A siete kilómetros de Unquillo, en la reserva Los
Quebrachitos se encuentra el que acaso sea uno de los mayores
monumentos al amor en la provincia de Córdoba: LA CAPILLA
BUFFO Se trata de una construcción de forma ojival
enmarcada en una típica postal serrana. Fue realizada por
el italiano Guido Buffo en la década de 1940 luego de
perder a su esposa Leonor y su hija Eleonora.
Guido Buffo nació en Italia en 1885. Llego a la Argentina,
en 1910, había realizado ya amplios estudios en Bellas
Artes en Venecia y Paris. Además tenía un excelente
manejo del italiano, el francés, el castellano y el
latín. Fue pintor, arquitecto, astrónomo y
músico. En 1914 se casó en Córdoba con
Leonor Allende, con quien tuvo una hija. Al poco tiempo, forzado
por el estado de salud de su mujer y su única hija,
adquiere 30 hectáreas de sierra en un paraje cercano a
Unquillo y traslada allí su familia en un intento por
paliar los síntomas de la tuberculosis que ellas
padecían.
En 1931, al morir su esposa, se vio profundamente afectado y en
su necesidad de demostrar eternamente su cariño y dolor,
decide construir una capilla en su honor. Pero no inició
la obra hasta la temprana muerte de su hija, en 1941.
La capilla, se destaca por los frescos pintados por el mismo
artista con técnicas renacentistas
En esta representación podemos apreciar a Leonor inmersa
en un cúmulo de nubes observando a su hija y custodiada
por ángeles. Al pie del mural construyó una cripta,
donde reposaron los restos de su amada esposa y que, con los
años, se convirtió en el lugar de descanso de los
tres integrantes de la familia Buffo.
Cada detalle de la Capilla es la muestra del deseo de representar
con una forma concreta el amor que Buffo sintió por Leonor
y el dolor por su muerte.
Buffo era un artista destacado y su amor por el muralismo lo
llevó a detallar su vida y sentimientos en tres murales
impresionantes dentro de la Capilla. “Elogio a Dios”:
un mural donde se representa el poder divino y la creación
de la vida.
Cada detalle de la Capilla es la muestra del deseo de representar
con una forma concreta el amor que Buffo sintió por Leonor
y el dolor por su muerte.
Se trata de una construcción de forma ojival enmarcada en
una típica postal serrana.
Su arquitectura está desarrollada a partir de la forma de
los capullos de cardo santo; para su acústica,
pensó en el sonido que se siente al invertir un caracol de
mar, ya que según este investigador podría
escucharse el interior de la tierra. En ella se combinan
símbolos cristianos, de la Grecia clásica y
esotéricos Desde afuera, 35 escalones separan la entrada
de una suerte de explanada hecha en la montaña. Cuatro
columnas sostienen la cúspide. Tardó nueve
años en construirse (1941-1950) y en sus vitrinas, Buffo
decidió que se guardaran las pertenencias más
queridas por la pareja.
En el exterior se lee la partitura de la Quinta Sinfonía
de Beethoven y la oración de Jesús en el huerto,
según San Mateo.
La fatalidad no quiso que en este pequeño espacio que
algunas lajas limitan LEONOR izara su maravilloso palacio de
amor, laborado en sueños como otro sueño infinito.
Nido inconcluso, hoy las hierbas florecen en su recuerdo, la
línea que las alienta es línea que fue de
sueños. Tú que pasas, a la fuente lleva tus manos y
deja que unas gotas, como lágrimas, deslían sobre
las hierbas. VI IX MCMXLI (06 de setiembre de 1941) Poema
escrito por la hija de Leonor y Guido Buffo Fausto Galarza Yasaca