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La crisis del empleo de los jóvenes – Parte I (página 4)




Enviado por Ricardo Lomoro



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7

Microsoft ha propuesto que Estados Unidos adopte una
"estrategia nacional de talentos", que podría servir de
base para un debate internacional sobre el tema. Esta estrategia
incluye aumentar la movilidad internacional de trabajadores
calificados, ampliando la entrega de visas de entrada a Estados
Unidos para trabajadores de cuatro campos fundamentales a los que
en inglés se identifica con la sigla "STEM" (ciencia,
tecnología, ingeniería y matemática);
aumentar el acceso a las ciencias de la computación en la
educación secundaria; e incrementar la capacitación
de maestros y los programas de grado en los cuatro campos
citados, para que las futuras generaciones estén
preparadas para satisfacer las necesidades de un mercado laboral
cambiante.

Sin duda hay otras ideas y estrategias que
también pueden servir de aporte a esta importante
discusión. Pero tomar las decisiones correctas requiere
que nos hagamos preguntas difíciles, que intentemos
comprender en forma colectiva los cambios que se necesitan y que
nos comprometamos a implementarlos. ¿Qué papel cabe
a gobiernos, ONG y empresas en la creación de las
oportunidades educativas necesarias para preparar a las futuras
generaciones? ¿Estamos prestando suficiente
atención a los campos "STEM" en nuestros sistemas
educativos y, si no, qué podemos hacer para reforzar esas
disciplinas? ¿Qué políticas de
inmigración son más favorables al crecimiento
económico?

El Foro Económico Mundial de este año
será una importante oportunidad para debatir estas
cuestiones críticas junto con líderes de todo el
mundo. El momento de adoptar una estrategia global de talentos
(que nos beneficiará a todos) ya llegó.

(Brad Smith is General Counsel and Executive Vice
President of Microsoft)

Los hijos de un dios menor: ¿flexiseguridad o
ultrainseguridad? (that is the question)

– El empleo flexible es la clave (Project Syndicate –
21/1/13) Lectura recomendada

(Por Rolf Dorig)

Glattbrug, Suiza.- El aumento del desempleo juvenil,
especialmente en Europa, es noticia en todo el mundo.
Aproximadamente 5,5 millones de europeos menores de 25
años se encuentran desempleados. Más de 7,5
millones de personas entre las edades de 15 a 24 años son
personas "Ni-ni" – es decir, son personas que no se encuentran
empleadas, ni estudiando o en periodo de formación. La
tasa de desempleo juvenil supera el 25% en 13 países
europeos: asciende a aproximadamente el 30% en Italia, Irlanda,
Bulgaria, Chipre, Letonia, Hungría y Eslovaquia, y supera
el 55% en Grecia y España.

Al mismo tiempo, más del 30% de
los solicitantes de empleo menores de 25 años han estado
desempleados por más de 12 meses, y sus posibilidades de
encontrar empleo siguen siendo bajas. Menos de un tercio de los
jóvenes que se encontraban desempleados en el año
2010 encontraron trabajo el 2011, y sus posibilidades
continúan disminuyendo.

De acuerdo con un reciente informe de
Eurofound, el costo económico (beneficios pagados
más ingresos fiscales perdidos) de los jóvenes
Ni-ni excede los €150 mil millones ($196 miles de millones
de dólares) al año – más de 1,2% del PIB
total de la Unión Europea. En algunos países -como
por ejemplo Bulgaria, Chipre, Grecia, Hungría, Irlanda,
Italia, Letonia y Polonia- el desempleo juvenil tiene un costo
que asciende a más del 2% del PIB.

Si se permite que esto
continúe, la crisis del mercado laboral europeo
infligirá un daño duradero en toda una
generación, con imprevisibles efectos a mediano y largo
plazo en materia de empleo, productividad y cohesión
social
. Revertir esta tendencia requerirá de
propuestas concretas y acciones determinantes. Los países
deben buscar soluciones que ayuden a que las empresas creen
puestos de trabajo al hacerse flexibles, y de este modo
acrecienten su nivel de competitividad.

La Comisión Europea ha puesto el desempleo
juvenil como un tema de prioridad en su agenda. De hecho, el mes
pasado, el comisario europeo László Andor
anunció la adopción del "Paquete de Empleo
Juvenil", formado por un conjunto de propuestas destinadas a
ayudar a que los Estados miembros de la UE y las partes
interesadas aborden el desempleo juvenil y la exclusión
social.

Una recomendación clave es la
creación de "sistemas nacionales de garantía
juvenil", los cuales asegurarían que todos los ciudadanos
menores de 25 años puedan obtener un empleo, un puesto
como aprendices o un período de prácticas dentro de
un plazo de cuatro meses a partir de la finalización de su
educación formal o de convertirse en desempleados. Dado el
potencial de estos esquemas para reducir la brecha entre la
educación y el trabajo, y con el fin de mejorar la
capacidad de los jóvenes para obtener y mantener un
empleo, los Estados miembros deben aplicar esta
recomendación con seriedad, mediante la puesta en
práctica de medidas dirigidas a permitir la
inserción laboral y el establecimiento de asociaciones con
las partes interesadas.

Las agencias de empleo privadas ya se encuentran
ayudando a desarrollar soluciones integrales que conectan a las
industrias y a las empresas con las instituciones y organismos
rectores en todos los niveles -incluyendo la UE, la OCDE, el
G-20, y la Organización Internacional del Trabajo- a
través de mecanismos nacionales y regionales e inclusive
plataformas mundiales como el Foro Económico Mundial. Dado
que lograr que las personas trabajen se constituye en la piedra
angular de su modelo empresarial, tales agencias son ideales para
proporcionar dicho enlace. Ellas saben que las oportunidades de
empleo constituyen un derecho humano fundamental, y que el
trabajo es fuente de dignidad que confiere a los individuos un
sentido de propósito y fortalece las
comunidades.

Además, al equilibrar las necesidades de las
empresas con las habilidades de los trabajadores, las agencias de
empleo privadas adquieren un conocimiento integral sobre el
mercado laboral. Ellas ayudan por igual a los trabajadores y a
las empresas para que enfrenten los retos del mercado laboral,
mientras al mismo tiempo cumplan con la necesidad de flexibilidad
(un importante catalizador potencial tanto para las empresas como
para los trabajadores) – esto ocurre, si se ponen en
práctica ciertos requisitos estructurales y
normativos.

No obstante que la normativa plantea, entre otros,
importantes desafíos para el rubro del reclutamiento
laboral, los mercados laborales debidamente regulados son
cruciales para garantizar protección para los
trabajadores, como también la competitividad perdurable de
las empresas. A menudo, las consecuencias de las políticas
de austeridad obstaculizan reformas en el mercado laboral que son
necesarias, esta es una tendencia que se debe
revertir.

La industria del empleo privado se ha comprometido a
ayudar a que 75 millones de jóvenes ingresen al mercado
laboral. Sin embargo, esta promesa sólo puede cumplirse si
las empresas multinacionales apoyan el esfuerzo, potenciando a
las agencias de empleo para que estas ofrezcan empleos de
calidad. Las empresas de todo el mundo -tanto en los
países que atraviesan por una recuperación
económica con desempleo o con poco empleo, o en
países prósperos donde la falta de correspondencia
entre las vacancias disponibles y las habilidades de los
trabajadores empeora cada día- deben reconocer que la
creación de puestos de trabajo adicionales que sean
flexibles hará que sus negocios progresen y se incremente
su competitividad.

El empleo -especialmente para los jóvenes- debe
encabezar la agenda económica mundial. Con las
herramientas adecuadas y el apoyo, las agencias de empleo
privadas pueden ayudar a detener la espiral descendente del
desempleo juvenil. Pero no pueden hacerlo solas. Es hora de que
todas las partes interesadas diseñen y pongan en
práctica medidas que proporcionen a los jóvenes la
oportunidad de tener una mejor vida a través de un mejor
trabajo.

(Rolf Dorig is Chairman of the Addecco Group)

La precariedad eterna: para ésta (puta) realidad,
no se necesita "adoptar una estrategia global de talentos" (con
el flautista de Hamelin, alcanza para "dinamizar" a la
juventud)

"El desempleo juvenil es el principal riesgo
económico de España, que tiene que dinamizar a su
juventud y desterrar la mentalidad de que el objetivo en la vida
es tener un trabajo fijo, seguro y de formación
universitaria"…
BT: "Los jóvenes deben
desterrar la idea de tener un trabajo fijo y seguro" (El
Economista – 25/1/13)

Así lo afirma en una entrevista con Efe
Luis Álvarez, consejero delegado de BT Global Services,
que participa en el Foro de Davos, donde el paro juvenil
está siendo uno de los temas centrales. La canciller
alemana Angela Merkel destacó en su intervención la
gravedad de la situación en España, con una tasa de
desempleo juvenil de más del 50%, y el comisario europeo
de Empleo, Laszlo Andor, advirtió del riesgo de una
generación pérdida.

Álvarez coincide en esa preocupación,
afirmando que "si no somos capaces de dinamizar a nuestra
juventud corremos un riesgo tremendo" y pidiendo a Gobierno y
empresas que lo conviertan en su prioridad. "El autoempleo es
algo que podríamos fomentar en los jóvenes,
facilitándoles que encontraran mecanismos para hacerlo",
dice Álvarez, que cree posible potenciar el
espíritu emprendedor de los jóvenes
españoles, pero admite que hay que cambiar de
mentalidad.

"Hay que crear una mentalidad de que el objetivo en la
vida no es tener un trabajo fijo, seguro y de formación
universitaria (…). También hay que potenciar empleos de
nivel intermedio, de formación profesional, que son tan
dignos como cualquier otro. Son una opción perfectamente
válida para ganarse la vida y ser feliz", dice. En este
sentido, afirma que el sistema educativo español "no
facilita que los jóvenes tengan iniciativa".

Para Álvarez, que trabaja desde hace 30
años en el sector de las telecomunicaciones, "la clave es
el esfuerzo, recuperar el concepto de que las cosas que salen
bien cuestan trabajo, promover el esfuerzo en la
formación, en el trabajo y en la
dedicación".

El alto ejecutivo piensa que los jóvenes
españoles deben asumir que "van a empezar su carrera
profesional en peores condiciones de lo que esperaban" y lamenta
que les cueste hacer los sacrificios que afrontan sus
coetáneos en otros lugares, como el de dejar su lugar de
residencia o tener que hacer desplazamientos largos.

No obstante, asegura ser optimista: "veo ejemplos de
muchos jóvenes dispuestos a hacer ese esfuerzo adicional,
algo a lo que creo que damos poca publicidad, igual que damos
poca visibilidad a las empresas que se están creando, a
los jóvenes que se están buscando la vida y a los
que se reinventan a sí mismos".

Durante su estancia en Davos tiene previsto mantener
medio centenar de encuentros bilaterales con otros ejecutivos y
empresarios, aprovechando la gigantesca oportunidad de
"networking" que ofrece anualmente el Foro Económico
Mundial.

De sus reuniones se lleva una conclusión
principal: "que tenemos que vivir en un mercado de incertidumbre
permanente. Eso de que esta incertidumbre va a pasar no es
así. La incertidumbre está para quedarse y tenemos
que atraer a nuestras empresas empleados que sepan vivir y tomar
decisiones en una situación de
ambigüedad".

Este ingeniero de telecomunicaciones madrileño
nacido en 1961, casado y con cuatro hijos, es consejero delegado
de BT Global Services desde el pasado mes de octubre,
después de dirigir las operaciones de BT en Europa,
Oriente Medio, África y América Latina.

Conoce bien esta última región, sobre la
que no quiere hablar de manera genérica -"son muchos
países con una complejidad muy diversa"-, pero en la que
confía mucho, debido sobre todo a la estabilidad
política y económica conseguida en los
últimos años.

"Es clave la creación de una clase media, que es
un elemento de estabilidad tremenda, decenas de millones de
personas que han accedido a un poder adquisitivo que le dan a la
economía una sostenibilidad en el tiempo. Brasil y
Colombia son el paradigma".

(Después del "networking" de Luis Álvarez)
Resulta increíble que mientras se "destaca" la
creación de una clase media en los países
emergentes, se hagan tan serios (y exitosos) intentos por
"destruirla" en los países avanzados (ahora, en
vías de subdesarrollo)

¿Hay alguna razón lógica para un
futuro tan miserable? (el "lamento" de John Kay)

"¿Están los mayores lastrando el
futuro de las nuevas generaciones? El prestigioso economista
británico John Kay, que dirige el grupo de asesores de
David Cameron para reformar los mercados financieros, así
lo cree. Es más, defiende en un crítico
artículo que su generación (él nació
en 1948) "debe devolver su buena suerte" a los más
jóvenes"…
"El único consuelo para las nuevas
generaciones es que les vamos a dejar una casa" (El Economista –
28/3/12)

Kay, que fue catedrático de la London Business
School y la Universidad de Oxford y que actualmente es profesor
visitante en la primera, comienza recordando las buenas
condiciones en las que vino al mundo.

Y es que acabada la II Guerra Mundial y la austeridad de
posguerra, el Gobierno pagó sus estudios, enseguida
encontró un empleo del que prácticamente era
imposible que le echaran y después contó con un
generoso sistema de pensiones y otros beneficios. Además,
recuerda que adquirió una vivienda mediante una hipoteca
que desapareció por el efecto de la inflación al
tiempo que los impuestos fueron bajando.

Kay, que también es columnista del Financial
Times
, compara esa situación con la de las nuevas
generaciones: tasas universitarias y coste de la vida creciente
junto con un mercado laboral mucho más competitivo, con
mucha menor seguridad laboral para la clase media y con pensiones
menos generosas. Además de impuestos que suben y suben "en
parte para el cuidado y el tratamiento que yo demandaré",
explica Kay, que añade que "el único consuelo
financiero para las siguientes generaciones es que les dejaremos
nuestras casas".

El economista defiende que los jóvenes
están aceptando esto con pocas objeciones a pesar de las
protestas que ha habido. Por el contrario, "en 1968 marchamos
para cambiar el mundo. Pero fallamos. Mis contemporáneos
cambiaron sus ropas y comenzaron a trabajar en banca de
inversión. Entonces, presidieron y se beneficiaron del
mayor mercado alcista de la historia".

Kay defiende que la gente joven puede preguntar
razonablemente a sus padres y a sus abuelos por qué una
sociedad mucho más rica no puede dar a sus miembros los
beneficios que dio a generaciones anteriores.

"Y no tengo una respuesta buena", asegura. El
número de universitarios ha aumentado, lo que
también dificulta las oportunidades de empleo para los
jóvenes. "Debería responder que cualesquiera que
fueran los sacrificios que hicieron mis padres y abuelos por
nosotros, nosotros no estamos dispuestos a mostrar la misma
generosidad ahora que estamos a cargo".

"La realidad no es que no podamos pagar, sino que no
queremos pagar. Mucha gente siente nostalgia de su experiencia
universitaria, pero no quiere dar fondos a la universidad.
Miembros de mi generación que tuvieron seguridad laboral
para sí mismos les dicen ahora a sus sucesores que no
pueden esperar esa seguridad ni en el empleo ni en la
jubilación. Las compañías que controla mi
generación no quieren asumir los riesgos asociados con
determinados esquemas de beneficios sociales, en gran parte
porque hicimos las normas para asegurar nuestras propias
expectativas", ataca con tono crítico Kay.

Por ello señala que habría que hablar de
"equidad intergeneracional", una expresión fea pero
importante. "La mayoría de los padres quieren que sus
hijos tengan la oportunidad de tener una vida mejor que la suya.
Pero cuando actuamos en conjunto, perseguimos nuestros propios
intereses a costa de los de nuestros hijos y nietos: una paradoja
bizarra".

Para concluir, Kay critica las recientes protestas por
la subida de impuestos a los pensionistas ("mi generación
ha desencadenado una ola de ira injustificable"), que en el fondo
solo implica que los jubilados paguen impuestos en línea
con lo que hace el resto de la gente.

Olli Rehn pide públicamente que se completen las
reformas para acabar con el paro juvenil y el empleo de larga
duración (en España).

"Los hombres de negro pasaron el lunes por Madrid.
No venían solos, acompañaban a Olli Rehn, comisario
europeo de Asuntos Económicos. Tampoco se les vio
demasiado, apenas 4-5 tipos trajeados que se sentaron en primera
fila durante la rueda de prensa que el finlandés
ofreció junto a Luis de Guindos (ministro de
Economía). Seguramente, hubo unos cuantos más que
ni siquiera aparecieron ante los medios. De hecho, a pesar de la
leyenda que les rodea, son simplemente funcionarios europeos que
acuden a cada país a revisar sus cuentas, ver el estado de
su economía y ofrecer sus consejos de cara al
futuro"…
Europa exige reformar las tres políticas
"intocables" del mercado laboral (Liberta Digital –
30/1/13)

Para todos los estados de la UE, lo que digan los
enviados de Bruselas es relevante, pero los países
intervenidos (y España, en la práctica, lo es)
tienen, además, la obligación de hacerles caso, o
al menos de que parezca que se lo hacen. Por eso es tan
importante y han causado tanto revuelo las palabras de Rehn, que,
delante de De Guindos, repitió en varias ocasiones que
España tenía que mantener el ritmo de las
reformas.

Es más, el finlandés fue especialmente
enfático en el tema del mercado laboral, sobre el que dijo
que es "fundamental" completar los cambios en la
legislación iniciados hace un año. De hecho, el
comisario señaló dos campos en los que hay un claro
margen de mejora: el paro juvenil, las políticas activas
de empleo y los mecanismos de ayuda a los desempleados. Los datos
de la última EPA confirman la opinión casi
unánime de los expertos: hay que hacer algo en estas tres
cuestiones. Pero ningún gobierno se ha atrevido a tomar
cartas en el asunto: son los "intocables" de la
legislación laboral española.

La generación perdida

Uno de los mejores análisis de las cifras del
paro lo ofrece cada trimestre el Observatorio Laboral de la
Crisis que publica Fedea. En este informe se divide a los parados
en función de diversas variables que ayudan a explicar las
dinámicas del mercado laboral español más
allá de los datos absolutos. Y, aunque no es ninguna
novedad, lo primero que salta a la vista es que el grupo de los
jóvenes (los menores de 25 años) es sin ninguna
duda el más castigado.

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Los nacidos entre el año 1985 y 1995 corren el
riesgo de convertirse en una auténtica generación
perdida. Están comenzando su carrera laboral en plena
crisis, no logran más que encadenar contratos temporales
mal pagados y sin ninguna continuidad, y, como consecuencia, no
consiguen los conocimientos que el mercado laboral demanda y
valora. Con estos elementos, no es extraño que entre los
menores de 25 años la tasa de paro sea del 55%. No es que
el resto de los grupos esté bien, pero si España
consiguiese reducir el desempleo juvenil, su tasa total no
estaría demasiado lejos de la de algunos de sus
vecinos.

El problema es que, como podemos ver en el tres primer
gráfico, los jóvenes son los empleados que
más posibilidades tienen de quedar en paro: un 19% de los
menores de 25 años pierde su empleo, frente a un 3,2% de
los que están entre 45 y 59 años. Esto es
lógico: sólo el 1,7% de los que tienen un contrato
indefinido perdió su trabajo de octubre a diciembre, algo
que le ocurrió al 22,6% de los temporales (algo que afecta
sobre todo a los menores de 35 años).

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En teoría, los jóvenes al menos
deberían tener una ventaja. Como no están
"anclados" a un sector o un tipo de puesto, la teoría dice
que tendrían que tener más fácil el acceso
al mercado laboral. Pues ni eso. Según vemos, el
porcentaje de menores de 25 años que consigue un empleo es
similar al de otros grupos de edad. De hecho, en las
conclusiones, los autores del informe apuntan a que, para dos
trabajadores en una situación similar pero que sólo
se diferencian por su edad, "los otros grupos de edad muestran
una probabilidad de acceder a un empleo aproximadamente dos veces
mayor que la de los trabajadores muy jóvenes".

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La mayoría de los expertos (incluido organismos
internacionales como la OCDE) apuestan por cambios en la
legislación que acabe con la dualidad del mercado laboral,
que tanto penaliza a los jóvenes. Rehn no dijo nada en
concreto sobre esto, pero no sería la primera vez que la
UE apunta en esta dirección. Una de las soluciones
más demandadas es la del contrato único (con
indemnización creciente o con la misma
indemnización para todos), combinado con un empuje a la
contratación a tiempo parcial, con fórmulas como
los minijobs.

El Gobierno hasta ahora se ha negado y la presión
sindical en sentido contrario es muy fuerte. Y la reforma laboral
no ha cambiado demasiado en este sentido: el 92% de los contratos
que se firman siguen siendo temporales, un porcentaje muy similar
al de antes de su aprobación.

¿Subsidio sí, subsidio no?

Al menos, pensarán algunos, la cuestión
del paro juvenil está en la agenda política y se
habla de ellos día sí y día también
en los medios. Porque las otras dos cuestiones que tocó
(de pasada, eso es cierto) Olli Rehn casi no encuentran un hueco
en el debate público. El finlandés habló de
"políticas de ayuda que faciliten el acceso" al empleo a
los desempleados o que les aporten "formación" que les
sirva para encontrar un trabajo.

De esta manera, ponía el dedo en la llaga que
todos los políticos evitan: el papel de los servicios
públicos de empleo y de las políticas de ayuda a
los parados. De nuevo, si volvemos al análisis de Fedea,
las cifras son significativas. Como puede verse en el
próximo gráfico, la probabilidad de encontrar un
trabajo se desploma de forma dramática a partir del tercer
mes.

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No sólo eso. El cobro de una prestación
también es un impedimento para volver al mercado laboral.
Según los datos de este informe, "al comparar a dos
individuos de características similares, incluso con la
misma duración en el desempleo, aquel que no cobra
subsidio tiene el doble de probabilidad de encontrar empleo que
uno que lo percibe".

Los expertos alertan desde hace tiempo acerca de los
pésimos incentivos del actual subsidio de desempleo. No es
una cuestión de duración ni de cuantía. En
otros países en los que la protección
teórica es más elevada, en realidad el mercado
laboral es mucho más flexible. En Dinamarca, por ejemplo,
el subsidio de desempleo cubre el mismo tiempo que en
España (se recortó en 2010, antes la
duración máxima era de cuatro años), pero su
cuantía es superior. A pesar de esto, su tasa de paro
incluso en plena crisis no se ha alejado mucho del 5% y el
porcentaje de desempleados que encuentra un empleo es muy
elevado. ¿La clave? Muchos apuntan a su modelo de
"flexiseguridad": proteger al trabajador y no el puesto de
trabajo. Es relativamente fácil perder el empleo, pero
también lo es encontrar uno nuevo. Además, el cobro
del subsidio está muy ligado a la búsqueda de un
empleo y a la formación real. Y las causas para rechazar
un empleo y seguir cobrando la prestación están muy
tasadas. Nada de eso está por ahora sobre la mesa del
Consejo de Ministros.

Formación

La última de las propuestas de Rehn tiene que ver
con la formación de los parados, algo en lo que
también España está a años luz de los
países de su entorno. Las políticas activas de
empleo no funcionan. Los famosos cursillos del paro de los
Servicios Públicos consiguen muy pocos resultados,
más aún si tenemos en cuenta que son uno de los
grandes capítulos de los Presupuestos. Antes de la crisis,
se destinaban a esta cuestión más de 8.000 millones
de euros al año.

De nuevo, el planteamiento en España es
completamente diferente del que existe en el norte de Europa. En
nuestros vecinos de la UE las empresas tienen un papel clave en
la formación de los parados. Además, las ETT
colaboran con los servicios públicos de empleo en la
búsqueda de nuevos trabajos y en la labor de
recolocación de los desempleados. La petición de
Rehn fue muy genérica, pero desde Bruselas en varias
ocasiones se ha apuntado en esta dirección, hasta ahora
sin casi ningún éxito.

Una lectura para el debate de ideas (aunque creo que la
propuesta es demasiado excluyente: atractiva desde el punto de
vista empresarial, pero insuficiente en lo laboral)

– La verdadera crisis de Europa:
desindustrialización, el "Depardieu silencioso" (El
Confidencial – 2/2/13)

(Por Daniel Lacalle) Lectura recomendada

When you act like Europe, you get growth rates like
Europe" Rick Santelli

"La periferia europea seguirá en
recesión durante al menos 10 años" Instituto
IFO

Hace unos días me invitaron a dar una charla en
la London Business School y un alumno me preguntó
cuál era el mayor error de la política europea. "La
decisión consciente de incentivar de manera masiva a
sectores obsoletos, caros e ineficientes, en vez de promover un
proceso de sustitución por calidad, precio y
competitividad". ¿Por qué? Porque el dinero
público no es de nadie, la demanda crecerá en 2020
y el coste no importa… Mientras, echábamos hasta al
inversor más paciente. El Depardieu silencioso.

Admiro a Gerard Depardieu, un excelente actor. Tras
años de contribuir con decenas de millones en impuestos,
decidió libremente abandonar su país ante la
asfixia impositiva. Es su derecho. Pues bien, yo utilizo el
término de "Depardieu silencioso" para ilustrar el proceso
de desindustrialización europeo, que es esencial para
entender el entorno económico en el que estamos y, por la
pérdida de PIB potencial, hacia dónde
vamos.

El proceso de desindustrialización de Europa no
se puede achacar a políticas liberales. De hecho, si por
algo se caracteriza es por la implementación de
"políticas industriales", planes semi-soviéticos de
gasto público en infraestructuras y por el apoyo
gubernamental a campeones nacionales-dinosaurio en sectores
"estratégicos". Lo que nuestros políticos llaman
"planes de crecimiento". Centenares de miles de millones… de
deuda.

El problema que se ha generado es un gasto que pagan los
ciudadanos en impuestos y tarifas excesivas, y un efecto
"retirada" de las empresas, porque los costes se disparan y se
penaliza a las empresas nacientes. Ahora piden más. Nada
como repetir lo que no funciona.

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"Government's view of the economy: If it moves, tax
it. If it keeps moving, regulate it. And if it stops moving,
subsidize it". R. Reagan

Patalear echándole la culpa a China o a la India,
maldecir la globalización o promover el proteccionismo nos
lleva a donde estamos. Estancamiento y rezar a que el año
que viene "mejore".

Los gobiernos tienen un papel en la
transformación económica de los países,
claro. Pero su misión no debe ser mantener a toda costa
los sectores de baja productividad decadentes. Su trabajo es
entender un mundo globalizado y facilitar la transición a
modelos de alta productividad, incentivar la innovación
-no subvencionarla- y promover la educación. El problema
es que todo esto no gusta, porque no da oportunidades de foto
inaugurando puentes.

El modelo actual de
"intervenir-subvencionar-error-deuda-empobrecimiento-subvención"
nos lleva a competir solo por devaluación interna. Ese es
nuestro gran éxito. Ya podemos fabricar coches baratos
para otro. Exitazo.

Cuando el modelo productivo es la política del
avestruz de esconder la cabeza y esperar a que vuelva 2005, que
el mundo nos reconozca nuestros privilegios adquiridos –que
les negamos a otros países-, la salida solo es
recesión y devaluación. Empobrecimiento.

No, las exportaciones de productos de bajo valor
añadido y la destrucción de la demanda interna no
son éxitos económicos, son la consecuencia de
engañarnos al solitario sosteniendo el PIB con gasto
inútil, manteniendo estructuras inútiles y superar
a China en infraestructuras innecesarias y ciudades fantasma.
China se lo puede permitir. Nosotros, no.

Maquilar –producir para otros-,
construcción y servicios de baja productividad, buscar la
competitividad por el lado del coste solo pone un parche, pero
empobrece. Siempre va a haber un país dispuesto a producir
el mismo bien por un precio menor. La cuestión es que la
producción de ese bien no solo tenga un coste monetario
adecuado, sino una ventaja tecnológica y logística.
Crecimiento por margen. Hay que aprovechar un modelo en
decadencia para promover un cambio, que no es volver a
1977.

La solución no es hacer componentes para otro
país europeo, que entonces se empobrecerá igual
para competir por ser el taller de Pepe Gotera de Europa. La
carrera hacia cero siempre termina en nada.

Los planes industriales promovidos por España y
la Unión Europea se han caracterizado por:

– Un enorme coste para las arcas públicas.
Siempre se han hecho en su mayoría a través de
gasto, pagado con deuda y no deducciones de impuestos. Casi toda
Europa por encima de 90% deuda sobre PIB.

– Decisión caprichosa –política- y
no económica de "qué sectores son los ganadores".
Incentivar industrias no-competitivas y caras.

– Defender sectores decadentes para "sostener el empleo"
y mantener vivo al zombi donde se conceden subvenciones, para
luego quitarlas, con lo que ni se fortalece a los "campeones
nacionales" ni se crea riqueza o empleo. Crear empresas gordas,
no fuertes, como digo siempre, crea "funcionarios privados" y
clientelismo.

– Cuando fluye el dinero, los estados gastan en sectores
de baja productividad y se olvidan de invertir en I+D -real, no
informes sobre el sexo de los ángeles para financiar
partidos por la puerta de atrás. Cuando deja de fluir, se
olvidan también. Vean el gráfico. Mejor que no
gasten, solo que den incentivos fiscales.

Todo esto no sería grave si la deuda no se
disparase y la política impositiva y costes para las
empresas fueran asumibles. Sin embargo, al cargar a las arcas
públicas con cantidades que superan el 5-10% del PIB de
Europa en subvenciones y gastos inútiles, la
presión fiscal se multiplica junto a los costes
-energéticos, por ejemplo-.

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"Planes de crecimiento" que luego no crean empleo, los
subvencionan durante un periodo cortísimo… dejando
la deuda detrás. Por cada euro invertido, según
nuestras estimaciones, 1,25 euros de deuda desde 2006 y
creación de empleo neto imperceptible. "Hubiera sido
peor", dicen. No, cuando hemos creado semejante agujero de deuda.
Ni de suerte.

Un sistema que en recesión aumenta en cinco
puntos la presión fiscal y, además, hace que las
tarifas energéticas (Alemania, España) se disparen
un 30% por encima de cualquier materia prima, es inaceptable para
una empresa, sobre todo las pequeñas y medianas, que
suponen el 70% del valor añadido en nuestro país.
Cierran o se van.

Una Unión Europea -y España- parasitaria
donde hay mucho "supervisor" y poco "creador"… hacen que
el "Depardieu silencioso" siga tirando la toalla ante la
agresión al emprendedor, que es el que crea riqueza y
empleo. Los demás consumen.

No es solo el dinero que se gasta en mantener sectores
en decadencia, es la deuda acumulada y el coste de oportunidad de
seguir perdiendo la carrera de la innovación.

Por eso que hay que bajar impuestos, garantizar
seguridad jurídica y reducir el tamaño del sector
público. Esos tres problemas están fagocitando
cualquier opción de recuperación real y de
inversión productiva a largo plazo.

Lo ha alertado en varias ocasiones el instituto IFO y el
informe de Natixis "The Vicious Cycle for Europe". Cuando, en el
caso de España, no permitimos el acceso a nuestros
recursos naturales, ni somos punteros en tecnología y el
modelo productivo es la subvención y la maquila, nuestra
competencia son los países de mano de obra
barata.

Es por eso que la única salida a un modelo de
baja productividad termina siendo contraer. Nuestro éxito.
Hundir la demanda interna, bajar sueldos e intentar ser China
creyéndonos Sillicon Valley.

Hemos comprobado durante décadas que "estimular"
-darle a la chequera estatal con deuda- no funciona. Debemos
saber ahora que la "devaluación interna" solo trae
más impuestos, menos renta disponible, menos consumo, la
deuda no se reduce, caída adicional del sector financiero,
paro estructural y empleo precario.

Y, por supuesto, ante la deuda adicional… falta
de recaudación fiscal, nuevo reajuste y vuelta a empezar.
Hasta que el ajuste sea de tal calibre que la incapacidad de
poder comerciar con el exterior -no solo balanza comercial, sino
la de transferencias y salidas de capital– haga subir el consumo
y mercado interno. Un éxito. Dar cinco pasos hacia
atrás para dar un paso hacia delante. No es casualidad que
el circulo vicioso lo acaparen los países
periféricos, empeñados en sostener sectores en
decadencia y en promocionar sectores no competitivos mediante
subvenciones monstruosas.

Monografias.com

La solución es, y siempre ha sido, atraer
capital, no echarlo.

El nuevo modelo productivo no se va a crear en un
comité ni en una cumbre. Lo pondrán en marcha
inversores privados. El Estado solo debe facilitar la
transición invirtiendo en educación de verdad -no
en títulos universitarios sin valor-, bajando impuestos a
emprendedores, reduciendo trabas y, sobre todo, no subvencionando
lo caro e ineficiente.

Al final de mi charla en Londres, un chico me
preguntó: "¿Por qué en España no se
crea un Spotify, o un Core Labs?" Es estudiante de
Ingeniería Tecnológica y está preparando un
"start-up".

Le pregunté: "¿Tú dónde vas
a crear tu empresa cuando termines, aquí o en
España?"

Me dijo: "En Westminster me han dicho que no pago
impuestos durante los tres primeros años, así que
probablemente aquí… ¿Por
qué?".

"Ya te has contestado solo".

UE: después de los hijos del consumismo banal
(malo), llegan los hijos de la austeridad feroz (penosa).
Perdidos los unos (por exceso) y los otros (por defecto).
¿Y ahora?

"Un gran número de niños y
jóvenes europeos se están viendo afectados por la
pobreza, en un contexto de duras medidas de austeridad y un
desempleo juvenil en constante aumento. Esta situación
amenaza con crear una "generación perdida" que
podría provocar una nueva crisis continental"…
Los
hijos de la austeridad serán la futura "generación
perdida" de la Unión Europea (El Economista –
15/2/13)

La organización benéfica Cáritas ha
denunciado el 15 de febrero de 2013 que casi un tercio de los
niños en Grecia, Irlanda, Portugal, Italia y España
están en la pobreza o en riesgo de sufrirla.

En Grecia, el desempleo juvenil ha superado el 60%, el
español supera el 50% y el de Portugal ha alcanzado ya el
40%.

El grupo de estudios Bruegel señaló que el
problema va mucho más allá de las endeudadas
economías de la periferia de la Eurozona y podría
volver para revertir la lenta recuperación
europea.

En su informe, Cáritas señala que Italia y
los países de la Eurozona que han recibido
préstamos internacionales están creando una
generación de jóvenes desanimados, con mala
formación y escasas perspectivas de empleo. "Esto
podría ser una fórmula no sólo para una
generación perdida en Europa sino para varias generaciones
perdidas", alerta Cáritas.

Pérdida de talento

En un escenario en el que los futuros trabajadores de
estos países pueden sufrir una pérdida de moral,
cualificación y perspectivas, es probable los que logren
salir adelante se lleven su talento a otro sitio.

Los jóvenes cualificados ya se están
marchando en tropel a buscar trabajo fuera, especialmente en
Alemania, donde la cantidad de españoles y griegos
buscando empleo casi se dobló en el primer semestre de
2012.

El economista de Bruegel Zsolt Darvas dijo que el
aumento sin freno del desempleo juvenil no sólo destruye
la moral en una importante edad de desarrollo de la gente, sino
que también amenaza con reactivar la crisis
económica cuando parecía estar
remitiendo.

"Esto no es sólo un problema de estos
países (periféricos). Esto es un problema europeo",
dijo. Trece de los 27 estados miembros de la unión tienen
un desempleo juvenil superior al 25%.

Gobiernos austeros

Desde 2010, Grecia, Irlanda y Portugal han recibido
miles de millones de euros en préstamos de la UE y el
Fondo Monetario Internacional a cambio de recortar gastos y subir
impuestos. Los bancos españoles han sido
rescatados.

Tanto en esos cuatro países como en Italia la
creciente tasa de niños al borde de la pobreza coincide
con el apogeo de la crisis en 2008 y su agravación
año tras año hasta 2011.

Cáritas dijo que los niños se están
empobreciendo debido a recortes del estado del bienestar,
prestaciones de desempleo, el aumento del IVA y el encarecimiento
del combustible. "Que los niños tienen un mayor riesgo de
pobreza que cualquier otro grupo demográfico se ha
convertido en un hecho establecido", señala Deirdre de
Burca, de Cáritas.

Las cifras de la Comisión Europea indican que en
2011 en torno al 30% de los que tenían 17 años o
menos en España y Grecia tenía riesgo de pobreza o
exclusión, un aumento de cuatro puntos porcentuales desde
2005.

En Portugal, esa cifra era del 28,6% en 2011. El
país ya había tenido una cifra similar de
niños desfavorecidos en 2005, pero para el año
siguiente se había reducido al 25,5%. La
organización benéfica atribuyó ese cambio al
creciente número de familias desahuciadas por no pagar sus
hipotecas.

En 2010, el 37,6% de los niños vivía en
riesgo de pobreza o exclusión en Irlanda y el 28,9% en
Italia. Las cifras de 2011 no están
disponibles.

Se considera que los niños están al borde
de la pobreza o la exclusión si viven en familias con unos
ingresos del 60% o menos de la media o si tienen padres con
escaso o nulo empleo o falta de recursos básicos como
alimentos ricos en proteínas, calefacción y
ropa.

Cáritas dijo que los gobiernos deben preguntarse
lo que suponen estas tendencias a largo plazo para los
niños. "Están mirando a un futuro en el que las
posibilidades de desempleo se extienden ante de ellos", concluye
De Burca.

La UE vuelve a sacarle los colores a España:
crece el número de desempleados de larga duración,
mientras los servicios públicos intermedian un porcentaje
mínimo de los nuevos contratos.

"Cuando se habla de paro, la tendencia natural
consiste en fijarse en cómo han llegado los trabajadores a
esa situación o en cuáles son las dificultades que
tienen las empresas para contratarlos. Por eso, al analizar las
causas de que España presente una tasa de desempleo
superior al 25% mientras que en la UE no llega al 12%, el primer
impulso lleva a fijarse en por qué las empresas reducen
sus plantillas, que modalidades de contratación
serían más efectivas o cómo incentivar a las
compañías para que busquen nuevos
trabajadores"…
La UE señala el fracaso de los
cursillos del paro (Libertad Digital – 10/3/13)

Sin embargo, hay una cuestión mucho menos
presente en el debate aunque es igualmente importante: qué
se puede hacer para que un parado sea más "empleable". Es
decir, cómo conseguir que los que buscan trabajo sean
más atractivos para las compañías y que
sigan siéndolo aunque permanezcan desempleados.

Quizás la cara más dura de la crisis
esté en ese nutrido grupo de parados de larga
duración, que cada día lo tiene más
difícil para reengancharse al mercado laboral. Cuanto
más tiempo pasa uno en paro, más posibilidades
tiene de no encontrar un nuevo empleo. Las estadísticas
muestran que la mayoría de las personas que encuentran un
trabajo había perdido el anterior en los tres meses
previos. De hecho, una vez que pasa más de medio
año desde el último empleo, cae
dramáticamente la probabilidad de conseguir otro. El
desempleado se instala en el círculo vicioso del que es
muy complicado salir.

La pregunta es qué hace España para
solucionar todo esto y la respuesta es que no demasiado. Por eso,
la Unión Europea, en su último documento sobre las
reformas aplicadas y por aplicar tras el rescate bancario, le
dedica un apartado sólo a las políticas activas de
empleo. No es la primera vez que Bruselas señala en esta
dirección, pero quizás sí es la más
contundente. Y es la primera vez que indican que el Gobierno
podría estar preparando algo y le animan a que lo presente
cuanto antes:

"La integración de las políticas activas y
pasivas de empleo sigue siendo un reto (para España).
Estas políticas son el complemento necesario de la reforma
del mercado laboral. El gasto en educación,
integración del mercado laboral y reorientación
profesional es todavía relativamente bajo. Las autoridades
están preparando una evaluación de las
políticas activas de empleo (PAE) que servirá como
base para eventuales cambios en el presupuesto. Estas
políticas necesitan ser modernizadas, para proveer un
consejo efectivo y asistencia a los que buscan un
trabajo".

Las tres claves

Los autores del informe, en este breve párrafo,
apuntan a algunas de las claves que los expertos llevan tiempo
denunciando sobre este tema, tan importante aunque a menudo
olvidado.

De esta manera, la primera cuestión reside en la
"integración" de políticas activas
(formación, orientación,…) y pasivas (subsidios
de desempleo). En Dinamarca es uno de los estados europeos
más exitosos y tiene un modelo de mercado laboral que es
estudiado en todo el mundo: la flexiseguridad. El país
nórdico garantiza a todos aquellos que se queden en paro
una importante red de seguridad, pero el acceso y el
mantenimiento de estas ayudas están muy condicionados a la
búsqueda real de empleo y a la aceptación de las
posibles ofertas que puedan surgir.

En segundo lugar, los autores del informe de la UE
apuntan a un "gasto relativamente bajo" en esta cuestión.
Lo cierto es que España nunca ha estado a la cabeza en
este apartado, pero tampoco estábamos tan lejos de algunos
de nuestros vecinos y eso no ha evitado la dramática cifra
del paro. Como apunta Florentino Felgueroso, "en el año
2008, nos gastamos un 0,68% de nuestro PIB en políticas
activas. Francia y Alemania se gastaban un 0,80%, por ejemplo,
aunque Dinamarca (1,2%), Holanda (1.04%) o Suecia (0,93%)"
sí nos superaban por bastante. En los últimos tres
ejercicios, esta diferencia se habrá acentuado, porque las
PAE han sido uno de los capítulos que ha sufrido un
recorte más pronunciado en los Presupuestos, con una
reducción de casi un 50% desde el inicio de la
crisis.

Sin embargo, incluso aunque admitamos que otros estados
dedican más dinero a esta cuestión, no parece que
sólo esa pequeña diferencia sea suficiente para
explicar la enorme brecha que separa las tasas de paro de
España y sus vecinos. Porque el problema no es sólo
de gasto total, sino de en qué cómo se
gasta.

Cómo puede verse en el siguiente gráfico,
entre 2005 y 2009 el gasto en PAE medido en porcentaje del PIB
era superior a la media de la UE-15, pero eso no evitó el
desastre cuando llegó la crisis. Sin embargo, sí
podemos ver una enorme diferencia en los conceptos: mientras
Dinamarca u Holanda dedican el mayor porcentaje de sus recursos a
"formación, integración y reorientación", en
España la parte del león se la llevan las
"bonificaciones y subvenciones" a la contratación, que los
expertos denuncian que no sirven para crear empleo neto, sino
simplemente para cambiar unos trabajadores por otros. Es decir,
en un proceso de selección con dos candidatos, las
empresas tienden a contratar a aquél que les proporcione
acceso a la ayuda pública, pero no cogen a los dos por el
hecho de que uno de ellos esté bonificado.

Monografias.com

Además, todo esto tiene mucho que ver con el
tercer apunte del informe de la UE, el que habla de la
"evaluación" que en teoría está llevando el
Gobierno a cabo y de la que se conocerán los resultados a
lo largo de las próximas semanas. Porque no es sólo
que gastemos menos en formación o integración, es
que lo que se destina a estas áreas también se hace
de forma mucho menos efectiva. Hasta ahora, en España,
prácticamente no ha habido un control de si se estaban
consiguiendo los resultados o de qué tipo de
formación servía más al propósito
teórico para el que estaba diseñada.

Casi todo el mundo asocia en España las
políticas activas de empleo con los famosos cursillos del
paro, que en gran medida están organizados por la
administración y en manos de sindicatos y patronal. Pocos
expertos han lamentado el recorte presupuestario que han sufrido
porque existe un consenso bastante generalizado en que no
están consiguiendo sus resultados, a pesar de que son una
de las partidas más importantes del gasto en las cuentas
públicas (especialmente las autonómicas, que tienen
la competencia en la materia).

Por ejemplo, entre 2005 y 2009, España fue el
país de Europa en el que un mayor porcentaje de menores de
25 años participó en programas de PAE. Y eso no ha
evitado que el desempleo juvenil esté por encima del 55%.
Las quejas de los empleadores y los parados apuntan a cursos muy
genéricos, diseñados en la administración,
que no aportan habilidades realmente requeridas en el mercado
laboral y están muy alejados del día a día
de las empresas.

Como ejemplo de la distancia entre las necesidades de
los desempleados y la administración, habría que
recordar que, por ejemplo, los servicios públicos de
empleo apenas colocan al 3% de los nuevos contratados, mientras
las ETT, con menos medios, alcanzan el 14%. Por eso, numerosos
expertos piden aumentar el peso de las empresas en el
diseño de la formación, ampliar las opciones a
disposición de los parados, reducir el dirigismo
público y premiar a aquellos que estén consiguiendo
más resultados.

En realidad, es un modelo que se parecería mucho
a un mercado de cursillos de formación para parados en el
que los parados contarían con la ayuda económica de
la administración y tendrían acceso a una
orientación profesional de calidad (en muchos
países europeos se realiza a través de la
colaboración de los servicios públicos con empresas
privadas de intermediación). Y luego serían ellos
mismos los que buscarían las mejores opciones para
redirigir su carrera, sabiendo que tienen el deber de buscar un
empleo proactivamente y de aceptar las ofertas que les puedan
hacer dentro de su sector.

La austeridad de los que mandan, siempre termina en la
austeridad de los pobres

– Los hijos de la austeridad (Project Syndicate –
25/3/13) Lectura recomendada

(Por Simon Johnson)

Washington, DC.- Cuando los economistas discuten el
"ajuste fiscal", habitualmente lo enmarcan como una meta
abstracta y compleja. Pero la cuestión es realmente
sencilla: ¿quién cargará con el peso de las
medidas para reducir el déficit presupuestario? O bien es
necesario aumentar los impuestos sobre algunas personas, o bien
el gasto debe caer, o ambos. Lo del "ajuste fiscal" es jerga; la
austeridad siempre está relacionada con la
distribución del ingreso.

Gran parte de Europa ya se ha dado
cuenta de esto, por supuesto. Ahora le toca a Estados Unidos. Y
las señales actuales allí sugieren que las personas
más directamente expuestas a un ajuste fiscal son las
menos capaces de defenderse: los niños relativamente
pobres. Por ejemplo, el actual secuestro del presupuesto (es
decir, recortes presupuestarios transversales) ya está
dañando a programas como Head Start, que apoya a la
educación preescolar.

El comediante estadounidense Jimmy Kimmel recientemente
se burló de ignorancia fiscal de sus compatriotas
preguntando a los peatones en Hollywood Boulevard su
opinión sobre «la decisión de Obama de
perdonar el secuestro y enviarlo a Portugal». La
filmación es comiquísima, pero también
triste, porque el impacto sobre las vidas de algunas personas es
muy real. Aproximadamente 70.000 niños probablemente
perderán la posibilidad de acceder a Head Start durante el
actual año fiscal.

Y recortes mucho mayores aguardan a los programas de
nutrición y atención sanitaria para la niñez
temprana. Tal vez los más escandalosos sean los
dramáticos recortes al programa del seguro de salud
Medicaid, que la mayoría republicana en la Cámara
de Representantes ha adoptado en su última propuesta
presupuestaria. Paul Ryan, el presidente del Comité de
Presupuesto de la Cámara, propone equilibrar el
presupuesto durante los próximos diez años en gran
medida mediante el drástico recorte del programa.
Aproximadamente la mitad de los beneficiarios de Medicaid son
niños.

¿Es justo obligar a niños
con bajos ingresos a soportar el peso del ajuste fiscal?
Según los datos disponibles en el invalorable sitio web
del economista Emmanuel Saez, entre 1993 y 2011, el ingreso real
promedio del 99 % de la población con menores ingresos
aumentó el 5,8 %, mientras que el 1 % más rico
experimentó un aumento en su ingreso real del 57,5 %. El 1
% con mayores ingresos capturó el 62 % del crecimiento
total del ingreso durante este período, en parte por un
brusco aumento de los beneficios de la educación superior
en las últimas décadas. (En promedio, quienes solo
cuentan con estudios de nivel medio o inferiores, tienen pocas
oportunidades para obtener buenos ingresos).

Esto significa que, en todo caso, el
sistema impositivo debería tornarse más progresivo,
y lo obtenido debería invertirse en bienes públicos
que el sector privado no brinda de manera suficiente -como
educación para la niñez temprana y atención
preventiva de la salud para minimizar las interrupciones
educativas que resultan de dolencias comunes, como el asma
infantil.

Véanlo de esta forma: En las últimas
décadas, algunas familias eligieron ubicaciones y
ocupaciones que parecían ofrecer un medio de vida
razonable y buenas perspectivas para sus hijos. Muchas de esas
decisiones tuvieron malos resultados, en gran medida porque las
tecnologías de la información (las computadoras y
la forma en que se usan) eliminaron muchos puestos de trabajo de
clase media. El aumento en la globalización del comercio
tampoco ayudó en este sentido. Además, como lo ha
documentado Till von Wachter, de la Universidad de Columbia, los
períodos de desempleo prolongado para los padres han
producido un impacto negativo grave y duradero en sus
hijos.

Los niños cuyas familias no pueden
proporcionarles un punto decente de partida merecen ayuda. Pero
Estados Unidos no se los ha proporcionado -algo que Jeb Bush,
aspirante líder a la nominación presidencial de los
republicanos en 2016, informó recientemente. "Actualmente
en nuestro país", dijo Bush durante un discurso frente a
sus colegas conservadores, "si naces pobre, si tus padres no
fueron a la universidad, si no conoces a tu padre, si no se habla
inglés en tu casa, entonces, las probabilidades
están en tu contra".

No es probable que Estados Unidos
proporcione esa ayuda en el futuro, considerando el impacto
desproporcionado de los próximos recortes presupuestarios
sobre los niños en la parte inferior de la
distribución del ingreso.

Estados Unidos puede
fácilmente permitirse algo mejor, por supuesto. Sus
grandes déficits presupuestarios reflejan el impacto de
las ventajas tributarias que favorecen a los ricos y la clase
media alta; la expansión sin fondos de la cobertura de
Medicare para incluir a los medicamentos con receta; dos guerras
en el extranjero; y, lo más importante, un sistema
bancario al que se le permitió salirse de control e
infligir masivos trastornos a la economía real (y por lo
tanto, a los ingresos fiscales).

Los niños de hoy no tuvieron participación
alguna en estos errores de política. Los alumnos de
preescolar que están a punto de perder su acceso a Head
Start ni siquiera habían nacido cuando los errores fueron
cometidos.

Imponer austeridad a niños pobres no solo es
injusto, también es mala economía. Cuando los
economistas, hablan nuevamente con su árida jerga sobre el
"capital humano" de un país, a lo que se refieren en
realidad es a las habilidades cognitivas y físicas de su
gente.

Como mencioné en mi reciente testimonio ante el
Congreso, la mala educación deriva en malas perspectivas
laborales, en familias pobres, y en una educación peor
aún -si es que no incluye un desvío por
encarcelamiento, que hace aún más difícil
romper el ciclo. Desafortunadamente, no es probable quienes
detentan posiciones de poder presten atención a estos
argumentos.

Pero deberían. Cuando viajas al extranjero por
primera vez y vez niños desatendidos, desnutridos y sin
educación, ¿consideras a ese lugar como una
probable potencia económica mundial para el próximo
medio siglo? ¿O te preocupas por su futuro?

(Simon Johnson, a former chief economist of the IMF, is
a professor at MIT Sloan, a senior fellow at the Peterson
Institute for International Economics, and co-founder of a
leading economics blog, …)

Incremento del paro juvenil desde el año
2007

"La OCDE ha emitido su diagnóstico de
cómo acabar con el paro juvenil en España. Es una
hoja con directrices sobre la que debe trabajar el Gobierno
español en la que apuesta claramente por endurecer los
requisitos para acceder al subsidio de desempleo. La
organización aplaude la reforma laboral como "un paso
sustancial en la buena dirección" pero apuesta por
políticas que vayan "más allá""…
La
OCDE insta al Gobierno a recortar las ayudas a la
contratación y reducir el subsidio de empleo
(Vozpópuli – 5/4/13)

INCREMENTO DEL PARO JUVENIL (EN %) DESDE 2007
(Fuente: OCDE)

Monografias.com

La OCDE ha emitido su diagnóstico de cómo
acabar con el paro juvenil en España. Se trata de un
documento de 30 páginas en el que la organización
fija recetas para la consideración del Ejecutivo
español y en el que concluye que la crisis ha tenido un
coste para los jóvenes muy superior en España que
en el resto de países desarrollados. Según sus
conclusiones, la temporalidad laboral que reina entre los
más jóvenes explica que el paro juvenil haya
crecido un 30% mientras que el llamado "paro adulto" ha subido un
12%. El resultado, es que los jóvenes "transitan de
trabajo temporal en trabajo temporal, interrumpidos
frecuentemente por cobros del paro". 

La organización aplaude la reforma laboral como
"un paso sustancial en la buena dirección" pero pide ir
más allá en algunas áreas:

Recorte del subsidio de paro: La presión al
Ejecutivo para que recorte el subsidio de desempleo es clara por
parte de la OCDE. El documento argumenta que la actual
duración de la cobertura de dos años "es un periodo
relativamente largo".

Además, la OCDE promueve otros recortes a corto
plazo: considera que las ayudas deben percibirse no desde el
momento del despido sino desde el momento en que los desempleados
se inscriben en el Servicio Estatal de Empleo (SEPE). El
documento concluye que, con ello, se conseguiría una
rebaja no sólo del paro sino también de los
salarios, es decir, una "ganancia en
productividad". 

Recorte a las ayudas a la contratación: El
organismo aplaude los recortes aprobados por el Ejecutivo en 2012
pero también reprocha que se hayan introducido "nuevos
incentivos" para que las pymes de menos de 50 trabajadores puedan
contratar a menores de 30 años. Por ello, la OCDE exige
que esos incentivos se extingan tras la crisis. "Sólo
debieran ser un instrumento temporal y deberían ser
eliminados progresivamente tras la crisis", concluye.

Aumento del gasto en políticas activas: El
Ejecutivo ha recortado un 21% en un solo año las
subvenciones a las llamadas "políticas activas", es decir,
las destinadas a la formación de los parados y a favorecer
la conexión entre empresas y desempleados con el argumento
de que "no eran eficaces". La OCDE reprocha esos recortes al
Gobierno y apuesta por introducir dos medidas en ese
terreno:

  • La asistencia vinculante: Según el
    documento, "la primera entrevista intensiva" para conseguir
    trabajo debiera ser forzosa en el momento de
    inscripción en las listas del paro. De igual modo, se
    debe aumentar la frecuencia de esas entrevistas en momentos
    posteriores.

  • La formación obligatoria:
    También debiera ser imperativa la formación e
    incluso la denegación de la ayuda para quien rechace
    una oferta de empleo "adecuada", un concepto que la
    organización no define.

 Las conclusiones del estudio reflejan los
criterios que deberán guiar ahora al Ejecutivo para
reducir el paro juvenil. Según los datos del informe, uno
de cada cinco jóvenes menores de 34 años sigue sin
encontrar empleo entre tres y cinco años después de
haber terminado sus estudios. La tasa triplica a la de
países como Holanda o Reino Unido. 

Tasa de temporalidad por nivel educativo

"Los jóvenes españoles saltan de un
contrato temporal a otro. Entre ellos transitan por el desempleo.
Es la dinámica que describe la OCDE en su análisis
de situación de España. "Los contratos temporales
no cumplen su misión de escalón hacia un trabajo
más estable", concluye la OCDE que asegura que uno de cada
cinco universitarios es eventual hasta los 39
años"…
La temporalidad se hace crónica en
España: el 22% de los temporales siguen siéndolo
dos años después (Vozpópuli –
5/4/13)

Acceder al mercado de trabajo con un contrato temporal
significa en España permanecer en él incluso
después de lo que prevé la legislación
laboral. Es la conclusión que la OCDE saca de su
análisis del paro juvenil en España que concluye
que uno de cada cinco jóvenes españoles no
encuentra un trabajo estable (definido como un empleo de
más de tres meses de duración) ni siquiera cinco
años después de terminar sus estudios.

Según los datos de la organización uno de
cada cinco universitarios sigue teniendo un contrato temporal
cuando cumple los 39 años de edad. La situación es
todavía peor entre los jóvenes con menores niveles
de estudios: en esos casos, cuatro de cada diez siguen siendo
temporales a puertas de cumplir los 40. 

TASA DE TEMPORALIDAD POR NIVEL
EDUCATIVO (% JÓVENES)

Monografias.com

Fuente: OCDE

Esa temporalidad se prolonga incluso después de
haber accedido al mercado laboral. Dos años después
de haber conseguido el primer contrato eventual, un 22% de los
jóvenes sigue en situación de temporalidad,
desempleo o simplemente inactivo, concluye el
organismo. 

La tasa de temporalidad en España multiplica por
cuatro la que se registra en países como Reino Unido u
Holanda y supera en casi 4 puntos a la de países vecinos
como Francia. Como consecuencia, los graduados españoles
suelen incurrir en situaciones de sobre-cualificación:
aceptan trabajos muy por debajo de sus niveles de
formación. Esa circunstancia también penaliza la
productividad un indicador cuya mejora ha convertido en prioridad
el Ejecutivo.

"Los contratos temporales no cumplen su misión de
escalón hacia un trabajo más estable", concluye la
OCDE 

"Los contratos temporales no cumplen en España su
misión de escalón hacia un trabajo más
estable", concluye la OCDE que asegura que España es
"única" porque sus contratos temporales suelen ser muy
breves en duración pero suelen prolongarse durante
periodos muy largos. 

Peor trabajo, peor salario durante más
tiempo

La diferencia entre un tipo de contrato y otros se
traduce en la mayor diferencia entre un salario y otro: la
distancia entre las nóminas de los empleados fijos y los
temporales es mayor en España que en el resto de
países desarrollados. Incluso cuando desempeñan las
mismas labores, los temporales cobran entre un 5 y un 10% menos
que quienes tienen contratos fijos, afirma la OCDE.

Esa tendencia, concluye en sus conclusiones sobre
España la OCDE, suele prolongarse porque quienes son
contratados con alguna fórmula de temporalidad suele
quedarse descolgados también de la formación: las
compañías españolas no incluyen a sus
eventuales en los cursos de formación, afirma la OCDE, lo
que tiende a acentuar las diferencias salariales también a
largo plazo. 

La lamentable radiografía de un país Peter
Pan (así se entiende el 50% de paro juvenil)

"La inmensa mayoría de españoles
reclama que se mantenga e incluso incremente el actual modelo de
Estado del Bienestar, aún a costa de tener que subir los
impuestos, aboga por un papel muy activo del Gobierno en la
economía y opta por incrementar el gasto público
para salir de la crisis. Éstas son algunas de las
conclusiones del Estudio
Values and Worldviews que la
Fundación BBVA presentó este jueves. La encuesta
examina un amplio conjunto de percepciones, actitudes y valores
de los ciudadanos de 10 países europeos, y el resultado es
que la población española se declara abiertamente
intervencionista, es decir, prefiere mucho más Estado y
menos mercado, por encima del resto de europeos"…
Los
españoles quieren más Estado y menos mercado
(Libertad Digital – 5/4/13)

Mantener el Estado del Bienestar

El informe refleja que, en el actual contexto de crisis,
la mayoría de europeos pide que se mantenga el Estado del
Bienestar, aunque ello suponga pagar más impuestos.
Así, por ejemplo, predomina claramente la preferencia por
contar con un amplio sistema de Seguridad Social, pero en
España se acentúa esta preferencia de forma muy
sustancial (81% frente al 66% en el promedio
europeo).

Los españoles también quieren que se
incremente el gasto público en sanidad (78%); en
atención a discapacitados (75%), mayores (73%) y parados
(69%); en educación (65%) y en investigación
científica (62%), con mayorías muy por encima de la
media europea.

Monografias.com

Más intervención
estatal

Pero es que, además, defienden que el Estado debe
jugar un papel más activo en la economía
(intervencionismo), más allá incluso de la
provisión de servicios públicos como la sanidad, la
educación o las pensiones.

Así, a nivel europeo, entre el 55% y el 65% de la
población cree que el Estado tiene "mucha" responsabilidad
en asegurar la cobertura sanitaria, las pensiones y
también controlar los beneficios de los bancos, pero en el
caso de España este porcentaje oscila entre el 77% y el
86%. De igual modo, entre el 64% y el 77% de los españoles
cree que el Gobierno tiene "mucha responsabilidad" en garantizar
los depósitos bancarios, mantener los precios bajo control
y proporcionar una vivienda "digna" a todos, una media muy
superior a la del resto de Europa (entre el 44% y el 47% de la
población).

Por último, también la mayoría de
europeos, aunque de forma menos intensa cree que el Estado tiene
"mucha" o "bastante" responsabilidad a la hora de asegurar un
nivel de vida "digna" a los desempleados, controlar los
beneficios de las empresas y controlar los salarios. Pero, una
vez más, el porcentaje de españoles que se decanta
por esta opción llega incluso a duplicar a la media
europea.

Es muy escasa la proporción que no atribuye
responsabilidad alguna al Estado en el conjunto de asuntos
planteados. Sólo llega a ser significativa la
proporción que cree que el Estado tiene "poca" o "ninguna"
responsabilidad en el control de los beneficios de las empresas y
de los salarios (aproximadamente 1 de cada 3 europeos), pero en
ambos puntos el porcentaje de españoles que reclama
más intervención estatal supera el 50%.

Monografias.com

Así pues, los españoles destacan por una
intervención más extendida e intensa del Estado
frente al promedio europeo: la amplia mayoría cree que el
Estado debe tener "mucha" responsabilidad en servicios vinculados
al Estado de Bienestar, pero también en otros que los
desbordan, como el control de beneficios, los precios o los
salarios.

De hecho, aunque todos los europeos atribuyen un papel
central al Estado en el control de la economía, las
opiniones se dividen respecto a quién tiene la
responsabilidad principal de asegurar un nivel de vida "digno" a
los ciudadanos: España, junto a Italia, son los
países en donde una muy amplia mayoría cree que el
Estado debe tener esa responsabilidad. Por el contrario, en Reino
Unido y Países Bajos la mayoría cree que cada
persona tiene la responsabilidad principal en asegurar su nivel
de vida.

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Poco capitalistas

Por otro lado, el estudio revela que la media de acuerdo
con la idea de que "la economía de mercado es el sistema
más conveniente para el país" supera los 6 puntos
en una escala de 0 a 10. Aun así, la mayoría
también percibe que "la economía de mercado es la
causa de las desigualdades sociales", alcanzando 6 puntos de
media en el promedio europeo.

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Una vez más, España se coloca en una
posición más crítica respecto a la
economía de mercado: las opiniones están más
divididas en torno a si es el sistema más conveniente
(media de acuerdo de 5,2), al tiempo que expresan un mayor
acuerdo respecto a que la misma es la causa de las desigualdades
sociales (6,6).

Un punto relevante en este ámbito es que los
europeos apoyan la diferenciación de los ingresos a
partir del esfuerzo individual (quien más y mejor trabaja
más gana). En casi todos los países, la
mayoría cree que las diferencias en los niveles de
ingresos son necesarias para que quienes se esfuerzan más
tengan ingresos más altos que quienes se esfuerzan menos,
percepción que se acentúa en Dinamarca y
Países Bajos.

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España, sin embargo, se aleja de la
posición europea, con una mayoría (55%) que aboga
por ingresos más equilibrados con independencia del
esfuerzo personal frente al 42% que cree que los ingresos
deberían diferenciarse en función del
esfuerzo).

Cómo solventar la crisis

Por último, mientras que el 39% de los europeos
se inclina por hacer ajustes con el fin de cuadrar las cuentas
públicas, el 40% cree que es mejor mantener o aumentar el
gasto para estimular el crecimiento, manteniéndose
así muy igualadas ambas posiciones.

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Pero de nuevo en España predomina especialmente
la preferencia por mantener o aumentar el gasto público
para estimular el crecimiento, con un 59% de los encuestados
frente al 2,1% que defiende los recortes de gasto público
(políticas de austeridad) para reducir el déficit y
la deuda. En este sentido, los españoles son los que menos
se decantan por hacer ajustes para combatir la crisis.

De media, los españoles son más
partidarios de que los gobiernos intervengan en diversos
ámbitos de la economía para superar la crisis,
desde limitar los ingresos de los ejecutivos de los bancos, hasta
regular más a los bancos, incentivar la
contratación laboral de los jóvenes o aumentar los
impuestos a quienes más ganan por sus rendimientos de
capital.

Los españoles destacan, además, por apoyar
de forma más intensa un mayor control sobre los bancos
y el aumento de impuestos a quienes más ganen y, en
cambio, por un menor apoyo a medidas como la
flexibilización del mercado de trabajo o el aumento de
impuestos al consumo, siendo muy bajo el apoyo a inyectar capital
a entidades financieras con problemas

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¿Conclusión? La inmensa mayoría de
españoles apoya el Estado de Bienestar, aunque suponga
impuestos más altos, e incluso aboga por intensificarlo;
defiende un mayor grado de intervención del Gobierno en la
economía, expresando una fuerte adhesión a medidas
de regulación (control de beneficios, regulación de
bancos) y de estímulo (subvencionar la contratación
de jóvenes, aumentar la inversión pública);
y, además, se prefiere aumentar el gasto para estimular el
crecimiento antes que implementar recortes para cuadrar las
cuentas públicas.

La busca del arca perdida (esperando a Indiana
Jones)

– La búsqueda del crecimiento mundial (Project
Syndicate – 9/4/13)

(Por Mohamed A. El-Erian) Lectura recomendada

Newport Beach.- ¿Cuál es la prioridad
económica más urgente compartida por países
tan diversos como el Brasil, China, Chipre, Corea, los Estados
Unidos, Francia, Grecia, Irlanda, Islandia, Portugal y el Reino
Unido?

No es la deuda y los déficits
ni la necesidad de abordar las consecuencias del préstamo
y el endeudamiento irresponsables. Sí, se trata de asuntos
importantes y, en algunos casos, urgentes, pero el problema
número uno que afrontan esos países es la
creación de modelos de crecimiento que puedan ofrecer
puestos de trabajo más abundantes, mejor remunerados y
más seguros en medio de una reorganización secular
de la economía mundial.

Por razones teóricas y prácticas a un
tiempo, se trata de un imperativo que no se logrará
fácil o rápidamente y, cuando así sea, lo
más probable es que se trate de un proceso parcial e
irregular, lo que acentuará las diferencias y
planteará difíciles cuestiones de
coordinación en los niveles nacional, regional y
mundial.

Los últimos años han puesto de relieve la
decadencia de modelos de crecimiento muy antiguos. Algunos
países (por ejemplo, Grecia y Portugal) dependieron del
gasto financiado por el Estado para avivar la actividad
económica. Otros (piénsese en Chipre, los Estados
Unidos, Islandia, Irlanda y el Reino Unido) recurrieron a
aumentos del apalancamiento entre entidades financieras para
financiar actividades del sector privado, a veces casi sin
relación con los fundamentos económicos
subyacentes. Otros más (China y Corea) aprovecharon una
mundialización aparentemente ilimitada y un comercio
internacional boyante para conseguir participaciones cada vez
mayores en los mercados y un último grupo avanzó a
la sombra de China.

Los datos recientes del Fondo Monetario Internacional
ponen de relieve esa pérdida simultánea de eficacia
de los modelos. En el más reciente período de cinco
años, el crecimiento mundial fue de sólo el 2,9 por
ciento, por término medio, muy por debajo del nivel de
prácticamente cualquier otro período multianual
desde 1971. Si bien las economías en ascenso han superado
en resultados a los países desarrollados, el ritmo de los
dos se ha aminorado. El crecimiento ha sido prácticamente
plano en las economías desarrolladas y, con el 5,6 por
ciento en los países en ascenso, está muy por
debajo del 7,6 por ciento, por término medio, en el
anterior período de cinco años.

Sistemas muy apalancados en
economías dependientes de las finanzas fueron los primeros
que chocaron contra un muro, lo que sorprendió a muchos
que se habían creído acríticamente la "gran
moderación": la idea de que la inestabilidad
macroeconómica y de los mercados de activos había
desaparecido permanentemente. La audaz actuación normativa
que contrarrestó el desorden inicial previno una
depresión mundial, pero recargó los balances del
sector público.

A consecuencia de ello, unos gobiernos
muy endeudados fueron los siguientes en chocar contra el muro.
Algunos se vieron empujados hasta ahí por el alto costo de
la contención de los daños resultantes de un
comportamiento irresponsable de los bancos. Al afrontar un
inmediato racionamiento del crédito y grandes
contracciones de la producción, sólo se pudo
estabilizarlos mediante una financiación oficial
excepcional procedente del extranjero y, en caso extremos, la
suspensión de pagos correspondientes a compromisos pasados
(incluidos los tenedores de bonos y, en época más
reciente, los depositantes en bancos).

En el caso de otros países,
incluidos los EEUU, las cuestiones del medio plazo pasaron a
primer plano, pero, en lugar de catalizar los debates normativos
sensatos, dichas cuestiones propiciaron una política
polarizada y polarizante, lo que levantó nuevos vientos
más inmediatos y contrarios al crecimiento
económico.

Entretanto, una economía mundial muy
interdependiente y (ahora) menos dinámica ha estado
limitando la potencia de los motores exteriores del crecimiento.
Conforme a ello, incluso países con balances
sólidos y un apalancamiento soportable han experimentado
una desaceleración del crecimiento.

Las consecuencias han llegado a ser
dolorosamente claras, en particular en los países
occidentales. Con un crecimiento insuficiente para hacer un
desapalancamiento seguro, los costos sociales han sido
considerables. Un desempleo juvenil alarmantemente elevado, unas
redes de seguridad social menguantes y una inversión
insuficiente en infraestructuras y capital humano están
representando una carga para las generaciones actuales y, en un
número cada vez mayor de casos, también
afectarán negativamente a generaciones futuras.

En ese proceso, la desigualdad ha
aumentado aún más y, sin embargo, pese a la urgente
necesidad de adaptaciones normativas importantes en el nivel
nacional y una coordinación regional y mundial mucho
mejor, los avances han sido decepcionantes.

Como el marco político está socavando la
combinación idónea de medidas a corto y a largo
plazo, las autoridades nacionales improvisaron planteamientos
parciales y una experimentación inhabitual. Se ha centrado
la atención en ganar tiempo, en lugar de aplicar una
transición sensata a una posición normativa
sostenible, y, si no se dejara de abordar la excesiva desigualdad
hasta el último momento, los posibles resultados
nacionales serían menos inciertos.

Las dimensiones regionales y multilaterales son
igualmente insuficientes. La falta de análisis comunes
bien formulados y de coordinación de políticas ha
acentuado los déficits de legitimidad, lo que ha alentado
a los dirigentes y al público a optar por relatos
parciales y ha erosionado la confianza en las estructuras
institucionales existentes.

En vista de esas tendencias, la
búsqueda de modelos de crecimiento más
sólidos requerirá mucho más tiempo y
será más complicada de lo que muchos reconocen,
sobre todo porque la economía mundial se está
alejando de una mundialización desbocada y de niveles
elevados de apalancamiento.

Es de esperar que países como los EEUU se
beneficien de un dinámico espíritu de empresa
ascendente y de la tradicional recuperación
económica cíclica. Pese a la disfuncionalidad del
Congreso, el sector privado convertirá la prima a la
incertidumbre, cada vez más paralizante y que obstaculiza
la inversión, en otra, menos perjudicial, al riesgo, pero,
sin un turbocompresor económico a corto plazo, la
recuperación del crecimiento y de los puestos de trabajo
seguirá siendo gradual, vulnerable ante los riesgos
políticos y normativos y desproporcionadamente
benéfico para quienes cuenten con medios iniciales
favorables de riqueza y talentos mundializados.

El papel de los gobiernos será diferente en
países como China, donde los funcionarios guiarán
el paso de la dependencia de las fuentes exteriores de
crecimiento a una demanda más equilibrada, Como ello
requiere algunas reorganizaciones internas fundamentales, la
reequilibración será gradual y a veces no
lineal.

Las perspectivas para otras economías son
más inciertas. Países como Chipre, minados por la
falta de flexibilidad normativa, necesitarán mucho tiempo
para superar el embate inmediato de la crisis y renovar sus
modelos de crecimiento.

Abandonada a sus propias fuerzas, esa dinámica
con múltiples velocidades se materializaría en un
mayor crecimiento mundial total, acompañado de mayores
disparidades internas y entre los países, con frecuencia
exacerbadas por la demografía. La cuestión es si
los sistemas de dirección existentes pueden coordinar una
intervención eficaz para contrarrestar las tensiones
resultantes.

Se necesitan avances simultáneos
tanto en la substancia como en el proceso. Los parlamentos y las
instituciones multilaterales deben ser más eficaces para
facilitar la aplicación de políticas cooperativas,
lo que requerirá la disposición a reformar las
instituciones anticuadas, incluido el cabildeo
político.

Nadie debe subestimar el problema del crecimiento que
afronta la economía mundial actualmente. Los sectores
más fuertes (dentro de los países y entre ellos)
seguirán recuperándose, pero no lo suficiente para
hacer remontar a toda la economía mundial. A consecuencia
de ello, los sectores débiles corren el riesgo de ser
superados a un ritmo cada vez más rápido. Si no se
ajustan los sistemas de dirección, resultará
más difícil conciliar y mantener ordenadas esas
tendencias.

(Mohamed A. El-Erian is CEO and co-Chief Investment
Officer of the global investment company PIMCO, with
approximately $2 trillion in assets under management. He
previously worked at the IMF…)

Austria tiene un paro juvenil del 8,9%. En España
es del 55,7%. ¿Cuál es su truco?

"Austria es, junto a Alemania, el país con el
desempleo juvenil más bajo de Europa: un modelo de
enseñanza profesional con un enorme contenido
práctico y la implicación de las empresas en el
proceso educativo son el secreto del éxito"…
El
secreto del bajo paro juvenil en Austria (Negocios.com –
14/4/13)

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7
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