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Desarrollo, fijación y regresión de la libido en el segundo modelo pulsional




Enviado por Carmen Gutierrez



    Para trabajar el concepto de regresión en la obra
    de Freud es preciso adentrarse en el concepto de libido dado por
    el autor. Este es un término que atraviesa todo el
    recorrido freudiano y que va modificándose junto al
    desarrollo de los modelos pulsionales.

    El presente informe se propone, por lo tanto, ubicar el
    recorrido del desarrollo libidinal que Freud plantea junto con su
    segundo modelo pulsional para, a partir de esto, destacar y
    describir las características de la regresión en
    este período.

    En el texto Tres ensayos de la teoría
    sexual
    , en una sección agregada en 1915, Freud va a
    definir la libido como una "fuerza susceptible de variaciones
    cuantitativas, que podría medir procesos y transposiciones
    en el ámbito de la excitación sexual". En este
    punto esta intentando separar esta energía, de otra que se
    encuentra en la base de los procesos anímicos. Tanto en
    este texto como en Introducción del narcisismo,
    Freud realiza por primera vez la diferenciación entre una
    libido yoica o narcisista y una libido objetal.

    Freud señala que solo se puede acceder al estudio
    de aquella por medio del análisis, cuando se transpone en
    libido de objeto, es decir, cuando da un empleo psíquico
    en la investidura de los objetos sexuales. La libido "se
    concentra en objetos, se fija a ellos o los abandona. Pasa de uno
    a otros y guía el quehacer sexual del individuo, el cual
    lleva a la satisfacción, o sea, a la extinción
    parcial y temporaria de la libido". Vale aclarar que, tal como lo
    señala Strachey en una nota al pie, los objetos de los que
    se habla aquí están referidos a las
    representaciones psíquicas de los mismos, y no a los
    objetos del mundo exterior. La libido se adhiere a los objetos
    por una particular característica de la misma: su
    "viscosidad"

    La separación de la libido en una narcisista y
    una objetal sigue la línea de la división de las
    pulsiones sexuales y las pulsiones yoicas. En este punto Freud
    discute con Jung, quien en su teoría buscaba hacer
    coincidir el interés psíquico con la libido. Freud
    emprende aquí un camino en el que se esforzara fuertemente
    por separar estos conceptos.

    Para comenzar a estudiar el desarrollo libidinal debemos
    situar una doble vertiente en el desarrollo de la obra Freudiana
    en el camino del desarrollo del yo que, si bien son solidarias,
    pueden separarse teóricamente. Una de ellas es el
    desarrollo de las fases libidinales y otra es el camino de la
    libido en búsqueda de la elección de un objeto
    total. Esto va a dar una conceptualización compleja de la
    regresión que puede implicar tanto regresiones a las fases
    libidinales como a las distintas fases de evolución del yo
    y a las elecciones de objeto precedentes.

    Por una parte Freud señala que la sexualidad
    infantil carece de organización. Todas sus pulsiones
    parciales tienen igual derecho y se satisfacen por separado. Esto
    le permite dar un salto clave en su obra al diferenciar la
    sexualidad, de la reproducción y la genitalidad. La
    función libidinal no emerge, por lo tanto, como algo
    acabado sino que recorre una serie de fases sucesivas. La fase de
    organización más temprana, más primitiva, es
    aquella en que la boca desempeña un papel principal, en la
    práctica sexual del chupeteo. Luego, Freud ubica la etapa
    sádico-anal en la cual las aspiraciones de meta pasiva se
    anudan a la zona erógena del orificio anal -fundamental en
    este período- y despiertan fuertemente la pulsión
    de ver y de saber. En este momento freud señala que luego
    de esta fase se produce un viraje del desarrollo de las pulsiones
    parciales bajo el primado de los genitales y con esto "el
    sometimiento de la sexualidad a la función de la
    reproducción.". Solo tardíamente, en 1923,
    introducirá completamente entre estas dos últimas
    fases la fase fálica, en el que solo un genital -el
    masculino – ejerce su influencia. En este camino se van
    construyendo los distintos objetos pulsionales, como el objeto
    oral y el objeto anal.

    El camino de la elección de objeto en Freud –
    pero esta vez hablando del objeto como objeto total – va
    acompañado en todo momento del desarrollo del yo del
    sujeto. En un primer momento el individuo no cuenta con un yo.
    Este tiene que ser desarrollado. Como vimos hay un destino
    temprano de la libido que Freud llama autoerotismo, donde las
    pulsiones parciales se satisfacen de manera anárquica y
    parcial, autoeróticamente, son pulsiones iniciales. Y en
    este punto Freud señala algo fundamental que es que algo
    tienen que agregarse, al autoerotismo, para que se constituya el
    narcisismo. Debe advenir un "nuevo acto
    psíquico."

    A partir de este nuevo acto psíquico es que va a
    fundarse un yo y un cuerpo. Vemos así que ni el cuerpo ni
    el yo son datos a priori, sino que deben advenir y que incluso
    podrían no constituirse o constituirse de modo
    fallado.

    En este sentido la libido se coloca en el cuerpo propio:
    es el estado del narcisismo. Este narcisismo al que llamamos
    primario es el que funda el yo. Es un término que Freud
    toma de los autores P.Nacke y Havelock Ellis. Pero a diferencia
    de ellos Freud no lo va considerar como una perversión,
    (lo que lo define como darle el trato al cuerpo propio que se le
    daría a un objeto sexual) sino como el complemento
    libidinoso del egoísmo inherente a la pulsión de
    autoconservación. El narcisismo es un paso ineludible en
    el camino para la elección de objeto. En palabras de O.
    Delgado: "Lo único que permite pensar el movimiento que va
    de la dimensión autoerótica respecto a los objetos
    parciales para pasar a la elección del objeto de amor, es
    el concepto de narcisismo; permite pensar cómo se
    constituye un yo, que es aquel que puede amar, ya que la
    pulsión no ama el objeto."

    Posteriormente el desarrollo del yo debe llevar a un
    distanciamiento respecto del narcisismo, que engendrará
    una intensa aspiración a recobrarlo. Freud explica este
    proceso de la siguiente forma: "Este distanciamiento acontece por
    un desplazamiento de la libido a un ideal del yo impuesto desde
    afuera." Este ideal es un sustituto del narcisismo perdido en el
    que el propio sujeto era su propio ideal. Y sigue:
    "simultáneamente el yo ha emitido las investiduras
    libidinosas de objeto. El yo se empobrece en favor de estas
    investiduras así como del ideal del yo y vuelve a
    enriquecerse por las satisfacciones del objeto y por el
    cumplimiento del ideal" De esta forma se consuma la
    elección hacia los primeros objetos de amor que
    serán, estos, incestuosos y el niño podrá
    entrar así, en el Complejo de Edipo.

    Freud plantea que el desarrollo de la libido acarrea dos
    peligros: el de la inhibición y el de la regresión.
    Como lo dice en la 22ª de sus conferencias sucederá
    que "no todas las fases preparatorias transcurran con igual
    facilidad y se superen completamente; partes de la función
    quedarán retrasadas de manera permanente en esos estadios
    primeros, y un cierto grado de inhibición se
    mezclará en el cuadro del desarrollo". Es decir, algunas
    de las aspiraciones sexuales quedaran retrasadas en estadios
    anteriores. Esto es lo que conocemos como fijación. Y
    luego, las partes que ya han avanzado podrán revertir, en
    un movimiento de retroceso hasta aquellas etapas anteriores. Es
    lo que Freud define como regresión. Mientras mas fuertes
    sean las fijaciones en el camino evolutivo más
    predisposición encontraremos para esquivar las
    dificultades externas por medio de una
    regresión.

    Un desarrollo libidinal incompleto, a partir de
    vivencias contingentes en la vida del sujeto, deja fijaciones a
    fases de la organización y del hallazgo de objeto. Este
    factor unido con la frustración, es decir, que se quite la
    posibilidad de satisfacer la libido, son los factores que se
    conjugan para cualquier enfermedad. Tal como lo señala
    Freud, "en la etiología de la neurosis, la
    fijación libidinal es el factor interno, predisponerte y
    la frustración es el factor externo, accidental" o como lo
    desarrolla en Un caso de paranoia descrito
    autobiográficamente (Shreber)
    en cada estadío
    del desarrollo de la psicosexualidad encontramos la posibilidad
    de fijación, que funciona como predisposición
    patológica, como punto débil del desarrollo, una
    fisura en el dique. Una corriente retrocedente de la libido
    (regresión), por frustración o por una marea alta
    de libido puede deshacer las sublimaciones alcanzadas y someter
    las pulsiones a la sexualización. "Rompe el dique en el
    punto mas endeble del edificio"

    Si a pesar de que la libido esta dispuesta a aceptar
    otro objeto en lugar del denegado, frustrado, la realidad
    permanece inexorable aquella se vera precisada a emprender el
    camino de la regresión y a aspirar a satisfacerse dentro
    de las organizaciones ya superadas o por medio de los objetos que
    resignó antes. En el caso de la regresión, la
    libido es cautivada por las fijaciones que ella ha dejado tras si
    en los lugares del desarrollo.

    Al comienzo tanto la libido yoica como la objetal
    están juntas en el estadío del narcisismo y solo
    después se diferencia por la investidura de objeto, una
    energía sexual, la libido, de una energía de las
    pulsiones yoicas.

    Entonces vemos que esta libido yoica, puede ser cedida a
    los objetos para transformarse en libido objetal, pero
    también puede abandonarlos nuevamente para dirigirse al
    yo. Es aquí cuando Freud compara a la colocación de
    la libido con los seudópodos que la ameba emite y que
    puede volver a recoger, cuando es necesario, en su cuerpo,
    metáfora muy atractiva para Freud. Pero para pensar el
    proceso patológico debemos pensar que: "La
    transposición de libido en yoica no es patógena en
    sí misma. Pero cuando un proceso violento obliga a quitar
    la libido de los objetos, la libido convertida en narcisista no
    puede hallar el camino de regreso hacía los objetos y
    allí deviene patógeno.", en otras palabras, la
    libido narcisista no se soporta más de cierta medida,
    vemos, por ejemplo, un estado normal de colocación de la
    libido en el yo, en el estado del dormir, en los dolores
    orgánicos o en el duelo normal.

    A esta colocación de la libido
    -patológica- en el yo, Freud la va a llamar Narcisismo
    secundario. Es un estado que ya había existido, se forma
    sobre la base de ese narcisismo primario.

    A partir del camino recorrido por la libido, de las
    fijaciones y de la regresión Freud va
    posibilitándose un medio para discernir estructuras
    clínicas. Por lo tanto los distintos modos en que se de
    cada una de estas determinaran la patología del
    sujeto.

    En lo que en este momento Freud llama las neurosis
    narcisistas o parafrenias (Demencia precoz y paranoia) se puede
    ubicar una regresión en un período anterior a la
    elección de objeto que producirá un
    extrañamiento del mundo exterior sin una
    sustitución en la fantasía. En la paranoia la
    fijación y posteriormente la regresión será
    al narcisismo. Es por esto que la regresión de la libido,
    según su contenido, formará delirios de grandeza,
    de persecución, de amor, de celos. Los delirios de
    grandeza son consecuencia directa del aumento del yo por
    recogimiento de las investiduras libidinosas de objeto. La libido
    colocada en el yo produce un aumento del mismo. En la demencia
    precoz o esquizofrenia la fijación es al período
    anterior, al autoerotismo. Es por esto que la regresión
    será más devastadora, produciendo graves
    fenómenos de fragmentación corporal. Recordemos que
    en esta etapa no había conformación de un cuerpo
    propio. A este proceso de regresión que se da en las
    neurosis narcisistas Freud lo va a llamar retracción
    libidinal.

    Por el contrario en la neurosis de transferencia no
    vamos a hablar de retracción sino de introversión
    libidinal, esto implica un retiro de la libido hacia las
    fantasías. Los neuróticos "conservan el
    vínculo con objetos y cosas en la fantasía.
    Sustituyen los objetos reales por objetos imaginarios. Renuncian
    a acciones motrices para conseguir fines con esos objetos.". La
    fantasía es una realidad psíquica distinta a la
    material, pero que va a cobrar una importancia decisiva en la
    neurosis. La libido no tiene más que volver a las
    fantasías para hallar expedito desde ellas el camino a
    cada fijación reprimida. Estas fantasías gozan de
    cierta tolerancia, y tienen la ventaja de no generar un conflicto
    entre ellas y el yo, "por grandes que sean las aspiraciones,
    mientras se observe una determinada condición de
    naturaleza cualitativa." Además "la libido puede
    retroceder todavía mas, hallar por el camino de la
    regresión unas vías infantiles y aspirar a tales
    metas."

    Dentro de la neurosis podemos así introducir una
    última diferenciación que Freud explica en las
    Conferencias de introducción al psicoanálisis, a
    partir de la regresión: en la histeria la libido regresa a
    los objetos sexuales primarios, incestuosos, es decir, no vuelve
    a la etapa de la organización sexual de la libido anterior
    a la unificación bajo el primado de los genitales, en
    cambio, en la neurosis obsesiva la regresión de la libido
    es al estadio previo de la organización sádico-anal
    acompañado, de una regresión en cuanto al objeto
    hacia las personas mas próximas y mas amadas.

    Como señalamos anteriormente Freud indica que hay
    tres tipos de regresiones: en las neurosis de transferencia las
    hay de dos clases: "a los primeros objetos investidos por la
    libido que (…) son de naturaleza incestuosa [y un]
    retroceso de toda la organización sexual a estadios
    anteriores". Y las neurosis narcisistas nos anoticiaran de una
    nueva variedad de regresión hacia los estadíos de
    la formación del yo: estas regresiones vuelven a
    fijaciones muy anteriores a las del caso de la histeria y
    neurosis obsesiva, en donde la elección de objeto total no
    había sido consumada.

    Debemos señalar entonces, por fin, que tanto la
    conceptualización del desarrollo de la libido y las
    fijaciones que atraviesa en su camino, como la posterior
    regresión a dichas fijación, no deben ser tomados
    como conceptos unívocos, sino que deberán pensarse
    en la diversidad que encontramos en la obra Freudiana, con la
    complejidad que eso supone. De esta forma es como intentamos, a
    lo largo del trabajo, dibujar el camino de libido en el arduo
    proceso que implica el desarrollo de un sujeto.

    Siendo múltiples las acepciones y el uso y abuso
    de este vocablo en la actualidad, comenzaré este trabajo
    con una revisión del concepto de la regresión en la
    Obra de Sigmund Freud. En este sentido, intentaré una
    visión cronológica, ya que no hay una
    versión única, sino que la noción se va
    desarrollando y reformulando a medida que el autor se va
    centrando en diversos tópicos acorde a su interés,
    como ocurre con otros aspectos de la teoría
    freudiana.

    La palabra alemana "Regression" es usada por
    primera vez en el Manuscrito L, anexo a la Carta 60 a W. Fliess
    el 2 de mayo de 1897. Pero su primera aparición en una
    publicación se registra en el Cap. VII de La
    Interpretación de los Sueños. En una nota agregada
    en 1914 Freud establece que tomó la idea de la
    regresión de Alberto Magno (filósofo del S. XIII) y
    de Hobbes (Leviathan). Sin embargo, anteriormente usó otro
    término en alemán "rückläufig"
    traducido como retrocedente, tanto en el Proyecto de
    Psicología (1895) como en su trabajo sobre la Afasia y
    cuyo origen se puede rastrear en la parte teórica de
    Estudios sobre la Histeria de Breuer (1895).

    Otra característica importante del sistema P es
    la de brindar a la conciencia la diversidad de las cualidades
    sensoriales, mientras que nuestros recuerdos, cuando se hacen
    concientes, no muestran esa cualidad. Pensemos en la diferencia
    entre lo que sentimos cuando nos estamos quemando una mano y
    cuando recordamos el hecho, encontramos cómo las huellas
    mnémicas se van agrupando y, aquellas que están
    más alejadas de la conciencia, constituyen el sistema
    inconsciente, el cual tiene la particularidad de no tener acceso
    a la conciencia "si no es por vía del preconsciente". Este
    sistema, el preconsciente, está ubicado en el extremo
    motor debido a que incluye la instancia criticadora que, en el
    sueño, impide el devenir consciente de los procesos
    activados en el inconsciente y que, en la vigilia, posee la llave
    de la motilidad voluntaria.

    Entonces, ¿qué proceso ocurre en este
    aparato psíquico para que en el sueño alucinatorio
    las representaciones inconscientes tengan aquella cualidad
    sensorial del extremo P?. Freud nos dice que la excitación
    toma "un camino de reflujo". En vez de propagarse hacia el
    extremo motor, a través del preconsciente, toma la
    vía del extremo sensorial alcanzando el sistema P. Esta
    direccionalidad tiene un carácter regrediente, en
    contraposición a la progrediente. El autor
    llama REGRESION al fenómeno "de que en
    el sueño la representación vuelve a mudarse en la
    imagen sensorial de la que alguna vez partió". Son
    también regresiones las alucinaciones de la histeria y de
    la paranoia y las visiones de las personas normales. Son
    "pensamientos mudados en imágenes", en particular los
    pensamientos que se vinculan con recuerdos sofocados o que han
    permanecido inconscientes.

    En un agregado de 1914 a la sección b que hemos
    venido revisando, describe tres tipos de regresión:
    tópica, formal y temporal. La regresión
    tópica es la que hemos examinado previamente; no hay
    mayores aportes posteriores. Significa el movimiento regresivo de
    la excitación de un lugar del aparato psíquico a
    otro. La regresión temporal, en este momento, es el
    regreso a "formaciones psíquicas más antiguas";
    más adelante veremos como el autor continúa
    trabajando esta idea. La regresión formal comprende "modos
    de expresión y de figuración primitivos que
    sustituyen a los habituales". En este sentido vemos la
    regresión temporal y formal en su forma más
    dramática, desde el punto de vista clínico, en los
    casos de esquizofrenia catatónica, en los cuales hablamos
    de una regresión al nivel fetal. Otro ejemplo lo
    constituye el niño que ha logrado adquirir el control
    esfinteriano y, ante el nacimiento de un hermano, vuelve a
    orinarse en la cama.

    "Las pataletas" de los niños constituyen un claro
    ejemplo de regresión formal. El niño usa de manera
    regresiva la única manera de expresarse que tienen los
    bebés: llorar, gritar, patalear.

    Bibliografía

    • Freud, Sigmund, "Tres ensayos de
      teoría sexual" (1905), Obras Completas, Buenos Aires:
      Amorrortu, 2003, vol. VII.

    • Freud, Sigmund, Conf. 21. Desarrollo
      libidinal y organizaciones sexuales, (1917 [1916-1917]) Obras
      Completas, Buenos Aires: Amorrortu, vol. XVI

    • Freud, Sigmund, Conf. 22. Algunas
      perspectivas sobre el desarrollo y la regresión.
      Etiología, (1917 [1916-1917]) Obras Completas, Buenos
      Aires: Amorrortu, vol. XVI

    • Freud, Sigmund, Conf. 23. Los caminos
      de la formación de síntomas, (1917 [1916-1917])
      Obras Completas, Buenos Aires: Amorrortu, vol. XVI

    • Freud, Sigmund, Conf. 26 Teoría
      de la Libido y el narcisismo, (1917 [1916-1917]) Obras
      Completas, Buenos Aires: Amorrortu, vol. XVI

    • Freud, Sigmund,"Introducción del
      narcisismo" (1914), Obras completas, Buenos Aires. Amorrortu,
      2003, vol. XIV.

    • Freud, Sigmund, "Puntualizaciones
      psicoanalíticas sobre un caso de paranoia (Demencia
      paranoide) descrito autobiográficamente" (1911
      [1910])

    • Freud, Sigmund, "Sobre los tipos de
      contracción de neurosis" (1912) Obras completas,
      Buenos Aires. Amorrortu, 2003, Vol. XII

    • Delgado, Osvaldo; Teórico
      Nº 10, 16 y 17; año 2006. Ficha de la
      cátedra

     

     

    Autor:

    Carmen Gutierrez

     

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