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La Barbarie Doctrinal de Gobierno




Enviado por Alberto JIMÉNEZ URE



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7

Monografía destacada

  1. Pórtico
  2. Desfloración
  3. Pensamiento
    Único, Conducta Hegemónica, Humillación
    sin Protesta
  4. Fenomenología de la
    Libertad
  5. Apologetas del
    autoritarismo
  6. ¿Qué
    es el Totalitarismo?
  7. El Terrorismo, su
    especificidad
  8. ¿Puede ser
    legítima la violencia?
  9. La mendicidad
    institucionalizada en regímenes
    totalitarios
  10. Nuestros Humanos e
    Inmutables Derechos
  11. Segunda, tercera,
    cuarta […] Naturaleza Humana
  12. Agenda del
    Despotismo
  13. El Poder y sus
    perversiones
  14. El
    «Racismo», «Segregación» y
    «Genocidio» post modernos
  15. «Fábrica de
    Pobres»
  16. La
    distorsión conceptual del vocablo
    «Burguesía»
  17. La sempiterna y
    manipulada plebe
  18. La Arbitrariedad
    de Comandancia
  19. «Dignidad» de
    «Patriarca» y «Patraña» de
    Corrupto Ultimomundano
  20. La provecta y
    fatídica
    «alienación»
  21. ¿Quién es un
    «esclarecido»?
  22. El
    psicogénico «Hombre
    Nuevo»
  23. La «Carta
    Magna» de la Inhumanidad
  24. ¿La tropa
    es pacífica pero está armada para
    intimidar?
  25. Los
    «tiranocacas» al mando no conforman un
    «Estado Bueno» ni su
    antítesis
  26. «Derechos
    Humanos» son el «Magma» de la
    Humanidad
  27. El codiciado
    (billeverde) «prócerimpreso
    imperial»
  28. La
    «Soberanía» no tiene
    residencia
  29. Elige, luego
    tendrás peligrosos enemigos al
    mando
  30. Alteración
    de los sentidos mediante el
    «Situado»
  31. Institucionalidad
    Universitaria sin «majadería
    revolucionaria»
  32. Compendio
    Latinoamericano de Iniquidades
  33. Cuando la
    «Razón Inmutable» oficia en las
    postrimerías de la existencia
  34. ¿Es el
    «Estado» de la
    «Nación»?
  35. Una «Carta
    Democrática» para su premeditada
    violación
  36. El portentoso y
    premonitorio «pensamiento
    rangeliano»
  37. Imaginemos un
    mundo sin «ira» ni «armas
    letales»
  38. Notificación de «Fallecimiento del
    Mundo»
  39. El «Ser
    Reaccionario»
  40. Confeso de
    escribir sin «sacramentos»
  41. Los de tez menos
    oscura en la mira de la «Inquisición
    Revolucionaria»
  42. La
    «muerte» es el único legado de los
    «magnates»
  43. La aversión
    ciudadana hacia toda forma de exarca o
    férula
  44. El sector suicida
    y falaciego del Vulgo
  45. La
    «Violencia» es instrumento de la Contracultura
    Humanística
  46. El
    «califato» de gobernantes
    espurios
  47. El Síndrome
    de «Inmuno Resistencia Intelectual
    Asumida»
  48. El
    «mandante», su «mandato» y el
    «mandatario»
  49. El perverso culto
    a la «criminalidad» y la sanción moral a
    la víctima
  50. En el
    «Estado Social» la Justicia
    declina
  51. «Dignidad» de «Jeque»,
    «Monarca» o Reptilsaurio
  52. Proyecto de
    «Ley Universal para la Educación Superior»
    (PLUPES)
  53. «Cometer
    Literatura»
  54. El
    Despotismo
  55. ¿Es la
    Propiedad un robo?
  56. Proyecto de
    «Carta Magna» para el Mundo
    (PCMPM)
  57. El espurio
    nacimiento de la (¿«universalidad»?)
    Universidad que ya «supura»
  58. Los
    «Inaptos» y los (¿pranes?)
    «pravos»
  59. Espejismos de
    «triunfos» y
    «derrotas»
  60. El
    «falo», «la basura» y los
    «recursos fiscales» como armas
    políticas
  61. Miseria de la
    «Justicia Mercenaria»
  62. La extorsiva y
    transnacional «diplomafia
    ultimomundana»
  63. El
    «secesionismo» para retomar la
    «soberanía»
  64. La
    «institucionalización» de las
    «Masacres de
    Penitenciarías»
  65. La
    «desacatada constitucionalidad» en
    Ultimomundano
  66. La infortunada
    inmutabilidad del «contexto
    internacional»
  67. El
    «Cáliz Sagrado» del Priorato
    Despótico
  68. El drama de la
    Historia y los «historiadores»
  69. Tedeum para
    «canallas difuntos»
  70. Sociedad del
    Crimen con Petrodólares Organizada
    (SCPO)
  71. La Libertad
    jamás será
    «inhumada»
  72. ¿Es innata
    la ovación ultimomundana a los «actos
    vandálicos»?
  73. Comunitarismo
  74. Imprecar a la
    intelectualidad proclive al «Poder
    Hegemónico»
  75. La nada
    «difusa» y «corrupta»
    Oligarquía Revolucionaria
  76. ¿Por
    qué es «fascista» la «Siniestra del
    Siglo XXI»?
  77. La
    «férula» de «letales» y
    «enemigos de la Inteligencia»
  78. La tragedia
    revolución [«arca»] aria de esputar sobre
    las «leyes»
  79. El
    «ADN» de la «traición,
    corrupción y abuso de
    autoridad»
  80. El ridículo
    culto a pre-fabricados y «supremos
    comandantes»
  81. Sobre la
    «Institucionalidad Reaccionaria, Vandálica y
    Pendenciera»
  82. Ciudadanos en
    « [k]armas» para la defensa de
    «sátrapas»
  83. El «Discurso
    sin Lógica y Hostil
    Contra-universitario»
  84. Entre
    «comandantes en jefe» y prefabricados
    «líderes supremos» o
    «históricos», elijo a Simón
    Bolívar
  85. Contra la
    aplicación del terror y el crimen de funcionariado de
    gobierno
  86. La
    legitimación nacional e internacional de criminales al
    mando
  87. Vivimos amenazados
    por parias que jamás patriotas al
    mando
  88. A favor del cierre
    de la Organización de Estados Cómplices
    (OEC)
  89. Supremacía
    del Dólar Doctrinalmente Investido de
    «Socialista»
  90. El Dictador de
    Ultimomundano
  91. Convidados para
    ser imputados por la dictadura
  92. El abominable
    «Derecho al Ultraje de
    Funcionariado»
  93. El Factor
    «Juris Pendencia» santificado por ex
    constituyentes que conspiran para cometer con Juezas y
    Jueces
  94. Revolución:
    su «etimología», «tretas de
    juego» y «caradura del
    prontuariado»
  95. Organigrama de la
    Dictadura de Bufonariado
  96. La
    «Metodología del Montaje, Siembra y
    Simulación de Hechos
    Punibles»
  97. Solicito al TSJ
    «Orden de Captura y Enjuiciamiento» al
    Bufo[Funcio]nariado] Mayor
    Cívico-Militar
  98. El «Efecto
    Tyrannumcacare»
  99. La «libre
    determinación de gobernantes
    bárbaros»
  100. Notas

«Pese a que millones de seres Inclinan la
cerviz frente al
Tirano, en fatuo intento por preservar
sus vidas y mendrugos que el maledicente reparte, la

Libertad siempre irgue e ilumina»

«Es un barco ebrio que, hacia ningún
puerto, navega: pero, se dice que, no obstante nuestra ausencia,
el mundo permanecerá. Sostengo que nada es fuera de la
existencia inteligible»

«A la Revolución toda forma de
iniquidad es idéntica
»

«Esa infamia que jamás emancipa y no
cesa
»

«Cuando al Crimen maquillan como
Acto Emancipador, en palco no tiene por qué mantenerse
el
Juicio»

«A ninguna persona civil sorprenda cuando los
congregados en la
ignorancia de este impenitente mundo
incriminen a los intelectuales y absuelvan a sus enemigos
naturales, esos que rinden culto a la
Violencia Doctrinaria
e irrespetan los Fundamentales e Inmutables Derechos de
Humanos difuminándolos en efemérides y paradas
castrenses»

«No se requiere que alguien sea sesudo para
que distancie de las cortes a los
escritores, poetas,
artistas y comunicadores sociales en general
mientras invalide a magistrados que -en concierto-
delinquen
»

«No tenemos magistrados en los tribunales,
sino a
pravus en despachos judiciales que agavillados
ejercen el
Terrorismo»

«Cuando se platica con intenciones de abolir
la
discordia, se espera que quien ejerce abusiva y con
perversidad el mando enmiende sus actos y se aparte de la

Doctrina Criminal de Gobierno. Es una exigencia irrestricta
que la autoridad ilegitimada a causa de sus abusos y por haber
infligido inconmensurable daño a una nación se
aparte de la violencia
capitulándola»

(Alberto JIMÉNEZ URE/ Mérida,
Venezuela, Mayo 20 de 2014)

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Pórtico

«Providentia idem esse
philosophus»/«Nihil in Mater
(Humanitas) Conscientia protervus
est
»/«Ille intellectualis pugna non
mortis similis»
(AJU)

(Década de los Años 70/S.XX).- Me
residenciaba en Mérida e iniciaba labores en la
Universidad de Los Andes cuando, de súbito, tuve
que resistir las arremetidas de numerosos intelectuales y
profesores que elevaban ante las autoridades universitarias sus
«exigencias de materializar mi destitución»
(algo que jamás satisfarían por tratarse de
peticiones ilícitas y violatorias de mis Derechos
Civiles y Políticos).
Les enfurecía que yo, en
textos editorialistas publicados en los diarios El Nacional,
El Universal
y otros del país, enfrentara
regímenes («socialistas») comunistas
que ya habían hecho demasiado daño en el
Mundo: mediante la perversión del concepto de
Justicia, el desacato de nuestros Inalienables y
Humanos Derechos,
escupitajos a las constituciones y leyes
de los países donde se instauraron. Dictadura en curso, la
casi totalidad de aquellos docentes me ha expresado «que
tuve la razón». Pero, ya es tarde porque la
aberración de las conductas políticas
materializadas en regímenes («socialistas»)
despóticos ha peligrosamente corroído las
estructuras e institucionalidad que mantenían en pie
nuestra república. Aparte de alienar los sentidos de
millones de seres, a los cuales se les ha «intelectualmente
castrado» para que acepten las infamias y crímenes
de quienes gobiernan. Hace cuarenta años estuve solo,
empero no me rendí. Hoy tampoco lo hago y (mientras viva)
jamás inclinaré mi cerviz ante forajidos. Nunca
seré derrotado por nadie, ni necesitaré
«poder político» para ejercer mi
libertad.

Ulterior al nefasto «indulto» conferido por
un (ahora muerto Presidente) a un grupo de militares
golpistas (cuyo líder también está
en «situación de difunto»), el 20 de Abril de
1994 publiqué unas declaraciones mías (en el diario
Correo de Los Andes) mediante las cuales vaticiné
que los venezolanos «pagaríamos caro» ese
insólito e inmerecido perdón, que condenaría
a Venezuela a sufrir una tragedia que lenta y dolorosamente llega
a su fin. Por esa causa, tuve que experimentar innumerables
amenazas de toda índole: una de las cuales incluía
que colocarían una «bomba» en el
«Edificio Central del Rectorado» de la
Universidad de Los Andes si yo proseguía en
funciones laborales en la «Oficina de Prensa
Institucional». En otras mencionaban a mis hijas
diciéndome que las secuestrarían y violarían
si yo insistía en publicar cuestionamientos a
regímenes tiránicos que ellos defendían y
calificaban (todavía lo hacen) como
«revolucionarios».

No temí por mi vida, sino por la de mis hijas y
les exhorté que me asesinaran cuando no estuviese con
ninguna de ellas (en esa época eran unas infantes). Para
tal fin, les informé en artículos de prensa
cuál era mi rutina diaria para que «me dieran
caza» cuando no estuviesen mis amadas niñas conmigo.
Por todo lo expuesto, no soy el único que ilegitima el
«ejercicio del mando» por parte de esa
«transnacional casta de sediciosos y corrompidos
sujetos» que instauraría el Crimen
Político Organizado
en Latinoamérica
para desgracia de la Humanidad

(AJU/Mérida, Venezuela, mediodía
del 14 de Abril de 2013)

(I)

Desfloración

«Nada es más inmanente a la
Filosofía que la Escritura, porque
sólo mediante su praxis trasciende al
Ser: dando
forma a la
Razón Inmutable»

Si los propulsores del inefable «Comunismo»
[o «Socialismo», de cualesquiera de los
siglos
] y también de la hipócrita
«Democracia» se instruyeran, o se informaran antes de
emprender «adoctrinamientos» que violan los
Derechos Humanos, desistirían de maquillar los
elementos básicos de la Filosofía del
Despotismo
: ideas que se han mantenido inmutables durante
más de dos mil años, para brutalmente
desflorar la Buena Voluntad del Ser
Humano
y derramarla en pocilgas.

Platón [filósofo griego nacido en Atenas,
428-347 o 348 a. de. C.], el más celebrado de los
discípulos del famoso Sócrates, sostenía en
su tiempo «que todo gobierno debe fundamentarse en la
convicción y no en la fuerza». Estuvo persuadido de
cuanto transcribo: «En todo Estado Libre la ley es
soberana y no el gobernante».
Lo admito: entre sus
provectísimas ideas de Magister Inexorabilis, una
de sus tesis me persuade de la inmortalidad de la
Filosofía: «La riqueza es una perniciosa
influencia para todo gobierno»

La evidencia impulsa mi dictado: -En la actualidad, la
lucha por la perpetuación de los individuos en el
Poder del Mando Político no es cosa diferente al
público sonido del [lavado] procerimpreso
imperial dominante. Sustancia y razón de ser de todo
cuanto implica lucha política por la instauración
de gobiernos, a los cuales no importa cómo se les defina:
«comunistas» «socialistas» o
«democráticos» [incluyo sus neo o
post, decadentes o ultramodernos].
Ningún gobierno puede mantenerse sin la provisión
de riquezas que, al ser obtenidas, sólo postergan
infaustamente su extinción.

La Historia Antigua y la ulterior a la Era
Cristiana
lo registran sin aspavientos: la riqueza en manos
mujeres u hombres al mando ha sido perniciosa. Si alguien me
refutase y dijera que hubo [hay] excepciones, en descargo de mi
aparencial «culpabilidad», le diría
tozudamente: «Nadie que no sea infectoambicioso
lucha por el Poder del Mando
Político
»

Y esa lucha está plagada de abominaciones: es
[será] cruenta, «armada» y
traicionera. Aun aquella oculta bajo el ropaje del
«sufragio [caricaturescamente, in facie
ecclesia,
sentencio] universal y secreto».
Durante la Era de los Sistemas Computarizados, de La
Multimedia, Satelitales, Inalámbricos
y de
investigaciones en el Campo Científico de la
Física Cuántica
que experimentamos, nada
permanece oculto más de un segundo luego de su
advenimiento a la mente y posterior
transmisión.

Gracias a los avances científicos y
tecnológicos, el Ser «Humano» ha
cambiado su entorno físico: ello es irrefutable, pero su
propensión a delinquir permanecerá
férrea.

Los monarcas de la Antigüedad se
desplazaban de un lugar a otro mediante vehículos movidos
por esclavos o caballos. Hoy lo hacen en máquinas de
rodamiento
terrestre, velocísimas aeronaves,
submarinos
o buques portaviones y […]

Se comunica instantánea y eficientemente tras el
empleo de ingeniosos aparatos. Pero, quiere merecer el Poder
del Mando Político
para enriquecerse o aumentar su
fortuna, para la consecución [mediante fraudulentos
edictos] de «impunidad», «inmunidad» y
reputación frente a la mayoría de quienes conforman
las sociedades organizadas. Su anhelo de mando no cambia, ni su
convicción criminal para usurparlo de la forma más
diligente con torcidos propósitos de disfrute personal o
tribal.

(II)

Pensamiento
Único,
Conducta Hegemónica, Humillación sin
Protesta

«Cuando alguien te ruegue le permitas
administrar los recursos que son de nacionales como tú, es
decir, de la
Nación, indaga primero en qué
consiste el método que secretamente ha urdido para
exterminarte»

He aquí nosotros, mujeres y hombres
«sabios» frente a otras especies de animales:
portentosos en la estupidez, la sumisión y el acatamiento
ciego de ideas u órdenes sin pasarlas por el
«antivirus» de la Razón Inmutable.
Alguien escudado en ajenas armas letales [son,
antropomórficamente, de Estado] o la
«santificación» de un Vulgo
incorregible e iletrado, ese cuyos días tendrán su
fin como lo harán los míos, pretende alienar mi
Conciencia tras el empleo de una propaganda
intimidatoria o cuando exhibe sus más avanzados –en
letalidad- «juguetes de guerra» que serían
empleados sin capitulación ni piedad contra los indefensos
que rehusemos ser vejados.

Nosotros, los auténticos hombres y
mujeres nuevos [entendimos que nuestros antepasados
abultaron la Historia Mundial de Atrocidades],
sólo tendríamos en nuestra defensa el
Intelecto y la Voluntad de Resistencia
Pacífica
cada vez que las armas letales
irrumpan.

Discusiones viejas, ya milenarias, discordias igual
enmohecidas de irracionalidad. «Pensamiento
Único», «Conducta Hegemónica»,
«Humillación sin Protesta»: -Acaso,
¿convocan, lícitamente, a la Mujer u
Hombre «nuevos» esos escabrosos conceptos?
Similar a un anticuado pagaré, «sin protesto»
indago e invoco a las inteligencias superiores: ¿debemos
aceptar que se violen nuestros Universales e Inalienables
Derechos Humanos
?

Ni una exterminadora hecatombe convertiría en
«único» a un hipotético y
equis [distante] Hombre porque, sin interlocutores, sin
prójimo, jamás sería tal circunstancia. No
trascendería. No existiría más allá
de su [lastimosa] agónica presencia. La complejidad de los
cerebros atenta contra el concepto de lo
«único» o «idéntico». Ello
aun cuando esa Inteligencia pudiese impulsarnos, esta
vez a todos, hacia la consecución e instauración de
una sólida Justicia Social. Que tendría
sentido si elevase las condiciones de vida de los moradores del
mundo, a partir de la admisión de lo que es la verdadera
Justicia Natural y no la que infiere el filósofo
Calicles aludido por el gran Platón: «-Que la
Justicia Natural es el derecho del más fuerte y la
Justicia Legal la barrera establecida por la multitud de los
débiles para salvarse»

Ni el más «fuerte», más
«inteligente», quien tiene la piel
«mestiza», ni el «trigueño»,
tampoco el que procede de una casta económica y
políticamente poderosa o la persona de tez blanca o negra
«pura»: nada precede o procede a la Justicia
Natural
que no sea el ejercicio de la Razón
Inmutable
. Que sea la psique la que discierna, jamás
el color de los plumajes de los individuos: su cultura,
costumbres o [manteo] ropaje religioso. Si los
padecimientos, necesidades, el Amor, la alegría y
la Muerte siempre uniforman a todos los individuos
separados por trincheras, ¿qué tan utópico
puede ser propugnar el imperio de la Justicia Natural
entre los seres «racionales»?

La disidencia es la rebelión develadora del
adusto sitiado, que forzosamente obstruye la acción
onanista del tirano. Que lo es, un hombre propenso a
masturbarse, porque si le rinden culto a su personalidad
sólo se debe a que constantemente intimida Al
[la] Otro [a], Su Gobernado [a], El
[La] Temeroso [a] e Indefenso [a]. Sabe que
nadie satisfaría sus deseos si no asomase su pertrecho
bélico. Es el déspota, mediante sus
adhesos con formación filosófica, quien propaga,
sin circunloquios, el «Pensamiento Único»,
«Conducta Hegemónica»,
«Humillación sin Protesta» de los ciudadanos
que padecen su mando.

(III)

Fenomenología de la
Libertad

«Cuando vi y escuché a ciertos
individuos de dudosa reputación decir que se habían
dado el propósito de luchar por nuestra
Libertad,
yo me sentí ofendido: porque nadie tendrá,
legítimamente,
la potestad de quitar o recuperar
algo que es inconfiscable a los individuos en tanto
que humanos
»

Reflexionaré respecto a la
Fenomenología de la Libertad, sin prescindir de
la advertencia que enuncio: los métodos empleados por los
«ideólogos» [y «teólogos»
también] del Despotismo responden a una lesiva
intencionalidad, que jamás a trascendentalismos rebuscados
de profetas. Nada que de la Razón proceda es
empírico: si intuitivo y sólo las
experiencias [adversidades, hechos, obstáculos] pueden
precipitarnos deducciones lógicas. La Libertad no
tiene distintas percepciones, es, llanamente, un concepto
puro. No somos libres «en tanto que
[suspensivos]».

Seremos realmente libres cuando nadie [mortal o
«metafísico»] imponga restricciones a nuestros
pensamientos, ideas, invenciones, deseos, afectos,
propósitos, anhelos, necesidades, creencias, metas,
comuniones y tránsito. Ni aun a nuestras
«acciones», que, ciertamente, pudieran generar
perjuicios. Por ello [las «acciones»] requieren de
límites, reglamentos o interdictos siempre que socaven la
Libertad de los demás. Se trata de una Ley
Lógica Pura
que no admite el desacato o indolencia en
el campus del Entendimiento Humano.

El Poder del Mando no es el
«tributo» espontáneo o forzoso que algunos
hombres deciden pagarle a uno o más ciudadanos, sino una
atribución administrativa de corte concesional.
Se confiere. Se le otorga al más apto en las comunidades
organizadas, sin carácter metafísico. El o los
gobernantes no son más que parte del funcionariado
necesario, figura de elemental organigrama en cualesquiera
institución [familiar, política, cultural, comunal,
empresarial privada o pública, judicial,
educativa].

Se le confiere el Poder del Mando a determinada
persona para que administre los recursos y la Justicia
eternamente ajenos, para que sea Ductor. Para impartir,
invertir y construir en beneficio de la colectividad. El
Poder del Mando no es «arancelario» ni
«sucesional».

Causa de querella y crimen es la presunción
según la cual quien gobierna
despóticamente lo hace porque, tras una
providencial «metamorfosis», se ha convertido en el
Estado. En un concepto impoluto e
ininterpelable.

No son los ciudadanos organizados ni sus instituciones
políticas [de las que conforman necesaria
membresía] los que le confieren la responsabilidad de un
mando de canallesco estilo al sorpresivamente devenido en tirano.
Ya el individuo no es un accesorio, como lo fue el esclavo
durante el Reinado de la Infamia en el mundo, sino
figura patronal de la Civilización con funciones
de gendarme y administrador de la Riqueza Pública
y leyes para la Convivencia Pacífica,
Prosperidad y Justicia.

La Libertad es una
Fenomenología. No tiene que bogarse, sino hacerse
respetar. No se pondera en tribunales, se ejerce. Es
[inmanencia, savia] cualidad de seres pensantes, un
Atributo Lógico, Necesario y Puro que,
después de [profusa] tanta diseminación de
muertes a causa de las guerras, se le dio, en convenciones
mundiales, el estatus de Derecho Humano Inalienable. No
es libre quien no quiere serlo, como no contrae matrimonio aquel
reacio a firmar una tregua con la Mujer u
Hombre que lo hostiga cada noche en una alcoba. La
indiferencia ante la Libertad no exime a los individuos
de su arrogación. Nuestra Libertad nunca
será abolida, empero pudiera quedar [absorta] suspendida
tras el sonido de los pertrechos de la logística militar y
las danzas marciales, tras el secuestro de las Armas Ajenas
para la Seguridad y Defensa del Ciudadano y la
Nación
.

(IV)

Apologetas del
autoritarismo

«No conozco un muerto al cual no se
le llame
muerto, ni un imbécil que lo
exhume y no lo haga para suplirlo en su sepultura mientras los
herejes lo idolatran
»

Inquiere mi lector si realmente existen intelectuales
que sean apologistas del Autoritarismo. Fue,
también, para mi, alguna vez, una indagatoria dolorosa. Es
cierto: pululan, diría [Yo]. Y no se trata de
pose de irreverencia ridícula, al pésimo estilo de
la iconoclasia de claustrofalaz. Se han propagado en el
mundo, sin pudicia, sin demarcar su formación
filosófica, histórica o literaria, por ejemplo,
separándose de los criminales lesivos a la
Humanidad
o quienes acometen lo que conocemos como
«Crímenes de Estado» [que no del
Estado, advierto contra la pandemia
antropomórfica que nos vuelve impíos frente al
Concilio de la Sabiduría]. Son arrogantes y
confesos bajo palangre. Pareciera que se instruyeran en pro del
disfrute del delito mientras les remuneran sus aseveraciones de
prevaricato, y hasta piden prestado a la
Filosofía el maravilloso cinismo o
Mayéutica para expresar su defensa del
Despotismo.

El tirano necesita de los intelectuales, algunos,
aclaro, para bien pagarles que lo adulen y muestren, similar al
«Mesías», que sin bienes de fortuna
logró nada ficticias adhesiones que han perdurado por
más de dos milenios. Pero, finalmente, no los respeta,
como tampoco al Pueblo que tiene un tácito pacto
con él para postergar el inevitable advenimiento de la
«Retaliación»: la «Venganza», para
mostrarme más exacto. Cristo [Jesús,
Él] mereció el apodo de El
Mesías,
porque sí fue [lícito]
regio su enfrentamiento con los monarcas y su hermosa
predicación plagada de mensajes espiritualistas y elevados
sentimientos.

Que todo dispendio y asesinato se justifica, afirman
esos celestinos, en post de la urgencia de exportar la
«Cenicienta Revolución» para que todos los
[las] miserables de los confines del planeta experimenten euforia
sintiéndose hombres y mujeres nuevos frente a las
envidiables, [des]arrolladas e imperiales naciones: siempre
preteridas, inexcusables.

Los pobres alcanzarían la «Mayor Suma de
Felicidad Imaginable» cuando sus conciencias se sacudan su
Yo Paupérrimo, su simulacro de
«dignidad» implícita en su renuncia
«revolucionaria» a los placeres y el confort que el
procerimpreso –preciso admitirlo, imperial- compra
a los jefaturales de su adoctrinamiento.

Hace tiempo que Jean Paul Sartre [1905-1980],
sabiamente, escribiría lo siguiente sobre lo que
llamó Plano Irreflexivo: «Lo mismo que puedo
pensar una silla en ausencia de toda silla y por un simple
concepto, lo mismo puedo pensar al Yo en su ausencia

[…] El Yo, al caer del Plano Reflexivo al Irreflexivo,
no se vacía simplemente. Se degrada: pierde su
intimidad»
[Leer La Trascendencia del Ego,
Ediciones Calden. Argentina, 1968, p.p. 64-65]

El borrego de la Revolución [fervorosa y
alevosamente] Armada, tarifado o no, intelectual o
billebastardo, sufraga y legitima con su voto o su
adecuación al [crimen] Despotismo de formato
Luisquintiniano [indaguen: entre 986-987 gobernó
y El Estado fue Él], el capitán
supremo de la violación incesante de los Universales
Derechos Humanos
y Delitos a la Humanidad Lesivos.
Que me desmientan si no tiene vigencia lo que musitaba
Trasímaco, un apologeta de la tiranía en
días platonianos: «La Justicia no es sino el
interés de los más fuertes»

El incondicional acatamiento de las órdenes
bárbaras que el «Comandante Supremo» del
Rebaño «Revolucionario» dicte en
[desquiciados y obcecados] discursos públicos de
malacrianza, lo que oficie, instigue delictivamente de modo
improvisado o súbito, comporta e impele explícitas
y penales responsabilidades por parte del falaz destinatario: es
complicidad en «grado de tentativa» para quienes,
aparte de corresponder con actos las órdenes, rinden
infame culto a la personalidad criminal de quien los
conduce.

Las abominaciones que de su impune [vejador]
líder «Revolucionario» calle y consagre
mediante la reverencia ruin, otro [purulento] status
jurídico
alcanza. Gobernante y súbditos: ni
son «revolucionarios», ni
«legítimos», ni «humanistas».
Nadie, cuyo naturaleza sea humana, podrá,
jamás, ser un «Revolucionario». Porque la
ejecución consciente o aplicación [cuando
forzosamente busca destruir pensamientos, hábitos y
creencias] de tan explícita desviación o
[atentado criminal] agravio a La Inteligencia
Inmutable
es la materialización de un megadelito. Por
ello, sin ambages, me declaro Crítico Forense del
Concepto Insepulto de la Revolución
.

(V)

¿Qué es el
Totalitarismo?

«Nunca son sesudos, empero, con el peso de sus
botas encima de tu espinazo, te obligan a inclinar tu cerviz y
con sus
escupefuegos te apuntan en la nuca para presumir
que
Éllos tienen la última palabra y
tú el último suspiro
»

La necesidad en los seres humanos primitivos de un
Ductor Benévolo y Supremo, de una
«deidad», precipitó el surgimiento de los
«profetas» [nada distintos a los hacedores de
ficciones de todos los tiempos] que aseveraban haber sido
escogidos por determinada «divinidad» para
transmitirle a su prójimo mensajes «santos». A
esos personajes de la imaginación desesperanzada y
trasnochada de hombres inteligentes, pero no de mentalidad
científica [que difícilmente pudieron admitir la
existencia de una disciplina llamada Lógica] se
les denominó «dioses». Al individuo
común se le confiscó la racionalidad mediante la
promulgación de las providencias de seres intangibles y
proce[ascen]dencia imaginarias,
impalpables e irrefutables que dictaban a los profetas sus
indiscutibles mandamientos de catequesis. Fue un
eficientísimo triunfo de la Propaganda, tan
vetusta, instrumento de la manipulación. Cada
organización tribal [durante el alba de la
Civilización] y cada sociedad
[asombrosa] embrionaria de la «modernidad»
[gracias a la invención de la Escritura, iniciada
en la Ilustración Embrionaria] se avocó a
la enseñanza de normas morales para conducirse.

La omnisciencia y omnipresencia de [Pater
Punitor
] Dios propició, simultáneamente, la
aparición de sus deicidas o asesinos a quienes les tentaba
ejercer –igual que el omnisapiente- el poder absoluto sobre
los demás. El parto del Totalitarismo es la
cruenta historia de un deicidio.

Lo que Deus quiso se acatara sin violencia, los
deicidas empezaron a imponer con su brazo armado.
Insólito presumir que los hombres se dieran la tarea de
fabricar objetos letales con fines de preservación y no
destructivos, porque los propósitos pacíficos de
las armas jamás podrían adquirir la ingenua
exculpación. Las armas letales son la
extralimitación criminalmente dolosa de la intencionalidad
persuasiva.

Los propulsores del Totalitarismo desfloraron
los mandamientos supremos de la Deidad de cada
agrupación humana pacíficamente organizada. Cuando
no existían las instituciones de Nuestra Realidad y
Tiempo
, «moderno» o «postmoderno»,
no importa bajo mi convencimiento según el cual el futuro
es el «presente perpetuo». Los [mortales]
individuos nunca mereceremos conferirnos, unos a otros,
según las necesidades y pulsiones o acaecimientos
políticos, el título de
dignatarios.

Los hombres de otros días escucharon a sus
sabios, sacerdotes o ancianos [que representaron la
Institucionalidad, esa, la Iniciática, la
Inmutable]. Rescatemos hoy sus legados e impidamos que
nos conduzcan por la falsificada sabiduría de los
representantes de las instituciones estatales de la «post o
modernidad» [poderes Ejecutivo, Legislativo y
Judicial], porque no puede una Conciencia Libre
doblegar su albedrío a los caprichos, abominaciones o
avidez de servidumbre y riquezas del [por sufragio caricaturesco
o enmascarado] usurpador que intima e intimida a los
ciudadanos apacibles y que fachudamente pretende perpetuarse en
funciones de mando.

Para el totalitarista [o
despótico] las ideas terroristas son el
brazo ejecutor que lo sostiene en el Poder del Mando
Político
. No concibe una forma no agresiva de actuar
frente a sus timados, porque tampoco es compatible que los
ciudadanos [l]amen a quien padecen.

El Totalitarismo se caracteriza por santificar,
con edictos inmorales, la impenitente intervención del
máximo funcionario de república en los asuntos de
Estado para imponer sin resquicio de
capitulación su [delictiva] sediciosa
voluntad. Los conceptos de Totalitarismo, Terrorismo,
Impiedad
y Crimen jamás dejarán de
copular o fornicar en promiscua efeméride. Apareamiento
insalubre que esparce ruina y muerte, genocidio,
persecución, confinamiento y tortura en las
sociedades.

(VI)

El Terrorismo, su
especificidad

«Si bajo el amparo de las leyes pretendieres
enfrentar al
bárbaro que anuncia lo que él
denomina
tu ajusticiamiento, y el de tus seres amados,
tendrías que prepararte para tu sepelio y los de tus
familiares o para abatirlo primero: porque, ninguna norma
impedirá que los elimine y les sobreviva impune. Mientras
se pudra en una fosa, no pesaría sobre tu existencia el
agradecimiento de los inocentes e indefensos. Pero, tampoco
podrías vivir con el tormento de la inculpación. Yo
dejaría a la
Providencia mi destino
último: el cual, al cabo, igual aguardaría a mi
victimario»

Terrorismo es toda forma de sometimiento que se
logra mediante la infusión del miedo.
«Terrorista», en consecuencia, sería todo
individuo con poder de mando que infunda el pánico [es
decir, que lo oficialice] para la consecución de cualquier
propósito personal o de algún específico
grupo.

Terrorista es un delincuente que, tras blandir
cualquier arma letal [cuchillo, pistola, fusil, etc.],
pretenda apropiarse de bienes ajenos, dinero o la
satisfacción de sus deseos carnales.

Terrorista es cualquier político o
militar que, tras amenazar a una o más personas con el uso
de una fuerza armada a su infausta disposición,
consiga coaccionar o imponer determinada ideología o
sistema de gobierno.

Terrorista es el juez que utiliza su
investidura y atribuciones judiciales con el fin de someter o
castigar a quienes le cuestionan sus decisiones, cuando tales no
responden rigurosamente a sus corrompidas, adulteradas o
caprichosas interpretaciones de las constituciones o leyes que
rigen en la jurisdicción o territorio donde ejerce
funciones.

Terrorista es el profesor que somete a sus
alumnos mediante amenazas de índole académica, como
la reprobación injusta o arbitraria de exámenes.
Igual el estudiante que intimida a su profesor cuando
lícitamente lo ha desaprobado.

Terrorista es un jefe de administración
[de cualquier institución o empresa, pública o
privada] que usa su poder para perjudicar a los demás, sin
tomar en cuenta procesos de naturaleza legal [lo que conocemos
como el Debido Proceso Judicial]

Terrorista es el padre que amenaza con golpear,
o echar a la calle a su hijo, cuando desacata sus decisiones sin
agotar recursos como: la plática, el afecto, o la
intervención de las autoridades
públicas.

Terrorista es el hijo que amenaza con lesionar
a su tolerante padre, obligándolo a legarle dinero, bienes
o funciones de mando en su residencia o en alguna empresa de su
propiedad.

Terrorista es el funcionario policial que
exhibe una credencial y armamento para timar, extorsionar,
lesionar físicamente chantajear, arrestar u obligar que
alguien confiese haber cometido un delito o que lo lleve a
cabo.

Terrorista es el oficial o suboficial militar
que obliga al subalterno a realizar actividades ilícitas,
inhumanas o vejatorias, tras amenazarlo con castigos corporales o
encarcelamiento.

Terrorista es cualquiera que emplee
inmoralmente el poder [político, administrativo,
psiquiátrico, médico, académico, judicial,
financiero, etc.] para inducir a una persona al
suicidio.

Terrorista es el asesino [genocida o no] que
justifica sus actos por una supuesta «obediencia
debida» a los dictados de una autoridad militar superior a
la suya.

Terrorista es toda persona que cometa actos
criminales tras arrogarse [mandos] investiduras de
naturaleza Divina.

El «Terrorismo» está profunda e
indiscutiblemente fusionado [vinculado] con prácticas como
el crimen, la intimidación, el autoritarismo,
simulación de hechos punibles, tortura, apropiación
indebida de bienes, violación, secuestro, violencia,
amenaza, exterminio, persecución, expropiación y
prevaricato.

(VII)

¿Puede ser
legítima la violencia?

«Mediante su comportamiento, todo hombre o
mujer esculpe cómo lucirá la efigie que
colocarán encima de su
lápida»

Porque intimida, hace daño físico,
psíquico o coacciona al Ser Humano, no existe
forma de Violencia calificable de legítima. Su
carácter y fundamento son irrecusable e irremediablemente
A la Humanidad Lesivos.

A causa del culto a la Violencia, los hombres
jamás hemos podido unirnos para el establecimiento de una
Sociedad Única o Comunidad
Universal
.

La Violencia atenta contra el concepto superior
según el cual es pusilánime toda nacionalidad,
demarcación
[¿supra-territorial?] o
apropiación de espacios en el firmamento.

La paz, libertad, respeto mutuo, igualdad y fraternidad
son las únicas mociones legítimas que se nos
está permitidas formular a cualquier Entidad
Racional
que represente a los ciudadanos frente al
Estado.

Aun cuando pudiéramos presumir que las armas
puedan ser útiles para nuestra defensa personal, su
producción, repartición, venta, almacenamiento,
porte anárquico y empleo comporta nuestra
propensión a institucionalizar o satisfacer la
cobardía y la corrupción moral.

Pródigo el hombre o la mujer que execra a quien
propugna la confrontación física, exalta la
discusión intelectual y doblega sus instintos de
violencia.

No puede merecer el calificativo de inteligente quien
suple la ausencia de la razón con un
arma.

La quiescencia no es el propósito trascendental
del Hombre Superior, sino su condición natural y
no confiscada por el miedo.

Sólo percibo corajudo a todo gobernante que ha
excluido de su mente la idea de utilizar los regimientos para
impulsar una Revolución.

La exclusión de la violencia es el
supremo desafió de quien se presume valiente y adepto de
la verdad.

(VIII)

La mendicidad
institucionalizada en regímenes
totalitarios

«Con fines obviamente perniciosos, les obsede
controlar los
poderes públicos y los medios
de producción; el destino, la alimentación,
pensamiento y emociones de los ciudadanos: quieren

apropiarse de todo, es decir, son totalitarios, pero
pretenden maquillar su infamia
institucionalizándola»

Es su destino, del Vulgo. Nuestro destino, el
de todos los ciudadanos, sin menoscabo de alguien por su oficio
[aun cuando el pueblo difuso, a causa de la manipulación
de la Propaganda, sospeche que algunos no formamos parte
del enjambre] está predeterminado en los
regímenes totalitarios.

El intelectual, estudiante, funcionario público,
profesional universitario, obrero o empleado [del Estado
o Empresa Privada cómplice] aceptará o
acatará que se le trate como a un mendigo.

El despótico en funciones de mando
siempre «nacionaliza» empresas privadas
prósperas para luego izar la bandera de la
«Patria» a la cual envilece tras intimidar y
ulteriormente exterminar a los ciudadanos que, por sentirse
oprimidos, se le oponen con la Crítica
Política
. Para Él, tales no son
civiles disidentes: sino bastardaje insubordinado. Su desenfocado
y febril razonamiento lo fuerza a percibir un soldado en cada
ciudadano aun al civil que se resiste a ser uniformado o recibir
entrenamiento militar. La Doctrina Castrense o
Miliciana, de hecho limitada por una clásica,
universal y mediocre reglamentación, le impide comprender
lo que la naturaleza del ciudadano comporta profundamente. En la
praxis de su iniquidad pretoriana, la Crítica
Política
es una peligrosa forma de
[rebelión perniciosa] insurgencia
desestabilizadora del «Poder [Podrido] Constituido
o Constitucional».

El Tirano Constitucional se apropia del ingenio
de los ciudadanos, para exhibirlo al modo de una presea de
olimpiada. Se apropia de los bienes del emprendedor y exitoso con
el pretexto de recuperarlos para repartirlos equitativamente a la
«mayoría del segregado o
[desposeído] «marginado».

Se apropia abruptamente de empresas productoras de
alimentos [en favor de supuestamente garantizar lo que
hipócrita, majadera y cínicamente define
«seguridad alimentaria»], inmuebles u objetos
suntuarios que culminan en sus mansiones
revolucionarias.

Al cabo, ejecutan inmorales e ilícitas
confiscaciones «de los bienes ajenos» resultado del
ingenio y esfuerzo personal [oficialmente] ultrajados en
perjuicio de personas con talento para los negocios.

Al cabo, reitero, arrebatan ilícitamente los
frutos de la inversión de capitales: privados, nacionales
o extranjeros. Impulsan, revolucionariamente, la
castración del trabajo individual y postergan la
reparación de sacrificios económicos y hasta
aniquilan la inteligencia de quienes eran exitosos empresarios.
Él [Tirano- Estado] se apresura, mediante la
Propaganda Infame y Oficial, a criminalizar el
Ingenio.

Al despótico le obsede monopolizar la
búsqueda, procesamiento y difusión de las
informaciones para desinformar. Fustiga [y atraca con
tributaciones fiscales] a los medios privados de
comunicación, empresas independientes de los avatares
políticos u organizaciones no gubernamentales que bogan
por el respeto a los Inalienables y Humanos Derechos, a
fundaciones con fines de bienestar social y centros privados para
la atención médica: «porque con La
Salud no debe comercializarse», aducen los
canallas a quienes poco importa el bienestar del manipulado
Vulgo.

Y hasta luce bonita esa nefasta apropiación, con
supuestos propósitos «humanitarios» [que
sólo delata la inoperatividad e ineptitud del
funcionariado ante las necesidades del vasallaje] de las
Empresas Privadas de Atención Médica.

Los bien remunerados asesores para la
diseminación de infamias se lo sugieren y ovacionan la
consumación del robo institucionalizado de la
Propiedad Privada.

Los enfermos «dignificados» por el
Estado Bienhechor [perdón, por
Él, porque es bicéfalo] comienzan a
experimentar un humillante calvario para recibir atención
médica gratuita. Todos, en procesión, son
más felices porque el oprobioso e ineficiente trato
oficial frente a su condición de enfermo ahora tiene
positivos efectos psicológicos. Mendiga ser auxiliado,
pero lo hace con «dignidad».

El Estilo Totalitarista de Gobierno se apropia
de casi todo, incluso del pensamiento de los propensos a ser
adoctrinados. A los que se resisten a ser alienados se les
estigmatiza como miembros de la Escoria
Contrarrevolucionaria
, o Cofradía de Parias y
Enemigos de los Pueblos
[porque los hombres nuevos, por
suprema voluntad condenados a la miseria perpetua, tienen status
internacional de revolucionarios entre comillas y comidillas de
juergas cancilléricas]. El Déspota
Sempiterno
quiere gobernar a un pueblo por
«dignísima voluntad» pobre, condenado a la
minusvalía hasta su extinción. Bajo las
«revoluciones», el Vulgo mendiga hasta el
Derecho a Morir sin tanto sufrimiento y hasta ser
sepultado
en fosas comunes. Sin previo y cuestionable
tedeum, porque los clérigos son dispensadores del
«opio de los pueblos».

El Dignatario de la Tiranía convierte en
funcionario público a la mayor cantidad posible de
trabajadores, porque serán sus vehículos para la
Propaganda Revolucionaria o de Gobierno Nacional
Socialista
[de cualesquiera Siglo]. Los veja, les hace rogar
por el pago puntual de sus salarios y mejoras en sus condiciones
de existencia. La puja por discutir contratos laborales es
penalizada. El usufructo de los bienes y el confort son
exclusivos para la Cúpula Gubernamental Armada,
Ministerial, Electoral y Judicial.
La Historia
dicta que, sin la impudicia e impunidad de la renovable casta de
los tiranos y quienes los sostienen, en el mundo los individuos y
sus gobernantes no se habrían convertido en
irreconciliables factores de obstrucción de la
Verdadera e Inmutable Justicia Natural.

(IX)

Nuestros Humanos
e Inmutables Derechos

«Profunda, sostenida y alevosamente no he
lastimado al
Vulgo Ignorante: observándolo
cómo, aun sin el pretexto de su
indocta inteligencia,
le obsede profesar culto a forajidos»

Ninguna persona quiere vivir miserablemente,
experimentar penurias económicas o físicas, estar
sometido a leyes oprobiosas que coarten [erosionen] sus
inalienables derechos: que son profusamente divulgados y
conocidos hasta por los iletrados y que se han admitido como
naturales, inembargables e indiscutibles [de reconocimiento
universal] para los [fatohomos] quienes conformamos la
Humanidad.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7

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