- Poemas traducidos
al italiano - Del mito al poeta
Kuraiem a través del amor - Epílogo
- Biografía
- Nota
final
Carlos Kuraiem / Poemas de amor
(2009-2012)
EL HILO DE ARIADNA
Epigrama
Lírica
Ella quería ser lo que pensaba
El corazón sabe
Estudié quererla y
reprobé
Ángulo invertido
Precipitaciones
La canción es la canción y la
poesía es para otra gente
Redoble
Me cansé de ella
Película
Rémora
El hermoso Campeador
El hilo de Ariadna
POBLADO DE ELLA
Poblado de ella
Vestido exquisito
Teseo
Oda a mi mano
Todo es bluff
Canto a Silbán
Nido
Poema incorpóreo
Ecuaciones del amor
Raro amor
Naufragios
Sinergia del cuerpo y el alma
¿Por qué no probar cambiarse el
cuerpo?
Reparto mis pedazos
UN RÍO NOS SEPARA
(Prosa poética)
Un río nos separa
Victoria Regia
Mise en abyme
(inédito)
El beso
La cartonera
¡Ay Carlos!
Otros poemas
La Canción del Borracho
Una mesa fundada con el amor de los
dos
Diálogos con ella
La rama inquebrantable
–elegía-
Poemas traducidos al
italiano
Epigramma
Lei voleva diventare quello che
pensava
La canzone e" canzone e la poesía e" per altre
persone
Remora
Il ramo incrollabile
–elegia-
Epílogo
Prof. Marta Goddio
Biografía
Nota final
Del mito al poeta
Kuraiem a través del amor
El amor es un sentimiento fundacional en el hombre y
sobre él se han escrito las páginas más
bellas de la literatura de todos los tiempos. De los sumerios o
del bíblico Cantar de los Cantares a nuestro presente, no
hay lugar ni época que no nos hayan dejado una
expresión notable y bella de este sentimiento. Pudo ser
este libro de Kuraiem, un poemario persa o hindú, o
quizás, pudo estar compuesto para haber sido
acompañado con el sonido de los crótalos
árabes, o ser parte del Cancionero de Juan de la Encina, o
de los Madrigales del Marqués de Santillana, o estar
incluido entre los audaces versos del Arcipreste de Hita. Tal vez
pudo ser un cuestionamiento del romancero eterno, o un decidido
planteo romántico. Por qué no una
manifestación de las vanguardias… Cómo
saberlo si hay un poeta cuyo amor vibra en los versos, si hay un
alma que padece el abandono, el desamor, la ausencia.
Quizás pudieron movilizar estos sentimientos los
versos homéricos o acompañar en su viaje a Dante
por el Infierno, probablemente con esta misma pasión se
construyeron la cuna o la mesa de Pedroni, o se escribió
la Canción desesperada de Neruda, pero son nuestros estos
Poemas de amor porque pertenecen a nuestro presente y a nuestro
poeta.
Curiosa costumbre la de los hombres actuales de no
apreciar con mirada futura los méritos de un poema de hoy.
María Luisa Olsen decía que debían pasar 50
años para tener la verdadera perspectiva que nos
permitiera valorar una obra debidamente. Muchos de nosotros ya no
tendremos esos tiempos.
Pienso que lo que me emociona hoy en este libro me
conmoverá siempre. Creo que lo que encuentro acertado hoy
será acertado para mí siempre. Siento que aquello
con lo que me identifico hoy me servirá para identificarme
siempre. Imposible cambiar la sensibilidad.
Tal vez nos encuentren estos poemas como lectores en
situaciones personales muy distintas, pero será
difícil que nos resulten indiferentes un corazón
que reclama a gritos, un alma que se deshace en lamentos, un
espíritu desconcertado que busca caminos, un ser que se
multiplica en funciones y tareas para suplantar a la amada
ausente, un hombre dispuesto a renacer en la certeza de que lo ha
intentado todo.
Si hemos tenido la fortuna de gozar del amor
también hemos tenido la desgracia de padecer los
sufrimientos que la entrega al ser amado trae aparejados. En este
terreno movedizo el "para siempre" no es válido y la vida
con sus artilugios se encarga de modificar nuestros deseos e
intenciones. La culpa no existe. Sólo el desacierto de una
elección desafortunada. Pero cómo saberlo cuando
estamos enamorados. Sólo el tiempo que transcurre
inexorablemente nos pondrá ante las circunstancias que
someten nuestro amor a pruebas, a veces imposibles de superar.
Hay siempre un otro, al que amamos y sentimos igual a nosotros
mismos, que tiene su propia estructura, su propio yo, su propia
identidad; un otro que cambia a un ritmo diferente del nuestro,
que no es ni mejor ni peor, sólo distinto, y que torna
imposible nuestro compartido sueño de amor de otro momento
y otras circunstancias de la historia común de amor de los
dos.
Así como en el mito de Ariadna y de Teseo se
entrecruzan el enamoramiento, la ira, el abandono, la
traición, el dolor, la belleza, la tentación, el
deseo, la unión, así en este poemario se enredan
los hilos del amor, se tejen y destejen en poemas y en prosas
poéticas de profunda naturalidad y espontánea
riqueza.
¿Quién es ese poeta que ha quedado solo?
¿Quién es el que recuerda, evoca, implora, busca
las formas de volver a enamorar? ¿Quién el que se
humilla, se aferra a un pasado ilusorio, se compromete con
proyectos nuevos? ¿De quién es la voz que
aúlla, que lamenta, que grita? ¿Quién es el
que no entiende ni acepta la realidad impensada que se le
presenta ante los ojos?
El que puso la mesa, el que regó las plantas, el
que atendió a los hijos, el que buscó por el camino
de la fe y la esperanza, el que se vistió de amante, el
que intentó seducir y amó con el cuerpo y con el
alma… ¿De quién hablamos? De Carlos
Kuraiem.
Si dejamos a un lado el sentimiento mismo que genera la
expresión que es su medio de exteriorización, y
echamos una mirada al cómo se manifiesta nuestro poeta que
ama, si contemplamos los signos y el bello y curioso orden a que
los somete, podremos decir que estamos frente a una hermosa y
sentida obra de poesía amorosa, que se puede incluir sin
dudas en la nómina de las más reconocidas
antologías de Poemas de Amor.
El hilo de Ariadna
***
epigrama
ahora que me dejaste
prometo no reírme de los poemas de
amor
***
lírica
todo lo hacés bien y
cantando
como si no tuvieras que cargar
con el peso de un hombre a tus
espaldas
o como si llamaras a otro con tu
canto
***
ella quería ser lo que
pensaba
ella se enamoró clandestinamente, desnudó
su cuerpo tocado por nadie, su vestido rosa se desvaneció
en su boca; abrió las piernas, se regaló sola,
palpó la dicha, como loca furiosa se puso a galopar subida
a mi cintura
ella se convirtió en su pensamiento, ella
quería ser lo que pensaba. Un día dijo "quiero
vivir otras experiencias", desamarró su vida de la vida y
enterró en el jardín el amor que ya no
sentía junto a elfos, gnomos y hadas
ella soñó -mientras leía – que una
idea la alojaba escuchó una voz que le latía
adentro: "la poesía es pensamiento", susurró, le
contó a sus amigas, ella quiso ser un verso de un poema
suyo ella quería vivir lo que pensaba
***
el corazón sabe
no está el sonido de los
besos
no cruje el catre en sus caderas
ni se desata el deseo
no nos enjabonamos juntos
no comemos algo y salimos
entrelazando las manos
el corazón sabe
el día no habla
la noche no ve
las horas decantan
la casa cierra sus puertas
¿cómo remontar este
desgano?
la vida no va contra nosotros
***
estudié quererla y
reprobé
en el repliegue de mis fuerzas
en esta arremetida
en que indago los ciegos por
qué
donde ya no la conozco
y ella, seguramente, me
desconoce;
digiero la dolorosa verdad del ya
fue
me corro del lugar donde me
dejó
antes que pase algo peor
que ser macho insuficiente solo
canto solo
me pongo a leer solo
y melancólico
un libro,
aprendo a estar solo
sin ella
***
ángulo invertido
me desprendo
del polvo de su voz
desordeno el mundo
que puse en su mano
y lo pateo
***
precipitaciones
precipita noviembre
gordos goterones
que alivian la noche
declina nuestro amor
se diluye por la alcantarilla
en esta triste ciudad
por donde hasta ayer
paseaba mi alegría
deseada es la lluvia
el vientito que cruza
entre nosotros
y acaricia el sueño
de nuestro hijo grande
que todo el día
repartió cartas bajo el
sol
te deseo como a esa lluvia
o vientito fresco
antes con la tormenta
eran tus muslos entre mis
dientes
la punta de tu lengua
lamiendo mi mano
noviembre precipita su final
no alivia con su lluvia
las doce en el reloj
las palabras se vuelven silencio
y los cuerpos resguardados
imposible cerrar los ojos
no pensar
ella en una orilla
yo en la otra
***
la canción es la
canción
y la poesía es para otra
gente
sé leer en tus ojos y verme
solo
prender un cigarro a mi silencio
morir de mis heridas
sé colgarme la guitarra
esconderme en un libro
y cantar
supe envolverte con palabras
vivir en el hueco de tu mano
y otras cosas que olvidé
sé salir del desorden de mi
vida
caminar por la vereda de los
duendes
y esperarte llegar
sé darle de comer al
poeta
versos magros
mentir con la verdad
***
redoble
la luz del poema y sus besos
la voz del tacto y sus palabras
el silencio del río y sus
manos
el sueño de las constelaciones y los
hijos
el deseo subconsciente y su
cuerpo
el soplo del viento y la vida
el aire de la idea y su imagen
la soledad del paisaje y su
mirada
el vacío en el pecho y su
amor
el ultraje de los años y esta
hora
***
me cansé de ella
me canso del sonido monótono de mi
voz
de los ladridos del Jagger
de Lucho que no deja de hablar
de abrir mi corazón para que entren
todos
me canso del paso
de los camiones
Darritchón
que hacen temblar el edificio
(Doña Rosa descansa para
siempre)
del timbre que suena por error
me cansé de ella
que se cansó primero de
mí
apago el mísero
campanilleo de mis llaves
para sentir el último rumor del
hogar
mis hijos tararean canciones
la poesía aletea en las hojas de un
libro
***
película
son días sin olvido ni
consuelo
podré decir y desdecirme
cuantas veces quiera
componiendo versos
extrañaré las tijeras de sus
piernas
darle mordiscos
y conversar del sufrimiento
como en una película
con saltos y roturas
acercaré y alejaré su
imagen
retrocederé y
adelantaré
cada secuencia
de nuestra historia de amor
antes del desenlace
pondré una pausa de
años
y me sentaré a esperar
pensando
cómo podría
cambiar
este final
***
rémora
soga aire caminito
no dobles (o sí)
seguí no acabes en pañuelo (o
sí)
en declive en revés
en callejón sin salida
la vida es una cuadra larga y
sola
raras mariposas
se despegan de ella
algún día les
contaré
la historia de Gilgamesh
el rey que no quería
morir
hoy no
miro mi camisa vaciada de
mí
colgando de un clavo
juego a enhebrar el día
con una estrella puntiaguda
mis manos dos madres
alimentan peinan
limpian cuidan acarician
no abandonan
dicen que me vieron
irreconocible
añoche soñé
con la mujer del cabello
color arena
de la novela de Orwell
me ato y me desato
llueve
saco una mano fuera del poema
toco la piel del agua
el cielo lleno de charcos
la calle de nubes y barcos
encallados flotando
surcando el ancho río
el líquido espeso
inútil
de las lágrimas
mi cuerpo tallado
en el mascarón de proa
brumas caminito
no dobles (o sí)
seguí no acabes en
pañuelo
***
el hermoso Campeador
en invierno respiro
con los árboles
la noche y las piedras
acampan junto a mí
vacía cueva los brazos
enroscados
en dignísima soledad
queso aceitunas y vino
el alimento del guerrero
ninfas aéreas
me rodean con sus alas
puedo contarles
la vez que el amor
golpeó a mi puerta
***
el hilo de Ariadna
sé que no puedo olvidar
pero seré olvidado
sé que nací para
unir
y seré abandonado
sé que cada día me
invento
una muerte diferente
este hilo de Ariadna
se hace interminable
***
Poblado de ella
***
poblado de ella
de tan triste estoy alegre
fui en tren a Bahía
volví a caballo con ella
de campo inmenso vestido
iluminado de ciudad
florecido perfumo
disfruto
leyendo me pulverizo
escribiendo me desmantelo
despierto sueño
robé todas las palabras
y estoy tranquilo
silente
traspasado de nada aún
canto
acciono
manoteo
guiño
braceo como puedo
indico
delibero
aúllo
me aloco
quiero
poblado de su amor
ando desnudo
río con todo el cuerpo
***
vestido exquisito
violeta lila turquesa amarillo verde negro
carmín salmón celeste
sobre la flor bordada
mostacillas… una mujer adentro
***
Teseo
milito la aurora con mi ejército de
pájaros
y una guía de vid echada al
suelo
me sale al paso como una mujer
abierta
de par en par inquieta,
movediza,
bajo las manos de mi amor;
como la abeja zumbona
y malhumorada, libo las flores
que la naturaleza derrocha
***
Oda a mi mano
mi mano se quedó más sola le falta la mano
de ella su fuerte apretón antes de soltarnos
qué cuerpo más hermoso extravió mi
cuerpo nos acoplábamos y ardíamos en el mismo fuego
¿la perdí mientras corría distraído
jugando con el viento?
mi mano enamorada de su mano junta flores colores risas
y un pedacito de cielo siempre vuelve su imagen es un filoso
hachazo partiendo en dos mi pensamiento
mano que vas sola escribiendo y contemplando el balanceo
de tu propio peso para que descanses te levanto y te pongo contra
mi pecho sobre el pañuelo doblado de mi bolsillo izquierdo
antes de que la noche suelte sobre las arboledas su pálido
destello
mendiga el aire la caricia el saludo el beso el amor que
ayer le sobraban cae desmayada en cualquier banco y todo lo que
toca le parece nada
le pide una palabra a la poesía y no le alcanza
se cierra en un puño impotente implora por torcer las
líneas de su encrucijada sufre atada a su tronco tiembla
no puede ni siquiera dormirse en esa silla desprolija junto a las
sucias y gastadas servilletas
alerta activa nerviosa despabilada es llama votiva en la
hornalla de cocina cuando los hijos vuelven cantando alegres
despatarrada mano los abraza
como pan de ayer soy el enamorado la flor de tu mano
fruto que se pudre indefenso
***
todo es bluff
amor, no me enseñes
a matarte dentro de mí (o
sí)
no seas una herida
del otro lado no hay nada
la vida es un reclamo
ave amaestrada
que con su canto nos atrae
pecho mío traicionado
torturado desvelado
la mañana huele
a manzanas con azúcar
escribo
con el rompecabezas
de su cuerpo
que se volvió intangible
y no era
hacer un poema (o sí)
lo que buscaba
pero una cosa
trae la otra
y todo es bluff
hay palabras
dentro de las palabras
otra mujer posible
en cada mujer
igual que esas muñecas
que el cuidador de
rebaños
tallaba…
o será el abrazo abrazo
de Carlos cuando abraza
amor no me enseñes
a matarte dentro de mí (o
sí)
no seas gran herida
inapresable voz
***
Canto a Silbán
fulgor solcito amigo
no te apagues (o sí)
no seas húmedo mineral
más témpano que
lava
tristísimo el día
que no alcanza
para encender un amor
cuerpo mío ungido
adorado removido
maltratado
yo nunca fui frío
canto a Silbán
el gigante enamorado
despechado
que se lamenta
en su guarida de piedra caliza
oigo el "no te olvides de
mí"
de mi madre
que miraba el Adriático
azul lejano
cuando seas tímida
moribunda llamita
a punto de extinguirse
te daré mi luz
y arderemos juntos
lo prometo
fulgor solcito poema
no vayas a declinar (o
sí)
no te apagues
todavía no termino
conmigo
***
nido
no mirarte
es un día perdido
no tocarte
un abismo de manos
no hablarte
morir atragantado
por las palabras
solo una cosa duele
la indiferencia
de las estaciones
***
poema incorpóreo
si soy un ladrón de palabras y el
día hocico frío se mete en mi cama pide calor y se
va
de vos qué puedo esperar
?
sos dura cruel argenta amarga vidriosa
materialista autoritaria ética mala
sos el arcoiris
sos tierna ardiente carnívora
obsesiva conmigo te desnudás
sos la poesía
sos mentirosa arpía imprevisible
escindida de amar ciertos olores esos rincones donde te
sentás a leer y fumar
sos inflamable
si causo tu rabia si te exprimo te amaso si
me ato a tu locura y por vos me dejo arrastrar
no lo puedo evitar
si fui el cazador y vos la presa y ahora
esquivo tu manera de herir y confrontar
llamalo amor o destino algo
será
sos de quejarte sollozar reírte de
mi seriedad
si soy este cuerpo gastado oprimido
golpeado escarmentado prendado descartado crucificado
abatido consumado
por qué no me
cuidás?
si pudiéramos rebobinar el tiempo al
día en que nos conocimos
te volverías a enamorar?
si me ves lamiendo el espejo donde te
arreglabas sencilla
de qué te
asombrás?
sos traumática analítica
maliciosa asmática narigona lunática amarga
emblemática promiscua peligrosa
psicopática
la más triste que vi
sos gritona despistada temeraria atrevida
malpensada posesiva lógica solitaria
la más libre eso
sí
sos todo lo que afirma y malea mi
carácter problemática fría de
frialdad
ayer dulce y cariñosa, hoy
nada
una creída intelectual
si tu mano desabrocha mi bragueta en
hermoso ritual y ¡soy tu perra! decís
crees que eso te puede redimir?
si soy decidor astuto embrollón
sarcástico calculador desconsiderado tramposo
aprovechado
lo juro fui inocente en tus
manos
***
ecuaciones del amor
la seguí en la luz
atardecida
convertido en un animal celoso
avaro loco egoísta
y ella en una mujer sola
frágil y poderosa
su pelo se incendiaba
en un resplandor
estigmatizando el cielo
y agriando el vino de Dios
me paré viendo
cómo se alejaba
-así imaginó
Einstein
las ecuaciones del amor?-
desafiante
armada con nada
dispersa segura
los brazos olvidados
en la ternura del aire
comprendí
que a igual distancia
igual se sufre
la decisión
pesa en la mochila
me sentí ajeno
despedido de su vida
me alejé
a la misma velocidad
y perdí de vista
la rauda curva de su espalda
***
raro amor
ningún camino
me lleva a ella
si sigo así
me sobrará el tiempo
para delirar
con la tragedia
de nuestro raro amor
escarbar
y dar vueltas por el barrio
de San Nicolás
ella y sus libros
ella y la manía
de su perra ovejera
que se revuelca
en la carroña
ella y su cantorcito
emplumado
que se baña y frasea
en guaraní
su ¡hola pájaro!
que abre el día
ella otra vez
siempre ella
tejiendo
y deshaciendo
la trama de su vida
renovando la tierra
de sus plantas
dándoles de beber
todas las tardes
y yo sediento
ella cambiada
para salir
con la noche
y sus amigas
y yo
vago herido
dando coletazos
y no aparezco
en la escena
ni en la foto
fábula de la ingratitud
me barrió
de su vida
***
naufragios
una vereda pintada de negro
el cadáver de un
pájaro
la agonía del mundo
la muerte de un amor
***
sinergia del cuerpo y el
alma
con qué canciones tocarle el
oído
con qué violín
enamorarla
con qué abrir su
corazón
con qué palabra acercarme y no morir
en el intento
con qué vestirme para llamar su
atención
con qué morisquetas salir
ahora
con qué tono de voz le hablo que no
demuela mi
discurso
con qué claveles la conquisto si es
feriado
por qué no terminar solo
si llora ríe y dice "estoy
confundida"
con qué fingir mi mejor
resignación
con qué yo
con qué nosotros
con qué cara me paro enfrente
suyo
si sus anteojos sobre la mesa me miran al
revés
como ella
con qué chiste hacer que se
desarme
con qué saciar la sed de un hombre
nuevo
con qué crearle un caos en su
universo
con qué carnada viva pescar un
beso
con qué rostro pedirle diez
años más
con qué cartas ganarle el
mazo
con qué nombre llamarla sin decir
"amor"
con qué desactivar la
tristeza
con qué dejar de ser Uno para ser
Dos
con qué aparear estos cuerpos y
estos versos
con qué atender más de un
dolor por vez
en qué animal
reencarnarme
en éste que soy y no le
gusta
en senegalés que vende
bijouterie
con su valija despertando la
libido
de las blancas
con qué satisfacer su
primariedad
con qué lengua muerta -latín,
sánscrito,
hitita, mozárabe, arameo,
dálmata, atakapa,
mochica- le suplico a su espalda
con qué si no la convenzo con
nada
con qué no adorarte mujer con
alas
qué vida tener, qué muerte
elegir,
qué arcilla moldear, con qué
uñas
con qué dientes sujetarme a su
cuerpo
con qué sindicarme a mis
afines
con qué dejar de sufrir
***
¿por qué no
probar
cambiarse el cuerpo?
me transformo
lo que me rodea
se acopla
se acomoda
o muere
***
reparto mis pedazos
mi camisa leñadora
que ella remendó
mi perro sultán
mi hacha mi rifle
un día que nunca
usé
dos años de rehén en un
hospital de curas
las veces que robé y no me
vieron
las que caí solito
la calle: una escuela para
tontos
el vecino del 1º C: un frasco de
cucarachas
mis tías calabresas: un enjambre de
avispas africanas
fui un ciego mirándote
no fui soldado ni profesor
di mil golpes por hora
en el balancín de
Rubén
las mentiras que dije
el amigo que perdí
el libro que no volví a
leer
el tordo azabache
el cardenal que solté
ayer
como tu vida
Minga Gina Gloria Yoli Elsa Nilda Mirta
Beta
Hugo Horacio Aurelio José
Néstor y Daniel
una pirámide de sueños y
cacharros
la navaja de Godoy
los días que comí
solo
el pesebre de Miguel
su banco de carpintero
era el camino hacia Belén
la última vez que vi a mi
padre
olor de ramas recién
cortadas
mis hermanas su locura
que ahora me salpica
mi madre sofocándose
mi guitarra mi uñero de
carey
irrepetible vida
rimero de versos
reparto mis pedazos
la alegría del tiempo
la tristeza del mundo
la espada legendaria de
Excalibur
Las Mil y Una Noches
las hojas de Whitman
el alfabeto fenicio
el río Amazonas
y otras miniaturas
mis hijos
en el brillo de mis ojos
en mi voz firme y clara
despejo negros nubarrones
y cierro el paraguas seguro
de mis manos
***
Un río nos separa
(Prosa poética)
***
Un río nos separa
un río nos separa trae círculos olas
tarariras azules piedra de pipas Nereidas de Lola Mora un
delfín y un cormorán lo que danza y lo que acecha
menos tu vida y mi vida todo en un poema se puede juntar? botes
remos brazos que reman jarcias arpón sedal tomá te
regalo El Viejo y el Mar de espalda a la Rosada y a la Fragata
Libertad de acá zarpo cuanto antes en el primer kayak me
da sed la orilla de tu cuerpo mujer agridulce insondable
río no te seques (o sí) lejos del mar horizonte
circular sardinas y atún róbalo cazón pulpo
langostino mejillón da miedo la mar la otra orilla tu
cuerpo inagotable sensual tu cuerpo orilla distante vapor arena
juncos estero Paraná bajel pirata a la vista bodega y
sollado látigo y grillete cadena y dogal yo si fuera por
mí si fuera yo no sé qué sobre nada
sobrenado singladuras río desangelado reina caracola en
tus recovecos se agita el mar te llevo a mi oído tu ruido
blanco me va a inundar marinero en tierra voy a terminar
abrí las piernas dejate llevar por el pulso de mi mano
dejate llevar en el vaivén del agua te quiero ensartar
cielo rocas densa bruma rambla voces de ultramar olores nuevos de
la brisa que trae escalofríos mapas tesoros anzuelos
cuaderno de bitácora una gran mancha de aceite en la marea
fea señal flotan dos peces en la tormenta que trae timones
patas de rana buzos escafandras nudos que desatar me zambullo que
me trague la profundidad esa ballena es Moby Dick no la vayas a
matar una sirena me volteó y yo no sé nadar sigamos
el ritmo me dejo llevar te llevo en la piel del agua nerviosa y
desencajada gaviota cocinera porteña reidora blindada
dársena donde recalar la recova y el fantasma del muchacho
que quiso de verdad no pierdas el paso te pierdo te perdí
hace tiempo debajo del puente alerta peligro yo me voy ahogar en
la playa de tus senos en tus besos de cangreja entre tus piernas
húmedas y dulces voy a gozar estuario duermevela remolinos
redes faros géiseres espejismos soledad arribos y partidas
areneros lavanderas batahola niños en la cresta de la
corriente que va islas grúas brújulas lloremos a
orilla de la sal olvidemos botellas velas barcos soñemos
boyas anclas amarras puertos astilleros cantemos otras formas
posibles del mismo amor
***
Victoria Regia
mi nada es que ya no estoy en su mirada siempre fue
heroica y contradijo al viento lecho tibio de a dos caricias que
parecían infinitas humo blanco del hogar deshecho por su
propia mano añicos del amor mi arrullo la arrulló
como un palomo hasta que dijo basta me cansé nadie me
puede condenar por no querer! el jardín que hicimos juntos
no resultó lo que ella esperaba dije "flores y plantas
están pidiendo agua con la boca abierta" no siempre fue
así cuando mi cuerpo la atraía ella pedía
más más dame más cada tanto mis cimbronazos
salían a relucir su manía era ponerse a discutir
por cualquier cosa una vez hace tiempo tuve una amante
judía que escribía versos y otra que dibujaba y me
hacía retratos mis manganetas siempre me
acompañaron y a ella la tenían sin cuidado un
día tomó una decisión buscar otra manera de
pararse en la vida se salió de la foto del pasado de un
saltito quedó su imagen amarilla sonriendo y saludando
llamó y fue al encuentro de viejas relaciones a esta
altura su racionalismo sacaba chispas con su locura se
limó dijo pamela que estaba más limada que ella
todos deliberaron mis olvidos resultaron imperdonables sus avisos
nunca me llegaron mi hombro la sostuvo más de una vez sus
mensajes protectores a mí sus piedras me hirieron mi
sarcasmo a ella también la noche la vio alejarse de mi
cuerpo y de mi lado mis días eran largos pasaban sin su
compañía fue una señal: sus latidos se
enfriaban si yo me acercaba a ella mis muertos hacía mucho
que estaban bajo tierra a las cinco de la tarde desde mi
mangrullo la veía volver de la escuela -por la calle
Derqui- sosteniendo el peso de su mundo en la cara todo estuvo
normal hasta que sus aristas perversas se volvieron contra
mí su sentido de lo económico mi resiliencia su
premeditación y alevosía me atravesaron el hueso me
hizo llorar por los rincones los olores se dispersaron ahora
probará arreglárselas sin mí y mi habilidad
de desdoblarme si pudiera convertir el amor que siento en odio si
pudiera olvidarla nada más y que un día no me
importe la realidad es que yo no tengo dónde ir convivimos
en la misma casa en piezas distintas y sólo compartimos
los cigarrillos su alivio es haberme dicho que ya no me
quería mi inocencia es decirle que todavía la
quiero su error es que me lo dijo tarde, ah, te nombro Victoria
Regia mujer y me hago a tus banderas yo amaba tus aguas
tranquilas el vivir sumergido entre tus hojas anchas y redondas
detenido en tus flores blancas con su centro rojo admiré
tu sombra melancólica sola de estar sola y larga como una
cuadra ¿a mí me tenía que pasar? fiel
aprendiz de Diótima oh mi luna pálida te llevo
estampada en el inmenso desierto de mi mirada donde estaba mi
estar seguro de mí y de ella mi momento azul
desprevenido
***
Mise en abyme
¿invocar con un gesto o grito a quién?
seguro son cucarachas que andan por mi pensamiento o la
araña violinista que consume y amortaja mi corazón
con sus picaduras o los ratones que rondan por la cabecera de mi
cama cuando caigo rendido y un libro cuelga de mi mano como una
golondrina atrapada entre el índice y el pulgar igual que
en el Príncipe Feliz del cuento de Oscar una rara flor
azul se deja libar por la poesía hago un ramillete con la
soledad que pude juntar la noche es un abismo de manos un reclamo
permanente de ojos taladrando el aire en cada rincón hay
un cóncavo en la espesura de mi pecho donde pastorean
increíbles dinosaurios unicornios cíclopes
centauros dragones faunos minotauros y mariposas gigantes que
vuelan cada vez que pestañeo ¿quién canta la
guitarra? dice Carolina es esa canción que suena y alguna
vez termina (o no) como todas las historias por miedo a
convertirse en una estatua de sal yo hablo de un amor que es puro
deseo se come las palabras que lo nombran y el cuerpo de quien lo
ama
ya no estamos juntos tu cara en la ventana se ve
feliz
***
el beso
cuando la joven del cántaro y yo nos besamos
cambia el destino del agua los delfines nadan a favor de la
corriente y olvidan el camino de regreso un poeta plagia versos a
otro que va a nacer dentro de cincuenta años los servicios
de inteligencia redoblan la actividad y se traicionan cuando ella
y yo nos besamos se mezcla el oro de Klimt con el mármol
de Rodin y los que hacen la guerra piden una tregua para enterrar
a los muertos de uno y otro lado
***
la cartonera
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