Desarrollo, fijación y regresión de la libido en el segundo modelo pulsional
Para trabajar el concepto de regresión en la obra
de Freud es preciso adentrarse en el concepto de libido dado por
el autor. Este es un término que atraviesa todo el
recorrido freudiano y que va modificándose junto al
desarrollo de los modelos pulsionales.
El presente informe se propone, por lo tanto, ubicar el
recorrido del desarrollo libidinal que Freud plantea junto con su
segundo modelo pulsional para, a partir de esto, destacar y
describir las características de la regresión en
este período.
En el texto Tres ensayos de la teoría
sexual, en una sección agregada en 1915, Freud va a
definir la libido como una "fuerza susceptible de variaciones
cuantitativas, que podría medir procesos y transposiciones
en el ámbito de la excitación sexual". En este
punto esta intentando separar esta energía, de otra que se
encuentra en la base de los procesos anímicos. Tanto en
este texto como en Introducción del narcisismo,
Freud realiza por primera vez la diferenciación entre una
libido yoica o narcisista y una libido objetal.
Freud señala que solo se puede acceder al estudio
de aquella por medio del análisis, cuando se transpone en
libido de objeto, es decir, cuando da un empleo psíquico
en la investidura de los objetos sexuales. La libido "se
concentra en objetos, se fija a ellos o los abandona. Pasa de uno
a otros y guía el quehacer sexual del individuo, el cual
lleva a la satisfacción, o sea, a la extinción
parcial y temporaria de la libido". Vale aclarar que, tal como lo
señala Strachey en una nota al pie, los objetos de los que
se habla aquí están referidos a las
representaciones psíquicas de los mismos, y no a los
objetos del mundo exterior. La libido se adhiere a los objetos
por una particular característica de la misma: su
"viscosidad"
La separación de la libido en una narcisista y
una objetal sigue la línea de la división de las
pulsiones sexuales y las pulsiones yoicas. En este punto Freud
discute con Jung, quien en su teoría buscaba hacer
coincidir el interés psíquico con la libido. Freud
emprende aquí un camino en el que se esforzara fuertemente
por separar estos conceptos.
Para comenzar a estudiar el desarrollo libidinal debemos
situar una doble vertiente en el desarrollo de la obra Freudiana
en el camino del desarrollo del yo que, si bien son solidarias,
pueden separarse teóricamente. Una de ellas es el
desarrollo de las fases libidinales y otra es el camino de la
libido en búsqueda de la elección de un objeto
total. Esto va a dar una conceptualización compleja de la
regresión que puede implicar tanto regresiones a las fases
libidinales como a las distintas fases de evolución del yo
y a las elecciones de objeto precedentes.
Por una parte Freud señala que la sexualidad
infantil carece de organización. Todas sus pulsiones
parciales tienen igual derecho y se satisfacen por separado. Esto
le permite dar un salto clave en su obra al diferenciar la
sexualidad, de la reproducción y la genitalidad. La
función libidinal no emerge, por lo tanto, como algo
acabado sino que recorre una serie de fases sucesivas. La fase de
organización más temprana, más primitiva, es
aquella en que la boca desempeña un papel principal, en la
práctica sexual del chupeteo. Luego, Freud ubica la etapa
sádico-anal en la cual las aspiraciones de meta pasiva se
anudan a la zona erógena del orificio anal -fundamental en
este período- y despiertan fuertemente la pulsión
de ver y de saber. En este momento freud señala que luego
de esta fase se produce un viraje del desarrollo de las pulsiones
parciales bajo el primado de los genitales y con esto "el
sometimiento de la sexualidad a la función de la
reproducción.". Solo tardíamente, en 1923,
introducirá completamente entre estas dos últimas
fases la fase fálica, en el que solo un genital -el
masculino – ejerce su influencia. En este camino se van
construyendo los distintos objetos pulsionales, como el objeto
oral y el objeto anal.
El camino de la elección de objeto en Freud –
pero esta vez hablando del objeto como objeto total – va
acompañado en todo momento del desarrollo del yo del
sujeto. En un primer momento el individuo no cuenta con un yo.
Este tiene que ser desarrollado. Como vimos hay un destino
temprano de la libido que Freud llama autoerotismo, donde las
pulsiones parciales se satisfacen de manera anárquica y
parcial, autoeróticamente, son pulsiones iniciales. Y en
este punto Freud señala algo fundamental que es que algo
tienen que agregarse, al autoerotismo, para que se constituya el
narcisismo. Debe advenir un "nuevo acto
psíquico."
A partir de este nuevo acto psíquico es que va a
fundarse un yo y un cuerpo. Vemos así que ni el cuerpo ni
el yo son datos a priori, sino que deben advenir y que incluso
podrían no constituirse o constituirse de modo
fallado.
En este sentido la libido se coloca en el cuerpo propio:
es el estado del narcisismo. Este narcisismo al que llamamos
primario es el que funda el yo. Es un término que Freud
toma de los autores P.Nacke y Havelock Ellis. Pero a diferencia
de ellos Freud no lo va considerar como una perversión,
(lo que lo define como darle el trato al cuerpo propio que se le
daría a un objeto sexual) sino como el complemento
libidinoso del egoísmo inherente a la pulsión de
autoconservación. El narcisismo es un paso ineludible en
el camino para la elección de objeto. En palabras de O.
Delgado: "Lo único que permite pensar el movimiento que va
de la dimensión autoerótica respecto a los objetos
parciales para pasar a la elección del objeto de amor, es
el concepto de narcisismo; permite pensar cómo se
constituye un yo, que es aquel que puede amar, ya que la
pulsión no ama el objeto."
Posteriormente el desarrollo del yo debe llevar a un
distanciamiento respecto del narcisismo, que engendrará
una intensa aspiración a recobrarlo. Freud explica este
proceso de la siguiente forma: "Este distanciamiento acontece por
un desplazamiento de la libido a un ideal del yo impuesto desde
afuera." Este ideal es un sustituto del narcisismo perdido en el
que el propio sujeto era su propio ideal. Y sigue:
"simultáneamente el yo ha emitido las investiduras
libidinosas de objeto. El yo se empobrece en favor de estas
investiduras así como del ideal del yo y vuelve a
enriquecerse por las satisfacciones del objeto y por el
cumplimiento del ideal" De esta forma se consuma la
elección hacia los primeros objetos de amor que
serán, estos, incestuosos y el niño podrá
entrar así, en el Complejo de Edipo.
Freud plantea que el desarrollo de la libido acarrea dos
peligros: el de la inhibición y el de la regresión.
Como lo dice en la 22ª de sus conferencias sucederá
que "no todas las fases preparatorias transcurran con igual
facilidad y se superen completamente; partes de la función
quedarán retrasadas de manera permanente en esos estadios
primeros, y un cierto grado de inhibición se
mezclará en el cuadro del desarrollo". Es decir, algunas
de las aspiraciones sexuales quedaran retrasadas en estadios
anteriores. Esto es lo que conocemos como fijación. Y
luego, las partes que ya han avanzado podrán revertir, en
un movimiento de retroceso hasta aquellas etapas anteriores. Es
lo que Freud define como regresión. Mientras mas fuertes
sean las fijaciones en el camino evolutivo más
predisposición encontraremos para esquivar las
dificultades externas por medio de una
regresión.
Un desarrollo libidinal incompleto, a partir de
vivencias contingentes en la vida del sujeto, deja fijaciones a
fases de la organización y del hallazgo de objeto. Este
factor unido con la frustración, es decir, que se quite la
posibilidad de satisfacer la libido, son los factores que se
conjugan para cualquier enfermedad. Tal como lo señala
Freud, "en la etiología de la neurosis, la
fijación libidinal es el factor interno, predisponerte y
la frustración es el factor externo, accidental" o como lo
desarrolla en Un caso de paranoia descrito
autobiográficamente (Shreber) en cada estadío
del desarrollo de la psicosexualidad encontramos la posibilidad
de fijación, que funciona como predisposición
patológica, como punto débil del desarrollo, una
fisura en el dique. Una corriente retrocedente de la libido
(regresión), por frustración o por una marea alta
de libido puede deshacer las sublimaciones alcanzadas y someter
las pulsiones a la sexualización. "Rompe el dique en el
punto mas endeble del edificio"
Si a pesar de que la libido esta dispuesta a aceptar
otro objeto en lugar del denegado, frustrado, la realidad
permanece inexorable aquella se vera precisada a emprender el
camino de la regresión y a aspirar a satisfacerse dentro
de las organizaciones ya superadas o por medio de los objetos que
resignó antes. En el caso de la regresión, la
libido es cautivada por las fijaciones que ella ha dejado tras si
en los lugares del desarrollo.
Al comienzo tanto la libido yoica como la objetal
están juntas en el estadío del narcisismo y solo
después se diferencia por la investidura de objeto, una
energía sexual, la libido, de una energía de las
pulsiones yoicas.
Entonces vemos que esta libido yoica, puede ser cedida a
los objetos para transformarse en libido objetal, pero
también puede abandonarlos nuevamente para dirigirse al
yo. Es aquí cuando Freud compara a la colocación de
la libido con los seudópodos que la ameba emite y que
puede volver a recoger, cuando es necesario, en su cuerpo,
metáfora muy atractiva para Freud. Pero para pensar el
proceso patológico debemos pensar que: "La
transposición de libido en yoica no es patógena en
sí misma. Pero cuando un proceso violento obliga a quitar
la libido de los objetos, la libido convertida en narcisista no
puede hallar el camino de regreso hacía los objetos y
allí deviene patógeno.", en otras palabras, la
libido narcisista no se soporta más de cierta medida,
vemos, por ejemplo, un estado normal de colocación de la
libido en el yo, en el estado del dormir, en los dolores
orgánicos o en el duelo normal.
A esta colocación de la libido
-patológica- en el yo, Freud la va a llamar Narcisismo
secundario. Es un estado que ya había existido, se forma
sobre la base de ese narcisismo primario.
A partir del camino recorrido por la libido, de las
fijaciones y de la regresión Freud va
posibilitándose un medio para discernir estructuras
clínicas. Por lo tanto los distintos modos en que se de
cada una de estas determinaran la patología del
sujeto.
En lo que en este momento Freud llama las neurosis
narcisistas o parafrenias (Demencia precoz y paranoia) se puede
ubicar una regresión en un período anterior a la
elección de objeto que producirá un
extrañamiento del mundo exterior sin una
sustitución en la fantasía. En la paranoia la
fijación y posteriormente la regresión será
al narcisismo. Es por esto que la regresión de la libido,
según su contenido, formará delirios de grandeza,
de persecución, de amor, de celos. Los delirios de
grandeza son consecuencia directa del aumento del yo por
recogimiento de las investiduras libidinosas de objeto. La libido
colocada en el yo produce un aumento del mismo. En la demencia
precoz o esquizofrenia la fijación es al período
anterior, al autoerotismo. Es por esto que la regresión
será más devastadora, produciendo graves
fenómenos de fragmentación corporal. Recordemos que
en esta etapa no había conformación de un cuerpo
propio. A este proceso de regresión que se da en las
neurosis narcisistas Freud lo va a llamar retracción
libidinal.
Por el contrario en la neurosis de transferencia no
vamos a hablar de retracción sino de introversión
libidinal, esto implica un retiro de la libido hacia las
fantasías. Los neuróticos "conservan el
vínculo con objetos y cosas en la fantasía.
Sustituyen los objetos reales por objetos imaginarios. Renuncian
a acciones motrices para conseguir fines con esos objetos.". La
fantasía es una realidad psíquica distinta a la
material, pero que va a cobrar una importancia decisiva en la
neurosis. La libido no tiene más que volver a las
fantasías para hallar expedito desde ellas el camino a
cada fijación reprimida. Estas fantasías gozan de
cierta tolerancia, y tienen la ventaja de no generar un conflicto
entre ellas y el yo, "por grandes que sean las aspiraciones,
mientras se observe una determinada condición de
naturaleza cualitativa." Además "la libido puede
retroceder todavía mas, hallar por el camino de la
regresión unas vías infantiles y aspirar a tales
metas."
Dentro de la neurosis podemos así introducir una
última diferenciación que Freud explica en las
Conferencias de introducción al psicoanálisis, a
partir de la regresión: en la histeria la libido regresa a
los objetos sexuales primarios, incestuosos, es decir, no vuelve
a la etapa de la organización sexual de la libido anterior
a la unificación bajo el primado de los genitales, en
cambio, en la neurosis obsesiva la regresión de la libido
es al estadio previo de la organización sádico-anal
acompañado, de una regresión en cuanto al objeto
hacia las personas mas próximas y mas amadas.
Como señalamos anteriormente Freud indica que hay
tres tipos de regresiones: en las neurosis de transferencia las
hay de dos clases: "a los primeros objetos investidos por la
libido que (…) son de naturaleza incestuosa [y un]
retroceso de toda la organización sexual a estadios
anteriores". Y las neurosis narcisistas nos anoticiaran de una
nueva variedad de regresión hacia los estadíos de
la formación del yo: estas regresiones vuelven a
fijaciones muy anteriores a las del caso de la histeria y
neurosis obsesiva, en donde la elección de objeto total no
había sido consumada.
Debemos señalar entonces, por fin, que tanto la
conceptualización del desarrollo de la libido y las
fijaciones que atraviesa en su camino, como la posterior
regresión a dichas fijación, no deben ser tomados
como conceptos unívocos, sino que deberán pensarse
en la diversidad que encontramos en la obra Freudiana, con la
complejidad que eso supone. De esta forma es como intentamos, a
lo largo del trabajo, dibujar el camino de libido en el arduo
proceso que implica el desarrollo de un sujeto.
Siendo múltiples las acepciones y el uso y abuso
de este vocablo en la actualidad, comenzaré este trabajo
con una revisión del concepto de la regresión en la
Obra de Sigmund Freud. En este sentido, intentaré una
visión cronológica, ya que no hay una
versión única, sino que la noción se va
desarrollando y reformulando a medida que el autor se va
centrando en diversos tópicos acorde a su interés,
como ocurre con otros aspectos de la teoría
freudiana.
La palabra alemana "Regression" es usada por
primera vez en el Manuscrito L, anexo a la Carta 60 a W. Fliess
el 2 de mayo de 1897. Pero su primera aparición en una
publicación se registra en el Cap. VII de La
Interpretación de los Sueños. En una nota agregada
en 1914 Freud establece que tomó la idea de la
regresión de Alberto Magno (filósofo del S. XIII) y
de Hobbes (Leviathan). Sin embargo, anteriormente usó otro
término en alemán "rückläufig"
traducido como retrocedente, tanto en el Proyecto de
Psicología (1895) como en su trabajo sobre la Afasia y
cuyo origen se puede rastrear en la parte teórica de
Estudios sobre la Histeria de Breuer (1895).
Otra característica importante del sistema P es
la de brindar a la conciencia la diversidad de las cualidades
sensoriales, mientras que nuestros recuerdos, cuando se hacen
concientes, no muestran esa cualidad. Pensemos en la diferencia
entre lo que sentimos cuando nos estamos quemando una mano y
cuando recordamos el hecho, encontramos cómo las huellas
mnémicas se van agrupando y, aquellas que están
más alejadas de la conciencia, constituyen el sistema
inconsciente, el cual tiene la particularidad de no tener acceso
a la conciencia "si no es por vía del preconsciente". Este
sistema, el preconsciente, está ubicado en el extremo
motor debido a que incluye la instancia criticadora que, en el
sueño, impide el devenir consciente de los procesos
activados en el inconsciente y que, en la vigilia, posee la llave
de la motilidad voluntaria.
Entonces, ¿qué proceso ocurre en este
aparato psíquico para que en el sueño alucinatorio
las representaciones inconscientes tengan aquella cualidad
sensorial del extremo P?. Freud nos dice que la excitación
toma "un camino de reflujo". En vez de propagarse hacia el
extremo motor, a través del preconsciente, toma la
vía del extremo sensorial alcanzando el sistema P. Esta
direccionalidad tiene un carácter regrediente, en
contraposición a la progrediente. El autor
llama REGRESION al fenómeno "de que en
el sueño la representación vuelve a mudarse en la
imagen sensorial de la que alguna vez partió". Son
también regresiones las alucinaciones de la histeria y de
la paranoia y las visiones de las personas normales. Son
"pensamientos mudados en imágenes", en particular los
pensamientos que se vinculan con recuerdos sofocados o que han
permanecido inconscientes.
En un agregado de 1914 a la sección b que hemos
venido revisando, describe tres tipos de regresión:
tópica, formal y temporal. La regresión
tópica es la que hemos examinado previamente; no hay
mayores aportes posteriores. Significa el movimiento regresivo de
la excitación de un lugar del aparato psíquico a
otro. La regresión temporal, en este momento, es el
regreso a "formaciones psíquicas más antiguas";
más adelante veremos como el autor continúa
trabajando esta idea. La regresión formal comprende "modos
de expresión y de figuración primitivos que
sustituyen a los habituales". En este sentido vemos la
regresión temporal y formal en su forma más
dramática, desde el punto de vista clínico, en los
casos de esquizofrenia catatónica, en los cuales hablamos
de una regresión al nivel fetal. Otro ejemplo lo
constituye el niño que ha logrado adquirir el control
esfinteriano y, ante el nacimiento de un hermano, vuelve a
orinarse en la cama.
"Las pataletas" de los niños constituyen un claro
ejemplo de regresión formal. El niño usa de manera
regresiva la única manera de expresarse que tienen los
bebés: llorar, gritar, patalear.
Bibliografía
Freud, Sigmund, "Tres ensayos de
teoría sexual" (1905), Obras Completas, Buenos Aires:
Amorrortu, 2003, vol. VII.Freud, Sigmund, Conf. 21. Desarrollo
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Completas, Buenos Aires: Amorrortu, vol. XVIFreud, Sigmund, Conf. 22. Algunas
perspectivas sobre el desarrollo y la regresión.
Etiología, (1917 [1916-1917]) Obras Completas, Buenos
Aires: Amorrortu, vol. XVIFreud, Sigmund, Conf. 23. Los caminos
de la formación de síntomas, (1917 [1916-1917])
Obras Completas, Buenos Aires: Amorrortu, vol. XVIFreud, Sigmund, Conf. 26 Teoría
de la Libido y el narcisismo, (1917 [1916-1917]) Obras
Completas, Buenos Aires: Amorrortu, vol. XVIFreud, Sigmund,"Introducción del
narcisismo" (1914), Obras completas, Buenos Aires. Amorrortu,
2003, vol. XIV.Freud, Sigmund, "Puntualizaciones
psicoanalíticas sobre un caso de paranoia (Demencia
paranoide) descrito autobiográficamente" (1911
[1910])Freud, Sigmund, "Sobre los tipos de
contracción de neurosis" (1912) Obras completas,
Buenos Aires. Amorrortu, 2003, Vol. XIIDelgado, Osvaldo; Teórico
Nº 10, 16 y 17; año 2006. Ficha de la
cátedra
Autor:
Carmen Gutierrez