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La Empatía desde la óptica del Focusing; Gestalt y Psicodrama



  1. Orígenes del
    término
  2. Empatía: No, no….no es una
    técnica; ¡Es una Actitud!
  3. Focusing: Permíteme acompañarte
    puesto que puedo ver lo que sientes
  4. Creo
    en lo que sientes: La importancia de creer en el
    cliente
  5. Perls
    y la Terapia Gestalt
  6. Psicodrama: ¡No me lo expliques;
    mostrame!

Orígenes
del término

El término Empatía fue creado
para denotar la capacidad que tenemos de "sumergirnos" y
coparticipar en la experiencia subjetiva, cognitiva emocional, de
un otro que está ante nosotros. Es la posibilidad de
acercarse a un poder "ver" el mundo tal como lo "ve" otro, y
cuando decimos "ver" o ve", nos referimos a la percepción
que se estructura ante y con el mundo.

Introducido en la Psicología por
Edward B. Titchener (1867-1927) un brillante psicólogo
inglés, (como traducción de un concepto del
filósofo Teodore Lipps). J.P. Sartre retoma muchos
años después cuando nos habla de la conciencia como
"conciencia de"), compenetrarse "en la cosa", "vivir en
ella".

Una traducción literal del
término (fonéticamente se pronuncia
Ainfülung), se logra dividiendo la palabra en "ein": uno y
"fhülung": sentimiento, algo así como "uno
sentimiento", que notoriamente marca el espíritu de dicha
palabra. Esto implica reconocer la cualidad humana de posibilidad
de acercarse al objeto, de dejarse impregnar por él a
través de los sentidos y lograr que se sume como contenido
de conciencia.

Conocer conscientemente es comprometerse en
y con el objeto a conocer y hacer una entrama en donde se integra
el sujeto que conoce y el objeto conocido en una sola
acción.Si dejamos que aflore ésta posibilidad
comunicacional endógena, y la ejercemos asiduamente; de
seguro, nos vamos a llevar mucho mejor.

Para vivir plenamente hay que consonar
(sonar en conjunto) con el ambiente, estar allí para
compartir; sino el organismo se aísla y muere, pierde la
homeodinamia necesaria para seguir "latiendo" enlazado con el
sistema ecológico, y para ello hay que "captar" lo otro.
El estado de empatía, o el hecho de ser empático,
consiste en percibir el cuadro de referencia interno de otra
persona, además de los componentes emocionales y las
significaciones que le son anexas, como si uno fuera la otra
persona, pero sin perder jamás la condición del
"como si".

La comprehensión empática en
su ciclo completo es el de ir y venir como una apercepción
inmediata de la significación estructural de lo vivido por
el otro. Es decir: "caemos en la cuenta", sin análisis
reflexivos ni mediaciones lógicas, de esa totalidad de si
mismo que el otro intenta expresarnos en ese momento.

Fuente: Capitulo "Seminario Tercero"
(páginas 241, 242) del libro "MANIFIESTO HUMANISTICO" del
Lic. Andrés Sánchez Bodas, editado por Ediciones
LEA /2009. Sobre el autor: Lic. Andrés Sanchez
Bodas
; Director de Holos San Isidro.Creador de la Carrera
Oficial de Counseling.-

Empatía:
No, no….no es una técnica; ¡Es una
Actitud!

La empatía, que es la más
conocida de las propuestas realizadas por Carl Rogers;
fue, en los inicios del trabajo del maestro, un punto de partida
para su revolución terapéutica. Rogers la
denominaba, inicialmente, "actitud no-directiva" y le
construyó una herramienta, la respuesta-reflejo; pero a
medida que fue profundizando en su contenido se dio cuenta de que
era una condición mucho más actitudinal que una
técnica de intervención.

En este sentido, en los enunciados de 1957,
Rogers expresa esta condición de este modo: "que el
terapeuta experiencie una comprensión empática
hacia el marco de referencia interno del cliente". Y al mismo
tiempo añadía una definición de esta
actitud:

El estado de empatía o de
comprensión empática, consiste en percibir el marco
de referencia interno de otro con los significados y componentes
emocionales que contiene, como si uno fuera la otra persona, pero
sin perder nunca esta condición de "como si"… Si
esta condición de "como si" está ausente, nos
encontramos ante un caso de identificación.

Un terapeuta que no sea de alguna manera
empático no entra en relación con el individuo o
con la familia"."Un terapeuta que alcanzara el máximo de
empatía sería el paciente: los dos puntos de vista
se fusionarían completamente". De ahí que Rogers
pusiera el acento en el "como si": un terapeuta "demasiado"
empático pierde la perspectiva necesaria para ayudar a sus
pacientes.

Este "como si" rogeriano ha dado pie a una
discusión entre fascinante y bizantina: ¿es la
empatía una función cognitiva (imaginarse lo que se
sentiría en la situación del otro), emocional
(sentir lo mismo que el otro) o las dos cosas? Es claro que uno
puede colocarse intelectualmente en los zapatos de alguien
más sin sentirse conmovido o afectado; también que
uno puede conmoverse o compartir una emoción sin tener que
imaginarse la experiencia del otro.

Rogers remarca tres aspectos, en primer
lugar que la actitud ha de ser experienciada por el terapeuta, es
decir; genuina, realmente sentida; en segundo lugar que la
empatía consiste en familiarizarse con el marco interno
del cliente, es decir; con su autopercepción; en tercer
lugar, que no se trata de identificación.

Así, la empatía implica, de
alguna manera, captar el mundo subjetivo del otro desde su propio
marco, bucear en este mundo subjetivo, comprenderlo y manifestar
esta comprensión que será percibida por el
otro.

Es un escuchar activo que quiere atender el
interior del cliente. Significa, en cierto modo, hacerse propia
la experiencia del otro como si fuera mi propia experiencia por
medio de la interiorización del otro, experimentar al otro
y, simultáneamente, observar las asociaciones cognitivas y
afectivas de uno mismo con esta experiencia para reflejar al otro
aquello que está comunicando.

Este escuchar activamente no es
identificarse con el otro, ni proyectar el deseo a que el otro
sienta aquello que yo desearía escuchar. Presupone la
habilidad de diferenciar entre uno mismo y el otro así
como entre la respuesta afectiva de uno mismo y la del otro. Este
escuchar del terapeuta es un estado interno, una experiencia
emocional que consiste también en implicarse para conocer
y participar en la experiencia del otro.

El estar en actitud de empatía es
incompatible con el estar aconsejando.

El terapeuta empático sabe
permanecer en silencio, con un silencio activo y cálido, y
es capaz de manifestar esta presencia silenciosa a través
de la disposición de su conciencia que transmite
energía y vincula las profundidades de su
cliente.

Carl Rogers redefine su comprensión
empática que ahora requiere una sensibilidad constante
hacia los cambios que se producen en el cliente en
relación a los significados que va percibiendo, requiere
también la capacidad de moverse delicadamente por el
interior del cliente sin tratar de revelar sentimientos de los
que la persona todavía no se percata
experiencialmente.

Al mostrarle los posibles significados
presentes en el flujo de sus vivencias, ayudamos a la persona a
que se centre en esta modalidad útil de punto de
referencia, a que plasme en vivencias los significados de forma
más plena y a que progrese en esta vivencia.

De alguna manera implica apartar nuestro
propio yo para entrar en el mundo del otro sin ideas
preconcebidas. Esto sólo puede hacerlo un terapeuta que
esté seguro de que no se perderá en el mundo
posiblemente extraño del otro y pueda volver sin
dificultades a su propio mundo cuando lo desee.

La empatía es más presencia
que destreza.

Rogers se va dando cuenta, en mayor medida,
que cualquier destreza en el responder no se corresponde con esta
actitud que considera mucho más intuitiva, por lo que
incluso reniega de su respuesta-reflejo y llega a
afirmar:

En situaciones óptimas, el terapeuta
se introduce hasta tal punto en el mundo privado de su
interlocutor, que no sólo es capaz de clarificar los
pensamientos de los que el cliente es consciente, sino los que
están ligeramente sumergidos en su subconsciente. Este
modo sensible y activo de escuchar es sumamente excepcional en
nuestras vidas…Sin embargo, esta forma especial de
escuchar constituye una de las fuerzas de cambio más
potente que conozco.

Rogers presenta una evolución desde
la empatía conductual –la respuesta-reflejo- , hacia
la empatía actitudinal –la comprensión del
marco perceptivo del otro-, para derivar a la empatía
intencional e intuitiva –la sintonía y resonancia
con el experienciar del otro-.

La empatía es, sin duda, uno de los
componentes esenciales e irrenunciables del enfoque centrado en
la persona y experiencial.

Para Carl Rogers la percepción por
parte del cliente, aunque fuera en grado mínimo, de la
consideración positiva incondicional y de la
empatía del terapeuta era un asunto crucial. Rogers
significó que las actitudes básicas no existen en
un mundo aislado en el interior del terapeuta, y por consiguiente
no pueden ser eficaces a menos que sean comunicadas al cliente
hasta cierto punto y que él las perciba.

Sólo se podrá pronosticar una
evolución en la personalidad del cliente y un cambio en su
conducta cuando perciba, aun en grado mínimo, la
autenticidad del terapeuta, la aceptación y la
empatía que éste siente hacia él.

Fuente:focusingelportalinterno

Focusing:
Permíteme acompañ
arte puesto que puedo ver lo que
sientes

Eugene Gendlin es reconocido
mundialmente como uno de los más importantes
filósofos y psicólogos de nuestro
tiempo.Nació en Viena el 25 de diciembre de 1926 en una
familia de origen judío. Eugene Gendlin es el padre de la
Psicoterapia Experiencial y de Focusing.El se identificaba a
sí mismo como un fenomenólogo y fue a través
de este campo que se relacionó con la psicoterapia ya que
a comienzos de los 60, mientras cursaba estudios de
Filosofía en la Universidad de Chicago, conoció a
Carl Rogers, entonces director del Centro de Counselling de la
Universidad, quien lo admitió en su
"practicum".

En estrecha colaboración con Rogers
comenzó a reformular la teoría rogeriana y
avanzó con su propio método poniendo las bases
filosóficas para lo que habría de llamarse
Psicoterapia Experiencial y durante toda la década del 60
estuvo trabajando en la formación de terapeutas y en la
construcción de una teoría más amplia de la
personalidad.

Al concepto rogeriano de empatía,
Gendlin cree que el terapeuta debe conectar su comprensión
no sólo con lo que el cliente percibe de sí mismo
sino con su experiencing, es decir, con la
sensación-sentida corporalmente que todavía no ha
sido conceptualizada. Al mismo tiempo, Gendlin considera que el
terapeuta debe reflejar, o resonar, en casi todas las ocasiones
(al contrario de Rogers que permanecía más
silencioso, gesticulaba suavemente o emitía algunos
sonidos que indicaban comprensión)

Sin el reflejo, poco a poco ni el cliente
ni el terapeuta pueden descubrir lo que realmente se
quería decir y se sentía, aislando lo que
podría surgir desde el lado interno que se abre cuando el
mensaje ha sido plenamente recibido. Pero Rogers tenía
mucha razón cuando decía que las condiciones
relacionales son elementos primarios de la terapia. La escucha,
el focusing, y el resto de los procedimientos sólo son
efectivos dentro de una relación interpersonal segura,
genuina y de confianza. El resto es algo que dos personas
prueban, personas que siempre son más importantes y reales
que cualquier procedimiento. En terapia, la relación con
la persona que está ahí es lo que tiene mayor
importancia; luego viene la escucha y las instrucciones de
Focusing en tercer lugar.

Rogers aceptó cambiar su
definición inicial de empatía a propuesta de las
orientaciones de Eugene Gendlin sobre el proceso de experienciar
y el significado sentido y, así, convirtió la
empatía en un estar cerca del otro de carácter muy
profundo.

Gendlin es de la opinión de que en
el organismo humano tiene lugar de forma ininterrumpida un flujo
de vivencias hacia el que el individuo puede dirigirse repetidas
veces, utilizándolo como punto de referencia para
descubrir el significado de su existencia. Según
él, empatía es resaltar con sensibilidad el
"significado sentido" que el cliente está transformando en
vivencia en un determinado momento, a fin de ayudarle a centrarse
sobre este significado hasta llegar a su vivencia plena y
libre… El cliente verifica (la conexión entre
experiencia y significado), en opinión de Gendlin,
mediante la comparación con el flujo
psicofisiológico que corre en su interior. Este flujo es
algo muy real, pudiéndolo utilizar las personas como punto
de referencia.

Fuente:focusingelportalinterno

Creo en lo que
sientes: La importancia de creer en el cliente

George Kelly (1905-1967) Psicólogo y
Sociólogo estadounidense en vez del término
"empatía" habló de "aproximación
crédula", el dejar de lado momentáneamente la
propia perspectiva para sumergirse en la del otro hasta
comprender lo que ha elegido, sabiendo de antemano que todas las
personas escogemos la mejor de nuestras posibilidades (una
visión reconocedora, no de déficit) y que el
desafío consiste en aprehender cuál era la
alternativa que la persona contemplaba en ese momento (y que a
menudo no resulta claro ni siquiera para ella). Pero
afirmó al mismo tiempo que el terapeuta "subsume" la
comprensión resultante en su propia perspectiva
profesional y que es desde ésta que opera para favorecer
el cambio. Nunca puede "fundirse" con el otro; no hay un "salir
de uno mismo" o un frágil y difuso "como si": hay un
esfuerzo activo de aprehender al otro dentro de uno
mismo.

La empatía no consiste en "ponerse
en la piel del otro" o "ver las cosas desde su punto de vista"
sino en conectarse con su experiencia emocional momento a momento
a través de la propia experiencia emocional y en responder
no sólo desde la teoría o la técnica sino
sobre todo desde dicha experiencia emocional del terapeuta,
reflejo de la del paciente.

Fuente: psicologiaenpositivo.com

Neuronas espejo:¿qué es
realmente la empatía?

Sabemos ya que existe una estructura neural
específicamente "diseñada" para "sintonizarnos" con
las emociones de los demás: las neuronas espejo. Y que,
por ende, ser empático no consiste tanto en ponerse en el
lugar del otro cuanto en prestar atención constante,
interesada y amable a las respuestas que van surgiendo en uno
mismo a la presencia del otro –a la información
cognitiva y experiencial que nace de las neuronas espejo. Para
ser empático con el otro debo actuar primero sobre
mí mismo.

Dejar de lado los juicios de valor se logra
solamente atendiendo a la propia experiencia momento a momento
como un observador interesado y amable, acogiendo lo que aparece
sin rechazarlo ni abalanzarme hacia ello.

El terapeuta no es el que se supone que
sabe, sino un "co-descubridor" profesional, que atestigua la
seguridad en una serie de expediciones en el seno de espacios
interiores, todavía desconocidos, de su cliente.En esta
expedición conjunta, las responsabilidades se comparten:
el cliente no es objeto de cuidados pasivos, sino que escoge su
camino entre muchos posibles.

Fuente: psicologiaenpositivo.com

Perls y la
Terapia Gestalt

Se podría decir que lo que menos le
interesaba a Perls es ser empático con el paciente, ni
mucho menos asumir una aceptación incondicional de
él, ya que le asigna al terapeuta la función
principal de ser un "hábil frustrador" (lo que tampoco
implica ser auténtico).

Cualquiera podría decir que este
tipo de terapia fracasaría en la mayoría de las
personas, pues golpea en gran medida al sujeto, quien no
tendría motivaciones para volver a una segunda
sesión.

Sin embargo; Perls considera valiosa la
confrontación, pues permite reubicarse y repensar muchas
situaciones vividas, es una verdad "vomitada" al paciente, va
directo al grano (congruencia y transparencia).

Perls, no despersonaliza la
relación, pues considera que el encuentro entre el
terapeuta y el paciente implica el encuentro de dos individuos,
ya que el terapeuta es ante todo un ser humano.

Empatía no sólo quiere decir
armonía, calma y comprensión, es sobre todo un
espacio propicio para que se pueda dar también lo
contrario o sea la confrontación.

Tampoco se trata de pensar la actitud de
Perls como una "no aceptación" del otro, sino que
precisamente, en la medida en que lo acepta, puede "hacerle ver"
sus errores y confrontarlo.

Al respecto, decía Melanie Klein:
"el comprender a los demás y ser tolerante con ellos no
significa ser ciego a los defectos ajenos, sino reconocer esas
fallas y ,no obstante, conservar la capacidad para cooperar con
los demás o incluso, para experimentar amor hacia las
personas"

Fue Perls el que dijo: La
"frontera-contacto" es lo que me separa y me especifica, pero, al
mismo tiempo, es lo que me une a los demás y permite los
intercambios. La piel sería una metáfora simple de
esto.

"El cliente es el rey" y se le promueve al
rango de "coterapeuta".

Fuente:
www.funlam.edu.co/revistas/index.php/poiesis/article/view/119/106?

de ND Moreno Carmona – ?2011 – ?

Psicodrama:
¡No me lo expliques; mostrame!

El psicodrama fue el resultado de un largo
proceso, muy relacionado con la vida y la búsqueda
personal de su creador el médico-psiquiatra
rumano-vienés Jacob Levy Moreno
(1889-1974).

El cuestionamiento básico de Moreno
se dirigió hacia una sociedad que tiende a reprimir en
lugar de estimular la espontaneidad y la creatividad, una
sociedad que privilegia el producto en detrimento del acto
creativo, y una sociedad que limita a cada ser humano en lugar de
ser el espacio que le permita desarrollarse.

El psicodrama es una modalidad educativa
práctica; es además una forma de promover, encauzar
y propiciar el crecimiento personal. Finalmente, es un
método terapéutico aplicable a niños,
jóvenes y adultos.

Tanto a los niños como a los
adultos, la representación de ciertos roles servía
de satisfacción parcial a necesidades o deseos reprimidos
por la educación familiar o por las restricciones sociales
y culturales. De ahí que pronto usó Moreno el
psicodrama como método terapéutico.

Uno de los conceptos más repetidos
por Moreno es el de la espontaneidad. Se entiende este
énfasis si se recuerda que el descubrimiento del
psicodrama como técnica terapéutica fue precedido
por sus esfuerzos de desarrollar una mayor naturalidad en la
conducta humana en su Teatro de la Espontaneidad.

La definición clásica de
espontaneidad dada por Moreno es: «La respuesta nueva a una
situación antigua o una respuesta adecuada a una
situación nueva».

El que tiene esa espontaneidad creadora se
esfuerza continuamente por vivir experiencias nuevas dentro de
sí mismo y cambiar el mundo que le rodea dándole
nuevos modos de sentir, pensar y obrar.

Es la adaptación plástica de
las habilidades propias, la movilidad y flexibilidad de la
persona que se adapta rápidamente al medio y
estímulos que lo rodean.

Moreno admiraba la espontaneidad de los
niños a quienes observaba detenidamente en los jardines y
parques de Viena. Desafortunadamente este desarrollo del
niño se frena con los moldes culturales rígidos que
lo obligan a repetir lo que dicen sus padres y
maestros.

Por un momento parecería que la
espontaneidad iba a hacer de la inteligencia, la memoria y las
fuerzas culturales, escalones que le sirviesen al niño
para su desarrollo personal. Pero después queda sometida a
estereotipos sociales y culturales rígidos y potentes que
dominan las situaciones humanas. A medida que el niño
crece en este ambiente, la espontaneidad es una función
olvidada.

El psicodrama propone dos pasos para
desarrollar la espontaneidad. El primero consiste en inducir a la
persona a dejar de depender de los roles introyectados y
conservas culturales.

El segundo paso lo liga Moreno con el de la
empatía, en la actuación de dobles y egos
auxiliares. Estos tienen que ver las cosas a través de los
ojos del protagonista, movilizando su cuerpo en posturas y
movimientos semejantes a los del protagonista, agudizando su
imaginación y pensamiento en la dirección que les
da el mismo protagonista. De esta manera dejan sus roles
personales a un lado y experimentan nuevos roles, aumentando
así el ámbito de sus experiencias.

Otro concepto fundamental de Moreno es el
de tele. Lo define como la intuición, percepción y
aceptación de las cualidades de las otras personas si el
tele es positivo; o la intuición y percepción de
características que producen el rechazo de la otra persona
si el tele es negativo. Ya en 1914 Moreno había definido
el tele como el encuentro de dos personas que mutuamente cambian
ojos para ver a la otra con sus propios ojos y dentro del cuadro
existencial en que se encuentra. Como resultado se da una
empatía mutua, aceptación profunda y amor
sincero.

Moreno quiso ayudar a las prostitutas del
barrio chino de Viena, el Spittelberg, a reencontrar su dignidad.
Va con Dr. Wilhelm Green, especialista en enfermedades
venéreas y Carl Colbert.

 Las mujeres descubren que Moreno no
las juzga y las escucha y a lo más sugerir una
solución a sus problemas, considerándolas como
iguales. El secreto del método estaba en estimular a esas
mujeres a ser lo que eran: prostitutas". Bajo su impulso, las
prostitutas se organizan, creando un fondo de mantenimiento para
problemas urgentes y dando pruebas de un espíritu de
solidaridad desconocido entre ellas hasta el momento. Así
es como las prostitutas de Spittelberg crean su primer sindicato
y reinventar la terapia de grupo.

 El misterio de la terapia de grupo
según Moreno es que "en grupo, un individuo puede
convertirse siempre en auxiliar terapéutico de otro
individuo. Es un principio fundamental de la psicoterapia de
grupo que no sólo el médico, sino cada individuo
puede actuar respecto de otro como agente
terapéutico".

 Esta facultad se explica mediante el
encuentro, que es una especie de fusión de empatía
total entre los miembros de un grupo. "Yo me acercaré a ti
y me apropiaré de tus ojos, y tú tomarás los
míos para ponerlos en el lugar de los tuyos, y yo te
veré por tus ojos y tú me verás por los
míos".

 Los juegos de roles y cambios de
roles son técnicas muy importantes del
psicodrama.

El doble: un personaje auxiliar que dobla
en escena al protagonista. Imita cada uno de sus gestos,
expresiones, obteniendo un efecto amplificador muy
educativo.

El espejo: imita en escena, pero con mucha
mayor libertad, al protagonista enviado a la sala como simple
espectador. Le muestra como le ven los demás.

El cambio de papel: sirve para desbloquear
un diálogo que ha entrado en un callejón sin
salida. Se hace un cambio de personajes. Nada mejor para entender
al otro que hacer como si estuviéramos dentro de
él. Para hablar en su lugar, nos vemos obligados a
reflexionar en lo que él hubiera dicho y, por
consiguiente, a escucharlo.

Cabe señalar que el psicodrama tiene
por objeto ayudar a reconocer, formar, modificar y coordinar
todos los roles o todas sus funciones.

Fuente:
unidad094.upn.mx/revista/53/01

Recopilación: Clr. MCM(María
Cecilia Massolino)

Fin del trabajo.-

 

Enviado por:

María Cecilia
Massolino

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