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Bicentenario de la conspiración de José Antonio Aponte



  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Desarrollo
  4. Acciones
  5. Presiones y Represiones contra los
    independientes de color
  6. La
    protesta armada
  7. Derrota de la Protesta
    Armada
  8. Objetivos
  9. Las
    relaciones raciales en Cuba
  10. Conclusiones
  11. Bibliografía
    Consultada

Resumen

Se realizó una revisión
bibliográfica acerca de la fundación de la
"Agrupación Independientes de Color, por Evaristo
Estenóz, veterano luchador del Ejército Libertador,
su ideario, sus acciones; la conspiración de José
Antonio Aponte, su objetivo y su repercusión
histórica así como la discriminación racial
en Cuba. Se concluyó que el Partido de los independientes
de color tenían el programa más avanzado de
aquellos tiempos el cual abarcaba 5 temas principales: derechos
obreros, derechos ciudadanos, nacionalismo, instrucción
pública, jurídica y tierra a los campesinos, los
Independientes de Color no sólo quedaron sepultados en el
olvido, sino que también fueron cubiertos con el lodo de
la infamia, para así aterrorizar a la población
negra y mestiza, José Antonio Aponte tuvo la gloria de
haber encabezado la primera rebelión contra España
con algunos resultados prácticos, la Revolución y
el Partido Cubano siempre han estado en contra de cualquier
tendencia racista.

Introducción

El racismo, nacido de una historia de más de
cuatro siglos de esclavitud en la Cuba colonial, y potenciado con
la intervención norteamericana para escamotear la
independencia al Ejército Libertador, cuando ya este
tenía derrotado al colonialismo español,
provocó que la República naciera con una
Constitución, aprobada en 1901, que solo refería
que: "todos los cubanos son iguales ante la Ley. La
República no reconoce fueros ni privilegios".

No se precisó entonces, de forma alguna,
cómo encarar y resolver el problema ancestral de la
discriminación racial, a pesar de que la raza negra
había aportado el 80 por ciento de los combatientes del
Ejército Libertador, más del 14 por ciento de sus
generales y el 30 por ciento de sus coroneles.

Con la ocupación norteamericana proliferó
aún más la discriminación racial. Negros y
mestizos continuaron siendo preteridos en la vida social,
económica, cultural y política. Eso en parte
tenía un fuerte basamento en las condiciones en que
habían adquirido, a mayoría de ellos, la libertad
apenas catorce años antes; en que las masas de esclavos
recién liberados estaban en peores condiciones que el
cubano blanco más humilde.

Por otra parte, Tomás Estrada Palma, desde que
fue impuesto por el Gobierno de los Estados Unidos como el primer
presidente de la República, influido por la
política de Apartheid que aplicaba en la
administración norteamericana en ese país
norteño, excluyó a los negros y mestizos de todos
los cargos públicos, aun de los más humildes.
También fueron excluidos del cuerpo diplomático y
de acceso a la superación cultural. El obrero negro era
explotado; al campesino, se le negaba la tierra.

Debemos imaginarnos como se sentirían los
veteranos que habían luchado por la independencia, en
especial los de piel oscura, que además eran
víctimas de la discriminación racial, la que
incluso llegó a prohibir la presencia de los negros en
todas las actividades oficiales.

El 29 de junio de 1902, veteranos negros de las guerras
de independencia organizaron un mitin en un teatro de La Habana,
en el cual participaron muchos veteranos blancos que
habían combatido junto con sus hermanos de color, como
llamaban a negros y mestizos. El general Silverio Sánchez
Figueras denunció en su intervención que mientras a
los de su raza no se les permitía pertenecer a la
policía, ese cuerpo estaba plagado de bandoleros.
Similares planteamientos hizo también el general Juan
Gualberto Gómez.

Fueron tantos los desmanes cometidos por el Gobierno
reaccionario y racista de Estrada Palma que fue derrocado por la
Revolución de agosto de 1906, en la cual tuvieron una
activa participación liberales negros, aunque no lograron
con ello, como habían esperado, la desaparición de
los prejuicios raciales.

Desarrollo

En 1907 ya se acusaba a Evaristo Estenóz
Corominas de estar tratando de integrar un partido
político con ciudadanos negros y mestizos; estas
acusaciones provenían de fuentes de inteligencia
norteamericanas. En esa época habían distintas
corrientes que pugnaban por la unidad de negros y mestizos. Una
de éstas era orientada por Ricardo Batrell y Alejandro
Meninger, quienes lanzaron un "Manifiesto al pueblo de Cuba y a
la raza de color", en el que se denunciaba las condiciones de
preterición y discriminación a que se hallaban
sometidos y se exhortaba a la unidad para la lucha por sus
reinvindicaciones. El documento circuló muy profusamente
en Camagüey. En las elecciones parciales de junio de 1908,
los ajustes para las candidaturas dejaron insatisfechos a los
negros más radicales, entre los que se encontraba un
veterano del Ejército Libertador, Evaristo Estenóz
Corominas

El 1 de agosto de 1908 se celebraron las elecciones
parciales en las que ninguno de los candidatos negros postulados
para concejales y consejeros, por los partidos Liberal y
Conservador, resultó electo.

Toda esta intolerable situación dió
origen, el 7 de agosto de 1908, a que fuera fundado, por Evaristo
Estenóz veterano luchador del Ejército Libertador,
la "Agrupación Independientes de Color, en el # 63 de la
calle Amargura en La Habana, con el objetivo de participar en las
elecciones del 14 de noviembre de ese año. Se abría
un capítulo en la historia de Cuba, que
repercutiría, al igual que la conspiración de La
Escalera, durante muchos años sobre uno de los elementos
constitutivos de la nación cubana.

Teniendo como proclama principal la idea del
héroe nacional José Martí de tener una
"República con todos y para el bien de
todos".

Se levantó en acta formal que el presidente de la
agrupación seria Estenóz y el puesto de secretario
seria ocupado por Gregorio Turín, también oficial
del Ejército Libertador, así como las causas por
las cuales había sido constituida la organización;
se dirigió la solicitud de inscripción a Enoch
Crowder, presidente de la Junta Electoral durante la
intervención norteamericana, y la misma fue aprobada. Como
primer objetivo se plantearon la participación en las
elecciones del 14 de noviembre de ese año. En el acto de
constitución proclamaron: "solemnemente, fija nuestra
vista en la cordialidad universal, en el amor al progreso de la
humanidad, el bien colectivo de todos los habitantes que integran
el territorio de la Patria, y más que todo, el respeto y
la consideración mutua que por ley humana y por ley
política y civil debe existir para que todos gocen de la
luz del sol en esta tierra, puedan amarse y entenderse, y
recogiendo el general sentir de todos los elementos de la raza de
color de toda la Isla, que nos consultan a diario, demostrando su
inconformidad con el actual estado de cosas, entendemos que para
llevar a la práctica una era de paz moral para todos los
cubanos, presentemos una candidatura formada por hombres de color
cubriendo todos los cargos efectivos".

"…inspirados en una obra amplia y generosa,
tenemos el deber de mantener el equilibrio de todos los intereses
cubanos, y que la raza negra tiene derecho de intervenir en el
Gobierno de su país, no con el fin de gobernar a nadie,
sino con el propósito de que se nos gobierne
bien".

La experiencia electoral de 1908 llevó a esta
agrupación a expresar en la tribuna pública su
convicción de que la militancia en los partidos
tradicionales no era el camino para obtener los derechos que le
eran conculcados.

"Los hombres de color que militan en los partidos
políticos, no han tenido, no tienen, ni tendrán,
correligionarios en ellos, más que en los casos en que se
proyecte una manifestación callejera, para que sean los
negros los portadores de las candilejas; para que formen los
núcleos numerosos que aplaudan en los mítines, para
que sean los propagandistas decididos y entusiastas de los
candidatos postulados por el partido, para que sean los agentes
gratuitos y diligentes el día de las elecciones, y para
conseguir tal cooperación, tan solo basta con que
aparezcan en la candidatura del partido, dos o tres nombres de
individuos de piel oscura, postulados para los más
humildes de los cargos…"

Aceptada su inscripción como partido
político por la comisión electoral que
presidía un norteamericano, acudió el nuevo Partido
Independiente de Color (PIC) a las elecciones presidenciales de
noviembre de 1908, aspirando solamente a elegir representantes al
Congreso.

"Para nuestro partido, hoy por hoy, no es un caso de
indisciplina que sus miembros voten indiscriminadamente por
Menocal o por José Miguel, por quien mejor les plazca. Lo
esencial nos es que salgan triunfantes para representantes
nuestros candidatos."

Acciones

Se crea el periódico "Previsión" como
órgano de los independientes de color en La Habana el 15
de agosto de 1908, se efectúa el primer mitin
público en la plaza del Cristo para boicotear elementos
del partido liberal afectados por el desprendimiento de numerosos
liberales negros, que habían formado filas junto a los
independientes de color.

Ideario del Partido

Tenían el programa más avanzado de
aquellos tiempos el cual abarcaba 5 temas principales: derechos
obreros, derechos ciudadanos, nacionalismo, instrucción
pública, jurídica y tierra a los
campesinos.

Demandaban:

  • Repatriación por cuenta del estado de todos
    los cubanos que quisieran regresar al país y
    estuvieran carentes de medios.

  • Revisión de los expedientes de propiedad
    hechos efectivos durante la primera intervención
    norteamericana.

  • Nacionalización del trabajo, mediante ley que
    garantice la admisión de cubanos con preferencia a los
    extranjeros.

  • Distribución en colonias de las tierras del
    Estado o de las que se adquieran para el efecto, para los que
    carezcan de recursos.

  • Leyes para regular el trabajo infantil.

  • Seguros contra accidentes del trabajo.

  • Creación de la escuela naval y
    militar.

  • Enseñanza gratuita y obligatoria, incluyendo
    la gratuidad en la Universidad.

  • Inmigración no selectiva, debido a los
    intentos de blanquear el país.

  • Juicio por jurado, constituidos por ciudadanos de
    ambas razas.

  • Oposición a la pena de muerte, pues estimaban
    que los negros eran las principales víctimas ya que
    los blancos tenían muchas más oportunidades de
    que se les conmutara la pena.

  • Reforma penal, para crear verdaderas instituciones
    correccionales, pues la mayoría de los que iban a
    prisión eran pobres y analfabetos y se les debiera
    enseñar oficio para su mejor reintegro a la
    sociedad.

  • Tribunales de trabajo para mediar en las disputas
    entre el capital y el trabajo.

  • El nombramiento de ciudadanos de color en el cuerpo
    diplomático entre los nativos cubanos.

El 20 de septiembre de 1908 en la plaza de El Cristo, en
La Habana, se efectuó el primer mitin público de la
organización, que se intentó sabotear. Los
Independientes de Color no se dejaron provocar, y evitaron
así una riña tumultuaria; los perturbadores
procedían de las filas de las dos coaliciones del
liberalismo, zayista y miguelistas, así como de los
seguidores de Martín Morúa Delgado, afectados por
el desprendimiento de numerosos liberales negros, que
habían formado filas junto a los independientes de
Color.

Una cuestión polémica en la vida de
Martín Morúa Delgado es la Enmienda que da su
nombre al artículo 17 de la ley Electoral. Esta Enmienda,
presentada en febrero de 1910, el último año de su
gestión como congresista, tenía como supuesto
objetivo evitar una lucha racial en Cuba, pero el verdadero
trasfondo era eliminar al Partido Independiente de Color, que se
nutría fundamentalmente de los negros y mestizos
defraudados por el Partido Liberal, al que pertenecía
Morúa, especialmente la fracción "miguelista". La
aprobación de la Enmienda fue el catalizador para la
protesta armada de los Independientes de Color, iniciada el 20 de
mayo de 1912. Los Independientes de Color, a pesar de su fracaso
electoral en noviembre de 1908, motivado entre otras cosas por lo
incipìente de su organización, tenían como
compensación el derecho establecido en el Código
Electoral de poder participar en los comicios de julio y
diciembre de 1910, al que sólo tenían derechos
liberales, conservadores e independientes, pues habían
participado en los comicios de 1908. Por lo tanto, la Enmienda
Morúa les impediría participar.

La Enmienda fue presentada al Senado, el 11 de febrero
de 1910, por los congresistas: Martín Morúa
Delgado, Antonio González Pérez y Tomás
Recio. La Enmienda adicional al artículo 17 del
Código Electoral era en realidad una "percha". Se
conocía por "percha" cualquier adición ajena al
texto de un proyecto en discusión. Era una política
usual incluir intereses personales o de grupo, en las leyes de
interés nacional de aprobación segura o
probable.

Martín Morúa Delgado elevó al
Congreso su enmienda, que impedía la existencia de
partidos con individuos de una sola raza, color o clase social.
El Senado la aprobó en febrero de 1910.

Tres meses después la sancionó la
Cámara de Representantes. Por esta fecha, Estenóz y
más de 70 miembros del partido estaban en prisión.
Con la aprobación de la enmienda Morúa, los
políticos liberales y conservadores eliminaban el
"peligro" que representaba el PIC, al intentar llevar a la
práctica los derechos y la igualdad para las masas negras
plasmadas teóricamente en la
Constitución.

No obstante la aprobación de la enmienda y la
represión, el PIC continuó su lucha,
concentrándose en la abolición de la misma. Esta
lucha alcanzó su nivel más alto en 1912.

El Gobierno de José Miguel Gómez,
entretanto, recrudeció la represión contra los
Independientes de Color. En abril de este año el ministro
de Gobernación, Gerardo Machado y Morales, inició
una persecución tenaz contra ellos.

Presiones y
Represiones contra los independientes de color

El 24 de febrero de 1910 el periódico
Previsión denunciaba las arbitrariedades cometidas contra
los Independientes de Color en los pueblos de Cruces,
Güines, La Esperanza y otros lugares del país. El
crecimiento de los Independientes de Color preocupaba, como se ha
dicho, fundamentalmente al Partido Liberal, que ostentaba el
poder, como continuación de la ola represiva contra los
Independientes de Color, en marzo de 1910 era detenido Manuel
Pardo Galíndez, acusado de injuria a la
autoridad.

El 22 de abril eran detenidos, acusados de
asociación ilícita, 52 militantes del Partido
Independiente de Color, entre los que se encontraban sus
dirigentes principales: Estenóz, Surín, Antero
Valdés, Juan Coll, el coronel Julián Sierra y el
general Fournier. Ya en prisión, se les modificó la
acusación por la de conspiración para la
rebelión, y se les exigió la fianza
astronómica de diez mil pesos en moneda norteamericana.
Los detenidos enviaron una carta al presidente Gómez, en
la que denunciaban la arbitrariedad y señalaban que la
mayoría de los detenidos estaba formada por veteranos del
Ejército Libertador, que habían sido calumniados,
ofendidos y encarcelados por haber integrado un partido que
tenía como divisa fundamental la república
igualitaria, sin pretensiones raciales. En una maniobra para
aislar a los Independientes de Color detenidos, el Gobierno dio
pie a un rumor de que sus correligionarios intentaban liberarlos
por la fuerza; esta patraña sirvió para endurecer
el régimen de los encarcelados y privarlos de las visitas
de sus familiares.

El juicio a los detenidos en abril de 1910
comenzó el 14 de noviembre de ese año en la Sala
Tercera de lo Criminal. Finalmente, el proceso terminó con
la absolución de todos los acusados, el 24 de diciembre de
1910. Aún después de ser liberados continuó
todo tipo de presiones contra los Independientes de Color;
anónimos con amenazas de violencia física e incluso
de muerte llovían contra los dirigentes que no
habían claudicado.

La protesta
armada

Ilegalizado por el Congreso, el Comité Ejecutivo
Nacional del Partido Independiente de Color se reunió en
mayo de 1912 en la calle Virtudes, 95, en la ciudad de La Habana;
en la reunión participaron, entre otros, Evaristo
Estenóz, Casimiro Fariñas, José Inés
García, Julio Cachancha, el general Pedro Ivonet, el
coronel Simón Armenteros, Guillermo Laza, Antonio
Deroncelet y Abelardo Pacheco. En el encuentro hubo
planteamientos de continuar la lucha dentro la legalidad a pesar
de las trabas que creaba el secretario de Gobernación,
Gerardo Machado, pero otros se mostraron partidarios de una
demostración de fuerza, mediante un levantamiento en armas
que ellos calificaron como protesta armada. Estenóz se
opuso a ese planteamiento, pero en una consulta realizada a los
comités del Partido a lo largo de toda la Isla ésta
mostró una mayoría inmensa favorable al
levantamiento.

El 20 de mayo de 1912 se produjo el levantamiento. En
menos de dos meses fueron masacrados más de tres mil
negros y mestizos, fundamentalmente en la antigua provincia de
Oriente.

Las tropas del Gobierno tuvieron 12 bajas. El jefe de la
Guardia Rural, general José de Jesús Monteagudo, en
informe al presidente José Miguel Gómez,
expresaba:

"Es imposible precisar el número de muertos,
porque los combates han degenerado en una carnicería
dentro del monte".

El levantamiento principal fue en Oriente, encabezado
por sus principales dirigentes: los generales Pedro Ivonet
Dofourt y Evaristo Estenóz, quienes dirigieron a los
alzados, la mayoría de ellos con armas viejas e ineficaces
frente a las bien armadas fuerzas del Gobierno. Hubo otros
levantamientos en Villa Clara y en Matanzas. En La Habana un
grupo dirigido por el comandante del Ejército Libertador,
Tomás Arcona, fue exterminado. Se combatió en
Regla, Marianao, Güines, Nueva Paz. Se produjeron,
además, levantamientos en Villa Clara y en La Habana y
Matanzas.

En la capital, el 20 de mayo, en Cuatro Caminos de
Falcón, lugar situado entre Arroyo Arenas y Jaimanitas,
fue sorprendida una partida cuyo jefe era Tomás Arcona. En
los municipios habaneros de Caimito y Jaruco, fueron derrotados
los rebeldes. Se detuvieron a varios antiguos altos oficiales
mambises, entre ellos al general Juan Duchase; los coroneles
Isidro Acea Gil, José Gálvez, Alfredo
Rodríguez; al comandante Eligio Griñán y al
hijo del general Guillermón Moncada. Estuvieron
también a punto de ser encarcelados los mayores generales
Agustín Cebreco y Jesús Rabí, a pesar de
haber expresado su postura contraria al alzamiento en telegrama
enviado al Gobierno.

Los grupos alzados en armas no eran numerosos. Un hecho
que frustró la magnitud del levantamiento fue la
detención, el 19 de mayo de 1912, de numerosos
Independientes de Color. La llamada "ley de fuga" sirvió
para encubrir decenas de asesinatos.

El Presidente norteamericano inmediatamente
amenazó con la intervención y envió buques
de guerra a la Bahía de Nipe, Bahía de
Guantánamo y a la Bahía de La Habana. Así
desembarcaron tropas para "proteger" las propiedades
norteamericanas en Oriente. Entre los elementos alegados por la
prensa estadounidense para aplastar el levantamiento se
argumentó que "era un mal ejemplo para la población
negra del sur de Estados Unidos".

Derrota de la
Protesta Armada

Muertos los dirigentes principales, faltos de armas,
parque y abastecimientos, las presentaciones de los sublevados se
multiplicaron. El terror masivo se implantó en las
áreas rurales en forma de los múltiples asesinatos
perpetrados por las hordas de Monteagudo, entre éstos los
de los dirigentes del Partido Independiente de Color, René
Sagne y Germán Luna. Pocos de sus dirigentes alzados en
armas escaparon con vida, entre ellos Chano Martínez, Juan
Bell y Agapito Savón.

La protesta armada, que había sido un gesto
intimidatorio para que el gobierno derogara la Enmienda
Morúa, fue la tumba del Partido Independiente de Color.
Con la presentación de José Luis Echevarría,
en Mayarí, uno de los pocos jefes de importancia que
quedaban alzados, se supo que el movimiento estaba liquidado.
Hechevarría declaró: Con la muerte de Ivonet se ha
dado al traste con la rebeldía, era el último de
los jefes de nombre que quedaba en el campo insurrecto. En esa
fecha, los acusados a los que se seguía causa por
rebelión sumaban dos mil, y en el vivac de Santiago de
Cuba otros 180 esperaban su traslado para la cárcel. A
Guantánamo arribaron en esos días 105 detenidos que
en su mayoría eran campesinos negros, procedentes de los
pueblos cercanos, aunque entre ellos había dos
españoles.

Los Independientes de Color no sólo quedaron
sepultados en el olvido, sino que también fueron cubiertos
con el lodo de la infamia, para así aterrorizar a la
población negra y mestiza.

Evidentemente, a este olvido de la historia oficial de
la república neocolonial se puede aplicar las palabras de
José Martí: "Cuando se está contento de
su pasado, se habla de él; cuando no se habla de
él, es porque su recuerdo pesa y
avergüenza".

Tres mil hombres, en su mayoría desarmados,
fueron perseguidos, cazados como fieras y masacrados por las
fuerzas del "orden" establecido.

Luego de varios encuentros con el ejército
cesó la resistencia. El general Estenoz se fue detenido y
asesinado el 27 de junio de 1912. En cuanto a Pedro Ivonet, lo
capturaron y asesinaron.

Así concluyó en los albores del Siglo XX
cubano la historia del Partido Independiente de Color y la lucha
de los negros y mestizos por lograr la eliminación de la
discriminación, que perduró durante los años
de la neocolonia, hasta 1959, en que la Revolución Cubana
comenzó a adoptar medidas concretas para erradicarla,
medidas que aún se aplican para garantizar la igualdad
entre todos los cubanos.

Conspiración de Aponte. Movimiento de
objetivos antiesclavistas y separatistas que se extendió
de La Habana a Puerto Príncipe, Remedios, Bayamo y
Holguín. Fue liderado por el ex cabo primero del
Batallón de Morenos, negro libre, ebanista y presidente de
un cabildo negro, José Antonio Aponte y
Ulabarra.

Las tensiones generadas durante la etapa constitucional
de la primera década del Siglo XIX originan las
sublevaciones de Puerto Príncipe y Bayamo; y como
conclusión de tan convulso período, la muy
peligrosa Conspiración de Aponte (1810-1812).
Conspiraciones y revueltas es un tributo importante al estudio de
la Historia total del siglo XIX cubano pues permite (re)conocer
nuevos datos sobre el pensamiento y la acción
sociopolíticos de los afrocubanos; datos que aportan
matices imprescindibles para evitar generalizaciones
inconvenientes en la interpretación de la historia
nacional.

Ideológicamente se inspiró en la
revolución haitiana y tuvo abundantes prosélitos
entre negros y mestizos radicados en Cuba, procedentes de ese, de
otros países latinoamericanos y de Estados Unidos que
permanecían en Cuba burlando reales órdenes de
expulsión. Además de negros y mulatos libres y
esclavos, el movimiento logró atraer a algunos criollos
blancos a través del catalán Pedro Huguet, quien al
igual que Aponte, había tomado parte en la
conspiración de Román de la Luz.

Objetivos

Era su propósito desatar la revolución el
6 de enero de 1812 mediante el incendio de los barrios extramuros
habaneros, seguido del asalto sorpresivo al castillo de
Atarés y a los cuarteles de Dragones y Artillería,
y con las armas así ocupadas, equipar al resto de los
complotados para ganar el control de la capital.
Simultáneamente, el negro libre dominicano, Hilario
Herrera, el inglés, junto a Miguel González y
Calixto Gutiérrez harían otro tanto en Puerto
Príncipe, a lo que se sumaría la sublevación
de varias dotaciones de esclavos de ingenios y cafetales de
Remedios, Puerto Príncipe y Bayamo.

Todo ello debía coincidir con la llegada de un
buque haitiano contratado por Herrera, con 300 fusiles y
municiones, a cierto punto de la costa norte de Camagüey.
Por diversas razones, el levantamiento general fue pospuesto,
pero el 15 de marzo de 1812, la dotación del ingenio
Peñas Altas, en Guanabo, liderada por Juan Barbier,
Lisundia y Pacheco, se sublevó aisladamente y aunque
logró incendiar cañas y fábrica ese
día, fracasó al siguiente cuando trató de
repetir los hechos en el ingenio Trinidad.

La conspiración fue delatada el 16 de marzo y sus
principales líderes encarcelados, sometidos a juicio y
ejecutados. En La Habana, Aponte y ocho de sus seguidores
(Clemente Chacón, Salvador Ternero, Juan Bautista,
Estanislao Aguilar, Juan Barbier, Esteban, Tomás y
Joaquín Santa Cruz) fueron ahorcados el 9 de junio de
1812. La cabeza del dirigente negro fue exhibida dentro de una
jaula de hierro en la esquina de San Luis Gonzaga (Reina) y
Belascoaín por orden de Someruelos a modo de
escarmiento.

Anteriormente, en enero y febrero, en Puerto
Príncipe, Miguel González, Calixto Gutiérrez
y otros seis conspiradores fueron ejecutados; 31 fueron azotados,
algunos de los cuales murieron, y otros enviados al presidio de
San Agustín de la Florida; 42 más sufrieron azotes
y penas de trabajos forzados perpetuos.

En Bayamo y Remedios se produjeron 20 ejecuciones. En
Holguín, Juan Nepomuceno fue ahorcado. Herrera
logró escapar y refugiarse en Santo Domingo, al igual que
otros complotados que huyeron al extranjero. Las autoridades
coloniales cuidaron de excluir del proceso a los blancos
implicados en el mismo para acentuar su matiz negro. José
Antonio Aponte tiene la gloria de haber encabezado la primera
rebelión contra España con algunos resultados
prácticos.

Las relaciones
raciales en Cuba

Los estudios contemporáneos sobre el racismo y
sus expresiones dan cuenta de cambios que se producen, generando
un racismo de nuevo tipo, calificado de diversas maneras, en
contraposición con el tradicional: nuevo racismo, racismo
simbólico, racismo moderno, racismo diferencialista,
neorracismo blando, racismo aversivo, racismo ambivalente,
racismo latente, racismo pos moderno, entre otros (Espelt y
Javaloy, 1997).

En el racismo actual el sello distintivo y generalizador
es la forma sutil de sus pronunciamientos. Si el racismo
tradicional era perfectamente identificable y declaradamente
agresivo y establecía la desigualdad entre las razas y la
superioridad de unas sobre otras, el racismo posmoderno
actúa tras las brumas de determinada aceptación y
tolerancia del "otro", pero proponiendo que las razas no son
superiores ni inferiores sino diferentes, y por tanto no hay
posibilidad de dialogar para establecer normas de convivencia
comunes.

Las migraciones de países del Tercer Mundo hacia
Europa y los Estados Unidos, la situación de los
refugiados, los conflictos interétnicos, los religiosos,
los fronterizos, los desastres ecológicos, la caída
del campo socialista y, en especial, de la Unión
Soviética, el hegemonismo: todos estos fenómenos
que caracterizaron los finales del siglo XX y forman parte de los
inicios del XXI, han provocado que el racismo se convierta, como
nunca antes, en un proceso global y globalizador, pues con
él se hacen concomitantes otros problemas de
carácter ideológico, político, cultural,
social, legal.

En particular en Cuba, el racismo —sin otros
eufemismos edulcorantes de la realidad— encontró, en
la explotación de la mano de obra del negro esclavo
durante la Colonia, y en las estructuras de dominación en
las que devino luego el capitalismo dependiente, condiciones
propicias para afirmarse profundamente en las ideologías,
la psicología social y las prácticas cotidianas. Se
instituyó en el modo de vida, para formar parte de una
herencia estructural y cultural que debió sufrir y
enfrentar el revolucionario de cada una de las etapas formativas
de la nación.

Para abordar el tema de las relaciones raciales en Cuba,
se hace necesario que se bosquejen aquellos aspectos que en el
plano histórico definen las particularidades del proceso
de integración sociorracial del pueblo cubano, y que en
buena medida explican los matices que muestra la situación
actual. Más adelante se emprende un intento en esa
dirección, que incluye la mención a algunas
referencias historiográficas fundamentales que
constituyeron hitos en el tratamiento de la problemática
en la Isla e incidieron en sus manifestaciones en la
práctica social.

Hoy la ciencia ha demostrado la unidad de la especie
humana, se rechaza la "pureza" de las razas y se niega que tengan
un significado científico. Incluso se discute la
conveniencia de la propia utilización del término
"raza", aun cuando se aplique a la variabilidad biológica
humana, al conjunto de caracteres físicos externos
hereditarios, formados en el devenir histórico, que no son
afectados por factores sociales como la educación o la
tradición, y que se encuentran distribuidos o esparcidos
espacial mente con independencia de las divisiones
étnicas.

Racismo, como la doctrina que establece una
relación entre los rasgos físicos, culturales y
sociales, y que supone la superioridad de unas razas sobre otras.
El racismo, en el campo de las ideas o creencias, tiene una
proyección específica a través del prejuicio
racial y, en el terreno de la acción social, tiene su
manifestación en los actos de discriminación y
segregación raciales, ya sea en las relaciones
interpersonales o en la actividad de las entidades
sociales.

El "prejuicio racial" es un fenómeno
socio-psicológico del comportamiento humano (Worchel,
1988), culturalmente condicionado y adquirido en los procesos de
socialización, que implica una disposición o
actitud desfavorable hacia los miembros de un grupo, al que se le
atribuyen rasgos estereotipados, sea debido a la apariencia, sea
debido a la ascendencia étnica que se le
reconoce.

El prejuicio racial no puede separarse del "estereotipo
racial": representación mental traducida en opiniones o
juicios generalizados, de gran rigidez y perdu rabilidad,
aplicada a los miembros de un grupo de determinada
filiación racial, a los que se les atribuye
características peculiares y distintivas, positivas o
negativas. Es la parte cognitiva del prejuicio, lo explica y
justifica.

La "discriminación racial" se refiere a las
conductas expresadas en el tratamiento desfavorable de unas
personas o grupos por otros, de diferente filiación
racial, a partir de referencias arbitrarias a su supuesta
inferioridad.

Las relaciones raciales han reflejado las condicionantes
y características que los componentes raciales y
culturales (desde su posición en la estructura social)
introdujeron en el conjunto de las relaciones sociales y, por
consiguiente, en los procesos étnicos y en la etnicidad
que los expresa. Quiere esto decir que la etnicidad y las
relaciones raciales se condicionan mutuamente e inciden una en la
otra, se proyectan en sus expresiones históricas, siendo
mediadoras de la discriminación y el prejuicio racial.
Desde otro ángulo, en el proceso de socialización
del hombre se asientan los mecanismos reproductores de la
etnicidad y son al unísono los mismos mecanismos
reproductores de las relaciones raciales.

Ambos procesos, entonces, se integran en la
conformación de una identidad cultural y nacional, en la
que cada individuo se reconoce y se contrapone, en el nivel del
proceso étnico que sea, a partir de su origen etnorracial
y de la posición que ocupe en el contexto de las
relaciones y de la estructura social.

El tema racial constituye el indicador priorizado para
el tratamiento del prejuicio y la discriminación racial y
los factores que favorecen su supervivencia. En este tema
particularmente, en el caso de los estudios realizados en la
esfera familiar, además de las familias blancas, negras y
mestizas se incluyeron las familias mixtas, cuando estaban
constituidas por personas de diferente grupo racial.

En Cuba, en las últimas décadas del siglo
XX, hay carencia de estadísticas que evalúan las
variables raciales.

Hoy por hoy los negros tienen los mismos derechos y
deberes que los blancos y la misma oportunidad y posibilidad de
realizarse profesional y socialmente en todas las esferas de la
vida.

Conclusiones

  • El Partido de los independientes de color
    tenían el programa más avanzado de aquellos
    tiempos el cual abarcaba 5 temas principales: derechos
    obreros, derechos ciudadanos, nacionalismo,
    instrucción pública, jurídica y tierra a
    los campesinos.

  • Los Independientes de Color no sólo quedaron
    sepultados en el olvido, sino que también fueron
    cubiertos con el lodo de la infamia, para así
    aterrorizar a la población negra y mestiza.

  • José Antonio Aponte tiene la gloria de haber
    encabezado la primera rebelión contra España
    con algunos resultados prácticos.

  • La Revolución y el Partido Cubano siempre han
    estado en contra de cualquier tendencia racista.

Bibliografía
Consultada

  • Castellanos, Dimas: "La Nación y los
    Independientes de Color"; Nueva Frontera, 2002. Año IV
    N° 14.

  • Castro Fernández, Silvio: La Masacre de los
    Independientes de Color, 1912. Editorial Ciencias
    Sociales.

  • Fernández Robaina, Tomás. 1990: El
    Negro en Cuba, 1902-1958. Editorial Ciencias
    Sociales.

  • Afrocubaweb. Masacre de los Independientes de Color:
    una profecía fatal Consultado el 14 de marzo del
    2014.

  • El racismo dividió a la sociedad
    cubana», artículo de Ulises Estrada Lescaille en
    la web de Revista de análisis general
    Bohemia.

  • Libro " Las relaciones raciales en Cuba. Estudios
    contemporáneos ". Editorial Cubana "Arte y
    literatura".

  • Centro de Desarrollo Territorial Holguín
    – UCI Ecured Portable v1.5 2011-2012.

 

 

Autor:

Ileana Álvarez Fundora

 

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