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La crisis del empleo de los jóvenes – Parte I (página 6)




Enviado por Ricardo Lomoro



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7

Y en esta cuestión desempeña un papel muy
importante la responsabilidad del Gobierno alemán. En
Alemania, el desempleo juvenil es inferior al 8%. Son muchos los
jóvenes de los países del sur de Europa que buscan
allí salidas profesionales. Ahora bien, la
migración de una población laboral joven y muy
preparada no puede ser la solución al problema, porque los
hombres y mujeres que se van en esas circunstancias están
llevándose sus títulos y su preparación de
su país. En consecuencia, lo que nos hace falta es un gran
programa pensado para abordar el problema del paro juvenil a
escala europea. Los países más poderosos de Europa,
en particular Alemania, tienen la oportunidad de demostrar su
responsabilidad política y económica en esta
situación.

Por otra parte, las elecciones que se celebrarán
en mayo de 2014 al Parlamento Europeo ofrecerán a todos
los ciudadanos europeos la posibilidad de tener voz en la
elaboración de nuestro futuro común. Por primera
vez desde la fundación de la UE, los partidos más
fuertes del nuevo Parlamento tendrán la potestad de elegir
al máximo responsable del Ejecutivo europeo, el presidente
de la Comisión. Hasta ahora, el presidente era designado
por el Consejo Europeo, que representa a los países
miembros de la Unión.

Si las elecciones que produzcan esa Cámara
cuentan con una participación abundante de los ciudadanos
europeos, el nuevo presidente de la Comisión tendrá
la misma legitimidad democrática que cualquier dirigente
nacional en un sistema parlamentario. El vacío de
autoridad que existía en Europa por el hecho de no contar
con esa legitimidad -con la consiguiente imposibilidad de tomar
medidas reales y eficaces en nombre de todos los ciudadanos
europeos- se habrá resuelto.

Si los candidatos que compitan por los escaños
parlamentarios se presentan con programas basados en sus
respectivas visiones de Europa, las elecciones de 2014
podrían además sentar las bases para que el nuevo
Parlamento Europeo sirva de "congreso constituyente" y pueda
decidir qué competencias debe asumir Bruselas -estabilidad
financiera, comercio e inmigración, por ejemplo- y
cuáles deben seguir siendo, en su mayor parte,
responsabilidad de los Estados miembros.

Europa podrá volver a funcionar
si los Gobiernos, los sindicatos, las empresas y la sociedad
civil unen sus esfuerzos para apoyar una nueva iniciativa de
empleo juvenil y respaldar el intento que supondrán las
elecciones de 2014 de aportar más legitimidad y democracia
al Gobierno de la Unión.

(Gerhard Schröder fue canciller de Alemania.
Jacques Delors fue presidente de la Comisión Europea.
Ambos son miembros del Consejo para el Futuro de Europa del
Berggruen Institute. © Global Viewpoint Network / Berggruen
Institute)

El lenguaje de los hechos: hasta ahora las
políticas seguidas en la Unión Europea solo han
generado empleos precarios y grandes desigualdades
(Schröder, el codo y la mano)

– Cuidado con la poción mágica alemana (El
País – 30/5/13) Lectura recomendada

(Por Dierk Hirschel)

Europa se encuentra en la crisis más grave desde
la II Guerra Mundial. Merkel, Barroso y Lagarde han destrozado
nuestro continente a base de austeridad. De París a
Madrid, la economía se contrae. Casi 27 millones de
personas están en paro.

Europa meridional se lleva la peor parte. En
España y Grecia, una de cada cuatro personas está
en paro. En Madrid, Sevilla, Roma y Atenas crece una
generación perdida. Desde el punto de vista de la
canciller alemana, no hay alternativas a la política de
austeridad y las reformas estructurales, aunque sean dolorosas.
Angela Merkel vende la política de reformas alemana como
la poción mágica para Europa. A primera vista, eso
parece razonable. Alemania es el último país sano
en el lazareto europeo. Una economía en crecimiento, bajo
nivel de paro, una industria sumamente competitiva y un
presupuesto casi sin deuda hablan por sí solos.

Pero en contra de la lectura oficial, las reformas de
Schröder (Agenda 2010, Hartz IV) no supusieron ningún
milagro para el empleo. Aunque es indiscutible que hoy hay en
Alemania 1,4 millones de puestos de trabajo más que al
empezar el siglo, las estadísticas laborales distorsionan
la realidad. Cuando las empresas transforman contratos a tiempo
completo en empleos a tiempo parcial o minijobs, el número
de empleados aumenta. Sin embargo, lo que se ha hecho no es sino
redistribuir el trabajo existente en condiciones de precariedad.
Eso es justo lo que ha pasado en Alemania. Desde el año
2000 se perdieron 1,6 millones de empleos a tiempo completo.
Simultáneamente surgieron tres millones de empleos a
tiempo parcial.

El supuesto boom alemán del empleo nunca
desbordó el marco de una de las habituales recuperaciones
coyunturales. Después de las reformas, el empleo no se
recuperó con más fuerza que antes de
ellas.

Y, de igual modo, los buenos datos del nivel de
desempleo alemán han de tomarse con cautela. Oficialmente,
en Alemania solo hay tres millones de parados, el nivel de
desempleo más bajo desde hace 20 años. Sin embargo,
los que ganan un euro a la hora, quienes tienen más de 58
años y no perciben un salario o los desempleados en cursos
de formación no se cuentan en las estadísticas del
paro. Además, hay más de dos millones de
trabajadores a tiempo parcial, que desearían tener un
contrato a tiempo completo, pero que no lo consiguen.

Es muy popular el cuento de que Alemania
ha salido airosa de la crisis de la economía y los
mercados financieros solo gracias a las reformas de
Schröder. En esta crisis se han salvado más de un
millón de empleos gracias a las reducciones del tiempo de
trabajo. Las jornadas laborales reducidas y las bolsas de horas
de trabajo subvencionadas por el Estado han impedido que las
caídas en la producción se hayan transformado en
paro masivo. Este éxito de la política de empleo no
tiene nada que ver con la "política de reformas".
Además de esto, el Gobierno de Merkel estabilizó la
economía con dos grandes paquetes de medidas coyunturales.
Eso fue keynesianismo puro.

En resumen: la política de la Agenda 2010 tiene
tan poco que ver con los recientes éxitos
económicos como la natalidad con el número de
cigüeñas.

Lo que sí han hecho las
reformas del mercado de trabajo ha sido dividir a la sociedad.
Hoy, casi una de cada cuatro personas empleadas trabaja por menos
de nueve euros a la hora. Y 1,4 millones de alemanes se desloman
por un salario de hambre inferior a cinco euros. Solo en EEUU hay
un salario mínimo inferior. Uno de cada tres trabajos es
inseguro. El empleo precario y la pérdida de cobertura de
los convenios son responsables de que los acuerdos que negocian
los sindicatos solo beneficien a tres de cada cinco trabajadores.
Se ha sometido a dieta forzosa a los trabajadores alemanes.
Alemania tiene la peor evolución salarial de Europa. En
ningún otro país industrializado ha aumentado tanto
la desigualdad.

Las consecuencias económicas han sido fatales. La
debilidad salarial ha frenado la demanda interna y disparado las
exportaciones. El comercio minorista y el trabajo manual sufren
por la falta de poder adquisitivo. La industria exportadora, por
el contrario, ha podido ofrecer a sus clientes extranjeros
precios atractivos. Alemania se ha convertido en el único
país de la eurozona en el que la demanda externa ha
contribuido al crecimiento más que la demanda interna.
¡Sin éxito!

Además, el crecimiento dependiente de las
exportaciones ha perjudicado a nuestros vecinos. Las empresas
españolas, italianas y portuguesas han podido vender cada
vez menos productos en los agostados mercados alemanes. Pero eso
no es todo. Las compañías alemanas, competitivas
por precios, han puesto contra la pared a la competencia de la
Europa meridional.

Españoles, franceses, italianos y griegos
deberían apartar las manos de la poción
mágica alemana. Las reformas estructurales neoliberales
destrozan los convenios territoriales, su autonomía y la
protección frente al despido. Por eso se han hundido los
salarios españoles, portugueses y griegos en los
últimos dos años entre un siete y un 20%. Esto ha
hecho surgir una competencia salarial desatada, pero ni un solo
puesto de trabajo nuevo.

Es justo que nuestros colegas del sur de
Europa se defiendan frente a estos ataques. Su lucha defensiva
tiene nuestra solidaridad. Europa necesita un cambio de
política. Debe detenerse la política de austeridad,
económica y socialmente destructiva. En su lugar
necesitamos inversiones de futuro en educación, salud,
protección al clima e infraestructuras -un Plan Marshall-,
así como un programa inmediato contra el desempleo
juvenil. Para poder financiar todo esto es necesario aumentar la
presión fiscal sobre las grandes rentas y fortunas en toda
Europa. Solo una Europa social tiene futuro.

(Dierk Hirschel es economista jefe del Sindicato Unido
de Servicios de Alemania)

A debate: Salario Mínimo Interprofesional
(¿ventaja o desventaja, ante el desempleo?)

"El Banco de España (BdE) ha puesto el
dedo en la llaga. En su Informe Anual 2012 publicado
el viernes, la entidad monetaria recomienda esquivar,
"excepcionalmente", el salario mínimo interprofesional
(SMI) para poder combatir la histórica tasa de paro que
sufre el país. Se trata, sin duda, de una medida
relevante, ya que reducir o incluso eliminar dicho umbral, fijado
artificialmente por el Gobierno, constituye uno de los
grandes
tabús del mercado laboral
español"…
Los países sin salario
mínimo pagan 1.000 euros más al mes que
España (Libertad Digital – 1/6/13)

Sin embargo, el BdE advierte al Gobierno de la necesidad
de saltarse el SMI, de forma temporal y extraordinaria, para
reducir el drama del desempleo de larga duración. Tras
cinco años consecutivos de destrucción laboral, "la
tasa de paro ha alcanzado tasas inaceptables y el riesgo de que
las situaciones de desempleo de larga duración se hagan
crónicas es muy preocupante, máxime si se
considera la elevada incidencia de los jóvenes y de la
población con baja cualificación en este
colectivo", alerta la entidad. España cuenta ya con un
paro superior al 27%, mientras que el desempleo juvenil asciende
a algo más de 56%.

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"Los logros alcanzados por la reforma laboral en materia
de flexibilidad interna y de moderación salarial son
esperanzadores, pero los resultados obtenidos en el impulso de la
contratación no son todavía suficientes, aunque muy
probablemente ésta sea una de las áreas en las que
las medidas necesitan tiempo para desplegar todos sus efectos",
añade.

Efectivamente, el empleo descendió un 4,4%
interanual en 2012 como consecuencia de la crisis, hasta situarse
en una tasa del 55,4% sobre la población activa, casi doce
puntos por debajo de su nivel en 2007. El problema, sin embargo,
no radica tanto en la destrucción de puestos de trabajo,
cuyo ritmo fue similar a ejercicios pasados, como en la
dificultad de regresar al mercado laboral, elevando la
duración media de la situación de desempleo hasta
más de 10 meses frente a los 5 meses de duración en
2007.

De esta forma, la incidencia del paro de larga
duración se situó en un 52,4% del total de
desempleados, siendo especialmente elevada en los colectivos de
mayor edad y menor nivel de formación. "Este aumento en la
duración media de los períodos de desempleo
habría vuelto a elevar el componente estructural del
desempleo", indica el informe.

Por ello, dada "la gravedad de la situación por
la que atraviesa el mercado laboral aconseja mantener y
profundizar el impulso reformador mediante la adopción de
medidas adicionales que promuevan la creación de empleo a
corto plazo y faciliten la flexibilidad de los salarios. Entre
ellas, cabría explorar la posibilidad de establecer nuevas
fórmulas que permitieran, en casos especiales, la
desviación temporal respecto a las condiciones
establecidas en la negociación colectiva, o
mecanismos excepcionales para evitar que el salario mínimo
actúe como una restricción para grupos
específicos de trabajadores con mayores dificultades para
su empleabilidad", como los de larga duración. Asimismo,
el BdE estima que "también se deberían dar pasos
adicionales para asegurar que la reducción del alcance de
las cláusulas de indexación salarial no se revierta
en fases de crecimiento económico".

Las recomendaciones del organismo en materia laboral
coinciden parcialmente con las realizadas recientemente por la
Comisión Europea y algunos expertos en la materia. Entre
otras, destaca la posibilidad de introducir el contrato
único, reformar las políticas activas de empleo,
reducir las cotizaciones sociales y, especialmente, esquivar el
SMI y/o aplicar los conocidos minijobs.

Salario mínimo en España y la
UE

En comparación con otros países europeos
(dividido en 12 pagas), el SMI en España asciende a 753
euros al mes en 2013, inferior al de Luxemburgo
(1.874,19), Bélgica (1.501,82), Irlanda (1.461,85),
Países Bajos (1.456,2), Reino Unido (1.264,25), Francia
(1.430,20) o Eslovenia (783,66), aunque superior al de Malta
(697,42), Grecia (683,76), Portugal (565,83) o la mayoría
de países del Este.

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Los defensores del salario mínimo argumentan que
este umbral favorece a los trabajadores menos cualificados, ya
que les garantiza un determinado umbral de ingresos. De hecho,
uno de sus lemas habituales consiste en afirmar que la rebaja o
eliminación del SMI condenaría a sueldos de miseria
a millones de trabajadores, pero se trata de una mera
falacia:

  • El nivel salarial no lo determina el Gobierno por
    ley sino que depende de la productividad.

  • El salario mínimo en España, en
    realidad, ronda los 14.000 euros al año, poco menos de
    1.200 euros al mes, casi el doble que el SMI, una vez sumados
    todos los costes laborales que debe sufragar la
    empresa.

  • El SMI es un umbral mínimo, fijado
    arbitrariamente por el Estado, por lo que su
    eliminación no afectaría a los actuales
    trabajadores, cuyo salario es igual o superior a éste
    y ha sido establecido por el mercado. Es decir, el que hoy
    cobra 2.000 euros no va a cobrar 500 porque se elimine el
    SMI, ya que su sueldo ha sido fijado por la oferta y la
    demanda.

  • La eliminación del SMI beneficiaría a
    los parados menos capacitados, cuya productividad es inferior
    a dicho umbral, ya que facilitaría su
    contratación.

Países sin salario
mínimo

De hecho, muy al contrario de lo que se piensa, no todos
los países europeos aplican un salario mínimo y, lo
más curioso, es que los que carecen de este umbral
arbitrario gozan de unas condiciones laborales muy superiores a
las que existen en España.

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En concreto, un total de diez países del Viejo
Continente carecen de SMI y, además de contar con un
salario medio mucho más alto que el español, gozan
de una tasa de paro muy inferior a la nacional: en Suiza, el
sueldo medio ronda los 4.500 euros al mes, mientras que el paro
apenas ronda el 3,2%; en Noruega, 3.644 euros al mes y 3,7% de
paro; Dinamarca, 3.572 euros y tasa del 7%; Finlandia:
2.459 euros, 8,2%; Alemania: 2.421 al mes y 5,4% de desempleo;
Suecia: 2.382 euros y 8,4%; Austria: 2.056 euros y 4,9%;
Islandia, 2.000 euros al mes y 5,6%; Italia, 1.898 euros y 12%; y
Chipre, con 1.657 euros al mes y un paro del
15,6%.

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En España, el salario medio es de 1.615 euros
brutos al mes y el paro supera el 27%. Es decir, en los
países sin salario mínimo, los trabajadores cobran
un 65% más de media que los españoles (1.045 euros
extra al mes), y registran una tasa media de paro de apenas el
7,4% (un 73% inferior a la española).

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Premios Nobel de Economía dan consejo:
déficit vs. paro (el dilema de la crisis)

"Los Premios Nobel de Economía Eric Maskin,
Finn Erling Kydland y Christopher Pissarides han advertido hoy de
que España debe dar prioridad a bajar el elevado desempleo
en lugar de "obsesionarse" con reducir el déficit, porque
recortar el gasto público impedirá que se cree
trabajo"…
Premios Nobel creen que España debe
empezar reduciendo el paro, no el déficit (El Economista –
3/6/13)

Los tres economistas, entre los veinte Premios Nobel que
integran el jurado de la vigésimo quinta edición de
los Premios Jaime I, han ofrecido a principios de junio (2013)
una rueda de prensa en Valencia en la que han expresado sus
opiniones sobre las políticas económicas en
España.

Maskin, Nobel de Economía en 2007, ha explicado
que en un momento en que el desempleo supera el 20%, "la
prioridad es hacer que la gente vuelva a trabajar, no
obsesionarse con la deuda".

Aunque el déficit es un problema a largo plazo,
el economista estadounidense opina que el Gobierno español
debe centrarse en luchar contra el paro, ya que "reducir el gasto
público a corto plazo tendrá un impacto negativo
sobre el empleo", ha advertido.

En misma esa línea, el chipriota Pissarides,
Nobel de Economía en 2010, ha defendido que "empezar
reduciendo el déficit es un error", y ha apostado por
comenzar por "las reformas estructurales necesarias, que ya
implican un shock negativo sobre la economía".

Kydlan, Nobel de Economía en 2004, ha
señalado que la productividad laboral que en Italia,
España y Portugal creció hasta 1995, se ha
estancado posteriormente, y para animarla ha instado a las
empresas a innovar, a los gobiernos a no recortar en I+D+i y a
fomentar el emprendedurismo, aunque ha reconocido que "no
será fácil" por los problemas de
financiación.

Maskin también ha incidido en que recortar las
inversiones en I+D+i es "un error" que los políticos
españoles no deberían cometer.

Respecto a la reforma laboral, Pissarides ha indicado
que el español es un mercado laboral dual en el que una
parte de los trabajadores "no tiene salarios flexibles ni pueden
ser fácilmente despedidos ni recolocados".

"No se crearán nuevos empleos en los sectores que
necesita, a no ser que se levanten estas restricciones",
especialmente para eliminar las diferencias entre los contratos
temporales y los indefinidos, ha advertido.

Defienden el contrato
único

Ha defendido también implantar el "contrato
único" -planteado para reducir las diferencias entre
contratados fijos y temporales-, desde un "acuerdo cooperativo"
en el que participen también quienes se encuentran fuera
del mercado laboral, sobre todo jóvenes y
mujeres.

Según el economista chipriota, "el resultado
sería mejor que el actual", aunque también ha
aconsejado esperar a ver si la reforma laboral es lo
"suficientemente contundente como para eliminar la rigidez en esa
parte del mercado", convencido de que "será necesaria una
segunda fase" que ahonde en esa dirección.

En cuanto a la propuesta del Banco de España de
eliminar el salario mínimo, ha apuntado que esta medida
"relajará el desempleo juvenil", pero apenas tendrá
impacto en el mercado laboral en general.

Preguntados acerca de la reforma de las pensiones, los
tres se han decantado por prolongar la edad de jubilación,
ya que las otras dos opciones serían la de aumentar los
impuestos sobre la población activa o reducir las
pensiones en al menos un 20%, ambas menos "lógicas" que la
primera, según Pissarides.

El eterno vacilar europeo: hacer de verdad o hacer que
se hace (para que nada cambie)

– El supuesto problema del desempleo juvenil en Europa
(Project Syndicate – 6/6/13)

(Por Daniel Gros) Lectura recomendada

Bruselas.- Las autoridades europeas encargadas de la
formulación de políticas decidieron que se debe ver
que ellos están "haciendo algo" acerca del desempleo
juvenil. Se ha convocado a una cumbre extraordinaria de Jefes de
Estado y de Gobierno de la Unión Europea; además,
una "Iniciativa para el empleo juvenil" ("Youth Employment
Initiative"), propuesta en la reunión del Consejo de
Ministros de la Unión Europea en febrero de este
año, tiene como objetivo "reforzar y acelerar" las medidas
que se recomendaron en un "Paquete de empleo juvenil" ("Youth
Employment Package") en diciembre de 2012.

Este activismo surge principalmente en respuesta a las
recientes y alarmantes cifras sobre el desempleo juvenil en el
sur de Europa, que muestran una altísima tasa de
desempleo, misma que es ampliamente considerada como
políticamente inaceptable. Sin embargo, hay varias razones
para dudar de que el desempleo juvenil sea un problema aislado
que merece un tratamiento especial. De hecho, las
estadísticas oficiales de desempleo juvenil son
engañosas por dos razones.

En primer lugar, los datos se refieren a aquellos que se
encuentran en el rango de 15 a 24 años de edad. Pero este
rango de edad se compone de dos subgrupos con
características muy diferentes. Los "adolescentes" (15-19
años de edad) quienes deberían en su mayoría
estar aún en la escuela; y si no lo están, es
probable que estén muy poco cualificados – y por lo tanto
tengan dificultades para encontrar un trabajo a tiempo completo,
incluso durante buenos tiempos. Afortunadamente, este grupo es
bastante pequeño (y con el tiempo ha estado disminuyendo
de tamaño).

El desempleo entre los jóvenes de
20 a 24 años debería ser más preocupante.
Los miembros de este grupo que buscan empleo a tiempo completo
por lo general han completado su educación secundaria
superior, pero han decidido no ir en busca de obtener una
educación universitaria (o han completado sus estudios
universitarios antes que la mayoría).

En segundo lugar, los datos de desempleo de los
jóvenes se basan en los participantes activos del mercado
laboral. Sin embargo, en promedio sólo un 10% de los
adolescentes en Europa participan en el mercado laboral. (Las
tasas de participación activa en el mercado laboral se
acercan al 50% sólo en países como el Reino Unido y
los Países Bajos, donde es muy común tener un
trabajo a tiempo parcial mientras se estudia en la escuela
secundaria).

Los expertos en el mercado de trabajo
consideran que la tasa de desempleo es un indicador
potencialmente engañoso, ya que la tasa de desempleo
juvenil del 50% no significa que la mitad de la población
joven esté desempleada. Es por eso que uno debe mirar al
ratio de desempleo – el porcentaje de los desempleados en la
población de referencia – en lugar de mirar a la
tasa de desempleo.

De hecho, este indicador presenta un panorama menos
alarmante que el creado por el titular: Tasa de desempleo juvenil
de más del 50% en España; e incluso por la noticia
que anuncia que en Grecia se alcanzó la tasa de 62,5%
(62.5% rate recently reached in Greece). La tasa de desempleo
juvenil en Grecia no significa que cerca de dos tercios de los
jóvenes griegos están desempleados. Sólo el
9% de los adolescentes griegos participan del mercado de trabajo,
dos tercios de esa cifra no pueden encontrar un trabajo. El ratio
de desempleo entre los jóvenes en Grecia es, por lo tanto,
de menos del 6%. Sin embargo, esta cifra no se informa
ampliamente porque es mucho menos alarmante.

Entre aquellos que se encuentran en el
grupo de edad de 20 a 24 años, la diferencia entre la tasa
de desempleo que se informa y el porcentaje de jóvenes que
están sin trabajo y se encuentran en busca de uno (el
ratio de desempleo) no es tan extrema. Pero, incluso en este
grupo de edad, se observa que el ratio de desempleo con
frecuencia suele ser aproximadamente la mitad de la tasa de
desempleo que se informa ampliamente.

Por otra parte, uno debe preguntarse en cuánto
contribuye el desempleo juvenil al desempleo total. Mirar el
problema de esta manera revela una imagen completamente diferente
a la que por lo general se presenta.

En aquellos países donde el problema se difunde
mediante grandes titulares (en el sur de la eurozona, siendo
Grecia y España supuestamente los dos peores casos), el
desempleo juvenil da cuenta de menos de una cuarta parte del
desempleo general. Por el contrario, el desempleo juvenil
contribuye relativamente mucho más (alrededor de un 40%)
al desempleo total en países como Suecia y el Reino Unido.
Se podría argumentar que estos dos países
deberían preocuparse más por su desempleo juvenil
de lo que España y Grecia deberían
hacerlo.

El hecho de que el desempleo juvenil es
sólo una parte de un problema mayor lleva a la verdadera
pregunta sobre política: ¿Por qué los
funcionarios deberían gastar su tiempo limitado, su
energía y la financiación pública
específicamente en los jóvenes sin empleo, en lugar
de hacerlo en todos los desempleados?

¿Representa el desempleo de un
adolescente una mayor pérdida para la sociedad en
comparación a la pérdida que acarrea el desempleo
de una madre soltera o de un trabajador de mayor edad, quienes
antes de ser desempleados percibían el único
ingreso que sostenía a toda una familia? La pérdida
del valor añadido que produce un adolescente es
probablemente mucho menor.

En términos puramente
económicos, se puede por lo tanto afirmar que el desempleo
juvenil (especialmente el desempleo de los adolescentes que
trabajaban a tiempo parcial) es mucho menos importante que el
desempleo entre los que están en sus principales
años productivos en cuanto a generar ganancias. Por otra
parte, los jóvenes tienen la opción de continuar su
educación, lo que añade a su futuro potencial de
generación de ganancias, mientras que la educación
continua es una alternativa mucho menos viable para quienes son
mayores que dichos jóvenes.

Europa tiene un problema macroeconómico
generalizado, debido a factores de la demanda que
interactúan con un mercado laboral rígido, en vez
de tener un problema de desempleo juvenil específico. Esto
implica que no hay necesidad de tomar medidas especiales
dirigidas a los jóvenes, ya que con estas medidas
solamente representan un riesgo de sobrecarga para los sistemas
de asistencia social ya que dichas medidas crean aún un
mayor número de excepciones y reglas especiales a las ya
existentes.

(Daniel Gros is Director of the Brussels-based Center
for European Policy Studies. He has worked for the International
Monetary Fund, and served as an economic adviser to the European
Commission…)

Algunas realidades cercanas (los milagros
económicos y las novelas de los Nobeles)

"Aproximadamente una cuarta parte de los
trabajadores en Alemania perciben sueldos considerados
mínimos, informa en su última edición el
semanario Der Spiegel, lo que sitúa a la primera
economía de la UE en la franja de países donde se
perciben bajos ingresos"…
Un 22% de los trabajadores
alemanes perciben sueldos mínimos (El Economista –
9/6/13)

De acuerdo con ese medio, entre seis y ocho millones de
personas con trabajo ganan unos 11 euros por hora en el oeste de
Alemania, o 8,11 euros en el este o antiguo territorio
germano-oriental.

Estas cifras contrastan con la buena imagen del mercado
laboral alemán, entre los más saneados de la UE,
especialmente en lo que concierne al desempleo juvenil, que
afecta a menos del 8 % de esa franja de la población
activa, frente a los porcentajes superiores al 50 % en los
países más castigados por la crisis.

Der Spiegel remite sus informaciones a un estudio del
Instituto de Macroeconomía e Investigaciones
Económicas Hans Böckler, que destaca la buena
situación, en términos globales, del mercado
laboral alemán, pero también los desequilibrios
salariales.

La cifra de desempleados bajó de los 4,9 millones
que se registraron en 2005 a unos dos millones menos
ahora.

Tras este aparente éxito se encuentra el alto
porcentaje de personas empleadas con sueldos considerados
mínimos, lo que a la larga derivará en una
generación futura de jubilados con pensiones muy
bajas.

"En las últimas décadas Alemania ha
evolucionado hacia unas dimensiones de desequilibrios
(salariales) altamente problemáticas, tanto desde el punto
de vista social como económico", concluye el director del
mencionado instituto, Gustav Horn, según Der
Spiegel.

La gran brecha salarial europea (otra de las realidades
cercanas)

"¿Durante cuánto tiempo debe trabajar
el empleado medio de una empresa para conseguir el mismo salario
que su CEO adquiere en tan sólo una hora? Según los
cálculos realizados por The Economist, mucho,
muchísimo tiempo más. Tras consultar diversos
informes, entre ellos, el de la Federación de Empleadores
de Europa,  Eurostat, o el del OECD, las conclusiones del
semanario británico son las siguientes: En Italia, por
ejemplo, un empleado medio ha de trabajar cerca de diez
días para alcanzar el salario que su jefe obtiene en una
hora (unos 767 euros). Y un trabajador que gana el salario
mínimo interprofesional, necesitará hasta 14
días para lograrlo, es decir aproximadamente 112
horas"…
Trabaja 60 horas…y cobrarás lo que
el CEO de tu empresa gana en una sola (El Confidencial –
13/6/13)

Los cálculos del rotativo británico
muestran sin lugar a dudas que la brecha salarial entre los altos
mandos y los trabajadores de países como, como
España e Italia; y otros como Rusia y Ucrania, es mucho
mayor que la de las naciones nórdicas. Y es que, a pesar
de la crítica situación que atraviesan las
economías de los países del sur, los ejecutivos de
sus grandes empresas tienen salarios más altos que en
muchos países del norte de Europa.  

Monografias.com

En España, la disparidad es incluso superior que
en Italia. Un trabajador medio podría alcanzar el salario
de una hora de su jefe (640 euros) en siete días y medio
(unas 60 horas); pero uno con el salario mínimo
necesitará casi 21 días para alcanzarlo; es decir,
168 horas de trabajo, frente a la hora de su superior.

En los países nórdicos, como Noruega o
Dinamarca la brecha salarial es notablemente menor. En el primero
de los dos, el CEO de una empresa puede alcanzar de media los 360
euros por hora. Un empleo medio noruego ha de trabajar dos
días y medio para lograr la misma cifra, y un trabajador
con el salario mínimo interprofesional, en tres
días aproximadamente alcanzaría los 360
euros.

En el mes de mayo (2013) la empresa de trabajo temporal
Adecco publicó un sólido informe que arrojaba los
datos sobre los salarios medios en los países de la
Unión Europea. Unos datos que una vez más,
ponían de manifiesto la gran brecha salarial que existe
entre los países europeos.

La remuneración media de los asalariados
españoles se sitúa según este informe en los
1.615 euros brutos, lo que se traduce en 321 euros menos que el
salario medio ordinario en los 27 países de la UE, casi un
17% menos.

La mayor disparidad se encuentra al comparar
España con Noruega, donde el salario medio ronda los 3.600
euros mensuales, es decir el doble de la media española.
Además, el salario medio español resulta al
menos un 34% inferior que las remuneraciones de Luxemburgo,
Irlanda, Bélgica, Finlandia y Holanda.

Incluso en países rescatados, como Irlanda y
Chipre, los empleados medios cobran más que en
España, con 2.866 euros y 1.657 euros, respectivamente,
aunque el informe señala que Chipre está abocado a
perder esta posición a medida que se adentren en las
reformas que les exige Bruselas. Por debajo de los salarios
españoles sí se sitúa en cambio el caso
portugués, donde el sueldo medio es de 1.078
euros.

Fotografía (reciente) de los ni-nis (condenados a
la inactividad eterna)

"La OCDE no sólo ha dejado al descubierto las
vergüenzas del sistema educativo sino que, además,
llama la atención sobre una de las principales lacras que
sufre el país, el abultado número de

ni-nis, jóvenes que ni estudian ni trabajan, con todos
los efectos a largo plazo que ello conlleva. En concreto, el 30%
de los jóvenes de entre 20 y 29 años se engloban
dentro de este grupo, la tasa más elevada de los
países desarrollados"…
La generación "ni-ni"
está condenada al paro y a cobrar sueldos bajos (Libertad
Digital – 27/6/13)

En primer lugar, el informe Panorama de la
Educación 2013 elaborado por la OCDE destaca que el 35% de
los jóvenes de entre 25 y 34 años no tiene ni el
bachillerato, es decir, tan sólo posee el nivel
mínimo obligatorio que exige la ley. Se trata de uno de
los porcentajes más elevados de toda la OCDE, tan
sólo superado por Turquía (57%), México
(56%) y Portugal (44%), y justo por detrás de Italia
(29%). En este sentido, España está muy alejada del
18% de media que presentan los países ricos o el 16%
propio de la UE.

Dicho de otro modo, la juventud española presenta
uno de los niveles educativos más bajos del mundo
desarrollado, ya que tan sólo el 65% posee estudios
superiores al mínimo obligatorio, en comparación
con el umbral de entre el 80% y el 95% que presenta la inmensa
mayoría de países de la OCDE, cuya media se
sitúa en el 82%. Corea del Sur lidera este ranking, con
una tasa del 98%, mientras que España se sitúa en
los puestos de cola, con un nivel similar al de Brasil (57%), por
ejemplo.

Este dato, sumado al alto índice de desempleo
juvenil, constituye el caldo de cultivo idóneo para el
desarrollo de los denominados ni-nis. El volumen de
jóvenes de entre 20 y 24 años que ni estudia ni
trabaja en España se sitúa en el 29%, casi
duplicando la media de la OCDE (18%). En concreto, el 21% de los
jóvenes españoles no estudia, pero desea encontrar
empleo, la tasa más alta de todos los países
desarrollados, mientras que el 8% restante se declara totalmente
inactivo (no tiene intención alguna de
trabajar).

Monografias.com

El grupo de jóvenes de entre 25 y 29 años
es aún peor, ya que el porcentaje de ni-nis en
este caso asciende al 30%, también el más alto de
la OCDE, tan sólo igualado por Grecia.

Monografias.com

Y ello, a pesar de que los que optan por continuar o
complementar sus estudios ha aumentado de forma sustancial tras
el estallido de la crisis, al pasar del 34% en 2008 al 40,8% en
2011 entre los que tienen de 20 a 24 años, y del 9,5% al
13,2% en la franja de entre 25 y 29 años. Es decir, el
fracaso escolar (abandono de los estudios) ha bajado durante la
crisis, pero el número de ni-nis sigue siendo muy elevado.
Además, casi el 57% de los jóvenes de entre 15 y 29
años que trabaja a tiempo parcial desearían
encontrar un empleo a tiempo completo, pero no lo consigue,
engrosando así las listas del denominado
subempleo.

Por último, lo más grave de esta
situación es la tendencia que presentan los ni-nis a largo
plazo. La OCDE constata que a mayor nivel de formación se
sufre una menor tasa de paro y se percibe un mayor nivel
salarial, y viceversa. Así, el 80% de los españoles
universitarios se había integrado en el mercado laboral
frente al 52% de las personas con menor nivel de estudios. La
tasa de paro entre los mejor formados apenas ascendía al
12% en 2011 frente al 26% de los que carecían de estudios
superiores. A nivel de sueldos sucede algo similar: los
universitarios cobran de media un 40% más que quienes
completan la segunda etapa de Educación Secundaria y hasta
casi un 60% más que los menos formados.

El problema es que ambas tendencias, tanto a nivel
laboral como salarial, se mantienen en el tiempo con
independencia de la coyuntura económica, según
muestran las estadísticas de la OCDE. Así pues, el
fenómeno ni-ni no es tan sólo una
problemática asociada a una etapa o fase concreta de los
jóvenes, sino que se arrastra durante buen parte de la
vida laboral, ya que muchos de los actuales ni-nis
sufrirán en el futuro una tasa media de paro muy superior
al resto de la población y, en caso de encontrar trabajo,
percibirán salarios mucho más bajos.

El "cinismo" europeo no tiene límites: los
becarios eternos…

"Cuando Alex Godson aceptó su primera beca no
remunerada en Bruselas, tras graduarse en un máster en
Relaciones Internacionales en la Universidad de Manchester,
pensaba que sólo tardaría unos meses en conseguir
un puesto a tiempo completo. Pero Godson fue saltando de una beca
a otra durante tres años antes de lograr en mayo un
trabajo adecuado en el Movimiento Europeo Internacional, un grupo
con sede en Bruselas que hace presión por una Europa
federal"…
Camino a ninguna parte: los becarios de
Bruselas, ocultos a la mirada de la UE (El Economista –
1/7/13)

Es uno de los miles de jóvenes licenciados que se
esfuerzan al máximo en el engranaje de Bruselas sin
seguridad laboral, beneficios e incluso a veces sin un salario
ante unos líderes de la Unión Europea que la semana
pasada se reunieron para declarar la guerra al desempleo
juvenil.

"Cuando no te mueves de una beca no remunerada a otra,
no estás camino a alguna parte", señala Godson, que
tuvo que depender del dinero de sus padres. "Siempre hay un
becario en la oficina y tu eres simplemente la persona que tiene
ese puesto en ese momento".

Los líderes de la UE se han comprometido a
asegurar que a cada joven de la UE sin empleo se le
ofrecerá un trabajo adecuado, formación o
aprendizaje en el plazo de cuatro meses. El 28/6/13, anunciaron
que destinarían 6.000 millones de euros durante los
próximos dos años para ese fin.

Pero con sólo mirar a su alrededor, verán
que hay multitud de jóvenes sin remunerar o mal
remunerados en la sala de máquinas de Europa.

A menudo dependiendo de becas o donaciones que menguan
cuando la economía cae, muchas organizaciones no
gubernamentales y grupos de expertos en Bruselas se han vuelto
cada vez más dependientes de las contrataciones a corto
plazo.

Los graduados que tratan de hacerse un currículum
son una buena opción: jóvenes, ambiciosos y
dispuestos a trabajar muchas horas por poco sueldo.

La Comisión Europea ofrece unas 1.400 becas de
cinco meses al año con un salario de 1.074 euros al mes
que es lo máximo, según Sophia Kabir, representante
de una organización de contactos Young Professionals in
Foreign Policy.

La denominada "stage", palabra francesa que significa
experiencia laboral, es a menudo el primer peldaño en la
escalera laboral de la UE. Aun así, el salario está
muy por debajo del salario mínimo belga: 1.500 euros al
mes. Muchas otras ofertas de trabajo ofrecen una
remuneración de unos pocos cientos de euros o nada en
absoluto.

Valentina Mat, con un master en política
internacional de la Universidad de Londres, recibía
sólo ocho euros al día para comida cuando
trabajó en una organización de desarrollo
internacional con sede en Bruselas durante un
año.

"Incluso en las oficinas de algunos miembros del
parlamento hay becarios empleados a los que pagan muy poco o
nada", dijo Franz Obermayr, un eurodiputado austriaco en una
carta de queja al presidente de la Eurocámara, Martin
Schulz.

Se supone que las becas aportan formación, pero
la línea entre eso y el empleo real a menudo es
difusa.

Cáritas Europa, una organización de la
Iglesia católica que defiende la justicia social, anuncia
unas becas de abogacía sin remunerar por tres meses para
las que los candidatos deben tener una licenciatura o master en
derecho o política, hablar con fluidez inglés y
francés, "excelentes" habilidades con la
informática y experiencia previa trabajando en las
instituciones europeas o con ellas: unos requisitos que
podría encajar para un empleado a tiempo
completo.

Peter Verhaege, el responsable de migración del
grupo, dijo a Reuters que aunque los recursos son escasos, dar
experiencia a los jóvenes es "lo menos que podemos hacer".
"No todo el mundo está de acuerdo". "Es una esclavitud
moderna", dijo Kabir. "La gente de mi generación tiene
problemas para comprender su valor de mercado".

… y el "stage" de las vacas (entre el surrealismo
y la estulticia)

Cualquiera que analice por primera vez las
conclusiones de una cumbre europea pensará que, entre toda
esa farragosa verborrea burocrática, se esconde el
esfuerzo definitivo contra los males de la crisis. No sólo
por la decidida toma de postura del llamado Consejo Europeo, sino
también porque los que la firman son nada menos que los
líderes de la UE. Por ello, buenas noticias para los
más de siete millones de jóvenes parados europeos,
945.000 en nuestro país en 2012, porque los Merkel,
Hollande, Cameron o Rajoy prometieron en el sanedrín
celebrado la semana pasada que "la UE movilizará todos los
instrumentos disponibles para apoyar el empleo
juvenil".

Con un presupuesto de casi un billón de euros
para los próximos siete años (2014-2020), y casi
55.000 millones sin gastar del periodo anterior, uno imagina que,
cuando Europa compromete "todos los instrumentos", no hay
montaña lo suficientemente alta ni valle lo
suficientemente profundo.

Pero poco tarda uno en darse cuenta de que las
conclusiones de una cumbre no son motivo para descorchar el
champán. Primero porque, como queda claro unas
líneas más abajo, esa totalidad de recursos se
reduce a una lista de promesas por detallar y otras encajadas
después de costosas negociaciones, como los 6.000 millones
que se han prometido adelantar a 2014 y 2015 para luchar contra
el paro juvenil. Una cantidad bien generosa, pensará uno
mirando su cuenta, pero no tanto cuando se reparte entre 28
países en siete años. España se
llevará 1.900 millones, o lo que es lo mismo, menos de
2.000 euros por joven parado, lo que obligará al Gobierno
a obrar el milagro de los panes y los peces.

"Una cifra que no parece tan abultada cuando se
comprara con los miles de millones de euros que ha gastado la UE
en sus bancos (concretar la factura puede dar dolores de cabeza),
o se piensa que Europa gasta hoy diez veces más en sus
vacas (12,7 euros de media) que en sus jóvenes (1,26
euros), según datos de Eurostat. Más aún
cuando uno recuerda que, para financiar apropiadamente la
Garantía Juvenil, la medida estrella pilotada desde
Bruselas, la Organización Internacional de Trabajo estima
que se necesitarían 21.000 millones de euros"…

La UE gasta diez veces más dinero por vaca que por cada
joven desempleado (El Confidencial – 2/7/13)

El optimismo sigue desinflándose cuando se hace
recuento de la pila de cumbres de fogueo dedicadas al empleo
juvenil, que ya arrancaron en enero de 2012, o las iniciativas
dedicadas al tema que cogen polvo en la nube comunitaria, como la
infrasubvencionada Iniciativa de Oportunidades para la Juventud;
o EURES, la red para la movilidad de los que buscan un empleo en
Europa.

Y, sobre todo, cuando echa la mirada atrás, uno
se da cuenta de que la UE ha suspendido todos los test de
credibilidad que ha encarado en el último año y
medio, retrasando, aguando, o incluso arrinconando propuestas
anunciadas a bombo y platillo de madrugada por los jerarcas
europeos, como la unión bancaria o el Pacto por el
Crecimiento, como reconoció el propio presidente del
Parlamento Europeo, Martin Schulz.

¿Quiere decir eso que la cornucopia europea se
quedará en palabras, palabras y más palabras?
Probablemente algo llegará del maná europeo, pero
la cascada de dinero no será suficiente para un problema
que tiene tantos orígenes como propuestas de
solución. Porque, como sucede con el futbol y los
aficionados, o las obras y los pensionistas, no hay nada que
atraiga más a los analistas que un problema complejo para
ofrecer su bala de plata.

La OCDE apuesta a corto plazo por políticas
activas de empleo, y más asistencia y apoyo en la
búsqueda de empleo para jóvenes con dificultades,
pero también pide a largo plazo encarar el elevado
porcentaje de abandono escolar. El laboratorio de ideas Bruegel,
referencia en la burbuja de la UE, descarta directamente medidas
dedicadas al empleo juvenil porque "desgraciadamente, es
improbable que tuvieran mucha diferencia en el problema" y pide
crecimiento, crecimiento y más crecimiento. Por su parte,
la Comisión Europea mantiene su letanía de
flexibilizar el mercado laboral para terminar con la dualidad de
los insiders y outsiders. Y, por último, los
jóvenes europeos han exigido desde hace tiempo la
Garantía Juvenil.

Tras la buena experiencia de esta garantía en
países como Austria o Finlandia, el Foro para Juventud
Europea envió una carta a Van Rompuy ya en enero de 2012
para solicitar un colchón de dinero público, con el
que se persigue el ambicioso objetivo de que cualquier joven no
tarde más de cuatro meses tras terminar los estudios en
tener unas prácticas, un trabajo o estudios
suplementarios.

Los líderes han necesitado un año y medio,
y dos millones y medio más de parados menores de 25
años, para tomarse en serio el riesgo de una
generación perdida, y comprar esta garantía. Eso
sí, "no estamos bajo ninguna ilusión. El problema
no se solucionará de la noche a la mañana", dijo
intentando aligerar algo más la presión el tejedor
de las cumbres, Herman Van Rompuy. Porque, como se ha visto a lo
largo de la crisis, la presión no es bien digerida por el
estómago de la Vieja Europa, aunque lo que tenga en sus
manos sea su materia prima más importante, su futuro
capital humano.

Del New Deal (II) al Jean-Jacques Rousseau (II)
(¿el regreso del hombre civilizado?)

– El próximo contrato social (Project Syndicate –
18/7/13) Lectura recomendada

(Por Kemal Dervis)

París.- Hoy en todo el mundo el persistente
desempleo, la falta de correspondencia entre habilidades y
oportunidades, y las reformas a los sistemas de pensiones se han
convertido en elementos centrales de la política fiscal y
los debates, a menudo feroces, que la rodean. Los países
desarrollados se enfrentan a un problema inmediato de
envejecimiento de su población, pero la mayoría de
las economías emergentes se encuentran asimismo en medio
de una transición demográfica que tendrá
como resultado en apenas dos o tres décadas una estructura
etaria similar a la de las naciones avanzadas, es decir, una
pirámide invertida. De hecho, China llegará a ese
punto mucho antes.

El empleo se ve afectado por numerosos problemas. La
debilidad de la demanda tras la crisis financiera global de 2008
sigue siendo un factor clave en Europa, Estados Unidos y
Japón. Pero además en los mercados del trabajo
están pesando problemas estructurales de más largo
plazo.

El factor central es el hecho de que
la globalización origina constantemente cambios en las
interrelaciones de las ventajas comparativas, creando serios
desajustes cuando los empleos que se crean en las nuevas
actividades no necesariamente se compensan los que desaparecen.
En todo caso, la mayoría de los nuevos puestos exigen
habilidades distintas, lo que implica que quienes pierden sus
empleos en los sectores en desaparición tienen pocas
esperanzas de encontrar uno nuevo.

Más aún, los avances tecnológicos
cada vez permiten "ahorrar más mano de obra": los
ordenadores y los robots reemplazan a los trabajadores humanos en
ambientes tan diversos entre sí como los supermercados y
las líneas de ensamblaje de automóviles.
Considerando la volatilidad de las perspectivas
macroeconómicas, muchas empresas se muestran reluctantes a
contratar nuevos empleados, llevando a un alto desempleo juvenil
en todo el planeta.

Al mismo tiempo, el envejecimiento de la
población (y los costes de salud relacionados) constituye
el principal reto fiscal en estas sociedades. Para mediados de
este siglo, la expectativa de vida a los 60 habrá
aumentado en cerca de diez años con respecto al periodo
posterior a la Segunda Guerra Mundial, cuando se fijaron las
actuales edades de jubilación.

Es poco probable que los cambios menores
que se puedan ir haciendo a los sistemas actuales, tal como
están diseñados, sean suficientes para dar
respuesta a las fuerzas tecnológicas, reducir las
tensiones sociales y los temores de los jóvenes, ni
solucionar las cargas fiscales en aumento. Se necesita una
reevaluación radical del trabajo, la formación, la
jubilación y el ocio. Varios principios son centrales para
cualquier reforma global que se haya de emprender.

Para comenzar, la formación y el desarrollo deben
convertirse en un proceso que dure toda la vida,
iniciándose con la escolaridad formal pero siguiendo con
capacitación en el lugar de trabajo e intervalos de
educación de tiempo completo en diferentes momentos. Los
programas de inserción laboral para jóvenes se
deben convertir en parte normal de la formación
profesional y laboral, con exenciones de la obligación de
aportar a la seguridad social durante los primeros uno o dos
años laborales.

Un segundo principio es que la jubilación
debería ser un proceso gradual. La gente podría
trabajar un promedio de 1.800 a 2.000 horas al año hasta
llegar a la cincuentena, bajar a unas 1.300 a 1.500 horas al
inicio de los sesenta, y apuntar hacia las 500 a 1.000 horas a
medida que se alcanzan los 70. Por ejemplo, una enfermera de
hospital, un miembro de cabina de una aeronave o un profesor de
secundaria podrían trabajar cinco horas a la semana hasta
entrados los cincuentas, cuatro días a la semana hasta los
62 años, tres hasta los 65 y quizás dos al
acercarse a los 70.

Empleadores y empleados deberían negociar esta
flexibilidad, pero con incentivos y apoyo financiero del
gobierno, por ejemplo a través de impuestos a la renta y
contribuciones a la seguridad social variables. Las vacaciones
pagadas pueden ser de 3 a 4 semanas hasta los 45 años,
elevándose gradualmente a las 7 a 8 semanas a fines de la
sexta década de la vida. Las licencias por maternidad y
paternidad deberían aumentar en países, como
Estados Unidos, donde son bajas.

Además, las políticas públicas
deberían estimular una mayor libertad de opciones. Por
ejemplo, cada diez años un trabajador podría tener
la oportunidad de estudiar un año en el sistema formal,
financiado en un tercio por el empleador, un tercio con fondos
públicos y el otro tercio con sus ahorros personales (las
proporciones podrían variar según la franja de
ingresos a la que pertenezca).

El objetivo general sería una
sociedad en que, si la salud lo permite, los ciudadanos trabajen
y paguen impuestos hasta cerca de cumplir los 70, pero de manera
menos intensa a medida que avanza la edad y de un modo flexible
que refleje las circunstancias individuales. De hecho, la
jubilación gradual y flexible beneficiaría en
muchos casos no solo a los empleadores y gobiernos, sino a los
trabajadores mismos, ya que una participación profesional
continua en el tiempo es a menudo fuente de satisfacción
personal e interacciones enriquecedoras en lo
emocional.

Utilizando la Encuesta Mundial Gallup,
mis colegas de la Brookings Institution de Washington, DC, Carol
Graham y Milena Nikolova, han visto que los grupos estudiados
más satisfechos son aquellos que trabajan voluntariamente
a tiempo parcial. A cambio de vidas laborales más
prolongadas, los ciudadanos contarían con más
tiempo para el ocio y la formación de habilidades, con
efectos positivos sobre la productividad y la satisfacción
existencial.

El nuevo contrato social para la primera mitad del siglo
veintiuno debe combinar realismo fiscal, dar mucho espacio a las
preferencias individuales y contar con grandes niveles de
protección y solidaridad social frente a los embates
originados por circunstancias personales o la volatilidad de la
economía. Muchos países están dando pasos en
esta dirección, pero de manera demasiado gradual. Lo que
necesitamos es una amplia y revolucionaria reformulación
de la educación, el trabajo, la jubilación y el
ocio.

(Kemal Dervis, former Minister of Economic Affairs of
Turkey and former Administrator for the United Nations
Development Program (UNDP), is Vice President of the Brookings
Institution)

La flexi-inseguridad laboral (¿con las mejores
intenciones?)

"El empleo flexible aumentará
"rápidamente" cuando la economía avance tras la
crisis y la mayor parte de los países occidentales crezcan
con fuerza, según las previsiones que la empresa de
recursos humanos Randstad ha plasmado en un informe"…

Randstad prevé que el empleo flexible crezca
"rápidamente" tras la crisis (El Economista –
20/7/13)

El estudio "Informe flexibilidad en el trabajo 2013"
diferencia entre tres modalidades de flexibilidad: los contratos
de duración determinada, la puesta a disposición
por parte de las agencias privadas de colocación y el
autoempleo.

Según la empresa holandesa parece existir una
correlación entre el crecimiento económico y la
tasa de empleo flexible, aunque matiza que esa conexión no
se puede tomar como una "verdad universal" porque el auge de
alguna modalidad puede compensar la caída de otra, por
ejemplo, el aumento de contratos de duración determinada
puede neutralizar el descenso del autoempleo.

Además, asegura que en contextos de crisis
económica el trabajo flexible es la primera forma de
empleo que se ve afectada por el descenso de la demanda laboral,
particularmente entre los trabajadores más jóvenes
y con menos formación, pero cuando finalizan las
recesiones es el que más "rápidamente"
aumenta.

Para Randstad, en un mundo cada vez más
globalizado con una competencia que no deja de aumentar se hace
imprescindible una mayor flexibilidad del mercado
laboral.

"La innovación original en términos de
productos y técnicas completamente nuevos precisa
trabajadores nuevos y creativos y, en ocasiones, alteraciones
rápidas en el número y las competencias del
personal", dice el informe.

En este sentido, insiste en que gracias a la
flexibilidad las compañías pueden analizar la
productividad y la creatividad de sus trabajadores antes de
incluirlos en su plantilla de empleados permanentes.

Por otra parte, Randstad considera que la labor de las
agencias privadas de colocación es especialmente
útil con los jóvenes durante su periodo de
formación o al entrar en el mercado laboral, aunque
también sirve a los desempleados para reinsertarse en el
mercado laboral.

A este respecto, el director de Relaciones
Institucionales de Randstad, Luis Pérez, considera que la
reforma laboral aprobada en 2012 por el Gobierno español
ha tenido efectos "residuales" en las agencias privadas de
colocación a pesar de que su intermediación es "muy
superior" a la de los Servicios Públicos de Empleo
(SEPE).

"Nos dirigimos a modelos de cooperación, el foco
tiene que estar en el aumento de la eficiencia por la
colaboración público-privada y no en la
sustitución de los SEPE", ha añadido.

Algunos ejemplos de despilfarro en Bruselas (nos mean en
la cabeza y dicen que llueve)

"La Dirección de Comunicación de la
Comisión maneja un presupuesto de más de 100
millones al año; pero hay muchos más casos de
derroche"…
La UE se gasta 3,2 millones en una
"agencia de noticias europea" (Libertad Digital –
21/7/13)

La Comisión Europea acaba de anunciar que
sacará a concurso la gestión de una agencia de
noticias pública que funcionará con cargo a los
presupuestos de la Unión. La solicitud de ofertas
argumenta la creación de este nuevo ente afirmando que "la
información sobre los asuntos europeos es a menudo escasa,
irregular y carente de una perspectiva europea amplia".
Además, señala que "los europeos carecen de una
comprensión crítica de los asuntos de la
UE".

Es por eso que la Comisión Europea espera ofertas
hasta el próximo 14 de agosto, fecha en que
empezará a decidir qué propuesta se lleva 3,2
millones de euros anuales por manejar este nuevo "servicio"
comunitario.

La noticia ha llamado la atención de medios como
el Wall Street Journal, que se pregunta por qué es
necesario lanzar una agencia de noticias si la UE cuenta ya con
más de 500 periodistas en nómina, 170 de los cuales
trabajan directamente en la Comisión Europea. Vale la pena
señalar que, cada año, la Dirección de
Comunicación de la Comisión maneja más de
100 millones de euros para financiar medios como el canal de
televisión Euronews, el servicio Euranet o el ente
Presseurop.

Evidentemente, éste no es el último caso,
En los últimos años, diferentes burócratas
europeos han alzado la voz para quejarse del mal uso del dinero
público que hace la Unión Europea. Es el caso de la
británica Marta Andreasen, que ha señalado que
"2012 fue el 18º año consecutivo en el que la
auditoría del Tribunal de Cuentas Europeo subrayó
la mala salud de las cuentas comunitarios".

De acuerdo con el último informe del Tribunal de
Cuentas comunitario, la sombra de la sospecha se cierne sobre
programas de gasto que comprenden hasta 89.000 millones de euros.
Entre los ejemplos que cita la auditoría más
reciente, encontramos el de una agencia de ayuda al desarrollo
que se pagó más de cuatro millones de euros a
sí misma en concepto de "asistencia técnica". Otro
caso flagrante es la donación de más de 500
millones de euros a Egipto "para luchar contra la
corrupción". El destino de dicho aporte presupuestario no
ha podido ser verificado, a pesar de que el dinero fue
desembolsado.

El think tank Open Europe produjo hace algunos
años un informe dedicado a analizar el despilfarro y
descontrol de recursos públicos que rige en los gastos de
la Unión Europea, donde se demostraba que "casi el 90% del
presupuesto de la UE se destina a subvencionar sectores
improductivos o a redistribuir recursos de unos países a
otros vía inversión pública".

Sin embargo, los estudios sobre el manejo concreto de
estos fondos brillan por su ausencia, en gran medida por la
lejanía de las instituciones europeas y por la dificultad
de fiscalizar un enorme aparato burocrático que, en
términos de transparencia, tiene mucho camino por delante.
No en vano, el eurodiputado Daniel Hannan declaró que, "de
acuerdo con el Tribunal de Cuentas de la UE, solamente el 11% del
gasto de la UE puede ser justificado de forma clara y
definitiva".

Rescatando el informe de Open Europe, encontramos un
centenar de ejemplos del fraude y el despilfarro que inunda
numerosos programas de la Unión Europea. A
continuación recogemos algunos de los ejemplos más
llamativos registrados en Italia:

  • El dentista del Ferrari.
    Recibió 80 millones de euros para desarrollar una
    planta de paneles solares… pero este italiano, dedicado
    profesionalmente a la ortodoncia, gastó ese dinero en
    comprar más de 50 coches de lujo, además de un
    monoplaza de Fórmula 1, yates, etc.

  • Los gusanos de seda.
    Un parlamentario italiano falsificó su identidad y
    recibió 10.329 euros de la UE para un programa de
    cría de gusanos de seda. El proyecto nunca
    arrancó y Filippo Bubbico tardó años en
    ser "pillado". Ni siquiera fue este su único
    escándalo: este dirigente socialdemócrata
    también consiguió que 300.000 euros de fondos
    comunitarios acabasen en los bolsillos de su padre y de su
    suegro.

  • Robo sindical a los
    desempleados
    . Sindicalistas italianos de las
    localidades de Abruzzo y Molise manejaron fondos europeos
    entre 2000 y 2006 con el objetivo de impartir seminarios de
    formación profesional entre diferentes colectivos
    (estudiantes con discapacidad, personas sin trabajo…).
    Los fondos sirvieron para pagar coches, vacaciones,
    campañas políticas y contribuciones a clubes
    deportivos.

  • Equitación para
    discapacitados
    . La esposa de un dirigente de la Liga
    Norte italiana recibió 400.000 euros de la
    Unión Europea para desarrollar un programa de monta de
    caballos para discapacitados. De modo sistemático,
    infló el número de estudiantes que
    asistía a los cursos, asegurando así miles de
    euros en subvenciones.

  • Los agricultores fantasma.
    Del 2001 al 2004, la Unión Europea gastó 50
    millones de euros en un programa para agricultores del Sur de
    Italia. La iniciativa se enmarcaba en el seno de la PAC, y
    buscaba promover la "compraventa de excedentes de fruta
    cítrica". No obstante, luego se descubrió que
    las cifras presentadas eran mentira: no existían ni
    los agricultores ni los compradores ni las frutas con las que
    se justificaba la subvención.

  • Modelos glamorosas. La
    Unión Europea también ha financiado un certamen
    televisivo con el que se pretendía "preparar y
    seleccionar a las mejores aspirantes a presentadoras de
    televisión en Nápoles". Según el
    director del proyecto, Pietro Vittorelli, "lo esencial, el
    único criterio necesario para entrar, es la belleza.
    Debo ver a las chicas en minifalda y sujetador, listas para
    ser el sueño de todos los italianos". El programa
    incluyó a casi 100 pupilas y recibió 1,3
    millones de los contribuyentes europeos.

  • Cursos a razón de 750.000
    euros por estudiante
    . Un programa educativo
    dedicado al mundo del cine y centrado en la
    "docuficción" recibió la friolera de 12
    millones de euros, pero apenas consiguió que doce
    personas se apuntasen.

Pero no sólo en Italia se han dado casos de
despilfarro de dinero comunitario. El descontrol es generalizado
y se extiende por todo el Viejo Continente. A
continuación, más ejemplos del documento elaborado
por Open Europe:

  • En Dinamarca, una localidad de 10.000 habitantes
    recibió una donación del Programa de Fondos
    Estructurales de la UE para construir un zoo de cocodrilos.
    El proyecto recibió 940.000 euros de la UE pero nunca
    llegó a funcionar. En palabras de su propietario, "es
    difícil conseguir dinero para preservar a los
    cocodrilos, porque la gente tiene prejuicios contra ellos. No
    son bonitos como los tigres, los caballos o los osos
    panda".

  • En Suecia, un taller de cerámica
    consiguió, en 2008, financiación de la UE para
    desarrollar durante dos semanas una escultura de cuatro
    metros de altura. Una vez concluyó el proyecto, los
    artistas tardaron 24 horas en prender fuego a su
    obra.

  • Un empresario danés recibió un
    subsidio de 100.000 euros para construir una pista de
    esquí en Bornholm, una isla sin nieve ni
    montañas. El propio receptor de este subsidio
    declaró que nunca pensó "que los expertos de la
    UE respaldarían algo tan disparatado". En su primer
    año de vida, la pista solamente abrió un
    día.

  • En Estonia, el Teatro Estatal de Títeres se
    llevó 106.000 euros de la UE "para promover sus
    espectáculos entre los niños, las
    minorías sociales y los refugiados", además de
    "impulsar nuevas maneras de expresión".

  • En Reino Unido, la localidad de Hull
    desarrolló un baño público co-financiado
    por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, mientras que el
    proyecto "GreenLeisure.co.uk" recibió cerca de 10.000
    euros para promover la caza de pichones con
    láser.

  • Viajes y cenas por 12 millones. La ciudad
    de Charleroi abrió una "cuenta B" hacia la que
    desplazó 12 millones de euros llegados de las
    instituciones europeas. El dinero se fue a financiar viajes
    de caza a Bielorrusia, cenas, etc.

Pero España no se queda fuera del informe de Open
Europe. Por ejemplo, en el pueblo almeriense de Chiribel,
encontramos el extraño caso de un burdel instalado en un
edificio financiado por la Unión Europea.
¿Cómo se explica esto? Veamos: el ex alcalde de la
localidad, Ramón Romera, consiguió 54.000 euros
para financiar una escuela de equitación. Después
de pasar por varios trámites, incluyendo la compra de los
caballos, las autoridades negaron el permiso para aquel proyecto.
Este "no" llevó al consistorio a alquilar el local
construido con fondos de la Unión Europea y el edificio
acabó sirviendo como centro operativo a un
prostíbulo conocido como El séptimo
cielo.

Para aquellos que proyectan un futuro de empleos en el
sector de las nuevas tecnologías

– Por qué Steve Jobs no es el nuevo Henry Ford
(El Confidencial – 23/7/13)

(Por Mario Saavedra) Lectura recomendada

Esconde el dinero fuera del país.
Es una de las mayores empresas en capitalización de
mercado y beneficios, pero está a la cola de las grandes
en número de empleados. Fabrica casi todo en China y paga
un porcentaje de impuestos ridículo frente a sus ingresos
en Estados Unidos. ¿Es Apple realmente una empresa
americana?
¿Son los beneficios que le da al
país, proporcionales a sus ingresos? ¿Necesita
Estados Unidos más Steve Jobs, o quizá
más bien un nuevo Henry Ford? "Somos una empresa
estadounidense, aunque vendamos en China, Egipto o Arabia
Saudí", ha afirmado ante las críticas recientemente
su consejero delegado, Tim Cook.

Han sido años duros para las relaciones
públicas de la empresa. Desde su cuartel general de la
calle Círculo Infinito en Cupertino, California, han
tenido que desactivarse varias bombas contra la imagen de la
marca
. Los problemas comenzaron con los suicidios de decenas
jóvenes chinos en las fábricas de la empresa
Foxconn, el principal proveedor de Apple. Las condiciones de
trabajo se habían vuelto insoportables. Aunque el asunto
llevaba años produciéndose, el diario The New
York Times
publicó una serie de reportajes en portada
que dañaron seriamente la reputación de la
compañía entre las élites
estadounidenses.

Poco después se destapó el sistema de
elusión de impuestos de la empresa, no sólo en
Estados Unidos, sino en todo el mundo. Primero The New York
Times
y después el propio Senado publicaron sendos
informes en los que se exponían los "artilugios" que
utilizaba Apple para eludir impuestos sobre al menos 74.000
millones de dólares en los últimos tres
años. "Es una de las mayores evasoras" de Estados
Unidos, declaró John McCain
, excandidato republicano a
la Casa Blanca y miembro de esa comisión del Senado.
 

Tim Cook tuvo que comparecer ante la cámara para
dar explicaciones, aunque salió indemne. El "poder blando"
de la marca es tal que los miembros del Comité poco menos
que se disculparon antes de lanzarle un dardo al consejero
delegado. "Me encanta Apple. Acosé a mi marido hasta que
nos convertimos al McBook", arrancó la senadora Claire
McCaskill
. "Adoramos el iPhone y el iPad", afirmó
Carl Levin antes de someterle al interrogatorio. El propio
McCain le felicitó por el legado que iban a
dejar.

"Fue asqueroso" ver semejante espectáculo de
peloteo, expresa a El Confidencial Curtis Ellis
, de
American Jobs Alliance, muy crítico con las
políticas de la empresa. "Apple probablemente no
existiría si no hubiera sido por la inversión
gubernamental en la industria electrónica y de alta
tecnología en California, por ejemplo. Es una desgracia
que se hayan aprovechado de todo lo que les ha dado Estados
Unidos para crecer como una empresa de valor incalculable, y
devuelva tan poco al país que les ha ayudado a crecer",
dice Ellis.

Apple ha creado una red internacional de empresas
subsidiarias que ni los mejores expertos llegan a comprender:
empresas sin empleados y filiales fantasmas, entre otros
elementos. "Es lo que los técnicos llamamos un
increíble desparpajo", describió para The New
York Times
el exmiembro del Comité de Impuestos
Edward Kleinbard. Respetando la letra de la ley, la
empresa del iPhone habría incumplido hasta el extremo el
espíritu de la misma
.

La firma obtuvo en 2012 unos ingresos declarados de
41.000 millones, según los resultados publicados ante la
Comisión del Mercado de Valores (SEC). Sobre esa cantidad
pagó un total de 2.500 millones de dólares en
impuestos federales, el equivalente a un 20%, según los
cálculos de la agencia de noticias
Bloomberg. El tipo nominal para las empresas es del
35%.

¿Y en el resto del mundo? Ahí
estaría el problema. La compañía oculta
gran parte de sus beneficios en un limbo sin residencia
fiscal
a través de la empresa sin empleados Apple
Operations International. Tributa, por lo demás, una
cantidad ridícula en el extranjero: 713 millones de
dólares en todo el mundo en 2012, un 1,9% del total de
casi 37.000 millones, según el diario USA
Today
.

La empresa fundada por Jobs, que no ha respondido a las
peticiones de entrevista de El Confidencial, se defiende
asegurando que paga "cada dólar" de lo que le corresponde
y que esto ya la convierte en una de las principales
contribuyentes corporativas a las arcas del país
. "En
el año fiscal 2012 pagamos 6.000 millones de
dólares de impuestos. Esto supone uno de cada 40
dólares (lo que equivaldría al 2,5%) de todo lo
recaudado en impuesto de sociedades por el Gobierno de Estados
Unidos", dijo la empresa en una nota enviada al
NYT.

Muy pocos trabajadores para tanto ingreso

Junto a las críticas por su elusión legal
de impuestos, la empresa de la manzana está en la picota
por haber deslocalizado la gran mayoría de los
empleos necesarios para fabricar sus productos. Tanto ha sido el
ruido que, en plena ola mediática en contra, ha anunciado
que fabricará una de sus computadoras en Estados
Unidos. 

Apple cuenta con tan sólo 50.250 trabajadores
en el país americano
. A pesar de que es la tercera
empresa del país por beneficios (20.000 millones de euros
en 2011), no aparece siquiera en la clasificación de las
cincuenta empresas con más empleados, liderada por Wall
Mart con 1.800.000 y con IBM como primera empresa
tecnológica, en quinto lugar, con 355.000.

"Por supuesto Apple no se parece en nada a General
Motors en los años cincuenta" asegura a El
Confidencial
Adam Lashinsky, autor de Apple, el
legado de Steve Jobs
(Aguilar, 2012). "Estoy de acuerdo con
que no es una empresa estadounidense. Es una empresa
global, pero no creo que haya nada de malo en eso".

Apple ha contraatacado refugiándose en los
empleos indirectos generados. En su página web aseguran
que crean 598.500 empleos directos e indirectos, aunque no
explican cómo han llegado a esa cifra tan precisa.
Incluyen ahí a sus 50.250 trabajadores, y todos los
indirectos propios de las actividades económicas de
cualquier empresa (transporte de sus productos, vendedores en las
tiendas, etc.), además de 291.250 empleos más del
desarrollo de las aplicaciones para sus productos (la llamada
Apple Store), de nuevo sin desvelar la fuente o el modo de
cálculo. De alguna forma Apple se escuda en el llamado
'factor multiplicador' del trabajo que en nada le distingue de
otras compañías como Hewlett-Packard, que tiene
360.000 empleados directos y también da trabajo indirecto
a decenas de miles de personas en transporte, desarrollo de
software o de venta de sus productos en
tienda.

El hecho es que la gran mayoría de los 70
millones de iPhones o de los 30 millones de iPads que se venden
cada año se fabrican fuera del país
. La empresa
de capital taiwanés Foxconn es la principal proveedora.
Tiene cerca de medio millón de trabajadores en China, y
pretende superar pronto el millón. No todos trabajan para
Apple, aunque sí gran parte de los alrededor
de 250.000 de la ciudad-factoría llamada
informalmente iPad city, en Longhua, al sur del
país.

"La misma crítica que se hace a Apple
podría hacerse a los fabricantes de automóviles",
opina para El Confidencial Owen Linzmayer, autor
de Apple Confidential (William Pollock, 2004). "Hay una
presión para comprar made in America, pero en
realidad las partes de esos coches se traen de todas las partes
del globo y aquí se ensamblan y después se venden
como estadounidenses, cuando sólo se han diseñado
aquí. Quizá por eso los productos de Apple vienen
con una pequeña etiqueta que dice 'diseñado en
California'". Otros, como Curtis Ellis, son más
contundentes: "Tim Cook es el arquitecto de una cadena de
suministro global que ha deslocalizado miles de empleos
y llevado a la bancarrota y el desempleo de miles de ingenieros
de línea en el país".

El trasfondo de toda esta polémica trasciende a
la compañía tecnológica. Otras, como Chevron
o Exxon Mobile la superan en beneficios con aproximadamente los
mismos empleados y con desgravaciones (subvenciones) fiscales de
miles de millones de dólares. ¿Por qué se
ceba la prensa con Apple? Muy probablemente por su
carácter emblemático. Apple viene a ser a
nuestra época lo que Ford fue a la de la posguerra
:
una de las compañías más punteras y
conocidas por la gente, que ha creado un producto asequible para
el gran público. Pero mientras la de Henry Ford se
convirtió en ejemplo de la creación de trabajos
para la clase media y de contribución social a fuerza de
pagar impuestos, la de Steve Jobs no está yendo por el
mismo camino. El mundo, tal vez, es muy
diferente. 

Manual de instrucciones para los jóvenes que
desean trabajar en el Reino Unido

"El fantasma de la inmigración vuelve a Reino
Unido. El mismo país que durante años había
demandado mano de obra foránea se muestra ahora
incómodo ante la contratación de extranjeros. El
desencadenante resultó una crisis que, además de
adelgazar sueldos, ha contraído el mercado laboral y la
reforma del Estado del Bienestar se ha encargado del
resto"…
El fantasma de la mano de obra foránea
sacude a Reino Unido (El Economista – 5/8/13)

El Gobierno está resuelto a garantizar que nunca
más el paro es más lucrativo que trabajar y, como
resultado, la demanda de empleo aumenta y los de fuera comienzan
a contrariarse.

David Cameron había hecho de la promesa de
reducir la red de inmigración un objetivo nuclear de la
legislatura. De momento, las perspectivas normativas de este
año prevén hacer la vida más complicada para
los recién llegados: entre las medidas diseñadas
figura obligar a los inmigrantes a pagar por el Sistema Nacional
de Salud, o que los caseros comprueben su estatus de residencia.
Sin embargo, esta tendencia parece ir ampliándose a
países de la Unión Europea, sobre todo, ante la
perspectiva del levantamiento de las restricciones a ciudadanos
de Bulgaria y Rumanía, que a partir del 1 de enero
podrán acudir libremente a Reino Unido a buscar su
oportunidad en el mercado laboral.

En tiempos de constricción económica, la
inmigración constituye un delicado argumento electoral. La
evidencia queda patente en el particular aumento del apoyo al
UKIP, un partido que tiene en la ruptura con Bruselas su
principal demanda ideológica y que hace peligrar las
aspiraciones de los conservadores en las urnas.

La primera gran prueba de fuego tendrá lugar el
próximo año con los comicios europeos, una cita que
amenaza con convertirse en un referéndum sobre la
conveniencia de continuar en la federación comunitaria.
Cameron ha prometido su propio plebiscito para 2017, pero ya ha
comenzado a mover ficha. Este otoño presenta su propuesta
de revisión de las leyes europeas de libertad de
movimiento, un desafío abierto a la UE con el que espera
rebajar la presión en materia migratoria.

Los grupos que le asesoran han indicado ya por
dónde irá el debate. Las ideas planteadas incluyen
impedimentos para que los inmigrantes comunitarios puedan
demandar prestaciones en Reino Unido en los primeros dos
años, limitaciones en el número de los que pueden
reclamar las pagas por desempleo e, incluso, la exclusión
de los países más pobres de los Veintiocho, una
opción que podría implicar hacer piña con
Alemania, Holanda, Suecia y Dinamarca para lograr protecciones
para los trabajadores nativos.

Las apuestas son arriesgadas, pero el ámbito es
sensible, como quedó de manifiesto la semana pasada en la
segunda ciudad de Reino Unido. Uno de los periódicos
locales, el Birmingham Mail, denunció que 200 trabajadores
de España y Portugal habían sido traídos
específicamente para los trabajos que Amey,
compañía afiliada a Ferrovial Servicios, acomete en
las obras de carretera en la región de West Midlands. Un
dato irrelevante en circunstancias normales pero que, en una zona
donde el paro es dos puntos superior a la media nacional, del
7,8%, escuece.

La información llevó a Amey y al propio
ayuntamiento de Birmingham a subrayar que el 70% del personal es
local y que la presencia de extranjeros responde a una alta
cualificación, o bien a contratos de corta
duración. La aclaración, sin embargo, arrojó
más sal a la herida, ya que los medios locales
contraatacaron criticando que, en tiempos de aumento del
desempleo, casi un tercio de los empleados sean de
fuera.

La inquietud parece estar justificada, pero más
por una necesidad de proteccionismo. El Comité de
Asesoramiento de Inmigración, organismo del Ministerio del
Interior que estudia el impacto de los extranjeros en el mercado
laboral, detectó las elevadas diferencias educacionales
con respecto a los nativos: los inmigrantes que llevan menos de
cinco años, tienen más del doble de probabilidades
de tener al menos una licenciatura nueve años más
jóvenes que los nacionales. Una realidad que no ha evitado
al ministerio el escarnio de ser investigado por la
Comisión de Igualdad y Derechos Humanos, tras trascender
que las búsquedas aleatorias de inmigrantes ilegales
tienden a limitarse a minorías étnicas.

Según un informe de la Agencia de Fronteras de
Reino Unido desarrollado para revisar la demanda de mano de obra
foránea, las empresas detectan en los británicos un
problema de actitud que afecta a sus perspectivas de
contratación. El Instituto Warwick de Investigaciones de
Empleo lo explica en base a que los extranjeros son más
activos en la búsqueda de empleo, más proclives a
aceptar contratos de menor duración y están
más dispuestos a viajar por un empleo.

El Gobierno no es ciego a la tendencia y el secretario
de Estado de Negocios y Cualificación habla ya del "deber
social" de las empresas de contratar británicos, en otras
palabras, reclutarlos, e incluso entrenarlos, por encima de
inmigrantes mejor cualificados. Su propuesta, es más, pasa
por invertir en formación, en lugar de atender al "puro
beneficio", si bien el desembarco de extranjeros se ha
ralentizado desde el pico alcanzado en 2008. El pasado
año, el número de los que llegaron a Reino Unido
cayó en 80.000 y datos oficiales muestran que la red de
inmigración se ha reducido un tercio.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7
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