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La Barbarie Doctrinal de Gobierno (página 6)




Enviado por Alberto JIMÉNEZ URE



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7

Es inobjetable que la oficiosa propaganda
segregacionista, de odio, división entre ciudadanos, la
amenaza subliminal e igual explícita y profusa en
instrumentos de comunicación social bajo el obcecado
control de quienes tienen el foete asesino con el cual
castigan a los pueblos, sólo pretende fomentar guerras
civiles en los territorios donde gobiernan de facto y ya
sin enmascararse de «impolutos
demócratas».

El agravamiento de las conductas de jaurías,
delictivas y potencialmente genocidas que orgullosa exhibe la
casta de mofetas de Pendencia de la Internacional (Comunista)
Socialista Unida
ha encendido todas las alarmas del Sector
Civilizado del Mundo. Si tuviésemos que definirla en
términos médicos, diríamos que se trata de
una «endemia» sin obstáculos en curso para
convertirse en «pandemia». Deterioro de la
Ética y Moral que salpica y contamina a representantes de
todos los ámbitos de las sociedades, empero con
insospechado énfasis en la Intelectualidad
Latinoamericana.
Los apátridas y gozosos
neo-fascistas devastan mientras son aplaudidos por la
minoría del bufonariado cómplice
conformado por escritores, poetas, músicos, artistas
plásticos, docentes y políticos de la
Nómina del Mercenariado Cobarde. Sin embargo,
vaticino que el Vulgo se apartará de esos
desalmados y –pronto- vendrán mejores y de
reparación días («Dicere nemo potest, nisi
qui prudenter intelligit»)

(LXXIV)

La nada
«difusa» y «corrupta» Oligarquía
Revolucionaria

«Visto que cuando los usurpadores de
investiduras mencionan al prócer impreso imperial
como señal de costumbre para iniciar el convite,
golosos todos los mandatarios sacan sus alforjas y participan del
infinito saqueo: y, de prisa, socavan una que fue bolivariana
patria, pero, infortunadamente, de hordas
presa»

En Ultimomundano, ningún asunto distinto
a la centrí-«fuga» del Tesoro
Nacional
se ha convertido («de hecho» que no
«de Derecho») en insustituible prueba de la
«Conspiración Transnacional para Cometer
Apropiación Indebida»: esa robustecida virtud a los
denominados «Convenios de Vil-Lados», siempre
santificados por plexos asambleístas que se suman a la
cohorte de oligarcas nada «difusos» ni tampoco
«revolucionarios». Damas y caballeros presuntos (poro
estar más próximos al bestiario) perceptiblemente
obsedidos por abultar sus fortunas. Para no ser imputado por
alguna de las «fauces de fémina
cúspide» que capitanean ciertos poderes
impúdicos, corregiré: virtud a los denominados
«Convenios Bilaterales» que conferirían cierta
y discutible «legitimidad» al robo
«explícito, público o notorio», de los
petrodólares de origen «imperial
norteamericano».

Es cierto que el «botín que negro
mana» del subsuelo es inagotable: empero igual la soberbia,
iniquidad y codicia de quienes «esputan a
Benjamín» hallándose ebrios o dopados en
paradisíacos «cónclaves» de
[in]«dignatarios» hispanoamericanos: mujelleras y
sujetos con bien ganada fama de «sudacas» o
«su-cacas», que mucho sudan a causa de «goces
terrenales» y sus «pesadas valijas llenas de
dólares». Billetardos que trasladan de los hoteles
de paso hacia los bancos que resguardan sus mal habidas
«fortunas».

Es inocultable que en Ultimomundano se han
fortalecido sectas de adventicios u oportunistas «amos del
petróleo»: a los cuales poco importa dotar de
insumos y presupuestos dignos a escuelas, liceos, universidades,
centros de atención médica e instituciones
nacionales destinadas a los «servicios
públicos», «construcción de
obras» y «mantenimiento» de las ya existentes.
La reaparición de enfermedades y los promontorios de
basura estigmatizan la «indolencia, corrupción e
ineptitud revolucionaria» en perjuicio de timados y
frustrados pobladores. El propósito de la nada
«difusa y corrupta Oligarquía Revolucionaria»
es la disolución del Estado y el exterminio genocida de
los seres humanos que lo conforman, para luego ufanarse de la
Nada. Para los «Saqueadores Latinoamericanos del Siglo
XXI», el asalto y ejercicio del poder son los instrumentos
para su despótica dominación y enriquecimiento. Sin
menoscabo de la fortuita y resentida venganza que emprenden en
perjuicio de pueblos inocentes y condenados a la
miseria.

(LXXV)

¿Por
qué es «fascista» la «Siniestra del
Siglo XXI»?

«Cuando –afligidos- pensamos que no
habrá reparaciones frente a la férula que gobierna,
de súbito sobreviene el Sol Naciente que restituye en
nombre de la Justicia que la Humanidad
discierne»

En el curso de más de diez años de
impunidad en el ejercicio del «Poder
Político», en Ultimomundano la
«Vendetta (Comunista) Socialista Unida»
corrompió primero la «Institucionalidad de
Estado». Luego, sin pausa, promovió la
devastación como «estilo de
gobierno»: mediante expropiaciones de tierras, bancos e
inmuebles; también, tras despenalizar la
instigación a delinquir. Por ello, no tardó la
«Buró-Mafia Mayor de Estado» en ovacionar a
malvivientes apertrechados por su ilegitimado
«gobierno»: enmascarados que cometen abominaciones
contra las personas, sus propiedades y partidos políticos
opuestos a las conductas tiránicas. Ninguno olvida a las
bien remuneradas, hostiles e impunes «bandas
armadas»: de sujetos que actúan, libre y
soberbiamente, en todas las ciudades. Disparan, secuestran,
asesinan, saquean y amenazan discrecionalmente (que no con
«discreción»). Ejercen el «oficio de
forajidos» ante la presencia cómplice de la
«FANB-cacare» y «PNBrosa» que la
férula del oficialismo exhibe, henchida, en
«paradas» de terror «fascista» y rituales
de efemérides. Empero, ¿por qué son
«fascistas» los «Siniestros del Siglo
XXI»?

Discierno y asumo que el término
«fascismo», empleado en Italia por Benito MUSSOLINI
(n.1883/m.1945) para fortalecer su mandato de genocida desde 1922
y hasta cuando fue linchado por el Vulgo la víspera del
fin de la «II Guerra Mundial». El fonema
«fascismo» pudo surgir a partir de la fusión
de los vocablos latinos «fas» (justo) y
«schisma» (división o
separación). Algunos aseveran que surgió
cuando el déspota llamó
«fascios»-«fasces» (el
haz-insignia de cónsul romano en la Antigua
Roma
).

El movimiento «cívico-militar» que
surgió contra el «Comunismo» y la
«Democracia Representativa» que embochinchaban en
Italia fue visto como «justo» y tuvo por precepto la
necesidad de «separarse» de quienes arruinaban la
república. Ergo, «fas-chisma» habría
fonéticamente declinado en «fascismo».
¿En qué doctrinal monstruosidad
degeneró?

Previa, ininterrumpida y alienante propaganda, los
fascistas perseguían y exterminaban a opositores del
mussolinismo. Entre otras cosas, advierto: como las
abominaciones que en Ultimomundano cometen los que no
merecen el calificativo de «revolucionarios» sino
«facinerosos». Los cuales recibirán, sin causa
excepta y cuando el Sol Naciente no sea ocultado por la
neblina del Poniente, notificaciones de cesación.
Porque nadie es, ni será, jamás,
«Supremo» ante el prójimo aun
criminándolo. La Historia ha, sucesivamente,
vindicado y consumado ese (mío) epilogismo.

En cuanto a Hitler, basta que lo califiquemos como
«nazista»: en cuyo caso, sus macabras decisiones y
estilo de mando en nada difirieron con las de un
«fascista» como Mussolini. Personajes de la Historia
que, cada cierto tiempo, resucitan en nuestro socavado por
querellas Mundo. Ahora se auto-califican de
«Comunistas o Socialistas del Siglo XXI», pero sin
todavía haber escrito y difundido un libro semejante a
«Mi Lucha» de Hitler.

(LXXVI)

La
«férula» de «letales» y
«enemigos de la
Inteligencia»

«Nada de admirable tiene que un intelectual
presuma ser aliado de la
férula que gobierna: que
maquille u oculte su cobardía ante la
Sociedad de
Civiles, declarándose forastero ante sucesos o hechos
que a todos nos concierne y que abominamos cuando se hayan urdido
contra ciudadanos no letales ni borregos»

La Historia de la Humanidad registra que
siempre los intelectuales («Intelligentsia»,
«Intellectuels»,
«bildungsbürgertum») hemos sido percibidos y
tratados como integrantes de una «peligrosa casta» y
hasta somos «objetivos de guerra» en naciones
dirigidas por hombres y mujeres «letales». Entre las
causas de esa calamidad, mencionaré: «La Ignorancia
Volitiva» y «La Ignorancia Doctrinal», las
cuales, virtud a su representatividad, afectan tanto a quienes se
les impone o enseña y a las víctimas cuando las
ejercen (luce insólito, empero sí se ejerce como un
nada novísimo oficio). Qué no podemos discernir
sobre la «prepotencia», «soberbia»,
«arrogancia», «pendencia»,
«perversión», «malicia»,
«impavidez», «falsedad»,
«falacieguismo», «supremacía de
facto» e «indolencia» que enorgullece a la
«Casta de Letales» y adherentes. No se trata de un
debate de ideas entre «burgueses y
«revolucionarios», entre «diestros» y
«siniestros de una imaginaria «Derecha
Política» en pugilato contra la (también de
ficción) «Izquierda Política»: sino de
una «férula» naturalmente hostil, mediocre e
inculta que oprime a millones de indefensos y acorralados
ciudadanos.

Atribuidas a escritores notables, ciertas expresiones
desacralizan la Provecta Majestad Intelectual. Ejemplos:
«[…] Intelectual es el que se mete donde no le
importa
[…]» (del francés Jean Paul
SARTRE); «[…] Los intelectuales son
especialistas en la difamación, son, básicamente,
comisarios políticos; son comisarios políticos,
administradores ideológicos
[…]» (del
ruso Noam CHOMSKY). En ambos casos, fue explícito que sus
razonamientos tuvieron motivaciones de origen
político.

No soy propenso a conferirle aura de
tabú al «cultivo de la inteligencia».
Pero: si tuviese la potestad de abolir o proscribir algunas cosas
a favor del progreso de la Humanidad, comenzaría
con el denominado «Ministerio de las Armas» y otros
conexos. E impulsaría la Ilustración para
la «Salud», el «Socorro o Asistencia al
Infortunado», la «Libertad», el Progreso,
«Equidad», «Paz y «Fraternidad»
entre los individuos. Porque el pertrecho bélico, y quien
lo emplea, que se cree protege o libera, sólo devasta
poblaciones y no precede la dignidad de ningún ser humano:
investido o no de autoridad. Por ello, cuando me hallo en la
situación de tener que ser -forzosa y fraudulentamente-
gobernado por una «férula» mi
indignación enciende.
En la plenitud de la Era de
la Postmoderna
que vivimos, ya esa clase de cofradías
de nefastos individuos no debería influir en los destinos
del Mundo Civilizado.

Por lo expuesto, luce inconcebible e inexplicable que
los «cultores de la Inteligencia» se exhiban
plexos a los vestigios de la «barbarie» que
diezma la «buena voluntad», «cordialidad»
y «paz» en entre quienes conformamos las naciones en
un Planeta perfectamente salvable. No somos
«tabú», ni «comandantes supremos»
para fines a la Humanidad lesivos, ni
«peligrosos» o «insurgentes»: que la
supremacía ridícula, política o religiosa,
de uno frente a otros, es la mayor e infame expresión del
canallaje, vanidad y codicia que los sin sesos y
desadaptados pretenden sacralizar. Sólo somos
legítimos insubordinados frente a quienes conforman la
(todavía no abolida, mutante e incorregible, pero falible)
«Casta de Letales».

(LXXVII)

La tragedia
revolución [«arca»] aria de esputar sobre las
«leyes»

«Poco duermo, empero una noche tuve la dicha
de soñar que vivía en un mundo donde todos
éramos fraternos. Cuando desperté, la persona a
quien le conferí un mandato se mostraba hostil hacia
mí y le decía a quienes fueron mis amigos que
debían emprender querellas en mi contra. Luego, he
decidido que no me representa y le he retirado mi confianza y
atribuciones»

Pese a la resistencia de algunos bípedos
(más próximos a los cuadrúpedos)
para admitirlo, a quienes nos precede la Cultura
Occidental
convenimos que las de Moisés fueron las
primeras y «monoteístas» leyes (en la infausta
«Era de la Barbarie de Emperadores», la
«Torah» -sin menoscabo del
«Corán»- fue un insustituible intento por
frenar las abominaciones de monarcas contra súbditos
(actuales mandantes) y también de gobernados contra
iguales). He aquí algunas máximas de
Monoteísmo «[…] No
tendrás ni reconocerás a otros dioses en mi
presencia ni fuera de mí
[…]»
«[…] No forjarás imagen tallada que
imaginas semeja aquello que está arriba en los cielos, ni
en la tierra, ni en el agua, ni debajo de la tierra

[…]» «[…] No cometerás
perjurio
[…]» «[…] No
robarás
[…]» «[…] No
asesinarás
[…]» «[…] No
codiciarás
[…]»

No discuto que combatir y destronar a los
mon[«arcas»] haya tenido «legitimidad
revolucionaria», en su más próximo a lo sacro
significado. Porque «Revolución» es
«transformación vindicativa»: es -comulgo con
esa anti-tesis lo más parecido a materializar
fidedignos y de justicia actos. La irrupción de la
«Torá», mediante las tablas de leyes que
Moisés exhibía, aun cuando desapruebe algunas
porque legitimaron la servidumbre (ej. «[…] No
codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni
su sierva
[…]»), constituyeron el suceso
más importante y «revolucionario» para la
Humanidad en el curso de aquella Realidad y
Tiempo.

Hubo, finalmente, que transformar o corregir las
precarias y humillantes condiciones de existencia de los
seres humanos frente a quienes se imponían como
«aventajados» (que lo eran virtud a sus
ejércitos y «arcas» abultadas de oro y gemas).
La evolución del pensamiento
político-filosófico fue gradual y cruenta, pero en
el Mundo se comenzaría a reconocer ese otro e
inocuo imperio llamado Civilización (de
«civiles al mando»). No es fortuito que se asocie a
lo «misterioso» («Arcanus») la
posesión o control de tesoros o fortunas (tanto las
«públicas» como «privadas»). Es
curioso que se pretenda denigrar a un individuo cuando es
«dextro» (cauto, favorable, correcto, derecho: es
decir, de bien obrar) diciéndole que es un «maldito
de derecha» y se exalte a quien es explícitamente
«sinistra» (torpe, funesto, izquierdo). Ni siquiera
porque la «dictata» en Latín contiene el
vocablo «dextrosum», que fonéticamente suena
«destrozo». «Dextrosum» significa que
va hacia la derecha.

Empero, es un hecho que en Ultimomundano
padecemos a hombres y mujeres que olvidan o ignoran que un
«mandatario» es quien ha recibido un
«mandato» del Vulgo. Como se han
inconstitucionalmente calificado «izquierdistas»
(siniestros) aparte de necrófilos profesos,
fetichistas, codiciosos y delincuentes en ejercicio de funciones
de gobierno (que alguien me refute y diga que no delinque quien
desacata las leyes que rigen a una república), tengo que
definirlos hombres y mujeres
revolucion[«arcas»]arias. Son propensos a saquear las
«arcas» de las naciones, que son bienes
públicos: entonces, deberíamos señalarlos
«revolucionarcas».

Fueren o no usurpadores de funciones (que otra
discusión será) y se arroguen la investidura de
«mandatarios», tienen que aceptar que se deben a
quienes les han confiado sus «mandatos». Se deben a
quienes somos votantes, a quienes elegimos (por ello tienen que
obedecernos o renunciar). Es inconcebible que, de súbito y
fortuitamente, se declaren enemigos de millones de ciudadanos:
con sus «ofensivas u hostiles palabras», su
resistencia a «dialogar», con sus
«decisiones», «actos de gobierno» y
mediante la intimidación de bodrio (tras ordenar la
represión a la, convertida en adefesio, «Fuerza
Armada Nacional» de cada país. Los
«revolucionarcas» al mando esputan sobre las normas
constitucionales, cada instante, sin pudor, y por ello todos
experimentamos una sobrevenida e inmerecida tragedia
política en Ultimomundano. Entre los tenidos por
imperios, el de las leyes es peor de sus enemigos.

(LXXVIII)

El
«
ADN» de la «traición, corrupción
y abuso de autoridad»

«Desde mis días de infante, cuando ya
escribía relatos, anhelé convertirme en escritor. Y
sucedió. Tras la publicación de cada uno de mis
libros, los críticos literarios insistieron en
calificarme
hacedor de ficciones. Durante mucho tiempo,
también lo creí. Empero, entre mis narraciones,
cuántas ahora irrumpen en la realidad que experimento:
fustigándome por haberme
equivocado al presumirlas
imaginarias»

Finalmente, en Ultimomundano (que limita con la
«Insurgencia Guerrillera» y la
«Corporación de Genocidas Unidos» del
Mundo) logramos identificar el «ADN de la
Traición, Corrupción y Abuso de Autoridad».
Nada estigmatiza más al «Funcionariado Mayor de la
Urdimbre y Prevaricato», junto a su «Bufonariado
Institucional», que negarse a toda exigencia de rigurosa
pulcritud en funciones de gobierno. Rechazan, entre tantas cosas,
las siguientes: a «debatir ideas», «ser
investigados» y «rendir cuentas» de la
Administración del Tesoro Nacional ante los millones de
ciudadanos que (sin asombro pero indignados) los miramos y
escuchamos delinquir en concierto.

Cuando se les sugiere «debatir ideas» agitan
sus lenguas y se exhiben prolijos en palabrejas, injurias y
difamaciones. Por otra parte, cuando («notitia
criminis», «delatio criminis» o
«flagrancia» mediante) cometen delitos tampoco pueden
ser «investigados»: no forman parte del
«Perraje de Ciudadanos Iguales Ante la Constitución
y Leyes» (se arrogan infalibilidad: es decir, son
arrogantes y ad infinitum soberbios). Investida o no de
autoridad, que a ninguna persona se le ocurra solicitarles
informes de ingresos y gastos de los inmensos recursos
financieros que administran: porque, pronto, la curiosidad los
hará vulnerables e imputables frente a las «Fauces
de Fémina de la Justicia» que recibe instrucciones
de férula. Mucho menos que grupos de ciudadanos denuncien
sus sistemáticos e ininterrumpidos «abusos de
autoridad»: en respuesta, tendrán que enfrentar a la
«Fuerza Mercenaria y Enmascarada de Funcionarios
Antimotines». En Ultimomundano, la protesta,
opinión y hasta los legítimos reclamos laborales o
de asistencia médica constituyen actos
desestabilizadores.

Cualquier «Institucionalidad de Estado» que,
corrompida, alcance el máximo nivel de encubrimiento y
maquillaje, semejará a una «enfermedad
terminal» que socava a un cuerpo humano. La férula
que, a través de su «Diplomafia Nacional e
Internacional Extorsiva», ha impunemente gobernado en
Ultimomundano, ya muestra su acelerado declive. Los
lastres que todavía quedan y capitanean ese que se
creyó un «Hegemónico Crimen Político
Organizado», hombres y mujeres sin moral y traidores de sus
patrias, ya expelen sus pústulas. Saben que se aproxima la
hora del cese de sus fortuitas hostilidades contra pueblos
indefensos e inocentes: por las luchas independentistas
hermanados, pero que les confiaron los destinos de sus
países a sujetos de muy dudosa
reputación.

Al «Funcionariado Mayor de la Urdimbre y
Prevaricato» no le importa que un desasistido y empobrecido
pueblo les reclame el uso indebido de las finanzas, bienes e
inmuebles del Estado (que teóricamente
deberían pertenecer a todos los ciudadanos). En las
materias electoral y publicitaria, son habilidosos y hace tiempo
montaron sus digitalizadas mamparas que los legitiman o absuelven
de tanta inmundicia. Jamás vista, es cierto, pero
si imaginada en la Historia Política de
Ultimomundano
.

(LXXIX)

El
ridículo culto a pre-fabricados y «supremos
comandantes»

«Enfada la tragedia de tener que padecer a
tipejos auto-investidos de comandantes supremos: porque, alguna
vez, sólo fueron humildes candidatos sin las ocultas
(malas) intenciones que los ilegitiman al mando y cuyos actos
están dirigidos a transformar los
Asuntos de Estado
en materia fecal»

Hasta donde lo que presumo mi lucidez me advierte y
dicta, no alucino sintiéndome vivir en el curso del
Siglo XXI. Experimentamos la existencia luego de
más de doscientos años de la llamada
«Ilustración», asombroso suceso que produjo
profundas e irreversibles transformaciones en Europa (n.
XVIII/XIX). Pero, en realidad, la Ilustración no
falleció sino que se convirtió en
Modernismo y post-Modernismo (a los cuales la
Cultura, Ciencia y Tecnología
fortalecería). Hasta donde mi quizá
«Razón Suficiente e Inmutable» me advierte y
dicta ulterior a mis indagaciones, hace más de una
centuria que ciertas e infames «dignidades» han sido
preteridas o abolidas entre quienes se han instruido: la
«Dignidad de Omeya» (fundador del Califato),
la «Dignidad de Monarca», la «Dignidad de
Patriarca», la «Dignidad de
Aristócrata», la «Dignidad de Duque», la
«Dignidad de Autócrata», la «Dignidad de
Conde» y otras conexas.

Durante el Siglo XX, esa intesta
«Dignidad de Comandante Supremo» fue una
patraña inventada por «dictadores» de
mucha o poca monta (según los casos).
«Comandantes Supremos» se hicieron llamar los
genocidas HITLER, MUSSOLINI, STALIN, GADDAFI y ese tal e
insepulto CASTRO RUZ (entre otros) gracias a sus respectivas
cofradías de corrompidos civiles y tropas mercenarias de
criminales. Un antiquísimo adagio chino enseñaba
que «[…] ninguna persona es -ni podría
ser- superior a otra
[…]». Lo cual es una
perogrullada, porque no necesitamos formarnos filósofos
para comprenderlo. Nadie estaría en condiciones de
afirmarse «aventajado» con respecto a otro, aun
cuando se arrogare «superioridad» virtud al
Bufonariado que lo sostuviese en funciones de
mando.

No atribuyo la Preponderancia de la
Razón
a los intelectuales franceses que instigaron,
legítimamente, insurrecciones a finales del XVIII (MARAT,
ROBESPIERRE, DANTON, et.) por cuanto en la Grecia
Antigua
ya hubo ciudadanos dirigidos por
«poliarcas». La Poliarquía fue una
auténtica gubernatura de muchos. Distinta al engendro de
reyezuelos del «Común»-«Ismo»
denominado «Dictadura del Proletariado». Bajo cuyos
regímenes jamás ningún «individuo de
perrería» co-gobierna junto a ellos. En sus
convites, así «canallean» sobre quienes no
somos «pudientes» ni ejercemos «funciones de
gobierno». Ojalá el DRAE me aceptase el verbo
(neologismo) «canallear» por conspicuo y exacto. La
de dieciochescos y cultos franceses contra el monarca de turno no
fue una «Revolución», sino una bochornosa
«Masacre». Empero, obligó a los racionalistas
europeos a meditar sobre la Vida y Muerte sin
previa consigna criminal. Hubo quienes decapitaron a los
degenerados padres de la interruptus, de la metamorfosis del
Sujeto-Bestia en «Hombre Nuevo». Aunque
tendrían, primero, que padecer a un nuevo (Bona)
Mala-parte.

Ciertamente, en mi condición de ciudadano libre y
respetuoso de las leyes y la Preponderancia de la
Razón,
exijo a todos los infractores que
«canallean» en Ultimomundano que suspendan
expresiones que ofenden a la Inteligencia. Cuando
sistemática y ridículamente afirman obrar conforme
a los deseos de un «Comandante Supremo», no imaginan
cuán lunfardos lucen ante la
Civilización.

(LXXX)

Sobre la
«Institucionalidad Reaccionaria, Vandálica y
Pendenciera»

«La nuestra no es una República de
la Virtud, sino de absurdamente reaccionarios y
vándalos en pleno e ilegitimado ejercicio del poder del
mando: que durante el
Alba de la Vindicación por
venir tendrá su Día de
Thermidor»

En las postrimerías del Caos
Ultimomundista,
hallo inteligible fijarle un
«Día de Thermidor» [53] a transnacionales
grupúsculos de vándalos y auténticos
«reaccionarios» que dilapidan los inconmensurables
recursos financieros procedentes de «The Empire
State»: en perjuicio de millones de inocentes y
desasistidos ciudadanos. La Historia no registra cosos
en los cuales quienes gobernaban lo hacían
enmascarándose de «contestatarios» o
«iconoclastas». Merece el calificativo de
«contestatario» quien se muestra reformista y opuesto
a un específico y pútrido «estado de cosas
presente», nunca quien forma parte de [él]
«estado de cosas». Y, serán
«iconoclastas» los proclives a oponerse a reverenciar
«imágenes religiosas».

Empero, en el Continente Ultimomundano gobiernan
vándalos que igual son –absurdamente-
«reaccionarios». En materia política, ellos
«constituyen el presente (y ejercicio) del
estado de cosas infectas»
mientras pretenden ser
vistos como «legítimos contestatarios». En el
curso de la Revolución Francesa, el guillotinado
Pierre VICTURNIEN VERGNIAUD predijo «que la
Revolución -como Saturno- acabaría devorando a sus
propios hijos» (1792). Acertó: en 1794, Año
III del nuevo calendario que los regía, ROBESPIERRE,
SAINT-JUST y COUTHON, junto a 98 adherentes, fueron decapitados.
Ahora los ultimomundistas, sin haber sido, en realidad,
«revolucionarios», pero sí
«vándalos con poder y mal habidas fortunas»,
se «devoran» a sí mismos» y son hostiles
ante quienes advertimos (a través de los agujeros de sus
manteos) que son la versión del S. XXI de
«insaciables millonarios». Reaccionan parecidos a
«pendencieros de comarca» cuando se les critica, aun
cuando es notoria la paternidad que el Vulgo les atribuye sobre
el saqueo de las riquezas nacionales y la devastación que
experimentamos.

Sabemos que los burócratas de la
«Institucionalidad Reaccionaria, Vandálica y
Pendenciera» si saben qué sucedió
con la inmensa riqueza petrolera que administraron. Frente a lo
cual los librepensadores asumimos posturas auténticamente
«contestatarias» y «reformistas».
Sólo la ignorancia los impulsa a infantilmente acusarnos
de «reaccionarios» o «derechistas» cuando
son ellos los apropiadores y tutores de las riquezas que no
reparten a sus legítimos dueños. Se oponen al
«progreso» exterminando a los productores de bienes
de consumo de la patria que mal gobiernan. Fortuita e
inexplicablemente, se enfurecen contra todos los sectores de la
Sociedad que arruinan (de intelectuales, docentes, obreros,
científicos y tecnólogos) y que sufraga para
elegirlos o conferirles un mandato. Son, con o sin antifaces,
enemigos de la Humanidad: «constituyen el presente
(y ejercicio) del estado de cosas infectas» que
extirparemos con ingenio, sin violencia.

(LXXXI)

Ciudadanos en
« [k]armas» para la defensa de
«sátrapas»

«Hay en el ambiente una cepa de virus mutante
que diezma más rápidamente a las poblaciones del
Mundo: al cual, hace mucho tiempo, llamé Síndrome
de Inmunodeficiencia Intelectual»

Los más sesudos «humanistas» que
asesoran al «Funcionariado Mayor
Cívico-Militar» lograron, mediante su
«Ministerio de la Pro-paga[anda]», que
adoctrinados creyesen (a contra-inteligencia) la
antítesis según la cual ciertos animales rastreros
y otros voladores saboteaban la muy (de prosopopeya)
«revolucionaria» generación de electricidad en
el Continente Ultimomundano. Por tal causa, sugirieron a
las tropas mercenarias (de Enfado) que apuntasen sus
fusiles «A-Cacare» hacia todos los componentes de las
centrales hidroeléctricas. Ahora constatamos a
«letales» con charreteras alrededor de las represas,
aliviaderos, turbinas, condensadores y postes de la
«lux» feroz.

Esos geniales sujetos igual susurraron al oído de
Ése («Primogénito Hijo del Patriarca
Difunto») que era necesario tener a millones de ciudadanos
en «[K]armas» para, imaginaria contingencia mediante,
fortalecer la defensa de su [nada] «casta» de
usurpadores de gubernaturas y pillos. Empero, afirman a sus
legiones que esos mercenarios estarán destinados a
«custodiar un maravilloso y de patriarcado legado
ideológico»: ello aun cuando esos (¿tontos
útiles o «falaciegos»?) rebaños de
ovejas jamás han tenido la más prostituta idea de
lo que significa el vocablo «ideología», ni
son conscientes de comulgar con determinada «doctrina
política». Ni tampoco lograrán, alguna vez,
transformarse en «entendidos» o
«pre-claros» porque fueron enajenados y convertidos
en mendigos del «Funcionariado Mayor
Cívico-Militar»: ante quien, desesperados y
«rodillas en pie», ruegan les sacien un poco el
hambre y las penurias a las cuales se los condena injusta y
fortuitamente.

Ya los infortunados pobladores de Ultimomudano
padecían del ininterrumpido acecho de los impenitentes
«colectivos de sátrapas» y
«comegentes» cuando, de súbito, los genios de
«intendencia» persuadieron a sus jefaturales para que
«[K]armasen» a millones más: de ese modo, cada
individuo se haría enemigo de su vecino y nunca nadie
estaría en condiciones de saber quién detonó
las balas de su «A-Cacare» primero ni cuántos
cadáveres (al cabo de tanta pestilencia comunal) recogen
los cometas del Aseo Marrano Estatal.
¿Cuántas e inenarrables abominaciones purgan los
habitantes de Ultimomundano para merecer esas
«[K]armas» destinadas a la Defensa Integral de la
Función?
Preguntan los infantes, que no de la Marina,
a sus padres cuando les prohíben ser fraternos con otros
niños con quienes anhelan jugar y divertirse.

(LXXXII)

El
«
Discurso sin Lógica y Hostil
Contra-universitario»

«Cuando el Hombre fue consciente de
su circunstancia en el
Cosmos, ya era un pensador: el
cual, tras discernir, se universalizaría como
filósofo y escritor. Es testigo, discierne y registra los
eventos de la existencia para la posteridad: su prognosis,
deducciones, inventiva y sus prodigios que finalmente
Catálogo de
Disciplinas del Conocimiento
Humanístico. Hoy tiene un Discurso
Retórico y Fenomenología del Ser
Humano»

Mientras estuve en «situación de
activo», casi no hubo asunto «de interés
social» que no platicase con tantas e inteligentes personas
adscritas a una de las universidades autónomas más
antiguas y venerables de Venezuela (muchas todavía por
mí recordadas, empero, otras no por quienes representan la
«Institucionalidad Académica»). Hubo algo que,
desde mi pubertad, me inquietaba: La Lógica. Cuya
fascinación se debe, presumo, a su cualidad de haber sido
el mayor y más trascendente suceso intelectual de la
Humanidad: porque pariría el
«Discernimiento de lo Oculto», aun cuando
degeneraría en «Discurso sin Lógica y
Hostil» virtud a sujetos con mando y mentes torcidas.
Gracias a mi condición de hombre proclive a
«instruirme por mi cuenta y riesgo», comencé a
centrar mis lucubraciones en redor de la «Lógica
Inductiva» y luego de leer las novelas El Extranjero,
La Muerte Feliz
(ambas de Albert CAMUS), Crimen y
Castigo, La Náusea
(SARTRE) y El Juego de
Abalorios
(HESSE). Por lo expuesto, más tarde igual
elegí libros de ciertos y admirables filósofos
(SHOPENAHUER, RAMIS, HEIDEGGER, MAYZ VALLENILLA, HEGEL, MILL,
CAPPELLTETTI […])

Sempiternamente, la «Sabiduría»
será «Discernimiento de lo Oculto»: es decir,
objeto de la búsqueda y praxis de los «individuos
con mentalidad universal» o «universitarios» (a
los cuales algunos gobiernos reconocen, pero hacia quienes la
mayoría de ellos hostiga). Lo que fue «Conocimiento
de Logia» o cofradías se vertió y
transformó en peligrosa y «rara avis» ante la
mirada de obcecados mandatarios y sus
«corte[in]sanos».

Sin embargo, paradojalmente, es necesario admitir que el
«Discurso sin Lógica y Hostil
Contra-Universitario» nació en el vientre del
«Alma Mater»: y, no lo dudo, a causa de nocivos
elementos inoculados a «los pensa de estudios»
(¿cuántas millones de veces numerosos profesores
acríticos pronunciaron el apellido de Marx-falso
como si se tratase de una entidad providencial y autor de una
especie de biblia?). En convites de hogar o discusiones de
cafetín, notables docentes elogiaron a famosos
bárbaros con poder sobre infortunadas naciones para luego
ser tenidos por «objetivos de guerra». Miles de
mujeres y hombres con formación académica,
instruidos o poseedores de ciertas destrezas se convierten en
víctimas del «Discurso sin Lógica y Hostil
Contra-Universitario» que exhiben «los sin sesos pero
con tropas».

En el curso de las últimas décadas,
mediante la indiferencia, desidia y sistemático maltrato,
«los sin sesos pero con tropas» han logrado
resquebrajar la respetabilidad de los adeptos al
«Discernimiento de lo Oculto»: a intelectuales,
académicos y artistas. Sin el apoyo de
«letales», la legítima lucha de universitarios
por la consecución de suficientes recursos financieros
para vivir con dignidad y dedicarse a sus quehaceres coloca en
evidencia cuán bárbaros son quienes (fatal y
fraudulentamente) representan la «Institucionalidad de
Estado» en un Mundo que no los merece.

En un libro fundamental, el filósofo y profesor
Pompeyo RAMIS lo dilucida perfectamente: «[…] El
vocablo Lógica deriva de Logos, que
significa palabra o razón; y de
Logia, que es la Ciencia o el Saber.
La fusión de ambos términos formó Tá
Logiká» [54]. Nada más irrefutable: quienes
trabajamos con «La «Palabra» o «La
Razón» conformamos un inocultable e inextinguible
sector en todas las sociedades, y no merecemos ser gobernados por
un monstruo que tiene el Don de la Ubicuidad y que no
cesa en su propósito de frenar el trabajo de los seres
pensantes asfixiándonos de múltiples
formas.

(LXXXIII)

Entre
«comandantes en jefe» y prefabricados
«líderes supremos» o
«históricos», elijo a Simón
Bolívar

«Al cabo y decantación de las
discutiblemente necesarias
Matanzas de Conquista e
Independencia, Simón BOLÍVAR se exorcizó
incorporándose humano al deponer su letalidad para
culminar sus días como un solitario
hacedor de
pensamientos: que, virtud a una provecta escritura, lo
delatarían constipado pero igual vehemente en sus ideas
libertarias. Los años de postguerra independentista no
restituyeron la emancipación originaria a los
aborígenes. Empero no hubo poder de mando perpetuo,
lisonjas, pedestales para prefabricados líderes,
ofrecimientos de paga por servicios castrenses, homenajes ni
reconocimientos a sus
gloriosas gestas de dictata en
hemiciclos que lo vindicasen mejor que sus memorables
escritos
»

En el curso del Siglo XXI no se debería
sobriamente inferir que el Mundo tiene o tuvo
«comandantes en jefe», «líderes
supremos» o «líderes históricos».
Empero, en situación de ebrios a todos se nos
está permitido arrogar: magnificar acaecimientos, nuestros
aciertos o pifias y los de cualquier otro mortal porque el licor
es una «droga heroica». En ocasiones, nuestra psique
necesita ejercitarse en «imaginarios» para
sintonizarnos con «mitos ancestrales» o
«transmutarnos» hacia las dimensiones del
«Éxtasis» y la «Euforia». No hemos
perdido la Dignidad del Ser Totémico para el cual
nada alcanza magnanimidad si primero no se empalaga, en tumulto,
de dopamina y tabúes.

Somos (totémicos) tumultuosos en el ejercicio de
la disipación, licencia y concordia: felices en convites
para el desahogo, e iracundos en la asimilación forzosa
del error. Porque nuestra naturaleza colapsa cuando experimenta
la frustración, el desencanto, desamor, la resaca.
Ningún suceso purga más expeditamente las pasiones
colectivas que el linchamiento, moral o físico, «del
otro» o del prójimo. Cuántos mililitros de
adrenalina genera la arenga. La oferta de
«mutilación» y «retoño de lo
imposible» no será trascendida por ninguna otra,
entre quienes somos «menos inhumanos» (conforme al
juicio de un casi olvidado psicoanalista de apellido
JUNG).

Por ello, el «Tótem» exige sus
«tabúes». En su penosa circunstancia, implora
la irrupción de «semidioses»: esos iguales a
«líderes supremos» o «líderes
históricos» de imaginario, para confirmar que no es
infundada su propensión a la estupidez y que no es un
obcecado ignorante porque «nada sabe» sino por
mantenerse ebrio. No es un imbécil por padecer la
desgracia de no tener condiciones intelectuales. Advierte que de
su entrepierna pende un falo que a veces irgue, pero que la mayor
parte de su vida lo ve corvo y asume que con él lo
está irremediablemente.

La arenga de penoso, ancestral y homínido
ancestro; el fetichismo o ridículo culto a la personalidad
de individuos ofuscados y corva psique, la reverencia
incómoda y de normativa, la exhumación tras la
pista de un desalmado primogénito del prócer. Entre
«comandantes en jefe» y prefabricados
«líderes supremos» o
«históricos», elijo a Simón
BOLÍVAR. Quien no fue «providencial» como
tampoco nosotros lo somos, ni seremos, en nuestra realidad y
tiempo. Afortunado que no experimenté mirarlo atravesar
algún cuerpo con su espada, atento a mis encuentros con su
pensamiento: porque las palabras, aun las incisivas, no hieren de
hecho. Escojo escrutar a ese que no fue maquillado de
«afro-descendente» o
«afrodisíaco», de «pobre»,
«humillado» u «ofendido».

(LXXXIV)

Contra la
aplicación del terror y el crimen de funcionariado de
gobierno

«Aun cuando la vida luce breve, los tormentos
que nos causan los criminales investidos de gobernantes provocan
ira y parecen interminables. Sin embargo, es menester que
evitemos la prisa que aconseja la insurrección armada o
guerra entre civiles. Los libertarios siempre vencemos sin matar
a seres humanos, porque ninguna arma letal supera al Don de la
Inteligencia»

En el curso del S. XXI, ciertos e infames sucesos
sobresalen en la Historia de Ultimomundano a causa de
sus rasgos quiméricos: pero, tal vez, ninguno supera los
protagonizados por viciosos fingidamente conversos al
«ascetismo» en ejercicio de un aparencial
apostolado político.
Con ajenos próceres
impresos de pústula imperial para la paga de sesudos
defensores (los cuales maquillan las aventuras de la
bestia-patrón-santo y también la
corrupción de eso que henchidos de leguleya
llaman padrón electoral) buscan, obcecados, aplicar una
vetusta Doctrina Terrorista y Criminal de Gobierno
conocida como Dictadura. Con ejércitos
adoctrinados para cometer toda clase de violaciones a los
Derechos Humanos y también mercenarios frente a
los clásicos poderes e instituciones públicas que
destacan por sus conductas demenciales.

El Monstruo de Tres Cabezas histriónica
y ritualmente decapita a dos entre sus inseparables partes. Pero,
hay una viva que, incesantemente, pretende asustarnos con sus
escupitajos de muerto y someternos, mediante la
violencia e intimidación, a su férrea voluntad. Esa
quimera pareciera infalible por cuanto tiene exitosas
réplicas en subdesarrollados, depauperados y en reversa
países. Afirman que avanzan a favor de la «dignidad
de los pueblos» mientras aceleran al máximo hacia la
barbarie que debió quedar sólo como una
tristísima advertencia de (sin cesar) falsificada Historia
por los adherentes de tiranías.

Los asesinos que reinan en nuestro lastimoso y ya
prescindible continente conforman la fabulosa, letal e imaginaria
Bestia Invulnerable que devasta: y desata la
aniquilación de todo lo que significa progreso
socio-económico, decreta la miseria, el odio
de guerra civil
y la muerte en nuestros
ultimomundanos territorios donde los ciudadanos
parecieran no tener derecho a ingresar a la
Civilización.

Estoy persuadido que hay formas de resistencia, lucha y
restauración del Estado de Derecho que descartan
la mencionada violencia que nace de la inoculación del
mal de la rabia entre vecinos,
pero aún no
perceptibles en sectores sofocadas por sistemáticas
amenazas contra sus vidas y estabilidad. Una de ellas: apagar la
propaganda falaz, masiva, aturdidora y alienante de los
criminales enquistados ilegítimamente al mando de
repúblicas. Otra: desobedecer sus atroces mandamientos de
catequesis para acercarnos sin miedo porque los padecimientos, el
instinto de preservación, la misericordia, fraternidad y
espíritu humanista iguala a todos los seres racionales del
mundo. Y una tercera: si las armas de guerra que exhiben las
mercenarias tropas al servicio de los bárbaros, de la
Delincuencia Política Organizada, son el producto
del ingenio de criaturas intelectualmente superiores, en lo
más profundo de nuestras psiquis subyace el
antídoto que las abatiría.

Usemos el cerebro que nos advierte de los peligros e
igual nos ilumina para hallar una cura definitiva a la
pandémica enfermedad del terrorista, cuya
sintomatología es visible y a temprana edad en los
individuos. Es tiempo que los genocidas al mando y los
también a su servicio sean separados de la
Institucionalidad de Estado, de la administración
de las riquezas públicas e impartición de la
Justicia. La Humanidad ha tenido suficientes
azotes internacionales, vándalos que ufanos se pasean y
pavonean por el mundo: encumbrados con efigies, discursos y
escupitajos de muertos. Es hora que la
Razón, el Juicio y Determinismo
que sustentan la Inteligencia imperen quitándole
jurisdicción e investidura al delincuente político
y a quienes semejan a él. Los ciudadanos que constituimos
El Soberano debemos separar de los puestos que ocupan a
los sátrapas del Poder Ejecutivo, a fiscalas,
fiscales, juezas, jueces, diputadas, diputados, oficialas y
oficiales de las Fuerzas Armadas que ejercen funciones
sin respeto por la Constitución y
leyes.

(LXXXV)

La
legitimación nacional e internacional de criminales al
mando

«Quienes emprenden la sistemática
eliminación de grupos de seres humanos es un genocida:
porque comete doctrinalmente, aun cuando no sepa lo que ello
significa. Tiene motivaciones distintas a las de un desquiciado y
asesino serial. Muchos analistas de la Ciencia Política
excusan las muertes que resultan de las órdenes represivas
impartidas por esos delincuentes al mando de repúblicas,
lo cual los convierte en cómplices»

El poder del mando político se ejerce, pervierte
u ostenta. Lo ejerce una persona provecta. Ya se sabe
quién, con extrema diligencia y brutalidad, lo pervierte u
ostenta: alguien emparentado con el soberbio, presumido y
genocida en funciones de gobierno.

Si los deplorables sucesos que la Historia de la
Humanidad
registra no me han convertido todavía en
misántropo se debe a lo siguiente: los actos de quienes
tozudamente conspiran para perjudicar a la mayoría
benévola de personas en el Mundo prueban la
complejidad de una existencia estigmatizada por la tragedia, que
no el declive o derrota del «Inmutable e Inmanente
Principio de Razón Suficiente».

La Estirpe de la Inteligencia enfrenta a la
Casta de Letales siempre proclive a la
consecución del poder y urdir la dominación morbosa
de quienes son infortunadamente manipulables. No es su
contraparte en una disputa por apropiarse de riquezas,
ejércitos, territorios, yacimientos de valiosa materia
prima, empresas, bancos o fábricas. No emprende querellas
para esclavizar, explotar u oprimir a nadie. Enciende cuando la
obscuridad pretende impedir que avance hacia la
instauración universal de la Paz, Fraternidad,
Equidad
y la Justicia a favor del auténtico
progreso de la Especie Humana.

Entiendo que sea difícil para los inaptos
lucubrar en redor de los sucesos que le afectan, pero rechazo
exculparlos fundamentándome en su obvia y fortuita
condición intelectual: porque ello no les impide advertir
la presencia de un asesino o ladrón, por ejemplo, que
ejerce funciones y toma decisiones frente a la
Institucionalidad del Estado que le precipita
tribulaciones. Los criminales al mando de repúblicas
siempre buscan coronarse, aparte de legitimación nacional
e internacional. Y comienzan con el sector ignorante del
Vulgo: alienándolo con profusa y falaz
propaganda, alterándole los sentidos. A los
letales, el impactante desarrollo de las
tecnologías no les impide proseguir con sus deleznables
propósitos como tampoco a la Inteligencia
Detractora
hallar formas para apartarlos de la
«acción de civiles» o
Civilización.

La fuerza centrípeta que a todos nos empuja hacia
el encuentro con la verdad no exime a ninguno: ni al victimario,
víctima o redentor, independientemente de la
condición intelectual o social de cada uno de nosotros.
Seremos congregados a favor de la causa mayor que es la
sobrevivencia de la Humanidad, previa abolición
de los perversos. Todo lo demás será fuego
fatuo.

(LXXXVI)

Vivimos
amenazados por parias que jamás patriotas al
mando

«Irrefutable que nuestra especie mutó
hacia la evolución intelectual hasta exhibir cualidades
humanas, pero los hechos advierten que en su historial predominan
saltos en reversa destacándola como propugnadora de lo
miserable»

En la plenitud del caos generalizado en el
Mundo, algunos fonemas de la discordia han adquirido
relevancia en tiempos cuando todos deberíamos vivir
prósperos y fraternos. Hostiles, quienes están
frente al Ministerio Transnacional para la Propagación
de Falacias
enfilan como obedientes mercenarios. Es de tales
(miles) la consumación de nada modernas aplicaciones de
software que ofertan metodologías para la praxis de
matanzas selectivas, persecuciones, torturas, intimidación
y aporreamientos de guerrilla. Sojuzgan a «los no
gubernamentales» y premian, en [«paradas»]
comparsas cívico-militares, a sus
adhesos.

¿Quiénes somos «patriotas» o
«parias» en un territorio donde los ciudadanos
creemos tener suficiente arraigo para sentir que
formamos parte de un Estado que es de una nación? Es tan
fácil pasar de «parias» a
«patriotas» o revertir el «patriotismo»
en «pariarismo». Se presume que los
«patriotas» tienen ancestros o actas de nacimientos
que los vinculan digna y afectivamente con un Estado
legítimamente constituido, y los «parias»
conformarían el sector rezagado de la sociedad y al cual
(por diversas y delictivas causas) no se le aporta parte de la
riqueza de una nación ni se le estima.

Los verdaderos «apátridas» son parias
al mando que señalan e inculpan de todo, en sus
insultantes y abusivas alocuciones e intervenciones
mediáticas, a sus detractores. Mientras que los
victimarios emplean anatemas sin saberlo, porque no les interesa
el Conocimiento, millones de personas somos
estigmatizadas al ya vetusto estilo de castas que ejercieron
fortuitas supremacías y diezmaron poblaciones.

De hecho, un «apátrida» es quien no
experimenta arraigo ni relaciones afectivas (por nacimiento o
ancestro) con quienes habitan el mismo territorio que él
ocupa o alguien que denigra de «los nacionales» en un
(repito) Estado legítimamente constituido al cual
intenta exterminar. Si soy elegido administrador de una
república y busco aliarme con quienes conforman,
pública y notoriamente, la escoria del Mundo para
dilapidar el Tesoro Público y desintegrar al país
de donde procedo, ¿mereceré se me confiera el
título de patriota? ¿O seré un «paria
resentido» que, por error del mandante que
sufraga, recibió un mandato para asumir una
inexpugnable misión devastadora?

En la puja ultimomundana por forzar el declive
de nuestros Derechos Humanos, las necesidades de los
ciudadanos son alevosa y deliberadamente insatisfechas por la
Supremacía de Parias Resentidos que pretende
instaurar un penoso estilo de sociedad en supervivencia de guerra
y perrería. Los psíquicamente ultrajados no debemos
sentir arraigo y, por ello, los líderes de manadas nos dan
trato de jaurías hambrientas. Pero, el Ministerio
Transnacional para la Propagación de Flacias
no
dará tregua a su propósito de enajenar y castrar
las mentes de todos. Aun cuando todavía no estudiada con
profundidad, las víctimas de estos caníbales
estamos ante una indiscutible Fenomenología del Salto
hacia la Caverna.
Nuestra realidad y tiempo han sido
colocados en reversa. Sabemos que nos aguardan caminos
empedrados, con abundante lodo, precipicios y bestias.

(LXXXVII)

A favor del
cierre de
la Organización de Estados Cómplices
(OEC)

«Mayores de edad y hábiles, quienes en
la actualidad representan al centro y sur de América
consagraron que de americanos era más provechosa y
divertida convertirla en
Organización de Estados
Cómplices: aparte de lo cual, una institución
prostituida y explícitamente enemiga de los
oprimidos»

En Centro y Suramérica, los militares que
adhieren al Terrorismo de Todos los Siglos no
combatirán, jamás, a delincuentes que corrompen
instituciones nacionales: sin excluir a las fuerzas armadas que
dejan, dolorosamente, de ser para la defensa de territorios
patrios y se transforman en tropas fascistas-mercenarias
destinadas a irrespetar los Universales e Inalienables
Derechos Humanos
de los ciudadanos a los cuales
deberían proteger. No resguardan fronteras contra
actividades propias de hampones internacionales ni son custodios
de la fraternidad social. Tampoco lo harán los [ci]
viles en cohecho de cometer prevaricato. Es decir: el
«cívico-militarismo» ni siquiera es mampara,
sino aparataje del Crimen Político Organizado con
Petrodólares
en Latinoamérica.

Durante los días de transición entre los
siglos XX y XXI protagonizó quien, soberbio, esputaba
improperios en el rostro de sus indefensos e inocentes gobernados
y personalidades de diversos países para luego -en cadena
de televisión y con abundantes lágrimas en los
ojos- besar una cruz porque le habían diagnosticado
cáncer y estaba desahuciado. Su conducta fue, con
profusión y dolarización, imitada por gentuza con
pantalones o faldas en cada resquicio. Mujeres y hombres a
quienes encanta la «propaganda de oferta
engañosa», el «pillaje»,
«crimen» y «estupidez» que plagan como
pandemia en Centro y Sudamérica.

Políticos y militares sin
ilustración
han fundado corporaciones transnacionales
de «haz»-«sesinos» o falsos humanistas,
que, «in facie eclessiae», lucen caricaturescamente
«mussolinianos». No tienen las charreteras de Benito,
pero mucha facha de ladrones e instigadores aparte de
totalitarios y genocidas. Los profesos del Fascismo
en Italia, Alemania u otros lugares (que se admitió como
una ideología y movimiento político en la
Europa de pre y post Segunda Guerra Mundial, desde
1918 hasta 1939) no se enmascaraban. En la actualidad se ha
convertido en mucho más que fascinación para los
cobardes que lo aplican ocultándose en agujereados manteos
de monjes. Los «fasces lictoriae» del S. XXI ya no
flanquean a quienes alcanzan legalmente el poder para
ilegitimarlo con sus malas conductas, porque esas y esos
no emplean símbolos sino vándalos o colectivos de
«haz»-«sesinos» dotados de toda clase de
modernos y postmodernos instrumentos letales.

El Imperio Económico Norteamericano
devino en el principal aliado de los malvivientes que, en el
Siglo XXI, dicen transitar una «tercera vía
política» pero siempre es la misma: esa que ha
estigmatizado a los genocidas durante centurias. Porque la
existencia de infestos, corporativistas estatales totalitarios,
ha sido posible virtud a los miles de millones de dólares
que EEUU transfiere a Venezuela a cambio de barriles de
combustible fósil. Imperio cuyas culpas descubren las
contradicciones de un gigante financiero mundial frente a
criterios relacionados con el fomento de los Derechos
Universales del Hombre,
la Democracia, Paz y Prosperidad
Doctrinal
entre países donde los mandatarios exhiben
sus coitos de dólar-fagos.

De hecho y con jurisprudencia, queda clara la
inoperatividad y decadencia de la Organización de
Estados Americanos
(OEA) en el curso del S. XXI. Aun cuando
haya resistencia de algunas personas admirables que representan
institucionalmente a sus naciones, ese organismo ya está
incorregiblemente corrompido y los ciudadanos de conciencia
emancipada debemos persistir en su cierre para instaurar una
nueva: con normas que no requieran distintas interpretaciones,
rígidas, auténticamente humanistas.

(LXXXVIII)

Supremacía
del Dólar Doctrinalmente Investido de
«Socialista»

«Que un prócer impreso tenga
investidura es
antífrasis. Pero, su viabilidad no
se la he concedido yo, sino ciertas mujeres y hombres
prestidigitadores: esos mal famados que suelen, hábil e
impunemente, robarlos a naciones para almacenarlos a su favor en
hoyos, bunkers, bancos o baúles»

La fenomenológica instauración de
«supremacías» al mando de territorios tiene un
expediente histórico mucho más antiguo que el
intento de los nazis por imponer su falaz y «aria»
raza en el mundo, suceso que impactaría tan severamente a
la Humanidad que en el curso del Siglo XXI
todavía imaginamos los sufrimientos de millones de
martirizados y el hedor que luego expelieron los promontorios de
sus cadáveres en los campos de
concentración
o ghettos: donde los alemanes,
gozosos, materializarían lo que se conoció como
«La Solución Final» o exterminio masivo de
judíos. Cierto: para ellos, fue divertida la convocatoria
gubernamental para eliminar a personas absurdamente
estigmatizadas por un persuasivo y con carisma demente que
lideraba una república.

Cuando los seres aparencialmente humanos (se presume que
«erectos», pero poco reflexivos y fervorosos
materialistas) se organizaron en tribus y demarcaron territorios
para protegerse en grandes familias, sin que ello tuviese
relacionado con estar propensos a la praxis de la endogamia, lo
hicieron para reglamentar cómo se vincularían con
distintas e «incontaminadas» etnias, razas o
asentamientos de mestizos en la iniciática y muy
dinámica Mercadería más que en
otros menos urgentes asuntos: como instruirse, desarrollarse en
las disciplinas de las Artes y Letras, Experimentación
Científica
e Invención
Tecnológica.

También es verdad que cuando el genio
sobresalió entre la mayoría de individuos toscos u
ordinarios, fue de inmediato reclutado para perfeccionar la
Mercadería que gradualmente se convirtió
en una «deidad»: con ejércitos que resguardan
sus tesoros, jueces para la resolución de querellas
mediante sentencias contenciosas-administrativas, aliados
(dueños de respetables fortunas) deseosos de invertir y
multiplicar sus activos e influencias. Entre 1789-1797 George
Washington establecería, por decreto, la impresión
del «dollar». Cuyo origen no es atribuible a EEUU,
sino a México (quizá por ello le fascina tanto a la
gigantesca comunidad hispanohablante de nuestro
tiempo)

Próximo a cumplir trescientos años de
edad, el dólar ha sido investido de
«socialista» por la mal parida Supremacía
de Prefabricados Progresistas
propensa a instaurar y
perpetuar el Terrorismo y Genocidio Doctrinal de Estado
en Latinoamérica: ello gracias a los billones de
«billetardos» estadounidenses que los
inescrupulosos mandatarios con membresía obtienen del
imperio financiero más poderoso, corruptor e inmenso
jamás conocido en la Historia Moderna y Post Moderna
del Mundo.

Permanentemente corvos a causa del peso de sus
víctimas (que llevan adheridas a sus espaldas), poco
reflexivos pero fervorosos materialistas, los de relevo
generacional «amos» (o apropiadores del combustible
fósil) no son sesudos ni anhelan una magnífica
reputación intelectual o académica: porque -con los
billetardos imperiales- compran a sectores de la
«Cultura y Ciencias» que los maquillan para que no
luzcan burdos, y mostrarlos carismáticos e intuitivos. Con
el verbo y lujos, los mercenarios les ocultan sus rictus de
forajidos
que se auto-inmortalizan y auto-confieren rangos
de «supremos» y «supremas» (con o sin
charreteras). Quienes, además, son demasiado soberanos
como para temerle a cortes internacionales o comisiones
para la defensa de los Derechos Humanos. Integran una
casta incontaminada y pura, la mal parida Supremacía
de Prefabricados Progresistas.
Hasta que se demuestre lo
contrario, son «inmortales». Prohibido equivocarnos:
esos, tales o cuales, lo son virtud a la Supremacía
del Dólar Doctrinalmente Investido de
Socialista.

(LXXXIX)

El Dictador de
Ultimomundano

«El corrupto ríe cuando se le
impreca por ser irresponsable frente a la
Humanidad: su
bonanza de ilícita e innoble procedencia es su sepultura
y, por ello, no ve ni escucha a quienes sin tribunales aliados le
reprochan»

El Dictador de Ultimonundano es,
fundamentalmente, mitómano (vocablo que viene del
Fr. «mythomane»; se dice de un sujeto propenso a
fabular sobre los hechos y pretende convertir en leyenda a su
distorsionada personalidad). Hay mucho de pueril en el
comportamiento de este arquetipo, a mi juicio no humano.
De ese «reptilsaurio» capaz de llevar al
extermino (mediante la praxis del crimen
selectivo
o el genocidio, en su variedad de
facetas) a una o más personas sin experimentar
remordimiento o culpa: el mundo habría nacido a expensas
de su conciencia, fue y es «aquí» a causa de
su nociva presencia que califica como una
«bendición».

No responde a lo fenomenológico por
cuanto, aun siendo lesivo con intencionalidad, carece
auténticamente de idealismo. La exigua conciencia
que ostenta no obra conforme a la Ciencia
Fenomenológica,
que exige nos abstengamos de formular
excediéndonos: tras deducir a partir de las demarcaciones
de la experiencia sobre las cosas que nos rodean [55]. Abunda en
conductas infantiles porque la prosopopeya lo ofusca, lo
desubica aun ejerciendo poder sobre una Nación de
«estupicacas» y absorta que le mendiga
bienaventuranzas a su (¿Dignatario?)
verdugo.

Este tyranun es, hegelianamente, el
sujeto-objeto no universal de su propia y mediocre
conciencia: que ninguna sensibilidad exhibe hacia lo que le
circunda y que es víctima de su irresponsabilidad. Estos
individuos suelen conectarse con el Vulgo
irracionalmente: con expresiones vacías que parecen, en
ocasiones, aullidos y otras veces gritos repetitivos de felino
que retumban en la inmensidad plagada de ignorancia.

Hegel, también idealista,
escribió respecto a la certeza: «La fuerza de la
verdad reside ahora, pues, en el Yo, en la inmediatez de mi
vista, de mi oído, etc. […] El Yo sólo es
Universal» [56]. Sostengo que cuando un Hombre
Superior
procede proyectándose hacia y con la
universalidad
, se transforma en estadista. Si lo
mueve el instinto de agredir o intimidar presumiendo que de esa
forma asegura su permanencia, si muestra fauces y no talentos
cuando actúa frente a los demás, si persiste en el
impulso primitivo de sofocar para encima del moribundo imponerse,
jamás elevará su inteligencia de
primate.

El Dictador de Ultimonundano se apertrecha de
armas letales, de tropas, y desestima el fomento de las Artes
y Letras
en la república que lo padece. Cree genial
nombrar las cosas torciéndole su sentido y,
cuando edifica, sólo acomete fachadas. Suple su
falta de coeficiente intelectual con profusa
propaganda multimediática, que ahora alcanza
mayor envergadura gracias a los avances tecnológicos. Todo
lo maquilla, comenzando por su ridícula intención
de «perpetuarse» (secularidad o herencia de lo
canallesco tribal). Si no es un viejo, aspira que
todavía detentará el mando cuando el tiempo lo
encorve y proseguirá senilmente con su malignidad
sin que su decadencia le advierta que dimita. No será un
sabio anciano, sino un parásito en las entrañas de
la sociedad a la cual nunca estimó: que socavará, y
le provocará hemorragias hasta el instante de su
«escisión física»

Si el Demonio existiese, se nos estaría permitido
afirmar que el Dictador de Ultimomundano es su
excremento. Pero, quienes representan a la Humanidad
están allí, mirándolo cometer atrocidades y
convocándolo para luego nada reprocharle: administra
tesoros ajenos y corrompe, forma parte de la
membresía en la Diplomafia Transnacional que
inescrupulosamente santifica «Crímenes de Lesa
[…]»

(XC)

Convidados para
ser imputados por la dictadura

«Millones de ciudadanos hemos sido convocados
a participar en una caricaturesca plática con las mofetas
del poder que, públicamente, han adelantado que si
proseguimos en actitud contraria a sus
abusos y
crímenes de funcionariado seremos imputados por
la
Fiscalía General de la República: una
pestilente institución que luego nos transferiría,
bajo fortísima custodia militar, a los fétidos
tribunales que para la impartición de la
[in]Justicia
controla la dictadura y seamos
sentenciados»

A los «convites» promovidos por la
Cúpula Mayor de Gobierno Despótico para
hipócritamente fomentar la paz preceden, conforme a
frívolos protocolos, ciertas ceremonias internacionales:
como la de solicitar a representantes del Vaticano u
otros estados para que visiten las nación masacrada en
condición de «acompañantes». A tales
burócratas foráneos no se les estará
permitido «opinar» ni formular soluciones
«vinculantes». Aparte de lo cual, días antes
de arribar al lugar donde la conflictividad pareciera irresoluble
entre los nacionales implicados, expresarán su
«incondicional apoyo» al gobierno que los ha
convocado y al cual apriorísticamente indultan sus
ininterrumpidas violaciones a los Derechos
Humanos.

A los voceros (pocos y no tan
«representativos») de las víctimas del
Terrorismo Doctrinal de Gobierno Totalitario sólo
se les «convida» para filmarlos en una
ridícula puesta en escena «de las partes en
conflicto» que, finalmente, se mirarán a los ojos y
firmarán acuerdos ulterior a la dopamina de los
instantes de fama que conceden las ruedas de
periodistas del Mundo.
Con explícita sorna, se les
convoca para ser imputados de absurdos delitos. A la
inhumación de los inocentes caídos por dictado de
la Pandilla Despótica para Cometer Crímenes
contra la Humanidad
(integrado por los mandatarios de
reconocidos gobiernos tiránicos que la provee de armas)
proceden los deplorables «servicios de casa de
festejos» que mantendrán impecable y dotadamente las
mesas de diálogo «a putas cerradas», por ellas
siempre cuentan las historias.

Sea que las conversaciones de paz se realicen «a
puertas cerradas a los periodistas» o «a putas
cerradas», sabemos que las promesas de los victimarios no
serán recordadas ni admitidas durante la fase de la
«resaca moral» que quienes ocasionalmente aceptamos
juergas a Baco experimentamos. Primero porque las personas a las
cuales se les confirieron «mandatos» no debieron,
jamás, torcerlo para imponer sistemas de gobierno
contrarios a los derechos y dignidad de sus
«mandantes». Violaron (y reincidirán, con
infinito placer) las normas elementales destinadas a salvaguardar
los inalienables derechos ciudadanos en cualquier
sociedad.

A esos «acompañantes» (que no
tendrán voz ni voto, y que bien podrían,
en momentos de discutir seriamente sobre específicos
conflictos sociales, ser auténticos jueces)
recordaré una frase de Cicerón: «Cuando se
ejerce el cargo de juez uno se debe despojar de la amistad
[…] Nada más digno en la gestión
pública que saber menospreciar una utilidad aparente para
seguir lo que corresponde a la honestidad […]»
(57)

Al «convite» de los tiranos para dialogar
sobre la fraternidad y paz entre los habitantes de un
país perturbado debería anteceder la inmediata
renuncia del Funcionariado Mayor Cívico-Militar
que ejerce un gobierno ilegítimo, violatorio de la
Constitución Nacional, por cuanto actúa
opuesto a los preceptos de los «mandantes» que
funestamente le confirieron un «mandato». Deben
renunciar quienes representan a los nada para el poder
popular
instituciones públicas
(«Ejecutivo», «Legislativo»,
«Judicial», «Moral»,
«Ciudadano», et.) porque se han corrompido al extremo
de convertirse en ostentosos y transnacionales asesinos al mando
de una nación que no merece tanta infamia.

(XCI)

El abominable
«Derecho al Ultraje de
Funcionariado»

«Desde mis días de infante, pubertad y
adolescencia hasta alcanzar mi primera mayoría de edad,
siempre sospeché que me aguardaba una que sería
obscura a causa de la Filosofía»

En el curso del 2014 he releído, efusivo, dos
libros que de Jacques MARITAIN me iluminarían durante mi
primera mayoría de edad: esa que todos alcanzamos a los 21
años, porque a mi actual la defino Edad Obscura
(58) y no «tercera». Uno de ellos es El orden de
los conceptos
(59) y el otro Filosofía Moral
(60). Mi necesidad de retomar el juicio matirainiano se
debe a la insólita -y en concierto- defensa, que muchos
hacen a favor del abominable «Derecho al Ultraje de
Funcionariado» hoy en boga en Latinoamérica y otros
lugares del Mundo.

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