Monografias.com > Salud
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Medicina mágica, científica y homeopática




Enviado por Percy Zapata Mendo



  1. La enfermedad como
    influencia de la magia
  2. El origen de la
    medicina científica
  3. Avances
    conceptuales en la historia de la medicina durante el
    Renacimiento
  4. La Medicina
    homeopática
  5. Conclusión

La enfermedad
como influencia de la magia

Desde sus orígenes, el hombre ha tenido que verse
enfrentado con la enfermedad, y como resultado de esto ha
perfeccionado diversos métodos para curar o por lo menos
para aliviar el sufrimiento.

Monografias.com

En los poblados primitivos la enfermedad se consideraba
como el castigo de alguna divinidad por nuestros actos o por los
pecados que heredábamos de nuestros padres, o se
creía que era el resultado de romper un tabú o
alguna regla sagrada para la tribu. Así pues tenemos que
en los pueblos del antiguo Egipto, Mesopotamia, entre otros, la
concepción de la enfermedad es mágica y por lo
tanto el diagnóstico y el tratamiento también
requieren medios y ritos mágicos.

Monografias.com

Por ejemplo, en la Asiria antigua la medicina era
esencialmente mágico-religiosa, allí los encargados
de la medicina eran los Asu, quienes tenían una
inclinación por considerar que la posesión por
espíritus era la causa de las enfermedades. La florida
imaginación de los asirios les había llevado a
crear espíritus malignos muy especializados: si
había dolor en el cuello, el responsable era el
espíritu maligno Adad; el dolor en el pecho era
responsabilidad de Ishtar; el espíritu Rabisu
producía problemas cutáneos mientras que Labartu
afectaba el aparato genital femenino, y así
sucesivamente.

Aún en la actualidad este tipo de mentalidad
arcaica subsiste, pues es frecuente escuchar hablar de
enfermedades causadas por "mal de ojo", "castigo divino" etc. En
muchos países latinoamericanos hay personas que consultan
a curanderos buscando la sanación de sus enfermedades.
Aquí es importante notar que la forma como la medicina
mágico-religiosa obtiene conocimiento es por medio de la
"revelación", la cual es una verdad sagrada que obtiene el
chamán o líder religioso del grupo. Debe resaltarse
que estas revelaciones cambian de pueblo en pueblo, por ejemplo
los mismos demonios que asignaban como causa de una enfermedad en
la antigua Asiria no eran la misma causa en la India o en el
antiguo Perú.

La enfermedad dejo de considerarse como un
fenómeno sobrenatural con Hipócrates de Cos (Cos,
460 a. C. – Tesalia, 370 a. C.) médico griego que
vivió a finales del siglo V A.C. Hipócrates afirma
que la enfermedad se puede comprender ya que sus causas se
encuentran en el ámbito de la naturaleza. En su obra
"Sobre la enfermedad sagrada", en la cual hacía referencia
a la epilepsia afirmó:

"Voy a discutir la enfermedad llamada "sagrada". En
mi opinión, no es más divina o más sagrada
que otras enfermedades, sino que tiene una causa natural, y su
supuesto origen divino se debe a la inexperiencia de los hombres,
y a su asombro ante su carácter peculiar. Mientras siguen
creyendo en su origen divino porque son incapaces de entenderla,
realmente rechazan su divinidad al emplear el método
sencillo para su curación que adoptan, que consiste en
purificaciones y encantamientos. Pero si va a considerarse divina
nada más porque es asombrosa, entonces no habrá una
enfermedad sagrada sino muchas, porque demostraré que
otras enfermedades no son menos asombrosas y portentosas, y sin
embargo nadie las considera sagradas."

Este concepto innovador dado por Hipócrates no
ocurrió sin un antecedente. Desde casi un siglo antes de
él unos filósofos denominados
"Presocráticos" habían empezado a preguntarse por
la naturaleza del mundo y se habían atrevido a plantear
respuestas en las que no se incluían las divinidades. Por
ejemplo, Tales de Mileto consideraba que el mundo estaba formado
por el elemento agua. La explicación de Tales es similar a
la del mito babilónico en la que el dios Marduk
creó el mundo del agua, solo que en la narración
del filósofo presocrático el dios ya no es
necesario.

El concepto de la enfermedad como un fenómeno
natural es en últimas un legado de los filósofos
presocráticos que se atrevieron a formular un mundo
entendible en términos naturales, libre del dominio de
dioses y demonios. El efecto de tal revolución hoy es
visible en los quirófanos, en los laboratorios
clínicos y en los consultorios médicos. Sin
embargo, como lo mencione anteriormente, desafortunadamente
aún quedan rastros de la medicina
mágico-religiosa.

El origen de la
medicina científica

La medicina científica tiene sus orígenes
en el renacimiento. Esta época, que abarca desde el
año 1543 a 1661 (aunque la ubicación de los
límites del renacimiento varía según los
autores). El hombre renacentista se muestra más interesado
en este mundo que en el cielo predicado por la Iglesia,
además de empezar a entender el mundo natural en
términos materialistas siguiendo un método propio,
esto último conllevó al nacimiento de la ciencia
moderna.

Precisamente una de las características de la
ciencia moderna es el escrutinio escéptico, el no aceptar
nada como cierto solamente porque lo dice alguien importante. De
hecho el nacimiento de la ciencia moderna, con Galileo Galilei,
estuvo rodeado por la tensión entre la Iglesia
Católica y las observaciones cuidadosas del físico
que no encajaban con la autoridad establecida: la Biblia y el
famoso filósofo Aristóteles.

En medicina, al igual que en la física, se
cuestionó la autoridad establecida y se dio paso a la
búsqueda de evidencias para aceptar una idea y tener una
concepción más acertada de la naturaleza. Fue el
anatomista belga Andrés Vesalio (1514-1565) quien en su
obra "De humani corpori fabrica", da más importancia a la
observación de la realidad que a lo dicho por las
autoridades tradicionales sobre ella. Una característica
del trabajo de Vesalio es que expone y corrige los errores del
médico que durante la edad media se consideró la
autoridad incuestionable en medicina, es decir Galeno (129-199
d.C.).

La medicina científica le debe mucho a la
revolución anatómica del renacimiento en la que
Vesalio fue el más destacado. De igual forma el
renacimiento fue testigo de la revolución
quirúrgica la cual fue abanderada por Ambrosio Paré
(1507-1591), quien transformó algunos de los
métodos de cirugía, los cuales habían
permanecido sin variación desde la época de los
romanos, gracias a la observación.

Paré se desempeñó como cirujano del
ejército francés. Atendiendo los heridos por
arcabuz en la batalla es que hizo el primero de sus
descubrimientos. Trató una herida por pólvora con
una mezcla de yema de huevo, agua de rosas y aguarrás.
Paré creyó que sus pacientes morirían
envenenados ya que se esos días se pensaba que la
pólvora era venenosa, pero al día siguiente se dio
cuenta que el tratamiento utilizado por él era mejor. En
otra guerra decidió ligar los vasos sanguíneos del
muñón que quedaba tras una amputación en
lugar de cauterizar (detener la hemorragia al quemar los
tejidos), lo cual habitualmente se hacía con un hierro
caliente.

Otra revolución, aparte de la anatómica y
la quirúrgica, fue la fisiológica, cuya figura
más destacada fue William Harvey (1578-1657) quien dedujo
la circulación sanguínea a través de sus
observaciones.

Harvey, fiel a la nueva práctica de no aceptar
como válido algo simplemente porque lo dijo alguien muy
importante, invalida la explicación hasta el momento
imperante, la defendida por Galeno, la cual establecía que
la sangre iba y volvía del corazón por las venas, y
que las arterias no contenían sangre sino aire, "pneuma",
y que la sangre pasaba directamente del ventrículo derecho
al izquierdo. Lo que hace importante y trascendental el trabajo
de Harvey, más que el hecho del descubrimiento de la
circulación doble, es la forma como abordó el
problema: recurriendo a la observación de la naturaleza,
en lugar de consultar los libros escritos por autoridades
supuestamente incuestionables.

Otra revolución en el área de las ciencias
de la vida, fue la microscópica, la cual se inició
con las observaciones de Antón van Leeuwenhoek (1632-1723)
quien observó por vez primera bajo el microscopio los
espermatozoides, eritrocitos, las láminas del cristalino,
las miofibrillas y las fibras musculares estriadas además
de diferentes tipos de bacterias. Otro importante microscopista
fue Marcello Malpighi (1628-1694). En 1661 publicó su
primer libro Observaciones anatómicas en los pulmones, en
el que describe los alvéolos pulmonares y los capilares
sanguíneos donde se comunican las arterias con las venas
pulmonares en el pulmón de la rana. En posteriores
trabajos describió la estructura de la piel, de los
ganglios linfáticos y del bazo, la existencia de los
glomérulos en el riñón, también
describió el desarrollo embrionario de varias especies
animales. La revolución microscópica abrió a
los ojos de la ciencia un nuevo mundo fascinante cuyo estudio
hizo posible la identificación de muchos virus, bacterias,
protozoos y hongos patógenos.

Monografias.com

Otro naciente aporte que ayudaría a
dar forma a la medicina científica, esta fue la
revolución en patología, la cual fue llevada a cabo
por Antonio Benivieni (1443-1502) Este médico italiano se
vio favorecido por el levantamiento de las restricciones
impuestas por la Iglesia durante la Edad Media sobre las
autopsias, por tal razón empezó a examinar los
cuerpos de sus pacientes fallecidos. Benivieni realizó
registros clínicos de la enfermedad. En uno de sus casos
registrados se puede leer:

"Mi tocayo, Antonio Bruno, retenía el
alimento que había ingerido por un corto tiempo y
después lo vomitaba sin haberlo digerido. Fue tratado
cuidadosamente con toda clase de remedios para curar los
problemas gástricos pero como ninguno le sirvió
para nada, adelgazó por falta de nutrición hasta
quedarse en pura piel y huesos; finalmente le llegó la
muerte.

El cadáver se abrió por razones de
interés público. Se encontró que la apertura
de su estómago se había cerrado y que se
había endurecido hasta la parte más inferior
resultando en que nada podía pasar por ahí a los
órganos siguientes, lo que hizo inevitable la
muerte."

En la actualidad tal descripción se
asociaría con un cáncer de estómago de la
variedad linitis plástica.

La importancia del trabajo de Benivieni es que,
continuando con el legado de Vesalio y Harvey, afirma que para
conocer las causas de las enfermedades se debe interrogar a la
naturaleza, de allí las autopsias y las descripciones
meticulosas que buscan correlaciones
anatomoclínicas.

La última revolución conceptual llevada a
cabo en el renacimiento en el campo de la medicina fue la
clínica. Como personaje destacado cabe mencionar al
inglés Thomas Syndenham (1624-1689), quien retomó
las ideas de Hipócrates respecto a la importancia de tomar
atenta nota de los síntomas de la enfermedad e
interpretarlos como esfuerzos hechos por el organismo por
librarse de la enfermedad. Syndenham tuvo la oportunidad de
hacerse una idea clara de los síntomas de muchas
enfermedades que por aquella época eran epidemias de forma
tal que él es el primero en distinguir el sarampión
de la escarlatina. A pesar de este aporte tan importante,
Syndenham también tenía ideas que hoy consideramos
nada científicas como la influencia de los astros en la
generación de enfermedades entre otras.

Avances
conceptuales en la
historia de la medicina durante el
Renacimiento

En el siglo XIX se amplificó el conocimiento de
la fisiología humana y se habló por primera vez de
homeostasis (proceso por el cual un organismo mantiene las
condiciones internas constantes necesarias para la vida),
término acuñado por el fisiólogo
francés Claude Bernard (1813- 1878).

La visión sobre la enfermedad cambia
sorprendentemente con los trabajos de Louis Pasteur (1822- 1895)
y Robert Koch (1843 -1910). Pasteur propone que el origen de las
enfermedades está en los microorganismos. Su colega
alemán, Koch, logró demostrar tal teoría
aislando en la década de 1870 la bacteria causante del
carbunco, Bacillus anthracis, y luego la causante de la
tuberculosis, Mycobacterium tuberculosis, en 1882.

El trabajo de Koch, aparte de haber sido de importancia
capital para el desarrollo de la medicina, es un buen ejemplo de
la forma de cómo la medicina científica obtiene
conocimiento. Koch observó que la bacteria causante del
carbunco se encontraba en la sangre de todos los animales
enfermos (Koch usó ratones como animales de
investigación), esto podría llevarlo a afirmar que
la bacteria era la causante de la enfermedad. Sin embargo, Koch
quería demostrarlo más allá de toda duda
razonable. Por tal razón tomó muestras de sangre de
un ratón infectado y la inyectó a otro sano,
enfermando así al ratón sano. Este procedimiento lo
hizo en cadena con 21 animales y en cada uno de ellos Koch
observaba la presencia de la bacteria en la sangre del
ratón infectado.

Koch llevó su hipótesis a una prueba
más. Demostró que la bacteria podía ser
cultivada en un medio externo al animal, y notó que si
inyectaba un ratón sano con una muestra de bacterias del
cultivo estos también enfermarían de carbunco.
Gracias a los trabajos de Koch se dio un gran estímulo
para el desarrollo de la microbiología. El trabajo del
médico alemán dio origen a cuatro postulados para
demostrar que un microorganismo en particular causa una
enfermedad en particular:

  • 1. El organismo debe estar presente siempre en
    los animales enfermos y ausente de los individuos
    sanos.

  • 2. El organismo patógeno debe ser
    cultivado en cultivo puro fuera del animal
    enfermo.

  • 3. Dicho cultivo, cuando se inocula a un animal
    sano debe iniciar en este los síntomas propios de la
    enfermedad.

  • 4. El supuesto patógeno debe re aislarse
    de estos animales experimentales y cultivados de nuevo en el
    laboratorio. Al examinarse el organismo patógeno debe
    mostrar las mismas propiedades que el organismo
    original.

Estos postulados son en verdad científicos ya que
fueron fruto de un trabajo minucioso en el que hubo una buena
dosis de escepticismo. Koch no salió gritando Eureka! al
observar por primera vez las bacterias en la sangre de los
ratones, él elaboró un conjunto de pruebas
sólidas en las que se colocaba a prueba la
hipótesis. Este trabajo es una buena
ejemplificación de la forma como la medicina
científica obtiene el conocimiento.

Para terminar esta mirada histórica de la
medicina científica falta mirar el resto del siglo XIX y
el XX. Estos siglos dieron origen a las vacunas, el desarrollo de
los antibióticos, los trabajos en inmunología, la
anestesia, la endoscopia y los rayos X, la endocrinología,
el descubrimiento de las vitaminas, la epidemiología, el
desarrollo de las pruebas de laboratorio, el estudio de la
biología molecular y el espectacular despliegue de la
genética. El desarrollo científico de estos dos
últimos siglos aventaja a todos los logros de los siglos
anteriores juntos; sin embargo, estos no podrían haber
sido posibles sin la visión humanista del Renacimiento, ni
menos aún sin el naturalismo iniciado con los
filósofos presocráticos.

La Medicina
homeopática

Monografias.com

En nuestros tiempos es común oír hablar de
"medicinas alternativas" o "medicinas complementarias", de estas
la más común es la homeopatía. Esta
práctica nació en 1810, cuando el médico
alemán, Samuel Hahnemann (1755-1843) publicó la
obra "Organon der Rationellen Heilkunde". En este voluminoso
libro Hahnemann presentó una explicación sobre el
origen de las enfermedades y sobre la manera de curarlas,
utilizando mecanismos similares a los que causan los males, de
ahí el nombre "homeopatía" (curar con lo
similar).

En los días de Hahnemann, la medicina no se
encontraba tan desarrollada como en nuestros días. Para
que el lector se haga a una idea, la sífilis, una
enfermedad venérea, se trataba con la
administración de vapores de mercurio, los cuales son muy
venenosos, y que de hecho provocaban la muerte en la
mayoría de los enfermos. Hoy en día la
sífilis se trata con antibióticos, pero estos no
estaban disponibles en la época de Hahnemann. (La
penicilina fue descubierta por Alexander Fleming en
1929).

Las bases de la homeopatía son dos: "La ley de
Similia y la Ley de los Infinitesimales." Para poder comparar la
medicina científica con la medicina homeopática es
necesario examinar estos dos principios, ya que en ellos se basan
todos los homeópatas.

La Ley de Similia afirma que una sustancia curará
una enfermedad si suministrada a una persona sana provoca los
mismos síntomas o síntomas muy parecidos a los que
produce dicha enfermedad. De esta base, deriva el nombre de la
homeopatía: homois "similar" y pathos "sufrimiento", en
griego.

No obstante, la Ley de Similia, uno de los principios
básicos de la homeopatía suena curioso, por decirlo
menos. Pongamos un ejemplo, si Usted tiene una diarrea,
ésta puede curarse suministrándole una sustancia
que en una persona sana produzca diarrea. ¿Se
curará de su diarrea si le suministra hipoclorito de
sodio? Yo lo dudo. Pero Hahnemann así lo creía.
Aquí es importante ubicarnos nuevamente en el medio
intelectual de los tiempos de Hahnemann. En los tiempos del
fundador de la homeopatía no se había desarrollado
la Teoría infecciosa de la enfermedad elaborada gracias a
los trabajos de Pasteur y Koch. Esto deja ver las ingenuas
explicaciones de Hahnemann.

La elección de los medicamentos
homeopáticos también es curiosa. Hahnemann afirmaba
que para elegir el medicamento apropiado se debía
administrar a una persona sana cantidades cada vez mayores de esa
sustancia hasta que aparecieran los primeros síntomas de
intoxicación, los síntomas debían compararse
con las enfermedades registradas y si eran similares a los
síntomas de alguna enfermedad, esa sustancia pasaba a
considerarse como un medicamento útil para el tratamiento
de tal enfermedad.

Volvamos al ejemplo de la diarrea. Supongamos que ya
comprobamos en un ratón de laboratorio que el hipoclorito
de sodio produce diarrea. En ese momento afirmamos basados en la
"Ley de los Similia" que el hipoclorito de sodio es un buen
remedio para la diarrea.

La segunda base de la homeopatía es la "Ley de
los Infinitesimales", este principio dice que cuanta más
pequeña sea la dosis más poderosa será el
efecto de la sustancia. Hahnemann afirmaba que los efectos de la
sustancia se potencian con la dilución de la misma; cuanto
más diluida esté la sustancia más poderoso
será su efecto.

Retomando el ejemplo con el que estamos trabajando,
debemos diluir el hipoclorito de sodio en agua, para potenciar
sus propiedades curativas (Siguiendo la Ley de los
Infinitesimales).

Las diluciones que usan los homeópatas son
decimales, por lo tanto para seguir con nuestro ejemplo,
tomaremos una décima parte del hipoclorito de sodio y lo
disolveremos en nueve decimos de agua destilada. Agitamos,
mezclamos, repetimos la operación. Tomamos de la
solución una décima parte, y la disolvemos en otro
recipiente en nueve décimos de agua destilada.
Según Hahnemann, estamos haciendo un medicamento
más eficaz. La Homeopatía suele hacer diluciones de
1/1000000 o 1/10000000, y en algunos casos se llega a grados de
dilución tan extremos que la probabilidad de encontrar
alguna molécula de la supuesta sustancia activa en el
medicamento final es inferior al 50%.

La ley de los infinitesimales es demasiado ingenua. Esto
se debe al ambiente intelectual de Hahnemann. Iniciando el siglo
XIX se promulgó la primera teoría atómica
moderna gracias al químico británico John Dalton
(1766-1844). La teoría atómica de Dalton afirmaba
que toda la materia estaba formada por átomos de diferente
masa que se unen en proporciones sencillas para formas
compuestos. Imaginemos ahora que tiene usted un recipiente con
metanol en estado líquido (CH3OH) ¿Podrá
dividir esta materia de forma infinita? Claro que no. En
algún momento usted llegará a la molécula de
metanol y si la dividiese se perderían las propiedades
físicas y químicas de este alcohol. Así pues
tenemos que afirmar que la materia NO se puede dividir en
unidades más pequeñas infinitamente, sin que pierda
sus características y esto contradice la ley de los
infinitesimales.

Un año después de la publicación
del Organon, el italiano Amadeo Avogadro (1776-1856)
afirmó que volúmenes iguales de gases bajo
idénticas condiciones de presión y temperatura
contienen igual número de moléculas. El
número no pudo calcularse sino hasta finales del siglo
XIX, y se estableció que era 6,02 × 1023, es decir
seiscientos mil trillones. Si tenemos 6,02 × 1023
moléculas del hipoclorito de sodio, podemos decir que
tenemos un mol de dicha sustancia. El concepto de mol no solo se
aplica a moléculas de gases, como lo hizo Avogadro, sino
que ahora incluye átomos e iones independiente se su
estado, sin embargo, las consideraciones sobre el volumen no son
aplicables a líquidos y sólidos.

Pero, ¿Qué tiene esto que ver el concepto
de mol con la homeopatía? Recordemos que los
homeópatas inician la elaboración de sus
medicamentos realizando soluciones muy diluidas. En un primer
paso los homeópatas diluyen una sustancia en un solvente
que tiene 100 veces el peso de esta. Es decir, podemos tomar un
cm3 de hipoclorito de sodio y diluirlo en agua destilada hasta
alcanzar 100 cm3 de solución. Tal solución la
denominan lC (un centesimal hahnemanniano), sin embargo, el
medicamento homeopático aún no se ha terminado de
elaborar. Aún falta diluirlo más. Luego se toma 1
cm3 de la solución y se le agrega agua destilada hasta
alcanzar nuevamente los 100 cm3. Este sería el segundo
centesimal (2C). Sin embargo, los medicamentos
homeopáticos se obtienen hasta alcanzar 12C e incluso
más. ¿Qué obtenemos al final? El medicamento
será solo agua (o alcohol o lactosa que también se
usan para realizar las soluciones), pues allí habrá
una parte del producto inicial en un cuatrillón y
recordemos que una mol son seiscientos mil trillones. Si
partiéramos de una mol de hipoclorito de sodio (6,022 x
1023) al terminar la solución no tendríamos en el
producto final una sola parte del producto inicial.

La homeopatía no incorporó los adelantos
de la medicina de los siglos XIX y XX. Para Hahnemann
síntomas y enfermedad son la misma cosa. Hoy los
médicos miran ésta última afirmación
como un desatino, pues diferentes enfermedades pueden causar
diarrea, pero según su origen el tratamiento será
diferente. Tome el caso del cólera y la amebiasis. La
primera se produce gracias a la bacteria Vibrio cholerae y la
segunda por el protozoo Entamoeba histolytica. Aunque ambas
enfermedades producen diarrea estas deben tratarse teniendo en
cuenta el organismo patógeno que las generó. El
bacilo que produce el cólera se puede combatir utilizando
antibióticos como el cloranfenicol, la ampicilina y la
tetraciclina, entre otros; las amebas patógenas se pueden
combatir con secnidazol. En la medicina científica se
formula un medicamento teniendo en cuenta las causas, no solo los
síntomas, por esta forma de abordar los problemas de salud
se puede decir que la homeopatía no ha llegado a la
modernidad. ¿O preferiría que se tratará a
un paciente de cólera con gotas que son casi agua
destilada en su totalidad y no atacar el microorganismo que las
generó?

La homeopatía tampoco incorporó la
teoría atómica a su sistema explicativo, ni
siquiera revisó sus postulados a la luz del concepto de
mol, tan importante en la química. Este deambular por el
mundo sin tener en cuenta los nuevos descubrimientos de las
ciencias es una característica de las
seudociencias.

La posibilidad que un medicamento haga efecto sin que
una de sus moléculas este presente fue puesta a prueba por
la BBC en el serie de divulgación científica
"Horizon" el pasado 26 de noviembre de 2002. Los medicamentos
homeopáticos se probaron en varios cultivos de
células. Los resultados fueron nulos.

Algunas personas afirman haber presentado mejoría
después de haber consumido medicamentos
homeopáticos, ¿cómo explicar esto? La verdad
es que muchas de las enfermedades cesan por la acción de
nuestro sistema inmune, y cuando esto ocurre y el paciente
relaciona su mejoría con el consumo de agua destilada
(medicamento homeopático). El efecto placebo es otro
aspecto importante que se debe tener en cuenta. Este efecto
consiste en la curación de la enfermedad por el solo hecho
de tratarla sin importar cuál sea el tratamiento, es
simplemente un efecto psicológico que ayuda al
paciente.

Para medir la efectividad de un medicamento sin afectar
los resultados por el efecto placebo se hacen pruebas en las que
se toman dos grupos, uno es el experimental y otro es el grupo
control. El grupo experimental toma el medicamento a probar y el
grupo control toma azúcar, lactosa o cualquier sustancia
que sirva como placebo. Sin embargo, en este tipo de prueba ni
los pacientes, ni quienes dan los medicamentos saben
cuáles son los grupos experimental, control, ni
cuál es el medicamento ni cuál es el placebo. Este
tipo de prueba se denomina "prueba de doble ciego". Cabe resaltar
que la homeopatía no ha superado una prueba de doble
ciego.

Los homeópatas no han publicado hasta el momento
un artículo científico serio en una revista con
comité de revisión. Lo más cercano a esto
ocurrió en 1988 cuando el Dr. Benveniste publicó un
artículo en "Nature" en el que afirmaba que había
logrado obtener una reacción en glóbulos blancos
humanos al entrar en contacto con una solución muy diluida
de un anticuerpo (los anticuerpos son proteínas producidas
por los linfocitos B a fin de unirse a partículas
extrañas, los antígenos, y favorecer así su
destrucción). El Dr. Benveniste afirmó que su
solución era de 10120. El famoso homeópata afirmaba
que el agua contenía cierta "memoria" la cual hacía
actuar a los glóbulos blancos. No obstante, al revisar de
nuevo el procedimiento de Benveniste se logró establecer
que las conclusiones a las que llegó no pueden tomarse
como ciertas ya que los experimentos realizados contuvieron
errores estadísticos importantes. En otras palabras, sus
resultados no pudieron ser reproducidos
independientemente.

Conclusión

Muchas personas aún no distinguen entre la
ciencia convencional y las seudomedicinas, de la cual la
más corriente es la homeopatía.

Recordemos que una enorme distancia se ha recorrido
desde las cavernas en las que rezaba un chamán hasta las
salas de cirugía de hoy en día. Pero tan grande y
espectacular como es esta distancia entre la modernidad y el
pasado, también lo es entre la medicina científica
y la homeopática. Solo con la comprensión de la
ciencia, en cuanto a su método y sus descubrimientos se
podrá evitar que se engañen a las personas a costa
de su salud y su vida misma.

 

 

Autor:

Percy Zapata Mendo

 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter