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Participación de los trabajadores en el capital social y la gestión efectiva de las empresas



Partes: 1, 2

  1. Marco
    teórico
  2. Hipótesis
  3. Método
  4. Bibliografía
  5. Anexos

Descripción
del proyecto

  • ANTECEDENTES

Los antecedentes son los siguientes:

Romero (2006)[1] presenta diversas formas
de participación de los trabajadores en el cooperativismo
de trabajo asociado de Andalucía. Los objetivos de esta
investigación fueron los siguientes: i) Analizar el
funcionamiento del sistema democrático y de las practicas
participativas existentes en dichas cooperativas; ii) Analizar la
relación entre la problemática psicosocial y
económica de las organizaciones cooperativas; iii)
Establecer la incidencia de las diferencias individuales sobre el
sistema de participación; Analizar la relación
entre la cultura organizativa y la participación. Los
resultados son los siguientes: i) En la muestra de cooperativas
estudiada apenas existe discriminación por razones de seco
o edad; ii) Solo una minoría, dado su grado de
instrucción o el puesto que ocupa en la
organización, puede quedar excluida de la dinámica
de participación; iii) El gobierno de las cooperativas se
realiza de forma asamblearia, y la mayoría de sus miembros
perciben un clima muy participativo en las mismas; iv) La muestra
de cooperativas estudiada presenta unos índices de
efectividad empresarial bastante homogéneos; v) La
mayoría de los sujetos se enfrentan a un tipo de trabajo
bastante parecido; vi) Las diferencias dependen del nivel de
instrucción y, sobre todo, del tipo de puesto de
trabajo.

Albalate (2000)[2], describe la
participación eficiente, efectiva y productiva de los
trabajadores en la tecnología del sector auxiliar del
automóvil de Cataluña. Da cuenta de la forma como
los trabajadores en equipo pueden generar menos costos y mayores
beneficios para las empresas. Asimismo de su participación
en el logro de metas, objetivos y misión de las empresas.
El resultado más importante es que los trabajadores son
generadores de eficiencia, efectividad y productividad en las
empresas.

Hernández (2010)[3], presenta las
políticas y estrategias que facilitan la
administración efectiva de las industrias textiles. Las
políticas son grandes lineamientos sobre recursos humanos,
materiales y financieros; actividades, funciones, procesos y
procedimientos relacionados con la obtención de las metas,
objetivos y misión empresarial. El resultado más
importante es referido a que el 96% de los encuestados acepta que
las políticas y estrategias facilitan la
administración efectiva de las industrias textiles. El
objetivo en este trabajo fue determinar las políticas y
estrategias que viabilizan la administración
efectiva.

Ramírez (2010)[4], señala
que la participación activa de los trabajadores es la
plataforma fundamental para alcanzar la gestión efectiva.
De este modo comenta que la participación puede darse como
parte de su trabajo en los diferentes órganos como
decisorio, ejecutivos, asesores, consultores, etc.; pero
también como accionistas de la empresa, es decir
propietario de la empresa a la cual presta su fuerza laboral. El
objetivo de este trabajo fue determinar el nivel de
participación de los trabajadores en la gestión
efectiva de las empresas. El resultado más importante
logrado fue que el 94% de los encuestados considera que es
conveniente la participación de los trabajadores en los
órganos empresariales así como accionistas o socios
o asociados.

Chavieri (2011)[5], identifica el
problema de su investigación en la falta de
economía (altos costos y mínimos beneficios), falta
de eficiencia (inadecuada racionalización de recursos),
falta de efectividad (falta de cumplimiento de metas y
objetivos), falta de mejora continua (no existen programas de
cambios cualitativos y cuantitativos) y falta competitividad
(como consecuencia de lo antes indicado). Este trabajo fue
orientado al siguiente objetivo: Determinar el modelo de
gestión empresarial efectiva que facilitará la
mejora continua de las empresas del sector comercio. El resultado
más importante es que el 97% de los encuestados acepta que
la gestión empresarial efectiva facilita la mejora
continua de las empresas del sector comercio.

Monrroy (2004)[6], presenta un modelo que
contiene el diagnóstico, perspectivas a mediano y largo
plazo, objetivos estratégicos, acciones, indicadores y
recursos necesarios para la gestión óptima. La
planeación se realiza en un ambiente de incertidumbre.
Nadie puede saber con plena certeza cuáles serán
los ambientes interno y externo de incluso la próxima
semana y mucho menos de los años por venir. En
consecuencia, debemos elaborar supuestos o pronósticos
sobre las condiciones previsibles. Algunos de estos
pronósticos servirán como supuestos para otros
planes. El término estrategia tiene muchos usos. Es la
determinación del propósito o misión y de
los objetivos básicos a largo plazo de una empresa,
así como la adopción de los cursos de acción
y de la asignación de recursos necesarios para cumplirlos.
Por lo tanto, los objetivos son parte de la formulación de
la estrategia. Las políticas son enunciados o
interpretaciones generales que orientan el pensamiento de los
administradores en la toma de decisiones. Su propósito es
asegurar que las decisiones no rebasen ciertos límites. La
esencia de las políticas es la discrecionalidad. Por su
parte, las estrategias se refieren a la dirección en que
se encauzarán recursos humanos y materiales a fin de
acrecentar la posibilidad de cumplir los objetivos elegidos. El
principio de estrategias y políticas es que cuanto
más claras sean la comprensión de estrategias y
políticas y su instrumentación en la
práctica, tanto más consistente y efectiva
será la estructura de los planes de una empresa. Para ser
efectivas, las estrategias y políticas deben ponerse en
práctica por medio de planes, tan minuciosos en sus
detalles como lo exija la consideración de hasta los
componentes más elementales de las operaciones. Las
tácticas son los planes de acción para la
ejecución de las estrategias. Éstas deben apoyarse
en tácticas efectivas. Los diversos insumos
organizacionales (personas, capital, habilidades administrativas,
habilidades técnicas, etc.) incluidos los insumos meta,
son necesarios para comenzar el proceso.

  • PROBLEMA

De acuerdo con el modelo de investigación el
problema se ha identificado en la falta de efectividad de las
empresas; es decir falta de logro de las metas, objetivos y
misión empresarial.

  • DESCRIPCION

SINTOMAS:

Se han identificado los siguientes
síntomas:

  • Las empresas no vienen logrando en la forma mas
    adecuada las metas que se proponen en cuanto a cantidad de
    productos y calidad de productos.

  • Las empresas no vienen logrando los objetivos
    propuestos, relacionados con liquidez, gestión,
    solvencia y rentabilidad

  • Las empresas no vienen alcanzando la misión
    que les compete en cuanto a satisfacer totalmente a sus
    clientes.

CAUSAS:

Las causas que se han identificado son las
siguientes:

  • Falta de economía empresarial, en el sentido
    de obtener sus bienes y servicios a los menores costos para
    sacarles el máximo beneficio.

  • Falta de eficiencia empresarial, en el sentido de
    sacarle el máximo provecho a sus recursos humanos,
    materiales y financieros en el desarrollo de sus actividades,
    procesos y técnicas empresariales

  • Falta de mejora continua en el desarrollo de sus
    actividades, procesos y procedimientos
    empresariales.

PRONOSTICO:

De continuar esta situación:

  • Las empresas seguirán agravando su
    situación al no lograr las metas que les corresponden
    lograr para considerarse eficientes.

  • Las empresas seguirán perjudicando su
    continuidad en el mercado por cuanto no podrán lograr
    los objetivos mínimos que se proponen

  • Las empresas no alcanzaran la misión, es
    decir la razón de ser

CONTROL DE PRONÓSTICO:

En este trabajo de investigación se considera que
todo puede mejorar si:

  • Las empresas consideran la participación de
    los trabajadores en el capital social

  • Dicha participación podría darse
    cuando los trabajadores pasen a ser accionistas de las
    empresas donde trabajen

  • También dicha participación de los
    trabajadores puede darse cuando dichos trabajadores pasen a
    ser socios de las empresas donde trabajan

  • Otra forma de participación de los
    trabajadores en las empresas donde trabajan seria a
    través de la consideración como
    asociados.

  • La participación de los trabajadores en el
    capital social en cualquiera de sus formas mejorará la
    economía, eficiencia, productividad, mejora continua y
    la efectividad.

  • FORMULACION

PROBLEMA GENERAL

¿De que manera la participación de los
trabajadores en el capital social facilitará la
gestión efectiva de las empresas?

PROBLEMAS
ESPECÍFICOS

  • 1) ¿Cómo se puede
    facilitar la economía empresarial?

  • 2) ¿Cómo se puede
    facilitar la eficiencia empresarial?

  • 3) ¿Cómo se puede
    facilitar la efectividad empresarial?

  • OBJETIVOS

  • OBJETIVO PRINCIPAL

Determinar los logros que se pueden alcanzar en la
gestión efectiva de las empresas con la
participación de los trabajadores en el capital
social.

  • OBJETIVOS ESPECIFICOS

  • 1) Establecer la modalidad de
    participación para facilitar la economía
    empresarial.

  • 2) Estipular la forma de facilitar la
    eficiencia empresarial

  • 3) Determinar la manera de facilitar la
    efectividad empresarial.

  • JUSTIFICACION E
    IMPORTANCIA

  • JUSTIFICACIÓN METODOLOGICA

En este trabajo en primer lugar se ha identificado la
problemática existente en la falta de efectividad en la
gestión de las empresas, sobre dicha problemática
se han formulado las posibles soluciones a través de las
hipótesis; luego se ha establecido los propósitos
que persigue el trabajo por intermedio de los objetivos. Todos
estos elementos se han formado en base a las variables e
indicadores de la investigación. Todo lo anterior tiene el
sustento en una metodología de investigación que
identifica el tipo, nivel y diseño de
investigación, la población y muestra a aplicar;
así como también las técnicas e instrumentos
para recopilar, analizar e interpretar la
información.

  • JUSTIFICACION TEORICA

La participación de los trabajadores en el
capital social es una forma de propiedad y trabajo que pueden
llevar a cabo las empresas. En este trabajo se estima que la
participación de los trabajadores en el capital social de
las empresas conlleva un mayor compromiso con la entidad donde se
es dueño y trabajador, un mayor grado de responsabilidad
por su condición de dueño y trabajador; así
como una mayor participación activa en las
políticas, estrategias, acciones y actividades que lleva a
cabo la empresa.

  • JUSTIFICACION PRÁCTICA

Este trabajo podrá ser aplicado en cualquier tipo
de empresa toda vez que lo que se busca que los trabajadores se
comprometan, asuman mayores responsabilidades y tengan una
participación activa

  • IMPORTANCIA

La importancia está dada por el hecho de
presentar un modelo de investigación que busca resolver
una problemática.

Asimismo, porque permite plasmar el proceso de
investigación científica y desde luego los
conocimientos y experiencia profesional.

Marco
teórico

  • TEORIAS SOBRE PARTICIPACION DE LOS TRABAJADORES
    EN EL CAPITAL SOCIAL

Antes de tratar la participación de
los trabajadores, se presenta algunas teorías sobre
capital social, como forma de entender la forma como puede
participar los trabajadores.

Según Anthony (2008)[7], desde la
óptica del derecho mercantil y la contabilidad, el capital
social, es el importe monetario, o el valor de los bienes que los
socios o accionistas de una sociedad le ceden a ésta sin
derecho de devolución y que queda contabilizado en una
partida contable del mismo nombre. Lo que identifica los derechos
de los socios según su participación y, asimismo,
cumple una función de garantía frente a terceros
dado que constituye punto de referencia para exigir la efectiva
aportación patrimonial a la sociedad y la retención
del patrimonio existente hasta cubrir la cifra del capital social
repartiendo entre los socios la diferencia restante de los
beneficios de la sociedad. Es una cifra estable, a diferencia del
patrimonio social, cuya cifra variará según el buen
funcionamiento de la compañía mercantil. En caso de
sucesivos resultados negativos puede que se vea afectada,
considerando excepcionalmente la quiebra, cuando el patrimonio
social es negativo y por lo tanto no hay recursos suficientes en
la empresa para poder atender sus obligaciones ante terceros. El
capital social es un recurso pasivo que representa una deuda de
la sociedad frente a los socios, originada por los aportes que
éstos realizaron para el desarrollo de las actividades
económicas contempladas en el objeto social. Esta cifra
permanece invariable, salvo que se cumplan los procedimientos
jurídicos establecidos para aumentar esta cifra o
disminuirla. En el lenguaje coloquial, el término
"capital" o "un capital" significa una suma de dinero, un caudal,
un bien patrimonial, un monto que se invierte o aporta. Sin
embargo, en términos jurídicos, capital social es
una cifra del pasivo de la sociedad que indica una deuda de la
sociedad frente a los socios. Desde el punto de vista societario
el capital debe ser devuelto, algún día por la
sociedad a los socios. Por otro lado, Patrimonio Social es el
conjunto de todos los activos y pasivos de la sociedad, que
varían constantemente durante la vida social. Asimismo, se
entiende al Patrimonio neto o Patrimonio Líquido como la
diferencia efectiva entre el valor de los activos y el de los
pasivos a una fecha determinada.

Interpretando a Horngren, Foster y Srikant
(2010)[8] se puede considerar que las
transacciones patrimoniales provienen de aportes efectuados por
accionistas o partícipes, de los resultados generados por
la entidad, y de las actualizaciones de valor. Todas ellas,
modifican el patrimonio neto en su conjunto. Otras transacciones
representan reacomodos patrimoniales, como los que surgen de
acuerdos de accionistas como cuando se capitalizan utilidades, o
de mandatos de ley como en el caso de una reserva legal. El
Capital, agrupa las subcuentas que representan aportes de
accionistas, socios o participacionistas, cuando tales aportes
han sido formalizados desde el punto de vista legal. Asimismo, se
incluye las acciones de propia emisión que han sido
readquiridas. Comprende las sub-cuentas Capital social, Acciones
en tesorería, Capital social. Acumula los aportes de
socios, accionistas o participacionistas, en efectivo o en
especie, Acciones en tesorería. Acciones o participaciones
de propia emisión, readquiridas por la empresa. Su
naturaleza es deudora. El importe del capital se registra
contablemente por el monto nominal de las acciones aportado. En
el caso de aportes en especies, el importe del capital
relacionado corresponde a la valuación del activo a su
valor razonable. Cuando existe una diferencia (en exceso o en
defecto) entre el valor de las acciones recompradas y su valor
nominal, o entre el valor nominal de las acciones y el monto
pagado por ellas, se genera una prima (descuento) de
emisión.

Interpretando a Gómez (2009)[9],
el plan contable general para empresas dispone códigos a
nivel de cuatro dígitos (divisionarias) para el capital
social Puede ser conveniente, dependiendo del tipo de instrumento
patrimonial, abrir sub-divisionarias adicionales que permitan una
clasificación por tipo específico de instrumento
patrimonial, por ejemplo acciones del tipo ordinario o
preferente. No obstante la forma legal de los montos contenidos
en esta cuenta, desde el punto de vista financiero, alguno de
estos saldos podría corresponder a un pasivo y no a una
cuenta patrimonial, como ocurre en ciertos casos con las acciones
preferentes. De existir este tipo de partidas, requieren ser
reclasificadas para efectos de presentación del balance
general. Concordantemente, los dividendos pagados a los tenedores
de dichas acciones preferentes, serán reclasificados para
efectos de presentación como gastos financieros. En los
casos de aportes acordados en una moneda distinta a la de curso
legal, las diferencias cambiarias generadas entre la fecha del
acuerdo y la fecha de pago del aporte, corresponden a una prima
(descuento) de emisión. El capital aportado, las
capitalizaciones de reservas, acreencias y utilidades, y las
reducciones de capital, se reconocen en esta cuenta cuando se ha
completado la forma legal, incluyendo la inscripción en el
registro público correspondiente. Los acuerdos de
accionistas, socios o participacionistas sobre tales incrementos
y reducciones de capital, se mantienen hasta la oportunidad de su
inscripción en el registro público.

Interpretando a Gómez (2009)[10],
la cuenta acciones de inversión, comprende las acciones
cuya propiedad corresponde a los trabajadores y que en la
actualidad solo tienen algunos trabajadores peruanos que datan de
los años setenta. Esta cuenta agrupa las subcuentas que
representa las acciones de inversión, formalizadas
legalmente. Asimismo, se incluye las acciones de propia
emisión que han sido readquiridas. Esta cuenta comprende
las siguientes sub-cuentas Acciones de inversión; Acciones
de inversión en tesorería. Las acciones de
inversión comprende el valor nominal de las acciones de
inversión. Las acciones de inversión en
tesorería acumulan acciones de inversión de propia
emisión, readquiridas por la entidad. Su naturaleza es
deudora. El importe del accionariado de inversión se
registra contablemente por el monto nominal de las acciones y de
las respectivas capitalizaciones efectuadas.

Interpretando a Mantilla y Vásquez
(2010)[11], el Capital Social es considerado la
variable que mide la colaboración social entre los
diferentes grupos de un colectivo humano, y el uso individual de
las oportunidades surgidas a partir de ello, a partir de tres
fuentes principales: la confianza mutua, las normas efectivas y
las redes sociales. El capital social mide, por tanto, la
sociabilidad de un conjunto humano y aquellos aspectos que
permiten que prospere la colaboración y el uso, por parte
de los actores individuales, de las oportunidades que surgen en
estas relaciones sociales. Una sociabilidad entendida como la
capacidad para realizar trabajo conjunto, la de colaborar y
llevar a cabo la acción colectiva. El término de
"capital social" proviene de una analogía con el de
capital económico. De todas formas, su escasa
fijación en la literatura social y económica hace
que sea un tanto difícil de consensuar. En un comienzo,
fue usado a principios del siglo XX en pedagogía. No fue
retomado hasta la década de 1960 cuando se empezó a
usar para teorías de desarrollo económico.
Normalmente en los modelos económicos tradicionales este
concepto es totalmente ignorado, pero en los años 1980
volvió a tomar importancia. Fue usado por muchos autores
en sociología y modelos de economía alternativos.
En lo que se refiere al valor colectivo de las redes sociales, es
considerado para la formulación de políticas en
muchas organizaciones; incluso siendo recientemente reconocido
por instituciones tales como el Banco Mundial (aunque con algunas
reservas al concepto). Afinando los matices del concepto, el
capital social no tiene por que necesariamente producir cosas
buenas, puede generar discriminación sobre individuos o
grupos. A veces el capital social puede tener connotaciones
negativas, como en el caso de mafias diversas (los contactos y
redes sociales creados entre varias personas pueden idear cosas
consideradas negativas por una sociedad, como el crimen). Sin
embargo, como se ha apuntado, en los últimos años
se han destacado tres "fuentes" principales del capital: la
confianza mutua, las normas efectivas y las redes sociales. A
pesar de las posibles diferencias en la forma de definir y medir
estos atributos, el capital social siempre apunta hacia aquellos
factores que nos acercan como individuos y a cómo este
acercamiento se traduce en oportunidades para la acción
colectiva y el bienestar del grupo.

De acuerdo con la Ley No. 26887- Ley General de
Sociedades-, cada socio está obligado frente a la sociedad
por lo que se haya comprometido a aportar al capital. El aporte
transfiere en propiedad a la sociedad el bien aportado. El aporte
de bienes no dinerarios se reputa efectuado al momento de
otorgarse la escritura pública. El patrimonio social
responde por las obligaciones de la sociedad, sin perjuicio de la
responsabilidad personal de los socios en aquellas formas
societarias que así lo contemplan. El aumento de capital
se acuerda por junta general cumpliendo los requisitos
establecidos para la modificación del estatuto, consta en
escritura pública y se inscribe en el Registro. El aumento
de capital puede originarse en: 1. Nuevos aportes; 2. La
capitalización de créditos contra la sociedad,
incluyendo la conversión de obligaciones en acciones; 3.
La capitalización de utilidades, reservas, beneficios,
primas de capital, excedentes de revaluación; y, 4. Los
demás casos previstos en la ley. El aumento de capital
determina la creación de nuevas acciones o el incremento
del valor nominal de las existentes. Para el aumento de capital
por nuevos aportes o por la capitalización de
créditos contra la sociedad es requisito previo que la
totalidad de las acciones suscritas, cualquiera sea la clase a la
que pertenezcan, estén totalmente pagadas. No será
exigible este requisito cuando existan dividendos pasivos a cargo
de accionistas morosos contra quienes esté en proceso la
sociedad y en los otros casos que prevé esta ley. La
reducción del capital se acuerda por junta general,
cumpliendo los requisitos establecidos para la
modificación del estatuto, consta en escritura
pública y se inscribe en el Registro. La reducción
del capital determina la amortización de acciones emitidas
o la disminución del valor nominal de ellas. Se realiza
mediante: 1. La entrega a sus titulares del valor nominal
amortizado; 2. La entrega a sus titulares del importe
correspondiente a su participación en el patrimonio neto
de la sociedad; 3. La condonación de dividendos pasivos;
4. El restablecimiento del equilibrio entre el capital social y
el patrimonio neto disminuidos por consecuencia de
pérdidas; u, 5. Otros medios específicamente
establecidos al acordar la reducción del
capital.

La Ley General de sociedades no prohíbe que los
trabajadores participen en el capital social ni en la
gestión de las empresas. Por tanto un trabajador puede ser
accionista, directivo y trabajador a la vez.

Analizando a Mantilla (2011)[12], la
participación de los trabajadores debe entenderse desde
dos puntos de vista. La participación como
motivación: es raro que las personas no se sienta
motivadas cuando se les consulta sobre las acciones que les
afectan, al "participar en el acto". Además, la
mayoría de las personas en el centro de una
operación tienen conocimientos tanto de los problemas como
de las soluciones de los mismos. Por consiguiente, la forma
correcta de participación produce tanto motivación
como conocimientos valiosos para el éxito de la empresa.
La participación como forma de reconocimiento. Resulta
atractiva para la necesidad de afiliación y
aceptación. Sobre todo les da a las personas una
sensación de realización. Se debe alentar la
participación de los empleados en los asuntos en los que
éstos pueden ayudar y aunque les escuchen con mucha
atención, en asuntos que requieran de su decisión
son ellos quienes tienen que decidir.

La participación guarda una estrecha
relación con las oportunidades profesionales, colectivas y
técnicas que el entorno ofrece. La eficacia se mide con
relación a la calidad de los intermedios, a la riqueza de
las informaciones tratadas, al valor operativo de las decisiones
tomadas y de su aplicación práctica. No siempre
puede traducirse en términos de productividad directa. Las
personas deciden participar en un proyecto común cuando:
Disponen de los medios personales necesarios, por ejemplo
confianza hacia la organización y mandos, suficiente
conocimiento; Observan las ventajas que hay en hacerlo, por
ejemplo un mayor reconocimiento, ventajas económicas; Las
estructuras técnicas se adaptan a ello, en el sentido de
que flexibilizan el funcionamiento del proyecto; La
organización lo permite.

Cuando la autonomía y la participación de
los asalariados disminuyen es que la influencia que han
conseguido no es la que esperaban. Es decir, la
participación fracasa cuando uno quiere imponer, desde
arriba, el conjunto de los métodos y los procesos. Se debe
mantener un equilibrio adecuado entre la movilización como
fomento de la participación y el descanso de la misma. Es
importante considerar además la influencia de las nuevas
tecnologías en la participación: Han aumentado la
complejidad del trabajo. Este no se puede realizar más que
mediante una mayor responsabilización de los asalariados;
Las nuevas tecnologías han modificado los oficios,
haciendo que éstos perdieran flexibilidad. Las
adaptaciones sucesivas requieren intercambios, cursillos de
formación; También contribuyen a la
autonomía de los asalariados al mismo tiempo que
desarrollan la interdependencia dentro de la organización.
La informatización y la burocracia facilitan la
creación de redes. Otras tecnologías aumentan la
rapidez de las respuestas al entorno, pero también las
necesidades de concertación y cooperación
interdepartamentales.

Según Muller, Gernon y Meek
(2010)[13], actualmente en Europa se busca
fomentar la participación de los trabajadores en el
capital, la gestión y los resultados de las empresas; esta
propuesta se considera innovadora desde el punto de vista
cualitativo; por cuanto lo que se busca es un mayor compromiso,
responsabilidad y participación activa en todo el quehacer
empresarial. La participación es un mecanismo de
transformación que procura un salto innovador y
competitivo en cuanto al modelo de gestión empresarial,
haciéndolo sostenible.

Según Muller, Gernon y Meek
(2010)[14], en Argentina, la crisis final del
régimen de convertibilidad implicó un fuerte
retroceso para la clase trabajadora. El colapso de este
régimen implicó una aguda transferencia de ingresos
desde el trabajo al capital, como consecuencia de la estrepitosa
contracción que experimentó el poder adquisitivo de
los salarios tras la devaluación de la moneda. Dicho
proceso condujo a que en el año 2002 los trabajadores
tuvieran una participación en el Producto de sólo
el 31,4 por ciento, de acuerdo con los cálculos de Cifra,
valor extraordinariamente reducido en términos
históricos. La adopción de un nuevo patrón
de crecimiento basado en el desarrollo de los sectores
productores de bienes posibilitó que a partir de 2003 se
revirtiera la tendencia declinante de la participación de
los trabajadores en el valor agregado. Las elevadas tasas de
crecimiento económico, así como la mayor intensidad
en el uso de mano de obra, posibilitaron una extraordinaria
expansión de la ocupación. La creación de
más de cuatro millones de puestos de trabajo y la
paulatina recuperación de las remuneraciones reales de los
trabajadores implicaron que la participación de los
asalariados en el Producto alcanzara al 38,3 por ciento en 2006,
un valor que superaba al promedio prevaleciente en el segundo
quinquenio de la década del noventa.

Desde entonces, sin embargo, las mejoras distributivas
fueron acotadas y la porción del Producto total que se
apropian los asalariados se mantuvo en torno del 39 por ciento.
Si bien dicho porcentaje fue algo superior en 2009, dicho
comportamiento obedeció al período recesivo que
enfrentó la economía argentina ante el impacto de
la crisis económica internacional. El estancamiento de la
estructura distributiva desde el 2007 obedeció
centralmente al menor dinamismo verificado en la
generación de puestos de trabajo y a la sensible
disminución en la tasa de crecimiento de los salarios
reales. En efecto, la tasa de empleo no sufrió
prácticamente modificaciones desde ese año. A su
vez, la aceleración en el ritmo de variación de los
precios determinó que entre 2007 y 2010, a pesar de los
importantes incrementos en términos nominales, las
remuneraciones reales de los asalariados registrados se
expandieran al 2,9 por ciento anual y las de los asalariados no
registrados al 1,9 por ciento anual, en un contexto en el que la
economía argentina creció al 5,5 por ciento por
año. En suma, el patrón de crecimiento adoptado
tras el colapso del régimen de convertibilidad
posibilitó, sin lugar a dudas, sensibles mejoras en las
condiciones de vida de la clase trabajadora, pero ello no implica
desconocer que aún queda un largo camino por recorrer
hasta alcanzar una estructura distributiva realmente equitativa.
Más aún cuando los ingresos reales del conjunto de
la población ocupada se encuentran actualmente en niveles
similares a los registrados a fines del régimen de
convertibilidad, en una economía que se expandió
casi 60 por ciento desde 2001.

El menor dinamismo experimentado en el mercado de
trabajo en estos últimos años es un elemento
determinante en el estancamiento reciente de la estructura
distributiva. En este sentido, se requiere avanzar en la
profundización del patrón de crecimiento para de
esta forma alcanzar una nueva fase de fuerte crecimiento de la
ocupación y de las remuneraciones. Sólo un
patrón de desarrollo basado en la expansión de la
producción de bienes, y en particular de la industria
manufacturera, posibilitará un incremento sensible de la
ocupación y de las remuneraciones reales, de manera de
quebrar definitivamente la estructura distributiva gestada tras
casi tres décadas de hegemonía
neoliberal

En el Perú el Artículo 29 de la
Constitución Política del Estado reconoce el
derecho de los trabajadores a participar en las utilidades de la
empresa. La participación de los trabajadores en la
distribución de las utilidades tiene por objeto buscar la
identificación de éstos con la empresa y por ende
en el aumento de la producción y productividad de sus
centros de trabajo. La Constitución norma la
participación de los trabajadores como forma de fomentar
condiciones que estimulen la creación de nuevos puestos de
trabajo, incentiven inversiones y aumenten la competitividad
internacional de nuestra economía. En forma más
específica el Decreto Legislativo No. 892, regula el
derecho de los trabajadores a participar en las utilidades de las
empresas que desarrollan actividades generadoras de rentas de
tercera. Los trabajadores de las empresas comprendidas participan
en las utilidades de la empresa, mediante la distribución
por parte de ésta de un porcentaje de la renta anual antes
de impuestos. El porcentaje referido es como sigue: empresas
pesqueras 10%, empresas de telecomunicaciones 10%, empresas
industriales 10%, empresas mineras 8%, empresas de comercio al
por mayor y al por menor y restaurantes 8% y empresas que
realizan otras actividades 5%. Dicho porcentaje se distribuye en
la forma siguiente: a) 50% será distribuido en
función a los días laborados por cada trabajador,
entendiéndose como tal los días real y
efectivamente trabajados, a ese efecto, se dividirá dicho
monto entre la suma total de días laborados por todos los
trabajadores, y el resultado que se obtenga se
multiplicará por el número de días laborados
por cada trabajador; b) 50% se distribuirá en
proporción a las remuneraciones de cada trabajador, a ese
efecto, se dividirá dicho monto entre la suma total de las
remuneraciones de todos los trabajadores que correspondan al
ejercicio y el resultado obtenido se multiplicará por el
total de las remuneraciones que corresponda a cada trabajador en
el ejercicio. La participación que pueda corresponderle a
los trabajadores tendrá respecto de cada trabajador, como
límite máximo, el equivalente a 18 (dieciocho)
remuneraciones mensuales que se encuentren vigentes al cierre del
ejercicio. Se entiende por remuneración la prevista en los
Artículos 39 y 40 del Texto Único Ordenado de la
Ley de Fomento del Empleo. La participación en las
utilidades, se calculará sobre el saldo de la renta
Imponible del ejercicio gravable que resulte después de
haber compensado pérdidas de ejercicios anteriores de
acuerdo con las normas del Impuesto a la Renta. Tienen derecho a
participar en las utilidades todos los trabajadores que hayan
cumplido las jornada máxima de trabajo establecido en la
empresa, sea a plazo indefinido o sujetos a cualquiera de las
modalidades contempladas por el Título III del Texto
Único Ordenado del Decreto Legislativo Nº 728. Los
trabajadores con jornada inferior a la máxima establecida,
participaran en las utilidades en forma proporcional a la jornada
trabajada. La participación que corresponde a los
trabajadores será distribuida dentro de los treinta (30)
días naturales siguientes al vencimiento del plazo
señalado por las disposiciones legales, para la
presentación de la Declaración Jurada Anual del
Impuesto a la Renta.

Según la Ley General de Cooperativas – Decreto
Supremo 074/90-TR- Texto Único Ordenado de la Ley General
de Cooperativas, con las modificaciones dispuestas por Decretos
Legislativos Nos. 141 Y 592, se tiene que la constitución
de la organización cooperativa será acordada por la
asamblea general de función, en la cual se aprobará
su estatuto, se suscribirá su capital inicial. El capital
social de la Cooperativa se constituirá con las
aportaciones de los socios. El estatuto señalará el
capital inicial de la cooperativa y la suma mínima que un
socio debe pagar a cuenta de las aportaciones que suscriba, como
requisito para ser admitido con la calidad de tal. La
reducción del capital no podrá exceder del diez por
ciento anual de éste. La reserva cooperativa es
irrepartible, y, por tanto, no tienen derecho a reclamar ni a
recibir parte alguna de ella, los socios, los que hubieren
renunciado, los excluidos ni cuando se trate de personas
naturales, los herederos de unos ni otros. En el caso de que una
cooperativa se transformare en persona jurídica que no sea
cooperativa, o se fusionare con otra organización que
tampoco lo fuere, su reserva cooperativa deberá ser
íntegramente transferida a la entidad, como requisito
previo para la validez de la transformación o la
fusión y bajo responsabilidad personal y solidaria de los
miembros de los respectivos consejos de administración y
vigilancia. Cuando la naturaleza de una cooperativa lo
justifique, las aportaciones, los depósitos, los
intereses, los excedentes y otros derechos patrimoniales
correspondientes a un socio podrán constar en una libreta
y otro instrumento individual de cuentas. Cuando el socio adeude
parte de las aportaciones que hayan suscrito, los excedentes e
intereses que le correspondan por la parte del capital que
hubiere pagado serán aplicados, hasta donde alcancen, a
cubrir el saldo exigible. Los excedentes, intereses, aportaciones
y depósitos que un socio tenga en la cooperativa
podrán ser aplicados por ésta, en ese orden y hasta
donde alcancen, a extinguir otras deudas exigibles a su cargo por
obligaciones voluntarias o legales a favor de
aquélla.

La asamblea general podrá acordar la
capitalización de los intereses y excedentes
correspondientes a los socios, en vez de distribuirlos. En este
caso, deberá ordenar la emisión de nuevos
certificados de aportación por el valor de la suma
capitalizada y su entrega a los socios, en las mimas proporciones
en que éstos habrían percibido los respectivos
intereses y excedentes según los incisos 2.2 y 2.4 del
Artículo 42 de esta Ley. El sobrante no capitalizado
deberá ser abonado al socio en el modo que establezca la
propia asamblea. La cooperativa podrá revalorizar sus
activos, previa autorización del gobierno regional que
corresponda, sin perjuicio de hacerlo en los casos que ordene la
ley. La suma resultante de la revalorización
incrementará la reserva cooperativa y el capital social,
en las proporciones en que éstos integren el patrimonio
neto de la cooperativa.

  • TEORIAS SOBRE GESTION EFECTIVA DE LAS
    EMPRESAS

Según Koontz & O"Donnell
(2009)[15] la gestión efectiva, comprende
la planeación de las actividades y recursos, la
organización adecuada de los procesos y procedimientos de
las actividades institucionales, la dirección
táctica y estratégica de los recursos para los
fines propuestos y la evaluación y control institucional.
En la medida que este proceso sea conducido, ejecutado y evaluado
convenientemente, estará orientado hacia el cumplimiento
de la misión institucional.

Según Robbins (2010)[16], la
gestión efectiva es un arte cuando interviene los
conocimientos empíricos. Sin embargo, cuando se utiliza
conocimiento organizado, y se sustenta la práctica con
técnicas, se denomina Ciencia. Las técnicas son
esencialmente formas de hacer las cosas, métodos para
lograr un determinado resultado con mayor eficacia y eficiencia.
A partir de estos conceptos nace la gestión efectiva de
las empresas con elementos de la función de
Administración como: Prever, Organizar, Comandar,
Coordinar y Controlar. Dentro de la línea propuesta por
Fayol, los autores Clásicos y neoclásicos adoptan
el Proceso de gestión efectiva como núcleo de su
teoría; con sus Cuatro Elementos: Planificar, Organizar,
Dirigir y Controlar. Autores como Urwick define el proceso de
gestión efectiva como las funciones del administrador, con
siete (7) elementos que se detallan a continuación:
Investigación; Planificación; Coordinación;
Control; Previsión; Organización; Comando. Koontz y
O´Donnell define el Proceso  de gestión
efectiva con cinco (5) elementos: Planificación;
Designación de Personal; Control; Organización;
Dirección. Miner define el Proceso de gestión
efectiva con cinco (5) elementos: Planificación;
Organización; Dirección; Coordinación;
Control.

Según Robbins (2010)[17], la
gestión efectiva es la principal actividad que marca una
diferencia en el grado que las Organizaciones les sirven a las
personas que afectan. El éxito que puede tener la
Organización al alcanzar sus objetivos y también al
satisfacer sus obligaciones sociales depende en gran medida, de
sus gerentes. Si los gerentes realizan debidamente su trabajo, es
probable que la organización alcance sus metas, por lo
tanto se puede decir que el Desempeño Gerencial se mide de
acuerdo al grado en que los gerentes cumplen la secuencia del
Proceso de gestión eficiente, logrando una Estructura
Organizacional que la diferencia de otras
Organizaciones.

EFICIENCIA EMPRESARIAL

Partes: 1, 2

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