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Reiniciar el nuevo rol de los hijos, es tarea exclusiva de los padres



  1. Resumen
  2. Temas
    de la niñez. Combatir la desaplicación de los
    hijos: tarea ardua para los padres
  3. ¿Por qué "ganan" siempre los
    hijos?
  4. Hijos
    desmotivados y perezosos: ¿es
    normal?
  5. Llegan
    las notas escolares
  6. Conclusión

Resumen

El viejo estereotipo del padre de familia ya no corre
más. Los pantalones que otrora le calzaban sólo al
varón de la casa ahora son unisex y, en algunos casos, se
convirtieron directamente en pollera.

Antes, en una familia más tradicional, el padre
debía cumplir el lugar de ley y la mujer era el pilar de
la casa, pero en el sentido doméstico- maternal. Hoy, esos
roles se han flexibilizado mucho y se volvieron menos
estereotipados.

Temas de la
niñez. Combatir la desaplicación de los hijos:
tarea ardua para los padres

El padre y la madre ahora son complementarios y, si bien
sigue estando vigente ese primer modelo masculino, ya no
está exento de la ternura o de otras
características que antes eran exclusivas del
ámbito femenino.

Por supuesto, este cambio al interior de cada familia se
debe a otro aún mayor: el de la sociedad. Así, tal
como tal se explica la rigidez de los roles en un pasado
resultaba funcional a las necesidades de la
época.

Ser padres hoy.

Hoy las parejas jóvenes tienen una
dinámica para criar a los hijos muy distinta a como se
solía hacer. Mi mujer y yo trabajamos los dos y ninguno
tiene más responsabilidades hogareñas que el otro.
En cambio en otra época, cada uno tenía su
actividad exclusiva, pero hoy todo es territorio
común.

Mujeres menos sumisas y hombres menos distantes
conforman este combo que parece haber transformado los paradigmas
más antiguos. Antes, un padre podía tener muchos
hijos y no haber cambiado un pañal en toda su vida. Hoy en
día no se nos ocurre hablarles a nuestros padres de la
manera en la que lo hacen hoy nuestros chicos con nosotros. Los
jóvenes hoy ven a sus padres como a una persona cercana.
.Antes, el respeto total y absoluto ponía a nuestros
viejos en otra dimensión. Eran personas intocables. Hoy
son más permisivos y liberales en la educación y
crianza de los hijos. En épocas pasadas, bastaba con que
nuestro padre tan sólo nos mirara y yo ya estaba con los
dos pies en un solo zapato.

Lo cierto es que el valor del padre como figura ya no
radica en detentar el poder por sobre su mujer y sus hijos, sino
en lograr una sana alianza. Más allá de las
ventajas que esto puede tener para el hombre, en cuanto a que,
por ejemplo, ya no es el único responsable del sustento
económico de su hogar, uno de los principales beneficios
de esta flexibilidad en los roles es que los chicos tienen
más acceso a sus papás. Ya no es una figura
dogmática, que hay que obedecer sin argumentos o temer. Al
acercarse los miembros de la entidad familiar y romper esa
barrera rígida de años anteriores, hay más
posibilidad de comunicación y dinamismo afectivo entre
todos. Hay más espacio para la interrelación entre
padres e hijos.

Cambio social.

Claro que esta transformación en el lugar que
ocupa el varón al interior de su familia va de la mano del
nuevo rol que tiene en la sociedad. Las mujeres han ganado
espacios en el ámbito laboral y político; espacios
que eran exclusivos de ellos. Y, como aquellos lugares que antes
ocupaban el ciento por ciento del tiempo y la energía de
las mujeres (desde las tareas del hogar hasta la educación
de los hijos) no podían quedar vacantes, de a poco
comenzaron a masculinizarse.

Y, si bien esta transformación que se viene
realizando desde hace ya varias décadas en forma paulatina
pero a paso firme es innegable, no podemos obviar que el antiguo
modelo de la mujer ama de casa y el padre de familia proveedor
del hogar, amo y señor sigue existiendo y con gran
éxito. La televisión es una muestra contundente de
ello. La familia más famosa de la TV, Los Simpson, ya
superó las 20 temporadas al aire, mostrando a un Homero
despreocupado por la educación de sus hijos, ajeno a los
problemas domésticos y, aunque está lejos de lograr
el respeto de los demás, sigue siendo servido cual rey al
llegar a su hogar. La pregunta entonces está planteada. Si
todos somos tan abiertos, ¿por qué aún nos
hipnotizan versiones como las de Homero? ¿Será mera
compensación simbólica?

Al parecer, no. Vivimos en una sociedad todavía
híbrida en este aspecto, donde conviven de igual modo
padres veinteañeros con otros que ya se convirtieron en
abuelos y cada uno aplica el modelo que aprendió, que lo
rodea y que mejor comulga con su ideología. Así,
mientras todavía están aquellas que afirman que no
sólo la presencia masculina es indispensable para la
crianza sino también para sostener y reproducir los viejos
esquemas, hay mujeres que piensan en tener hijos solas porque
consideran que pueden ocupar ambos roles, tanto en lo emocional
como en lo económico.

Tal vez, sea uno de los mayores beneficios de este nuevo
rol más activo de los padres, Antes, el hombre era mucho
más limitado, prejuicioso, machista, criticaba las cosas
que hacía su mujer en la educación de los hijos,
pero él miraba todo desde lejos, no se
involucraba.

Hoy, se humanizó más y está cerca
de la realidad que viven sus niños y su pareja. Entonces,
al tener los hijos tanto la imagen de la madre como la del padre,
tienen opciones para elegir lo mejor de cada uno y aprender de
ambos. Una gran ventaja para todos.

En un momento en que diversas organizaciones
internacionales hacen esfuerzos para que el mundo se sensibilice
sobre el problema de la explotación que sufren 250
millones de niños en el mundo, parece poco oportuno
reflexionar sobre la explotación que ejercen los hijos
sobre los padres en nuestra sociedad occidental. Pero esta
tiranía de los hijos es realidad y merece un somero
análisis. Muchos niños abusan de sus padres, y esta
situación no es fruto de la casualidad. Aprenden, desde la
más tierna infancia, aprenden a mandar.

El "rey de la casa" tantea desde la cuna
cómo atraer, controlar y subyugar a los adultos.
Después, con los primeros pasos, al dominar más
espacio vital, establece el perímetro de su poder hasta
dónde su padre o madre le permiten actuar.

Más adelante, con tres o cuatro años,
aparecen las primeras rebeldías la "edad de la primera
terquedad
". Se desencadenarán fuertes tensiones, en
forma de rabietas, testarudez y pataleos. Es la edad cuando el
niño comenzará a usar la bacinilla y, comprendiendo
que a sus padres los altera cuando no lo hace; prefiere
ensuciarse en sí mismo para demostrar su control sobre su
cuerpo, sus funciones, su entorno y, últimamente sobre los
padres.

Todo ello con la finalidad de mantener su estatus, de
seguir mandando y conseguir sus propósitos. Y la "madre de
todas las batallas" se librará al comenzar la pubertad y
durará hasta… que Dios lo permita y desee.

Porque la emancipación depende de muchos
factores. Y de la propia evolución de jóvenes y
padres, ya que cada vez los hijos se independizan del
mantenimiento de los padres más tardíamente.
Creando una situación, a veces, desagradable y mutuamente
hostil.

¿Por
qué "ganan" siempre los hijos?

Lo primero que hay que preguntarnos a nosotros mismos es
¿el por qué de estas luchas? Ya que se libra entre
seres que son tan dependientes, como son los hijos y otros que
todo lo controlan, como son los padres luchas que, de no ser tan
comunes; serían ilógicas.

La lucha es resultado de la preeminencia que hemos dado
a la niñez desde el comienzo del siglo XX, cuando la
descubriéramos, como hoy existe. Para rescatar al
niño de su posición subordinada en la tribu,
sustituyéndola por una de privilegios y poderes
incomparables y, para ellos conflictivos -ya que, entendiendo sus
debilidades- no pueden comprender el poder que se les
otorga.

Lo que engendra ansiedades inmensas.

La primera pregunta a responder es por qué esta
lucha por el poder, entre padres e hijos, la ganan casi siempre
los hijos. Probablemente, el argumento principal son los padres
permisivos, temerosos de frustrar al hijo, de "crearle
traumas
".

Son, además, numerosos los padres y madres con
pocas ganas de complicarse la vida.

"Dale lo que quiera y que se calle la
boca
".

Hay muchas rabietas infantiles que se desarrollan en
escenarios públicos y ante personas ajenas a la familia.
El niño sabe que tiene todas las de ganar porque es
consciente de que sus padres tienen miedo a "montar el
espectáculo" frente a los demás. Que, soslayan su
autoridad prefieren no ejercerla, si ello implica aparentar
autoritarismo o violencia. O peor, crear desazón en los
niños, o la necesidad de prolijas explicaciones ya que
niños de padres débiles demandan que todo
se les explique como deber de los padres.

Las concesiones se hacen por diversas razones. No es la
menos importante la del afán de que al niño no le
falte de nada nacido con frecuencia en las insatisfacciones
(materiales y de afecto) que, los hoy padres, creen haber
padecido en su propia infancia.

Algunos sufren un síndrome, o una necesidad de
compensar su pasado; lo que satisfacen dando al niño todo
lo que no tuvieran.

Los hijos únicos, hace tan sólo una
generación, eran cosa rara, mientras que hoy constituyen
casi la norma en los Estados Unidos. Así, las atenciones
que hoy reciben los hijos, por simple aritmética, son
mucho mayores que las que tuvieron quienes hoy son
progenitores.

Hijos desmotivados y
perezosos: ¿es normal?

Los pequeños captan nítidamente la
debilidad de sus padres y se aprovechan de ella para salirse con
la suya y explotarlos. Los perjuicios de esta actitud tan
condescendiente son muchos y graves. En la medida en que las
condiciones sociales y económicas han mejorado y aumenta
el número de necesidades satisfechas, desciende el
índice de motivación. No nos extrañemos que
uno de los principales frenos a la emancipación juvenil
sea precisamente la pereza, la falta de alicientes y de
autonomía personal en la toma de decisiones de que
adolecen algunos jóvenes. Si les acostumbramos a
dárselo todo fácilmente, a pensar por ellos en las
circunstancias problemáticas, y que los saquemos de sus
líos no es razonable pedirles que maduren.

El exceso de protección paternal en la infancia y
adolescencia es uno de los motivos más frecuentes de
desórdenes psicológicos cuando se alcanza la edad
adulta, no hay más que leer las investigaciones que nos
indican los problemas que esperan a niños que crecen sin
controles ni responsabilidades.

Para complicarlo todo aún más. Nuestros
niños exigen que se les satisfaga sus placeres hedonistas
de modo inmediato la comida sabrosa, acoplada con la
devoción a la TV y los juegos que se asocian a ésta
nos ha dado el niño y la niña gorda.

Hoy, por otro lado, resulta difícil hacer un
regalo a un niño porque se comprueba a veces con orgullo
que "nada le falta". El sentido del esfuerzo, la
motivación por el éxito y el espíritu de
sacrificio para conseguir las metas, que son valores que
tradicionalmente empujan a las sociedades o ambientes humanos con
necesidades apremiantes desaparecen cuando el consumo se
convierte en simbólico.

Cuando lo que importa no es satisfacer necesidades, sino
estar a la altura de lo que creemos que nos exige nuestro tipo de
vida y estatus social.

Llegan las notas
escolares

Los niños que han aprendido a conseguirlo casi
todo sin más esfuerzo que pedirlo marrulleramente a sus
padres, están desmotivados, y su capacidad de trabajo muy
probablemente y, no lo olvidemos, su autoestima es, o será
en un futuro, muy tenue. El fruto de éstas inicialmente
confortables relaciones con los hijos, lo recogen los adultos en
circunstancias muy concretas en las que se esperan los resultados
del esfuerzo: "Pero, ¿cómo no van a responder,
después del sacrificio que hacemos para darles todo lo que
nos piden
?".

Pero, responder, no lo hacen…

Para ellos, el sacrifico de los padres es una
obligación, por los padres contraída, para hacerlos
felices.

Son momentos precisos, como las notas de fin de curso
cuando las crisis explotan. Es entonces cuando deseamos que los
hijos sean más sacrificados, menos vagos, que tengan
más ilusión por destacar, por cumplir con lo que se
les exige: al menos, pasar de curso con notas aceptables. Que
sean más conscientes, más responsables. Como si el
espíritu de sacrificio y la madurez fueran algo
genético. Pero siempre se puede hacer algo. Recordemos,
que en el futuro, que nos lo agradecerán. Porque, con
negativas que hoy les parecen crueles e infundadas, les estamos
ayudando a desenvolverse por sí mismos. Y ese el mejor
regalo que los padres pueden hacer a sus hijos.

De cómo asistir a los hijos en ser más
industriosos:

  • En cada actuación como padre o madre, piense
    que trabaja a largo plazo. No intente solucionar la
    situación sólo para ese momento. La
    educación es tarea ardua, compleja y llena de
    tropiezo. Los resultados finales se recogen a mediano y largo
    pazo, no antes.

  • No tema frustrar al niño. Para madurar, deben
    aprender a convivir con el no. Si somos parcos, definibles y
    coherentes en las negativas, no hay mejor escuela para que
    progresen.

  • Antes de una concesión, piense sino lo hizo
    por evitar los problemas que supondría adoptar la
    posición que en su fuero ve como
    conveniente.

  • No eluda el conflicto. Es mejor decir que no ahora,
    y no sufrir en un futuro las consecuencias de haber sido
    blando.

  • Motívese. Ser buen padre cuesta lo suyo, y no
    es la tarea fácil. Aprenda a resistir las presiones
    sociales (amigos, familiares cercano, abuelos,
    especialmente). Reflexione con su pareja, tenga y mantenga
    sus propios criterios de educación. Y sígalos,
    escuchando las sugerencias de sus hijos, sin obedecer a
    demandas malcriadas y caprichosas.

  • La munificencia excesiva puede ser contraproducente.
    Sea generoso con sus hijos, pero proporcionadamente, de
    manera repartida. Premie el esfuerzo, la responsabilidad y no
    premie la mediocridad.

  • Cuando se oponga a un capricho de sus hijos,
    mantenga l serenidad. Si se altera emocionalmente,
    pensarán que se lo niega porque está enfadado,
    y no porque tiene razón.

  • Deje que sus hijos conquisten gradualmente sus
    cuotas de libertad. Pero sin perder información y
    control sobre qué hace, a donde va, qué le
    gusta hacer y con quién se relaciona.

  • De esa manera, no tendrá ni hijos indolentes
    ni dependientes.

Piense, que un lugar en el Infierno de Dante,
deberá ser reservado para los padres indulgentes y
débiles. Los que así lo son en nombre del
cariño que (dicen) profesar por sus hijos.

Conclusión

Si bien esta cercanía entre padres e hijos,
ganada en las últimas décadas, es muy sana y
beneficiosa en muchísimos aspectos de la vida de grandes y
chicos, el vínculo que ambas generaciones entablan en la
actualidad también tiene sus desventajas. Esta proximidad
puede generar vínculos muy estrechos y dependientes.
También puede llevarse a un extremo y romper con la
simetría, generando una relación que se asimile
más a las de dos pares que a la de padre e hijo. Por lo
tanto, los límites, aunque menos rígidos y
distantes, siguen siendo necesarios porque si están
difusos comienzan los conflictos.

Cajamarca (Perú), 30 de Abril del
2014.

_________________________________

* Por Dr. Luis Alberto Navarrete Obando; Abogado; Doctor
en "Filosofía y Humanidades", por la Universidad "La
Salle", Barcelona-España; Doctor "Investigación
Universitaria", por la Universidad de La Habana-Cuba; Doctor en
"Ciencias de la Educación Superior y Universitaria", por
la Universidad de Sao Paulo – Brasil; Escritor, Escritor,
Ensayista, y Poeta; Miembro Numerario de la "Sociedad
Latinoamericana Iusfilosófica"; Miembro Numerario de la
"Sociedad de Leyes del Perú"; incorporado como "Honorarium
Member" por la Federal Association of Lawyers of Los Angeles
(EE.UU.); Catedrático Principal en la Escuela de Post
Grado de la Universidad Nacional de Cajamarca; Colaborador en el
Área de Investigaciones de la Universidad Nacional de
Cajamarca; Catedrático invitado de la Escuela de Post
Grado de la Universidad Nacional de Trujillo; Condecorado como
"Doctor Honoris Causa" por la Universidad Nacional de Trujillo
(La Libertad-Perú); Condecorado como "Doctor Honoris
Causa" por la Universidad Nacional Autónoma de
MéxicoUNAM – D.F. México; Ex –
Catedrático de la Facultad de Derecho y Ciencias
Políticas de la Universidad Privada "Antonio Guillermo
Urrelo" (Cajamarca-Perú); Ex – Catedrático de la
Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad
Privada "San Pedro" (Cajamarca-Perú); el autor del
presente trabajo de investigación se desempeña en
el dictado de las materias académicas de
"Epistemología de las Ciencias Jurídicas" [el autor
del presente trabajo es creador de esta materia jurídica,
reconocido por la "Scuola della destra dell'università di
Milano" (Milán-Italia)], "Filosofía del Derecho",
"Sociología Jurídica", "Antropología
Jurídica", "Deontología Jurídica y
Práctica Forense", "Investigación
Científica", e "Investigación Jurídica" en
las Universidades antes mencionadas; colaborador de las Revistas
Virtuales: Editor Exclusivo de la UNESCO https://es.unesco.org/?,
http://www.rie@oei.uh.cu, http://www.monografias.com,
http://www.derechoycambiosocial.com,
http://www.derechoypolítica@groups.msn.com; y otras;
colaborador en la elaboración del "Diccionario
Histórico Judicial de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación de México" y en el "Anuario de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación" de dicho país;
colaborador en el "Anuario" (Revista anual) de la Universidad
Nacional Autónoma de México D.F.
(UNAM-México); colaborador en la Revista Anual de la
Universidad de Milán (Italia); colaborador en la Revista
de edición mensual de la Universidad de Barcelona
(España); colaborador en la Revista de edición
mensual de la Universidad de Madrid (España); colaborador
en diferentes Diarios y Revistas especializadas en su país
(Perú); Director de la "FUNDACIÓN PARA EL
DESARROLLO Y BIENESTAR FAMILIAR" – FUNDEBIF,
http://www.fundebif.org.com.pe; Gerente General del ESTUDIO
JURÍDICO CONTABLE: NAVARRETE & OBANDO –
ASESORES, CONSULTORES & ANALISTAS,
http://www.navarreteabogados.org.com.pe,
navarrete_abog@hotmail.com, navarrete_abog@yahoo.com.

Nota.- El autor del presente trabajo es Columnista
periodístico: "Derecho y Sociedad", de los Diarios "La
República", http://www.larepublica.com.pe; "El Comercio",
http://www.elcomercio.com.pe; Diario Oficial "El Peruano",
http://www.elperuano.com.pe; Diario Oficial de Cajamarca,
"Panorama Cajamarquino", de circulación Regional
(Cajamarca), http://www.panoramacaj@hotmail.com.

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Autor:

Dr. Luis Alberto Navarrete
Obando
*

ABOGADO – DOCENTE UNIVERSITARIO –
ESCRITOR

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