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Poemas del pasado




    Poemas del pasado – Monografias.com

    Estos poemas (no todos) son el resultado
    de una vida apartada de Dios en la cual buscaba saciar mi alma
    con cosas y valores de esta sociedad, dado al inmenso
    vacío que experimentaba muy dentro de mí, donde
    solo el espíritu del mismo hombre puede penetrar. Rescato
    como salvedad un poema- que dediqué con todo mi aprecio a
    la mujer que comparte su vida  a mi lado.  Espero sean
    de goce en cuanto la expresión
    estética literaria que de ellos se puedan
    extraer.

    OLVIDARÉ.

    Olvidaré que algún
    día te conocí,tu nombre
    Olvidaré,Borraré para siempre el dulce acento de tu
    voz,Tu cándida sonrisa embelleciendo mí tarde,tus
    cabellos hermososQue beso en mis sueños como preciados
    tesoros.Olvidaré tu fragancia de heliotropos,el sonido
    tenue de tus pasos en mi terraza,Que tanto sobresaltaron mi
    corazón apasionado,Nunca más recordaré que
    algún día te quise,Ni los días que tanta
    falta me hicisteNi las horas que obstinadoPensaba en ti, nada
    más que en ti.Te sacaré de mí, para nunca
    más recordarte.  Te olvidaré aunque siempre
    vivas en mí,Te olvidaré aunque nunca pueda
    olvidarme de ti.ADIOS AMOR MÍO.

    MUCHOS ERRORES Y
    POCAS PALABRAS.

    De las palabras emana la vida,

    Con ellas bendices y maldices,

    Expresas todo lo que existe,

    Lo que sientes y lo que
    requieres.

    Sin ellas o pocas de ellas,

    A la nada muchos han
    naufragado

    A mares fríos y
    congelados

    Con olas a rumbos desesperados

    Donde duele y mata la
    conciencia

    Y Atrae consigo: desgracia,

    Del alma la aflicción y la
    desesperanza.

    Triunfos, éxitos,
    grandezas

    Fluyen de las buenas palabras, de
    veras,

    Pocos errores habrá quien de
    ellas

    Haga excelente uso y
    eficiencia.

     

    AGOSTO. POEMA A  AURA
    MARÍA VILLEGAS.

    De ti Agosto, amo tu clausura, bajo tu
    cielo   azul la conocí: sensitiva y sencilla;
    amable y bondadosa.

    Aun recuerdo su sonrisa proyectando la
    belleza infinita de VENUS.

    Ante ella un sol de luz tímida,
    eran sus ojos y cabellos

    Nunca vistos en mi pueblo, brillaban
    más que la luz del día.

    Imaginaba su figura entre las diosas
    sempiternas,

    Su corazón adherido al mío
    y su piel morena ceñida a la mía.

    Brisas madrigales.

    Nacen del cielo infinito

    Sus suaves brisas madrigales.

    Llena de vida en instantes

    De los poetas sus sentidos.

    Aumenta su espíritu

    Que proyecta del mundo lo
    infinito

    Y todo esto a menudo;

    de lo abstracto y sensible;

    a lo concreto O
     tangible.

     

    EL SUICIDIO:

    Si el suicidio fuera
    solución

    Para huir de este maldito
    mundo,

    Mi carne podrida estuviera; sola y
    callada;

    Carcomida de gusanos, vista de la
    nada.

    Mi alma agónica
    descansara

    Y en un eterno dormitar ajeno a la
    conciencia

    Pasajera de este mundo reposaría
    mi alma.

     

    ELEGÍA POR LA MUERTE DE SU
    MADRE:

    Estás triste amigo, se ha
    ido

    Dejando un vacío penumbroso;
    tortura del alma.

    Pareciera no valer la pena seguir
    existiendo

    Con tan desmesurado dolor y me y
    aclama:

    –¡Amigo, amigo mío! 
    -abandonándose entre mis brazos:

    –No me dejes morir en esta pena, miro a
    mí alrededor, todo

    Es como un sueño, responde
    ¿Es que acaso aún duermo?

    Sabes cuanto la amo, el valor que
    representa para este desamparado.

    ¡Mira el cielo! Vestido está
    de gris, de luto sus vestiduras.

    Siente en su extensión la muerte
    de esta buena mujer.

    ¡Despiértame amigo, ya que
    no resisto esta condena!

    Quiero correr, desaparecer, ser Dios y
    volverla a la vida,

    Llevarme al mudo por delante y matar el
    pasado.

    ¡Cómo se siente la vida tan
    frágil, siento expirar con ella y…

    –(¡cállate!), –le
    interrumpí sin tener palabras de consejo.

    Con voz temblosa y quedita le
    agregué: -"la paz de Dios sobrepasa todo entendimiento
    humano" (y concluí) -Solo Dios te hará
    descansar.

    LA LUZ DE DIOS ME HIZO
    LIBRE

    Era una tarde de sol cuyos rayos
    relucientes fulguraban de alegría las tierras sabaneras de
    Sincelejo, tarde especial que resplandecía más que
    todos los días hasta entonces; tarde adornada con perlas
    blancas de nubes acariciadas por el viento enamorado de la luz
    del astro MAYOR  y desde arriba esa estrella  grande a
    través de un arco iris diáfano multicolor
    refulgía con  todo su esplendor la creación de
    Dios. Y se atendían los cantos cordiales de los pajaritos
    de aquel especial atardecer que era su mejor dádiva y el
    verde vivo de las palmeras era más verde y a la mirada de
    un estanque con agua centelleaban con furor los ojos de
    cualquiera.

    La voz de aquel sol radiante
    escuché fijada a mi corazón. Una voz de amor,
    sintiéndola sin poder contener el descenso de dos gotas de
    lágrimas salientes de mis tristes ojos.  Me
    enseñaba a amar, amor que hace tierno y puro a un hombre;
    amor que mata el orgullo y la soledad.

    Entonces reconocí que era la voz
    de Dios hablando en medio de mi soledad quejumbrosa y desolada.
    El sol parado a mi ventana no me quemaba, sentía que era
    la luz de Dios,  y huyó de repente aquella tristeza
    saliendo por mi ventana, llévaselo el viento solano y
    frío para no sentirla más, y  agradecí
    a Dios por ese día.

    EL AMOR ENTRÓ A MI
    CASA.

    Se agacha por debajo de la
    puerta,

    Asoma su rostro invisible,

    Carcome el borde de la
    cubierta.

    Desesperado con ansia
    increíble

    Se desprende y da su vuelo por
    todo

    El tejado como querer
    romperlo.

    Por la ventana con su mirada  febril
    solo

    Como con ímpetu entrar por
    completo,

    Mira con ojos tristes de
    alegría,

    Los ojos de quien cerraba el
    corazón

    Endurecido de temor por aquel
    día

    Que herido, besó el hades pero que
    un tropezón

    Del señor divino a éste,
    cerró la herida

    De repente y paró la sangre de
    inmediato.

    ¡Cobarde!, eso dijo.  Con voz
    hendida,

    Con voz de nostalgia, hastiado

    De  estar fuera de la casa
    pretendiendo entrar.

    ¡Ya no sufras! Fue su
    emisión elocuente,

    Yo no soy como aquel dolor
    disfrazado

    De amor que te hirió el
    corazón y doliente

    En la cama te dejó
    postrado.

    Lloraron los ojos de aquel
    hombre,

    Sus pupilas se hincharon, fue
    mayor

    El furor del amor que con
    hambre

    Ansiaba inundar  el corazón
    de amor.

    Su mano se extendió y abrió
    la puerta.

    "entró el amor a mi casa" y ahora
    somos

    El uno para el otro; ambos
    poetas.

     

    MI MUNDO CREADO.-

    Esta tarde me siento tan solo

    Que percibo a mi lado tanta
    soledad.

    Un tumulto de quejares
    acurrucados

    Es lo que dentro de mí está
    envaneciendo

    A retazos cada vez que exhalo

    Mi propia agonía
    existencial.

    No concibo la realidad que me
    circunda,

    No consiento vivir en esta injusta
    realidad.

    ¿Dónde  estás
    oh igualdad?

    ¿Dónde estas oh esquiva
    justicia?

    ¿Donde estas oh imaginaria
    libertad?

    La vida es tan inicua desde que
    ustedes

    No están, se han ido a mundos
    de  fantasías,

    Para nunca más volvernos la
    vida.

     

    AMOR TRISTE.

    Que más triste puede ser
    amarte

    Y no poder ser dueño de tus
    sueños.

    Tu ausencia en mí, son mis
    quejares,

    Aullidos tristes de la noche sin
    consuelo.

    Mis pensamientos se turban dentro de
    mí.  

               
                     
                     
                     
                     
                     
                     
                     
                     
                     
                     
                     
                     
             

     Es vehemente el delirio de tu
    inocente mirada de florecer

    Que descansa en mi mente desde aquel
    anochecer

    Que te vi como diosa sentada frente a
    mí.

    Te recuerdo, luego me pierdo en
    ti

    Como náufrago sin costa, perdido
    en las olas

    De tus amores ausentes. Lloro, pienso a
    solas,

    Presiento que es el castigo de amarte y
    estar sin ti.

    Vago por los altares de mis
    fantasías

    Buscándote, llamándote,
    clamando tu presencia,

    Exaltando la imagen de tu inocencia,
    inocencia

    De niña quimera que ambula el
    mundo con paciencia.

    Te busco, pero no te encuentro, no me
    sacio de ti.

    Te amo y te lo imploro en gritos
    silenciosos,

    Esperando que escucharlos tu
    corazón precioso, vengas a mi.

    Amor taciturno

    La luz del sol tierna y
    apacible

    Declaraba con sus delicados
    rayos

    A tus sentidos todo mi
    sensible

    Y profundo amor de loco
    enamorado.

    La  estrella cándida y
    admirable

    Proyectaba  sus tristes
    centellas;

    Luz  enjuta,  fúnebre,
    apacible…

    Deseaba tenernos juntos, muy
    cerca.

    El viento mostraba de
    improviso

    Sus alas al aire, dolido como el
    sol

    Desde que tan descortés el
    destino,

    Nuestro enemigo, nos
    separó.

    Antes que cayese el ocaso,
    sollozo,

    Abrió su boca como anchas fisuras
    brumas,

    Trazó para tu vida y la
    mía, un futuro mentiroso

    Y hoy día mata mi vida en extensas
     melancolías.

    Cae la noche y con ella la profunda
    amargura.

    Saber  que nunca serás para
    mi ni yo para ti.

    Todos los días son
    grises,

    Las noches  más
    sombrías,

    Los versos más
    tristes…

    Ya no quiero acordarme de que eres
    casada,

    Me duele el corazón
    infinitamente,

    He intentado dejar de amarte, pero estas
    sembrada

    En mi pecho como árbol imperioso
    inhumanamente.

    He de decirte adiós para
    siempre

    aunque siempre tenga que
    amarte

    y pagar mi condena como prisionero dentro
    de ti

    tras los barrotes de tus recuerdos hasta
    el fin.

     

    TIEMPOS OSCUROS.

    Comprender lo que experimento a tu
    lado,

    convoca todas las palabras y frases
    posibles

    hasta agotar y declarar: ¡no
    más, es increíble!

    No existe lenguaje elaborado

    ni por elaborar, que lo
    exprese.

    ya lo sabemos mi amada:
    frustraciones,

    ambientes hostiles, heridas mortales en
    nuestra unión,

    todas paradas a la vuelta de la esquina,
    cuya misión

    romper con instigación los
    sentimientos

    y los valores arraigados en un mismo
    ser.

    Tú y yo, ese ser, cual decidido
    por Dios,

    una carne. Él lo declaró
    así, aunque

    por fuego, experimentando el vil
    sufrimiento

    que suscitaba la ruptura de nuestro buen
    amor.

    Soportamos, lloramos, pero ganamos la
    batalla

    y estamos de regreso para
    servir,

    y aunque inevitable, algunos
    pisoteen

    nuestros nombres y haga burla y escarnio
    de ellos

    acausa del pasado oscuro y caído,
    soportamos vivir

    así, considerando ante aquello, el
    honorable

    concepto de Dios, mucho más alto,
    imponente,

    sublime… de los pasajeros
    fariseos.

    Aun después de todo, somos uno y
    al concluir

    con este verso, me embargo de
    emoción

    al declarar a mi carne que la
    AMO.

     

    MIS VERSOS.

    Como me tiembla la mano

    al escribir estos versos

    bajo el rocío de la noche y
    besos

    minúsculos del viento.

    bajo prudente mi pluma de hacer
    poemas

    y uso mi instrumento; la
    palabra

    para trazar sobre estas líneas
    casi sin rimas,

    que te amo con toda mi vida.

     

    MUNDOS DIFERENTES.

    Somos dos mundos diferentes.

    Medida estás por el
    florecer

    Actuar de tu cándida
    adolescencia,

    El encanto aquel que pareciera

    Nunca desvanecerse y sentir

    El mundo entero en el hueco de la
    mano.

    Y en mí que ya feneció la
    tal engañosa

    Fantasía de la adolescencia, ahora
    busco

    Perdido como en lo inmenso de la
    mar

    el sentido de lo que hago, que no

    por que lo hago si a aquel
    mundo

    ya no pertenezco por el pasar de los
    años,

    y sin embargo busco refugiarme en
    él

    satisfaciendo este hondo deseo
    desenfrenado

    de amarte con la locura que no me lleve
    al camino

    del desespero inútil y
    maldito

    al cual teme mi alma con infinita
    intensidad.

    Somos dos mundos diferentes,

    Tú un tiempo, yo de otro
    tiempo;

    Tú con tus normales
    acciones,

    Yo con mis raras acciones;

    Somos del todo diferentes.

    Y mientras contemplo tus normales
    acciones

    Medito en ellas y concluyo que no me veo
    en ti.

     

     

    Autor:

    Alvaro Alberto Villacob
    Ochoa

     

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