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Enfermedades bacterianas del tomate



Partes: 1, 2

  1. Mancha
    Bacteriana
  2. Peca
    Bacteriana
  3. Cáncer
    Bacteriano
  4. Marchitez
    Bacteriana
  5. Necrosis de la
    Médula
  6. Pudrición
    del Tallo
  7. Agalla de la
    Corona
  8. Permanente del
    tomate
  9. Stolbur o Escoba de
    Bruja
  10. Punta
    Morada
  11. Bibliografía

Las bacterias son microorganismos procariotes (sin
núcleo bien organizado) más pequeños que los
hongos y no son totalmente como las plantas. Ellas son
unicelulares, les falta clorofila y las que causan enfermedades
en las plantas no forman endosporas. El principal tipo de
reproducción de las bacterias patógenas de plantas
es por simple división celular (fisión binaria).
Ellas no pueden penetrar la planta directamente, pero se valen de
heridas o aberturas naturales (estomas, lenticelos e
hidátodos) para penetrar al hospedante
potencial.

Las bacterias provocan algunas de las enfermedades
más fuertes del tomates de Sinaloa y se conocen cinco
géneros: Clavibacter (Corynebacterium),
Xanthomonas, Pseudomonas (Ralstonia),
Erwinia y Agrobacterium.

La peca bacteriana (Pseudomonas syringae pv.
tomato), la mancha bacteriana (Xanthomonas
campestris
pv. vesicatoria) y el cáncer
bacteriano (Clavibacter michiganensis subsp.
Michiganensis) han preocupado a los productores de
tomate por muchos años. Estas enfermedades han sido
introducidas en los trasplantes y están asociadas con la
semilla.

La marchitez bacteriana (Pseudomonas
solanacearum
), el cáncer bacteriano, la necrosis de
la médula (Pseudomonas corrugata) y la
pudrición del tallo (Erwinia carotovora subsp.
Carotovora) sobreviven en el suelo y pueden producir
síntomas de marchitez y cáncer de tallos. Estas
enfermedades pueden confundirse fácilmente entre sí
porque ellas comparten varios síntomas
similares.

Debido a las diferencias de sus capacidades
destructivas, la identificación rápida y correcta
del organismo causal es crítica. La marchitez bacteriana y
el cáncer bacteriano pueden causar la destrucción
extendida y rápida de los cultivos de tomate. Por el
contrario, la necrosis de la médula y pudrición del
tallo son normalmente de menor importancia
económica.

Los síntomas de la marchitez bacteriana pueden
estrechamente parecerse a los del cáncer y, de hecho,
algunas veces han sido confundidos con los del cáncer.
Muchas de las recomendaciones hechas para el control de la peca,
mancha y cáncer también ayudan a controlar varias
otras enfermedades del tomate.

Para recomendar medidas de control apropiadas para las
enfermedades del tomate, se debe diagnosticar correctamente,
debido a que los síntomas de la peca, la mancha y el
cáncer bacteriano se parecen superficialmente a otras
enfermedades del tomate. Las enfermedades aquí descritas
son las siguientes:

  • Mancha Bacteriana (Xanthomonas campestris pv.
    Vesicatoria
    ).

  • Peca Bacteriana (Pseudomonas syringae pv.
    tomato).

  • Cáncer Bacteriano (Clavibacter
    michiganensis
    subsp. Michiganensis).

  • Marchitez Bacteriana (Ralstonia
    solanacearum
    ).

  • Necrosis de la Médula (Pseudomonas
    corrugata
    ).

  • Pudrición del Tallo (Erwimia
    carotovora
    subsp. carotovora)

  • Agalla de la Corona (Agrobacterium
    tumefaciens
    )

  • Permanente del tomate (Candidatus
    Liberibacter solanacearum)

  • Stolbur o Escoba de Bruja (Fitoplasma del stolbur de
    la papa)

  • Punta Morada (Fitoplasma)

Mancha
Bacteriana

Xanthomonas campestris pv. vesicatoria
(Doidge) Dye

Xanthomonas vesicatoria (Doidge) Vauterin et
al.

La mancha bacteriana fue observada por primera vez en
Texas, Estados Unidos en 1912. Desde entonces, la enfermedad se
encuentra distribuida en todas las áreas húmedas y
cálidas del mundo. La mancha bacteriana es una de las
enfermedades foliares comunes del tomate y chile en Sinaloa, y
ataca a estos cultivos casi todas las temporadas. Esta es una
enfermedad muy importante porque tiene una tasa alta de
dispersión, sobre todo durante los períodos
calurosos con lluvias y viento, porque las medidas de control
adecuadas no están disponibles, y también debido a
que los síntomas en la fruta reducen su
calidad.

Síntomas

La enfermedad se presenta en hojas, tallos y frutos;
causan síntomas similares a los de la peca bacteriana
(Foto 38, 39); sin embargo, en los frutos verdes, las lesiones
causadas por la mancha bacteriana son más grandes, hasta 8
mm de diámetro. Estas manchas son oscuras y corchosas; las
lesiones jóvenes tienen un halo blanco parecido al del
cáncer bacteriano, el cual desaparece cuando la
lesión completa su desarrollo. Las lesiones foliares son
oscuras y acuosas, presentándose primeramente en las hojas
más viejas, cuando las infecciones ocurren en plantas
adultas; aunque las manchas inicialmente son de 4 mm de
diámetro, se vuelven más grandes después de
un período de alta humedad y se juntan, particularmente a
lo largo de los márgenes de las hojas; los centros de las
manchas foliares se secan y a veces se rompen. Cuando la
enfermedad es severa, la planta se defolia completamente. Sobre
el tallo, pecíolos y pedúnculos, las lesiones son
oscuras.

Agente causal

La taxonomía y etiología de las especies
que causan la mancha bacteriana es compleja. Previamente, se
consideraba que el agente causal era X. campestris
pv. vesicatoria en la cual se han identificado cinco
razas que causan la enfermedad en tomates (T1, T2, T3, T4, y T5).
Sin embargo, por lo menos dos especies, Xanthomonas
campestris
pv. vesicatoria y X.
vesicatoria
, correspondientes a las razas T1 y T2,
respectivamente, ahora se sabe que causan la mancha bacteriana en
tomate (11), y se están proponiendo dos especies
adicionales (12). Éstas son X. perforator,
correspondiente a X. campestris pv. vesicatoria razas
T3, T4, y T5, y X. gardneri. Jones et al (12)
también han propuesto las restantes X. campestris pv
vesicatoria
como X. euvesicatoria.

Desarrollo de la enfermedad

Aunque la bacteria no sobrevive largos periodos por
sí sola en el suelo, puede sobrevivir en residuos de
plantas infectadas tanto como éstos persistan en el suelo.
También puede sobrevivir en semillas provenientes de
frutos infectados y en la rizosfera de ciertas malezas
(Solanum nigrum y Physalis minima) y especies
cultivadas (trigo y chile). Estos reservorios de la enfermedad se
constituyen en reservorios y fuentes de inóculo para la
próxima temporada.

La enfermedad se inicia a partir de las fuentes
anteriores. Al contrario de la peca bacteriana, el desarrollo de
la mancha bacteriana es favorecido por temperaturas entre 20 y 35
°C. Altas temperaturas durante la noche de 24 a 28 °C
favorecen el desarrollo de la enfermedad, y temperaturas
nocturnas bajas de 16°C suprimen el desarrollo, a pesar de
las temperaturas diurnas. La enfermedad se agrava en
períodos cálidos lluviosos y de alta humedad
relativa, principalmente cuando hay gotas en las hojas. La
infección es favorecida antes y durante la
inoculación por 100% de humedad relativa por periodos de
24 horas o más largos.

El patógeno se dispersa por semilla infectada,
lluvia y durante las labores culturales. La bacteria penetra a
través de aberturas naturales (estomas, hidátodos y
lenticelos), heridas provocadas por insectos, impactos por
partículas de arena y por el rompimiento de pelos foliares
provocados por el viento, equipo agrícola y trabajadores.
Los síntomas generalmente aparecen después de una
semana de la infección. Altos niveles de nitrógeno
están correlacionados con bajos niveles de severidad de la
enfermedad.

Control

El control de la mancha bacteriana en tomate es
difícil debido a varios factores que incluyen la eficacia
de los químicos normalmente aplicados, el desarrollo
rápido de resistencia a estos químicos en las
poblaciones bacterianas, el involucramiento múltiples
especies y razas, y una falta de resistencia de la enfermedad
disponible en muchos cultivares comerciales. Además de que
los patógenos pueden ser llevados en la semilla y pueden
persistir como poblaciones epifitas en plántulas
asintomáticas y plantas maduras. El fungicida
mancozeb, el cual es normalmente usado aumenta la
eficacia de los productos que contienen cobre para reducir las
poblaciones bacterianas en tomates. Durante los períodos
de lluvias con viento, ninguna medida de control disponible es
adecuada. Estas medidas incluyen:

1. Use variedades tolerantes o resistentes (Anexo 1,
2).

2. Usando solamente semilla sana. La semilla debe
tratarse de la siguiente manera: remojo en agua caliente a
55°C durante 30 minutos, remojo en hipoclorito de sodio al
1.0% durante 20 o 40 minutos o remojo en ácido
clorhídrico al 5% por 5 o 10 horas. Si se va extraer la
semilla, se dejará fermentar la pulpa del fruto por 96
horas, procurando mantener la temperatura a 21ºC. Dos veces
al día se agitará la pulpa para sumergir la capa
superior del sobrenadante en los tanques de fermentación.
La semilla recién extraída puede tratarse con agua
caliente o cloro.

3. En el invernadero. No ponga los invernaderos cerca de
campos abandonados o en producción de tomate y, o chile.
Las plántulas de invernadero se deben regar sólo
cuando sea necesario. Cualquier método que reduzca la
temperatura, sobre todo en los meses más calurosos, reduce
el desarrollo de la enfermedad. Aspersiones con cobres + mancozeb
(es lo mejor), zinc y antibióticos (estreptomicina y
gentamicina) o bien Bacillus subtilis (BaciFol),
completan el manejo de la enfermedad. El cobre solo, el zinc y
los antibióticos provocan, rápidamente, la
aparición de cepas resistentes de la bacteria.

4. En el campo. Use solamente plantas sanas. Evite el
trabajo cuando las plantas están húmedas, porque
esta enfermedad se extenderá más rápido bajo
estas condiciones. Destruya las plantas voluntarias de tomate y
chile. Las aspersiones de cobre mezcladas con mancozeb son las
mejores para la mancha bacteriana seguidas por las aspersiones de
Bacillus subtilis (BaciFol). Las bacterias adquieren
fácilmente resistencia contra los antibióticos y el
cobre, debido a un plasmidio que contiene ácido
desoxiribonucleico.

5. Un programa sustentable de manejo integrado contra la
mancha y la peca bacteriana se puede basar en dos enfoques: 1)
reducir el inóculo del patógeno y 2) minimizar la
susceptibilidad de la planta. Actigard es un compuesto que induce
resistencia sistémica adquirida (incrementa los mecanismos
de defensa naturales del cultivar comercial existente o minimiza
su susceptibilidad) y el uso de fagos (bacteriófagos
específicos a la bacteria que reducen el inóculo en
las hojas y superficie de las frutas). Estos bacteriófagos
son muy específicos, lo cual significa que los que atacan
a una especie de bacterias no atacan a otra. El Actigard se
recomienda aplicarlo cada 14 días. La primera
aplicación debe hacerse lo más pronto posible
después del trasplante. Use el fago dos veces por semana,
aplicándolo antes de la puesta del sol, sobre todo antes
de lluvias esperadas y, o inmediatamente después. Agregue
leche desnatada en polvo (0.75%) y sacarosa (0.05%) para proteger
al fago contra los rayos ultravioleta y otros factores del medio
ambiente. El cobre-mancozeb todavía puede necesitarse para
el control de algunas enfermedades foliares fungosas. Siempre use
las prácticas culturales como la columna vertebral de su
programa integrado.

Cuadro 21. Productos recomendados para la
mancha bacteriana

Ingrediente activo

Nombre comercial

Dosis/ha

Dolencia

en ppm

Acibenzolar -S- methyl (7)

Actigard 50 GS

15-30 gr

Bacillus subtilis (SL)

AgroBacilo, BaciFol, Probacil, Bio-Logic,
Serenade,

4-6 L

exento

Estreptomicina (SL)

Cuprimicin 17

250-400 g

0.25

Hidróxido cupric (SL)

Hidrocu, Blue Shield, Cupravit Hidro, Kocide
2000

2.5-3.0 kg

Exento

Kasugamicina (14)

Kasumin

1.5-2.0

0.04

Mancozeb+Cobres (5)

2.0-4.0

Oxicloruro de cobre (SL)

Cupravit, Cupertron, Mixcu

2.0-4.0 kg

Exento

Oxicloruro de cobre 39%+ Mancozeb 30%
(5)

Cupravit Mix

Oxido cuproso (SL)

Oxido cuproso

0.8-1.2 kg

Exento

Sulfato tribásico de Cu
(SL)

Cuperquimm

2.5-3.0 kg

Exento

( )=Días a la cosecha

SL=Sin límite

*Sin registro

Peca
Bacteriana

Pseudomonas syringae pv. tomato
(Okabe) Young, Dye & Wilkie

La peca bacteriana ocurre a través de
Norteamérica, particularmente en áreas
húmedas y frías. Esta también ocurre en
Europa y Asia. En México se encuentra presente en los
estados de Michoacán, Puebla y Sinaloa. La enfermedad es
de particular importancia en los dos primeros.

Síntomas

Pseudomonas syringae pv. tomato puede
infectar cualquier parte de la planta, pero los síntomas
son más obvios sobre el follaje, tallos y frutos (Foto 40,
41). Inicialmente, los síntomas pueden aparecer como
pequeñas manchas acuosas, las cuales pronto pueden
necrosarse y alargarse a aproximadamente de 1 a1.5 mm en
diámetro. Frecuentemente están rodeadas por un halo
amarillo. Estas manchas pueden juntarse para formar lesiones
más grandes, particularmente a lo largo de los
márgenes de las hojas. Sobre los tallos, las lesiones son
cafés, pero no tienen halos amarillentos. Las lesiones en
los frutos, las cuales son cafés, ligeramente hundidas,
con halos más oscuros, son las más destructivas en
términos comerciales.

Agente causal

Pseudomonas syringae pv. tomato
(Okabe) Young, Dye y Wilkie se caracteriza por la
producción de pigmento fluorescente, reacción de
oxidasa negativa y patogenicidad en tomate.

Desarrollo de la enfermedad

Este organismo puede sobrevivir de temporada a temporada
en varias malezas, en suelo, en residuos de cultivos infectados y
en la semilla. El inóculo de estas fuentes puede infectar
plantas durante períodos de humedad foliar,
irrigación (riego por aspersión) o lluvia. El
follaje, frutos tiernos y tallos pueden ser infectados a
través de aberturas naturales o por heridas. El pH del
tejido epidérmico de los frutos verdes es de alrededor de
6.3, mientras que en frutos maduros es de 5.2, el cual es muy
bajo para que se desarrolle la bacteria. Las temperaturas
frías, alrededor de 21 ºC son más favorables
para el desarrollo de la enfermedad seguida por un período
de humedad foliar de 8 a 48 horas. La humedad es necesaria para
que ocurra la infección y para el desarrollo de
síntomas. La enfermedad es agravada por temperaturas entre
13 y 25 °C y humedad relativa de alrededor de 80% o
rocío nocturno.

El agente causal de la peca aparentemente no causa
ninguna enfermedad en otras especies hortícolas, pero
puede sobrevivir en ciertas plantas que no son hospedantes. La
bacteria comúnmente es encontrada en muchas malezas y
plantas cultivadas en áreas frías costeras de
California. Los síntomas de la peca bacteriana aparecen
después de una semana de la infección y son muy
similares a los de la mancha bacteriana. La distribución
amplia de la peca puede ser parcialmente atribuible a su
característica de llevarse en la semilla. La
diseminación a grandes distancias también puede
ocurrir con trasplantes.

Control

Use variedades resistentes o tolerantes (Anexo 1,
2).

El inóculo inicial puede reducirse al contar con
semillas y trasplantes libres de la enfermedad y al evitar
cultivos sucesivos de tomate. Los tratamientos de semilla para el
cáncer bacteriano son igualmente efectivos para la peca
bacteriana.

En el cultivo, la dispersión del patógeno
puede reducirse, al evitar la poda de trasplantes, no trabajar en
el campo cuando las plantas estén húmedas, no regar
con aspersores; cuando sea inevitable riegue por la mañana
para que el follaje se seque durante el día, y aplique
bactericidas preventivos. Se deben realizar aspersiones regulares
para reducir las poblaciones del patógeno asociadas con
las hojas, aun cuando no se observen síntomas de la
enfermedad. El sulfato de estreptomicina a 200 partes por
millón, gentamicina y Bacillus subtilis son
efectivos. También, La mezcla de cobre más maneb o
mancozeb ayudan a reducir la severidad de la enfermedad; parece
ser que hay una reacción de sinergismo entre el cobre y
maneb o mancozeb. La estreptomicina es mejor que el cobre, pero
tiene menor poder residual.

Cuadro 22. Productos recomendados para la
peca bacteriana

Ingrediente activo

Nombre comercial

Dosis/ha

Tolerancia

en ppm

Bacillus subtilis (SL)

AgroBacilo, BaciFol, Probacil, Bio-Logic,
Serenade,

4-6 L

exento

Estreptomicina (SL)

Cuprimicin 17

250-400 g

0.25

Hidróxido cupric (SL)

Hidrocu, Blue Shield, Cupravit Hidro, Kocide
2000

2.5-3.0 kg

Exento

Kasugamicina (14)

Kasumin

1.5-2.0

0.04

Mancozeb+Cobres (5)

2.0-4.0

Oxicloruro de cobre (SL)

Cupravit, Cupertron, Mixcu

2.0-4.0 kg

Exento

Oxicloruro de cobre 39%+ Mancozeb 30%
(5)

Cupravit Mix

Oxido cuproso (SL)

Oxido cuproso

0.8-1.2 kg

Exento

Sulfato tribásico de Cu
(SL)

Cuperquimm

2.5-3.0 kg

Exento

( )=Días a la cosecha

SL=Sin límite

*Sin registro

Cáncer
Bacteriano

Clavibacter michiganensis subsp.
michiganensis (Smith) Davis et
al.

[ex Corynebacterium michiganensis subsp.
michiganensis
(Smith) Jensen]

[ex Corynebacterium michiganense pv.
michiganense (Smith) Dye & Kemp]

[Corynebacterium michiganense (Smith)
Jensen]

Aunque ocurre esporádicamente, el cáncer
bacteriano es una enfermedad muy contagiosa y destructiva en
tomate. La enfermedad fue primeramente detectada en 1909 en Grand
Rapids, Michigan, y actualmente se encuentra en todo el mundo. En
Sinaloa, primeramente se presentó en el valle de El Fuerte
(1970) y después en el de Culiacán (1974),
constituyéndose, en la actualidad, como una de las
enfermedades más letales del tomate. Desde entonces, el
cáncer bacteriano se presenta con diversos grados de
severidad e incidencia. En la temporada 2006-2007, en octubre, en
el valle de Culiacán, se presentó en
aproximadamente 180 hectáreas bajo invernaderos de
producción que introdujeron injertos procedentes del
estado de Michoacán. En invernaderos la enfermedad es
particularmente más severa debido a condiciones de mayor
humedad relativa y más baja intensidad
luminosa.

Síntomas

Las mejores características de
diagnóstico, a campo abierto, del cáncer bacteriano
son quemaduras de los márgenes de los foliolos,
también conocida como chamusco de las hojas (Foto 42-A).
Las infecciones foliares superficiales causan necrosis en el
follaje, generalmente en los márgenes de las hojas, las
cuales pueden avanzar hasta que la hoja completa y el
pecíolo muere. En el fruto se presentan manchas oscuras
costrosas con un halo blanco intenso que se conoce como "mancha
de ojo de pájaro" (Foto 42-B). Cuando la enfermedad es
severa todo el follaje de la planta se seca (Foto
42-C).

En el invernadero, la necrosis vascular es más
severa que en campo abierto (Foto 43-A), la cual provoca que las
plantas presenten primeramente una rama marchita y luego,
repentinamente, toda la planta (Foto 43-B). En un corte
longitudinal del tallo, de una planta enferma, se puede observar
una coloración amarilla a rojizo-café en los
tejidos vasculares. Las infecciones vasculares causan
marchitamiento, clorosis y eventual muerte del follaje (Foto 43-C
y D).

En la medida que la enfermedad avanza, pueden
desarrollarse lesiones cancerosas en el tallo, pecíolos y
la parte inferior del follaje. Algunas veces, se puede ver un
exudado bacteriano amarillo, mucoso, en el extremo del tallo
cortado.

Patógeno

Clavibacter michiganensis subsp.
michiganensis es una bacteria de forma bacilar cuando
está recién aislada de la planta; mide de 0.60
–0.7 x 0.70 –1.2 micras de tamaño, ahora
considerada móvil, no es ácido rápida,
aeróbica, gram positivo, con cápsula. La bacteria
puede oxidar carbohidratos, no es lipolítica, puede licuar
gelatina lentamente e hidrolizar almidón no totalmente.
Los aminoácidos para su desarrollo incluyen la biotina,
ácido nicotínico y tiamina. Crece normalmente en
Papa Dextros Agar (PDA). En agar nutritivo desarrolla colonias de
color amarillo claro, amarillo y blanco mucoide. La temperatura
óptima para su crecimiento es de 26 ºC, mínima
1 ºC y máxima 35 ºC. Puede mantenerse viable y
virulenta en agar nutritivo a 13 ºC por lo menos durante 58
meses. Las colonias pueden ser amarillas, blancas o rosadas; las
formas amarillas y blancas son las más
virulentas.

Desarrollo de la enfermedad

Al contrario de la marchitez bacteriana, causada por
Pseudomonas solanacearum, la fuente primaria de
inóculo para el cáncer bacteriano es la semilla o
plántulas (trasplantes) infectados. El patógeno se
dispersa de la semilla a los cotiledones u hojas y entra al
hospedante a través de los hidátodos (aberturas
naturales localizadas en los bordes de las hojas). Una vez que el
suelo se ha infestado, el patógeno también puede
entrar al hospedante (planta que es invadida por un
parásito y de la cual este obtiene sus nutrientes) a
través de heridas en las raíces o
tallos.

Los pelos o tricomas rotos (lo cual es muy común
durante el manejo de plantas) probablemente son las partes
más importantes para las infecciones. Tales heridas pueden
ser causadas por el movimiento de las plantas asociado con el
viento, lluvia y prácticas culturales. Después de
la infección, el patógeno puede moverse
sistémicamente a través del xilema (vasos
leñosos, los cuales tienen movimiento ascendente) desde el
cual éste invade el floema (el que tiene movimiento
descendente), médula y corteza. Después de la
infección, los síntomas pueden no desarrollarse por
varias semanas, haciendo difícil el monitoreo de la
dispersión del cáncer.

La diseminación de plantas enfermas a plantas
sanas puede ocurrir en el invernadero y campo abierto. El
inóculo pueden ser células bacterianas expuestas
sobre los cánceres, lesiones en el tallo, hojas y frutos.
Otra fuente es la bacteria dentro de las plantas; estas bacterias
pueden moverse a otras plantas en las navajas e implementos
durante la poda y el cultivo. El patógeno se dispersa
fácilmente durante la poda. Esta dispersión
secundaria puede ser muy efectiva, ya que la incidencia de la
enfermedad en el invernadero (de producción de
plántulas) puede provenir de 1% de semilla infectada y
alcanzar hasta el 100% de las plántulas.

Las condiciones específicas que favorecen el
desarrollo de la enfermedad incluyen: 1) temperatura del aire de
24-32 °C, 2) un período de predisposición
cuando el suelo o la temperatura del aire es varios grados
alrededor de 24 °C, 3) condiciones de humedad óptima
(80-90%) para el desarrollo de la planta, 4) intensidad luminosa
relativamente baja, 5) alta concentración de nutrientes, y
5) un pH de 8. Los síntomas aparecen más pronto en
plantas jóvenes que en viejas. Los síntomas son
más severos en suelos arenosos que en orgánicos. La
infección de frutos, la cual resulta en síntomas de
"ojo de pájaro", es favorecida por riegos por
aspersión, los cuales humedecen el fruto; estos
síntomas casi nunca ocurren en invernaderos en donde los
frutos no son asperjados durante el riego.

La diseminación del patógeno a grandes
distancias ocurre a través de la semilla y
plántulas. La dispersión local ocurre por el agua
corriente (de canales, regaderas y sistemas de riego por goteo),
insectos, y por trabajadores e implementos usados durante el
trasplante, cultivo, poda, polinización, aplicación
de pesticidas y durante la cosecha.

El patógeno del cáncer bacteriano puede
sobrevivir en ausencia de plantas de tomate vivas sobre y dentro
de la semilla y en el suelo (hasta 2.5 a 5 años), dos
años en composta, 10 meses asociado con los estacones de
tomate, en tallos muertos y posiblemente otros residuos de
plantas enfermas, y en solanáceas silvestres perennes.
Otros hospedantes reportados en la naturaleza, además del
tomate, incluye las malezas solanáceas Solanum
mammosum
(maleza puertorriqueña espinosa), S.
douglasii
(chichiquelite perenne), S. nigrum
(chichiquelite) y S. triflorum. Muchas otras plantas,
incluyendo chiles y berenjenas, son susceptibles cuando son
artificialmente inoculadas.

Control

La mejor estrategia de control es usar semilla y
trasplantes libres de la enfermedad. Por ello, la semilla debe
desinfectarse por medio de agua caliente, 50ºC durante 30
minutos. Esta debe ser una práctica rutinaria, la cual
debe implementarse por medio de un baño maría para
que la semilla no sufra bajas en la germinación. El
baño maría se vende en los establecimientos de
equipos y reactivos para laboratorios. Esta es la mejor forma de
desinfectar la semilla.

Desde luego que para obtener plantas sanas es necesario
seguir medidas de asepsia durante la siembra y manejo del
invernadero de producción de plántulas, como
desinfectar el área de trabajo y manejo del sustrato. El
sustrato debe estar desinfestado y contener agentes
biológicos de prevención de enfermedades. Para este
caso lo más recomendable es usar Bacillus
subtiliis
(AgroBacilo), el cual previene la
reinvasión del sustrato por patógenos bacterianos y
fungosos. En el invernadero, al momento de preparar el sustrato,
se recomienda agregar 1-2 lt de AgroBacilo en el agua necesaria
para humedecer un saco de sustrato y posteriormente hacer la
siembra. Tres días o al momento de llevar las plantas al
campo, se aconseja agregar 10 lt de AgroBacilo por el
número de charolas necesarias para una hectárea,
con el fin de asegurar suficiente protección a las
raíces y un buen desarrollo del cultivo.

Si el cáncer bacteriano ya está presente
en el campo o invernadero, arranque las plantas enfermas y
quémelas, si la incidencia es baja, y desinfeste la
maquinaria y el equipo de protección del personal antes de
visitar otros campos. Si la incidencia es de moderada a severa,
plante otro cultivo que no sea tomate por lo menos durante tres a
cinco años.

Recoger los estacones y separarlos en pilas provenientes
de la misma tabla o lote, de tal manera que puedan volver a
usarse en las mismas tablas de donde fueron recogidos.

Desinfestar los estacones, alambre e hilos o usar
nuevos. La desinfestación de estacones se puede llevar a
cabo remojándolos en AgroBacilo (1 litro por cada 20
litros de agua), antibióticos (sulfato de estreptomicina,
kazugamicina o gentamicina, a 2000-4000 ppm) o en una mezcla de
cobre y manzate 200. Al mismo tiempo, aprovechar para
desinfestarlos de Fusarium (agregando benomil,
tiabendazol o carbendazim). También, después de lo
anterior, los estacones pueden tratarse con bromuro de metilo
(100 gramos por m3). Si los tratamientos se llevan a cabo en
cámaras de vacío es mjor, debido a que el producto
penetra mucho más en la madera. AgroBacilo trabaja contra
las enfermedades del suelo debido a que excreta substancias
antibióticas que inhiben el desarrollo de patógenos
fungosos y bacterianos. AgroBacilo produce, por lo menos, los
siguientes antibióticos: subtilina, bacitracina y
toximicina. Además, AgroBacilo produce enzimas (quitinasas
y celulasas) que degradan la pared celular de muchos
patógenos y, también, la pared de los huevecillos
del nematodo Meloidogyne. AgroBacilo previene mejor las
enfermedades del suelo si se aplica desde el invernadero, ya que
las raíces de las plántulas son colonizadas desde
temprana edad.

La dispersión de planta a planta en el campo,
puede ser minimizada, al evitar el trabajo en el cultivo cuando
esté húmedo y también inyectando
antibióticos o Bacillus subtilis a través
del sistema de riego por goteo.

Desinfestación de navajas, cuchillos y manos,
durante el desbrote y la poda al cambiarse de planta, con
antibióticos, cobres o zinc. Durante la noche dejar las
tijeras de podar en formol, 10 ml por cada litro de
agua.

No regar por aspersión

Primeramente se deben podar las plantas enfermas y luego
cambiar de tijeras para podar las plantas sanas. Se tienen
mejores resultados cuando las tijeras se sumergen en
antibióticos, cobre, zinc o Bacillus subtilis
antes de empezar a podar cada planta.

La velocidad de diseminación puede ser disminuida
con aspersiones de productos basados en Bacillus
subtilis
(BaciFol), mezclas de cobre + zinc o mancozeb y
antibióticos, a intervalos cortos (4-7
días).

Aplicar, en las áreas infestadas, bromuro de
metilo, cloropicrina, una mezcla de 57% de bromuro de metilo y
43% de cloropicrina, o formol debido a que son los que tienen
acción contra bacterias. El metam-sodio no trabaja contra
Clavibacter. Los fumigantes combinados con
solarización son más efectivos.

Varias fuentes de resistencia en al menos tres especies
de Lycopersicon. Las variedades con resistencia incluyen
Bulgaria 12, Utah 737, Utah 20, y H2990. Campbell 28 y Heinz 1350
son menos susceptibles que Highland, la cual es muy susceptible.
La resistencia está asociada con muchos genes mayores
cuantitativos y dominancia incompleta que están
influenciados por genes modificadores.

Cuadro 23. Productos recomendados para el
cáncer bacteriano

Ingrediente activo

Nombre comercial

Dosis/ha

Tolerancia

en ppm

Bacillus subtilis (SL)

AgroBacilo, BaciFol, Probacil, Bio-Logic,
Serenade,

4-6 L

exento

Estreptomicina (SL)

Cuprimicin 17

250-400 g

0.25

Hidróxido cupric (SL)

Hidrocu, Blue Shield, Cupravit Hidro, Kocide
2000

2.5-3.0 kg

Exento

Kasugamicina (14)

Kasumin

1.5-2.0

0.04

Mancozeb+Cobres (5)

2.0-4.0

Oxicloruro de cobre (SL)

Cupravit, Cupertron, Mixcu

2.0-4.0 kg

Exento

Oxicloruro de cobre 39%+ Mancozeb 30%
(5)

Cupravit Mix

Oxido cuproso (SL)

Oxido cuproso

0.8-1.2 kg

Exento

Sulfato tribásico de Cu
(SL)

Cuperquimm

2.5-3.0 kg

Exento

( )=Días a la cosecha

SL=Sin límite

*Sin registro

Marchitez
Bacteriana

Ralstonia solanacearum (Smith) Yabuuchi
et al

(ex Pseudomonas solanacearum E. F.
Smith)

La enfermedad fue primeramente reportada en Florida en
1897 y desde entonces se ha observado en todas las áreas
de producción de tomate, excepto en suelos de pH alto. La
marchitez bacteriana hasta la fecha no ha llegado a ser un
problema importante en Sinaloa, aunque se presenta,
particularmente cuando el ambiente es caluroso.

Síntomas

El síntoma más característico es un
repentino marchitamiento del follaje más joven el cual es
particularmente notable durante la parte más caliente del
día o amarillamiento ligero del follaje más viejo
de la parte de abajo. El tejido de la planta marchita puede
ponerse flácido sin ninguna asociación de necrosis
o amarillamiento. Antes del marchitamiento las plantas se
achaparran y los foliolos y hojas se curvan hacia abajo
(epinastia). Donde la enfermedad se ha desarrollado lentamente,
se produce un gran número de raíces adventicias a
lo largo del tallo sobre el nivel del suelo. Si se hace un corte
transversal del tallo al nivel del suelo, se observa una
coloración café en el tejido conductor del agua
(xilema) justo bajo la cáscara. Un exudado lechoso es
evidente si el extremo del tallo recién cortado se coloca
en un vaso de agua durante varios minutos, lo cual diferencia
esta marchitez de las otras que se presentan en tomate (Foto
44).

Agente causal

Pseudomonas.solanacearum (E. F Smith) Yabuuchi
et al es una bacteria muy variable. Se han propuesto
tres razas con base en la especialización
patogénica y a ciertas propiedades culturales:

Raza 1, afecta tabaco, tomate, muchas solanáceas
y otras malezas y ciertas bananas diploides.

Raza 2, causa marchitez bacteriana de bananas diploides
(moco del plátano) y Heliconia.

Raza 3, afecta papa y tomate, pero no es altamente
virulenta en otros cultivos de solanáceas.

De acuerdo a otro sistema, se designan cuatro biotipos
(biovares: I, II, III y IV) en base a ciertas propiedades
bioquímicas. Los dos sistemas de clasificación no
se correlacionan fácilmente, excepto por el hecho de que
la raza 3, la raza de la papa, es equivalente al biotipo
II.

Desarrollo de la enfermedad

La bacteria es un habitante del suelo y puede sobrevivir
en el suelo por largos periodos si la temperatura no es muy baja.
La bacteria entra a la planta a través de heridas causadas
por los trabajadores, insectos del suelo, raíces rotas de
trasplantes y a través de aberturas naturales por donde
emergen las raíces secundarias. Muchas especies de
nematodos pueden incrementar la incidencia y severidad de la
marchitez. Una vez dentro de la planta, la bacteria invade el
tejido del xilema, rompe el transporte de agua y causa la
marchitez de la planta. Los síntomas aparecen 2 a 8
días después de la infección, dependiendo de
la edad de la planta y la susceptibilidad. La bacteria alcanza el
tejido xilemático y se distribuye a través de toda
la planta. A medida que se mueve pasa a los espacios
intercelulares del parénquima en la corteza y la
médula, disuelve la pared celular y hace cavidades que se
llenan con masas viscosas de la bacteria. Si hay humedad en las
hojas, la bacteria puede entrar por el follaje, pero la
infección es más probable cuando el inóculo
está presente en el suelo.

Cuando las partes de la planta enferma se deterioran,
las bacterias son liberadas en gran número hacia el suelo
donde se diseminan a través del agua, con
partículas de suelo y en asociación con
plántulas enfermas o tubérculos. La bacteria es
sensible a pH alto, temperatura baja del suelo, baja humedad del
suelo y bajos niveles de fertilidad. Aunque las bacterias son
capaces de reproducirse y causar infección sobre un amplio
rango de temperaturas (15-38 ºC), las temperaturas
más favorables son de 29 a 35 0C. Los aislamientos del
patógeno de un clima caliente son favorecidos por
temperaturas mayores que las que favorecen a los aislamientos de
clima frío.

Partes: 1, 2

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