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Algunas transformaciones psiquicas en el hombre y en la mujer en la sexta década de la vida




Enviado por jose cukier



  1. El
    espacio para el nieto, ¿develamiento
    instintivo?
  2. Generacion intrapsiquica de un espacio para la
    muerte-
  3. El
    camino a la sabiduría
  4. El
    problema del envejecimiento
  5. Perspectiva temporal
  6. Causas
    preparadas filogenéticamente
  7. El
    envejecimiento desde la perspectiva
    tópica

En esta presentación me ocupare de
desarrolar por lo menos tres fantasías que se hacen
dominantes en el psiquismo tanto masculino como femenino n, en la
sexta década de la vida-

ESTAS SON: LA FANTASIA DEL NIETO-EL ESPACIO
PSIQUICO DE LA MUERTE Y LA PREOCUPACION POR EL
ENVEJECIMIENTO-

1-Generación intrapsíquica de un
espacio para el nieto-La observación clínica de
pacientes senescentes, demuestra con llamativa frecuencia, la
aparición de un espacio mental en el cual se desarrolla la
fantasía de tener un nieto que va cobrando fuerza hasta
convertirse en un deseo, a veces imperativo.

En ésta comunicación me propongo justificar
metapsicológicamente ésta posición y proponer
además el siguiente interrogante: dentro de los esquemas
congénitos adquiridos por vía filogenética,
Freud,(1918b), que conforman el núcleo del inconciente,
¿podríamos incluir un esquema hereditario referido a
una pulsión, deseo y relación del abuelo con el nieto?
Un esquema que puede encontrar su plasmación en la
exterioridad, pero aunque así no fuere, se genera
intrapsíquicamente y por proyección busca apoyatura en
un objeto contingente.

Aparece en la senesencia una lógica en la cual se
renuncia al narcisismo omnipotente, reconociendo necesidades y
limitaciones. Es lógica porque requiere de la anterior para
aparecer, respetando una secuencia evolutiva. En "Tres ensayos
sobre teoría sexual", (1905d,) Freud, refiriéndose al
desarrollo temporal dice que "[…] la secuencia en que son
activadas las diversas mociones pulsionales […] parece
filogenéticamente establecidas […]". Se instalan
vínculos y nuevas relaciones intergeneracionales. Es el
padre que se retira dando lugar a los jóvenes y les aporta
su experiencia, o el espacio intrapsíquico para dar cabida a
los nietos, complementándose las necesidades de la
lógica infantil con la lógica a la que retorna el
senescente.

En "Más allá del principio del placer",
(1920g,? Freud supone al cuerpo, constituído por
células que para sobrevivir y reproducirse, requieren unirse
con otras diferentes. De otra manera, muere por sus propios
residuos tóxicos; éstos a su vez, son tróficos
para los grupos diferentes. Las diferencias, crean tensiones
comandadas por Eros y que crean complejidades. En éstas,
circula energía, y la reproducción se mantiene, creando
ejemplares similares, a la orden de la pulsión de
conservación de la especie.

Todo esto, se opone a la inercia, comandada por Tanatos.
En los vínculos entre personas, tiene vigencia la necesidad
de neutralización recíproca de los excesos y de la
expulsión del resto fuera, la protección de las
fronteras comunitarias; la perpetuación de sus componentes;
el cuidado contra los intrusos. Todo ello, asegura la
cohesión libidinal, cohesión que sustenta el desarrollo
y las mayores complejidades. En fin, que siguiendo éste
modelo aparece en el abuelo la necesidad de dar y requiere
del nieto que necesita recibir, complementándose
ambas lógicas. -¿Es la creación del espacio
mental para el nieto, de naturaleza instintiva propia de la
especie?

En tanto conjunto de contenidos heredados, lo
inconsciente puede ser entendido como un saber, una
preparación para entender, en que el empuje pulsional
promueve un esfuerzo para que el aparato psíquico relacione
a las vivencias y sus residuos (las huellas mnémicas)
según ciertos conceptos, juicios y razonamientos.

Tal vez estos esquemas, este saber preexistente, pueda
equipararse con una Gestalt que deriva de las
lógicas con que opera el proceso anímico. Freud se
refirió a lo inconsciente como "una actividad mental
primitiva", y por ello como un modo de procesar, de reordenar y
distingue, pues, dos tipos de saber: el de la información de
origen instintivo, que predetermina desenlaces
psíquicos individuales, y otro, adquirido,
correspondiente a formas de pensamiento en que la herencia
podría ser cultural. Freud sostuvo que existe una
relación entre las vivencias individuales y las matrices
filogenéticas. Esta relación es de complementariedad.
El factor constitucional tiene que aguardar a que ciertas
viviencias lo pongan en vigor; el accidental necesita apuntalarse
en la constitución para volverse eficaz. En la mayoría
de los casos es posible imaginar una "serie complementaria",
según se la llama, en la cual las intensidades decrecientes
de un factor son compensadas por las crecientes del otro, pero no
hay fundamento alguno para negar la existencia de casos extremos
en los cabos de la serie.

Lo que tenemos aquí, dice Freud, no es sino una de
las tan a menudo mencionadas relaciones de complementariedad; en
verdad, es la más extraña de todas las que hemos
conocido.

Y entonces formulo mi interrogante ¿No
habrá también una determinación instintiva que
permanece latente y hace su aparición en la senescencia
activado por una moción temporal. Que puede o no encontrase
con la vivencia, con el nieto de la realidad exterior
?.
Freud, (1918b,) p.110, dice que el factor hereditario es
admisible, "[…] cuando el psicoanálisis, obedeciendo al
correc-to itinerario de instancias, cae sobre la pista de lo
heredado tras irrumpir por el estrato de lo adquirido
individualmente […]". ¿Podemos admitir como imperativos
categóricos, como impresiones de la cultura, el deseo
del nieto?, y en éste caso ¿ésta razón
adquirida no será la expresión de la pulsión de
autoconservación? Freud,(1918b), sostiene que el instinto
tiene su influencia sobre los componentes de la vida sexual. Pero
en todo caso el imperativo es el procesamiento del fragmento de
la conservación de la especie integrante de Eros.

Comenzando como espacio psíquico se manifiesta
luego con mayor vitalidad, (¿una pulsión?) y necesita
de un objeto en la realidad para satisfacerse. O bien puede
transmudarse en creatividad o sublimación, acorde a la
disposición de cada cual.

Surgen los nietos intelectuales, (políticos,
artísticos, científicos). Asi como al nacer aparece una
pulsión de dormir, Freud, (1904b), ¿con el comienzo de
la noción de finitud aparecería el deseo del nieto? O
quizá el estrechamiento pulsional adquiere otra cualidad y
la llamamos pulsión por el nieto, que denuncia a veces por
su caracter pasional, que las fuentes no están agotadas. Es
más, dice Freud, (1910c,) p. 124, que "[…] durante los
primeros años de cumplidos los cincuenta […] no es raro
que en el hombre la libido aventure todavía un enérgico
empuje […] estratos todavía más profundos de su
contenido anímico se vuelven otra vez activos […] en la
oscuridad de la vejez que se aproxima […] su intelecto (se
refiere a Leonardo), ya se había remontado hasta los
supremos logros de una cosmovisión que dejaba atrás a
su época […]". Esta cita es para sustentar la posibilidad
del advenimiento una nueva cosmovisión en la senesencia, que
incluye la necesidad religiosa, el sentimiento oceánico, y
la necesidad del nieto. Este se incluye en una
representación grupo más complejas y abarcativa, que
exige el desarrollo de ciertas funciones intrapsíquicas, que
se refieren a un operador que conduce al yo de un tipo de
configuración social más simple a otra más
elaborada. Este es el papel de los iniciadores. Más
bien podríamos inclinarnos a pensar que el proceso
psíquico generado por el instinto, se desarrolla de manera
independiente a la vivencia, y que el esfuerzo exige un
reordenamiento de los estratos mnémicos y con ello el
desarrollo de nuevas lógicas que serán conquistadas por
el yo, (1920g.)

El espacio para el nieto,
¿develamiento instintivo?

Con el desarrollo, cada estrato mnémico reordena a
los anteriores de un modo más complejo, en una teoría
basada en la contrucción, Los criterios lógicos que
imponen el reordenamiento pueden atribuirse en parte al instinto
y en parte a la construcción.

Es consecuencia de una elaboración de traumas
imbricada con las actividades derivadas del empuje
pulsional.

El vínculo con el nieto se presenta primero como
relación intrapsíquica del yo con las representaciones,
y sólo luego con personas del medio. En nuestro caso, puede
expresarse como la simpatía o la "adopción" de nietos
sustitutos, o el despla-zamiento en derivados como por ejemplo
los animales domésticos.

Se trata de representaciones preconscientes, que tienen
el valor de una transacción entre los deseos edípicos
revertidos, del narcisismo y de la conservación de la
especie. Luego, por proyección, busca plasmarse en el mundo.
Otros niños ajenos, pueden operar como una suerte de
"iniciadores". De la misma manera que nuestros años
infantiles, en que jugabamos con muñecos que sustituían
el deseo de tener niños, estos nietos iniciadores nos
encaminan hacia el nieto propio. El concepto de los inciadores
Freud lo mencionó fragmentariamente en varios trabajos,
(1905e, 1908e, 1910h, 1918a, 1928b.)

Este iniciador al nieto, ofrece una transacción
entre la necesi-dad y la frustración de la
realidad. Los remanentes de libido genital despertada, invisten
la representación del objeto, para luego
buscarlos en la exterioridad.

Generacion intrapsiquica de un
espacio para la
muerte

En su trabajo de la escisión del yo…", (1940e
[1938]), que fué terminado el 2 de Enero, y
preguntándose sobre el costo de la desmentida recurrió
a un dicho "[…] como se sabe solo la muerte es
gratis […]", p.275, referencia al territorio final de la vida
individual.

El 22 de Agosto de 1938, en "Conclusiones ideas y
problemas", (1941f [1938]) dice;"[…] Mística,
la oscura percepción de sí del reino que está
fuera del yo, del ello […]", p.302, El 16 de
Noviembre de 1938, escribió "Antisemitismo en Inglaterra",
(1938c), y cita un dicho en francés; "El ruido
es para el fatuo/la queja es para el tonto/el hombre
honesto engañado/se va sin decir palabra.", p. 303.
Referencia a las posibles alternativas de despedirse
de la vida; engreimiento, rezongo,honesto silencio.

Se inicia, en la tercera edad el contacto del yo con su
núcleo en el ello, el acceso al componente
letal, a la pulsión de muerte. De igual manera que en la
mística, se progresa en el encuentro con esa
nada. Freud afirma que en el origen, el yo aún no se halla
separado del ello, (1923b), y en ese momento el yo
solo tiene conciencia del ello.

El mundo de las percepciones aún no está
investido y no se han constituído las huellas
mnémicas.

Para que el yo, tenga conciencia del ello, necesita de
un contexto empático para que la magnitud
pulsional no resulte aniquilante para lo
anímico.

Se inicia una posición, en la cual en lugar de
privilegiarse lo del mundo, se exalta el enlace con
los procesos pulsionales, con el núcleo de lo
vital.

Los vínculos con el mundo se procesan según el
sentimiento oceánico, Freud, (1930a), parecida
a una fase temprana del sentimiento yoico, del restablecimiento
del narcisismo sin límite.

La unión con el ello es proyectada en el exterior.
Se genera una exterioridad temporo espacial Por
proyección, un espacio anímicamente habitable, nuevo,
pero que siempre estuvo, que va preparando el camino
hacia momento final de la vida. Al abrigo de un superyo
amparador, heredero de los primeros vínculos,
se va transformando el territorio ajeno en familiar. Este
camino se acerca asombrosamente a los
comienzos.

El camino a la
sabiduría

La capacidad para reconocer la finitud de la existencia,
y aceptando la pena que este descubrimiento produce,
es quizá, el logro psicológico más
grande.

Cuando se alcanza la certeza de la muerte, el
sentimiento oceánico inicial, que se experimenta
de manera pasiva y transitoria, se trasmuda en un
sentimiento cósmico, Kohut, (1969) Este es
perdurable, creativo y resultado de una actividad del yo.
Finalmente, y solo a veces, se atisba el camino a la
sabiduría. Esta implica la aceptación de
los límites de las capacidades físicas, intelectuales y
emocionales, en una síntesis. Una amalgama de
adquisiciones cognitivas, con el enriquecimiento que
acompaña a la renuncia de los ideales narcisistas,
apoyado en la firme convicción de un sistema de
ideales.

El problema del
envejecimiento

En primer lugar veamos el concepto de tercera edad desde
la perspectiva psico- dinámica,
sustentándolo en algunas de las teorías
psicoanalíticas como, la de la temporalidad, de
la evolución libidinal, del narcisismo, de la
constitución de la interioridad psíquica,
del principio placer-displacer y de las fuentes
pulsionales, entre otros.

Veamos una somera revisión del concepto
sustentándolo en algunas citas Freudianas.
Freud, (1905a), postulaba que las personas que se acercan a
la cincuentena, o la sobrepasan suelen carecer de la
plasticidad de los procesos anímicos, y por otra
parte también, porque el material que debería
reelaborarse, prolongaría indefinidamente el
tratamiento.

Alcanzar la tercera edad es una viscisitud libidinal en
cuanto a su producción, aumento y
disminución, distribución y desplazamiento, Freud,
(1895b, 1905d, 1921c). Con la edad la libido no
disminuye sino, al contrario aumenta, (1895b),
çp. 102. En éste artículo, Freud lo afirma
aldecir que en el varón "[…] en la época
de su potencia declinante y su libido creciente […]"; y
tambien en "Leonardo…" donde dice que "[…]
despues de cumplidos los cincuenta […] no es raro
que en el hombre la enérgico empuje […]", Freud,
(1910c), p. 124, (my italics).

Es una fatalidad del desarrollo temporal, Freud,
(1905d). Se vincula con el progresivo retiro de la
libido de los objetos de amor, Freud,
(1914c). En las "Conferencias…(1916-17),
dice que con el correr de los años -"influencia
crónica"-, se intensifica una falencia de lo que
actualmente llamamos sistema inmunitario. Defectos
en éste para destruir fragmentos tóxicos generados por
el propio organismo.

Es la adherencia libidinal a objetos perdidos,
inferencia lícita a partir de lo dicho en "La
transitoriedad", (1916a), p. 311; "[…] todavía somos
jóvenes y capaces de vida cuando se sustituyen
los objetos perdidos por otros nuevos, […]."

Es un agotamiento de la fuente pulsional. Freud,
(1923b), compara al Yo en su relación con el
Ello como al jinete que rije y refrena la fuerza de su
cabalgadura superior a la suya, y que,al igual que el
jinete, se ve obligado alguna vez a dejarse conducir
a donde su cabalgadura quiere. Es la liberación
y transporte del pasado a un presente esperando el porvenir,
Freud, (1937c).

Una acumulación de pérdidas con la edad y al
"[…] agotamiento de la capacidad receptiva – una
suerte de entropía psíquica- […]", Freud, (1937c),
p.244. Una etapa del desarrollo
(¿post-genital?), Gagey, J. (1992).

Un enriquecimiento de la personalidad con la
maduración como los quesos y los vinos), H.
Péquignot,(1981).

Es no disponer de viejos ante sí, solo de su
memoria; tener jóvenes que tienen proyectos de
los cuales no disponemos y cuya realización será
una incógnita para nosotros.

Perspectiva
temporal

Desde la perspectiva temporal, la tercera edad es el
lugar de integración del saber y la
constitución de la historia; el instante de síntesis
del pasado con un proyecto que va dejando de ser
tal, por obra de un pensamiento fundado en la
historia., pero generando nuevos acordes a la etapa vital.
El yo registra e intenta armonizar la idea de
lo probable con el sentimiento de posibilidad, incorpora
la vivencia, lo fortuito. Esto genera sorpresa con
relación al acontecimiento pasado.

A cada instante éste pasado sufre reorganizaciones
que dan por terminadas las ideas de verdad. La
reorganización consiguiente se manifiesta como una
revelación, un dato nuevo que asegura, o no, una
más acabada significación.

La toma de conciencia posterior exige una
reelaboración que conduce a una puesta al
día.

Así visto, en la tercera edad se constituye,
paradojalmente una actualización

progresiva e incierta.

El aparato psíquico se despliega y vive en el
espacio a través del ritmo temporal generado
por los encuentros. El paso del tiempo es marcado por las
pequeñas ausencias, separaciones, pérdidas
y duelos que dan vida a la interioridad.

El errar aprendiendo y aceptando el paso del tiempo;
ligando y vertebrando el transitar y la ausencia,
forma parte de la aventura de la vida.

La mudanza de la incertidumbre a la verdad y su inversa,
se constituyen sobre los ejes de la relación
placer /displacer, incertidumbre /verdad apoyados en el tiempo
que les va dando mate-rialización.

Recordemos la "Carta a Romain Rolland…Freud, (1936a);
"[…] Una se comportó como si […] se viera
obligada a creer en algo cuya realidad le parecía
incierta […] y ahora ya no le asom-

brará a usted que el recuerdo de la vivencia en la
Acrópolis me frecuentara desde que
ancia-no yo mismo […]", p. 214, 221,
(my italics).

Por la vía del recuerdo, el texto habla de la
relación de Freud con la duda. Esta se debe a la
incertidumbre que su realidad cultural le
posibilitaba. Luego, cuando viaja, a Grecia la
experiencia le permite verificar aquello que la cultura
enseña y asi reducir la eventualidad.

Lo que antes era proyecto, pensamiento, es legalizado
por el envejecimiento que le permite la
verificación a través de la experiencia.
Luego, viejo, ya no puede viajar y certificar lo que
la cultura enseña.

La perspectiva de su vinculación con las fuentes
pulsionales.

Otro de los caminos a trabajar en la metapsicología
del envejecimiento, se relaciona con las
transformaciones en el ello, que es el sustrato mismo de lo que
sucede en el psiquismo. El sujeto es regido por el
destino de su libido, y el envejecer afecta la aptitud
para usufructuar su traducción psíquica.
La modificación pulsional está ligada a cambios en
las fuentes, Freud, (1915c), unida a cambios
químicos, que junto con las tramitaciones
orgánicas y de vínculo con el medio van
dejando marcas. Hay dos tipos de cambio en las
fuentes pulsionales:

Causas preparadas
filogenéticamente

I.a. Causas de la especie. Freud, (1905d)
sostiene (refiriéndose a los factores
temporales) que "[…] la génesis de ésta
propiedad humana habría que buscarla en la
historia primordial de la especie […]", y agrega que "[…] La
secuencia en que son activadas las diversas mociones
pulsionales […] parece filogenéticamente
establecidas […] Ni siquiera podemos indicar la
procedencia de esas complicaciones temporales de los
procesos de desarrollo […]", p. 241. La pulsión
genital deja de tener hegemonía. Suele sufrir una
caída que no afecta la posibilidad de crear,
ésta se mantiene y aún puede ser convocada. Otras
pueden tomar importancia (por ejemplo la
ambición).

I.b. Factores hereditarios. En estos factores
tiene influencia la herencia familiar (no de la
especie). En cuanto a la herencia cultural, o "razón de la
humanidad", Freud, (1918b), queda el interrogante si
en ésta no participa la eficacia del instinto,
es decir de una predeterminación congénita.

II Causas vinculadas con el contexto.

Para éstas causas a citaremos una defensa
escasamente desarrollada por Freud.

Nos referimos a la defensa inmunitaria. Alude a la misma
en las "Conferencias….(1916- 17, conf.24), y dice
que "[…] por su propiedad de influir sobre todos los
sistemas de órgano y todas las funciones, las neurosis
actuales testimonian una inequívoca semejanza
con los estados patógenos generados por la
influencia crónica de materias
tóxicas extrañas y por el brusco retiro de ellas

[…]", p. 353, (my italics).

Con el correr de los años ("influencia y brusco
retiro"), se intensifica una falencia de lo que
actualmente llamamos sistema inmunitario. Defectos en
éste para destruir fragmentos tóxicos
generados por el propio organismo. Refiriéndose
a la enfermedad de Basedow, Freud señala que en
ésta, la acción es debida a materias
tóxicas, pero no a unas toxinas que se introducirían en
el cuerpo como agentes extraños, sino que son
engendrados por su propio metabolismo.

Freud sostiene que en la enfermedad de Basedow, a
diferencia de las neurosis actuales, hay exceso de
toxinas químicas no sexuales. Posiblemente éstas,
estarían ligadas a los trastornos inmunitarios
y de autoconservación.

En "Más allá del principio del placer",
(1920g), sostiene que tenemos que aceptar que todo
lo viviente, muere por fundamentos internos. Los productos del
propio metabolismo poseen éste efecto
conducente a la muerte y el organismo sucumbe por
muerte natural. Esta es producida por insuficiente alejamiento de
los poductos de su propio metabolismo.

En el artículo "Sobre psicoterapia", (1905a
[1904]), dice que las personas que se acercan a la
cincuentena, o la sobrepasan suelen carecer de la plasticidad de
los procesos anímicos. No están en
condiciones de "ser educados" y por otra parte
también, porque el material que debería
reelaborarse, prolongaría indefini-damente el
tratamiento. Este concepto es el que se conoce como
perelaboración, que implica un cambio de
significación, y no sólo movilización de
cargas. Pero éste concepto que podríamos
llamar de acumulación de material que confiere
poca plasticidad, como si se esclerosara, o de viscosidad
libidinal
, permite entender que es
envejecer Envejecer se vincula con la
acumulación de material en la línea de marcas
erógenas dificiles de procesar, particulramnete de
cicatrices originadas en heridas
narcisistas.

La viscosidad de la libido (1905d, p.221-2; 1915f,
p.259; 1916-17, p.310; 1918b, p.105;; 1937c, p.243;
1926d. p.149-50; 1930a, p.105.; 1940a, p.182;) designa un
carácter pegajoso, pastoso, adhesivo (Haftbarkeit),
con capacidad de fijación

(Fahhigkeit zu fixierung), inerte (Tragkeit). Freud,
(1920g), sostiene que la pérdida del amor y el
fracaso dejan como secuela una cicatriz narcisista, que es
el más poderoso aporte al frecuentemente
"sentimiento de inferioridad".

Las pulsiones de autoconservación, imponen el
camino de ir obedeciendo de una manera particular, a
la tendencia al retorno a lo inorgánico. El camino de
este retorno, es el camino de lo tóxico, por la
imperfecta eliminación de las sustancias
nocivas que se acentúa con el tiempo. De todas
maneras, éstas discusiones sobre los mecanismos
de envejecimiento, son los conceptos actualmente
disponibles pero no darían aún
"explicación" cierta sobre el envejecimiento.

El envejecimiento desde la
perspectiva tópica

La libido despliega un movimiento signado por la
creación de agregados de complejización
creciente que Thanatos desorganiza. Lo singular de una fase
del desarrollo no es solo la investidura de una
zona, sino también el despliegue de una
organización mental.

La estructuración del psiquismo tiene,
clásicamente, su colofón en la genitalidad.
Culminaría con la carga pulsional de la función
genital y la elección de objetos no
narcisistas.

Quiere la teoría clásica que más
allá de ésta organización pulsional no exista
otra que ofrezca apoyatura en un salto
progresivo. La vida psíquica se construye con
una progresiva apertura hacia los otros. Para

alteridad así descubierta, se continúa
más allá de la genitalidad con el
intercambio de palabras que van anudando relaciones
distintas
. Así como la estructuración
mental se apuntala en relación con el cuerpo y sus
funciones, las representaciones mentales creadas y
catectizadas en el curso de
la
mentalización, con capacidad de dar apoyatura y producir
efectos
específicos, es por lo menos
concebible.
Sustenta la posibilidad de una fase
más allá de la genital, ¿la
postgenital?, que deviene con el envejecimiento;
Paul-Laurent Assoun, (1983), p. 172. Se le
preguntó a Sófocles si la edad le permitía
aún disfrutar de los placeres del amor, y
Sófocles respondió, "[…] has de saber
que todos los días hallo nuevos encantos en la
conversación a medida que los placeres del
cuerpo disminuyen y me abandonan […]". (diálogos entre
Céfalo y Sócrates. Platón,
República l).

Sin embargo, ocasionalmente, de manera coincidente,
excluyente o alternativa, se produce con el paso del
tiempo una fragmentación de la erogeneidad global del
cuerpo. Algunas zonas se hacen más
erógenas que otras hasta adquirir una primacía
parcial por sobre el resto, por ejemplo la prevalencia oral
puede anular otras satisfacciones libidinales
posibles.

En la carta del 16 de Diciembre de 1917 a Fliess, Freud
que tenía 61 años y nueve meses, le dice;
"[…] de hecho no hay nada extraño en que un hombre de mi
edad note la inevitable decadencia gradual de mi
persona […] trabajo espléndidamente todo el
día […] y apenas puedo controlar mi apetito, pero ya no
gozo del sueño como solía […]", (my
italics). (Schur. op.cit. p.469). La caída progresiva de
la pulsión genital que reagrupaba las pulsiones
parciales, determina que éstas recobren su
autonomía apuntaladas por la pulsión de
autoconservación y una parte del narcisismo.
Presenciamos una verdadera desunión de las pulsiones y por
tal motivo es que la exitación somática
-no sexual- es pasible de hipertrofiarse, Freud,
(1895b, 1910c). El psiquismo luego de cierto umbral va a
encontrarse desbordado y en estado de insuficiencia
relativa. En la mujer cerca de la menopausia, Freud,
(1937c) el "[…] domeñamiento de la pulsiones […] fracasa
y se llega a refuerzos pulsionales en virtud de
influjos colaterales recíprocos de las
pulsiones. El resultado es que se evidencia "[…] el poder
incontrastable del factor cuantitativo […]", p.
229. En el "Esquema…, Freud, (1940a), sostiene que
"[…] este proceso no siempre se consuma de manera
impecable […] han preexistido

fijaciones de la libido a estados de fases más
tempranas, cuya aspiración independiente de la
meta sexual normal, es designada perversión […]",
p. 153. Estamos en el capítulo de las
perversiones seniles.

La tarea de la libido es volver inocua la pulsión
destructora y la desempeña desviándola
hacia afuera, "[…]. Recibe entonces el nombre de pulsión
de destrucción, pulsión de apoderamiento,
voluntad de poder […]", reud, (1924c), p. 169.
Ninguna otra técnica de conducción de la vida liga al
individuo tanto a la realidad como la insistencia en
el trabajo, Freud, (1911c, 1930a).

Cuando el contexto social va impidiendo la
tramitación de la violencia mediante la
inserción laboral, y éste no deviene de una forma
genuina de tramitación pulsional, la
imposibilidad de ligar la pulsión deviene en
degradación y retorno al sadomasoquismo
intrasomático.

Este es un determinante capital en el envejecimiento.
"[…] Si se me consiente alguna imprecisión,
puede decirse que la pulsión de muerte actuante en el
interior del organismo -el sadismo primordial- es
idéntica al masoquismo […]", Freud, (1924c),
p. 170. Cuando el sadomasoquismo es intracorporal surgen
los diferentes caminos del enfermar originados en la
menor ligadura posible de la pulsión de muerte.
La mayor o menor capacidad para el procesamiento de la
pulsión, se vincula con los distintos elementos que
participan en el envejecer personal (filogenia,
familia, herencia y factores individuales). Dentro de los
últimos interesa la forma de tramitar los
traumas, Freud, (1892), "[…] Los traumas
psíquicos […] desempeñan un gran papel en el
desarrollo de la afección […]", p. 174.

Thanatos, como fuerza que se suma a Eros se va
diferenciando. La agresividad, diferente de la
destructividad porque incluye la idea de cercanía y
comunicación, da paso a la destructividad, que
es antisocial y no presta fuerza. La incipiente
defusión que se va instalando acaba por hacerse completa,
pulsiones de vida y muerte se separan.

El fin se preanuncia con una suerte de "agonía
libidinal", M. Dacher y M. Weinstein, (1979).
Ciertamente que la observación corriente de la
economía psíquica subraya una
retracción libidinal de los objetos, con pérdida
de interés por el mundo y movilización
sobre el Yo y el cuerpo. Pero cabría plantearse si tal
agotamiento no es solo aparente. Es decir, no es que
se trata de una cantidad estática que nos es
dada, sino un producto renovable en los redes de
intercambios (apegos) que plantea la vida. La
posibilidad de intercambios tiene una vulnerabilidad
depen-diente de las series complementarias de cada
quién y de las servidumbres del yo. Es tentador
y explicativo sustentar que el debilitamiento psíquico sigue
el camino de lo somático. Pierde la capacidad
de sistema abierto y reduce sus intercambios, se
cierra y se destruye en un autoconsumo de recursos internos;
a partir de éste momento necesariamente
agotables, Freud, (1916-17, 1920g).

Pero si pensamos que somos escencialmente deseantes y
anhelantes, Freud, (1910c), la reducción de los
intercambios no es de orden económico sino de
sentido .

Entonces la decadencia de los intercambios en el
envejecimiento no es una necesidad; en todo caso la
estructura subyacente va a regir la forma del
esquema de intercambio con los objetos. La
única necesidad es la de la muerte. En
definitiva
, el envejecimiento es el trayecto en el que se da
la mutación de las identificaciones. En el que
se fusionan la leyenda, la ilusión, la magia y la
lógica con hitos de olvidos y recuerdos. Camino
que con el tiempo lleva de la duda, la angustia y lo
inesperado a la certeza y la prudencia. Camino en el que se
va diluyendo el emprendimiento pero no el desear.
Camino de duelo por los objetos y el cuerpo, por el
narcisismo envuelto de su omnipotencia infantil. Del
duelo que esperamos que otros hagan cuando la muerte venga a
clausurar el destino. Es una prueba irrefutable de
realidad para todo sujeto. Es un trabajo que se
realiza sobre un objeto, ni interno ni externo, entre lo
subjetivo y lo social, ¿transicional?
(próximo a él pero sin movilidad, maleabilidad, ni
capacidad de desaparecer del psiquismo sin
huella).

Carga libidinal que se elabora, perelabora y progresa, y
a medida que se acerca al término ese objeto
del envejecer se reduce y se arruga. Luego de soportar la
vida. Devenir de itinerario azaroso con presencias y
ausencias, entre el narcisismo y la alteridad, el
placer y el dolor, el mundo de la vigilia y el mundo del dormir y
el soñar.

Epopeya dolorosa y fascinante.

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 Autor:

DR. JOSE CUKIER

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