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Impacto económico y social de las sequías en la población humana y animal



Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Conceptualización y clasificación
    de las sequías
  4. Principales factores que propician la
    instauración de las sequías
  5. Cuando
    avizoramos una sequía
  6. Las
    sequías e impactos
  7. Las
    sequías y su ciclicidad
  8. Como
    debemos accionar para mitigar el perjuicio de las
    sequías
  9. Bibliografía

Resumen

En este documento se aborda aspectos relacionados con
las sequías, las cuales potencialmente causan el mayor
impacto económico y las que afectan al mayor número
de personas y animales; siempre o casi siempre, producen un
impacto directo y notable en la producción de alimentos.
Las mismas afectan a grandes regiones geográficas, a
menudo abarcando países enteros o partes de continentes,
pudiendo durar varios meses y/o varios años. Su impacto en
una población o región particular está
relacionado con la gravedad y naturaleza de las sequías,
pero igualmente, y a veces mucho más importante, con la
naturaleza de la economía y sociedad del área
afectada. También se expone el modo accionar con el
propósito de minimizar los perjuicios que esta puede
acarrear en los diferentes sectores, agrícolas y
población humana. Se ha llegado a la conclusión de
que las consecuencias reales y potenciales de este tipo de
desastre están adquiriendo tal gravedad que en lo sucesivo
habrá que prestar más atención a las
actividades de planificación y
protección.

Palabras claves: desastres naturales,
sequías

Introducción

Los desastres naturales han planteado, y siguen
haciéndolo, grandes amenazas al desarrollo sostenible, ya
que se pierden recursos para el desarrollo cuando a causa de un
desastre desaparecen los resultados de una inversión. Se
produce una nueva pérdida de recursos como consecuencia
del descenso de la producción de bienes y
servicios.

Los países pobres son los más perjudicados
ya que aún no han alcanzado los niveles de desarrollo
económico que pueden calificarse de sostenible. Al desviar
recursos hacia actividades de socorro se dificulta el avance
hacia el desarrollo sostenible.

Durante los últimos decenios la comunidad
internacional ha desarrollado una alarma creciente ante desastres
que por afectar a concentraciones cada vez mayores de
población, ha tendido a ser cada vez más
destructivos.

Aunque la respuesta de la comunidad internacional ha
estado fundamentalmente orientada hacia las medidas de socorro se
ha llegado a la conclusión que las consecuencias reales y
potenciales de los desastres están adquiriendo tal una
gravedad y un alcance tal que en lo sucesivo habrá que
prestar más atención a las actividades de
planificación y prevención. Los efectos de los
fenómenos naturales deben enfocarse no solo desde el punto
de vista humanitario y social general, sino también y
primordialmente desde el punto de vista
económico.

Las pérdidas acusadas por los desastres naturales
en algunos países en desarrollo propensos a los mismos a
provocar una reducción del producto interno bruto que
anula todo proceso económico real de una
nación.

Las catástrofes naturales se ven agravadas por la
intervención humana sobre el medio: desecación de
humedales, incendios forestales, la deforestación de
bosques, inundaciones e intensas sequías. Aumentando la
frecuencia y violencia de los desastres meteorológicos que
amenazan cada vez más la humanidad a la cual le resulta
muy difícil prever y contrarrestar la intensidad del
viento, la lluvia y el sol.

La desertificación y las sequías son
fenómenos globales catalogados como desastres por su
fuerte y negativo impacto sobre la supervivencia humana; el
Programa Nacional de acción contra la
desertificación y la sequía en Cuba (PNA) responde
a la necesidad del país de integrar las acciones de los
organismos de la Administración Central del estado y de la
sociedad en general, a fin de prevenir y detener los procesos de
degradación de los suelos, rehabilitar los ecosistemas
afectados y mitigar los efectos de la sequía. Responde
asimismo a uno de los compromisos contraídos por Cuba,
como país parte de la convención de las Naciones
Unidas de la lucha contra la desertificación y la
sequía.

La magnitud de una sequía generalmente
está relacionada con la vulnerabilidad que tienen los
elementos en riesgo (personas, animales, instalaciones, otros) y
el nivel de preparación alcanzado por la comunidad,
razón por la cual siempre resulta necesario buscar la
manera de compatibilizar el desarrollo social y
económico.

Conceptualización y
clasificación de las sequías

2.1. CONCEPTUALIZACIÓN.

La sequía se define como un evento en que la
demanda supera a la oferta de agua, generándose un
déficit que tiene asociado un daño; si no hay
daño, no se habla de sequía, aun cuando haya
déficit. El concepto de sequía tiene varias
aplicaciones; se habla de sequías meteorológicas,
cuando hay escasez de lluvias, y de sequías
hidrológicas, cuando hay escasez de caudales. Cada evento
de sequía queda caracterizado básicamente por la
duración del déficit, la intensidad del
déficit y la magnitud del déficit. El
análisis espacial continúo de estos eventos
permiten, además, determinar el área de influencia
espacial de cada sequía.

También se puede definir como Sequía: Un
período extenso de sequedad; generalmente cualquier
periodo de deficiencia de humedad que está por debajo de
lo normal para una área específica. Compartiendo
este concepto, hay varias definiciones que tienden a ser
conceptuales u operacionales y varían de acuerdo a la
disciplina (sequía meteorológica, sequía
agrícola, sequía hidrológica, sequía
socio-económica) y de acuerdo al país.

El término sequía hace referencia a la
relativa escasez de agua, no a su falta absoluta, que
haría de la tierra un desierto inhabitable. En la
naturaleza existen periodos considerados lluviosos y otros poco
lluviosos en los que disminuyen las precipitaciones. Esas
variaciones temporales son normales y necesarias. El problema
surge cuando estos procesos se alteran.

Desde hace más de un siglo, el término
sequía se utiliza para significar la escasez de lluvia que
genera un desequilibrio hidrográfico grave en alguna zona
del planeta, con efectos generalmente devastadores.

Los pozos se secan, las cosechas sufren daños, se
interrumpen procesos industriales vitales y las economías
reciben afectaciones severas, sobre todo las más
frágiles, que están localizadas en los
países del llamado Tercer Mundo.

Las sequías tienden a ser más graves en
unas zonas que en otras, pueden durar años y suelen
producirse en las latitudes entre los 15 y 20 grados, en
áreas que bordean los desiertos o zonas permanentemente
áridas del mundo.

2.2. CLASIFICACION DE LAS SIQUIAS Y DESCRIPCION DE
LAS SEQUIAS.

Se puede decir que existen diferentes tipos de las
sequías:

Sequías meteorológicas: Variación
de la precipitación de lo normal en un período de
tiempo. Esta comparación debe ser especificada a una
región y debe estar basada en el buen conocimiento del
clima regional.

Sequía hidrológica: Este tipo de
sequía está referida a la deficiencia en la
superficie o bajo superficie de las aguas, tales como lagos o
reservorios, manantiales y riachuelos.

Sequías agrícolas: Se presentan cuando no
existe suficiente humedad en el suelo para cumplir la demanda de
ciertos productos agrícolas en ciertos tiempos
determinados.

Sequías socio-económicas: Se dan cuando el
abastecimiento de provisiones y servicios como el agua, pasto, o
energía eléctrica está afectado. Este
concepto comprende la relación entre las sequías y
las actividades humanas.

Algunos estudiosos distingue solo tres tipos diferentes
de sequía, específicamente meteorológica,
hidrológica y agrícola. Particularmente en el caso
de las sequías meteorológicas y agrícolas,
erróneamente se consideran sinónimos. De estos tres
tipos de sequías, los primeros dos describen
fenómenos físicos, mientras que el tercero describe
el impacto de los dos primeros en la producción
agrícola. Es necesario distinguir claramente entre estos
tipos y aclarar cómo se relacionan entre ellos.

El agua usada para sustentar la actividad humana se
deriva de la lluvia directa o de lluvias previas que se ha
almacenado temporalmente en ríos, lagos, acuíferos
subterráneos y campos nevados y glaciales. En el caso de
algunos acuíferos y glaciales, dichos almacenes pueden
contener lluvia que cayó décadas o aún
siglos antes. Una disminución temporal de cualquiera de
estas dos importantes fuentes hidráulicas puede causar una
sequía.

La sequía meteorológica describe una
situación en la cual hay una disminución en la
caída de lluvias durante un período
específico (día, mes, estación o año)
por debajo de una cantidad específica, normalmente
definida como alguna proporción del promedio a largo plazo
para un período de tiempo específico. Su
definición sólo comprende datos de
precipitación.

La sequías hidrológicas se refiere a una
disminución en los recursos acuáticos (flujos de
ríos, nivel de lagos, agua subterránea,
acuíferos subterráneos) por debajo de un nivel
determinado durante un período dado de tiempo. Su
definición incorpora datos de disponibilidad y tasas de
consumo basadas en el suministro normal del sistema (uso
doméstico, industrial, agricultura de riego).

La distinción entre los dos tipos puede ser a
menudo confusa ya que la sequía hidrológica puede
ser causada por disminución de la precipitación en
cualquier lugar dentro del área de captación del
río o del sistema acuífero.

De este modo, las regiones agrícolas de riego a
lo largo del río Nilo en Egipto pueden experimentar una
sequía hidrológica como resultado de una
sequía meteorológica en las regiones
montañosas de Etiopía, sin considerar los niveles
de lluvia dentro de Egipto. En el caso de los ríos
alimentados por el derretimiento de las nieves en área
irrigadas río abajo pueden experimentar una
disminución en la disponibilidad de agua como resultado de
la reducción de las nieves derretidas causados por
temperaturas más bajas de lo normal durante los meses de
verano. Las regiones que captan su agua de acuíferos
subterráneos mediante manantiales y pozos perforados
pueden experimentar una sequía hidrológica como
resultado de los cambios geológicos que reducen parte de
los acuíferos. El uso excesivo del acuífero
también puede resultar en su agotamiento.

Las sequías agrícolas son producto del
impacto que las sequías meteorológica y/o
hidrológica provocan en el crecimiento y rendimiento de
los cultivos. Los cultivos requieren condiciones particulares de
temperatura, humedad y nutrientes durante su crecimiento para que
puedan alcanzar su crecimiento máximo. Si la
disponibilidad de humedad es menor de la cantidad requerida
durante el ciclo de crecimiento, entonces el crecimiento
será afectado y la producción se reducirá.
Sin embargo, las sequías tienen diferentes impactos en
diferentes cultivos. Por ejemplo, el ajonjolí a menudo
prospera en años secos. Es difícil medir la
sequía agrícola dada la complejidad de las
relaciones entre los factores operantes. Una baja en la
producción puede deberse a humedad insuficiente pero
también puede deberse o agravarse por factores tales como
la falta de disponibilidad de fertilizantes, falta de
deshierbado, la presencia de pestes o enfermedades, la falta de
labor en los períodos críticos del crecimiento y
precios poco favorables. También puede ser que todos estos
factores estén interrelacionados y agraven las
condiciones. Por ejemplo, en la sequía de 1984 en
Etiopía, la sequía contribuyó a una
infestación del gusano devastador, la cual aumentó
notablemente el daño de los cultivos.

La sequía, evento extremo dentro de la
variabilidad climática es un proceso de desarrollo lento
con efectos generalmente de larga duración y alto costo.
El déficit de agua que provoca, pone en serias
dificultades a las regiones que afecta con consecuencias
económicas, sociales y ecológicas indiscutibles,
más severas en la medida en que se está menos
preparado para afrontarlas.

Las investigaciones sobre sequías son extensas,
sin embargo el fenómeno se define y se mide mediante
diversos criterios y parámetros; por lo general, en
términos de variables meteorológicas,
hidrológicas y agrícolas.

Las sequías meteorológicas son medidas por
la deficiencia de precipitaciones comparada con la
precipitación normal captada.

La sequía hidrológica está
delineada por la disminución del abastecimiento de agua de
las corrientes fluviales y del acopio superficial y
subterráneo. Así, los factores no
meteorológicos, como la demanda de agua, la disponibilidad
de depósitos de agua superficiales y la
construcción de pozos, ejercerán influencia en los
efectos de las sequías hidrológicas. La falta de
precipitación -que está por encima de lo normal- se
usa como medida para las sequías agrícolas. Su
gravedad se acrecienta por las grandes pérdidas de
evapotranspiración.

Principales
factores que propician la instauración de las
sequías

Las sequías como fenómeno climático
recurrente, es provocado por una reducción en la
precipitación que se manifiesta en forma lenta, y afecta a
personas, actividades económicas y al medio ambiente. Por
lo general, en el área Centroamericana está
asociada al fenómeno ENOS (El Niño
Oscilación del Sur), el cual tarda en regresar entre dos y
siete años, por lo general presenta una duración
entre 14 y 22 meses.

Entre los diferentes causales para este tipo de desastre
sobresalen las siguientes:

La pobreza, crecimiento de la población sin
control, urbanización rápida sin ser
compatibilizada, desarrollo de las áreas rurales en forma
descontrolada, degradación ambiental, carencia de
programas de desarrollo sostenible y de conocimientos e
información sobre los desastres

La integralidad de estos todos factores que de una u
otra forma influyen en el inicio, repetitividad, intensidad,
duración y cese de los procesos de sequía.
También a de destacarse los cambios en los patrones
estacionales de la circulación atmosférica, mayor o
menor humedad relativa, presencia del ENOS, condiciones
físico-geográficas y otros factores.

El fenómeno del Niño (Oscilación
del Sur) constituye un elemento que influye significativamente en
el comportamiento de las lluvias en nuestro continente
propiciando la aparición de intensas
sequías.

Los procesos de urbanización, el crecimiento
poblacional, el desarrollo de la actividad agrícola,
ganadera e industrial, el auge turístico, el mayor consumo
de energía, los mayores requerimientos de agua para
consumo humano, y la reducción en la disponibilidad de
agua de la calidad requerida para ciertos usos, son algunos de
los factores que hacen que cada día crezca la
presión sobre el agua y con ella la vulnerabilidad a las
sequías.

La degradación de los recursos naturales pueden
ser más bien considerados como ¨ factores agravantes
¨ los cuales aceleran y/o prolongan los periodos de
desequilibrio hidrológico que agotan la humedad del
suelo.

La posición que ocupa el terreno en el paisaje o
topografía que inciden de manera directa o indirecta en el
comportamiento de las plantas, esto se relaciona con las
características de los suelos, como es el caso de terrenos
con fuertes pendientes y sujetos a una explotación
irracional por el uso humano; tienen suelos muy superficiales y/o
de reciente formación a partir de la roca madre; con
características texturales gruesas de baja
retención de humedad. Lo anterior es agravado por las
disminuciones del agua lluvia. Todos los factores combinados
contribuyen al desarrollo de la plantación en su
época de crecimiento.

Entre las causas que de manera individual o combinada
han hecho prevalecer las condiciones de sequía en la
región geográfica de Cuba figura en primer lugar,
la persistente influencia de marcadas condiciones
anticiclónicas en toda el área del Caribe y
Centroamérica. Dicha condición provoca un acentuado
descenso del aire desde los niveles superiores de la
atmósfera, lo cual crea condiciones desfavorables para los
procesos de lluvia en los meses de mayo, junio y octubre, al
inhibir el desarrollo de grandes nubes. Otro factor ha sido el
incremento en la intensidad de los vientos del Este, vinculados
al régimen de los alisios sobre nuestra zona,
condición que tampoco favorece los mecanismos productores
de lluvia.

Las nubes de polvo procedentes del desierto de Sahara
pudieran estar influyendo en la ausencia de lluvia en Cuba,
según afirman estudios científicos recientes,
realizados por varias instituciones internacionales. Las
partículas de polvo pudieran estar ayudando a que sean
mucho más finas las gotas de agua que forman las nubes, y
por tanto hacer que las precipitaciones sean más
espaciadas e inconstantes.

3.1. RELACION DE LAS SEQUIAS E
INUNDACIONES.

Se vuelve necesario establecer las conexiones entre
sequías e inundaciones; esta relación ha sido
reconocida por la literatura científica sobre
desastres.

La explotación excesiva de las tierras, la
deforestación y la erosión resultante pueden
aumentar la tendencia de las tierras tropicales tanto a las
inundaciones como a las sequías, desastres que, aunque
opuestos en apariencia, se hallan íntimamente
interconecta.

Cuando avizoramos
una sequía

Se avizora una sequía cuando existe una
disminución de las precipitaciones y se empieza a sentir
un impacto notable en el área afectada (figura 1). La
duración de dicho "período de aviso" varía
enormemente entre las sociedades.

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Figura 1. Efectos de la
sequía.

En muchos países el período de aviso puede
ser de varios meses. En otros con una alta proporción de
campesinos agrícolas sin tierra el período de aviso
puede ser menor, tal vez de sólo unas pocas semanas.
Cualquiera que sea el período de aviso, este tiempo
permite preparar una respuesta potencial para mitigar los
impactos de la sequía antes de que estos sean demasiado
severos.

En aquellos países donde el inicio es de unos
meses, hay, al menos potencialmente, tiempo suficiente para que
la comunidad internacional se movilice llevando ayuda de socorro,
incluyendo ayuda alimentaria.

De este modo, mediante sistemas de
telecomunicación y monitoreo meteorológica moderna
es ahora posible prevenir el exceso de mortalidad resultante de
escasez de alimentos causada solamente por sequía. Aunque
las sequías tal vez sigan siendo un factor contribuyente a
la hambruna, otros factores tales como conflictos armados y
política internacional, son ahora invariablemente
responsables de impulsar una situación de dificultad
económica causada por sequía conducente a las
hambrunas.

Para poder alertar tempranamente una sequía de
tipo agrícola, se debe monitorear diariamente las
temperaturas máximas y mínimas, la humedad
relativa, la precipitación y la velocidad del viento como
variables de medición directa, a partir de las cuales se
estiman todos los parámetros del balance de
radiación, hídrico y energético, así
como la casi totalidad de los índices climáticos y
bioclimáticos conocidos y modelos de impacto
biofísico.

Las
sequías e impactos

Las sequías es una de las causas fundamentales de
desastres a escala mundial.

Las tendencias climáticas observadas en el Caribe
Occidental en los últimos 30 años muestran el
incremento de la frecuencia e intensidad de este fenómeno.
Por tanto, la detección y alerta temprana de la
sequía deviene en una tarea de prioridad nacional y
regional. Como parte de las estrategias para el enfrentamiento de
este fenómeno es necesario estudiar sus causas para que
los ecosistemas y todas las actividades socioeconómicas en
general tengan una base científica.

El territorio nacional Cubano no está exento de
la situación anteriormente descrita, el mismo está
sometido a la influencia de los fenómenos naturales
comunes a la zona geográfica en la que se sitúa,
que determina su magnitud y la frecuencia de su incidencia, que
dependen fundamentalmente de su intensidad y efectos colaterales
en las características físicas,
socio-económicas e históricas de este
territorio.

La isla padece por varios años un periodo de
sequía persistente que se recrudeció a partir de
2003, fundamentalmente en la zona este. Datos del Instituto
Nacional de Recursos Hidráulicos revelan que en el 2004 el
promedio nacional de lluvia fue de 952 milímetros, el 69
por ciento de la media histórica.

Las sequías es el desastre natural que ha
afectado a más personas en América Latina y el
Caribe. En las tres últimas décadas 43 millones de
personas resultaron afectadas por las sequías en esta
región.

De todos los desastres naturales, las sequías son
las que potencialmente causan el mayor impacto económico y
las que afectan al mayor número de personas y animales;
siempre o casi siempre, producen un impacto directo y notable en
la producción de alimentos.

Los terremotos y los ciclones pueden tener una enorme
intensidad física pero invariablemente son de corta
duración en un espacio geográfico limitado. En
contraste, las sequías afectan a grandes regiones
geográficas, a menudo abarcando países enteros o
partes de continentes, pudiendo durar varios meses y, en algunos
casos, varios años.

El impacto en una población particular
está relacionado con la gravedad y naturaleza de la
sequía, pero igualmente, y a veces mucho más
importante, con la naturaleza de la economía y sociedad
del área afectada.

5.1. LA SEQUIA E INFLUENCIA SOBRE LA GANADERIA Y LA
AGRICULTURA.

En el campo de la salud animal es común que con
posterioridad a los desastres naturales, especialmente cuando se
trata de inundaciones, sequías o huracanes, se presenten
situaciones de tipo epizoóticas en la ocurrencia de
algunas enfermedades transmisibles.

Las sequias potencian las condiciones para la
presentación del síndrome desnutrición,
particularmente en las regiones donde predominan las formas de
producción extensivas, así como en aquellas
áreas caracterizadas por las formas de producción
familiar y subfamiliar, condición que en ciertas regiones
también afecta a otras categorías de la
población, favoreciéndose el aumento de la
frecuencia de una variada gama de enfermedades
infecto-contagiosas y parasitarias.

La actividad ganadera, especialmente de rumiantes,
también tiene que adecuarse a los ciclos locales
climáticos y bióticos. Un intenso pastoreo en la
primavera, por ejemplo, cuando el pasto es tierno y el terreno
húmedo, puede causar problemas de pisoteo y
compactación de suelos, mientras que una presión
excesiva de pastoreo durante períodos de sequía
puede desarraigar las plantas y producir aún más
presión sobre la vegetación que está
tratando de sobrevivir y reproducirse.

Los impactos de las sequías sobre la
ganadería pueden ser directos o indirectos. Los animales
sufren por las temperaturas altas continuadas y por la falta de
agua, pero no será la misma la respuesta de estos a las
sequías prolongadas que la respuesta de las plantas, en
sus diversas especies y variedades.

Los efectos indirectos se ven reflejados en la escasez
de pienso, que afecta al estado de salud de los animales y tiene
un gran impacto en la producción ganadera y en el valor
económico de la ganadería en general.

La sequía influye sobre el sector pecuario
disminuyendo la disponibilidad forrajera, aumenta la mortalidad y
morbilidad del ganado, se deterioran los índices
productivos y se incrementan extraordinariamente las erogaciones
por alimentación, agua y traslados de animales.

En las sequías no solo deben considerarse los
efectos inmediatos que son los más prominentes, sino que
instauran daños al suelo y a la salud animal que
comprometen su adecuada explotación futura y reclaman una
atención posterior a la solución del desastre,
resultado también del incremento de las perdidas, origina
una disminución de productos alimenticios, como viandas,
leche, carne, peces y otros.

La natalidad y la mortalidad general son los indicadores
que más se deprimen con efecto inmediato producto de los
efectos de la sequía sobre la ganadería vacuna. El
indicador más afectado lo constituye la tasa de natalidad,
siendo relevantes los valores que alcanza la mortalidad
general.

Perjuicios de la sequias.

  • Se producen pérdidas en la calidad y cantidad
    producida por los subsectores agrícola (pastos
    inclusive), pecuario, forestal y pesquero.

  • Sube la tasa de mortalidad del ganado, se aumenta el
    tiempo para alcanzar el peso necesario para sacar los
    animales al mercado.

  • Aumenta la incidencia de enfermedades y plagas en
    plantas y animales.

  • La vida silvestre daña las cosechas, se
    incrementa la depredación, se reduce la productividad
    de la tierra para cultivos, pasturas y desarrollos
    forestales.

  • Se produce una reducción forzada en el pie de
    cría.

  • La pérdida de semilla afecta futuras
    cosechas. La pérdida de alevines debido al
    decrecimiento de los flujos, reduce las disponibilidades
    futuras de captura de peces.

  • Los suelos sufren erosión. Se daña el
    hábitat silvestre y marino. Se suscitan cambios en las
    prácticas de uso de la tierra.

  • Se reduce la disponibilidad de mano de obra en las
    zonas afectadas al provocarse éxodos hacia las
    ciudades u otras regiones.

  • La sequía aumenta la propensión a los
    incendios forestales, daña las plantas y especies
    animales.

  • Provoca efectos negativos sobre la calidad del aire
    (polvo, contaminantes).

  • Incide sobre la calidad del paisaje, incrementa la
    vulnerabilidad a la depredación (al concentrarse las
    especies cerca del agua), y pone en riesgo la
    biodiversidad.

La falta de preparación para enfrentar la
sequía puede agudizar los efectos sobre el medio. La
explotación irracional de recursos naturales,
deforestación y técnicas inapropiadas para la
conservación de suelos puede ser estimulada por un mal
manejo de la sequía.

Las sequías económicamente golpean a la
agricultura y los sectores relacionados como la pesca y la
forestación, pues depende del abastecimiento de aguas
superficiales y sub-superficiales.

Los reducidos ingresos para los agricultores, conducen
al desempleo, aumento en el riesgo en el crédito para
instituciones financieras, falta de capital y pérdida de
ingresos por impuestos.

El precio de los combustibles, energía y de otros
productos de primera necesidad aumenta conforme el abastecimiento
se va reduciendo. La producción hidroeléctrica
puede reducirse significativamente, por lo que la pérdida
total de ingreso se traduce en un buen indicador para la
evaluación de las sequías, debido a la
afectación por parte de esta a la mayoría de
sectores.

Según las estimaciones efectuadas por la FAO, han
muerto en Etiopia más de tres millones de cabezas de
ganado, terneros y vacas de leche, en el año 2000, lo que
representa en algunas zonas más del 90 por ciento del
total.

El impacto más negativo de la mortalidad del
ganado y de su mal estado corporal es la carencia de leche para
el consumo humano, en especial para los niños. Incluso
animales tradicionalmente resistentes a las sequías, como
los camellos, han muerto. Las cifras de mortalidad de los
camellos oscilan entre el 5 y el 10 por ciento, las de las ovejas
entre el 10 y el 20 por ciento. Además, un pequeño
número de animales en buen estado, alrededor de 40.000
bovinos, preferiblemente uno o dos por hogar, serían
trasladados a campos donde estarían asegurados el pienso,
el agua y los servicios veterinarios. Al final de la crisis los
animales volverían con sus propietarios.

La asistencia veterinaria, sobre todo para las ovejas,
cabras y otras especies, es también importante, ya que
serán fuente de alimentación e ingresos hasta que
la crisis se acabe y el número del ganado bovino se
estabilice". Las sequías pueden provocar una
disminución hasta de un 80 del peso corporal en los
bovinos, por falta de pastizales y agua.

La producción piscícola y de otras
especies acuáticas se ven afectadas por la
reducción considerable de los espejos de agua y de las
fuentes alimenticias obligando a la realización de
pesquerías urgentes para reducir la densidad de animales,
disminuyéndose la productividad de los embalses al tener
que comercializar anticipadamente en muchos casos los peces sin
que alcanzaran la talla y el peso establecido para cada
especie.

Los desastres tienen manifestaciones sobre los animales
que varían con el tipo de situación
catastrófica originaria (huracán, inundaciones,
sequías, epizoótias u otras) y se vinculan con el
grado de vulnerabilidad o de brechas presentes en las
instalaciones donde viven las especies, los sistemas de crianza y
las condiciones ambientales. Los daños que se producen se
pueden agrupar de la siguiente forma:

  • Daños directos sobre la alimentación y
    otras actividades vinculadas con la
    producción.

  • Daños sobre la salud, reproducción y
    producción de las especies.

  • Alteraciones inmediatas y mediatas sobre el medio
    donde viven los animales.

En muchos casos los encargados de ejecutar los proyectos
de desarrollo no se dan cuenta de la necesidad de analizar
preventivamente las posibilidades de ocurrencia de un desastre
para tratar de determinar las áreas o elementos en riesgo,
los problemas de vulnerabilidad y otros elementos que propician
la no ocurrencia de una situación
catastrófica.

Los desastres naturales, en particular sequías,
inundaciones y huracanes, provocan a menudo cambios
ecológicos que agravan o reducen el riesgo de enfermedades
transmisibles. Ello es particularmente aplicable a las
enfermedades de transmisión vectorial e
hídrica

Las sequías se consideran como uno de los
principales riesgos naturales del planeta. Sus efectos se
cuantifican en graves daños sobre al medio ambiente, la
economía o la sociedad.

Las sequías afectan a todos los sistemas,
naturales y artificiales, usuarios del agua. En este sentido, son
múltiples las facetas que las sequías tienen y muy
variados los daños que pueden producir, dependiendo de la
vulnerabilidad de cada sistema. Sin embargo, todas las afecciones
producidas tienen un origen común, encontrado en la
realización de un evento natural extraordinario, que se
repite con poca frecuencia en el tiempo, y provoca una
reducción en la presencia de agua, persistente y extenso.
Este fenómeno, dada la incapacidad para su
predicción, encuentra en el tratamiento estadístico
y estocástico de fenómenos aleatorios extremos su
vía natural de análisis.

Existe una metodología para la
caracterización estocástica de los eventos
hidrológicos extremos de sequía de acuerdo a su
naturaleza aleatoria. La metodología se basa en la
caracterización de las desviaciones persistentes extremas
de una variable aleatoria, con respecto a su régimen de
variación normal. Esta caracterización se
cuantifica en la forma de la frecuencia media de recurrencia, y
da lugar a la definición de un nuevo índice de
sequías: el Índice de Frecuencia de Sequías
(IFS). El índice permite el estudio y evaluación de
sequía sobre cualquier variable hidro-climática
aleatoria, en la que se manifieste el efecto de las
sequías.

La metodología se complementa con una
sistemática que permite el análisis de las
sequías en su desarrollo espacio-temporal, a través
de la elaboración de mapas de IFS. Ello hace posible
caracterizar, desde un punto de vista estocástico, la
realización de eventos de sequía, incorporando en
el análisis el carácter extraordinario manifestado
en su comportamiento persistente y extenso. El IFS no establece
en su definición el inicio y fin de las sequías,
sino que la caracteriza.

En estudios efectuados de las series de
producción de leche en un periodo de cinco años,
así como los indicadores reproductivos colectivos e
individuales de los rebaños ubicados en un área
amenazada por la sequía, mostraron que los valores
más bajos de producción de leche coinciden con los
meses en que se constata la sequía. Se observó
además que en estos meses los indicadores reproductivos
sufren una fuerte afectación, con la consiguiente
repercusión en la producción en meses posteriores
en los que puede ya no haber sequía.

Las sequías también ocurren
comúnmente en zonas que han sido inundadas anteriormente,
donde los suelos se han lixiviado de sustancias orgánicas.
Durante las sequías, el ganado pierde peso y eficiencia
reproductiva rápidamente. Estos dos problemas dan lugar a
una considerable pérdida económica y a una
disminución del suministro de alimentos para los seres
humanos.

Cuando el ganado bovino busca alimentos y agua en zonas
afectadas por la sequía hay probabilidades de que consuma
alimentos y agua que no son apropiados, que pueden provocar
enfermedades o agravarlas, causarle pérdida de peso
extrema y la muerte.

Los pozos y los bebederos que tienen poco agua pueden
tener mayores concentraciones de sal y otros solutos nocivos, lo
cual hace que el sabor del agua sea desagradable o que sea
peligroso beberla.

Las sequías han impactado en forma severa no
sólo la producción agrícola y ganadera, sino
también la generación de energía
eléctrica y el abasto de agua a ciudades y comunidades
rurales. Estos eventos, explica, provocan desplomes en la
producción nacional de alimentos.

5.2. IMPACTO DE LA SEQUIA SOBRE LA POBLACION
HUMANA.

Con respecto a los impactos sociales, las sequías
comprometen a la seguridad pública, la salud, problemas
entre los usuarios del agua y disminución de la calidad de
vida.

Las migraciones de la población afectada es un
problema significante en muchos países, el cual es
estimulado por la mayor cantidad de agua y comida en otros
lugares. La migración también suele ocurrir hacia
las zonas urbanas dentro del área afectada, las personas
rara vez regresan a sus hogares, privando a las zonas rurales de
recursos humanos necesarios para el desarrollo
económico.

En lo relativo a la salud, las sequías tienen
mucha importancia en la causa de la malnutrición y
hambruna, un problema muy significante a nivel
mundial.

Las sequías pueden tener un impacto sobre la
salud humana en los países en vías de desarrollo,
por sus efectos adversos sobre la producción alimentaria y
sobre la higiene, debido a la utilización del agua
fundamentalmente para la limpieza.

Las epidemias de malaria pueden producirse durante las
épocas de sequía como resultado de los cambios
geográficos causados por el vector de la
enfermedad.

La ONU denuncia que la sequía es una de las
principales causas de pobreza en el mundo y que está
empujando a las personas a emigrar de sus países. El
África sub-Sahariana, el Sahel y el Cuerno de
África son las zonas más afectadas del mundo.
Según algunas predicciones, más de 60 millones de
personas de esta zona emigrarán al Magreb y a Europa antes
de 2020.

Con el decusar de los años (1931 a 2004) en Cuba
se ha presentado una disminución de las precipitaciones,
afectándose las tres regiones (Occidental, Central y
Oriental) del territorio. Sigue observándose la
profundización de la sequía en la región
Oriente y Centro y su avance hacia el Oeste. La situación
general es desfavorable.

Ante la crítica situación del impacto de
las sequias se siguen tomando medidas de emergencia como el
espaciamiento de los ciclos de distribución del
líquido, mediante el suministro por camiones cisterna y la
perforación de nuevos pozos.

5.3. IMPACTO DE LA SEQUIA Y REPERCUSION EN EL MEDIO
AMBIENTE.

Los impactos ambientales son evidentes sobre el
daño que causan a las especies animales y vegetales, a la
calidad el agua y del aire. Pueden ocurrir perdidas de humedales,
lagos y vegetación.

Una sequía extendida puede conducir a la
desertificación, incendios forestales y vecindades, en
corto tiempo y a la degradación general de la calidad de
las tierras. Algunas veces los efectos son de corta
duración y pronto se puede regresar a condiciones normales
finalizada la sequía, pero otros impacto ambientales
persisten por mayor tiempo o pueden convertirse en
permanentes.

Las aguas subterráneas no escapan al impacto de
las sequías, pues a ellas se integran factores como el
ascenso del nivel medio del mar y la intrusión marina en
cuencas costeras.

En cuanto a la afección a las aguas
subterráneas, los acuíferos son especialmente
sensibles a las sequías de invierno pues en esa
estación es donde se produce la mayor parte de su recarga.
En primavera es menos importante porque la recarga es
mínima por el incremento de la evapotranspiración y
en otoño lo único que provoca es un retraso en la
recarga. No obstante, independientemente del volumen de las
lluvias, es fundamental la distribución temporal y
espacial de las mismas, si no se supera el umbral de recarga el
acuífero no recibirá agua por grande que sea la
precipitación.

5.4. REPERCUSION ECONOMICA DE LAS
SEQUÍAS.

En Cuba, por ejemplo, ocurrió una intensa y
extensa sequía de corta duración (abril –
junio, 1998), que afectó a todo el país, pero
especialmente las regiones Central y Oriental. Este evento,
solamente en la región oriental cubana, causó
pérdidas económicas elevadas. Desde entonces, todas
las primaveras de los años subsiguientes, han estado
sensiblemente afectadas por procesos de sequía.

La sequía que aquejó a Cuba en el
año 1998-1999 provocó afectaciones a la
producción animal, respecto a toneladas de carne, litros
de leche, miel de abejas, peces y huevos, así como de
viandas, dejando un saldo cuantioso en pérdidas de pesos.
Los efectos de la sequía sobre la salud animal comprometen
su explotación futura por lo que se requiere una
atención posterior para restablecer sus niveles
productivos anteriores.

En el periodo 1999-2000 en la republica de Kenya las
perdidas en la agricultura relacionadas con la sequía
representaron el 15 % de los daños, de los cuales el 10%
fue en cosechas y el 5 % en ganado.

Las
sequías y su ciclicidad

La sequía se presenta de manera recurrente, con
periodicidad inexacta y grados de intensidad diferentes en los
países Centroamericanos.

El problema de la sequía no es exclusivo de un
sector, y para enfrentarla se requiere de la convergencia de
esfuerzos institucionales. Por ejemplo, el problema de agua
escasa para atender múltiples usos (agua potable para
consumo humano, consumo animal, demanda hotelera, uso
agrícola, uso en la generación de energía,
etc.) conviene que sea tratado de forma integral, sobre todo en
las áreas críticas.

Como debemos
accionar para mitigar el perjuicio de las
sequías

Para analizar mejor el fenómeno de la
sequía en una región geográfica con
características meteorológicas comunes o
estrechamente asociadas, es conveniente emplear técnicas y
procedimientos similares o compatibles que permitan apreciar y
comparar aceptablemente los efectos de los distintos procesos
causantes de la misma, particularmente sobre las lluvias. Un
control sistemático de los procesos meteorológicos
asociados amplía considerablemente la capacidad de
vigilancia operativa de la sequía, como parte de un
sistema integrado en el contexto de la vigilancia del
clima.

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