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La educación económica, un reto del dirigente sindical de base



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Desarrollo
  3. Conclusiones
  4. Bibliografía

Introducción

La declaración de la Conferencia Regional de
Educación Superior en América Latina y el Caribe
llama la atención con relación a avanzar en la
educación a lo largo de toda la vida, sujeta al requisito
de reivindicar y dotar de nuevos contenidos que cumplan con los
principios de la enseñanza activa.

Con relación a la enseñanza activa,
permanente y alto nivel, el propio documento refiere que se
cumple con este propósito sólo si ella se vincula
de manera estrecha e innovadora al ejercicio de la
ciudadanía, al desempeño activo en el mundo del
trabajo y al acceso a la diversidad de las culturas.

Estas realidades mundiales, unido al complejo proceso de
transformaciones que se desarrollan en la sociedad cubana actual
exigen al dirigente sindical una consecuente posición
ideológica y teórica que le permita enfrentar esta
problemática desde posiciones progresistas que brinda el
enfoque marxista para lo cual, las acciones de
capacitación estarán dirigidas a los dirigentes
sindicales y trabajadores, sobre los que hay que influir para que
transformen la realidad en el propio escenario
laboral.

El programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)
destaca con relación a los cambios que se están
produciendo en los procesos productivos, que el desarrollo
depende en gran medida de la capacidad de conocimiento y de
información, y que por tanto se requieren recursos humanos
de calidad. La globalización como proceso no sólo
influye en los aspectos vinculados a la economía y las
finanzas, sino también en la ciencia, la
tecnología, las comunicaciones, la política, y la
educación.

En este contexto se desarrolla la capacitación
sindical surgida en el período revolucionario, devenida
arma estratégica del movimiento sindical cubano para la
preparación de sus cuadros, dirigentes, activistas,
trabajadoras y trabajadores, en favor de los hombres y mujeres a
los que representan y dirigen en todos los niveles y de manera
particular en la base, espacio en el que la labor sindical tiene
mayor alcance, de ahí la importancia de su efectividad en
ese contexto.

El movimiento obrero y sindical cubano y su sistema de
escuelas, durante más de treinta años se han
dedicado a la preparación de hombres y mujeres, con
responsabilidades para dirigir y representar a los
trabajadores. Hoy el sistema de capacitación
sindical se desarrolla en cuatro escenarios fundamentales:
"Escuela Nacional de Cuadros Sindicales "Lázaro
Peña"",
"las Escuelas Provinciales",
"las Aulas Elementales" y otras vías, de la
Central de Trabajadores de Cuba, en Ciudad de La Habana, Cuba;
las dos primeras, para preparar a los cuadros profesionales, la
tercera, para la preparación de los dirigentes de base y
la última, concebida para desarrollar actividades cuyos
contenidos pueden ser tratados de manera ágil en
conferencias, seminarios y talleres, acciones que en la
práctica muchas veces realizan los propios cuadros de
manera oportuna.

La principal modalidad de estudios que realizan los
dirigentes sindicales de base, son las aulas elementales las
organizadas para capacitar, bajo la dirección de maestros
que representan a las trabajadoras y trabajadores en su entorno,
y que son reconocidos en esta labor.

Con relación a los estudiantes que acceden a la
capacitación sindical son personas adultas, y de
composición heterogénea, en primer lugar, por las
distintas responsabilidades sindicales que enfrentan, en segundo
lugar, por las tareas laborales que desarrollan y en tercer lugar
por sus edades y niveles de escolaridad. Ello requiere un
tratamiento diferenciado de cada uno de ellos en el proceso de
capacitación. Son dirigentes en activo, por lo que durante
el desarrollo del proceso de
"enseñanza–aprendizaje",
Martínez, R., (hoy en día existe la
tendencia por llamar a este método de aprendizaje, como;
"aprendizaje–enseñanza"; que en otro
tópico trataremos de explicar este punto), deben
considerarse sus vivencias y expectativas de la utilidad de lo
aprendido, para ejercer sus funciones y llevar el reconocimiento
individual con mayor desempeño.

Los alumnos que cursan estudios en las aulas del sistema
de escuelas sindicales, tienen que lograr la asimilación
de una teoría cercana a la práctica diaria, no es
posible que de otra manera puedan cumplir su rol, al dirigir y
representar a sus afiliados, en su mayoría personas con
experiencia práctica de la vida social y
laboral.

En el XX Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba,
llevado a cabo en dicho país el 22 de Febrero del
año en curso, se aprobaron importantes cambios que tienen
que ver con los métodos y estilos de trabajo del
movimiento sindical, y muy especial con el sistema de escuelas
sindicales, las cuales deben lograr: una adecuada
aplicación de enfoques pedagógicos que acerquen
más la teoría a la práctica sindical,
fortaleciendo las convicciones que eleven el compromiso
político–ideológico de los dirigentes en la
construcción del socialismo en Cuba.

En la sociedad cubana actual se plantea la importante
necesidad de enriquecer la formación cultural y
multifacética del hombre cuya preparación lo
sitúe a la altura del desarrollo del mundo actual, lo que
constituye un reto para la capacitación sindical. Los
programas que deben preparar a estos dirigentes sindicales para
enfrentar esa realidad, no están correctamente articulados
sus contenidos, es ahí donde se evidencia
fragmentación de los conocimientos que poseen los
dirigentes y trabajadores. Si tenemos en cuenta la heterogeneidad
en su composición mencionada con anterioridad, la que se
acompaña de las siguientes
problemáticas:

  • Los conocimientos teóricos y prácticos
    de los dirigentes sindicales y trabajadores sobre la
    educación económica, no son
    suficientes.

  • El tratamiento que se le da por parte de los cuadros
    administrativos al cumplimiento de los indicadores
    económicos en los colectivos laborales no es
    sistemático.

  • Falta de concientización acerca de la
    importancia de profundizar en la Educación
    Económica y laboral de los dirigentes y de todos los
    trabajadores.

  • El trabajo metodológico que se realiza en la
    modalidad de la semipresencialidad es insuficiente, y no
    aporta los conocimientos suficientes para que los maestros y
    dirigentes puedan actuar, viéndose limitada la
    autogestión del conocimiento.

Los programas vigentes de aulas
elementales para la superación económica de los
dirigentes sindicales y trabajadores presentan carencias
en:

? Los contenidos que se establecen para la
presencialidad no están articulados como un sistema,
así mismo ocurre con los que deben aprender en las
actividades no presénciales.

? Actividades de estudio independiente no se precisan,
se deja abierto a la espontaneidad del maestro que las
orienta.

? Hay ausencia en el programa especializado en el tema
de eficiencia económica, de las orientaciones
metodológicas para el maestro, así como la
tipología de clase que debe desarrollarse mientras que el
sistema de evaluación es impreciso.

Este análisis conduce a que la autora proponga un
diseño curricular en los contenidos económicos en
el proceso de capacitación de los dirigentes sindicales en
las aulas elementales la cual tiene como objetivo la
elaboración de una alternativa curricular.

Desarrollo

El currículo no debe verse como un documento
estático, sino como un documento de planificación y
acción, en la que se tienen en cuenta los contenidos
(conocimientos, habilidades y valores) que los alumnos adquieren
durante el proceso de enseñanza—aprendizaje, debe
ser motivo de revisión y actualización permanente,
tanto en su contenido como en su práctica educativa, por
eso se considera el currículo como una continuación
que parte de su diseño, su ejecución, su
evaluación, tanto en el proceso de ejecución como
en la evaluación de los egresados.

El trabajo curricular ha sido objeto de estudio para
numerosos investigadores nacionales y extranjeros, que desde
diferentes concepciones (epistemológicas,
psicológicas, pedagógicas, etc.), han establecido
las exigencias y regularidades del mismo en los distintos niveles
de enseñanza: Nivel Primario, Nivel Medio, Medio Superior
y Universitario. Las investigaciones curriculares en Cuba, en el
cuarto y ultimo nivel de enseñanza (postgrado) son mas
recientes y se destacan las dirigidas a algunas de las formas
fundamentales que componen el nivel, la especialidad, la
Maestría y el Doctorado.

Asimismo el currículo como la concreción
del diseño, desarrollo y evaluación de un proyecto
educativo que responde a unas bases y fundamentos determinados y
a una concepción didáctica, es posible distinguir
en el mismo tres dimensiones fundamentales: el diseño
curricular, el desarrollo curricular y la evaluación
curricular.

Con referencia a las tareas del diseño curricular
se identifican, en general y bajo diferentes ópticas en el
tránsito por: diagnóstico de problemas y
necesidades; modelación del currículum,
estructuración curricular, organización para la
puesta en práctica, diseño de la evaluación
curricular.

La estructuración por niveles en el diseño
curricular es coherente, con la consideración de un
currículo abierto en lo que las administraciones
educativas definan aspectos prescriptivos mínimos, que
permitan una concreción del diseño curricular a
diferentes contextos, realidades y necesidades.

El primer nivel de concreción del diseño
curricular, Nivel Macro, corresponde al sistema educativo en
forma general, que involucra al nivel máximo que realiza
el diseño curricular. Es responsabilidad de las
administraciones educativas realizar el diseño curricular
base (enseñanzas mínimas, indicadores de logros,
etc.), el mismo debe ser un instrumento pedagógico que
señale las grandes líneas del pensamiento
educativo, las políticas educacionales, las grandes metas,
etc.; de forma que orienten sobre el plan de acción que
hay que seguir en los siguientes niveles de concreción y
en el desarrollo del currículum. Estas funciones requieren
que el diseño base sea abierto y flexible, pero
también que resulte orientador para los profesores y
justifique, así mismo su carácter prescriptivo.
Estos tres rasgos configuran la naturaleza de ese
documento.

El segundo nivel de concreción del diseño
curricular, Nivel Meso, se materializa en el proyecto de la
institución educativa o instancias intermedias, el que
especifica entre otros aspectos los principios y fines del
establecimiento, los recursos docentes, didácticos
disponibles y necesarios, la estrategia pedagógica, el
reglamento para docentes y estudiantes y el sistema de
gestión. El mismo debe responder a situaciones y
necesidades de los educandos de la comunidad educativa de la
región y del país, debe caracterizarse por ser
concreto, factible y evaluable.

Se consideran significativos entre los objetivos de este
nivel los siguientes:

  • Adaptar y desarrollar las prescripciones
    curriculares de la administración educativa a las
    características específicas del
    centro.

  • Contribuir a la continuidad y la coherencia entre la
    actuación educativa del equipo de profesores, que
    ofrecen docencia en los diversos niveles
    educativos.

  • Expresar los criterios y acuerdos realmente
    compartidos por el profesorado.

También es importante el reglamento de
régimen interno, como elemento que normaliza, que regula
una institución y que va a posibilitar la
aplicación en la práctica por medio de la
formalización de la estructura del centro y del
establecimiento de reglas, preceptos e instrucciones a
través de las cuales se ordena la convivencia del
colectivo.

El tercer nivel de concreción del diseño
curricular, Nivel Micro, conocido por algunos autores como
programación de aula. En el se determinan los objetivos
didácticos, contenidos, actividades de desarrollo,
actividades de evaluación y metodología de cada
área que se materializará en el aula. Entre los
documentos que se confeccionan están los planes anuales,
unidades didácticas y los planes de clases. Ellos dependen
de la orientación que emana de los otros niveles si
están concebidos como un sistema.

Carlos A. de Zayas, al fundamentar
teóricamente las transformaciones curriculares que se
producen desde la reforma universitaria en 1962 y de modo
particular, desde 1976 con la creación del Ministerio de
Educación Superior en Cuba, sintetiza como
característica esencial del proceso de
"enseñanza–aprendizaje" la de sistema de
naturaleza social, holístico y abierto. Horrouitiner
P
., refuerza este concepto cuando afirma refiriéndose
a las dimensiones del proceso de formación que se tiene
una visión integradora, holística.

El propósito de elaborar una alternativa para el
perfeccionamiento del diseño curricular en los temas
económicos como parte del proceso de capacitación
de los dirigentes sindicales de aulas elementales, se realiza
desde la interpretación materialista dialéctica que
posibilita asumir posiciones y tomar decisiones que contribuyan
al perfeccionamiento continuo del proceso de
"enseñanza–aprendizaje", en correspondencia
a las particularidades de las necesidades formativas de los
estudiantes y según exigencias de la sociedad
cubana.

Según Horrouitiner P., en el proceso de
formación pueden identificarse tres dimensiones: la
instructiva, desarrolladora y la educativa, considerando que se
dan en forma integrada, conforman una tríada
dialéctica y no es posible establecer una
separación entre ellas, identificando tareas docentes
donde sólo se educa y otras donde sólo se instruye
o se desarrollan competencias laborales; aún cuando una
cualquiera de esas dimensiones, en determinados momentos, pueda
connotarse por encima de las restantes.

El currículo como sistema es analizado por R.
Domínguez
, aporta al desarrollo de la presente
investigación en los aspectos siguientes:

  • Las magnitudes de entrada al sistema estarán
    constituidas por la interpretación de las particulares
    y cambiantes necesidades de la población y su
    atención a las condiciones económicas actuales
    de nuestra sociedad.

  • El ambiente correspondiente al sistema estará
    conformado por el conjunto de problemas sociales de la
    población, en primer lugar los del individuo y la
    familia, las necesidades, los problemas sociales, el nivel de
    cultura general de la población, en particular, esta
    autora analiza los de la cultura económica, y los
    factores de riesgo, todos aquellos que pueden ser impactados
    por la actividad de los profesionales y su equipo, con el
    propósito de contribuir al logro de una sociedad
    culta.

  • Las magnitudes de salida del sistema estarán
    constituidas por las cualidades que muestra realmente el
    egresado, mientras que la estrategia de evaluación del
    proyecto curricular constituirá el elemento regulador,
    abarcará todos los componentes del sistema, y
    permitirá la retroalimentación de éste
    con el propósito de mantener su
    pertenencia.

Es precisamente en la relación
"práctico–objetal" y no en el simple
conocimiento de las cosas por el hombre que surgen los valores,
constituyen el resultado de la práctica, constituyen sus
necesidades más significativas convertidas en aspiraciones
e ideales y no pueden existir fuera de las relaciones sociales,
de la sociedad y el hombre. Amaro, M. C, al estudio de
los "valores" se dedica una rama de la filosofía,
que se desprende de ella en los principios del siglo XX, "la
Axiología
". En documento del Partido Comunista
(2007), se definen los valores como "determinaciones
espirituales que designan la significación positiva de las
cosas, hechos y fenómenos, relaciones y sujetos, para un
individuo, un grupo, o clase social, o la sociedad en su
conjunto
". De este documento precisamente se identifican los
valores que se seleccionan a los fines del rediseño del
programa.

Autores como J. Fabelo, Haydée
Acosta
, Concepción Romero, desarrollan
investigaciones en este campo desde la concepción
pluridimensional (dimensión objetiva, subjetiva e
institucionalizada) en los valores a desarrollar a nivel de
sociedad y a través de la capacitación sindical al
considerar "la pretensión de centrar el quehacer de
las aulas elementales en la formación de valores en los
dirigentes sindicales de forma más plena,
dotándolos de cualidades de alto significado. Esto humano,
capaces de comprender la necesidad de poner sus conocimientos al
servicio de la sociedad en lugar de utilizarlos sólo para
su beneficio personal
".

G. Viñas, al referirse a la
concepción en que se dirige el proceso de
"enseñanza–aprendizaje" al desarrollar los
valores subraya dos categorías que son fundamentales desde
el enfoque histórico cultural de "Vigotsky", como
tendencia pedagógica contemporánea: la actividad y
la comunicación, que en su interrelación permiten
explicar el desarrollo humano, comprender la psiquis como
fenómeno interindividual lo que a su criterio hay que
trabajarlas cuando se trata de elaborar los objetivos de los
programas, de los temas y de cada una de las clases de forma tal
que orienten la actividad del profesor y la de los estudiantes al
convertirse en sujetos activos de su propia
formación.

La actividad principal de la educación representa
para algunos cambiar a los individuos en alguna medida: agregar
conocimiento al que ya poseen, permitirle desempeñarse en
habilidades que, de otra manera no podrían realizar,
desarrollar ciertas comprensiones, intuiciones y apreciaciones.
Sin embargo las exigencias actuales indican la necesidad de
desarrollar un hombre pleno íntegro, por lo que no
sólo su formación debe ir dirigida a su
preparación en conocimientos, habilidades y algunas
destrezas, sino también orientado a encontrarle
solución a las necesidades de su contexto, poseedor de
herramientas y estrategias para contribuir al bien común
de la sociedad en que vive y por tanto con determinados modos de
comportamientos socialmente establecidos, valores, aptitudes,
afectos.

Se coincide con G. Viñas, que la
instrumentación de los propósitos de un proyecto en
educación a partir de los programas no se hace consciente
y se trabajan los conceptos, principios, leyes, habilidades de
la(s) ciencia(s) propias sin trabajar aquellos contenidos que no
siendo los identificados como específicos, si inciden en
dicha formación como son los de la formación
político moral, las habilidades para el estudio y los
procedimientos lógicos del pensamiento.

G. Viñas, considera dos aspectos
fundamentales que en la elaboración de los
currículos debieran considerarse teniendo en cuenta el
carácter social del aprendizaje y que son: el relacionado
con todo el bagaje de los conocimientos de la ciencia acumulados
en el desarrollo de la humanidad y, un segundo aspecto que es que
tanto en el proceso de formación del profesional como en
su futuro desenvolvimiento en el ámbito laboral, su
actividad transcurre en un medio social donde debe interactuar,
comunicarse, expresar sus criterios, asumir posiciones,
colaborar, influir sobre otras personas y a la vez recibir y
aceptar la influencia de otros. Luego materializarlos en la
ejecución de dichos currículos.

La Didáctica de la escuela superior cubana aporta
a la fundamentación que la autora de la presente
investigación realiza: su categoría más
importante es la de "proceso de
enseñanza
aprendizaje", si se tiene en
cuenta que este proceso puede transcurrir en diferentes contextos
sociales entonces es mejor llamarlo "escolarizado" para
distinguirlo de aquellos que son también procesos de
"enseñanza–aprendizaje" y que no son objeto
de estudio didáctico por acontecer en la familia o en el
ámbito comunitario. Según Ginoris es:
"la formación científicamente planeada,
desarrollada y evaluada de la personalidad de los alumnos en un
centro docente de cualquier nivel. Es un proceso porque ocurre de
manera sistemática y progresiva, por etapas ascendentes,
cada una de las cuales está marcada por cambios
cuantitativos, que conducen a cambios cualitativos en los
alumnos, en los aspectos cognitivos, volitivos, afectivos y
conductuales
".

Su objetivo es descubrir las leyes, regularidades y
principios que determinan las características, el
funcionamiento y el desarrollo del proceso de enseñanza
escolarizado, su función es conformar y desarrollar
continuamente un sistema teórico que permita planear,
conducir y evaluar de manera eficiente el proceso de
enseñanza aprendizaje escolarizado. Sus leyes: la del
condicionamiento histórico concreto del proceso de
enseñanza aprendizaje, la de que el mismo posee estructura
y función de sistema; la que expresa la unidad
dialéctica entre la instrucción y la
educación.

Desde los fundamentos de la sociología se
destacan de estas definiciones las relaciones que se establecen
entre los sistemas educativos y la sociedad a un nivel macro,
así como los procesos sociales que tienen lugar dentro de
las instituciones educativas, etapas, ciclos y prácticas
educativas que en el caso que se investiga se extiende a las
interrelaciones que se producen en condiciones de amplio acceso
de la educación.

Otra característica que se significa como un hilo
conductor en el proceso de
"enseñanza–aprendizaje" es el
vínculo de lo que se conoce o está por conocer con
los intereses, emociones, sentidos que para el sujeto cognoscente
tenga ese aprendizaje, de modo de aprovechar al máximo las
posibilidades que brinda este proceso para formar integralmente
la personalidad y potenciar su desarrollo. Es la relación
necesaria entre conocimiento y afectos. De hecho constituye un
principio que trasciende: la relación entre lo
"cognitivo–afectivo" desde el enfoque
histórico cultural.

Con carácter relevante, desde el enfoque
histórico cultural y su sustento en la psicología
marxista contemporánea, resultan a los fines de una
investigación de este tipo el concepto de "zona de
desarrollo próximo
" de L. S. Vigotsky, la
"Teoría de la Actividad de Leontiev", el
método del análisis teórico de la actividad
como fundamento para la determinación de las tareas
profesionales, y la modelación del proceso de
"enseñanza–aprendizaje" a través de
las etapas de formación de las acciones mentales y los
conceptos de Galperin.

Desde el presupuesto de que la
"enseñanza–aprendizaje" conduce a la
adquisición e individualización de la experiencia
"histórico–social", puede interpretarse
como una aproximación gradual, como proceso, al
conocimiento, desde una posición transformadora, con
especial atención a las acciones colectivas, que promueven
la solidaridad y el aprender a vivir en sociedad. La influencia
del grupo –de los otros–, es uno de los factores
determinantes en el desarrollo individual.

Se le confiere una gran trascendencia al carácter
desarrollador del proceso de
"enseñanza–aprendizaje" cuando se reconoce
que la dirección del aprendizaje no sólo debe estar
orientada a lo que los estudiantes pueden hacer según su
edad cronológica y desarrollo actual para resolver
independientemente un problema sino a lo que pueden hacer o
resolver con determinadas pistas, apoyos de colaboradores que
estimulen e incluso aceleren su desarrollo.

Desde una visión contemporánea del proceso
de "enseñanza–aprendizaje", y a los fines
del rediseño de la asignatura, en lo que concierne a sus
componentes personales y no personales, la autora de la
investigación asume los fundamentos siguientes: el
objetivo es elemento orientador del proceso y responde a la
pregunta ¿Para qué enseñar y para qué
aprender? Constituye una representación del resultado que
se espera lograr y está condicionado por las exigencias
sociales de una determinada época. Se formula en
términos de acciones, en relación con los
contenidos que son objeto de asimilación, y con el nivel
de profundidad así como en las condiciones que se
realizarán. Ellos permiten asimismo al estudiante y al
(la) profesor(a) o maestro(a), controlar, regular y evaluar la
marcha y el resultado de la enseñanza y el aprendizaje
siempre que los mismos se hagan consciente de este importante
componente.

El contenido es aquella parte de la cultura que debe ser
objeto de asimilación. Responde a la pregunta
¿Qué enseñar y qué aprender? Posee
como elementos integrantes los conocimientos que reflejan el
sistema de ideas que el hombre posee de los objetos de la
naturaleza, de la sociedad y el pensamiento, las habilidades que
recogen el modo en que se relaciona el hombre con dichos objetos
y los valores que indican la ponderación que el hombre
hace de los mismos.

El método corresponde a la pregunta:
¿Cómo enseñar, cómo aprender y
cómo aprender a enseñar? y constituye el conjunto
de los procedimientos, técnicas, acciones y operaciones
que se requieren para alcanzar los objetivos propuestos,
considerados, los contenidos a desarrollar y su complejidad, las
características de los que aprenden, los medios con que se
dispone; así como condiciones en que se
desarrollará el proceso. Implica una participación
activa y consciente de los que participan mientras que las
condiciones se refieren al contexto físico, el tiempo, los
aspectos materiales que se organizan; así como los
elementos internos psicológicos del sujeto que aprende.
Cuando se crea un clima emocional favorable en la
enseñanza se contribuirá a desarrollar intereses y
motivos hacia lo que se aprende y al cumplimiento de sus
objetivos.

Las formas constituyen estructuras organizativas
ajustadas a un tiempo previamente establecido en una
dinámica en la se interrelacionan los diferentes
componentes del proceso. Responden a la pregunta:
¿Cómo organizar el enseñar y el aprender? La
clase es una de ellas.

El medio responde a la pregunta: ¿Con qué
enseñar y aprender?, y constituye el apoyo que potencia el
aprendizaje, y posibilita la relación del que aprende con
el contenido de enseñanza en vínculo con los
métodos y a través del lenguaje que expresa, que
pueden ser imágenes o representaciones, gráficos,
símbolos u otros y que pueden constituir una vía
para contribuir a la síntesis que necesariamente debe
producirse cuando el que aprende procesa la información
que recibe.

La evaluación responde a la pregunta ¿en
qué medida se logran los objetivos?, es el componente que
permite el reconocimiento de logro de los objetivos
(adquisición del contenido de aprendizaje), la
identificación de deficiencias, determinación de
potencialidades y limitaciones, determinación de
métodos y medios nuevos o más adecuados. El proceso
de evaluar es en sí siempre diagnóstico, permite
llegar a conocer el estado real o desarrollo actual y prever
estado posible inmediato o próximo de cada uno de los
sujetos que aprenden, esto hace posible individualizar el proceso
de "enseñanza–aprendizaje".

R. Martínez, se adscribe al concepto de
C. Álvarez, de que la tarea docente debe ser
considerada como la célula esencial del proceso y por ende
portador de cada uno de esos componentes relacionados
anteriormente mientras que un sistema de tareas que se recomienda
debe responder a las exigencias de cada uno de los momentos del
ciclo cognoscitivo o de los momentos del proceso de
asimilación por los estudiantes del objeto de estudio. En
este sentido la autora considera que es necesario profundizar
desde el trabajo metodológico a partir del rediseño
del programa.

El (los) profesor (es), componente personal del proceso
de "enseñanza–aprendizaje" vistos no como
dueños del saber, sino como personas en capacidad y
posibilidad de estimular el diálogo y la
socialización del conocimiento, brindar espacios para la
reflexión y el debate participativo orientado y dirigido.
Que reconociendo en cada estudiante una individualidad con su
propia historia, se provoque intereses comunes, se aglutine a
todo el grupo en torno a la resolución de las tareas
planteadas.

El (los) alumno–grupo, componente personal del
proceso de "enseñanza–aprendizaje" como las
personas con un papel protagónico activo y transformador
que llegan al aula con experiencias previas a las que hay que
preparar en el desarrollo de un pensamiento teórico y
reflexivo para que de manera consciente y sistemática
participe en la construcción y reconstrucción de
sus conocimientos, habilidades y valores lo que constituye el
ideal deseado en la búsqueda de un sujeto en posibilidad
de aprender de forma permanente.

Llama la atención al respecto la búsqueda
de modelos educativos más interactivos, dialógicos,
más intencionados en los saberes necesarios para la
convivencia, mientras que la introducción de las
tecnologías de la información y las comunicaciones
en el proceso de "enseñanza–aprendizaje" y
el modelo semipresencial que se desarrolla demandan el estudio de
cómo comunicarse y buscar alternativas.

En la instrumentación didáctica del
programa que se rediseña para un currículo real se
hace necesario entonces modelar situaciones de
enseñanza-aprendizaje preferiblemente problémicas,
de situaciones o casos, presentes en ellas los diferentes
componentes del proceso de
"enseñanza–aprendizaje", diferentes roles
de los docentes, los alumnos, y la comunidad; considerar las
relaciones ínter materias, temas globales, centros de
interés, la multiculturalidad entre otros aspectos. Pueden
hacer uso de los medios masivos de comunicación y los
entornos pueden ser reales o virtuales, favorecer que el marco
del salón de clases se extienda en un continuo al entorno,
a la familia, la comunidad y la sociedad en general.

El modelo pedagógico, cuya utilización en
el Sistema de Escuelas Sindicales, tiene fecha reciente y por lo
tanto resultados incipientes, ha sido, sin embargo, motivo de
especial interés para la autora, quien ha considerado
propicias las circunstancias para su investigación y
puesta en práctica de una Alternativa Curricular, en
función de contribuir con la preparación de los
dirigentes sindicales de base a la incidencia de una
participación efectiva de los trabajadores, en la batalla
por la cultura económica, lo que a su ves propicia de
forma consciente en los dirigentes sindicales el cumplimiento de
la Política Económica de la Revolución en la
etapa actual. Es necesario vincular más la teoría
con la práctica sindical para que los hombres y mujeres
desde sus puestos de trabajo sean más competentes, posean
un nivel mayor de conocimientos, habilidades y actitudes
necesarias en el desempeño de sus labores. Lo que
conducirá a tener una activa participación en la
discusión de sus presupuestos o planes de la
producción o servicios en sus asambleas de afiliados, lo
cual asegura un mayor sentido de pertenencia al ejercer los
trabajadores su derecho de participación en la
gestión económica, como corresponde a un proceso
socialista.

El tema de la cultura económica ha sido
polémico y poco trabajado en la Ciencias Sociales, dadas
las condiciones económicas, políticas, sociales y
espirituales en que vive el mundo. Hoy es de extraordinaria
urgencia prestarle más atención lo que requiere del
fomento y desarrollo de una cultura económica que se
corresponda con la realidad vigente, una cultura económica
humanista para el desarrollo sostenible, que sirva de
contrapartida a la contracultura que trata de imponer al mundo el
imperialismo, sobre todo el norteamericano.

Un análisis teórico del tema en pocas
cuartillas es muy difícil, sólo se seleccionan a
los fines de la investigación algunas precisiones
conceptuales que permitan trabajar en la alternativa
curricular.

Los anexos entre economía y cultura pueden
comprenderse mejor a partir del análisis de la
relación entre Economía e Ideología,
entendida la economía como reproducción de la vida
material y la ideología como el sistema de ideas y
concepciones que reflejan la vida económica

La concepción materialista de la historia parte
de la tesis de que la producción es la base de todo orden
social, las condiciones materiales de existencia determinan la
conciencia social, las formas ideológicas. Para
Marx y Engels, la economía es el factor
que determina en última instancia, esta tesis ha sido
víctima de deformaciones en vida de los autores y
postmorti, ya el propio Engels había advertido
sobre ello en carta a Joseph Bloch del 21–22 de
septiembre de 1890.

La práctica revolucionaria de Cuba ha demostrado
el efecto que sobre la base económica causan determinados
elementos superestructurales, un país que desde comienzos
de los años 90 del siglo XX ha tenido que enfrentar una
crisis económica, sin que ello implique una crisis
política; una Revolución que precisamente se ha
mantenido erguida por sus puntales políticos,
ideológicos, éticos, culturales que se han fundido
como columnas de hierro en la medida que las dificultades
económicas se soportan y se van superando. Por otra parte
conocemos países de una vasta economía que han
tenido que afrontar las más agudas crisis
políticas, de gobernabilidad y sociales que constata la
historia capitalista de los últimos tiempos.

La tendencia de la política social y
económica conduce a la regimentación completa de
todos los aspectos de la vida y de los actos del individuo, la
importancia primordial de la educación económica
radica en que se preocupa por ayudar a los alumnos a comprender
algunas de las relaciones básicas entre nuestro sistema
económico y nuestra forma de vida, permitiéndoles
por lo tanto que como ciudadanos tengan conocimientos para tomar
decisiones sobre cuestiones económicas.

El éxito o el fracaso de la empresa tendiente a
sustituir ideas sanas en lugar de las erróneas que
prevalecen, dependerá en último término de
la capacidad y personalidad de los hombres a quienes
tocará realizarla. Si en esta hora de decisión
faltan los hombres idóneos, entonces la ruina de nuestra
civilización es irremediable. Su preservación,
reconstrucción y continuación requieren los
esfuerzos unidos de todos los hombres de buena
voluntad.

Hoy no es posible entender el mundo ni poder participar
en su transformación sin aquellos conocimientos
económicos, sin duda problemas que afectan a nuestras
sociedades y al conjunto de la humanidad. Los conocimientos
económicos han de ser un medio para educar a los
trabajadores y los ciudadanos en general para que actúen
en una sociedad democrática, para que quiera profundizar
en la democracia y reducir los desajustes y desequilibrios
existentes, para que quieran comprender e intervenir en un mundo
cada vez más complejo e interdependiente, no se puede
pensar que ello se realice a través de una sola
vía.

El autor de este trabajo asume que falta una buena dosis
de conocimientos económicos –o de cultura
económica, hay mucho que avanzar en el conocimiento
esencial de la economía– aún hoy, una buena
cantidad de personas son analfabetos económicos.
Así como es de beneficio para los humanos conocer algo de
las bellas artes, de historia y de otros temas que elevan el
desarrollo de la persona, también son necesarios los
conocimientos de economía. No creo que deban ser
profundos, sino los más sencillos y de aplicación
práctica.

Cosas tan básicas parecen ser totalmente
desconocidas. Igualmente, muchos argumentan que las cifras de una
economía que crece son falsas porque a ellos en lo
personal les va mal: las cifras globales de una economía
son generales y son la suma algebraica de lo que sucede en muchos
sectores, por lo que la situación personal no tiene que
ser un reflejo idéntico de la situación
general.

Esta falta de cultura esencial en economía es una
causa principal, un conocimiento distorsionado de la realidad,
llevará a decisiones equivocadas.

Es en este sentido la autora de esta
investigación defiende la idea que la capacitación
sindical ha de contribuir a que a trabajadores y dirigentes
sindicales se conviertan en ciudadanos y ciudadanas concientes y
responsables, facilitándoles a través del
conocimiento creado por los planes de capacitación, una
comprensión mejor de la sociedad y sus problemas, e
intervenir en su solución.

La cultura siempre ocupó un lugar destacado en
los procesos productivos y en la economía, de ahí
que el socialismo hay que construirlo trabajando, por eso la
necesidad de preparar a los dirigentes sindicales. Los dirigentes
sindicales deben estar dotados de los conocimientos sobre la
economía del país. Si tenemos en cuenta que el
Gobierno Revolucionario tiene una posición muy definida
respecto a los problemas sociales: es, sin género de
dudas, el primer gobierno que defiende a los
trabajadores.

Hoy existe desconocimiento sobre los problemas
económicos, se necesita una noción más
clara, conocer las causa de nuestras limitaciones en ese orden y
el modo de resolverlas. Lo que deberá lograrse en el
fortalecimiento de las convicciones que eleven el compromiso
"político–ideológico" de los
dirigentes en la construcción del socialismo en cuba, el
logro de una actualización permanente, así como una
mayor eficacia de su desempeño.

En esta alternativa se deben considerar las necesidades,
requerimientos y procedimientos más generales de
carácter
"científico–pedagógico" para
contribuir a que el currículo de las escuelas sindicales
responda a las demandas sociales, sean estas tanto desde las
ciencias económicas, las funciones y tareas que los mismos
realizan así como por las exigencias pedagógicas,
didácticas y curriculares que corresponden con la
visión y las nuevas realidades de la dirigencia sindical
en Cuba.

En las bases de la "alternativa para la
transformación curricular
" se sitúa en primer
lugar el conjunto de condiciones objetivas y subjetivas de
carácter económico, político, social,
cultural y científico; que directamente se corresponden
con las particularidades de la formación de los dirigentes
sindicales. Desde ellas se conciben las aspiraciones y
particularidades pedagógicas del proceso de
formación de los mismos.

  • Bases políticas y filosóficas de la
    alternativa curricular.

Las ideas del líder de la Revolución
Cubana, Fidel Castro Ruz, por el carácter
científico y estratégico de sus convicciones sobre
la educación en la conformación de una
nación y un pueblo libre merecen especial atención;
así como el principio de la justicia que es vital en el
plano de la capacitación sindical y que se materializan,
entre muchos aspectos, en el aula elemental.

Se sitúan entre los principales fundamentos
filosóficos de la alternativa curricular en la
formación de los dirigentes sindicales las ideas de
Ernesto Che Guevara, cuyo pensamiento dejó un
legado de formación del hombre bajo los principios de la
educación integral; así como teóricos y
prácticos para la dirección de la economía.
Su vida constituye un ejemplo a seguir en el orden
político, económico, social y
ético.

  • Bases psicológicas, pedagógicas y
    didácticas de la alternativa
    curricular.

Desde la convicción de que el proceso de
formación de los dirigentes sindicales es, ante todo, un
proceso de formación y desarrollo de la personalidad, de
sus esferas cognoscitivas y "afectivo–volitivas",
se determinan los fundamentos psicológicos para el proceso
curricular en la formación del dirigente
sindical.

Se reconoce que la formación del dirigente
sindical debe sustentarse en una interpretación
materialista y dialéctica del surgimiento de la psiquis y
de la personalidad, así como del aprendizaje y el
desarrollo.

En la formación del dirigente sindical las
acciones formativas han de sustentarse en la convicción de
que las condiciones biológicas y sociales son premisas
para el surgimiento de la psiquis y la conformación y
desarrollo de la personalidad, mientras que la actividad social y
la comunicación, en que entra cada individuo, son los
factores determinantes de su aparición y
desarrollo.

Partes: 1, 2

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