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La conciencia después de la muerte



  1. Introducción
  2. Desarrollo

Introducción

Quisiera aclarar algunos conceptos relacionados con la
monografía, los cuales les ayudaran a comprender la
evidencia que les presentará mi colega el Dr. Sam Parnia,
el mismo ha dedicado más de un tercio de su vida al
estudio del tema en cuestión. Se ha escrito mucho sobre
experiencias después de la muerte, pero casi nunca se ha
estudiado a profundidad.

Conciencia: conocimiento que una persona
tiene de sí misma y del mundo que la rodea. Facultad del
espíritu que impulsa a hacer el bien y a rechazar el mal.
Moralidad.

La conciencia en psiquiatría puede también
definirse como el estado cognitivo no abstracto que permite la
interactuación, interpretación y asociación
con los estímulos externos, denominados realidad. La
conciencia requiere del uso de los sentidos como medio de
conectividad entre los estímulos externos y sus
asociaciones. Los humanos adultos sanos tienen conciencia
sensitiva y conciencia abstracta, aunque también el
pensamiento abstracto se presenta en otras especies animales,
así mismo se ha comprobado que algunas especies animales
tiene una conciencia rudimentaria de sí mismos.

Muerte: Se puede definir como un evento
obtenido como resultado de la incapacidad orgánica de
sostener la homeostasis. Dada la degradación del
ácido desoxirribonucleico (ADN) contenido en los
núcleos celulares, la réplica de las células
se hace cada vez más costosa. Desde el punto de vista
médico es el cese global de funciones sistémicas en
especial de las funciones bioeléctricas cerebrales, y por
ende de las neuronales. La muerte es, en esencia, un proceso
terminal que consiste en la extinción del proceso
homeostático de un ser vivo y, por ende, concluye con el
fin de la vida. El proceso de fallecimiento -aunque está
totalmente definido en algunas de sus fases desde un punto de
vista neurofisiológico, bioquímico y
médico-, aún no es del todo comprendido en su
conjunto desde el punto de vista termodinámico y
neurológico y existen discrepancias científicas al
respecto. Adicionalmente no se ha definido científicamente
en qué parte del proceso está el umbral en que se
pasa de la vida a la muerte.

No es fácil definir la vida. Por eso tampoco es
fácil definir la muerte. Así como se habla del
momento del comienzo de la vida, también se ha de hablar
del momento de la muerte, que en el ser humano es uno de los
momentos biográficos. La muerte es la separación
del principio vital (llámese alma, psique, etc.) y del
cuerpo, en la concepción filosófica clásica.
Para Sócrates, la muerte es parcial, pues el alma no puede
ser envenenada por la cicuta. Para Schopenhauer, la
descomposición del cuerpo en la muerte puede verse de
forma analógica como la eliminación de las heces,
como una excreción. También se ha dado una
definición muy impersonal de la muerte: es la
extinción del sistema individual. O también: es la
supresión del metabolismo. Pero todo el mundo sabe que la
muerte es personal. El hombre es el único animal que
conoce que va a morir, y siente que la muerte es como el
último tono de la melodía de la vida. Es hacia los
tres o cuatro años de edad, cuando el niño tiene la
experiencia de la yoidad, cuando aparece la angustia de la
muerte. Tal angustia se atenúa o desaparece si el
individuo piensa que la muerte no es más que un momento de
la biografía, biografía que continúa, de
otro modo, pasado tal instante. Para Rilke, la hora de la muerte
no es más que una de nuestras horas. Por otra parte, el
fenómeno es inexplicable bajo el punto de vista de la
experiencia, ya que el individuo vivo no tiene noción de
lo que pueda ser la terminación de su vida. Por eso, el
miedo a morir es normal en todos los seres humanos, y sobre todo
si se trata de una muerte dolorosa, dramática; en tales
casos, el posible deseo y petición de la muerte puede
interpretarse en el sentido de que ese individuo pide ayuda
médica, consuelo moral, compañía, calor
humano, ayuda espiritual (Medicina Paliativa), medios todos ellos
que hacen digna la muerte.

Muerte Cerebral: Gracias al avance
tecnológico de la medicina, hoy es posible mantener una
actividad cardíaca y ventiladora artificial en cuidados
intensivos, en una persona cuyo corazón ha dejado de latir
y no es capaz de respirar por sí mismo, por lo cual esto
demuestra que no es estar muerto. El protocolo utilizado para el
diagnóstico de la muerte en este caso es diferente y debe
ser aplicado por especialistas en ciencias neurológicas,
hablándose entonces de "muerte cerebral" o "muerte
encefálica". En el pasado, algunos consideraban que era
suficiente con el cese de actividad eléctrica en la
corteza cerebral (lo que implica el fin de la consciencia) para
determinar la muerte encefálica, es decir, el cese
definitivo de la conciencia equivaldría a estar muerto,
pero hoy se considera, en casi todo el mundo, difunta a una
persona (aún si permanece con actividad cardiaca y
ventiladora gracias al soporte artificial en una unidad de
cuidados intensivos), tras el cese irreversible de la actividad
vital de todo el cerebro incluido el tallo cerebral (estructura
más baja del encéfalo encargada de la gran
mayoría de las funciones vitales), comprobada mediante
protocolos clínicos neurológicos bien definidos y
soportada por pruebas especializadas.

En estos casos, la determinación de la muerte
puede ser dificultosa. Un electroencefalograma, que es la prueba
más utilizada para determinar la actividad
eléctrica cerebral, puede no detectar algunas
señales eléctricas cerebrales muy débiles o
pueden aparecer en él señales producidas fuera del
cerebro y ser interpretadas erróneamente como cerebrales.
Debido a esto, se han desarrollado otras pruebas más
confiables y específicas para evaluar la vitalidad
cerebral como la Tomografía por Emisión de
Fotón Único (SPECT cerebral), la
Panangiografía cerebral y el Ultrasonido
transcraneal.

La reanimación cardiopulmonar
(RCP):
o reanimación cardiorrespiratoria (RCR),
es un conjunto de maniobras temporales y normalizadas
internacionalmente destinadas a asegurar la oxigenación de
los órganos vitales cuando la circulación de la
sangre de una persona se detiene súbitamente,
independientemente de la causa de la parada
cardiorrespiratoria.

La evaluación científica ha demostrado que
no hay criterios claros para predecir con seguridad la utilidad
de una reanimación cardiorrespiratoria. La
reanimación cardiopulmonar debe practicarse sobre toda
persona en parada cardiorrespiratoria, es decir:

* Inconsciente: la persona no se mueve
espontáneamente, no reacciona ni al tacto ni a la
voz.

* Que no respire: después de la liberación
de las vías aéreas (desabrochar la ropa que pueda
molestar la respiración), no se observa ningún
movimiento respiratorio y no se siente el aire salir por la nariz
o la boca.

Desarrollo

Sam Parnia practica medicina de reanimación en
los Estados Unidos, Canadá y algunos países de
Europa. En otras palabras, ayuda a la gente a regresar de entre
los muertos… y algunos regresan con historias. Sus relatos
pueden ayudar a salvar vidas, e incluso pueden ser un
desafío para las ideas tradicionales de la ciencia sobre
la naturaleza de la conciencia "La evidencia que tenemos hasta
ahora es que la conciencia humana no es aniquilada", dice Parnia,
un médico en el Hospital de Stony Brook University y
director del programa de investigación de
resucitación de la Escuela. "Continúa durante unas
horas después de la muerte, aunque en un estado de
hibernación que no podemos observar desde el exterior." La
medicina de reanimación surgió del descubrimiento a
mediados del siglo XX de la RCP (reanimación
cardiopulmonar), el procedimiento médico por el cual se
reviven los corazones que han dejado de latir. Originalmente
eficaz unos minutos después de un paro cardíaco,
los avances en la RCP han empujado el tiempo a una media hora, o
más.

Las nuevas técnicas prometen ampliar aún
más la frontera entre la vida y la muerte. Al mismo
tiempo, las experiencias reportadas por las personas resucitados
a veces desafían lo que se piensa que es posible. Afirman
haber visto y oído cosas, aunque la actividad en el
cerebro parece haberse detenido. Suena sobrenatural, y si sus
recuerdos son exactos y sus cerebros realmente se han detenido,
es neurológicamente inexplicable, por lo menos en base a
lo se conoce hasta ahora. Parnia, líder del estudio AWARE
del Proyecto Conciencia Humana, que documenta las experiencias
después de la muerte en 25 hospitales en toda
América del Norte y Europa, está estudiando el
fenómeno científicamente. Parnia habla de su
trabajo en el nuevo libro Erasing Death: The Science That Is
Rewriting the Boundaries Between Life and Death (Borrando la
muerte: la ciencia que está reescribiendo las fronteras
entre la vida y la muerte). Wired habló con Parnia sobre
reanimación y la naturaleza de la conciencia. Wired: En el
libro se dice que la muerte no es un momento en el tiempo, sino
un proceso. ¿Qué quiere decir con eso? Sam Parnia:
Hay un punto que se utiliza para definir la muerte: su
corazón deja de latir, el cerebro se apaga. El momento del
paro cardiaco. Hasta hace cincuenta años, cuando se
desarrolló la RCP, al llegar a este punto no se
podía volver. Eso dio lugar a la percepción de que
la muerte es totalmente irreversible. Pero si yo fuera a morir en
este mismo instante, las células dentro de mi cuerpo no
habrían muerto todavía. Se requiere tiempo para que
las células mueran después de ser privadas de
oxígeno. Esto no sucede instantáneamente. Tenemos
un período de tiempo mayor que lo que la gente percibe.
Ahora sabemos que cuando usted se convierte en un cadáver,
cuando el médico le declara muerto, todavía hay una
posibilidad, desde el punto de vista biológico y
médico, de revertir la muerte. Por supuesto, si alguien
muere y lo dejan allí el tiempo suficiente, las
células se dañan. Va a haber un momento en que no
se le puede traer de regreso. Pero nadie sabe exactamente
cuándo es ese momento. No puede ser de decenas de minutos,
sino de más de una hora. La muerte es en verdad un
proceso. W: ¿Cómo se puede devolver a la gente de
la muerte? P: La muerte es, en esencia, lo mismo que un derrame
cerebral, y esto es especialmente cierto para el cerebro. Un
accidente cerebrovascular es un proceso que detiene el flujo de
sangre que llega al cerebro. Ya sea porque el corazón
dejó de bombear, o porque hay un coágulo que
detiene el flujo de sangre… esto a las células no
les importa. Las células del cerebro pueden ser viables
hasta ocho horas después de que se detiene el flujo de
sangre. Si los médicos pudiesen aprender a manipular los
procesos que tienen lugar en las células, y ralentizar la
velocidad a la cual mueren, podríamos volver atrás
y corregir el problema que causó que una persona muera y
volver a poner en marcha el corazón y traerlos de vuelta.
En un sentido, la muerte podría convertirse en reversible
para aquellas condiciones en las que los tratamientos
estén disponibles. Si alguien muere de un ataque al
corazón, por ejemplo, y éste se puede reparar,
entonces, en principio, se puede proteger el cerebro,
asegurándose de que no experimente una muerte celular
permanente, y reiniciar el corazón. Si alguien muere de
cáncer, sin embargo, y en particular el cáncer que
es incurable, entonces es inútil.

Wired: ¿Está hablando de devolver a la
vida a las personas días o semanas o incluso años
después de haber muerto?

Parnia: No. Esto no es criogenia. Cuando uno se muere,
la mayoría de la muerte celular se produce a través
de la apoptosis, o muerte celular programada. Si su cuerpo
está frío, las reacciones químicas que son
base de la apoptosis son más lentas. Hacer que el cuerpo
se enfríe ralentiza la velocidad a la que se degradan las
células. Pero estamos hablando de refrigeración, no
de congelación. El proceso de congelación puede
dañar las células.

Wired: Ustedes también estudian las experiencias
cercanas a la muerte, pero tienen un término diferente
para éstas: la experiencia después de la
muerte.

Parnia: Decidí que debemos estudiar lo que las
personas han experimentado cuando han ido más allá
de un paro cardíaco. He descubierto que el 10 por ciento
de los pacientes que sobrevivieron a paros cardíacos
informan estos increíbles relatos de ver las cosas. Cuando
observé la literatura sobre paros cardíacos, se me
hizo evidente que es después de la detención del
corazón y de que el flujo sanguíneo en el cerebro
cesa. No hay flujo de sangre en el cerebro, nada de actividad,
alrededor de 10 segundos después de la detención
del corazón. Cuando los médicos empiezan a hacer la
RCP, el cerebro aún no puede recibir suficiente sangre.
Queda plano [su actividad].

Esta es la fisiología de las personas que han
muerto o están recibiendo RCP. No sólo mi estudio,
sino otros cuatro, demostraron lo mismo: La gente vive memorias y
recuerdos. Combinando esto con informes anecdóticos de
todo el mundo de que la gente que ve las cosas [a su alrededor]
con precisión y las recuerdan, indica esto debe ser
estudiado con más detalle.

Wired: Uno de los primeros relatos de después de
la muerte de su libro involucra a Joe Tiralosi, quien fue
resucitado 40 minutos después de que su corazón se
detuvo. ¿Me puede decir más sobre
él?

Parnia: Yo no estuve involucrado en su atención
cuando llegó al hospital, pero conozco bien a sus
médicos. Habíamos estado trabajando con la sala de
emergencia para asegurarnos de que sabían la importancia
de comenzar a enfriar a la gente. Cuando Tiralosi llegó,
lo enfriaron, lo que ayudó a preservar sus células
cerebrales. Encontraron vasos bloqueados en su corazón.
Eso ahora es tratable. Al hacer la RCP y al enfriarlo, los
médicos lograron salvarlo y asegurarse de que no tuviese
daño cerebral. Cuando Tiralosi despertó, les dijo a
las enfermeras que tuvo una experiencia profunda, y quería
hablar de ello. Así fue como nos conocimos. Me dijo que se
sentía increíblemente tranquilo, y vio a ese ser
perfecto, lleno de amor y compasión. Esto no es raro. La
gente tiende a interpretar lo que ven en función de su
contexto: Un hindú describe un dios hindú, un ateo
no ve un dios hindú o un dios cristiano, sino algún
ser. Las diferentes culturas ven la misma cosa, pero su
interpretación depende de lo que creen.

Wired: ¿Qué podemos aprender del hecho de
que las personas afirman haber visto la misma cosa?

Parnia: Por lo menos, se nos dice que no es una
experiencia única que los humanos tienen cuando van hacia
la muerte. Es universal. Fue descrito por niños tan
jóvenes como tres [años]. Y esto nos dice que no
debemos tener miedo de la muerte.

Wired: ¿Cómo sabemos que las experiencias
después de la muerte ocurren en el momento que la gente
piensa que ocurren? Tal vez la gente recuerda equivocadamente
pensamientos justo antes de la muerte, o justo después de
recuperar la conciencia.

Parnia: Esa es una pregunta muy importante.
¿Estos recuerdos se produjeron cuando una persona estaba
verdaderamente con su línea de actividad cerebral plana y
no tenía actividad cerebral, como la ciencia indica?
¿O cuando se está empezando a despertar, pero
todavía inconsciente? El punto que va en contra de que las
experiencias suceden después, o antes, de que el cerebro
se apaga, es que muchas personas describen detalles
específicos de lo que les sucedió durante el paro
cardiaco. Describen conversaciones que tuvo la gente, la ropa que
la gente llevaba, eventos que pasaron en los 10 o 20 minutos de
reanimación. No es compatible con la actividad cerebral.
Puede ser que algunas personas reciban reanimación de
mejor calidad, y que —aunque no hay evidencia que lo
apoye— sí tienen actividad cerebral. O podría
indicar que la conciencia humana, la psique, el alma, el yo,
siguió funcionando.

Wired: ¿No podrían las experiencias
reflejar, simplemente, algún tipo muy sutil de actividad
cerebral?

Parnia: Cuando uno se muere, no hay flujo de sangre
hacia el cerebro. Si cae por debajo de cierto nivel, no se puede
tener actividad eléctrica. Se necesita mucha
imaginación para pensar que hay alguna clase de
área oculta de su cerebro que entra en acción
cuando todo lo demás no funciona. Estas observaciones
plantean una pregunta acerca de nuestro concepto actual de
cómo interactúan el cerebro y la mente. La idea
histórica es que los procesos electroquímicos en el
cerebro conducen a la conciencia. Eso puede no ser correcto,
porque podemos demostrar que esos procesos no siguen
después de la muerte. Puede haber algo en el cerebro que
no hemos descubierto que se hace cargo de la conciencia, o puede
ser que la conciencia sea una entidad separada del
cerebro.

Wired: Esto parece rayar en explicaciones sobrenaturales
de la conciencia.

Parnia: A lo largo de la historia, tratamos de explicar
las cosas lo mejor que podemos con las herramientas de la
ciencia. Pero la mayoría de los científicos de
mente abierta y objetiva reconocen que tenemos limitaciones.
Sólo porque algo es inexplicable con nuestra ciencia
actual no es supersticioso o incorrecto. Cuando la gente
descubrió el electromagnetismo, fuerzas que entonces no
podían ser vistas o medidas, muchos científicos se
burlaron de ellos. Los científicos han llegado a creer que
el yo es un proceso de las células cerebrales, pero nunca
hubo un experimento para mostrar cómo es posible que las
células del cerebro puedan llevar al pensamiento humano.
Si observamos las células del cerebro con un microscopio,
y yo digo, "esta célula del cerebro piensa que tengo
hambre", eso es imposible. Podría ser que, como el
electromagnetismo, la psique humana y la conciencia sean un tipo
de fuerza muy sutil que interactúa con el cerebro, pero no
es producidad necesariamente por el cerebro. El jurado aún
está deliberando.

Wired: Pero ¿qué pasa con todos esos
estudios cerebrales de imágenes de resonancia
magnética funcional de los pensamientos y sentimientos?
¿O los experimentos en los cuales los científicos
pueden decir lo que alguien está viendo, o lo que
están soñando, al observar la actividad cerebral?
P: Toda la evidencia que tenemos muestra una asociación
entre ciertas partes del cerebro y ciertos procesos mentales.
Pero es la cuestión del huevo y la gallina: ¿La
actividad celular produce la mente, o la mente produce la
actividad celular? Algunas personas han tratado de llegar a la
conclusión de que lo que observamos indica que las
células producen pensamientos: aquí está una
foto de la depresión, esta es una imagen de la felicidad.
Pero esto no es más que una asociación, no una
relación causal. Si acepta esta teoría, no
debería haber ningún informe de gente que oye o ve
cosas después de que la actividad en su cerebro se ha
detenido. Si la gente puede tener conciencia, tal vez eso plantee
la posibilidad de que nuestras teorías son
prematuras.

Wired: ¿Qué viene después de su
propia investigación?

Parnia: En términos de reanimación,
estamos tratando de medir de forma no invasiva lo que sucede en
el cerebro, en tiempo real, utilizando un sensor especial que nos
permite detectar cualquier peligro inminente e intervenir antes
de que se produzca un daño extendido. Sobre la
cuestión de la conciencia, estoy interesado en entender
los moduladores de la conciencia basados en el cerebro.
¿Qué ayuda a una persona a ser consciente o
inconsciente? ¿Cómo podemos manejar eso para ayudar
a las personas a las que se las ve como si estuvieran
inconscientes? Y estoy estudiando cómo puede estar
presente la conciencia en las personas que han ido más
allá del umbral de la muerte. Todo lo que podemos decir
ahora es que los datos indican que la conciencia no es
aniquilada.

 

 

Autor:

Jorge Alberto Vilches Sanchez

 

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