanzaron también, y sobre todo, al
mobiliario.

Así, se abandonaron las graciosas patas en
cabriolé por las rectas o por las que
tenían forma de pata de consola, se volvió al uso
de soportes en forma de columna o pilastra con capiteles
clásicos, la decoración se minimizó y se
hizo austera, reduciéndose a grecas y molduras, y se
realizaron diseños basados en modelos etruscos, griegos y
romanos.

La diferencia más importante entre el
neoclasicismo francés y el inglés será que
mientras en Francia será promocionado desde la propia
corte y aceptado tanto por la aristocracia y la burguesía
adinerada como una moda general, el inglés será
obra de un puñado de personalidades que marcarán el
gusto del momento, como Adam o Hope.

También se producirá una convulsión
en el campo de las modas, ya que si, por una parte, lo
inglés goza de singular aprecio en todo el continente en
detrimento de las modas francesas, la Revolución Francesa
ejercerá un gran influjo entre la intelectualidad, sobre
todo en los nacientes Estados Unidos, donde se abandonará
la línea inglesa para abrazar los estilos de la Francia
revolucionaria, dando lugar al estilo Federal.

5.2 – El estilo Luis XVI en Francia:

En Francia, el Neoclasicismo arraigará tanto en
la arquitectura como en el interiorismo y en el mobiliario desde
la década de 1760 y florecerá durante el reinado de
Luis XVI (que dará nombre al estilo) y su esposa,
María Antonieta. En 1771 Ledoux construirá para la
nueva favorita de Luis XV (Madame du Barry) el Pabellón de
Louveciennes, rememorando los templos griegos.

Los nuevos diseños de muebles tendrán como
principal característica la imitación de modelos
antiguos, la geometrización y simetría y el
abandono de las patas en cabriolé, sustituidas
por soportes rectilíneos (à gaine), a
veces de sección cuadrada y otras redonda, en cuyo caso se
adelgazaban hacia abajo y tenían, a veces, molduras
torneadas en sus partes superior o inferior y acanaladuras rectas
o en espiral, y en la parte superior podían presentar a
veces un cubo con rosetas que formaba parte del travesaño
del asiento.

Los motivos ornamentales tenían sabor griego
(grecas, esvásticas, ovas, dardos, páteras, etc.),
romano (festones, guirnaldas, máscaras, trofeos, ramas
entrelazadas o atadas con lazos, etc.), etc., y aunque se
siguió con el uso de apliques de bronce dorado (ormoulu),
éste acabaría reservándose al final del
periodo para remarcar rectángulos o
círculos.

Como novedad, se usaron con profusión placas de
cerámica pintada con los mismos motivos florales que las
marqueterías (en el caso de la cerámica de
Sèvres) o con figuras blancas sobre fondo azul
(cerámica inglesa de Wedgwood), aunque aún estuvo
de moda el lacado y se recuperaron las formas de Boulle (incluso
llegaron a reutilizarse paneles suyos para montarlos en muebles
nuevos). Las tipologías serán las mismas del
rococó, con algunas variaciones:

? Muebles de asiento:

?Se seguirá dando el fauteuil, aunque
con las consabidas patas rectilíneas y el frontal del
asiento generalmente curvo. El respaldo suele presentar forma
oval, a veces con la parte superior tallada con motivos florales,
o rectangular, a veces arqueado en el centro del travesaño
superior (en anse de panier) o con concavidades donde se
une el travesaño superior con los laterales (en
chapeau), rematados éstos en forma de piña
o pluma. Los soportes de los brazos son prolongación de
las patas delanteras (ya no parten del lateral del asiento) y se
curvan hacia dentro.

? El bergère imitará las formas
del fauteuil, aunque aparecerá una versión
cuyo lateral forma una curva continua y cóncava desde la
pata delantera hasta la parte superior del respaldo, llamada en
góndola. El llamado fauteuil de cabinet puede
considerarse un bergère con respaldo
envolvente.

? Las sillas serán muy parecidas a los anteriores
(la más difundida es la chaise en cabriolet, con
respaldo arqueado), destacando también otros modelos, como
las de estilo etrusco (con las patas traseras en forma de sable y
el respaldo, muy tumbado, calado en forma de rejilla de rombos o
el travesaño superior curvado hacia atrás en forma
de rollo) o la que se puso de moda con el respaldo en forma de
globo de Montgolfier. Destacan las sillas creadas por el
menuisier Georges Jacob (1739-1814), muy influido por
Chippendale: realizadas en caoba, algunas de ellas tenían
asiento redondo, respaldo calado (chaises a l'anglaise)
o con forma de lira, patas de consola, de estilo etrusco, etc., y
muchas presentaban bellas y contenidas tallas.

? Seguirán proliferando canapés y
sofás, de análogas características que el
fauteuil, el bergère o las sillas. La
nota exótica la pondrán las otomanas, aunque con
formas más contenidas, pese a darse una versión con
respaldo asimétrico. Las camas siguen los mismos tipos que
el estilo Luis XV, con las patas rectilíneas, aunque se
popularizarán los divanes de estilo griego, como los
diseñados por David, que aparecen en sus
pinturas.

? Se siguen construyendo cómodas de gran
elegancia, aunque sus tipologías se diversifican: destacan
las rectangulares y sobrias, a veces con los cajones escondidos
tras una puerta (à vanteaux), las altas con un
cajón (en console) o las de forma de media
luna.

? Los escritorios abatibles (secrètaire en
armoire
) y los bargueños, aunque se siguen
construyendo, van dejando paso a los secretaires de
cilindro (o de persiana) o los más sobrios bureau
plat
, en este caso acompañados de un
serrepapiers, especie de armarito (exento o apoyado en
la mesa) coronado por un reloj. Destaca la aparición del
bonheur du jour, mesitaescritorio de lujo con un
cajón o un hueco bajo el tablero y un armarito sobre
él.

? Las mesas, como las cómodas, se hacen
sobrias en cuanto a las líneas, y se suelen cubrir a veces
por planchas de mármol. La decoración sigue siendo,
sin embargo, muy rica, ya sea en apliques de bronce como en
veteados o marqueterías. Destacan las mesitas, como la
table en chiffonière, el vide poche
(para el dormitorio), el serviteur fidele (de lectura,
con brazos portacandelabros), el guéridon (a
veces con tablero de placa de porcelana), etc., muchas de las
cuales tienen como nota común que los tableros superiores
(redondos o rectangulares) se limitan por un reborde alto o
pequeña barandilla y que se sustentan por esbeltas patas.
A veces las patas están unidas por tirantes en "X" o con
curvas entrelazadas.

Algunos de los principales mueblistas del estilo Louis
Seize (Luis XVI) fueron también los mismos que trabajaron
en el periodo de Luis XV, aunque aparecerán nuevas
personalidades que, a su vez, desarrollarán su trabajo en
los posteriores estilos Directorio e Imperio.
Destacan:

? Entre los menuisieres más importantes se
encuentra Georges Jacob (1739-1814), cuyas innovaciones ya se han
mencionado, aunque también es importante el trabajo de
Louis Delanois.

? Los principales ebanistas franceses fueron Jean
François Leleu (1729-1807), cuya obra se
prolongaría hasta el Imperio; Jean Henri Riesener
(1734-1806), que se arruinaría tras la Revolución,
continuador de Oeben y artífice de gran parte del
mobiliario de María Antonieta; o Pierre
Gouthière.

? De entre la pléyade de artistas alemanes que
acudieron a París a hacer fortuna destacan David Roentgen,
que llegó a ser nombrado Ebanista Real por sus ingeniosos
artilugios; Martin Carlin (1730-1785), famoso por integrar en sus
muebles ormoulu (bronce dorado), lacados, placas
pintadas de porcelana de Sèvres o piedras semipreciosas;
y, sobre todo, Adam Weisweiler (1750-1810), creador de
pequeños muebles de gran belleza y profusión de
apliques de porcelana, lacas y bronce, con sus
característicos pies en forma de peonza y tirantes
entrelazados .

El estilo Luis XVI fue un estilo aristocrático y
rescatado. Asimismo el Luis XVI, fue morfológicamente
liviano, recto y femenino. Perteneciente al reinado de Luis XVI y
María Antonieta. Las formas austeras y simétricas,
con predominio de la línea recta; equilibrio y
proporción (poseían ensambles complicados, que se
ocultaban con el decorado). Las acanaladuras en las patas rectas,
con las ya mencionadas hojas de acanto y de laurel, manejadas con
gusto y sobriedad refinada, le daban al fuste cónico, con
terminación en estípite. Mucha gracia y
elegancia.

Este estilo, realizado en caoba y nogal preferentemente,
con incrustaciones y marquetería. Los respaldos en forma
variada (rectangular-oval), con brazos cortos, algunos respaldos
de madera calada (en forma de celosías), explayaban
dibujos originales; como en el caso de las sillas de María
Antonieta (con su monograma). Las de respaldo de lira, llamadas
voyeuse, calada a lo Fontainebleau, o la denominada de
ballon (con un globo aerostático, elevado por los
hermanos Montgolfier en 1783). Todas eran livianas en
comparación a las tapizadas.

5.3 – El estilo Chippendale en
Inglaterra:

Thomas Chippendale (1718-1779) fue, sin ninguna duda, el
mueblista más influyente de la época. Chippendale
trabajó diversos estilos y aportó muchas novedades
al diseño del mueble inglés, adoptando incluso el
repertorio decorativo gótico y chino de moda,
porque

Chippendale era más que un mueblista, fue una
especie de empresario que construía cualquier tipo de
mueble por encargo y que se atrevía incluso con pedidos de
interiorismo, alfombras, cortinas, etc.

Los diseños de Chippendale abarcaban todos los
estilos, ya que estuvo siempre al tanto de las modas y deseos de
sus clientes, hasta el punto de que con la llegada, a finales del
siglo XVIII, del neoclasicismo, abandonó casi toda su
línea anterior y adaptó sus diseños a la
nueva tendencia del gusto. La magia de Chippendale radica en que
supo aportar al mueble inglés cualquier forma, ornamento o
tendencia, pero filtrando cada elemento para adaptarlo al gusto
inglés, lo que hace a sus muebles inconfundibles y
posibilita que se pueda hablar de un Estilo
Chippendale.

El mobiliario Chippendale es de una gran variedad de
tipos, destacando la construcción de sillas con tirantes y
ménsulas caladas entre las patas y el asiento y, sobre
todo, respaldos de motivos calados de inspiración china o
gótica o con motivos entrelazados, de aspecto muy
modernista. Las patas pueden ser en cabriolé o
rectilíneas, de sección cuadrada, en cuyo caso
llevan travesaños de refuerzo. A veces se presentan
delicadas tallas, tanto en el arranque de las patas en
cabriolé como en el remate del respaldo o en los brazos de
los sillones.

Además, Chippendale construyó
cómodas de formas abombadas, espejos, mesas
extensibles y modulares, camas con dosel en forma de
pagoda, cabinet con aspecto de templete chino,
canapés, etc. El aspecto de todos sus muebles es
casi siempre ligero y vertical, sobre todo en los chinos, donde
incorpora travesaños imitando el bambú y
añade pequeñas figurillas en forma de
dragón. Las proporciones siempre son mesuradas y con
cierta sobriedad de línea, en consonancia con la tendencia
palladiana inglesa, pero la decoración es variada y
sorprendente pese a no ser recargada. Podemos encontrar cuatro
modalidades ornamentales, que prácticamente se suceden
también de manera cronológica:

? Los muebles tradicionales, en concreto los inspirados
en el William & Mary, de manera que a veces no se distinguen
de los originales, como las llamadas sillas inglesas o de
respaldo vertical, o las sillas holandesas, con cintas que se
entrecruzan en la pala central del respaldo.

? Los muebles de influencia francesa, plasmados en los
dibujos del Director realizados por Lock. Destacan las
cómodas y las sillas, siempre con patas en
cabriolé, con líneas curvas, pero con
proporciones y decoración elaboradas pero mesuradas en
comparación con los muebles rococó
franceses.

? Los muebles eclécticos (de estilo chino), con
motivos ornamentales orientales (adornos en templete,
tracerías quebradas, lacados de tipo japaning, etc.), pero
con estructuras plenamente inglesas.

? Los muebles con ornamentación gótica,
prácticamente iguales en estructura a todos los
anteriores, pero decorados con tracerías, nervaduras,
pináculos, etc., mezclados con motivos típicos del
rococó, como las conchas, las patas acabadas en garra y
bola, etc. De entre estos tipos de ornamentación destacan
las sillas y también las vitrinas y librerías, que
imitan las vidrieras góticas, aunque de manera
esquemática.

En cuanto a los materiales utilizados, la caoba, fue por
excelencia el elegido. Los sillones Chippendale, muy variados, en
algunos casos conservaban la tradición de la pata
delantera cabriolé a lo Reina Ana, con patas traseras
distintas a las delanteras; con pala de respaldo calado en
celosías a lo Voyeuse-Fontainebleau (tipo francesas de
María Antonieta) y terminación superior en
frontón con tracerías a lo Renacimiento del
Jacobino-Tardío. Otros modelos con una notable
inspiración China en el respaldo calado en celosías
y asiento tapizado (sujetados con una hilera de tachuelas con
cabeza decorada). Tanto en su impresionante versión
Rococó, tan sobrecargado y asimismo tan equilibrado
(quizás uno de los mejores exponentes, en su clase). En la
que hallamos las versiones con o sin chambranas en "H", de patas
rectas (debido al período de predominio de la línea
recta) y aldabas-palas sumamente simétricas rescatadas,
equilibradas, graciosas y sobrias; un juego de gran
elaboración. Se realizaron taburetes, escabeles y
otros.

5.4 – El estilo Adam en Inglaterra:

El estilo Adam (1728-1792) se manifestó la
geometría como era de esperarse, proporcionadamente y
delicadamente. Domina la línea recta en la estructura. En
los respaldos de forma rectangular, como los de forma oval o de
escudos, con las conocidas rejillas; se diferenciaban las que
estaban tapizadas y las que no lo estaban. Los respaldos de forma
oval, solían presentar acroteras terminadas con un
decorado muy sobrio y mínimo bordeando la patera central
superior, que caía sobre el hombro del respaldo. Las patas
eran cónicas y las delanteras eran distintas a las
traseras. Básicamente un mueble equilibrado y prudente, en
la utilización del decorado.

En Inglaterra el Neoclasicismo arraigó no
sólo en la Corte, sino que se hizo popular en amplias
capas sociales, sobre todo entre la pujante burguesía
comercial y urbana protagonista de la Primera Revolución
Industrial. Por ello, el Neoclasicismo inglés, que
también se suele llamar Georgiano Tardío, no es un
estilo grandilocuente y ampuloso sino grácil y ligero que
pronto sustituiría al pesado estilo palladiano
imperante.

El principal impulsor del nuevo estilo fue Robert Adam
(1728-1792), pintor, diseñador e interiorista que,
influido por el círculo de intelectuales europeos radicado
en Roma, pretendió recuperar los auténticos
interiores de las casas romanas adaptando los motivos que
había descubierto en yacimientos arqueológicos como
la Domus Áurea o Pompeya.

Sin embargo, el mobiliario del Estilo Adam tiene poco
que ver con el de la antigua Roma. De hecho, Adam
diseñó piezas de nuevo cuño, aunque la
decoración y las proporciones eran plenamente
clásicas: líneas rectas, guirnaldas, pilastras,
etc., con elegancia sin recargamiento. Sus muebles suelen ser de
pared (cómodas, consolas, espejos, etc.) u
objetos decorativos (urnas, trípodes y pedestales), con
incrustaciones de maderas claras y a veces pintados de blanco,
con orlas rojas o doradas.

Las mesas de pared (consolas) eran ligeras, con esbeltas
y rectas patas adelgazadas hacia abajo y dispuestas en parejas
separadas por un ancho espacio, con un estrecho friso bajo el
tablero. Los espejos, que partían del tablero, eran
tripartitos, con el cuerpo central separado de los laterales por
filigranas o cariátides y sobresaliendo en altura.
Solían estar flanqueadas por pedestales y urnas y debajo
se disponían pequeños muebles en forma de
sarcófago con estrígiles y garras de león. A
todos ellos se les daba diferentes usos (como fresquera,
cisterna, para guardar orinales, etc.).

Es importante el diferente tratamiento de los muebles de
comedor y los del salón, ya que tenían distinto
uso: tras la comida, las mujeres se retiraban al salón y
los hombres permanecían charlando en el
comedor.

Por ello, los muebles de este último eran de
caoba y los del primero de maderas más luminosas, como el
palo águila.

Uno de los mejores artistas del mueble estilo Adam fue
Chippendale. De hecho, prácticamente abandonó el
rococó y el palladianismo para abrazar el nuevo estilo, de
manera que las mejores de sus obras son de este
periodo.

Los muebles ideados por Adam tenían como
destinatario a la clase alta. Sin embargo, su estilo se
generalizó gracias a la obra de dos importantes
mueblistas, popularizada a través de publicaciones de sus
diseños: The Cabinetmaker and Upholsterer's
Guide
(obra póstuma de George Hepplewhite,
aparecida en 1788) y The Cabinetmaker and Upholsterer's
Drawing Book
, de Thomas Sheraton (1751-1806), que fue
publicada por fascículos entre 1791 y 1794.

El mobiliario de George Hepplewhite es utilitario. La
talla es escasa y son característicos los respaldos
calados de los muebles de asiento, con forma oval, de
corazón o la típica de escudo y motivos decorativos
Príncipe de Gales, como las espigas, o las tres plumas,
aunque también utilizó jarrones, enredaderas, liras
y motivos japoneses.

Las sillas solían tener asiento de caña
con cojines y se pintaban a juego con la habitación,
excepto las de comedor, robustas, de caoba con asiento de cuero.
También realizó una adaptación del
clásico conjunto de mesa de pared con pedestales de Adam,
que dio lugar a los modernos aparadores, a los que
añadió cajones para la
mantelería.

Las cómodas y aparadores suelen tener un
frente curvilíneo, al igual que las librerías,
formadas por dos partes, la de arriba remetida y acristalada, y
la de abajo con un cuerpo central sobresaliente y curvo,
generalmente.

En esta misma época también se realizan
muebles para las clases populares que tienen poco que ver con el
Estilo Adam. Se trata de muebles duraderos e ingeniosos, ideados
para amueblar pequeños espacios que se transformaban con
la doble función de los muebles: camas que se
convertían en armarios, cómodas que se
desplegaban en estanterías, etc. Destacan las mesas de
biblioteca diseñadas por Hepplewhite, con artilugios que
las hacían transformables, de modo que desplegaban atriles
de los cajones, escalerillas para llegar a sitios altos, etc., o
los bidés de tocador de Sheraton. También aparecen
por primera vez las ruedecillas en las patas, para mover los
muebles con facilidad, común en muchos de los muebles de
Hepplewhite y Sheraton.

El estilo de Sheraton tiende a la sencillez, aunque
tiene muchos paralelismos con el neoclásico
francés, como en el caso de las sillas y las
duchesses. Algunas sillas tenían respaldos
rectangulares calados y tallados con forma de cintas entrelazadas
o de rejilla, y otras en forma de lira, jarrón, etc. Los
brazos se curvaban hasta llegar a su parte superior, partiendo
verticales de las patas delanteras. Otras tenían respaldo
oval y asiento circular o de media luna.

Las mesas de Sheraton participan tanto de la elegancia
como del utilitarismo. Los laterales de los tableros se
solían adornar con latón, y su interior estaba
decorado con bandas de este material o veteadas. Como novedad
aparecen las mesas de pedestal, y se sigue la tradición
inglesa, común tanto en Hepplewhite como en Adam,
Chippendale o Sheraton, del diseño de mesas abatibles,
desplegables, modulares, etc.

Los paneles de los muebles, tanto de Hepplewhite como de
Sheraton, se decoraban con incrustaciones florales y veteados y
solían presentar medallones pintados a la grisalla o a
todo color. Algunas de estas pinturas se atribuyen a artistas de
la envergadura de Angélica Kauffmann.

Entre las innovaciones destaca el uso del mimbre y la
ingeniosa compartimentación de los espacios, como en el
escritorio Carlton, en forma de "D" y con cajones en escalera. La
superficie para escribir era de cuero.

5.5 – El estilo Hepplewhite en
Inglaterra:

El estilo Hepplewhite (?-1786), tiene una
característica notable pues, su autor trazaba las
líneas a sentimiento (no racionalizaba completamente el
proceso, sino que se dejaba llevar orgánicamente, lo cual
no implicaba no ser controlado). Aunque, no por ello, sus
diseños eran carentes de geometría, muy por el
contrario eran geométricos.

En cuanto a la morfología, podemos decir que las
patas existían en dos formas, las rectas y
cabriolé (estilizadas); en los casos de rectas
eran de fuste cónico, terminadas en
estípite. Las patas traseras, eran distintas a
las delanteras y estaban siempre curvadas hacia afuera, en los
extremos inferiores. Había chambranas en "H", como
sillones sin travesaños. Se ornamentaban solamente los
respaldos, que los había de forma oval de corazón
(los más importantes, entre otras formas de escudos) con
calados de vegetales, formando unas especies de soles radiales.
Algunos respaldos solían tener jorobas a lo Hepplewhite.
Entre las celosías más reconocidas están las
llamadas Principe de Gales (porque en el respaldo, aparecen las
tres simbólicas plumas de avestruz), o las denominadas de
espigas de Trigo (ya que aparecían espigas, en lugar de
plumas).

El mueble de
estética burguesa – no moderna (1789-1892)

6 – EL MUEBLE EN LOS ALBORES DE LA
CONTEMPORANEIDAD:

6.1 – Las consecuencias de las Revoluciones Liberales
para la sociedad, la vivienda europea y el mueble:

El siglo XVIII fue el siglo del ascenso de la
burguesía al poder. La nueva aristocracia del dinero
empezó a sustituir a la vieja aristocracia de cuna, de
manera que al acabar el siglo protagonizó una oleada
revolucionaria que, iniciada en las colonias inglesas de
Norteamérica y continuada en la Revolución
Francesa, daría lugar al ascenso al poder político
de esta nueva clase social, la burguesía, que
establecería nuevos sistemas políticos y
económicos de acuerdo con la nueva ideología a
imagen y semejanza de sus necesidades: el liberalismo.

Estas nuevas oligarquías económicas
estaban ávidas de las novedades de la corte y que gustaban
de ostentar el lujo acorde con su clase, de modo que pronto
empezaron a solicitar el mobiliario exquisito de los grandes
ebanistas europeos y a imitar su estilo.

Con el siglo XIX entramos en la llamada Edad
Contemporánea, caracterizada por la sustitución de
las instituciones del Antiguo régimen por otras
de carácter liberal:

• La sociedad estamental, caracterizada por la nula
movilidad social y el predominio de una nobleza de sangre se
sustituye por un sistema de clases en el que la cúspide la
ocupan las capas con mayor poder económico (la alta
burguesía).

• El sistema económico de régimen
antiguo, basado en la posesión de la tierra y las
estructuras gremiales, se sustituye por un sistema de
producción capitalista basado en la
industrialización y el mercado libre de trabajo, bienes y
servicios.

• Las viejas monarquías absolutas enraizadas
en esquemas medievales se sustituyen por sistemas representativos
en los que el concepto patrimonial del Estado se sustituye por el
de Nación. Es decir: asistimos al triunfo del
liberalismo.

Este conjunto de profundos cambios sólo fue
posible a través de una serie de convulsiones
revolucionarias conocidas como revoluciones burguesas o
liberales, de las cuales las más importantes son la
Independencia de los EE.UU. de América, la
Revolución Francesa y la Revolución Industrial, que
se prolongarán a lo largo de los grandes ciclos
revolucionarios de 1820, 1830 y 1848, con el epílogo de la
Comuna de París. Todas en conjunto pergeñaron el
triunfo del liberalismo, que tendrá importantes
repercusiones en el mundo del mueble, de la vivienda y del
interiorismo:

• Por una parte, la nueva ideología liberal
promocionará un estilo de carácter funcional,
acorde con el nuevo pensamiento hegemónico: lo útil
y lo práctico determinará las líneas
decorativas, en detrimento de lo ornamental. El nuevo estilo
tendrá un carácter burgués, más
íntimo y más cómodo, con espacios adecuados
para la vida cotidiana, al contrario que los grandes espacios
aristocráticos del Ancien Régime
destinados a ser mostrados y exhibidos.

• La industrialización y el gran desarrollo
de las vías de comunicación harán posible la
rápida y barata producción, adquisición y
distribución de materiales considerados siglos
atrás como de lujo. De este modo se posibilita la
construcción con nuevos materiales industriales, como el
acero, los papeles pintados, la madera laminada o el cristal,
dando lugar a una nueva arquitectura, decoración y
mobiliario basados en ellos. Es el momento de esplendor de la
rejería, de los invernaderos, de los grandes balcones
cerrados y acristalados, de las estufas y las cocinas de hierro
fundido, etc.

• El capitalismo dará lugar a la publicidad,
y ésta a su expresión más genuina: el
cartel. A partir de ahora la distribución de los muebles
se hará a gran escala, en serie y con una rápida
difusión, democratizando su uso pero a costa, la
mayoría de las veces, de un gran descenso de la
calidad.

• Además, con la aparición del
concepto de Nación, se vuelve la mirada a la Edad de Oro,
al pasado glorioso de los pueblos, recuperando aquellas obras,
estilos o artistas emblemáticos de dicha época. Se
revalorizan así estilos de la antigüedad y se llega,
incluso, a recrearlos. Son los llamados neos o revivals, en los
que cada país se sentirá identificado con un estilo
nacional: el neogótico inglés, el neomudéjar
toledano, el neorrococó francés, etc.

• En esta época de profundos cambios y de
puesta en valor de diferentes estilos tendrá lugar el
eclecticismo [165]fenómeno tanto
arquitectónico como en el campo del mueble y las artes
aplicadas, mezcla de estilos que tendió a la
monumentalidad y de raíz neoclásica.

• Aparecerá una nueva clase social: el
proletariado urbano e industrial, al tiempo que las diferencias
de clase de raíz económica se hacen cada vez
mayores, de modo que asistiremos a una dualidad entre los estilos
de las clases dominantes (terratenientes, comerciantes e
industriales, a veces con intereses confluentes con la nueva
nobleza y las monarquías parlamentarias) y la
depauperación general de las clases bajas, que se
plasmará en la ínfima calidad de sus producciones,
hecho ante el que se revelarán algunos pensadores y
artistas de orientación anarquista o marxista, como
William Morris (1834-1896), dando origen al Movimiento de las
Arts & Crafts.

• Por último, asistiremos al primer estilo
netamente burgués, el modernismo (llamado Art Nouveau en
Francia), alejado de todo aquello que pudiera identificarse con
lo aristocrático, de carácter decorativo, unitario,
cómodo, integral, funcional y moderno en cuanto a
diseño y materiales.

6.2 – El estilo Directorio:

Con el triunfo de la Revolución Francesa se
produjo una gran convulsión social que afectó al
mundo del mueble francés. Sin embargo, esto no
afectó tanto al estilo como a los ebanistas y menuisieres,
muchos de los cuales estaban marcados por su trato con la
aristocracia del Ancièn Regime y en muchos casos cayeron
en desgracia.

El Estilo Directorio abarca desde la Toma de la Bastilla
(1789) hasta el fin del Consulado (1804), y debe considerarse un
estilo de transición desde el Luis XVI al Estilo Imperio
que caracterizará al periodo napoleónico. De hecho,
el repertorio decorativo es el mismo que en el último
tramo del Luis XVI (de inspiración griega, romana o
etrusca) al que se suman los motivos egipcios (tras la
campaña napoleónica) y los alegóricos de la
Revolución (gorros frigios, fasces, etc.) o a
Napoleón (el cisne). Todo atisbo de comodidad
desapareció e incluso se pusieron de moda elementos que
evocaban las campañas militares, como taburetes en forma
de tambor, camas de campaña, etc.

El periodo se caracteriza por un arqueologismo que se va
acentuando, proliferando sillas imitando a las curules,
los soportes trípodes en todo tipo de muebles, divanes,
escabeles, etc., que se acentuará en el posterior
Estilo Imperio. Los soportes de los muebles también
variarán desde los modelos a gaine, rectos
(ahusados, en estípite, etc.), hasta las patas zoomorfas
(en garra o pata de león, por ejemplo), soportes en forma
de cariátide o atlante (hermes), etc.

? El mueble más característico será
la silla, con respaldo a veces recto pero con más
frecuencia en crosse (con forma de "S"), calado con
motivos en forma de lira, de rejilla, palmetas, balaustradas,
etc. Las patas pueden tener forma de sable (a la etrusca) o
ahusada. Los motivos decorativos pueden ser filetes de bronce o
acero, y elementos naturalistas como animales y seres reales o
fantásticos. Prolifera la silla curul y los
sillones con respaldo en gondole o en
hémicycle, alto y cóncavo, forrado en
cuero.

? Se populariza la méridienne, una
especie de sofá que recuerda al kline griego, y
las camas ganan en variedad: la lit a la antique (con un
solo cabecero), en bateau (con perfil en forma de
barca), etc., con el baldaquino muy elaborado, aunque
las colgaduras tienden a desaparecer.

? Las mesas de comedor se generalizan, con tablero oval
o circular y una estrecha faja bajo éste con motivos de
bronce dorado. También abundan las mesitas con base
triangular cóncava, como el guéridon o su
versión como urna elevada sobre soportes, la
athénienne. Destaca por su belleza la
poudreuse, mesilla de toilette con un espejo bajo el
tablero abatible.

? Aunque aparecerán consolas de tablero
rectangular alargado, normalmente siguen siendo semicirculares o
en forma de semióvalo, a veces exentas formando una
consola doble formada por dos de ellas adosadas. Las
cómodas tienen líneas netas y
geométricas, con patas en garra de león y juegos de
color usando maderas claras (como el limonero) y oscuras (como la
caoba). Algunos menuisieres y ebanistas como Jean François
Leleu (1729-1807), Georges Jacob(1739-1814), Adam Weisweiler o
Jean Henri Riesener (1734-1806) siguieron en activo tras la
Revolución, aunque su producción no tuvo el mismo
grado de brillantez.

En 1790 se abolieron los gremios en Francia, con lo que
en un mismo establecimiento pudieron trabajar artesanos de
distintos ramos, hecho que aprovecharon algunos talleres para dar
un paso adelante en la producción de muebles. Fue el caso
de los hijos de George Jacob, George (1768-1803) y
François Honoré Georges, conocido como Jacob
Desmalter (1770-1841), que fundarían Jacob Frères,
prestigiosa firma hasta finales del siglo XIX, así como el
suegro de Jacob Desmaltr, Martin Eloy Lignereux
(1750-1809).

Los Jacob formarán una dinastía que se
prolongará durante el siglo XIX.

Como en el periodo anterior, muchos mueblistas alemanes
acudieron a París ahora que no existían
restricciones gremiales. El más importante de éstos
fue Bernard Molitor (muerto en 1833), famosos por sus sillones
con cabezas de grifo o prótomos de león.

Entre las figuras centrales del Estilo Directorio se
encuentran algunos artistas, proyectistas, diseñadores y
decoradores como el propio pintor neoclásico David y,
sobre todo, sus protegidos Charles Percier y Pierre Fontaine,
según muchos historiadores del arte los verdaderos
artífices del gusto del periodo y del posterior Estilo
Imperio, por la influencia ejercida tanto por sus diseños
para maestros mueblistas como los Jacob o Lignereux, por ejemplo,
como por los interiores proyectados para el Palacio de
Malmaisón o para la Sala de la Convención en las
Tullerías, dirigidos en todo momento por Georges Jacob. En
1801 publicaron la obra más influyente del periodo,
Recueil de décorations intérieurs,
auténtica biblia del posterior Estilo Imperio.

El estilo Directorio (1793-1799) fue un estilo de
transición al Imperio, pertenece a lo que hemos decidido
llamar como 2º estadio neoclásico.
Morfológicamente, los asientos, se realizaban en madera
tallada con motivos egipcios, las patas cónicas y de
bronce, conocidos como a la antigua; las patas delanteras,
solían ser distintas de las traseras. Los respaldos en
forma de voluta (idea iniciada en el Luis XVI), eran generalmente
anchos, otros de forma cóncava se denominaban de
góndola. Con una mezcla de palas-aldabas, que nos hacen
pensar en Inglaterra del Siglo XVIII, por su cierto control
prudente de los elementos decorativos. Básicamente los
muebles, no son tan finos como el Luis XVI, ni tan pesados, como
el Imperio.

6.3 – El Estilo Imperio en Francia:

El 10 de noviembre de 1799, Napoleón derroca al
Directorio mediante un golpe de Estado y empieza a correr una
nueva historia. Esta es el 3º estadio neoclásico, un
estilo, que fue producto de las victorias militares, el que se
considera masculino (semi-austero, semi-decorado), se copia del
arte Romano y Egipcio. Presentaba columnas dóricas y
corintias, con capiteles y bases de bronce, las patas traseras se
curvan hacia afuera. Las ya conocidas hojas de acanto, se repiten
junto con helechos, palmetas, águilas imperiales romanas,
cisnes, temas decorativos ovales, etc. Se utilizaron coronas de
laureles, como en los templos griegos, pero se devaluó los
símbolos al utilizarlos en exceso. El laurel, será
la marca de fábrica del estilo Imperio (con su elemento
más destacado, la N inicial orlada en una guirnalda de
laurel, posiblemente lo más destacadamente prudente, en su
utilización).

El Estilo Imperio se desarrolla en la Francia
napoleónica como evolución del Estilo Directorio en
una dirección grandilocuente, fastuosa, de modo que la
decoración adquiere tintes militares y de
glorificación de la figura y la familia del Emperador,
considerado el Nuevo César. Se tenderá a usar el
repertorio decorativo clásico y motivos alegóricos
y heráldicos de los Bonaparte, como la "N" inicial de
Napoleón, el cisne o la abeja, y símbolos de las
victorias militares (cascos, trofeos, águilas, coronas de
laurel) y del mundo egipcio (esclavos, cabezas con tiaras,
tigres, leones, etc.), que se puso de moda tras la conquista de
Napoleón, así como todos los del mundo
clásico grecorromano: ánforas, coronas de laurel,
centauros, grecas, festones, guirnaldas, etc., a veces enmarcados
por filetes. La moda, establecida por un puñado de
artistas del régimen, como Charles Percier (1764-1838) y
Pierre-François-Leonard Fontaine (1762-1853) o la
dinastía de los Jacob, será abrazada no sólo
por los cortesanos de Napoleón sino que conquistará
toda Europa y sobrevivirá al propio Napoleón
durante los primeros años de la Restauración, cuyo
estilo se considera evolución del Estilo
Imperio.

Los muebles, que mantienen casi tosas las
características del Estilo Directorio, se hacen severos,
con formas sólidas, compactas y simétricas,
soliéndose colocar por parejas para destacar su
grandiosidad. Tienen aristas vivas y superficies lisas, aunque se
compensa la pesadez con la vistosa decoración, basada en
el uso profuso del ormoulu o bronce dorado en apliques de todo
tipo, esencialmente en las esquinas y los brazos de los muebles
de asiento, así como en los tiradores, generalmente en
forma de cabeza de león con una argolla pendiente de las
fauces. En este campo destaca la actividad de grandes orfebres y
broncistas como Pierre Philippe Thomire (1751-1893).

Aunque la talla en relieve desaparece, se recupera la
talla escultórica, que aparece en brazos y patas de
muebles de asiento y en frontales de cómodas,
aparadores, etc., en formas de atlantes (hermes),
cariátides, prótomos de leones o grifos,
águilas, etc. Los motivos ornamentales favoritos
serán los egipcios.

Se sustituyen las maderas claras del Directorio por las
oscuras, siendo la madera más usada inicialmente la caoba,
en forma generalmente de chapeados, aunque tras el Bloqueo
Continental se empiezan a utilizar otras. La comodidad se
sacrifica a la sobriedad y desaparecen los mullidos cojines y
acolchados aunque se gana en formas más novedosas,
esencialmente de tema egipcio.

Los principales ebanistas del Estilo Imperio son
prácticamente los mismos que los del Directorio, como los
Jacob (destacando la figura de Jacob Desmalter), aunque
aparecerán nuevos nombres, como Pierre Benoît
Marcion, la dinastías Lemarchand o Bellangé, etc.,
la mayoría de los cuales materializó proyectos de
Percier y Fontaine.

Las tipologías más importantes
son:

? Mesas. Se suelen hacer de tablero circular y de
soporte en forma de columna central inserta en un trípode,
en cuyo caso suelen tener tirantes formando un sólo
pedestal triángulo cóncavo y las patas en forma de
columna toscana o con motivos zoomorfos o egipcios, como leones o
esfinges. Entre los muebles trípodes destacan los lavabos
y la athénienne (a veces completamente de
bronce), un tipo de guéridon aparecido en una
obra homónima de David. Las mesas rectangulares
tenían a veces patas en forma de cariátide de
bronce.

? Camas. Los montantes tenían forma de columnas,
cariátides o pilares rematados por cabezas o jarrones, y
se solían hacer con el cabecero y el piecero a la misma
altura, y se adosaban a la pared por el lateral. Destacan los
canapés como el méridienne, que
se siguen fabricando, aunque con formas novedosas, como las que
tenían laterales asimétricos. O las que
tenían los brazos enrollados en forma de voluta, con forma
de góndola, de barco (en bateau), etc., con
doseles simulando tiendas de campaña.

? Muebles de asiento. Son cúbicos y rotundos, con
aristas vivas y acolchados no muy mullidos pero muy elegantes, a
veces en bandas bicolores. El respaldo suele rematarse en forma
rectangular, aunque a veces se sigue usando la forma de rollo.
Las patas delanteras tienen formas de cabezas de mujer en la
parte superior, garras en la base, etc., y ascienden hasta el
apoyabrazos, que suele ser mullido y adopta a veces formas
zoomorfas, como el cisne o la esfinge. Tanto sillas como sillones
o las causeuse (una especie de marquesa para
dos personas) las chaiseslongues (de dos piezas) suelen
tener respaldo curvo, llamado en góndola.
Reaparecerán las sillas arcaizantes, como las imitaciones
de las curules, o infinidad de taburetes en "X", como
los fabricados con patas en forma de sable. Deben mencionarse
también la chauffeuse (una silla baja de
chimenea), la chaise a l'officier (sin travesaños
en el apoyabrazos para permitir el asiento de oficiales con
espada) o el impresionante Trono de Napoleón
diseñado por Percier y Fontaine. Las sillas romanas en
forma de "X", se utilizaron mucho, con los representativos sables
de Napoleón, así como los taburetes-tambores
militares. Básicamente, los brazos de los sillones,
están soportados por las figuras de animales fabulosos,
que fue un tema recurrente. Las maderas, más utilizadas
fueron caoba, ébano y árboles frutales.

? Las consolas, cómodas,
armarios, escritorios y sifonieres son idénticos
al estilo anterior, con nuevos motivos de ornamentación.
Destacan apenas algunos muebles singulares, como algunos
pisapapeles o el mueble medallero diseñado por Jacob
Desmalter, en forma troncopiramidal.

? Destacan las innovaciones en las mesas de tocador o
toilettes, de tablero rectangular con apoyos laterales en "X" o
en lira, calados, y con un travesaño de unión. En
estos muebles es importante la disposición del espejo, ya
sea el psique (o psyché), que pivota
horizontalmente sobre un eje anclado a dos soportes laterales que
sirven también como base de lámparas, ya sea el
escondido tras un tablero abatible, en cuyo caso el conjunto se
llama boîte aux lettres. A veces aparecen
versiones portátiles de estos muebles, muy refinadas, como
el pequeño miroir portable, orientable y en forma
de escudo, sobre una pequeña base de madera con
cajoncito.

6.4 – El estilo Restauración en
Francia:

Tras las guerras napoleónicas, los borbones
fueron restaurados en el trono de Francia en la figura de Luis
XVIII (1814-1824), aunque, por motivos económicos (el
país se encontraba exhausto por el esfuerzo
bélico), apenas se hicieron aportes de mención en
el campo del mueble, de modo que el Estilo Imperio seguirá
vigente durante su mandato, aunque se mutilarán muchos
muebles para eliminar la simbología napoleónica
(abejas, cisnes, la "N", etc.). De hecho, el ebanista oficial de
Luis XVIII será Pierre Antoine Bellangé
(1758-1837), cuya formación se inserta plenamente en el
Imperio, pese a que al final de su trayectoria introduce motivos
renacentistas y goticistas.

Durante el reinado de su sucesor, Carlos X (1824-1830),
el estilo irá cambiando paulatinamente hasta el
advenimiento de Luis Felipe de Orleans tras la Revolución
de 1830, de manera que se podría hablar de un Estilo
Restauración que sería, en esencia, una
evolución muy lenta del Imperio.

Así, se volverán a usar las maderas claras
en detrimento de la caoba, los apliques de ormoulu se
sustituirán por incrustaciones de maderas oscuras y
motivos estilizados, al tiempo que las aristas de los muebles se
matarán en formas redondeadas.

Los muebles se hacen más pequeños en
dimensiones y aparato y los asientos vuelven a la comodidad de
los respaldos en góndola, al tiempo que regresa con fuerza
la moda del acolchado (en algunos casos, como el fauteuil
crapaud
, se tapiza todo el mueble por completo, con unas
características faldas).

Las sillas, más manejables, suelen presentar,
para facilitar su traslado, un rebaje (main de prise)
bajo el respaldo, que adopta las formas del periodo anterior y
algunas nuevas, como las barras cruzadas en aspa o un
travesaño horizontal transversal. Las patas suelen ser las
mismas que en el Imperio (traseras en sable, rectas, apuntadas,
etc.), aunque ahora también se usan los soportes
delanteros en forma de pata de rana, parecidas a las de
consola.

Las cómodas presentan a veces puertas
que esconden los cajones (comode à la anglaise),
se redondean las aristas y los adornos dorados se hacen
más discretos, siendo frecuente que sean sustituidos por
incrustaciones en maderas oscuras. En este periodo se desarrolla
mucho el chiffonière por influjo de la
tallboy inglesa.

6.5 – El Estilo Regency inglés:

En la Inglaterra de finales del siglo XVIII e inicios
del XIX se dará una evolución en el Neoclasicismo
en la misma dirección que en Francia, aunque en este caso
no será tanto por razones ideológicas y
propagandísticas del poder sino por la labor de un
dinámico círculo de intelectuales y artistas
enamorados de la cultura griega, que dotarán al mueble
inglés de un aspecto más severo y un gusto parecido
al estilo Imperio francés, dando lugar al llamado estilo
Regency, denominado así por tener lugar durante este
periodo la minoría de edad del futuro Jorge IV.

El Regency parte directamente, como evolución,
del estilo Adam, y se basa en una reinterpretación purista
de los motivos decorativos del arqueologismo de raíz
griega, romana y egipcia que realizaron algunos arquitectos y
entendidos (connoisseurs) como consecuencia de la
evolución de los estudios sobre la cultura griega y
romana, que delimitaron con más exactitud el arte de los
tiempos clásicos. Este rigor interpretativo dio lugar a un
mobiliario muy severo, de líneas rectas y maderas
pintadas, lacadas u oscuras con predominio de la taracea sobre la
talla y un aumento del uso de apliques de latón (muy
frecuentemente en forma de finos filetes), aunque al final del
periodo se dará un mobiliario con gran aparato
ornamental.

Los motivos decorativos son de origen
arqueológico, como grecas, palmetas, esfinges, urnas,
pilastras, liras, prótomos de león, motivos
encontrados en jarrones griegos, etc., que recuerdan mucho al
estilo Imperio francés, a los que hay que añadir
otros de origen oriental o gótico.

Se considera como el punto de partida del estilo a los
muebles diseñados por el arquitecto Henry Holland y a la
colección de diseños de George Smith, de 1808
(titulada Collection of designs for hausehold furniture
and interior decoration
), auténtica biblia
Regency. Sin embargo, la figura indiscutible será Thomas
Hope (1769-1831), acaudalado banquero cuya manía
arqueológica le llevó a diseñar muebles que
constituían a veces auténticas resurrecciones
(revivals) del mobiliario del pasado y otras interpretaciones muy
personales.

Los muebles de esta época suelen ser adaptaciones
de muebles de la antigüedad, como el klismos
griego, las sillas curules, o los tronos egipcios, y en el caso
de mobiliario diseñado inspirándose en los estilos
arqueológicos se hace de tal manera que no se mezclan
elementos de culturas distintas, como había pasado en el
caso de Adam. También hay que tener en cuenta que esta
pasión arqueológica y de atracción por las
culturas exóticas o arqueológicas trajo consigo
también la introducción de motivos de origen chino
(muy queridos por el rey Jorge IV) o gótico, estilo puesto
de moda por las novelas de Walter Scott. Era corriente que las
casas inglesas de clase alta tuvieran habitaciones ambientadas en
diversos estilos, pero nunca mezclados. Como curiosidad, se puso
también de moda un mobiliario con motivos marinos y
marineros, como la silla Trafalgar, con travesaños
simulando cuerdas retorcidas. A raíz de la victoria de
Nelson en la Batalla del Nilo, estos motivos se mezclaron con los
egipcios (esfinges, flores de loto, etc.), dando lugar a un
mobiliario tan grotesco como ciertas poltronas en forma de
cocodrilo.

Destacan las sillas y sillones de inspiración
griega, romana o egipcia, como la klismos, sillas
curules, tronos, taburetes en tijera, etc., así
como la reedición del kline griego, que se usaba
como cama o sofá en diversas versiones (algunas muy
parecidas a la chaise longue o a la
méridienne). Las camas suelen tener baldaquino
cubierto de ricas telas y se construyen tanto en madera como en
metal, destacando el modelo four posters, con cuatro
delgados y estilizados soportes en forma de columna.

Las consolas se hacen estrechas y rectangulares, muy
parecidas a sus contemporáneas francesas, y se sustituyen
muchas veces por aparadores, muebles en forma de puente
idénticos a los de Adam.

Se siguen elaborando multitud de mesas de juego y
mesitas con tableros deslizantes, como la union suitte
(un pequeño mueble de alcoba con un tablero abatible y, a
veces, uno deslizante) y sigue la tradición de mesas con
tablero circular con soporte central trípode y tablero que
se podía montar para constituir una pantalla de chimenea.
La innovación más importante es la
adaptación de la mesa auxiliar griega usada ahora de
múltiples formas, las llamadas occasional tables,
a veces en conjuntos de tres o más que se deslizan sobre
ruedecillas unas debajo de otras, o como mesa de sofá
(sopha table). La pembroke table es parecida a
éstas, pero con dos tableros abatibles
laterales.

Es destacable también la proliferación de
librerías (bookcase), formadas por un cuerpo
inferior saliente cerrado y uno superior, con estantes, abierto o
acristalado.

6.6 – El estilo Art Nouveau en
Francia:

El Art Nouveau (1890-1914) fue un estilo, que
prevaleció hasta entrada la I Guerra Mundial en Francia y
Bélgica, representó la vertiente más
naturalista. Su leit-motiv fue la organicidad asimétrica,
intentó expresar lo nuevo, en un lenguaje de lo viejo. No
agregó una decoración superficial (sino que esta
decoración estaba fusionada en la estructura misma de las
producciones). Las tan afamadas flores decorativas, fueron
tomadas de La Comunidad del Siglo. Con artistas, decoradores,
diseñadores como: Gaillard y Henry Van de Velde, cuyo
lenguaje simétrico-naturalista (fluido) fue similar a la
versión española del Modernismo.

El Modernismo (1890-1905) fue la denominación del
Art Nouveau en su versión española.

El Glasgow Style fue el Art Nouveau de Escocia,
también como Los cuatro Mac"s de Escocia. Fue de un
lenguaje simétrico-funcional, esto quiere decir que
desarrolló una composición más
geométrica; asimismo representó la fase de
transición a un Art Nouveau rectilíneo (de una
fluidez simétrica, con curvas geométricas tal cual
las rejillas ovales de Mackintosh lo demuestran).

Jugendstil (1895-1910) fue el Art Nouveau típico
de Alemania, fue un estilo de transición al funcionalismo.
Representó el ideal burgués de una cultura
refinada, y del neve schlichkeit (nueva objetividad). Fue un arte
para mecenas privados y artistas (el artist-designer, es su
modelo típico), este privilegio de la aristocracia y
nobleza, estilo refinado de una elite, que se legitima
económicamente encontró diseñadores de la
talla de Peter Behrens y Riemerschmid. Ya el Deutsche
Werkstätte (Talleres Artesanales) habían tenido
origen en Alemania, pero con el Deutsche Werkbund
(Asociación Artesanal Alemana) de 1907 hasta 1932 que vino
a representar el Racionalismo en la Forma (en contra del
Racionalismo en los Procesos Norteamericano); no significaba la
falta de los adornos, sino su uso racional. El Werkbund,
quería forjar una unidad artista-artesano-industria, para
elevar las cualidades funcionales y estéticas de la
producción en masa (algo así como las mejores
fuerzas del arte y la industria con la calidad del trabajo
artesanal). La simplicidad y exactitud como demanda funcional de
la eficiencia de la industria vino a conformarse así en
esta institución supraestructural, una opinión
leader o directora de la opinión pública (agrupando
principios tradicionales (artesanales) y de vanguardia (arte) y
una conciencia elitista y mesiánica. El diseño
Alemán no conquistó el mercado mundial, pero se
comprometió teóricamente. Conformaron la
ideología del Werkbund: el espíritu
lucrativo-burgués, más la
estética-mesiánica y las aspiraciones culturales;
alrededor de 1914, adquirirá un carácter
internacional al unirse arte y técnica (época del
afamado debate entre Henry Van de Velde y Muthesius). El Werkbund
se materializó en el Estilo Internacional, el cual estaba
alrededor de 1914 logrado.

Sezessionsstil fue el separatismo vienes, típico
de Viena y Austria (fue el vínculo del Art Nouveau con el
Racionalismo), poniendo énfasis en la construcción
matemática -con una geometría bidimensional que
anticipa al cubismo; tan bien interpretado en Josef Hoffman
("ángulo recto" Hoffman), quién fundó en
1903 el Wiener Werkstätte (Talleres de Viena)
continuación espiritual del trabajo de Morris. El
Sezessionsstil, demandó una simplicidad funcional sin
decoración (fue más geométrico que el
Jugendstil).

6.7 – El estilo Art Decó:

El Art Decó (1918-1939) fue un estilo
geométrico, popular de la década del "20, donde se
mezclaron el De Stijl, el Constructivismo, el Cubismo, el
Suprematismo, inspirados con la cultura egipcia (puesta de moda
por el descubrimiento de la tumba de Tutankamon), todo lo cual
sumado a los elementos geométricos de las culturas
mesoamericanas: Mayas, Aztecas, Incaicas y la Corriente
Funcionalista que sacudía al Movimiento Internacional.
Muchos autores suelen identificar este período con lo que
denominan Art-Deco; un período que: "expresó el
deseo de interpretar la era Moderna de las máquinas con la
decoración"
(lo que a mi entender fue el primer
diseño que nos aproxima a una Posmodernidad en su exotismo
por el pasado). Las líneas rectas se materializaron en el
zig-zag de los motivos indígenas, de las pirámides
aztecas, etc. Todo cuya geometría, encastraba como un
rompecabezas con la geometría del funcionalismo del
Movimiento Internacional que corría por aquellas
épocas y del espíritu de lugares exóticos,
del lejano Arden Indio y de otras culturas (así serpientes
se conjugan en un mundo onírico de decoración
exuberante donde existe un lugar para el romanticismo
añorado de otras culturas tradicionales, del
pasado).

El mueble de
estética burguesa – moderna (1892-1959)

7 – El MUEBLE AUTENTICAMENTE MODERNO:

7.1 – El Movimiento Moderno en el diseño de
muebles:

Sabemos que la Modernidad fue un proyecto
filosófico, ideológico y político global que
no se había alcanzado hasta el siglo XVIII. Con el
Iluminismo, nace el ideario común de arribar a la
felicidad y libertad humana a partir del proyecto (basado en el
dominio de la naturaleza a través de la razón. Esta
razón centrada en el sujeto que se pretende centro del
mundo). La creación se valdrá de la racionalidad
aplicada a la ciencia y técnica, para concretar su
proyecto de dominio. La historia cuyo movimiento sería
entendido siempre como evolución hacia estadios mejores y
superiores; la universalidad de la razón por sobre las
singularidades culturales de los pueblos (por medio de la
producción industrial) cambió radicalmente la
epistemología productiva. Recordemos que el Movimiento
Moderno, como manifestación de la Modernidad
(filosófica, ideológica y política),
explotó con la Revolución Industrial que como medio
físico (tecnológico) que posibilitó la
materialización desde esta forma de pensar el mundo y la
vida; cuyo intenso espíritu del puritanismo había
penetrado y daba a la sociedad inglesa de la clase media la
fuerza moral para llevar a cabo el vasto trabajo material de la
Revolución Industrial.

El recorte efectuado por la Modernidad a lo
romántico, místico-religioso, expresionista vino a
conformar el recorte efectuado al espíritu Movimiento
Romántico de 1800 de Alemania, Francia e Inglaterra.

El Movimiento Moderno o Estilo Internacional, con su
estética-mecanicista (que nos hace pensar en Frank Lloyd
Wright y su espírtu austero-funcionalista) fue el
desarrollo de un discurso de dominación-normativa
(razón-instrumental), con una
justificación-discursiva (que se legitimó
culturalmente en una estética de las vanguardias y en un
discurso técnico basado en el racionalismo
científico), su método analítico-cartesiano
(división en partes) y su justificación
morfológica ascética (formas puras desprovistas de
ornamento), su ética puritana (moral protestante de lo
correcto, asociado al trabajo y nunca al ocio, que generó
una estética de la limpieza formal, producto de una moral
de la pureza del cuerpo). En la austeridad de las formas
poseía la siguiente ideología
implícita:

? Socrática (hiper-funcionalistas, donde belleza
= utilidad).

? Platónica (morfología basada en un ideal
de la forma geométrica).

? Newtoniana (mecánica).

? Cartesiana (racionalista).

? Universalista (anti-regionalista).

? Anti-histórica (negadoras del
pasado).

? Tecnológicamente científica
(fisico-matemáticas).

? Mesiánica (salvadora del proyecto de la
humanidad).

? Democrática (para toda la sociedad).

Podemos jugar con la idea del Purismo, aportada por Le
Corbusier, diciendo: "…la silla, como máquina para
sentarse…".

Podemos decir que el espíritu de las vanguardias
(purismo entre otras como el cubismo, futurismo, dadaísmo,
suprematismo y constructivismo) teñidas de cierto
socialismo-democrático (como el Constructivismo y el
Dadaísmo que era anti-burgués), implica un ir en
contra del orden social impuesto por la realidad desde afuera;
ahora con las vanguardias existía un acrecentamiento del
caos propio (impuesto desde adentro, desde la mente y su
estructura de pensamiento abstracto); asimismo con bases
objetivas (científicas) y con una tradición
filosófica idealista que arraigó en una realidad
más allá del mundo exterior.

Al reordenar la representación con el criterio de
la máquina, debido a la pasión por la era de las
máquinas presente en aquellas épocas; con sus
intenciones de destruir el culto al pasado (es decir: rechazando
toda tradición). Esta estética mecánica
generada así, totalmente carente de ornamentos, austera y
con acentuación del valor de uso, se convertiría en
un estilo funcional (de construcciones abstractas que
ordenó la estética bajo criterios
matemáticos y depuró las formas en una
abstracción geométrica total. Así la
estética mecanicista (término acuñado por
Theo Van Doesburg) celebraba el control racional del proceso
creativo en un estilo de formas básicas y colores puros,
que la conocida Bauhaus, utilizaría. Que no fue esto sino
la manifestación del culto a la razón abstracta, y
al orden matemático del universo de las producciones
materiales (los objetos).

7.2 – Fase técnica-formal-expresionista
Bauhaus:

La Bauhaus (1919-1928) correspondió esta fase a
la Era Gropius, como director de la Bauhaus en Weimar, desde:
1919 hasta 1924 y como 1º Director de la Bauhaus en Dessau
desde: 1925 hasta 1928.

En este período
técnico-formal-expresionista, se produjo la famosa silla
Rietveld Red and Blue (donde se atendió
más la función estética). Debemos considerar
que G. Rietveld, aplicó la teoría
artístico-productiva (síntesis estética, se
acerca a la máquina, en su sentido estético
más que práctico) a sus diseños y en 1918,
inspirado en la estética De Stijl, produce el
"sillón roji-azul" (inspirado en las pinturas de Mondrian,
donde las líneas ortogonales se entrecruzaban, valga la
redundancia como una cruz). Si bien la sencillez estructural
acercaba la posibilidad de una producción en serie, la
roji-azul permaneció como un objeto exclusivo (casi de
culto); no se fabricó en serie. Así la
estética-purista del movimiento Neoplástico, por su
reducción a colores y formas puras geométricas, fue
un manifiesto ideológico.

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