Primera Parte: La Leyenda de
Siegfried
Segunda Parte: La Venganza de
Kriemhild
Kalevala, la epopeya nacional
De Finlandia
La Saga de Völsung
Se reconoce por este nombre a la redacción en
prosa realizada por un escritor noruego cuyo nombre se desconoce,
basada en diez cantos de la Edda Mayor, algunos con
forma de monólogo y otros conforma de diálogo, en
los que se narra una larga y trágica historia que abarca
múltiples regiones geográficas y se desarrolla a lo
largo de múltiples generaciones.
La Völsunga Saga fue redactada en
Noruega o Islandia entre el siglo XII y el XIII. En el primero y
último capítulos, se ve a un hombre de barba gris
con un sombrero sobre los ojos y embozado. Este hombre es
Odín que abre y cierra la fábula
durante la cual muchos hombres nacen y mueren. Es un dios, ajeno
a las idas y venidas de las vidas humanas, quien une principio y
final. Los principales hechos que se narran son los
siguientes.
Völsung, Sigmund Y
Sinfjotli
El noble y fuerte Völsung es
descendiente de Odín, ya que es hijo de
Rerir y éste lo es, a su vez, de
Sigi, cuyo padre fue el rey de los dioses.
Völsung reinó en el país de
los hunos, como su padre; se casó con
Hljod, la hija de un gigante, con la que tuvo
once vástagos. Los dos mayores se llamaron
Sigmund y Signy, los cuales
además de ser los más bellos e inteligentes, eran
gemelos.
Völsung mandó construir un
salón tan enorme que, dentro de él, crecía
un gran árbol de manzano. Siggeir, rey de
Götaland (Suecia), pidió la mano de
Signy y se arregló un matrimonio que no
agradaba a la novia. Durante el banquete nupcial, apareció
un enigmático personaje: un anciano alto, tuerto, cubierto
por una capa raída (Odín,
naturalmente) y llevando en la mano una espada que hundió
en el tronco del árbol declarando que era excelente y
pertenecería a aquél que pudiera sacarla. Todos los
invitados lo intentaron, pero sólo Sigmund
lo logró. Siggeir quiso comprarla, pero el
hijo de Völsung se negó a ello, con
lo que nació la enemistad entre las dos
familias.
Siggeir puso fin al banquete de bodas
antes de tiempo y regresó a sus tierras llevando a
Signy contra su voluntad, pero invitando a
Völsung y sus demás hijos a visitar
su reino en un plazo de tres meses. Al llegar,
Signy les avisó de la traición que
se fraguaba contra ellos: su marido había reunido un
poderoso ejército para aniquilarlos. Pero el orgullo y la
aceptación del destino pudieron más que la
advertencia y se entabló una batalla desigual en la que
Völsung cayó junto con su
ejército, a la vez que todos sus hijos eran hechos
prisioneros.
Por sugerencia de Signy, no se dio
muerte inmediata a sus hermanos sino que fueron colgados de un
tronco por los pies y abandonados en un bosque. Cada noche, una
loba llegaba junto a ellos y se comía a uno, hasta que
sólo quedó Sigmund. Entonces,
Signy envió a un criado al que
mandó restregar un terrón de miel por la cara y la
boca de su hermano. Al llegar, la loba olfateó la miel y
metió su lengua en la boca de Sigmund, lo
que éste aprovechó para mordérsela; el
animal dio un gran salto hacia atrás y partió el
tronco en dos; así se pudo liberarse
Sigmund, mientras la loba moría con la
lengua arrancada, y refugiarse en el bosque donde le
encontró Signy. Juntos planearon la
venganza.
El rey Siggeir tenía dos hijos
con Signy a los que ésta envió
junto a su hermano para ver si podían ayudarle, pero ambos
resultaron ser débiles, por lo que Sigmund
los mató. Entonces Signy decidió
que sólo un hijo de Sigmund sería
lo suficientemente fuerte y valeroso para ayudarle en la
venganza, así que intercambió su forma con la de
una hechicera y pasó tres noches con su hermano.
Así llegó a ser madre de Sinfjotli
que demostró ser un auténtico
Völsungo, valeroso, bello y
fuerte.
Aun desconociendo su origen, Sigmund se
propuso templar el valor de Sinfjotli,
recorriendo con él el bosque y matando todo lo que se
ponía a su alcance. Después del periodo de
entrenamiento para la lucha en el bosque, Sigmund
y Sinfjotli estarán preparados para la
venganza contra Siggeir. Entran en su palacio,
degollan a sus hijos, son apresados y enterrados vivos; pero,
Signy, antes de que la tumba fuese totalmente
sellada con una losa, les arroja una gavilla de heno que esconde
un trozo de tocino que sirve para disimular la espada de
Sigmund. Con ella, cortaron la losa y se
liberaron. Entonces quemaron el palacio de
Siggeir que ardió vivo junto con
Signy, quien, después de descubrirle a
Sigmund el secreto de su paternidad, se
arrojó al fuego.
Padre e hijo regresaron a las tierras de sus ancestros
donde Sigmund se convirtió en un rey
poderoso y se casó con Borghild con quien
tuvo dos hijos: Helgi y
Hamund.
Sinfjotli y Hamund se
enamoraron de la misma mujer. El dilema se resolvió con
una lucha en la que el Völsungo mató
a su rival. Cuando volvió a las tierras de su padre,
Borghild exigió su destierro, pero
Sigmund anuló esta orden cambiando el
exilio por una indemnización de oro y otras riquezas.
Entonces, Borghild celebró un funeral en
el que se vengó de a su hijastro Sinfjotli
dándole a beber cerveza envenenada.
La Bella Hjordis
Borghild fue desterrada y
Sigmund se fue al sur de Dinamarca en donde se
encontró con el rey Eylimi, quien
tenía una hija llamada Hjordis.
Sigmund se enamoró de
Hjordis, pero ella también era pretendida
Lyngvi. La joven prefirió a
Sigmund, por ser, aunque ya casi anciano, el
más ilustre. Mientras los nuevos esposos regresaban a la
patria de Sigmund en Hunaland, el
despechado Lyngvi, junto con sus hermanos,
reunió un poderoso ejército para tomar venganza.
Sigmund se dispuso a la lucha, pero, antes,
envió a Hjordis al bosque, con una sierva
y el gran tesoro real.
Aunque Sigmund ya era viejo y su hueste
inferior en número, iba ganando la batalla. Entonces, en
plena lid, apareció un sobrenatural guerrero cubierto por
un casco de oro y una maya azul (el color escandinavo del luto);
llevaba una lanza en la mano y era tuerto (naturalmente es
Odín). El desconocido retó a
Eylimi y a Sigmund; el primero
fue derrotado fácilmente y aunque Sigmund
dio dura batalla, también sucumbió y su espada
Gram se partió en dos al chocar con la
lanza de Odín.
Aquella noche, Hjordis fue hasta el
campo se batalla y encontró moribundo a
Sigmund, quien le entregó los trozos de su
espada e intentó consolarla: un día
Gram ("batalladora") sería reforjada y
empuñada por el hijo de ambos, el más glorioso de
los héroes mientras durara el mundo. Con el tiempo,
Hjordis se casó con el rey vikingo
Alf; ya había dado a luz a un niño
de penetrantes ojos: Sigurd, el hijo
póstumo de Sigmund.
Helgi
Helgi tiene la sangre de los
Völsungos, al nacer de
Sigmund y de su primera esposa
Borghild. Cuando Helgi era
todavía joven, fue en una expedición con
Sinfjotli, y atacó y mató al rey
Hunding. Los hijos de Hunding se
sintieron humillados, y cuando Helgi se
negó a pagar el precio de sangre, juntaron un
ejército y combatieron contra él. Fueron derrotados
pocos hundingos quedaron con vida. Al regresar de la batalla,
Helgi se encontró se encontró con
una fiesta de mujeres, una de las cuales era
valkyria e hija del rey Sigrun.
Éste busca el auxilio de Helgi para que
impida el matrimonio de su hija con el rey
Hoddbrodd que le ha impuesto su familia, pero al
que no ama. Helgi reúne todo un
ejército, atacó y destruyó a su enemigo con
la asistencia de las valkyrias de
Sigrun.
Helgi toma posesión de las
tierras conquistadas, se casa con la valkiria, se
instala con Sigrun y no se vuelve a oír
más de él en la Völsunga Saga,
aunque el Helgakvidha Hundingsbana II (Segunda trova de Helgi,
asesino de Hunding) menciona que Dag, hermano de
Sigrun, mata a Helgi, quien se
dirige al mundo de los muertos; luego sale del túmulo
donde es inhumado y se entrevista con su esposa. La
valkirias acaba muriendo de pena pero ambos se
reencarnan.
El Tesoro de Andvari
En una expedición a Midgard,
Odín, Hoenir y
Loki llegan a una cascada y este último
mata con una piedra a una nutria que se estaba bañando.
Por la noche, hospedados en casa de un granjero llamado
Hreidmar le muestran la piel.
Allí son atados de pies y manos por los hijos de
Hreidmar, Reginn y
Fafnir, ya que la nutria era realmente su hermano
Otter, que había tomado esa forma para
pescar. Odín protestó su inocencia
alegando que no se les habría ocurrido ir a la granja si
hubieran sabido que la nutria era el hijo del granjero.
Hreidmar puso precio a esa muerte y exige a los
dioses que cubran con oro la piel de Otter por
dentro y por fuera.
Loki se propone buscar el oro para
liberar a sus companeros y vuelve a la cascada, bajando por un
laberinto de húmedos túneles hasta un lago
subterráneo, donde con una red pesca un gran lucio. Este
pez realmente es el enano Andvari, que custodia
un tesoro, el cual había conseguido con ayuda de su anillo
Andvaranaut, que detectaba el oro. Asustado por
las terribles amenazas de Loki, el enano acabo
entregando el inmenso caudal de oro. No obstante, intento
quedarse con el anillo para poder así reconstruir su
tesoro, pero el dios le obligo a que también se lo diese
por lo que el enano se puso furioso. Antes de que
Loki tome el tesoro, Andvari lo
maldice y augura que quienes lo posean morirán.
Para ti el oro, un gran rescate
Por mi vida se te da.
A tu hijo nunca le seguirá la
fortuna.
Esto a ámbos la muerte
traerá.
La Leyenda de Sigurd
Los dioses pagan el rescate pero
Hreidmar se niega a compartirlo con sus hijos.
Por ello, mientras duerme, Fafnir lo mata y se
adueña del tesoro tomando forma de dragón para
custodiarlo. Reginn se marcha a trabajar a
Dinamarca, en la corte del rey Hjalprek. El rey
le pide a Reginn que eduque al joven
Sigurd (Siegfried), que
había sido encontrado en la selva donde fue criado por una
cierva.
Reginn le enseñó a
Sigurd las habilidades propias de un
príncipe, aprendió a jugar al ajedrez, el arte de
las runas y a hablar múltiples lenguas. El rey le dio la
libertad para escoger entre sus caballos. Un anciano con barba
(obviamente, Odín) se presentó ante
Sigurd y le aconsejó seleccionar un
caballo extraordinario llamadi Grani (hijo de
Sleipnir, el corcel de
Odín). Reginn forja la
espada Gram, que acompañará siempre
a Sigurd. Esta espada es capaz de cortar en dos
un yunque de un sólo golpe y tan afilada que corta una
hebra de lana dentro del agua.
Instado por Reginn que deseaba venganza
contra su hermano Fafnir, y ansiaba recuperar el
tesoro, Sigurd mata al dragón montando a
Grani. Entonces Reginn le pide a
Sigurd el corazón del dragón y
éste se lo arranca y al entregárselo a
Reginn se lleva la sangre a los labios. Con este
gesto logra comprender el lenguaje de los pájaros y
éstos le advierten de la intención que tiene
Reginn de matarlo, por lo que empuña a
Gram para matar a su forjador.
Ahí está Sigurd salpicado de
sangre.
Está asando el corazón de Fafnir en el
fuego.
Ese cabeza de chorlito me parecería
más listo
si comiera el brillante corazón de la
serpiente.
Los pájaros también le dicen a
Sigurd que en el sur hay una
valkiria que duerme en un castillo cercado por
las llamas. El héroe cabalga hasta allí, tras
guardar el tesoro en dos cofres, y despierta a
Brunnhild que había sido encantada por
Odín quién le había clavado
la espina del sueño. Lo hizo como castigo por haber
concedido la victoria a un guerrero joven en vez de al anciano
como debía. Por ello ya no podría ir como sus
compañeras repartiendo la victoria por los campos y
tendría que casarse con un mortal.
Brunnhild le enseña a
Sigurd runas para curar heridas, triunfar en el
combate, serenar los mares y ayudar en el parto a las mujeres.
Sigurd la abandona tras comprometerse con ella a
volver para desposarla.
Sigurd llega a la corte de
Gjuki, gobernada por la hechicera
Grimhild, y cuya hija Gudrun era
muy bella. La reina hace beber un filtro mágico a
Sigurd y bajo su efecto se casa con
Gudrun. El hermano de Gudrun,
Gunnar desea casarse con
Brunnhild, quien ha jurado que sólo
dará su mano al hombre que consiga atravesar el muro de
fuego de su castillo. Sigurd y
Gunnar llegan hasta el muro de fuego y el caballo
de Gunnar se resiste a atravesar las llamas y
también el caballo de Sigurd al ser
montado por Gunnar. Entonces
Sigurd toma la apariencia de
Gunnar y cabalga entre las llamas. Al otro lado,
duerme durante tres noches con Brunnhild y le
recuerda su juramento.
En la tercera noche intercambian anillos pero en el
lecho Sigurd no toca a Brunnhild
e interpone entre los dos la espada. Esta forma de actuar es una
metáfora del honor del héroe. Un día
mientras Brunnhild y Gudrun se
bañaban juntas en el río, disputan sobre
cuál de las dos tiene el mejor marido, y en medio de la
discusión Gudrun le revela que fue
Sigurd quien atravesó el muro de fuego y
no Gunnar y para demostrarlo le muestra el anillo
que Brunnhild le había dado a
Sigurd en la tercera noche.
Brunnhild vuelve a casa y amenaza a
Gunnar con abandonarlo si no da muerte a
Sigurd.
Regresaré de nuevo a donde solía
estar,
viviendo junto al linaje de mi
padre.
Allí me estableceré y dormiré
el resto de mi vida,
Salvo que hagas segura la muerte de
Sigurd,
salvo que te conviertas en el príncipe
más grande.
El hijo de ambos, Guttorm es el
encargado de llevara cabo la tarea, pues Gunnar
considera a Sigurd como un hermano de sangre.
Para volver a su hijo más feroz, Brunnhild
lo alimenta con carne de serpiente y de lobo. En los dos primeros
intentos de acabar con Sigurd,
Guttorm no puede resistir la mirada del
héroe, pero en la tercera ocasión lo sorprende
dormido y lo atraviesa con una estocada, aunque a su vez es
matado por Sigurd. Gudrun que
dormía en el hombro de Sigurd se despierta
bañada en sangre y sus gemidos provocan la risa de
Brunnhild. Una vez muerto Sigurd,
Brunnhild descubre que no puede sobrevivirlo y le
pide a Gunnar una última voluntad y, llena
de remordimiento, se apuñala. Su deseo final era yacer en
la misma pira que Sigurd con la espada entre los
dos, como en los días de antaño.
La Venganza de Gudrun
Años después, Gudrun toma
la poción de su madre y se desposa con
Atli (Atila), rey de los hunos.
Atli quiere conseguir el tesoro y con
ánimos de traicionarlos invita a su reino a
Gunnar y a su hermano Hogni.
Éstos ocultan el tesoro en el Rin y pese a las
advertencias de Gudrun y los sueños
premonitorios de las mujeres, emprenden el viaje. Al llegar a
tierra de Atli, caen prisioneros tras un duro
combate. Llevado ante la presencia de Atli,
Gunnar es conmidado a decir donde se ocultaba el
tesoro, pero él se niega a hablar en tanto que
Hogni viva.
"Sólo yo sé dónde está
el oro;
ahora Hogni no te lo puede decir.
Tenía dudas cuando vivíamos
ambos,
pero ahora la decisión
sólo está en mis
manos.
El Rin se llevará el oro
antes
que los hunos lo puedan
tener entre sus manos".
A Hogni le arrancan el corazón y
Gunnar es arrojado a un foso con serpientes, pero
no logran arrancarle confesión de dónde se
encuentra el tesoro. Gudrun que no vengó
la muerte de su marido, si decide vengar la de sus hermanos. Para
ello se reconcilia fingidamente con Atli y
prepara un festín funerario. Antes de la fiesta, mata a
los dos hijos que había tenido con él y mezcla su
sangre con el vino de Atli y hace que coma de sus
corazones asados y beba la mezcla de sangre y vino en sus
cráneos. Tras la comida, le dice la verdad sobre el vino y
la carne. Esa noche Gudrun da muerte al rey de
los hunos y prende fuego al castillo.
Esta dramatización de la muerte de Atila,
concuerda con la que refiere Jordanes, el historiador del siglo
VI, según la cual Atila agregó a su larga lista de
mujeres una hermosa doncella llamada Ildico. La boda se
celebró con grandes pompas y el monarca tras la cena,
vencido por la abundante comida y el vino se retiró al
lecho nupcial a altas horas. Sus sirvientes le dejaron intimidad
y que descansara hasta la mañana siguiente, pero alarmados
por el excesivo silencio y tras intentar despertar a Atila a
gritos, entraron en el aposento real. Allí se encontraron
a la doncella al pie de la cama, cubriendo su rostro con un velo,
lamentando la muerte del rey que había fallecido durante
la noche. Esta escena ocurrió hada el año 450, y
ocho siglos después un hombre noruego la evoca y
transforma en la Völsunga Saga.
Las penas de Gudrun no habían
acabado aún. Su hermana Svanhild fue
casada con el anciano rey Iormunrek. Él
sospechaba que le era infiel e hizo que fuera pisoteada bajo las
pezuñas de sus caballos. Vengándola, los hijos de
Gudrun cogieron a Iormunrek en su
castillo y le cortaron los brazos y las piernas. Antes de morir,
gritó a sus hombres que apedreasen a sus atacantes hasta
la muerte, y de esta manera ellos también perecieron. La
herencia de Fafnir, el oro maldito, quedó
escondida en el Rin, sin que nadie pudiese encontrarla.
Sólo las ondinas sabían su
paradero.
El Cantar de los Nibelungos
Esta historia épica es para los alemanes
equivalente al cantar del Mio Cid para los
españoles, o el cantar de Roldán para los
franceses. Presenta una enorme diferencia ante la
tetralogía operística de Richard Wagner del mismo
nombre, a pesar de que esta última se basa por completo en
ella. Es otra versión del relato la historia
trágica del tesoro de Andvari,
también llamado Alberich, junto con la
narrada en la Völsunga Saga.
El cantar de los Nibelungos fue escrito
en Austria a principios del siglo XIII por lo que el poema
alemán se supone un poco anterior en el tiempo. Narra sin
embargo hechos de una etapa posterior en la evolución de
la saga. Tiene un carácter muy distinto a la
Völsunga Saga. En aquella el ámbito
era bárbaro, predominando la guerra y la mítica. En
la versión germana se prefiere un ambiente
romántico y cortesano. Esta formada por 39 cantos, y se
cree que pertenece a un juglar austríaco. Las estrofas
están formadas por cuatro versos largos con rimas
pareadas, encontrándose en ocasiones rimas interiores. La
obra tiene dos partes: la leyenda de Siegfried
(Sigurd) y la venganza de
Kriemhild.
El Pueblo de los
Nibelungos
Los Nibelungos, pueblo
antiquísimo y guerrero, eran una raza de enanos
denominados así por el nombre de su rey
Nibelung (hijo de la niebla, oscuridad del mundo
subterráneo). Conocían a la perfección los
bosques profundos y apartados. Se dedicaban a la minería y
localizaban y custodiaban la entrada de las importantes vetas de
oro y los yacimientos de piedras preciosas. Estuvieron en
posesión de grandes riquezas ("el tesoro de los
Nibelungos") de las que Siegfried se apodera
después de haber matado a los reyes
Schilbung y Nibelung y vencido al
enano Alberich, que habitaban en un castillo
subterráneo, entre las rocas, adornado con gemas y metales
preciosos.
Entonces los guerreros de Siegfried
adoptan el nombre de los vencidos. Cuando tras el asesinato de
Siegfried el tesoro pasa a manos de los
burgundios, estos últimos toman a su vez el nombre de
Nibelungos, conservándolo durante todos
los poemas heroicos de la Edad Media.
Primera Parte: La Leyenda de
Siegfried
Kriemhild, la hermana de tres reyes
llamados Gunther, Giselher y
Gernot, es la doncella más hermosa de la
ciudad de Worms, ubicada sobre el Rin. Un
día sueña con su halcón favorito que es
destrozado por dos águilas. Su madre interpreta que este
sueño representa a un hombre que Kriemhild
va a tener y perder. Este hombre es Siegfried, el
más valiente de los caballeros, que había ganado el
tesoro de los Nibelungos maldecidos por ellos en
el momento de morir, la formidable espada Balmung
y la Tarnkappe, una capa que tenía la
propiedad de hacer invisible a quien la vistiese.
Siegfried se encamina a
Worms con su séquito tras saber de la
existencia y la hermosura de Kriemhild.
Está durante un año sin llegar a verla hasta que
cierto día, al regresar de la guerra victoriosa en la que
ha sometido a los dos reyes antes citados, se ven durante una
fiesta en palacio. Siegfried queda tan embelesado
con su belleza, que parece una figura dibujada en pergamino por
la destreza de un maestro.
Gunther, que era el rey de los
burgundios ofrece a Siegfried la mano de su
hermana, con la condición de que lo ayude a conquistar a
Brunnhild, especie de valkiria y
reina virgen de Islandia, quien tiene fama de someter a sus
pretendientes a unas duras pruebas, hasta encontrar un marido
luchador y dotado de fuerzas físicas especiales, que sea
capaz de vencerla en combate.
Tras doce días navegando,
Siegfried y Gunther llegan al
castillo de Isenstein. Estando allí,
Siegfried se viste con la
Tarnkappe y ejecuta proezas que mientras tanto
Gunther simula hacer mediante gestos.
Brunnhild arroja una piedra que no podrían
levantar ni siete hombres y salta más allá de la
piedra. Siegfried arroja la misma piedra
aún más lejos y luego salta llevando en sus brazos
a Gunther que parece ser quien salta en realidad.
Brunnhild se da por rendida.
Acude un gran número de vasallos al castillo para
felicitar a la reina por su próxima boda,
Hagen, el astuto consejero de
Gunther teme una traición, y comunica a
Gunther que Siegfried no es de
fiar. Siegfried entonces busca refuerzos en el
país de los Nibelungos donde reinaba.
Llega allí en un sólo día, cuando otros
hombres no hubieran llegado ni en cien días con sus
noches. Regresa con mil guerreros que dejan asombrados a los
subditos de Brunnhild. A continuación
Siegfried se gana la confianza de
Gunther al ayudar a los burgundios en su batalla
contra los sajones.
En Worms se celebran las dos bodas al
mismo tiempo: la de Gunther con
Brunnhild, y la de Kriemhild con
Siegfried. Pese a todo, Kriemhild
se niega a cumplir su deber conyugal y Gunther
recurre de nuevo a Siegfried y su capa
mágica, siendo éste quien logra seducirla. De este
hecho, Siegfried guarda un anillo que regala a su
esposa contándole lo acaecido.
Siegfried lleva a
Kriemhild a su país. Tras diez años
regresan y Brunnhild y Kriemhild
disputan sobre quien entrará primero en la catedral. En su
enfado, Kriemhild revela a la reina que fue
Siegfried quien realmente la conquistó y
para demostrarlo le muestra el anillo. Brunnhild
para vengarse del engaño decide que
Siegfried debe morir. Hagen
solicita ser quien se encargue de dar muerte a
Siegfried, y fácilmente obtiene el
consentimiento de Gunther al destacar que, aunque
Siegfried no es más que un vasallo, es
considerado por todos superior al propio rey.
Siegfried era invulnerable desde muy
joven por haber comido del corazón del dragón
Fafnir y haberse bañado en su sangre,
excepto en un punto entre los hombros que la sangre no
bañó, pues allí le cayó una hoja de
tilo.
Gunther organiza una cacería y
Hagen se adelanta para ocultarse en el bosque y
poder cometer el asesinato. Siegfried mata un
jabalí, un león, un bisonte, cuatro toros y un oso,
y cuando se arrodilla para beber junto a una fuente, en
Odenwald, Hagen lo apuñala
entre los hombros. Antes de morir, Siegfried
derriba a Hagen y luego cae entre las flores.
Hagen toma el cuerpo y lo deposita en la puerta
de la catedral, donde Kriemhild asistía
todos los días a la primera misa, para que ella lo
encuentre al amanecer. Durante tres días y tres noches,
Kriemhild vela a Siegfried,
sospechando de Hagen, pues una vez le
había revelado el secreto de la vulnerabilidad de su
esposo. Para asegurarse, la viuda hizo desfilar a todos los
nobles de la corte ante el ataúd abierto de
Siegfried. Cuando le tocó el turno a
Hagen, la herida se abrió y brotó
la sangre acusadora. Al llegar al sepulcro,
Kriemhild besa el cadáver y promete
aplazar su venganza para el momento adecuado.
Kriemhild recibe el tesoro de los
Nibelungos de manos de Gernot y
Giselher. Inmediatamente lo reparte entre pobres
y ricos, ya que el tesoro era de una cualidad tal que no puede
agotarse ni disminuirse aunque se comprara con él el mundo
entero. Hagen teme que con este gesto
Kriemhild se gane el favor de la gente y de
acuerdo con Gunther se apodera del tesoro y lo
hunde en el Rin.
Segunda Parte: La Venganza de
Kriemhild
Trece años después, Etzel
(Atila) el rey de los hunos, solicita por medio
de Rudiger la mano de Kriemhild.
Ésta acepta la propocisión con el proposito de
vengar la muerte de Siegfried. Viaja a
Etzelnburg y le da un hijo al rey, llamado
Ortlieb. Pasan otros trece años y
Kriemhild invita a sus hermanos a
Etzelnburg. Hagen intenta
disuadirlos pero estos insisten en ir.
Al atravesar el Danubio, se encuentran a
Sigdind, una ondina quien
profetiza que salvo el capellán todos van a morir. Para
romper la profecía Hagen arroja al
capellán por la borda pero éste se salva.
Hagen acepta por cierta entonces la
profecía y cuando llegan a la otra margen, en
Etzelnburg incendia la nave.
Una vez allí, Kriemhild pregunta
a Hagen si ha traído el tesoro y
éste responde diciendo que ha traído su espada y su
escudo. Hagen y Gunther se han
hecho acompañar de mil guerreros que combaten con mil
hunos que tratan de sitiar la casa donde, están alojados.
Los hunos finalmente prenden fuego a la casa y los guerreros
atormentados por la sed, beben de la sangre de los muertos.
Kriemhild ofrece llenar de oro el escudo de quien
consiga traerle la cabeza de Hagen. La batalla
prosigue hasta que finalmente de los sitiados solo quedan con
vida Gunther y Hagen. Quien los
vence finalmente es Dietrich von Berne (Teodorico
de Verona) que se los entrega atados a
Kriemhild.
Hagen mantiene una actitud leal a su
señor y afirma que no revelará el paradero del
tesoro mientras viva su rey, por lo que Kriemhild
hace decapitar a Gunther. Tomando la cabeza por
los cabellos, Kriemhild la presenta a
Hagen. Éste dice entonces que sólo
Dios y él saben ya donde está el tesoro. Entonces
Kriemhild empuña Balmung,
la espada de Siegfried y le corta la cabeza de
Hagen. Horrorizado por tanta crueldad,
Hildebrand, uno de los caballeros de
Dietrich mata a
Kriemhild.
La primera mitad de las aventuras, es de inferior
calidad a la parte correspondiente de la Völsunga
Saga. En la segunda mitad, se erige la figura de
Hagen también nombrado en otros textos
como Hagen von Tronege, o Hagen de
Troya. Es un personaje que encarna la lealtad, cualidad muy
importante para los germanos, entendida como una relación
personal, que no esta reñida con el crimen, el
engaño y la traición. Hagen es leal
a su señor Gunther, y siente celos de su
fama. Esta lealtad le permite asesinar a
Siegfried sin ningún menoscabo para su
honor. Es de destacar también el significado de la
fábula, en cuanto a la venganza de
Kriemhild para su marido. En la
Völsunga Saga, Gudrun venga
a sus hermanos pero no a su marido. Para los germanos el
vínculo romántico del matrimonio es más
valioso que el antiguo vínculo mítico de la
sangre.
El Poema de Beowulf
Beowulf o Beovulfo es
una epopeya anónima anglosajona inspirada en una leyenda
danesa, redactada en versos aliterados, entre los siglos VIII y
X. Tiene, en algunos de sus episodios, cierto parentesco con
muchos de los cantos mitológicos y con las sagas. Narra
las aventuras del héroe llamado Beowulf,
al igual que el poema, y sus combates contra varias bestias
demoníacas. Está dividido en tres partes
principales, según los monstruos a los que
Beowulf combate: Grendel, la
madre de Grendel en el lago, y el
dragón.
El Beowulf se desarrolla a lo largo de
3.182 versos sobre todo en la región danesa de Zelandia,
aunque también se citan pequeños reinos y tribus de
otras áreas de Dinamarca, Suecia, Alemania, Polonia y los
Países Bajos. Algunos de los personajes que cita a lo
largo de su poema también son citados en otros textos
contemporáneos, como es el caso del rey anglo
Offa, que aparece en el "Widsith", o
Hengest, que lo hace en el "Finnesburh"
y que pudiera ser el mismo que acompañó a
Horsa en el siglo V tras ser invitado por el rey
Vortigern (antecesor de Uther
Pendragon y el rey Arturo) para combatir
a los pictos que cada verano bajaban a saquear sus tierras desde
el norte escocés.
El Viaje a Dinamarca
Al principio del poema se hace un recuento de los
ancestros del rey danés Hrothgar,
comenzando por su bisabuelo Shild. Se
decía que Skeaf, el padre de
Hrothgar, de niño había aparecido
misteriosamente un día en las costas de Dinamarca, dentro
de un bote recostado sobre una gavilla de trigo y rodeado de una
gran cantidad de armas y joyas. Los lugareños proclamaron
rey al niño debido al acontecimiento
prodigioso.
Después de muchos años
Skeaf sintió que la muerte se le
aproximaba. Entonces ordenó a sus súbditos que
preparen para él un bote cargado de oro y joyas, y pongan
su cuerpo agonizante, tras lo cual le prendan fuego antes de
lanzarlo a la deriva. Así desapareció
Skeaf, de la misma forma como había
llegado.
Al igual que su padre, Hrothgar se
convirtió en un rey respetado por su pueblo y durante su
vida fue un gran guerrero que llegó a conquistar muchos
tesoros. El rey, ya viejo, dueño de su gran fortuna,
ordenó construir una lujosa mansión, a la que
llamó Heorot (Palacio de la Victoria).
Cuando estuvo terminada, ofreció un banquete suntuoso, al
que fueron invitados los grandes señores de la
región. Cuando la fiesta terminó, todos se
retiraron excepto el cuerpo de guardia del rey, que tenía
allí su alojamiento.
A la mañana siguiente, encuentran el salón
manchado de sangre y ningún rastro de los hombres;
sólo unas pisadas que se dirigen hacia una cercana laguna.
Nada más oírlo, Hrothgar supo que
se trataba de Grendel, un monstruo que fue
expulsado hace tiempo por un mago. Por algún terrible
motivo ha regresado y continúa sus fechorías,
aterrorizando y devorando a los daneses.
Sintiéndose ya muy viejo,
Hrothgar promete una generosa recompensa para
quien se ofrezca a librar a la región de aquel monstruo.
Diez de sus hombres pernoctan en el salón y corren la
misma suerte que sus companeros. Un trovador huido al reino de
los geates o jutos (los
pre-vikingos daneses), relata los hechos en la corte del rey
Hygelic, que está acompañado por su
sobrino Beowulf. Éste, inmediatamente
decide partir al reino de Hrothgar,
acompañado de 14 de sus mejores guerreros.
Grendel y Su Madre
Al llegar Beowulf, el rey le
ofreció un suntuoso banquete de bienvenida. Una vez
retirados todos, el héroe ordenó dormir a sus
hombres; sólo él permanecería despierto y
vigilando. Cuando Grendel se presenta lo hace
sigilosamente y destroza y devora a uno de los guerreros.
Inmediatamente Beowulf se enfrenta a él y,
tras una desesperada lucha consigue arrancarle un brazo.
Grendel, huyó hasta su escondite donde
murió desangrado. A manera de un sangriento trofeo, el
enorme brazo del mostruo fue colgado de la parte más alta
del salón principal de Heorot y se celebra
un gran festejo en honor del héroe.
A la madrugada, la madre del monstruo (su nombre
jamás se menciona), llena de pena y de rabia por la muerte
de su hijo, ataca ella misma el palacio y devora a un guerrero
dormido, Askher, amigo muy querido del rey, sin
que pudiera dar la alarma. Cuando amanece los acontecimientos
quedaron a la vista. Beowulf se ofrece ir en
busca de esta nueva amenza y emprendió su camino siguiendo
el rastro de sangre hasta a las aguas de una laguna
lejana.
Beowulf se zambulle hasta llegar a un
refugio acuático donde se respiraba oxígeno, como
en la superficie, e incluso estaba iluminado por una tenue
hoguera. Allí Beowulf se topa cara a cara
con la madre de Grendel, que tiene el aspecto de
una voluptuosa mujer. Inicialmente el héroe se deja
seducir por los placeres de la carne, pero luego reacciona y
empieza una terrible y desesperada lucha, pues este monstruo era
aun más terrible que Grendel.
En el fragor del combate, Beowulf pierde
su fiel espada pero descubre que en las paredes de la cueva
había una magnífica espada que, debido a su
tamaño y peso, había sido forjada por gigantes.
Empleando toda su fuerza, Beowulf consigue
dominar el arma, algo que difíclmente hubiese podido hacer
otro mortal, y con ella consigue eliminar a la madre de
Grendel cortándole la cabeza. Tras lo cual
regresa triunfante a la corte de
Hrothgar.
En la novela, el monstruo Grendel y su
madre, posibles seres primigenios que se ven en la necesidad de
defender sus territorios ante la invasión de los seres
humanos, serán convertidos en una tribu neandertal, un
eslabón perdido que se dedica a matar y devorar hombres
por la noche (algunos antropólogos aseguran que pudieron
pervivir grupos aislados de neandertales hasta épocas tan
relativamente recientes como la Edad Media).
Página siguiente |