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Globalización, Estado y Derecho Constitucional




Enviado por Pablo Turmero



Partes: 1, 2

  1. La
    globalización
  2. Globalización y
    desarrollo
  3. Aspectos
    económicos, culturales y sociales de la
    globalización
  4. Sociedad de la
    información y sociedad del
    conocimiento
  5. El impacto
    tecnológico y científico
  6. Integración
    y exclusión
  7. Bibliografía

I. LA
GLOBALIZACIÓN.

El término engloba un proceso de creciente
internacionalización o mundialización del capital
financiero, industrial y comercial, nuevas relaciones
políticas internacionales y el surgimiento de la empresa
transnacional que ha generado nuevos procesos productivos,
distributivos y de consumo deslocalizados geográficamente,
así como una expansión y uso intensivo de la
tecnología sin precedentes.

La globalización es parte de un proceso
histórico del capitalismo en donde se constituye un nuevo
ordenamiento internacional en el marco de un mundo unipolar,
después de la desaparición del conflicto
este-oeste, de la desaparición de la amenaza nuclear y de
fenómenos revolucionarios que ponían en peligro el
orden capitalista mundial.

La globalización puede entencerse de forma
general como la creciente interdependencia entre
países, culturas y sociedades
. La Real Academia de la
Lengua (RAE) define el término como la "tendencia de los
mercados y de las empresas a extenderse, alcanzando una
dimensión mundial que sobrepasa las fronteras
nacionales".

Aunque la globalización se ha convertido ya en un
movimiento social y cultural, se trata en realidad de un proceso
principalmente económico definido por la
integración de las distintas economías nacionales.
De hecho, el Fondo Monetario Internacional (FMI) habla de este
concepto como "una interdependencia económica creciente
del conjunto de países del mundo, provocada por el aumento
del volumen y la variedad de las transacciones transfronterizas
de bienes y servicios, así como de los flujos
internacionales de capitales, al tiempo que la difusión
acelerada de generalizada de tecnología".

Muchas personas insisten en hablar de la
globalización como un proceso nuevo que se ha desarrollado
exclusivamente a partir del siglo XXI. Sin embargo, si entendemos
el concepto de globalización como una mayor
interconexión entre regiones y economías (es decir,
si eliminamos la parte global) podemos hablar de un proceso que
nos llevaría desde los contactos entre los primeros
asentamientos humanos y el nacimiento del comercio entre pueblos
y tribus hasta el actual sistema capitalista y el comercio a
escala mundial. Es decir, la globalización sería la
culminación de esta transformación de aldea aislada
a aldeas globales.Precisamente esta es la teoría esgrimida
en 1961 por Marshall McLuhan acerca del papel de los medios de
comunicación electrónicos como creadores de esta
aldea global.

Independientemente de donde situemos el inicio del
actual proceso de globalización, lo único claro es
que lo que comenzó como un movimiento de carácter
principalmente económico con la
internacionalziación o mundialización del capital
financiero, industrial y comercial ha desembocado en una
integración cultural, política y social. Fruto de
la globalización hoy en día se pueden consumir los
mismos productos, de la misma marca, en todos los continentes del
planeta y se puede ver la misma moda en Madrid, Tokyp, Nueva York
y Buenos Aires, por poner un ejemplo.

Desde un punto de vista estrictamente económico
la globalización es uno de los puntales del crecimiento
del capitalismo como sistema financiero dominante. Sin la
internacionalización empresarial difícilmente
podríamos haber asistido al crecimiento económico
de las últimas décadas. Sin embargo, no todo son
halagos ni mucho menos para este proceso, empezando pro la fuerte
oposición de los denominados grupos
antiglobalización.

Una de las críticas más feroces es si la
globalización realmente está sirviendo para hacer
más rico y mejor a todo el planeta. El proceso de
internacionalización ha permitido a países como
China o India crecer rápidamente durante los
últimos años gracias a su capacidad de
adaptación a una economía de escala global donde lo
que prima es la reducción de costes. Por el contrario,
esta misma economía ha dejado de lado a la gran
mayoría del continente africano y buena parte de
Latinoamérica (especialmente aquellos que no cuentan con
valiosos recursos naturales). El hecho de que las inversiones
dependan en la mayoría de casos de empresas extranjeras
tampoco ayuda al crecimiento de los países en vías
de desarrollo pero no emergentes.

Además, también hay quienes argumentan que
la globalización está terminando con la diversidad
cultural del planeta.

2.
GLOBALIZACIÓN Y DESARROLLO.

El proceso de globalización puede ser tan
favorable para unos, como desfavorable para otros, y esto se da
por la presencia de factores internos en las economías que
responden a situaciones de coyuntura e inequidad en la
composición de las condiciones en las que vive la
sociedad. Exige por tanto una lato grado de desempeño y
participación como respuesta a los cambios del mercado a
nivel internacional.

Antes de competir en un contexto de
globalización, es necesario fijar las condiciones del
desarrollo humano, ya que la presencia de factores como la
pobreza, polarizan las acciones que en términos
económicos se lleven a cabo para el crecimiento. El
resultado es una mala distribución del ingreso, perdida de
empleos y baja productividad per cápita en estas
condiciones, se dificulta el proceso de desarrollo
económico como tal.

El desarrollo económico tiene cuatro elementos
fundamentales a partir de los cuales los países de bajos
ingresos mejoran sus niveles de vida:

  • a) Recursos humanos a partir de los cuales se
    analiza la explosión demográfica y las
    condiciones en las que aumenta la
    población.

  • c) Recursos naturales, para establecer las
    condiciones sobre las que es sostenible la economía y
    genera equilibrio ambiental.

  • d) Formación de capital, como fuente
    importante en el aumento de la producción.

Samuelson (2008) afirma que para superar las barreras de
la pobreza y romper círculos viciosos se requiere de un
esfuerzo concentrado en muchos frentes, y algunos economistas del
desarrollo recomiendan un gran empujón hacia delante, para
romper el círculo. Si un país tiene suerte, pasos
simultáneos para invertir mas, mejorar la salud y la
educación, desarrollar conocimientos y vencer un alto
crecimiento demográfico, pueden romper el círculo
vicioso de la pobreza y estimular un círculo virtuoso de
desarrollo económico rápido.

Así las cosas, la globalización es el
resultado de procesos de ajuste en las variables del modelo
económico de carácter micro en cuanto al
comportamiento de los agentes dentro de la teoría de la
elección y la maximización de beneficio, por tanto,
el análisis coste – beneficio en la función
de producción representa la atomización del
conocimiento y destreza aplicado a la producción (en
términos de combinación de factores) con fines de
eficiencia.

Desde la óptica macroeconómica, se produce
el ajuste en las principales variables: producción (PIB),
empleo, inflación, crecimiento económico. Que
dentro del modelo de una economía abierta, expone las
condiciones que debe cumplir la política económica
para regular y hacer sostenible el funcionamiento de la
economía a nivel agregado. En este punto, el Estado tiene
un activismo relevante en la medida que este funciona como
regulador y redistribuidor del ingreso, así como promotor
de las condiciones de bienestar social. Hay que diferenciar entre
un activismo expansivo del estado (en el caso de una
economía centralizada) y la simple presencia del mismo
como una institución que permite el funcionamiento del
libre mercado y controla los fallos de este (en el caso de la
economía mixta).

Mucho se ha hablado de la participación del
sector privado en la configuración de la
globalización, pues de hecho, la inversión se ha
movido siempre por las decisiones del empresariado y es la figura
del emprendedor la que se encarga de dar los pasos de
innovación y desarrollo desde la empresa, al tiempo, que
se invierte en la generación de investigación como
vía abierta hacia la búsqueda de
patentes.

Pero en suma lo que preocupa de este gigante de la
globalización es el control monopólico del mercado
por parte de las multinacionales y la reducción de las
empresas a simples proveedores de servicios en economías
de renta baja, la existencia de un "supra poder" que incrementa
las externalidades si estas no son reguladas por un
Estado.

El planteamiento neoliberal en cuanto al libre
funcionamiento del mercado y la privatización puede
funcionar eficientemente en países de renta alta, porque
los niveles de inversión son mayores, vía una mejor
rentabilidad del mercado y la capacidad de la economía
para mejorar las condiciones laborales existiendo una mejor
distribución del ingreso permiten acercarse al umbral de
desarrollo, aun cuando persistan problemas de
desigualdad.

Lo cierto es que los problemas de la inflación y
el desempleo reducen el impacto positivo de un cambio sustancial
en las variables macro (hasta tanto no se regule la
producción natural y la tasa natural de desempleo) para
países subdesarrollados y no existe tampoco una
flexibilidad en los salarios pues las condiciones de bajo poder
adquisitivo hacen que el trabajador admita una reducción
en el salario nominal pero no en el real lo cual reduce la
eficiencia del mercado como asignador de recursos y genera una
alta concentración del ingreso.

Por último, la globalización ayuda en la
extensión del mercado a nivel internacional, implica una
preparación por parte de las economías en cuanto a
su nivel técnico incorporado a los procesos de
producción y la innovación con que aplican esos
conocimientos a través de un capital humano de alto
desempeño, de manera que la producción marginal sea
positiva hasta el punto en que los rendimientos marginales
decrecientes fijen el umbral de eficiencia para la
producción.

Por otro lado también puede generar distorsiones
en las economías de bajos ingresos porque limita la
participación a solo unos pocos gigantes desarrollados que
fijan las condiciones de producción y
comercialización en los mercados con bajo nivel de
desarrollo. El carácter fundamental de la
globalización es que funciona como una superestructura
comercial con un alto nivel de especialización que define
las ventajas competitivas frente a los participantes y los
efectos sobre la sociedad varían dependiendo del grado de
desarrollo económico alcanzado por los
países.

Por tanto, la existencia de una alta dependencia
perjudica enormemente la ruptura de círculos viciosos en
las economías emergentes.

El objetivo es canalizar los efectos positivos de la
globalización a partir de la incorporación de
cambio técnico, la práctica en el modelo
económico de la investigación y el desarrollo y el
aprovechamiento de conocimientos foráneos en la
aplicación de nuevo conocimiento integrado. En otras
palabras, las expectativas de desarrollo económico deben
ser adaptativas (en la medida que consideramos los cambios en las
variables) y racionales siempre que dispongamos de la
información necesaria para no cometer los mismos errores
del pasado.

3. ASPECTOS
ECONÓMICOS, CULTURALES Y SOCIALES DE LA
GLOBALIZACIÓN.

Globalización económica.

el significado más común o medular de
globalización económica –aspecto en el cual
se concentra este trabajo– se relaciona con el hecho de que
en los últimos años una parte de la actividad
económica del mundo que aumenta en forma vertiginosa
parece estar teniendo lugar entre personas que viven en
países diferentes (en lugar de en el mismo país).
Este incremento de las actividades económicas
transfronterizas adopta diversas formas:

Comercio internacional: Una parte cada vez mayor de los
gastos dedicados a bienes y servicios se consagra a importaciones
de otros países, y una porción creciente de la
producción de los países se vende a extranjeros en
calidad de exportación. En los países ricos o
desarrollados, la proporción del comercio internacional
respecto del producto total (exportaciones más
importaciones de mercancías en relación con el PIB)
aumentó de 32,9% a 37,9% entre 1990 y 2001. En los
países en desarrollo (países de ingresos bajos y
medianos), la proporción aumentó de 33,8% a 48,9%
en ese mismo período. (Tomado de: Indicadores de
Desarrollo Mundial 2003 del Banco Mundial).

Inversión Extranjera Directa (IED). En el
último decenio han ido aumentando gradualmente las
inversiones que empresas radicadas en un país hacen para
establecerse y operar negocios en otros países. En las
últimas dos décadas, con el aumento en la apertura,
los flujos globales de inversión extranjera directa se han
duplicado con creces respecto del producto interno bruto. Los
flujos aumentaron en los años 1990, de US$324 mil millones
en 1995 a US$ 1,5 billones en 2000. Sin embargo, en el
último tiempo los niveles de inversión fluctuaron
considerablemente de acuerdo con el clima económico y
político prevaleciente. La desaceleración
económica mundial ha reducido los flujos financieros en
los últimos dos años, en contra de la prolongada
tendencia de aumentos; y en algunas regiones, la inestabilidad
política y económica ha agravado los problemas. Los
flujos de capital en América Latina cayeron desde un
máximo de US$126 mil millones en 1998 hasta $72 mil
millones en 2001, lo cual refleja problemas regionales e
incertidumbre global. Los flujos de IED hacia Argentina
disminuyeron de US$24 mil millones en 1999 a US$3 mil millones en
2001. Pero la IED ha seguido fuerte en Asia Oriental y el
Pacífico, así como en Europa y Asia Central. Los
países en desarrollo recibieron aproximadamente la cuarta
parte de los flujos de IED en 2001 como promedio, si bien la
proporción fluctuó bastante de un año a
otro. Actualmente, esta es la principal forma de afluencia de
capital privado hacia los países en desarrollo.

Flujos del mercado de capitales. En el transcurso del
pasado decenio, los ahorristas de muchos países
(especialmente del mundo desarrollado) han diversificado cada vez
más sus carteras con activos financieros extranjeros
(bonos, acciones y préstamos del exterior), mientras que
los prestatarios buscan progresivamente fuentes de financiamiento
foráneas, además de las nacionales. Si bien este
tipo de flujo hacia los países en desarrollo
también aumentó abruptamente en los años
1990, ha sido mucho más volátil que los flujos
comerciales o de IED, y asimismo se han limitado a un grupo
reducido de países de "mercados emergentes".

Globalización cultural.

En su acepción cultural la globalización
es conceptualizada de distintas maneras, de un parte, existen
autores que la definen como: "la fase actual de la modernidad
entendida como un intento de unificar los imaginarios culturales
mundiales, que se diferencia de la anterior por la existencia de
múltiples actores".

Este concepto sugiere que la globalización en lo
cultural tiene como centro a la modernidad, la cual en la
teoría es entendida de diversas formas. Por un lado, se le
alude como una noción de progreso, sin embargo por otra
parte, es interpretada como una visión totalizadora de la
realidad; como un fenómeno que no comporta un conjunto de
valores o intereses en si misma, y que se conforma por medio de
la matriz del poder y las estructuras del sistema de clases donde
está enraizada.

Esta concepción vista de manera unilateral tiende
a mutilar el carácter objetivo de la globalización
en su aspecto cultural, debido a que se tiende a concebir
sólo el carácter impositivo con que ha actuado la
modernidad desde la lógica dominante de los centros de
poder. A nuestro entender, es de particular importancia para el
análisis de la dimensión cultural de la
globalización reconocer que "el papel histórico
progresivo del capitalismo puede resumirse en dos breves tesis:
aumento de las fuerzas productivas del trabajo social y
socialización de este".

Marx como resultado de su minucioso estudio del
capitalismo, al referirse al proceso de socialización que
crea destaca que: "El período burgués de la
historia esta llamado a sentar las bases materiales de un nuevo
mundo: a desarrollar, por un lado, el intercambio universal,
basado en la mutua dependencia del género humano, y de
otro, desarrollar las fuerzas productivas del hombre y
transformar la producción material en un dominio
científico sobre las fuerzas de la naturaleza"

En otra dimensión del análisis se presenta
a la globalización cultural como "el pasaje de identidades
culturales tradicionales y modernas, de base territorial, a otras
modernas y posmodernas, de carácter
transterritorial".

Aquí subyace el fenómeno de la modernidad
y de la posmodernidad, sin embargo, esta concepción avanza
en el reconocimiento de los aspectos del pasado y el presente,
haciendo énfasis en los cambios orgánicos que se
producen, los cuales tienen como centro la construcción de
identidades culturales.

También se destaca en un plano más
general, la concepción de globalización entendida
por algunos analistas como: la vocación homogeneizadora en
lo económico, político y cultural, haciendo
referencia al contexto en que ejercen un poder absoluto los
actores transnacionales y la presencia de tendencias
centrípetas que dominan y diseñan el eje del
escenario en que se mueve la sociedad global. Este plano de
movimiento de la globalización, es lo que se conoce como
globalización versus cultura.

Globalización social.

A pesar de que el término globalización se
utiliza de maneras diversas, en él se cristaliza una idea
fundamental, a saber, la de la integración progresiva de
las economías y de las sociedades. Este proceso
está impulsado por las nuevas tecnologías, las
nuevas relaciones económicas y las políticas
nacionales e internacionales de una amplia gama de actores, que
va desde los gobiernos y las organizaciones internacionales hasta
las empresas, las organizaciones de trabajadores y la sociedad
civil.

En términos muy generales, el proceso de
globalización comporta dos aspectos: el primero se refiere
a los factores que – como el comercio, las inversiones, la
tecnología, los sistemas de producción
transfronterizos y los flujos de información y
comunicación – favorecen el acercamiento entre las
sociedades y los ciudadanos.

El segundo se refiere a las políticas y las
instituciones, como la liberalización del comercio y del
mercado de capitales, las normas internacionales del trabajo, la
defensa del medio ambiente, el comportamiento de las empresas,
los acuerdos sobre derechos de propiedad intelectual, y otras
políticas aplicadas a nivel nacional e internacional que
favorecen la integración de las economías y de los
países. Por lo que se refiere a las políticas, el
modelo actual de globalización no es una tendencia
inevitable, sino, al menos en parte, el producto de opciones en
materia de políticas. Mientras que los cambios
tecnológicos son muy a menudo irreversibles, las
políticas pueden ser transformadas. Los progresos
tecnológicos también han contribuido a ampliar las
opciones que se nos presentan en el plano de las
políticas.

La dimensión social de la globalización se
refiere al impacto que este proceso tiene en la vida y en el
trabajo de las personas, así como en sus familias y sus
sociedades. Incluye las preocupaciones y los problemas
relacionados con el impacto de la globalización en el
empleo, las condiciones de trabajo, los ingresos y la
protección social. Más allá del mundo del
trabajo, la dimensión social abarca las cuestiones
relativas a la seguridad, la cultura y la identidad, la
inclusión o la exclusión social y la
cohesión de las familias y las comunidades.

La globalización aporta nuevas potencialidades
para el desarrollo y la creación de riqueza. Sin embargo,
hay puntos de vista y percepciones divergentes, en especial sobre
su impacto económico y social. Estas divergencias
corresponden, en parte, a la diversidad de efectos que la
globalización tiene en los intereses y las oportunidades
de los distintos sectores económicos y sociales. Algunos
sostienen que el modelo actual de la globalización ha
agravado los problemas del desempleo, de la desigualdad y de la
pobreza mientras que otros afirman que la globalización ha
contribuido a reducir la incidencia de dichos problemas. Por
supuesto, estos problemas existían antes de la
globalización. Pero es evidente que, para que la
globalización sea sostenible tanto en el plano
político como en el plano económico, debe
contribuir a resolverlos. Por lo tanto, el objetivo es una
globalización que atienda las necesidades de todas las
personas.

4. SOCIEDAD DE LA
INFORMACIÓN Y SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO.

La sociedad de la Información y la sociedad del
conocimiento son dos conceptos que a menudo son utilizados de una
manera acrítica. La sociedad de la información hace
referencia a la creciente capacidad tecnológica para
almacenar cada vez más información y hacerla
circular cada vez más rápidamente y con mayor
capacidad de difusión. La sociedad del conocimiento se
refiere a la apropiación crítica y selectiva de la
información protagonizada por ciudadanos que saben
qué quieren y como aprovechar la información, y por
ende saben de qué pueden y deben prescindir.

Una sociedad de la información es aquella en la
que la información y el conocimiento tiene un lugar
privilegiado en la sociedad y en la cultura, de esta se
desprenden apreciaciones laxas en las cuales la creación,
distribución y manipulación de la
información forman parte importante de las actividades
culturales y económicas. La sociedad de la
información es vista como la sucesora de la sociedad
industrial. Relativamente similares serían los conceptos
de sociedad post-industrial (Daniel Bell), posfordismo, sociedad
postmoderna, sociedad del conocimiento, entre otros. Norbert
Wiener, creador de la cibernética, fue el que
anunció el advenimiento de una "Sociedad de la
Información" cuya base organizativa, para él, era
la circulación sin trabas de la información, a la
que consideraba una nueva materia prima.

La noción de sociedad del conocimiento fue
utilizada por primera vez en 1969 por un autor austríaco
de literatura relacionada con el "management" o gestión,
llamado Peter Drucker, y en el decenio de 1990 fue profundizada
en una serie de estudios detallados por autores como Robin Mansel
o Nico Stehr.

Las sociedades de la información emergen de la
implantación de las tecnologías de
información y comunicación (TIC) en la
cotidianeidad de las relaciones sociales, culturales y
económicas en el seno de una comunidad, y de forma
más amplia, eliminando las barreras del espacio y el
tiempo en ellas, facilitando una comunicación ubicua y
asíncrona.

La eficacia de estas nuevas tecnologías que
actúan sobre elementos tan básicos de la persona
como son el habla, el recuerdo o el aprendizaje, modifica en
muchos sentidos la forma en la que es posible desarrollar muchas
actividades propias de la sociedad moderna.

Sin embargo, la información no es lo mismo que el
conocimiento. La información se compone de hechos y
sucesos, mientras que el conocimiento se define como la
interpretación de dichos hechos dentro de un contexto, y
posiblemente con alguna finalidad.

Sociedad de la
Información.

En la actualidad, la expresión "sociedad de la
información" (SI) se ha popularizado enormemente a
raíz de uso habitual en las iniciativas públicas
que tienen por objeto promoverla, especialmente en la
Unión Europea. Sin embargo, su origen se remonta a los
setenta, cuando comenzó a percibirse que la sociedad
industrial empezaba a evolucionar hacia un modelo de sociedad
distinta, en la que el control y la optimización de los
procesos industriales, en tanto que claves económicas, es
reemplazado por el procesamiento y manejo de la
información.

Las numerosas definiciones de Sociedad de la
Información que existen actualmente en uso comparten este
significado, aunque con distintos matices, en función del
aspecto que interese cada autor. Como existe una gran diversidad
de significados atribuidos a este concepto y no se ha impuesto
una definición comúnmente aceptada, aunque es un
término que se utiliza habitualmente, incluso en los
medios de difusión casi siempre suele darse a este
concepto un significado intuitivo, borroso y parcialmente
coincidente entre una y otras fuentes. Por tanto, conviene
definir con claridad el concepto de Sociedad de la
Información.

"Sociedad de la Información es una fase de
desarrollo social caracterizada por la capacidad de sus miembros
(ciudadanos, empresas y administración pública)
para obtener y compartir cualquier información,
instantáneamente, desde cualquier lugar y en la forma que
se prefiera".

El factor diferencial que introduce la Sociedad de la
Información es que cada persona u organización no
solo dispone de sus propios almacenes de conocimiento, sino que
tiene también una capacidad casi ilimitada para acceder a
la información generada por los demás y el
potencial para convertirse el mismo en un generador de
información para otros. Lo peculiar de la Sociedad de la
Información es precisamente el carácter general e
ilimitado que en ella tiene el acceso a la información. La
expresión Sociedad de la información designa una
forma nueva de organización de la economía y la
sociedad.

Este cambio en la capacidad de acceso a la
información es tan importante que constituye el factor
desencadenante de una serie de transformaciones sociales de
profundo alcance. La disponibilidad de nuevos medios
tecnológicos abre una nueva puerta hacia un mundo de
posibilidades. Las tecnologías se materializan en nuevas
infraestructuras con las que se mejoran los procesos con un nuevo
enfoque. Se modifica as formas de actuar, es decir las
herramientas. Al cambiarse muchas formas de actuar, se ve
afectada la propia forma de ser. A medida que se transforman los
valores y las actitudes, podemos decir que, en última
instancia, están cambiando la cultura y a la propia
sociedad.

Sociedad del Conocimiento.

La noción sociedad de conocimiento tiene sus
orígenes en los años 1960 cuando se analizaron los
cambios en las sociedades industriales y se acuñó
la noción de la sociedad post-industrial. Así, por
ejemplo, el sociólogo Peter F. Drucker pronosticó
la emergencia de una nueva capa social de trabajadores de
conocimiento (P.F. Drucker 1959) y la tendencia hacia una
sociedad de conocimiento (Drucker 1969). Este tipo de sociedad
está caracterizada por una estructura económica y
social, en la que el conocimiento ha substituido al trabajo, a
las materias primas y al capital como fuente más
importante de la productividad, crecimiento y desigualdades
sociales (véase Drucker 1994).

Sin embargo, más conocido es el trabajo de D.
Bell (1973; 2001) sobre la sociedad post-industrial. Este
concepto expresó la transición de una
economía que produce productos a una economía
basada en servicios y cuya estructura profesional está
marcada por la preferencia a una clase de profesionales
técnicamente cualificados. El conocimiento teórico
se ha convertido, según este enfoque, en la fuente
principal de innovación y el punto de partida de los
programas políticos y sociales. Este tipo de sociedad
está orientado hacía el progreso tecnológico
y la evaluación de la tecnología y se caracteriza
por la creación de una nueva tecnología intelectual
como base de los procesos de decisión.

En esta época, hasta el final de los años
1970, el análisis de los cambios en la sociedad moderna
resaltó tres aspectos:

-La expansión de las actividades de
investigación estatales y privadas era la base principal
de la cientificación de una serie de sectores industriales
(véase Lane 1996). En esta diagnosis se reflejó la
expansión histórica de los gastos en I+D que se
habían producido en la post-guerra.

-Paralelamente a la expansión de los sectores de
servicios, se incrementaron las actividades económicas
basadas en el conocimiento. Con la importancia creciente del
conocimiento teórico creció también el peso
económico de las actividades basadas en el conocimiento
(véase para los años 1950 y 1960 Machlup 1992 y
Porat 1977)

-La estructura profesional estaba marcada por los
trabajadores de conocimiento profesionalizado y con una
cualificación académica: Bell (2001) estimó
que alrededor de una cuarta parte de la población
pertenecía a esta nueva clase de conocimiento, en la que
se incluyó a los empleados con un diploma universitario o
de un escuela superior, a los empleados y los funcionarios de
altas categorías y a los empresarios.

Estos análisis apuntaron, por lo tanto, a una
sociedad cientificada, academizada y centrada en los servicios
diferenciada de la sociedad industrial que, a su vez, estaba
caracterizada por el conocimiento experimental, el predominio de
los sectores industriales, las actividades manuales y el
conflicto entre capital y trabajo.

Desde luego, el concepto de la "sociedad del
conocimiento" no es el único empleado para describir los
cambios sociales en las sociedades actuales. También se
usan otras nociones como, por ejemplo, la "sociedad de la
información" y la "sociedad red".

La noción de la "sociedad de la
información" se utiliza sobre todo cuando se tratan
aspectos tecnológicos y sus efectos sobre el crecimiento
económico y el empleo, Esta discusión tiene como
punto de partida la consideración de que la
producción, la reproducción y la
distribución de la información es el principio
constitutivo de las sociedades actuales. Pero en la reciente
discusión europea, tanto en el ámbito de las
ciencias sociales como en el ámbito político, se
observa que este término es reemplazado por el de la
"sociedad del conocimiento" lo que implica un cambio conceptual
de la información al conocimiento considerándolo
como principio estructurador de la sociedad moderna y resaltando
su importancia para la sociedad actual, para los cambios en la
estructura económica y en los mercados laborales, para la
educación y para la formación.

Otra noción alternativa es la de la "sociedad
red", noción promovida por M. Castells. Se trata de un
concepto que está situado entre la "sociedad de la
información" y la "sociedad del conocimiento". Castells
marca diferencias respecto a la "sociedad de la
información", distinguiendo entre información e
informacional. Información, es decir comunicación
del conocimiento, ha sido, según Castells, "fundamental en
todas las sociedades (…) En contraste, el término
informacional indica el atributo de una forma específica
de organización social en la que la generación, el
procesamiento y la transmisión de la información se
convierten en las fuentes fundamentales de la productividad y el
poder, debido a las nuevas condiciones tecnológicas que
surgen en este periodo histórico"(Castells 1996. Vol. 1.
p. 47).

Similar al concepto de la "sociedad del conocimiento",
el de la "sociedad red" sostiene que la transformación
actual de la sociedad indica un cambio de modo de
producción social, dada la creciente importancia de la
información o del conocimiento para los procesos
socio-económicos. Información y conocimiento se
convierten en los factores productivos más importantes.
Sin embargo, y a pesar de que Castells declara que ni la
tecnología determina la sociedad ni la sociedad dicta el
curso del cambio tecnológico, el enfoque de la sociedad
red parte de la idea de una tecnología hecha e investiga
los efectos de la aplicación de los inventos
tecnológicos sobre la sociedad. No tiene en cuenta que la
tecnología es una construcción social en cuyo
desarrollo intervienen múltiples actores y diferentes
intereses y tampoco profundiza más en la idiosincrasia del
conocimiento y su relevancia para los procesos
socio-económicos y los efectos sobre el propio
conocimiento cuando se ha convertido en el factor productivo
más importante.

Desde los años 1990, el concepto de la "sociedad
del conocimiento" ha resurgido tanto en la política como
en las ciencias sociales (véase por ejemplo Reich 1992,
Drucker 1994, Lundvall & Johnson 1994, Stehr 1994, OECD 1996,
Krohn 1997, Knorr-Cetina 1998, Willke 1998 y Weingart 2001). Al
contrario que el concepto de la "sociedad de la
información", este término no hace referencia
solamente a la base tecnológica para caracterizar la
sociedad actual y para resaltar las diferencias con la "sociedad
industrial". Pero queda menos claro qué se entiende por
"sociedad del conocimiento". Heidenreich distingue, en primera
instancia, cuatro definiciones:

1. Similar al término "sociedad de la
información", la noción "sociedad de conocimiento"
indica la importancia de las tecnologías de la
información y la comunicación (TIC) y su
utilización en los procesos económicos.

2. La noción resalta las nuevas formas de
producir conocimiento. El conocimiento es considerado como uno de
los principales causantes del crecimiento junto con los factores
capital y trabajo. En este sentido, se concede una relevancia
crucial a la producción de productos intensivos en
conocimiento y a los servicios basados en el
conocimiento[7]

3. Se resalta la creciente importancia de los procesos
educativos y formativos, tanto en su vertiente de
educación y formación inicial como a lo largo de la
vida.

4. Se destaca la creciente importancia de los servicios
intensivos en conocimiento y comunicación, que
generalmente se denominan trabajo de conocimiento (véase
OECD 2001 y Reich 1992)

El concepto de "sociedad del conocimiento" hace
referencia, por lo tanto, a cambios en las áreas
tecnológicas y económicas estrechamente
relacionadas con las TIC, en el ámbito de
planificación de la educación y formación,
en el ámbito de la organización (gestión de
conocimiento) y del trabajo (trabajo de conocimiento).

Sin embargo, frente a un concepto tan general se debe,
según Heidenreich (2003), mantener una postura
escéptica. Se debe preguntar, por ejemplo, si es posible
basar la definición de un tipo de sociedad en el concepto
conocimiento teniendo en cuenta que ninguna sociedad existe sin
disponer de conocimiento. Tampoco queda muy claro, si
conocimiento es más que una categoría residual para
explicar la parte del crecimiento económico que no se ha
podido explicar a través de las otras categorías.
El hecho de que el término está siendo utilizado
por instancias políticas como la OECD, la Unión
Europea y gobiernos nacionales para promover estrategias
políticas, hace sospechar que se trata más bien de
una visión directriz en lugar de un concepto
sociológico contrastado.

5. EL IMPACTO
TECNOLÓGICO Y CIENTÍFICO.

Uno de los tópicos en el debate actual sobre la
ciencia y la tecnología consiste en determinar en que
medida han servido para configurar a las sociedades modernas y
trasformar a las tradicionales. Los progresos científicos
como también tecnológicos han modificado
radicalmente la relación del hombre con la naturaleza y la
interacción entre los seres vivos. Hoy en día la
ciencia y la tecnología calan los niveles más altos
en la sociedad actual.

La ciencia y la tecnología no se pueden estudiar
fuera del contexto social en el que se manifiestan. Entre la
ciencia y la tecnología existe un claro estado de
simbiosis; en otras palabras, conviven en beneficio mutuo. Aunque
el efecto de ambas actuando conjuntamente es infinitamente
superior a la suma de los efectos de cada una actuando por
separado.

Sin embargo, ante estos progresos que no podían
ni siquiera imaginar los utopistas del pasado, empiezan a surgir
preguntas cada vez más serias sobre el lugar que incumbe
la ciencia y la tecnología en nuestra sociedad; y
además con una constancia tal que no se pueden ignoras
tales problemas. Se puede recordar la frase de Albert Camus, "El
siglo XVII fue de las matemáticas, el siglo XVIII el de
las ciencias físicas, el siglo XIX el de la
biología y nuestro siglo XX es el siglo del
miedo".

Con el nombre de Revolución tecnológica o
Revolución científico-técnica suele
referirse concretamente a las transformaciones técnicas,
económicas y sociales de la tercera revolución
industrial desde la segunda mitad del siglo XX, aunque
también se utiliza muy frecuentemente el término
para referirse a las dos primeras grandes transformaciones que
han merecido el nombre de Revolución económica: la
Revolución Neolítica y la Revolución
industrial de los siglos XVIII y XIX.

El período pretecnológico, en el que todas
las especies animales (aparte de la especie humana, algunas aves
y primates) siguen hoy en día, era un período no
racional de los primeros homínidos
prehistóricos

La aparición de la tecnología, que ha sido
posible por el desarrollo de la facultad racional, hallando el
camino para la primera etapa: la herramienta. Una herramienta
proporciona una ventaja mecánica en el cumplimiento de una
tarea física, y debe ser alimentada por la energía
humana o animal. Permiten cosas imposibles de lograr sólo
con el cuerpo humano, como ver detalles visuales diminutos con
una sencilla lente o un sofisticado microscopio; la
manipulación de objetos pesados (con máquinas
complejas como una grúa, simples, como una polea, o con
instrumentos tan sencillos como una cesta); o el transporte,
procesamiento y almacenamiento de todo tipo de fluidos o granos,
con un cubo de agua, un odre o un barril para el vino, o una
vasija de cerámica para el aceite.

Los cazadores-recolectores del paleolítico
desarrollaron herramientas que aumentaban la eficiencia del
trabajo físico para lograr su objetivo, principalmente
para la adquisición de alimentos: herramientas
líticas primitivas como el canto tallado, la lasca y el
bifaz, de uso sucesivamente más especializados o complejos
(raedera, lanza, flecha, o martillo).

Más tarde, durante el neolítico, los
animales de tiro o carga (caballo, buey, camello) proporcionaron
la energía para herramientas como el arado o el carro. El
aumento de la productividad de la producción de alimentos
supuso un aumento de más de diez veces sobre la
tecnología de los cazadores-recolectores.

La segunda etapa tecnológica fue la
creación de la máquina. Restringiendo este concepto
al de la máquina alimentada por energía no humana
ni animal, es una herramienta que sustituye el elemento humano de
esfuerzo físico, y requiere de un operador sólo a
su función de control. Las máquinas se extendieron
con la revolución industrial, aunque el barco o los
molinos de viento, y otros tipos de máquinas que responden
a esta definición, son muy anteriores.

Ejemplos de esto incluyen el ferrocarril, el alumbrado,
el automóvil, el ordenador. Las máquinas permiten a
los seres humanos superar tremendamente los límites de sus
cuerpos. La mecanización de cualquier actividad
económica produce una expansión espectacular en
ella, empezando por la agricultura: introducir un tractor en una
explotación agrícola produce un aumento de la
productividad alimentaria, como mínimo, diez veces
superior a la tecnología del arado y el
caballo.

La tercera, y última etapa de la evolución
tecnológica es el autómata. El autómata es
una máquina que elimina el elemento de control humano con
un algoritmo automático. Ejemplos de máquinas que
presentan estas características son los relojes digitales,
conmutadores telefónicos automáticos, marcapasos, y
los programas de ordenador.

Las tres etapas del desarrollo tecnológico se
solapan temporalmente, y tecnologías vinculadas a las
etapas más primitivas siguen siendo ampliamente utilizadas
hoy en día.

La utilización de distintas formas (como la
electricidad, el movimiento, la luz o el calor) y fuentes de
energía (combustibles fósiles -como el
carbón, el petróleo y el gas natural-, la
energía hidráulica, la energía nuclear o las
energías alternativas) demandadas en cantidades crecientes
por el desarrollo tecnológico y económico ha
producido la crisis energética que desde los años
1970 viene cuestionando la posibilidad del mantenimiento del
actual modelo de desarrollo, sumado a otros efectos nocivos,
tanto por el desarrollo desigual, como por sus consecuencias
medioambientales (contaminación, calentamiento global,
etc.).

El proceso de evolución tecnológica
culmina con la capacidad de alcanzar todos los valores materiales
tecnológicamente posibles y deseables por el esfuerzo
mental.

Partes: 1, 2

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