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El apostol San Pablo



Partes: 1, 2, 3

  1. Introducción
  2. Quién fue el
    apóstol San Pablo
  3. Su
    conversión
  4. Su relación
    con Jesús
  5. Sus viajes
    misioneros y trabajos evangélicos
  6. Su
    muerte
  7. A modo de
    conclusión
  8. Notas
  9. Citas
    bíblicas

"El verdadero conocimiento y la
auténtica libertad se hallan en Jesús. Dejad que
Jesús forme parte siempre de vuestra hambre de verdad y
justicia, y de vuestro compromiso por el bienestar de vuestros
semejantes". (Wojtyla, Karol Józef: Juan Pablo
II)

Introducción

Paradójicamente, Pablo, llamado Saulo de Tarso,
no es uno de los Apóstoles designados por Jesús
(1); sin embargo, en su condición de
Discípulo, es el que escribió más libros
dando a conocer la ideología de Jesús, quien fuera
llamado posteriormente "Jesucristo".

Sin haber pertenecido al círculo inicial de los
Doce Apóstoles, y recorriendo caminos jalonados de
incomprensiones y adversidades (2), "Pablo" se
constituyó en el motor de construcción y
expansión del cristianismo en el Imperio romano, merced a
su talento, a su convicción y a su carácter
indiscutiblemente misionero[1]Su pensamiento
conformó el llamado cristianismo paulino, una de las
cuatro corrientes básicas del cristianismo primitivo que
terminaron por integrar el canon
bíblico[2]

De las llamadas "Epístolas
Paulinas
", que sólo lo trataremos a groso modo, pues
la explicaremos un poco más ampliamente más
adelante; donde la "Epístola a los Romanos,
la "Primera y la Segunda Epístola a los
Corintios
, la "Epístola a los
Gálatas
", la "Epístola a los
Filipenses
", la "Primera Epístola a los
Tesalonicenses
", (probablemente la más antigua);
y, la "Epístola a Filemón", tienen en
"Pablo de Tarso" su autor prácticamente
indiscutido. Ellas son, junto con el "Libro de
los Hechos de los Apóstoles
", las fuentes
primarias independientes cuyo exhaustivo estudio
científico-literario permitió fijar algunas fechas
de su vida, establecer una cronología relativamente
precisa de su actividad, y una semblanza bastante acabada de su
apasionada personalidad. Sus escritos, de los que nos han llegado
copias tan antiguas como el papiro datado de los
años 175-225, fueron aceptados unánimemente por
todas las Iglesias cristianas. Su figura, asociada con la cumbre
de la mística experimental cristiana, resultó
inspiradora en artestan diversas como la arquitectura,
la escultura, la pintura, la literatura, y
la cinematografía y es para el cristianismo, ya
desde sus primeros tiempos, una fuente ineludible de doctrina, de
espiritualidad y Cristianismo[3]Cuatro corrientes
básicas en el "cristianismo primitivo". Las otras
tres corrientes de pensamiento podrían esquematizarse
escriturísticamenteNota 1 en: 1)
El judeo-cristianismo, representado por los escritos
derivados de las posturas de Santiago el Justo y
de Simón Pedro; 2) El complejo cristianismo
sinóptico, que abarca desde el judeo-cristianismo
del "Evangelio de Mateo", hasta el
pagano-cristianismo del "Evangelio de Lucas" y
de los "Hechos de los Apóstoles", y
3) El cristianismo joánico.

Quién fue el
apóstol San Pablo

"Pablo de Tarso", cuyo nombre
originalmente  fue "Saulo de
Tarso
" o "Saulo
Pablo
[4]Günther
Bornkamm[5]también lo  llama "San
Pablo
"[6]; nacido en el siglo I d.C.,
entre los años  5 
y 10[7]en  la ciudad de
Tarso de Cilicia (actual Turquía centro-meridional,
en la costa sur del Asia Menor, ciudad turca próspera,
colonizada por el imperio griego, y luego anexada al imperio
romano); de padres judíos acomodados y exiliados de
Jerusalén; Jesús nació alrededor del
año 6 ó 7; entonces, Jesús sería
sólo unos 10 años aproximadamente mayor que
"Pablo"; quien probablemente "Pablo" muere
entre los años 58 y 67 en Roma.
Aunque criado en una ortodoxia rigurosa, mientras vivía en
su hogar de Tarso estuvo bajo la influencia liberal de los
helenistas, es decir de la cultura griega que en ese tiempo
había penetrado todos los niveles de la sociedad en el
Asia Menor. Se formó en las tradiciones y culturas
judaicas, romanas y griegas.

Primeros años, educación y estado de
vida.

Hijo de hebreos y descendiente de la tribu de 
Benjamín (3), el libro de los Hechos de
los Apóstoles señala además otros tres
puntos respecto de "Pablo": 1) que fue educado en
Jerusalén; 2) que fue instruido a los pies del
famoso
rabino Gamaliel[8](4) y
3) que era fariseo. (5)

Educación, "a los pies de
Gamaliel
".

La educación de "Pablo" es objeto de
muchas especulaciones. La opinión mayoritaria de los
especialistas señala que recibió la
educación inicial en la misma ciudad de
Tarso[9]Asimismo, se sugiere que se habría
mudado a Jerusalén posteriormente, siendo
adolescente[10]o ya un
joven[11]Algunos estudiosos, que mantienen una
actitud de gran reserva respecto de la información
brindada por los Hechos, objetan estos
datos[12]Nota 2 Otros no encuentran
razón suficiente para descartar los datos del libro de
los Hechos (6)  referidos a su
educación a los pies de Gamaliel I el Viejo, autoridad de
mente abierta[13]Según Andrie Du
Toi
, los Hechos y las cartas paulinas
auténticas respaldan como más probable que Pablo
fuera a Jerusalén en sus años de adolescencia.
Más importante aún, este estudioso remarca que la
dicotomía Tarso–Jerusalén debería
superarse mediante el reconocimiento de que la persona de Pablo
fue un punto de encuentro e integración de una variedad de
influencias[14]La educación de
"Pablo" a los pies de Gamaliel sugiere su
preparación para ser rabino[15]Nota
3

Fariseo.

Que "Pablo" fuera fariseo es un dato que
llegó a nosotros a partir del pasaje autobiográfico
de la Epístola a los filipenses: "Circuncidado el
octavo día; del linaje de Israel; de la tribu de
Benjamín; hebreo e hijo de hebreos; en cuanto a la Ley,
fariseo; en cuanto al celo, perseguidor de la Iglesia; en cuanto
a la justicia de la Ley, intachable
". (7)

Sin embargo, estos versículos forman parte de un
fragmento de la carta que algunos autores consideran un escrito
independiente posterior al año
70[16]Nota 4, [17]Nota 5 y
Nota 6 Hyam Maccoby cuestionó que
"Pablo" fuese fariseo al afirmar que no se observa
ningún rasgo rabínico en las cartas
paulinas[18]

Con todo, el carácter fariseo de "Saulo
Pablo
" en su juventud suele ser aceptado sin reticencias por
otros autores[19]a lo que se suman las palabras
puestas en boca del Apóstol por el libro de
los Hechos: "Todos los judíos conocen mi vida
desde mi juventud, desde cuando estuve en el seno de mi
nación, en Jerusalén. Ellos me conocen de mucho
tiempo atrás y si quieren pueden testificar que yo he
vivido como fariseo conforme a la secta más estricta de
nuestra religión
". (8)

En resumen, "Saulo Pablo" sería un
judío de profundas convicciones, estricto seguidor de
la Ley mosaica.

Es conocido como el "Apóstol de los
gentiles
", el "Apóstol de las
naciones
", "Apóstol del cristianismo",
Becker lo denomina como el "Apóstol de los
paganos
"[20], o simplemente conocido
como el "Apóstol", y constituye una
"deo" (el más grande), de antemano sabemos con
exactitud cuándo comenzó a llamarse con el nombre
latino "Pablo"; y por ser la ciudad de Tarso una ciudad
griega gozó de la ciudadanía romana.
Bolívar Grimaldos, nos cita que los nombres de
"Saulo" fue el nombre judío y "Pablo" el
nombre romano[21]Francisco Varo, por su
parte, señala que el nombre de "Pablo" es el
nombre griego de "Saulo"; hombre de raza hebrea y de
religión judía; quienes aseveran que fue
contemporáneo de Jesús de Nazaret, aunque
presumiblemente no llegaron a encontrarse en
vida[22]sin embargo, existen varios puntos sin
resolver respecto de este relato. Por ejemplo, en 1
Corintios (9) "Pablo" señaló
que "vio" a Jesús, pero en ningún pasaje
de los Hechos (10) ocurre tal cosa. Más
aún, los tres pasajes de Hechos no coinciden en
los detalles[23]si los acompañantes
quedaron en pie sin poder hablar o si cayeron por tierra; si
oyeron o no la voz; asimismo, el hecho de que Jesús
hablara a "Pablo" en idioma hebreo, pero citando un
proverbio griego. (11) Sin embargo, el núcleo
central del relato coincide
siempre:[24]

– Saulo, Saulo, ¿por qué me
persigues?

-¿Quién eres tú,
Señor?

– Yo soy Jesús (de Nazaret), a quien tú
persigues.

Siguiendo con la ciudad de Tarso de Cilicia, desde el
año 64 a.C. fue la capital de la provincia romana de la
Cilicia. Estaba en el pie del monte Taurus y a orillas del
río Cidno, en la ruta que unía a Siria y Anatolia.
Además de su proyección comercial por su
ubicación, Tarso era el centro de una escuela de
filosofía estoica Nota 7 y tenía concedida
la ciudadanía romana; donde participaron "Zenón
de Citio
", "Cleantes", "Crisipo", ente
otros. Los estoicos proclamaron que se puede alcanzar la libertad
y la tranquilidad tan sólo siendo ajeno a las comodidades
materiales, la fortuna externa, y dedicándose a una vida
guiada por los principios de la razón y la virtud (tal es
la idea de la imperturbabilidad o ataraxia Nota
8
).

"Saulo de Tarso", siendo joven, no sabemos la
edad, fue a estudiar en Jerusalén en la famosa
escuela rabínica dirigida por Gamaliel. Además de
estudiar la ley y los profetas, allí aprendió un
oficio como era la costumbre. El "joven Saúl"
escogió el de construir tiendas. No se sabe si
jamás vio a Jesús antes de su crucifixión
pero no cuenta nada sobre ello. Fue educado en el
fariseísmo, una de las facciones del judaísmo del
siglo I. Como él mismo narra en uno de sus escritos, en la
Carta a los Gálatas, su celo por el judaísmo le
llevó a perseguir al naciente grupo de los cristianos
(12) a los que consideraba contrarios a la pureza de la
religión judía, hasta que en una ocasión,
camino de Damasco, Jesús mismo se le reveló y le
llamó para seguirle, como antes había hecho con los
apóstoles. "Saulo" respondió a esta
llamada bautizándose y dedicando su vida a la
difusión del evangelio de Jesucristo.
(13)

"Saulo" o "Pablo" como se lo
conoció posteriormente, fue una de las figuras más
activas en la difusión del mensaje cristiano por todo el
mundo grecorromano. Hay historiadores teólogos que afirman
que "Pablo" habría escrito treinta
epístolas del Nuevo Testamento, lo cual no tiene sustento
de pruebas, ya que sólo se le conocen siete
epístolas escritas por él y seis más,
conjuntamente con otros autores (Apóstoles o
Discípulos); donde la mayoría de las cuales que
afirman estos hechos, demostrarían su empeño por
amoldar las ideas y tradiciones judías a las nuevas
circunstancias y leer las leyes del Antiguo Testamento a la luz
de la figura de Jesús. "Pablo" había
nacido en el seno de una familia judía ortodoxa, y como lo
dijimos líneas arriba, fue educado como fariseo. En los
primeros años de su juventud se entregó a la
persecución de la religión cristiana, pero,
según relata la Biblia, quedó absolutamente
convencido de la verdad del mensaje cristiano cuando tuvo una
iluminación en el camino de Damasco, a causa de la cual se
retiró tres años a Arabia para meditar. A su
regreso a Jerusalén se presentó ante los
apóstoles, los cuales, terminaron por aceptarle entre
ellos. Así, "Pablo" recibió el bautismo
cristiano en Damasco y se convirtió en uno de los
más activos mensajeros de la doctrina de Jesucristo.
Pasó diez años dedicado a evangelizar a los pueblos
extranjeros, que cumplió en tres largos viajes: en el
primero evangelizó a los pueblos de alrededor de Cilicia,
en el segundo recorrió las ciudades de Grecia,
especialmente Atenas y Corinto, y en el tercero, aún en
Grecia, se centró en Éfeso, como lo expondremos
más adelante. En la época del emperador
Nerón, "Pablo" fue conducido a Roma, donde fue
martirizado.

En la "Epístola a Filemón",
"Pablo" se declaró ya anciano (14); la
escribió estando preso, pero de Jesucristo, (15);
bien a mediados de la década del año 50 en
Éfeso, o bien a principios de la década del
año 60 en Roma o Cesarea. Se supone que en aquella
época se alcanzaba la ancianidad hacia los cincuenta o
sesenta años[25]A partir de este dato, se
estima que "Pablo" nació a comienzos
del siglo I, entre los años 5 al
10[26]Por lo tanto, fue contemporáneo
de Jesús de Nazaret.[27]

Además, "Pablo" utilizó
la SeptuagintaNota 9, traducción al griego de
los textos bíblicos, empleada por las comunidades
judías del mundo antiguo más allá de
Judea[28]Este conjunto concuerda con el perfil de
un judío de la diáspora nacido en una
ciudad helenística[29]A esto se suma
la inexistencia de tradiciones alternativas que mencionen otros
posibles lugares de nacimiento, con excepción de una
noticia tardía de Jerónimo de
Estridón 
que consigna el rumor de que la familia
de "Pablo"[30] procedía de
Giscala, ciudad de Galilea (De viris illustribus 5
-Comentario a Filemón-; fines del siglo IV), noticia
considerada en general carente de respaldo.[31]
Nota 10

Por entonces, Tarso era una ciudad próspera, de
no poca importancia (16)[32]. Capital
de la provincia romana de Cilicia desde el año
64 a.C.[33], como lo dijimos
anteriormente, estaba enclavada a los pies de los montes
Taurus y a orillas del río
Cidno[34]cuya desembocadura en el mar
Mediterráneo servía a Tarso de puerto. Tarso
poseía importancia comercial ya que formaba parte de la
ruta que unía  Siria  y
Anatolia[35]Además era el centro de una
escuela
de filosofía estoica[36]Se
trataba, pues, de una ciudad conocida como centro de cultura,
filosofía y enseñanza.[37] Nota
11 
La ciudad de Tarso tenía concedida la
ciudadanía romana por nacimiento. (17) Como se
explicó anteriormente, este estado de situación
constituye una explicación posible de que "Pablo"
fuera ciudadano romano pese a ser hijo de
judíos.

El Apóstol se llamó a sí
mismo "Paulos" en sus cartas escritas
en griego
"koiné"[38]. Este nombre
aparece también en la Segunda Epístola de
Pedro (18) y en los (19) Hechos de los
Apóstoles a partir del
13:9.[39]

Antes de ese versículo en Hechos de los
Apóstoles (20), el libro de los 
Hechos de los Apóstoles lo llama con la forma 
griega  "Saoul" o "Saulos",
en hebreo moderno "Sha'ul", y en hebreo
tiberiano "Ša'ûl". El nombre,
expresado en hebreo antiguo, equivaldría al del 
primer rey del Antiguo Israel (21),
un benjaminita  igual que "Pablo". Ese nombre
significa "invocado", "llamado" o
"pedido" (de Dios o de Yahveh).

También se utiliza su
nombre "Saulos" en los relatos de su
"conversión". (22) El libro de
los Hechos de los Apóstoles señala
además el paso de "Saulo" a "Pablo"
(23), al emplear la expresión "Saulo",
también llamado "Pablo" o "Saulo",
conocido también por "Pablo", lo que no significa
un cambio de nombre[40]Nota 12 En el
judaísmo helenista, era relativamente frecuente portar un
doble nombre: uno griego y otro
hebreo[41]

El nombre "Paulos" es la forma griega
del
conocido cognomen romano[42]"Paulus"
utilizado por
la "gens Emilia"[43] Nota
13
. Solo se puede conjeturar respecto de la forma en que
Pablo obtuvo este nombre romano. Es posible que tuviera
relación con la ciudadanía romana (24) que
su familia poseía por habitar en
Tarso.[44] También es posible que
algún antepasado de Pablo adoptara ese nombre por ser el
de un romano que lo manumitió.[45]
Nota 14 Si bien "Paulus" significa
en latín "pequeño" o "exiguo", no se relaciona con
su contextura física o con su
carácter.[46] Con todo, "Pablo"
pudo dar otro significado al uso del nombre
"Paulos".

En el libro Hechos de los
Apóstoles aparece la frase: "Saulo,
también llamado Pablo
", donde "? ?a?" es el
equivalente griego de la expresión latina "qüi
et
", (en español significa: "el
principal
").[47]

Giorgio Agamben propone que "Saulo"
cambió su nombre por el de "Pablo" cuando
mudó de estado, de libre a siervo / esclavo, siendo que se
consideró servidor de Dios o de su
mesías.[48] Siguiendo esa línea de
pensamiento, "Pablo" se habría considerado un
instrumento humano pequeño "paulus,
"
pequeño""; de poco valor, escogido sin embargo por
Dios, su Señor, para desempeñar una
misión.[49]

Se conoce a "Pablo de Tarso" principalmente por
dos tipos de documentación[50]Nota15,
[51]Nota 16
, que se pueden clasificar
según su nivel de importancia:

1) Un folio de uno de los papiros,
designado con el N°46[52]encontrados,
conteniendo el pasaje correspondiente a la Segunda
Epístola a los Corintios (25), El Folio presenta
una laguna al pie. Se trata de un pairo de Categoría I,
según la clasificación de Kurt Aland y
Bárbara Aland
.[53] Fue datado de los
años 175-225; y, 2) Por sus cartas, principalmente
de Gálatas, Filipenses, 1 de Corintios, 2 de Corintios, y
Epístola a los Romanos. (Las citas bíblicas del
punto 2) están contenidas en la Nota 16,
Punto VIII del presente trabajo).

Sus cartas auténticas.

Probablemente escritas todas en la década del
año 50, son las siguientes (en un posible orden
cronológico): 1) Primera Epístola a los
Tesalonicenses, 2) Primera Epístola a los
Corintios,  3) Epístola a los
Gálatas,  4) Epístola a
Filemón, 5) Epístola a los
Filipenses,  6) Segunda Epístola a los
Corintios  y  7) Epístola a los Romanos.
Se consideran la fuente más útil e interesante, por
la sencilla razón de que provienen de él y, en
consecuencia, son el más fiel reflejo de su personalidad
humana, literaria y teológica.

Suelen distinguirse las llamadas epístolas
paulinas auténticas, que tienen en "Pablo de
Tarso
" su autor prácticamente indiscutido; de
las epístolas paulinas
pseudoepigráficas -también
llamadas deuteropaulinas-, un conjunto de escritos
epistolares que se presentan como suyos pero que la
crítica moderna, conocedora del fenómeno de la
pseudoepigrafía típico de las obras antiguas
orientales y griegas, atribuye en grado diverso a otros autores
asociados con "Pablo".[54]

Las llamadas Trece Cartas.

De estas epístolas (cartas) cuatro son personales
(a Filemón, a Tito, Primera y Segunda a Timoteo), mientras
que el resto son colectivas, que hubieran podido ser escritas
conjuntamente con otros Apóstoles y Discípulos de
"Pablo" (Primera y Segunda a los Tesalonicenses, a los
Gálatas, Primera y Segunda a los Corintios, a los Romanos,
a los Filipenses, a los Colosenses y a los Efesios), esto es, no
dirigidas a una persona en particular sino a la comunidad
eclesiástica de manera colectiva. Siendo estas: 1)
Epístola a Filemón, 2) A Tito, 3) 1 a
Timoteo, 4) 2 a Timoteo, 5) 1 a los Tesalonicenses,
6) 2 a los Tesalonicenses, 7) A los Gálatas,
8) 1 de Corintios, 9) 2 de Corintios, 10) A
los Romanos, 11) A los Filipenses, 12) A los
Colosenses, 13) A los Efesios.

Con respecto a la Epístola a los Hebreos, la
crítica bíblica actual señala que el autor
no es propiamente "Pablo". De hecho, en su texto no se
indica ni el remitente ni los destinatarios y, en el siglo
II, Ireneo de LyonNota 17 dijo que la
mentalidad era paulina pero que la pluma sólo Dios lo
sabe; de lo cual discrepo enormemente, pues si Lyon acepta que el
contenido del Libro a los Hebreos tiene cualidades
"paulistas", esto significa que fue "Pablo" que
escribiera dicho Libro; más aún si revisamos su
contenido y comparamos con los demás que él
escribió, tiene todas las características de ser
"paulista"; consecuentemente, es un argumento que
esgrimió para afirmar tal cosa.

Bien, como lo explicáramos precedentemente,
"Pablo" escribe cuatro cartas y nueve
más con otros Apóstoles o Discípulos,
incluyendo la Epístola a los Hebreos, que forman parte del
Nuevo Testamento y están dirigidas a las comunidades
de gentiles, paganos convertidos por su predicación. En
ellas les exhorta, les guía en la fe y enseña sobre
ética y doctrina. Estas cartas son inspiradas por el
Espíritu Santo y forman parte de la revelación
divina.  Es decir, son Palabra de Dios y por medio
de ellas Dios mismo se da a conocer. "Pablo" es el
instrumento en esta comunicación divina pero al mismo
tiempo las cartas nos ayudan a conocer al autor
humano. Reflejan su personalidad, sus dones y sus luchas
intensas. Otras fuentes que nos ayudan a conocer el
apóstol son los Hechos de los Apóstoles escritos
por San Lucas y ciertos libros apócrifos.

Este corpus de epístolas
auténticas es único en más de un
sentido:

  • Porque se conoce a ciencia cierta su autor, y su
    autenticidad resulta reconocida ampliamente desde el
    análisis científico-literario
    actual[55]

  • Porque su fecha de redacción es la más
    antigua de los libros del Nuevo Testamento, apenas 20-25
    años posterior a la muerte de Jesús de Nazaret,
    y probablemente anterior incluso a la de los evangelios en su
    versión definitiva conocida hoy, por lo que
    constituyen documentación de carácter capital
    en cualquier análisis sobre los inicios del
    cristianismo[56]Nota 18, Nota
    19

  • Porque ninguna otra personalidad del Nuevo
    Testamento se conoce a nivel semejante a través de sus
    escritos[57]Nota 20

Aunque las cartas tuvieron por función inmediata
abordar problemas resultantes de situaciones concretas, es muy
verosímil que las comunidades a las cuales estas cartas
estuvieron dirigidas las hayan atesorado, y que prontamente las
compartieran con otras comunidades paulinas. Así,
resulta altamente probable que hacia fines del siglo I estos
escritos ya existieran como corpus, resultante del
trabajo de una escuela paulina que recopiló sus cartas
para conformar el legado escrito del
Apóstol.[58] Nota 21

El hecho de que se sugiera que estos
escritos canónicos son pseudoepigráficos
o deuteropaulinos, lejos de quitarle notoriedad al Apóstol
la incrementaron[59]porque significa que una
"escuela", quizá ya establecida en torno al mismo
"Pablo" y depositaria de su legado, recurrió a la
autoridad del Apóstol para validar sus
escritos.[60] Nota 22

Teología paulina.

Se denomina "Teología Paulina" al
estudio razonado, sistemático e integral del pensamiento
de "Pablo de Tarso", que experimentó desarrollos
y retoques en las sucesivas interpretaciones que se hicieron de
sus escritos. La presentación sumaria de la
"Teología de San Pablo" es muy ardua. La mayor
dificultad de cualquier intento de sistematización del
pensamiento del Apóstol radica en que Pablo no era un
teólogo sistemático, por lo cual cualquier
categorización y ordenamiento parece responder más
a las preguntas del exégeta que a esquemas
paulinos.[61]

Por mucho tiempo el debate estuvo supeditado a una
disyuntiva. Según la tesis luterana clásica,
el tema fundamental de la "Teología Paulina"
sería el de la justificación de la fe sin
las obras de la Ley. A partir de esa tesis se llegó a
considerar que en la doctrina paulina así entendida estaba
el núcleo central del anuncio cristiano. En el siglo XX,
la postura a favor del principio de la sola fide fue
una constante en el trasfondo y en la orientación del
pensamiento de Rudolf Karl Bultmann y también se
presentó, con una variedad de matices, en seguidores suyos
tales como Ernst Käsemann[62]o
G. Bornkamm.[63] Nota
23

Desde el punto de vista del catolicismo, si bien la
justificación forma parte del mensaje paulino, no
constituye su núcleo central único. El argumento
tradicional católico sostenía que Dios, más
que "declarar justo" al hombre, hace justo al hombre
transformándolo.[64]

En los últimos años, diferentes estudiosos
protestantes, tales como Krister
Stendahl[65]Ed Parish
Sanders
[66]y James D. G.
Dunn
[67]criticaron la postura luterana
clásica que oponía una fe cristiana portadora de la
gracia y de la libertad contra un presunto judaísmo
tradicional afecto al legalismo y exaltación soberbia de
la observancia de las prescripciones mosaicas. Después de
presentar la dificultad de "escribir una teología de
Pablo
", James Dunn propuso en su libro a modo de
esquema lo siguiente: Dios y la humanidad –la humanidad
bajo interdicción– el Evangelio de Jesucristo
–el comienzo de la salvación– el proceso de la
salvación –la Iglesia–, la
ética.

Los autores católicos, Lucien
Cerfaux[68]Rudolf
Schnackenburg
[69]y particularmente Joseph
Fitzmyer
, centraron la "teología de Pablo"
en su pensamiento sobre Cristo, particularmente sobre su muerte y
su resurrección. J. Fitzmyer señaló
la "cristología" como centro de la
"teología paulina".[70]  Para
él, la teología paulina sería una
"teología cristocéntrica", es decir, una
teología cuyo eje principal es Cristo muerto y resucitado.
Otros autores como Joachim Gnilka y Giuseppe
Barbaglio
hablan de un teocentrismo paulino, lo que quiere
implicar que todo el pensamiento de "Pablo" arranca de
Dios y vuelve a Él.[71]

Por otra parte, una detallada observación de
las epístolas paulinas auténticas permite
advertir que en el pensamiento del Apóstol se produjo una
evolución y que, en consecuencia, no se podría
hablar de un único centro de interés en su
predicación.[72]  G.
Barbaglio
propuso que el Apóstol escribe una
"Teología en Epístola". De allí que
el esquema de G. Barbaglio consistió en presentar
la teología de cada carta siguiendo
cronológicamente cada una de las siete epístolas
auténticamente paulinas, para finalizar con un
capítulo titulado: "Coherencia de la teología
de Pablo: hermenéutica del
Evangelio
".[73]

Según R. Penna, se tiende a aceptar que
en el centro del pensamiento de Pablo se encuentra el
"evento-Cristo", hecho concluyente en "su
teología
". La discusión discurre sobre las
consecuencias (antropológicas, escatológicas,
eclesiológicas) de ese dato. Brown sugirió que
todas las propuestas encierran parte de verdad, pero derivan de
"juicios analíticos" posteriores a
Pablo.[74] Nota 24

Relación con el
judaísmo.

Pablo era judío, de la escuela de Gamaliel, de
denominación fariseo, mencionando esto último como
algo de lo que se sentía orgulloso. (26) El punto
principal de su mensaje era que los gentiles no tienen
necesidad de circuncidarse al igual que los judíos
(27), de hecho una buena parte de sus enseñanzas es
un énfasis a los gentiles para que comprendan que su
salvación no depende de copiar los rituales judíos;
sino que tanto judíos como gentiles, en última
estancia, son salvos por gracia Divina [claro que la gracia
Divina se aplica por medio de la Fe (fidelidad)]. Los
estudiosos contemporáneos, sin embargo, debaten acerca de
si cuando "Pablo" habla de "fe / fidelidad en / de
Cristo
" (el genitivo griego es susceptible de ambas
interpretaciones, objetiva y subjetiva) se refiere en todos los
casos a la fe en Cristo como algo necesario para alcanzar la
salvación (no sólo por parte de los gentiles, sino
también de los judíos) o si en ciertos casos se
refiere más bien a la fidelidad del propio Cristo hacia
los hombres (como instrumento de la salvación divina
dirigida a los judíos y los gentiles por
igual).[75]

Fue el pionero en comprender que el mensaje de
salvación de Jesús que comenzaba en Israel, se
expandía a toda criatura independientemente de su origen.
Para "Saulo" (en hebreo: Shaúl) los seguidores
gentiles de Jesús (Yeshúa en hebreo) no deben
seguir los mandamientos de la Torá (ley) que son
exclusivos al pueblo de Israel. Y así queda establecido en
el Concilio de Jerusalén (28), que los
gentiles sólo deben guardar los preceptos de los gentiles
(comúnmente conocidos en el judaísmo como:
preceptos noájidas. (29)

Muchas de sus enseñanzas, al ser dirigidas a un
pueblo gentil eran mal entendidas y mal interpretadas.
(30) Algunos judíos por un lado interpretaron que
Pablo enseñaba a abandonar la Torá de
Moisés
(31), lo cual no era cierto, y
él mismo lo tuvo que desmentir. (32) Por otro lado,
había gentiles que interpretaban que la salvación
por gracia les permitía pecar, y también lo tuvo
que desmentir. (33)

Recientemente, algunos investigadores
como Krister StendahlLloyd
Gaston
John G. GagerNeil
Elliott
William S.
CampbellStanley K.
Stowers
Mark D. NanosPamela
Eisenbaum
Paula FredriksenCaroline
Johnson Hodge
David J. Rudolph; y, en
EspañaCarlos A. Segovia, han defendido que
Pablo no buscó superar ni reformar el judaísmo,
sino incorporar a los gentiles a Israel por medio de Cristo sin
obligarles a renunciar a su condición de
gentiles[76]Esta interpretación recibe el
nombre "nuevo enfoque radical sobre Pablo" y contrasta
tanto con su interpretación cristiana tradicional como con
la llamada "nueva perspectiva sobre Pablo"
de James D. G. Dunn Nicholas Thomas
Wright
, según la cual "Pablo" se propuso
reformar el judaísmo.[77]

Los Hechos de los
Apóstoles.

Particularmente a partir del capítulo 13
(34) son, a los efectos prácticos, los hechos
realizados por "Pablo". Los  Hechos 
transmiten un conjunto notable de informaciones sobre él,
desde su "conversión" en el camino a Damasco
hasta su llegada a Roma como prisionero. Tradicionalmente
atribuidos a  "Lucas el Evangelista", su
valoración historiográfica, es sin embargo
controvertida. No se pone en cuestión el cuadro
biográfico general que muestra el libro de
los Hechos, pero al confrontar de cerca este escrito con las
cartas auténticas, aparecen ciertos matices o ausencias en
el campo de los acontecimientos (por citar dos ejemplos,
los Hechos no mencionan en absoluto las relaciones
tormentosas de "Pablo" con la Iglesia de Corinto; las
cartas auténticas de "Pablo" no suponen la
existencia del llamado "decreto apostólico"
señalado en el Libro de los Hechos (35),
una concesión al judaísmo sobre la
prohibición de determinados alimentos). También hay
discordancias teológicas (por ejemplo,
los Hechos pasan por alto la postura típicamente
paulina de la justificación de la fe sin las
obras de la ley, bien marcada por ejemplo, en
la Epístola a los romanos).[78] Sin
embargo, Víctor M. Fernández hace notar
la existencia de ciertos pasajes de los Hechos de los
Apóstoles que marcan el estilo particular de
cristianismo que Pablo predicaba: el Evangelio de la gracia
de Dios (36), que equivaldría al acento que
Pablo ponía en la justificación por la
gracia y no por las obras de la
Ley.[79]

En el caso de contraste sobre temas comunes, se suele
dar la preferencia a las cartas paulinas auténticas; por
otra parte, se aceptan aquellos datos del libro de
los Hechos que no son discordantes con las
cartas.[80]

Existe otro tipo de obras, las
llamadas "epístolas pseudoepigráficas o
deuteropaulinas"Nota 25 que fueron escritas con el nombre
de "Pablo", quizá por algunos discípulos
suyos después de su muerte. Incluyen la Segunda
epístola a los tesalonicenses, la Epístola a
los colosenses, Epístola a los efesios, y tres "cartas
pastorales
", la Primera y la Segunda
Epístola a Timoteo y la Epístola a Tito.
Desde el siglo XIX, distintos autores han negado la paternidad
paulina directa de estas cartas, atribuyéndolas a varias
figuras de discípulos posteriores.[81]
Nota 26 Con todo, otros autores sostienen la
autoría paulina de estas cartas, en particular
de Colosenses, argumentando que las variaciones en el estilo
y en la temática se pueden justificar por el cambio del
marco histórico en que se
escribieron.[82]

Su
conversión

Los Hechos de los apóstoles refieren la famosa
frase que Pablo escuchó en el camino de Damasco:
"Saúl, Saúl, ¿porqué me
persigues
?" (37); y escuchando la voz de Jesús
desde los cielos iluminándolo con una gran luz y el rostro
de Jesús, Saulo de Tarso, hasta en ese entonces, queda
ciego por tres días.[83]

Pablo en la narración que él mismo hace de
la aparición del Resucitado deja ver una gran
confusión interior. Las vocaciones, conversiones
proféticas del Antiguo Testamento, eran portadoras de una
misión: "cuando Aquel que me separó desde el
seno de mi madre y me llamó por su gracia, tuvo a bien
revelar en mí a su Hijo, para que le anunciase entre los
gentiles, al punto
…". (38)

La "conversión" radical de Saúl
no representa para él un cambio de religión, pues
él se siente más judío que nunca ya que es
el "Dios de los padres" que lo ha mandado a predicar el
evangelio. El evangelizador de los paganos continuará a
predicar a los judíos mientras le sea posible, hasta que
sea llamado definitivamente a Roma. La conversión y el
bautismo de Pablo significan para él el descubrimiento de
su verdadero y justo lugar en la vida de Israel.

Se ignora la edad de este capital acontecimiento, se
puede deducir de la carta a los Gálatas que fuera entre
los 33 y 35 años, poco después del nacimiento de la
primera Iglesia, la de Jerusalén, que fue creada entorno a
"Pedro y los once" (39)

La conversión de "Pablo" es uno de los
momentos clave de su vida, porque es precisamente entonces
"cuándo empieza a entender lo que es la Iglesia como
cuerpo de Cristo: perseguir a un cristiano es perseguir a
Jesús mismo
". En ese mismo pasaje, Jesús se
presenta como "Resucitado", situación que espera
a todos los hombres tras la muerte si uno sigue las huellas de
Jesús mismo, y como "Señor", remarcando su
carácter divino, ya que la palabra que se usa para
denominar al "señor", "kyrie", se aplica en la
"Biblia griega" a Dios mismo. Podemos decir, pues, que
Pablo recibió el evangelio a predicar de Jesús
mismo, aunque luego, también ayudado por la gracia y la
propia reflexión, supo sacar de esa primera luz muchas de
las principales implicaciones del evangelio, tanto para una mayor
comprensión del misterio divino como para mostrar sus
consecuencias para la condición y el obrar de los hombres
sin fe y con fe en Cristo.

"Pablo", en el momento de su conversión,
es presentado con rasgos de profeta al que se le asigna una
misión muy concreta. Como dice otro de los libros del
Nuevo Testamento, los Hechos de los Apóstoles, el
Señor dijo a Ananías, el que había de
bautizar a "Pablo": "Vete, porque éste es mi
instrumento elegido para llevar mi nombre ante los gentiles, los
reyes y los hijos de Israel. Yo le mostraré lo que
deberá sufrir a causa de mi nombre
". (40) El
Señor también dijo al mismo "Pablo":
"Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Pero
levántate y ponte en pie, porque me he dejado ver por ti
para hacerte ministro y testigo de lo que has visto y de lo que
todavía te mostraré. Yo te libraré de tu
pueblo y de los gentiles a los que te envío, para que
abras sus ojos y así se conviertan de las tinieblas a la
luz y del poder de Satanás a Dios, y reciban el
perdón de los pecados y la herencia entre los santificados
por la fe en mí
". (41)

"Pablo" llevó a cabo su misión de
predicar el camino de la salvación realizando viajes
apostólicos, fundando y fortaleciendo comunidades
cristianas en las diversas provincias del Imperio Romano por las
que pasaba: Galicia, Asia, Macedonia, Acaya, etc. Los escritos
del Nuevo Testamento nos presentan a un "Pablo" escritor
y predicador. Cuando llegaba a un sitio, "Pablo"
acudía a la sinagoga, lugar de reunión de los
judíos, para predicar el evangelio. Después,
acudía a los paganos, esto es, los no
judíos.

Después de dejar algunos lugares, ya sea por
haber dejado la predicación inconclusa, ya sea para
responder a las preguntas que le enviaban desde esas comunidades,
"Pablo" empezó a escribir cartas, que pronto
serían recibidas en las iglesias con una particular
reverencia. Escribió cartas a comunidades enteras y a
personas singulares. El Nuevo Testamento nos ha transmitido 13
cartas, añadiéndole la Carta a los Hebreos, que
tienen su origen en la predicación de "Pablo":
una Carta a los Romanos, dos Cartas a los Corintios, una Carta a
los Gálatas, una Carta a los Efesios, una Carta a los
Filipenses, una Carta a los Colosenses, dos Cartas a los
Tesalonicenses, dos Cartas a Timoteo, una Carta a Tito, una Carta
a Filemón y una Carta a los Hebreos. Aunque no son de
fácil datación, podemos decir que la mayoría
de estas cartas fueron escritas durante la década que va
del año 50 al 60.

El centro del mensaje predicado por "Pablo" es
la figura de Cristo desde la perspectiva de lo que ha realizado
cara a la salvación de los hombres. La Redención
obrada por Cristo, cuya acción se pone en relación
muy estrecha con la del Padre y con la del Espíritu, marca
un punto de inflexión en la situación del hombre y
en su relación con Dios mismo. Antes de la
redención, el hombre caminaba en el pecado, cada vez
más alejado de Dios; pero ahora está el
Señor, el "Kyrios" Nota 27, que ha
resucitado y ha vencido la muerte y el pecado, y que constituye
una sola cosa con los que creen y reciben el bautismo. En este
sentido, se puede decir que la clave para entender la
teología paulina es el concepto de conversión
(metánoia), como paso de la ignorancia a la fe, de la Ley
de Moisés a la ley de Cristo, del pecado a la
gracia.

Partes: 1, 2, 3

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