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Composición química y principios activos de aloé vera




Enviado por Pablo Turmero



Partes: 1, 2

  1. Agua
  2. Vitaminas
  3. Sales minerales y
    oligoelementos
  4. Aminoácidos
  5. Enzimas
  6. Mono y
    polisacáridos
  7. Antraquinonas
  8. Saponinas
  9. Esteroles
  10. Lignina
  11. Anexos

No es fácil encontrar en la naturaleza una
planta que reúna tantas propiedades beneficiosas para la
salud en general y para la piel en particular. Hasta el momento
se han descrito más de 200 sustancias contenidas en el
aloe vera que mejoran el funcionamiento cotidiano de nuestro
organismo, entre las que destacan: 

Agua 

Como todas las suculentas el
aloe concentra un altísimo porcentaje de
agua en su
interior, de hecho el 95,5% de la planta está compuesta de
agua y sólo el 5% de otros componentes sólidos.
Esto hecho es crucial para explicar el sorprendente poder
terapéutico del aloe, pues el agua es el vehículo
idóneo en el que se disuelven el resto de las sustancias
biológicamente activas. 

Vitaminas 

Son compuestos
orgánicos vitales para el funcionamiento normal de nuestro
organismo. Su aporte debe realizarse a través de la
ingesta de
alimentos, que las sintetizan (a excepción de
la vitamina D, que podemos producirla). 

Las 13 vitaminas conocidas pueden dividirse en dos
grandes grupos

hidrosolubles (B y C), que se disuelven en agua, se
absorven fácilmente y no se acumulan en el organismo, y
liposolubles (A, D y E), que se disuelven en grasas; pueden
acumularse en el hígado para responder a necesidades
especiales y su exceso puede provocar una hipervitaminosis,
dañina para la salud. 

Vitamina A: También es conocida con el nombre de
retinol (debido a que genera los pigmentos de la retina). Se
trata de un potente regenerador celular, ideal para terapias
contra la psoriasis o el acné. 

Mejora la visión y previene el envejecimiento
prematuro. Favorece a su vez el crecimiento de los tejidos, en
particular de los la piel, los ojos y las mucosas. Proviene de
fuentes animales como los huevos, la carne, la leche, el queso,
la crema, el hígado, el riñón y el aceite de
hígado de bacalao. Son alimentos con un alto contenido en
grasas saturadas y colesterol, por lo que no conviene abusar. El
organismo es capaz de convertir el betacaroteno (presente en la
zanahoria, la calabaza, la batata o camote, el melón, el
calabacín, el cantalupo, la toronja, el albaricoque, el
brócoli, la espinaca y la mayoría de las hortalizas
de hoja verde) en retinol, así que también podemos
obtener esta vitamina sin consumir colesterol ni grasas
saturadas. La deficiencia de vitamina A puede aumentar la
susceptibilidad a enfermedades infecciosas y problemas de
visión. El consumo de grandes dosis de esta vitamina puede
causar defectos congénitos. La cantidad diaria recomendada
de vitamina A es de 5000 unidades internacionales (UI) para los
adultos y de 1000 a 3000 UI para los
niños

Vitamina B1: Se conoce también con el nombre de
tiamina. Protege el sistema nervioso, estimula la actividad
cardiaca y facilita la digestión. Ayuda a las
células del organismo a convertir carbohidratos en
energía. La tiamina se encuentra en los panes
fortificados, cereales, pasta, granos enteros (especialmente
germen de trigo), carnes magras (especialmente cerdo), pescado,
granos secos, fríjoles y granos de soja. Una deficiencia
de tiamina puede causar debilidad, fatiga, sicosis y daño
a los nervios. La deficiencia de tiamina se da con más
frecuencia en alcohólicos, ya que el consumo excesivo de
licor limita la capacidad del organismo para absorber esta
vitamina de los alimentos. 

Vitamina B2: O riboflamina. Facilita la
trasformación del alimento en energía. Combate la
anemia gracias a que favorece la absorción del hierro y
mejora el cabello, las uñas y la piel. Produce
glóbulos rojos y participa en la liberación de
energía de los carbohidratos. La carne magra, los huevos,
las legumbres, las nueces, las verduras, la leche y sus derivados
suministran la riboflavina en la dieta. Los panes y los cereales
a menudo se encuentran fortificados con riboflavina. Se
recomienda no almacenar los alimentos que la contengan en
recipientes de vidrio expuestos a la luz, ya que ésta la
destruye. Los síndromes de deficiencia de mayor
importancia son los que se caracterizan por dolor de garganta,
inflamación de las membranas mucosas, boca y/o labios
doloridos, anemia y dermatitis

Vitamina B3: O niacina. Efectivo desintoxicante;
también contribuye a la reducción del colesterol,
pues participa en la síntesis de las
grasas. 

La niacina colabora en las reacciones que generan
energía gracias a la conversión bioquímica
de hidratos de carbono, grasas y
proteínas

Se encuentra principalmente en la levadura, el
hígado, las aves, las carnes sin grasa, la fruta seca y
las legumbres. 

Vitamina B5: También conocida como ácido
pantoténico. Estimula la regeneración celular,
protege la piel y el cabello y es un poderoso hidratante.
Interviene como componente del coenzima A y de otras
moléculas importantes. Esta vitamina se utiliza en el
tratamiento de las alopecias, enfermedades de las uñas y
calambres del embarazo

No se encuentra en ningún alimento de origen
vegetal. La falta de ácido pantoténico puede
provocar infertilidad e insuficiencia adrenal, aumento de fatiga
y estrés, caída del cabello, heridas y
úlceras cutáneas y alteraciones en la sensibilidad
de los pies. Se encuentra sobre todo en huevos de ave y de
pescado, hígado, riñón, lácteos y
levadura. 

Vitamina B6: O Piridoxina. Ejerce un efecto beneficioso
sobe el sistema inmunológico, facilitando las conexiones
entre el sistemanervioso central y el periférico. Esta
vitamina ayuda a mantener la función normal del cerebro y
actúa también en la formación de
glóbulos rojos. Asimismo, la vitamina B6 se requiere en
las reacciones químicas necesarias para digerir las
proteínas y por lo tanto, cuanto mayor sea el consumo de
proteínas, mayor será la necesidad de vitamina B6.
En grandes dosis puede causar trastornos neurológicos e
insensibilidad. La deficiencia de esta vitamina puede ocasionar
úlceras en la boca y la lengua, al igual que
irritabilidad, confusión y depresión. La vitamina
B6 se encuentra en los fríjoles, las nueces, las
legumbres, los huevos, la carne, el pescado, los granos
integrales, al igual que en los panes y cereales
enriquecidos. 

Vitamina B9: O ácido fólico. Combate la
anemia y previene malformaciones fetales y tumores.
También ayuda al cuerpo (junto a la vitamina C y B12) a
digerir y utilizar las proteínas y sintetizar las
proteínas nuevas cuando se necesiten. Es necesario en la
producción de glóbulos rojos y en la
síntesis del ADN (que controla los factores hereditarios y
se utiliza para guiar la célula en sus actividades
diarias). El ácido fólico también colabora
con la función celular y en el crecimiento de los tejidos.
Además, ayuda a incrementar el apetito cuando es necesario
y estimula la formación de ácidos digestivos. La
deficiencia de ácido fólico puede causar retraso en
el crecimiento, encanecimiento del cabello, inflamación de
la lengua (glositis), úlceras bucales, úlcera
péptica y diarrea. También puede llevar a ciertos
tipos de anemias. Por lo general, no se presenta toxicidad con el
consumo de cantidades excesivas de ácido fólico, ya
que éste es hidrosoluble y el cuerpo lo excreta con
regularidad. Se encuentra en hortalizas, granos integrales,
legumbres, cítricos, carne e hígado.

Vitamina B12: O cobalamina. La vitamina B12, al igual
que las otras vitaminas del complejo B, desempeña un papel
importante en el metabolismo, ayuda a la formación de
glóbulos rojos en la sangre y al mantenimiento del sistema
nervioso central. Favorece la concentración y la memoria,
también previene la anemia y ejerce una función
protectora en lesiones precancerosas de pulmón, sobre todo
en fumadores. Acelera la recuperación de convalecientes y
ancianos.

Debido a que el cuerpo tiene la capacidad de almacenar
grandes cantidades de vitamina B12, su deficiencia nutricional es
sumamente rara. Sin embargo, la deficiencia se puede presentar
por la incapacidad de utilizarla. Esta incapacidad para
absorberla desde el tracto intestinal puede ser causada por una
enfermedad conocida como anemia perniciosa. Además, los
vegetarianos estrictos que no toman cantidades adecuadas de
vitamina B12 por medio de suplementos también son
susceptibles de padecer esta deficiencia. 

Los bajos niveles de vitamina B12 pueden causar anemia,
así como entumecimiento y hormigueo en las extremidades,
además de otros síntomas neurológicos como
debilidad y pérdida del equilibrio. La vitamina B12 se
encuentra en los huevos, la carne, las aves, los mariscos y en la
leche y sus derivados. 

Vitamina C: O ácido ascórbido. La vitamina
C se requiere para el crecimiento y reparación de tejidos
en todas las partes del cuerpo. Es necesaria para formar el
colágeno, una proteína importante utilizada para
formar la piel, el tejido cicatricial, los tendones, los
ligamentos y los vasos sanguíneos. La vitamina C es
esencial para la cicatrización de heridas y para la
reparación y mantenimiento de cartílago, huesos y
dientes. También es uno de muchos antioxidantes, como la
vitamina E y el betacaroteno. Actúa además en la
prevención de tumores. La deficiencia de vitamina C puede
llevar al resecamiento y formación de horquilla en el
cabello, gingivitis (inflamación de las encías) y
encías sangrantes, piel áspera, reseca y
descamativa, disminución de la tasa de
cicatrización de heridas, tendencia a la formación
de hematomas, sangrados nasales, debilitamiento del esmalte de
los dientes, dolor e inflamación de las articulaciones,
anemia, disminución de la capacidad para detener
infecciones y posiblemente aumento de peso debido a la baja tasa
metabólica y bajo gasto de energía. Una forma grave
de deficiencia de vitamina C se conoce como escorbuto, que afecta
principalmente a adultos de edad y desnutridos. El cuerpo no
fabrica la vitamina C por sí solo, ni tampoco la almacena,
por lo tanto es importante incluir muchos alimentos que contengan
vitamina C en la dieta diaria. La vitamina C es hidrosoluble y es
regularmente excretada por el cuerpo, por ello la toxicidad es
muy poco común. Sin embargo, no se recomiendan cantidades
superiores a 2000 mg/día, dado que tales dosis altas
pueden llevar a malestar estomacal y diarrea. Todas las frutas y
verduras contienen alguna cantidad de vitamina C. Los alimentos
que tienden a ser las mayores fuentes de vitamina C son, entre
otros: el pimiento verde, las frutas y jugos de cítricos,
las fresas, los tomates, el brócoli, los nabos y otras
verduras de hoja verde, la papaya, el mango, el melón, la
col de Bruselas, la coliflor, el repollo, los pimientos rojos, la
frambuesa, los arándanos, la piña y los
arándanos. Vitamina D: O calciferon. Favorece la
absorción de minerales en los procesos de
osificación. La vitamina D estimula la absorción
del calcio en el cuerpo, que es un elemento esencial para el
desarrollo y mantenimiento de dientes y huesos sanos. El calcio
también es importante para las células nerviosas,
incluyendo el cerebro. También ayuda a mantener los
niveles sanguíneos adecuados de calcio y fósforo.
La deficiencia de vitamina D puede llevar a que se presente
osteoporosis en adultos y raquitismo en niños. Las dosis
excesivas de vitamina D pueden hacer que aumente la
absorción del calcio desde el tracto intestinal, lo cual
puede incrementar la absorción del calcio de los huesos,
llevando a niveles elevados de este mineral en la sangre. Esto, a
su vez, puede ocasionar luego depósitos de calcio en los
tejidos blandos como el corazón y los pulmones, reduciendo
su capacidad para funcionar. La ingestión exagerada de
vitamina D también puede ocasionar cálculos
renales, vómito y debilidad muscular. Se encuentra en
productos lácteos, cereales enriquecidos, pescados y
ostras. 

Vitamina E: O tocoferol. Potente regenerador celular y
antioxidante. 

Cuida y mejora la piel, así como el aparato
cardiocirculatorio. La vitamina E protege el tejido corporal del
daño causado por sustancias inestables llamadas radicales
libres. Estos radicales pueden dañar células,
tejidos y órganos y se cree que son una de las causas del
proceso degenerativo que se observa con el envejecimiento.
También es importante en la formación de
glóbulos rojos y ayuda al cuerpo a utilizar la vitamina K.
Se encuentra en el germen de trigo, maíz, nueces,
semillas, aceitunas, espinacas, espárragos y aceites
vegetales. 

Sales minerales y
oligoelementos 

El aloe es rico en sales minerales y
oligoelementos, entre las que destacan: Hierro: Componente
esencial de la sangre (a la que da el color), previene la anemia.
El hierro es parte de la hemoglobina en los glóbulos rojos
y la mioglobina en los músculos. El papel de ambas
moléculas es transportar oxígeno. El hierro
también integra muchas proteínas y enzimas en el
cuerpo. Si se mezcla algo de carne magra, pescado o carne de aves
con fríjoles o vegetales de hojas oscuras, puede mejorar
hasta tres veces la absorción de hierro de fuentes
vegetales. Los alimentos ricos en vitamina C también
aumentan la absorción de hierro. Algunos alimentos reducen
la absorción de hierro: por ejemplo, el té negro es
una bebida aromática comercial que contiene sustancias que
se fijan al hierro y no permiten que el organismo lo asimile. Los
síntomas de reducción en las reservas de hierro son
entre otros: falta de energía, dificultad para respirar,
dolor de cabeza, irritabilidad, vértigo y pérdida
de peso, anemia. La hemocromatosis es un trastorno
genético que afecta la regulación de la
absorción de hierro. El tratamiento consta de una dieta
baja en hierro, ningún suplemento de hierro y la
extracción de sangre (flebotomía) realizada en
forma regular. El exceso de reservas de hierro en el organismo se
conoce como hemosiderosis y proviene del consumo excesivo de
suplementos de hierro o de las transfusiones sanguíneas,
mas no del consumo elevado de hierro en la
dieta. 

Tienen especial riesgo de sufrir una carencia de hierro
las mujeres con exceso de menstruación, mujeres
embarazadas, corredores de largas distancias, vegetarianos
estrictos, adolescentes y personas con cualquier tipo de
pérdida de sangre por vía intestinal. Aportan
hierro las legumbres, cereales, huevos, marisco, verduras de hoja
verde y carne. 

Calcio: El calcio es el mineral más abundante que
se encuentra en el cuerpo humano y representa entre de 1,5 a 2%
del peso corporal total de un adulto. Los dientes y los huesos
contienen la mayoría del calcio que se encuentra en el
cuerpo (alrededor del 99%). El calcio en estos tejidos se
concentra en forma de sales de fosfato de calcio. Los tejidos
corporales, las células nerviosas, la sangre y otros
fluidos del cuerpo contienen la cantidad restante de calcio.
Previene la osteoporosis, la artritis y otros problemas
reumáticos, ayuda a la coagulación de la sangre
cuando es necesario y regula el ritmo cardiaco y los impulsos
nerviosos. El calcio es uno de los minerales más
importantes para el crecimiento, mantenimiento y
reproducción del cuerpo humano y es esencial en la
formación y mantenimiento de dientes y huesos sanos. Los
huesos están siendo continuamente reabsorbidos y
reformados e incorporan el calcio a su estructura, al igual que
otros tejidos. Los dientes incorporan calcio a su estructura de
manera similar a la de los huesos. Además de ayudar a
mantener los dientes y huesos sanos, el calcio tiene otras
funciones. La coagulación de la sangre, la
transmisión de impulsos nerviosos, la contracción
muscular, la relajación, los latidos normales del
corazón, la estimulación de la secreción
hormonal, la activación de las reacciones de las enzimas,
así como también otras funciones requieren
pequeñas cantidades de calcio. Normalmente, el incremento
del consumo de calcio durante períodos limitados no
ocasiona efectos tóxicos, ya que la orina y las heces
fácilmente eliminan cualquier exceso. Sin embargo, el
consumo alto de calcio se ha asociado con un incremento del
riesgo de cálculos renales en personas susceptibles a
ellos. El consumo bajo de calcio durante períodos de
tiempo prolongados puede hacer que se presente una deficiencia de
calcio, condición que lleva a la osteoporosis, la
pérdida del hueso mandibular y problemas de salud oral
secundarios, hipertensión y otros trastornos. Se encuentra
en lácteos, verduras de hoja verde y legumbres
secas. 

Fósforo: El fósforo es un mineral que
constituye el 1% del peso corporal total. Se encuentra en
todas las células del cuerpo, pero los dientes y
huesos contienen el 85% de la cantidad de fósforo total
del cuerpo. Combinado con el calcio favorece la
mineralización de los huesos y aporta vigor y
energía a los músculos. Este mineral cumple un
papel muy importante en la utilización de carbohidratos y
grasas en el cuerpo, en la síntesis de
proteína para el crecimiento, al igual que la
conservación y reparación de células y
tejidos. Asimismo, es fundamental para la producción
de ATP, una molécula que el cuerpo utiliza para
almacenar energía. El fósforo trabaja con las
vitaminas B y también participa en la
contracción de músculos, el funcionamiento de
los riñones, la conservación de la regularidad de
los latidos del corazón y en la conducción
nerviosa. No existe una deficiencia conocida de
fósforo debido a que es un mineral de alta
disponibilidad en los suministros alimenticios. Los niveles
excesivamente altos de fósforo en la sangre, que son
raros, se pueden combinar con el calcio para formar
depósitos en los tejidos blandos, como los
músculos. Estos casos ocurren solamente en personas
con daño renal severo o grave deterioro de sus
mecanismos de regulación del calcio. Se encuentra en
almendras, ajos, avena, maíz, lentejas, coles,
lechuga, cebolla y manzana entre otras. 

Magnesio: El magnesio cumple diversas funciones
metabólicas y juega un papel importante en la
producción y el transporte de energía.
También es útil en la contracción y la
relajación muscular. Este mineral participa en la
síntesis de las proteínas y toma parte en el
funcionamiento de ciertas enzimas en el organismo. Los
síntomas tóxicos producidos por el consumo
elevado de magnesio no son muy comunes debido a que el organismo
elimina las cantidades en exceso. Dicho exceso de magnesio
se produce casi siempre cuando se suministra como
medicamento. La deficiencia de magnesio es poco común y
los síntomas son, entre otros, debilidad muscular,
fatiga, hiperexcitabilidad y somnolencia. La deficiencia de
magnesio puede afectar a los pacientes alcohólicos o
a las personas cuya absorción de magnesio ha
disminuido debido a una cirugía, quemaduras severas
o problemas con la mala absorción (absorción
insuficiente de nutrientes en el tracto intestinal).
Asimismo, ciertos medicamentos o niveles sanguíneos
bajos pueden estar asociados con la deficiencia de magnesio.
Se encuentra en los productos de soja, legumbres y semillas,
nueces, albaricoques, aguacates,
plátanos… 

Manganeso: Es parte importante en la constitución
de ciertas enzimas. Su deficiencia produce pérdida de
peso, dermatitis y náuseas. Se cree que participa en
funciones sexuales y reproductoras y se encuentra
principalmente en el hígado, huesos, páncreas
e hipófisis. Mejoran la musculatura y regulan el
ritmo cardiaco. También tienen propiedades calmantes
y antidepresivas. Se encuentra en cereales, legumbres y
frutos secos (especialmente las nueces). 

Potasio: Combate la hipertensión,
mejora el rendimiento deportivo y elimina residuos del
organismo. El potasio es un mineral que interviene tanto en
las funciones eléctricas como celulares del cuerpo y
se lo clasifica como un electrolito. El potasio es un mineral
muy importante para el cuerpo humano, debido a que cumple
varios papeles en el metabolismo y funciones corporales y
esencial para el funcionamiento apropiado de todas las
células, tejidos y órganos: ayuda a la
síntesis de proteinas y carbohidratos, regula el
equilibrio ácido básico y es necesario para el
crecimiento normal del cuerpo. 

Una deficiencia de potasio (hipocaliemia)
se puede presentar en personas con ciertas enfermedades o
como resultado del consumo de diuréticos para el
tratamiento de la presión sanguínea alta o
la insuficiencia cardíaca. Los diuréticos
probablemente son la causa más común de
hipocaliemia. Los problemas más comunes asociados
con niveles reducidos de potasio son cambios en el
electrocardiograma, debilidad y fatiga. Las arritmias
cardíacas (latidos cardíacosirregulares)
también podrían ser una preocupación. Una
gran variedad de afecciones puede ocasionar la
pérdida de potasio del cuerpo, entre las cuales las
más comunes son el vómito y la diarrea. La
enfermedad renal (como la insuficiencia renal aguda) y la
diabetes, dependiendo del estado de cada una de
ellas, también pueden ocasionar fluctuaciones en los
niveles de potasio. Además, muchos medicamentos como
los diuréticos, laxantes y esteroides pueden causar
reducción de los niveles de potasio. Se encuentra en
verduras, frutas, legumbres, levadura, frutos secos, carne,
brócoli, tomate, lechuga, perejil, bacalao, sardinas y
chocolate. 

Cromo: El cromo es importante para el metabolismo de las
grasas y de los carbohidratos, y para estimular la
síntesis de los ácidos grasos y del
colesterol, los cuales son relevantes para las
funciones cerebrales y otros procesos corporales. El cromo
es también un activador de varias enzimas, que se
requieren para dirigir numerosas reacciones químicas
necesarias en la vida. También es importante en el
metabolismo de la insulina. La deficiencia de cromo se
puede manifestar en un deterioro de la tolerancia a la
glucosa. Se observa en los ancianos con diabetes mellitus no
insulinodependientes y en los bebés con
desnutrición proteico-calórica. Un suplemento de
cromo ayuda al manejo de estas condiciones, pero no es un
sustituto de otros tratamientos. Debido a la baja
absorción y a la alta tasa de excreción de
cromo, su toxicidad no es común. La mejor fuente
de cromo es la levadura de cerveza, también
está en carne, huevos, hígado, manzanas,
plátanos, pimiento verde y espinacas. 

Cobre: El cobre es un oligoelemento esencial que
está presente en todos los tejidos del cuerpo. El
cobre, al igual que el hierro, contribuye a la
formación de los glóbulos rojos y ayuda al
buen mantenimiento de los vasos sanguíneos, los
nervios, el sistema inmunólogico y los huesos. Buen
antioxidante y antiinflamatorio. Util contra la artritis y
los trastornos de la circulación. El cobre es
tóxico en grandes cantidades. Un trastorno
hereditario muy raro, la enfermedad de Wilson, ocasiona
depósitos de cobre en el hígado, el cerebro y
otros órganos. El aumento de cobre en estos
tejidos conduce a hepatitis, problemas renales, trastornos
cerebrales y otros problemas. Se encuentra en
vísceras tales como hígado y
riñones, también en mariscos, granos enteros,
nueces, legumbres, levadura y verduras de hoja
oscura. 

Sodio: Regula el equilibrio de los líquidos en el
organismo. El sodio es un mineral que ayuda a regular el
volumen y la presión sanguínea. También
contribuye al funcionamiento apropiado de músculos
y nervios. La forma más común de sodio es el
cloruro de sodio o sal de cocina. Conviene no excederse con
los alimentos ricos en sal, pues el exceso de sodio puede
aumentar la presión arterial. Además, el
sodio puede llevar a que se presente retención de
líquidos en los pacientes con insuficiencia
cardíaca congestiva, cirrosis o enfermedad
renal. Estos pacientes deben seguir dietas con
restricción estricta de sodio prescrita por el
médico. Se encuentra además de en la sal en
anchoas de lata en aceite, bacon, aceitunas, queso, carne y
pescado. 

Zinc: El zinc es un oligoelemento importante que se
encuentra en segundo lugar después del hierro, por su
concentración en el organismo. Estimula el sistema
inmunológico, es antiinflamatorio y potencia el
apetito sexual. Ayuda a combatir las infecciones y
acelera su curación. Se requiere para la actividad de
las enzimas, necesarias en la división y crecimiento de
las células, al igual que en la cicatrización
de heridas. Juega un papel importante en la agudeza de los
sentidos del olfato y del gusto; a la vez que también
juega un papel en el metabolismo de los carbohidratos. Los
síntomas asociados con la deficiencia del zinc
incluyen: crecimiento lento, disminución del apetito,
pérdida de cabello, aumento de infecciones y lesiones en
la piel. El zinc es uno de los oligoelementos menos
tóxicos. Los suplementos de zinc en grandes
cantidades (por ejemplo, de 70 a 100 veces las cantidades
recomendadas) pueden causar diarrea, cólicos
abdominales y vómito que se presentan en el lapso de tres
a diez horas después del consumo del suplemento. Pero
los síntomas disminuyen en un corto período de
tiempo después de la interrupción del consumo.
El zinc se encuentra en la carne roja magra, los moluscos,
leche, yogures, levadura de cerveza, cereales,
huevos, semillas y nueces.

Selenio: El selenio es un oligoelemento esencial que
integra las enzimas, las cuales son determinantes para el
control de numerosas reacciones químicas involucradas
en las funciones cerebrales y corporales. El selenio tiene
diversas funciones. La principal es su papel como agente
antioxidante en la enzima
selenio-glutatión peroxidasa. Esta enzima neutraliza
el peróxido de hidrógeno, que es producido por
algunos procesos celulares y que, de no ser por
ésta, causaría daño a las membranas
celulares. También parece estimular la
formación de anticuerpos como respuesta a las vacunas y
puede brindar protección contra los efectos
tóxicos de los metales pesados y otras sustancias.
Puede contribuir a la síntesis de las proteínas,
al crecimiento y desarrollo y a la fertilidad, especialmente
en los hombres, ya que se ha demostrado que el selenio
aumenta la producción de semen y la movilidad de los
espermatozoides. La deficiencia del selenio se puede presentar
también en pacientes alimentados por vía
intravenosa durante largos períodos de
tiempo. 

Se ha reportado que la causa de la enfermedad de Keshan
es la deficiencia de selenio, lo cual ocasiona una
anomalía en el músculo cardíaco. Dicha
enfermedad se cobró la vida de muchos niños en
la China, hasta que se descubrió su relación
con el selenio y se lo comenzó a suministrar en los
suplementos. Los niveles elevados de selenio pueden llevar a
la toxicidad en el ganado que pasta en suelos ricos en este
elemento, ocasionando en los animales problemas musculares,
visuales y del corazón. No se conoce la cantidad
de selenio suficiente para ocasionar toxicidad en los seres
humanos; pero el exceso en su consumo puede causar problemas
con la resistencia de los dientes y el esmalte dental. Otros
problemas pueden ser la pérdida de los dientes, el
cabello y las uñas y se puede presentar
también inflamación de la piel, náusea y
fatiga. El pescado, los mariscos, las carnes rojas, los
granos, los huevos, el pollo, el hígado y el ajo son
todos buenas fuentes de selenio. La cantidad de selenio en
los vegetales depende del contenido del mismo elemento que
tenga el suelo. La levadura de la cerveza y el germen de
trigo son también fuentes de selenio y son
considerados 'alimentos sanos'. 

Silicio: Este oligoelemento cumple la importante
función de estimular las células que
participan en la formación de huesos y cartílagos,
por lo que puede resultar beneficioso para combatir la
osteoporosis. 

Además, es aconsejable incluir de
forma habitual alimentos ricos en silicio en la dieta de
personas que hayan sufrido una fractura ósea,
en especial en ancianos, ya que en ellos el proceso de
cicatrización del hueso es más lento. El
silicio también está presente en
cantidades importantes en otros tejidos del cuerpo como el
pelo, la córnea, los tendones, la piel o las
arterias. En el caso de estas últimas se piensa que
el silicio juega un papel significativo en la salud vascular, ya
que las arterias endurecidas presentan una cantidad de este
mineral quince veces menor que las sanas. El refinado de los
alimentos es una de las principales causas de deficiencia de
silicio en la dieta ya que gran parte de este oligoelemento
está presente en la cáscara de los cereales,
porción que se elimina durante el refinado. El
déficit de silicio podría provocar no solo
alteraciones en huesos ycartílagos, sino también
falta de elasticidad en la piel y caída del cabello.
Este mineral abunda sobre todo en los cereales
integrales. 

Germanio: En su forma orgánica cada
átomo de germanio está ligado a tres de
oxígeno, de ahí que contribuya a aumentar
la absorción de oxígeno por las células
corporales. Esto es de vital importancia, pues incluso las
células cancerosas pueden recuperar su estado normal
cuando se les aumenta su capacidad de absorción
de oxígeno en la sangre, ya que dichas células
no pueden metabolizar adecuadamente el oxígeno. El
germanio es pues un agente antitumoral. Participa asimismo
en la eliminación de desechos celulares, y posee una
acción antioxidante y estimulante del
sistema inmunitario, siendo capaz de estimular la
producción de gammainterferón, tanto en animales
como en seres humanos, sin efectos laterales ni toxicidad.
Su absorción se realiza en el intestino delgado, no
se almacena en el organismo por lo que no es tóxico
siempre que hablemos de su forma orgánica; no sucede
lo mismo con otros compuestos inorgánicos. La falta
de germanio puede provocar una deficiencia en la
oxigenación cerebral, alteraciones del
sistema inmunitario, disminución del contenido de
oxígeno en los órganos, acumulación de
radicales libres y mayor tendencia a las infecciones. Las
mejores fuentes de este mineral las podemos hallar en el ajo,
el aloe vera, el ginseng, los champiñones y la
borraja. 

Aminoácidos 

El
aloe aporta diecinueve de los veintidós aminoácidos
que necesita nuestro organismo, siete de los cuales son
esenciales y no podemos sintetizarlos por nosotros mismos,
por lo que hemos de recurrir a aportes externos. Son
fundamentales porque al combinarse formas las
proteínas, esenciales para la vida y muy necesarios para
aquellas personas que tengan una intensa actividad
deportiva. También sirven, entre otras funciones, de
materia prima en la obtención de otros productos
celulares, como hormonas y pigmentos. Tanto
los aminoácidos esenciales como los no esenciales,
intervienen en la formación de enzimas
neurotransmisores (mensajeros químicos), anticuerpos
y transportadores de nutrientes. Los
aminoácidos esenciales son: histidina, isoleucina,
leucina, lisina, metionina, fenilalanina, treonina,
triptófano y valina. Los no esenciales, que nuestro
organismo es capaz de produdir son: serina,
prolina, histidina (en origen considerada esencial en
niños y no esencial en adultos, aunque recientemente
algunos estudios dicen que puede ser también esencial
en adultos), hidroxiprolina, glutamina, glicina, L-arginina,
alanina, ácido glutámico y ácido
aspártico. Existen dos aminoacidos más en el
aloe denominados semi-esenciales: tirosina y
cisteína. 

L-Arginina: es esencial para el metabolismo
de los músculos pues proporciona un vehículo
de transporte, almacenaje y excreción
de nitrógeno. La L-Arginina es un componente
importante para la producción y regeneración
de los tejidos. Aparece altamente concentrado en la piel y
en los tejidos conectivos, y ayuda a eliminar el amoniaco
del cuerpo como parte del ciclo de la urea. 

BCAA (Aminoácidos Ramificados en
Cadena: L-Leucina, L-Isoleucina, y L-Valina): el tejido muscular
se compone en gran medida de BCAAs, que son utilizados para
la producción de energía y para la
síntesis de proteínas. Las BCAAs también
actúan en el metabolismo de los neurotransmisores,
sustancias químicas naturales del cerebro, que
influyen en el estado de ánimo y en otras
funciones mentales. 

L-Carnitina: la carnitina es realmente un
dipéptido – un aminoácido compuesto por dos
aminos esenciales, la metionina y la lisina. La Lcarnitina es
importante para el metabolismo de las grasas, especialmente
en las células del corazón y de los
músculos. También es necesaria para el
transporte de ácidos grasos de cadena larga a
las mitocondrias, donde los ácidos son oxidados y
quemados para la producción de
energía.

L-Cisteína: es un aminoácido portador de
azufre con propiedades antioxidantes. Es importante en la
síntesis de la queratina, proteína que se
encuentra en la piel, el pelo y las uñas. También
juega un papel en el metabolismo de la energía y en
la síntesis de los
ácidos grasos. 

L-Fenilalanina: es un precursor de la tirosina, que se
utiliza en la producción de ciertas hormonas
(epinefrina, norepinefrina, dopa, dopamina) y se absorbe
mejor que la tirosina. La L-fenilalanina es importante para
la producción de los mensajeros químicos
del cerebro denominados neurotransmisores. 

DLPA (D,L-Fenilalanina): la DLPA es una mezcla de la
forma natural de la fenilalanina (la forma L) con su imagen
en el espejo (la forma D). La DL-fenilalanina puede tener la
capacidad única de bloquear ciertas enzimas (la
encifalinasa) en el sistema nervioso central, enzimas
normalmente responsables del colapso de las hormonas
semejantes a la morfina, llamadas endorfinas
y encefalinas. 

Glicina: es un antiácido y endulcorante natural
que actúa en la síntesis del ADN, los
fosfolípidos y el colágeno. La glicina
también ayuda a guardar glucosa para la
producción de energía aumentando la cantidad
almacenada de glucógeno. 

L-Glutamina: una fuente importante de energía
para el cerebro y todo el cuerpo, se encuentra en el cortex
cerebral y en varias zonas del cerebro. La
concentración de glutamina en la sangre es tres
o cuatro veces mayor que la de todos los demás
aminoácidos. El cuerpo lo transforma en ácido
glutámico. También se ha demostrado que
la L-glutamina es esencial para la función inmune
sana. 

L-Glutatión: péptido portador natural de
azufre, formada por la unión de tres
aminoácidos: al ácido glutámico, la
cisteína y la glicina. Actúa como antioxidante
y desintoxicante, y también participa en
el transporte de aminoácidos a través de las
membranas celulares. 

L-Histidina: los niños y los adultos pueden
sintetizar algo de histidina en sus cuerpos, pero la
mayoría de la histidina procesada en el cuerpo
procede de la dieta. La L-histidina es importante para
el crecimiento y la reparación de los
tejidos. 

L-Lisina: es importante para el crecimiento, la
reparación de los tejidos, y la producción de
hormonas, enzimas y anticuerpos. Las últimas
investigaciones están dirigidas al posible papel
beneficioso de la L-lisina contra los virus de los herpes.
La L-lisina se encuentra en grandes cantidades en el tejido
muscular. 

L-Metionina: es un aminoácido que contiene
azufre, con propiedades antioxidantes. La L-metionina es
importante para la salud de las uñas y la piel, y
para la sínteses de la taurina, la Lcisteína, la
fosfatidilcolina (lecitina), la bilis, la L-carnitina y
las endorfinas. 

L-Ornitina: combinada con la L-arginina, ambas influyen
en las hormonas del crecimiento y son necesarias para una
función adecuada del hígado y del sistema
inmune. 

Taurina: es un compuesto simple que contiene azufre, y
además, es uno de los aminoácidos más
abundantes en el cuerpo. Juega una variedad de papeles en el
funcionamiento normal del cerebro, el corazón, la
vesícula biliar, los ojos y el sistema
cardiovascular. Básicamente su función
consiste en facilitar el paso de iones de sodio, potasio y
magnesio dentro y fuera de las células, y
estabilizar eléctricamente las membranas celulares.
La taurina es un aminoácido esencial en los
recién nacidos y el feto porque no la pueden
sintetizar. L-5 Hidroxitriptofano (5-HTP): el 5-HTP es un
aminoácido que se encuentra en pequeñas
cantidades en comidas proteicas. Es un derivado del
aminoácido esencial L-triptofano y es el precursor
del neurotransmisor serotonina. 

Tirosina: es un componente de los amino azúcares
y amino lípidos proteicos que tiene unas funciones
muy importantes en todo el cuerpo. Es muy importante para la
nutrición cerebral porque es un precursor de los
neurotransmisores -dopamina, norepinefrina y epinefrina.
También forma una parte importante de péptidos
tales como las encefalinas, que sirven para aliviar el dolor
en el cerebro. También es el precursor de ciertas
hormonas, como la tiroides y los catecolestrógenos
(sustancias químicas que son al mismo
tiempo estrógenos y catecolaminas) y del pigmento
humano más importante, la melanina. 

Enzimas 

Son sustancias proteínicas que posibilitan
importantes reacciones bioquímicas en el organismo,
como la digestión de grasas y proteínas, como
es el caso de la lipasa y la proteasa; o actuar sobre a
inflamación de tejidos, favoreciendo la
cicatrización y produciendo un efecto
analgésico, como la carboxipeptidasa. Las enzimas
sirven también para construir o destruir
biomoléculas necesarias para el crecimiento y
mantenimiento celular, constituyen asimismo un factor de
penetración que favorece la absorción rápida
de determinadas sustancias, acelerando procesos como el de
cicatrización, coagulación,
regeneración celular… Las enzimas se pueden
encontrar en todos los órganos del cuerpo; por
ejemplo, están presentes en la boca (saliva),
estómago (jugo gástrico) e intestinos (jugo
pancreático, jugo intestinal y mucosa intestinal) y
pueden convertir almidones, proteínas y azúcares
en sustancias que el cuerpo puede digerir. 

Mono y
polisacáridos 

Son responsables de muchos de los efectos
terapeúticos del aloe. Se trata de glúcidos,
hidratos de carbono simples (monosacáridos),
tales como la glucosa, manosa o galactosa; o bien complejos,
constituidos por largas cadenas de azúcares simples,
tales como el glucomanano o el acemanano. Protegen las
paredes del estómago y el intestino, aumentan las
defensas y mantienen hidratados los tejidos.
Tienen además un importante valor nutritivo y
energético. Entre todos los polisacáridos
conviene destacar la acción del acemanano, un
potente germicida, fungicida y bactericida, pues se ha
demostrado que además fortalece el sistema inmune y
tiene un efecto antitumoral, cumpliendo una tarea vital en
la prevención y tratamiento de enfermedades muy
graves como algunos tipos de cáncer, SIDA
o esclerosis múltiple. 

Antraquinonas 

Son laxantes
naturales y potentes antibioticos y antivirales.
Las principales antraquinonas del aloe
son: 

La aloina: con propiedades laxantes y
analgésicas. 

La aloemodida: además de laxante es muy eficaz en
la lucha contra las infecciones, es bactericida y fungicida.
Por medio de determinadas reacciones orgánicas genera
acido salicílico, siendo este último
el componente de la aspirina, de ahí su efecto
calmante y febrífugo. 

El ácido aloético: tiene acción
bactericida y antivírica, neutraliza las toxinas
bacterianas. 

Partes: 1, 2

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