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Comportamiento de los traumatismos dentarios en niños y adolescentes



Partes: 1, 2, 3

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Antecedentes históricos. Fundamento
    teórico
  4. Diseño metodológico del
    estudio
  5. Análisis y discusión de los
    resultados
  6. Conclusiones
  7. Recomendaciones
  8. Referencias
    bibliográficas
  9. Anexo

"Nunca desistas de un sueño.
Sólo trata de ver las señales que te lleven a
él "

Paulo Coelho.

Resumen

Se realizó un estudio transversal
descriptivo-prospectivo con la finalidad de describir el
comportamiento clínico y epidemiológico de los
traumatismos dentarios en niños y adolescentes del
municipio Manzanillo, provincia Granma, que acudieron a la
Clínica Estomatológica del Hospital "Celia
Sánchez Manduley" en el período comprendido desde
septiembre del 2009 hasta septiembre del 2010. El universo estuvo
constituido por el total de pacientes de 0 a 16 años que
asistieron a este servicio en el período de la
investigación, que por cumplir con los criterios de
inclusión a la vez fueron seleccionados para conformar la
muestra de la investigación, la cual estuvo integrada por
46 pacientes. Previamente se obtuvo el consentimiento informado
de niños y padres. La información fue recogida
mediante encuestas que se le realizaron a los pacientes a
través de un cuestionario confeccionado al efecto,
incluyendo las variables: edad, sexo, dentición, dientes
afectados, etiologías y tipos de traumatismos. Los
pacientes de sexo masculino sufren más lesiones que el
sexo femenino, y las edades más afectadas oscilan entre
los 9 y 12 años de edad, en la mayor parte de los casos
solo un diente se vio involucrado, la dentición permanente
fue la más afectada, los incisivos centrales superiores
permanentes y temporales son los dientes más
traumatizados, en la dentición temporal el
diagnóstico más frecuente es la luxación, y
en dentición permanente la fractura no complicada de la
corona, las caídas resultaron ser la causa más
frecuente en los traumatismos.

Introducción

Los traumatismos bucodentales son lesiones que se
producen en los dientes, hueso y demás tejidos de
sostén, como consecuencia de un impacto físico
contra los mismos; la conservación de los tejidos
dentarios constituye el objetivo primordial en este caso. Una
seria amenaza a este objetivo significa la frecuencia cada vez
mayor de niños, adolescentes afectados que llega a
constituir un problema estomatológico común que
siempre debe ser considerado como una situación de
urgencia a diagnosticar y tratar de forma rápida y certera
por el Estomatólogo General Integral.

Los peligrosos efectos de estos traumatismos a menudo
terminan en la perdida de los tejidos dentarios, causando
problemas de estética y de función en los
pacientes. (1)

El menor de 19 años constituye un grupo de
riesgo, susceptible de requerir atención de urgencia en
cualquier momento, lo que lo transforma en un grupo priorizado
dentro del Sistema Nacional de Salud (2). El traumatismo de los
dientes es quizás uno de los accidentes más
dramáticos que le suceden a un individuo y su frecuencia
en la clínica odontológica es cada día
mayor.

En Odontopediatría es aún más
evidente, puesto que la incidencia de lesiones dentarias
precisamente es mayor en la niñez y en la adolescencia. Un
diagnóstico correcto y una adecuada actitud
terapéutica puede resolver definitivamente un caso o
agravarlo, no sólo desde el punto de vista de la
viabilidad del diente en la cavidad bucal, sino también
por la importante repercusión psicológica que la
sonrisa tiene en el individuo (3,4).

En los niños y adolescentes, una lesión
dental y tejido de soporte, constituye después de la
caries dental, la segunda razón que motiva las visitas de
urgencia al consultorio odontológico (5). Los reportes
estadísticos indican que uno de cada dos niños en
edad preescolar presentan traumatismos en los dientes y en los
escolares uno de cada seis (2), iniciándose las lesiones
en los dientes primarios entre el año y medio y los dos
años y medio de edad, tan pronto los niños
comienzan a caminar, pues a menudo caen hacia delante
lesionándose el tejido dental y otras estructuras que
rodean el diente.

Una lesión traumática que ocasione
desfiguración en los dientes superiores de un niño
puede tener efectos psicológicos importantes tanto en
éste como en los padres y generalmente, viene
acompañada de temor y ansiedad.

Las lesiones traumáticas de los dientes se
presentan de forma más o menos habitual en todas las
poblaciones y en todas las épocas, afectando a un 20-25 %
de la población actual (1).Sin embargo los traumatismos
dentales son escasamente estudiados (6).

Se entiende como trauma un golpe o impresión que
viene del exterior y que deja alguna lesión corporal o
síquica y el traumatismo es un término general que
comprende todas las lesiones, tanto internas como externas,
provocadas por una violencia exterior, física o
síquica (7).

La prevalencia de los traumatismos dentarios
varía según el tipo de estudio realizado, los
países donde se realizó esta investigación y
hasta en las diferentes regiones de un mismo país
(8).

Hoy día, múltiples estudios
epidemiológicos indican que los traumatismos dentarios son
problemas que están aumentando progresivamente en los
últimos años, sobre todo, como consecuencia de los
cambios introducidos en la vida moderna (9,10).

Hasta 1994(11) ha sido posible constatar que la
prevalencia de los traumatismos dentales era alta. Bajo la
hipótesis de que en una sociedad tan cambiante como la
actual, donde los patrones de vida y actitudes sociales en
niños y adolescentes han sufrido un cambio radical, se
piensa que la prevalencia tendería a subir y los efectos
etiológicos a modificarse.

Se desconoce el número exacto de pacientes que
sufren traumas en los dientes sin embargo la frecuencia a juzgar
por el número de lesiones que se observan debe ser
elevada. Existen en la literatura numerosos estudios sobre
traumatismos de los dientes, tanto de los temporales como de los
permanentes (12).

Los estudios realizados por diferentes autores (9,10,13)
coinciden que en dentición primaria la consecuencia
más frecuente del traumatismo está representada por
el desplazamiento del diente y avulsión del mismo. Estos
fenómenos ocurren porque el hueso alveolar del niño
posee espacio medular grande y es relativamente flexible,
cediendo ante los golpes contra los dientes primarios y
permitiendo que se muevan en vez de sostenerlos con firmeza,
causándose así la fractura.

Otros autores, sostienen que entre los 8 meses y 2
años, lo más común es avulsión, entre
los 2 y 5 años fractura con desplazamiento y de los 5 a 10
años, la fractura dentaria.

Además de la posible afectación de los
gérmenes dentarios, el traumatismo dental va a tener un
efecto directo sobre las estructuras dentarias y peri dentarias,
con afectación de tejidos blandos (mucosa,
encías…), tejido de sostén del diente
(periodonto), hueso alveolar y tejido dental propiamente dichos
(esmalte, dentina y cemento) en sus diferentes niveles
anatómicos (corona y raíz).

Las estadísticas revelan que los traumatismos de
los dientes se presentan con mayor frecuencia en la infancia y
adolescencia, y constituyen una de las experiencias más
desagradables para el niño y sus padres (14).

Aproximadamente, entre 20 y 30 % de los niños y
adolescentes antes de cumplir 16 años, han padecido un
traumatismo dentario. Estas lesiones comprenden la no visible
concusión y las fracturas radiculares, fracturas de la
corona, dislocación y la completa avulsión del
diente.

Las causas de los traumatismos dentales son de
naturaleza compleja y están influenciadas por diferentes
factores, incluyendo a la biología humana, comportamiento
y el medio ambiente (15). Una gran parte de las lesiones en los
dientes temporales acontecen entre el primer y el segundo
año de vida, la etapa preescolar. Cuando el niño
comienza a andar, a veces, cae hacia delante, tropezando sobre
sus manos y rodillas. La falta de coordinación les impide
protegerse de los golpes contra muebles y objetos. Entre los tres
y cuatro años la causa más frecuente se produce
jugando en la casa, círculos infantiles o en los parques,
y el choque entre niños.

Cuando el niño llega a la edad escolar son
comunes los accidentes en los juegos, casi siempre por
caídas y lo más común es que ocurran
fracturas de la corona del diente (16).

Se ha demostrado por la mayoría de los
investigadores; que los varones, sufren al menos dos veces
más lesiones en la dentición permanente que las
hembras (17).

En la mayoría de los pacientes solo se afecta uno
o dos dientes, que con mayor frecuencia son los incisivos
centrales superiores para ambas denticiones (16). En cuanto a la
edad la incidencia máxima de lesiones se observa entre las
edades de 2 a 4 años y de 8 a 10 años
(18).

Las lesiones más comunes de la cavidad bucal
durante la dentición temporal, son las luxaciones. Las
fracturas de las coronas que afectan el esmalte y la dentina, en
la dentición permanente. También, avulsiones
dentarias, que afectan mayormente la dentición permanente
y en menor cuantía la temporal (19).

Al revisar la literatura encontró que las
fracturas coronarias son las lesiones más frecuentes
cuando ocurre un traumatismo dentario (20), esto se debe a que el
diente absorbe la fuerza del golpe y se fractura, estando
involucrados el esmalte, la dentina y la pulpa, según la
intensidad y la forma del trauma (21,22).

La mayoría de los dientes que han padecido un
traumatismo dentario pueden ser mantenidos en forma permanente
cuando el conocimiento de la apropiada conducta a seguir
posteriormente a un traumatismo dentario, se ha enseñado a
la población en general. Para obtener buenos resultados
terapéuticos se necesita un enfoque multidisciplinario,
con la participación de todas las especialidades de la
odontología (23).

Estudios realizados en Japón demostraron que el
período de tiempo desde que se produce el trauma hasta que
estos dientes son tratados es muy importante para el éxito
del tratamiento. Gonda y otros (24) realizaron una
investigación en 27 pacientes con dientes avulsionados y
atendidos de forma correcta en las primeras 5 horas, en los
cuales lograron el éxito en 19 dientes, de éstos 5
sufrieron reabsorciones radiculares.

En los casos que sufren avulsiones y sus dientes son
reimplantados con el ápice abierto, se produce
reinervación, según Shendel (25) de la Universidad
de Alemania. Dehen y otros (26) demostraron que cuando se realiza
un correcto tratamiento, el paciente se mantiene
asintomático; sugiere siempre en las luxaciones utilizar
férulas de fijación, y le da importancia a la
recuperación de las fibras periodontales. En algunos casos
se utilizaron férulas por 15 días logrando la total
recuperación periodontal.

Según Crona Larsson (27) estas lesiones en las
que se produce luxación de los dientes pueden producir
reabsorciones radiculares y obliteración del canal con
pérdida de la vitalidad pulpar (24,28).

Todos los dientes traumatizados deben ser restaurados
inmediatamente para proteger el complejo dentino-pulpar; este
tratamiento con Bonded, Composite y relleno de la corona
fracturada es lo recomendado por Diangells (29). Si no se realiza
este tratamiento, posteriormente puede producirse muerte pulpar,
por encontrase canalículos dentinarios expuestos al medio
bucal.

Es importante una terapéutica rápida y
preventiva de lesiones graves, y Andreasen (1), plantea que hasta
por una infractura hay que alarmarse, controlar y evolucionar al
paciente hasta ocho semanas, acompañado de un minucioso
examen clínico y radiográfico. Si la fractura de
corona no es complicada, lo más importante es alisar los
bordes y proteger el complejo dentino-pulpar. Cuando la fractura
sea complicada de corona, se debe valorar el recubrimiento pulpar
directo o pulpectomía en dependencia de si el diente es
maduro o inmaduro.

En las fracturas radiculares es importante valorar la
vitalidad pulpar, ya que los distintos procesos evolutivos en la
consolidación de una fractura (organización del
coágulo, diferenciación celular,
calcificación, etcétera) se ven favorecidas por el
doble aporte vascular proveniente tanto del tejido pulpar como
del ligamento periodontal (30). Además, se debe conocer en
qué tercio se produjo la fractura y siempre
acompañar el tratamiento con férulas por 2
meses.

Las víctimas de las avulsiones que no tengan
debidamente preservados los dientes o hayan acudido a un
odontólogo calificado para su reimplante tendrán
que pagar honorarios profesionales odontológicos sumamente
costosos para su rehabilitación posterior, con el
desarrollo de otros problemas dentales, estéticos y
psicológicos (31).

Estos traumas que ocurren en edades tempranas dejan ver
sus manifestaciones cuando el paciente es un adolescente
preocupado por su estética, y en ocasiones es demasiado
tarde para una solución del problema.

Sin lugar a dudas, las premisas fundamentales para el
éxito en estos casos son la atención inmediata, el
diagnóstico preciso y la terapéutica indicada, ya
sea en los servicios primarios de salud cuando sea factible su
tratamiento o en un servicio especializado cuando las lesiones
sean complicadas (30).

Las edades en que se observan estas lesiones con mayor
frecuencia son entre los 7 y l0 años, cuando los incisivos
permanentes están en período de erupción. La
mayoría de las veces se presenta la exarticulación
de un solo diente, pero en ocasiones se encuentran
exarticulaciones múltiples (32, 33).

Podemos asegurar que el reimplante es solamente una
solución temporal por la frecuencia con que se producen
las complicaciones, siendo la que más se observa la
reabsorción radicular inflamatoria externa, el diente
reimplantado puede mantenerse varios años en la boca del
paciente, solucionando el problema estético, funcional,
psicológico y de mantenimiento del espacio. El tratamiento
implica un hecho de emergencia, la demora en el reimplante y un
inadecuado almacenaje, juegan roles importantes en el futuro de
la pieza dentaria avulsionada. Un diente reimplantado dentro de
los 30 minutos tiene un porcentaje de 85% de éxito en su
curación (34).

En la bibliografía consultada diversos autores de
nuestro país muestran presentaciones de casos, basados en
sus experiencias clínicas, obteniendo resultados
satisfactorios. Entre estos podemos mencionar los tratamientos de
dientes avulsionados, realizando el reimplante después la
endodoncia in Vitro, y en otro caso después de 48 horas,
realizando la endodoncia a los 7 días, el relleno del
conducto con hidróxido de calcio y aplicaciones de
láser terapia (35,36,37).

Para la fractura radicular del tercio medio se aplica
una técnica quirúrgica para extraer el fragmento
apical, utilizando coagulo rico en factor de crecimiento
(obtenido de pequeñas porciones de sangre de la propia
paciente) como relleno del área de defecto óseo
obteniendo buenos resultados (38).

Además se puede mencionar el uso de Biomateriales
en los traumas bucodentarios y la aplicación de
Láser terapia con resultados muy alentadores
(39,40,41).

Hacer prevención, es la labor principal y
más importante. Pero si ya nos encontramos ante el hecho
consumado de un traumatismo de los dientes, por leve que pueda
parecer la lesión, se impone acudir de inmediato al
estomatólogo; para recibir la debida valoración y
el tratamiento adecuado. No debemos olvidar que un dejar para
después, pudiera convertirse en un hecho fatal para la
vida del diente (42).

Es de vital importancia reconocer el estado general de
niño, observar si perdió el conocimiento,
vomitó, si presenta cefaleas y si su estado de
orientación es óptimo (43).

En primera instancia se deben inspeccionar los tejidos
blandos, tejidos duros y luego los tejidos de soporte (tablas
óseas). Se debe desinfectar la zona afectada. Si existen
soluciones de continuidad profundas usualmente se amerita la
sutura.

Durante el traumatismo, los tejidos duros y el hueso
pueden quebrarse. Los vasos sanguíneos que nutren al
diente pueden desgarrarse o romperse. Las fibras periodontales
pueden desgarrarse. Las células del periodonto pueden
necrozarse (44,45).

Posteriormente a la pérdida del diente, el hueso
de soporte pierde su función y por lo tanto se
reabsorberá tanto en largo como en ancho. También
la encía se retraerá. Los dientes vecinos comienzan
a inclinarse y a rotar. Los dientes antagonistas comienzan a
extruirse y a colocarse en el espacio del diente perdido. La
estética y la fonación se ven comprometidas y
pueden presentarse problemas psicológicos (42).

Para el pronóstico de los dientes traumatizados,
es de vital importancia, que un adecuado tratamiento sea
efectuado lo más pronto posible después del
accidente. Se recomienda atraer la atención de padres,
representantes, educadores, profesionales de la salud,
enfatizando que siempre que ocurran estos eventos desafortunados
se debe recurrir al odontólogo, y no solamente cuando
existe dolor o se ha perdido la estética (43).

El tratamiento implica una emergencia porque el grado de
lesión de los tejidos dentarios y el tiempo transcurrido,
entre otros, son aspectos fundamentales que pueden determinar el
pronóstico de estas lesiones. El éxito exige una
respuesta amplia, ya que los traumatismos la mayoría de
las veces son prevenibles, pero siempre impredecibles en su
magnitud, localización y circunstancias eventuales que los
pueden acompañar

La promoción se debe realizar con el individuo o
en la comunidad, mediante campañas de educación
para la salud; educación vial; normas de seguridad en los
deportes o la recreación y la divulgación en los
medios de comunicación u otras vías, de pautas
tendientes a capacitar a todas aquellas personas que trabajan con
niños o adolescentes y a los padres en general
(16).

Durante la revisión de estudios relacionados con
este tema, se observó, que existen pocos trabajos de
investigación publicados, que tratan el comportamiento de
los traumatismos dentarios, a pesar del conocimiento general de
la tendencia actual de este tipo de lesión a ir en
aumento.

Siendo la traumatología dental una ciencia no muy
difundida hasta el presente, se hace necesario promover su
estudio. Dado el comportamiento diverso que tienen los
traumatismos dentarios, se considera que antes de hacer
promoción y prevención es necesario conocer como se
comporta el fenómeno en un lugar determinado, para
así, lograr que las acciones sean más efectivas, es
por ello, que se decidió emprender la presente
investigación.

Se plantea como problema científico lo
siguiente:

¿Cómo es el comportamiento
epidemiológico y clínico de los traumatismos
dentarios en niños y adolescentes que acuden a la
Clínica Estomatológica del Hospital "Celia
Sánchez Manduley"?

Objeto de estudio: Dientes traumatizados.

Campo de acción: Traumatismos dentarios en
niños y adolescentes.

Objetivo del estudio: Describir el comportamiento
de los traumatismos dentarios en niños y adolescentes que
reciben atención en la Clínica
Estomatológica del Hospital "Celia Sánchez
Manduley".

.Los traumatismos dentarios son causa frecuente de
mortalidad dentaria por lo que se propuso realizar la presente
investigación sobre los mismos con la
hipótesis de organizar, actualizar y simplificar
los diferentes criterios, en aras de lograr un tratamiento
unificado para mejorar la calidad del trabajo, brindar una mejor
atención a los pacientes que sufren estas lesiones y
disminuir la incidencia de estos.

Aportes

El estudio aportó beneficios económicos y
sociales de gran importancia para abordar casos de dientes
traumatizados, pues encontramos información actualizada
acerca de la etiología, diversos tratamientos y
terapéuticas innovadoras, lo que nos ayuda a que se
eliminen dificultades estéticas, fonéticas,
psicológicas y funcionales.

OBJETIVOS

GENERAL

Describir el comportamiento de los traumatismos
dentarios en niños y adolescentes que reciben
atención en la Clínica Estomatológica del
Hospital "Celia Sánchez Manduley".

ESPECÍFICOS

1. Identificar los pacientes afectados por trauma
según edad y sexo.

2. Describir la afectación dentaria según
numero de dientes afectados.

3. Determinar la afectación dentaria según
dentición y grupo dentario.

4. Describir la afectación dentaria según
dentición y tipo de trauma.

5. Identificar la etiología de los traumatismos
dentarios.

CAPÍTULO I

Antecedentes
históricos. Fundamento teórico

  • Marco histórico.
    Generalidades.

Desde épocas remotas las lesiones
traumáticas vienen aquejando a la raza humana. Las causas
determinantes en épocas preindustriales son variadas
(dieta, manufactura de herramientas y su uso, lesiones
accidentales, agresiones, etc.) (46).

Las tradiciones más remotas demuestran que no ha
existido jamás un pueblo, lo mismo salvaje que civilizado,
que no haya tenido una especie de medicina, y esto es lo natural
por su propio instinto de defensa, además, arte y ciencia
satisfacen una natural, imperiosa e irresistible, nacida de ese
instinto de conservación y no es una necesidad ficticia
producto de hábitos adquiridos por
civilización.

Al estudiar las cunas de la estomatología moderna
se puede apreciar como desde la antigüedad los hombres y
mujeres le daban gran importancia a la belleza de los dientes.
Tal es el caso de los israelitas, según se expresa en la
Biblia, en el Éxodo, capitulo XXI, versículo 27,
donde se ordena que: si alguien hiriese el ojo de su esclavo o al
maltratarlo le hubiera hecho saltar un diente, debe dejar el
esclavo en libertad.

Precisamente en Arabia, Alí Abbas, fallecido en
el año 994, fue el primero que escribió un tratado
sobre las fracturas dentarias, realizaba la cauterización
de la pulpa dentaria y cuidaba la deformidad que se
producía en el diente (47).

Los traumatismos dentales son eventos que suceden
frecuentemente. Los datos reunidos por las estadísticas,
revelan cifras considerablemente significantes en cuanto a la
incidencia y prevalencia de estos accidentes, por lo tanto se han
llegado a considerar como un problema de salud pública
global. (15).

El término traumatismo define aquellas lesiones
externas o internas provocadas por una violencia exterior
(Diccionario terminológico de ciencias
médicas).

En base a esta definición el traumatismo dental
debería describirse como aquellas lesiones violentas de
los tejidos dentarios y peri dentarios producidas por agentes
externos, excluyendo de este concepto el desgaste por el uso, ya
sea de tipo fisiológico (atrición) o de tipo
patológico (abrasión), que por otra parte cuentan
con métodos específicos de valoración
(48,49).

Lukacs (50) describe traumatismos con pérdida de
dientes anteriores, en colecciones esqueléticas de
poblaciones prehistóricas de las islas Canarias,
atribuyendo su origen a combates rituales como el "juego del
palo", y Alvrus (51) refiere la observación de lesiones
traumáticas de dientes y maxilares en tres individuos
nubios a consecuencia de agresiones intencionales.

Un punto de especial importancia lo constituyen las
lesiones de carácter intencional como expresión de
prácticas culturales. Estas prácticas adoptan dos
patrones básicos: la ablación o extracción
dentaria y la mutilación, con afectación
típicamente de los incisivos (52).

Desde el punto de vista de la traumatología
resultan alarmantes las diversas formas en que se le atiende y
practica en los distintos lugares del país, por lo que se
hace necesaria la preparación de los odontólogos
para lograr tratamientos más exitosos acordes con la
evolución y desarrollo de las nuevas técnicas
estomatológicas.

1.2 Etiología de los traumatismos
dentarios.

Fue clasificada y categorizada por Gutman (53) como no
intencionales e intencionales o por violencia
física.

No intencionales: Las lesiones traumáticas
dentales son poco frecuentes durante el primer año de vida
pero pueden ocurrir por caídas del coche, cuna, aumentando
cuando el niño comienza a moverse, caminar y correr por
desconocimiento del medio que lo rodea e incoordinación de
los movimientos.

La incidencia de lesiones dentales llega al
máximo justo antes de la edad escolar y consiste
principalmente en lesiones ocasionadas por caídas,
colisiones y tropezones. Ya en la edad escolar predominan las
lesiones provocadas por accidentes en patio de juego, y
caídas de ciclos.

Las lesiones durante la adolescencia son causadas a
menudo por actividades deportivas, por contacto con el
puño o el codo; ya en la segunda década de la vida,
estas lesiones se producen mayormente por accidentes
automovilísticos mucho de ellos debido a la
ingestión de bebidas alcohólicas.

Se han encontrado altas frecuencias de lesiones
traumáticas dentales en pacientes con retraso mental,
epilépticos, ambos presentan problemas y riesgos
especiales con relación a estas lesiones. Las entubaciones
traquéales a menudo también son causan las
mismas.

Intencionales o por violencias: Son provocadas
por violencia doméstica, matrimoniales y abuso frecuente
de niños, mayores y ancianos; por peleas y riñas
debidas a ingestión de bebidas alcohólicas y otras
drogas.

Actividades deportivas

Las lesiones traumáticas son casi
endémicas en el deporte, sobre todo en la adolescencia.
Hoy día, al hacerse extensiva la práctica deportiva
entre los niños, e incluso entre los adultos, una gran
parte de la población está expuesta.

No sólo hay muchos niños que practican
deporte, sino que también empiezan a hacerlo a edades
más tempranas y en unos niveles superiores de intensidad y
competición.

Las lesiones se producen habitualmente durante los
partidos y no durante los entrenamientos, excepto en la gimnasia.
También lo son en los deportes no organizados, y en
niños que practican más de un deporte. De igual
forma ocurre en los deportes de equipo baloncesto, polo
acuático, balonmano, béisbol, rugby debido al mayor
número de contactos, pero las lesiones son menos graves
que las que aparecen cuando se practican de manera individual,
como el ski (55). En Estados Unidos, de los deportes en equipo,
las tasas más altas de lesiones orales se dan en el
baloncesto y el béisbol. En el rugby americano, por el uso
obligatorio del casco y el protector bucal, la incidencia es
baja, a diferencia del rugby europeo, en que las tasas son altas
(56).

Accidentes de tráfico

Dentro de los accidentes de tráfico podemos
considerar las caídas de la bicicleta, que en varios
trabajos representan una de las causas más frecuentes de
traumatismos (21,57), afectando a un 40% de los niños que
practican el ciclismo. Las lesiones más frecuentes son la
abrasión facial, las contusiones bucales y las fracturas
dentoalveolares. Se ha evidenciado que las bicicletas de
montaña, producen más lesiones que las
convencionales. Las maniobras de entubación pueden, al
introducir en la boca instrumentos rígidos y apoyarse
sobre los dientes, fracturarlos. También se pueden
dañar los dientes en desarrollo durante los actos
anestésicos en el período neonatal. La prevalencia
se estima en un traumatismo dentario cada 1.000 entubaciones. No
obstante, con la información que los anestesistas tienen
sobre la posibilidad de poder lesionar un diente, la posibilidad
es más remota. Igualmente, la utilización de
endoscopios rígidos puede provocar alteraciones, tanto en
los dientes como en la mucosa oral (58, 59).

El maltrato infantil

El problema del maltrato infantil es un tema de
frecuente noticia en los medios de comunicación, siendo el
ejemplo por excelencia de la importancia del niño para
construir su propio mundo. El maltrato es un problema mundial,
considerándose en algunos países una verdadera
epidemia, y en otros una pandemia. Afecta a personas de todas las
edades, generalmente niños y mujeres (14), sin distinguir
raza, religión y posición social (23). En
España, al no existir un registro oficial, no hay datos
seguros, aunque en el año 2001 se evidenció que 1
de cada 1 .000 niños sufren maltrato físico
(17).

En lo que respecta a las agresiones físicas, a
pesar de que sigue siendo aceptada la denominación de
«síndrome del niño maltratado», algunos
autores prefieren denominar a las lesiones que acompañan
al cuadro, como «lesiones no accidentales»
(11).

El adulto agresor, que por lo general también ha
sido víctima del maltrato, tiene poca capacidad de
enfrentarse a las situaciones de la vida (nerviosismo,
cólera, frustraciones), y a menudo no tiene conciencia
verdadera de su actitud violenta. El maltrato suele ser producido
por los padres -en particular la madre-, los tutores, o
cuidadores de los niños (14) Respecto a las
características del niño maltratado, los
índices más altos (74,8%) se dan cerca de los tres
años, y afectan a los que necesitan más atenciones
(en particular los discapacitados), los hijos adoptivos,
hijastros y otros niños que integran el núcleo
familiar. Con relación al género, los niños
sufren más maltrato a los tres años y entre los
ocho y los once; mientras que en el género femenino es
más frecuente a los tres y nueve años
(60).

El odontólogo quizá sea el profesional
sanitario que con más frecuencia pueda observar las
lesiones por maltrato, pues entre el 50 y el 70% de los casos
presentan lesiones en la cara y la boca, pero escasos dentistas
tienen información de dicha entidad, por lo que en la
mayoría de las ocasiones pasa desapercibida
(61).

Otras consideraciones

Señala Andreassen (32) que las lesiones pueden
ser resultado de traumas directos o indirectos. El traumatismo
directo ocurre cuando el diente se golpea contra el suelo o
contra una mesa o silla, favoreciéndose las lesiones en el
sector anterior.

Se sufre traumatismo indirecto, cuando el arco dental
inferior se cierra contra el superior, lo que puede suceder por
un golpe en el mentón en una pelea o por una caída,
causando fracturas de la corona, de la raíz y hacia el
sector posterior.

El mencionado autor, clasifica los factores que
caracterizan el impacto y determinan las lesiones
sufridas:

Fuerza del golpe

El factor incluye masa y velocidad. Las combinaciones
son una fuerza de alta velocidad y poca masa (disparo de arma de
fuego) o gran masa y poca velocidad (golpearse el diente contra
el suelo). Los golpes a poca velocidad causan daño a las
estructuras periodontales de sostén y menos fractura de
diente. Un golpe a gran velocidad, produce generalmente fractura
de la corona. En este caso, la fuerza del golpe se concentra en
producir fractura y no se transmite en ningún grado a la
región de la raíz.

Elasticidad del objeto de choque

Si el diente es golpeado con un objeto elástico o
almohadillado y el labio actúa como receptor del golpe, se
reduce la probabilidad de fractura de la corona y aumenta el
riesgo de luxación y fractura alveolar.

Forma del objeto que golpea

Un golpe localizado favorece una fractura limpia de la
corona con un mínimo de desplazamiento del diente, debido
que la fuerza se extiende rápidamente sobre un área
limitada. Por otro lado, un golpe obtuso aumenta el área
de resistencia a la fuerza en la región de la corona y
permite que el golpe se transmita a la región apical,
causando luxación o fractura de la raíz.

Angulo direccional de la fuerza del
golpe

El impacto puede afectar el diente desde distintas
direcciones. Con más frecuencia, el traumatismo incide en
la superficie vestibular, aproximadamente, en ángulo recto
al eje de la raíz. Cuando se tiene en cuenta la
dirección y la posición de las líneas de la
fractura causadas por golpes frontales.

Estudios epidemiológicos realizados en diferentes
países indican que los traumatismos dentales están
aumentando progresivamente en los últimos años,
como consecuencia de los cambios en la vida moderna; la actividad
física de los niños como la práctica
deportiva desde edades tempranas, el uso de la bicicleta y las
actividades en campamentos al aire libre, hacen que estén
en contacto permanente con factores de riesgo.

Factores Predisponentes de los
Traumas:

Resalte aumentado

Un importante factor de riesgo es la existencia de un
resalte acentuado y el incompleto cierre labial (62). Las
necesidades de tratamiento ortodóncico tienen gran
importancia. Una clase II de Angle con resalte superior a 4 mm,
un labio superior corto incompetente, o la respiración
bucal, aumentan, todos ellos, el riesgo de fractura. La
mayoría de los estudios afirman que la prevalencia de las
lesiones dentales aumenta de forma paralela a la
protrusión de los incisivos. Nguyen y Cols (63) en 1999,
realizaron una meta-análisis de las publicaciones
relacionadas durante 30 años. Concluyeron que la
probabilidad era mayor cuando la protrusión excedía
los 4 mm. La frecuencia de estas lesiones se duplica entre los 2
y 4 mm.

Epilepsia

Trastorno crónico del cerebro caracterizado
principalmente por accesos repentinos, con pérdida brusca
del conocimiento y convulsiones.

Los pacientes epilépticos pueden presentar
riesgos especiales con relación a las lesiones dentales,
al caerse durante una crisis convulsiva. Un estudio reciente
refiere que gracias al control más efectivo de esta
enfermedad mediante fármacos, la posibilidad de sufrir un
traumatismo oral es similar al de la población general
(64).

Amelogénesis imperfecta

Es un trastorno hereditario del esmalte que se presenta
bajo tres formas (hipoplásica, hipocalcificada o
hipomadura). En la forma hipoplásica no se forma esmalte y
en la hipocalcificada el diente erupciona con todo el esmalte,
pero al estar pobremente mineralizado se desprende con facilidad
y son frecuentes las fracturas complicadas de corona
(34).

Dentinogénesis imperfecta

Es una alteración de la dentina que puede
presentarse aisladamente o asociada a osteogénesis
imperfecta. La lesión típica es la fractura
espontánea de la raíz, atribuible a la
disminución de la dureza de la dentina, que ante el
más pequeño traumatismo (accidental u oclusal),
hace que la raíz se fracture. Lo mismo ocurre en la
displasia dentinaria (en concreto la de tipo II), en que la
fractura espontánea de la raíz es atribuible al
extremo adelgazamiento de la misma (34).

Ansiedad

Los pacientes que presentan situaciones de ansiedad
tienen más riesgo de sufrir un traumatismo dental. Se
investigaron los niveles de catecolamina urinaria en niños
con historia previa de traumatismos dentales, observando que los
que habían tenido una experiencia traumática,
presentaban unos niveles significativamente altos de epinefrina,
con relación a los que no habían sufrido
traumatismo.

Para confirmar la hipótesis los mismos autores
realizaron estudios prospectivos con los mismos pacientes durante
dos años, confirmando que cerca del 46% volvían a
tener una lesión, y que los niveles de catecolamina
urinaria se mantenían altos. Estos datos avalan que el
estado emocional es un prominente factor de riesgo en las
lesiones dentofaciales (44).

Alcoholismo

El elevado consumo de alcohol en adolescentes y la
historia de lesiones previas se han asociado con una alta tasa de
fracturas (44).

Otras consideraciones

Se ha apreciado que los hijos únicos o los de
parejas divorciadas son más proclives a fracturarse
algún elemento de la cavidad bucal (65). En cuanto a la
etnia, los estudios ofrecen cifras dispares. Así en 1996,
en una investigación realizada en Estados Unidos (66) se
observó que la prevalencia era superior en los
niños no caucasianos. En el año 2001, no se
encontraron diferencias significativas entre blancos, afro
americano e hispanos.

Parece existir una relación entre, la
época del año e incluso el día de la semana
y la frecuencia de las lesiones. Las escasas observaciones
indican que son más frecuentes en vacaciones, y los fines
de semana (66). Las proporciones corporales, a menudo,
contribuyen a que un niño decida participar en un deporte
determinado (baloncesto, balonmano, rugby, artes marciales), que
en sí mismo es un factor de riesgo (67).

1.3 Examen y diagnóstico de las lesiones
traumáticas dentales. Opciones
terapéuticas.

Los traumatismos dentarios son una situación
bastante frecuente, que tratándose de una emergencia
requiere de múltiples conocimientos y de un adiestramiento
clínico adecuado para actuar con rapidez y
eficacia.

Para efectuar el tratamiento adecuado de estas lesiones
resulta de gran importancia realizar un interrogatorio minucioso
al paciente o sus familiares conjuntamente con un exhaustivo
examen clínico y radiográfico. También se
debe realizar el seguimiento de los casos, evitando en lo posible
las complicaciones que se presentan. No obstante estas
complicaciones aparecen, por lo cual es también importante
su conocimiento con vistas a solucionarlas, eliminando o
atenuando las consecuencias desfavorables que las mismas
ocasionan (3,8).

Interrogatorio a pacientes y
familiares.

A continuación deben formularse una serie de
preguntas que ayudarán al diagnóstico y
planificación del tratamiento.

1- Cuándo tiempo transcurrido horas o
días, desde el traumatismo. El intervalo entre la
lesión y el examen iniciales muy importante a la hora de
decidir el tipo de tratamiento que va a realizarse, así
como para establecer el pronóstico.

2- Dónde se produjo la lesión. La
contestación es importante a efectos de seguros.
Además, el lugar del accidente permite también
determinar si es necesario tomar medidas preventivas contra el
tétanos

3– Cómo se produjo la lesión. La
naturaleza del golpe puede darnos ciertas claves sobre el tipo de
lesión que podemos esperar. Por ejemplo, un golpe lateral
sobre la barbilla puede provocar una fractura condilar del lado
opuesto. En la dentición de leche, la dirección del
golpe puede dar información sobre la posible lesión
de los sucesores permanentes.

4- Estado general de salud Hay que precisar si el
traumatismo provocó inconsciencia amnesia, cefalea,
mitos, excitación o dificultad en el enfoque
ocular. Ante cualquiera de estos síntomas hay que
sospechar afectación cerebral y enviara al paciente a un
centro para que reciba asistencia técnica.

Hay que interrogar al paciente o a sus padres sobre
posibles antecedentes médicos como trastornos
hemorrágicos, epilepsias o reacciones
alérgicas.

5- Síntomas. El dolor a la
masticación indica en algunos casos lesión
periodontal. Los trastornos de la oclusión se deben a
desplazamientos dentarios o fracturas maxilares. Se sospecha
hiperemia pulpar cuando aparecen reacciones frente a los cambios
técnicos.

6- Lesiones previas del diente o dientes en
cuestión.
No son raros los traumatismos repetidos en
la misma zona y en este caso el pronóstico puede ser menos
favorable (8,16).

Examen Clínico

Para el diagnóstico rápido y correcto de
la probable extensión de una lesión de la pulpa,
del periodonto y de las estructuras asociadas, resulta esencial
hacer un examen sistemático del paciente
traumatizado.

Debe incluir un minucioso examen de los tejidos blandos,
inspeccionándolos correctamente, tratando de observar la
presencia de cuerpos extraños, y determinando la
profundidad de las heridas. Luego se continúa con el
examen de los tejidos duros observando fracturas incompletas
(infracciones), conocidas con el nombre de fisuras, cuyo
diagnóstico se facilita dirigiendo un haz de luz
halógena desde la superficie palatina y por
transiluminación se podrá apreciar la presencia de
las mismas. En caso de fracturas coronarias deben ser detectadas
las posibles exposiciones pulpares, observando el tamaño y
vascularidad de la pulpa. Si la exposición es puntiforme,
se podrá ver limpiando bien la zona traumatizada
(15,54).

La prueba de movilidad:

Determinará la magnitud del desplazamiento de los
dientes, y la movilidad de grupos de dientes indicará la
fractura de la apófisis alveolar.

La prueba de percusión:

Se realiza en los niños pequeños colocando
el mango de un instrumento sobre la superficie dentaria. La
sensibilidad a la percusión axial (desde el borde
incisal), indicará daños en el ligamento
periodontal. Si la misma se realiza por vestibular, un sonido
agudo, metálico nos indicará que el diente afectado
está trabado en el hueso (luxación lateral o
intrusión). Durante el seguimiento, este sonido, nos
indica anquilosis, si colocamos un dedo sobre la superficie
lingual o palatina de ese diente, la percusión no se
siente.

Color del diente:

Partes: 1, 2, 3

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