Monografias.com > Psicología
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Análisis del Caso Dora-Sigmund Freud




Enviado por Roxana Torre



Partes: 1, 2

  1. Características de la personalidad
    histérica
  2. Manifestaciones clínicas más
    comunes en la histeria-Síntomas
  3. Breve
    introducción al Fragmento de análisis de un
    caso de Histeria (1905)
  4. Primer
    episodio de Dora con el Sr. K. "El episodio del
    beso"
  5. Segundo episodio de Dora con el Sr. K. "El
    episodio del lago"
  6. Conclusión
  7. Bibliografía

La histeria

Monografias.comes una
afección psicológica que pertenece al grupo de las
neurosis y que padece el uno por ciento de la población
mundial. Se encuadra dentro de los trastornos de
somatización y se manifiesta en el paciente en forma de
una angustia al suponer que padece diversos problemas
físicos o psíquicos. En tanto que neurosis, no se
acompaña nunca de una ruptura con la realidad (como en el
delirio) ni de una desorganización de la personalidad.
Técnicamente, se denomina conversión
histérica.

El cerebro histérico no está enfermo, pero
ciertas regiones son, manifiestamente, sede de una actividad
anormal, y determinados circuitos parecen encontrarse
transitoriamente bloqueados por una especie de parálisis
funcional.

Es a través de la histeria que surgen los
conceptos más importantes del psicoanálisis. Para
Freud todo el fenómeno histérico está
determinado por el mecanismo de la defensa.

El concepto de defensa, determinante de los
fenómenos histéricos, es esencial en la
conceptualización teórica que realiza
Freud.

En Estudios sobre histeria, podemos vislumbrar en la
obra de Freud el origen del psicoanálisis. Es en el
tratamiento de las pacientes histéricas donde se produce
el tránsito que va de la hipnosis a la sugestión,
de la sugestión al apremio y del apremio a la
asociación libre.

La característica de la histeria de
conversión es la inervación somática, es
decir la transformación de energía psíquica
en respuesta orgánica. La conversión es el
mecanismo de formación de síntomas
prototípico de la histeria. Se trata de una energía
libidinal que se transforma, se convierte en inervación
somática. En 1896, Freud inaugura la asociación
libre y describe a la defensa como un mecanismo inconsciente y
como nódulo de la neurosis. Y ya habla de trauma sexual
infantil. La investidura libidinal, desprendida de la
representación, es trasladada a lo corporal.

La representación deviene inconsciente y la
investidura inervará a la representación que se
tenga de un órgano somático.

Freud plantea que la causa de la histeria se encuentra
en las intimidades de la vida psicosexual. Asimismo expone que
los síntomas histéricos son siempre la
expresión de deseos reprimidos. El Caso de Dora es para
Freud la oportunidad para intentar esclarecer la
psicopatología de la histeria. Si bien el tratamiento fue
corto (duró aproximadamente 3 meses) y la paciente
terminó abandonando el análisis, Freud logró
integrar su teoría acerca de la histeria. Las herramientas
utilizadas en el tratamiento son la asociación libre y el
material de dos sueños. El sueño es para Freud la
vía regia al inconsciente, es uno de los rodeos por los
que se puede sortear la represión (uno de los principales
recursos de la figuración indirecta en el interior de lo
psíquico).

Características de la personalidad
histérica

  • Teatralidad

  • Ingenuidad

  • Infantilismo

  • Superficialidad

  • Exhibicionismo

  • Sugestibilidad Tendencia o condición para la
    sugestión (Son altamente sugestionables). Son
    sensibles, susceptibles, quisquillosos, se hacen las
    víctimas

  • Altamente insatisfechos (nada les alcanza ni los
    conforma)

  • En algunos casos se combina otra
    característica: el hiperconsumo

medicamentoso y médico

  • Hay escenas que tienen la "Belle indiferance" (bella
    indiferencia),

es decir que pasan por la vida mostrándose
indiferentes a lo que

ocurre, evitando comprometerse emocionalmente

  • Escenas de seducción. Algunos sujetos se
    interesan en despertar el

deseo del otro, que el otro se preocupe por ellos. Una
vez que

logran atraer al otro, luego lo frustran. Se hacen
desear.

  • Mitomanía

  • Alteraciones sexuales

  • Labilidad afectiva

Pero se debe tener en cuenta que hay grandes y
pequeños cuadros de histeria

Manifestaciones
clínicas más comunes en la
histeria-Síntomas

Gran ataque histérico: Este tipo de ataques marca
una época en la historia de las neurosis. Aparece con un
aura que puede presentar trastornos visuales, etc. Se produce una
caída, pero no brusca como en las epilepsias.

Continúa una fase tónica (endurecimiento
del cuerpo). Sigue una fase clónica (pequeñas
sacudidas, hasta terminar en las convulsiones). En las
epilepsias, en cambio, suelen morderse, lastimarse la boca y
sangrar; no así en las histerias. Luego de las
convulsiones viene la calma. Luego un período de
contorsiones, de trance o pasional, como si estuviera en escenas
eróticas. A veces acompañan visiones alucinatorias,
donde puede haber actividad delirante. No duran mucho tiempo
generalmente. Este ataque es un síntoma, es una
satisfacción sexual sustitutiva.

Formas menores: Son como variaciones de la gran crisis
histérica. Son más comunes.

  • Las crisis de nervios: son las más comunes,
    las más típicas. Son formas degradadas,
    camufladas de la gran crisis. Hay más descarga de lo
    expresivo, hay agitación, se expresan las emociones.
    Puede haber brote agresivo, y luego que se descarguen que se
    calmen. En la descarga emocional se descarga lo
    erótico y luego se calman.

  • Las crisis atípicas: Pueden
    ser:

  • Crisis Sincopal: El sujeto se siente
    mal, palidece y puede incluso desmayarse (pero sin causa
    orgánica). Y no hay amnesia de lo que
    pasó.

  • Crisis extrapiramidal: Hay
    manifestaciones motrices, que son equivalentes menores de la
    gran crisis. Hay accesos de hipo, de bostezos, temblores,
    sacudidas musculares.

  • Estados crepusculares: Estados de
    ensoñación, en actividad semiconsciente. Son
    distintos a los estados crepusculares epilépticos (en
    la epilepsia no hay memoria del hecho sucedido, no hay
    recuerdo; en los estados crepusculares de la histeria
    sí). Hay debilitación de la conciencia de
    vigilia. Hay reducción del campo de la conciencia. Son
    como estados hipnoides. Ante algo que el yo no puede
    tramitar, entonces el sujeto escinde y vive sus
    ensoñaciones en lugar de la realidad. Pero no hay
    pérdida de recuerdos (se pueden recuperar).

  • Amnesias paroxísticas:
    Trastornos de memoria, más o menos profundos. Lo
    más frecuente es la amnesia lacunar (se olvida un
    acontecimiento penoso). A veces puede darse amnesia
    general.

  • Ataques catalépticos: El estado del sujeto no
    es amnésico ni está inconsciente totalmente,
    pero está inerte (con ojos cerrados o abiertos). A
    veces presenta anestesias o sacudidas musculares.

  • Contracturas y espasmos: Especie de parálisis
    activas, cuya sistematización es paradójica y
    variable. Ejemplo: tortícolis, vómitos,
    espasmos óculo-faciales.

  • Anestesias: Se produce en segmentos recortados por
    la fantasía, se puede dar en la cara, en las dos manos
    o en otras partes del cuerpo. A veces se dan casos de
    anestesia total (faquirismo), o fenómenos raros como
    algias.

  • Espasmos: Digestivos, imposibilidad de tragar,
    náuseas, etc. Cólicos, constipaciones. Espasmos
    urinarios, retención. Espasmos genitales,
    vaginismo.

  • Algias: Puede haber dolores de múltiple las
    localización e intensidad. Es sospechosa la
    dramaticidad con la que la persona se refiere al
    síntoma.

  • Trastornos tróficos y generales: Anorexia,
    constipación, es decir reducciones extremas o
    trastornos parciales de los procesos
    metabólicos.

  • Trastornos sensoriales: Alteración de una
    función sensorial o parte de ella. Ejemplo: sordera,
    ceguera, mudez

Breve
introducción al Fragmento de análisis de un caso de
Histeria (1905)

Fragmento de análisis de un caso de
Histeria
(1905), también conocido como el caso Dora,
pertenece al volumen VII de las obras completas de Sigmund Freud.
Es el primer relato de terapia que Freud publica. Es
también la historia de un fracaso, pues Dora abandona el
tratamiento a los tres meses de haber empezado y sin haber
alcanzado la curación.

Con este caso Freud quiere aportar pruebas definitivas
sobre el origen sexual de los síntomas histéricos y
la utilidad de la interpretación de los sueños para
acceder a los traumas inconcientes.

El círculo familiar de Dora, cuyo nombre real era
Ida Bauer, estaba formado por su padre, Philip Bauer, un
próspero industrial que había sido tratado por
Freud de sus dolencias sifilíticas. Además, su
madre, Katharina Gerber, a quien Freud diagnostica la "psicosis
del ama de casa" que consiste en la obsesión
neurótica por la limpieza, y un hermano mayor, Otto Bauer,
del que Dora siempre tendrá muy buena
opinión.

El padre de Dora sufre de una tuberculosis cuando ella
tiene 6 años. La familia se traslada a B., donde conocen a
los K. Aparentemente se trataba de una relación
convencional entre familias burguesas: La señora K.
había cuidado de Philip Bauer durante su enfermedad por lo
cual le estaba muy agradecido, Dora cuidaba con cariño de
los dos hijos del matrimonio K y el señor K. sentía
un afecto muy grande por Dora.

El padre de Dora pide a Freud que trate a su hija pues
presenta los síntomas de una pequeña
histeria
: dificultades para respirar o disnea, tos nerviosa,
afonía, jaquecas, desazón, insociabilidad, tedio
vital y amagos histriónicos de suicidio.

Los signos principales de la enfermedad de Dora
eran:

  • Problemas con los padres.

  • Desazón y alternación del
    carácter.

  • Presencia de síntomas somáticos (tos,
    afonía, jaquecas, etc.)

Freud plantea que la histeria se asienta en ciertas
condiciones psíquicas:

  • Trauma psíquico.

  • Conflicto de los afectos.

  • Conmoción de la esfera sexual.

Primer episodio
de Dora con el Sr. K. "El episodio del beso"

  • Dora le cuenta a Freud que cuando ella tenia 14
    años, el Sr. K. le había pedido que fuera a su
    comercio, también iría la Sra. K. Esta
    petición fue realizada para presenciar una fiesta
    religiosa. Cuando Dora llega al comercio, el Sr. K estaba
    solo, la hizo esperar dentro, subida a la escalera mientras
    él cerraba la tienda, cuando llega a su lado, la
    abrazó y la besó en la boca. Dora sintió
    repugnancia y una reacción de asco. Así, Freud
    concluye que ya con catorce años era Dora una
    histérica pues… "Ante toda persona que en
    una ocasión favorable a la excitación sexual
    desarrolla predominante o exclusivamente sensaciones de
    repugnancia, no vacilare ni un momento en diagnosticar una
    histeria, existan o no síntomas
    somáticos."
    (Pág. 946 y 947)

Freud afirma que aquí se ha producido un
desplazamiento de la sensación ya que en lugar de la
sensación genital que en tales circunstancias
habría tenido que sentir Dora, le sobreviene la
sensación de displacer propia de la mucosa del tramo de
entrada del aparato digestivo. Aquí influyó sobre
esta localización la excitación de los labios por
el beso; el asco no paso a ser en Dora un síntoma
permanente, aunque comía mal y confesaba cierta
repugnancia por los alimentos, aquella escena había dejado
tras sí otra secuela, una alucinación sensorial que
de tiempo en tiempo le sobrevenía. Dora aseguraba que
seguía sintiendo la presión del abrazo del Sr. K
sobre la parte superior de su cuerpo.

Freud opina que durante el apasionado abrazo Dora no
sintió solamente el beso sobre sus labios, sino la
presión del miembro erecto del Sr. K. contra su vientre.
Esta percepción fue eliminada en el recuerdo, fue
reprimida y sustituida por la inocente sensación de la
presión en el tórax, aquí hay otro
desplazamiento, del sector inferior al sector superior del
cuerpo. Este episodio dejó tal huella en Dora que no
quería pasar junto a ningún hombre a quien viera
hablar animadamente con otra mujer.

A raíz del episodio del beso, Dora presenta tres
síntomas:

  • El asco: síntoma de la represión de la
    zona erógena de los labios. Esto adquiere sentido al
    postular que Dora tendría una fijación oral,
    producto del chupeteo infantil

  • La sensación de presión en la parte
    superior del cuerpo: la presión del miembro erecto
    tuvo probablemente por consecuencia una alteración
    análoga en el correspondiente órgano femenino
    (clítoris), y la excitación de esta segunda
    zona erógena quedó fijada en el tórax
    por desplazamiento sobre la simultánea
    sensación de presión.

  • El horror a los hombres en una animada
    conversación: mecanismo de fobia destinado a
    protegerse contra la percepción reprimida (la
    excitación sexual).

Segundo episodio
de Dora con el Sr. K. "El episodio del lago"

  • En la residencia de verano de los K. ocurrió
    un suceso que según le manifestó el padre a
    Freud desencadenó los síntomas de Dora
    (depresión de ánimo, excitabilidad e ideas de
    suicidio): Dora le cuenta a su madre que durante un paseo por
    el lago con el señor K. este le había realizado
    una propuesta amorosa. A raíz de éste suceso
    Dora le pide a su padre que rompa toda relación con
    los K. (Pág.945)

Cuando el padre y el tío de Dora pidieron cuentas
de su proceder al inculpado en una inmediata entrevista,
éste negó rotundamente tal acusación y
empezó a arrojar sospechas sobre la muchacha, quien,
según lo sabía por la señora K., sólo
mostraba interés por asuntos sexuales y aun en su casa
junto al lago había leído la Fisiología del
amor de Mantegazza. Probablemente, encendida por tales lecturas,
se había «imaginado» toda la escena por la que
ahora lo culpaban a él.El padre consideraba que toda la
escena no era mas que una fantasía de Dora, por ese motivo
se rehusaba a romper relaciones con el señor K., y en
particular con la señora K., además el padre le
cuenta a Freud que lo une una sincera amistad con la Sra. K.
quien es muy desdichada con su marido. "No necesito decirle a
usted que, dado mi mal estado de salud, esas relaciones
mías con la Sra. K. no entrañan nada
ilícito. Somos dos desgraciados para quienes nuestra
amistad constituye un consuelo. Ya sabe usted que mi mujer no es
nada para mi
."(Pág.945)

Según Freud en la vivencia de Dora con el
señor K. (en el requerimiento amoroso de este y la
consecuente afrenta) estaría el trauma psíquico,
condición indispensable para la génesis de un
estado patológico histérico. Una parte de estos
síntomas -la tos y la afonía- ya se habían
manifestado.

Los trastornos psicosomáticos en el momento de la
terapia con Freud y su carta de suicidio tenían por objeto
llamar la atención no del señor K. sino de su
padre. Freud está convencido de que si el padre le dijese
que abandonaba a la señora K. por ella, Dora
sanaría por completo. Pero si el padre no cedía
Dora no habría de abandonar su enfermedad. El
histérico, dice Freud, se acostumbra a la
enfermedad, acaba necesitándola:

"El que pretenda sanar al enfermo tropieza entonces,
para su asombro, con una gran resistencia, que le enseña
que el propósito del enfermo de abandonar la enfermedad no
es tan cabal ni tan serio. Imagínese a un trabajador, por
ejemplo a un albañil, que ha quedado inválido por
un accidente y ahora se gana la vida mendigando en una esquina.
Un taumaturgo se llega a él y le promete sanarle la pierna
inválida y devolverle la marcha. No debe esperarse, yo
creo, que se pinte en su rostro una particular alegría.
Sin duda alguna, se sintió en extremo desdichado cuando
sufrió la mutilación, advirtió que nunca
más podría trabajar y moriría de hambre o se
vería forzado a vivir de la limosna. Pero desde entonces,
lo que antes lo dejó sin la posibilidad de ganarse el pan
se ha trasformado en la fuente de su sustento: vive de su
invalidez. Si se le quita esta, quizá se lo deje
totalmente inerme; entretanto ha olvidado su oficio, ha perdido
sus hábitos de trabajo y se ha acostumbrado a la
holgazanería, quizá también a la
bebida."

Freud percibe que Dora es incapaz de aceptar la
relación de la señora K. con su padre, un adulterio
manifiesto. Dora criticaba a su padre diciendo que este no era
sincero, además creía que era ofrecida por su padre
al señor K. de modo que él pueda continuar su
relación con la señora K. En este momento de la
terapia Freud observa que tras estos reproches aparentemente
justificados se encuentran una serie de reproches contra si
misma. El padre no quería enterarse del verdadero
carácter de la conducta de K. para con Dora para no verse
perturbado en sus relaciones amorosas con la Sra. K. Dora se hizo
cómplice de tales relaciones, las exigencias de ruptura
que le planteaba a su padre databan solo de una aventura con K.
en la excursión al lago.

Primer sueño:

"Hay fuego en casa. Mi padre ha acudido a mi alcoba
a despertarme y esta en pie al lado de mi cama. Me visto a toda
prisa. Mamá quiere poner aun en salvo el cofrecito de sus
joyas. Pero Papá protesta: "No quiero que por causa de su
cofrecito ardamos los chicos y yo". Bajamos corriendo. Al salir a
la calle me despierto"
(Pág. 967)

Dora no recuerda cuando comenzó su sueño,
pero lo soñó tres noches seguidas durante su
estancia en L. (localidad junto al lago). Luego volvió a
tenerlo durante unas noches en Viena.

Freud plantea que todo sueño es un deseo al que
se figura cumplido. Cuando se trata de un deseo reprimido, la
figuración es encubridora.

Según Dora su sueño se da por:

  • Una discusión que tiene sus padres, dado que
    la madre cierra con llave el comedor por las noches y la
    habitación de su hermano no tiene otra salida. El
    padre no quiere que su hijo se quede encerrado en caso de una
    urgencia.

  • Cuando llegan a L. el padre expreso su temor a un
    incendio, ya que cuando llegan a la localidad había
    una fuerte tormenta y la casa que iban a habitar era de
    madera y no tenía pararrayos.

Según Freud, el sueño había sido
una reacción al suceso de Dora y el Sr. K. en el lago.
Luego del paseo con K., Dora se recostó en el sofá
de la habitación del matrimonio; cuando despierta ve a K.
de pie junto al sofá (como en el sueño a su padre
al lado de la cama). Para evitar ser sorprendida nuevamente Dora
le pide a la Sra. K. la llave de su cuarto y a la mañana
siguiente (segundo día) cerro la habitación por
dentro mientras se vestía. Pero a la hora de la siesta
cuando quiso volver a cerrar su habitación, no
encontró la llave en su sitio. Dora asegura que fue K.
quien la quito.

K. le había regalado a Dora un cofrecillo
(cofrecillo sirve para denominar los genitales femeninos). Freud
interpreta que Dora, ante el obsequio del Sr. K. ella teme caer
en la tentación de retribuírselo (deseo reprimido),
de manera que se refugia en el antiguo amor por su padre. Es
así como Dora, ante el peligro, se figura a un padre
"salvador", es decir, convoca al amor infantil por el padre como
protección contra la tentación actual, el deseo
inconciente infantil intenta realizarse en el presente a
través del sueño; la situación fantaseada
repite una situación infantil.

Este sueño confirma que Dora, se esfuerza en
despertar de nuevo su antiguo amor a su padre, para defenderse
contra el amor de K. Esto demuestra que no solo le teme a K, sino
también a ella misma y a ceder a sus deseos.

Con respecto al cofre que la madre quería poner a
salvo; la madre era muy aficionada a las joyas, el padre se las
regalaba. En una ocasión el padre le regalo a la madre de
Dora una pulsera que no era del agrado de la mujer, ya que la
madre quería unos aros en forma de gotas (Pág.970),
Dora gustosamente la habría aceptado. Aquí Freud
interpreta que Dora estaría dispuesta a dar a su padre lo
que su madre le negaba o se rehusaba a tomar.

Freud relaciona el sueño con la enuresis que
presentaba Dora y su hermano cuando niños, de manera que
el contenido del sueño responde a una escena infantil.
Luego relaciona esta situación la masturbación
infantil, pues plantea que, los síntomas histéricos
casi nunca se presentan mientras los niños se masturban,
sino cuando dejan de hacerlo, de manera que el síntoma
pasa a ser un sustituto de esa satisfacción. Así
sería como aparecen en Dora los primeros
síntomas.

Es posible que Dora haya espiado a sus padres, y con la
coexcitación, Dora haya sustituido su inclinación a
la masturbación por la angustia. Al estar el padre
ausente, a la niña enamorada se le repitió aquella
impresión como un ataque de asma.

Para Freud, Dora tendría una fantasía
referente a la enfermedad, en la cual su padre enfermo
habría contagiado a su madre y luego a ella, de manera que
la tos sería una imitación de la que sufre su padre
(sentimientos de culpa del padre por la enfermedad). Freud
plantea que debió existir una tos real, la cual se
habría fijado por afectar una zona erógena de
fuerte significación. Con la escena del lago y el peligro
que implica el Sr. K., la libido se volcó nuevamente hacia
el padre, con lo que el síntoma adquiere un nuevo
significado: la figuración del comercio sexual con el
padre en la identificación con la Sra. K.

Segundo Sueño:

"Voy paseando por una ciudad desconocida y veo
calles y plazas totalmente nuevas para mi. Entro luego en una
casa en la que resido, voy a mi cuarto y encuentro una carta de
mi madre. Me dice que habiendo yo abandonado el hogar familiar
sin su consentimiento no había ella querido escribirme
antes para comunicarme que mi padre estaba enfermo. Ahora ha
muerto, y si quieres puedes venir. Voy a la estación y
pregunto unas cien veces "¿donde esta la
estación?". Me contestan siempre lo mismo: "cinco
minutos". Veo entonces ante mi un bosque muy espeso. Penetro en
el y encuentro a un hombre al que dirijo de nuevo la misma
pregunta. Me dice: "todavía dos horas y media". Se ofrece
a acompañarme. Rehúso y continúo andando
sola. Veo ante mi la estación, pero no consigo llegar a
ella y experimento aquella angustia que siempre se sufre en estos
sueños que nos sentimos como paralizados. Luego me
encuentro ya en mi casa. En el intervalo debo haber viajado en
tren, pero no tengo la menor idea de ello. Entro en la
portería y pregunto cual es nuestro piso. La criada me
abre la puerta y me contesta: su madre y los demás
están en el cementerio."
(Pág. 985) "En
una plaza veo un monumento"
(Pág. 986)

Según Freud, las imágenes de nuevos
paisajes desconocidos por Dora, se deben a la estimulación
de las fotografías de un álbum que le habían
obsequiado a Dora para Navidad, con vistas de un balneario
alemán. El mismo día del sueño lo
había sacado de una caja en que guardaba multitud de
estampas y fotografías para enseñárselos a
unos parientes. Por tal motivo Dora le pregunta a su madre
"¿Dónde esta la caja?" (En el sueño
Dora pregunta ¿Donde esta la estación?).
(Pág.986)

Además esa misma noche en la cena familiar, un
pariente había realizado un brindis por el padre de Dora,
expresando el deseo de que gozara de buena salud por muchos
años. Dora había visto desdibujar en el rostro de
su padre una contracción melancólica y había
adivinado las tristes ideas que en el despertaban tales deseos.
(Pág.987)

Con respecto a la carta, Freud le hace notar a Dora la
relación con la nota que ella dejara en su
habitación, explicando sus deseos de suicidio. En ambas
notas, ella abandonaba a sus padres (yendo al extranjero o
suicidándose), ocasionando una pena muy grande en su padre
y quedando así ella vengada.

Por otra parte, tras la primera situación del
sueño se oculta la fantasía de desfloración.
En el análisis y ante la insistencia de Freud para que
recordara mas detalles sobre la escena del lago con K. Dora
recuerda que luego de la proposición que éste le
hace, ella quiere regresar rodeando el lago y le pregunto a un
hombre cuanto tardaría en llegar y le respondió
"Dos horas y media" (misma respuesta que recibe en el
segundo sueño al preguntar cuanto le falta para llegar a
la estación) El bosque del sueño era
idéntico al que cubría las orillas del lago, pero
un día antes del sueño Dora había visto un
cuadro con un bosque análogamente parecido al del lago y
donde además mostraba varias figuras de ninfas.
(Pág.988) Según el análisis que hace Freud,
"ninfas" es un termino poco utilizado para designar los
pequeños labios del genital femenino, que se encuentran
situados "detrás del espeso bosque" (aquí hace
alusión al vello púbico). A raíz de este
análisis Dora recuerdo otro fragmento del
sueño:

"Voy tranquilamente a mi cuarto y me pongo a leer un
libro muy voluminoso que encuentro encima de mi escritorio"

(Pág.989) Esto demuestra que al estar sola en su casa ya
que todos se encontraban en el entierro del padre, Dora
podía leer sin interrupciones cualquier tipo de libro,
inclusive los de anatomía humana.

Aparece luego un nuevo elemento, que Freud relaciona con
lecturas prohibidas de la infancia. Un primo de Dora
sufrió una apendicitis y ésta averiguo de una
enciclopedia los síntomas de la enfermedad. Aparece
entonces que 9 meses después de la escena del lago, Dora
sufre una supuesta apendicitis, que deja como secuelas algunas
dificultades para caminar (arrastraba el pie derecho). Freud
plantea que la neurosis se apropio de la enfermedad para usarla
como una de sus manifestaciones, de manera que Dora se
habría procurado una enfermedad por la lectura de un
artículo acerca del embarazo y el nacimiento, posterior a
la escena con el Sr. K. Por tanto, la apendicitis 9 meses
después de dicha escena no era otra cosa que la
fantasía de parto, mientras que el problema del pie
(formado en base a un modelo infantil) simbolizaba el "mal paso"
ligado a la misma escena.

Este es, según Freud, el sueño de la
curación pues en él Dora se abre a otros amores
aparte del morboso que tiene hacia su padre. Es evidente, por
cierto, el simbolismo sexual del bosque.  El sueño
aporta además material para aclarar la relación con
el señor K. Freud descubre que el motivo por el que Dora
sintió asco hacia él fue verse tratada del mismo
modo en que el señor K. trató a una institutriz con
la que había tenido una aventura y a la que había
despedido. Sintió, por tanto, que era tratada como si
fuera del servicio. Este hecho es muy interesante porque la
propia Dora, debido a la transferencia, se venga en Freud del
señor K., abandonando el tratamiento y tratándolo
como si fuese un empleado. Freud, por su parte, en esta etapa
temprana del psicoanálisis, realiza una
contratransferencia y la identifica con su vieja y odiada
institutriz. Su venganza consistirá en dejar que Dora
abandone el tratamiento sin haberse curado.

Observaciones:

Edad de Dora

Antecedentes Relevantes.

6 años

El padre enferma de tuberculosis. La familia se
traslada a B.

7 años.

Enuresis

8 años

Diseña (asma)

10 años

El padre sufre un desprendimiento de
retina

12 años

El padre sufre un ataque de confusión y es
atendido por Freud. Dora presenta migraña y tos
nerviosa.

14 años

Escena del beso de Dora y el Sr. K.

16 años

Dora acude por primera vez al consultorio de
Freud. Escena del lago. Muere la tía de
Dora

17 años

Dora sufre una supuesta apendicitis (9 meses
después de la escena del lago)

La familia de Dora abandona B. y se trasladan
donde están las fabricas del padre.

18 años

La familia se traslada a Viena. Intento de
suicidio.

Los Bauer habían tenido una cuidadora de
niños con la que Dora se llevaba muy bien hasta que
descubrió que estaba enamorada de su padre. En ese momento
sólo pudo verla como una rival y la hizo despedir. Siempre
que el padre estaba en casa la cuidadora era amable con los
niños pero no mientras el padre estaba ausente. Esto hizo
pensar a Dora que ella se comportaba del mismo modo con los hijos
del señor K.

Es habitual en la histeria el uso de la enfermedad para
llamar la atención. Dora había heredado de la
familia de su padre este desagradable trastorno. Atendiendo a las
fechas en que padecía ataques de tos con afonía o
dolores de estómago era evidente que coincidían con
la ausencia del señor K., lo cual significaba que
utilizaba esos males para atraer su atención.

Para continuar avanzando en el inconsciente de Dora,
Freud se vale de una de sus teorías más peculiares.
Afirma que un síntoma corresponde siempre a la
figuración de una fantasía sexual. Tomando esta
hipótesis como punto de partida Freud intenta explicar las
razones de la tos y la afonía de Dora. Dora sabe que su
padre es impotente y sospecha, por tanto, que las relaciones con
la señora K. incluyen sexo oral. La atracción
inconsciente de Dora por su padre había generado el
síntoma de la tos como fantasía sustituta del trato
sexual con su padre. En esa fantasía ella ocupaba el lugar
de la señora K. lo que significaba que se sentía
más atraída por su padre de lo que estaba dispuesta
a reconocer. Esta interpretación se apoya además en
el hecho de que Dora estaba más próxima a su padre
que su propia madre, era, puede decirse así, la
niña de sus ojos. Cuando apareció la señora
K. quien perdió su posición de privilegio no fue la
madre de Dora sino la propia Dora.

A continuación Freud le explica a Dora que sus
sentimientos hacia su padre son un modo de poner freno a la
atracción evidente que siente por el señor K. Y
aunque ella, en un principio se niegue a tal teoría, Freud
afirma que

"En modo alguno se oponía a mis expectativas
el que yo provocase en Dora la más terminante
contradicción al exponerle de esta manera las cosas. El
«No» que se escucha del paciente tras exponer por
primera vez a su percepción conciente los pensamientos
reprimidos no hace sino ratificar la represión y su
carácter terminante; mide su intensidad, por así
decir. Si uno no entiende ese «No» como la
expresión de un juicio imparcial, del cual por cierto el
enfermo es incapaz, sino que lo pasa por alto y prosigue el
trabajo, enseguida se obtienen las primeras pruebas de que
«No» en estos casos significa el deseado
«Sí». Ella confesó que no podía
guardar, hacia el señor K. la inquina que este
merecía. Contó que un día lo había
encontrado por la calle, estando ella en compañía
de una prima que no lo conocía. La prima exclamó de
pronto: «¡Dora, ¿qué te pasa? Te has
puesto mortalmente pálida!». En su interior no
había sentido nada de ese cambio, pero le expliqué
que los gestos y la expresión de los afectos
obedecían más a lo inconciente que a lo conciente,
y lo dejaban traslucir. Otra vez, tras varios días en que
había mantenido un talante alegre, acudió a
mí del peor humor. No podía explicarlo; se
sentía contrariada, declaró; era el
cumpleaños de su tío y no se resolvía a
felicitarlo; no sabía por qué. Mi arte
interpretativo estaba embotado ese día; la dejé
seguir hablando y de pronto recordó que hoy era
también el cumpleaños del señor K., hecho
que yo aproveché en su contra. Tampoco fue difícil
explicar por qué los magníficos obsequios que le
hicieran algunos días antes para su propio
cumpleaños no le causaron ninguna alegría. Faltaba
un obsequio, el del señor K., que evidentemente antes
había sido para ella el más
valioso."

La raíz de la preocupación compulsiva de
Dora (la relación de su padre con la Sra. K. es
desconocida (inconciente). Con su exigencia de que el padre
dejara a la Sra. K., Dora ocupaba el papel de mujer celosa, el de
esposa más que el de hija. Por otra parte, con su tos,
como fantasía sexual referente al padre, Dora ocupaba el
lugar de la Sra. K. Esto lleva a Freud a la conclusión de
que Dora se sentía inclinada hacia su padre y que este era
el pensamiento inconsciente, su deseo reprimido.

Sin embargo, Freud postula más tarde que Dora
sentía una inclinación por el mismo sexo, de manera
que era a la Sra. K a quien quería. Freud plantea que en
neuróticos se observa una fuerte disposición
homosexual en neuróticos, debido a que, la
inclinación a hacia los hombres (en el caso de Dora)
está fuertemente reprimida, por lo que la corriente
homosexual está generalmente reforzada.

Ambas ideas son planteadas desde lo postulado por Freud
acerca de la bisexualidad que existe durante la
infancia.

Los afectos de Dora hacia su padre y el señor K.
se complican cuando Freud dice que no puede dejar de mencionar
algo que "no podrá menos que enturbiar y borrar la
belleza y poesía"
del conflicto que Dora experimenta.
Se refiere Freud a la homosexualidad latente de Dora. Ella y la
señora K. estaban muy unidas hasta que el padre de Dora
ocupó su lugar. Cuando Dora habla de la señora K. y
alaba su "cuerpo deliciosamente blanco" parece
más una enamorada que una rival vencida. Quien realmente
había traicionado a Dora era la señora K.
(Pág.966)

En una de las sesiones Freud nota algo diferente en la
paciente:

(…)"Por primera y ultima vez en el
tratamiento trajo colgado del antebrazo un bolsillo de piel, con
el que empezó a juguetear mientras hablaba,
abriéndolo y cerrándolo, metiendo en el un dedo,
etc. Observe durante un rato este manejo de la paciente y le
explique después el concepto del acto
sintomático"(…)

En este párrafo podemos darnos cuenta claramente
como la paciente alude al acto de la masturbación. Dora
acusa a su padre de transmitirle hereditariamente la enfermedad
(catarro genital).Freud indica que Dora se habría
entregado a la masturbación en sus años infantiles,
pero ella lo niega rotundamente. Con esta escena ocurrida, Freud
lo afirma.

Parte del primer sueño continúa con el
segundo sueño hasta la última
sesión.

En el primer sueño, el del incendio, Freud nos
dice que ya estaba allí la renovación del deseo de
escapar a un peligro. Renovación porque en la casa del
lago quería escapar al peligro de ser sorprendida en su
dormitorio por el Sr. K

Al poco tiempo, el segundo sueño, Freud
satisfecho de la labor de interpretación que le hace, que
de nuevo conduce al Sr. K como objeto del amor de Dora, concluye
manifestándole a Dora su satisfacción por el
trabajo hecho, Dora responde

"No veo que haya salido a la luz nada de
particular"

Cuando Dora vuelve a la siguiente sesión le
comunica solo que va a marcharse. Tras esto interrumpe el
tratamiento.

Lo que sigue en el relato de Freud es absolutamente
conmovedor, hay una secuencia:

a) el relato de la última sesión:
(Pág.992)

"¿sabe Ud., Dr., que hoy es la
última vez que vengo aquí?

– ¿cómo voy a saberlo si hasta hoy no
me ha dicho Ud. nada que pudiera hacérmelo

prever?

– Si, resolví seguir viniendo hasta
año Nuevo, pero ni un día más. No quiero
esperar

por más tiempo la
curación.

– Ya sabe Ud. Que puede interrumpir el tratamiento
cuando quiera. Pero hoy vamos a trabajar todavía
¿cuándo tomó Ud. esa resolución?
[…] "

b) seguido del relato del efecto que le produjo:
(Pág.995)

– "Sabía muy bien que Dora no volvería
a mi consulta. La inesperada interrupción

del tratamiento, cuando mis esperanzas de
éxito habían adquirido ya
máxima

consistencia, destruyéndolas así de
golpe, constituía por su parte un indudable acto de
venganza […]. Quien como yo despierta a los perversos demonios
que habitan, imperfectamente domados, un alma humana, para
combatirlos ha de hallarse preparado a no salir indemne de tal
lucha. Surge aquí la cuestión de si hubiera
quizá logrado retener a la paciente prestándome a
desempeñar un papel insincero, esto es, exagerando el
valor que para mí habría de tener la
continuación del tratamiento y mostrando a Dora un
calurosos interés […] Pero teniendo en cuenta que una
parte de los factores que se oponente en calidad de resistencia,
permanece siempre y en todo caso incógnito he huido
constantemente de toda insinceridad, contentándome con
ejercer desinteresadamente el arte
psicológico".

c) e inmediatamente se compara con el Sr. K:

– "No sé tampoco si el Sr. K hubiera
conseguido más […] "para concluir con que
el

amor, a veces, vence las resistencias pero, a veces,
las refuerza.

En el epílogo tras exponer su teoría de la
transferencia nos dice que así como en la

primera transferencia, en la que él ocupaba para
Dora el lugar de su padre, no tuvo

dificultades, sí se dejó engañar
cuando en el primer sueño aparece Freud ocupando el lugar
del Sr. K y que por ello no hizo la interpretación debida
"¿Ha observado en mí algo que le lleve a pensar
en que voy a forzar su inclinación, como hizo antes con el
Sr.K?"
Y que tampoco supo interpretar a Dora su impulso
amoroso homosexual hacia la Sra. K, tan presente en el segundo
sueño, porque no había descubierto la importancia
de esta corriente de sentimientos en los
neuróticos.

En su conclusión nos da:

– Las condiciones de impotencia en las que se ve sumido
el médico cuando aparece la transferencia negativa "En
aquellos casos en los que el enfermo transfiere sobre el
médico […] impulsos de crueldad y motivos de venganza
[…] no podemos extrañar que el estado del enfermo no
aparezca influido por la labor terapéutica.
¿qué venganza mejor para el enfermo que mostrar en
su propia persona cuán impotente e incapaz es el
médico?"

– Pero también nos da la salida a este problema:
desligarlos de su persona –la del médico,
retrotrayéndolos a sus fuentes.

Partes: 1, 2

Página siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter