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Psicomotricidad Dirigida vs. Psicomotricidad Vivenciada: su influencia en el esquema corporal



  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Metodología
  4. Resultados
  5. Discusión
  6. Bibliografía

Resumen

Dada la importancia de la Psicomotricidad en el
desarrollo del niño, este artículo pretende
analizar la influencia que la Psicomotricidad Dirigida y la
Psicomotricidad Vivenciada, ejercen en la adquisición del
esquema corporal en 48 niños de 5 años. Los datos
obtenidos nos indican que la psicomotricidad dirigida favorece la
adquisición del esquema corporal en los varones. Por el
contrario, las niñas lo adquieren al mismo nivel
independientemente de la metodología utilizada. Por otro
lado, tanto niñas como niños representan una mayor
cantidad de elementos corporales al dibujarse a sí mismos,
que al dibujar al otro, contradiciendo algunas teorías
como las de Koppitz.

PALABRAS CLAVE: Psicomotricidad, Psicomotricidad
Dirigida, Psicomotricidad Vivenciada, Metodología, Esquema
corporal, Dibujo infantil.

ABSTRACT: Given the importance of the Psychomotor
activity in the child development, this article analyse the
influence of the Directed Psychomotor activity and the
Experienced  Psychomotor Activity, on the acquisition of the
corporal scheme in 48 5-year-old children. The results shows that
the Directed Psychomotor Activity favors the acquisition of the
body schema in the male patients. Conversely, the females acquire
it at the same level, regardless of the methodology used. On the
other hand, both females and males draw more body elements of
themselves that of others, contradicting some theories such as
Koppitz's

KEYWORDS: Psychomotor activity, Directed
Psychomotor Activity, Experienced  Psychomotor Activity,
Methodology, Corporal Scheme, Children Drawing.

Introducción

Evaluar nuestra metodología de
intervención educativa en la sala nos permitirá
mejorar nuestras prácticas docentes. Es necesario
reflexionar sobre la metodología o la manera del hacer
educativo, según las necesidades de nuestros niños,
si se busca mejorar la calidad en educación infantil y la
formación de un ser humano íntegro, autónomo
y auténtico.

Hay que destacar la idea de Rousseau (2006) que defiende
que sería impensable un niño que no se mueva y
confirma que "sin movimiento no hay progreso, ni salud mental".
Sus ideas y la de otros teóricos han permitido que hoy en
día cada vez más centros educativos incluyan en su
oferta educativa la psicomotricidad. Reconociendo de este modo su
importancia en la formación de la personalidad, el
desarrollo del pensamiento cognitivo y la afectividad en nuestros
infantes de 0-6 años (Aucouturier, 2007; Arnáiz,
Rabadán y Vives, 2008).

Aucouturier (2007) y Paz (2011) conciben la
psicomotricidad como la manera de comprender la expresión
que realizan los niños por medio de su cuerpo en el
momento biológico en que la mente y el cuerpo están
unidos.

La educación psicomotriz reconoce que el
niño se mueve en un tiempo y en un espacio, y estos son
las concepciones que están presentes en las funciones de
la lectura, la escritura, la ortografía, las
matemáticas, la historia, la geografía, realmente
en todo el pensamiento que tendrá que experimentar en su
medio (Cuenca, 1984; Rigal, 2006).

Las investigaciones de Zabalza (2008) sobre la
psicomotricidad dentro de la escuela infantil, confirman que en
la actualidad se observan dos tipos de metodologías para
el abordaje de la educación psicomotriz: una identificada
a con una pedagogía directiva del movimiento y otra
identificada con una pedagogía del movimiento
espontáneo o vivencial.

El abordaje de la psicomotricidad por medio de una
pedagogía directiva se denomina psicomotricidad dirigida o
tradicional. Los niños son dirigidos dentro de la sala de
psicomotricidad a realizar las actividades que les
señaliza el docente. Se considera el cuerpo como un
instrumento para desarrollar las destrezas motrices y habilidades
a adquirir que serán necesarias dominar en la primaria. La
psicomotricidad dirigida está centrada en desarrollar el
equilibrio, la coordinación y la organización del
esquema corporal (Bernaldo 2007; Zabalza, 2008).

A diferencia, la psicomotricidad vivenciada o
relacional, aborda una pedagogía no directiva del docente.
La psicomotricidad vivenciada está centrada en emotividad,
modo de expresión corporal interno de cada sujeto, ya que
el cuerpo es visto como el espacio donde se producen las
vivencias. Esta se caracteriza por ser una práctica
más expresiva. Por medio de ésta los niños
juegan de manera espontánea. Los infantes no tienen la
necesidad de que el docente les dé las pautas de los
movimientos a realizar. Simplemente se prepara la sala de
psicomotricidad de forma que permita a los niños y
niñas la expresión de sus emociones y las
representaciones del inconsciente, a través de la
motricidad gruesa, fina y el juego (Berruezo, 1995; Bernaldo,
2007; Quirós, 2000, Aucouturier, & Mendel, 2005;
Aucouturier, 2007).

Estas dos líneas de educación psicomotriz
la dirigida y la vivenciada fueron analizadas por Serrabona
(2011). Sus ideas expresan la necesidad de complementar ambas
propuestas en la educación infantil. Esta
complementariedad la enfoca en el aspecto de la afectividad y la
relación sincera entre el docente y los alumnos. De esta
manera el alumno realiza una actividad espontánea, es
decir basada en su propio interés, pero además el
docente le puede invitar a superar sus propios retos.

Sobre estos asuntos se destaca la concepción de
uno de los componentes de la psicomotricidad, el esquema corporal
(Comellas & Perpinyá, 2003). El esquema corporal es lo
que de manera intuitiva podemos percibir sobre el conocimiento de
nuestro cuerpo, sin importar que esté en reposo o en
movimiento, además esto implica la interrelación de
todas las partes del cuerpo y la relación con el entorno
(Daurat-Hmeljak, 1980). Por tanto, el abordaje del esquema
corporal puede ser realizado por medio de una pedagogía
directiva o no directiva.

Una de las formas más efectivas para comprender
la noción que el niño tiene sobre el esquema
corporal es, posiblemente, a través del dibujo.
Según Koppitz (1991) el dibujo de la figura humana refleja
primordialmente el nivel evolutivo del niño, pero
también sus relaciones interpersonales; es decir sus
actitudes hacia sí mismo y hacia las personas que le
rodean. Puede revelar las tensiones de la vida, los miedos, y
ansiedades que lo afectan en un momento dado.

El dibujo del cuerpo permite comprender la
evolución de la integración de la noción de
cuerpo en el niño. Se representa el cuerpo vivido.
Dibujarse ellos mismo implica dibujarse la forma en que ellos
sienten que son. Es un dibujo emocional. Mientras, que dibujar a
otro implica poder dibujar una persona tomando en cuenta los
conocimientos que se tiene sobre el cuerpo (Koppitz,
1991).

El dibujo, como un medio de expresión del
niño, permite ubicarnos en su etapa de desarrollo
cognitivo y afectivo. Cuando se dibujan a sí mismos lo
realizan de manera más emocional que objetiva, sin embargo
concluye esta autora que dibujar la otra persona es un dibujo
más objetivo que emocional.

OBJETO DE ESTUDIO

Por tanto, resulta de interés plantear una serie
de cuestiones como:

  • ¿Existen diferencias entre la
    metodología dirigida y vivenciada en la
    adquisición del esquema corporal en los infantes de 5
    años?

  • ¿Existen diferencias entre la
    metodología dirigida y vivenciada en la
    adquisición del esquema corporal en los varones de 5
    años?

  • ¿Existen diferencias entre la
    metodología dirigida y vivenciada en la
    adquisición del esquema corporal en las niñas
    de 5 años?

  • ¿Existen diferencias entre la
    metodología dirigida y vivenciada en la
    adquisición del esquema corporal en los infantes de 5
    años al referirse al cuerpo del otro?

  • ¿Puede el infante representar de manera
    objetiva sus conocimientos sobre el esquema corporal cuando
    dibuja a otra persona o cuando se dibuja a sí
    mismo?

Con esta investigación se pretende identificar si
existen diferencias entre la psicomotricidad dirigida y la
psicomotricidad vivenciada, en su influencia sobre la
adquisición de la noción del esquema corporal, en
niños de 5 años.

Metodología

Muestra

El estudio se llevó a cabo con 48 niños y
niñas de 3º de Educación Infantil (2º
ciclo), con edades comprendidas entre los 5 y los 6 años.
Un total de 23 niños y 25 niñas. Los niños
proceden de 4 centros educativos de Madrid. Dos de los centros
utilizan metodologías de psicomotricidad dirigida y los
otros dos se basan en la psicomotricidad vivenciada.

Diseño de estudio

Se han tenido en cuenta los estudios de Koppitz (1991)
como modelo para la realización de esta
investigación, ya que afirma que por medio del dibujo se
muestra la adquisición del esquema corporal. Se tomaron en
cuenta sus variables, la metodología de trabajo y los
resultados a esperar.

Se decidieron tomar en cuenta las siguientes variables:
Cabeza; Ojos; Pupilas; Cejas o pestañas; Nariz; Fosas
nasales; Boca; Dos labios; Oreja; Cabello o cabeza cubierta;
Cuello; Cuerpo; Brazos; Brazos unidos a los dos hombros; Brazos
hacia abajo; Codos; Manos; Dedos; Correcto número de
dedos; Piernas; Rodilla; Pies; Pies bidimensional; Ropa una
prende; Ropa 2 ó 3 prendas; Ropa 4 o más
prendas.

Fase 1: Contacto con los centros
educativos.

Se seleccionan los cuatro centros participantes en
función del tipo de psicomotricidad que trabajan. Se
confirma el tipo de metodología utilizada a través
de una entrevista en la que se indaga en el tipo de
formación del docente, así como la
metodología de sus sesiones de psicomotricidad. Se tomaron
en cuenta aquellos centros que realizan una hora de sesión
semanal.

Fase 2: Desarrollo y creación de los
dibujos.

El docente desarrolló una sesión de
psicomotricidad, tal y como la realiza habitualmente. Al
finalizar la sesión, el docente les pidió a los
niños que hiciesen dos dibujos. En uno tenían que
dibujarse a sí mismos, y en el otro a un amigo. Se les
entregó dos folios, y puso a su disposición
lápices de colores. Hubo libertad de espacio y tiempo
durante la ejecución de los dibujos.

Fase 3: Recolección de datos.

Teniendo en cuenta las variables anteriormente
especificadas, se analizaron los dibujos, otorgando una
puntuación de 1 si la variable estaba presente, y de 0 si
no lo estaba. Se desarrollaron análisis paralelos para
cada uno de los dibujos.

Fase 4: Análisis
estadísticos.

Tras la recolección de datos, se realizó
un análisis de la varianza (ANOVA), a través del
programa Statistica7. A partir de estos análisis, se
obtienen los resultados que se presentan en el siguiente
apartado.

Resultados

Tras analizar los datos, se encontraron hallazgos sobre
la diferencia que ejercen estas metodologías en el
conocimiento del esquema corporal en los niños y
niñas de 5 años.

Se observó que los niños formados bajo la
educación psicomotriz enfocada a una metodología de
psicomotricidad dirigida fueron capaces de dibujar mayor cantidad
de partes del cuerpo que los niños de psicomotricidad
vivenciada. Aunque las diferencias no fueron
estadísticamente significativas (F1, 46=1.56,
P=0.21).

Al analizar la composición de los dibujos del
esquema corporal en los varones que realizan psicomotricidad
dirigida y los varones que realizan psicomotricidad vivenciada,
se encontraron diferencias estadísticamente
significativas, (F1, 26=4.34, P=0.04) a favor de los varones que
realizan psicomotricidad dirigida.

A diferencia, se observó que en las niñas
la metodología no ejerce ninguna influencia en la
composición del esquema corporal. Se obtuvieron
prácticamente las mismas puntuaciones en las dos
metodologías (F1, 18=0.00, P=0.95).

También se obtuvieron datos interesantes sobre la
influencia que ejerce el tipo de metodología para la
representación del cuerpo del otro.

Los datos obtenidos del análisis de los dibujos
del otro, muestran que los niños que reciben
psicomotricidad dirigida, tienden a identificar más partes
del cuerpo propio, que del cuerpo del otro (F1, 45=0.18,
P=0.66).

En cuanto a la comparación entre las puntuaciones
obtenidas por el total de la muestra en el dibujo de sí
mismo y en el dibujo del otro, los resultados, aunque no son
estadísticamente significativos (F1, 48=0.59, P=0.44),
muestran puntuaciones más altas en el dibujo de sí
mismo.

Discusión

En general, con los datos obtenidos, podemos decir que
el tipo de metodología utilizada en psicomotricidad no
influye, muy significativamente, en los niños en el
proceso de adquisición de la noción del esquema
corporal.

A lo largo de todo el estudio, se fue observando que las
niñas puntuaban más alto que los niños en la
representación del esquema corporal (tanto
dibujándose a sí mismas, como dibujando al otro).
Tal situación podría deberse a las diferencias en
cuanto a nivel evolutivo que niños y niñas tienen a
esta edad. La maduración de las estructuras cerebrales,
más homogénea en las niñas, y más
asimétrica en los niños, hace que las niñas
destaquen en capacidad de percepción, en atención y
en memoria; y que presenten una mayor coordinación
física de forma más precoz (Tarrés,
2012).

Se puede explicar otro de los datos relevantes obtenido:
los niños (varones), que reciben una educación
psicomotriz bajo la metodología dirigida, puntúan
más alto, y de manera significativa, que aquellos que
reciben formación en la metodología de tipo
vivencial. Siguiendo las expresiones de Tarrés (2012),
como hemos mencionado anteriormente, la maduración
cerebral del niño se produce de forma asimétrica,
dificultando la coordinación motora entre las dos partes
del cuerpo.

Este hecho puede hacer que, a través de la
metodología no dirigida o vivencial, el niño se
mueva utilizando su descoordinación de forma natural; sin
embargo, ante una sesión de dirigida y pautada, se
verá forzado a utilizar de un modo más coordinado,
las diferentes partes de su cuerpo. El niño construye su
esquema corporal a través del movimiento, por lo tanto, no
es de extrañar, que un movimiento más coordinado,
ejerza influencia positiva a la hora de adquirir una
noción de esquema corporal más completo.

Otro de los resultados más llamativos (aunque no
son estadísticamente significativos), fue la diferencia
encontrada entre las puntuaciones del dibujo de sí mismos
frente a las puntuaciones del dibujo del otro. Tanto niños
como niñas representaron mayor cantidad de partes del
cuerpo cuando se dibujaron a sí mismos que cuando
dibujaron a otro. Este hecho permiten indagar a mayor profundidad
la teoría de Koppitz (1991) que plantea que cuando el
niño dibuja al otro, lo realiza tomando en cuenta todos
los conocimientos que tiene sobre el esquema corporal, sin
embargo el estudio mostró que los niños de esta
edad dibujaron más partes de su propio cuerpo que del
otro.

A este respecto, nos planteamos una hipótesis
explicativa. Siguiendo una de las teorías más
tempranas de Piaget (1984), llegamos al egocentrismo o
centración infantil, aún presente en esta etapa.
Según Piaget, hasta los 6 años, el niño no
será capaz de abrir su mirada, cambiando el punto de vista
para empatizar con el otro; no puede entenderlo. Del mismo modo,
se puede señalar la Teoría de la Mente (Remack y
Woodruff, 1978), según la cual, el niño no es capaz
comprender a los demás, teniendo dificultad para anticipar
intenciones y acciones, o entender emociones, etc.

Estas dos teorías, extrapoladas al dibujo del
esquema corporal de sí mismo y del otro, podría
suponer una dificultad añadida para asimilar con la
suficiente profundidad, los detalles y características que
hacen al otro diferente a nosotros. Si hay una dificultad para
aproximarse a tal nivel al cuerpo del otro, esto
complicaría mucho la acción de
dibujarlo.

Esta investigación ha documentado efectos
diferenciales entre niños y niñas en la
aplicación de las metodologías de psicomotricidad
dirigida y vivenciada. En niños la metodología
dirigida favorece más la adquisición del esquema
corporal para su consecuente representación por medio del
dibujo. Futuros estudios ayudarán a indagar más
sobre estos aspectos y las causas de los patrones
detectados.

Bibliografía

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  • Zabalza, M (2008). Didáctica de
    la educación infantil. España: Narcea,
    S.A.

Datos de los autores:

Alberto Muñoz Muñoz

Doctor en Ciencias Biológicas. Profesor del
Departamento de Didáctica de las Ciencias Experimentales
de la Universidad Complutense de Madrid. Dirección de
contacto: alberto.munoz.munoz@edu.ucm.es

Ana Cristina Roa Ramírez

Investigadora en Educación Infantil. Docente del
Departamento de Educación Infantil y Básica de la
Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) en la
República Dominicana. Formación en psicomotricidad
por el Centro de Formación de Práctica Psicomotriz
Bernard Aucouturier (CEFOPP), Madrid, España.
Dirección de contacto: anaroa@ucm.es

María José Pascual
Barragán

Psicopedagoga especialista en Atención Temprana.
Ejerce como tal en el Instituto de Neuropsicología y
Psicopedagogía Aplicadas (INPA) de Madrid. Colaboradora en
varios proyectos de investigación vinculados al CSIC a
través de la Universidad Complutense de Madrid y al
Hospital Universitario La Paz. Ha desarrollado su labor
profesional en el ámbito clínico. Dirección
de contacto: mariajosepascualbarragan@gmail.com

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Autor:

Alberto Muñoz
Muñoz,

Ana Cristina Roa
Ramírez

Mª José Pascual
Barragán

 

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