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El adiós europeo al Estado del Bienestar (Parte II) (página 9)




Enviado por Ricardo Lomoro



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9

Lo primero que hay que decir es que el
sistema de cuentas nocionales sigue siendo un modelo de reparto,
con todo lo que esto implica. Esto quiere decir que se basa en la
llamada "solidaridad intergeneracional": los trabajadores del
presente le pagan la jubilación a los pensionistas
con
sus cotizaciones. Por lo tanto, no hay un ahorro real
detrás de las pensiones como ocurriría en un modelo
de capitalización.

Sin embargo, el sistema nocional tiene
algunas novedades muy importantes que lo diferencian del
actualmente vigente. El principal cambio es que pasa de un modelo
de "prestación definida" a uno de "aportación
definida
". De esta manera, a cada trabajador, cuando comienza
su carrera laboral, se le abre una "cuenta virtual" en la que se
van acumulando las cotizaciones que realice. Cuando
llegue el momento de la jubilación, la Seguridad Social le
informará de cuánto ha logrado atesorar y
esa cantidad se convertirá en un derecho que se irá
devengando durante el resto de su vida.

  • Ejemplo: un trabajador de 65 años
    tiene 300.000 euros en su cuenta virtual, que corresponden a
    la suma de las cotizaciones durante toda su vida laboral,
    ajustadas por un factor de revalorización. La
    Seguridad Social le informa de que tiene "derecho" a recibir
    ese dinero en prestaciones a lo largo de los años. Y
    la cantidad que cobrará mensualmente dependerá
    de la esperanza de vida que tenga por delante en el momento
    de la jubilación.

¿Cuáles son las ventajas de este sistema?
Para José Manuel Eguiagaray, presidente del Grupo
Consultivo de Unespa, la clave está en que es "claro y
diáfano
". De esta manera, los trabajadores
sabrán "cuánto han aportado y tomarán sus
decisiones", sobre su vida laboral y sobre cuándo
jubilarse. Y todo esto redundará en que las pensiones
saldrán del debate político, porque la
prestación ya no dependerá de la decisión
del Gobierno de turno, sino del ajuste de los parámetros
del sistema. En estos momentos, la mayoría de los
ciudadanos reconoce que no sabe cuánto cobrará
cuando se jubile. De hecho, en general, se tiende a sobreestimar
la paga que se recibirá en ese momento.

En cuanto a su sostenibilidad, el informe admite que "el
sistema de cuentas nocionales no es exactamente sostenible per
se
. También está sometido al peligro de
encontrarse en un punto en el que hay más compromisos que
dinero". Sin embargo, la novedad radica en que "al ser muy
transparente, los problemas de sostenibilidad pueden localizarse
con inmediatez, y corregirse de forma menos traumática.
Más aún, si está bien diseñado y las
reglas de reequilibrio están decididas previamente, el
sistema conoce siempre lo que debe hacer para garantizar
su balance".

Además, el modelo nocional tiene
otra ventaja: premia a aquellos que han contribuido por sus
aportaciones
durante toda su vida activa. En este sentido, se
asemeja al sistema de capitalización. Ya no habrá
períodos de cálculo de las pensiones que beneficien
a unos u otros. Cada uno tendrá lo que ha puesto, lo
que incentivará la "responsabilidad" de cada
trabajador
. Hace unas semanas, alertábamos de "la
reforma oculta" de las pensiones, esa tendencia a estrechar la
diferencia entre máximas y mínimas que se
está produciendo desde hace años y que amenaza con
dinamitar el carácter contributivo sobre el que se
fundó el modelo.

Los problemas

Como apuntamos, hay que tener muy en cuenta que la
bolsa que cada trabajador acumularía es
completamente virtual. Para pagarle la pensión
seguirá dependiendo de la cotización de otro
.
Por lo tanto, los problemas demográficos que prevemos para
el futuro también le afectan. Es decir, en el
cálculo de la pensión también habrá
que introducir la sostenibilidad de todo el sistema a medio
plazo. Siguiendo con nuestro ejemplo, no es lo mismo que ese
trabajador que ha acumulado 300.000 euros se jubile cuando hay 20
millones de cotizantes y una perspectiva demográfica
positiva, con millones de jóvenes a punto de entrar en el
mercado laboral; que le toque con 10 millones de trabajadores y
sin relevo a la vista. En uno y otro caso, la
prestación podría cambiar sensiblemente.

Eso sí, este ajuste será menor que el que
nos esperaría sin cambios porque el modelo vigente es,
directamente, insostenible a unas décadas vista. De hecho,
Eguiagaray confía en que, "si crece la economía y
la productividad", los ajustes serán menores y, en
cualquier caso, serán "transparentes y
previsibles
".

El segundo problema del modelo nocional es más
político y, quizás por eso, más complicado
de solventar. En general, desde que se creó el sistema de
la Seguridad Social se han otorgado "derechos" en forma de
pensiones que son superiores a las cotizaciones realizadas a lo
largo de la vida laboral.

Por lo tanto, si igualamos pagos e
ingresos, lo que ocurrirá en la práctica es que
habrá un descenso en las pensiones medias
. Eguiagaray
lo admite pero recuerda que "todas las reformas conducen a una
rebaja de la pensión media, no hay que hacerse trampas al
solitario. Todas tienden a reducir la tasa de sustitución,
pero ahora no se hace de forma tan clara. De hecho, seguir con
reformas como hasta ahora tiene sus límites. La variable
más eficaz es retrasar la edad de jubilación pero,
¿hasta cuándo podemos alargarlo?".

En este sentido, los autores del informe apuntan a que
será imprescindible un "período de
transición"
que podría suponer "un esfuerzo de
transferencia de recursos que equilibrasen en alguna medida esos
problemas; recursos que sólo pueden proceder del caudal de
ingresos impositivos. La transición puede tener un coste
para las finanzas públicas o puede demandar la
instrumentación de figuras tributarias específicas
hoy no existentes". En este sentido, surge la cuestión de
dónde poner "la edad de corte para la reforma", es decir,
quién se mantendría en el sistema antiguo y
quién en el nuevo.

Por último, está el tema de las
pensiones no contributivas
. Hasta ahora, buena parte de estas
prestaciones se pagaban con cargo a la Seguridad Social. De
hecho, el año pasado ya hubo que sacar del sistema a
algunos beneficiarios, puesto que no había suficiente con
el dinero de las contribuciones. Lo que ocurre es que entonces
habrá que pagarlas con fondos provenientes de los
impuestos.

El modelo sueco

En cualquier caso, lo que parece
evidente es que el sistema de financiación de las
pensiones tal y como está planteado actualmente no es
sostenible a medio-largo plazo. Los treintañeros
que se incorporaron hace una década al mercado laboral
saben que no cobrarán pensiones públicas como las
que disfrutan sus padres. Pero España no es el primer
país que se enfrenta a esta situación.

En Suecia, por ejemplo, en la década de los
noventa, se vieron ante la misma problemática. En 1998,
gracias al acuerdo entre los grandes partidos suecos, se
aprobó un cambio de un sistema de reparto puro a uno
mixto, en el que empresarios y trabajadores aportan un 19,5% del
sueldo en forma de cotizaciones, de las que un 17% cubre un
sistema nocional parecido al descrito en este artículo y
un 2,5% se destina a un fondo de capitalización
obligatorio y personal para cada trabajador (este último
punto está fuera del análisis de Unespa). Por
ahora, nada indica que algo así vaya a ser aprobado en
nuestro país. Pero los expertos ya avisan de que algo
habrá que hacer y no será suficiente con
pequeños parches.

El futuro de las pensiones y el ahorro de cara al futuro
(a verlas venir…)

– Una doble amenaza se cierne sobre los futuros
pensionistas españoles (Libertad Digital –
2/5/13)

(Por Domingo Soriano) Lectura recomendada

En lo que hace referencia a sus pensiones, probablemente
los españoles estén bastante desconcertados. Por un
lado, es raro el día en que no sale un responsable
público a la palestra a asegurarles que no tienen nada que
temer, que sus prestaciones de jubilación están
completamente garantizadas. Por otro, son casi igual de
habituales las noticias sobre cambios en el modelo. Y por
último, también es muy común que esos mismos
políticos que les dicen lo fantástica que es la
Seguridad Social, les recomienden hacerse un plan privado.
Así, parece lógico que muchos ciudadanos se
pregunten: si el sistema público es tan seguro como
afirman sus responsables, ¿por qué hay que estar
constantemente reformándolo?

Lo cierto es que hay muchos datos preocupantes en lo que
tiene que ver con la capacidad de la Seguridad Social de hacer
frente a sus obligaciones. En Libre Mercado le hemos dedicado
numerosos artículos a la cuestión. Sin embargo, hay
otra cara del problema a la que normalmente no se presta tanta
atención. Porque lo normal es que, puesto que existe una
creencia (casi certeza) de que las pensiones del futuro
serán más bajas que las actuales, España
fuera también uno de los países en los que
más peso tiene el ahorro individual para hacer frente a
esta situación. Y no es así. Ni por el lado
público ni por el privado
hay una respuesta clara: los
pensionistas españoles del futuro se enfrentan a una doble
amenaza.

La tasa de
sustitución

En cuanto a las pensiones públicas, uno de los
principales problemas de los españoles reside en su
desconocimiento. Como explicamos hace unos meses, no saben ni
cuánto cobrarán, ni los cambios legales que ha
habido en los últimos años ni las reformas ya
anunciadas. Sí, es posible que escuchen a veces noticias
sobre el problema que se ciernes sobre ellos, pero probablemente
no son conscientes de su magnitud.

Por ejemplo, en comparación con los países
de nuestro entorno, España tenía en 2007 una
tasa de sustitución del 81
%, frente al 34% de
Japón o al 40% de Alemania. Tras la reforma, este dato
habrá caído un poco pero, en cualquier caso, no
será posible garantizar un nivel que implica que la
diferencia entre pensión y último sueldo sea de
apenas un 20%.

Aunque se hace mucho hincapié en los temas
demográficos y en el envejecimiento previsto (y acelerado)
de la población española en los próximos
años, este dato es una buena piedra de toque de
cómo el sistema público está por encima
de sus posibilidades
. Sólo con llevar esa tasa de
sustitución a los niveles habituales en la OCDE, los
futuros pensionistas hispanos ya pueden ir haciéndose una
idea del camino que recorrerán sus pagas.

¿Ahorro?

En este sentido, desde la perspectiva
española, una de las primeras preguntas que surgen es
cómo pueden vivir los jubilados franceses o alemanes con
prestaciones que apenas llegan a la mitad de su último
sueldo. Y aquí aparece la segunda amenaza que se cierne
sobre los pensionistas patrios: su tasa de ahorro es mucho
menor que la de sus vecinos
. Es decir, que cuando desaparezca
parte de la paga pública a la que creían que
tenían derecho, se podrían encontrar sin el
colchón del ahorro privado.

Por ejemplo, si tomamos como referencia
los planes de pensiones, en Holanda los fondos acumulados por sus
ciudadanos llegan al 138% del PIB, en Reino Unido al 88% y
en Dinamarca al 49,7%. Mientras, en España apenas alcanzan
el 7,8%. Y como apuntaba el informe del BCE conocido hace unas
semanas sobre el patrimonio de los europeos, "sólo el 5,6%
de los españoles tiene fondos de inversión, frente
a un 17% de los alemanes u holandeses". De acuerdo a un estudio
de la CNMV, sólo el 27% de los españoles tiene plan
de pensiones, frente a un 49% de los americanos y lo mismo puede
decirse para fondos de inversión o acciones.

¿Y por qué se da esta situación?
Puede haber muchas explicaciones, desde sociológicas a
legales
, pasando por las pocas ventajas fiscales que puede
tener el ahorro en España respecto a otros países.
Pero no hay duda de que los fondos españoles tienen
también un problema de rentabilidad. Por alguna
razón, los beneficios de estos productos han estado, en
general, por debajo de lo habitual en la UE. Así,
según los datos del último informe de Inverco (la
patronal del sector) la rentabilidad media de los planes de
pensiones españoles a cinco años apenas llega al
1,85%; a diez años sube hasta el 3,09% (ver rentabilidad
en el gráfico superior).

Evidentemente, estos datos son una media. Hay gestores
que han conseguido importantes rendimientos, pero no han sido la
norma. Por un lado, hay que apuntar que muchas entidades
financieras ofrecen estos productos como forma de
fidelización
, con regalos y otros ganchos similares,
más que como una forma de inversión en sí
misma. Muchos contribuyentes, además, utilizan estos
planes como forma de optimización fiscal.

La opinión de los
expertos

Isca Noguera, responsable del Departamento de
Auditoría Financiera y Maite Lázaro, consultora de
Ahorro-Previsión de Optima Financial Planners, apuntan
algunas ideas interesantes para aquellos que estén
pensando en ahorrar de cara a su jubilación:

  • ¿Qué contratar?: "Los planes de
    perfil más arriesgado sí que dan rentabilidades
    más elevadas, sobre todo a medio plazo. Cuando una
    persona se acerca a la edad de jubilación, se le
    aconseja pasar uno con capital asegurado. A los
    jóvenes, se les aconseja planes de perfil de
    más riesgo".

  • ¿Rentabilidad o "ganchos"?:
    "Está claro que los regalos son muy bonitos, pero
    normalmente se dan a cambio de una penalización por
    retirar el plan en un tiempo determinado, para tener atado a
    los clientes. La gente debería tener en cuenta esto,
    lo importante no es lo que te pueden regalar, sino la
    rentabilidad del plan".

  • ¿Nos fijamos demasiado en la
    fiscalidad
    ?: "En la medida en que la fiscalidad es
    ventajosa, mucha gente contrata sólo para ahorrarse el
    IRPF. La rentabilidad no se tiene tan en cuenta. La gente no
    lo contempla como un producto de rentabilidad".

  • ¿Qué pasa cuando me llega el
    momento de cobrarlo
    ?: "Es lo más importante. Lo
    primero que hay que ver es si las aportaciones son hasta 31
    de diciembre de 2007; en ese caso normalmente interesa
    bastante cobrar en forma de capital, porque tiene una
    deducción del 40%, como una renta irregular. Las
    aportaciones posteriores, en general, interesa más
    cobrarlas en forma de renta".

  • ¿Cómo podría ayudar el
    Gobierno a relanzar estos productos
    ?: "Pues podría
    volver a aprobar esa reducción, para que te beneficies
    no sólo cuando aportas sino también cuando
    rescatas".

  • ¿Se puede rescatar el plan mientras
    estás trabajando si tienes más de 65
    años
    ?: "Entiendo que no. Si sigues generando
    rentas no puedes cobrarlo. Tienes que tener certificado legal
    de que eres jubilado (total o parcial). El rescate
    sólo se permite por jubilación, invalidez,
    desempleo o enfermedad grave".

Con tanto "meneo" en Europa, es importante ver
cómo funciona (¡o no!) el sistema USA

– El futuro del sistema previsional estadounidense
(Project Syndicate – 28/5/13)

(Por Laura Tyson) Lectura recomendada

Berkeley.- La primera ola de baby boomers
estadounidenses está llegando a la edad de jubilarse, y el
sistema de pensiones del país comienza a revelar sus
fallas. Más de la mitad del total de los trabajadores (y
más del 60% de los trabajadores de bajos ingresos)
están en riesgo de carecer de ahorros suficientes para
mantener su nivel de vida cuando dejen de trabajar. En un
reciente estudio comparativo internacional, el sistema de
pensiones estadounidense obtuvo la calificación "C"
(aprobado), pero para un número importante y cada vez
mayor de estadounidenses, no está funcionando
bien.

La lentitud de la recuperación de la
economía después de la Gran Recesión ha
agravado este problema. Llegado el momento de jubilarse, las
viviendas son el activo más importante para la
mayoría de los estadounidenses; pero a pesar de una subida
reciente, los precios de las propiedades siguen un 28% por debajo
del pico alcanzado en 2006, mientras que el 28% del total de los
propietarios deben más por sus hipotecas que lo que valen
sus propiedades.

Uno de los pilares fundamentales sobre los que se apoya
el modelo previsional estadounidense es el sistema de planes de
retiro empresariales con participación voluntaria. Pero
cerca de 16 millones de estadounidenses están desempleados
o ya no forman parte de la fuerza laboral; al mismo tiempo,
más de la mitad de los empleos creados durante la
recuperación son puestos de bajos salarios, que por lo
general no cuentan con planes de retiro. En cambio, la
mayoría de los 625.000 empleos del sector público
que se perdieron durante la recuperación ofrecían
generosas pensiones.

Casi el 60% de los trabajadores con
empleo en el sector privado y edades comprendidas entre los 25 y
los 64 años no están cubiertos por planes de retiro
empresariales; además, las tasas de cobertura
varían según los ingresos: en el cuartil superior
de ingresos la cobertura alcanza al 73% de los trabajadores,
mientras que en el cuartil inferior esa cifra se reduce al 38%.
También la participación en los planes varía
según los ingresos: la participación de
trabajadores de bajos ingresos es mucho menor que la de
trabajadores de altos ingresos. La falta de cobertura universal
implica además que los trabajadores entran y salen de los
planes según cambian de empleo; el resultado es que
más de un tercio de todas las familias termina sin ninguna
cobertura de pensión empresarial. En cambio, en otros
países donde los empleadores y los empleados están
obligados a participar en planes de retiro empresariales de nivel
nacional, la cobertura es casi universal.

El ahorro personal es otro pilar del
sistema previsional estadounidense, pero para la mayoría
de las familias resulta muy insuficiente, debido en parte a las
dificultades para ahorrar provocadas por décadas de
estancamiento de la franja media de salarios. Según un
estudio reciente, la tercera parte de los estadounidenses de
entre 45 y 54 años de edad no tienen ahorros
específicamente destinados a la jubilación. En
tanto, tres cuartos de las personas próximas a retirarse
(aquellas con edades entre los 50 y los 64 años) cuentan
con ingresos anuales inferiores a 52.201 dólares y, en
promedio, tienen menos de 27.000 dólares ahorrados para el
retiro.

En Estados Unidos, los ahorros jubilatorios gozan de
generosas exenciones impositivas, pero estas benefician a los
destinatarios equivocados y sus resultados son limitados.
Más del 80% del valor de las exenciones va a parar al 20%
superior de los contribuyentes que ganan más de 100.000
dólares por año. Además, el sistema le
cuesta al fisco estadounidense casi cien mil millones de
dólares al año, pero tiene poco efecto sobre el
nivel de ahorro; en cambio, induce a los contribuyentes de altos
ingresos a pasar sus ahorros a activos exentos de impuestos. Esta
es una de las razones principales por las que el presidente
Barack Obama propone limitar las exenciones.

Hay una propuesta más radical según la
cual se eliminaría las exenciones impositivas para
reemplazarlas con un crédito fiscal reembolsable,
condicionado a los medios del contribuyente, que se
depositaría directamente en su cuenta individual de retiro
(cuenta "IRA", por sus siglas en inglés) a modo de aporte
complementario del Estado. Está visto que los
contribuyentes responden mejor a incentivos basados en aportes
complementarios que a exenciones impositivas, porque los primeros
son más fáciles de comprender y más
transparentes.

La falta de inclusión en planes
empresariales y la insuficiencia de los ahorros personales
provocan que más de la tercera parte de las familias
estadounidenses (y más del 75% de las familias de bajos
ingresos) dependan totalmente de la Seguridad Social como fuente
de ingresos después del retiro. Y como esto compensa
solamente alrededor del 40% de los ingresos previos al retiro en
el caso de los trabajadores de bajos ingresos y menos de la
tercera parte en el caso de los trabajadores de ingresos medios,
la dependencia exclusiva de la Seguridad Social equivale a vivir
en la línea de pobreza o por debajo de ella. (En otros
países desarrollados, el porcentaje de sustitución
de ingresos se sitúa en torno del 70%, mientras que el
valor de referencia que recomiendan los expertos en asuntos
previsionales es 80%.)

Para hacer frente a la crisis jubilatoria que se cierne
sobre Estados Unidos, es necesario aumentar la inclusión
de los trabajadores en los planes de retiro empresariales. Una
medida eficaz sería inscribir automáticamente a
quienes no manifiesten explícitamente su decisión
en contrario; cuando se aplica este sistema, la
participación de los empleados salta por encima del 90%.
De hecho, en una investigación reciente se
descubrió que la inscripción automática es
mucho más eficaz que las exenciones impositivas como modo
de incentivar el ahorro para la jubilación.

Sin embargo, aunque casi todos los trabajadores
estadounidenses pueden tener cuentas IRA con beneficios
impositivos, muchos empleadores no ofrecen los correspondientes
planes de retiro. Según la propuesta de Obama, estos
empleadores estarían obligados a ofrecer a sus
trabajadores la realización automática de aportes a
sus cuentas IRA por medio de una retención
periódica del sueldo. Para alentar la participación
de los trabajadores de bajos ingresos, se deberían ofrecer
aportes complementarios del Estado en la forma de créditos
fiscales, como sustituto o como añadido al sistema de
exenciones impositivas.

En California y algunos otros estados también se
está evaluando la creación de nuevos planes de
ahorro, administrados por los estados, que beneficiarían a
los trabajadores del sector privado que no tengan acceso a planes
de retiro empresariales. El plan de California (que se basa en
una propuesta de Teresa Ghilarducci y sus colegas) supone la
inscripción automática de aquellos trabajadores del
sector privado que trabajen en empresas con cinco o más
empleados en las que no se ofrezcan planes de retiro. Para los
aportes, los empleadores retendrían automáticamente
el 3% del salario bruto, que sería el porcentaje
estándar; los empleados podrían ajustar esa cifra o
pedir que se los excluya del sistema.

Según este esquema, cada trabajador
tendría una cuenta individual (que a los efectos
impositivos se consideraría equivalente a una cuenta IRA),
pero los activos de los que dependerían las prestaciones
del plan se colocarían en un fondo fiduciario
común, con rentabilidad real garantizada por un seguro
privado y que se distribuiría en forma de anualidad tras
la jubilación. Cada cuenta estaría vinculada con el
trabajador, no con los empleadores, lo que garantizaría la
portabilidad entre empleos. (La falta de portabilidad y de
anualidades es un importante defecto de la mayoría de los
planes de retiro empresariales.) Una junta independiente se
encargaría de supervisar la administración del plan
del estado, y los administradores de los fondos de
inversión se elegirían mediante llamado a
licitación.

Hace poco, el senador Tom Harkin propuso un plan
nacional con características similares para todos los
trabajadores cuyos planes de retiro empresariales no cumplan
ciertos requisitos mínimos. En los estudios comparativos
internacionales, los países cuyos planes de retiro
aventajan a los de Estados Unidos en cuanto a cobertura, nivel de
prestaciones y sostenibilidad a largo plazo son los que,
además de sus programas básicos de seguridad
social, tienen planes nacionales de pensiones. En algunos casos
la participación es obligatoria, en otros hay
inscripción automática y en otros la
participación se incentiva mediante aportes
complementarios del Estado.

Si Estados Unidos facilitara el ahorro y
lo hiciera financieramente más atractivo, mediante un
mejor diseño de las exenciones impositivas, aportes
complementarios del Estado, cuentas IRA de inscripción
automática y planes de retiro administrados por los
estados, lograría un importante incremento del ahorro
previsional, especialmente en familias de ingresos bajos y
medios. También sería útil mejorar el nivel
de conocimientos financieros de la población. La presente
obsesión por el déficit fiscal y las restricciones
presupuestarias no debe hacernos olvidar la necesidad de
implementar reformas para hacer frente a la crisis jubilatoria
que se cierne sobre muchos estadounidenses.

(Laura Tyson, a former chair of the US President's
Council of Economic Advisers, is a professor at the Haas School
of Business at the University of California, Berkeley)

El "factor de sostenibilidad" en Europa

"En Europa ya hay siete países que han
introducido esta variable en su sistema y que pueden servir de
inspiración para el caso español. El factor de
sostenibilidad es un mecanismo de ajuste automático de
ciertos parámetros de las pensiones -edad de
jubilación, años de cotización necesaria, o
importe inicial de la pensión- vinculado a la esperanza de
vida de la población y que ya está implantado en
varios países europeos. De esta forma, si la esperanza de
vida aumenta (o disminuye) en una población, esos
parámetros se recalculan de acuerdo con una fórmula
proporcional"…
Así se garantiza en el resto Europa
la sostenibilidad de las pensiones (Expansión –
7/6/13)

El Ejecutivo español quiere que la reforma de las
pensiones, se fundamente en esta variable (hay que recordar que
en la ley de 2011 ya se introducía este factor, aunque no
se detalla su aplicación). Las experiencias de los
países de nuestro entorno suponen un buen ejemplo para ver
cómo se puede desarrollar este factor de sostenibilidad.
Los países que ya han puesto en práctica este
sistema son Dinamarca, Finlandia, Francia, Grecia, Italia,
Países Bajos y Portugal. Todos utilizan para su
cálculo proyecciones demográficas de los institutos
estadísticos oficiales. En el caso de España,
sería el Instituto Nacional de Estadística.
Además, en estos casos la revisión de los
parámetros de la pensión se hace de forma
periódica (la ley española de 2011
establecía que fuera cada cinco años).

A continuación, se analiza cómo lo han
hecho algunos países europeos:

Italia.- Edad de jubilación En Italia, los
ajustes de la edad de jubilación se van a realizar cada
tres años a partir de 2013, y se basarán en datos
medios del último trienio respecto a los del trienio
anterior, y a partir de la edad de jubilación actual de 65
años. Años de cotización Italia ha
incorporado esta vinculación para el caso de años
cotizados mínimos para acceder a la jubilación
anticipada a partir de 2013. Y se va a utilizar el mismo
mecanismo que el mencionado para la edad de jubilación:
cada tres años y basados en datos medios del último
trienio respecto a los del trienio anterior.

Francia.- Años de cotización Francia,
desde 2009, incluye un mecanismo de ajuste de los años
cotizados al ritmo del aumento de la esperanza de vida a los 61
años, con el objetivo de mantener constante el ratio entre
años cotizados y años de cobro de
pensión.

Portugal.- Importe de la pensión En Portugal
ajustan directamente el importe de la pensión inicial
multiplicándola por un factor de sostenibilidad. La
fórmula es el cociente de las esperanzas de vida, la
actual y la futura (si la futura es mayor el cociente dará
un valor inferior a 1, por el que habrá que multiplicar el
importe inicial de la pensión).

Finlandia.- Importe de la pensión En Finlandia
también ajustan directamente el importe de la
pensión inicial multiplicándola por un factor de
sostenibilidad, aunque con una fórmula diferente a la
portuguesa. En Finlandia es un cociente algo más complejo
que incorpora valores de renta.

Grecia.- Edad de jubilación En Grecia, las edades
mínima y ordinaria de jubilación (65 años)
se ajustarán de forma automática según los
cambios en la esperanza de vida a partir de 2021. Pero la forma
en cómo se pondrá en práctica está
todavía por regular.

Dinamarca.- Edad de jubilación En Dinamarca la
edad de jubilación quedará fijada en los 67
años en 2022. A partir de entonces la edad de
jubilación se vinculará a la evolución de la
esperanza de vida a los 60 años tomando como base la del
año 2020 y con un desfase de 5 años.

Países Bajos.- Edad de jubilación En
Países Bajos está previsto aumentar la edad de
jubilación hasta 67 años en 2025 y luego vincularla
a la esperanza de vida aunque la propuesta concreta está
pendiente.

Como "hacerse el sueco" (de verdad):
capitalización y un modelo sostenible

"Aunque viendo su actual prosperidad pueda parecer
sorprendente, hace dos décadas la situación
económica de Suecia no era demasiado envidiable. Las
finanzas públicas estaban al límite y
aparecía en el horizonte una importante
amenaza
demográfica, con la generación del
baby-boom, que veía cómo se acercaba su retiro
(en 15-20 años) sin un reemplazo laboral claro"…

Pensiones en Suecia: la reforma que el PP no se atreve a hacer
(Libertad Digital – 7/9/13)

Ante esta perspectiva, los grandes partidos iniciaron
crearon una comisión, formada por técnicos
más o menos alejados de la política, que hiciese
una propuesta de reforma del sistema nacional de pensiones. No
fue sencillo llegar a un acuerdo. De hecho, los primeros pasos en
esta dirección se dieron en 1984 y la reforma se
aprobó en el Parlamento en 1994, con los votos a favor de
cinco de los siete partidos presentes y una abrumadora
mayoría (para más información, Johannes
Hagen, de la Universidad de Uppsala, ha publicado este mismo
año un completísimo relato de todo el
proceso).

Finalmente, Suecia se convirtió en el primer
país europeo que acometía un cambio radical de su
sistema de prestaciones de jubilación. ¿Las
claves?: igualar contribuciones y prestaciones, asegurar en lo
posible el equilibrio financiero del modelo de reparto y, sobre
todo, abrir la puerta a un sistema de capitalización
individual dentro del sistema público.

Mientras, en España, en los últimos
años, se han sucedido las reformas. PP y PSOE se refugian
en el Pacto de Toledo para aprobar cambios que reducirán
la prestación de las futuras pensiones: endurecimiento de
las condiciones de acceso, nuevos índices para la
revalorización,… Todo se hace en nombre de la
sostenibilidad de un sistema tan "sostenible" que hay que ajustar
cada poco tiempo para que no quiebre.

Las claves del modelo

Lo primero que hay que decir es que el modelo sueco no
es de capitalización como el chileno. En el país
escandinavo, sólo un pequeño porcentaje de cada
pensión se gestiona de forma similar a como se hace en
este tipo de sistemas. Y ni siquiera para esta parte se cumple
con todos los requisitos normalmente asociados a la
capitalización.

– Mínimo garantizado: corresponde a lo que en
España son las pensiones no contributivas. El Estado sueco
reconoce a todos aquellos que lleguen a la edad de
jubilación (y hayan vivido en su territorio durante al
menos cuarenta años) unos ingresos mínimos. En
2012, para un soltero o viudo, La prestación mensual
sería de unos 870 euros.

Esta cantidad sólo se recibe si no hay otras
fuentes de ingresos, pero también hay complementos para
aquellos con pensiones muy bajas. Es decir, alguien que tenga
derecho a una pensión contributiva de (por ejemplo) 700
euros, tendrá derecho también a un sueldo
suplementario, para que al menos llegue a esos 870 euros, aunque
normalmente superará ligeramente esa cantidad, con el
objetivo de que el que ha sido cotizante tenga algún tipo
de beneficio.

El límite para tener derecho a alguna paga de
este mínimo garantizado era en el último ejercicio
de unos 1.250 euros mensuales. Alguien que gane menos con su
pensión normal, tendrá un complemento no
contributivo. Un aspecto muy importante de esta herramienta es
que se financia año a año vía impuestos, lo
que quiere decir que está al margen del resto del
sistema.

– Cuentas nocionales: éste es el corazón
del sistema sueco. Las cotizaciones sociales en el país
escandinavo se dividen en dos partes: un 16% va al
"inkomstpension" (cuentas nocionales) y un 2,5% al Premium
Pension Scheme (el modelo de capitalización que explicamos
en el siguiente epígrafe).

En España, un grupo de expertos convocados por
Unespa (la patronal de los seguros) y presidido por el exministro
socialista José Manuel Eguiagaray abogó por un
cambio en la dirección de las cuentas nocionales. La clave
reside en que el trabajador tiene derecho a recibir
durante su jubilación el equivalente (más o menos)
a lo que ha cotizado. Es decir, se acaba el período de
cálculo, los años de cotización para cobrar
el máximo y los demás indicadores.

Así, cuando un trabajador alcanza los 65
años y decide retirarse, se calcula cuántos
años le quedan de vida. Se suma cuánto ha
contribuido al sistema. Y se le calcula su paga en función
de ambas variables. Es un modelo totalmente de reparto, pero con
dos importantes matices respecto a lo vigente en España.
Por un lado, existe una cierta justicia en que todo lo cotizado
cuente. No hay efectos frontera por haber trabajado un mes
más o menos; ni la mala suerte de quedar en paro en los
últimos años de la vida activa acaba con las
expectativas del jubilado.

Pero además, el modelo sueco incluye un sistema
de revalorización constante. El incremento anual en las
pensiones se establece en relación con la subida de los
salarios, en una especie de equilibrio intergeneracional: si
suben los ingresos de los cotizantes, también lo
harán los de aquellos que viven de sus cotizaciones (y a
la inversa).

Por último, existe un mecanismo de ajuste
automático. Se calcula cuánto debe el sistema
(valor actualizado de las pensiones) y se compara con sus
"activos" (cotizaciones más los fondos de salvaguarda que
ha acumulado el Estado sueco). En el caso de que la
relación sea negativa, se ajustan las pensiones
inmediatamente a esta circunstancia, con recortes en las
prestaciones. Desde 2001, esta circunstancia sólo se ha
producido en dos ocasiones, 2010 y 2011, y en ambos casos el
Gobierno aprobó mecanismos extraordinarios de
compensación.

– Cuentas individuales: es la tercera pata del modelo y
posiblemente la más novedosa. El 2,5% del salario de los
trabajadores suecos va destinado a estas cuentas. Con esa
cantidad, pueden invertir en los centenares de fondos (hasta 800)
que existen en el país. O, si lo prefieren, en un fondo
público, gestionado por el Gobierno y que invierte con
criterios más conservadores.

Las posibilidades son infinitas. Cada persona puede
distribuir su dinero entre varios fondos y cambiar a lo largo del
año. Las compañías tienen la
obligación de informar a sus clientes de sus tarifas y
comisiones, así como de su filosofía de
inversión. Y los fondos están divididos en
categorías, en función del riesgo de sus
inversiones.

A partir de los 61 años, los suecos pueden
empezar a cobrar el dinero acumulado. Y se permite asociar los
beneficios a una tercera persona (cónyuge o hijos) o
unirlos a los de la pareja para que, en caso de fallecimiento, el
otro siga cobrando del dinero ahorrado. En esencia es un modelo
capitalización, con algunas restricciones en cuanto a
retirada de fondos o beneficiarios.

– El "sobre naranja": es la cuarta "pata" del sistema.
No implica otro fondo ni nada parecido. El sobre naranja que
todos los suecos reciben al comienzo de cada año les
informa de cómo van sus fondos. De esta manera, indica por
una parte cuánto hay en su cuenta nocional ficticia
(puesto que hay que recordar que este dinero lo pagan los
actuales cotizantes, con los riesgos que eso implica). Y
también les dice cómo va su fondo de ahorro
individual.

Con esta información, el trabajador sabe con
bastante precisión qué pensión le
quedaría, en función también de a qué
edad elige retirarse. Porque ésta es otra
característica del modelo: al tener información
detallada, es el trabajador el que decide, dentro de unos
parámetros muy amplios, si prefiere jubilarse antes con
una pensión más reducida o ahorrar algo más
y retrasar el fin de su vida activa.

Los matices

Evidentemente, un cambio de esta magnitud es complicado
de hacer. Para empezar, un modelo de cuentas nocionales
implicaría un recorte en las prestaciones prometidas con
los actuales requisitos de acceso al sistema (tras la
última reforma, 37 años de cotización
requeridos para cobrar el 100% y 25 años período de
cálculo).

Por lo tanto, sería imprescindible un
período de transición para que aquellos que
están cercanos a la edad de jubilación, y no tienen
margen de maniobra, no se vean perjudicados.

Además, hay que tener en cuenta que la
situación del mercado laboral en España dista mucho
de la sueca. Con un 27% de paro, el número de trabajadores
que sustenta con su cotización a los pensionistas es muy
reducido. Eso sí, al menos hay mucho margen de mejora,
para sostener el sistema durante el período de
transición. Y está la famosa "hucha" de las
pensiones, que se podría utilizar como colchón de
seguridad. El "baby-boom" en España fue algo más
tardío que en otros países, al igual que la
incorporación de la mujer al mercado laboral, por lo que
hay cierto margen hasta 2025-2030 para ir preparando el sistema
(hasta ese momento seguirá creciendo, en teoría, la
fuerza laboral).

En cualquier caso, no parece que éste vaya a ser
el camino seguido por los políticos españoles. En
1996, durante la primera legislatura de Aznar, se habló
mucho de que el Gobierno tenía un informe sobre la mesa
para pasar al modelo chileno de pensiones. Ahora, 17 años
después, durante los que se podía haber avanzado
mucho, eso se da políticamente por imposible (aunque son
muchos los expertos que creen que sería una
solución factible). El ejemplo de Suecia es un paso
intermedio, con un modelo de reparto más sostenible y algo
de capitalización. Además, en el país
escandinavo, las pensiones de la gran mayoría de los
trabajadores se complementan con planes empleado-empresa, un
camino que en España está por recorrer.

Nada de esto parece que vaya a impulsarse en nuestro
país. El Gobierno ya ha dicho que su reforma de pensiones
es la que está sobre la mesa. Y los fundamentos no
cambian, por falta de ambición o de convicción. El
factor de sostenibilidad introduce un cierto componente de
equilibrio financiero, pero le faltan algunos elementos clave del
sistema de cuentas nocionales. Los jubilados españoles,
presentes y futuros, ya saben a qué atenerse.

El Gobierno polaco se "argentiniza" (el último
tango en Varsovia o un ensayo europeo)

"El Gobierno polaco ha anunciado esta semana que
transferirá más de la mitad de los activos de los
fondos de pensiones privados al estado. Hoy un miembro del banco
central polaco ha defendido esta decisión"…
El
Gobierno polaco confisca los fondos de pensiones privados
(Expansión – 7/9/13)

Polonia anunció el 4 de septiembre (2013) que
transferirá al estado muchos de los activos de los fondos
de pensiones privados para recortar la deuda pública del
país. Los analistas consideran que estaría poniendo
en peligro el futuro de miles de millones en inversiones
nacionales y extranjeras.

Aunque se esperaba una reforma de calado, el anuncio del
Gobierno fue más lejos de lo que esperaban los mercados y
está sacrificando su tradicional defensa del libre
comercio para calmar a una población golpeada por la
crisis económica. La organización de fondos de
pensiones de Polonia ha señalado que esta decisión
podría ser inconstitucional. Al fin y al cabo,
señalan, se estarían confiscando activos privados
sin ofrecer una compensación.

El primer ministro polaco se apresuró a aclarar
que aunque los fondos privados que se encuentren dentro del marco
de aquellos que garantiza el estado se transferirían a un
vehículo financiero público, se conservarían
las posiciones de los inversores. Anna Zielinska-Glebocka
aseguró que Polonia no alcanzará un crecimiento
potencial del 3 al 4 por ciento (un 0,8% más que ahora)
sin un estímulo de las inversiones que sirva para reforzar
la demanda doméstica y para reducir el peso de las
exportaciones de las que el país depende en estos
momentos. Zielinska-Glebocka señaló que "los
cambios en el sistema de pensiones son positivos" para impulsar
"las inversiones" y que el impacto de las nuevas medidas se
sentirá más en 2015 que en 2014.

La solución para el "crecimiento" europeo
está en la "exportación"… ¿de
abuelas?

"Hacerse mayor en Alemania está empezando a
ser prohibitivo. Tanto para las familias de los ancianos como
para los propios jubilados se hace cada vez más
difícil asumir el coste de una residencia o de un cuidador
a domicilio. ¿La solución? Salir de Alemania. La
"exportación de abuelas", como han acuñado el
fenómeno en los medios germanos, está la orden del
día"…
La "exportación de abuelas": un
fenómeno creciente entre los jubilados de Alemania (El
Economista – 16/9/13)

Con un precio medio de 3.250 euros al mes, la tarifa de
las residencias de ancianos en Alemania se presenta
difícil de cubrir incluso para aquellos abuelos que
cuentan con ahorros además de con una pensión
estatal. Según una encuesta elaborada el pasado mes de
marzo por TNS Emni, uno de cada cinco germanos están ahora
dispuestos a considerar la opción de salir del país
para su retiro.

Y el destino predilecto es, por el momento, la vecina
Polonia. De acuerdo con los datos recopilados por "Bloomberg",
allí hay residencias cuyo precio medio ronda los 1.200
euros mensuales.

Pero los ciudadanos alemanes no solo evalúan el
precio. Los servicios y cuidados ofrecidos por los
establecimientos polacos son en muchos casos mejores de los que
proporcionan sus homólogos alemanes.

"Por casi un tercio de lo que pagaba en Alemania, Sonja
vive en una centenaria villa de lujo restaurada donde disfruta de
buenas comidas, atención las 24 horas del día y
terapia física intensiva", cuenta la agencia de noticias
financieras. Se trata del caso de Sonja Miskulin, una alemana de
94 años afectada de demencia senil a quien su hija ha
decidido trasladar a una residencia de Polonia
recientemente.

Las ayudas que concede el Gobierno alemán
descienden cuando el cuidado del anciano se realiza fuera del
país a unos 700 euros, menos de la mitad del máximo
que se puede percibir dentro de Alemania, pero una cantidad
más que suficiente para para cubrir los gastos de la
residencia polaca junto con la pensión y los posibles
ahorros.

"He trabajado muy duro para tener lo que tengo", explica
Ingrid Fetz, una jubilada de 74 años dispuesta a marcharse
después de hacer cuentas. "Me rompería el
corazón tener que entregar mi casa a una residencia,
así que pensé, ¿por qué tengo que
quedarme en Alemania?", añade.

"Solo puedo decir, hijos, cuando vuestros padres se
hagan mayores, llevadlos a Polonia", declara la hija de Sonja
Miskulin, que atendió a su madre en casa hasta que su
enfermedad lo hizo imposible y que ahora debe conducir nueve
horas para verla.

Este convencimiento, expresado a través de estos
casos concretos, es creciente. El número de familias que
afirma que el traslado es la única opción para dar
un retiro barato y de calidad a sus parientes está
empezando a ser tan generalizado que los medios germanos ya se
hacen eco de la tendencia, a la que han denominado la
"exportación de abuelas".  A la vez, el principal
diario de Múnich habla de "colonialismo
gerontológico".

Mientras, en Polonia acogen de buen grado a los nuevos
inquilinos. Residencias como la que acoge a la señora
Miskulin aseguran que pronto la mitad de sus clientes
serán de Alemania y crece el número de
establecimientos donde se habla alemán e incluso se
ofrecen en el menú comidas típicas
alemanas.

UE: una veintena de países ha cambiado su sistema
desde 2008, la mayoría sin acuerdo

"El Gobierno no tiene fácil lograr un pacto
para reformar las pensiones. Lo pudo comprobar la semana pasada,
cuando el Consejo Económico y Social rechazó su
propuesta y le pidió que empezara de cero. Y lo ha
certificado esta semana, cuando se dio de frente con todos los
grupos de la oposición. Pero si no tiene éxito,
desde luego, no será una excepción en Europa. Desde
2008 hasta ahora 22 países han reformado sus sistemas de
pensiones, y en la mayor parte de ocasiones, el pacto entre
Gobierno y agentes sociales ha sido imposible"…
A Europa
se le atragantan los pactos para las reformas de pensiones (El
País – 6/10/13)

"La fuerte presión para hacer reformas, debido a
la crisis económica y la necesidad de reducir el gasto
público, ha limitado la posibilidad de que los sindicatos
lleguen a influir y, en muchos países, ha acabado con el
fracaso de las negociaciones y la ruptura del diálogo
social", analiza un informe de Eurofound, una fundación de
la Unión Europea integrada por sindicatos, empresarios y
la propia UE, que está en consonancia con imágenes
como la de hace un par de semanas en Polonia, donde el Gobierno
de Donald Tusk se encontró manifestaciones multitudinarias
encabezadas por Solidaridad por su plan de reforma. Y el rechazo
no solo se da en los representantes de los trabajadores, antes de
la CEOE, ya en 2009 los empresarios suecos se disgustaron por
varios ajustes que hizo el Gobierno del país
escandinavo.

"Es la orientación general", explica José
María Zufiaur, del Consejo Económico y Social
europeo (CES), "los Gobiernos siguen las orientaciones de
Bruselas en temas que no son de su competencia. Da lugar a
reformas impuestas sin consenso social". Los mayores
desencuentros se han dado en países rescatados, excepto en
Portugal, donde la reforma hecha cuatro años antes del
rescate evitó que la troika -el FMI, el BCE y la UE-
impusiera una nueva, aunque eso no le evitó una
congelación de pensiones de 2011 a 2013. Entonces se
retrasó la edad de jubilación hasta los 65
años y se creó un factor de sostenibilidad ligado a
la esperanza de vida.

Portugal se adelantó en cinco
años al Libro Blanco de la Comisión Europea. En
este informe, como en el Ageing Report 2012 también de la
Comisión, se apunta el problema demográfico al que
Europa enfrentará en las próximas décadas
por su envejecimiento que puede elevar el gasto medio en
pensiones en la UE para 2060 hasta el 12,5% del PIB (Italia se
sitúa ya en torno al 15%). Para contener ese gasto, el
Libro Blanco aconseja reformas que "vinculen la edad de
jubilación a los aumentos de la esperanza de vida",
"restrinjan el acceso a la jubilación anticipada", "iguale
la edad de jubilación de hombres y mujeres" o se "fomente
la constitución de planes de ahorro privado". La
crítica que hace Zufiaur, del CES europeo, a este
planteamiento es que "se está aprovechando la crisis" para
hacer reformas que él considera
"ideológicas".

Esos consejos se siguieron en Grecia, donde hasta el
rescate existía uno de los sistemas más generosos
del continente. A pesar del rechazo social, entre 2010 y 2012,
los diferentes Gobiernos helenos han ido implementando las
condiciones de la troika que suponen elevar de 60 a 65
años o aumentar las carreras de cotización para
cobrar el 100% de la pensión hasta los 40
años.

Tampoco fue posible el pacto en Irlanda, donde el
año que viene la edad de jubilación se
elevará a 66 años, en 2021 subirá hasta los
67 y en 2028 se llegará a los 68 años. "En Irlanda,
la consulta tripartita ha sido un instrumento fuerte en el
pasado, pero la crisis económica ha traído la
ruptura del vínculo de acuerdos de nivel nacional en
políticas clave", expone Eurofound.

Pero el choque entre Gobiernos y agentes sociales por
las reformas de pensiones no se han quedado solo en los
países rescatados. También en los grandes
países de la Unión con reformas recientes -algunas
de ellas abortadas en parte, como la de 2010 en Francia- ha sido
posible llegar a una entente. En Italia, como en Suecia o
Bélgica, lo que hizo imposible el acuerdo social fueron
las prisas. "La adopción de medidas ha tenido un ritmo muy
rápido y los agentes sociales no han tenido suficiente
tiempo para expresar su opinión", lamenta
Eurofound.

Una de las reformas de mayor calado del Gobierno de
Mario Monti fue la de pensiones, en línea con muchas de
las peticiones de su patronal, Confindustria, pero lejos de los
sindicatos. Italia es uno de los países en los que la edad
de jubilación de hombre y mujer es distinta ahora y donde
se prevé igualarla, concretamente en 2018, donde ambos
sexos se retirarán los 66 años. Además,
siguiendo el modelo sueco, se cambió sustancialmente la
naturaleza del sistema al adoptar las cuentas nocionales: un
modelo en el que el trabajador tiene una cuenta personal en la
que se anotan sus aportaciones al sistema, a través de las
cotizaciones, y se le aplica un coeficiente de rentabilidad.
Llegado el momento de jubilarse, la pensión se calcula
según lo acumulado en esa cuenta.

La contestación social en Francia, probablemente
el país de Europa donde hay ahora un sistema más
generoso, contra los cambios en las pensiones se agotó en
2010, cuando Sarkozy sacó adelante el retraso gradual de
la edad de jubilación de 60 a 62 años en 2018.
François Hollande llegó al poder prometiendo una
derogación de esta reforma, pero solo lo hizo en parte.
Ahora el presidente francés, siguiendo el dictado de la
UE, está tramitando un aumento del periodo de
cotización exigido que está encontrando un
débil rechazo en la calle.

Las opciones de acuerdo o choque en Europa no
acabarán cuando se acabe la tramitación de la
reforma que en España ha comenzado su andadura en el
Congreso u Hollande saque adelante la suya. El envejecimiento de
la población en Europa va para largo y, como recuerda
Eurofound, "las reformas de pensiones se mantendrán en la
agenda de muchos países".

 

 

Autor:

Ricardo Lomoro

 

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9
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