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Algunas consideraciones sobre los estados emocionales y su influencia en el rendimiento deportivo



  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Desarrollo
  4. Bibliografía

RESUMEN:

El presente trabajo que ponemos a su disposición
trata de describir las tensiones psíquicas extremas que
exige la competencia deportiva, ya que se halla un abanico amplio
de estados emocionales y sentimientos que se encuentran presentes
como resultados de la interrelación del deportista con la
competencia y comprender cómo influyen éstos en el
rendimiento de su carrera deportiva.

El deporte contemporáneo requiere cada día
de conocimientos y aplicación científica y no se
necesita esfuerzo para demostrar la importancia de los factores
psicológicos en la búsqueda del máximo
rendimiento deportivo, pues en la preparación deportiva,
uno de los elementos esenciales sin lugar a dudas es la
preparación psicológica ya que en la actualidad
constituye un tema fundamental entre todos los que buscan
alcanzar altos resultados deportivos, sin embargo son pocos los
entrenadores que le han prestado la atención requerida. Al
igual que el resto de disciplinas, también la
psicología deportiva ha ido evolucionando conforme a las
necesidades que plantea la práctica deportiva y sobre todo
la competición.

Los estados psíquicos se manifiestan como la
formación temporal de un sistema completo, único
con relación a los componentes que lo integran. Cada
eslabón es parte de ese todo. Cada uno de ellos tiene en
él un lugar preponderante con una intensidad que matiza la
actuación específica. La distinción personal
señala el carácter subjetivo del reflejo que
está determinado por las condiciones de influencia social,
la postura activa del sujeto en relación con ella, las
necesidades, pensamientos y motivaciones que cada cual
posee.

Palabras clave: Psicología deportiva,
emoción, prearranque, personalidad, atención,
ansiedad, frustración, motivación,
rendimiento.

INTRODUCCIÓN:

El entrenamiento deportivo se caracteriza por ser un
proceso de formación del atleta que suele transcurrir en
periodos y etapas cuyo inicio y duración estará en
dependencia de las características y posibilidades de los
atletas, de su experiencia, de la fecha de competencia
fundamental u otros factores que pueden determinar estos
aspectos. Siguiendo las teorías del entrenamiento
deportivo, la preparación del deportista se basa en cuatro
pilares: La Preparación Física, Técnica,
Táctica y Psicológica, las cuales responden a
procesos científicos, donde se manifiestan e
interrelacionan elementos de tipo pedagógico,
morfológicos, psicológicos, bioquímicos y
biomecánicos.

Los instrumentos de evaluación psicológica
son las técnicas con los cuales se recogen los datos
referentes a las características psicológicas de
los atletas; son muchos los instrumentos que sirven para este fin
y variadas las formas que adquieren los test, su modo de
presentación, el material con que están hechos, el
objetivo que persiguen, es tan amplia la cantidad de instrumentos
que existen que se encuentran clasificados en diversas
categorías, y todos ellos constituyen el arsenal
tecnológico y metodológico con que cuenta la
psicología aplicada al deporte para realizar sus
mediciones.

Las emociones y los sentimientos se expresa con gran
frecuencia y apreciable fortaleza en cualquier de las
manifestaciones deportivas a lo largo de todo el proceso de
preparación del deportista.

El componente emocional, de los problemas relacionados
con la preparación psicológica se presenta desde el
inicio de entrenamiento y transita todo el proceso de
preparación y competición. En los atletas se
producen una serie de estados emocionales con repercusiones
cognitivas y somáticas. Se producen tanto en el
entrenamiento como en competición aunque son más
apreciables en los momentos pre-competitivos, competitivo y post
competitivo. Estos estados determinan en gran medida las
actitudes ante el éxito y la derrota ya que se presentan
emociones positivas y negativas.

Con este artículo pretendemos ofrecer a todos los
entrenadores y activistas que de cierta forma inciden en la
preparación de los atletas, un material de consulta para
su labor como guía de este proceso que muestre la
relación entre el estado emocional y el rendimiento
deportivo.

DESARROLLO

ELEMENTOS GENERALES Y
ESPECÍFICOS DEL ESTADO EMOCIONAL

La emoción es la vivencia que tiene el hombre de
su propia actitud hacia la realidad y también la vivencia
del estado subjetivo que surge en el proceso de
interacción con el medio circundante y en la
satisfacción de sus necesidades.

Las emociones, al igual que todos los procesos
psíquicos surgen de manera refleja por ello es reflejo del
mundo que actúa sobre el hombre. El surgimiento de las
emociones está determinado por la acción que ejerce
sobre el sistema nervioso los fenómenos objetivos,
está condicionado por causas materiales, y por eso la
vivencia emocional representa el reflejo subjetivo de la realidad
objetiva. Las emociones representan una forma peculiar de reflejo
del proceso real de interacción del hombre con el medio
circundante. En dicho proceso el hombre no permanece indiferente
ante la acción de este, ni ante los fenómenos que
lo rodean, en el surgen vivencias que expresan su actitud
subjetiva hacia dichos fenómenos y sus particularidades,
ya sean agradables o desagradables, positivas o negativas,
relacionadas con la satisfacción o la
insatisfacción. Al sentir tales emociones el hombre se
prepara para responder de forma activa a los diversos
estímulos del medio externo.

Características de las emociones según
Petrovski:

  • Los estados emocionales se relacionan
    fundamentalmente con las necesidades
    biológicas.

  • Aparecen brusca y repentinamente.

  • Se manifiestan con gran intensidad.

  • Su duración es relativamente
    corta.

  • Siempre se acompañan de cambios
    somáticos ostensibles.

  • Hay predominio subcortical, donde desempeña
    un papel fundamental el hipotálamo.

Clasificación de las
emociones:

  • Emociones primarias: Son el miedo, el amor
    y la ira, y son consideradas así por constituir los
    estados efectivos más primitivos, tanto desde el punto
    de vista filogenético como
    ontogenético.

  • Emociones secundarias: Son la tristeza, la
    alegría y la ansiedad y son por sus
    características un paso intermedio entre las emociones
    primarias y los sentimientos.

Las particularidades de las emociones, que surgen
durante el proceso de interacción dinámica del
hombre con el medio, durante el proceso de la vida y la actividad
social, están relacionadas con la satisfacción de
diversas necesidades sociales, materiales y
culturales.

LOS ESTADOS EMOCIONALES Y EL
RENDIMIENTO DEPORTIVO

En todas las personas se producen una serie de estados
emocionales, con repercusiones cognitivas y somáticas, que
se dan en un momento dado y son susceptibles de variación
a veces de forma instantánea. Los atletas no están
exento a esto por ello surge la psicología aplicada al
deporte.

¿Qué es la psicología del deporte?
Es el estudio científico de los factores
psicológicos que están asociados con la
participación y el rendimiento en el deporte. Su objeto de
estudio es la psicología de la actividad deportiva y la
psicología del deportista.

Desde el punto de vista de la psicología del
deporte debemos plantearnos la emoción como una respuesta
de activación que resulta de la valoración que el
deportista realiza de la situación que está
viviendo en relación con los objetivos propios de su
actuación.

El deportista valorará por tanto su propio
rendimiento, la percepción que tenga del contrario, la
influencia del público, concepto personal, historia, etc.
en un momento determinado, evaluara y emitirá una
determinada respuesta que dependerá de los objetivos
previamente marcados.

Las emociones en el deporte se definen como vivencias
del deportista que aparecen en relación con la actividad
deportiva y con la satisfacción de las necesidades. Es muy
común ver en algunos atletas emociones básicas como
el miedo, enojo, alegría y sorpresa, sin embargo
también se evidencian mezclas complejas de
emociones.

La función que cumple las emociones
es básicamente reguladora. Esta función reguladora
de las emociones sigue básicamente el siguiente proceso
secuencial:

ORIENTAR ———- ORGANIZAR ———-
ACTIVAR

  • La orientación deportiva debe ir encaminada a
    la consecución de los objetivos deportivos propuestos,
    es decir a la consecución del éxito
    deportivo.

  • La organización debe conseguir una
    unificación de los niveles y procesos
    biológicos, psicológicos y sociales.

La activación global de todas las
potencialidades, cualidades y capacidades del deportista para la
realización eficaz de las tareas y conductas que le
permitan conseguir el objetivo marcado.

El Dr. Luis Gustavo González plantea que "estados
emocionales extremas pueden afectar el rendimiento del jugador,
sobre todo cuando se produce insomnio prolongado,
excitación excesiva, obsesiones, pérdida del
apetito, excesiva apatía, diarreas etc."

ESTADOS EMOCIONALES

  • ESTADOS EMOCIONALES ANTES DE LA
    COMPETENCIA.

Prearranque: Vivencias y estados emocionales que
surgen ante la proximidad de las competencias, y cuya intensidad,
duración y características dependen de:

La personalidad, la importancia del evento, la
experiencia y el nivel de preparación del
deportista.

En la dinámica de los estados emocionales podemos
encontrar su carácter variable, debido que a la
aproximación de la competencia crece su nivel, los atletas
más inestables la experimentan desde una semana o
más antes del comienzo de la competencia, y los más
estables lo experimentan casi al salir a la competencia. La
intensidad se muestra más abiertamente en algunos
deportistas, mientras que en otros resulta casi
imperceptible.

En el deporte de alto rendimiento se han considerado
cuatro estados emocionales precompetitivos.

Tipos de Prearranque:

  • 1. Fiebre de la arrancada.

  • 2. Apatía de la arrancada.

  • 3. Autocomplacencia u Optimismo
    infundado.

  • 4. Disposición combativa.

Cada uno de dichos estados proyecta particularidades
singulares de la motivación hacia la actividad, la actitud
ante las tareas, así como sobre la atención, la
percepción, la representación, el pensamiento, las
vivencias afectivas y la actividad volitiva de los
deportistas.

Fiebre de la arrancada: El sujeto
manifiesta demasiada excitación, intranquilidad, inquietud
y hasta miedo; discordancia de las funciones y sistemas que
aseguran la actividad, fuerte inquietud que reprime y desorganiza
su preparación. Acciones agitadas y sin verdadera
utilidad. Emociones inestables que se sustituyen
rápidamente unas por otras. A veces teme, luego pierde la
esperanza, se desespera, se distrae, se siente confundido, con el
pulso acelerado, agitado, sudoraciones, resequedad en la boca e
intensos deseos de ir al baño.

Apatía de la arrancada: No se
experimenta el deseo de participar en la competencia, disminuye
el sentido de la responsabilidad y la conciencia de la
importancia de la tarea. Se experimenta debilidad, languidez y
somnolencia. Emociones asténicas, de indiferencia,
inseguridad y depresión. La atención se distrae,
disminuye su volumen y el de la percepción. Bajo estado
funcional del sistema nervioso, retardo de la excitación e
intensidad de la inhibición. No se pueden hacer esfuerzos
grandes y merma la aspiración a luchar por la
victoria.

Optimismo infundado: Se subestiman las
dificultades y complicaciones de la próxima lucha
deportiva, y por la sobrevaloración de las propias fuerzas
o de las fuerzas de su equipo. El deportista experimenta
emociones positivas, es decir, agradables, de placer pasivo, de
seguridad en sí mismo y en una victoria fácil, y
asume una actitud tranquila y pasiva ante las próximas
dificultades. El deportista no intenta movilizarse para
superarlas. Se observa atención disminuida y retardo de la
percepción, el pensamiento y la elección de
soluciones. Se reduce la vigilancia durante la lucha. Disminuye
la capacidad movilizadora y la eficiencia.

Disposición combativa: El
deportista toma conciencia de la importancia de la competencia,
su complejidad y responsabilidad. Se experimentan emociones
brillantes y esténicas; seguridad de éxito, pleno
vigor, energías y se espera con ansiedad el inicio de la
lucha. La arrancada se prepara de forma calculadora, con
minuciosidad y organización. Atención dirigida a la
tarea fundamental y es estable e intensa. El atleta advierte con
rapidez todo lo que tiene importancia para el éxito, lo
asocia, lo analiza y lo generaliza. Recuerda con claridad y sabe
lo que ha de tener en cuenta. Óptimo balance
excitación – inhibición. Propio de los deportistas
bien entrenados.

Acciones para favorecer los estados de
prearranque:

Fiebre de la arrancada:
Intervención psicológica para promover estrategia
conductual cognitiva que reduzca la percepción amenazante,
sin menoscabo del compromiso ni la entrega, depende de la
personalidad aplicar técnicas de apoyo social, aplicar
técnicas de relajación psicofísica,
adopción del régimen apropiado entre trabajo –
descanso, realizar actividad recreativas, arribo temprano al
escenario competitivo y realizar calentamiento moderado y
prolongado, aplicar masaje relajante y automasaje.

Apatía de la arrancada:
Actualización de los motivos para participar en la
competencia, intervención psicológica para promover
estrategia conductual cognitiva que eleve el compromiso y
combatividad, posible aplicación de técnica de
choque, realización técnicas de respiración,
excitativa realización de calentamiento fuerte con
numerosos ejercicios de explosividad y aplicación de
masaje activador.

Optimismo infundado: Intervención
psicológica para adecuar la autovaloración y/o
valoración del contrario, adecuación de los
objetivos y las metas, posible aplicación de
técnicas de choque.

Disposición combativa: Es el
estado óptimo, se debe velar por mantenerla, concienciar
sus capacidades físicas, fortalecer el nivel de
atención, métodos de autorregulación
emocional y situaciones de alta excitación
emocional.

  • ESTADOS EMOCIONALES DURANTE LA
    COMPETENCIA.

Vivencias que surgen en el transcurso de los
desafíos, relacionadas con la singularidad que puedan
tener en cuanto a lo positivo o negativo; siempre en las
más diversas competencias se expresan de una manera u
otra.

Tipos de vivencias emocionales
competitivas:

  • 1. Rivalidad deportiva.

  • 2. Honor deportivo.

  • 3. Orgullo deportivo.

  • 4. Excitación deportiva.

  • 5. Animación deportiva.

  • 6. Exaltación deportiva.

  • 7. Irritación deportiva.

La rivalidad deportiva: Son vivencias
que incitan a la lucha durante la competencia influyendo sobre la
capacidad de trabajo del deportista y están vinculadas al
sentido de respeto y camaradería ante el contrario. Se
ligan a una autovaloración determinada por la
valoración de los oponentes en la lucha por el
éxito. La proyección de esta vivencia depende del
desarrollo del deportista, la experiencia, el nivel cultural y
los rasgos de personalidad. La rivalidad deportiva no es
sinónimo de agresividad negativa y menos de
violencia.

El honor deportivo: Es un sentimiento
que se va formando con un fuerte contenido moral y se expresa en
la actitud emocional hacia los intereses personales y sociales.
Cuando el deportista o el equipo deportivo participa defendiendo
el honor de una escuela, un club, un municipio, departamento,
provincia o nación. No se manifiesta de manera constante,
sino en aquellos momentos de la competencia en que se toma
conciencia de la posibilidad de perder la supremacía, es
decir se encuentra amenazado el éxito.

El orgullo deportivo: Es aquel estado
que experimenta el deportista cuando la victoria representa la
superioridad no sólo en el orden personal sino
también social y en concordancia recibe la
aprobación y el reconocimiento de los demás. Esta
vivencia está muy lejos del fastidioso orgullo
banal.

La excitación deportiva:
Constituye una necesidad constante en cada deportista, pues se
expone a través de una elevada actividad motriz, emociones
esténicas (positivas) y la lucha por lograr el
éxito. Se desarrolla durante el transcurrir de la
competencia y aumenta en la medida que se agudizan las
situaciones del desafío.

La animación deportiva: Es un
período de auge de las fuerzas, hay una energía
excepcional que fija la seguridad en el éxito. Surge en el
momento más crítico de la lucha, no traspasa el
límite del control de las acciones del deportista. Aparece
frecuentemente después de una fuerte lucha durante la cual
el deportista ha logrado salir airoso de una situación
crítica. La abnegación y la entrega son
decisivas.

La exaltación deportiva: Es
propia de los juegos deportivos o con pelota por el dinamismo, la
variedad y rapidez con que suceden las acciones, por la
complicada táctica del juego y por el contacto directo
entre los contrincantes por la pelota. Todo ello provoca
pasión de los jugadores y del público, causando
emociones activas, frenéticas que se convierten en
dominantes durante un período de tiempo y se
adueñan de la atención, el pensamiento y la
aspiración de los deportistas, abstrayéndolos de lo
que puede ocurrir a su alrededor.

La irritación deportiva: surge
cuando en la búsqueda de un resultado exitoso en las
acciones ofensivas y/o defensivas la lucha se torna aguda, se
cometen errores y negligencias que se pueden evitar, pero que han
sido señaladas por los jueces ó árbitros y
reconocida por los demás. Surge con intensidad el enfado
hacia sí mismo después e inmediatamente de un
fracaso temporal; pero con la reflexión y la
reorganización de la conducta desaparece.

  • LAS EMOCIONES DESPUÉS DE LA
    COMPETENCIA.

Las emociones postcompetitivas no son muy atendidas a
pesar del desarrollo científico, los estados que
experimentan los deportistas dependen de factores condicionantes
tales como: la relación entre el nivel de
aspiración y los resultados alcanzados y obedece al modo
en que el deportista asume los resultados de su
participación en la competencia y su actitud ante el
éxito o el fracaso.

Éxito: Las vivencias del éxito se
traducen en alegría, placer, satisfacción y
bienestar, por lo general acentúan la seguridad del
deportista. Son experimentadas con más o menos fuerza en
dependencia de cómo fue el transcurso competitivo a partir
de la calidad de los adversarios, el nivel de preparación
que realizaron y las características personales del
deportista. Por eso las vivencias de éxito pueden sentirse
inmediatamente al resultado o de forma retardada.

Fracaso: Las vivencias después de la
derrota se traducen en tristeza, amargura, agobio y
decepción, conducen generalmente a la desconfianza. Sin
embargo perder con el contrario no significa un fracaso, si el
contrario fue fuerte, estuvo mucho más preparado y lo
superó considerablemente por su preparación y
maestría, se puede perder "con honor", lo que se
experimenta como un éxito deportivo, con la emoción
de la satisfacción. Si la derrota se debió a su
equivocación reacciones de doble carácter: se
experimentan emociones de insatisfacción, ofensa,
despecho, necesidad de revancha.

Lo que se debe evitar tanto en el éxito como en
el fracaso es que aparezcan efectos o consecuencias
negativas:

  • Efectos o consecuencias negativas de la victoria
    (éxito): Sobrevaloración, arrogancia, valor
    excesivo, pérdida del interés por el
    entrenamiento.

  • Efectos o consecuencias negativas de la derrota
    (fracaso): Resignación, subvaloración,
    pesimismo, indecisión, apatía, conflictos en el
    equipo.

Intervenciones psicológicas:

A los atletas que se perturban, les es necesario la
aplicación de acciones psicológicas. Las emociones
postcompetitivas que tiene los síntomas de la
depresión, euforia y agresión, requiere del
entrenador una atmósfera de apoyo, de conversación
individual y grupal sobre la actuación.

BIBLIOGRAFÍA

  • 1. ACOSTA, María Elisa Sánchez.
    La preparación psicológica del deportista.
    Primera edición. 2001.

  • 2. COLECTIVOS DE AUTORES (1995).
    Psicología para educadores. Ciudad de la Habana.
    Editorial Pueblo y Educación.

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  • 4. CARBALLIDO, Dr. Luis Gustavo
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    visión científica del comportamiento ante el
    reto competitivo. Editorial Deportes. 2004.

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    competencia deportiva. Libro de texto, Instituto Superior de
    Cultura Física de La Habana. Editorial Planeta Moscu.
    1990.

  • 6. GARCIA, Dr. Francisco Ucha.
    Estados emocionales negativos: La aparición del
    disgusto. 1999.

 

 

Autor:

Yusef Harold Zubieta Laos

Licenciado en Cultura Física EIEFD
– CUBA

Investigador de la Empresa Deporte y salud
Contemporáneo S.R.L – DESACO

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