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Acciones para disminuir la deserción estudiantil en la carrera de Agronomía



Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Concepciones fundamentales de la
    educación superior cubana
  4. Aspectos esenciales sobre el proceso
    de universalización de la carrera de Agronomía
  5. Elementos que inciden en la deserción
    estudiantil dentro del proceso de universalización de la carrera
    de Agronomía
  6. Bibliografía

Resumen

El artículo es una compilación de los principales referentes teóricos metodológicos relacionados con la confección de un sistema que permita el aumento de la retención escolar en estudiantes de la carrera de agronomía en la Universidad de Artemisa. Se utilizaron los métodos teóricos, Análisis y Síntesis, Inducción y Deducción, el Histórico y Lógico. Se abordan temas relacionados con las concepciones fundamentales de la educación superior cubana; ideas esenciales sobre el proceso de universalización en la carrera de Agronomía y elementos que inciden en la deserción estudiantil dentro del proceso de Universalización en la carrera de Agronomía.

Introducción

En Cuba, el Ministerio de Educación Superior (MES) está en continuo perfeccionamiento y se enfrenta hoy a dos grandes retos: lograr la calidad con la masividad y garantizar un proceso centralizado teniendo en cuenta sus objetivos, y otro descentralizado dirigido hacia las individualidades del estudiante, el profesor y el territorio, de manera que este viabilice las decisiones principales que se tienen que tomar en la formación de los profesionales.

El conocimiento es decisivo para el desarrollo de cualquier país y para la existencia misma de la humanidad, por ello los organismos internacionales y los países se preocupan por incrementar la educación de sus pueblos para usar el conocimiento generado, en su bienestar y supervivencia.

En este panorama mundial la educación superior es excluyente, selectiva y elitista, los pueblos de los países subdesarrollados luchan junto a las Instituciones Universitarias por aplicar el plan de acción aprobado en 1998 por la Conferencia Mundial de Educación Superior celebrada en París y revisado recientemente en junio del 2009; donde se da una visión y se proponen acciones a seguir por los estados para enfrentar el desafío que representa la adecuación de la educación terciaria y postgraduada al desarrollo en la sociedad del siglo XXI.

En medio de este panorama internacional, Cuba busca soluciones y alternativas para perfeccionar las condiciones propias del sistema social actual y así alcanzar y mantener una educación superior con calidad, para todos los que ingresen en el sistema.

Por iniciativa del Comandante en Jefe y por la cierta recuperación del período especial en el año 2001, le fue indicado al MES la continuidad a los estudios, fundamentalmente, a los superiores a jóvenes egresados de la enseñanza media, de forma masiva e iniciado en Ciudad de La Habana y Matanzas, que posteriormente fue extendido a todos los municipios del país, lo que revolucionó la educación superior cubana.

Desde ese entonces se han realizado diferentes modificaciones que abarcan los procesos universitarios ajustados a las características de cada territorio, resoluciones y documentos normativos que regulan el desarrollo de la docencia universitaria en los municipios, así como las condiciones para ello. Estar pendiente de cómo se desempeñan los estudiantes y el proceso docente-educativo bajo las premisas de la universalización, ha sido una constante para todos los implicados y, un aspecto de singular importancia, ha sido el seguimiento de la permanencia en las carreras y como consecuencia la deserción estudiantil. Este fenómeno constituye uno de los indicadores establecidos para la evaluación de los sistemas de educación superior a nivel mundial.

Son varias las investigaciones que relacionan numerosos estudios que tratan la deserción estudiantil en las universidades, tanto en el ámbito internacional como en el nacional, por lo que constituyen antecedentes de gran importancia para el presente trabajo; Entre los que se pueden citar: García (1997); Stubrin (2005) y García et al., (2009).

En ellos se abordan temas como la calidad de la docencia, los indicadores de eficiencia en la educación superior, la deserción estudiantil, entre otros factores que afectan, en sentido general, el desarrollo de la docencia universitaria, así como los impactos y estrategias propuestas como vías de solución en cada contexto (Álvarez de Zayas, 1996 y 1999). Se han realizado estudios en la modalidad presencial (curso regular diurno), otras que no han presentado resultados finales y solo se registra una investigación terminada de la deserción estudiantil en un municipio en condiciones de universalización, que abarca las carreras autorizadas del MES, el cual constituye un precedente para esta investigación.

Es relevante la temática de la deserción estudiantil concretado en la carrera de Agronomía desde sus inicios en la Sede Universitaria Municipal (SUM) en condiciones de universalización y por otra parte, la experiencia acumulada en la docencia en las sedes centrales de la universidad. Es por ello que para el logro de la calidad de la formación de los ingenieros agrónomos y fundamentalmente, de la permanencia en la carrera, resulta necesario buscar vías, alternativas y propuestas de soluciones que permitan un progreso adecuado de este proceso que revierta sus resultados en el desarrollo del territorio.

En este sentido, los egresados universitarios son ciudadanos con un mayor nivel educacional y, por lo tanto, están mejor preparados para enfrentar y transformar, de forma sostenible, la dinámica de la realidad actual. El Estado cubano realiza grandes esfuerzos para lograr una educación de calidad para todos con la universalización de la educación superior y, sin embargo, los altos niveles de deserción estudiantil conspiran contra el logro de los objetivos propuestos, teniendo impactos negativos en lo personal, institucional y económico-social.

En la actualidad tiene gran significación lo relacionado con el proceso formativo de los profesionales de la carrera de Agronomía en el contexto que plantea la sociedad, es decir, la formación de las nuevas generaciones en correspondencia con las condiciones de cada territorio.

Desde la apertura de la carrera de Agronomía en el curso académico 2007-2008 se han presentado simultáneamente dificultades en relación con el ingreso y la permanencia de los estudiantes en la misma, conllevando a una deserción significativa en condiciones de universalización, lo que ha motivado a la realización de este trabajo con vista a perfeccionar el desarrollo de esta importante carrera para el territorio.

En este sentido se puede plantear que en la exploración inicial de la investigación se constataron dificultades relacionadas con insuficiencias en el trabajo metodológico del colectivo pedagógico de los primeros años de la carrera de Agronomía. Además, con la bibliografía básica de las asignaturas del ejercicio de la profesión, así como la deficiente vinculación de la sede universitaria con las instituciones del territorio, lo que imposibilitaba un adecuado desarrollo del proceso docente-educativo.

Durante los cursos académicos 2007-2008, 2008-2009 y 2009-2010, en que se enmarcó la investigación, hay que mencionar que la deserción estudiantil ocurrió en los tres primeros años de la carrera, indistintamente en cada semestre, por lo que en sentido general se afectó más del 50 % con respecto al ingreso.

Además, hay que señalar las condiciones objetivas en que se declararon las diferentes fuentes de ingreso a la carrera, tanto de la Tarea Álvaro Reinoso (TAR) como del Curso de Superación Integral para Jóvenes. Asimismo, la gran diversidad de estudiantes con respecto a la edad, a las condiciones laborales e incluso sin ocupación laboral determinada, en fin, un acceso masivo a la carrera.

Teniendo en cuenta los aspectos señalados anteriormente se declaró el siguiente problema Científico: ¿Cómo disminuir la deserción estudiantil de la carrera de Agronomía en el CUM de Artemisa?

En relación con el problema científico se determinó como objeto de investigación: La deserción estudiantil en la carrera de Agronomía y el campo de Acción: El proceso de universalización de la educación superior en la carrera de Agronomía.

Se enunció la siguiente pregunta científica que guió todo el proceso de investigación:

¿Cuáles son los referentes teóricos sobre la educación superior y la universalización de la carrera de Agronomía y su relación con la deserción estudiantil?

En correspondencia con la pregunta científica se planteó la siguiente tarea de investigación:

Determinación de los referentes teóricos sobre la educación superior y la universalización de la carrera de Agronomía, necesarios en la elaboración de un sistema de acciones para la disminución de la deserción estudiantil.

Desarrollo

Concepciones fundamentales de la educación superior cubana

La educación superior latinoamericana, como la de otros países en desarrollo, es esencial para el progreso económico, pero fundamentalmente por su proyección futura sobre el Estado de las sociedades. El cambio de paradigma presenta el obvio peligro de agravar el rezago, pero también constituye una oportunidad, por lo que indican los veinte últimos años es que estos pueden provenir de un degrade de estrategias, siempre y cuando, después se toman adecuadas iniciativas para aprovechar la oportunidad (Rivera, et al. 2006).

En tal sentido, de todas las posibilidades y puntos de observación que hubieran podido elegirse para abordar el rol de la educación superior en América Latina, se optó por elegir aquellos que permitieran presentarla en perspectiva a la luz de las necesidades variadas, que suscita la reestructuración del aparato económico en la región como base de su desarrollo, la capacidad para comprender, adoptar y adaptar el nuevo patrón tecnológico y para elevar significativamente la calidad de las comunidades (Burton, 2009 y Sanyal, 2007).

Los diagnósticos sobre la situación de la educación superior en los primeros años del nuevo siglo confirman los pronósticos realizados en cuanto al dinamismo y las transformaciones que se preveían a la finalización del siglo XX, lo que no se esperaba eran las tasas de desenvolvimiento y cambio alcanzadas por las transformaciones recientes de la educación superior en América Latina.

Para comprender la magnitud de estas bastaría señalar que durante los primeros años del presente siglo la matrícula registró un aumento equiparable al 80 % del crecimiento registrado entre 1960 y 2005; la matrícula aumentó en 11 % y el 47.5 % de los matriculados corresponde a la enseñanza en instituciones privadas (casi un 3 % más que en el año 2000) y el porcentaje de estudiantes en postgrados aumentó del 1,3 % al 3,6 % (Brunner, 2005).

Asimismo, en estos primeros años fueron creadas 12 de las 20 agencias de evaluación y acreditación de la región y, como novedad, se dio comienzo a un crecimiento sostenido de la educación trasnacional en todos los países de la región, desde 1 % hasta 12 %. Aún cuando algunas de estas transformaciones puedan observarse como un verdadero problema de los sistemas de educación superior de la región o denoten la inexistencia de reformas integrales y profundas en algunos temas de relevancia, lo que el principio de siglo expresa con mayor nitidez es la transición entre dos estilos desarrollo y, al mismo tiempo, el indicio de la construcción de un nuevo modo de crecimiento y de una presencia distintiva de la educación superior (Torres et al., 2002; García et al., 2009).

La década de los años noventa constituyó un tiempo de prueba para el mundo universitario de la región: "cambiar, mejorar, modernizarse", se presentaban como las consignas a partir de las cuales diseñar e implementar las reformas que se suponían imprescindibles.

La urgencia e inevitabilidad del cambio se apoyaba en un diagnóstico general propuesto por los organismos internacionales que sostenía que las jóvenes democracias latinoamericanas, a través de sus Estados, gastaban demasiado e irracionalmente los recursos humanos y materiales, lo cual se reflejaba en un déficit constante y en una gestión estatal cara e ineficiente. La recomendación era entonces, en principio, reformar el Estado en su conjunto, tanto en sus estructuras como en sus funciones, para permitir así un uso más racional de los recursos y una mejor calidad en los servicios ofrecidos.

La educación superior en general, y las universidades en particular, eran parte de ese gasto compulsivo del Estado y, por ende, debían también transformarse. Por otro lado, ese mismo diagnóstico focalizaba algunos problemas propios del mundo universitario, vinculados a sus organización, gestión y a la relación que se establecía con el mundo de la producción y la investigación.

En los últimos años, en forma creciente vienen ganando relevancia en la agenda de la educación superior los temas relacionados con la importancia del conocimiento, la calidad y la pertinencia, la responsabilidad social universitaria, la ética del conocimiento y la necesidad de nuevos paradigmas para comprender y asumir la complejidad de las problemáticas globales y locales en un contexto plagado de incertidumbres.

Los retos de la globalización, los desarrollos de las tecnologías de la comunicación y la información, los avances sin precedentes en los campos de la ciencia y la tecnología, entre otros que, sumados a la realidad latinoamericana de creciente injusticia social, pobreza y desigualdad de oportunidades que replica también la educación superior, reclaman a las universidades otra forma de concebir y de utilizar la producción de conocimiento científico, así como repensar de manera urgente la formación de universitarios para asumir y superar sus realidades sociales (Delors, 1996).

Como se puede apreciar la realidad de la educación superior en Latinoamérica se desenvuelve en complejos procesos de reformas, en la que el Estado debe asumir el rol en la formación de los profesionales para el desarrollo de estos países.

Por otra parte, es bien distinto el contexto de la educación superior cubana, por lo que se hizo necesario profundizar desde sus bases hasta las concepciones actuales que han favorecido el desarrollo del país.

Existen antecedentes de ideales en la formación de los profesionales desde fines del siglo XVIII, en que ilustres cubanos comenzaron a luchar por reformar y modernizar los estudios universitarios en Cuba. Hombres, como el padre Félix Varela y Morales (1788-1853), prácticamente el iniciador de una corriente de relaciones profundas entre el ideario cultural del país y su quehacer político y revolucionario que se mantiene hasta la actualidad, comprendieron que la enseñanza universitaria que se ofrecía no podía dar respuesta a las transformaciones que necesitaba el país.

Justamente con el inicio del siglo XX comienzan las llamadas "Reformas de Varona", cuya dirección estuvo a cargo de Enrique José Varona, destacado educador e intelectual, quien, advirtiendo que la Universidad se había encerrado en un círculo demasiado estrecho para las exigencias de la vida moderna, señaló la necesidad de que los estudios universitarios estuviesen más a tono con los requerimientos de la nación, y de formar, entre otros, Agrónomos e Ingenieros; de tener una enseñanza práctica y experimental; de aumentar el número de estudiantes y de profesores, ideas que tampoco pudieron prosperar en aquella sociedad neocolonial (Castro, 1969).

Desde los inicios del período revolucionario en 1959, y a partir del compromiso del Estado y la participación activa de la población en las tareas educativas, las políticas sociales nacionales han otorgado una alta prioridad al acceso a los servicios educativos. Esto se evidencia en todo el Sistema Nacional de Educación (SNE), y como parte de este, en su nivel superior.

La posibilidad de acceder a estudios de nivel superior se caracteriza por brindar más de una oportunidad, así como por la definición de acciones específicas a partir de la organización de nuevos tipos y programas de estudios con dedicación a tiempo parcial (presencial y virtual), además de los existentes con dedicación a tiempo completo (cursos regulares diurnos); el número de plazas que se ofrece por carreras para este tipo de curso, toma en cuenta las necesidades de profesionales en los diferentes territorios del país. Dicho plan se define nacionalmente, pero se subdivide con vistas al otorgamiento a nivel de provincial de manera que se logre una más adecuada relación con las necesidades territoriales de fuerza de trabajo calificada.

El sistema nacional de acceso a la educación superior, aún cuando se ha caracterizado por los cambios necesarios para su perfeccionamiento durante los últimos 50 años, ha mantenido un nivel de estabilidad que favorece el conocimiento del mismo por la población y, en particular, por aquellos interesados en ejercer un desempeño profesional determinado (Benítez et al., 1997).

A partir de 1976 se genera un proceso de reestructuración organizativa del Estado, se implementa un nuevo sistema de dirección económica y, entre otras medidas, se aprueban las leyes que crean en julio de ese mismo año el MES, la nueva estructura de carreras y la red de Instituciones de Educación Superior (IES), que constituyen hechos trascendentales para el desarrollo universitario de los años siguientes a su creación.

Desde esta fecha y hasta mediados de la década de los años 80, es apreciable la expansión del sistema de educación superior, ampliándose notablemente el número de instituciones universitarias.

A la creación de una nueva universidad se han encaminado los esfuerzos de la Revolución como parte de su política priorizada en el campo de la educación. En tal sentido José Martí Pérez (1853-1895), el más importante intelectual y revolucionario cubano del siglo XIX, y uno de las figuras cimeras latinoamericanas, advirtió que era necesario ajustar…"un programa nuevo de educación, que empiece en la escuela de primeras letras y acabe en una Universidad brillante, útil, en acuerdo con los tiempos, estado y aspiraciones de los países en que enseña" (O.C., 1975). Se revela en estas palabras que el sueño martiano comenzó a hacerse realidad para el pueblo cubano a partir de 1959.

Dentro del proceso universitario, los planes de estudios y los currículos de las carreras se les ha brindado atención especial y han mantenido un sistemático y continuo perfeccionamiento; se desarrolla en estos momentos el currículo de tercera generación, que se fundamenta en el modelo de amplio perfil ocupacional, apoyados en el desarrollo de las competencias profesionales de los estudiantes, sin descuidar su formación teórica fundamental, se caracteriza por la actualización científico-tecnológica y la vinculación de profesores y estudiantes con la práctica productiva y de servicios, de modo que los graduados tengan un elevado, eficiente y eficaz desempeño profesional, en correspondencia con las exigencias de un desarrollo sostenible del país.

El proceso de formación de profesionales en las diferentes carreras universitarias privilegia, como un aspecto esencial, la labor educativa, expresada a través de la unidad entre la educación y la instrucción, la relación entre la teoría y la práctica y el vínculo entre el estudio y el trabajo.

Otros elementos que caracterizan este proceso de perfeccionamiento son la introducción de los métodos activos de enseñanza-aprendizaje, el incremento del trabajo independiente del estudiante y que cada vez más se convierta en el protagonista principal del proceso docente-educativo.

En este sentido, se logra una mayor participación de estos, a través del trabajo científico-investigativo, en la solución de los problemas que atañen al entorno universitario, mediante una red de entidades laborales de base y de unidades docentes.

Los recién graduados son ubicados en los principales centros de investigación, productivos y de servicios, a lo largo de todo el país y son representativos de calidad profesional y de las tecnologías de avanzada. De esta forma se consolida el principio de la combinación del estudio y el trabajo como principio rector de la educación, y en particular, de la educación superior.

En las condiciones actuales de desarrollo del país y la influencia del contexto internacional, el centro actual del trabajo de la educación superior cubana está en consolidar la interrelación entre la formación de los profesionales y la vida económica, política y social del país, a partir del concepto de integración de la formación con la producción y la investigación en su sentido más amplio, que es aquel que revela que los productos finales de los procesos universitarios fundamentales sean competitivos (MES, 2009).

En la educación superior cubana se entiende que sólo con un proceso docente-educativo que sea capaz de garantizar esta integración se podrán formar profesionales para afrontar los retos de un presente complejo y de un futuro de inserción en la competencia a nivel mundial.

Las propias transformaciones económicas, sociales y culturales emprendidas por la Revolución, condicionaron el papel que debía desempeñar la universidad en la transformación de la sociedad, tanto por su responsabilidad en la formación de profesionales y científicos, como por ser vía para que la ciencia y la tecnología que ella encerraba, se pusiera en función del desarrollo ascendente y sostenible del país (Ibid, 2009).

En relación con este planteamiento desde el curso académico 1992-1993, se desarrolla un conjunto de acciones para garantizar que la ciencia y la tecnología se constituyan en objetivo central del trabajo de la educación superior, con el propósito de obtener resultados de importancia y de incidencia económica y social en los plazos más breves posibles, y que conviertan a las universidades en centros de investigación científica.

En la actualidad, las universidades cubanas investigan, fundamentalmente, para resolver problemas con pertinencia, impacto y consecuencia tecnológica en función de los intereses del desarrollo socioeconómico del país, todo lo cual se manifiesta en el satisfactorio cumplimiento de sus elevados compromisos en los planes de resultados estatales y su generalización, en los recursos que van apareciendo para sostener la investigación, en los registros y patentes de nuevos productos y tecnologías. Ello supone un alto componente de superación profesional para la transferencia y asimilación de las nuevas tecnologías, en el marco de una buena gestión universitaria innovadora.

Todo esto ha sido posible porque el país considera el desarrollo científico, tanto un prerrequisito como una consecuencia del desarrollo económico y social, y por una política acertada de potenciar el papel de las universidades en este desarrollo. El modelo cubano de universidad humanística, científica y tecnológica tiene como estrategia clave la flexibilidad organizativa, la innovación pedagógica, la cooperación nacional e internacional y la búsqueda de recursos materiales y financieros por las más diversas vías.

Otra actividad que se desarrolla con fuerza en el ámbito universitario es la extensión universitaria, encargada de promover la cultura, no sólo en sus expresiones artísticas y literarias, sino también científica, tecnológica, política y deportiva. La extensión universitaria es una importante vía para llevar la universidad al pueblo y el pueblo a la universidad. Los cursos, los proyectos comunitarios y las actividades culturales de toda índole, atraen una población cada vez mayor, haciendo realidad el empeño de las universidades de convertirse en el centro cultural por excelencia de la comunidad.

En correspondencia con la nueva universidad, tiempos y aspiraciones, se han continuado desarrollando las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) en las IES, a partir de la estrategia de informatización del sistema de educación superior. Ello ha dado mayor impulso a la introducción y desarrollo de estas tecnologías en las IES y al acceso a la red de redes (INTERNET), y ha aumentado la cantidad de computadoras y su efectiva utilización, su conexión en redes, el desarrollo de sitios web, la mayoría de ellos ofrecidas internacionalmente, y la elaboración de datos y la virtualización creciente de las asignaturas de los diferentes currículos (Ibid, 2009).

Establecidas en el Reglamento docente-metodológico las modalidades de educación superior en Cuba son dos: la presencial y la semipresencial.

Las indicaciones orientadas por el MES, se encuentran reflejadas en el Reglamento docente-metodológico, en la que se plantea… "La modalidad presencial es propia para estudiantes que no trabajan y que pueden dedicar todo su tiempo a los estudios. La matrícula en esta modalidad responde a un plan de ingreso aprobado por el gobierno, que da respuesta a las demandas de fuerza laboral calificada. El plan de estudio se concibe con plazos de tiempo fijos para la culminación de los estudios, lo que presupone un ritmo de progreso común para todos los estudiantes matriculados" (MES, 2007).

En este mismo reglamento se plantea que la modalidad presencial…"se caracteriza por tener una carga docente semanal, que implica la concurrencia frecuente de los estudiantes en las actividades lectivas previstas bajo la dirección del profesor. Esto no impide que algunas disciplinas, asignaturas o actividades docentes se puedan desarrollar con características propias de la modalidad semipresencial. Esta modalidad se desarrolla, generalmente, en las sedes centrales y unidades docentes, aunque algunas actividades lectivas se pueden ofrecer en las SUM" (Ibid, 2007).

Teniendo en cuenta que este trabajo está basado en la modalidad semipresencial es significativo que la educación superior cubana promueve y apoya los cursos por encuentros como elemento fundamental para el desarrollo del proceso docente-educativo en el territorio, el que debe alcanzar un apreciable progreso en los próximos años, considerando que ofrece alternativas concretas a la enseñanza superior que se pone en manos de la sociedad y brinda mayores oportunidades sin abandonar el puesto de trabajo a cientos de personas. Asimismo, labre un horizonte ilimitado para la superación de los graduados universitarios con que ya cuenta el país. En fin, la universalización de la universidad constituye una forma concreta de elevar sustancialmente el nivel cultural del pueblo para alcanzar una cultura general integral.

Aspectos esenciales sobre el proceso de universalización de la carrera de Agronomía

En la actualidad, se ha llegado a un estadio superior del concepto universalización, entendiendo la universalización de la educación superior como la extensión de la universidad y de sus procesos sustantivos a toda la sociedad a través de su presencia en los territorios, permitiendo alcanzar mayores niveles de equidad y de justicia social en la obtención de una elevada cultura integral de los ciudadanos, es decir, de una universidad hacia el territorio se trabaja por la universidad en el territorio (Castro, 2003).

La educación superior cubana consolida sus pasos por una nueva dirección, una alternativa pedagógica, científica y tecnológica, en su esfuerzo por lograr la verdadera dimensión universal de la universidad. De esta forma, se posibilita el acceso a la educación superior de cualquier ciudadano y se puede influir de una forma más abarcadora y positiva, en coordinación con el resto de las instituciones y organizaciones, en la adquisición de una cultura general e integral. Esto se traduce en una extensión universitaria sin una cultura elitista, más justa y más humana. Permite la igualdad de oportunidades y posibilidades a todas las personas independientemente de donde nazca y viva.

En correspondencia con estos aspectos se declara por el MES (2007) "…Es a partir del curso académico 2002-2003 y sobre la base de la división político-administrativa del país que constituyen los municipios, se crearon las SUM, regentadas por las sedes centrales correspondientes a las facultades en la universidad como institución rectora en el territorio y con una atención priorizada del Estado y, en especial, de los MES y de educación. La universidad en los municipios no se fragmenta o atomiza sino que se multiplica y enriquece".

Es en este espacio físico que constituyen las SUM en distintas localidades del territorio, y con un pequeño equipo de trabajo, liderado por profesores universitarios e integrado además por profesionales en ejercicio y bajo la orientación metodológica de la universidad rectora que asesora y apoya a las distintas sedes, se concibe formar una parte importante de los futuros egresados en sus propios territorios (MES, 2005).

Los estudios universitarios para cualquier ciudadano en las SUM requerirán nuevos enfoques en el proceso docente-educativo y el uso creciente y de forma innovadora y creativa de las ventajas y opciones que brindan las TIC, para lo cual es necesaria la interconexión nacional de las redes de las IES, en la que se trabaja acelerada e intensamente. Se ha desarrollado un modelo pedagógico diseñado específicamente para esta labor, el que a su vez se adecua a las características particulares de cada programa específico (Ibid, 2005).

Para el desarrollo de la actividad académica y de superación en las SUM se cuenta con medios audiovisuales, libros y otros materiales docentes y en especial, con la atención de un tutor que sigue y apoya el proceso de aprendizaje de cada estudiante.

Es una premisa de este modelo pedagógico que el graduado universitario por estos cursos tenga una preparación equivalente a los otros que se desarrollan en el nivel superior de forma presencial.

En el presente trabajo se considera de gran importancia dentro de las modalidades de estudio de la educación superior a la modalidad semipresencial, en la que se insertan los trabajadores, incluyendo los estudiantes de la carrera de Agronomía y, que actualmente, se adoptó como curso por encuentro.

En los documentos normativos se plantean las características de este modelo y los tipos de cursos que se desarrollan dentro del proceso de universalización, en los que se precisa que… "La modalidad semipresencial se caracteriza por una carga docente menor que en la modalidad presencial, por lo que se reduce la presencia de los estudiantes con sus profesores en las actividades lectivas previstas" (MES, 2007).

Esta modalidad se desarrolla, generalmente, en las SUM, aunque algunas actividades previstas en el plan de estudio pueden ofrecerse en las sedes centrales u otras instalaciones habilitadas al efecto. Asimismo,…"En dependencia del modelo pedagógico implementado, una carrera puede impartirse de forma semipresencial en algunos de sus períodos lectivos y de forma presencial en otros. De igual modo, cuando las características del modelo así lo exijan, podrá fijarse un límite de tiempo para la culminación de los estudios" (Ibid, 2007).

En correspondencia con estos elementos se ha declarado dentro de la modalidad semipresencial los siguientes cursos:

"Curso para Trabajadores: Su objetivo es brindar facilidades de acceso a estudios superiores a los trabajadores para calificarse en una profesión afín con su desempeño laboral. Se imparte en sedes centrales y en sedes universitarias. En el caso del MES se concentran fundamentalmente en Sedes Centrales" (Horruitiner, 2006 y Alarcón, 2008).

Relacionado con esta idea, el MES en su proceso continuo de perfeccionamiento realizó algunas precisiones para el buen desarrollo del curso por encuentro, en la que refirió: …"Los Cursos por encuentros surgen con el objetivo de que pudieran ingresar a la Universidad personas que deseen elevar su nivel de formación y que no sean trabajadores estatales en activo siempre que cumplan los requisitos establecidos para el ingreso, de esta manera se cambió la denominación de curso para trabajadores por la de cursos por encuentros, estos cambios comenzaron a regir a partir del curso académico 2011-2012" (MES, 2011).

Teniendo en cuenta las características en que se desarrolla el proceso de universalización en los municipios, la carrera de Agronomía comienza en la sede universitaria de Artemisa en el curso académico 2007-2008 dentro de la modalidad semipresencial, pero en la condición de continuidad de estudios, en la que se planteó que…"Concebido para dar continuidad de estudios superiores a trabajadores de los Programas de la Revolución en los municipios y localidades donde viven y trabajan. En el caso del MES el modelo pedagógico es flexible para permitir el avance al ritmo seleccionado por el alumno" (Horruitiner, 2006 y Alarcón, 2008).

Asimismo, se hace referencia a la educación a distancia y, a la vez, a la educación a distancia asistida porque esta última constituyó una modalidad de estudios para los trabajadores de la Empresa de Cultivos Varios del municipio de Artemisa, que posteriormente transitaron por el curso para trabajadores y, finalmente, al curso por encuentro. A continuación se definen estas modalidades para su mejor comprensión.

"La Educación a Distancia se desarrolla en las SUM. La convocatoria de matrícula solo exigía como requisito ser graduado de enseñanza media superior, en la actualidad se debe vencer los exámenes de ingreso a la educación superior. Se ofrecen actualmente tres carreras: Derecho, Estudios Socioculturales y Contabilidad con aseguramiento de textos básicos y guías de estudio" (Cerda, 2002).

Dentro de ella, la Educación a Distancia Asistida presenta características singulares como se plantea "…Surge en el año 2001, es una forma particular de educación a distancia, donde a pedido de una institución del país –empresa estatal o mixta, una institución social, o una organización no gubernamental, etcétera- se brinda apoyo a sus miembros con profesores y materiales docentes (textos, guías de estudios, y otros) y contribuir así, a su preparación para los exámenes en las convocatorias ordinarias realizadas por la educación a distancia. Esa vía tiene el objetivo particular de satisfacer las necesidades de profesionales en organismos e instituciones que hoy no encuentran total respuesta con los niveles de egresados de los restantes tipos de curso" (Horruitiner, 2006).

Por otra parte, se analizan los planes de estudios y los currículos determinados para esos años en que hubo modificaciones y ajustes durante el transcurso de los seis años de la carrera.

Se puede señalar que el currículo de la carrera de Agronomía, similar al que cursan los estudiantes con dedicación a tiempo completo, muestra un carácter flexible. Esta flexibilidad le permite al estudiante transitar por el currículo a su propio ritmo, por cuanto es él mismo quien determina el número de asignaturas que cursa en cada período docente (Colectivo de autores, 2006).

Con la universalización de los estudios universitarios, se ha multiplicado el claustro al utilizar a los profesionales de los territorios, quienes, bajo la orientación metodológica, pedagógica, científica y profesional de las sedes centrales de las universidades, devienen tutores y consultores de cientos de miles interesados en cursar estudios universitarios. Además facilitarán, mediante el uso de las redes de computación, llevar de forma virtual, a las nuevas aulas el acceso a las diversas fuentes del conocimiento y a la didáctica general y especial necesaria para una enseñanza universitaria de calidad, y realizar consultas por esas mismas vías, con los profesores y tutores.

Este proceso tendrá un significativo impacto en la vida social, cultural, científico-tecnológica, política, y en el desarrollo económico de los municipios y territorios del país.

Es a partir del curso académico 2009-2010 en que se crean los CUM, por acuerdo del Comité Ejecutivo del Consejos de Ministros y de la Comisión del Buró Político con la finalidad de unificar las diferentes sedes universitarias en una sola en cada municipio, teniendo en cuenta que el desarrollo económico y social lo justificara y existieran las condiciones para ello.

Es necesario aclarar que aunque surgieron los CUM, la carrera de Agronomía mantuvo su esencia en la formación de los profesionales, o sea, los estudiantes ingresaron, desertaron y continuaron estudios en la modalidad semipresencial.

La carrera de Agronomía surgida en la SUM de Artemisa a partir del curso académico 2007-2008, se abre por el programa de la TAR e integra los procesos anteriormente mencionados, a partir del modelo pedagógico diseñado en las condiciones de la nueva universidad cubana con características específicas, en la que los estudiantes se convierten en protagonistas del proceso. La investigación y la extensión universitaria, como funciones sustantivas de la universidad, adquieren gran importancia a partir de las necesidades del territorio (U.C.V., 2011).

De acuerdo a las características del modelo pedagógico con que se cuenta en la carrera de Agronomía, se hace necesario que además del trabajo conjunto con la vicerrectoría de formación de profesionales y del apoyo de la sede central en la facultad, esta cuenta con colectivos que reflejen las particularidades del modelo y que definan la responsabilidad de las mismas por la consolidación del trabajo metodológico que deben hacer los profesores en cada una para cumplir con los objetivos de la formación.

Cuando existen todas las condiciones ideales para el adecuado desempeño de profesores y estudiantes en el desarrollo del proceso docente-educativo de la carrera, la formación del profesional fluye ascendentemente y los estudiantes transitan por los distintos años, adquiriendo conocimientos teóricos y prácticos de la especialidad, pero cuando se presentan dificultades, pueden ocasionar limitaciones en el aprendizaje, desmotivaciones que conlleven a la deserción estudiantil, aspecto que será tratado en el próximo epígrafe.

Elementos que inciden en la deserción estudiantil dentro del proceso de universalización de la carrera de Agronomía

A partir de lo tratado en los epígrafes anteriores sobre los aspectos fundamentales de la educación superior cubana y dentro de ella el proceso de la universalización en los territorios del país, se hace necesario abundar en uno de los elementos relacionados con el desarrollo del proceso docente-educativo de la carrera de Agronomía en los municipios, o sea, enfocado en la deserción estudiantil en esta carrera como variable significativa del presente trabajo.

El tema de la deserción estudiantil en la educación superior ha sido de creciente interés a nivel mundial y más recientemente a nivel nacional (CEDE, 2007; U. Nacional, 2007; Vásquez et al., 2003 y Solano, 2006). Está temática de estudio abarca un amplio rango de definiciones, una incertidumbre sobre las causas del fenómeno y una gama de metodologías de estudio. No existe un concepto concreto ni una descripción de deserción estudiantil que sea homogénea y generalizada. Incluso, una vez se llegue a un acuerdo sobre qué es la deserción, quedan por resolver el porqué del suceso y cómo estudiarlo. Para abordar las cuestiones que rodean el presente campo de estudio se revisó la literatura existente tanto a nivel nacional como internacional para llegar así a una base teórica y metodológica sobre la cual se pueda basar el presente estudio.

Se puede plantear de forma general que la deserción estudiantil es considerada como un proceso de abandono, voluntario o forzoso de la carrera en la que matricula un estudiante, por la influencia positiva o negativa de circunstancias internas o externas a él o ella. Se define la deserción en la educación superior en forma más operativa como… "la cantidad de estudiantes que abandona el sistema de educación superior entre uno y otro período académico (semestre o año). Se calcula como el balance entre la matrícula total del primer período, menos los egresados del mismo período y más los alumnos reintegrados en período siguiente, lo cual genera el nuevo estado ideal de alumnos matriculados sin deserción"(CFES, 2010).

A su vez, Spady (1970), "… cualquier persona que se retira de una institución en la cual está registrado o que hace alusión a aquellos que comenzaron pero nunca recibieron un diploma de una universidad o institución de educación superior".

Otra de las definiciones de deserción es la enunciada por Galeano (2008), el que aclara que"…la interrupción o desvinculación del proceso académico-institucional que llevaba un estudiante". Como se puede apreciar para esta institución universitaria la disminución de la deserción presenta tanto un compromiso con la institución misma como con la sociedad en su conjunto; aspecto que se pone de manifiesto en el contexto de Cuba.

Las definiciones que se tienen de deserción son heterogéneas, y tienden a ser variables entre autores. Vásquez, et al., (2003), toman esto en consideración al hacer una rigurosa separación de los tipos de deserción para su estudio. Los autores explican que la deserción estudiantil puede entenderse desde dos puntos de vista: uno temporal y uno espacial.

En el primero, la deserción se clasifica según el tiempo que un estudiante permanezca en un programa académico hasta retirarse (antes de la fecha establecida para su consecución). Sin embargo, la clasificación en este sentido no termina siendo completa, ya que el estudiante tiene la posibilidad de retirarse del programa, retirarse de la institución académica, o retirarse del sistema educativo en su totalidad. La dirección que tome el estudiante representa su totalidad. La dirección que tome el estudiante representa entonces la clasificación desde el punto de vista espacial.

Como concepto temporal, Ibid, (2003), identifican tres tipos de deserción:

  • "Deserción precoz: cuando un estudiante abandona un programa antes de comenzar habiendo sido aceptado.

  • Deserción temprana: cuando se abandona el programa durante los primeros cuatro semestres.

  • Deserción tardía: entendida como abandono desde el quinto semestre en adelante".

En segundo lugar, como concepto espacial se hace alusión al hecho de que un estudiante:

Partes: 1, 2

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