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El Central Francisco y sus colonias. Cuba



  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Materiales y métodos
  4. Desarrollo
  5. Conclusiones
  6. Bibliografía

Resumen

El siguiente trabajo parte de un análisis de la
historia de la industria azucarera, fundamentalmente la
desarrollada en la zona oriental y específicamente en la
región de Camagüey. Antiguamente la parte más
al sur pertenecía a la provincia camagüeyana. En la
zona que ocupaba el central Francisco y sus colonias
aledañas se asentó un gran número de
personas las que posteriormente constituirían lo que hoy
ocupa al municipio Amancio. Esta investigación tiene como
objetivo fundamental demostrar, a través de un estudio
desde un enfoque histórico social, el devenir
histórico que hubo a raíz del surgiendo del central
Francisco y sus colonias en Amancio. Este será continuado
más adelante, ya que inicialmente se ha hecho un estudio
de lo que comenzó siendo el central Francisco y sus
colonias, además de la importancia que tiene conocer esto
para el desarrollo de la región.

Para citar este artículo puede utilizar el
siguiente formato: Infante Mesa, Y.C.: El central
Francisco y sus colonias,
en Contribuciones a las Ciencias
Sociales, mayo 2011, www.eumed.net/rev/cccss/12/

Introducción

Este trabajo aborda el caso particular del Central
Francisco, como un ejemplo del fenómeno de
penetración, demostrando la incidencia de la industria
azucarera en la conformación de redes, espacios urbanos y
la influencia del medio ambiente.

Los monopolios norteamericanos aprovechando el resultado
de la primera guerra imperialista, caen con sus garras sobre los
recursos económicos de Cuba. Los decretos emitidos por el
gobierno de ocupación norteamericana priorizan estos
apetitos monopolistas y se inicia una gran inversión de
capital en toda rama de nuestra economía.

El desarrollo azucarero de nuestro municipio fue el
fruto de esa apetencia imperial, que unido al desarrollo
industrial de esa forma fueron creando condiciones para el
nacimiento del centro urbano diferente y los asentamientos en la
zona rural, así como la población del poblado
costero de Guayabal. Como parte del desarrollo de la historia del
país se producen acontecimientos de lucha popular en
contra de la explotación a que eran sometidos los
campesinos y obreros de la zona.

Es destacable la importancia que va a experimentar el
fomento de la gran industria azucarera en la formación de
la región histórica analizaremos, al permitir la
creación de nuevos lazos de carácter
económico y social.

Este trabajo aborda las diferentes etapas del desarrollo
de esta industria en el municipio Amancio Rodríguez y
cómo esta es la clave del desarrollo socioeconómico
de nuestro municipio.

Nuestra industria azucarera encierra una historia de
sufrimiento, porque fue un instrumento de progreso, pero
también un instrumento de explotación fue fuente
principal de los ingresos del país a lo largo de la
historia republicana y también fuente principal de las
injusticias contra nuestro país.

La penetración norteamericana en la zona centro
oriental estuvo muy vinculada en la industria azucarera,
favorecido entre otras causas por la depreciación de la
tierra una vez concluida la guerra del 95, que dejó
desbastados los campos y agotadas las posibilidades del empleo
que allí existían, con lo que cualquier nueva
empresa que se acometiera podía resultar más
barata, no solo por la inversión que en ella se hiciera,
sino también por la posibilidad de emplear la mano de obra
existente pagándole muy bajo salario.

Existían algunas características en la
región que propiciaría el desarrollo de la
industria azucarera. La presencia de un terreno predominante
llano susceptible de ser cubierto por extensos
cañaverales. La fertilidad de esas tierras anteriormente
poco empleadas en la agricultura, la cercanía al mar por
donde embarcar el azúcar. Todo lo cual fue muy tenido en
cuenta por los norteamericanos.

La zona sur de Camagüey fue uno de los espacios
escogidos por los norteamericanos para desarrollar sus intereses
y fomentar con esto la producción azucarera,
acontecimiento que trajo aparejado cambios en la vida
económica, social y fundamentalmente en las estructuras y
distribución territorial de la
población.

Materiales y
métodos

Para la siguiente investigación fue necesaria la
utilización de diferentes materiales y métodos
fundamentales para llevar a cabo la misma. Los utilizados en la
investigación están basados en el siguiente marco
teórico metodológico:

Problema científico: ¿Qué demuestra
el devenir histórico que hubo a raíz del surgiendo
del central Francisco y sus colonias en Amancio?

Objeto: La industria azucarera cubana a partir
del siglo XX.

Campo: El antiguo central Francisco y sus
colonias.

Hipótesis: Con un estudio presentado desde
un enfoque histórico social se demuestra el devenir
histórico que hubo a raíz del surgiendo del central
Francisco y sus colonias en Amancio.

Objetivo: Demostrar, a través de un
estudio desde un enfoque histórico social, el devenir
histórico que hubo a raíz del surgiendo del central
Francisco y sus colonias en Amancio.

Los métodos utilizados en la investigación
fueron:

El histórico lógico: expresa el
movimiento del pensamiento del devenir histórico de un
proceso a sus momentos cumbres y mas representativos y el estudio
del proceso histórico de los hechos, fenómenos y
acontecimientos en sus múltiples interrelaciones. Con este
se hizo un estudio de la trayectoria histórica y real del
surgimiento del Central Francisco y la creación de sus
colonias en su etapa inicial. Además de ver el desarrollo
de la industria azucarera en este territorio.

Se trabajó además con el método
análisis síntesis para ver las partes del todo, en
este caso el desarrollo de la industria azucarera en el
territorio y realizar entonces la combinación de estas
partes y descubrir la relación entre este desarrollo y el
surgimiento del central Francisco y sus colonias.

Se utilizó el método inducción
deducción. La inducción consiste en ir de los casos
particulares a la generalización y la deducción, en
ir de lo general a lo particular. El proceso deductivo no es
suficiente por sí mismo para explicar el conocimiento. Es
útil principalmente para la lógica y las
matemáticas, donde los conocimientos de las ciencias
pueden aceptarse como verdaderos por definición. Algo
similar ocurre con la inducción, que solamente puede
utilizarse cuando a partir de la validez del enunciado particular
se puede demostrar el valor de verdad del enunciado general. La
combinación de ambos métodos significa la
aplicación de la deducción en la elaboración
de hipótesis, y la aplicación de la
inducción en los hallazgos. Inducción y
deducción tienen mayor objetividad cuando son consideradas
como probabilísticas.

Los métodos empíricos utilizados fueron:
observación, encuesta, entrevista.

La observación es una de las principales
vías para la obtención de nuevos conocimientos.
Esta permitió conocer que la mayoría de las
personas, jóvenes o no del municipio, desconocen total o
parcialmente, la historia de este central y el surgimiento de las
colonias que lo rodean.

La entrevista nos permitió conocer de personas
que vivieron en los primeros años del surgimiento del
central y cómo se desarrollo la industria azucarera en
este municipio. Además se entrevistaron personalidades
como el historiador del municipio quien nos dio mucha
información y el estado actual en que se encuentra el
conocimiento acerca de este territorio por parte de las personas
que viven aquí.

La encuesta no permitió conocer más a
fondo el estado actual ya que las persona se abrieron más
a la hora de dar respuestas a preguntas tales como: cuándo
comenzó a moler este central, quién fue
dueño, cuántas colonias surgieron y di el nombre de
algunas de ellas, entre otros aspectos de
interés.

Desarrollo

Mientras se cerraba el período bélico de
1895-1898 en Cuba la administración norteamericana
continuaba estructurando su programa para desarrollar una nueva
etapa expansionista buscando soluciones que garantizaran la
penetración de sus capitales en distintas regiones de la
Isla. Por lo que durante los últimos años del siglo
XIX y los primeros de la República Neocolonial, las
principales inversiones directas de los norteamericanos se
realizaron en la industria azucarera.

Es este el punto de partida para la construcción
de centrales, algunos de ellos gigantescos para su época,
particularmente en Camagüey y Oriente. En estas provincias,
los efectos de la guerra habían creado las condiciones
propicias, por el estado de abandono en que se encontraban,
posibilitando que los capitales norteamericanos pudieran
apropiarse de enormes extensiones de tierra que
provocarían de cierto modo controversias y disputas con
distintos colonos que se dedicarían en un principio al
cultivo de la caña.

El territorio de lo que hoy es el municipio de Amancio,
en aquel entonces pertenecía a la provincia de
Camagüey, no quedó ajeno ala penetración del
capital norteamericano que usurpó y propició
conflictos con los colonos.

Esta historia comienza cuando a fines del siglo XIX,
específicamente en 1890 Salvador Cisneros Betancourt le
vende a la familia Rionda y Polledo, empresarios azucareros de
Hato Viejo, colindante con la finca Sevilla la vieja al norte,
Con el Mar Caribe al sur, con la finca Yáquimo al oeste y
con la fina Buenaventura al este, que sus dueños
serían los primeros en establecer demandas contra la
compañía The Francisco Sugar Company por el robo y
la no aplicación correcta de los deslindes o
límites que tenían cada finca unas con
otras.

Todo el litigio entre Tomás Fortunez y la Co.
Francisco Sugar se agudizaron a partir del año 1905,
cuando dicha compañía empieza a usurpar terrenos
colindantes al lugar donde se había construido el central
(Hato Viejo). Sin embargo existen pruebas irrefutables que
atestiguan la reciprocidad de los límites de las haciendas
de Buenaventura y Hato Viejo que data de 1890 cuando los
dueños de ambas haciendas se reunieron en Camagüey
para fijar de una manera definitiva los límites de ambas
haciendas. A pesar de conocer los documentos legales sobre los
límites o deslindes de la Finca Buenaventura no cesaron su
empeño de arrebatarles a los Fortunez sus tierras. Tal
situación se produjo cuando un miembro de la familia
Fortunez fue a ver al señor Higinio para cerrar el asunto
del deslinde en $5000.00; pero el señor Higinio no quiso
cerrarlo sin antes consultarlo con Manuel Rionda que desde los
Estados Unidos está guiando el proceso.

Podemos señalar que a toda costa los empresarios
de la compañía Francisco Sugar estaban dispuestos a
arrebatarles a los Fortunez las tierras y los beneficios que se
extraen de ellas. Los Fortunez conociendo que tenían armas
lo suficientemente legales no dejaron que el caso se quedara en
manos de la compañía, ya que esta utilizó
documentos y planos que habían sido elaborados en
beneficios propios. A pesar de ello Tomás Fortunez alude
que no estaba con la línea dividente entre Hato Viejo y
Buenaventura que mostraban en tales documentos y que su padre
nunca estuvo de acuerdo con tales argumentos. Teniendo los
Fortunez en sus manos todos los datos suficientes sobre el caso,
justifica la inconformidad de cómo se maneja el
asunto.

Los empresarios de la compañía no
conformes con los argumentos de los Fortunez utilizan como
mecanismo para apropiarse de las tierras de estos de cualquier
forma y dedicarlo al cultivo de la caña, a través
del arrendamiento que sería un total de 304
caballerías de tierras y que las mismas se pagarían
sólo por las tierras plantadas de caña.

En 1902 se echaron a andar los molinos por primera vez.
La mano de obra empleada vino de Haití, Jamaica y de
regiones próximas como Trinidad y Manzanillo.
También se contaron libaneses, gallegos y chinos. Los
inmigrantes trajeron, junto con las ganas de hacer dinero a
montones, costumbres y tradiciones que quedaron fundidas en una
rica transculturación.

Para el trabajo de la industria y en el corte se
necesitaba abundante mano de obra, esta era escasa en las zonas
aledañas al ingenio, por lo que fue necesario a inicios
del siglo XX la utilización de manos de obra emigrante,
instándose en lugares cercanos la central, entre ellos se
encontraban personas precedentes de la antigua provincia de
Oriente, de Manzanillo, de Pilón, Niquero, Camagüey y
las Villas, en especial de Trinidad, contribuyendo a la
formación de los asentamientos poblacionales y los bateyes
en la colonia del central.

Estas colonias se dedicaban al cultivo, corte y
suministro de caña al central entre ellos tenemos : Los
Ciegos, La Lomita, La América, Las Marías, Sitio
Viejo, La Aurora, El Manguito, Charco Piedra, Sevilla, El Uno, La
Fe, Las 27, Ana Luisa, en total 59 colonias.

Dentro de estas colonias se establecieron los
inmigrantes como fuerza de trabajo. Los antillanos procedentes
fundamentalmente de Haití y Jamaica se contaron un
número mayor y de otras islas del Caribe de habla inglesa.
La gran mayoría arribó a Cuba durante la segunda
década del siglo XX, específicamente entre 1913 y
1920, estos braseros venían en busca de mejores
condiciones de trabajo y de vida, siendo aprovechados por los
dueños del Francisco que adquirieron sustanciales
ganancias.

Las colonias cañeras aportaban más del 50%
de la cuota de materia prima para el central,
posibilitándole introducir mejores variedades de
caña para lograr el rendimiento. Dentro de las
introducidas se encontraban la caña criolla, la
Mayagüez, la colchón de paja serpentina y dura, la
cristalina, la medialuna, la paj-2878 y la co-290.

El corte y el alza en los campos se realizaba a mano,
posteriormente los bultos se trasladaban a los cañaverales
a las grúas mecánicas a través de carretas
tiradas por bueyes, luego se transportaban hasta el central
mediante los carros de acero. Para el cultivo de la caña
en las colonias se empleaba el azadón como medio
fundamental, el arado tirado por bueyes y en menor medida los
tractores Diesel Cietrocm, con arado de tres discos y gradas de
26 discos, al igual que los tractores I.H.C con arados
Camagüey-Especial.

Las extensas jornadas laborales, apoyadas en los
bajísimos salarios que oscilan entre 0.20centavos y $4.00
en correspondencia con la labor que se desempeñara, los
jornales y salarios eran pagados en vales y ficha que
sustituían la moneda oficial en las colonias.

Con la danza de los millones las colonias fueron
creciendo progresivamente hasta llegar a 39 en el año de
1916La empresa llegó a poseer ganancias de hasta 38
millones de pesos. Contando con más de 743 colonos, los
cuales estaban agrupados en tres grupos: aquellos que sembraban
cañas en tierra propia (A); los que sembraban en terreno
de la Compañía (B) y los arrendatarios de otras
personas o de una sucesión determinada (C). Tal
clasificación era hecha a los efectos de la ley de la
liquidación de las cañas que se realizaba al final
de cada zafra y en la siguiente forma: a los colonos agrupados en
vales eran pagadas las cañas en base de 6 arrobas de
azúcar por cada cien de cada entregada al central y por
igual cantidad aportada al ingenio; los clasificados en B y C
recibían el pago de estas sobre 5 y media arroba de
azúcar solamente.

Durante la colonia se establecieron importantes nexos
con otras regiones que venían a proveerse tales como el
pescado, los que se mantuvieron también durante este nuevo
siglo, pero ahora dados, fundamentalmente por el movimiento de
personas de empleos, así como por las necesidades de mano
de obra para el azúcar y las conexiones que propiciaba el
ferrocarril, las condiciones particulares del Francisco
caracterizada por una gran escala y para el transporte por
ferrocarril.

Ante la favorable coyuntura creada por la necesidad de
la fuerza de trabajo muchos obreros de Manzanillo, Media Luna, el
Oriente del país, Camagüey y Trinidad emigraron y se
establecieron en el territorio, muchos de ellos definitivamente
para formar nuevos asentamientos cañeros.

A través del puerto se establecieron
vínculos e intercambios a diferentes escalas, lo que se
evidenció en los intercambios comerciales de productos
como carne, cuero, miel, cera y otros, aunque es el azúcar
el producto de mayor demanda por ejemplo, Guáimaro se
abastecía de carne en grandes cantidades para cumplimentar
las demandas de la población.

Los cambios en la infraestructura le dan una
significativa importancia, que lo hace en todos los
órdenes llegando a igualarse a Santa Cruz del Sur y tener
una población considerable si la comparamos con otras
regiones de la misma provincia de Camagüey.

Uno de los grupos monopolistas que en el período
de ocupación norteamericana se introdujo del país
fue el de la familia Rionda. Estos deciden construir en la zona
sureste de la provincia de Camagüey el coloso azucarero
Francisco, se selecciona para su ubicación el área
del fondo de la finca ¨Hato Viejo¨ a 16 Km. de
Guayabal.

Fue escogido este lugar por ser una zona despoblada,
llana, formada por cientos de caballerías de monte firme y
suelos muy fértiles. Su construcción comenzó
a finales de 1899, siendo sus propietarios los hermanos Manuel y
Francisco Rionda y rigió como copropietario un
norteamericano. Esto fue financiado por la compañía
Francisco Sugar Company, perteneciendo al grupo monopolista
Czarnikov Rionda, siendo principalmente norteamericano los
capitales invertidos en los primeros años de su
construcción y funcionamiento. La fuerza de trabajo
fundamental proviene de las provincias de Las Villas y Oriente.
Entre 1903-1920 se incorpora una gran cantidad de braceros
antillanos: haitianos, jamaicanos y de otras islas de habla
inglesa del Caribe.

En su estructura organizativa el poder de
decisión lo tenía el administrador, representante
de la compañía en Nueva York o de la Sucursales La
Habana. Siempre de nacionalidad norteamericana y que por lo
general decidía sobre las cuestiones propias del poblado.
Influía directamente sobre tal guardia rural, los
órganos de justicia y el resto de las autoridades
políticas.

Existía un segundo que no era necesariamente
norteamericano que dirigía la actividad burocrática
de la empresa y llevaba a efecto las disposiciones del
administrador. A continuación se encontraba una serie de
funcionarios que representaban como responsable de los diferentes
departamentos o áreas y respondían por estos ante
el administrador. Los jefes de áreas recibían
buenos salarios y eran personas con calificación escogida
por el administrador.

El Francisco presentaba una plantilla aproximada de 1156
trabajadores contratados por la compañía. Esta
cifra podía variar de acuerdo a la zafra y a las
necesidades del central, la totalidad de los obreros eran
hombres, para las mujeres estaba prohibido el trabajo en el mismo
y solo 10 de ellas eran contratadas para trabajar como
cocineras.

La escolaridad era muy baja entre los trabajadores por
lo general. Los obreros entraban como aprendices y en la medida
que realizaban las tareas diarias adquirían el
conocimiento práctico sin una base teórica. Los
obreros agrícolas eran analfabetos o semianalfabetos y
laboraban en un conjunto de colonias en tierras pertenecientes a
la compañía o en otras de campesinos ricos que se
fueron formando a medida que se iba incrementando la capacidad de
producción del nuevo ingenio.

Las zafras duraban de 50 a 60 días y la jornada
laboral en el central era de 12 horas diarias en dos turnos de
trabajo; los obreros agrícolas trabajaban generalmente de
12 a 16 horas en las tareas de corte y transportación. En
la década de 1930, después del llamado Gobierno de
los Cien Días, se estableció la jornada laboral de
8 horas, implantándose en el central tres turnos de 600
trabajadores aproximadamente. Esta disposición, resultado
de la lucha obrera, fue violada en reiteradas ocasiones. Esta
organización se mantenía solo el tiempo de zafra ya
que le llamado ª Tiempo Muerto ª la plantilla se
reducía quedando solamente los encargados de efectuar
reparaciones. Antes de la edificación del central se
había construido un muelle en el puerto de Guayabal con
una línea férrea que los comunicaba. Por ahí
entró la mano de obra que laboró en el montaje de
los grandes equipos y maquinarias llegadas del
extranjero.

El central comenzó a funcionar el 10 de diciembre
de 1902. La materia prima procedía de las diferentes
colonias. El 55% de los colonos se encontraban en las tierras de
la compañía y un 45% de los colonos en tierras
propias o arrendadas. La caña que llegaba al batey era un
76% por ferrocarril y el resto por camiones y carretas. Los
obreros agrícolas en las colonias recibían un pago
miserable y por lo general lo realizaban en fichas o vales, con
los cuales los colonos obligaban al obrero a adquirir las
mercancías al precio que el propio colono fijaba en la
bodega.

En el central, a los estibadores, se les pagaba por la
jornada de 12 horas ($203.00), a los carretilleros mucho menos
($2.00 o menos) y en los demás departamentos del central
los salarios eran dos o tres veces inferiores. La mayoría
de los trabajadores dependían de la producción de
azúcar con tres o cuatro meses a lo sumo de trabajo por lo
que dependían del crédito empleador de la
compañía azucarera y los garroteros.

La producción principal del coloso era la
azúcar cruda, aunque se debe destacar las varias
líneas de producción secundarias derivadas de la
caña de azúcar. Contaba con una destilería
cuya capacidad de producción diaria era de 16 mil galones
de alcohol absoluto, una fábrica de levadura que trabajaba
en conjunto con la destilería para producir alimentos
destinados al ganado y aves, además de la
producción de mieles invertidas de alta calidad. En la
década de 1950 se construye la fábrica Primadera
para fabricar madera artificial o cartón de
bagazo.

El proceso inversionista en la industria azucarera
propicia el desarrollo de diferentes asentamientos en el batey
del central, el muelle de Guayabal y las colonias cañeras.
Ya en 1915, mediante el decreto presidencial se legalizaban las
plantas eléctricas para uso exclusivo del alumbrado y
otras aplicaciones de los bateyes y de la finca.

Se produce un proceso de construcción
principalmente en el batey del central como la escuela primaria
(hoy Enrique José Varona), el correo, la librería,
la barbería, las casas antiguas de las calles A y B, otras
construcciones de mampostería de las calles D y E de la
avenida de Los Cocos. La Iglesia, el cuartel de la guardia rural
(actual ESBU Cap. San Luis). Alrededor del batey del central se
desarrollaron varios asentamientos como: Los Mangos, La Aurora,
las Estancias, en los mismos vivían la mayoría de
los trabajadores del central.

Inspirados en los reclamos de la clase obrera que
sacudieron a Cuba en la primera mitad del siglo pasado, los
pobladores de aquella región no permanecieron impasibles.
Hacia 1917, los trabajadores del "Francisco" se suman a la huelga
de los azucareros de Camagüey, unidos ya a los
villareños, para exigir una jornada laboral de ocho horas
y aumento de salarios.

Durante el período de la neocolonia la zona del
Francisco y sus colonias fueron escenario de las luchas
sindicales y campesinas contra la explotación imperialista
destacándose en esta etapa la labor de los mártires
Amancio Rodríguez Herrero Y José Oviedo
Chacón, el desalojo de Las Maboas y el paso de las
Columnas invasoras de Camilo y Che.

Conclusiones

Con esta investigación se pudo constatar que la
compañía Francisco Sugar Company se instaló
en la zona y desde entonces comenzó a expandir sus
fronteras territoriales utilizando todo tipo de medios, como la
compra.

Todo esto posibilitó inconformidad y desconfianza
por parte de los colonos que se asentaron alrededor del central.
Estas inconformidades desembocaron en litigios judiciales que
tenían como fin de defender intereses personales y por
parte de la compañía aumentar el volumen de tierra
para el cultivo de la caña y que todos los terrenos fueran
propiedad de una sola persona: la empresa monopolista azucarera
para establecer una cuenta fija de pago sobre el suministro de
caña al central.

El territorio analizado presenta peculiaridades propias
que le permiten la dominación norteamericana a la
región iniciada a finales del siglo XIX con las
inversiones en la rama azucarera, lo que traerá aparejado
cambios en la vida económica y social fundamentalmente en
la estructura y distribución territorial de la
población a raíz del desarrollo de la
economía azucarera.

Dentro de los factores de gran influencia en las
transformaciones operadas se encuentran la introducción
del ferrocarril y la creación de toda infraestructura
económica a través de la cual se estructura la vida
de las colonias cañeras la cual influye en el crecimiento
de la población.

La economía descansa en la agricultura
cañera que a través del gran latifundio
cañero tiene a su cargo la explotación de gran
cantidad de caballerías de tierra aprovechando las
posibilidades del suelo. Esto a su vez trajo consecuencias
negativas para el medio ambiente al ser eliminados una gran
cantidad de bosques para su cultivo.

El desarrollo de las comunicaciones permitió un
amplio intercambio a diferentes escalas territoriales, siendo la
más importante la que se establece por el movimiento de
personas en busca de empleo, que con el ferrocarril y las
carreteras, se dinamizan.

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Autor:

Yamilka del Carmen Infante Mesa

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