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Mitología Nórdica 2. Odín y Frigg (página 2)



Partes: 1, 2

Hlin

Hlin, la segunda asistenta de
Frigg, era la diosa de la consolación, a
la que enviaba para que secara las lágrimas de los que
lloraban y derramara bálsamo sobre los corazones encogidos
por el dolor y el sufrimiento. Ella también escuchaba con
oídos siempre atentos las oraciones de los mortales,
comunicándoselo a su señora y aconsejándole
a veces sobre el mejor modo de contestarlas y conceder el
consuelo deseado.

Gna

Era la veloz mensajera de Frigg. Montada
sobre su rápido corcel Hofvarpnir, viajaba
con maravillosa velocidad a través del fuego y el aire,
sobre la tierra y el mar y por tanto era considerada como la
personificación de la brisa refrescante. Viajando de
acá para allá de esta manera, Gna
veía todo lo que sucedía sobre la Tierra,
contándoselo después a su señora.

En una ocasión, mientras pasaba sobre
Hunaland, vio al rey Rerir, un
descendiente lineal de Odín, que estaba
sentado tristemente al lado de la costa, lamentándose de
su falta de descendencia. La reina del cielo, que también
era la diosa de los alumbramientos, tras oír tales
noticias, tomó una manzana (el emblema de la fertilidad)
de su despensa privada, se la dio a Gna y le
ordenó que se la llevase, al rey. Con la rapidez del
elemento que ella personificaba, Gna salió
a toda velocidad y, mientras pasaba sobre la cabeza de
Rerir, dejó caer la manzana sobre su
regazo con una sonrisa radiante.

El rey meditó por un momento acerca del
significado de esta repentina aparición y el regalo, tras
lo que corrió hasta su palacio, con su corazón
latiendo apresuradamente de esperanza y le entregó la
manzana a su esposa para que se la comiera. Al debido tiempo,
para su gran gozo, ella dio a luz a su hijo
Völsung, el gran héroe
nórdico, que llegó a ser tan famoso que le dio
nombre a toda su raza.

Lofn, Vjofn y
Syn

Además de las mencionadas anteriormente,
Frigg contaba con otras asistentas en su
quito, como la delicada y elegante doncella
Lofn (elogio o amor), cuyo cometido era el de
eliminar todos los obstáculos del sendero de los
amantes.

El deber de Vjofn era el de inducir al
amor a los corazones inflexibles, para mantener la paz y la
concordia entre la humanidad y el de reconciliar esposos y
esposas tras una disputa.

Syn (verdad) protegía la entrada
del palacio de Frigg, negándose abrirla a
aquellos cuya entrada no les era permitida. Una vez le hubiera
negado la entrada a un intruso, ningún ruego podía
cambiar su decisión. Por tanto, ella presidía todos
los tribunales y juicios y siempre que algo necesitaba ser
vetado, el recurso usual era el de declarar que
Syn no estaba a favor de ello.

Gefjon

Gefjon era también una de las
doncellas en el palacio de Frigg y a ella le eran
confiados todos aquellos que habían fallecido solteros, a
los que recibía y hacía felices por siempre.
Según algunos estudiosos, Gefjon no era
virgen, ya que estaba casada con uno de los gigantes, con el que
tuvo cuatro hijos. Esta misma fuente declara que
Odín la envió para que visitara a
Gylfi, rey de Suecia y le rogara para que le
concediese una porción de tierra donde ella pudiera formar
su hogar. El rey, divertido ante su petición, le
prometió que le concedería tanta tierra como ella
fuera capaz de arar en un día y una noche.

Sin desalentarse, Gefjon,
transformó a sus cuatro hijos en bueyes, los ató a
un arado y comenzó a hacer un surco tan grande y profundo,
que el rey y sus cortesanos quedaron estupefactos.
Gefjon continuó con su labor sin mostrar
ningún signo de fatiga, y una vez hubo arado en
círculo una extensa porción de tierra, la
arrancó con fuerza, haciendo que sus bueyes lo arrastraran
hasta el mar, donde ella lo fijó, llamándolo
Selund, hoy Seelandia (tierra del mar). Mientras,
el agujero que ella produjo fue rellenado rápidamente con
agua para formar un lago, llamado al principio
Logrum (el mar), pero que posteriormente fue
conocido como el lago Mälar, cuyas mellas
corresponden con los promontorios de Seeland.
Gefjon se desposó entonces con
Skiold, uno de los hijos de
Odín y se convirtió en la
antepasada raza real danesa de los skioldungs,
que vivían en la ciudad de Hleidra o
Letra, que ella fundó y que llegó a
ser el lugar principal de sacrificio para los daneses
paganos.

Eira, Vara, Vor y
Snotra

Eira, también asistente de
Frigg, era considerada como una doctora
extremadamente habilidosa. Ella reunía enfermos de todo el
mundo para curar tanto sus heridas como enfermedades y era su
competencia el enseñarle a las mujeres su ciencia, que
eran las únicas que ejercían la medicina entre las
antiguas naciones del norte.

Vara escuchaba todos los juramentos y
castigaba los perjuros, mientras que recompensaba a aquellos que
guardaban fielmente su palabra. También estaba
Vor (fe), que conocía todo lo que estaba
por suceder en el mundo y Snotra, diosa de la
virtud, que poseía todos los conocimientos.

Con semejante grupo de asistentas, no es de
extrañar que Frigg fuera considerada una
deidad poderosa. Sin embargo, a pesar del prominente lugar que
ocupaba en la religión nórdica, nunca se le
dedicaron templos o santuarios, y era venerada sólo junto
a Odín.

Tannhauser y
Holde

En el sur de Alemania se veneraba a una diosa cuyos
atributos eran los mismos que los de Frigg, por
lo que evidentemente, eran las mismas deidades aunque con nombres
distintos. Entre estos nombres estaba el de Holde
(Hulde o Frau Holle), que
indulgentemente repartía muchos generosos regalos. Ya que
ella controlaba el tiempo. La gente solía decir que cuando
caían los copos de meve, estaba agitando su cama y cuando
llovía, que se encontraba lavando sus vestidos,
señalando a menudo las nubes como la ropa que ella
había puesto a blanquear. Cuando grandes tiras de nubes
grises surcaban el cielo, se decía que ella estaba
tejiendo, pues se suponía que también era una
tejedora muy diligente, además de hilandera y ama de casa.
Se dice que fue ella quien le dio el lino a la humanidad y le
enseñó cómo usarlo.

Según la tradición medieval,
Holde vivía en una cueva en
Horselberg, en Turingia, donde era conocida como
Frau Venus y considerada como una hechicera que
seducía a los mortales hasta su reino, donde los
retenía por siempre, saturando sus sentidos con toda clase
de placeres sensuales.

La más famosa de sus víctimas fue
Tannhauser, quien, tras vivir bajo su hechizo
durante una temporada, experimentó una revulsión en
sus sentimientos que aflojó las cadenas de Frau
Venus
sobre su espíritu e indujo pensamientos
inquietos acerca de su alma. Él logró escapar de su
poder y corrió a Roma para confesar sus pecados y obtener
la absolución. Pero cuando el Papa oyó de su
relación con una de las diosas paganas, de las que los
sacerdotes afirmaban que eran demonios, declaró que el
caballero tendría tantas esperanzas para el perdón
como el de ver en su bastón crecer brotes y
flores.

Abatido de dolor ante tal declaración,
Tannhauser huyó y, a pesar de los ruegos
de su fiel amigo Eckhardt, no transcurrió
mucho tiempo antes de que regresara a Horselberg,
donde desapareció dentro de la cueva. Sin embargo, tan
pronto como hubo desaparecido llegó el mensajero del Papa,
proclamando que había sido perdonado, pues el
bastón marchito había florecido milagrosamente,
probando ante todos que no existía un pecado demasiado
horrible como para no ser perdonado, siempre que el
arrepentimiento fuera sincero.

Eastre, la Diosa de
la Primavera

La diosa sajona Eastre u
Ostara, diosa de la primavera, cuyo nombre ha
sobrevivido en la palabra inglesa "Easter" (pascua) y en la
alemana "Ostern" (pascua), es también idéntica a
Frigg, pues también ella era considerada
como la diosa de la Tierra, o más bien de la
resurrección de la naturaleza tras su prolongada muerte
durante el invierno.

Esta indulgente diosa también fue muy querida por
los antiguos teutones, tanto que incluso después de la
introducción del cristianismo guardaban un recuerdo tan
agradable de ella que rehusaron degradarla a la categoría
de demonio, como muchas otras de sus divinidades, y le dieron su
nombre a la gran festividad cristiana. Durante mucho tiempo fue
costumbre celebrar este día con el intercambio de huevos
coloreados, pues el huevo representa el comienzo de la vida, por
lo que los primeros cristianos continuaron con este
hábito, declarando, sin embargo, que el huevo era
también simbólico de la
resurrección.

En varias regiones de Alemania se pueden ver
todavía altares de piedra, conocidos como
Osternsteine (piedras de Pascua), pues
habían sido dedicados a la hermosa diosa
Ostara. Los jóvenes los coronaban con
flores y danzaban alegremente a su alrededor, a la luz de grandes
hogueras, una especie de juego popular practicado hasta mediados
del siglo XX, a pesar de las denuncias de los sacerdotes y de
edictos publicados repetidamente en su contra.

Bertha, la Dama
Blanca

En otras partes de Alemania, Frigg,
Holde o bien Ostara, es conocida
también por el nombre de Brechta,
Bertha o la Dama Blanca. Se la conoce mejor bajo
este calificativo en Turingia, donde se supone que vivía
ella en una montana ahuecada, velando por los
Heimchen, las almas de los niños
aún no nacidos y de aquellos que habían muerto sin
ser bautizados. Allí, Bertha velaba por la
agricultura, cuidando de las plantas, que su escuadrón de
infantes regaban cuidadosamente, pues se suponía que cada
bebé transportaba una pequeña jarra para tal
propósito.

Mientras la diosa fuera debidamente respetada y su
refugio no molestado, permanecería donde estaba. Pero la
tradición relata que abandonó en una ocasión
su país, junto a su séquito de niños
arrastrando su arado, para asentarse en algún otro lugar y
continuar con sus bondadosos servicios. Es la antepasada
legendaria de varias familias nobles y se supone que es la misma
que la diligente reina del mismo nombre, la mítica madre
de Carlomagno, cuya época se ha convertido algo
proverbial, pues cuando en Francia y en Alemania se habla de la
Edad de Oro, es costumbre decir "en los días en los que
Bertha tejía".

Como se supone que esta Bertha
había desarrollado un pie muy grande y liso, de presionar
continuamente sobre el pedal de su rueca, se la representa a
menudo en el arte medieval como una mujer con un pie plano y de
ahí que se la conozca como la "reine
pédauque".

Como antepasada de la casa imperial de Alemania, se
supone que la Dama Blanca se aparece en palacio antes de que
suceda una muerte o una desgracia en la familia. Esta
superstición es aún tan común en Alemania,
que los periódicos en 1884 relataron el informe oficial de
un centinela, que declaró que la había visto pasar
rápidamente en uno de los pasillos del palacio.

Ya que Bertha era célebre como
hilvanadora, fue naturalmente referida como la patrona especial
de tales trabajadoras femeninas y se decía que pasaba
corriendo a través de las calles de cada pueblo, durante
las doce noches que mediaban entre el día de Navidad y el
seis de enero, mirando de cerca por cada ventana para supervisar
el hilvanado de cada familia.

Las doncellas cuyo trabajo había sido realizado
con esmero eran recompensadas con un regalo consistente en una de
sus propias hebras de oro, o una rueca llena de lino de la
más alta calidad. Pero dondequiera que se encontrase una
hilvanadora descuidada, su rueda era rota, su lino ensuciado y si
había olvidado honrar a la diosa comiendo una gran
cantidad de pasteles horneados durante aquella época del
año, era cruelmente castigada.

En Mecklenburg, esta misma diosa era conocida como
Frau Gode o Wode, la
versión femenina de Woden u
Odín y su aparición siempre era
considerada como la precursora de gran prosperidad.
También se suponía que era una gran cazadora y que
encabezaba la Cacería Salvaje, montada sobre un caballo
blanco y acompañada de sus asistentas transformadas en
sabuesos y toda clase de animales salvajes. En Holanda se la
conocía como Vrouelde y los holandeses
conocen a la Vía Láctea, por ella, como
Vroueldenstraat. En algunas regiones del norte de Alemania se la
llama Nerthus (Madre Tierra). Su carro sagrado se
guardaba en una isla, presumiblemente Rugen, donde los sacerdotes
velaban cuidadosamente hasta que llegaba ella para emprender su
viaje anual a través de sus dominios y bendecir la tierra.
La diosa, con el rostro completamente cubierto bajo un espeso
velo, se sentaba entonces en su carro, que era arrastrado por dos
vacas y era respetuosamente escoltado por sus sacerdotes. Cuando
ella pasaba, la gente le rendía homenaje interrumpiendo
todas las guerras y dejando a un lado sus armas. Se
vestían con atavíos festivos y no reanudaban sus
luchas hasta que la diosa hubiese regresado de nuevo a su
santuario. Entonces, tanto el carro como la diosa eran
bañados en un lago secreto, el Schwarze See, en Rugen, que
se tragaba a los esclavos que habían asistido al
baño, y los sacerdotes reanudaban de nuevo su vigilancia
sobre el santuario y la arboleda de Nerthus o
Hlodyn, hasta su próxima
aparición.

En Escandinavia esta diosa era también conocida
como Huldra y se enorgullecía de su
séquito de ninfas del bosque, las cuales buscaban a veces
la compañía de los mortales, para disfrutar de un
baile en las praderas de los pueblos. Sin embargo, se las
podía reconocer siempre por la punta de una cola de vaca
que sobresalía por debajo de sus largos vestidos blancos.
Esta gente de Huldra era la protectora especial
del ganado de las montañas y se decía que a veces
sorprendían al viajante solitario con la maravillosa
belleza de las melodías que cantaban para entretenerse
durante las horas que duraban sus tareas.

 

 

Autor:

Allan Alvarado Aguayo, MSc

 

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