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Guía práctica para suprimir el hábito de fumar



  1. Introducción
  2. Desarrollo
  3. Recursos
    especializados para controlar el hábito del
    tabaco
  4. Conclusiones
  5. Bibliografía

Introducción

BREVES APUNTES HISTORICOS

El tabaco, originario de América, es una planta
de la familia de las solanáceas cuyas hojas secas y
arrolladas, utilizadas en forma de tizón que se
encendían por un extremo y se chupaba por el opuesto,
llamaron la atención de los colonizadores.

La denominación de la planta en el lenguaje
nativo era cohíba y su uso no era exclusivo del
behíque (sacerdote de la tribu), sino de todos los
integrantes del grupo primitivo. La forma de consumo podía
ser fumado, masticado y otras veces aspirados, y el nombre del
tizón era tabaco. A principios del siglo XV, Carlos
V
recibió semillas de la planta, que sembró y
cultivó; medio siglo después Juan Nicot,
embajador francés en Portugal, la llevó a la reina
de Francia, quien recomendó su aplicación para la
curación de las heridas y la usó también en
forma de polvo. En reconocimiento a Nicot, la planta fue
llamada nicotina, y su producto activo, que veremos a
continuación, se denominó nicotina.

El consumo actual de tabaco, en el mundo desarrollado,
se tipifica en Estados Unidos de América, donde anualmente
se producen 600 000 millones de cigarrillos y donde existen 55
millones de dependientes del tabaco. Un estudio efectuado en
nuestro país, 8 años atrás, en un municipio
de la capital, evidenció que el 38,5 % de las mujeres y 71
% de los hombres mayores de 16 años consumían
tabaco regular mente, lo que representa el 55 % de la
población en el grupo de edad referido. Los continuos y
calificados esfuerzos por lograr la reducción de su
consumo en nuestro medio no han logrado aún bajar la
proporción de los fumadores a cifras menores del 40 % en
la población adulta, y desgraciadamente Cuba ocupa
todavía el tercer lugar entre los países
consumidores de tabaco.

Si reconocemos el daño que produce el tabaco en
un organismo adulto en plenitud de desarrollo para enfrentar
diferentes agentes dañinos del medio, qué no
ocurrirá en el de un niño y más en el de un
feto en desarrollo dentro del vientre de su madre. Entre los
últimos aspectos conocidos está el nacimiento con
bajo peso y los abortos repetidos y, además, una nueva
modalidad de daño al futuro niño que se denomina
teratogenia conductual, expresada no precisamente por
deformidades en los órganos internos, cráneo y
cara, sino por trastornos del comporta miento que los hacen
niños nerviosos, irritables o impulsivos, y a veces con
dificultades de la inteligencia.

Como si todo esto fuera poco, hace unas décadas
surgió, después de estudios investigativos
japoneses, el concepto de fumador pasivo, éste no
es más que una persona que no fuma, pero que convive con
un fumador o está cerca de él en su trabajo o en
diferentes actividades donde con frecuencia inhala humo
desprendido mientras el otro fuma. Así se vio que las
esposas de los fumadores corren mucho más riesgo de
presentar cáncer pulmonar que las esposas de personas que
no fuman y también que los hijos de padres fumadores
tienen 2 veces más frecuencia de enfermedades
respiratorias como bronquitis y asma que los niños de
padres no fumadores.

El conocimiento de los efectos dañinos del tabaco
en la población en general son: cáncer en general,
30 %; cáncer de pulmón, 16 %; otros trastornos
respiratorios, 12 %; enfermedades del corazón en general,
5 %; infarto cardíaco, 0,8 %; afecta el embarazo, 1,3 %.
Estos resultados llaman la atención si se tiene en cuenta
que nuestro pueblo tiene una alta información sobre
problemas de salud, aunque en la época en que se
realizó este estudio, todavía muchos médicos
de diferentes países, no especializados en la materia,
desconocían el efecto perjudicial sobre la vida
sexual.

Conocidos estos efectos del tabaco cabría
preguntarse ¿por qué la gente fuma? y
también ¿por qué se produce tabaco? La
respuesta debíamos buscarla en las tradiciones populares,
en la capacidad de imitación de unas personas con otras,
en factores económicos y en el desconocimiento hasta fecha
relativamente reciente de muchos efectos dañinos que hoy
son totalmente reconocidos. Parece que aun informados de sus
acciones perjudiciales, muchas personas se despreocupan, pues
piensan que éstas podrían ocurrir a largo plazo y
hacen razonamientos como "bueno, mi abuelo fumó y
vivió hasta los 90 años" o utilizan chistes como
"voy a dejar de fumar para morir con los pulmones sanos", esta no
es más que una forma de subestimar la cuestión
tirándola a broma.

Objetivo general

1-Desarrollar una guía terapéutica para
suprimir el hábito de fumar

Desarrollo

Se ha reconocido mundialmente que la mayor
supresión del consumo ha ocurrido precisamente en los
médicos y estudiantes de medicina, que durante su trabajo
cotidiano son frecuentes testigos de las funestas consecuencias
del hábito de fumar.

La prevención debía empezar con el ejemplo
de los padres, con el control mundial de la propaganda del tabaco
(una de las más desarrolladas del mundo) y por el
desarrollo de una actitud de rechazo al hábito que
debía sustentarse sobre todo, en la existencia del fumador
pasivo. La invitación a fumar por parte de adultos a
personas jóvenes es otro mecanismo que debía
evitarse, aunque incuestionablemente el recurso más
efectivo al nivel mundial ha sido la elevación del precio
del tabaco y la continua campaña de información y
persuasión con la población.

¿COMO LIBERARSE DEL HABITO UNA VEZ
ESTABLECIDO?

Mark Twain comentaba: "¿Quién
dice que dejar de fumar es difícil? Yo he dejado de fumar
unas 150 veces". Debemos reconocer que se trata de un
hábito que demanda un esfuerzo personal importante para
ser superado y a veces requiere del esfuerzo simultáneo
del fumador y del equipo médico, pero a los profesionales
de la salud nos resulta muy doloroso ver que muchas veces la
interrupción total del consumo sólo se logra
después de haberse instalado una complicación como
el infarto al miocardio, ya que aunque esto es fundamental para
evitar nuevos infartos, lo ideal es dejar de fumar a tiempo; con
el propósito de ayudar a quienes tomen esa
decisión, revisaremos los aspectos esenciales de algunas
técnicas para eliminar esta peligrosa
costumbre.

El primer aspecto es reconocer que no existe
tóxico alguno que sea más fuerte que la
decisión firme de un ser humano.
El segundo,
reconocer que los efectos nocivos no sólo deben valorarse
en lo referente a la pérdida de la salud y la posibilidad
de muerte, sino también en lo que significaría una
muerte temprana para nuestros seres queridos (sobre todo los
hijos), ya que es bueno recordar que el consumo de sustancias
tóxicas es a fin de cuentas una conducta a la que tenemos
que oponer nuestro sentido de responsabilidad.

Muchas personas logran interrumpir el consumo brusca y
definitivamente, pero puede también usarse el
método de la reducción progresiva de los
cigarrillos fumados (Becoña E. 1991). Para ello
debe establecerse el nivel de consumo de la última semana
y a partir de aquí ir reduciendo un cigarrillo semanal, es
decir, comenzar un sábado y mantener esa nueva cantidad
toda la semana, al sábado siguiente reducir otro y
así sucesivamente hasta eliminar el consumo.

Informe a todas sus amistades que ha decidido dejar de
fumar, esto evitará que le inviten y, además, en
cierto grado, lo comprometerá ante ellos. No acumule nunca
cajas de cigarros en su casa y utilice sólo una cajetilla
o depósito donde estarán todos los cigarrillos
comprometidos para el día
; establezca
rígidamente que dicha cantidad no podrá ser
superada bajo ninguna circunstancia
. Vaya a lugares, como el
cine, donde no podrá fumar. Cuando esté en su casa
tenga los cigarrillos en un lugar en el que le resulte
incómodo ir a buscarlos y establezca como regla que
sólo fumará (mientras esté en su casa) en
una silla poco cómoda y colocada frente a una esquina
donde no tenga posibilidades de realizar ninguna otra actividad
recreativa mientras fume, es decir, no podrá leer ni ver
televisión, sino que estará sentado frente a una
esquina de la habitación.

Este método, que parece una broma como la de
Mark Twain, resulta de alta utilidad. Además, si
usted es creativo, debe preparar un depósito para los
cigarrillos, que requiera cierta manipulación para
obtenerlos como varios sobres o depósitos envueltos de
mayor a menor. Evite estar, cuando no sea imprescindible, en
compañía de fumadores egosintónicos
(fumadores que aceptan su hábito de fumar y no luchan
contra él, como sí hacen los egodistónicos)
y después de eliminar el hábito esté
preparado para aceptar, durante 1 año aproximadamente, que
podrá sentir atracción por el tabaco cuando vea a
alguien fumando (Dawley H; 1987). Tenga presente que si
consume otra vez un primer cigarrillo o tabaco las posibilidades
de caer nuevamente en el hábito son muy altas
(Mothersill K; 1988).

Recursos
especializados para controlar el hábito del
tabaco

Cuando los esfuerzos personales no cristalicen con el
éxito, existen tratamientos más especializados, que
desde luego requieren la atención médica directa.
Para comenzar su relación, en forma breve
señalaremos que algunos se derivaron de la
apreciación clínica de que los pacientes con
enfermedades como la hepatitis viral presentan un franco rechazo
al tabaco, el cual, al ser consumido provoca respuestas muy
desagradables. Con ese principio se han fabricado algunas
tabletas que fueron utilizadas con relativo éxito en
nuestro país.

ACUPUNTURA

Este tratamiento ha sido de notable utilidad no
solamente para superar las molestias que determinan en algunas
personas la supresión brusca del tabaco, sino
también para controlar el hábito.

RECURSOS AVERSIVOS

El propósito que se persigue con estas
técnicas es vincular el consumo del tabaco con molestias
desagradables, de manera que se produzca un condicionamiento de
rechazo o aversión. Las técnicas más
novedosas en algunos países desarrollados son: la del
humo retenido
(Becoña E; 1992), que se
fundamenta en el efecto irritante del humo cuando se mantiene en
la boca por más de un minuto y se aplica en sesiones de 10
inhalaciones; y también la técnica de fumar
rápido
, consistente en el consumo con aspiraciones
sucesivas y fuertes del cigarrillo o tabaco con el
propósito de lograr una intoxicación aguda
(borrachera por tabaco) cuyas molestias son de tal magnitud que
llevan al establecimiento de reflejos condicionados de rechazo al
tóxico. Existen en nuestro medio, finalmente, equipos
especializados que tratan a grupos con problemas de tabaquismo en
forma similar a como se tratan los pacientes alcohólicos.
Esta es otra opción asistencial a la que puede recurrir
quien se haya decidido a vencer al "asesino de la cara de
ángel" (Gmur M. ; 1987).

EJERCICIOS DE RELAJACIÓN

Este tratamiento ha sido de notable utilidad no
solamente para superar las molestias, como la ansiedad, que
manifiestan algunas personas ante la supresión brusca del
tabaco

Algunos ejercicios que se pueden realizar
son:

1-La cámara lenta: Escoja cualquier actividad de
las que realiza durante el día y llévela a cabo en
un grado de aceleración muy lento "como si fuera en
cámara lenta"

Puede ser un paseo en la mañana no superior a los
15 minutos y de igual manera en horario de las tarde

El objetivo es reprogramarse el grado de
aceleración de la conducta por uno más
lento

TERAPIA FLORAL

Este tratamiento se ha utilizado con gran efectividad
para este tipo de adicción consiste en combinaciones de
esencias florales que contrarrestan síntomas que aparecen
ante la supresión brusca del toxico

Agrimony

Cherry plum

Crab Apple

Waithe Chestnut

Centaury

REHABILITACIÓN

  • Promover la práctica de
    ejercicios físicos y estilos de vida saludables, para
    mantener la abstinencia.

  • Encuentros para la prevención de
    recaídas donde se citen a todos los pacientes en
    abstinencia, egresados del servicio.

  • Mantener tratamiento por MNT a los
    pacientes que así lo requieran después del
    alta.

  • Continuar la fisioterapia respiratoria
    a los pacientes con EPOC y otras afecciones
    pulmonares.

Conclusiones

Después de la revisión
bibliográfica necesaria y teniendo en cuenta la
experiencia de los terapeutas en el ejercicio de la
profesión se crea una guía para ayudar a la
supresión del hábito de fumar que cuenta con
recursos personológicos y recursos
biológicos.

Bibliografía

1-Asistencia psicológica al alcohólico y
otros drogadictos. Humberto García Penedo 2011

2-Factores de riesgo asociados en los
fumadores
A Espinosa Roca, A Espinosa Brito – Revista Cubana
de Medicina, 2001

3-Hábito de fumar y alcoholismo
en un consultorio médico

G Dorado Morales, IJ Varela
Martínez… – Revista Cubana de …,
2003

4-El consumo de productos manufacturados
del tabaco en Cuba

N Suárez Lugo – Revista Cubana de
Salud Pública, 2006

5-Hábito de fumar en la
adolescencia al nivel comunitario

N Álvarez Valdés, E
Gálvez Cabrera… – Revista Cubana de…,
2007

 

 

Autor:

Miguel Emilio Ruiz Pérez

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