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El complejo Edi-Po (Cuento)

    Nada no es más que Adán
    invertido…

    Reviértelo y verás
    Camino, Verdad y Vida

    Un día soñé que era Edi-Po antes de
    ser Rey de Tebas y a consecuencia, me encontraba ante la
    aterradora esfinge de los enigmas devoradores de los
    héroes que se habían atrevido a
    enfrentarla.

    Heme allí, visiblemente cansado a causa de las
    luchas sostenidas con mis propios demonios del aire, azotado por
    el odio antinatural a La Vida Que Es Dios a través de
    todas las experiencias vitales creadas y evolutivas Hijas e Hijos
    de Dios, y a defecto, me puse en manos de supuestos
    Magos evocando e invocando contra mí
    físico-antrales tiphones, del tipo semejante al monstruo
    del lago Ness, buscando azotar las tierras de mi centro
    energético cantor pineal y coordinado sistema
    razonable.

    Debido a ello, me vi por las calles desoladas hable, que
    hable puras porquerías a las muñecas del centro
    agarradas a mis tobillos, sufriendo de irrazonables y
    sadomasoquistas locuras matricidas odios lanzados contra mi madre
    carnal. Solo pude vencer dicha locura dios mediante el llamado y
    la práctica del invisible a transparente amor razonable
    por La Vida, y a buen efecto, transformé mis propios
    demonios del aire bajo proteínas dominado el ázoe
    (Nitrógeno) y los elementos del aire, adquiridos mediante
    la respiración profunda, la siembra y el consumo de la
    arracacha al frente de las raíces primarias y así,
    logré la ayuda de los ejércitos de silfos del aire
    Casa de Aries y fue como alas de águila para mi
    navío vuele, que vuele más que un
    demonio.

    Así pude avanzar y enfrentar mis propios
    fantasmas de la tierra, crucificada y sepulta bajo la involuntad
    antinatural hacia la labor y el esfuerzo de los seres de la buena
    voluntad, y a defecto, me puse en manos de supuestas
    Papisas evocando e invocando contra mí
    físico-antrales terremotos y temblores, de los lores o
    señores crucificados y sepultos bajo cruces y calaveras
    llamadas mediante sus imágenes colgadas de maderos, en
    medio de la involuntad antinatural y contranatural de pueblos y
    naciones buscando crucificar y sepultar el viento de mi centro
    alentador y calentador cantor caranal nacional e internacional, y
    coordinado sistema vital superior respiratorio y migratorio torio
    embistiendo a la diestra y a la siniestra como un toro de casta
    sin dueño, yendo y viniéndome en mis propios
    palmares y plantares de anulares y medios de corazones partidos
    por las flechas de Cupido pido que pido
    Cu

    Lo perjudicado fue el Cobre, cobre que cobre
    pelados los nervios y neuronas de cabo a rabo y al fin y al cabo,
    acabé sufriendo de letales locuras parricidas odios e
    involuntades lanzadas contra mi padre carnal. Solo pude vencer
    dicha locura dios mediante el llamado y la práctica de la
    transparente a morena voluntad vital por la labor y el esfuerzo,
    y a buen efecto, transformé mis propios fantasmas de la
    tierra bajo vitaminas dominada la sal y los elementos de la
    tierra, adquiridos mediante la quietud del cuerpo y la celeridad
    del espíritu, la siembra y el consumo de la papa al frente
    de las raíces secundarias y de tal forma, logré la
    ayuda de los gnomos de la tierra Casa de Tauro y fue como cuerpo
    de torah para mí carro camine, que camine más que
    un fantasma.

    Alentado y energizado de tal forma, logré avanzar
    y enfrentar mis propios espíritus del fuego voraz
    devorador de la íntima belleza natural, y a defecto,
    amantes de la física belleza exterior y la exterior
    belleza de anti-praxis y rituales religiosos, de cultos, ocultas
    sociedades secretas S.S y sectas de asesinos sinos o destinos de
    los asesinos, sin ningún tipo de tino disparando desde los
    púlpitos balas asesinas envenenadas nadas cargadas de
    íntima fealdad antinatural, y a reflecto, resulté
    en manos de supuestas Emperatrices evocando e invocando
    contra mí físico-antrales y voraces incendios, en
    la búsqueda de secar las aguas de mi centro ordenador
    cantor hemisferial cerebral diestro, y coordinado sistema
    inteligente Gen Te: Sentido, Té Es Camino
    Telúrico Rico

    Pero en necesidades de la gente común yendo y
    viniéndose en sus propios palmares y plantares de pulgares
    e índices, y dices tantas sandeces indio patirraja"o de
    cabo a rabo y al fin y al cabo acabo perdiendo las pruebas de la
    pulga en la res, o la garrapata agarrada a la pata de la cama
    sutra o la mía sufriendo de poco inteligentes o brutales y
    psicóticas locuras genocidas odios, involuntades e
    íntimas fealdades lanzadas contra mis hermanos y hermanas
    carnales.

    Solo pude vencer dicha locura dios mediante el llamado y
    la práctica de la morena a resplandeciente e íntima
    belleza natural sabiduría, y a buen efecto,
    transformé mis propios espíritus del fuego voraz
    devorador bajo aminoácidos e hidrocarburos dominado el
    azufre y los elementos del fuego de costas, selvas, desiertos y
    volcanes, adquiridos mediante la contemplación, la vista
    del mundo, la siembra y el consumo del ajo y la cebolla al frente
    de las raíces terciarias y así, logré la
    ayudad de los ejércitos de salamandras del fuego Casa de
    Géminis y fue como cola, patas y garras de león
    para mi cohete corre, que corre más que un espíritu
    del fuego voraz devorador.

    Recuperado el aliento respiratorio, la energía
    osteo-muscular corpórea y orgánica y el impulso
    sanguíneo simpático, apático y
    parasimpático, seguí a enfrentar mis propios
    espectros del agua contaminada de debilidad antinatural tendencia
    hacia lo contranatural, y a defecto, me puse en manos de
    supuestos Emperadores evocando e invocando contra
    mí, físico-antrales aguaceros viniéndose por
    la cero mucha agua en torrentes y tornados diluviales huracanes
    de Canes y bacanes perros que parecen perras premiadas
    por detrás, en la búsqueda de apagar el fuego de mi
    centro impulsor cantor hemisferial cerebral siniestro, y
    coordinado sistema sabio y bio: vida perdida en los palmares y
    plantares con los meñiques de los quiques llorando sin sus
    quicas y maldiciendo sus peniques jugados ante las quicas
    denigrando de sus tetas y rajaduras ofrecidas al juego de los
    espejos empañados con la lengua sin aliento, sufriendo de
    ignorantes antes y después psicópatas locuras
    infanticidas odios, involuntades, íntimas fealdades y
    debilidades antinaturales y contranaturales lanzadas contra mis
    propios hijos e hijas carnales.

    Solo pude vencer dicha locura dios mediante el llamado y
    la práctica de la resplandeciente a cristalina fuerza
    natural inteligencia, y a buen efecto, transformé mis
    propios espectros del agua bajo grasas y lípidos dominado
    el azogue (Mercurio) y los elementos del agua, adquiridos
    mediante el conocimiento de mí mismo, la siembra y el
    consumo de arroz al frente de las raíces cuaternarias y
    así, pude obtener la ayuda de las ondinas, ninfas y
    nereidas del agua sólida, líquida y gaseosa vaporea
    atmosférica rica y oceánica y
    marítimo-costera isleña y continental tal Casa de
    Cáncer, en su primera estancia fue como órganos de
    la reproducción hermafrodita, androginal y andromedal,
    andromedal hermafrodita y hermafrodita androginal para mi
    submarino nade, que nade más que un espectro.

    Obtenido el aliento del aire, la energía de la
    tierra, el impulso del fuego y el orden en mis aguas
    linfáticas, pude seguir entonces a enfrentar mis propias
    tinieblas diablo del metal oxidado catre y el puñal, y la
    rosa sangre, que sangre la imagen crucificada a la cabecera; de
    la madera podridas tablas, sábanas y almohadas de algo
    don, y lamentablemente algo doña y amante de la carne
    enferma de avaricia y por eso, me puse en manos de supuestos
    Emperadores y Emperatrices evocando e invocando contra
    mí, abismales maremotos de La Mar en Contravía
    & Compañía Ltda.…

    Mente enferma, en la búsqueda de sepultar y
    sumergir las tierras de mi centro energético cantor
    cerebeal y coordinado sistema motriz medular espinal neuronal y
    nervioso oso paralizado de manos y pies atados por las ecas
    diabólicas equecas secas, y más y más secas
    en la ingle, los pies y las manos crucificadas del invertido
    muñeco seco, por el eco en medio de las rondas de los
    niños y las niñas extraviadas sus mentes por los
    mayores acerca de mí cantando: "Seco,

    Mal eco,

    Mal eco,

    Seco tu pi", ya ya ya,

    Tu pi", ya ya ya"[1] seco pi: y más y más seco
    ahorcado y acusado de no ser más que patas arriba "el
    patas
    " de las patas arriba y cabeza abajo "el
    putas
    "[2] de las putas abajo sufriendo de
    lujuriosas y sadomasoquistas locuras suicidas y homicidas odios,
    involuntades, íntimas fealdades, debilidades antinaturales
    y contranaturales avaricias lanzadas contra mí mismo, mi
    propia familia y la entera humanidad.

    Solo pude vencer dicha locura dios mediante el llamado y
    la práctica de la cristalina a blanca caridad justiciera,
    y a buen efecto, transformé mis propias tinieblas diablo
    de la tierra bajo el agua oligoelemental mineral dominado el
    hiel lo de la edad, y los elementos del agua bajo la
    tierra transitiva de los no metales a metales I del Hierro:
    Fe
    adquirida mediante el conocimiento de mí mismo y
    el conocimiento Gen Eral de la sabiduría
    ría, que ría feliz la flor de liz liberada a
    través de mi propio corazón aceptada la carne
    femenina durante la siembra y el consumo de la yuca al frente de
    las raíces troncales cuaternarias y así, pude
    obtener la ayuda de minerales elementales, vegetales, peces e
    insectos de la mar y la tierra o la isla continental tal Casa de
    Cáncer en su segunda estancia, fue como cabeza humana
    bifronte para mi nave vuele, camine, corra, nade y piense, que
    piense más que un diablo como llegar a Tebas, la capital
    del imperio y por ende, la ciudad de las grandes y mejores
    oportunidades, eso decían.

    Las luchas sostenidas conmigo mismo y la ralea vencida a
    la vera de mi sino y camino desenmascarando supuesto Magos,
    Papisas, Emperatrices y Emperadores
    , me habían pulido
    espiritual y cultural mente, al menos lo creía y por lo
    tanto, no me asustaba la perra esfinge de los enigmas que
    azotaban a Tebas, y a bien, me sentía en capacidad de
    enfrentar algo tan monstruoso como lo referido en las historias
    que me contaban camino a la ciudad. El asunto es que, a eventos,
    no tenía la más mínima intención de
    medírmele al adefesio ese, porque las mismas historias
    hablaban de oráculos que anunciaban la pronta presencia de
    un salvador que terminaría con el azote y ojalá lo
    hiciera antes de mi arribo, porque sin dicha problemática,
    sería más fácil negociar mis cosechas de
    raíces en la capital.

    Pero una cosa piensa uno y otra muy distinta a veces le
    tiene deparado el destino, embebido en mis pensamientos y
    sueños de riqueza, por poco pierdo la vida en dos
    ocasiones sucesivas en la cruz de los caminos que
    conducían a Tebas. La primera, debido a la carroza que se
    me vino encima halada por seis caballos negros, tan negros como
    la noche de los tiempos, tan negros como los ojos del
    ángel de ojos muertos y casi me voy a hacerle
    compañía atropellado y pisoteado por las ruedas de
    la carroza. La segunda, a manos del airado jinete que debido a mi
    intromisión había perdido el control sobre los
    caballos y mordiendo el polvo del camino veía como estos
    se alejaban sin ningún control con carreta y todo, y a
    defecto, ya de pie, se vino espada en ristre contra mí,
    lanzando un sartal de improperios y ofensas.

    En una situación tal no hay tiempo de pensar y en
    asuntos de armas, siempre había tenido la idea que la
    mejor defensa es el ataque y entonces, se cruzaron espadas,
    hirvió la sangre en las venas y cegadas de furia las
    miradas y los ojos en sangre vieron correr la sangre brotando a
    borbotones del pecho de mi oponente. Sus ojos, en los cuales vi
    un dejo de incredulidad se fueron apagando, sus labios palpitaron
    como cuando se quiere decir algo y no se puede, porque falta el
    aliento y las fuerzas ya no dan para seguir aferrado a aquel que
    nos quitó la vida. Se fue resbalando, se fue diluyendo, un
    último estertor, luego el silencio, y esa extraña
    quietud que todo lo impregna en momentos así.

    En la cruz de los caminos que me conducían a
    Tebas, cegado por la ira maté a un completo desconocido. A
    razón, inteligencia, sabiduría y vitalidad de ser
    interior juez de mí mismo, aduje defensa personal y era
    verdad, no tuve tiempo de razonar, ni dialogar en plan de
    concordia, y menos tratar de oponer la rosa al puñal o de
    tratar de dominarlo a punta de fuerza no, su espada desde el
    principio buscó mi corazón y mi espada halló
    cobijo en su corazón porque era él o yo. Así
    que oculté el cadáver en los matorrales y
    seguí camino a Tebas.

    A medida que me acercaba a la capital, se notaba entre
    las gentes una mezcla de excitación, esperanza e
    incertidumbre con relación a la perra esfinge de los
    enigmas y desconcierto por la muerte de su rey La-Yo. A
    puertas de la ciudad, supe que había sido asesinado por
    desconocidos y debido a ello, había una proclama real.
    Según pude entender metido entre la multitud y el
    bullicio, el osado que lograra matar el azote de la ciudad, se
    abrogaría el honor de casarse con la reina, la bella
    Yo-Casta, y lógicamente sería proclamado
    rey de Tebas. Un reino es un reino y ni que decir reino…
    ¡Un imperio!

    Por ello, heme allí ante la perra esfinge en la
    entrada de la caverna plagada de osamenta y carne en
    descomposición y fresca, pues había visto como tres
    antes de mí, al fallar en sus respuestas, habían
    sido devorados no quedando más que llanto de viudas,
    niños huérfanos y crujir de huesos. Me temblaba
    hasta el pelo, pero ya no había vuelta atrás, heme
    allí, a la espera del enigma que me correspondía
    por ser quien yo era.

    Hela allí, titánico numen erigido al odio
    antinatural y contranatural ala de águila crucificada y
    sepulta bajo la imagen de Bel y Bu de la Tierra, cayeron
    unidos a no ser más que Baal Zebuth (Zebub) o el
    príncipe de las tinieblas y señor de las moscas
    Belcebú[3]con cuerpo humano y
    cabeza de toro Apis… Tola y Maruja la bruja Mar u
    amén asando fantasmas de la tierra en la primera antesala
    del abismo.

    Titánico numen erigido a la involuntad
    antinatural y contranatural cuerpo de torah azotada bajo la
    imagen del As y Tar de Plutón, cayeron unidos a
    no ser más que Astaroth (Astarté) o el
    As del atar o t célula (cédula) de
    identidad proteínica perdida e invertida en
    Arsénico ofrecido a muchedumbres de reyes y
    reinas amantes del cuerpo humano con cabeza de pájaro
    Ibis… Tiendo y desvistiendo demonios del aire en
    la segunda antesala del abismo.

    Titánico numen erigido a la íntima fealdad
    antinatural y contranatural cola, patas y garras de león
    cortadas y sumergidas bajo la imagen de Indra y Shiva de
    Urano, cayeron unidos a no ser más que cuerpo humano con
    cabeza de león Numa Ye… Vada del
    putas siempre en andas, que andas con las patas siempre
    abiertas a la penetración de espíritus del fuego
    voraz devorador en la tercera antesala del abismo.

    Titánico numen erigido a la debilidad antinatural
    y contranatural órgano de la reproducción
    hermafrodita androginal quemado y requemado bajo la imagen de
    Dur (Durga) y Nu de Neptuno, cayeron
    unidos a no ser más que cuerpo humano con cabeza de chacal
    Anubis… Tiendo y desvistiendo el ano bis…
    Que ando de gusto clava"o vaho por detrás y por
    detrás clavando espectros del agua contaminada en la
    cuarta y última antesala del abismo y

    Titánico numen erigido a la avaricia de la
    CIA, o la letal Compañía de la
    cabeza bifronte sepulta y sumergida bajo la imagen de la
    tría de Bael, Batín y
    Diana
    [4]la cazadora de la Luna, cayeron
    unidos a no ser más que cuerpo humano con cabeza de
    tarántula, y tú la viuda negra acechando yerbas
    venenosas, voraces peces e insectos enfermizas cepas de
    enfermedades de la mar y la tierra en contravía plagada de
    tinieblas diablo en el abismo primero…

    En resumidas cuentas me encontraba en las antesalas del
    abismo y lógicamente, a través de sus fauces
    llegaría al mismo, y supongo, que acorde a mis pecados,
    vicios, pasiones, defectos y anti praxis, quizás no me
    detendría hasta llegar a los fosos abismales males, los
    infiernos, los abismos infernales nacionales e internacionales,
    los estanques de fuego astral o más allá, aduje que
    en cierta forma era la guardiana de dichos territorios y el
    pasaporte.

    Concentradas las imágenes de los engendros
    evocados e invocados al encuentro el demonio, el fantasma, el
    espíritu del fuego voraz devorador, el espectro y la
    tiniebla, ante mí tenía la perra esfinge finge, que
    finge diablo de la carne enferma de cólera, misma que lo
    pone a uno en manos de supuestos "Hierofantes o Papas", que con
    su lengua de fuego puro ego evocan e invocan contra muchedumbres
    abismales erupciones volcánicas canicas, ruede que ruede
    su lengua de fuego puro ego falda abajo y falda arriba subida en
    pos del morro, encendida aún más la pasión
    buscando secar las aguas del lago en el centro…

    Impulsor danzarín Rin Rin Renacuajo
    Paseador
    Hipofísico y hepifísico
    físico, coordinado el sistema áptico,
    áctico, óptico, nasal y codal incapacitado el
    paciente oliendo a porquería y aleve actitud para con la
    vida, termina viendo más por el ojo que se dice hay en el
    extremo de una cola metida por donde no se debe y así,
    sufriendo de golosas y sádicas locuras homicidas odios,
    involuntades, íntimas fealdades, debilidades antinaturales
    y contranaturales avaricias y la cólera de media humanidad
    lanzada contra media humanidad empujada por los medios e
    intermedios al anti práctico vicio y la pasión
    religiosa y carnal fanatismo acusador de los otros como causa de
    sus más aterradores males, negados a buscar en su propio
    interior la acción causante de las reacciones o efectos
    que hacen de su vida una miseria.

    Vaya comprensión de las causas fundamentales del
    azote, en realidad tenía que vencer a todos y cada uno de
    los habitantes de la capital, el imperio y su reina
    alegórica y metafórica mente, claro está,
    pues la esfinge era una especie de ilusión astral, de
    espejismo reflejo de los egos y he ahí el aterrador
    resultado, pues había sido testigo de la capacidad de
    dañar físicamente a sus oponentes, tan graves eran
    los pecados que habían hecho posible su presencia. A mal,
    era una hija o hijo producto de sus obras y al mismo tiempo su
    "Mama y Papa" reclamando sus hijos e hijas.

    Forjó una mueca que pareció ser una
    sonrisa, entendía plenamente lo que acababa de comprender,
    lo vi en sus ojos rojos como la sangre de aquellos que me
    habían antecedido ese día, en su dual rostro
    enmarcado por leonina melena alborotada y entonces, la pregunta
    se fue filtrando a mi mente, mi consciencia y cuando llegó
    a mi corazón estaba completada: "¿Cuál es la
    criatura que en la mañana camina en cuatro patas, al medio
    día en dos y por la noche en
    tres?"[5]

    Embriago de triunfos hasta ahí, no escuché
    el cascabel, tampoco el siseo de la bífida lengua y
    entonces, sin llegar a notarlo, se instaló en mí la
    serpiente diablo de la carne enferma de orgullo y soberbia propia
    del que cree saber sin saber Nada + y Nada – que
    Adán invertido bajo Ave, de paso Eva invertida como Ave
    del paraíso y para eso Adán vuelto de revés
    Nada en mí y a través de mí, "Ave
    María que cosa tan fácil" desenvainar la espada y
    gritar: el hombre.

    Pero casi al instante me embargó la duda.
    Técnicamente el hombre solo es el hombre y en el
    paraíso, así fuera varón y hembra al mismo
    tiempo, clamó pidiendo una semejanza y la semejanza le fue
    otorgada con fundamentales diferencias, y fue la mujer diferente
    al hombre desde los principios, a pesar de su semejanza como ser
    humano. De tal forma que si respondía el hombre, la astuta
    esfinge podría alegar ante los jueces del karma que solo
    era parte de la respuesta y por ello no digno de darle
    muerte.

    Luego, la respuesta correcta sería el ser humano,
    y más perfecta aún, si la diferenciaba en el hombre
    y la mujer. Ya casi tenía desenvainada la espada, cuando
    una duda más me asaltó: ¿Qué fue el
    hombre y la mujer, qué es el hombre y la mujer y
    qué será la mujer y el hombre? Y más
    delicado aún: ¿Qué fue del hombre y la
    mujer, qué es del hombre y la mujer y qué
    será de la mujer y el hombre? Llanto y desolación.
    Mis ojos en sus ojos rojo sangre. Sus ojos en los míos
    sangre y rojo. Rojos ríos de sangre derramada de mileno en
    milenio, en cada principio guerra y en cada fin también
    guerra y entre el principio y el fin, períodos de relativa
    paz en los cuales nacen hijas e hijos preparados para la
    guerra.

    Guerra de dioses y diosas contra los hombres y las
    mujeres que quieren ocupar sus tronos. Guerra de hombres y
    mujeres contra animales que quieren ocupar su lugar. Guerra de
    animales contra bestias que quieren ocupar su puesto y gira la
    rueda de las bestias contra los animales, animales contra hombres
    y mujeres y hombres contra diosas y dioses por las mismas razones
    y al final, el mundo sumido en guerra a causa del ego desbordado,
    lo único real parece ser la muerte… "O la vida
    incluye la muerte no es principio ni fin y el destino de los
    muertos finamente es la vida…"

    • ¡Calla!- Le grité, no tenía
      derecho a meterse en mis pensamientos y menos que así,
      se

    enterara de la respuesta o parte de la misma, y me
    sacaba de quicio el solo pensar que sabía más de
    mí, que yo mismo. Y para acabar de ajustar, se burlaba del
    debate que acaecía en mi interior y entonces, menos seguro
    estaba de la respuesta. ¿Qué tal que no fuera el
    hombre y la mujer si no Dios representado en los dos y tres
    principios básicos manifiestos a través del hombre
    y la mujer?… O el diablo de la sima extraviado macho
    cabrío con la estrella invertida baphomet y kadmon, o a un
    tiempo los dos, ¿Qué diablos era Dios? Me estaba
    enloqueciendo si Dios hecho hombre o el hombre hecho dios o Dios
    hecho el diablo o el diablo hecho Dios o el hombre hecho diablo o
    el diablo hecho hombre…

    El diablo hecho hombre… ¿Qué tal?
    Más loco aun preguntando mentalmente a mí tormento,
    con sus ojos fijos en los míos, su mirada divertida, pues
    seguía expectante el fluir de mis pensamientos.
    Rugió con fuerza, lo que traduje como una hiriente
    carcajada acompañada de un rayo en la lejanía y
    truenos se repitieron uno tras otro, mientras la bendición
    de la lluvia refrescaba mi testa.

    Pensar. Repasé mis anteriores triunfos:
    había dominado el odio mediante el amor natural aliento
    del aire, la involuntad mediante la voluntad natural
    energía de la tierra, la íntima fealdad mediante la
    íntima belleza natural impulso del fuego, la debilidad
    mediante la fuerza natural orden del agua, la avaricia mediante
    la caridad natural unidad del metal, la madera y la carne animal
    y la cólera…

    El rojo de sus ojos se intensificó, la carcajada
    surgió de lo más profundo de mi ser, me burlaba de
    mí, todo se tiño de rojo sangre, sangre y rojo
    brotando del pecho de un hombre sacrificado en la cruz de los
    caminos que me condujeron a Tebas y quizás
    comprendí. Mis manos estaban manchadas de sangre semejante
    y entonces, un frío de muerte me recorrió de pies a
    cabeza, me sentí infinitamente cansado, faltó la
    fuerza a mis rodillas y tal cual quedé postrado ante el
    monstruo con las dos manos en tierra. La pitón siseaba en
    mi interior, ahora si la notaba: "¿Cuál es el
    animal? ¿Cuál es la bestia?"

    La respuesta no era el hombre, ni el hombre y la mujer,
    ni Dios y menos algún dios de tantos que pululan por
    ahí, tampoco el diablo, ni el animal, ni la bestia, la
    respuesta era:

    • Yo Soy…

    Murmuré clavando la cerviz a tierra reconociendo
    el error y la culpa, esperando sentir sus afilados colmillos en
    la garganta. Sorpresivo aleteo de alas rotas, remoción de
    esqueletos y calaveras en mi entorno, tembló la tierra,
    tronó en la lejanía y sus voces, una mezcla de
    espanto y furia inusitada sonaban al unísono:
    "¿Cómo?… ¿¡Cómo!?" Haciendo
    un gran esfuerzo grité a los cuatro vientos:

    • ¡Yo Soy!- La sierpe estalló en mil
      pedazos y se diluían, se diluían
      irremediablemente.

    Luego, arrebatado en espíritu quizás
    comprendí. O no comprendí el valor del sacrificio
    del inocente por voluntad de su propio padre que cobarde,
    encargó a otro consumar los hechos, a mala
    interpretación del Oráculo de Delfos y
    ¡Fos!… Qué asco me dio todo aquello, los perfumes
    en el templo, la sensación de frío, cual si la
    muerte hubiera asentado su hábitat allí, la pareja,
    cuyos rostros permanecían velados a mi entendimiento y el
    ora culo del fos y ¡Fox!…

    El canal olía a porquería y halada la
    cadena, una impresionante diarrea mental salió de boca de
    la pitonisa y se derramó sobre el pequeño aduciendo
    que éste: "mataría a su padre y se casaría
    con su madre". Así se defecó en el sino y
    caminó del infante, porque sus padres le creyeron y
    temeroso corazón, mente y con ciencia falsa, determinaron
    eliminar el "engendro que habían concebido con tanto
    amor…

    Que amor tan extraño dispensado sobre un
    bebé acusado, juzgado y condenado a muerte sin
    habérsele escuchado, ni tan siquiera por parte de sus
    propios padres, prefiriendo creer a un desconocido, en vez de
    escuchar sus propios corazones, mentes y con ciencias verdaderas
    tomas de consciencia. Ahí quedé convencido que el
    miedo es el primer enemigo del hombre, el segundo la ignorancia y
    el tercero, esa extraña tendencia a creer todo lo que se
    nos dice, sin someterlo a la razón, la inteligencia, la
    sabiduría y la vitalidad de ser humano, verdaderamente
    humano.

    A eventos no supe lo ocurrido con el niño, la
    pareja y el oráculo, porque fui transportado sobre mi
    cuerpo, o sea que la bestia no me había devorado y
    entonces pensé, que de una u otra forma había dado
    con la respuesta correcta. Al no saber con certeza donde
    terminaba la acción de la bestia y comenzaba la del
    animal, donde terminaba la acción del animal y comenzaba
    la del hombre y la mujer, y menos aún, donde terminaba la
    acción del hombre y comenzaba la de la divinidad o a la
    inversa, por ello traté de integrar principios y finales
    en dicha afirmación, la cual es garante de libre
    albedrío en cuanto progreso y retroceso.

    Yo Soy es la base del conocimiento de uno mismo y el
    conocimiento general de la sabiduría que implica reconocer
    en sí, parte de la naturaleza divina, humana y natural
    construcción antropológica, androgenética y
    moral esfuerzo por no volver a cometer los errores del pasado,
    fundamento del presente y el futuro posible de ser planificado, y
    ciertamente vivido acorde a los hechos del pasado, porque Yo Soy
    siempre presente en los tres tiempos básicos del ser y
    estar en un espacio determinado, e inclusive,
    indeterminado.

    Si Yo Soy implica los tres tiempos, deduje que el
    infante no podía haber sido si no yo, y subsecuentemente,
    la pareja no podían ser otros que mis padres
    biológicos y como de lo hecho no hay desecho, a no ser que
    La Vida lo permita, de corazón, mente y con ciencia
    verdadera toma de consciencia los perdoné, incluido al
    enigmático ora culo. Igualmente comprendí, que
    parte de su oráculo se había cumplido, no porque
    fuere inamovible el decreto, sino porque el temor impulsa a las
    muchedumbres a plasmar situaciones subjetivas abstracciones, en
    objetivas situaciones que sin su intervención mental no
    ocurrirían. Ahora recordaba que parte de lo que vi en los
    ojos del moribundo allá, en la cruz de los caminos, fue mi
    propio rostro y no se requiere ningún tipo de
    iluminación para entender que era mi padre y que solo su
    perdón, donde quiera que estuviere, movería la
    rueda a mi favor.

    Develado parte del que fui, incluida la bestia capaz de
    matar a su propio padre, restaba no seguir al pie de la letra el
    cumplimiento del oráculo, pues se me estaba dando la
    oportunidad de pasar sobre el animal y ser humano, tal era mi
    presente. Entonces vi una mujer luchando como yo en los caminos,
    y a presente, espere que espere al que no llegaba a futuro
    extraviado tras un trono de oro y esmeraldas y una reina que
    terminó por devorarlo enigma de un enigma.

    Espere que espere se acercó a la serpiente y
    perdida en intrincado nudo y complejo de bichos venenosos, la vi
    frotando espejos frote, que frote, lama que lama las carnales
    superficies se invirtió y fulminada la torre por la muerte
    se perdió en los profundos infiernos. Pero de allí
    elevose vengativa, penetró el vientre de la reina y fue
    hija, hermana y amante de su propio padre, aquel que no
    llegó nunca como hombre, y a trágicos finales vi un
    animal arrancándome los ojos temeroso de ver un poco
    más allá el hombre y a Dios. Juré una y mil
    veces que no sería así, la buscaría donde
    quiera que estuviera y juntos, muy juntos enderezaríamos
    nuestro sino y camino, pues desde ahí la
    amé.

    Como si esto fuera una especie de clave y llave de mi
    cuerpo, paulatinamente empecé a penetrar hasta recuperar
    del todo la consciencia. Abrí los ojos, ya no había
    osamenta ni carne en descomposición, inspiré con
    fuerza llenando mis pulmones de aire puro en un amanecer de la
    vida renovada y una mezcla en perfume de rosas y azahares que se
    repetían aquí y allá y más
    allá un cielo azul profundo y en lontananza, las
    montañas plagadas de mentiroso azul enmarcaban la caverna
    transformada en el templo de mis antepasados. A sus puertas
    busqué y no vi la perra esfinge de los enigmas devoradores
    de hombres, si no a ti, mujer,

    Mujer amada, y te acercabas, te acercabas como bella
    aparición y rogué que no lo fueras, un espejismo
    más, una ilusión y descansé al sentir tu
    aliento cerca, tan cerca, tus labios palpitando ansiosos de mi
    beso y te besé llorando mujer,

    Mujer amada.

    Si existías, todo el tiempo habías estado
    ahí, ante mí, quizás luchando contra ti
    misma, tal como yo lo había hecho contra mí. Pero
    corazón envenenado, mente obtusa y con ciencia falsa toma
    de consciencia, se había vuelto total inconsciencia
    acusando al otro de mis propias miserias, viendo solo lo
    superficial puesto e impuesto por los medios e intermedios
    creyendo en la existencia de monstruos, cuya realidad solo se
    posibilita en la medida que uno mismo quiera serlo. Parece que
    estuve dispuesto a ello, a tal imagen me había
    enfrentado.

    Reconocida la falla y el error, las culpas del pasado,
    la tácita promesa de no volverlo a hacer y el bajar
    humildemente la cabeza ante la naturaleza divina, humana y
    natural, me permitió ver claramente el fondo de la
    situación, y allá, en lo más
    recóndito de mi sagrado templo corazón estabas
    tú, porque Yo Soy tu templo y tú eres el
    mío, yo habito en ti y tú habitas en mí y
    por ello, ya no habrían espejos, porque tú te
    seguirías viendo en mí y yo en ti mujer,

    Mujer amada.

    Nos besamos, acariciamos y amamos hasta el cansancio,
    por tálamo fueron rosas y azahares y finamente juntos, muy
    juntos y tomados de la mano, retornamos a Tebas mientras el
    templo y el sendero se diluían a medida que nos
    alejábamos.

    El azote había desaparecido, se notaba en el
    ambiente, se percibía en los rostros de las gentes que
    íbamos encontrando a nuestro paso, nos saludaba alegres
    con vítores y grandes alabanzas. Sabían que
    habíamos vencido, porque en realidad cada habitante
    había apoyado con su fe al guerrero que Yo Soy durante la
    confrontación y aunque no lo expresaran, todos estaban
    dispuestos a conservar la concordia a fuer de virtud y valores
    que engrandecen la condición de ser humano.

    De todas formas, acorde a lo pactado se me
    ofreció la posibilidad de casarme con su reina y el
    derecho a mandar sobre todo el imperio, lo que decliné de
    plano. Ya sabía que Yocasta era mi madre biológica
    y juntos develamos nuestros sinos y caminos separados por un
    aciago oráculo del diablo incomprendido adentros y a
    defecto, puede tornar nuestra vida en un infierno.

    Desperté.

    Lo primero que vi fue tu bello rostro ¡Oh mujer de
    mis sueños! Y pensé que: si hubiera repetido la
    historia completa de aquel trágico Edipo, qué
    sería de mí y qué de ti…

    ¿Amada Electra?

     

     

    Autor:

    Armando de Jesús Castañeda
    Clavijo

    29-04/2014

    [1]
    http://www.canchimalos.20m.com/grabaciones.htm

    [2]
    http://www.chispaisas.info/mitos14.htm

    [3] Belcebú era una de los principales
    jefes de los seres intermedios primarios (Documento 77 de El
    libro DE URANTIA) o genios que se unieron a la rebelión
    de Lucifer. Éste y los tres que siguen a
    continuación, son los que en lo más antiguo de la
    más antigua edad lémur, serían conocidos
    como los titanes del abismo y que a la altura del antiguo
    Egipto, fueren evocados e invocados como Ibis, Apis, Numa y
    Anubis.

    [4] La primera de las tríades cuyas
    cabezas principales fueron Diana o Selene, Ares, Apolo,
    Afrodita, Hermes, Cronos, Visnú, Baco o Dionisio o
    Adonis o Príapo y Tetis o Circe, también seres
    intermedios primarios o genios; Tríades que
    harían parte de la triple Hécate a las puertas
    del infierno.

    [5] Tomado de Edipo Rey. Sófocles.

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